#embarcadero de lanchas
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TDT 2024. PARCIAL “Pequeños habitantes del Río”
1) Sinopsis corta (máximo 500 caracteres) que presente de modo cabal el relato a trabajar con su consabida estructura reflejada en el texto (ej: a un proyecto cuyo relato responda a una estructura clásica de 3 actos le corresponderá una sinopsis que respete a esos 3 actos).
Lisandro es un joven que se encuentra en una etapa muy compleja de su vida debido a que está atravesando un duelo. En este momento crítico, emprende junto a su amiga Candela un viaje a una isla en el Río de La Plata. Allí, en medio de la naturaleza, en un espacio muy distinto al de la ciudad, se ve envuelto en situaciones que lo obligan a enfrentar esa pérdida, con todos los recuerdos y sombras que ésta conlleva. El regreso a la ciudad será con un Lisandro que todavía duela, pero sin tanto peso sobre su espalda.
2) Escaleta: sintética de una posible estructura general del proyecto, con una extensión máxima de 3 líneas por escena. Consideren que es una escaleta realizativa, no es estrictamente guionística sino que es una herramienta de cara a un rodaje. En caso de instalaciones o proyectos experimentales pueden adaptar la escaleta a sus necesidades, ya sea mediante bocetos, estrategias de abordaje, esquemas, plantas, story boards, etc.
ESC 1 EMBARCADERO-EXT.- DÍA
Candela de cara al sol del río, espera en el embarcadero junto a otras personas. Al llegar Lisandro angustiado, se saludan con un abrazo, mientras, balanceándose sobre el agua, los espera la lancha.
ESC2. LANCHA-INT.DIA
El conductor guía tranquilamente a la lancha hacia la isla. Entre los distintos pasajeros están Lisandro, que tiene su mirada perdida en la ventana, y Candela, que filma con su handycam el agua y la naturaleza mientras la lancha avanza.
INSERT HANDYCAM
A través de la cámara vemos el sol reflejado en el agua. La cámara se acerca tanto a ella que las olas pierden su forma para pasar a enfocarse en el movimiento, reflejo y textura del agua.
ESC.3 PLAYA DEL RÍO -EXT. DIA
Mientras Candela duerme una siesta en la playa, Lisandro tiene su primer encuentro con el Hombre del Río. Este llega en su bicicleta y comienza a dibujar líneas sobre la arena, como si no lo viera. Luego desaparece misteriosamente.
ESC 4. PLAYA - EXT. DIA
Lisandro observa tranquilamente el río sentado en una lona en la playa. De repente, es interrumpido por una pelota que le pega en las piernas, la tiraron unos niños que juegan y de los cuales solo escuchamos su voz en off. Lo mismo sucede con el padre, el cual los llama de manera un tanto hostil.
ESC 5. PLAZA EN EL BOSQUE- EXT. DIA
En una placita en medio del bosque, varias familias preparan asado, ríen y charlan.
ESC 6. EXT.-PLAZA EN EL BOSQUE/SENDERO EN EL BOSQUE - DIA
La plaza quedó totalmente vacía. La cámara avanza por un sendero entre los árboles hasta donde están Lisandro y Candela, que a pesar de recibir indicaciones de una mujer, no encuentran el camino de regreso al camping.
ESC 7. EXT- BOSQUE. DIA
En el camino Lisandro y Candela se encuentran con un cartel que indica que hay pecaríes en la zona, él piensa que es una especie de pájaro y se ríen. Luego llegan a una bifurcación.
INSERT HANDYCAM
A través de la cámara de Candela se observan los tupidos árboles y malezas del bosque, antes de que se corte la filmación, vemos a Lisandro que, ya a unos metros de ella, le hace una seña para que se acerque.
ESC 8. EXT- BOSQUE. DIA
Candela trata de seguirle el paso y avanza corriendo las ramas de su camino, luego desaparece entre ellas.
ESC 9- PLAYA.TARDE
Candela aparece por detrás de la maleza tupida y sale a una amplia playa. Lisandro se encuentra con la mirada perdida en unos niños y su padre que están remontando un barrilete. Hay mucho viento.
ESC 10- PLAYA.TARDE
La playa queda vacía, y las olas se mueven violentamente. Por la arena caminan algunas vacas.
ESC 11. CAMPING -EXT.NOCHE
El camping es amplio, hay varias carpas distribuidas y la luz del baño ilumina tenuemente todo.
ESC 12.CARPA-INT. NOCHE
Mientras Candela toma vino adentro de la carpa que está con la puerta abierta, charla y ríe con Lisandro, el cual está fumando sentado del lado de afuera.
ESC 13. CAMPING-EXT.NOCHE
Luego de que Lisandro entre a la carpa y se apague la luz de allí, afuera el viento comienza a mover los árboles y la ropa tendida, finalmente un perro sigiloso se roba un hueso de la parrilla.
ESC 14. CARPA - INT. NOCHE
Al contrario que Candela, Lisandro no logra dormirse. Así que agarra el atado de cigarrillos y sale de la carpa.
ESC 15. CAMPING - EXT. NOCHE
Lisandro vuelve a encontrarse con el Hombre del río, pero lo ve a contraluz, casi como una silueta que lo llama con la mano. Intenta acercarse pero una fuerza lo empuja hacia atrás, haciéndolo retroceder hasta caer rendido.
ESC. 16.PLAYA-EXT.DIA
En la playa donde solo está él, el Hombre del río remonta un barrilete rojo.
ESC. 17-CAMPING-EXT.DIA
Esa misma mañana, Lisandro es despertado por un perro al lado de la carpa, donde cayó rendido la noche anterior.
ESC. 18-PLAYA-EXT.DIA
INSERT HANDYCAM
El agua del río se mueve de manera mucho más suave y moja los pies de Lisandro.
ESC. 18-PLAYA-EXT.DIA
Candela deja de filmar, y frente al río muy tranquila, come tutucas junto a Lisandro.
ESC. 19-LANCHA-INT. DIA
En el viaje de regreso en la lancha, Candela le regala a Lisandro un libro para niños sobre pecaríes.
ESC 20. ORILLA DEL RÍO - EXT. DIA
En la amplia playa se lee escrito sobre la arena “que tengan un hermoso día pequeños habitantes del río”. Luego bajan los títulos.
3) Propuesta estética del proyecto (max. 2 carillas). Escribir un texto que defina lo que hasta ahora funcione como la estructura general, su forma y, en líneas generales, cómo imaginan que se verá el proyecto. Importante: no nos referimos a las cuestiones técnicas aisladas o enumeradas sin mayor desarrollo, es necesario que reflexionen sobre cuestiones estéticas y/o éticas de modo que podamos evaluar el proyecto y su potencial concreción. Puede tratarse de un tratamiento largo o bien de un simple punteo, dependiendo de cada proyecto, pero es importante que quede definida una idea de estructura y de forma.
Pequeños Habitantes del Río es un proyecto que deseamos que represente algo regional, como lo es el Río de La Plata. Más allá de la historia de los personajes, y el duelo que atraviesan viajando al río, decidimos que no sea cualquier río, sino el nuestro, aquel que está a unos pocos kilómetros y que surca nuestra región. Aquel río al que le damos la espalda, pero que es el responsable de varias cuestiones de nuestro cotidiano. Una de las primeras preguntas que nos hicimos al comenzar con este proyecto fue dónde grabar y por qué; originalmente, el guion sucede en una localidad con mar, pero adentrándonos un poco en nuestra región, y en nuestra posibilidad de producción, ese mar, podía ser el Río de La Plata, una localidad costera variada, compleja, con una amplia gama de escenarios que solo necesitan un poco de atención para mostrarnos su magia. Decidimos explorar, hacer scouting, visitar nuestro río desde todas las perspectivas, y siempre era diferente, en su paisaje, en su narrativa; la escollera de Berisso, Isla Paulino, la costanera de Punta Lara, el puente de Boca Cerrada, los canales de Isla Santiago, todo es un nuevo paisaje, pero todo es parte del mismo. Esta observación nos hizo darnos cuenta de la fuerza que tienen esas mareas, del potencial de esos paisajes que son parte del cotidiano, y que decidimos ignorar o naturalizar, porque el ritmo de vida no nos lleva a detenernos, a tomarnos el tiempo de contemplar y apreciar esa belleza que tiene nuestra región. Luego de tantas preguntas, de investigación, de excursiones, de grabaciones, entendimos que este río no es cualquier río, ya que es parte de nuestra propuesta estética. El río es otro personaje en la historia, es el que trae una nueva perspectiva, es aquel que trae cambio, que nos recuerda aquella belleza olvidada. Es quien nos conecta, quien nos hace ser distintos y replantear otra perspectiva.
Las mareas del río como metáfora: Es importante para nuestro proyecto que el río tenga un protagonismo, que sus mareas acompañen a la trama, que sus paisajes sean el escenario de cambio e introspección en nuestro protagonista; que sea un paisaje narrativo que surca y va dando forma a la historia, como un personaje incómodo, inabarcable, disperso y caótico. Por momentos calmo, y por otros difuso, desordenado, violento. La progresión de las mareas como columna vertebral de la emocionalidad propia del personaje y su conflicto. La calma que precede las aguas tranquilas, que van volviéndose turbulentas a medida que su viaje emocional y al pasado se va desarrollando. Teniendo su punto máximo de caos con la aparición de ese fantasma que ronda la mente del protagonista.
La narrativa del agua en la historia: ¿El río tiene una identidad audiovisual? ¿Cuál es su narrativa? El río nos despierta contemplación, calma, inmensidad, horizonte. ¿Dé qué forma eso influye en el ambiente y el universo de nuestra historia? Hay un viaje de escape, de dispersión, pero el agua siempre cambia, y nos hace cambiar; las mareas suben y bajan, van afectando el ambiente, el viento, la bruma, y a todo lo que habita cerca de él. Ir al río no puede devolvernos igual que llegamos, hay algo en esas mareas que nos empapan de otra realidad, que nos desinstala de nuestro cotidiano. Donde la temporalidad cambia, y la vida es distinta, más brumosa, más revuelta, más cambiante.
(En tu orilla, Julieta Venegas, 2022)
Análisis del paisaje: La representación de lo regional, de algo que parece genuinamente normal y que está presente y normalizado ¿Cómo podemos lograr extrapolar la narrativa propia de un espacio tan familiar y asimilado? ¿Verdaderamente asimilamos su valor en nuestro territorio, o lo que representa el río para nosotros? Lisandro se ve atravesado por esta dicotomía, ya que el agua le recuerda a su hogar, pero su espacio, su territorio, también es una extensión de sus miedos, sus inseguridades y sus traumas, es un recordatorio de aquel pasado que lo persigue. El río penetra en su mente, en sus recuerdos, para acercarlo a aquel pasado y que él mismo fluya como las mareas.
(En tu orilla, Julieta Venegas, 2022)
En caso de un TG Grupal, se trabajará de modo colectivo (extensión: una carilla) presentando el tratamiento general, y luego dedicarán un apartado cada uno de modo individual sobre el área que desempeñan (ya sea la fotografía, montaje, guión, dirección, etc). Allí describirán brevemente el rol ejercido, discriminando de modo claro y concreto el ámbito personal en el trabajo y su propuesta realizativa (max 1 carilla para cada integrante). El TG y su evaluación serán de carácter individual, incluso en el caso de presentaciones grupales, en las que cada integrante deberá desarrollar un rol de relevancia. Nuestro proyecto de tesis será un corto ficcional grabado en su mayoría en el Río de La Plata, en donde veremos la historia de Lisandro y Candela, dos amigos que viajan un fin de semana al río para despejarse y atravesar el duelo de Lisandro ante la reciente muerte de su padre, con el cual tenía una tormentosa relación de abusos y violencia. Aquí, el río le traerá a Lisandro un fantasma de ese pasado que busca dejar atrás.
Dirección: (Ayelén Castro) Al comenzar con este proyecto, uno de los pilares fundamentales planteados, era poder contar esta historia en un espacio regional, y que el río no sea solo un mero elemento de fondo. El guion tenía varios elementos ligados a la naturaleza, que podían extender una narrativa más profunda del propio río, que no es cualquier río; cuando pensamos en el Río de La Plata, podemos decir que no es un río, no es un mar, es extenso, plano, brusco, calmo, es una de las fuentes de trabajo de la mayoría de las localidades que lo rodean, y es cambiante. Es responsable del frío, la humedad, del viento, y sin embargo le damos la espalda la mayor parte del tiempo. Pensando en toda esa narrativa potente, una propuesta que quise plantear desde dirección, es que el río sea otro protagonista en la historia, aquel personaje invisible, presente siempre, que sin darnos cuenta va guiando la historia de los personajes en ese viaje. Que las mareas del río, a veces calmas, a veces bruscas, sirvan como un estado de la historia, vayan acompañando ese sentimiento interno del personaje en busca del cambio. El movimiento de las aguas, en pantalla, acompañando ese viaje del personaje, desde lo más calmo hasta lo más brusco de su pasado, como si ese encuentro con el río le trajera aquel trauma que él protagonista buscaba dejar enterrado. Para esto, no solo sirvió explorar el río, en distintas versiones y regiones, sino también, educarme en el cine más regional que busca darle importancia a esas aguas que definen tanto nuestra identidad; adentrarme en los trabajos audiovisuales que se hacen en base al Río, fue una gran fuente de ayuda para entender que nuestra región merece ser contada, y que no es necesario buscar un lago patagónico para contar una historia donde el agua tenga un protagonismo. Lo propio, lo regional, es nuestra narrativa más genuina. Es por ello, que mi propuesta en base a la dirección toma este rumbo, de intentar darle entidad a esas aguas, mientras contamos la historia de dos amigos y su duelo. Este trabajo de observación sigue en proceso, y no termina con solo haber visitado unas pocas locaciones, sino que proyecta a tener una mirada más sensible y genuina de lo que significa el río para nuestra identidad. En palabras de Haroldo Conti: “Los lugares son como las personas. Comparecen un buen día en la vida de uno y a partir de ahí fantasmean, es decir, se mezclan a la historia de uno que se convierte en la quejumbrosa historia de lugares y personas. Esto es, los lugares y las personas se incorporan en los adentros y se establecen como sujetos persistentes.” (Haroldo Conti, Tristezas del vino de la costa o la parva muerte de la isla Paulino, 1976).
“La vendedora de Lirios” (Igor Galuk, 2020) Guión (Julia Goyeneche) El proceso de escritura de guión fue interesante porque se dio de manera diferente a lo que estoy más acostumbrada a hacer. El proyecto partió de un guión ya escrito, pero el espacio donde transcurría era en una playa del mar, muy distinta a lo que es la zona del río, y más aún del río de la plata. Estas diferencias están dadas tanto por la naturaleza propia de cada lugar, como también de su población y su vínculo con el agua, de sus colores y olores. Por lo tanto las historias que pasan en cada espacio, río o mar, van a ser totalmente distintas, el guión planteado desde ese espacio debía transformarse, adaptarse al Río de la Plata específicamente. Entonces la primera revisión empezó por ese aspecto. La estrategia central en un principio fue reescribir, sacar y agregar escenas o situaciones, luego de visitar distintas playas del Río de la Plata, tales como Isla Paulino, Punta Lara o Berisso. A partir de lo que pude observar allí, fui cambiando detalles en el guion original. Lo que fue sucediendo luego es que estos cambios trajeron otras revisiones y relecturas al guión, lo que generaba no solo cambios debido a cuestiones lógicas propias del espacio específico, que ya no tenían sentido, sino que también cuestiones nuevas que iban surgiendo a nivel narrativo. Por supuesto que ambas iban muchas veces de la mano. Otro aspecto que desencadenó modificaciones importantes a nivel narrativo, fue el hacerme preguntas sobre los personajes que nunca me había hecho, como por ejemplo quienes eran Lisandro y Candela más en profundidad, más allá del presente que se verá reflejado en el corto. Esas preguntas y cuestionamientos, ampliaron los caminos a seguir en la historia, profundizando más a los personajes, descifrandolos de a poco, de todas maneras aún sigo haciéndome preguntas sobre ellos. A nivel más general, el germen de la historia siempre fue el espacio donde la naturaleza es protagonista, como lo es el río. Un espacio que algunos no habitamos todos los días, pero que cuando viajamos a él algo en nosotros cambia, o por lo menos escuchamos, vemos y sentimos distinto. En realidad el germen de la historia podrían ser muchas cosas: un viaje, un vínculo muy cercano con otra persona o con la naturaleza, pero también la pérdida, específicamente la pérdida de una persona significativa, como lo es el padre de Lisandro en nuestra historia. La idea y el desafío siempre fue además, que el duelo que está atravesando el personaje principal, se trate de manera sutil, que el espectador pueda interpretar y sumergirse en un clima, que sí transmita distintas sensaciones, que sí conmueva,¡ojalá!, pero que no esté todo dado por el diálogo o lo explícito. Este recurso es utilizado en momentos breves y su fin no es explicar nada, sino generar justamente un clima, indicar el vínculo cercano entre Candela y Lisandro, y no mucho más. Como trabajo actual me parece central seguir conociendo rincones del río de La Plata, para poder ampliar la mirada sobre él y que su presencia en el corto sea genuina y visto a través una mirada original. A partir de esos recorridos la historia va a seguir tomando forma y cerrándose de a poco de una manera más orgánica.
Dirección de fotografía (Sofía Raiher)
Desde la dirección de fotografía la pregunta fue ¿Cómo generar acercamientos entre el personaje y lo que propone el paisaje? ¿Cómo habitar los diferentes estados del río desde la imagen?. Las propuestas visuales se fueron planteando con facilidad y gran curiosidad por búsquedas de imágenes plásticas experimentales, un tanto surreales, que fueron muchas, pero no todas coincidieron con las expectativas finales. Se definió ante todo trabajar con ópticas analógicas que dan una textura de nostalgia en la imagen que me interesa mantener a lo largo del cortometraje, con un lente de 35mm que nos mantiene en una sensación de cercanía con el personaje y el entorno. Finalmente la búsqueda se encamina probando desde distintos formatos de experimentación con filtros, una propuesta de inmersión del personaje en los diferentes estados del agua, con una iluminación que representa el hábitat de estos personajes, y que ayude a la construcción de estos, por momentos de gran contraste, por otros muy pareja, que transmite una calma o seguridad en su compañía, entre este remolino de sentires que plantea la narrativa. Durante el cortometraje voy a buscar sensaciones similares al estar inmerso en el río desde la plasticidad de la imagen con la utilización de filtros como el Black Pro Mist, generando puntos de luz difusos, ya que reduce los reflejos, y los deja extendidos como el momento en que abrimos los ojos saliendo del agua y quedan gotas en nuestras pestañas, o el brillo del agua cuando el sol reflecta directo, con el filtro Glimmer, como también probar con filtros experimentales de agua, que no nos permiten una imagen definida sino borrosa, una nebulosa donde no tenemos el poder de elección sobre el foco, el agua nos propone un terreno azaroso para trabajar y encuadrar (proceso de pruebas que está pendiente). Si bien se buscó generar una iluminación de bajo contraste entre los personajes y su entorno, queríamos darle peso al follaje en los planos, que estén iluminados generando texturas que dieran identidad al entorno. La temperatura color acompaña en esta búsqueda delimitando atmósferas de comodidad del personaje, calidez en carpa, caminatas al atardecer, por ejemplo, y otras en las que lucha con sus sombras y todo se pone sombrío. Para la lucha interna del personaje en la escena nocturna, la propuesta fue modificar el ángulo de obturación para generar mayor desenfoque en el movimiento, convirtiendo a la cámara en partícipe del momento de disociación, confusión y tensión.
Call me by your name - Luca Guadagnino
Cámara: (Maria Victoria Emma) Cuando comenzamos a leer el guion y charlar sobre el proyecto pensamos de qué manera íbamos a mostrar al río, y cómo construiríamos ese universo. Ya que lo consideramos como un personaje más. Y que nos parece imprescindible, transversal en toda la historia. Íntegramente. Desde su agua, hasta todo lo que lo rodea. Su fauna, su flora y quienes lo habitan. Pero, sobre todo, cómo se verán afectados y transformados los personajes por él en su pequeña estadía allí. A la hora de pensar e imaginarme el encuadre, que, si bien es primeramente tarea de dirección, desde mi rol me pareció importante tener en cuenta qué cosas vamos a elegir mostrar y cuáles no. Entonces para la construcción del encuadre quiero hacer uso del foco como elemento narrativo. Me parece fundamental, ya que mediante su uso nos adentraremos en los procesos internos de los personajes. Por ejemplo, la idea que tengo en mente es que el foco esté en el infinito. En el agua precisamente y que los personajes, especialmente Lisandro, se vea desenfocado. El foco estará puesto en el agua, adentrándose en su flujo de movimiento casi hipnótico. Representando de alguna manera una especie de disociación emocional y meditativa para Lisandro.
Matthias y Maxime (Xavier Dolan, 2020) Para esto tendremos en cuenta las mareas del río, que como ya mencioné serán reflejo de los estados emocionales de los personajes. Estas aguas acompañarán al corto de principio a fin. Se verán agitadas y tumultuosas en los momentos de mayor tensión, pero también estarán serenas, suaves y con destellos en momentos de calma. Por otra parte, en relación a los movimientos de cámara, haremos uso de la cámara en mano. Ya que mediante movimientos orgánicos y sutiles la idea es generar cercanía y calidez entre los personajes. Contrario a otros momentos en los cuales los movimientos serán un tanto más frenéticos, dinámicos y acompañados de un foco tardío y confuso. También haremos uso de planos fijos en los cuales como mencioné anteriormente, en relación al foco, la atención estará en el agua y el ritmo interno del plano. Por último, me imagino a la cámara como una especie de espía, detrás de los árboles, ramas, yuyos. Un poco para mimetizarse con la naturaleza y otro poco para acompañar a la sombra que acecha a Lisandro.
Pruebas de cámara para el TG 1 Montaje - Lucía Baldelli: Personalmente, desde mi rol de montajista, me siento algo perdida a la hora de bajar a palabras las ideas que puedo tener en la cabeza sobre una forma particular de montar (en éste y en cualquier proyecto en el que trabaje). Siento que el montaje es algo que usualmente me surge de manera “espontánea” o a partir de mi intuición subjetiva, aun siendo consciente, claro, de los conocimientos implícitos en la acción aparentemente azarosa de cortar y pegar. Sin embargo, hay cuestiones propias del guion de Julia que, a partir de la interpretación y propuesta de dirección de Ayelén me ayudan a visualizar la manera en la que quisiera contar esta historia. Como se dijo anteriormente, queremos construir una narrativa propia del agua, hacerla pertenecer a la historia desde un rol central y, en mi caso, como guía. Mi tarea será encontrar la forma de lograr esa asociación y que el agua no quede despegada de la obra. Otra guía en mi trabajo será la música. Para las escenas de esta entrega presenté como referencia la canción Harlem Clowns de la banda Tomahawk, con Mike Patton a la cabeza. Me llama la atención el poder de la misma como marco para una instancia de disociación (interna) tanto del personaje como del espectador. Obviamente, esta canción tiene tintes oníricos: la repetición, la distorsión son elementos frecuentemente usados para escenas similares por su poder sensorial. Pero es también a partir de ella que nuestro amigo Federico Ingolotti compondrá la música original de lo que será toda la historia, y un elemento que también creo fundamental: un leitmotiv musical que me servirá como elemento de invocación de sensaciones, y a partir de sus variaciones crear patrones que guiarán al espectador. La cadencia de la obra estará dada por la evolución y transformación de las emociones de los personales (y del agua), pero creo que será enriquecedor acentuarla y estructurarla con el elemento musical. Canción de referencia de Harlem Clowns: https://www.youtube.com/watch?v=0gpptKI83Ws
4) Cronograma: cronograma de actividades y etapas en el segundo cuatrimestre (rodaje, posproducción, etc), desglosado en el formato que consideren apropiado (cuadros, grillas, etc), entendiendo que éste debe ser de ágil, clara y rápida lectura.
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Tanto mar para nuestros remos
Llegamos a Angelmó un domingo, poco antes de las cuatro de la tarde y la lancha Patagonia ya estaba en el muelle. Antes de embarcarnos, cargamos varios sacos de trigo que enviaba Sofía a su familia. Sofía es una amiga del sur. Es hija de Marlene Neumann, directora de la Escuela Unificada de Isla Huar y nosotros viajábamos hacia la isla.
Ya adentro de la cabina de los pasajeros, me recosté en los colchones y salvavidas que estaban amontonados en la proa de la embarcación. Allí se escuchaba el fluir de las aguas y en cada golpe de ola crujían los maderos, como si el mar estuviese jugando con la embarcación, queriendo verla por dentro. Como si el Seno Reloncaví estuviese abriendo el fuelle de un acordeón marino.
Después de dos horas de viaje llegamos Huar. Dicen que la isla se llama as�� en homenaje a un indígena chono llamado Huercán. Esa versión indígena colisiona con un relato exagerado que cuenta que la isla entera fue regalada por una misión católica que nombró al sector San Felipe de Huar, en homenaje a un cura misionero. No es descabellado leer la isla desde lo religioso, sobre todo porque hasta el día de hoy es una isla que posee cinco iglesias funcionando para sus cerca de mil quinientos habitantes.
Cuando llegamos en el embarcadero apareció una camioneta antigua y enorme de color rojo que esperaba el cargamento de sacos de trigo para las gallinas. También nos esperaba la señora Angélica que nos llevó a su bondadoso hospedaje.
Viajamos con la bailarina Paulina Aburto que presentó Mi propia fiesta; una obra que da cuenta de su propia historia por las danzas folclóricas del norte y del sur bajo el lenguaje de la danza contemporánea. El público estuvo compuesto por la totalidad del alumnado, además de los profesores y profesoras de la escuela. También tuvimos tiempo de hacer una clase de literatura para releer un relato maravilloso escrito por el músico Javier Aravena en nuestro libro Poesía a Cielo Abierto: travesías literarias isleñas. Editado por Provincianos editores. Finalizamos con una exposición del propio ilustrador del libro; Francolibrí. Sobre la mesa aparecieron tintas, gubias y rodillos quizás por primera vez.
En la pandemia, con el editor Andrés Urzúa y Franco, realizamos ese libro infantil antológico. Fue escrito por poetas, narradores y músicos. El capitán Helmuth se encargó de distribuirlo por algunas de las escuelas del Seno Reloncaví; en los mismos establecimientos educativos que habíamos visitado en las travesías literarias de Cielo Abierto en años anteriores. Ser original es volver al origen, dice el poeta Nelson Navarro.
Carolina y Julia amarraron toda la producción de esta vuelta al mar. Volvimos a este lugar que resguarda en su interior a cintos de cisnes de cuello negro y enormes cormoranes. Carolina y Julia hicieron la técnica y el sonido, y fueron la miel de todos los mates. Ellas son las nuevas exploradoras de nuestra cartografía del maritorio.
De vuelta en Calbuco almorzamos sopa de mariscos mientras sonaba una radio de otro tiempo. Como si una señal perdida de los años 90 hubiese entrado de golpe a un presente ajeno. Es que en el mar se pliegan los tiempos.
Puerto Montt desde la isla Huar se ve pequeñísimo. Como un dibujo futurista que brota entremedio de eternos volcanes y cerros magnéticos. Mucho más grande se expande el Seno Reloncaví; sobre sus aguas surcan las barcazas y las historias que cruzan de un lado para el otro sobre el lomo de las más furiosas y tiernas corrientes marinas.
Oscar Petrel
Pelluco
Marzo del 2023
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Un mes en Campeche pt. 15. Jaina
Durante toda la estancia en Campeche estuve preparando un recorrido que tenía en mente desde hacía bastante tiempo. Cuando viajé con Julio en 2013 y estuvimos en Calkiní, nuestro guía José Luis nos ofreció llevarnos a Jaina en su mototaxi, pero nosotros no consideramos que fuera una muy buena idea sabiendo que el camino era bastante complicado.
En cuanto tuve contacto con Wilberth le conté que quería intentar ese recorrido y él se ofreció a conseguir transporte; por otro lado yo había ido a conocer en persona a la delegada del INAH Campeche, Adriana Velázquez, con quien había tenido contacto desde tiempo atrás por internet. Llegué hasta su oficina junto con Fernando y nos recibió por un rato de forma muy amable, le había contando antes de mi intención de ir a Jaina y me dijo que podía otorgarme el oficio con el permiso para ir, días más tarde me lo envió por internet.
A mediados del mes parecía que todo estaba listo para el recorrido pues un amigo de Wilberth podía llevarnos en su camioneta; sin embargo conforme pasaban los días la cosa se complicaba pues el vehículo finalmente no estaría disponible, además de que necesitábamos ser al menos 12 asistentes para llegar en lancha y que no fuera tan caro.
Así llegamos a la última semana completa que estuvimos en Campeche: el recorrido a Jaina parecía una moneda al aire pues no teníamos una lancha asegurada para llevarnos, algunos asistentes cancelaron; Ernesto, a quien llamé para invitarlo y que había dicho que iría desde la ciudad de México solo para visitar el sitio, al final no podía ir, y Carlos, de Chetumal, estaba en Campeche visitando algunos lugares con sus padres y su novia en espera de que yo le confirmara el recorrido. Incluso Fernando se fue a Ocosingo inmediatamente después de que regresamos del segundo recorrido del curso y me había dicho que regresaría a tiempo si le decía que la visita a Jaina se realizaría.
Casi al último momento, Wilberth me dijo que el tío de uno de sus amigos podía llevarnos en su lancha pesquera; además él invitaría a su hermano y a varios de sus compañeros observadores de aves; de esa forma incluso estábamos por rebasar las 12 personas que habíamos previsto para el recorrido. Le avisé a Carlos y confirmó que irían también sus padres y su novia Paola; igualmente le dije a Fernando que regresara (un tanto escéptico de que llegara a tiempo de un lugar tan lejano), y regresó por la noche del sábado 27 de julio, horas antes de tomar la lancha.
Salimos de madrugada hacia el embarcadero que se encuentra al final del malecón de Campeche, tuvimos que tomar un taxi porque no había otro transporte y llegamos antes que todos los demás; poco a poco fueron arribando todos los asistentes y esperamos un poco para embarcarnos; iniciamos el recorrido cuando estaba empezando a salir el sol y entonces nos dimos cuenta de otra dificultad: la lancha era lentísima, a la velocidad que íbamos tardaríamos 5 horas en llegar, lo cual para algunos de nosotros no era problema pero el sol sería muy intenso al paso de las horas y Wilberth se encargó de recalcarlo continuamente; yo intentaba ignorar ese problema pero después de una hora y de no haber dejado ni siquiera los límites de la ciudad atrás (en total serían 42 km), todo lo que decía Wilberth ayudó para que el lanchero nos ofreciera conseguir una embarcación más rápida.
Así, consiguieron una lancha rápida por radio, dimos media vuelta y nos dirigimos de regreso al muelle esperando cruzarnos con el otro transporte. Pasó mucho tiempo y casi llegamos a nuestro punto de partida cuando por fin pudimos cambiar de embarcación y nos dijeron que habían tardado porque la capitanía de puerto no les había permitido salir antes. De nuevo tomamos la dirección de Jaina y en solo una hora ya podíamos ver a lo lejos las construcciones del sitio dibujándose sobre los árboles de la pequeña isla separada de tierra por un estrecho canal y cubierta completamente de manglar.
Nos esperaba otra dificultad, de pronto la lancha se frenó y nos dimos cuenta de que a penas 30 cm por debajo de nosotros ya se veía el fondo cubierto de algas que solo eran interrumpidas cada tanto por franjas sinuosas de arena que parecían senderos entre la vegetación submarina. Nos acercamos lentamente a unos 200 metros de la orilla pero ya era casi imposible sumergir el motor y no había ningún palo para impulsarnos a brazo. Wilberth ya comenzaba a decir que sería imposible llegar pero yo no estaba dispuesto a regresar estando tan cerca.
El contraste entre el calor intenso y el frío del aire acondicionado en la mayoría de los interiores había provocado que me agripara y estuviera enfermo cuando llegamos a Jaina, pero eso no me importó y al igual que los lancheros saqué todo lo que traía en los bolsillos, lo puse sobre la cubierta de la lancha y bajé por un costado de la embarcación para caminar sobre las algas y jalar nuestro transporte. El suelo era muy engañoso y las aguas tenían una profundidad real mucho mayor que la que aparentaban; al dar pasos sobre la vegetación submarina parecía que ésta era sólida y permitía impulsarse pero al detenerse el apoyo se perdía y automáticamente me hundía sin poder alcanzar la arena de abajo, sentía que si no me sujetaba de la lancha sería succionado hacia abajo y me costaría mucho salir a flote; siendo un pésimo nadador y enemigo del mar, ese era un pensamiento muy desagradable para mí.
Alcanzamos uno de esos senderos de arena libres de algas y avanzamos por ahí lo más que pudimos y luego cruzamos otros tramos jalando, luego de un tremendo esfuerzo pudimos poner pie en la barra de arena y piedras que sirve de muelle a la isla de Jaina.
Wilberth y yo caminamos hasta la cabaña de los custodios y mostramos el oficio del permiso, de inmediato nos dejaron pasar y ya con todos los demás fuimos a una palapa que protegía varios fragmentos de estelas con grabados aún visibles, algo que me sorprendió puesto que Jaina ha sido sumamente saqueado por sus famosas figurillas y no esperaba que en un sitio que ha sufrido tanto de ese problema aún quedaran monumentos.
Unos días antes había comprado un libro publicado por el arqueólogo Antonio Benavides y lo llevaba conmigo, sirvió muy bien para guiarme en la isla. Primero llegamos al grupo Zayosal, que es el que ha sido más trabajado. Entramos por un pasillo entre las estructuras 1 y 2 y vimos una pintoresca escalinata que se perdía entre la vegetación y los escombros que la cubrían en parte. Así arribamos a la plaza principal del grupo y vimos edificios menores pero totalmente libres de vegetación como el 3 y 4. Subí a la cima de la estructura 1 y desde ahí pude ver la estructura más alta del lugar, la cual se encuentra al otro lado de la isla, en el grupo Zacpol. Igualmente podía ver el mar que rodea el sitio. Jaina es totalmente artificial: todo el terreno fue levantado con relleno traído de tierra firme, constituyendo uno de los mayores volúmenes constructivos de la época prehispánica.
Luego de bajar a la plaza, me dirigí a observar el interesante juego de pelota doble. Sé de pocos ejemplos de canchas múltiples, los cuales se encuentran en Tikal y La Honradez, Guatemala, San Isidro, Chiapas y Allende, Tabasco; pero es éste el único que se encuentra restaurado y puede apreciarse de mejor manera.
Desde ahí seguí el camino a la gran estructura del grupo Zacpol; este edificio es el más alto del sitio y no ha sido excavado, únicamente tiene un sendero que sube por el frente y otro por atrás donde se pueden observar algunas piedras alineadas de la estructura. Desde arriba la vista es bellísima y por ello me quedó claro por qué el glifo emblema del sitio se lee “señor divino del cielo o de arriba”.
Continué mi recorrido regresando al inicio y dirigiéndome a las ruinas de un antiguo rancho que se encuentra casi junto a la orilla del mar, casi con toda seguridad ese fue el lugar donde se hospedaron exploradores como Waldeck y Charnay cuando llegaron a la isla en el siglo XIX. Ahí encontré un sendero que me llevó a dar vuelta a la isla por el lado sur. Intentaba ver los montículos del grupo central pero al parecer son muy bajos y se encuentran en un área pantanosa y difícil de caminar. El ruido de los insectos era ensordecedor y el lodo cada vez más profundo y viscoso, así que en cuanto vi de nuevo el montículo de Zacpol me dirigí de nuevo a él para salir de ese terreno complicado.
Por último y ya con todos los demás, dirigimos nuestros pasos hacia el camino que comunica la isla con tierra firme desde tiempos antiguos. Actualmente pasa sobre el canal un puente de metal muy maltrecho y peligroso pero anteriormente había una calzada que lo cruzaba; nos encontramos con la puerta de ese lado cerrada y más tarde los custodios nos contaron que la ruta por la que acceden por tierra estaba en tan malas condiciones que habían tenido que llegar en tractor, nos alegramos de no haber intentado el trayecto en camioneta.
Estuvimos un rato platicando en la palapa de los custodios y nos indicaron que la mejor forma de salir en la lancha era rodeando hacia el norte en lugar de en línea recta por el sur como habíamos llegado, sin embargo hay épocas en que incluso eso es imposible porque la marea baja tanto que deja al descubierto las zonas de algas tan difíciles de cruzar, como ya lo habíamos experimentado.
Pudimos salir a motor sin jalar la lancha pero nos sorprendimos bastante de que a pesar de alejarnos tanto de la orilla como tal vez más de kilómetro y medio, aún podíamos ver el fondo poco profundo lleno de algas. Finalmente pudimos avanzar a toda velocidad y regresamos en una hora al muelle de Campeche.
Este fue el último sitio maya que visité en toda la estancia en Campeche, había planeado cerrar con otros dos en Hecelchakán pero me sentía tan agripado y cansado que decidí usar el lunes (último día en Campeche) para estar todo el día en la hamaca y para empacar. Nos despedimos de todos nuestros amigos y regresé junto con Fernando a nuestro lugar de hospedaje; los compañeros del curso habían conseguido que les prestaran un autobús de la universidad para hacer una última visita a Calakmul pero ninguno de nosotros dos asistió, Fernando porque ya había ido junto con Andrei y Álvaro, y yo porque conocía Calakmul de hacía mucho tiempo. Terminaron nuestros recorridos pero aún faltaba el regreso a la Ciudad de México.
(Esta es una continuación de mi viejo diario de campo ubicado en: https://jaguarcilloviajero.blogspot.com )
https://jaguarcilloviajero.blogspot.com/
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Puesta en funcionamiento del Embarcadero de Lanchas
Puesta en funcionamiento del Embarcadero de Lanchas #Berisso
El intendente de Berisso, Jorge Nedela junto al presidente del Consorcio de Gestión del Puerto La Plata, José Dodds, encabezaron el acto de inauguración del Embarcadero de Lanchas “Ciudad de Berisso”, el que se encuentra ubicado en calle 7 y Avenida Montevideo, a metros del Puente 3 de Abril.
El nuevo sector de arribo y partidas de lanchas que hacen el circuito hacia Isla Paulino, fue construido…
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#Adrián Díaz#Alberto Amiel#Berisso#Claudio Topich#coordinador comunal de Isla#embarcadero de lanchas#Germán Salmen#Gustavo Anadoni#Isla Paulino#Jorge Nedela#José Luis Coria#José María Dodds#Leandro Nedela#Luisina Delicostas#Miriam Moreno#Mirta Mirta#Pablo Swar#Prefectura La Plata#Puente 3 de Abril#Puerto La Plata#Raúl Murgia#Reina Provincial del Inmigrante#Rodolfo Chavez#Rubén Contreras#YPF
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Las Garzas en Chiapas
Las Garzas es un embarcadero que se encuentra dentro de la Reserva de la Biosfera La Encrucijada.
Aquí los habitantes de la zona se encuentran organizados bajo el nombre de Red de Ecoturismo La Encrucijada.
Podrás rentar paseos en lancha para conocer todas las comunidades de los esteros.
Te recomendamos iniciar en estero La Palma, el cual se encuentra rodeado de altos mangles en donde habitan…
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Aventura en moto hasta Misiones: Saltos del Moconá
Marcelo Hidalgo Sola relata su experiencia en moto por las rutas misioneras. Un recorrido único para apuntar cada detalle de la odisea.
Conocer en moto destinos de una de las provincias más lindas de la Argentina, no tiene precio. Aunque ,saliendo de Posadas son arduos 300 kilómetros de ruta hasta el Parque Provincial Moconá, cada tramo, por la belleza paisajística es un regalo.
A pesar de la concentración que demanda estar al volante de la moto, se puede apreciar la vegetación exuberante y salvaje que circunda la carretera. Al ir acercándose el destino se puede percibir el rugir de las cataratas en la selva, que envuelve con sus sonidos y su penumbra, sus árboles entreverados como el palo rosa o la caniafístula, sus aves con nombres poéticos como bailarín, su exuberancia.
El aire está cargado de vida, árbol o pájaro, y la luz del sol se cuela entre el follaje prieto que forman las plantas selváticas y se entremezcla con los ruidos de animales que se oyen pero no se ven. La temperatura aquí cálida durante todo el año hace propicia esta quietud todo lo impregna.
Pero el clamor no es sobrenatural sino que se trata de la bravura del agua del río Uruguay que cae estrepitosamente sobre sí mismo durante 3 kilómetros paralelo a su curso, a cuenta de una falla geológica en los llamados Saltos del Moconá-el que todo lo traga, en lengua guaraní-, dentro del parque provincial homónimo en el centro este de Misiones
La selva en todo su esplendor y la maravillosa catarata de este cañadón angosto tienen su continuidad en la costa opuesta del lecho de agua en el Parque Estadual Do Turvo, que forma parte de la Reserva de Biósfera Yabotí, ya en el vecino Brasil. Se trata de un gran corredor verde de 253.773 hectáreas muy importante-cuenta Marcelo Hidalgo Sola- , desde el punto de vista de la conservación de las especies de flora y fauna endémicas, algunas en peligro de extinción.
Esta maravilla es poco conocida: sólo lo visita el 5 por ciento de los turistas que llega hasta Iguazú.Las razones son la lejanía y la aún precaria infraestructura. A pocos kilómetros hay un puente bajo que cruza un arroyo que frecuentemente se inunda y deshabilita la llegada a los saltos .
Las salidas se organizan desde la localidad de El Soberbio, a 70 km , desde donde sale un colectivo diariamente hasta la puerta de entrada del parque. Además allí , se puede descansar en cabañas y en hoteles confortables.
A medida que la moto avanza camino a los saltos, la zona se vuelve cada vez más agreste, ya no hay viviendas y la selva envuelve de forma amenazante la carretera. En medio de este recorrido al interior de madre tierra, finalmente se llega a destino. La ruta se corta con la selva y un entorno urbano mínimo recibe a los visitantes. Afortunadamente la carretera está en buen estado de mantenimiento y se puede circular sin temer sobresaltos. Se recomienda salir de regreso hacia Posadas a media tarde y que no baje la noche ya que las instalaciones no están preparadas para albergar ,sin reserva previa, a ningún visitante.
La moto descansa al pie de los saltos
El parque provincial Mocoretá diseñó tres senderos para su recorrido. El de La Gruta de 1200m; Chachi-nombre de un helecho arborescente en peligro de extinción-, de 1800 m con árboles centenarios y un mirador al río frente a las costas de Brasil; y el Sendero Mítico. Este último propone un recorrido de baja dificultad, ideado para ser recorrido por niños y adultos mayores. El camino se destaca por desplegar a lo largo, una continuidad de carteles con las leyendas e historia de los saltos y de las plantas más características de la selva.
El broche de oro de la experiencia es la navegación por el río Uruguay e ir al encuentro de los saltos. Cada 15 minutos salen las lanchas del embarcadero para recorrer en 25 minutos la espectacular cortina de agua conformada por un centenar de pequeñas cascadas a lo largo de varios kilómetros.
La aventura de la navegación promete la adrenalina de recorrer el río a contracorriente. El ruido del agua es ensordecedor y las olas chocan contra la punta del gomón y empapan a los emocionados viajeros. Las lanchas se acercan a las caídas que parecen tragarlo todo pero no, el gomón resiste y sigue hasta la siguiente embestida contra la pared de agua hasta que decide retornar. El plan no es para miedosos; sí para aventureros y personas que aman la naturaleza.
En un día se pueden realizar todos los paseos y la navegación, si la lluvia decide no caer ese día ( si se inunda el puente del arroyo ya no se puede salir)
Antes de viajar conviene verificar en la web del parque (www.saltosdelmocona.tur.ar) si se encuentra habilitado, ya que depende del caudal del arroyo que debemos cruzar para acceder a la entrada. Una aventura imperdible para realizar en una jornada de un día completo con la moto. Disfrute y emoción garantizados.
Originally published at on https://viajeenmoto.com.ar August 29, 2022.
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CAPITULO 17: LE APLICAMOS LA HEFESTO A SU HERMANO
Una lancha guardacostas los recogió, estaban demasiados ocupados como para hacerles preguntas del porque cinco pre adolescentes estaban varados en medio de la bahía con sus ropas de calle. Había que ocuparse de aquel desastre. Las radios estaban colapsadas con llamadas de socorro.
Los dejaron en el embarcadero de Santa Mónica con unas toallas en los hombros y botellas de agua en las que se leía: «¡SOY APRENDIZ DE GUARDACOSTAS!». Luego se marcharon a toda prisa para salvar a más gente. Tenían la ropa empapada, incluso Percy porque bueno, ¿Cómo explicarías que un niño estuviera totalmente seco en medio del agua? También estaba descalzo, le había dado sus zapatos a Grover. Mejor que los guardacostas se preguntaran por qué uno de nosotros iba descalzo que por qué tenía pezuñas.
Charlotte se tiro en la arena, importándole poco como esta se pegaba en su piel por lo mojada que estaba. Sus amigos siguieron su ejemplo, observando la cuidad en llamas, recortada contra el precioso amanecer. Charlotte sentía su sangre hervir como los recuerdos iban pasando por su mente, Percy le dio la mochila con el rayo cuando estaban en la lancha porque estaría mejor cuidado con la hija de Zeus. Por algún motivo, sentía como el rayo soltaba pequeñas descargas eléctricas en su espalda. Ella estaba casi echa de energía eléctrica, se podía decir, era lógico que aquel metal respondiera a ella.
Lo que quería hacer ahora, era buscar a Ares y plantarle el golpe de su inmortal vida.
– No puedo creerlo – comentó Annabeth –. Hemos venido hasta aquí para…
– Fue una trampa – dijo Percy –. Una estrategia digna de Atenea.
– Eh – le advirtió.
Charlotte dejo de prestar atención a la conversación de sus amigos en cuanto sus sentidos volvieron a activarse, sus ojos dieron una escaneada rápida a su alrededor hasta que lo vio. Ares, ahí estaba, esperándolos, enfundado en el guardapolvo de cuero negro y las gafas de sol, un bate de béisbol de aluminio apoyado en el hombro. La moto rugía a su lado, y el faro volvía rojiza la arena.
Su colera se activó, un gran ola de enojo la envolvió. Sin importarle nada más, se levantó de la arena, escuchaba los llamados de sus amigos detrás de ella, siguió caminando ignorándolos. Ares la miraba con una especie de sonrisa, que se le borro a los segundos en cuanto Charlotte estuvo mas cerca de él.
– No te ofendas, hermanita – dijo Ares con burla –. Pero deberías estar muerta.
Charlotte no respondió, sentía tanta ira dentro de ella. El enojo, la ira, la impotencia y la sed de venganza se mesclaban dentro de ella. Era un sentimiento tan poderoso que jamás sintió, y no fue la única en sentirlo. Mas atrás sus amigos miraban totalmente impresionados a su amiga, Charlotte estaba brillando, una potente aura azul eléctrico la rodeaba.
El aire se sentía pesado, mas denso que apenas podían respirar. El sol del amanecer desaparecía de a poco por las nubes oscuras que empezaban a cubrir todo el cielo. Nubes que cargaban una fuerte tormenta.
– Nos has engañado – la voz de Charlotte sonó fría –. Has robado el yelmo y el rayo maestro.
Ares miro el cielo a su alrededor, parecía también luchar con el aire que se iba consensando a su alrededor pero termino sonriendo.
– Robar, precisamente robar con mis manos, de eso nada. ¿No has estudiado todos estos años, hermanita? Dímelo tú.
Charlotte gruño. El sonido de los rayos retumbando en el cielo alerto a los chicos mas atrás, Annabeth y Lerley intercambiaron miradas preocupados. Charlotte era poderosa, extremadamente poderosa, pero la mayor parte del tiempo no lograba controlar todo ese poder que estaba dentro de ella. El enojo podría ser muy peligroso par una hija de Zeus que es muy temperamental.
– ¿A quién utilizaste? ¿A Clarisse? Estaba allí en el solsticio de invierno. – tras unos segundos, Charlotte negó –. No. Ella no me agrada pero jamás podía hacer eso. ¿Quién fue, Ares? ¿Quién fue tan estúpido como para hacerte caso?
La idea pareció divertirlo. Ares la miraba con una sonrisa pero con algo mas en la mirada, como si la presencia de Charlotte le generaba mucha incomodidad.
– Charlotte. El viejo solecito siempre saca cara por ti, como si no fueras más que una… – se cayó de golpe, como si se hubiera acordado de algo de repente – no importa, miren mocosos, el asunto es que estás impidiendo los esfuerzos en pos de la guerra. Verás, tendrían que haber muerto en el inframundo. Entonces el viejo Alga y Zeus se hubiesen cabreado con Hades por matarlos. Aliento de Muerto hubiera tenido el rayo maestro y Zeus estaría furioso con él. Pero Hades aún sigue buscando esto… – Se sacó del bolsillo un pasamontañas, del tipo que usan los atracadores de bancos, y lo colocó en medio del manillar de su moto, donde se transformó en un elaborado casco guerrero de bronce.
– El yelmo de oscuridad – dijo Grover, ahogando una exclamación.
– Exacto – repuso Ares –. A ver, ¿por dónde iba? Ah, sí, Hades se pondrá hecho un basilisco tanto con Zeus como con Poseidón, ya que no sabe cuál le robó el yelmo. Muy pronto habremos organizado un bonito y pequeño festival de mamporros.
– ¡Pero si son tu familia! – protestó Annabeth.
Ares se encogió de hombros.
– Los enfrentamientos dentro de una misma familia son los mejores, los más sangrientos. No hay como ver reñir a tu familia, es lo que digo siempre.
– Me diste la mochila en Denver – dijo Percy, colocándose a la par de Charlotte –. El rayo maestro ha estado aquí todo el tiempo.
– Sí y no – contestó Ares –. Quizá es demasiado complicado para tu pequeño cerebro mortal, pero debes saber que la mochila es la vaina del rayo maestro, sólo que un poco metamorfoseada. El rayo está conectado a ella, de manera parecida a esa espada tuya, chaval. Siempre regresa a tu bolsillo, ¿no? En cualquier caso – prosiguió Ares –, hice unos pequeños ajustes mágicos a la vaina para que el rayo sólo volviera a ella cuando llegaras al inframundo. De ese modo, si hubieses muerto por el camino no se habría perdido nada, además, Charlotte hubiera sentido la presencia del rayo casi de inmediato. ¿Lo ven? Yo hubiera seguido en posesión del arma.
Era cierto. Charlotte pudo sentir en el inframundo una extraña energía venir de la mochila de Percy, sin duda era el poder del rayo maestro que la atraía. Si hubiera aparecido antes, ella se hubiera dado cuenta de esa fuente de poder en segundos. ¿En realidad Ares pensó toda esa estrategia tan detalladamente?
– Pero ¿por qué simplemente no conservaste el rayo maestro? – pregunto Percy –. ¿Para qué enviarlo a Hades?
De repente Ares se quedó absorto y pareció estar escuchando una voz interior. Lerley lo miro extrañado desde su lugar, Ares parecía tan perdido como si estuviera en un trance.
– ¿Por qué no…? Claro… con ese poder de destrucción… – Seguía absorto. Percy intercambio miradas con Charlotte, de pronto Ares salió de su extraño trance –. Porque no quería problemas. Mejor que te pillaran a ti con las manos en la masa, llevando el trasto.
– Mientes – dijo Percy –. Enviar el rayo maestro al inframundo no fue idea tuya.
– ¡Claro que sí! – De sus gafas de sol salieron hilillos de humo, como si estuvieran a punto de incendiarse.
– Tú no ordenaste el robo – insistió Percy –. Alguien más envió a un héroe a robar los dos objetos. Entonces, cuando Zeus te envió en su busca, diste con el ladrón. Pero no se lo entregaste a Zeus. Algo te convenció de que lo dejaras ir. Te quedaste los objetos hasta que otro héroe llegara y completara la entrega. La cosa del foso te está mangoneando.
– ¡Soy el dios de la guerra! ¡Nadie me da órdenes! ¡No tengo sueños!
Charlotte ladeo una sonrisa, se cruzo de brazos y con un tono de fingida inocencia dijo:
– ¿Quién esta hablando de sueño, hermanito?
Ares parecía agitado, pero intentó disimularlo con una sonrisa.
– Volvamos a lo nuestro, chavales. Están vivos y no permitiré que lleven ese rayo al Olimpo. Ya sabes, no puedo arriesgarme a que esos imbéciles testarudos les hagan caso. Así que tendré que matarlos. Nada personal, claro.
Chasqueó los dedos. La arena estalló a sus pies y de ella surgió un jabalí, aún más grande y amenazador que el que colgaba encima de la cabaña 5 del Campamento Mestizo. El bicho pateó la arena y miro al par de semidioses con sus ojos encendidos esperando ordenes de matarlos. Percy se metió en el agua, mientras que Charlotte daba un paso alejándose del dios.
– Pelea tú mismo conmigo, Ares – lo desafío Percy.
Charlotte estaba por replicar pero noto la mirada determinaba de Percy, comprendido que esta era su pelea, comprendía que esta era su misión. Dejo a su madre en el inframundo para salvarlos, estaba siendo usado por Ares como una pieza de ajedrez y vaya que eso jodia. Encima debía llevar ese rayo maestro antes del final del día, porque por culpa de Ares estaban aun pie de una posible guerra.
Le dejaría mostrar su valentía en ese momento, no sin antes demostrar un poco de su talento. Porque oigan, uno debe llamar la atención también. Charlotte levanto la mano hacia el cielo, este resonó a su alrededor, el cielo parecía temblar de poder. Un relámpago cayo directamente del cielo, atravesó al jabalí como si fuera de goma.
El jabalí soltó un chillido, a la vez que se deshacía en la arena.
Ares miro a la Charlotte con enojo. La chica se encogió de hombros con una sonrisa triunfante en su rostro.
– ¿Vas a pelear conmigo ahora? – lo espetó Percy compartiendo la misma sonrisa de suficiente que Charlotte –. ¿O vas a esconderte detrás de otro de tus cerditos?
Ares estaba morado de rabia.
– Ojo, chaval. Podría convertirse en…
–… ¿una cucaracha o una lombriz? Sí, estoy seguro. Eso evitaría que patearan tu divino trasero, ¿verdad?
Las llamas danzaban por encima de sus gafas. Lerley pasaba su vista entre sus amigos y Ares, estaba sorprendido queda decir también orgulloso por ver como el dúo de semidioses estaban defendiéndose y apoyándose mutuamente. Rosse iba a matarlo por dejar que Charlotte anduviera de suicida durante la misión. Es imposible controlar a su amiga.
– No te pases, niño. Estás acabando con mi paciencia y te convertiré en una mancha de grasa.
Charlotte rodeo los ojos.
– Mucho hablas, poco actúas.
– ¿Y porque no luchas conmigo, hermanita? – desafío Ares.
Charlotte se encogió de hombros, balanceo su paso de un pie a otro sin borrar su sonrisa dijo –: Nah, Percy puede partirte el trasero por si mismo. Hoy me toca mirar.
Percy se sintió agradecido por el apoyo que la pelinegra le mostraba. Pelear con un dios era un acto estúpidamente arriesgado, pero había tenido suficiente. Ya no quería huir, estaba cansado de esconderse. Iba a patear el trasero divino de Ares y si Charlotte creía que podía hacerlo por su cuenta, debía creer en sí mismo que también podía.
– Si ganas, conviérteme en lo que quieras y te llevas el rayo – propuso Percy –. Si pierdes, el yelmo y el rayo serán míos y tú te apartas de mi camino.
Lerley tembló. No es que no confiara en su mejor amigo, claro que lo hacía, pero hacer ese trato no era un juego, toda la misión dependía del rayo maestro. Si Percy perdía, estaban perdidos.
Ares resopló con desdén y esgrimió su bate de béisbol.
– ¿Cómo lo prefieres? ¿Combate clásico o moderno? – Percy le mostro su espada.
– Para estar muerto tienes mucha gracia – contestó –. Probemos con el clásico.
Entonces el bate se convirtió en una enorme espada cuya empuñadura era un cráneo de plata con un rubí en la boca. Percy se acerco a sus amigos, sus rostros lucían nerviosos y casi entrando al pánico.
– Percy, no lo hagas… – le advirtió Annabeth –. Es un dios.
– Es un cobarde – repuso Percy.
Annabeth trago saliva y dijo:
– Por lo menos lleva esto, para que te dé suerte. – Se quitó el collar de cuentas y el anillo de su padre y se lo puso al cuello –. Reconciliación – añadió –. Atenea y Poseidón juntos.
Percy se ruborizo un poco, pero consiguió sonreír.
– Gracias.
– Y toma este amuleto de la suerte – terció Grover, y le tendió una lata aplastada que llevaba en el bolsillo –. Los sátiros estamos contigo.
– Grover… no sé qué decir. – Grover le dio una palmada en el hombro. Percy se metió la lata en el bolsillo trasero.
Lerley lo tomo de los hombros, lo acerco a su cuerpo para darle un fuerte abrazo. Percy sonrio devolviéndose el abrazo con la misma fuerza a su mejor amigo.
– Aquí es donde te debo dar tu beso de la buena suerte – bromeo Lerley. Ambos rieron. Se quito el collar con el dije del Sol y se lo puso al cuello. El sol del centro dio un leve brillo –. Confió en ti, Percs, patéale su trasero divino.
– No te voy a decepcionar, Lery.
Charlotte ladeo su cabeza de costado, cuando Percy se puso delante de ella. Ambos se miraron en silencio como si sus miradas pudiesen decir todo lo que sus bocas no podían.
– Confió en ti – dijo Charlotte. – No me decepciones. Percy Jackson. Debes ganar, me debes esas clases de natación.
Percy soltó una pequeña risa. Charlotte deslizo su anillo por su dedo, dejándolo entre las yemas de su dedo, tomo la mano de Percy y puso el anillo en su dedo anular. Percy miro sorprendido como el anillo se acomodaba en su dedo, sintió una pequeña descarga eléctrica recorrer su cuerpo.
– Thunder jamás ha perdido una pelea, estoy segura de que no será la primera.
– ¿Ya has terminado de despedirte? – Ares los interrumpió. El guardapolvo negro ondeaba tras él, su espada refulgía como el fuego al amanecer –. Llevo toda la eternidad luchando, mi fuerza es ilimitada y no puedo morir. ¿Tú que tienes?
La mirada de Percy se endureció. Respondió moviéndose un poco mas adentro del agua, hasta que esta le llego a los tobillos. Lerley pensó en lo que Annabeth dijo hacia un tiempo atrás «Ares tiene fuerza, pero nada más. Y a veces la fuerza debe doblegarse ante la inteligencia». Si Percy quería ganar, sin duda debería ser mucho mas inteligente que Ares.
Ares dio un mandoble hacia abajo en su cabeza, pero Percy fue empujado por el agua sobre él y volcó sobre su cabeza, girando y atacando mientras bajaba. Ares fue igual de rápido. Giró, y el golpe que debería haberle asestado directamente en la columna fue desviado por el extremo de la empuñadura de su espada.
Sonrió socarrón.
– No está mal, no está mal.
Atacó de nuevo y Percy se vio obligado a saltar a tierra. Intentó regresar al agua, pero Ares le corto el paso. El dios lo superó en maniobras, presionando con fuerza la espada de Percy, haciendo que se alejara de las olas. Los cuatro amigos observaban en silencio desde la distancia, Lerley rogaba a sus adentros por que Percy encontrara las fuerzas para seguir.
«Vamos, Percy – pensó –. Se que puedes hacerlo, vamos ataca.»
Percy intervino con una estocada, pero Ares lo predijo. Le arranco contracorrientes de las manos y lo pateó en el pecho. Charlotte sintió todo el aire abandonar sus pulmones cuando Percy fue despedido hacia atrás, se habría roto la espalda si no hubiera caído cobre una duna de arena blanda.
– ¡Percy! – chilló Annabeth –. ¡La policía!
Las luces rojas parpadeaban en el bulevar de la costa. Los coches de la policía se detenían en la carretera, la gente miraba por las ventanas, los peatones se detenían a observas. Charlotte no estaba muy segura de que era lo que los mortales podían ver, pero al ver a los policías bajar de los autos con los chalecos antibalas puesto, imaginaba que no era nada bueno.
Percy se puso se pie aun tambaleándose, la sonrisa de Charlotte se expandió por su rostro al notar como la mirada de suficiencia de Ares desaparecía.
– ¡Están allí! – gritó alguien –. ¿Lo ve?
Una voz malhumorada de policía:
– Parece ese crío de la tele… ¿Qué diantres…?
– Va armado – dijo otro policía –. Pide refuerzos.
Los cuatro amigos se miraron por unos segundos, preocupados porque mas mortales estuvieran en los alrededores. Volvieron su atención a la pelea cuando Ares levanto la espada, Percy rodo aun lado justo a tiempo mientras la espada de Ares quedaba atrapaba en la arena. El hijo de Poseidón corrió hasta Contracorriente, la tomo y lanzo una estocada al rostro de Ares. Pero el dios logro desviarla.
Percy volvió al agua, obligan a Ares a seguirlo.
– Admítelo, chaval – gruño Ares –, no tienes ninguna posibilidad. Sólo estoy jugueteando contigo
Un segundo choque policial se acercaba con las sirena aullando. Mas personas empezaban a acercarse a mirar, con una mirada rápida a su alrededor Charlotte pudo distinguir a las formas resplandecientes de los espíritus, a sátiros disfrazados de mortales, espíritus del viento también se acercaron a mirar, cuando estos se percataron que Charlotte los miraba hicieron una pequeña reverencia hacia ella. Por encima de ellos escucharon un aleteo coriáceo dando vueltas en algún lugar: Las furias.
Percy dio un paso más en el agua, pero Ares fue rápido. La punta de su espada le rasgó la manga y le rozó el antebrazo. Lerley solo un chillido, llevándose la mano a su boca.
Una voz ordenó por un megáfono:
– ¡Tirad las escopetas! ¡Tiradlas al suelo! ¡Ahora!
Charlotte miro el arma de Ares con más atención, noto que esta parecía parpadear: a veces parecía una escopeta, a veces una espada. La niebla se estaba encargando de camuflar de alguna manera lo que estaba pasando para que los mortales vieran algo completamente opuesto a lo que sucedía.
Ares se volvió para lanzar una mirada de odio al publico presente. Había ya cinco coches de policía y una fila de agentes agachados detrás de ellos, apuntándolos con sus armas.
– ¡Esto es un asunto privado! – aulló Ares –. ¡Largaos!
Hizo un gesto con la mano y varias lenguas de fuego hicieron presa en los coches patrulla. Los agentes apenas tuvieron tiempo de cubrirse antes de que sus vehículos explotaran. La multitud de mirones se desperdigó al instante. Ares estalló en carcajadas.
– Y ahora, héroe de pacotilla, vamos a añadirte a la barbacoa.
Atacó y Percy desvió su espada. Se acerco lo suficiente para alcanzarlo intento engañarlo con una finta, pero paró el golpe. A este punto, Ares ya estaba sumergido hasta las rodillas en el agua.
De repente, el agua que crecía cada vez mas disminuyó. Percy frenó la marea por la fuerza. La presión aumentaba. Ares se adelantó, sonriendo y muy ufano de sí mismo. Percy bajo la espada, Charlotte sintió como su cuerpo se helaba al ver al chico agotado. Pero en el momento en el que Ares levantó su espada, un muro de dos metros de agua le dio de lleno a Ares.
Charlotte dejo escapar un pequeño grito de felicidad. Percy saltó alto en el aire, el agua lo sostuvo mientras iba sobre Ares y aterrizaba detrás de él. Ares maldecía mientras escupía agua y algas. Distraído, Percy le dio una finta que Ares pudo esquivar a tiempo. Percy cambio de dirección, soltó aun lado y hendió a Contracorriente por debajo del agua. Clavándole la punta en el talón.
El alarido que siguió convirtió el terremoto de Hades en un hecho sin relevancia. Hasta el mismo mar se apartó de Ares, dejando un círculo de arena mojada de quince metros de diámetro. Icor, la sangre dorada de los dioses, brotó como un manantial de la bota del dios de la guerra. Su expresión iba más allá del odio. Era dolor, desconcierto, imposibilidad de creer que Percy lo había herido.
Ares cojeo hacia Percy, murmurando antigua maldiciones griegas, pero algo lo detuvo. Fue como si una nube ocultase el sol, pero peor. La luz se desvaneció, el sonido y el color se amortiguaron, y entonces una presencia fría y pesada cruzó la playa, ralentizando el tiempo y bajando la temperatura abruptamente. A Charlotte se le congelo cada parte de su cuerpo al notarlo.
«Nos veremos muy pronto, querida.» Una voz pareció resonar a su alrededor, como si el viento le susurrara en el oído. Charlotte busco a su alrededor en busca de algo o alguien, pero no había nadie mas que sus amigos, quienes mantenían la mirada fija en la pelea. Nadie más lo escucho, solo ella.
«¿Qué mierda fue eso?» Pensó.
Los coches de policía ardían detrás de ellos. La multitud de curiosos había huido. Annabeth, Grover y Lerley estaban conmocionados, mientras el agua rodeaba de nuevo los pies de Ares y el icor dorado se disolvía en la marea.
– Tienes un enemigo, diosecillo – dijo Ares bajando la espada –. Acabas de sellar tu destino. Cada vez que alces tu espada en la batalla, cada vez que confíes en salir victorioso, sentirás mi maldición. Cuidado, Perseus Jackson. Mucho cuidado.
Su cuerpo empezó a brillar.
– ¡Percy, no mires! – grito Lerley.
Todos voltearon cuando Ares reveló su auténtica forma inmortal. Si lo miraran, se desintegrarían en cenizas. Una luz estruendosa quemo su piel, y tan pronto como se elevó lo suficiente como para que el vello de sus brazos comenzara a chisporrotear, se apagó y desapareció.
Cuando volvieron a mirar Ares había desaparecido. La marea se apartó para revelar el yelmo de oscuridad de Hades. Percy lo recogió, se dirigió a donde los chicos lo esperaban pero antes de llegar oyó un aleteo. Tres ancianas con caras furibundas, sombreros de encaje y látigos fieros bajaron del cielo planeando y se posaron delante de él.
La furia del medio, la que había sido la señora Dodds, dio un paso adelante. Enseñaba los dientes, pero por una vez no parecía amenazadora. Más bien parecía decepcionada, ya no tenía una razón para comerse a Percy o Lerley.
– Lo hemos visto todo – susurró –. Así pues, ¿de verdad no has sido tú?
Percy le lanzo el casco, que agarró al vuelo, sorprendida.
– Devuélvele eso al señor Hades – dijo –. Cuéntale la verdad. Dile que desconvoque la guerra.
Vaciló y la vio humedecerse los labios verdes y apergaminados con una lengua bífida.
– Vive bien, Percy Jackson. Conviértete en un auténtico héroe. Porque si no lo haces, si vuelves a caer en mis garras…
Estalló en carcajadas, saboreando la idea. Después las tres hermanas levantaron el vuelo hacia un cielo lleno de humo y desaparecieron. Finalmente Percy se unió a sus amigos, que parecían estar alucinando.
– Percy… – dijo Grover –. Eso ha sido alucinante…
– ¡Ha sido la cosa más increíble que he visto en mi vida! – apoyo Lerley con los ojos bien abiertos y moviendo sus manos por todos lados con mucha energía.
– Ha sido terrífico – terció Annabeth.
– Y muy estúpido de nuestra parte – admitió Charlotte –. Pero debo admitir que estuviste…bien…
– ¡Ha sido muy guay! – se obstino Grover.
Percy no se parecía a nada de lo que dijeron. Lucía cansado, dolorido y listo para caer. También había un toque de miedo en sus ojos verdes.
– ¿Habéis sentido eso… fuera lo que fuese? – pregunto Percy.
Los cuatro asintieron, inquietos. Charlotte abrió la boca para decir lo que había escuchado, pero descarto la idea rápidamente. No quería dar mas problemas a los que tenían en ese momento.
– Deben de haber sido las Furias – dijo Grover.
Pero ninguno estaba seguro de ello. Algo o alguien había evitado que Ares matara a Percy. Algo muy poderoso y manipular. Charlotte tuvo la horrible sensación de saber lo que era, tras cruzar una mirada rápida con Lerley se dio cuenta de que el chico también sospechaba de lo que era. Rogaban por los dioses estar totalmente equivocados.
Percy le pidió la mochila a Charlotte, miro adentro. El rayo maestro seguía allí. Un metal estaba por provocar la Tercera Guerra Mundial.
– Tenemos que volver a Nueva York – dijo Percy –. Esta noche.
– Eso es imposible – contestó Annabeth –, a menos que vayamos…
–… volando – completó Percy.
Charlotte levanto los brazos al cielo en señal de victoria.
– ¡Si! ¡Por fin, algo que podemos hacer en donde no este casi por morir!
– Pero Percy… – dijo Lerley. Charlotte movió su mano en señal de que no se preocupara.
– No le pasara nada estando conmigo, mi padre no va atacarme en el cielo o eso espero. El rayo también estará seguro conmigo, ustedes no se preocupen. Además, se cómo conseguir un avión en menos de una hora.
– ¿Cómo? – pregunto Percy.
– Realizando una pequeña llamadita. ¿Me consiguen un teléfono?
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Um local de belas imagens Sentar -se para uma conversa , ou , apreciar a paisagem ou O Por do Sol Beber um Café, Cerveja , Água ou Refrigerante Optar -se por uma refeição , lanche , ou , sorvete O importante é a integração com o Guaíba Para os aficionados náuticos , pode se passear em lanchas , veleiros e caiaques O importante é sentir se bem (em Cais Embarcadero) https://www.instagram.com/p/Cc1qJYHOYlgaKYoIRC6C6bhm4DviVpwb1IMryQ0/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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Patrimonios naturales de México: Reserva de la Biosfera Sian Ka’an
Sagrada para los mayas, la Reserva de la Biosfera Sian Ka’an fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.
La Reserva de la Biosfera Sian Ka’an es uno de los principales atractivos del estado de Quintana Roo y forma parte de Maya Ka’an, una región que combina majestuosos entornos naturales con cultura y tradiciones ancestrales. Hogar de algunas de las ciudades más importantes de la cultura maya, se trata de uno de los cinco sitios de México declarados Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.
Historia
Sian Ka’an, en maya “boca de cielo”, cuenta con una enorme biodiversidad en más de 500,000 hectáreas del Caribe Mexicano, incluyendo parte del mar Caribe, donde se encuentra el segundo arrecife de coral más grande del mundo (después de la Gran Barrera de Coral de Australia). Además, en su territorio hay 23 zonas con vestigios arqueológicos mayas, entre ellas Muyil, en la costa, a la cual se puede acceder por medio de la Carretera Federal.
En 1986, el presidente Miguel de la Madrid declaró esta región como Reserva de la Biosfera y tomó tan sólo un año para que la UNESCO elevara el decreto a Patrimonio Natural de la Humanidad.
La reserva se ubica dentro de lo que fueron los cacicazgos de Cohuah y Uaymil durante los periodos Clásico y Preclásico maya. Durante la Colonia no hubo asentamientos definitivos, quizá, porque se hallaba en la ruta de los piratas. Más tarde, durante la Guerra de Castas, la zona fue explotada por los ingleses que pagaban con armas a los mayas por los permisos de explotación.
La Reserva de la Biosfera Sian Ka’an no sólo es selva, también alberga bosques tropicales, humedales y hábitats marinos. Su biodiversidad incluye más de 350 especies de aves y 103 especies de mamíferos, entre los que resaltan el jaguar, el tapir y el manatí. El propósito de la Reserva no sólo es el de prevenir que los humanos intervengan en el medio ambiente de manera en que lo dañen, sino también estudiar a las especies que viven en ella. Un ejemplo de intervención positiva de los humanos es en el caso del pez león, una especie no autóctona que impide a otros organismos crecer, por lo que las autoridades implementaron un programa de pesca únicamente para eliminar la especie y dejar restaurar el equilibrio natural.
Qué ver
La asociación Amigos de Sian Ka’an, con la ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo, puso en marcha hace unos años un proyecto de turismo alternativo, en el triángulo formado por Tulum, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, mediante el cual apoyan a comunidades, ejidos o pequeñas empresas que ofrecen servicios turísticos centrados en la actividad artesanal, la protección del medio ambiente, el desarrollo sostenible y la difusión de la cultura maya, muy presente en la región.
Entre estas ofertas de ecoturismo destacan las de Community Tours Sian Ka’an y Cooperativa Uyoochel Maya, que brindan actividades como senderismo, observación de aves, paseos en lancha o en kayak por las lagunas adyacentes al sitio arqueológico de Muyil, nueve kilómetros al sur de Tulum. Un recorrido en lancha, por ejemplo, consiste en recorrer las aguas turquesas de la laguna de Chunyaxché y el canal artificial, construido en la época prehispánica, que la comunica con la laguna de Muyil. Al llegar a la boca del canal natural que conecta a la laguna de Muyil con el mar Caribe, el viajero se baja en un embarcadero, donde puede admirar uno de los vestigios mayas que salpican este inmenso humedal. Para terminar el recorrido, hay que dejarse llevar por la corriente flotando con un salvavidas, entre el mangle, las orquídeas y las bromelias.
Maya Ka’an es una región que combina la belleza del entorno natural con la milenaria cultura maya, basándose en el aprovechamiento sustentable de los atractivos naturales para así fortalecer la conservación de la Reserva de la Biosfera Sian Ka’an. Este destino ecoturístico es ideal para los que disfrutan las actividades al aire libre y está integrado por distintos sitios de interés, entre ellos Punta Allen y Punta Herrero —ambas comunidades pesqueras—, así como Felipe Carrillo Puerto, Señor, Tihosuco, Kantemó y Chunhuhub . Estos pintorescos poblados brillan por concentrar gran parte de la historia, cultura y tradición maya, al igual que una gran cantidad de especies animales y vegetales.
Cómo llegar
El aeropuerto internacional más cercano a la Reserva de la Biósfera Sian Ka’an es el de Cancún. De ahí, hay que rentar un auto y manejar por poco más de dos horas al sur rumbo a Tulum. La recomendación es rentar un auto para tener mayor libertad y movilidad o contratar un tour que organice los traslados.
Dónde dormir
Para visitar la Reserva hay dos opciones. A los más aventureros, recomendamos dormir en uno de los pequeños hoteles dentro de la misma para tener una experiencia más inmersiva y de contacto directo con la naturaleza y, para quienes quieran visitarla como parte de un itinerario más extenso, la oferta de hoteles en destinos como Punta Allen y Tulúm son muy buenas opciones por su cercanía con la Reserva.
Fuente : https://n9.cl/nnbt
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#cañon de Sumidero en lancha (en Cañon del Sumidero Embarcadero Cahuare) https://www.instagram.com/p/CMIpNKUlG8UpHnDXVW6EDurIFJC3ySt5qeaf4E0/?igshid=i7vstajbq2em
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La visita -
La visita –
Por Manuel C. Díaz. Antes de zarpar, la lancha dejó escapar tres largos pitazos de aviso, tan fuertes, que todas las ventanas de la antigua capitanía se estremecieron de repente. Unos pelícanos que descansaban sobre los pilones del embarcadero levantaron espantados el vuelo y se perdieron entre los mangles que serpenteaban a la entrada de los canalizos. De pronto, las aguas turbias que…
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Nedela y el presidente del Puerto La Plata repasaron agenda
#Berisso: @JorgeNedela y el presidente del @PuertoLaPlata repasaron agenda
En una reunión mantenida este lunes entre el intendente de Berisso, Jorge Nedela, y el presidente del Consorcio de Gestión del Puerto La Plata, José María Dodds.
En la oportunidad los funcionarios analizaron la situación actual de la estación portuaria local, el funcionamiento del consorcio y la posibilidad de avanzar en actividades conjuntas.
Del mismo modo los participantes del encuentro…
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#Alberto Amiel#Berisso#embarcadero de lanchas#Jorge Nedela#José María Dodds#José Méndez#Puerto La Plata
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Puerto Mezquital en Tamaulipas
Puerto Mezquital es un cuerpo de agua de poca profundidad y con mucho movimiento.
Las mareas suelen aumentar su espejo de agua que se conecta a los esteros adyacentes.
Cuenta con una abundante vida marina. Podrás apreciar muchas especies de aves marinas migratorias.
Puerto Mezquital es un embarcadero para barcos pequeños.
Se puede alquilar una lancha para poder pasear por la laguna.
Se deseas…
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La Llorona se esfuma de Xochimilco
Todo chilango conoce la leyenda de La Llorona, aquél espíritu doliente que lamenta la muerte de sus hijos. Tal personaje era particularmente conocido por los xochimilcas, quienes han sido testigos del tenebroso espectro por cientos de años. Todo esto cambió hace dos noches, cuando un misterioso trío de ancianos vestidos con overoles arribó a la zona chinampera de la Ciudad de México.
Según varios testigos, estos ancianos, guiados por un trajín local, habían estado visitando la laguna de Tillac desde hacía un par semanas. Sin embargo, los eventos más extraños ocurrieron hace dos noches cuando, a las tres de la madrugada, se comenzaron a escuchar los característicos lamentos de La Llorona. Lo que ocurrió después duró menos de diez minutos: una lancha a motor salió del embarcadero (hecho confirmado por la marina del lugar), y luces, gritos y truenos salieron de la laguna de Tillac. Algunos vecinos del lugar afirmaron que tales ancianos arremetieron contra la figura espectral de La Llorona con estridentes armas de luz. Seguido de esto, un silencio absoluto invadió la noche, irrumpido por el débil susurro de un motor de lancha.
Media hora después de estos hechos, a las 3:45 de la madrugada, tales ancianos regresaron al embarcadero; sin embargo, se veían cansados, horrorizados y empapados en una sustancia viscosa. Tales personajes, autodenominados Los Cazafantasmas, repartieron tarjetas con su contacto y abandonaron la escena en un Cadillac ´59. Desde entonces, no se ha vuelto a escuchar a La Llorona.
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