#es un viaje y una especie de shock cultural
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tanta piel...
#pasar del kpop donde debo de agradecer por cada tira de abdomen que se deja (al menos con los artistas que más sigo) ver a#lo que sea que los pilotos hagan en sus thirst traps#es un viaje y una especie de shock cultural#si hubiese seguido a BM o a wonho no estaría tan afectado creo#Ñ
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T2: Trainspotting un viaje a la nostalgia pero con firmeza en el presente.
Es 1993 en Edimburgo, Escocia, un ex adicto a la heroína llamado Irvine Welsh está sentado en un pub bebiendo nerviosamente, lo acompaña un hombre de nombre Robin Robertson, el entonces director editorial de Secker & Warburg. Ambos se encuentran preocupados, comienzan a tener varias dudas sobre la empresa literaria y comercial en la cual se han metido y que está a unas semanas de ver la luz del público. ¿Quién chingados va querer leer aquella colección de historias sobre junkies, narrada en la forma que estos hablan? ¿Cómo chingados van a venderle eso al público letrado de Gran Bretaña? Todo ha sido un error… Welsh, el autor de dichas historias, piensa en un plan desesperado; va escribir varias cartas de manera anónima al periódico The Scottsman, para condenar el libro por ensuciar el nombre de Edimburgo, causar controversia, el morbo vende ¿no? .Pero la novela sale a la venta y, para sorpresa de todos, se vende de manera exitosa, aquellas tácticas guerrilleras no fueron necesarias. Esa novela se convierte en la voz de una generación. Esa novela se llama Trainspotting.
Trainspotting es una de las piezas más importantes de la literatura británica del siglo XX, la crudeza con la que le dio voz a un sector, hasta entonces demonizado y en ocasiones invisible por el resto de la sociedad, abrió una necesaria conversación sobre la pobreza en Europa y la adicción a los narcóticos. La novela de Welsh, basada en sus propias vivencias y por eso mismo brutalmente honesta, retrato a estos junkies como personas, no como víctimas o demonios. Sí, mucho del material dentro de la novela es difícil de digerir, aún leyéndolo al día de hoy pero la forma en la que el autor retrató a estos personajes nos hace, simpatizar con ellos y entender sus motivaciones, sus adicciones, nos vemos atraídos a ellos, no por morbo sino por una empatía natural de la mejor parte de nosotros que intenta ponerse en los zapatos de nuestro vecino.
La novela fue tan exitosa que pronto fue adaptada a una obra de teatro y tan solo tres años después de la publicación original de la novela, ésta fue adaptada a una película por el entonces emergente director de cine independiente, Danny Boyle. La adaptación de Trainspotting, se convirtió en un fenómeno cultural internacional, a mediados de los noventa era garantía que verías el poster con el famoso monólogo del personaje Mark Renton “Choose Life” en casi todos los dormitorios de estudiantes de universidad.
El legado de aquel filme es digno de un trabajo de tesis, el impacto que tuvo en la cultura de los jóvenes, la controversia, la música y por supuesto el lanzar al estrellato tanto a su elenco como a su director, son temas que dan demasiado de que hablar, pero para propósitos de este texto basta con decir que hay un antes y un después de Trainspotting.
El éxito de la película inspiro al autor a escribir dos entradas más sobre este grupo de personajes, la secuela Porno en el 2002 y la precuela Skag Boys en 2012, sin embargo, no hubo prisa por adaptar estos libros a la pantalla, lo cual es algo bastante asombroso considerando que las últimas dos décadas han sido campo fértil de secuelas cinematográficas y remakes de grandes clásicos. Pero esto se debe a que con una película tan importante como Trainspotting, el talento detrás de ella sentía una enorme presión, ya que están consientes del legado que habían dejado. Hubo intentos, pero ninguno progreso, el tiempo no era el indicado, el elenco no estaba convencido; Ewan McGregor incluso ha dicho en varias entrevistas que cuando escucho la propuesta dijo que el no tendría nada que ver ya que consideraba que Prono, la secuela literaria de Trainspotting, no estaba a la altura y no le había causado la misma atracción hacía el personaje de Mark Renton. De tal modo que una posible secuela fue por mucho tiempo, un sueño y nada más.
Sin embargo, 20 años después, las estrellas se alinearon y finalmente tenemos en carteleras de cine T2: Trainspotting,. John Hodge, responsable del guión de Trainspotting, se aventuró una vez más a adaptar el material de Irvine Welsh y logró producir un hermoso guión que provocó que todo el elenco original estuviera más que emocionado por participar en el proyecto, el cual una vez más esta bajo el mando de Danny Boyle, quien ahora presenta una visión más madura.
Es un ejercicio absurdo e inútil comparar los méritos de T2 con Trainspotting, evidentemente no iba a tener el mismo impacto cultural, porque cuando se estrenó la primera parte los tiempos eran muy diferentes, ese filme fue algo sin precedentes, sin embargo esto no demerita a T2, porque lo que nos entregaron es un epílogo digno de una de las mejores películas de culto que existen, uno que, si bien tiene un pie en la nostalgia, como bien lo ilustra el personaje Sick Boy en el filme “¡Es solo notalgia, eres un turista en tu propia juventud!”, es lo que le dice a Renton cuando visitan un lugar especial para ellos mientras intentan recordar a su viejo amigo Tommy, también tiene otro firmemente plantado en el presente; los personajes tienen un gran desarrollo y madurez, incluso más que la que se presenta en su contraparte literaria. De hecho la película toma tan solo algunos momentos y notas de Porno, pero nos entrega algo bastante diferente pero que representa el mismo espíritu.
T2, da la dosis necesaria de nostalgia y reflexión hacía su antecesora, mostrándonos situaciones similares y remembranzas de los personajes, por ahí vemos ecos de una escena clásica y escuchamos la música original. Pero el nuevo material es igual de relevante y trascendental, basta con escuchar cuando Renton le explica a una chica de veinte y tantos años, el significado de la frase “Choose Life” y como en el momento da un nuevo monologo que resuena igual de fuerte que el original y es en este material nuevo donde mejor funciona esta cinta.
El nuevo filme de Danny Boyle, es un viaje emocional que tendrá a todos los que crecimos con estos personajes al borde de las lagrimas en varios momentos, porque la empatía que se crea en el espectador trasciende el tiempo. Renton, Spud, Sick Boy y Begbie, ellos han crecido, hay ecos de quienes fueron pero han cambiado bastante, al igual que nosotros, los espectadores y esto nos lleva a una catarsis y reflexión sobre nuestra propia vida, lo que somos ahora en contraste de que lo que alguna vez fuimos, cuando nos creíamos capaces de comer al mundo, cuando bailábamos Lust For Life porque éramos dignos de ella, ahora titubeamos, igual que lo hace Renton. La cinta no tendrá el mismo factor de shock que la original, pero lo que carece de esas escenas grotescas y fuertes, compensa con grandes momentos emocionales y cómicos que responden al presente.
Existe también un elemento meta narrativo en el filme, ya que vemos a un personaje escribir la historia de Trainspotting. En este filme, los personajes leen textualmente las palabras escritas por Irvine Welsh, el primer párrafo del libro aparece en pantalla en lo que es un increíble homenaje al autor escoses quien nos entrego parte de su vida personal para que formara parte de la nuestra.
El aspecto técnico es igual de fuerte que el narrativo, vemos a un Danny Boyle que de nuevo se ha divertido y atrevido en el set, los actores por su parte encajan de nuevo en aquellos personajes y demuestran porque los hicieron icónicos y el soundtrack es igual de impactante de lo que fue el origianl.
T2, es una gran experiencia cinematográfica que seguro conectará con quienes aman a estos personajes y entrega un cierre digno a esta historia, uno que en cierta forma se convierte en un ciclo, pues te encontrarás con intensas ganas de ver la película original o leer los libros una vez más. Al salir de la sala de cine, sentirás como si estuvieras en una de esas reuniones con amigos a los que aprecias mucho y que, al principio estás nervioso, pero conforme pasa la velada, te sientes como en casa, como si estuvieras de vuelta en esos increíbles años de juventud, pero con la madurez actual, como si esos amigos jamás se hubieran distanciado y es que la verdad, nunca lo hicieron, porque viven en nuestras memorias y corazón, son parte de nosotros.
Choose life.
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Los mejores libros que leí en 2016
Por Jess Lichtmann Cervantes.
En 2016 no tuve el tiempo para leer tantos libros como en 2015, sin embargo estoy muy orgullosa de mis lecturas, por descubrir nuevos autores así como leer libros y arriesgarme a leer cosas completamente nuevas. La variedad del tamaño de mis reseñas tiene que ver con el hecho de que hay libros que se han hablado (y he hablado) de ellos hasta el hartazgo y no quise ahondar mucho más. No agregué Manual para mujeres de la limpieza de Lucia Berlin que me parece un librazo y que lo terminé de leer antes de escribir esta lista pero la verdad lo empecé a leer en los primeros días de Enero de 2017. Como sea el año pasado hay suficientes libros que me han parecido abrumadores y de ellos se compone el siguiente listado:
L'Écume des jours. (La espuma de los días) de Boris Vian.
Este libro es uno de mis favoritos de siempre pero al aprender francés quise que fuera el primer libro en leer en este idioma y no me puedo arrepentir de tal elección. Digamos que es como saborearlo de nuevo por primera vez, alimentarte de la deliciosa prosa de Boris Vian. Imprescindible.
Disgrace. (Desgracia) de J. M. Coetzee.
Mi enamoramiento de Coetzee es relativamente reciente apenas del año 2014 y este libro era una cuenta pendiente que iba retrasando un año tras otro y ahora al leerlo puedo saber por qué con toda justicia es una de las novelas más reconocidas del escritor sudafricano. Es un ejemplo de la mejor construcción narrativa con una prosa afilada y cortante para dejarnos ver la esencia de la lástima y el maltrato del hombre de la especie por la especie. Desgracia es todo un placer.
Dos Amigas Libro 1 y 2 (La Amiga Estupenda-Un mal nombre) de Elena Ferrante
Voy a la mitad de esta saga de más de 1500 páginas, recorriendo cerca de 60 años de la historia de Italia como trasfondo de la vida de un conjunto de familias en un barrio humilde de Nápoles, centrándose en dos mujeres que dan nombre al conjunto de cuatro novelas. Plagado de personajes bien construidos, cautivadores, con una historia que no decae. Pintándonos ese ambiente en que Lena y Lila crecen conscientes de las innumerables limitaciones impuestas por su mundo: sus limitaciones por ser mujeres, por ser pobres, por crecer en el mundo de su familia camorrista que se adapta al progreso de la modernidad esperando poder conservar siempre su poder sobre el barrio. La obra de Elena es maravillosa, porque además de describir con franqueza los afectos, la autora pone en evidencia la capacidad de lucha que tenemos no solo contra la adversidad, sino también contra las restricciones que el mundo nos ha impuesto.
The book of strange new things. (El libro de las cosas nunca vistas) de Michel Faber.
Es el regreso de Faber a la ciencia ficción después de 15 años y lo hace con un libro que uno le regalaría a alguien que no lee mucha ciencia ficción. Después de perturbarme con Under the skin y fascinarme con la que es mi novela favorita de él, la muy grande (en todos los sentidos) The Crimson Petal & the White. A diferencia de otros autores de ciencia ficción que te avientan a la parte más profunda de esta y uno tiene que nadar o ahogarse bajo su propio esfuerzo, Faber se toma todo el tiempo para explicar el worldbuilding de su novela. La historia de un misionero católico que debe visitar otro planeta para evangelizar alienígenas me recuerda por supuesto a “Case of conscience” de Blish, en ningún momento tan ambicioso lo cual le ayuda bastante al progreso de un historia que avanza rápido y se lee ágilmente. Es el regreso de Faber y que esperemos por el bien de los lectores que siga por este cauce.
Number9dream de David Mitchell
Con todo merecimiento la obra más conocida de Mitchell es la monumental Cloud Atlas, sin embargo sus demás novelas parecen existir en un especie de limbo invisible, por lo menos aquí en Latinoamérica. Esto es una verdadera lástima porque todos sus libros son igual de buenos y este no es lo contrario. Number9Dream cuenta la historia de Eiji Miyake, un chico pueblerino japonés que se va a Tokio es busca de su padre desconocido. La historia se cuenta en primera persona (un hallazgo considerando sobretodo que David Michell no es japonés) y sigue a Miyake a través de todo tipo de vueltas inesperadas durante su búsqueda. Hay momentos en donde se ve mezclado con yakuzas y otros en donde lo tienen persiguiendo a la mujer de sus sueños. Si existen algunas personas que no se han cansado de emparentar en estilos a Mitchell con Murakami (para mí sin razón aparente, más allá de tener un gusto por la fantasía dentro de lo cotidiano) esta sería la máxima prueba de ello, aunque para mí se encontraría en esta novela más emparentado al inclasificable Yasukata Tsutsui. Una pieza literaria estimulante y sumamente atractiva que es tan emocionante como provocativa, que recomendaría a todo buen lector.
Three Moments of an Explosion, The Last Days of New Paris y The City and the City de China Miéville.
A China Miéville lo descubrí a finales de 2015 gracias a mi novio, me sumergí en Perdido Street Station, de ahí no he parado de leerlo con autentica fascinación y espasmo. Es un autor difícil que requiere paciencia primero ante su prosa y después ante lo gigantesco de sus ideas e imaginación. Los tres libros que leí de él en este año deben entrar sin duda en esta lista.
Three moments of an explosion es uno de los mejores libros de relatos que he leído en años recientes, varios de sus cuentos ya se cuentan dentro de mis favoritos como esa pequeña muestra de maestría de horror psicológico de apenas 13 páginas que es ‘Details’ ni que decir de ‘Jack’ que es un derroche de imaginación desbordante pero sobretodo vemos su talento en esos panfletos como “The Condition of New Death” o “Second Slice Manifesto”. Miéville es capaz de en solo un manojo de párrafos lanzar varias ideas y conceptos ingeniosos que yo nunca he leído en ninguna otra parte. Si uno lee suficiente llega un momento en que casi cualquier idea le parecerá similar a alguna otra que ya leyó con anterioridad. Es casi un shock cuando uno se topa con algo completamente nuevo y sui generis. Hay más imaginación en estos mini-cuentos que en novelas completas de muchos otros autores.
The Last Days of New Paris es un libro muy pequeño, sobretodo para los estándares del mismo Miéville. A duras penas son 200 páginas, de las cuales casi 40 son notas al final y un curioso epílogo. Esta novela es una disparatada ucronía, donde las calles de la capital francesa se han convertido en algo tan delirante como un barrio de Bas-Lag. Un Paris ocupado por los alemanes durante la segunda guerra mundial y que ha sido transformado, infestado por quimeras y apariciones de pesadilla. Pero con una particularidad, se tratan de bestias arrancadas del imaginario cultural de las pinturas, collages y poemas del canon Surrealista. Mientras pasamos de páginas vemos paisajes e imágenes de Éluard, Tzara, Breton, Tanguy, Lamba, Carrington, Ernst, Magritte, Dalí, Varo. Es uno de los grandes libros de fantasía que he leído por las imágenes que es capaz de conjurar en mi mente. Imperdible.
The City and The City es una novela verdaderamente difícil e inclasificable, parte novela negra-policiaca, con toques de ciencia ficción, weird fiction y una imaginación muy mievilliana. Dos ciudades que ocupan el mismo espacio geográfico, con barrios perteneciente a la ciudad pero ciertas calles, espacios, plazas y edificios pueden estar en ambas ciudades a la vez y no existe nada que los separe más allá del aleccionamiento que obliga a cada ciudadano desver lo ajeno y en caso de no cumplirlo se comete uno de los peores crímenes: la brecha. Tyador Borlú es el detective encargado de investigar el asesinato de una mujer extranjera y sospecha se ha realizado cometiendo una brecha.
En esta novela es Mieville regresando a hablar de ciudades como en Perdido Street Station pero con una contención de ideas e imaginación que le viene de maravilla para crear la atmósfera y echar a andar un mecanismo que la convierte en un viaje emocionante, único y también una acertada crítica a la política y a la burocracia.
North American Lake Monsters de Nathan Ballingrud.
El libro fue traducido al español por la editorial independiente Fata Libelli, que tiene un excelente catalogo de autores que en otros casos no serían tomados en cuenta para su publicación hispana. El mérito es enorme considerando que este es un libro de terror con todos los elementos clásicos que han alimentado a la literatura, el cine y la cultura pop. Hablamos de zombis/redivivos, monstruos marinos, hombres lobo, vampiros, incluso ángeles pero no vamos a encontrar aquí a Resident Evil o Dracula, algo mil veces visto, nos vamos enfrentar a una narración sofisticada llevando el horror a lo cotidiano, transitorio, aquí hay puro hombre y mujer común, puro perdedor, que tienen que hacer frente al terror como un momento más en la vida, incluso como una consecuencia. Atmosférico, tenebroso y catártico. Todos tenemos que encarar nuestros rincones más oscuros y esforzarnos por encontrar una salida. Junto con el de Miéville mi conjunto de relatos favoritos de este año.
Jerusalem de Alan Moore
Debo confesar que Voice of Fire y sus primeras cien páginas fueron una barrera infranqueable para la Jessica de 22 años, abandone frustrada el libro por la complejidad de su lenguaje, han pasado más de tres años y de momento no pienso regresar a él, sin embargo lo primero que hice cuando se puso a la venta Jerusalem el nuevo libro de Alan Moore fue comprarlo, temerosa me gasté 600 pesos en un libro que pensé probablemente tendría que abandonar después de haber leído apenas unas páginas, valiente comencé a franquear sus páginas y sus lineas convenciéndome cada vez más que esto lo podría terminar sin muchos contratiempos. Cierto que este libro es un gigantesco monstruo difícil de leer, son más 600,000 palabras que lo convierten incluso en más grande que la Biblia. Es un libro muy bueno, un leviatán repleto de de buenas ideas, incluso visionario. La trama es lo suficientemente simple. Abrimos con Alma Warren, artista y excéntrica, cuyo hermano Michael casi muere y milagrosamente volvió a la vida. Muchos años después, puede acceder a los recuerdos de lo que sucedió cuando estaba entre la vida y la muerte. Le preocupa que se vuelva loco, lo que parece ser una tradición familiar, volviendo por lo menos hasta su tatarabuelo. Alma utiliza los recuerdos o las alucinaciones o las epifanías de Michael como inspiración para una serie de pinturas, y en la noche de la visión privada, las varias vidas convergen en el camino a la galería en el distrito de Northampton.
Hay un desfile gigante de personajes y situaciones una prostituta adicta a la heroína en busca de un cliente, un poeta de mediana edad que todavía vive con su madre, un monstruo depredador, un chico desconcertado, un funcionario comprometido del consejo, alguien que trabaja con refugiados, un accidente de coche. Algunos capítulos llenan la historia familiar de Vernall, otros tratan con la historia contracultural de Northampton, etc, etc. Hay momentos verdaderamente visionarios en Moore, los que se encuentran más relacionados con Michael viviendo en el limbo, en la que “constructores” juegan con almas humanas en un salón de billar metafísico y en la que dos espíritus de Vernal se embarcan en una peregrinación épica hasta el fin del tiempo y hay un vuelo nocturno con el rey demonio Asmodeus. Hay mucho aquí que es magnífico pero tiene problemas. Jerusalem es una obra que por momentos es muy redundante, en la que todo se dice al menos dos veces, Moore no se sabe controlar y escribe un monstruo para lo bueno y para lo malo. Su trabajo en las novelas gráficas donde Moore con toda justicia encontró su fama, exige del escritor una gran moderación. Aquí no y es una pena porque cuando es bueno, es VERDADERAMENTE BUENO. Sin embargo pocas veces en la actualidad donde se prefiere el consumo rápido aunque sea basura, se encontraran con una novela con una gran cantidad de cosmologías inventivas e instructivas como esta. Un gran editor nos hubiera regalado una de las más grandes obras maestras de este siglo.
Animal Money de Michael Cisco
Lastima que Michael Cisco no sea una superestrella ni sea tan tomado en cuenta por los lectores alrededor del mundo, mucho menos podemos imaginar que en corto o mediano plazo sea traducido al español. Cisco no es como la mayoría de los escritores, su última novela, tiene cerca de 800 páginas de prosa casi impenetrable, si en algún momento su configuración parecer ser algo similar a nuestro propio mundo el escritor se encargar de sacudir periódicamente al lector de cualquier sentido de complacencia. Encontramos elementos que son más presentes en historias de fantasía más tradicionales que se mezclan con otros momentos narrativos inquietantes, indicios que hacen parecer que el escenario podría ser un sueño o una alucinación. Una yuxtaposición del sentido de la maravilla acompañado con un malestar creciente. Es un sentimiento de inquietud sutil pero no menos presente: un paseo acogedor y desorientador es a la vez satírico y brutalmente consciente de sí mismo. El libro es demasiado extraño para ser ser acogido por el público en general. Las secciones financieras donde se explican las propiedades del “dinero animal” son bastante densas y se mueven de lo extraño a lo absurdo y finalmente a lo sublime. Escribir sobre ella no es fácil así como leerla tampoco lo fue. Algunas novelas te guían a través de ellas, Animal Money es mucho más sobre el proceso de descubrimiento sobre las reglas básicas de este universo ficticio y de todo el alcance de su arquitectura grandiosa y surrealista. Muchas cosas son demasiado ambiguas pero ese es parte del chiste. El núcleo de la novela está en conspiraciones financieras y gubernamentales adornadas que darán forma al mundo. Es ese elemento siniestro esperando pacientemente en la esquina, no mostrándose, pero siempre haciendo sentir su presencia. Infranqueable pero al final sumamente satisfactoria. Leer a veces es un poquito sufrir, basta saber que al final no eres el mismo. Hay mucho horror aquí, si sabes donde buscar, o incluso si no lo haces.
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