#espacio 18
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Casa Cava, Tulum, Mexico,
Espacio 18 Arquitectura
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concienciasolidariaong · 1 year ago
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Primer "Encuentro para la Conciencia" 2024.
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📬 #ConcienciaSolidariaOng los invita a participar de un ameno #Encuentro, para chicos y grandes. Un espacio para aprender jugando, sobre el cuidado del #ambiente y el #planeta 🌎.
✅ Nuestro invitado: #MartinCrespi, docente y escritor de libros para las infancias, presentará su libro “Caperucita, un cuento clásico para tiempos modernos”.
📆 Los esperamos el domingo 18 de febrero a las 17hs en Barzana 2088, Villa Urquiza, #CABA.
🧮 Podrán disfrutar de juegos didácticos y un teatro de papel #Kamishibai.
🍕🥟Y en nuestro #buffet, habrá cositas sabrosas y saludables para disfrutar!! 😋
❗️La entrada es libre y gratuita.
😉 ¡Los esperamos!
#ConcienciaSolidariaONG
@concienciasolidariaong
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americangroupie · 1 year ago
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plz plz plz!!!!! UN TRÍO (matías, reader, enzo)!!!! estoy muriendo muerta de tanto pensar en eso, sí pudieses hacerlo sería LIVE SAVING fr
✪ pyramids ✪
enzo vogrincic x reader x matias recalt
tw: +18 la fantasía sexual de todas
a/n: mi escrito mas largo, más producido y del que estoy más orgullosa ;) si veo que les gusta puedo hacer la parte dos, vivan los hombres
୨୧┈┈┈┈୨୧┈┈┈┈୨୧
"¿qué tanto mirás?" susurró matías cerca de tu oreja, tratando de seguir el camino de tu mirada al percibir que llevabas varios minutos con tus ojos estancados en algo.
bueno, en alguien.
desviaste la mirada hacia tu derecha, mirándolo a él por un par de segundos mientras apoyabas la cabeza en la palma de tu mano. "nada." matías levantó una ceja. "qué pasa, mati. ¿celoso?"
rió, negando la cabeza. "depende. ¿a quién mirás así?"
"adivina." dijiste mirándole a los ojos, devolviendo tu mirada al uruguayo. este se encontraba charlando con sus demás compañeros de reparto en el otro extremo de la mesa del restaurante del hotel, expresándose corporalmente al discutir sobre un tema inaudible gracias a la cantidad de personas que se encontraban a tu alrededor, y a los pensamientos obscenos que se encontraban invadiendo cada espacio de tu cabeza.
"no tenés nada que envidiarles a las nenas fanáticas de internet; sos igual." dijo acompañado de un suspiro, envidiando que el brillo de tus ojos sea gracias a alguien más. "es cómo diez años mayor que vos, hija de puta."
reíste, mordiéndote levemente el dedo. "yo las entiendo tanto." te respondió alzando ambas cejas. "por algo estoy acá con vos."
"estás acá conmigo y lo mirás a él. ¿cómo es la cosa, gorda?"
"no sos mi novio."
"él tampoco."
"puede llegar a serlo."
devolvió su mirada a ti. "¿eso querés?"
imitaste su acción, bajando la mirada a sus labios haciéndole sonreír pícaramente. "mmm. si te pierdo a vos, no."
matías giró su cabeza hacia enzo, analizándolo por un par de segundos mientras apoyabas tu cabeza en el hueco entre su cuello y su hombro. eran altas horas de la madrugada, pero aún después de un largo día el perfume del argentino seguía siendo predominante en el aire cerca de su cuello. "no necesariamente."
"¿qué me estás queriendo decir, amor?" susurraste alzando tu mirada sin moverte, tus ojos aparentando una inocencia que matías sabía era inexistente.
"vos sabes exactamente a que me refiero."
sentiste tu corazón acelerarse levemente al sentir un poco más real una de tus fantasías más intimas y utópicas, no considerabas a matías una persona que estuviera abierta a algo así. y sincerándote contigo misma, antes de conocerlos a ambos tampoco te veías capaz de encontrarte soñando despierta con dos hombres, uno adelante y otro por detrás. pero faltaba la parte más importante, que era que enzo estuviera dispuesto.
sentiste la noche pesada y larga, los minutos parecían horas al no poder concentrarte en nada más que en tus fantasiosos pensamientos, siendo poco charlatana comparada a los días donde matías no tenía una mano sobre tu muslo, y donde enzo no tenía el pelo tan desordenado y la remera tan apretada.
al finalizar la cena, te despediste de todos con un beso en el cachete, quedándote charlando con esteban por un par de minutos mientras matías saludaba al resto.
y entre tanto que lo escuchabas contarte sobre su próximo proyecto, divisaste a matías por sobre el hombro de esteban hablando con enzo, haciendo contacto visual con el uruguayo mientras matías hablaba.
"estoy en el proceso de casting, pero pienso que ya lo tengo en el- ¿qué pasa, flaca?" esteban pregunto con un leve tono de preocupación en su voz, girando su cabeza hacia un lado para encontrar a lo que mirabas que coloreó tus mejillas de un vibrante rosado.
"nada kuku." respondiste rápidamente y con seguridad, queriendo que volviera a hablarte para no llamar la atención de nadie más. "¿que decías?"
te alzó una ceja. "nada, que pienso que ya tengo el rol en el bolsillo." le sonreíste y asentiste a ver a matías caminando hacia ustedes.
"¿vamos?" dijo matías al acercarse lo suficiente; asentiste como respuesta. "chau, kuku, nos vemos mañana."
"chau, nos vemos al desayuno." dijo dirigiéndose a ambos, pero regalándote una sonrisa picara al comenzar a alejarse.
suspiraste y apretaste los labios con vergüenza mientras caminabas al lado de matías hacia el ascensor.
"mati."
"¿hm?"
"¿qué le dijiste?”
"¿a quién?"
resoplaste. "matías."
"¿pero a quién, nena?" respondió riendo.
"no me molestes hijo de puta, ¿qué le dijiste?"
negó con la cabeza mientras se adentraba en el ascensor. "nada, no le dije nada de vos. no te comas la cabeza."
lo miraste con los ojos entrecerrados . "no te creo nada."
"no me creas." respondió, cruzándose de brazos mientras miraba hacia adelante. "pero yo no le dije nada sobre que te lo querés coger."
lo miraste con los ojos muy abiertos, pegándole un codazo. "sos una mierda."
"y bueno." dijo cuando el ascensor abrió sus puertas. "no era necesario con cómo estuviste mirándolo toda la noche.”
resoplaste. "cortála, querés. que te pones celoso, como si vos no fantasearas con otras minas."
"en realidad, no. me basta con lo que tengo en frente mía." dijo mientras cerraba la puerta de la habitación detrás suya, tomando tu mano y acercándote hacia él abruptamente para besarte con brusquedad.
llevaban varios días en el hotel de venecia, hoy siendo el ultimo antes de viajar al siguiente festival de cine. matías decidió llevarte a vos como acompañante, ayudándolo con sus tareas diarias como la buena amiga que eras; cogiéndotelo cada momento en el que estuvieran los dos solos.
la dinámica entre vos y matías llevaba un par de años funcionando a la perfección, acompañándose mutuamente en todo sin la necesidad de formalizar nada, para no sufrir gracias a la distancia y las diferencias de horario.
sonreíste en el beso al sentir la brusquedad de sus acciones- agarrando tu culo con fuerza, mordiendo tus labios con poca timidez mientras jadeaba en tu boca. empezaste a caminar hacia atrás sin abrir los ojos, chocando contra la pared y un par de muebles hasta sentir la suavidad del colchón debajo tuyo.
matías gruñó en tu boca, explorando cada esquina de esta mientras se acomodaba encima tuya y bajaba con poco cuidado los tirantes de tu vestido por tus hombros; dejando descubiertos tus senos haciéndote estremecer con rapidez por el frío aire que rápidamente se transformó en la cálida sensación de la lengua de matías.
mientras su lengua rotaba en círculos por encima de tu pezón, matías bajó su mano con lentitud hasta tu entrepierna, rozando con sus dedos por encima de la ropa interior y esbozando una risa burlesca al sentirla tan mojada tan rápido.
"cómo te vas a mojar así, mi vida. aún ni empiezo." dijo separándose de tus senos por un segundo para besarte, pasando su lengua por tus labios antes de volver a dar toda su atención a lamer, morder, pellizcar y besar tus pezones.
consumida por el placer de su boca, cerraste tus ojos mientras acariciabas y tirabas de su pelo, gimiendo su nombre de vez en cuando acompañando todos los quejidos que salían de tus labios.
pero a pesar de estar nublada por la sensación, el sonido de la puerta de la habitación abriéndose no pasó desapercibido para tus oídos, haciéndote abrir los ojos de golpe mientras te apoyabas en tus hombros, tratando de taparte lo más que pudieras al no saber a quién estabas por traumar.
pero para tu sorpresa, matías no cesó sus movimientos.
"mati-" dijiste tirando de su pelo hacia atrás para alejarlo, tratando de advertirle que había alguien más en la habitación. pero no se detuvo, mordiéndote con fuerza obligándote a ahogar un gemido.
y en cuestión de segundos, miraste la alta figura de enzo pararse frente a la escena. pudiste mirar con detalle su cara transicionar de neutro a horror.
"la puta madre-" habló fuertemente luego de voltearse con rapidez, subiendo su mano hacia su cara para taparse los ojos. "perdón, discúlpenme, no pensé que- dios, mati como me pasaste la llave pensé-"
"mirá, enzo, volteáte." miraste a matías con los ojos ultra abiertos, sintiendo cómo tus mejillas se pintaban de rojo puro. "no te tapes vos." dijo mirándote con el semblante serio, pero con la comisura de los labios torcida. sentiste tu estomago burbujear de la vergüenza, pero en el fondo sabías que era de la emoción.
"no mati disculpáme, en serio no quería interrumpir-"
"en serio enzo, volteáte. mirála." enzo giró su cabeza por encima de su hombro, mirándote por breves segundos antes de desviar la mirada hacia matías. "vení, acercáte." dijo mientras levantaba tu vestido, dejando tu ropa interior descubierta y sentiste una fría brisa de aire recorrer tus piernas; pero tu cuerpo estaba caliente. "abrí más, mi amor." te ordenó, a lo cuál obedeciste inmediatamente. sentías la mirada de enzo constantemente sobre ti, pero te sentías incapaz de mirarlo. "¿ves lo mojada que está?" dijo pasando su dedo indice por encima de tu ropa interior, haciendo presión para mojar la rosada tela aún más. "en la cena, me confesó que era por vos." matías te dedico una breve mirada, sonriendo pícaramente mientras sentías tus mejillas arder a no más poder. seguidamente miraste como los ojos del uruguayo se oscurecían frente a la vista. "y yo sé que vos también te la querés coger, por como la mirabas en la pileta ayer. ¿quién soy yo para detenerlos?"
enzo tragó saliva mientras te miraba, su respiración estaba levemente agitada y sentía la habitación tornarse caliente. "es tu novia, matias, yo-"
"amiga." interrumpiste. enzo desvió sus ojos rápidamente hacia los tuyos, compartiendo contacto visual por unos segundos.
"dale enzo, acercáte." dijo matías separando más tus piernas, mirándote con lujuria. "a este paso me la voy a terminar cogiendo yo y vos vas a tener que mirar nada más. mirá como está." enzo se inclinó con lentitud, arrodillándose al frente tuyo sin quitarte los ojos de encima ni un segundo. divisó de cerca la oscura mancha en tu clara ropa interior por pocos segundos antes de que matías hiciera a un lado esta, dejándole ver sin nada de por medio lo mojada que estabas. "mirála." dijo pasando su dedo indice por tus labios, ganándose un gemido ahogado de tu parte por el inesperado contacto, necesitando más. "¿no la querés probar?"
enzo mantenía el semblante serio, pero asintió inmediatamente. jadeaste al darte cuenta de lo que estaba pasando, alzando las caderas y ganándote una risa por parte de matías. te incorporaste, acomodándote para así sentarte en la cama. enzo te miraba constantemente, prestando atención a cada movimiento tuyo- buscando tu aprobación para actuar.
a raíz de esto inclinaste tu cuerpo hacia el, enzo imitando tu acción al levantarse y reclinarse hacia ti. te arrodillaste en el borde de la cama, al lado de matías y bajo enzo. lo mirabas con inocencia, esperando su actuar mientras él esperaba el tuyo.
"que tímida que estás, mi amor." dijo matías burlescamente, tomando la mano de enzo y acercando dos de sus dedos a tus labios. "chupá."
enzo rozó con suavidad tus labios, mirándolos mientras los entreabrías con lentitud, la inocencia en tus ojos haciéndolos brillar frente a lo oscuros que se habían tornado los suyos.
acariciaste con suavidad la yema de sus dedos con la punta de tu lengua por unos segundos para luego meterlos por completo a tu boca, gimiendo en estos por la vista que yacía ante tus ojos; vista similar a lo que verías al chuparle la pija.
los pensamientos que recorrían la cabeza de enzo eran más impuros de lo común; no se habría imaginado en mil años tenerte en la posición que te tenía ahora. el bulto en su entrepierna crecía acorde pasaban los segundos, y sentía como si fuese a explotar al sentir tu cálida lengua dar vueltas en círculos por al rededor de sus dígitos.
luego de haber recorrido cada parte de sus dedos con tu lengua, te acercaste más hacia él levantando tu cuerpo hasta quedar a una altura en la cual sus labios eran accesibles para ti. matías te miraba expectante, relamiéndose los labios al mirar la inocencia que reflejaban tus grandes ojos al mirar al uruguayo; sabiendo que estabas muy lejos de la inocencia hace años.
acercaste tu boca a la suya con lentitud, enzo imitando tu acción al inclinarse hacia ti; mirando a matías por unos segundos casi que pidiéndole permiso para actuar. el argentino le sonrió, asintiendo levemente con la cabeza creciendo impaciente al no poder hacer nada al respecto de la molestia en sus pantalones.
enzo subió su mano hasta alcanzar tu pómulo, rozando suave por unos segundos hasta deslizarla a la altura de tu mandíbula; tomando ésta para hacer coincidir su boca junto a la tuya, rozando ambos labios por un par de segundos antes de amoldarlos entre sí. el beso comenzó lento, empapándote en el hecho de estar besando a enzo vogrincic luego de estar meses fantaseando sobre algo que considerabas imposible. podías sentir su respiración agravarse a medida que el beso se agravaba con el pasar de los segundos, el uruguayo devorando tus labios mientras gruñía al saborear la dulzura de tu boca. movías tus labios al compás, dejando que tu lengua se entrelazara con la suya al ladear tu cabeza para obtener mejor acceso.
impacientemente, matías se acomodó sobre el colchón colocándose detrás tuya; acomodando tu pelo hacia un lado de tu cuello y comenzando a besar y mordisquear el otro, provocando un quejido tuyo dentro de la boca de enzo el cual fue directamente al bulto del pelinegro.
matías quitó tu vestido con agilidad, dejándote completamente desnuda a excepción de tu ropa interior con la cual jugueteaba mientras frotaba su bulto contra tu culo.
te separaste de los labios de enzo por unos segundos- un hilo de saliva los conectaba mientras ambos tomaban bocanadas de aire- para poder quitar su apretada remera negra y así poder sentir su cuerpo sin nada de por medio, y matías aprovechó de robarte un beso y mordisquear tus labios mientras enzo admiraba la escena.
"dale enzo-" rió matías al separarse de tus labios, notando como el uruguayo solo se había quedado parado mirando en vez de actuar. "tocála."
negaste con la cabeza, riéndote mientras mordías tus labios para seguidamente acercarte a él, juntando sus labios por un par de segundos para luego comenzar a dejar un camino de húmedos besos desde su mejillas hacia abajo, besando, lamiendo y mordiendo cada trocito de piel que tus labios rozaban. enzo pasó las manos por su cabello, ahogando jadeos entre suspiros gracias a la sensación de tu lengua recorriendo todo su torso hasta llegar a su cinturón. mientras, matías comenzó a desvestirse a si mismo, admirando la vista de tu cuerpo encorvándose levemente hasta posicionarte en cuatro, dejándote perfectamente como él necesitaba.
"¿me ayudas?" preguntaste con dulzura mirando hacia arriba con una de tus manos en su cinturon, hablando por primera vez desde que enzo se había adentrado en la habitación; el uruguayo comenzó a desabrocharlo como respuesta.
"así que la nena sabe hablar después de todo." habló matías en un tono burlesco mientras enzo acariciaba tu mentón con suavidad mirándote a los ojos.
bajaste sus pantalones junto con su ropa interior por completo mientras sentías a matías separar tus piernas con poca suavidad mientras acomodaba su cara en estas, tragando saliva y mirando con los ojos brillantes el miembro de enzo completamente descubierto, relamiéndote los labios para luego devolver tu mirada hacia el y divisarlo con una sonrisa pícara en sus labios.
comenzaste tomándolo por la base y depositando delicados besos por la longitud de este, para luego trazar una línea con tu lengua desde abajo hacia arriba y comenzar a chupar con poca suavidad la cabeza de este. enzo no demoró en quitar el pelo desordenado de tu cara para poder mirarte con la boquita llena sin nada de por medio; tomando todo el pelo posible en su puño mientras que con su otra mano acariciaba tus mejillas. el uruguayo no tardó en convertir sus jadeos ahogados en gemidos, apretando sus labios con fuerza al sentir que los ruidos que le provocabas se estaban haciendo demasiado notorios.
mientras tanto, matías deslizaba sus dedos con lentitud de arriba abajo por tu feminidad, frotando círculos en tu clitoris cuando se percataba de que tenías gran cantidad del miembro de enzo en tu boca para hacerte ahogar a propósito. cerrabas tus ojos con fuerza frecuentemente, gimiendo y quejándote sin vergüenza alguna provocando que las piernas de enzo se sintieran débiles, y la erección de matías dolorosa.
“así, justo así- dios.” gimió enzo entre dientes, gruñiendo al sentir las vibraciones de tu boca en su miembro y tratando de concentrarse en algo más para no acabar tan rapido en tu boca.
te sentías desesperada por más. “mati-” lloriqueaste separándote de enzo por un segundo, frotando círculos con tu pulgar en la cabeza con mucha presión provocando un jadeo de parte de enzo. “cogeme, por favor. no aguanto más.”
enzo gimió al solo escuchar tus palabras. “¿ah, sí? yo creo que podés aguantar un poquito más, hermosa.” dijo matías mientras introducía dos de sus dedos dentro tuyo. “hacélo acabar a enzo primero, ¿no era eso lo que querías? ¿que se corriera en tu boca?”
miraste hacia arriba con la respiración agitada, encontrándote con el semblante burlesco de enzo. “¿eso querés?” dijo con la voz ronca, pasando su pulgar por tus labios empapados de saliva y su líquido preseminal. “nunca te habría imaginado teniendo esos pensamientos a vos. tenés una carita de ángel.” te sonrió, notando como tus mejillas se tornaban mas y mas rojas. “y esos ojitos inocentes. quién podría pensarte así, ¿eh?” lo interrumpiste tomaste su miembro dentro de tu boca una vez más, pasándole la lengua en círculos haciéndolo quejarse. “c-con la boquita llena y rogando que se la cojan- dios seguí así, así.” enzo tiró la cabeza hacía atrás al sentir como acelerabas el movimiento de tu lengua y como tu mano se movía con más rapidez por la longitud, sintiendo a la vez como matias encorvaba sus dedos dentro tuyo.
percibiste una sensación conocida burbujear en tu estómago al sentir el pulgar de matias moverse en círculos encima de tu clitoris; a la vez sintiendo como su cálido cuerpo se pegaba al tuyo al notar que el orgasmo de enzo se acercaba.
sentiste un golpe abrupto en tu culo, provocando un lloriqueo agudo sobre el miembro de enzo el cual lo hizo tirar de tu cabello y sobrestimularte aún más, abrumada por el placer y el dolor que sentías a la vez al tener a matias por detrás y a enzo adelante.
pasaron pocos segundos hasta que enzo comenzó a mover sus caderas hacia adelante, suplicando entre gemidos hasta que sentiste el líquido caliente llenar tu boca mientras matías movía con brusquedad sus dedos dentro tuyo, haciéndote acabar en cuestión de segundos mientras enzo sostenía tu cabeza para no dejarte caer sobre la cama. apoyaste una de tus manos en su abdomen mientras recuperabas el aliento, escuchando la conocida risa de matías detrás tuya.
“¿mucho para vos?” se burló al mirarte sin aire apoyada sobre el uruguayo que se encontraba en una situación parecida. negaste con la cabeza sin mirar hacia atrás, tragando lo que tenías en la boca mientras enzo te miraba con una sonrisa.
“te toca, recalt.” habló enzo mientras soltaba el agarre de tu pelo, sonriéndole con lujuria al argentino y haciéndote dar cuenta que la noche iba a ser más larga de lo que pensabas.
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deepinsideyourbeing · 9 months ago
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No te alejes tanto de mí - Enzo Vogrincic
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+18! Dom!Enzo. (Alusión a) Breeding kink, creampie, dirty talk, dry humping, face slapping, fingering, sexo oral, sexo sin protección, edades no especificadas. Uso de español rioplatense (y mucho diálogo otra vez).
El departamento que compartís con Enzo es, sin lugar a dudas, el lugar más tranquilo que conociste en tu vida. La armonía y serenidad son pilares fundamentales en su relación, así como la buena comunicación, y esto se ve reflejado en el espacio que ambos llaman hogar.
Enzo es silencio y calma y durante la madrugada se desliza fuera de la cama sin despertarte, siempre cierra las puertas con delicadeza y sus movimientos a tu alrededor son protectores. Siempre sabe qué decir y qué no, qué hacer y qué no, también sabe cuándo acompañarte y cuándo darte espacio, y vos podés presumir de saber hacer lo mismo por él.
La vida con Enzo es estar en constante sintonía, dos cuerpos y mentes diferentes siempre en la misma órbita.
O eso creías...
Las peleas comenzaron hace semanas, volviéndose cada vez más frecuentes y alejándolos de lo que solían ser. Enzo no parece comprender cuánto te hiere sentir que se distanció y jura que tal cosa no sucedió, pero luego prueba que tus palabras son ciertas cuando un pequeño desacuerdo provoca que se aísle y no deja lugar para una conversación sobre lo ocurrido.
Normalmente es fácil de ignorar cuando se trata de nimiedades como los platos sucios, ropa sin lavar o la cama deshecha, pero con todas esas pequeñas faltas acumuladas fue difícil contenerte cuando remarcó de la peor manera tu falta de cuidado con la maqueta de su actual proyecto.
-Si ordenás un poco entonces no me voy a chocar tus cosas cada vez que entre...- contestaste, arrojando sobre su escritorio un trozo de la maqueta.
-¿Qué tengo que ordenar? Si nunca estoy, el desorden es tuyo.
Fingió no notar tu expresión, una nueva costumbre suya para evitar disculparse o hacerse cargo de algo. El que te culpara del caos no fue la principal causa de tu disgusto, no... Te molestó que reconociera no estar lo suficiente en su propio hogar, recordar que en lugar de pasar unos días a tu lado escogiera marcharse a Bariloche con un amigo y que al regresar pasara horas encerrado.
Abandonaste la pequeña habitación donde organizó su oficina y pronto sus pasos sonaron a tus espaldas junto con su voz que no dejaba de pedir tu ayuda. Cerraste la puerta con fuerza y te sentaste sobre la cama, furiosa, percibiendo cómo la ira crecía y consumía tus entrañas.
Cuando Enzo abrió la puerta te dedicó una mueca de disgusto que pretendía comunicar algo, pero si alguna vez logró hablarte sólo con la mirada eso ahora parecía ser un recuerdo lejano que decidiste ignorar. Permaneciste en la misma posición, tus brazos y piernas cruzados, inconscientemente mostrando rechazo mientras él te observaba.
-Ayudame- arqueaste una ceja-. Vos lo rompiste.
-¿Qué somos? ¿Unos nenes chiquitos…?
-Parece que sí, porque si fueras un adulto responsable te disculparías y me ayudarías.
Soltaste una risa de frustración y apretaste los labios esperando así poder contener la ira y todas las palabras que deseaban escapar de tu boca, pero cuando te señaló con un dedo acusador tus deseos de mantener la calma se evaporaron. Haciendo alarde de su excelente comportamiento comenzó a enumerar las recientes faltas que tuviste con él.
La diplomacia pareció extinguirse cuando lo interrumpiste.
-Andá a cagar.
-¿Cómo…?
-¿Ahora además de ser tremendo fantasma también sos sordo, pelotudo?
-Fijate cómo me hablás porque yo jamás te traté así- señaló-. No sé qué mierda te pasa.
-¿A mí? ¿Vos no sabés lo que me pasa a mí?- gritaste, poniéndote de pie para acercarte a él-. ¿Y no se te ocurrió preguntarme? Porque por ahí tiene que ver con que no me hablás, no me mirás, no me cogés, no me preguntas ni cómo estoy.
-No podés estar así porque no cogimos en unos días.
Tu expresión podría haberse catalogado como un poema o como el relato más aterrador. Retrocediste un par de pasos, confundida y levemente aturdida por su capacidad de desentenderse de tal manera de la situación, esperando ver en su rostro un algo.
Pero sus labios no temblaban como solían hacerlo cuando contenía la risa y sus cejas no se curvaron en ese particular ángulo que adoptaban cuando esperaba ver tu reacción luego de contarte uno de sus pésimos chistes o anécdotas.
-Tomátelas.
-¿Eh?
-¡Tomátelas! No te quiero ver.
-No me podés echar de mi casa.
-Ah…- mordiste tu lengua-. Tenés razón, como es tu casa me voy yo.
Intentaste huir de la habitación pero él fue más rápido y lo impidió tomándote del brazo.
-Yo no dije eso- intentaste zafarte de su agarre pero no lo permitió-. Esta es tu casa, vos vivís acá también.
-Pero parece que vos no- reclamaste-. Soltame, Enzo.
-No, tenemos que hablar.
-¿Ahora querés hablar?
Su expresión pareció volverse más dura y juraste ver una arruga que antes no estaba allí.
-No podemos estar así.
-Yo no puedo estar así. Vos estás perfecto.
-¿Por qué todo es mi culpa?- gritó con voz entrecortada, soltándote de manera brusca-. Vos nunca hacés nada, ¿no? Siempre soy yo el responsable.
-Y sí papito, si…
El diminutivo y tu tono colmaron su paciencia.
-Cerrá el orto- se alejó de tu figura como si estar en tu presencia quemara-. Querías que me vaya, ¿eso querías?
-Sí.
-Perfecto entonces- abrió la puerta-. Porque me voy a ir bien a la mierda para no tener que verte.
Arrancaste tu anillo de compromiso de tu dedo y lo arrojaste a sus espaldas con la esperanza de golpearlo, pero –y luego agradeciste por ello- fue la puerta ya cerrada la que recibió el impacto y Enzo se marchó, completamente ajeno a tus acciones. Ignoraste las lágrimas que rodaron por tus mejillas cuando corriste para recoger la alianza.
Una hora más tarde notaste que olvidó su teléfono y su billetera, también sus llaves y el abrigo que lo habría protegido de las bajas temperaturas o el viento nocturno. Te preguntaste si estaría refugiándose en algún sitio con calefacción y por un breve instante consideraste buscarlo en el estacionamiento del edificio, pero descartaste la idea por puro orgullo.
-La concha de mi madre…- decís entre dientes.
Tus dedos están adheridos por el pegamento y tirar para despegarlos duele. Llevás un largo rato intentando reparar algunas partes de la maqueta y parece ser una tarea imposible: suspirás, te quejás, golpeás tu frente frustrada y ansiosa, pero continuás tu misión de unir los restos para evitar que tus manos vuelvan a jugar con el anillo en tu dedo. La mesa es un completo desastre.
Y Enzo aún no regresa.
Dejás caer tus hombros luego de ver el reloj, sin saber si es peor sentirte derrotada o sentir que te rendís. Reprimís todos esos pensamientos horribles y sin sentido que corren por tu mente y chocan con los muros de tu parte lógica y racional: se fue, está con alguien más, ya no va a volver, tuvo un accidente, lo acorralaron en La Rambla, se perdió caminando por ahí…
Desbloqueás tu teléfono esperando encontrar algún mensaje o llamadas perdidas y mantenés el suyo cerca sólo por si acaso, decepcionada cuando ambos permanecen en completo silencio. Tu oído escoge centrarse en el tictac del reloj y el sonido del adorno que golpea la puerta del balcón cada vez que el viento sopla. Siempre temés que esos pequeños golpes destrocen el cristal.
Y es que siempre son pequeñas las cosas que desatan el caos: la grieta que apareció mágicamente en tu taza, el pequeño agujero que terminó por deshacer el suéter favorito de Enzo, la alarma que postergaste estando aún dormida y lo hizo perder un vuelo, la comida quemada que intentó solucionar ordenando pizza, el abrazo que no correspondiste cuando regresó de los premios Goya, su falta de entusiasmo ante la usual noche de películas…
Evitás preguntarte qué sucederá porque la respuesta que ronda tu cabeza hace que tu respiración se entrecorte y te asfixia. No querés ser extremista, no sos una persona que se dé por vencida así como así y una pelea –incluso esta pelea, probablemente la peor que recordás haber tenido con Enzo- no te parece motivo para arrojar todo por la borda, pero… Las relaciones son de a dos, ¿no? Y no tenés idea de qué pensará o cuáles son los planes del otro lado.
Maldecís por lo bajo y esta vez es sin saber el motivo.
-No hace falta que lo arregles- dice una voz a tus espaldas-. Los materiales son una cagada.
Una sensación similar al pánico te recorre y volteás a verlo.
-Volviste.
Su rostro se tiñe de dolor y vergüenza por una fracción de segundo.
-¿Cómo no voy a volver?
-Dijiste…
-Ya sé lo que dije- se arrodilla a tu lado y toma tu mano-. No era verdad.
-Estás helado.
-Hace frío. Mucho.
-¿Querés un té?- intentás ponerte de pie y te detiene-. No cociné, pero si querés…
-Quiero que hablemos.
Suspirás.
-Sí, tenemos que hablar.
-¿Qué está pasando? Nosotros no somos así.
Limpiás las lágrimas que nublan tu vista y él se deja caer sobre las cerámicas frías, aún sosteniendo tu mano entre sus dedos y acariciando tus nudillos con su pulgar en un intento de ofrecerte un poco de consuelo. Espera pacientemente mientras te recuperás para poder contestar.
-Los últimos meses fueron muy raros.
-Es mi culpa- lamenta-. No sé cómo manejar… nada, todo, esto que está pasando.
-Y yo no sirvo como apoyo.
-No, no digas eso- toma tu mentón-. Siempre estás para mí, me cuidás y me ayudás en todo... Pero creo que desde hace un tiempo no estoy tan presente como debería y no es recíproco.
-No entiendo por qué- descansás tu rostro sobre tu mano-. Creo que, no sé…, por ahí ahora que anduviste por todos lados ya estás cansado de mí.
-Nunca.
-Pero…
-Jamás me cansaría de vos.
-¿Y por qué hacés de todo menos estar conmigo?
-Tengo miedo de arruinar las cosas- contesta con simpleza-. Tengo miedo de todo lo que está pasando y tengo miedo de arrastrarte conmigo cuando… ¿Y si me olvido de mí?
-Eso es imposible.
-Ya no estoy tan seguro.
-Yo sí- lo obligás a mirarte-. Creo que te conozco lo suficiente para saberlo.
Permanecen en silencio unos momentos y sus ojos jamás dejan los tuyos.
-Perdón- susurra-. Sé que hay mucho de qué hablar, pero…
-Yo también estoy cansada… Vamos a la cama y mañana temprano vemos.
-Lo vamos a solucionar.
-Sé que sí- y dejás salir una risa nerviosa-. Pero hoy no estaba muy segura.
-Me hubiera gustado tener esa discusión antes.
-¿Por qué?
Su mirada oscura es terriblemente sincera, muy Enzo.
-Porque cuando me fui me di cuenta de cuánto te extrañaba.
Cuando tomás su rostro entre tus manos para poder besar su frente él busca tus labios. Te besa lenta y suavemente, pero es incapaz de ocultar la desesperación que guía sus acciones y pronto deja de lado los delicados roces para invadir tu boca con su lengua, robándote la respiración y  aferrándose a tus muslos con sus manos.
-Extrañaba tus besos- decís cuando te regala unos segundos para respirar-. Te extrañaba.
 -Me tenés acá, ahora y para siempre.
Acariciás su cabello y él te observa desde su posición sobre sus rodillas, sus manos aún en tus piernas y sus pulgares dibujando figuras sobre tu pantalón. Te sonríe y la imagen te toma por sorpresa, pero también te sorprende el significado oculto en su expresión y la facilidad con la que puede hacerte saber lo que quiere.
-¿No te duelen las rodillas?- suelta una carcajada y lo ayudás a ponerse de pie-. Dale, vamos.
La distancia desde la cocina hasta la habitación es interminable ahora que ambos desean llegar cuanto antes. Atraviesan el oscuro corredor tomados de la mano y cuando llegan a la habitación Enzo toma asiento en la cama, te posiciona entre sus piernas y abraza tu cintura con fuerza para poder admirarte; deposita besos sobre tu abdomen y entre tus pechos, frustrado por tu ropa interponiéndose entre sus labios y tu piel.
Cuando sus dedos se deslizan debajo de tu camiseta suspirás y arrojás la cabeza hacia atrás, abrumada por la intensidad del contacto y por el rastro de fuego que sus manos dibujan en tu cuerpo. Te ayuda a desvestirte y en cuestión de milisegundos sus labios capturan tu pezón izquierdo, succionando y permitiendo también que sus dientes y lengua jueguen con vos.
Tu creciente desesperación te lleva a abrazarlo en busca de más contacto y cuando sentís sus gemidos contra tu piel tus dedos se dirigen por cuenta propia hacia su cabello. Sus párpados se cierran en contra de su voluntad cuando tus manos hacen arder su cuero cabelludo, sensación que no hace más que empeorar la erección que oculta su pantalón.
Se separa de tu pecho luego de morderte con la fuerza suficiente para hacerte gritar y te despoja del resto de ropa que te cubre, asegurándose de no romper ninguna prenda con sus movimientos rápidos y ansiosos. Se arroja sobre las almohadas y te deja sobre su muslo, complacido por ver tus mejillas enrojecidas ante la implicación de la posición.
-Te hace falta una buena cogida, ¿no?
-¿Y de quién es la culpa?
Te toma por el cuello para acercarte a su rostro.
-Fijate bien lo que me decís- pellizca tu pezón y el dolor te hace gemir-. Y lo que hacés.
Comenzás a rozarte sobre su pierna, muy consciente del significado de sus palabras y la amenaza que las adorna, tus manos en su pecho en busca de estabilidad y tus ojos sobre los suyos. Toma tu cadera para guiar tus movimientos, dolorosamente lentos, y no deja espacio alguno entre tu centro y sus jeans que comienzan a mancharse con tus fluidos.
El cosquilleo entre tus piernas y el dolor de sus uñas marcando tu cadera es suficiente para orillarte hacia tu orgasmo en cuestión de minutos. Cerrás los ojos, masajeando tus pechos tal como él suele hacerlo, pero no es suficiente y cuando comprendés que necesitás de sus manos un patético sollozo deja tus labios.
-¿Qué pasa bebé? No podés solita, ¿no?
-Quiero…
-¿Qué querés? Decime y yo te lo doy.
-A vos.
Enzo no puede hacer más que contemplar la imagen frente a sí, tu delicado cuerpo rindiéndose nuevamente bajo sus manos y tus dientes torturando tus labios mientras su mirada te recorre. Hace unos días sólo podía soñar con tenerte de esta manera y complacerte, así que ahora se pregunta cuánto tendrá que contenerse para que el momento no acabe demasiado rápido y cuánto tardarás en suplicarle que se detenga o en caer agotada entre sus brazos.
-Entonces ya sabés lo que tenés que hacer.
En pocos segundos abandonás su regazo y te recostás entre sus piernas, esperando su confirmación para poder tocarlo y prácticamente arrancando la ropa de su cuerpo cuando la obtenés. Ya está duro, muy duro, su punta brilla con las gotas de líquido preseminal que de allí brotan y las venas que recorren su extensión parecen pedir tu atención a gritos.
Comenzás a masturbarlo lentamente e intentás seguir el ritmo con el que movía tu cuerpo sobre el suyo, tu pulgar acaricia su punta y cuando lo separás de esta podés apreciar el hilo traslúcido que brilla con la luz. Te llevás el dedo a la boca y gemís cuando sentís su sabor en tu lengua, calmándote y a la vez haciendo que lo desees todavía más.
Dejás besos húmedos sobre su miembro y sus gemidos sólo empeoran la situación entre tus piernas. Cuando tus labios se cierran sobre la punta sentís su cuerpo tensarse, sus párpados se cierran por un breve instante y sus dedos acarician la comisura de tus labios, que se estiran a más no poder para recibirlo en tu boca.
-Qué linda que sos cuando me la chupás.
Sus palabras te resultan tan humillantes como excitantes y por un segundo considerás deslizar una mano bajo tu cuerpo para calmar tu necesidad. Tu saliva mancha tu piel, tus dedos y corre bañando todo su miembro antes de deslizarse entre sus piernas y caer sobre las sábanas, pero aún así te es difícil tomar más que la mitad.
Tu frustración crece minuto a minuto pero para Enzo, que sabe cuánto te cuesta, la imagen es una bendición… Y también una tortura, por lo que no encuentra más solución que tirar de tu cabello para alejarte de su cuerpo y evitar un muy necesitado orgasmo.
-Ya está, ya está- responde a tus quejas-. Lo hiciste muy bien, pero…
-¿Pero?
-Me toca a mí.
Te arroja sobre el colchón para luego posicionarse sobre tu cuerpo y acorralarte, su intensa mirada de pupilas dilatadas haciéndote sentir como una presa. En su camino hacia tu centro su aliento golpea tu mejilla, tu mandíbula, tu cuello sensible y tus clavículas, pero él sólo piensa en una cosa y cuando separa tus piernas se dedica a apreciar tus pliegues y entrada brillantes.
Te acaricia de manera superficial y cuando te retorcés rodea tu cadera con un brazo para inmovilizarte. Su pulgar presiona sobre tu entrada, que gotea lo suficiente para manchar las sábanas, juega con la piel que la rodea y sólo se dirige hacia tu cl��toris después de ver que te contraés desesperadamente en torno a la nada misma. Se muerde los labios, impaciente.
Suspirás cuando sentís su ataque y los círculos que su dígito traza con una lentitud insoportable, deteniéndose de cuando en cuando para acariciar también tus pliegues húmedos y tantear tu entrada con la intención de provocarte todavía más. Gemís su nombre una y otra vez para tentarlo y suplicás por más, pero te ignora y prolonga sus tortuosas acciones otro rato.
Dirige un dedo a tu entrada y lo introduce con delicadeza, siempre atento a la reacción de tu cuerpo: tus paredes no oponen resistencia y el placer cuando curva su dedo para acariciar tu punto dulce se intensifica gracias a su lengua deslizándose sobre tu clítoris. Un gemido casi animal deja tu garganta y ante esto él decide acelerar sus movimientos.
-¿Así te gusta?- pregunta cuando gemís aún más fuerte, como si la respuesta no fuera obvia. Aprovecha tu estado y tu abundante excitación para deslizar otro dedo, haciéndote sisear por el repentino ardor que trae consigo la dilatación-. ¿Qué pasa, no aguantás ni dos dedos?
Cubrís tu rostro ardiente con una mano y evitás hacer comentarios sobre quién es el responsable de tu estado actual; no recordás cuándo fue la última vez que jugó con tu cuerpo y tu forma de tolerar su ausencia fueron tus propios dedos, más delgados y cortos que los suyos e inútiles cuando se trataba de obtener placer.
-Más.
-¿Más...?- y succiona tu clítoris con fuerza para oírte gritar.
Enzo conoce tu cuerpo mejor que nadie y sabe exactamente qué hacer para volverte loca. Los movimientos de su lengua no se detienen y las formas que esta dibuja hacen que tus manos tiren de su cabello, arruguen las sábanas y masajeen tus pechos, aferrándose con desesperación a cualquier objeto que se interponga en su camino.
Sus dedos no dejan de abusar de tu sensibilidad y la combinación de sensaciones, que parece ser muchísimo más intensa gracias a las semanas sin contacto, comienza a ser casi demasiado para tu cuerpo. Te llevás una mano a la boca y cuando tu orgasmo te golpea mordés tus nudillos desmedidamente, ahogando tus gemidos y los gritos que amenazan con irritar tu garganta.
Te lleva unos minutos regular tu respiración y dejar de temblar, minutos que transcurren con sus dedos aún enterrados en las profundidades de tu cuerpo mientras sus labios bañan tu centro y el interior de tus muslos con besos y alguna que otra pequeña marca producto de sus dientes. Bajo tu atenta mirada desliza sus dedos entre sus labios para no desperdiciar los restos de tu esencia.
Abandona la cama para deshacerse del resto de su ropa y cuando regresa vuelve a posicionarse sobre tu cuerpo para atacar tu boca con un beso hambriento. Tus piernas abrazan su cadera y cuando sentís su miembro caliente golpeándote no podés evitar gemir contra su lengua, tu mano buscándolo para poder masajearlo antes de guiarlo hacia tu entrada. Su punta te quema.
Toma tu rostro y te obliga a mirarlo.
-¿Querés que te la meta?
-Por favor.
Te quejás cuando comienza a penetrarte y aunque tus ojos arden jamás rompés el contacto visual. Enzo te distrae tirando de tu labio inferior con su pulgar y antes de notarlo estás succionando el dígito, con el cual parece imitar los movimientos de su cadera.
-Estás muy apretada.
-Es…- te interrumpís con un grito cuando introduce otro par de centímetros de manera súbita. Su pulgar manchado con tu saliva acaricia tu mejilla para calmarte-. No puedo.
-Sí, sí podés.
Sus labios abrazan los tuyos mientras realiza movimientos suaves y calculados que convierten tus quejas en gemidos y provocan que tus paredes se contraigan sobre su miembro. Suspira cuando por fin logra introducirse por completo en tu interior y besa tu cuello, tu perfume embriagador nublando sus sentidos y tus pequeños gemidos tentándolo a moverse.
Tus manos aferrándose a sus hombros son la única confirmación que necesita: te golpea con fuerza y tu grito es una mezcla de sorpresa y placer por el repentino ataque, el cual repite hasta convertirlo en un ritmo constante que resuena en toda la habitación y llena tus oídos. Sacude tu cuerpo con cada embestida y lo único que podés hacer es aceptar el placer, completamente a su merced.
Luego de una estocada particularmente profunda tus uñas se clavan en su piel y Enzo sólo lo sabe. Descansa su peso sobre sus piernas y sus manos en la parte posterior de tus muslos ejercen presión hasta que tus rodillas rozan tus pechos, el ángulo permitiéndole llegar hasta ese punto para abusar del mismo y convertirte en un completo e incoherente desastre.
Gritás su nombre y las palabras que le dedicás entre tus agudos gemidos son incomprensibles. Tu expresión es indecente y la vista entre tus piernas, donde su cuerpo se une con el tuyo y brilla con tus fluidos, lo es aún más… pero le encanta y no puede evitar jugar con vos, agregando otro estímulo que te hace cerrar los ojos con fuerza y sacudir la cabeza.
-Enzo- advertís-. Por favor.
El gesto es mínimo pero suficiente y en cuestión de segundos tus dedos se cierran sobre sus muñecas. Tu figura se sacude con la fuerza de sus embestidas y por los espasmos de tu orgasmo, el cual arquea tu espalda como si estuvieras presentándote ante él y hace que tus músculos se contraigan, dificultando sus movimientos y haciéndote llorar.
Jamás se detiene.
Lo mirás horrorizada, tu orgasmo prolongándose indefinidamente y haciendo del placer una sensación casi intolerable. Enzo continúa golpeando tu cérvix mientras su pulgar juega con tu clítoris y sus dedos presionan sobre tu abdomen bajo, forzándote a sentir cuán profundo llega su miembro y cómo estimula cada fibra de tu cálido y estrecho interior.
Te lleva al límite, pero antes de permitirte gozar de un segundo clímax se detiene.     
-No, no- protestás-. ¿Por qué? Quería…
Te interrumpe golpeando tu mejilla y cuando abandona tu interior mantenés la boca cerrada. Toma tus caderas y te obliga a voltear, dejándote sobre tu estómago y posicionándose sobre tu cuerpo para aprisionarte contra el colchón.
Rodea tu cuello con su brazo y te penetra con desesperación. En cuestión de segundos su pelvis golpea tus muslos y tus glúteos con la fuerza suficiente para arruinar tu piel, causando también un sinfín de sonidos húmedos y obscenos que acompañan sus gruñidos y tus gemidos.
Buscar refugio contra en el colchón tiene como consecuencia que la fuerza de su asalto vaya en aumento y la única opción que encontrás para ahogar tus gritos es morder las sábanas, húmedas con las lágrimas que corren por tus mejillas. La solución sólo dura unos minutos gracias a que Enzo, que en este momento prefiere no ser el único que oye cuánto gritás por él, endereza su postura y tira de tu cabello para hacerte arquear la espalda.
El nuevo ángulo te permite verlo y por un instante parece buscar tus labios con la intención de besarte, pero en su lugar escupe sobre tus labios entreabiertos y observa cómo tu expresión se transforma con la humillación y excitación. Le encanta tratarte como un juguete y sabe que lo disfrutás tanto como él, sobre todo cuando te toma por sorpresa.
-Sos una putita, ¿no? Mirá como estás- y remarca sus palabras con una estocada que te hace temblar violentamente-. ¿Querés que te llene toda?
Tragás saliva –sin saber cuánta es suya- para contestar pero todo lo que sale de tu boca son patéticos sonidos sin sentido. Sonríe satisfecho y vuelve a escupirte, esta vez asegurándose de manchar aún más tu rostro para ver su saliva deslizándose por tu piel junto con tus lágrimas.
Te libera de manera brusca y tu rostro impacta con el colchón, las sábanas oscureciéndose cuando entran en contacto con los fluidos en tu rostro y arrugándose aún más cuando te aferrás a ellas con una mano acalambrada. Tu otra mano se entrelaza con la suya y lo guiás hacia tu abdomen bajo, ignorando cómo los músculos de su abdomen se tensan con tu acción.
-Ahí- suplicás entre gemidos-. Adentro.
Enzo sólo quiere obedecerte y unos minutos más tarde cumple tus deseos: su semen caliente salpica tu interior y mancha tus paredes de blanco mientras el palpitar de tu miembro te lleva a otro orgasmo, menos intenso pero más duradero. Tus músculos se aferran a él y lo mantienen dentro tuyo hasta que la última gota de su liberación te llena.
Su boca roza tu frente y tu mejilla antes de besar la comisura de tus labios.
-Te amo.
-Te amo.
Intenta peinarte y cuando fracasa se limita a masajear tu cuerpo cabelludo con la yema de sus dedos. Evita alejarse de tu cuerpo, consciente de lo mucho que ambos necesitan la cercanía en un momento como este, y sonríe cuando tus dedos vuelven a entrelazarse con los suyos.
-¿Querés ir al baño?
-No- negás rápidamente y besa tu mejilla para calmarte-. ¿Podemos estar así un rato?
-Obvio.
Admira tu perfil y tus párpados cayendo sobre tus ojos vidriosos.
-¿Sabes qué vamos a hacer mañana?
-¿Qué?
-Nos vamos a levantar bien temprano y vamos a ir a desayunar al lugar de siempre, ¿querés?- propone-. Después podemos ir a pasear un rato al mercado de artesanos… y elegís una taza nueva.
Soltás una risa encantadora y asentís.
El título y la historia están inspirados en esta canción de Spinetta. Tiene muchas interpretaciones pero en mi opinión es una muy buena metáfora sobre el cambio constante que atraviesan las personas y por ende también las relaciones :)
taglist: @madame-fear @creative-heart @llorented @recaltiente @delusionalgirlplace @chiquititamia @lastflowrr ♡
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rhactividades · 23 days ago
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ACTIVIDAD #001: la inauguración del laberinto de raven's heart club.
LOCACIÓN: Jardín de Raven's Heart Club.
CÓDIGO DE VESTIMENTA: Semi-formal.
FECHA: 18 de Enero de 2025.
CLIMA: 6° C.
El Raven's Heart Club, un espacio exclusivo donde se dan cita las familias más influyentes de la región, ha preparado para sus miembros un evento que promete algo de entretenimiento. El laberinto inaugurado esa tarde en el jardín será el centro de la actividad de hoy: un concurso en el que deberán adentrarse en su intrincado recorrido para llegar al final.
El jardín, un vasto espacio verde que se extiende más allá de lo que los ojos pueden ver, se ha preparado para recibir a los asistentes. El laberinto, una estructura de arbustos perfectamente podados que se elevan en varias alturas, formando pasillos complejos que desafían la orientación.
A un lado, una piscina brilla con tonos azules que, a pesar de su belleza, se encuentra inutilizada debido al clima frío propio de Suiza en esta temporada. Aunque el agua invita a sumergirse, el clima no lo permite, y las sombrillas blancas que bordean la piscina apenas ofrecen refugio ante las nubes oscuras que se desplazan lentamente por el cielo. Camareros elegantes circulan entre los grupos, ofreciendo copas de champán y cócteles sofisticados, mientras que algunas mesas dispersas están dispuestas con delicadas charlas y platos exquisitos.
Los murmullos de las conversaciones se rompen cuando la voz de Astor Caldwell, presidente actual de La Sociedad, resuena a través del micrófono que sostiene en su mano.
—¡Bienvenidos a todos y gracias por estar aquí! —anunció el presidente con una amplia sonrisa y un gesto de bienvenida. —Hoy tienen la oportunidad de ser los primeros en enfrentarse a este impresionante laberinto que acaba de abrir sus puertas en nuestros jardines. Algunos de ustedes quizás ya han visto otros laberintos, pero les aseguro que este es especial.—
—Ahora bien, el objetivo de este concurso es simple: deberán entrar al laberinto y encontrar la salida —dijo, observando a los invitados para asegurarse de captar su atención. —El primero que logre salir será el ganador, pero... —pausó dramáticamente, sonriendo un poco— lo mejor está por venir. El premio... bueno, eso lo conocerán al final, cuando terminen.
Nikkita, la organizadora de las actividades del club, a su lado, tomó su momento para hablar. —Antes de comenzar, queremos asegurarnos de que todos estén listos. —La organizadora levantó una mano, como si pidiera calma. —Deben seguir unas reglas: no está permitido hacer trampa ni usar dispositivos electrónicos que puedan guiarlos. Se trata de poner a prueba su mente, su paciencia y, por supuesto, su destreza para navegar por el laberinto. Les daremos unos minutos para que se preparen y luego los invitaremos a entrar.
Nuevamente, se escucharon murmullos de distintas conversaciones. Algunos eran emocionados, otros más cautelosos, y otros simplemente hablaban entre sí sobre lo que podría depararles el laberinto.
—Ah, y una última cosa, que es muy importante. —Nikkita se acercó nuevamente al micrófono. —Este es un desafío individual, así que todo depende de ustedes. ¡El laberinto los espera! ¡Diviértanse!
Uno a uno, los participantes comienzan su recorrido, pero todos saben que el verdadero desafío no será solo encontrar el camino, sino enfrentarse a los secretos que los unen a todos en este lugar, algunos demasiado oscuros para ser desvelados… o quizás, demasiados para ser ignorados.
Instrucciones IC para la actividad:
Todos los participantes deben ingresar al laberinto y tratar de llegar a la salida antes que los demás.
El primero en llegar a la salida recibirá un premio, cuyo valor y naturaleza se revelarán al finalizar el juego.
Las interacciones entre los participantes son libres, pero recuerden, el concurso es individual y no deben ayudarse mutuamente.
INFORMACIÓN OOC:
¡Buenas tardes, cuervos! Les traemos la primera actividad del grupal, que esperamos que disfruten tanto como nosotras lo hicimos al planearla. Les pedimos que, por favor, lean los siguientes puntos para evitar dudas. Aunque, en caso de que las tengan, nuestro buzón está siempre abierto para responderlas.
Los personajes llegaron a Lautersee hace cinco días y este es el primer evento en donde se reúnen todos desde su llegada. Les recordamos que las relaciones preestablecidas entre personajes que no sean de la misma familia no están permitidas.
El evento es exclusivamente para los miembros de La Sociedad y sus familias. Todos los personajes recibieron un sobre personalizado con una invitación al cóctel de inauguración del laberinto, sin embargo, desconocían el concurso hasta que el presidente lo anunció.
Los únicos participantes en la búsqueda de la salida serán sus personajes. Los padres y abuelos no participarán, a pesar de encontrarse presentes.
El laberinto es bastante confuso, pero no tiene ningún obstáculo que pueda herir físicamente a los personajes. ¡Cuidado con los tramos largos que los llevarán a pasillos sin salida! Podrían quitarles tiempo.
Les hemos desbloqueado el apartado de las instalaciones del club, pero solo serán unos cuantos lugares los que podrán incluir en sus conversaciones, por si desean ubicarlos en otro lugar además de lo que hemos descrito dentro del jardín:
Jardín.
Laberinto.
Invernadero.
Área para niños.
Piscina exterior.
Pueden establecer sus starters antes de ingresar al laberinto o ya dentro de él, pero les pedimos que no lo hagan una vez que hayan terminado el recorrido o encontrado la salida, ya que decidiremos al ganador a través de un tiro de dados por Discord, un par de días antes de que termine la actividad.
Aclaramos que IC, es obligatorio que los personajes ingresen al laberinto, pero el tiro de dados será totalmente opcional. Más adelante encontrarán una encuesta para que decidan si participan o no.
Tipo de starters: starters abiertos reblogueados desde el blog de starters (@rhstarters). Para abrir un starter, es necesario haber respondido previamente tres. Por el momento, no hay posibilidad de starters grupales ni privados.
Duración de la actividad: 10 días, finalizando el 28 de enero.
¡Son libres de compartir las vestimentas de sus personajes! Tuvimos un pequeño inconveniente para permitirles el acceso al blog de ediciones, pero les enviaremos los enlaces tan pronto como lo solucionemos.
Les pedimos que mantengan la opción de anónimo desactivada en todo momento de sus buzones. ¡Que se diviertan!
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ravennaortiz · 1 year ago
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Two Worlds
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Summary: How does Manny handle finding Juice in his sisters house. Sons/Mayans AU. 18+ Flashbacks/Time Jumps.
This was requested by @hatersaremymotivators using the prompts number 2. I'm not the right man for you and number 7. Stay away from my sister.
Neither man spoke for a moment as they stared at each other. "Go ahead and finish putting your shirt on." drawled Manny his face giving Juice no hint as to what he was thinking. Juice yanked his black tshirt down quickly and stepped to the table where the Mayan was sitting. "You must be Manny. Lupe has told me a lot about you" stated Juice as he extended his hand out to shake. "Odd she's not said a word about you" replied Manny as he leaned back in the chair letting his words fall between them like grenades.
Juice nodded as he withdrew his hand and rubbed the back of his neck. Angel and the others had warned him about Manny. That he wouldn't approve of Lupe dating a Son. "Listen man. I think we've gotten off on the wrong foot here. Finding a random guy in your" started Juice trying to make light of the awarknedness. "I'mma cut you off. Facts are I never wanna see you in my sisters house, around my sister, say her name ever again after this moment" stated Manny as he leaned forward on his elbows his eyes never leaving Juices.
"Are you asking me to break up with your sister?" questioned Juice taken aback. "No I'm telling you. You two should never have been together in the first place. I get my sister being a bit naïve on the danger but you? Your a grown man who knows the darker side of the leather we wear. Sons and Mayans might have an alliance now but what about when that gets broken? Mayans and SONs will both want her dead." snapped Manny his voice tight and low with anger. Juice was shocked at the venom in Mannys voice and couldn't speak for a moment. "I would never let anyone hurt Lupe. Your sister" started to reassure Juice before Manny sighed and stood up. " Look, I've been told your a good dude and that you are treating Lupe like she deserves. I appreciate that but I want you to stay away from my sister. This will be our only talk on the matter." stated Manny as he made his way out of the kitchen. "I don't repeat myself either by the way" called Manny over his shoulder.
Four Months Prior
"The regal Guadalupe is gracing us mere peasants with her presence tonight boys" greeted Angel as he kicked EZ out of the chair for her. "Eres un niño"(you such a child) stated Lupe as she rolled her eyes at Angel. "I love when you call me names mami" purred Angel as he leaned in to her space. "¿No recuerdas qué pasó con el último hombre que entró en mi espacio personal? (Do you not remember what happened to the last man who got in my personal space?). replied Lupe as she patted his cheek as she smiled at him. "Sí. Lo enterré. (Yes. I buried him) answered Angel with a chuckle.
"You two are so weird" muttered Coco as he took a drag off his cigarette as Gilly nodded in agreement. "Says the man who pretended to be his daughters brother for most of her life and now wonders why she wont listen to him" snipped Lupe making Gilly and Angel laugh. "You know you could be nicer" replied Coco as he rolled his eyes. "I'm letting your kid live with me. How much nicer do you want me to be" replied Lupe with a raised brow. "I have a list" replied Coco with a smirk as he pulled a piece of paper out of his pocket. "On that note I'm going to get another beer" replied Angel as he stood up while Coco and Lupe bickered away.
A couple hours later a guy with a mohawk and tribal tattoos on his head caught Lupes attention as he spoke to Bishop and a man named Chibs who was the President of the Sons. Lupe sipped her beer as she studied the well muscled man with a gorgeous smile. "I'll catch you guys later" stated Lupe as she stood up and made her way over to the bar where the men were now standing.
Juice had been casually scanning the crowd still not feeling quite at home in the Mayans clubhouse when a leggy brunette with curves he would love to travel stepped into his view. Juice felt his soul leave his body when there eyes met. He was so entranced in her aura that he didn't register she was speaking to him until he felt Chibs nudge him in the back.
"I'm sorry I didn't hear you" half fibbed Juice as he felt himself start to sweat as she cocked her head to the side. "I said, hi I'm Guadalupe but you can call me Lupe. " repeated the gorgeous woman in front of him as she let her eyes drift over him. He's even hotter up close Lupe thought to herself. "Juice" replied Juice as he stook out his hand to shake. The feel of her soft skin against his roughened made sparks fly as she laughed. "Something tells me your momma didn't carry you for months on end and endure birth to just name you Juice" joked Lupe as she smiled at him. Juice chuckled as he nodded. "Real name is Juan Carlos" he explained as he took a sip of his beer to calm his nerves. "Juan Carlos. I like the sound of that" purred Lupe as she put her hand on his forearm. "I like how you say it" replied Juice as he shot her a wink.
Next Morning Lupe's House
Lupe had just stepped into her kitchen, where Letty sat drinking coffee and eating breakfast ,when she heard her front door open and Angel call out. "To what do I owe this early morning visit?" inquired Lupe as she walked into the living room yawning. "Did you bed a Son last night after you ditched your friends?" inquired Angel with arms folded as he shot her s sly look. "Hmm, I dont' think I understand your question" replied Lupe as she put on her best poker face.
"I'd say you gave him that good shit cause he was up before me and made us both food before that old man with scars picked him up just so you know. So like keep that up cause he cooks better than you" inserted Letty as she joined Angel and Lupe in the living room. "Letty" grumbled Lupe as her face warmed and Angel dropped to the floor laughing. "What? You deserve to have your back" started Letty making Angel howl louder with laughter as Lupe cut her off. "Enough! Room now please" snapped Lupe as she closed her eyes. "That kid is great" stated Angel as he wiped tears from his eyes after a couple minutes. "If you must know. Yes and we are going out to dinner next weekend" sighed Lupe as she made her way back to the kitchen with Angel hot on her heels.
Present Day
The clubhouse door slamming open and an angry tirade of Spanish mixed in with English had every Mayan in silence. Lupes eyes were ablaze and her mascara streaked cheeks were a sight as she scanned the room for her brother . Manny sighed as he slid out of a chair and made his way to her. "I'm a grown ass woman!" snapped Lupe as she jabbed her finger into her brothers chest. "Hell yeah she is. Look at that grown woman body" shouted Angel as he tried to diffuse the situation. "How dare you tell Juice to break up with me. Have him telling me " I'm not the right man for you?" continued Lupe each jab getting harder as her temper flared. "He's not Lupe. Being in two worlds is " started Manny as he stepped back slightly as his chest ached. "Screw you" interrupted Lupe as she stepped back into his personal space.
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coolvistobueno · 4 months ago
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Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) Madrid
El edificio es obra del arquitecto Higueras y se caracteriza por su estructura circular, con un gran espacio interior muy luminoso y lleno de vegetación. Popularmente se le conoce como "la corona de espinas" por el peculiar terminado de su planta superior.
Antonio Íñigo, 18 de septiembre de 2024
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multiverse--wanderer · 1 month ago
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Feliz Navidad // Oneshot - Ghost x König (CoD) -- ESP
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[ Oneshot basado en la OTP entre Ghost y König de Call Of Duty. Este Oneshot completo en patreon tiene contenido +18, leer bajo su propia responsabilidad. ] Es un texto exclusivo de Patreon, ¡échale un vistazo a las diferentes membresías y lo que cada una te pueden ofrecer!
La cabaña reposaba en el corazón de un bosque sepultado bajo un manto blanco, donde el silencio se estiraba como un susurro eterno. Alexander había elegido ese rincón perdido para pasar la Navidad, insistiendo con la misma terquedad con la que enfrentaba las órdenes en el campo de batalla. Sabía que Simon, de quien a veces solo podía intuir los pensamientos tras aquella máscara impenetrable, detestaba las multitudes tanto como él. Pero más allá de las palabras que nunca se decían, había una verdad latente: ambos anhelaban la quietud como un oasis después del infierno, aunque rara vez se permitieran confesarlo, ni siquiera a sí mismos.
El bosque, cubierto de nieve que caía sin prisa, parecía envolverlos en una burbuja, aislándolos del tiempo y del mundo. La cabaña, rústica y modesta, era un refugio que olía a madera vieja y a la calidez del fuego recién encendido. Dentro, la chimenea rugía con suavidad, llenando el aire con destellos naranjas y el leve crujido de la leña. Alexander se mantenía de pie junto a la ventana, su altura casi devorando el marco, mientras sus ojos claros seguían el vaivén de los copos de nieve que danzaban con el viento. Había algo hipnótico en esa escena, como si el invierno hablara un idioma que él entendía mejor que cualquier palabra humana.
La habitación, austera pero acogedora, tenía la simplicidad de quien vive sin pretensiones. Los muebles de madera, toscos y llenos de historia, compartían el espacio con un pequeño árbol de Navidad que Alexander había decorado esa misma mañana. Las luces, parpadeando como estrellas temblorosas, arrojaban sombras juguetonas sobre las paredes desnudas. Había intentado envolver un par de regalos, y aunque sus manos torpes apenas lograron domar el papel y la cinta, el esfuerzo impregnaba la estancia de algo genuino, casi vulnerable.
Simon estaba en el sofá, una figura estoica incluso en la quietud. Su máscara seguía puesta, como una extensión de su piel, un recordatorio de que algunas cosas nunca se dejan atrás. Pero su ropa, un suéter negro sencillo y pantalones de lana, traicionaba un atisbo de comodidad. Sus manos, grandes y callosas, sostenían una taza de té que humeaba entre sus dedos, aunque sus ojos no miraban el líquido caliente. Estaban fijos en Alexander, atentos, como si buscaran algo más allá de la figura del hombre que contemplaba la nieve.
Finalmente, Alexander se giró. La luz del fuego jugueteaba en su rostro, destacando los surcos de sus facciones y el brillo melancólico de sus ojos. Caminó hacia el sofá con pasos pesados, pero medidos, y al sentarse junto a Simon, el mueble gimió bajo su peso, aunque ninguno de los dos pareció notarlo.
—Pensaba —dijo en voz baja, casi como si hablara para sí mismo—. Lo extraño que es estar aquí. Tan… tranquilo.
Su mirada se desvió al árbol, donde los regalos mal envueltos y un tanto desiguales esperaban pacientemente. Las luces del árbol rebotaban en los paquetes, dando a la escena una intimidad cálida, casi infantil, que contrastaba con las cicatrices visibles e invisibles que ambos hombres cargaban. Alexander hizo un gesto con la cabeza, señalando los regalos.
—¿Quieres abrirlos ahora? —preguntó señalando los paquetes con el mentón, su voz profunda pero extrañamente suave, como si temiera romper la quietud del momento.
Simon no respondió de inmediato. Sus ojos oscuros, inalterables bajo la sombra de la máscara, recorrieron primero los regalos, luego el árbol, y finalmente regresaron a Alexander. Había algo en su postura, en la forma en que sus hombros parecían relajarse solo un poco, que decía más de lo que cualquier palabra podría expresar.
En esa cabaña perdida, entre la nieve que lo cubría todo y el fuego que prometía calor en un mundo frío, el tiempo pareció detenerse. Dos hombres, marcados por un pasado compartido de guerra y muerte, encontraron en el silencio del invierno algo que nunca esperaron hallar: un atisbo de paz.
El mayor se sentía extrañamente sereno en aquella atmósfera. Había algo en el aire frío del invierno, en el susurro de la nieve al caer y en la calidez que envolvía la cabaña, que le hacía sentir como si el mundo se hubiera detenido. Todo parecía en su lugar, como si cada elemento, desde el rugir suave de la chimenea hasta el tenue resplandor de las luces del árbol, hubiera sido dispuesto para ofrecerles este momento de calma.
Era consciente de que no era un hombre joven, no del todo, pero tampoco viejo. Aun así, las cicatrices —las visibles y las que llevaba dentro— a veces le recordaban que había cosas más importantes que perseguir la lucha constante. Y en fechas como esta, se daba cuenta de que había algo profundamente reconfortante en estar lejos de todo. Lejos del ruido, lejos de las luces deslumbrantes y de la presión de la civilización. Aquí, con él, todo era diferente.
Miró al chico que estaba sentado frente a él, cuya energía solía ser un contraste a su propia sombra, pero que en este instante reflejaba la misma paz. Lo conocía lo suficiente para saber que disfrutaba tanto como él de estos momentos de sencillez. La decoración de la cabaña, aunque humilde y un tanto desordenada, hablaba de un esfuerzo genuino por su parte, un esfuerzo por hacer que se sintiera cómodo, tranquilo, en casa. Y lo había conseguido. Vaya si lo había conseguido.
—Hm.
El sonido apenas fue un murmullo, un pensamiento que se escapó de sus labios más que una palabra. Pero el chico, siempre atento, lo percibió. Giró la cabeza y sus ojos claros brillaron con un destello de curiosidad. El enmascarado siguió la dirección de su mirada, donde los paquetes envueltos y desiguales descansaban bajo el árbol.
Sonrió, aunque esa sonrisa quedó oculta bajo su máscara. Era extraño, pensó, cómo un gesto tan pequeño podía tener tanto peso en un momento como este. No estaba acostumbrado a estas cosas, a estas tradiciones que parecían pertenecer a otra vida, a otro mundo. Pero aquí estaba, sentado frente a un árbol decorado, con regalos esperando ser abiertos, y la presencia cálida de alguien que, de alguna manera, había conseguido penetrar sus defensas.
—¿Es hora ya de ello? —preguntó al fin, su voz grave pero suave, cargada de una mezcla de curiosidad y torpeza que rara vez mostraba.
El chico no respondió de inmediato. Sus ojos vagaron entre el árbol, los regalos y la figura de él, como si considerara la pregunta con más seriedad de la que realmente requería. Pero en esa pausa, en el silencio que compartían, había algo más profundo, algo que hablaba de una comprensión mutua que no necesitaba palabras.
El invierno continuaba afuera, cubriendo el bosque en un abrazo de hielo y nieve. Pero dentro de la cabaña, entre el calor del fuego y la conexión silenciosa que compartían, se gestaba un momento que quedaría grabado en ambos. No se trataba de los regalos ni de la decoración, sino de la simple pero poderosa verdad de estar juntos, lejos de todo, pero lo suficientemente cerca el uno del otro.
Alexander dejó escapar una risa suave, apenas un susurro que se perdió entre el crepitar de la chimenea y el murmullo del viento afuera. Era un sonido extraño, íntimo, que apenas parecía encajar con la figura imponente que proyectaba. Había algo casi mágico en esa cabaña; tal vez era el calor del fuego o la tranquilidad que envolvía el bosque nevado, pero en ese momento, incluso un hombre como Alexander podía permitirse bajar la guardia.
Sus ojos se detuvieron en Simon, como solían hacerlo más de lo que él mismo admitiría. La máscara seguía puesta, un escudo infranqueable, pero Alexander ya había aprendido a leer los pequeños matices que Simon dejaba escapar sin darse cuenta. Un leve cambio en la inclinación de su cabeza, una relajación apenas perceptible en la tensión de sus hombros, o incluso el sutil ritmo de su respiración. Y esta vez, lo sentía: Simon estaba cómodo. Quizá no feliz en el sentido pleno de la palabra, pero cómodo, y eso era suficiente para Alexander.
—Bueno —dijo al fin, su voz cálida, con ese acento suave que hacía que las palabras parecieran rodar con cierta torpeza encantadora—. No creo que haya un "momento correcto" para abrir regalos aquí.
Era raro para él sentirse tan relajado, tan humano. Pero había algo en la presencia de Simon que siempre conseguía desarmarlo de una forma que el campo de batalla jamás había logrado. Le hacía querer ser algo más que un soldado, aunque fuera solo por una noche.
...
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kobikiyama · 2 years ago
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Soul House
Espacio 18 Arquitectura
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mondomoderno · 3 months ago
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El cine teatro Italia, inaugurado el 14 de abril de 1934, fue por décadas el corazón del entretenimiento en Coronel Suárez.
La Asociación italiana, fundada en 1894, planeó la construcción de un teatro como espacio de recreación. El primer edificio fue construido en 1903 y sufrió un incendio en 1911, quedando destruido en su totalidad. En 1922 se construyó el segundo teatro que también corrió la misma suerte que el primero, incendiándose diez años después. El edificio del tercer teatro que se construyó es el que observamos hoy en día.
Sin embargo, cerró sus puertas como espacio cinematográfico en 2007. La sala estuvo cerrada por más de tres años hasta que en 2011 se inició un proceso de recuperación que permitió su uso como espacio teatral. También incluyó la modernización de camarines, recambio de todo el sistema eléctrico, de seguridad y calefacción y la renovación de las butacas, entre otras modificaciones.
No obstante, durante años se realizaron gestiones para renovar la sala de proyección, ya que todavía contaba con proyectores de 35 mm adquiridos en los años 70.
En 2018, técnicos del INCAA relevaron el espacio y en 2019 se reinauguró el cine con su flamante proyector digital. Actualmente la cartelera cuenta con una programación de títulos comerciales, mayormente extranjeros y también ofrece una importante oferta de obras de teatro. La sala tiene una capacidad para 496 personas en la planta baja y 226 butacas más en la parte superior. Durante la década de 1960 se eliminó la monumental palabra Italia de cemento reemplazándola por la marquesina que se conserva actualmente.
Por otra parte, en un número de la revista Cine Argentino del año 1939, encontré una entrevista al empresario a cargo del Cine Italia en ese momento, Luis Maggi. Es sumamente interesante ya que se recogen los pensamientos de Maggi sobre el cine nacional y el público de los pueblos. Maggi se distingue de los teóricos del cine y aporta una visión práctica y experimentada tras veinte años dedicados a la industria cinematográfica.
En el artículo, rechaza la idea de que los empresarios solo buscan el éxito monetario, destacando que estos tienen una comprensión profunda de lo que el público valora. Explica que las películas nacionales con artistas populares tienden a atraer espectadores, y enfatiza que un filme de baja calidad perjudica más a la productora que a las producciones, pues desacredita su sello.
Fuentes:
La Nueva Radio Suárez. (n.d.). Tras doce años de espera, Coronel Suárez recuperó su sala de cine. 21 de noviembre de 2024, de https://www.lanuevaradiosuarez.com.ar/instituciones/tras-doce-aos-de-espera-coronel-suarez-recupero-su-sala-de-cine-19023.html
La Nueva. (2018, 21 de julio). Una espera de película: vuelve el cine a Coronel Suárez. Recuperado el 21 de noviembre de 2024, de https://www.lanueva.com/nota/2018-7-21-6-35-18-una-espera-de-pelicula-vuelve-el-cine-a-coronel-suarez
Radio Provincia. (n.d.). DESTACAN LA HISTORIA DEL CINE ITALIA DE CORONEL SUAREZ. Recuperado el 29 de noviembre de 2024, de https://radioprovincia.gba.gob.ar/noticia.php?noti_id=16731
Programación completa: el problema a estudiar. (1939, 10 de agosto). Cine Argentino.
Buscando a Salamone FB.
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jartita-me-teneis · 3 days ago
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1)Los pájaros no orinan
(Desde el punto de vista biológico no orinan, carecen de vejiga, excretan líquidos y sólidos al mismo tiempo)
2)Los caballos y las vacas duermen mientras están de pie.
3)El murciélago es el único mamífero que puede volar. Los huesos de la pierna de un murciélago son tan delgados que ningún murciélago puede caminar solo sobre sus patas traseras
4) Incluso cuando una serpiente tiene los ojos cerrados, todavía puede ver a través de sus párpados.
5) A pesar de la apariencia blanca y esponjosa de la piel del oso polar, en realidad tiene la piel negra.
6) La mosca doméstica promedio sólo vive 2 o 3 semanas.
7) Para cada humano en el mundo hay un millón de hormigas.
9) Los caimanes y los tiburones pueden vivir hasta 100 años.
10) Una abeja tiene dos estómagos: uno para la miel, otro para la comida.
11) Los elefantes pesan menos que la lengua de una ballena azul. El corazón de una ballena azul es del tamaño de un coche.
12) Las ballenas azules son la criatura más grande que jamás vaga por la Tierra.
13) Una cucaracha puede sobrevivir durante una semana sin su cabeza antes de morir de hambre.
14) Cuando un delfín está enfermo o herido, sus gritos de angustia convocan ayuda inmediata de otros delfines, que tratan de apoyarlo a la superficie para que pueda respirar.
15) Un caracol puede dormir durante 3 años.
16) El pájaro más rápido, el veloz de cola espina, puede volar tan rápido como 106mph. (El halcón peregrino es en realidad 174 km / hora o 108mph)
17) Una vaca da casi 200.000 vasos de leche en su vida.
18)La sanguijuela tiene 32 cerebros.
19) El gato promedio solo al aire libre tiene una vida útil de unos tres años. Solo los gatos de interior pueden vivir durante dieciséis años y más.
20) Los tiburones son los únicos animales que nunca se enferman. Son inmunes a todo tipo de enfermedad, incluido el cáncer.
21) La probóscide de un mosquito tiene 47 bordes afilados en la punta para ayudarlo a cortar la piel e incluso capas protectoras de ropa.
22) El cerebro humano tiene un espacio de memoria de más de 2.5 millones de petabytes, que es de 2.500.500 gigabytes
Y el conocimiento es la clave
¿Cuál es el fenómeno biológico que aparece en la pérdida gradual de masa muscular, fuerza y función humana cuando crecen?
¡Esto se conoce como Sarcopenia!
Sarcopenia, es una pérdida gradual de masa muscular, fuerza y función... la pérdida de masa muscular esquelética y fuerza como resultado del envejecimiento... La situación puede ser terrible, depende del individuo.
Exploremos y analizemos múltiples maneras de prevenir la sarcopenia, así:
1. Desarrolla el hábito, si eres capaz de mantenerte de pie... ¡Simplemente no te sientes, y no te acuestes si puedes sentarte!
2. Cada vez que una persona mayor se enferma, y es ingresada en el hospital, no le pidas más descanso, o que se acueste, relajarse y/o no salir de la cama... No ayuda. Ayúdales a dar un paseo... Excepto si perdieron resistencia para hacerlo.
¡Acostarse durante una semana causa pérdida de al menos 5 % de masa muscular! ¡Y desafortunadamente, los ancianos no pueden recuperar la pérdida de músculos!
¡Por lo general, la mayoría de los ancianos y ancianos que contratan asistentes pierden músculo más rápido que los activos!
3. La sarcopenia, es más aterradora que la osteoporosis!
Con la osteoporosis, solo hay que tener cuidado de no caerse, mientras que la sarcopenia no solo afecta la calidad de vida sino que también provoca un alto nivel de azúcar en sangre debido a la masa muscular insuficiente!
4. La pérdida más rápida de músculos (atrofia) es a través de la ociosidad en los músculos de las piernas...
Porque cuando están sentados o acostados, las piernas no se mueven, y la fuerza de los músculos de las piernas se ve afectada directamente... ¡Esto es especialmente importante para prestar máxima atención!
Subiendo y bajando escaleras... caminar, correr y ciclismo son todos grandes ejercicios, ¡y pueden aumentar la masa muscular!
Para una mejor calidad de vida a la vejez... Muévete... ¡Y no desperdicies tus músculos!
¡El envejecimiento comienza desde los pies hacia arriba!
¡¡Mantén tus piernas activas y fuertes!!
Si no mueves las piernas durante solo 2 semanas, la fuerza real de tu pierna disminuirá en 10 años.
Por lo tanto, ejercicios regulares como caminar, ciclismo, etc. son muy importantes.
Los pies son una especie de columnas que soportan todo el peso del cuerpo humano.... Así que,
¡Camina todos los días!
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reynashift · 7 days ago
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—.✦𝑳𝒆𝒄𝒕𝒖𝒓𝒂𝒔 𝑻𝒂𝒓𝒐𝒕
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Bienvenidos a mi espacio de lecturas de tarot, donde me enfoco en ofrecer interpretaciones detalladas y precisas. Cada tirada está realizada con dedicación, buscando conectar con tu energía o la de la persona/situación que desees explorar.
── .✦ 𝓡eglas Importantes
Para mantener la ética y la claridad en mis lecturas, hay ciertos temas que no abordo:
No realizo lecturas sobre:
• Salud física o mental
• Embarazo o temas relacionados
• Muerte o personas fallecidas
• Vidas pasadas
• Espíritus o entidades
• Preguntas relacionadas con el tiempo (por ejemplo: “¿Cuándo me casaré?”)
• ¡Apreciaría mucho que me enviaríais vuestras respuestas sobre mi tirada, si ha sido totalmente acertada para así los demás ver la validez de mis tiradas!
── .✦ Política de reembolsos & más:
No ofrezco reembolsos si el motivo es que la lectura no dijo lo que querías escuchar. El tarot muestra lo que necesitas saber, no necesariamente lo que deseas oír. A veces necesitamos la cruda verdad.
Solo haré reembolsos si la lectura no resuena en absoluto contigo o si excedo el plazo de entrega acordado.
Contenido +18: Por el momento, no realizo lecturas con contenido explícito o temas para adultos, ya que aún estoy practicando y perfeccionando ese enfoque.
Para asegurarme de que cada lectura sea precisa y dedicarle el tiempo necesario, abriré plazos limitados y aceptaré un número reducido de personas en cada periodo. Esto me permite ofrecerte una tirada de calidad sin sentirme saturada
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Las cartas reflejan mensajes que pueden tener diferentes interpretaciones. No soy responsable de cómo decidas tomarlos o aplicarlos en tu vida. Mi intención nunca será mentir ni dañar a nadie, sino ofrecer una orientación honesta y respetuosa.
Si estás listo/a para recibir el mensaje que el tarot tiene para ti, aquí estaré. Si no, está bien también. Tómalo o déjalo, pero siempre con el corazón abierto y la mente clara.
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deepinsideyourbeing · 10 months ago
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Una condena agradable - Matías Recalt
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Cap I. Cap II. Cap III. +18! Dom!Matías celoso y posesivo. Begging, creampie, degradation, exhibicionismo, fingering, grinding, nipple play, posible spit kink, sexo oral (male recibe), sexo sin protección, slapping, voyeurismo, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Matías adora a sus compañeros de rodaje, de eso no hay duda... Adora el vínculo que se formó entre los integrantes del grupo durante los largos meses que pasaron en hoteles y en el set, la pasión que comparten por el trabajo que realizaron y el apoyo mutuo. Por esos motivos y más fue que decidió organizar una cena.
No fue un trabajo sencillo: cuando una mitad del grupo podía la otra se veía imposibilitada, el clima arruinaba las posibilidades de reunirse, surgía un evento al que debían asistir o alguien cancelaba y los demás también lo hacían, hasta que llegó el día en que –para sorpresa de todos- el plan se concretó gracias a Enzo.
Con un simple mensaje en el grupo de WhatsApp en el que dejaba saber que iba a estar en la ciudad y proponía hacer algo, el asunto se solucionó en menos de veinticuatro horas. Matías agradeció internamente al uruguayo por la acción, luego por la sugerencia de trasladar la cena al jardín para tener más espacio, y más tarde por ser él quien se encargara principalmente de hacer los arreglos allí.
¿Pero ahora…? Ahora se arrepiente de todo.
No recuerda en qué momento dejó su lugar a tu lado ni por qué, sólo sabe que cuando regresó alguien más había ocupado su silla y vos estabas inmersa en una conversación con Enzo. Puede que estén hablando de música, películas, libros o lo que sea que el mayor te haya enseñado en la pantalla de su celular que te hizo reír a carcajadas, pero a Matías no le importa eso. Sólo puede pensar en cuánto desea acercarse y rodearte con sus brazos o sentarte sobre su regazo y poner sus manos en tus muslos descubiertos.
Las voces de Esteban y Francisco lo regresan a la realidad con una pregunta que no logra procesar, por lo que responde con balbuceos mientras se pone de pie trastabillando. Se acerca lentamente, cada paso permitiéndole apreciar más y más cómo las luces con las que decoraron el jardín resaltan el color de tus ojos y hacen que tu cabello brille, y también ve la forma en que Enzo se inclina para hablarte al oído.
Pero siendo tan receptiva, siempre percibís la cercanía de tu novio y rápidamente volteás a verlo con una sonrisa, ignorando la acción de Enzo y lo que tuviera para decir. Matías te devuelve la sonrisa, una sensación de satisfacción instalándose en su abdomen bajo, y toma tu mano cuando extendés tu brazo hacia él a modo de bienvenida.
-¿De qué estaban hablando?- pregunta, tan simpático como siempre, antes de darte un beso en la mejilla. Su mano se desliza por tu hombro y tu cuello como si se tratara de un masaje.
-Enzo me estaba mostrando unas fotos de sus gatos, ¿querés ver?
Matías no quiere ver, en este momento poco le importa cualquier cosa que no seas vos, pero asiente enérgicamente para mantener la fachada y finge interés cuando ve las fotografías. Enzo explica el contexto y el anillo en su dedo brilla bajo las luces cuando el movimiento de sus manos acompaña sus palabras, las cuales Matías no registra en lo absoluto.
Alzás la mirada cuando sus manos se entrelazan inocentemente sobre tu pecho.
-¿Me acompañás…?- señala el interior de la casa-. Quiero buscar el número de una heladería.
No te da tiempo a responder y mucho menos comentarle que pueden pedir helado desde cualquier aplicación de delivery disponible, su mano en tu espalda te obliga a ponerte de pie y seguirlo. No te preguntás por qué no busca el número que tanto necesita en la cocina o por qué no se detiene junto al teléfono de línea, tampoco el motivo por el cual te arrastra escaleras arriba.
Sabés la razón desde que sentiste la forma en que te miraba.
Te dirige hacia la habitación más cercana y cierra la puerta a sus espaldas con tranquilidad: la expresión en su rostro no delata sus pensamientos (plagados en su totalidad con la imagen de su amigo acercándose descaradamente a tu figura) y sus hombros relajados te hacen dudar por un breve instante, pero su silencio es inquietante y tus labios tiemblan con una sonrisa nerviosa.
-¿La estás pasando bien?- se acerca lenta y sigilosamente, como si se tratara de un depredador, obligándote a retroceder hasta que tu espalda toca la pared junto a la ventana. Comienza a jugar con una de las tiras de tu vestido-. Te vi muy entretenida con Enzo
-Estábamos hablando de los Oscar.
-¿Viste qué lindo que estaba con ese traje?
Te mordés el labio para contener la risa… pero el daño ya está hecho y es sólo cuestión de unos segundos para ver los efectos: su palma impacta con fuerza sobre uno de tus pechos e inmediatamente comienza a pellizcar tus pezones, aún más sensibles de lo usual debido a la tela que roza tu piel. Desliza las tiras de tu vestido por tus hombros y la prenda cae hasta tu cintura, revelando las marcas que sus dientes y sus labios dejaron por la mañana.
-¿Ahora te quedás callada?- te pellizca nuevamente y esta vez no intentás reprimir el gemido que te provoca-. Contestá.
-¿Y si nos escuchan?
La sombra de una sonrisa maliciosa cruza su rostro, pero sólo comprendés lo que significa cuando sus manos ejercen presión sobre tus hombros para dejarte de rodillas. Te obliga a mirarlo a los ojos tirando de tu cabello con fuerza y la posición se torna dolorosa luego de transcurridos unos minutos, pero adora verte a sus pies y recordarte cuál es tu lugar.
El sonido de su ropa es distante y sus movimientos rápidos apenas te permiten asimilar lo que ocurre antes de sentir que su miembro golpea tu mejilla. Debería avergonzarte la forma en que tus labios se separan instintivamente, tu lengua asomándose con la esperanza de probarlo cuanto antes, pero en lo único que pensás es lo mucho que te excita ver a Matías así de celoso.
Mantiene el contacto visual mientras acerca su miembro a tu boca y delinea tus labios para humedecerlos con su excitación antes de deslizarse sobre tu lengua, el sabor más que familiar haciéndote suspirar. Tus labios se cierran sobre la punta y emite un siseo cuando comenzás a succionar, sus párpados luchando para no cerrarse cuando el calor de tu boca lo envuelve y el placer lo invade.
Los dedos en tu cabello te obligan a separarte de él, pero no te da tiempo a protestar porque el deseo lo lleva a adentrarse nuevamente en tu boca en menos de un segundo. Repite el mismo movimiento una y otra vez, hundiéndose más y más hasta golpear tu garganta con cada embestida y hacer que tus ojos se llenen de lágrimas. Parpadeás para disipar las lágrimas y tu máscara de pestañas comienza a correrse, pero él no piensa detenerse hasta arruinar todo tu maquillaje.
Sus movimientos se tornan desesperados y abusa de tu boca sin consideración, casi olvidando o eligiendo ignorar que necesitás oxígeno, pero su oído siempre está atento a los matices en los sonidos indecentes que provoca su accionar... Y también al efecto que este tiene en tu ser, nublando tus ojos con una bruma familiar y dilatando tus pupilas casi al máximo.
Una de sus manos cubre tu nuca para evitar que te golpees mientras la otra tira de tu cabello para mantenerte estática en tu lugar, una contradicción que señalarías si tu mente permitiera que fueras consciente de ello.
Matías se deleita con la imagen de tu labial difuminado y los restos que este dejó en su piel, la saliva que corre por las comisuras de tus labios y tu mentón ahora también goteando hasta manchar tus muslos y deslizarse entre ellos. Tus manos se acercan a tu centro y decide darte un respiro al notar la forma en que tus dedos se contraen debido a la necesidad de tocarte, pero no te deja ir sin antes golpear tus labios y tu mejilla con su miembro goteante.
Te ayuda a ponerte de pie y te conduce sutilmente hacia la ventana, empujándote con delicadeza hasta que las cortinas se deslizan sólo lo necesario para que tu espalda entre en contacto con el cristal frío. El contraste al sentir la calidez de sus manos sobre tu cuerpo te hace suspirar, sobre todo cuando sus dedos se deslizan bajo tu vestido y te rozan a través del algodón humedecido.
-¿Y si nos vienen a buscar?- preguntás en un susurro, como si los invitados ocupando el jardín pudieran oírte-. ¿Y si nos ven?
Sus labios se curvan en una sonrisa y podrías jurar que sus ojos se oscurecen por completo... Eso es precisamente lo que él quiere, lo comprendés una vez que sus dedos hacen a un lado tu ropa interior y se introducen en tu interior sin previo aviso, pero sin dificultad alguna gracias al estado en el cual te dejó luego de utilizar tu boca.
-Qué putita que sos- besa tu mejilla con suavidad-. Cómo te gusta chupármela.
No lo negás, por supuesto que no, porque es la verdad. Matías sabe cuánto disfrutás tenerlo en tu boca y adora torturarte recordándotelo cada vez que tiene la oportunidad, que es casi a diario; pero también adora sentir la forma en que tus líquidos brotan de tu interior y mojan sus dedos. Curva los dígitos rozando tus paredes y gemís con fuerza, tu rostro contrayéndose en una mueca de placer que hace palpitar su miembro. Comienza a aumentar el ritmo progresivamente y es recompensado con tus jadeos, tus súplicas y promesas.
Se detiene en seco al verte tomar aire y retira sus dedos de manera abrupta, el brillo en ellos evidente cuando serpentean con lentitud sobre la extensión de su casi dolorosa erección. Levanta la falda de tu vestido hasta descubrir por completo tu centro, así como la parte posterior de tus muslos y tus glúteos, y desliza su punta sobre tu ropa interior, la mezcla de tus fluidos y el líquido preseminal humedeciendo la tela hasta volverla prácticamente traslúcida.
Tirás de la prenda arruinada para descubrir tu intimidad y lloriqueás cuando su glande acaricia tu clítoris, deslizándose luego entre tus pliegues y cayendo en un vaivén que amenaza con hacerte perder la cordura.  Observás casi en trance cómo su miembro ardiente desaparece entre tus piernas una y otra vez, resplandeciendo cuando la luz lo golpea.
 -Mati…
-¿Qué?- sus ojos encuentran los tuyos-. ¿Qué querés?
-A vos, por favor- arquea una ceja-. Por favor, por favor, te necesito.
Te acaricia una última vez antes de sujetarte por los hombros y obligarte a voltear, una de sus manos presionando tu rostro contra la ventana mientras la otra tira de tu cadera hasta posicionarte a su antojo, en un ángulo que le permite apreciar la forma en que tu ropa interior se adhiere a tu piel. La idea de romperla es tentadora, pero se limita a hacerla a un lado.
Observa la forma en que tus ojos analizan el exterior, confiando en que vas a detenerlo si sentís que la situación te supera, y se oye suspirar contento cuando siente la forma en que tu cuerpo se relaja por completo.
Dirige su miembro hacia tu entrada brillante y acaricia tus pliegues, pero el evidente rastro de tu humedad en tus muslos lo distrae y sólo se recupera cuando movés tu cadera para incitarlo a continuar. Comienza a introducirse en tu interior, tan cálido y apretado como siempre, y tus gemidos se tiñen con desesperación ante la sensación de plenitud que te otorga.
-Más, Mati, por favor.
No hay forma de que se niegue.
Sus movimientos son lentos pero expertos y el sonido que produce la colisión entre su cuerpo y el tuyo es suficiente para hacer que tus rodillas tiemblen, las fuerzas abandonándote debido al placer que te consume cada vez que sentís su miembro alcanzar el punto más profundo de tu ser. Sus gruñidos y suspiros hacen que te contraigas a su alrededor, arrancando más sonidos similares de sus labios.
Sentís su respiración sobre tu cuello, sus labios entreabiertos dejando besos en tus hombros y en tu espalda, las palabras que susurra contra tu piel pero que no lográs comprender debido a otros sonidos. Sus dedos abandonan su lugar en tu cabello para masajear uno de tus pechos con fuerza y luego atacan tus pezones, ya erectos y sensibles debido al roce constante con la ventana.
Tus piernas amenazan con cerrarse cuando sus dientes capturan la piel sensible entre tu hombro y tu cuello, la sensación del dolor dejándote al borde del orgasmo. Te libera y su lengua se desliza sobre la zona afectada con intención de aliviar la irritación, pero el resultado es tu respiración agitándose y tus jadeos inquietos.
Una de sus manos danza cerca de tu centro y por un segundo creés que está a punto de tocarte, pero te sorprende el sentir que vuelve a arrugar tu vestido entre sus dedos para luego obligarte a sostenerlo. Rezás porque ninguno de sus amigos decida apartarse de la mesa, rogás que nadie se acerque al árbol y observe las ramas que ocultan la ventana, porque de lo contrario verían el completo desastre en el que te transformó Matías.
Dejás salir un gemido más que sonoro cuando sentís su mano acariciando tu abdomen bajo, el sonido repitiéndose y escalando en volumen cuando sus dedos se contraen y sus uñas rozan tu piel. Dirigís una mirada a tus pechos y a las marcas rojizas que los adornan en señal de pertenencia.
Un destello de luz llama tu atención y te alejás del cristal para estudiar el jardín, pero tu visión nublándose y el vidrio empañado por tus suspiros te impiden ver con claridad. Los movimientos de Matías no cesan y una embestida particularmente profunda hace que cierres los ojos al gemir, las lágrimas deslizándose por tus mejillas y humedeciendo tus labios entreabiertos. Cuando repite el movimiento soltás un grito, desbordada por el fuego que parece recorrer tus venas.
Sus dedos se deslizan sobre tu piel expuesta hasta llegar a tu clítoris, la humedad recubriendo la zona y dificultando un poco sus movimientos por un breve instante. Dibuja círculos con precisión, pero cuando ejerce todavía más presión pronunciás un hilo de palabras incomprensibles y sabe que tu orgasmo está a unos pocos segundos de distancia, sólo tiene que…
-¡Matías!- decís entre dientes, tu cuerpo rígido-. Enzo… nos está viendo.
La acción pasa desapercibida debido a que tus ojos están fijos en la silueta que se oculta a la sombra del árbol, pero Matías arroja la cabeza hacia atrás presa del éxtasis. Aumenta el ritmo de su mano, los movimientos de su cadera son brutales y su miembro está causando estragos en tu interior, que se evidencian cuando tus piernas flaquean al tiempo en que apretás tu vestido entre tus dedos.
Está mal. Está muy mal, pero…
Con la concentración suficiente, podés distinguir la forma en que Enzo mueve su mano de arriba abajo sobre su entrepierna. El anillo en su dedo brilla de vez en cuando, un débil hilo de luz delatando su presencia de la forma más descarada, pero lo que verdaderamente te provoca es la forma en que sus ojos se iluminan cuando da una calada al cigarrillo que sostiene.
-Sos mía, ¿entendiste? De nadie más- tu novio acentúa sus palabras con estocadas profundas que te roban el aire-. ¿Entendiste…?
Asentís, repitiendo tuya un sinfín de veces, sorprendida por el peso de las lágrimas formándose una vez que tu orgasmo te golpea. Intentás mantener los ojos abiertos, pero el placer te vence y cuando decidís dejarte ir Matías te sostiene entre sus brazos para evitar que te desmorones.
La cortina regresa a su lugar, pero tu atención está puesta en tu novio y el calor de su cuerpo envolviendo el tuyo, el cual está enteramente a su disposición. Tus gemidos no disminuyen y tu orgasmo se prolonga hasta que comenzás a quejarte debido a la sensibilidad, tu respiración agitada dificultando la articulación de palabras.
Con una última estocada, Matías llena tu interior con su semen. Se recupera mientras reparte uno que otro beso en tu cabello y toma tu mentón entre sus dedos para obligarte a voltear y besarte.
-Mía- susurra contra tus labios, su voz aún entrecortada y cargada de sexo.
-Tuya- jurás, sintiendo cómo abandona tu interior y acomoda tu ropa rápidamente.
Le dirigís una mirada suplicante al sentir la forma en que su liberación comienza a escaparse y humedecer tu ropa interior, pero su única respuesta son una sonrisa y un beso en tu frente.
Pequeñas aclaraciones:
1) El título y parte de la trama están fuertemente inspirados en Persiana Americana de Soda Stereo, pero la versión de los 11 Episodios Sinfónicos que fue el álbum que escuché mientras escribía. Lo recomiendo para acompañar la lectura en caso de que vuelvan a leer esto ♡
2) Si creen estar viendo esta publicación por segunda vez... no se equivocan, es porque nuevamente tuve un desencuentro con Tumblr 😭
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia ♡
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vlovann · 14 days ago
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I’ve heard that some non-binary and transgender friends are having issues with their passports being denied.
I want to remind you that there are a lot of other countries that are accepting with real protections of the LGBT+ community and I’m sure, like my girlfriend and I, you’re looking at them specifically for getting out.
I had a realization that if more states start denying gender corrections on passports, I understand that it will be painful and I’m sorry the world is coming to it, but it might be safer to retract the request, let it revert to your incorrect identity, using your real identity socially when safe, and use that to get the hell out of America. Then, once you’re safe and a citizen, you should be able to get your gender changed in your new home.
I am unsure if the current state of America justifies applying for asylum to other countries, yet, or if it has to get even worse, but I already think it should be.
I’ve done my best to gather information from the top safest countries for LGBT+ people (in no particular order) below:
Norway (16+, guardian permission, citizen or registered resident): https://www.skatteetaten.no/en/forms/changing-gender/
Iceland (under 15 needs guardian permission and/or expert statement and case consideration, unsure about citizenship, but most likely similar to others): https://www.government.is/topics/human-rights-and-equality/equality/lgbti-affairs/
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In Iceland, no one can come for your rights. It just ends there, period. No explanation needed.
Sweden (18+, guardian permission, registered in Sweden, gender dysphoria assessment, “transsexualism” diagnosis and gender assessment team contact for at least two years according to, unsure of citizenship, most likely similar to others): https://www.rfsl.se/en/organisation/vard-for-transpersoner/transvaard/
Denmark (I can only find an LGBT Denmark article about how families with a non-binary minor are encouraged to apply to state their gender identity, I’m assuming citizenship or residency is required. My iPhone is saying a lot of these websites are trying to steal my information and the ‘visit site anyway’ button doesn’t do anything 🙄): https://lgbt.dk/en/denmark-opens-up-to-legal-gender-change-for-minors/
Netherlands (16+, citizen or resident for 1 year, expert statement, meaning a declaration to an expert that you are not your assigned gender and understand the risks): https://www.denhaag.nl/en/certificates-and-official-documents/change-your-registered-gender-you-were-born-abroad/
Germany (14+, guardian permission, easier for citizens, but options seem to be available if you aren’t registered yet if I understood correctly): https://dublin.diplo.de/ie-en/self-determination-2689792
Spain (all ages, but under 16 needs guardian permission, semi-related as of last year allowing illegal immigrants to earn residency and work permits according to PBS.org, citizenship needed as far as I can tell): https://administracion.gob.es/pag_Home/en/Tu-espacio-europeo/derechos-obligaciones/ciudadanos/familia/genero.html#-92e7156cb2a7
Malta (16+, citizens, people protected under their Refugee act, anyone entitled to an ID card, assuming similar residency of other countries; if you already have an official X from your previous country, they will honor it): https://humanrights.gov.mt/legal-gender-recognition-and-bodily-integrity/b
Portugal (+ name change, legal age or 16-17 through guardian or legal representative, need citizen card): https://www2.gov.pt/en/servicos/pedir-o-registo-de-mudanca-de-sexo-e-de-nome-proprio
Canada (all ages, presumably filled by parents under 16, citizen and immigrant resources readily available): https://www.canada.ca/en/immigration-refugees-citizenship/services/canadian-passports/change-sex.html
Most countries will require citizenship or residency. Some don’t explicitly say.
Feel free to comment or reblog with any corrections or additional countries or inside citizen information! Please help with more resources if you can. I can’t find or access some government websites because Apple is stupid.
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mysteelecreek · 2 years ago
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Espacio 18 Architectura
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cadaveerie · 4 months ago
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Nuestro server de Dragon Age en español ya es público! 🐲💜
Bienvenides a “La Era del Dragón: Ahora Es Personal”
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