#feliz navidad atrasada :3
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eljaboncitogron1943 · 11 months ago
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FELIZ NAVIDAD (ATRASADA) Y FELIZ AÑO :3
MERRY CHRISTMAS AND HAPPY YEAR
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vhagarlovebot · 2 years ago
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FELIZ NAVIDAD ❤️‍🩹 vengo a decirte que AMO como escribís a aemond, especialmente modern!aemond, me encantaría pedirte algo de tom bennett pero no eh visto que escribas sobre el 😖
PERDÓN POR NO RESPONDER ANTES! feliz navidad súper mega atrasada para ti tb. 💗 amo cuando me llegan estos mensajitos en español 🥺<3. btw muchas gracias !!! no he visto world on fire :( conozco muy poco de la personalidad de tom la vdd pero sí he pensado en escribir sobre él, así que no hay nada descartado jjj.
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giulianazerpa22 · 2 years ago
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Foto de navidad atrasado qwq
Feliz navidad atrasada gente qwq <3
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roryhoncy · 7 years ago
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JERICHO HART + RORY HONEYCUTT A E S T H E T I C;
“                        “She blushed and so did he.
                                She greeted him in a faltering voice, 
                         and he spoke to her without knowing what he was saying.”
                                                                           — ( @jxerichos )
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polasan26 · 3 years ago
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Feliz Navidad atrasada xd, espero que la hayan pasado bien en esta festividad, este es un dibujo de Tweek y Craig de South Park 💚💙, disfrútenlo :3
#tweekxcraig # tweek tweak # craig tucker
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learnsun0w0 · 4 years ago
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¡¡¡FELIZ NAVIDAD ATRASADA!!!!! :D 
Que pases muy lindo con todas las personas que se encuentran contigo estas fechas :3❤ Abachos y bendiciones a todos❤
Mejor tarde que nunca ¿verdad? Doy señales de vida por mi inactividad ( ╥︣ - ╥︣ ) Ya extrañaba dibujar a mis guaguas ❤ Espero que les gusten!! bye~
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myhelaxavier · 3 years ago
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Hola hermosuras, soy yo de nuevo, se que últimamente desapareci por mucho tiempo y creo que merecen saber la razón de ello, luego de mostrarme todo su apoyó y amor 💖 en éstos últimos meses me encontré envuelta en un estado mental realmente malo, hacer cosas como levantarse por las mañas, comer, responder un mensaje, ducharse, se volvió realmente complicado y difícil de hacer, las lágrimas se volvieron mis fieles compañeras así como el constante sentimiento de frustración y miedo, todas las cosas que disfrutaba hacer se volvieron monótonas y sin sentido... Fue difícil pedir ayuda, porque realmente no sabía que estaba mal, mi madre sufrido depresión por muchos años, yo era su pilar en aquel entonces, pero cuando me encontré viviendolo me pareció difícil de aceptarlo, casi vergonzoso decirlo en voz alta.
Gracias a una de ustedes, una maravillosa Charmie me tendió la mano y me ofreció su ayuda honesta por lo cual me siento profundamente agradecida, me puso en contacto con ayuda psicológica, y desde entonces las cosas han ido mejor, todo necesita tiempo y un proceso, y aún hay días malos, pero ahora se cómo hacerle frente.
Una de mis tareas durante las sesiones fue enlistar las cosas que me hacen felíz pero dejé de hacer, por supuesto adaptar/escribir fue mí número uno, así que esto me lleva a explicar que sucederá con las historias en curso, e vuelto a trabajar en ellas, y ahora que tengo un itinerario (también como una de mis tareas), el capítulo 4 de vientre deberá estar publicandose antes de año nuevo y el capítulo 3 de un poco sucio deberá suceder en la segunda semana de enero, quizás antes si todo marcha bien.
Todos será publicado aquí ya que ao3 volvió a solicitar que eliminará los links de reenvío de cada capítulo y suspendió mi cuenta por un mes, así que... Todo estará aquí, mi perfil seguirá abierto para que todos puedan leer, también tengo algunos planes para publicar sobre otras shipps pero ya veremos.
Esto fue más largo de lo que esperaba, lo siento, pero gracias por leer hasta aquí, es importante para mí compartir esto con ustedes, porque realmente son importantes para mi, Ustedes me han echo confiar en mi más de lo que yo hacía, les envío un fuerte abrazó y un recordatorio, si alguna ves necesitan hablar con alguien de cualquier cosa mi chat siempre estará abierto. Las quiero 😘✨y Feliz Navidad🎉! (Muy atrasada... Lo siento)
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eldiariodelarry · 4 years ago
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Clases de Seducción, parte 17: Nuevas Clases
Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7, Parte 8, Parte 9, Parte 10, Parte 11, Parte 12, Parte 13, Parte 14, Parte 15, Parte 16
Rubén se quedó de pie frente a la casa de Sebastian por varios segundos, sin saber qué hacer, o cómo sentirse.
El pecho le dolía, como si tuviera tantas emociones contenidas en su corazón que no sabía cómo definirlas, y mucho menos cómo expresarlas para dejarlas salir. Estaban ahí, acumulándose dentro suyo, doliéndole tanto que no sabía qué hacer.
Comenzó a caminar hacia su casa, y se sintió débil, como si el tener tantas emociones dentro suyo le hubiese consumido toda la energía de su cuerpo.
Le costó encajar la llave en la cerradura de la puerta de entrada, producto del temblor leve que tenía en sus manos.
Saludó a su hermano, que veía TV sentado en el sillón, y pasó directo a la cocina a servirse un vaso de jugo, de esos que son más azúcar que sabor a fruta, y comenzó a sentirse levemente mejor.
—¿Y tú?, ¿acaso viste un fantasma? —le preguntó su hermano desde el living.
—No —respondió Rubén, soltando una risita nerviosa—, es que tengo hambre. ¿Y el papá? —preguntó, para cambiar de tema, intentando sonar casual.
—Llamó hace un rato, recién venía saliendo del taller —respondió Darío, poniéndose de pie y dirigiéndose a la cocina a ver directamente a su hermano—. ¿Para dónde te fuiste? —le preguntó, con tono intrusivo.
—Fuimos con mis compañeros a un pub —respondió Rubén, avergonzado.
—¡Bueena hermanito! —Darío se rió con orgullo—. ¿Y cómo te dejaron entrar si eres menor de edad?
—Pedía bebidas nomas —respondió sucintamente, sin mencionar la parte en que le cambiaba la bebida a Rafael por su bebida alcohólica.
—A mi no me engañas enano. Estuviste tomando —Darío se apoyó de brazos cruzados en el marco de la puerta, sonriendo con curiosidad.
—Puede que haya tomado un poco —aceptó finalmente Rubén, logrando que Darío soltara una risotada.
—Estás aprendiendo enano, estoy orgulloso —se acercó y le dio un coscorrón a Rubén en el cabello—. Mañana me voy a Santiago a cerrar el semestre, pero cuando vuelva te voy a contar todo lo que tienes que saber de la universidad y cómo triunfar en popularidad.
—Gracias, Darío —dijo con sarcasmo Rubén. A pesar de que sabía que su hermano lo haría de buena voluntad, no creía que fuera a servirle de mucha ayuda, porque tenía cierta resistencia a involucrarse en situaciones sociales de carrete y esas cosas.
Al rato llegó el padre de los muchachos y tomaron té los tres juntos, mientras Rubén les contaba los pormenores de su postulación a las universidades.
—¿Y por qué preferiste postular primero acá y no en alguna universidad en Santiago? —quiso saber su padre.
—Porque así te significo menos gastos —respondió Rubén—, y así no te quedas solo.
El padre de Rubén sonrió agradecido, y le dio una palmadita en el hombro.
Rubén amaba a su padre más que a nada en el mundo, pero no por eso pretendía quedarse para siempre viviendo con él. Lo que le preocupaba en ese momento con respecto a su padre, era que sentía que aún no superaba la muerte de su esposa, y si él se iba, no le gustaba la idea de que de repente quedara completamente solo.
Después de comer, Rubén se fue a acostar de inmediato, cansado emocionalmente por los últimos momentos en que estuvo con Sebastian. Sus últimas palabras dieron unnumerables vueltas en su cabeza, hasta que por fin se quedó dormido.
A la mañana siguiente, cuando Rubén se levantó a desayunar, Darío se despidió de él ya que iba saliendo rumbo al aeropuerto.
—Cuídate, enano —le dijo Darío, dándole un abrazo y dándole fuertes palmadas en la espalda—, nos vemos a fin de mes.
—Cuídate también, Darío —Rubén apenas pudo articular las palabras por los golpes en la espalda.
—Ojalá para cuando vuelva ya tengas polola —le dijo a modo de broma, aunque Rubén se sintió incómodo.
Su padre fue a dejar a Darío al aeropuerto, mientras Rubén se quedó desayunando a solas. Luego se duchó y se alistó para salir rumbo hacia el cementerio a visitar la tumba de su madre.
Cuando llegó al lugar, notó que sobre la placa de mármol que indicaba el nombre de su madre, había una fotografía con una enmarcación dorada. Rubén se arrodilló delante de la placa, tomó la imagen en sus manos y la observó emocionado.
En la fotografía aparecía él junto a su hermano y su madre, en el Parque Croata cuando eran pequeños. Calculó que él tenía unos cuatro años, mientras que su hermano debía haber tenido siete. Los tres estaban sentados en el pasto, la madre le acariciaba el cabello a Darío, mientras éste abrazaba por el cuello con ganas a Rubén, que estaba sentado al medio, y se veía incómodo por el abrazo de su hermano, pero sonreía feliz. El cabello negro de su madre caía en ondas hasta sus hombros, y ella sonreía plácidamente, como si disfrutara plenamente el momento. A pesar de que no se veía en la fotografía, Rubén sabía que su padre era quien estaba detrás de la cámara.
Una lágrima cayó por el rostro de Ruben al recordar con nostalgia cuando estaba la familia completa unida. Viva.
Notó que Darío había puesto un nuevo ramo de claveles en el florero, y que había cambiado el agua. De todas maneras, tomó un pañuelo de su mochila y limpió la placa de la tierra que pudo haber caído durante la noche.
—Ayer vino el Darío y trajo esta foto —comenzó a decir Rubén, dirigiéndose a su madre—. Había olvidado que la teníamos. Te ves hermosa. Siempre lo fuiste —las lágrimas cayendo por su rostro desencadenaron en un llanto completo—. Desearía haberme dado cuenta, mamá, haberte ayudado a buscar ayuda, aunque a esa edad dudo haber podido hacer algo. Te extraño tanto —dijo después de un largo suspiro para calmar el llanto—. Te necesito tanto.
Rubén se quedó en silencio por unos segundos, escuchando el viento soplar con suavidad.
—Perdón por no haber venido hace tanto tiempo —continuó, más calmado—. Han pasado muchas cosas desde la última vez que vine a verte. Lo más importante, ayer postulé a la universidad; la próxima semana me avisarán en qué universidad quedaré para matricularme. Postulé a Ingeniería Civil en Minas, en la UCN; creo que es una buena carrera, no sé si qué tan bien me vaya, así que estoy un poco nervioso por eso, pero mi papá me dice que haga lo que haga me irá bien, porque soy muy inteligente, pero es mi papá y obviamente va a decirme eso porque me quiere —soltó una risita al recordar lo bueno que era su padre siempre con él—. En la PSU me fue bien, no saqué un puntaje extraordinario, pero creo que me alcanzará para entrar a mi primera opción. Al Seba le fue pésimo, eso sí —agregó con cierta tristeza—, no sé por qué le fue tan mal, considerando que estudiamos mucho antes de la prueba. Ahora su papá lo obligará a hacer el servicio, para castigarlo por no haber tenido buenas notas en el liceo. Es un mal padre, ¿cierto?, un pésimo padre —Rubén sintió que estaba comenzando a sentir la ira en su interior—. Si estás de acuerdo conmigo, haz que los pajaritos canten —agregó a modo de broma, para calmar sus emociones negativas.
En ese momento Rubén se quedó en silencio y escuchó a las aves cantar. Sonrió, por la respuesta a su pregunta, pero sabiendo que hizo trampa, porque los pájaros cantaban todo el tiempo en ese lugar.
—A propósito del Seba, ¿te acuerdas que la última vez que vine te dije que estaba confundido? —se quedó en silencio unos segundos, como esperando una respuesta—. Bueno, después de eso, con el Seba comenzamos a desarrollar una especie de… ¿cercanía? —no sabía cómo definir exactamente lo que había tenido con Sebastian durante ese tiempo—. No fue una relación amorosa, creo. Nos dábamos besos —se sonrojó al decirlo—, nos acostábamos abrazados cuando nos tomábamos un descansito del estudio. Era algo lindo —recordó—, y me ilusioné mucho, hasta que el Seba lo cortó de raíz. Se asustó.
Rubén recordó con tristeza la vez que Sebastian le había dicho que no podían ser más que amigos, aquella tarde cuando iban caminando por la línea del tren de vuelta a sus casas, y lo mucho que le habían dolido sus palabras. A pesar de que después su amigo le aclaró por qué lo había hecho, el dolor que había sentido no se lo podía quitar.
—Después de eso, comencé a conocer a un chico, del liceo —continuó, volviendo a sonreir—. Es súper seguro de sí mismo, pero no en una forma arrogante, sino que sabe quién es, y no le da miedo asumirlo. Eso me gusta de él. Me gusta él, y él dice que yo también le gusto —se ruborizó—, así que quizás en mi próxima visita esté pololeando —bromeó.
Pensó por unos segundos en si hablar sobre lo que había pasado en el paseo de curso, pero al final decidió no hacerlo. Sintió que eran cosas muy fuertes como para contárselo, aunque pensaba que su madre lo observaba en todo momento desde arriba.
—Las últimas semanas han sido difíciles —admitió—. No te diré por qué, aunque supongo que deberías saberlo ya, prefiero pensar que así es. Desearía que estuvieras acá, aunque si estuvieras, tampoco creo que te lo contaría, pero con abrazarte sería suficiente. Lo que sí te contaría sería todo lo demás, lo del Seba, lo del Felipe (así se llama el niño del liceo) —agregó, sonriendo—; o al menos eso creo. Me gustaría poder hablar de estas cosas con mi papá, pero me da miedo contarle que soy gay; al Darío dudo que le cuente, capaz que me atropelle con el Aska del papá —bromeó.
Rubén se quedó en silencio unos segundos al ver pasar una familia con cuatro niños pequeños que caminaban haciendo mucho ruido. A pesar del bullicio, Rubén sonrió. Al menos se veían felices.
—¡Se me olvidaba contarte de nuestra navidad! —exclamó de repente Rubén, después de que la familia había desaparecido de su campo visual—. Estuvo bonita, tranquila. Fue sencilla, sin regalos. Solo los tres juntos, como siempre —continuó—. Después de cenar me senté en el sillón, mirando el arbolito, y por un momento pensé que podías entrar por la puerta, como si vinieras atrasada por el tráfico o algo así —recordó Rubén, melancólico. Se quedó unos segundos en silencio, apreciando el sonido del viento y el cantar de las aves—. Bueno, en un par de semanas volveré para contarte dónde estudiaré finalmente —dijo, a modo de despedida—. Nos vemos entonces, a pesar de que sé que estás siempre conmigo. Te amo.
Rubén besó sus dedos índice, medio y anular de su mano izquierda, y luego los apoyó sobre la placa de mármol donde salía el nombre de su madre. Se puso de pie, y comenzó a caminar hacia la salida del cementerio, con una sonrisa en el rostro.
Siempre que iba a visitar a su madre se sentía aliviado de alguna forma, como si efectivamente ella lo escuchaba y lo aconsejara.
Tomó la micro con dirección al centro de la ciudad para encontrarse con Catalina, con quien había acordado juntarse para almorzar.
—¡No puedo creer que haya hecho eso! —exclamó Catalina tapándose la boca, después de que Rubén le contara sobre lo que había ocurrido en el paseo a Iquique—. ¿te rompió algún diente?, ¿te fracturó la mandíbula?, ¿algo? Rube, tienes que denunciarlo, esto no puede quedar así.
Rubén negó con la cabeza, mientras bebía un sorbo de bebida. La pareja de amigos estaba sentada almorzando en la terraza de un local de pollos en el centro de la ciudad.
—¿Y con qué plata quieres que lo denuncie? —le preguntó Rubén, riendo—, me quedó dolorido por un día, pero ya no me duele. Aparte después quedó humillado.
—Pero Rubén, en serio, es muy feo lo que hizo —Catalina estaba muy enojada.
—Ya pasó —la tranquilizó—. Lo importante es que no lo voy a volver a ver.
Rubén en verdad no tenía ganas de seguir ahondando en el tema de Marcelo. A pesar de que intentaba bajarle el perfil, realmente no le gustaba hablar de él porque le recordaba todo el miedo que lo hizo sentir.
—Bueno, si tú lo dices —aceptó a regañadientes Catalina, dando un suspiro—. Entonces hablemos ahora de por qué te metiste con el Seba —lo miró con reprobación—. Pensé que estabas de maravillas con Felipe, y que el Seba te había dicho prácticamente que no estaba ni ahí contigo.
—Si, bueno, mira —Rubén intentó ordenar las ideas en su cabeza—. Con el Felipe nunca formalizamos nada, de hecho, antes de irme de viaje, solo nos vimos una vez, y ni siquiera nos besamos ni nada. Y bueno, con el Seba esa noche estábamos borrachos, y los dos sentimos que queríamos hacerlo —Rubén se sonrojó.
—¿Entonces ahora estás con el Seba?
—No, tampoco. Al día siguiente hablamos. Se me declaró —Rubén recordó cuando estaba con Sebastian en la sala de clases de la escuela de Humberstone, y sonrió—, y le dije que estaba conociendo al Felipe, y que por eso no podía aceptar estar con él.
Catalina sonrió al escuchar las últimas palabras de Rubén.
—¿Entonces ahora estás con Felipe? —se alegró mucho su amiga.
—Si, algo —se rió Rubén, tímido—. Algo me dice que prefieres que esté con Felipe.
Catalina rió.
—Es que Rubén, hacen muy linda pareja. Yo los veía esa vez que fueron al cine y se veían muy lindos juntos —Rubén se ruborizó—. Aparte me cargó eso que te hizo tu amigo el Seba, de decirte que quería tener sexo con una de tus compañeras en la fiesta de gala, ¿y ahora sale con que le gustas? Muy chueco tu amiguito.
—Bueno, él me explicó que todo lo que hizo, lo hizo por miedo, y de hecho estaba súper arrepentido, y ni siquiera insistió en que dejara al Felipe, como que ya tenía asumido que me había perdido. —Rubén recordó las últimas veces que había hablado con Sebastián, y le dio pena darse cuenta que últimamente estaba apagado, que ya no era el mismo.
—¿Qué pasó? —le preguntó Catalina, dándose cuenta del cambio de expresión de Rubén.
—Nada —respondió Rubén, sin saber si contarle realmente lo que estaba pensando o no. Finalmente decidió hacerlo—. Lo que pasa, es que el Seba ha estado muy distinto desde entonces, como apagado. Antes era súper alegre, pero ya no.
—¿Y piensas que está así porque lo rechazaste?
—No, no sé. El Seba va a hacer el servicio este año, por obligación de su viejo —le contó, para contextualizar—, y ayer me acompañó a postular en la UCN, y después nos encontramos con otros compañeros en un pub. Se le anduvieron pasando los tragos, y al final lo noté muy triste —se tomó unos segundos para ordenar sus ideas en la cabeza—. Cuando nos fuimos, nos quedamos un rato afuera de su casa, y se quedó mucho rato mirándome, sin decir nada. Pensé que me iba a besar, pero al final me abrazó nomas y me dijo “te amo” —Rubén bajó la voz al decir las últimas dos palabras, como si le diera vergüenza que alguien sintiera eso por él.
—¿Y le dijiste algo tu?, ¿lo habrías dejado que te besara? —preguntó ella, sorprendida.
—No —respondió rápidamente Rubén—. No sé —contestó después de pensarlo mejor, mirando fijamente la mesa.
—Rubén —le dijo Catalina, estirando su mano sobre la mesa para tomar la de su amigo—, creo que es momento de que decidas con quién quieres estar realmente.
—Pero si yo quiero estar con el Felipe —le dijo mirándola a los ojos.
—¿Y qué sentiste cuando el Seba te dijo que te amaba?
—Nada —mintió—. Creo que es bonito que te lo diga alguien por primera vez —supuso, en realidad, Sebastian era el único que se lo había dicho, aparte de sus padres, y efectivamente cuando se lo dijo por primera vez, su corazón se derritió—, pero yo ya sé que el Seba me ama, y yo lo amo a él. Somos como hermanos.
Rubén notó que Catalina sonrió levemente, exhalando por la nariz.
—Mi último pololo me decía que me amaba todo el tiempo, y cada vez que lo hacía me emocionaba, me sentía como la niña más feliz del mundo —recordó Catalina, insinuándole a Rubén que sabía que mentía.
Y ella tenía razón. Rubén se estremeció de la misma manera que cuando Sebastian le dijo que lo amaba por primera vez, a pesar de creer sentirse en un momento de madurez personal mayor.
Le dio muchas vueltas en su cabeza a ese pensamiento: el decir “te amo”, o que te lo digan, en realidad. Él realmente sentía que eran palabras muy importantes, pero no quería malinterpretar las palabras de su amigo, sobretodo porque las había dicho en un estado vulnerable emocionalmente.
—¿Tu último pololo? —le preguntó Rubén, después de varios segundos, dándose cuenta de las palabras utilizadas por Catalina, y se sintió aún más inexperto—, ¿cuántos has tenido?
—Dos —respondió ella con soltura.
—¿Y de cuándo? —quiso saber Rubén, y aprovechó la oportunidad de cambiar el foco de la conversación.
—El primero cuando entré al liceo, y el segundo el año pasado. Antepasado, en tercero —se corrigió—. No es la gran cosa, Rubén —repuso, notando en el rostro de Rubén que había expresado su decepción consigo mismo al no haber experimentado el pololeo como un adolescente normal—. Cada uno a su tiempo.
Los dos siguieron conversando por varios minutos más, hasta que consideraron que era suficiente tiempo de sobremesa, pagaron la cuenta y salieron a caminar.
Rubén aprovechó la caminata para contarle a su amiga todo lo relacionado a Felipe, lo que había pasado en año nuevo, cuando fueron al balneario, y la promesa de recibir clases de defensa personal de su parte, lo que le provocó mucha alegría a Catalina.
Cuando Rubén se despidió de Catalina y tomó la micro, se fue pensando en todo lo que habían conversado, y en lo mucho que necesitaba conversar con Sebastian y aclarar realmente lo que sentía.
Coincidentemente, cuando se bajó de la micro, Sebastian iba de vuelta a su casa desde el almacén, cargando una bolsa con el pan para la once. Al notar que Rubén lo miraba, Sebastian sonrió de inmediato y le hizo una seña, mientras se quedó de pie esperándolo.
Rubén caminó hacia él con una sonrisa y le dio un abrazo al llegar a su lado.
—¿De dónde vienes? —le preguntó Sebastian, a la vez que volvía a caminar rumbo a su casa.
—Salí con la Cata —respondió sucintamente Rubén.
—¿Tu amiga de la PSU?, ¿la rubia linda?
—Si, ella —respondió Rubén, un tanto incomodado por la forma en que se refirió a Catalina.
—Buena. Todavía no me la presentas —comentó Sebastian.
—¿Te gusta acaso? —le preguntó con ironía.
—No la conozco, así que no me puede gustar —respondió Sebastian, buscando la mirada de Rubén—. De hecho deberías presentarla. Tengo que evaluar si es digna de tu preciosa amistad —bromeó.
Rubén notó ciertos rastros de la antigua confianza de Sebastian.
—Cuando tú me digas. Necesito saber cuál es tu veredicto —le siguió el juego a su amigo—. ¿Quieres venir a jugar FIFA? —le ofreció, cambiando el tema.
Sebastian se tomó un par de segundos para responder una pregunta que hace unos meses habría recibido un “sí” instantáneo.
—Ya po —respondió finalmente—. Déjame pasar a mi casa a dejar el pan, y de ahí me voy a la tuya. Prende el play por mientras.
Rubén asintió con una sonrisa, y se dirigió a su casa contento por el panorama que le esperaba junto a su amigo.
Al cabo de unos minutos llegó Sebastian a su casa, y se encerraron en la habitación de Rubén a jugar con la consola el videojuego que Sebastian le había regalado para navidad.
Disfrutaron el final de la tarde jugando y riendo como cada vez que lo hacían, como los viejos tiempos. Cuando se tomaron un descanso para preparar la once, Rubén aprovechó que aún no llegaba su padre a la casa para preguntarle a Sebastian sobre la noche anterior, sabiendo que era ahora o nunca.
—¿Seba? —Rubén intentó sonar casual, pero no lo logró.
Sebastian se aclaró la garganta, y levantó las cejas para indicarle a Rubén que lo escuchaba, mientras pinchaba unas vienesas en el sartén.
—Lo que dijiste ayer, ¿lo decías en serio? —a Rubén le tembló levemente la voz al terminar la pregunta.
Sebastian se quedó mirando el sartén por un par de segundos, antes de mirar a los ojos a Rubén con su mejor sonrisa.
—¿Qué cosa?, no me acuerdo —Rubén sintió que se estaba haciendo el tonto.
—Eso de que quizás en el Servicio ibas a encontrar a alguien que te haga olvidarme.
—Ah, eso —se rió, y Rubén notó cierto alivio—. Era una broma, Rube —dijo, bajándole el perfil.
—¿Y cuando me dijiste que me amabas? —preguntó nuevamente Rubén, pero lo hizo tan rápido que temió haber sonado desesperado.
Sebastian se sonrojó levemente, y Rubén notó su nerviosismo, pero rápidamente se recompuso.
—Pero Rube, tu sabes que te amo. Si somos hermanos —respondió Sebastian, sonriendo con sus labios, pero no con su mirada.
—Si sé, pero…
—Sé que te dije en algún momento que me gustabas, pero creo que me confundí, o algo —argumentó Sebastian—. Ten por seguro que yo te amo, pero no así.
Rubén no sabía cómo sentirse. Tenía una mezcla de emociones tan amplia que no sabía cuál era la que predominaba.
—Bueno —aceptó finalmente Rubén, con una sonrisa, tan genuina como la de su amigo.
—Aparte, no podría vivir conmigo mismo sabiendo que arruiné tu oportunidad de estar con Felipe. Porque de haber tenido que elegir, me habrías elegido a mí porque soy un partidazo irresistible —bromeó, con una arrogancia muy forzada, incluso para él.
—Me alegra ver que está de regreso el viejo Seba —comentó Rubén, con sutil ironía.
Rubén por una parte sintió pena por su amigo, al ver que estaba negando sus sentimientos hacia él. No por un ego propio, o porque quisiera que Sebastian lo amara de forma romántica, sino porque pensaba que estaba negando su propia identidad, sus verdaderos sentimientos.
Por otra parte, también sentía cierto alivio. Él quería darse una oportunidad de estar con Felipe, y quizás no habría podido hacerlo realmente con el “te amo” de Sebastian rondando su cabeza aún. Pero ahora podía por fin pasar la página.
Justo en ese momento llegó el padre de Rubén a la casa y saludó a los muchachos.
Tomaron té los tres juntos, y al cabo de una hora, cuando terminaron, Sebastian se fue a su casa.
Antes de acostarse a dormir, Rubén inició sesión en MSN y le habló a Felipe.
—¿Mañana? —le dijo, sin siquiera decir “hola” primero.
—A las tres —respondió Felipe, después de varios minutos. Una sonrisa se dibujó automáticamente en el rostro de Rubén al leer el mensaje.
Continuaron conversando por esa vía hasta pasada la medianoche, cuando ambos sintieron que era hora de ir a dormir.
—¿Vamos a acostarnos? —le preguntó Felipe, indicando que tenía sueño, pero Rubén lo interpretó de inmediato como una propuesta con doble intención.
—¿Juntos? —respondió, con una carita avergonzada.
—Sólo si tú quieres —Felipe envió el mismo emoticón, seguido de un “xd”.
Finalmente, Rubén se durmió con una sonrisa en su rostro, ansioso por los planes acordados para el día siguiente.
 Rubén se despertó tarde y evaluó si valía la pena desayunar o preparar el almuerzo.
Finalmente decidió desayunar algo abundante, esperando que la comida le sirviera de combustible para superar la clase de defensa personal de Felipe.
Cuando ya eran las dos de la tarde se duchó y buscó la ropa adecuada para ir a la casa de Roberto. Nada le parecía lo suficientemente casual y deportivo. Se sentía disfrazado, porque, siendo honesto, Rubén nunca se había vestido para una tarde de entrenamiento.
Finalmente se puso una vieja polera y un short de baño, y esperó que no fuera incómodo, ya que no tenía otros shorts deportivos, y sentía mucho calor como para usar buzos.
Cuando llegó a la casa de Roberto, Felipe le abrió la puerta y lo recibió con una sonrisa.
—Te ves bien bien, Rubén —le dijo Felipe, que usaba una musculosa celeste y un short blanco. Usaba su gorra roja con la visera hacia atrás.
—Tú también —respondió Rubén, sonrojado por el cumplido, y apreciando los brazos desnudos de Felipe.
Felipe lo hizo pasar y le ofreció algo para comer o beber, pero Rubén solo pidió agua.
Rubén se sentó en el sillón del living mientras Felipe iba a la cocina a buscar un vaso de agua. Al cabo de unos segundos, Felipe volvió a la sala de estar y se sentó junto a Rubén.
Le entregó el vaso con agua, y lo miró mientras bebía. Rubén notó que no sonreía, pero su mirada le expresaba mucha alegría.
—¿Estás solo? —le preguntó Rubén, un tanto nervioso por la posibilidad de que hubiera alguien más que lo pudiera ver hacer el ridículo mientras entrenaba.
—Si, el Roberto salió con el Marco, y sus papás están trabajando —respondió Felipe—¿Almorzaste? —le preguntó, cambiando de tema.
—Si —mintió Rubén.
—¿Hace mucho?
—Como a la una y media —mintió nuevamente, aunque no estaba seguro a qué venían todas esas preguntas—, ¿por qué?
—Porque no podemos entrenar si comiste hace poco, pero está bien la hora —explicó Felipe—. Cuando tú me digas.
—Vamos —dijo Rubén cuando terminó de tomar agua, y de inmediato ambos se pusieron de pie.
Felipe lo guió hacia el patio donde tenía todo organizado para una tarde de entrenamiento: un par de colchonetas, mancuernas y un saco de boxeo.
En primer lugar, Felipe le indicó cómo hacer estiramientos antes de empezar con el entrenamiento, y Rubén se sintió tonto haciéndolo, al igual como se sentía en cualquier clase de educación física.
—Ya, ahora veamos tu técnica —le dijo Felipe cuando terminaron de estirar, tomando un par de guantes de boxeo que estaban sobre una mesita de terraza—. Golpea el saco —le indicó, poniendo sus puños frente a su rostro y dándole dos golpes al saco, a modo de demostración.
A Rubén le llamó mucho la atención la forma en que se le marcaban los músculos del brazo a Felipe.
—Ahora tu —le indicó nuevamente Felipe, y Rubén lo imitó.
Puso sus puños frente al rostro y le dio un golpe al saco, que apenas se movió, y le hizo doler los nudillos.
—Nada mal, Rubén —le dijo Felipe, aunque Rubén sabía que mentía.
Felipe le enseñó a corregir su postura y a dar un buen golpe, además de lanzar patadas al saco de boxeo con fuerza, o al menos con la fuerza que su menudo cuerpo le permitía.
—Aprendes rápido —continuó elogiándolo—. Ahora, ¿qué harías si alguien te hace esto? —Felipe se paró detrás suyo y puso su brazo alrededor del cuello de Rubén.
—No sé —respondió Rubén, nervioso, un poco por no saber qué hacer, pero también por tener a Felipe detrás suyo, pegado a su cuerpo.
—Que rico tu perfume —le dijo Felipe, soltando su cuello, y poniéndose esta vez frente a Rubén.
Felipe se aseguró que las colchonetas estuvieran bien dispuestas en el suelo, y le indicó a Rubén que hiciera lo mismo que él había hecho segundos atrás. Rubén obedeció.
—Cuando te hagan esto, lo único que tienes que hacer, es esto —acto seguido, Rubén no se dio ni cuenta, cuando estaba cayendo de espaldas sobre la colchoneta.
A Rubén le costó un par de segundos recuperarse de la sorpresa de haber caído sobre la colchoneta.
—Auch —exclamó con debilidad, y comenzó a reírse.
Felipe se inclinó encima suyo buscando su mirada.
—¿Estás bien? —le preguntó, expresando toda su preocupación en su mirada.
—Si, estoy bien —respondió, dando un suspiro de alivio.
Felipe se recostó a su lado, mirándolo.
—Eso es lo que tienes que hacer —le dijo, mientras su mirada se enfocaba alternadamente en los ojos y los labios de Rubén.
Rubén sintió unas ganas irresistibles de besar a Felipe, así que simplemente se enderezó y lo hizo.
Felipe rápidamente se acomodó para que Rubén se mantuviera recostado, y él se inclinó sobre Rubén. Extendió su mano para tomar la de Rubén, entrelazando sus dedos, y luego la llevó hasta su pecho.
Rubén comenzó a sentir el calor de Felipe, como si a través de sus labios se lo transmitiera a todo su cuerpo. Soltó la mano de Felipe y la deslizó por debajo de su polera, tocando la húmeda piel de su espalda baja.
Felipe, por su parte, con su mano ahora libre acarició el rostro de Rubén.
—¿Quieres ir adentro? —le preguntó Felipe después de un par de minutos, y Rubén asintió mirándolo a los ojos.
Felipe se puso de pie y le extendió la mano a Rubén para ayudarlo a pararse, y sin soltarlo, lo guió hacia el interior de la casa.
Subieron al segundo piso, a la habitación de Felipe, y tras cerrar la puerta con pestillo, Felipe abrazó con fuerza a Rubén y comenzó a besarlo, desatando toda su pasión contenida.
Rubén le siguió el ritmo con gusto, y casi al mismo tiempo se sacaron mutuamente la polera.
Rubén temblaba de emoción. Admiró el torso desnudo de Felipe y se sintió disminuido por su tonificado cuerpo.
—Eres hermoso, Rubén —le dijo Felipe, como si hubiese leído sus inseguros pensamientos.
Las palabras de Felipe le dieron un empujón de confianza, y mientras Felipe tenía sus manos en sus caderas, Rubén con las suyas le bajaba el short a Felipe.
Automáticamente Rubén comenzó a bajar besando su torso, y levantó la mirada por unos segundos para ver la cara de agradable sorpresa de Felipe.
Besó con delicadeza el abdomen de Felipe hasta quedar de rodillas frente a él. Bajó su ropa interior, dejando a la vista su miembro erecto.
No podía creer que por fin lo iba a hacer. Lo tomó en sus manos, cerró los ojos, dio un profundo respiro, y lo metió a su boca.
Le gustaba su sabor y cómo se sentía en su boca. Lo hizo lentamente, hasta que sintió la mano de Felipe acariciando su cabello, en un inicio, y luego presionando con cierta fuerza.
Rubén se aterró. La presión en su cabeza le hizo recordar la noche en que Marcelo le dio un rodillazo en la mandíbula, estando en la misma posición, afuera de la discoteca en Iquique.
Con sus manos se apoyó en las piernas de Felipe para darse el impulso para alejarse de él, quedando sentado en el piso, con la espalda apoyada en la pata de la cama de Felipe. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro y Felipe lo miraba asustado.
—¿Qué… que hice, Ruben? —le preguntó Felipe, preocupado.
Rubén tuvo un huracán de sentimientos en su interior, pero por sobre todo sentía vergüenza y asco de sí mismo. Se puso de pie lo más rápido que pudo y salió de la habitación.
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eles2402 · 5 years ago
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Feliz navidad atrasada <3 
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tem-plada · 4 years ago
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holiii feliz navidad atrasada jeje , espero la allas pasado increible ... y espero este sea un mes genial y lleno de felicidad , espero te rodees de buenas personas y disfrutes de todo ... me encanta tu blog ... ATT : eco ...
Salu2 y *merri crismas* a ti kkdfljsd pues no hay problem con que me lo digas recién, yo también soy así kjflkjglf. Gracias por los lindos deseos uwu e iwalmente :3
Me encanta que te encante que a mi me encante que te esté encantando mi blog :3 fdlkjgkj
pdt: no sé que dije xd parece trabalenguas xd y feliz año nuevo adelantado kdjlksj
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coralynakawaii · 5 years ago
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Segundo regalo navideño uwu
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@la-iremoshi-equisde​​ ¡Feliz Navidad atrasada y feliz 2020 Iremoshi! :3 (mátenme x favor ;w;) Espero que le guste mucho mi trocito de miércoles con sabor a cacahuete, y reviva plz u3u<3
Este es el primer dibujo que publico en 2020 sjsj y antes que nada, te iba a dar el icono en submit, pero vi que no tenías esa opción así que te la regalo aquí(aparte de que si lo hubiese hecho no podría poner el wallpaper) uwu 
Realmente estoy muy orgullosa de cómo me ha quedado, me quedé con cara de “wtf, ¿qué estoy haciendo?” y no me esperaba pero bueno(¿ xd me ha llevado bastante tiempo hacerlo, y lo gracioso es que cuando estaba por terminar, dejé el dibu para seguir al día siguiente y al continuar(tengo la manía de cerrar el portátil sin apagar), puf, mi pc se reinició y no guarde :’DD tuve suerte de que estaba la mitad de lo que había hecho ahr y fin u,vu recuerden kids, guarden sus dibujishos antes de cerrar qwq
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ay-carolina · 4 years ago
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Stalkearte es un placer :3 ten linda vida Karo uwu y feliz navidad atrasada e iwal que año nuevo adelantado xd ♡(> ਊ <)♡
Ay,micielaaaaa.
Tú y la @lya-ela stalkeando y acosando, que belleza.
Feliz año, navidad, vida, todo. Te mereces todo, absolutamente todo, hasta mi zapato, toma 👟
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kira-fair · 5 years ago
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Historia 2: Amor no correspondido
Bueno esto es más claro pues lo recuerdo un poco más aunque ya hayan pasado años.
Sucedió cuando iba a quinto año y tenía alrededor de 11 años, varios niños salían a jugar en la calle.
Bueno no recuerdo como se dio, pero mi mejor amigo Dark y yo comenzamos a jugar afuera también.
Normalmente se daba cada que salíamos de la escuela y hacíamos los deberes tipo 3 de la tarde hasta las 6 o 7 de la noche.
En ese transcurso conocimos a un vecino que había vivido todo el tiempo en la misma cuadra se llama Kenichi y me llevaba creo 1 o 2 años, no era demasiado mayor, pero nos llevábamos bastante bien.
En ese tiempo sólo habíamos 2 niñas que salíamos a jugar y el resto eran niños, pero yo era la que mejor se llevaba com todos a diferencia de la otra niña, al caso.
Durante ese tiempo hubo una serie telenovela muy exitosa en Nickelodeon y pues a muchas niñas les había gustado incluyéndome, me gustaba mucho la pareja protagoniza y yo quería ser como la protagonista tanto que de alguna forma termine idealizado al protagonista masculino con Kenichi.
Sip, Kenichi comenzó a gustarme luego de un tiempo de convivir juntos, la verdad éramos bastante Unidos.
Kenichi tiene un hermano menor Kenji con quien iba a la escuela, debo aclarar que ellos dos no iban a la.misma escuela que Dark y yo, pero si quedaban en el mismo camino y bueno de vez en cuando nos encontrábamos camino a la escuela o camino a casa, interactuabamos y yo era feliz porque lo veía.
Yo vigilaba cada cosa que el hacia, como caminaba, como corría, como se sentaba o se acostaba para mi era muy lindo y me imaginé el hecho de que estuviésemos juntos.
Bueno recuerdan que a los 9 estaba gorda, pues ahora estaba regorda, pero yo realmente no le daba tanta importancia realmente no le veía ningún problema pues ninguno de mis amigos de la calle me jugaban por mi físico pues siempre jugábamos y esas cosas.
Paso un año y Dark y yo siempre salíamos a jugar con los demás niños, y mi interés por Kenichi había crecido más yo ya había cumplido 12 y por supuesto que quería verme más bonita.
Mi mejor amiga Kokoro había estado bajando de peso ese año y aunque yo no le tomaba tanta importancia si quería bajar de peso, pero se me era más difícil, tanto que mentía en casa y les decía que el uniforme me estaba quedando muy flojo pues "estaba bajando de peso" cuando no era así.
Ese año hubo una gran fiesta en mi salón, mi otra amiga, Aoi había sido la mayor explosión en esa fiesta pues varios chicos mayores del ciclo 3 se habían fijado en ella.
Ese día uno de los chicos se animó adeclararsele y ella aceptó, luego a los días mi mejor amiga Kokoro me dijo que tenía novio, entonces yo era la única que no tenía novio y me sentía bastante atrasada en eso.
Luego mis amigas Kokoro y Aoi se hicieron un poco más cercanas pues ellas tenían novios y hablaban de sus primeros besos y eso y bueno luego estaba yo.
A mis amigas ya hasta les había bajado el periodo y a mi no (hoy.en día quisiera que aún no xd)
Va bueno luego ese mismo año, mi hermano Endo me dijo que me diría quien le gustaba si yo le decía quien me gustaba, entonces el me dijo que le gustaba la chica que había venido a la casa de Kenichi, una chica de alrededor 15 o 16 años muy bonita, luego el me dijo que yo dijera y bueno yo le dije que Kenichi.
Va el me dijo que lo de la chica era una broma pues era nuestra prima a lo que yo le dije que también lo de Kenichi era broma, el caso es que Kenichi era nuestro primo.
Si me gustaba mi primo LPM, yo sabía que era mi primo porque Kenji ya lo había mencionado antes, pero a veces habían personas que decían que no lo era e inclusive Kenichi mencionaba que no lo era.
Luego de un tiempo se lo admiti a Dark y el me prometio no decirlo, mala idea porque al final se lo dijo y yo me puse tan nerviosa que termine tapandole la boca a Dark enfrente de Kenichi y es obvio que el se dio cuenta.
(Hago un alto aquí, Dark una vez me contó que también le dijo a Mori-kun que me gustaba - historia 1)
Bueno ese mismo año me había decidido a decirle a Kenichi que me gustaba y se lo había dicho a Dark también, era Navidad así que podríamos vernos esa noche, y bueno yo no me le declare.
El caso paso año nuevo y yo lo intente, pero simplemente no sucedió no me atreví.
Al año siguiente bueno las cosas fueron diferentes, yo había bajado un poco de peso, claro aún era gorda, pero estaba creciendo, mi periodo bajo y pues ya era una señorita por así decirlo.
Ese año Kokoro que me dijo que ella y su novio habían terminado y bueno luego ya no me comentó nada, Aoi había tenido otros 2 novios creo después de su primer novio y además se había cambiado de sección era el séptimo grado, pero ella era el B y Kokoro y yo éramos el A, así que nos separamos.
Durante un tiempo nuevamente Kokoro ocultaba secretos, ese año yo había decidido no ser tan activa en cosas escolares supongo que la depresión ya me estaba consumiendo porque mucho me jugaban por mi físico y demás cosas y llegue a perder confianza en mi misma.
Durante ese año aún sentía cosas por Kenichi, pero aún no podía admitir mis sentimientos por el, aún íbamos y veníamos de la escuela y casa juntos y jugábamos, pero ya no tanto.
Bueno resulta que a un poco más de la mitad de ese año me entere que Kokoro estaba saliendo con otro chico y bueno no fue por ella sino por otra chica, nunca le dije nada.
Luego hubo una fiesta en la escuela y yo decidí no asistir, de cierta forma hasta día de hoy agradezco no haber ido, por supuesto fue por mi decisión de no asistir a muchas cosas de la escuela ese año.
Me habían contado que mis amigas se habían vuelto un poco alocadas y que la fiesta fue genial y bueno a mi no me importaba, el caso es que durante esa fiesta conocieron a unos chicos y bueno me saltare esta historia, pues es otra que quiero contar a parte.
Bueno luego de unos meses Kenichi volvió a mi mente y pensé quizás podría funcionar es decir yo ya tenía 13 y ya era una adolescente.
Una mañana Dark, Kenji, Kenichi y yo nos fuimos a la escuela juntos y casi para llegar a la escuela de Kenichi y Kenji.
Salió el tema de la estatura, quiero decir que siempre hicieron burla hacia mi debido a que soy muy bajita y ellos son bastante altos, bueno Kenichi dijo "Kiara no crece de altura, pero si de anchura".
Gente luego de conocernos durante años Kenichi rompió todo llamándole gorda, algo que nunca había hecho, se que no debería importarme, pero tomemos en cuenta durante años me habían puesto apodos por mi gordura y yo siempre sentí ser un desperfecto andante, ese año estaba sintiendo un poco de depresión (y no lo sabía) además también está evitando el contacto social con otras personas, y mi corazón no asimilo el hecho de que el niño que me había gustado por más de 2 años se uniera al club de aquellos que me llamaron gorda.
Va sólo bastó ese comentario para que mis sentimientos por el cambiarán.
Ojo ha esto durante el tiempo en que Kenichi me gustaba yo le había mentido a mis amigas con que tenía novio y era Kenichi una de mis amigas(que no era amiga, le pondremos pendeja-chan), entonces Pendeja-chan conoció a Kenichi y le pregunto si era novio con Kiara y este le dijo que no entonces está chica le dijo a mi mejor amiga y al final decidí decirle que no era el pero que si había existido un novio, FALSO volví a mentir.
Pero lo importante aquí fue el hecho de que Kenichi rompió mi corazón sin nunca saber mis sentimientos por el.
Por supuesto a los meses tuvo una novia, que se llamaba como yo (Mi verdadero nombre) pero muchísimo más bonita.
Años después comenzó a Adán con otra chica, quien fue mi compañera y amiga y bueno se conocieron cuando ella se cambió a la escuela donde asistí a Kenichi.
Si la verdad que luego de que Kenichi me dijera gorda, honestamente lo supere, sus relaciones no me importaban además de que yo conocí a otros chicos que es historia para otro rato.
Al día de hoy sigue sin importarme, nuestra relación ni siquiera hubiese tenido futuro pues el era y es mi primo, y la verdad nunca me llamo la atención el incesto.
Como decía al principio, es posible que yo haya idealizado al chico de la novela con Kenichi, pues se parecían en la piel, los labios, una linda sonrisa y el cabello del mismo color.
Pero en cuanto esté me dijo gorda en uno de los momentos más bajos de mi vida, fue como tirar todo a la basura, esos años fueron lindos, pero no los repetiría.
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girlycutie33 · 5 years ago
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Feliz nochebuena ^3^ 💞✨💞
AHHHHH YO VINIENDO TARDE
Feliz noche buena y Navidad atrasada ^^
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diabolical-couple · 5 years ago
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¡Feliz navidad atrasada! + Nuevas sprites de Eunice
Antes que todo, quiero desearles una feliz navidad atrasada, los motivos de mi inactividad fue que estuve ocupada con las nuevas sprites de eunice, naomi y por último, osmar.
termine por fin las sprites de Eunice, aquí están:
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Le cambie la ropa y todo eso, me costó hacerla ya que no sabía que ropa ponerle, pero bueno, acá está al fin. <3
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Esas son sus expresiones, supongo que están mejores que las anteriores(? me re gustan, sisí<3
Ahora sí, vuelvo con todo, tengo cosas preparadas. <3
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ren-solt · 5 years ago
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Feliz Navidad Atrasada :"3
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Hice este dibujo el mismo día de mi aniversario de Tumblr, hice algo similar el año pasado como uno de mis primeros dibujos de Tumblr, pero quería hacerlo y como tenía otros dibujos en la computadora, lo hice en cuaderno, entonces en todo caso...
FELIZ NAVIDAD LES DESEA COPZ Y EL REN SOLT ^^/
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