#gente que mola mucho saliendo juntos
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OCS: Los hijos de Quevedo y Góngora
Son muy leales y protectores con su gente
Tienen una relación muy especial con los Jiménez-Julia
Se meten en todos los problemas habidos y por haber
Tienden a arreglar sus problemas se arreglan peleando
Te citan sin venir a cuento cintas de literatura porque sí
starring
Liberto Góngora y Quevedo
El mayor de los hijos de los supuestos archienemigos
Sus padres le encontraron por accidente abandonado al invierno castellano del siglo XVII y si no llega a ser por ellos no lo cuenta.
Su cumpleaños es el 14 de Febrero.
Pésimo escritor pero magnífico fotógrafo
Es bastante patoso.
Es el mejor amigo de Joaquín, prácticamente aprendieron a andar juntos.
Normalmente es la voz de la razón de sus hermanos... normalmente.
Tiene la misma velocidad de cabreo que Quevedo. Pasa de cero a ser una hidra en cuanto ve alguna injusticia o a alguien tratando mal a su gente.
Una vez cuando estaba en el colegio, se fugó con Joaquín de una excursión escolar porque el monitor se burlaba de su mejor amigo por ser gay. Así que ni corto ni perezoso se fue andando con su mejor amigo por la carretera camino de Madrid.
Sabe algunas cositas de filmar cortos aprendidas del gran George Meliés.
Sus padres tienen medio adoptao a Lopillo, y él le llama su hermano.
Ha vivido la gran parte de su vida a caballo entre el siglo XVII y el XXI.
Su canción sería Fuerte, Feo y Formal de Loquillo.
Lo borda en los karaokes.
Tiene una novia, María Jesús, una de las alumnas de Ángela de la academia para señoritas de Sevilla.
Usa su galantería con las palabras para hacer sentir a su novia la persona más maravillosa del mundo.
Es el amigo que te apoya en todo.
Normalmente en su armario hay muchos chandals, y algun traje también pero normalmente todo en colores oscuros.
Su madrina es, obviamente, Lesba.
Está estudiando periodismo.
Team Alcalá
Sí, se ha metido en más duelos que su padre. La mayoría por defender a su familia o a sus amigos.
En realidad es un cacho pan, pero no le gusta que traten mal a los suyos. De él, que digan lo que quieran, pero con ellos no meterse.
Victoria Quevedo y Góngora
Más rebelde y salvaje que Quevedo en sus épocas más indomables.
El Quevedo delante en los apellidos porque es una declaración de guerra
Ha estado entrando y saliendo de casas de acogida desde que sus padres biológicos perdieron su custodia cuando era pequeña.. hasta que ha caído en casa de los poetas.
No sabe cómo adaptarse a una familia que no la va a abandonar
Es la que se mete en más problemas
Originalmente iba a haber sido adoptada de bebé por los que ahora son sus padres adoptivos, pero sus padres biológicos se echaron a atrás porque no pensaban darla en adopción a una pareja gay.
Su mejor amigo es César Jiménez, la única cosa constante en su vida.
Se tiñe el pelo de todos los colores habidos y por haber, de hecho hay una apuesta en el Ministerio de con qué color aparecerá cada semana, aunque el verde es su favorito.
Se sabe tantos tacos y trucos ilegales que ha puesto en aprietos a sus padres más de una vez.
En realidad está asustada porque piensa que va a cagarla.
Viste con las cosas más extravagantes del mundo.
Más Quevedo que el propio Quevedo.
Escribe de miedo, de hecho las letras de las canciones de César las compone ella.
La escritura es lo único que la ha mantenido cuerda a lo largo de todos estos años.
Es buena alumna cuando quiere, pero necesita que algo le interese para aplicarse al cien por cien.
¿Qué donde está en una pelea de bar o de instituto? Ella es quién original la pelea y le da igual estar sola contra 5 personas.
Está a muy poco de gritar por Santiago.
El Ministerio como institución no le mola demasiado, pero la gente allí habita es otro cantar.
La ciencia ficción es su gran pasión.
Miranda Góngora y Quevedo.
La pequeña de la familia y la que más se parece mentalmente a Góngora
El Góngora va delante en el apellido porque la niña es una dama y una defensora del cultismo.
Su padrino es Nicolás.
Todo el mundo cree que la niña es adorable, pero tiene una mente maquiavélica.
No le gusta que miren mal a sus padres.
Puede que tenga enchufe con Felipe IV por la cantidad de veces que este se ha quedado cuidando de ella cuando era un bebé.
Es una Slytherin y a mucha honra.
¿Por qué las matemáticas son tan complicadas?
Es la mejor alumna de su clase en Lengua Castellana y Literatura
De mayor quiere ser poetisa
Es la única que aún va a Primaria.
¡¡Pues se lo voy a decir a papá!!
Duerme con un oso con un parche en el ojo que se llama Quijote.
Nada mejor que los cuentos antes de dormir y las galletas.
¿Por qué los mayores son tan complicados?
Será pequeña e ingenua en algunos aspectos, pero tonta no es, así que no la traten como tal
#My OCS#emdt next generation#los niños del emdt#Hijos de Gongora y Quevedo#victoria#liberto#Miranda Gongora y Quevedo#Estos cambian sus apellidos en función de para lo que lo necesiten
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1993: El año que la hija de Kurt Cobain conoció el terror en los brazos de RuPaul mientras Dave Grohl hace lo suyo: Photobombing. xDDD
#awesome people hanging out together#gente que mola mucho saliendo juntos#dave grohl#kurt cobain#1993#rupaul
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Suiza en tren en 6 días
Para empezar y sin paños calientes… Suiza es caro, MUY caro. Pero también es muy bonito y merece la pena, si lo organizas con tiempo seguramente te salga más económico que si lo haces como yo todo a última hora.
Yo viaje del 21 de agosto al 26 de agosto, llegando a las 8 de la mañana a Zurich y saliendo de Ginebra a las 18:30 (por lo que puedes aprovechar ambos días).
Mi recorrido fue el siguiente, el cual, me gustó mucho, salvo el final en Ginebra. Os cuento paso a paso:
Primer día: ZURICH
Llegada al aeropuerto de Zurich a las 8 de la mañana, ir al hostel, desayunar y primer paseo por la ciudad, al principio no me llamó mucho la ciudad, pero luego ya le fui cogiendo el encanto y me gustó mucho.
Segundo día: LUCERNA/ZUG/ALPNACHSTAD (Monte Pilatus)
Día fuerte, me levanté prontito y fui hacia Lucerna, dónde había cogido noche para dormir. Dejé las cosas y me fui a hacer la subida al monte Pilatus (unos 2300 metros de altura), para mí, algo que no te puedes perder, de lo mejor del viaje.
Una vez ya estás instalado, coge un abriguito fino (en agosto no hace frío como para ir con gorro, guantes, etc como yo pensaba) por si acaso (yo me asé de calor) y desde la estación de tren de Lucerna vas hasta la estación de Alpnachstad –unos 30 min- y subes en el tren cremallera hasta la cima, este tren sube rampas de un 47%, cuando ves el vagón que va delante impacta bastante. El recorrido es increíble, en mi caso ese día estaba nubladillo, por lo que pasé de las vistas del lago, los paisajes alucinantes en modo nublado a meterme en medio de las nubes y para terminar ver un mar de nubes bajo un sol abrasador. No paraba de mirar a todos los lados de lo bonito que era, y menos mal porque solo la subida son ¡57€!, aunque creo que merece la pena…
Una vez arriba del todo, disfrutar de las vistas y bajar por la otra cara de la montaña dirección Hergiswill. Para ello bajas en una especie de teleférico en dos partes, la primera hasta la mitad de la montaña, dónde está EL TOBOGGAN, un total de 1 kilómetro 400 metros de bajada!!! En la que se coge mucha velocidad si quieres, vale 8 francos y merece bastante la pena, te lo pasas de lujo, vamos que no es solo para niños, muy muy divertido. También te puedes tirar con tirolina y más actividades para los más pequeños, pero el tobogán no entiende de edades XD.
Una vez hayas disfrutado del tobogán bajas la última parte de la montaña en el siguiente teleférico y ya en bus hasta Lucerna (Google maps te indica por dónde tienes que ir y el bus que coger). La bajada son unos 30€ creo en total –los dos teleféricos-, ya no me acuerdo bien… La segunda parte se puede bajar andando….
Cuando llegué a Lucerna, en vez de irme a descansar me fui a ver Zug (que está a 20 min de distancia), es pequeñita y se ve rápido, con un lago gigante, si estás muy cansado puedes no ir, pero es bonitina.
Por la tarde/noche ya en Lucerna, me gustó también bastante, lo único que no sé si porque era entre semana, pero a eso de las 11 de la noche ya no quedaba mucha gente por las calles, así que me fui a dormir que estaba matado!
Tercer día: INTERLAKEN/LAUTERBRUNNEN/BERNA
Volvemos a madrugar, esta vez para hacer una ruta por Interlaken y ver las cascadas de Lauterbrunnen.
Desde la estación de Lucerna coges un tren hasta Interlaken y desde ahí a Lauterbrunnen. El trayecto desde Lucerna son como 2h y media en el que no puedes dejar de ver el paisaje, siempre pasando por lagos, montes verdes, muy chulo.
Una vez en Lauterbrunnen…. Ruta entre montañas (la pueden hacer hasta niños) hasta las cascadas, primero la cascada de Staubbachfall (300 metros de caída de agua por la montaña) y después las cascadas de Trummelbachfalle, por dentro de la montaña, el agua baja con muchísima fuerza e impresiona bastante. Importante ir con un chubasquero porque dentro te cae bastante agua y hace bastante fresco por dentro de la montaña (el precio creo que eran 11 francos).
Después del paseo por la montaña, deshacer lo andado, coger la mochila (que la dejé en la estación de tren en una taquilla) y dirección a Berna. Ciudad que más me llamó la atención, junto con Basilea. Preciosa, el centro es peatonal y adoquinado, los edificios son típicos antiguos, que mola un montón, tienen un reloj astronómico parecido al de Praga, todo me llamaba la atención de la ciudad. Una parada más que obligatoria.
Si os hace bueno podéis ir al mirador de la ciudad a ver la puesta de sol con unas cerves tirados en el césped, es un parque grandecito en el que tienen una especie de jardines con muchas flores, a 15 min del centro andando, así que está cerca todo.
Cuarto día: BASILEA
Ya las piernas empiezan a estar cargadas, pero la ciudad es preciosa, una de las que me han parecido más bonitas y que vi bien dedicarle el día entero. Comí de un tupper que cogí en algún supermercado con los pies a remojo del río, cosa que con el tute que llevaba en las piernas se agradecía mucho. Al solecito, con una cerveza, relax absoluto. Mientras comía, vi que la gente aparecía por mitad del río dejándose llevar por la corriente con bolsas impermeables en las que metían toda su ropa. Estas bolsas creo que valían como 20€ aprox, la gente se mete al río lo más arriba posible de la ciudad y se deja llevar por la corriente durante varios kilómetros, luego se secan y ale, a seguir viendo la ciudad! El río baja con bastante fuerza, así que tenía pinta de ser bastante divertido.
Quinto día: GINEBRA
Decepción absoluta, nada más llegar vi que no tenía nada de nada!!! Que el trasporte al contrario que en las demás ciudades de Suiza que va al minuto, aquí era horrible, era domingo y estaba todo cerrado, ya estaba cansado también del viaje. Se juntó todo, pero aun así… si puedes evitar ver esta ciudad, yo la quitaría del recorrido. Al igual que te diría que no te pierdas ninguna de las cosas de los días anteriores, aquí puedes cambiar la ruta sin problemas.
Por la tarde/noche me fui a la casa y estuve viendo algún partido de fútbol y viendo series. Al día siguiente, el vuelo salía a las 18:30 así que me fui a una mini playa artificial que hay (lo único bueno de la ciudad) pasando el chorro de agua, sigues andando unos 5 minutos y a relajarte!! Llegué a las 10 y me fui sobre las 14:30, a comprar chocolates para traer y a recoger la mochila que la había dejado en el hotel.
Datos del viaje.
Resumen de gastos:
- Vuelos (comprados a menos de dos semanas del viaje):
Ida a Zurich: 83€
Vuelta desde Ginebra: 76€
- Hoteles, entre 60€ y 120€/noche.
Puntualizar que los cogía el día de antes porque así me iba moviendo por las ciudades en función del tiempo que hacía. Se pueden encontrar MUCHO más barato.
- Swiss travel pass: Rondando los 300€ -para todos los días que fui-
Aquí creo que perdí dinero, bastante, más por desconocimiento que otra cosa.
Con esta tarjeta te puedes mover por TODA Suiza, tren, tranvía, bus, entradas a museos… No necesitas ni sacar billetes, se lo muestras al revisor cuando pasa y con el dni y suficiente. Por lo que es muy muy cómodo el moverte por todo el país.
¿Por qué digo que perdí dinero? Pues bien, la Swiss travel pass la puedes coger de 3 días (221€), 4 días (268€), 8 días (399€), 15 días (489€) o la tarifa “Flex” para días alternos (esa ya no sé cómo funciona). Yo contaba con utilizar tranvías, buses, etc por la ciudad y me salía rentable, lo que no contaba es que en algunos hoteles te dan una tarjeta (Toursit pass creo) que te vale para montar gratis en todos los tram, buses de la ciudad para los días que te alojas….. Así que si hubiese sabido eso ya no me salía rentable. He de decir, que solo me la dieron en Berna, Basilea y Ginebra, en las demás NO. Ya que cada uno calcule los billetes que va a usar y si tienen en el hotel/hostel esa tarjeta.
- Ejemplos de lo caro que es la comida en Suiza: Comer una pizza y una cerveza en Berna 32€. Unos espaguetis y cerveza en Ginebra 27€. Un café y un donuts en Zurich 8€. Un kebap y coca-cola 14€ en Zurich.
Total del viaje para los 6 días, sin organizar nada con tiempo y cogiendo los sitios para dormir casi al día, salío por unos 1500€.
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25 a 27 de Agosto. Parque Nacional de Komodo.
Programar un viaje a Indonesia no es tarea fácil.
Se trata de un archipiélago de 17.650 islas, de las cuales más de 1.000 están habitadas. Y algunas son, ni más ni menos, Java, Sumatra, Borneo, Bali, las Molucas, Papúa Nueva Guinea...
La cantidad de actividades potenciales es abrumadora pero, al mismo tiempo, Occidente sigue siendo bastante ignorante de todo lo que puede ofrecer el país, y aquí la industria del turismo es incipiente y desigual. Con decir que no existe una Rough Guide de Indonesia, está todo dicho. Así que tuvimos que organizar el viaje armados con una Lonely Planet en italiano de hace cuatro años (sorprendentemente obsoleta) y una Insight Guide bastante breve pero, al menos, en formato electrónico.
En estas circunstancias, hacer un calendario de actividades es un tiro en la oscuridad, confiando en que lo que has elegido sea memorable y lo que has dejado de lado... bueno, que no duela demasiado. Por ejemplo, tomamos la decisión de ignorar Bali porque todo el mundo nos había dicho que estaba demasiado masificada y orientada al turismo. O decidimos ir a ver los orangutanes e ignorar el mayor lago volcánico del mundo. No hay forma de saber si hicimos bien o no.
Pero lo que no se puso nunca en duda es que íbamos a visitar a los famosos dragones de Komodo. Los dragones viven en un par de islas de un archipiélago protegido con categoría de Parque Nacional. Para llegar a su isla hay que desplazarse en barco y hacer noche allí, así que nos volvimos locos y alquilamos un barco bastante aparente con una tripulación de cinco más un guía para que durante dos días y dos noches nos hicieran un tour por todo el parque. Qué se le va a hacer; seguimos siendo DINKies y en algo hay que gastarse la herencia de los churumbeles...
Nuestra experiencia comenzó el día 25 bien tempranito. Si lo recuerdas, veníamos de hacer noche en la capital de Bali con el único objetivo de tomar un avión a las 7:30 que nos llevaría a Labuhanbajo, la capital de la isla de Flores (por cierto, que su nombre es herencia de la presencia portuguesa). Allí nos recogió Patrisno, el guía que nos cuidó durante la estancia - ya voy anunciando que no hizo nada para mejorar la mala opinión que tengo de los guías turísticos. Y como el lugar es minúsculo, en 10 minutos estábamos en el puerto y en otros 10, en el barco y zarpando con destino a nuestra primera parada.
Algunas notas sobre la vida en el barco. Comimos bastante bien: tres comidas completas y hasta exageradas. No han sido las más sabrosas del mundo, pero sí las más sofisticadas del viaje... y las más abundantes. Tenemos la certeza de haber engordado en estos breves días. La convivencia con la tripulación, cordialmente incómoda, pero esta gente tiene experiencia en desaparecer cada vez que asomas tú el hocico. Ha facilitado la tarea que sólo el guía sabía inglés. Los demás sonreían mucho y no hablaban nada. Y hablando del guía, en cuanto se dio cuenta de que no éramos unos condes italianos, o de que estábamos en las antípodas ideológicas y religiosas, o de que a él le mola el buceo y nosotros sólo podíamos hacer snorkel de jubiletas... cualquiera de esos factores hizo que rápidamente perdiese el interés en nosotros.
Yendo al meollo del asunto. El tour por el parque nacional de Komodo tenía mucho más de actividades acuáticas de lo que nosotros preveíamos, pero eso aumentó el atractivo lejos de reducirlo. En realidad se trató de hacer un recorrido por un grupo de islas situadas al Este de Flores, con varias sesiones de buceo con tubo y un par de paseos a pie por alguna isla. Lo primero que hicimos fue (comer) anclar junto a un islote para bucear por un arrecife de coral. Nos encantan los peces tropicales y aquí la variedad y calidad era muy buena, pero las fuertes corrientes hacían que tuvieramos que quedarnos limitados a unos pocos metros y nos dio agobio y pedimos un cambio de tercio.
El Presidente lo concedió y nos fuimos a lo que se conoce como Manta Point, un lugar en mitad de la baía donde se suele avistar mantas. La profundidad era bastante grande (15 o 20 metros mínimo), y no vimos mantas. Yo vi algo, y tenía forma de manta o de raya o de ovni con cola puntiaguda. Sé que no lo soñé. Pero me entretuve en avisar a los demás y no me fijé en detalles. Ahora sé que no era una manta. Pero algo era.
Ya estábamos algo decepcionados con el balance de vida marina, pero qué se le va a hacer: esto no es el National Geographic - los animales no posan. Acabamos el día viendo la puesta del sol en la isla de Padar. Haciendo una pequeña caminata cuesta arriba se corona un picacho y se ven dos playas simétricas en forma de media luna. Si además hay la posibilidad de que Lorena recoja coral muerto para decorar la pecera, pues mira, tanto mejor. Un buen fotógrafo o alguien con sensibilidad puede hacer grandes fotos. Yo me limité a obtener algún recuerdo.
En el mar no hay gran cosa que hacer y aquí anochece a las 6:30. Después de cenar y aguantar una charleta proselitista de un cristiano convencido, se apagan las luces y la piltra aguarda. A las 21 ya estábamos planchando la oreja. Por desgracia, dos factores impidieron una cura de sueño en alta mar: se seguía oyendo la llamada al rezo de las 4:30 y los barcos de alrededor se pasaban la noche con el motor encendido para que funcionase el aire acondicionado. En el mundo sobra chusma.
Al día siguiente comenzamos tarde por esperar al guía - a quien no parecía importar la llamada al rezo o el hecho de que la tripulación estuviese en marcha desde las 6. Pero el caso es que llegó el momento esperado: la visita a la Isla de Komodo.
Un guarda del parque nos acompañó por un paseo circular de unos 4 kilómetros, y fuimos viendo dragones. Como suena. Unos más grandes, unos más viejos... El más memorable fue uno que nos encontramos en medio del camino, un joven que había acabado la fase arbórea de su vida (los recién nacidos que sobreviven se encaraman a los árboles y pasan allí unos cinco años para evitar ser cazados por los adultos). El guía, jovencísimo, tenía un nivel competente de inglés y, sorprendentemente, un español aceptable. Nos enseñó los dragones, nos hizo fotos con intención y nos permitió oir por primera vez conscientemente Despacito, que lo peta en todo el mundo e Indonesia no es excepción.
Tras los dragones, nos fuimos a una playa famosa llamada Pink Beach (que se pone rosa por los restos de coral rojo que forman su arena), donde nos enamoramos de una sepia fantástica a la que estuvimos observando varios minutos. A estas alturas, ya andaba yo intentando grabar vida marina con una cámara subacuática del Decathlon que Lorena nos regaló, que se ajusta a la máscara de buceo. La idea es maravillosa. La ejecución, pésima. La caja no era estanca y se llenó de agua. Los recuerdos que conservamos son imágenes empañadas, seguidas de imágenes con agua, seguidas de la avería de la cámara. A pesar de meterla en arroz no ha vuelto a dar señales de vida y no sabemos cómo nos responderán en Decathlon cuando les rogemos que se hagan una sonda rectal con ella.
Tras almorzar fuimos a buscar tortugas marinas y flipamos bastante porque encontramos dos o tres y pudimos nadar con ellas y seguirlas a una distancia respetuosa. Después nos fuimos a otro punto y aquí sí: nos encontramos con dos mantas. A una la vimos frente a nosotros y tratamos de seguirla, pero es como intentar cazar a Hussain Bolt con zapatos de tacón. Otra, vino hacia nosotros y nos pasó por debajo. Cuando hicimos por seguirla, se giró y amagó con venir en nuestra dirección, momento en que optamos por la mejor parte del valor -la discreción- y nos piramos echando leches. Las mantas son negras que asustan, miden entre 2 y 4 metros de ancho y tienen un bocarrón que parece que se te van a tragar en un ñam. Qué bonita experiencia y qué emocionante seguirlas a una prudente distancia. También vimos un tiburón de punta negra, que hay que mencionarlo pero que no impresionó igual.
Como puede verse, el segundo día fue el más intenso en cuanto a vida natural. Acabamos viendo la puesta del sol frente a unos manglares en lo que llaman la Isla de los Murciélagos. Contra todo pronóstico, está llena de murciélagos. Y al caer el sol salen en bandadas para ir a comer a la isla principal. Son zorros voladores, así que incluso desde la distancia se nota que son grandes y tienen la típica forma de Batman. Aunque desconcierta que su batida de alas se parece más a una gaviota que a un murciélago. Me pasé 15 minutos deseando que no me cagasen encima.
Con esto acabó el segundo día, así que después de una cena opípara nos fuimos a dormir. Fue una noche especialmente movidita, de mar, de ruido y de calor, y al final me vi saliendo a dormir a cubierta hasta las 5:30. La ventaja es que vi amanecer.
El último día (hasta las 2 de la tarde) lo dedicamos a colocar nuestros aperos en una playa y hacer snorkel dos o tres horas. Un poco más de comida, un poco más de dolce fare niente y a hacer tiempo hasta bajar a tierra y tomar el avión a Lombok.
Balance muy positivo. Memorable. Sólo querría que alguna foto o vídeo hiciera justicia a lo que hemos vivido. En cualquier caso, se queda grabado en nuestra retina y allí tendrá que quedarse.
Próxima parada, Lombok. Última etapa del viaje.
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