#el piso 20
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fictionaldeity · 6 months ago
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soft-pxachy · 3 months ago
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⤷  ❝DEVILISH❞ — jjk (s.m)
⤷  Especial de Halloween 🎃 | Devilish Tráiler 🎃
➤ Pareja: jungkook!demonio x lectora!fem
➤ Recuento de palabras: 10.6k
➤ Género: smut y obscenidad!
➤ Resumen: Al demonio Jeon Jungkook le encantaba arruinar cosas demasiado inocentes, así que andaba vagando por la tierra en busca de la inocencia pura para corromperla, que casualidad que esa inocencia la haya encontrado en ti.
➤ Advertencias: 20+ | lenguaje maduro y explícito | Jungkook es un íncubo de demonio | deseo de corromper la inocencia | temas religiosos | mucha manipulación por parte de Jungkook | la lectora es demasiado tímida en cuanto a su placer | charla sucia | masturbación | palabras ofensivas | halagos y bromas durante el sexo | sexo oral (r. lectora/Jungkook) | juego y estimulación del clítoris | mucha sobreestimulación | lágrimas | nalgadas | jalar del cabello | sexo duro | sexo sin protección | mención de cantidades obscenas de semen | Jungkook es un demonio y tiene un gran pene!
➤ Si no eres mayor de 18 años, POR FAVOR, no leas. Si lo haces es bajo tu propia responsabilidad, ten en cuenta las advertencias.
➤ Devilish Tráiler
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♥︎ softpxachy's
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❛Ella era una santa, y aún así, había un poco de perversidad en sus ojos de ángel.❜
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Jungkook siempre había tenido cierta preferencia por los inocentes.
No era algo que él hubiera cultivado a propósito, no, simplemente comenzó a mostrarse un patrón extraño y repetitivo que Jungkook no podía definir del todo.
Todo lo que sabía era que la inocencia era especialmente divertida de romper, de manchar con su toque perverso, de ver cómo se desmoronaba en un caparazón vacío de lo que alguna vez fue.
Y la estuvo buscando por tanto tiempo, esa inexperiencia, esa confusión angelical, con un hambre atronadora, sólo para terminar hundiendo los dientes en su presa con un deleite inigualable una vez que la encontraba.
Paradójicamente, a Jungkook no le gustaban tanto las vírgenes. Extraño, lo sabía. Pero las vírgenes le daban demasiado trabajo, lo que al final no era tan fructífero como a él le gustaba; se dió cuenta de que la mayoría de los humanos no estaban muy interesados en perder su virginidad con un demonio y, bueno, no era porque alguien que fuera virgen significaba que también era inocente, eso lo sabía.
Y esa siempre fue su prioridad, al final de todo.
La verdadera inocencia era difícil de encontrar, y esa era la parte más frustrante de toda la ecuación. A lo largo de todos sus años vagando por la tierra en busca de almas para corromper, Jungkook pensó que podía haber encontrado esa marca especial de pureza solo un puñado de veces. Sin embargo, era tan inmaculado, tan embriagador, que era todo en lo que podía pensar.
Entonces, cuando finalmente te encontró, pensó que estaba a punto de volverse loco.
De vez en cuando, el universo cambiaba de tal manera que todo encajaba en su lugar. Cómo ser inmortal, Jungkook vió que eso sucedía una y otra vez: imperios que se elevaban y caían, almas gemelas que se encontraban por casualidad, y que la cura de una enfermedad horrible se descubría por accidente. Y fue esa misma energía incidental, probablemente catalizada por su voraz deseo, la que lo llevó directamente a tu casa.
Bueno, quizás no había sido tan poético. Pero decir que los adolescentes rebeldes que tenían una fiesta de pijamas en el piso de arriba lo habían invocado por error a tu complejo de apartamentos no tendría exactamente el mismo impacto.
Pero a pesar de eso Jungkook nunca fue alguien que mordiera la mano que lo alimentaba; como una criatura de las sombras, tenía que existir como un alimentador inferior, recibiendo lo que el universo había dado y convirtiéndolo en algo que pudiera usar con gusto.
Incluso si se había sentido frustrado por todo el fiasco de la ouija; encender y apagar las luces y levitar vasos de agua no eran precisamente sus pasatiempos favoritos que digamos, prácticamente tardó unos dos segundos en detectar el dulce y afrodisíaco aroma de un alma inmaculada que lo llamaba. Y estaba cerca. Muy cerca.
En pocas palabras, los adolescentes terminaron teniendo una conversación espiritual muy decepcionante con una entidad tramposa que Jungkook puso como remplazo antes de ser llevado directamente hasta su comida favorita. Y esa había sido una completa victoria en su libro.
El demonio quería tenerte desde el primer segundo en que te vio. Jungkook se hundió instantáneamente en tu alma como si se tratara de un horno calentando la totalidad de su cuerpo; un hermoso resplandor blanco, el color dorado que emanaba de tu piel y el adorable brillo de ingenuidad en tus ojos lo tentaban a alimentarse tanto de ti como si se tratara de una sirena llamando a un marinero solitario.
No tenía ninguna duda de que finalmente había encontrado lo que tanto había estado buscando todo este tiempo, alguien tan delicado y puro que adoraría ver derrumbarse por completo a él, y Jungkook realmente quería arruinar esa bonita alma tuya.
Y qué alma tan bonita tenías. Jungkook se quedó ahí contigo sólo para descubrir que sus primeras impresiones de ti, independientemente de lo fascinantes que ya habían sido desde el primer segundo, eran solo la punta del iceberg: el demonio te veía convertirte en todo un desastre abrumado y jadeante cada vez que uno de tus amigos comenzaba a hablar sobre sexo; le sorprendió bastante descubrir que luchabas mentalmente con tus impulsos de deseo y que te acostabas frustrada todas las noches porque pensabas que era algo demasiado sucio masturbarte porque simplemente te sentías avergonzada, e incluso abrumada, ante la simple idea de tu propio placer.
Ese solo pensamiento lo hizo salivar.
Jungkook sabía que no eras virgen, eran imposibles de pasar por alto, y por eso no podía entender el por qué de tu vacilación y vergüenza cuando se trataban de esos temas. No había notado ningún rastro de culpa religiosa o algo por el estilo, no creía que tus padres fueran especialmente sobreprotectores.
Era solo que eras tan... tímida.
Y eventualmente se dió cuenta de que eras un hallazgo exquisito, el más grande de todos, una cosita perfecta creada sólo para que él la destruyera; un humano tan tímido con moral pura y deseos reprimidos. Eras demasiado buena para ser verdad. Hecha a mano única y exclusivamente para él.
Y por eso Jungkook decidió esperar. Se contuvo durante mucho tiempo, observándote de cerca, aprendiendo todo lo que podía de ti y pensando en cómo procedería con sus diabólicos planes antes de, finalmente, decidir que era hora de presentarse ante ti. La parte más desagradable de todo este proceso, independientemente de la persona con la que estuviera tratando, dar una buena primera impresión siendo un demonio a menudo no iba tan bien como cualquiera esperaría.
Sí, gritaste, maldijiste y lloraste desde el primer momento en que estuvo frente a ti en su forma natural. Sí, te arrodillaste en una esquina y rezaste durante dos horas seguidas con el rosario de tu abuela en manos. Sí, incluso trajiste a un sacerdote para exorcizar todo el lugar, sólo logrando que el demonio sintiera un poco de náuseas durante unos tres días, pero Jungkook realmente pensó que todo el calvario fue lo suficientemente bien a lo que esperaba. Él había tenido peores experiencias en el pasado y sabía que después de un tiempo, eventualmente te adaptarías a su presencia. Y tal como esperaba, fuiste lo suficientemente pura como para intentar verle algún tipo de salvación. Fue casi lindo.
Parecía como si de alguna forma pensaras que Jungkook era una especie de prueba religiosa, tal vez un alma perdida en busca de orientación. Fuera lo que fuera, le abrió una puerta para que se instalara dentro de tu casa en una base de cautelosa confianza en la que podía pararse sin peligro alguno.
Para ser justos, él tuvo la culpa de eso ya que instigó un poco ese proceso. Jungkook a lo largo de todos los siglos que llevaba habitando en la tierra había aprendido que a veces una ofrenda de paz era suficiente para hacer que alguien creyera en él, y no dudó en aprovechar eso contigo. Él sabía que sólo necesitabas un pequeño empujón.
— Me iré si es lo que quieres, cariño.
Te había dicho durante una noche particularmente tormentosa, apoyado contra la encimera de la cocina con total indiferencia. Un vaso de vidrio se había esparcido por todas las baldosas de madera después de que él te sorprendiera con su materialización aleatoria, y estabas demasiado asustada para pasar por encima del vidrio roto y correr a encerrarte en tu habitación.
— Pero hablemos un rato. Soy un demonio, pero no soy malvado. No estoy aquí para robarte el alma o algo así.
Lo cual era completamente falso, sobretodo lo de la parte del alma, esa no era su especialidad, pero dudaba que siquiera te importara ya que a los humanos les encantaba escuchar bonitas mentiras para poder consolarse con ellas. Querías ver algo de bondad en él, eso era todo lo que necesitabas para poder encontrarle sentido a toda la situación y al por qué estaba ahí contigo, y una solicitud de tu consentimiento parecía ser suficiente.
Además, Jungkook no era un tonto cuando se trataba de sus ventajas demoníacas: sabía lo que era, sabía que su imagen cambiaba constantemente, reflejando a la pareja ideal de uno. No sabía qué rostro veías ni la voz que oías, pero sabía perfectamente que era tentador, demasiado, sabía que te enamorarías de él y de su imagen. Después de todo, él fue creado para eso, para ser moldeado según los deseos más íntimos de las personas, y vaya que le funcionaba bastante bien.
Así que no se sorprendió cuando aceptaste unirte a él en un diálogo inofensivo, una pequeña charla tonta no podría ser un problema, ¿verdad? No era como si fueras a vender tu alma por un saco de papas fritas por error o algo así, ¿verdad?
Y de hecho, la pequeña plática había estado bien. Bueno, más o menos.
Incluso si todavía desconfiabas de Jungkook y sus travesuras demoníacas, porque como si hubiera sido por arte de magia; te habías olvidado de ese pequeño detalle tan importante e inhumano, gradualmente le permitías entrar en tu vida cada vez más, abriendo la brecha en tu mente y dándole paso libre a que comenzara a hacer lo que quisiera contigo.
Llegó un punto en el que básicamente estaba conviviendo contigo, apareciendo en el momento más aleatorio del día para molestarte durante una reunión de trabajo o soltando burlones comentarios sobre los horribles chicos que veías todos los sábados por la noche. Jungkook se fue convirtiendo en una agradable conversación durante el desayuno y una sesión de chismes a altas horas de la noche después de haber pasado todo el día espiando a tus ruidosos vecinos. Fue divertido. Él era amable. Parecía que le importaba, como si estuviera tratando de hacer su presencia mucho mejor a como fue al principio.
Gran error; empezaste a confiar en él y a quererlo allí contigo. Y eso le permitió moverse hacia las partes más… interesantes de su plan.
Los sueños eróticos y las fantasías sexuales que Jungkook ponía en tu mente muy a menudo eran demasiado, te despertaban con una gran mancha de humedad en tus bragas y un dolor insoportable entre las piernas.
Gimoteaste mientras dormías y buscaste a tientas en la cama algo con lo que calmar tu calor hasta que finalmente te despertabas sin aliento, tirando de las sábanas mientras tratabas de ignorar esos impulsos carnales. Las imágenes eran tan vívidas, los toques aún perduraban en tu piel y el placer de los actos con los que habías soñado aún florecía dentro de tu abdomen y era increíblemente difícil dejarlo ir. La idea de hundir tu mano debajo de tu ropa interior y lidiar con esa frustración acumulada se volvió cada vez más tentadora cada noche.
Pero no. No podías permitirte hacerlo. No sabiendo que era Jungkook el único causante de todo esto.
Durante los primeros días te las arreglaste para ignorarlo y seguir adelante con tu rutina y tratar de eliminar todas esas sensaciones e imágenes en los rincones más oscuros de tu mente para no tener que pensar más en ellas. Sin embargo, se hizo cada vez más difícil dejarlos ir y, en contra de todas las fibras de tu moral, eventualmente todas las noches te encontrabas con ganas de querer quedarte dormida solo para poder experimentar ese placer abrumador de nuevo, aunque solo fuera en tus sueños.
Lo dejaste a un lado todo lo que pudiste, hasta que simplemente fue demasiado. El deseo te consumió por completo hasta que no quedaba nada para mantenerlo unido. Y finalmente cediste.
Fue algo magnífico, ver cómo esas primeras grietas en tu inocencia se iban formando. La vergüenza que impregnó tus rasgos cuando finalmente te diste cuenta de que estabas demasiado caliente para pensar correctamente, el aleteo de tus pestañas cuando dejaste que tus dedos jugaran con tu clítoris como si estuvieras descubriendo tu placer por primera vez.
Noche tras noche, Jungkook se escondía en las sombras de tu habitación y te veía llorar y gemir mientras te masturbabas de una forma tan hermosa que nunca antes había visto, con tu mano viajando hacia tu boca cada vez que te atrevías a hacer un sonido fuerte; era como si temieras que alguno de tus vecinos pudiera escucharte jugando contigo misma, como si no quisieras que la gente supiera que estabas haciendo algo tan sucio. Casi parecías culpable, Jungkook notó como tu entrecejo estaba fruncido y tus bonitos ojos estaban cubiertos por un fino velo de lágrimas, y le encantó, quería llevar esa imagen tuya en tu punto de placer por toda la eternidad.
Tu agonizante autocomplacencia hizo que cada jodido segundo que había esperado valiera la pena.
Pero en el momento en que bajabas de tu euforia, incluso a veces después de que te permitias tu segundo o tercer orgasmo consecutivo, todo se había ido, y él siempre se quedaba con un hambre aún más fuerte por tenerte.
Sin embargo, Jungkook fue paciente.
Quería verte romperte por completo antes de poder probar tu sabor; quería que le suplicaras que te tocara en lugar de que él te pidiera permiso. Así que siguió adelante con su pequeño juego: si todo salía como debía, serías tú quien suplicaría más al final, hundiéndote en tu propia perdición sin siquiera darte cuenta del lío que estabas creando.
Y por supuesto que todo sucedió como él quería.
Te tomó algunas semanas más reunir el valor para enfrentarte a él, pero llegaste a un punto en el que simplemente no pudiste reprimirlo más.
— Sé lo que estás haciendo.— Le dijiste con severidad, entrando en la sala de estar con los brazos cruzados sobre tu pecho y con la respiración acelerada.
Era una brillante mañana de verano y los pájaros cantaban afuera, la dorada luz del sol se detuvo repentinamente cuando encontraste la figura oscura y melancólica en tu apartamento. Entonces, solo estaban las sombras de su presencia y el nefasto brillo anaranjado en sus ojos. Siempre se veía así, como si estuviera viviendo en una dimensión propia, eligiendo ser afectado por (o afectar) el mundo material o no. Jungkook realmente era un ser de otro mundo, tan peligrosamente cerca de un ángel pero tan lejos de serlo.
El demonio sólo tarareó ante tus palabras, tirado en tu sofá como si se lo debiera. Llevaba una bata de satén roja esa mañana, abierta hasta por encima de su abdomen; dejando a la vista la piel caramelo de su pecho musculoso, y juraste que tu mente se quedó en blanco por un segundo.
— ¿Haciendo qué, cariño? — Jungkook respondió con los ojos enfocados en el libro que tenía en la mano acerca de una extraña teoría humana sobre la sexualidad que le pareció increíblemente divertida.— Tienes que ser más específica, hago muchas cosas en mi tiempo libre.
Suspiraste profundamente, claramente molesta y Jungkook pensó que olías particularmente delicioso ésta mañana, notó rastros de tu humedad aún adheridos a tu ropa interior, y tuvo que reprimir un gruñido de su garganta; actuar sin ser afectado a veces le era realmente difícil.
— Sabes de lo que estoy hablando.— Dijiste sin titubeos, Jungkook adoraba lo directa que te habías vuelto, evitando esas oraciones tartamudeantes que solías lanzar en su camino. Después de todo, estabas acostumbrada a él. Había hecho un gran trabajo derribando tus defensas.— Estás poniendo estos... pensamientos en mi cabeza. Y haciéndome soñar cosas…
Directo, pensó, pero todavía eras incapaz de hablar abiertamente sobre temas tan lascivos. Después de todo, todo lo que había logrado había sido un proceso gradual.
Jungkook enarcó una ceja, pero no apartó la mirada de la página del libro; ese hombre, Freud, era muy gracioso.— ¿Qué pensamientos, cariño?
Pusiste los ojos en blanco ante su actitud, pero el calor en tus mejillas delataba tu vergüenza. Jungkook sabía que no lo dirías, solo quería verte luchar con la simple idea de hacerlo.
— Ya sabes cuáles, Jungkook.— Otra respiración pesada te dejó y de repente estabas perdiendo la calma.— Lo estás haciendo a propósito.
— A lo mejor sí lo estoy haciendo.— Jungkook levantó la mirada del libro y te miró fijamente, tus hombros cayeron y todo el vigor abandonó tu cuerpo una vez que lo miraste a los ojos.
Era su apariencia, su aura, la chispa amenazante en su mirada crepuscular: todo te golpeó de una vez, en una solicitud silenciosa para que fueras un buen humano y revisaras tu postura a su alrededor.
— O tal vez es sólo tu asquerosa mente actuando, bebé. No puedes culparme por lo que tu cuerpo quiere.
Y, cuando su mirada volvió al libro, te diste cuenta de que la conversación, por muy breve que haya sido, ya había terminado.
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Lo curioso de toda la situación en la que estabas envuelta fue que nunca le pediste a Jungkook que se detuviera. Y te diste cuenta de que era porque una parte retorcida dentro de ti en realidad lo estaba disfrutando; todas esas bromas, esos sueños vulgares, la frustración sexual que te inundaba cuando bajabas del orgasmo.
Cuanto más jugabas contigo misma, más llegabas a admitir que no era suficiente; siempre te sentías vacía, agitada, tratando de encontrar algo que no podías alcanzar sola.
Nunca era suficiente. Era como si estuvieras en un borde infernal y perpetuo que te empujaba hacia las paredes de lo impuro.
Y para empeorar las cosas, sabías a ciencia cierta que podías expulsar a Jungkook en cualquier momento y poner fin a toda esta tortura, lo habías investigado y el mismo Jungkook lo había confirmado. Los demonios no podían quedarse por mucho tiempo si el humano no consentía su presencia, pero había algo en ti que realmente lo quería allí.
Querías que su calidez te rodeara, querías que su voz melosa y profunda te dijera todo lo que querías escuchar. Era una presencia embriagadora, un suave zumbido en el fondo de tu mente, sentías el deseo de que te abrazara, de que te tocara, de que te hiciera suya aún si eso estaba moralmente mal.
Jungkook te había arruinado de tal manera que, incluso si le pedías que se fuera, sabías que la mancha que había dejado se quedaría por mucho más tiempo dentro de ti.
Era aterrador ver a un demonio como pareja sexual, pero, ¿cómo no verlo así? Jungkook era la criatura más atractiva que alguna vez pudiste llegar a imaginar, todo lo que hacía, cada pequeño movimiento o parpadeo de su mirada, era tan sexual que casi te hacía jadear ante su sola presencia.
Se burló de ti: te susurró al oído y te abrazó por la espalda; acarició tu rostro y recorrió con sus ojos oscuros todo tu cuerpo, y solo podías pensar en lo deslumbrante y encantador que era; querías sentir sus suaves y bonitos labios sobre los tuyos, querías sentir sus grandes manos sobre tu piel, apretando tu cuerpo contra él y jugando contigo, querías tenerlo dentro de ti; llenándote hasta el fondo, querías recostarte y dejar que él hiciera todo lo que quisiera contigo.
La idea de hacer todo eso con un demonio, independientemente de lo amable que fuera contigo, era absolutamente una locura, lo sabías, pero simplemente no estabas pensando con claridad a este punto.
Sólo podías pensar en él — Jungkook, Jungkook, Jungkook — y sabías que tus propios deseos no fueron plantados por él. El demonio simplemente había instigado algo que ya existía dentro de ti, una pequeña llama a la que él le arrojó gasolina, y ahora estabas mirando cómo incendiaba toda tu mente.
Lo querías. Y tenías que tenerlo.
Así que lo hiciste.
Esas noches vívidas y de pensamientos lujuriosos alcanzaron un nivel de incomodidad que; después de despertarte de otro sueño húmedo, llamaste a Jungkook como si fuera tu segunda naturaleza, rogándole que hiciera algo, cualquier cosa para liberarte de este deseo que te estaba inundando el cuerpo. Y para tu deleite, el demonio apareció con la misma rapidez, dejándote ver un hermoso y diabólico destello de lujuria brillando en el fondo de su mirada y a través de su sonrisita burlona.
— Cosita bonita…— Se había murmurado para sí mismo, de pie junto a tu cama. Estabas sentada en el borde, mirándolo como si fuera tu propia versión de la salvación, pero en ese momento, ya no te importaba lo que era ni la intención oculta que pudiera tener. Todo lo que sabías era que te volverías loca si él no te ayudaba a lidiar con el deseo que había instigado en ti.— ¿Te pusiste caliente y ahora necesitas mi ayuda con eso?
— Sí…— Dijiste con el pecho agitado. Las escenas de tu sueño indecente aún estaban vivas en tu mente, el fantasma de tu placer aún seguía nadando dentro de tu piel. Había una sensación húmeda y pegajosa entre tus piernas que odiabas y adorabas al mismo tiempo haciéndote pedazos junto al hormigueo de la anticipación llenando tu núcleo.— No sé lo que me estás haciendo, pero... ya no me importa. Ayúdame, Jungkook, por favor…
Él sonrió y su cabello negro cayó sobre sus ojos, haciéndolo lucir mucho más encantador, el calor de su palma se encontró con tu muslo desnudo haciéndote temblar, todo se intensificaba cuando Jungkook estaba contigo, cada toque era el cielo y el infierno al mismo tiempo.
— Qué humana tan sucia…— Murmuró por lo bajo comenzando a deslizar su mano hacia arriba por todo lo largo de tu pierna; mimando tu piel con calma y acercándose peligrosamente a tu entrepierna solo para comenzar a frotar su dedo índice por la mitad de tu entrada; ejerciendo una presión especial sobre tu clítoris vestido haciéndote ahogar un gemido, y como era de esperarse, sus dedos se sentían mucho mejor que los tuyos.— ¿Quieres que juegue con tu coño, cariño? ¿Quieres que te haga sentir bien?
No podías asentir con la cabeza lo suficientemente rápido, todas las inhibiciones que alguna vez llegaste a sentir antes de que Jungkook apareciera en tu vida se hicieron a un lado sin pudor alguno.
Te sentiste extraña haciéndolo; nunca habías estado tan desesperada sexualmente en tu vida, y no sabías dónde terminaba su influencia y dónde comenzaban tus propios impulsos. Quizás eras tan culpable como él, tan incapaz de luchar contra tus propias tentaciones.
— Necesito oírte decirlo.— Jungkook murmuró apartando el encaje de tus pantalones cortos de pijama lentamente, disfrutando con el sonido de tu laboriosa respiración. Podía oler tu excitación explotando a su alrededor e inundando toda la habitación; era ese olor dulce y tan adictivo que lo estaba haciendo perder la cabeza, y ya podía sentir su miembro endureciéndose dentro de sus pantalones de una forma tan dolorosa.— No puedo hacer nada a menos que me lo digas.
Tragaste saliva, ahogándote con sus propias palabras por un segundo. No podías creer que estuvieras a punto de pedirle eso, y la simple idea hacía que tus mejillas ardieran.
— Quiero... quiero que juegues con mi coño…— Las palabras salieron en un lío tembloroso de tu boca, cayendo una encima de la otra de una forma arrítmica. Si era por lujuria o vergüenza, no se podría decir.— Quiero que hagas que me corra, por favor. No puedo soportarlo más, no puedo hacerlo yo sola….
Pensaste que tal vez si él te ayudaba, tal vez todo se detendría, esas intensas oleadas de hambre, ese deseo insaciable dentro de tu pecho. Quizás eso era todo lo que necesitaba de ti. Y luego todo volvería a la normalidad.
Incluso si no estabas segura de que realmente querías que eso sucediera.
Jungkook era consciente del hecho de que nunca antes te habían practicado un buen sexo oral (cortesía de tu única y terrible pareja sexual en el pasado), así que uso eso a su favor, como todo lo que había hecho para que terminaras en esta situación, rogando por él.
Fue realmente una tortura ver la forma en la que Jungkook se estaba tomando todo el tiempo del mundo antes de darte lo que tanto querías, era como si estuviera disfrutando con tu desesperación e impaciencia, y cuando por fin lo viste hacerse espacio entre tus piernas y a su aliento caliente acariciar la piel tan sensible de tu entrepierna dejaste escapar un suspiro tembloroso mientras tus caderas se elevaban en busca de él haciéndolo reír. Hubo un momento de silencio que fue cortado por un agudo gemido que brotó de tus labios en cuando sentiste a Jungkook deslizar su lengua por tus húmedos pliegues, comenzando a lamer y chupar todo de ti.
Internamente agradecías el hecho de fuera Jungkook el primero que te estuviera dando este tipo de placer, porque joder que lo hacía tan bien, Jungkook se sentía tan bien, sus labios devorándote por completo se sentían tan bien, su lengua tan caliente y pecaminosa deslizándose y recogiendo todo de tu sabor para probarlo y degustarse con él se sentía tan bien, y los audibles y guturales gruñidos que dejaba escapar contra tu piel sensible se sentían mucho mejor, era como si todo en él gritara lujuria y placer, y cuando menos te diste cuenta, tus manos ya se encontraban enredándose en su cabello negro para aferrarlo más contra ti mientras tus caderas se elevaban contra su boca, rogándole más, mucho más, y esa acción pareció encantarle, ya que un gruñido dejó su boca antes de que su lengua volviera a jugar con tu clítoris, dándole toda la atención que se merecía; haciéndote gemir y temblar entre sus manos.
Tal vez había sido todo el deseo acumulado que había dentro de ti por tanto tiempo, o tal vez fueron los bonitos labios y la caliente lengua de Jungkook trabajando sobre ti, pero fue increíblemente vergonzoso lo rápido que llegaste a tu orgasmo, fue como si tu clímax te hubiera destruido por completo y el placer duplicado que inundó tu cuerpo fue tan grande que te hizo olvidar quién eras por un momento, con el cuerpo temblando y tus manos aún hundidas en su cabello como si estuvieras a punto de morir mientras te corrías sobre su lengua; como si estuvieras hecha para eso, tan bonita y avergonzada que Jungkook pensó que se iba a olvidar de su autocontrol.
— Que humana tan perfecta...— Te felicitó mientras bajabas de tu orgasmo tratando de regular tu errática respiración, su vista estaba clavada en tu entrepierna; demasiado perdido en la forma en la que tu humedad se escurría entre tus muslos antes de que dos de sus dedos se presionaran contra tu entrada al mismo tiempo que se relamía los labios, su cabello revuelto le daban el toque final de erotismo a toda su aura, sus ojos entrecerrados te miraban como si fueras la cosa más sexista que jamás hubiera visto antes de volver a murmurar.— Hecha para ser jodida por mi.
— ¡J-Jungkook! — Gritaste cuando sus dedos entraron en ti comenzado a estirar tu interior de a poco, el ardor hizo que pequeñas lágrimas se acumularan en las comisuras de tus ojos, y cuando menos te diste cuenta; su boca ya estaba de vuelta en tu clítoris sensible e hinchado antes de que pudieras protestar, haciendo que tu espalda se arqueara fuera de la cama.— Es demasiado…
Pero él no respondió, solo te miró fijamente con esos penetrantes ojos negros mientras su lengua se deslizaba por todo lo largo de tu coño chupando con la fuerza necesaria tu clítoris; desafiándote silenciosamente a que te corrieras una vez más para él. Después de todo, tú lo habías pedido, así que él se complació en dártelo.
Y cuando no trataste de alejarlo, supo que te había conquistado.
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No pasó mucho tiempo hasta que Jungkook te estaba complaciendo en cada oportunidad que tenía. Estaba enterrándose entre tus muslos y prácticamente rasgando tus bragas mientras contestabas alguna llamada en tu teléfono; lamiéndote y tocándote hasta que te corrías para él.
Hizo que llegaras a tu orgasmo con solo montar su muslo, te hizo tocarte y bordear tu coño hasta que estabas pidiendo desesperadamente alivio. Prácticamente te había convertido en su pequeña zorra codiciosa más rápido de lo que pudieras entender, podía hacer que le abrieras las piernas con sólo un chasquido de sus dedos y le encantaba mirarte mientras le suplicabas que te tocara más fuerte, más profundo, tal como a él le gustaba.
Una y otra vez, te pedía permiso y, cada vez, tú le decías que sí, un acuerdo nervioso y avergonzado que hacía que su polla palpitara de deseo. Pero justo cuando te hacia correrte y estabas pidiendo más de él, queriendo sentirlo dentro de ti con su polla abriéndote como sabías que lo haría, él se iba, dejándote incluso más frustrada que antes.
A Jungkook le gustaba jugar con su comida, y esa era la razón por la que se estaba tomando su tiempo antes de follarte como es debido. Estaba bromeando, por supuesto. Y estaba funcionando, por supuesto.
Estabas tan cerca de tu punto de ruptura y pasabas tus días casi completamente consumido por el pensamiento de él: su abrumadora belleza, sus caricias, la forma en que se zambullía en tu coño con tanta hambre que parecía que lo disfrutaba incluso más que tú. Incluso cuando te ibas a dormir, estabas plagado de sueños sobre él, algunos tan vívidos que estabas segura de que eran reales; soñando con Jungkook gimiendo contra tu oído y casi pudiendo sentir como la punta de su pene se presionaba contra tus pliegues empapados, con sus dedos frotando tu clítoris sólo como él sabía hacerlo y a su boca chupando tus pezones endurecidos hasta que la necesidad de liberarte te despertaba.
Y sin embargo, incluso en tus sueños, nunca te folló. Era realmente cruel cuando quería serlo, y eso te estaba volviendo loca.
— Jungkook…— Llamaste su nombre una tarde, cuando ese pensamiento te estaba atormentando una vez más, y él apareció justo después, envuelto en un traje oscuro y con el cabello recogido en una pequeña coleta. Realmente era el pecado encarnado.— ¿Puedo preguntarte algo?
— Lo que sea, cariño.— Respondió acercándose a ti para darte un beso en los labios, e instantáneamente te derretiste.— ¿Qué ocurre?
Tragaste en seco, la chispa inicial de tu coraje se desvaneció. No podías mantener tu postura por mucho tiempo cuando estabas bajo su mirada de esa manera, sus seductores iris negros mirando lujuriosamente tus labios te desconcentraban de tu propósito.
— Yo mmh, quería saber por qué nunca... me acompañas hasta el final cuando te lo pido.
Y Jungkook sonrió diabólicamente ante tus palabras.
— Cariño, no creo que estés lista para que yo haga eso todavía.— Respondió y su pulgar rozó tu labio inferior, el familiar estremecimiento recorrió todo tu cuerpo ante ese simple y sutil toque.— Sin embargo, apuesto a que ésta bonita boca se sentiría increíble alrededor de mi polla. Si quieres hacer eso.
Cada vez, sin falta, tus mejillas se calentaban y tus ojos se ensanchaban ante el sonido de sus palabras obscenas. Jungkook las usaba con tanta facilidad, como si las hubiera creado él mismo, y no podías acostumbrarte a lo tentadoras que sonaban cuando salían de su hermosa boca. Pero sólo había un problema con lo que te ofreció.
— Yo... no sé cómo hacer eso.— Admitiste completamente avergonzada y tratando de evitar su lujuriosa mirada de ti.— Yo nunca... simplemente no hubo…
Y Jungkook sintió su respiración atascarse en su garganta, podría haberse corrido justo en ese mismo momento: abrumado por la inexperiencia dulce e inmaculada que nunca te había abandonado por completo. Fue tan entrañable, pensó, la forma en que le rogaste que te follara al mismo tiempo que admitías que no sabías cómo hacer un oral. Realmente fuiste impecable. Y él mejor que nadie sabía que nunca volvería a encontrarse con nadie como tú.
— Me dijiste que no eras virgen.— Jungkook dijo, por supuesto, él lo sabía con certeza, eso era algo que los de su clase nunca se perderían. Sólo quería escucharte decirlo.
— No lo soy.— Tus ojos se dispararon para encontrarse con los suyos. Jungkook todavía tenía deseo nadando dentro de su mirada, sus dientes mordisqueando su labio inferior como si estuviera considerando qué hacer contigo.— Tuve… sexo antes. Una vez. Simplemente no tuve la oportunidad de... ya sabes.
— ¿Chupar una polla? — Completó, disfrutando cada gramo de tu timidez. Incluso después de todo lo que había pasado, seguías siendo tan pura, tan incómoda para explorar tu propia sexualidad. Y Jungkook quería derribar esos muros.— No hay razón para preocuparse, querida. Te puedo enseñar si quieres.
— ¿Tú puedes?
Jungkook sonrió, colocando un mechón de tu cabello detrás tu oreja. Su simple toque te mareaba por completo y su voz ronca te envolvía como una cálida manta tu alma ansiosa.
— Haré lo que quieras que haga.— Ronroneó con su voz melosa y cubierta de deseo.— Todo lo que tienes que hacer es pedirlo, cariño.
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La primera vez que viste su pene, jadeaste tan fuerte de la sorpresa que Jungkook se echó a reír.
Habría estado mintiendo si hubiera dicho que no le encantó tu reacción, disfrutó demasiado con el asombro en tu mirada mientras observabas su tamaño y todos los detalles sobre él: la punta de su pene enrojecida y goteando para ti, la vena que se erguía hermosamente contra su piel lo hacía ver incluso mucho más imponente de lo que ya era.
Jungkook tenía longitud y grosor, una combinación peligrosa que te dejaba en algún lugar entre la emoción y la preocupación cuando pensabas en llevarlo dentro de ti.
— Vamos, cariño, no seas tímida.— Jungkook te animó elevando una de sus manos y llevándola a la parte posterior de tu cabeza; sujetando los mechones de tu cabello y el tirón que te dio no fue fuerte de ninguna manera, pero sí lo suficiente para que tu boca se acercara a su miembro erguido en lo alto.— Dale una lamida, quiero sentir tu lengua alrededor.
Tragaste saliva ligeramente nerviosa, tus dedos se envolvieron alrededor de la base de su pene para darle apoyo, y te sorprendiste aún más con la forma en la que tu mano lucía absurdamente pequeña contra su gorda polla. Pero aún así, hiciste lo que te pidió; tu lengua salió suave y plana contra su punta, comenzando a trazar pequeños círculos de saliva en su glande.
— Buena chica…— Jungkook elogió con un profundo suspiro, relajando su posición sobre la cama.— ¿Puedes llevártelo a la boca, bebé?
—No lo sé…— Murmuraste contra la punta húmeda.— Es tan grande…
Jungkook se rió entre dientes ante tus palabras, su mano bajando por tu rostro para poder acariciar tu mejilla.— Empecemos despacio, ¿de acuerdo? Puedes parar cuando quieras.
Y tú asentiste con la cabeza sintiendo como el calor se extendía por tus mejillas. A Jungkook le gustaba demasiado la vista que tenía de tus bonitos labios tomando todo de su grosor; siguiendo tus movimientos incómodos mientras agarrabas su base con más fuerza y te inclinabas sobre él antes de que tu boca se envolviera en la punta para darle una ligera succión.
Jungkook suspiró de nuevo ante la sensación, pero estaba más entretenido viéndote luchar con su tamaño mientras tu mandíbula se movía para acomodar su grosor dentro de tu boca. Era un espectáculo tan pecaminoso y estaba empezando a perderse en tu expresión concentrada cuando decidiste hundirlo un poco más y chuparlo más fuerte.
— Muévete hacia arriba y hacia abajo para mí.— Te ordenó e hiciste lo que dijo, luchando contra el ardor en tu boca mientras lo llevabas más profundo gradualmente, sólo un poco más cada vez que bajabas la cabeza.— Usa tu mano también, bebé, hazme sentir bien…
Gimoteaste alrededor de su polla cuando tu mano comenzó a acariciar su base, cubriendo las partes de él que tu boca no podía alcanzar, moviendo tu cabeza hacia arriba hasta que sólo la punta estaba en tu boca antes de volver a tomar todo de él, con los bombeos de tu mano a la par de cada nueva succión. Jungkook te enseñó lo fuerte que tenías que chuparlo, lo rápido que le gustaba y lo mucho que amaba cuando gemías alrededor de su dura longitud. La pegajosa humedad entre tus piernas era cada vez más insoportable y solo aumentaba entre cada gutural gemido que brotaba de sus labios combinados con algunas maldiciones en nombre del placer que estaba sintiendo.
— ¿Puedo follarme tu boquita, bebé? — Preguntó y tú lo miraste desde abajo, la vista de Jungkook estaba enfocada en ti, mirando tus ojitos llorosos mientras asentías sumisamente a su alrededor y sonrió diabólicamente.— Buena niña.
Hace unos meses, ni siquiera hubieras aceptado la simple idea. Pero ahora, Jungkook te había convertido por completo en un desastre caliente y débil a sus encantos, en alguien que haría cualquier cosa que él te pidiera, y amabas cada segundo de esto.
Jungkook estaba orgulloso de su trabajo. Había sido uno de los mejores.
— Quiero que relajes tu garganta, bebé…— Te dijo mientras sus manos se movían hacia la parte de atrás de tu cabeza, dándole un tirón fuerte y experimental a tu cabello que te gustó más de lo que esperabas e hiciste todo lo posible por hacer lo que te pidió, colocando las palmas de tus manos contra sus fuertes y gruesos muslos para intentar prepararte. Nadie te había hecho esto antes y no sabías qué esperar.— Tu boca se ve tan bonita llena de mi polla. No puedo esperar para llenarla con mi semen.
Jungkook gruñó y tus piernas se debilitaron con sus palabras, un pequeño gemido vibró alrededor de su polla cuando elevó sus caderas hacia ti, llevándose más profundamente dentro de tu boca; tus ojos se cerraron ante la sensación de su punta rozando con dureza tu lengua. Jungkook no tardó ni dudó en establecer un ritmo; empujando hacia arriba dentro de tu boca mientras luchabas por mantenerte abierta para él, tu mandíbula dolía con la posición en la que estabas y no fue hasta que lo sentiste golpeando la parte posterior de tu garganta que te ahogaste con su tamaño y tus ojos se llenaron de lágrimas mientras lo escuchabas gemir sobre ti.
— Mierda…— Maldijo, cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás. Jungkook era una imagen de perdición en la que fácilmente podías perderte, la forma en que se mordió el labio mientras te follaba la boca haciendo que tu coño se mojara aún más de pura necesidad. Te encantaba la sensación de que él te estaba utilizando, como si fueras una simple herramienta para su propio placer.— Ah, sabía que lo podías tomar. Nunca me decepcionaste.
Tu frágil sollozo salió amortiguado alrededor de su miembro, las vibraciones de tu voz hicieron que Jungkook te follara la boca más rápido y más fuerte. Cada vez que golpeaba la parte posterior de tu garganta, te ahogabas y tus uñas se clavaban en sus muslos, pudiendo sentir como tu coño se apretaba alrededor de la nada, imaginando cómo se sentiría tenerlo dentro de ti. También sabías que él podía sentir lo caliente y necesitada que estabas, podía oler tu excitación a millas de distancia, y la idea te hacía gemir.
— Eres una humana tan sucia…— Jungkook habló viendo como una lágrima corría por tu mejilla; le encantaba lo desordenada que te veías, tan desesperada con su polla metida en tu boca.— Eras tan inocente cuando te conocí, y ahora…— Agregó en medio de un audible gruñido.— Ahora mírate; llorando alrededor de mi polla, como una buena puta.
Cerró los ojos de golpe y gimió, con su cuerpo completamente dominado por la lujuria y por la sensación de la calidez y humedad de tu boca cubriéndolo por completo. El dolor en tu mandíbula ya no te molestaba; de hecho, te gustaba que Jungkook superara tus límites, haciéndote olvidar de tu propia incomodidad para poder darle más placer.
— Me voy a correr…— Advirtió y su voz salió ronca y firme, enviando escalofríos por tu columna vertebral, sintiendo su pene palpitar dentro de tu boca; llenando tus papilas gustativas con el gusto salado del líquido preseminal.— Y serás una buena niña y te tragarás todo.
No necesitó pedirlo dos veces porque no pensaste que hubiera algo más que quisieras hacer. Jungkook te folló la boca por unos segundos más con sus embestidas volviéndose erráticas, antes de que la punta hinchada chocara contra la parte posterior de tu garganta y se corriera con una fuerte maldición brotando de sus bonitos labios acompañada de un tirón en tu cabello que hizo que tu cuero cabelludo picara.
Gimoteaste mientras hacías todo lo posible por tragar las espesas olas de semen con su mano manteniéndote firmemente en su lugar mientras lo hacías. Jungkook no pudo maravillarse más con la sensación de tu garganta apretándose a su alrededor mientras tu lengua se movía para poder limpiarle la polla.
— Eso es…— Siseó un poco moviendo su pelvis de forma lenta.— Trágatelo todo.
Jungkook llegó en una cantidad sorprendente y, sin embargo, te las arreglaste para tomar todo de él, y cuando estuvo satisfecho soltó tu cabello y jadeaste por aire mientras te movías hacia arriba separándote de a poco de su pene aún duro y un visible hilo de saliva colgó de tus labios; conectando tu boca con su punta.
— Tan jodidamente bonita…— Dijo con ternura acariciando tu cabello, y no pudiste descifrar su expresión, pero de todos modos te emborrachaste con sus elogios.— Hiciste un gran trabajo. Ahora ven aquí.
Hiciste lo que te pidió, arrastrándote más cerca de él hasta subir a la cama y recostarte a su lado, rápidamente Jungkook se colocó encima de ti y su mano viajó por tu cuerpo hasta encontrarse con tu cuello; atrayéndote en un beso tan caliente y sensual que te dejó buscando aire; en medio de ese beso sentiste como su rodilla se movía entre tus piernas separándolas y abriéndote para él.
Su otra mano se movió hacia abajo para envolver tu coño y el demonio tarareó de placer una vez que sus dedos se encontraron con tus pliegues empapados, y sin querer perder mucho tiempo; dos de sus dedos se sumergieron dentro de tu calor, comenzando a estirar tu interior de a poco, tu espalda se arqueó ante la sensación y un gemido necesitado salió de tus labios mientras él comenzaba a bombear dentro y fuera de ti, llenando el dormitorio con los sonidos de tu humedad mezclados con tus suaves gemidos.
Jungkook se rió entre dientes cuando se apartó, sus rosados labios estaban hinchados y se inclinó para volver a atacar los tuyos.— Mírate…— Murmuró estableciendo un ritmo deliciosamente lento dentro y fuera de tu coño.— ¿Te mojaste así con solo chuparme la polla, bebé?
Tu asentiste con la cabeza ante su pregunta.— Me gusta hacer que te sientas bien.
Y Jungkook no pudo evitar sonreír ante tus palabras tan dóciles.
— Que linda.— Se inclinó y te dió un húmedo y casto beso en los labios, el movimiento fue extrañamente suave en comparación con la forma en que se cernía sobre ti, con su presencia casi amenazante cuando se encontraba con tu mirada.— ¿Quieres tener mi polla de nuevo, bebé? Las niñas buenas merecen recompensas.
Casi no podías creer sus palabras, una mezcla de euforia y lujuria se apoderó de ti al escucharlo. Tenerlo dentro de ti era todo lo que deseabas, y no podías aceptar lo suficientemente rápido.
— Sí, por favor…— Te quejaste, casi ahogándote con tus propias palabras mientras él agregaba un tercer dedo; abriéndote y preparándote para él, tu abdomen se apretó ante la idea de su gran polla entrando y saliendo de ti, con la idea de su semen llenándote mientras seguía follándote a través de su orgasmo. Nunca habías necesitado tanto a alguien.— Por favor, úsame. Quiero tanto sentirte…
Y la expresión entretenida en su rostro no vaciló, depositó otro nuevo beso en tus labios y te quitó los dedos.— Siempre tan educada.— Murmuró por lo bajo empujando tu espalda contra el colchón y atrapando tus muñecas con su mano, entrelazándolas justo encima de tu cabeza.— Me encanta cuando me ruegas.
— Pero nunca me das lo que quiero…— Hablaste en medio de un puchero y con las mejillas ardiendo.
— Esta noche lo haré.— Jungkook se rió entre dientes ante tus palabras mientras su otra mano se movía hacia abajo para bombear su pene. Estaba tan duro como antes, pero por supuesto, no esperabas que su cuerpo inmortal funcionara igual que cualquier otro humano, y la vista te hizo agua la boca.— ¿Quieres que te folle, bebé? — Preguntó con su voz ronca y arqueó las cejas, viendo como tragabas saliva y asentías desesperadamente, sus manos eran tan grandes, pero incluso parecían pequeñas al envolver su miembro, su pulgar llegaba a acariciar la punta rosada; cubriéndose con su humedad y los restos de tu saliva por todo lo largo.— Quiero que lo digas.
— Lo necesito tanto…— Dijiste, encontrando su mirada divertida puesta sobre ti.— Necesito tu polla dentro de mí, por favor Jungkook…
Los ojos de Jungkook brillaron con hambre y deseo mientras se relamía los labios. Te estabas volviendo una personita tan sucia, pensó, y aún así, seguías siendo tímida como antes.
— ¿Lo necesitas? — Repitió tus palabras inclinándose más cerca de ti y buscando alinearse correctamente con tu goteante entrada, y cuando habló de nuevo; sus palabras fueron una nube de calor contra tus labios entreabiertos.— ¿Me necesitas follando tu pequeño coño como una buena puta?
Jadeaste ante sus palabras tan sucias; buscando a tientas algún tipo de agarre en tus muñecas.— Sí, por favor, Jungkook, yo…
Tu oración se atascó en tu garganta cuando lo sentiste presionando la punta caliente de su pene contra tu entrada; provocándote lo suficiente como para que tus ojos se cerraran y que tu cuerpo se tensara con expectativa.
Sin embargo, a Jungkook le gustaba bromear.
— Relájate, bebé…— Murmuró alejándose un poco hacia atrás para apoyar su pene contra tu coño, comenzando a rodar sus caderas; haciéndote jadear cuando rozó intencionalmente tu clítoris y todo tu cuerpo se concentró en lo pesado y grueso que se sentía presionando contra ti.— Estás tan tensa.
Gemías con cada lento y provocativo movimiento de sus caderas contra ti, los sucios sonidos de su polla arrastrándose entre tus húmedos pliegues llenaban tus oídos y te hacían suspirar de pura frustración.— Por favor, mételo…— Suplicaste patéticamente y con los ojos nublados por el deseo.— No puedo soportarlo más…
Jungkook se rió entre dientes.— ¿Estás segura, bebé?
Y tu asentiste con la cabeza, más que necesitada y ansiosa por tenerlo dentro de ti.— Sí, joder, eso es todo lo que quiero…
— Todo lo que mi linda humana quiera…— Jungkook habló antes de tomar su pene por la base y alinear su punta contra tu entrada una vez más. Los dedos de tus pies se curvaron cuando él comenzó a deslizarse, el ardor que sentiste de su miembro grande y grueso abriendo tu interior gradualmente envió oleadas de dolor y placer al mismo tiempo.
Cerraste los ojos y tu cabeza cayó hacia atrás contra la almohada ante la deliciosa sensación.— Oh, joder, Jungkook…
— Shhh... eso es, despacio, bebé.— Jungkook susurró deslizándose lánguidamente dentro de ti, tomándose su dulce tiempo, disfrutando de la sensación de tu coño apretándose de forma imponente a su alrededor mientras entraba en tu interior y amando como se apretaba más a medida que avanzaba.— Sé que puedes tomarlo.
Intentaste apartar las manos de su agarre de nuevo, pero era en vano, Jungkook te sostenía con demasiada fuerza y prácticamente estabas a su merced.— Es mucho, Jungkook…— Te quejaste debajo de él sintiendo que todo tu cuerpo estaba en llamas. Nunca antes te habías sentido algo así, nunca pensaste que estarías tan llena.— Es demasiado grande…
— ¿Lo es, bebé? — Preguntó mientras se inclinaba sobre ti para darte un pequeño beso en los labios, suave, tranquilo. Todas las cosas que no era.— ¿Quieres que pare?
— No, por favor, no te detengas…— No dudaste, nunca lo hiciste con él.
Jungkook sonrió diabólicamente ante tu rápida respuesta. Realmente te había entrenado bien, te había convertido en su pequeña y obediente muñequita. Joder, el escucharte así hizo que su polla palpitara, dándose cuenta de que acababa de enseñarte cómo darle una buena mamada porque eras tan inocente que ni siquiera sabías cómo hacerlo y ahora te retorcías debajo de él, tratando de darle sentido a la sensación de su gran polla llenándote. Era demasiado perfecto.
— Mi linda bebé necesita tanto mi polla, ¿no es así? — Murmuró con su voz ronca empujando dentro de ti con tanta fuerza que te quedaste sin aliento, deteniéndose justo después para poder escuchar tus gemidos quejumbrosos saliendo de tus bonitos labios.— Mírate. Fuiste hecha para ser follada por mí.
— Es tan grande…— Balbuceaste sin sentido antes soltar un patético gemido cuando Jungkook comenzó a dar profundas embestidas dentro y fuera de ti, lentamente al principio; comenzando a establecer un ritmo conforme avanzaba. No pensaste que alguna vez serías capaz de experimentar este sentimiento con nadie más.— Se siente tan bien…
— Te encanta, ¿no es así? — Habló y se inclinó sobre ti; presionando su frente contra la tuya, su mano todavía sostenía con fuerza tus muñecas comenzando a perderse en el delicioso placer que sus cuerpos creaban, tus senos rebotaban cada vez que empujaba su polla dentro de ti con fuerza, haciendo que la vista de todo fuera aún más placentero.— Mi linda mortal fue hecha para tomar mi polla.
— S-Sí, por favor, no pares…— Gemiste de pura felicidad mientras las lágrimas corrían por tu rostro con la fuerza de sus embestidas. Ni siquiera podías pensar con claridad, tu mente era un desastre, demasiado intoxicada con la sensación de su miembro golpeando tu coño. Todas esas noches frustrantes, todos esos sueños eróticos que tuviste con Jungkook, nada podría compararse, y realmente pensaste que estabas arruinada para siempre.— Es tan bueno…
A Jungkook le encantaba verte llorar mientras estabas tan llena de su polla, esas lágrimas etéreas corriendo por tu rostro mientras sus embestidas se volvían más fuertes y duras dentro de ti. También le encantaba cómo se volvían tus gemidos cuando llegabas a ese punto: tan agudos y rotos, con tu cerebro incapaz de formar una sola oración comprensible.
— Qué linda humana.— Elogió elevando su mano para acunar tu rostro y limpiar una lágrima de tu mejilla.— Eres tan bonita cuando lloras…
— Es... es tan grande.— Gimoteaste dócilmente una vez más, parecía como si eso fuera todo lo que pudieras decir, ese único pensamiento repitiéndose como un disco rayado dentro de tu aturdida mente.
Tus ojos estaban tan borrosos que casi te perdiste la sonrisita diabólica que apareció en sus labios.
— ¿No puedes soportarlo, bebé? — Jungkook bromeó moviendo sus caderas de una manera que hizo que tu coño se apretara a su alrededor haciéndote gemir su nombre y arquear tu espalda hacia él; ofreciéndole en bandeja de oro tus senos para que él los atacara con su caliente lengua, lamiendo tus pezones antes de regalarles una mordidita por igual, y otra lágrima se deslizó por tu rostro con un deleite sin fin.— ¿Me molestas durante semanas, suplicando que te llene con mi polla, y luego empiezas a llorar porque no puedes soportarlo? Deberías ser más consciente de lo que pides.
— N-No, no es eso…— Tragaste saliva sintiendo como las palabras se atascaban en tu garganta ante sus duras embestidas.— Y-yo p-puedo tomarlo, lo juro…
Jungkook tarareó y se echó hacia atrás para poder mirar el lío que estaba haciendo entre tus piernas. Gimió en aprobación cuando vió su gruesa polla hundirse con fuerza entre tus empapados pliegues, casi hasta el borde.— Lo estás tomando muy bien princesa… – Él te miró con sus ojos de obsidiana brillando con malicia.— Qué buena puta eres. Harás todo lo que te pido, ¿no?
Asentiste desesperada con la cabeza sin entender realmente lo que dijo. Sentías como si el mundo se cerrara a tu alrededor, asfixiándote. Jungkook era demasiado grande, demasiado grueso, la forma en que te estiraba no era más que deliciosa y placentera.
— ¿Todo? — Preguntó inclinándose más cerca y soltando tus muñecas, con su boca a centímetros de tu oreja. Su aliento era caliente y pesado, cubierto de hambre.— Si quisiera seguir follándote una y otra vez, hasta que esté satisfecho, ¿me dejarías?
— Sí...— Gemiste en aprobación, eso era todo lo que querías.
Jungkook curvó sus manos debajo de tus rodillas y tiró de tus piernas hacia arriba, más cerca de tu pecho. El nuevo ángulo fue un descubrimiento tan delicioso, un gemido particularmente fuerte explotó en tu garganta mientras seguía follándote con fuerza.
— ¿Incluso si te corres tanto que ni siquiera puedas hacerlo más? — Preguntó una vez más; sus embestidas se volvieron más duras, golpeando increíblemente profundo dentro de ti de una manera que te hacía gemir su nombre una y otra vez.— ¿Me dejarías usar tu coño y llenarte con mi semen hasta que estés goteando? ¿Hum? ¿Hasta que no puedas soportarlo más y aún así no me detendré?
— Joder, sí... — Tus ojos se cerraron revoloteando en puro placer, y con tus muslos temblando con cada nueva colisión de sus caderas contra las tuyas. Dejarías que Jungkook hiciera lo que quisiera contigo, estabas más allá del punto de cuestionar cualquier cosa.— Por favor, Jungkook, yo solo… oh, joder…
— Estás tan jodidamente apretada…— Jungkook maldijo en medio de un gruñido, sus manos enterrándose en la piel de tus caderas.— Qué buen coño, tan húmedo y apretado para mi polla.
— Jungkook estoy tan cerca…— Gemiste desesperada sintiendo como todo el placer que te estaba dando comenzaba a golpear tu cuerpo.— Por favor, no te detengas.
— No puedo parar, cariño.— Jungkook siseó echando su cabeza hacia atrás en un nuevo y gutural gruñido, su cabello era un desastre sudoroso sobre sus ojos, su pecho palpitaba con el placer que lo estaba invadiendo, podía sentir todo: tu euforia, tu lujuria, la desesperación que emanaba de tu alma. Todo era tan lascivo, tan manchado; podría perderse en él. Casi podía saborear la corrupción que impregnaba tu alma.— No cuando te sientes tan jodidamente bien…
Otro agudo gemido brotó de tus labios sonando peligrosamente cerca de su nombre, sintiendo cómo tu interior apretaba su polla un poco más, Jungkook gruñó y maldijo ante la sensación de tus paredes palpitando a su alrededor con tu orgasmo llamándolo a follarte más fuerte y rápido, amando esas hermosas lágrimas que manchaban tu rostro y viendo como empezabas a retroceder por la sensibilidad extra a través de los espasmos de tu clímax.
— J-Jungkook, es demasiado…— Te quejaste por lo bajo buscando apoyo en sus fuertes brazos.
— Me dijiste que me dejarías usar este coño, bebé.— Jungkook te recordó con su voz rota por un gemido entrecortado. Se notaba que estaba cerca, sus embestidas eran demasiado descuidadas y desesperadas.— Hasta que esté satisfecho.
— S-sí...— Jadeaste sabiendo que no habías cambiado de opinión.
— ¿Vas a dejar que te llene con mi semen? — Preguntó de nuevo, sonriendo ante el pequeño y débil "sí" que le diste.— No voy a parar después de que me corra, bebé. Voy a follarte hasta que no puedas hacerlo más.
Abriste la boca para decir algo, qué, exactamente, no tenías idea, pero pronto sentiste su semen caliente derramándose dentro de ti y tu mente se quedó completamente en blanco. No sabías si era por lo que era Jungkook, pero todo lo que hizo fue extremadamente fácil para excitarte, y su semen dentro de ti no fue la excepción. Un gemido salió de tu garganta antes de que pudieras detenerte y todo tu cuerpo se apoderó de un nivel de deseo que ni siquiera podías comprender.
Hubo un momento de confusión interna cuando el demonio se detuvo para recuperar aliento en el que realmente pensaste que había terminado, que Jungkook se iba a ir y te dejaría con ese deseo construyéndose dentro de ti. Pero el aura animal que lo rodeaba no te dejaría descansar.
Después de unos cuantos segundos Jungkook encontró tus ojos a través de la cortina de su cabello oscuro, el brillo de malicia que viste en ellos te emocionó el doble antes de escucharlo hablar en medio de un gruñido.
— Más.
Y esa fue toda la advertencia que te dió, cuando menos te diste cuenta, Jungkook te dió la vuelta como si fueras una muñeca de trapo y presionó tu cara y tu cuerpo contra el colchón. Gimoteaste al sentir un duro azote golpear contra una de las mejillas de su trasero antes de que tomara con fuerza tus caderas, tirando de tu cuerpo hacia arriba hasta que tus rodillas te sostuvieron sobre la cama y apenas tuviste tiempo para reaccionar antes de que su polla se hundiera dentro de ti una vez más.
— Oh, Dios…— Jadeaste con fuerza y tus manos apretaron las sábanas mientras Jungkook continuaba golpeando dentro de ti, haciendo que la mezcla de su semen y tu humedad goteara por tus piernas. Su resistencia era una locura, como esperabas que fuera, pero la dureza de su polla te estaba haciendo perder la cabeza.— Joder, Jungkook…
— Tienes un coño tan perfecto, no puedo tener suficiente de ti…— Jungkook gruñó antes de tirar con fuerza de tu cabello mientras continuaba perforando dentro de tu coño, haciendo que tu cuerpo temblara con cada duro impacto. Tus ojos se cerraron ante la deliciosa sensación y tus paredes se apretaron alrededor de él mientras te llenaba hasta el borde.— Estás jodidamente goteando sobre mi polla. Qué puta tan sucia.
El placer dentro de ti era innegable, aumentando tan rápido que apenas y podías seguirlo. Acababas de alcanzar tu punto máximo y ya sentías que estabas a punto de hacerlo todo de nuevo.— J-Jungkook, yo…— Las palabras luchaban por salir de tu lengua con tu mente empañada por el erotismo de sus acciones.— Se siente tan bien, joder, no te detengas…
Hubo un ligero escozor en tu cuero cabelludo cuando apretó el agarre en tu cabello, haciéndote inclinar tu cabeza hacia atrás y que tu trasero se presionara contra su pelvis.— ¿Vas a correrte de nuevo, bebé? — Jungkook preguntó sin aliento antes de sonreír cuando asentiste con la cabeza, con tus ojitos llorosos mirándolo por encima de tu hombro.— Eres una pequeña mortal tan hambrienta. Acabas de llegar y estás a punto de correrte en mi polla de nuevo, ¿eh?
Gemiste una vez más igual de fuerte mientras lo sentías tirar de tu cabello, haciendo que tu espalda se arqueara y tu coño se apretara a su alrededor.— Sí, joder…— Admitiste en medio de un jadeo, la habitación estaba tan caliente que apenas y podías respirar, sentías como si todo el lugar estuviera dando vueltas a tu alrededor. Estabas tan, tan cerca de tu orgasmo que casi podías tocarlo.— Voy a correrme de nuevo…
Jungkook se humedeció los labios, bajando su atención al movimiento de su polla dentro y fuera de ti y gimió al ver tus pliegues envolviéndose alrededor de su grosor, tragándolo ansiosamente mientras tu humedad goteaba por tus muslos, ensuciándolo por completo. Era la cosa más hermosa que había presenciado en su vida, quería tener eso para siempre.— Sabía que serías tan perfecta después de que te preparé para esto, sabía que te encantaría ser una puta para mí.
No podías decir que te sorprendió su confesión; no eras tonta, sabías que había una sola cosa que un demonio quisiera contigo y, después de los sueños sexuales, no fue difícil sumarlo todo. Y, sin embargo, aceptaste sus avances en cada paso del camino, permitiste que te hiciera pedazos y te enseñara cómo ser tan sucia para él. Y tenía razón: te había encantado cada segundo.
— Voy a correrme.— Le advertiste, cerrando los ojos mientras todo el placer se arrastraba por toda tu piel justo hasta tu centro.— Joder, tu polla es tan grande, voy a…
Tu orgasmo te fue arrebatado cuando Jungkook se apartó abruptamente de tu coño. Lloriqueaste por lo bajo y sollozaste ante la pérdida de su pene dentro de ti, los sonidos lascivos se convirtieron en un jadeo de sorpresa y sin aliento cuando te separó de él.
Jungkook fácilmente te dio la vuelta y tiró de tus piernas hacia arriba, presionándolas contra tu pecho cuando se inclinó.— Quiero ver tu bonita cara cuando te llene con mi semen.
Y eso fue todo lo que dijo antes de irrumpir dentro nuevamente en una deliciosa penetración, todo tu cuerpo se estremeció ante la sensación y ante el repentino estiramiento que te empujó al borde del placer y te hizo correrte alrededor de su polla por segunda vez esa noche.
— Que humana tan dulce…— Jungkook gimió demasiado perdido en su propio placer, tus paredes se habían vuelto increíblemente apretadas a su alrededor, latiendo con cada bombeo de su longitud dentro de ti.— Me encanta arruinarte. Eres tan perfecta para mí. Hecha para esto…— Sus frases eran sólo algunos pensamientos conectados por fuertes gemidos, sus cejas bajaban a medida que se acercaba su propio orgasmo.— Me encanta verte así, te ves tan linda, toda llena de mi polla.
Jungkook murmuró con su voz aireada antes de derramarse de nuevo dentro de ti con un fuerte y entrecortado gemido y unas pocas palabras de elogio que salieron de sus labios: de lo bien, lo húmeda y lo apretada que estabas para él. Al igual que la primera vez, la sensación de que él te llenaba era embriagadora y te hacía perder la cabeza una vez más.
Intentaste quejarte un poco pero tus palabras fueron silenciadas con el choque de sus labios contra los tuyos, un gemido gutural lo dejó mientras derramaba las últimas gotas, su polla palpitó un par de veces más mientras seguía bombeándose a sí mismo través de su orgasmo; asegurándose de que cada gota de su semen estuviera profundamente dentro de ti.
Se notaba que estaba lejos de estar satisfecho cuando te besó con fervor, tarareando ante el sabor de tu lengua mientras sus manos sostenían con fuerza tus caderas impidiendo moverte. El pene de Jungkook todavía estaba duro dentro de ti, enterrado profundamente, incluso si había detenido sus movimientos, y te encantaba lo lleno que te hacía sentir, y sabías que estabas más allá del punto de la salvación.
Jungkook suspiró profundamente contra tus labios y se inclinó hacia atrás, sus ojos se encontraron con la unión de sus cuerpos mientras se alejaba, viendo como su semen se derramaba fuera de ti lentamente, haciendo un desastre sobre las sábanas y marcándote como suya, completamente suya.
— Perfecta…— Murmuró y debió haber sido la centésima vez que dijo eso en la noche, pero no podía tener suficiente de ti.— Hecha para mí.
Hubo un peso en tu pecho cuando lo miraste, observando la forma tan hermosa en la que su piel brillaba bajo la luz de la luna. Quizás fue la culpa, pensaste, o la comprensión de que acababas de manchar tu alma en nombre de la lujuria. Sin embargo, ya no te importaba.
Respiró pesadamente cuando se acostó a tu lado sobre la cama, y te giraste de lado para poder mirarlo; Jungkook era tan guapo, tan perfecto; y la mirada que te dio fue nada menos que pecaminosa.
— ¿Estuve bien? — Preguntaste por lo bajo con tu voz temblorosa debido a tu estado nebuloso y cansado antes de formar una pequeña sonrisita.
El demonio asintió, encontrando esa pregunta bastante adorable.— Sí, cariño. Aprendes rápido.
Tu sonrisa satisfecha se ensanchó en tu rostro y te acercaste a él, colocando tu cabeza contra su pecho, donde no podías escuchar ningún latido. Ese momento fue lo suficientemente extraño como lo fue, pero no estabas pensando con claridad; además, abrazar a un demonio no podía ser peor que todo lo que había sucedido antes.
Si Jungkook pensó que eso era extraño, no lo mencionó. Simplemente apartó unos mechones de cabello de tu frente, mirándote.— ¿Cansada, querida? — Preguntó.
— Sí…— Respondiste por lo bajo y parpadeaste pesadamente.
El tarareó colocando su palma contra tu mejilla.— Puedes descansar un poco.— Habló casi con suavidad al principio antes de que su voz volviera al tono profundo y áspero de antes.— Pero aún no he terminado contigo.
Después de todo, le permitiste usarte hasta que estuviera satisfecho. Y Jungkook estaba lejos de estarlo. No era que estuvieras quejando después de todo.
Y antes de que el sueño y el cansancio hiciera efecto por completo en tu cuerpo, escuchaste a Jungkook murmurar por lo bajo contra tu oído:
— Espera a que ellos te conozcan, cariño.
Tumblr media
N/A: Por finn después de mucho tiempo y de que me lo pidieran demasiado por fin está disponible de nuevo 'Devilish' como especial de halloween 🎃
Espero por fin poder publicar la segunda parte de este oneshot, que realmente es una serie👀
So espero que lo disfruten igual o más que la primera vez🌚 gracias por todo su apoyo ♡
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possession-swapbody · 1 year ago
Text
Drew
Si normalmente me gusta vivir nuevas experiencias y hacer cosas emocionantes, pero creo que lo que ha estado pasando es otro nivel, yo en lo personal no creí que algo así fuera posible.
Bueno lleno al inicio de todo, vecino y mi mejor amigo Marcus me invito a una reunión con su familia en la ciudad vecina, dijo que no quería ir pero que como sus padres no podían el iría en representación de toda la familia, así que pensó en llevarme para tener con quien hablar, y saben no lo culpo, en su familia el es el único de su edad, el más cercano sin contar a sus primos menores que el que tenían entre 2 y 5 años es su tío Drew, y le gana con 15 años, al Marcus tener 18 y Drew 33, yo tengo 21, prácticamente crecimos casi como hermanos por lo que decidió que no pasaba nada si yo iba con el.
Al llegar todo parecía normal, una típica reunión familiar, pero luego vi a Drew, no lo había visto en persona, solo lo conocía ya que Marcus me platicaba sobre el, era extraño, algo en su mirada me parecía raro, estaba muy serio y en las fotos y las historias de Marcus el siempre fue un tipo reservado pero ahora se nota a bastante alegre, y no solo yo lo note, Marcus también.
Todo transcurrió como una reunión normal, al caer la noche Marcus estaba borracho y ya que yo no se conducir, tuvimos que pedir a Drew si nos dejaba pasar la noche en su casa, ya que la casa en la que se hizo la reunión era la suya, el acepto pero no se le veía muy convencido como si algo le molestara de que nos quedáramos en la casa, solo que dijo que mañana saldría bastante temprano ya que tenia una junta temprano y que resolver un asunto así que nos dio una llave para cerrar la casa cuando nos fuéramos.
Marcus y yo nos alojamos en la habitación de huéspedes que estaba en el primer piso y Drew se quedó en su habitación en el segundo piso, no se si era porque no estoy acostumbrado a dormir fuera pero no podía conciliar el sueño, vi el reloj y ya eran las 5:24 de la mañana luego vi a Marcus quien estaba profundamente dormido, en eso escuché un ruido, como si bajaran las escaleras, y escuché pasos acercarse a la habitación, entonces cerré los ojos y fingí estar dormido, en eso escuché como abrían la puerta cuidadosamente tratando de no hacer ruido para luego la cerrarla de igual forma, la curiosidad me ganó y me levante, siendo lo más silencioso posible me acerqué a la puerta y la abrí un poco solo pata poder ver que pasaba afuera.
Vi como Drew saco una especie de un frasco de un cajón y luego lo puso sobre una mesa, después escuche como alguien más bajaba por las escaleras, era un tipo como de unos 22 años, su semblante era como de aburrimiento y leve enojo, después vio a Drew comenzaron a hablar en voz baja.
Drew: Andy que haces?, se supone que deberías esperarme en el cuarto.
Andy: ya lo se pero se hace tarde, mi universidad esta a 3hrs de aquí, mi examen es a 9 y debería estar una hora antes, ya se te hizo tarde.
Drew: ey, espera un poco, la culpa de la hora es tuya, dejaste mi cuerpo hace como 20 minutos, a pesar que te dije que decías abandonarlo por lo menos a las 3:00am para hacer el cambio ya que no pasara esto.
Vi como el tipo que al parecer se llama Andy miro el fresco y frunció el seño.
Andy: bueno, como sea toma.
Saco lo que creo era otro frasco, este era demasiado pequeño a grado que me atrevería a decir que media como 3 cm y por lo mismo no lo lograba percibir bien, pero note que estaba vacío, luego Drew tomó el frasco grande y con un gotero lleno el frasco chico.
Drew: Vamos a arriba, pero recuerda, cuando entre en tu cuerpo no te asustes, si te desconectaras de tus sentidos y los recuperaras al despertar, y te dejare mañana en la noche.
Andy: y se mejor solo haces mi examen y me dejas.
Drew: respeta el trato, yo te deje pasar 2 días en mi cuerpo para que fueras a mi reunión familiar a cambio de que fueras a esas citas medicas por mi ya que no me gustan los hospitales y yo hacía tu examen vale el 90% de la calificación final ya que al ser yo tu tutor extraescolar domino el tema como la palma de mi mano, pero me dejabas usar tu cuerpo el mismo tiempo que tu usaras el mío y eso fue 2 días así que ocupo las llaves de tu departamento me quedare ahí en la noche.
Andy: pero si algo sale mal, y ya no...
Drew: nada saldrá mal, el tipo que nos vendió esto dijo claramente toma un poco para salir de tu cuerpo y repítelo para salir del cuerpo de otro, y al igual que hace rato los 2 saldremos del cuerpo, solo que ahora cada quien regresa a su cuerpo original, además si hablamos, aunque se susurrando así de bajo, podemos despertar a Marcus y a Connor.
Note que Andy iba a voltear a ver en dirección de la puerta en la que estaba espiando, hacia que me aparte y escuché como cerraron un cajón, y comenzaban a subir las escaleras.
La curiosidad de lo que pasaba me mataba, así que salí del cuarto y son hacer ruido los seguí, vi como entraba al cuarto de Drew, dejaron la puerta abierta así que pude observar todo desde el baño que estaba frente a la habitación de Drew, pero de nueva cuenta observe con la puerta entrecerrada y con la luz apagada.
Drew: muy bien Andy, ocupo que te relajes por completo para hacer todo más rápido, si tratas de mantenerte consiente o cualquier cosa solo logras que perdamos más tiempo.
Andy: y si mejor hacemos un intercambio?
Drew: sabes que no se puede en estas circunstancias, si quiero pasar desapercibido como tu, necesitamos que tu alma se quede en tu cuerpo.
Andy: pero de todas formas cuando entres me voy a quedar inconsciente no?
Drew: si, pero aquel tipo dijo solo con el propietario original adentro puedo acceder a tus vivencias y recuerdos, no queremos que al estar en tu cuerpo cometa algo que afecte tu vida personal o algo de que arrepentirnos por yo no estar consiente de todo.
Andy se acostó en el piso, Drew con la lámpara de su celular se iluminó para ver la medida del mini frasco tomo la mitad, luego dejo el mini frasco arriba de una cajonera junto a la cama, el se comenzaba a tambalear y re recostó en la cama, pude ver como de su interior comenzaba a retorcerse levemente, esto me asusto pero lo que más me sorprendió fue lo que paso después, se dejaba ver un ligero humo levemente brillante que luego se junto en una especie de silueta humanidad que se avalado sobre el cuerpo de Andy, este humo atravesó su ropa y se filtro dentro de el, luego el cuerpo de Andy se comenzó a retorcer pero al terminar, note como sus ojos se habrían, el se estiro, se vio al espejo y entonces note como volteaba al baño.
No sabia si me había descubierto, pero aprovechando que fue a revisar el cuerpo inmóvil de Drew salí del baño cuando el estaba espaldas a mi, baje y fui al cuarto de invitados, en el que estaba Marcus, cerré la puerta con cuidado, me acosté y fingí dormir.
Después de los 37 segundos más largos de mi vida escuché como pasos se acercaban al cuarto, abrían la puerta y luego de un minuto la puerta se cerro, se escucho un ligero suspiro de alivio del otro lado de la puerta, me acerqué y escuché a Andy decir, menos mal sol oque mi imaginación, luego se escucho como cerraban la puerta de la entrada de la casa, salí del cuarto y me acerqué a la ventana de enfrente, miré por una de las orillas como Andy se subía a un carro y se iba del lugar.
En eso recordé que Drew estaba arriba, o por lo menos su cuerpo, no estaba seguro, aún estaba sin poder procesar todo lo que paso, subí al piso de arriba, abrí el cuarto que estaba cerrado y su cuerpo no estaba en la cama, me asuste pero entonces entré, observe como una chamarra que no estaba tapaba algo bajo la cama, eran los pies de Drew, me asome y lo vi sin moverse, su cuerpo estaba inconsciente, en un acto que puede ser o muy tonto o muy valiente, lo saqué y sacudí un poco pero no hubo respuesta, luego tome su brazo lo levante y lo deje caer, sin duda no había nada dentro de este tipo.
Desvíe mi mirada al mini frasco y por mi mente paso una idea loca, pensé despertar a Marcus y contarle para probar ese extraño líquido, baje y volví a llenar el mini frasco ya que no sabia la cantidad tenía un propósito.
Al llegar al piso de abajo vi como Marcus seguía dormido, entonces pensé en que seria mejor no despertarlo, además no sabría como reaccionaria al cuerpo inconsciente de su tío y si creería todo lo que le dije.
Así que tome mi celular y la mochila donde traía mi cambio de ropa por si se necesitaba.
Subí al cuarto de Drew puse seguro, y tome el liquido, sentí como todo daba vueltas así que me senté en el piso y de pronto mi vida se nubló solo para recuperarse, pero ahora estaba flotando, vi mi cuerpo inerte en el piso y al otro lado de la habitación al cuerpo de Drew, flote hacia el piso de abajo atravesando el piso, y luego fui al cuarto de Marcus, el seguía dormido, así que podría seguir con mi idea, regrese al cuarto de Drew, y me abalancé en su cuerpo.
Sentí como al entrar una sensación cálida me envolvía para luego sentir un escalofrío, que me hizo retorcerse levemente, cuando me levante me sentía extraño, tome aire y trate de mantener el equilibrio, Drew era más alto que yo así que me tomo unos momentos recuperar el equilibrio.
Me mire al espejo y no podía creerlo todavía, era Drew en el reflejo, vi la hora y eran la 5:08 am así que faltaban casi 4hrs para que la alarma de Marcus sonará, así que me decidí a explorar el cuerpo que actualmente llevaba puesto, me quite la ropa poco a poco y a la vez me veía en el espejo. No sé si fue el echo que Drew era un tipo en forma y guapo, o las hormonas y la adrenalina de mi adquirir este cuerpo, pero me comencé a poner duro, comencé tocando con miedo pero con el pasar del momento, terminé recibiendo la mejor masturbación que había sentido, pero este cuerpo quería más, así que observe mi cuerpo en el piso, lo subí a la cama y comencé a usarlo para complacer el cuerpo de Drew, hasta que reaccione, no sabia si el ruido habría despertado a Marcus, así que me bestia con la ropa que tenía Drew antes, baje y para mi fortuna el seguía dormido, ya eran las 6:42 así que tome mi celular y le mande un mensaje al celular de Marcus.
Bro, tengo que irme, no había visto que en el grupo de la uni comunicaron que habían adelantado un examen para hoy a las 8:00 am, en vez de pasado mañana a las 11:00am como estaba planeado antes, así que no te puedo esperar, vi a Drew ya despierto cuando salí del cuarto y se ofreció a llevarme a la parada de camiones ya que le quedaba de paso.
Tome una ducha, escondí mi cuerpo bajo la cama, me puse ropa formal y baje justo antes de que sonará la alarma de Marcus, salí de la casa sin cerrar la puerta estuve esperando ha que el saliera pero no salió hasta casi las 9: 40, entonces fingí que estaba regresando a la casa.
Marcus me vio y me saludo.
Marcus: Hola tío Drew.
Connor: ey, que tal dormilón.
Marcus: pues tengo resaca y ahora tengo que irme solo de regreso.
Connor: si tu amigo me dijo de su examen.
Marcus: si es raro, el nunca deja eso por alto.
Connor: lo hubieras visto, estaba muy preocupado por llegar a tiempo, el te iba a despertar para que se fueran, pero ayer tomaste tanto que le dije que no era bueno que se fueran así, por eso lo lleve a la parada de camiones.
Marcus: gracias por eso Tío.
Connor: Solo espero que no se repita por poco pierdo mi turno.
Marcus: descuide, ya no vuelve a pasar.
Connor: quieres almorzar y tomar algo para tu resaca?
Marcus: si tío, muchas gracias.
Hice un almuerzo ya que quería despistar un poco que no era el verdadero Drew, además así le daba algo de comer y que los analgésicos hicieran efecto. Fue algo bueno que el estuviera así, tuve al excusa de que no habláramos mucho, ya que Drew tenia razón cuando dijo a Andy que no tendría sus recuerdos si el no estaba en su cuerpo, y ahora yo finjo ser este hombre sin idea ni conocimiento de el en absoluto.
Una vez Marcus me devolvió las llaves que le dio ayer Andy fingiendo ser Drew, se fue y yo me quite parte de la ropa para prepararme para disfrutar nuevamente de mi tiempo como Drew, después de todo solo tenía hasta mañana temprano para sacarle el mayor provecho a este cuerpo antes de que el dueño original llegara y no quería que me atrapara.
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elbiotipo · 2 months ago
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-Amor, gané 20 lucas en un concurso de imitadores de Spike Spiegel.
*la casa está vacía*
-Ah, cierto.
*apaga el cigarrillo y se muere tirado en el piso de manera dramática*
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lavacamu · 19 days ago
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Segundo Capítulo
Lo primero que hiciste al despertar de tu letargo, fue observar donde te encontrabas. Aquella habitación no tenía nada parecido a lo que conocías antes. Era una habitación bastante espaciosa, te levantaste para sentarte en la cama, aunque aquello te dolió un poco. Moviste tus sucias ropas para ver el estado de tus heridas, las que seguían igual a la última vez. Le diste vueltas a aquello en tu mente, "la última vez", lo último que recordabas era al primer heraldo, que, parece, te había dejado abandonada, gracias a los cielos, no querías pensar en las horribles cosas que te podría hacer el primer heraldo fatui.
Te detuviste algunos minutos solo para contemplar la habitación, tenía grandes ventanales con cortinas que llegaban al suelo, todas de colores azulados y oscuros, los muebles que se encontraban adornando la habitación parecían ser de calidad y del más fino gusto, ya que, para tu desagrado, tenían varios tallados que encontrabas inútiles, eso era algo a lo que te habías acostumbrado en los laboratorios de Dottore; despreciabas lo inútil. Te regañaste a ti misma, tratando de que un simple mueble no te cause desagrado, y seguiste viendo la habitación; la cama era muy suave, supusiste que debías de haber dormido varios días en aquel paraíso, y además, tenía un gran dosel cayendo del techo, rodeando la cama en un halo de cerúleo. Al ponerte de pie, pusiste tus pies en las frías baldosas de mármol, estabas descalza y el frío te caló los huesos. A pasos inseguros, decidiste salir de la habitación para tener una idea de dónde estabas. Justo como pensaste, las cosas fuera de la habitación eran iguales; fríos pisos, grandes ventanas, y refinados muebles por doquier. Te escabulliste, igual que una rata, para que nadie te viera vagar por la gran finca. Bajaste unas escaleras rápido y sin ruido, y comenzaste a correr por el lugar, primero, buscando a algún enemigo, y segundo, buscando comida, no tenías ni idea de cuantos días habías estado dormida (¿y cómo no estarlo? tener una cama limpia era genial, y mejor si no había que compartirla con pulgas, ratas, u otras personas igual de sucias que tú) y tenías mucha hambre. Estabas acostumbrada a pasar hambre, pero ahora, claramente, estabas llegando a tus límites, ya que sentías una nueva debilidad en tus piernas, las que se cansaban rápido y además temblaban. Doblaste una esquina, y chocaste contra un rígido cuerpo. Sentiste la sangre abandonar tus venas cuando te diste cuenta de quién estaba frente a tí, era Capitano, el primer heraldo, al que jurabas haber visto abandonandote.
Las baldosas no podían ser más frías todavía, todo tu cuerpo se había estrellado contra el piso gracias a aquel impacto, el que parecía no haber movido ni un cabello del heraldo, el que se mantenía mirándote a través de su caso, que ocultaba sus facciones detrás de una bruma. Capitano te miraba atentamente, buscando una reacción de tu parte, pero tú no hacías más que temblar bajo su mirada y ponerte pálida. Definitivamente habías metido la pata.
Tenías tanto miedo que ni siquiera podías pensar, las últimas cosas que vinieron a tu mente fueron preguntas tales como; ¿Qué hago aquí? o ¿Cómo llegué aquí?, solamente estabas aterrada, en el suelo, sintiendo de pronto todos los malestares posibles, los que te cayeron encima después de 20 años de experimentación.
"¿Vas a seguir en el suelo o te muevo de una patada?" dijo Capitano, su voz gruesa rápido te sacó del trance, o bien, asustarte más.
No hizo falta la patada, solo miraste sus grandes botas militares y eso fue suficiente para que te pusieras de pie de un salto, alejando de tu mente aquellos dolores que te habían atormetado en los últimos 5 minutos. Con ese movimiento, Capitano no se movió nada, solo te quedó mirando.
"Ah, así que sabes escuchar. Eso es bueno. Sígueme"
Tampoco fue necesario que pensaras tanto qué hacer, de propia cuenta supiste que lo mejor para ti sería no desebedecerlo. Te encontraste siguiendo, con la mirada gacha y a una distancia respetable, al primer heraldo fatui, aquel que emitía un aura asesina y era respetado por muchos (sino que todos) en Teyvat. El pasillo parecía ser interminable, Capitano no dejaba de dar grandes zancadas, a lo que tú tenías que acelerar el paso para no perder el ritmo. Las puertas y las largas alfombras parecían interminables mientras lo seguías, y en eso, tu mente comenzó a dar vueltas; no sabías como habías llegado aquí, ¿Era posible que él te hubiera traído? ¿Dónde estabas? estabas segura que no era la misma base de laboratorio en la que habías estado toda tu vida, aún con tu casi nula educación, podías evidenciar que el clima no era el mismo, aquí era demasiado frío, nada parecido al calor sofocante y hasta a veces húmedo de ese laboratorio. Lo sabías porque la putrefacción avanzaba rápido en tus compañeros. No trataste de descubrir en qué lugar estabas, porque sería imposible, no conocías ni un mapa del mundo ni nada parecido. Después de esa pregunta, saltaste a otra; ¿Él te había traído? ¿Para qué? no lo comprendías, ¿Será que quería experimentar contigo también? no, no podía ser posible, habías estado dormida sobre una cama, descansando, y no te habían inyectado nada raro, ¿tal vez torturarte? tampoco, ¿Quien haría eso por gusto nada más?, y lo último que se te vino a la mente, es que el primero era un sicópata que usaba a sus presas para jugar con ellas antes de matarlas cruelmente. Te quedaste con ese pensamiento rondando por tu mente, cuando él frenó de pronto y tú chocaste con su espalda, a lo que él soltó un bufido.
El lugar olía exquisito, más de lo que alguna vez hubieras olido, no podías ni siquiera describir el aroma, solo tu estómago gruñía, ansioso, para reclamar comida.
"Sientate" demandó, caminando hacia una de las esquinas de la habitación, revisando en uno de los muebles.
Rápidamente te sentaste, y no le quitaste la vista de encima. Vestía una chaqueta negra militar, con cadenas, y tenía el cabello largo. no te fijaste en los detalles de esta nueva habitación, la que, para tu desconocimiento, era una cocina bastante grande. Capitano puso frente a ti, que estabas sentada junto a una mesita, un plato hondo lleno de arroz blanco.
"Come"
Solo dudaste por 30 segundos, en esos momentos solo te preguntaste si estaba envenenado, pero si lo estuviera, le darías las gracias desde el más allá por darte la libertad de morir, una cosa que venías deseando desde hace ya tiempo. Devoraste todo el contenido del plato sin ningún escrúpulo, ignorando el tenedor que había estado a tu lado todo ese tiempo. No sabías ni como se ocupaba, agarraste el arroz con las manos. Capitano estaba impresionado, aunque la verdad se esperaba una reacción así de una mujer que vivía sin ver la luz del sol. Sabía que estabas desnutrida, así que le daba comidas blandas por ahora, aunque... No iba a permitir esos modales en su mesa. Dottore los hacia vivir como animales, como verdaderas ratas.
Nunca pensó que alguien pudiera ser tan feliz solo comiendo arroz blanco, pero tu lo estabas. Capitano se fijó en tu desaliñado atuendo, y te mandó a cambiar.
"En la habitación hay un baño. Apestas. Peina tu cabello después de lavarte, y en el armario buscas ropa. Te quiero aquí de vuelta en una hora"
Aquello eran cosas que tú entendías, así que volviste en tus pasos, regresando a la habitación en la que habías despertado.
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Parte 1 en mi perfil 🐻
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idollete · 11 months ago
Note
Juju eu vi uma pessoa perguntando pra xexy oque achava que seria a casa/apt dos meninos e a leitora
Diva compartilhe sua opinião também com a gente 🎤❤️
fran: é pro estilo mais boho chic, com tons claros coloridos mais pro bege/salmão fosco e várias plantinhas espalhadas pelos cantos. o apartamento tá sempre com cheiro de incenso tbm
enzo: completamente estilo rústico, todos os móveis são de madeira escura e ainda tem cara de quem mora em apartamento que a maioria dos moradores são idosos porque ele gosta de sossego na vida
agus lain: literalmente o apartamento do patrick bateman, bem minimalista hétero top monocromático (mas no off pra mim ele tem cara de quem ainda mora com a mãe)
blas: é minimalista e bem estiloso, não parece um apartamento de um menino de 20 anos, o que entrega é a coleção de carrinhos que ele tem no hack da tv
matías: literalmente o apê de um universitário que foi morar sozinho. tem coisa espalhada pra lá e pra cá, um cinzeiro em cada cômodo, não tem uma decoração específica. o apartamento é alugado, mas ele tem uma das paredes do quarto completamente pichadas e ainda deixa um monte de tinta e spray por perto pros amigos fazerem a arte que quiserem
esteban: estética completamente clean e muito classudo, viu? é literalmente a casa de um adulto responsável e organizado, não tem um fio fora do lugar. vai ter uns quadros bem conceituais pendurados na sala, corredor e um no quarto dele, bem em cima da cama
fernando contigiani: apartamento bem minimalista também. deve seguir uma estética meio preto e branco, meio monocromático. tem uma estante enooooooooorme de livros na sala e ele com certeza já leu todos. plus: ele tem uma adega pequenininha na cozinha
agustín pardella: mora em casa com um quintal enorme com duas cadeiras e uma mesinha, tudo de madeira clara, com um cinzeiro que ele mesmo fez. tem uma sala grande, porque gosta de chamar os amigos no final de semana, mas o quarto é relativamente médio, não faz muita diferença pra ele. é do tipo que tem a geladeira cheia de imã de viagens
simón: tem o apartamento de um homem solteiro porém é muito estiloso e tem a personalidade dele em cada canto. é incrivelmente organizado e tem janelas bem grandes, daquelas que vão do teto ao piso. also: todos os cômodos tem o cheiro dele
pipe: na sala tem um monte de treco da argentina e do river em alguma prateleira ou estante, é praticamente um santuário e ele tem, sim, uma camisa autografada emoldurada em cima da cama dele. e tem uma fotografias bem bonitas penduradas também, a maioria foi tirada por ele
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chiquititamia · 8 months ago
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Calmar tu sed - parte 4
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Buenaaaas chicas, por fin les puedo traer la cuarta parte de Calmar tu sed, y no hubiera sido posible sin que mi querida @deepinsideyourbeing me hubiera sacado con cariño de mi bloqueo creativo (Gracias preciosa!)
Esta vez vamos a intentar disciplinar un poquito a conejito Blas 🐇
💕Sub!Blas Polidori x f!reader
❤️‍🔥+18 sexo explícito, blas es insaciable y desobediente, masturbación, mommy kink, age gap, soft dom, edging...
En principio habías quedado con dos amigas a la que salieras del trabajo, hacía ya semanas que no os veíais ya que todas andabais muy ocupadas, así que ese viernes era el día perfecto para poder reuniros de una vez.
No le prestaste mucha atención al móvil esa tarde; querías resolver todos los asuntos con los que tu jefe tan amablemente te había sepultado, por lo que no debías distraerte con nada.
Fue un día muy cansado en la oficina, suspiraste y soltaste tu coleta para volver a hacértela esta vez más floja y fuiste caminando hasta la parada del metro.
Cuando sacaste el celular de tu bolso para ponerte música en el camino, decidiste revisar el grupo de whatsapp que tenían para ver cómo iban las demás y si había algún cambio en los planes. 20 mensajes sin leer, decía la pantalla. Malo.
Los últimos mensajes recibidos que leíste por encima decían:
“La próxima vez será”
“Lo siento chicas”
Muy malo.
Por lo que se ve, una de tus amigas se había quedado sin canguro para su bebé en el último momento y la otra tenía que quedarse en su trabajo hasta tarde por un cambio de turno que no había recordado hasta hoy. Joder. Y para esto te habías organizado la tarde. Bueno, ya qué, te dijiste. Tomaste el camino que llevaba a tu casa en lugar del que llevaba al centro.
Cuando entraste al piso, Blas tenía la música puesta y no te escuchó llegar.
Al caminar por el pasillo, pensaste brevemente en hacer una broma en la que le avisabas de haber llegado para no descubrirle en ninguna situación comprometida. Pero antes de que pudieras hacerlo la situación comprometida saltó a tus ojos.
Blas se encontraba tendido en vuestra cama, vestido únicamente con unos pantalones cortos de deporte. En una mano, su teléfono, delante de su cara, más que probablemente mirando fotos tuyas provocativas que de vez en cuando te divertía enviarle. La otra mano no sólo sostenía y masajeaba su miembro duro, si no que, enredadas entre sus dedos, distinguiste unas braguitas tuyas que llevabas unos días buscando. Blas gemía y cerraba los ojos.
Ya estabas frente a él, pero como con la música aún no se había dado cuenta de tu presencia decidiste aclararte la garganta para llamar su atención. A juzgar por el ritmo de su mano estaba muy cerca del final; notaste como tu propio sexo comenzaba a humedecerse y tu pulso se aceleraba. Te excitaba tanto lo insaciable que era tu novio…
-Amor! – se sobresaltó al verte, sin embargo, su cuerpo ya había entrado en un punto del que no podía retornar, aunque su mente se lo ordenase. El ceño del chico se frunció, sus ojos se entrecerraron. Con un pequeño gemido, Blas miró hacia abajo, como para intentar controlar lo que ahí estaba sucediendo, pero era inútil. Eyaculó sobre su pecho y su abdomen mientras suspiraba e intentaba pararlo, apenas moviendo su mano – Mi amor…yo…lo siento, no pensaba que llegases tan pronto… - intentando recuperar su respiración normal, Blas se disculpaba mirándote con esa carita con la que realmente no te podías enfadar.
-Me cancelaron en el último momento – soltaste tu bolso y adoptaste una posición de femme fatale que sabías que a él le volvía loco – Yo te había dicho que nada de masturbarte, ¿o sólo lo imaginé? – mientras bajabas de tus tacones, Blas hacía lo posible por limpiarse con una de las pequeñas toallas que guardabais en la mesilla de noche.
-Ya sé, amor, pero yo sabía que llegabas tarde y qué se yo…
-Ah, así que querías engañarme porque pensabas que no te iba a pillar…ya veo.
-No, no, ¡no! – exclamó – Es solo que sabía que llegabas de noche y no podía esperar… -dijo formando un puchero que estaba seguro de que le libraría de posibles represalias.
Mientras te desvestías y te ponías la ropa cómoda que llevabas en casa ante su atenta mirada, sopesaste qué castigo sería el adecuado para el comportamiento rebelde de tu joven novio.
-Y con mis bragas, además… - añadiste. Tch, tch, tch…- negaste con la cabeza con la decepción impostada de una profesora que ha pillado a su alumno favorito copiando.
-Y sí… eso no estuvo bien – rio de forma inocente, aunque su sonrisa se desvaneció cuando vio el gesto grave que estabas esforzándote en poner.
-Yo te voy a tener que buscar un castigo, conejito…
Blas caminó hacia ti y rodeó tus hombros con sus largos brazos, apoyando su barbilla en tu hombro, buscando aplacarte con cariños.
-Te preparo hoy tu cena favorita, gatita… no te enojés…
-Eso no es suficiente, pero … puedes empezar por ahí.
Más tarde, después de una ducha reconstituyente, habías decidido encender unas velas con aroma a canela y vainilla y escuchar tu pódcast favorito en el sofá. Fuera llovía, y el olor que comenzaba a salir de la cocina te embriagaba. Blas te estaba preparando lasaña de verduras.
De vez en cuando, le veías a través del marco de la puerta de la cocina, tan guapo con su delantal manchado de tomate. Estaba escuchando Tu geografía del grupo Indios, y le escuchabas cantar si pausabas tu programa.
Blas se esforzó no solo por cocinar a la perfección tu plato predilecto, sino que además decoró la mesa con un bonito mantel con motivos vegetales, un jarrón de flores secas y pequeñas velitas con forma de corazón.
-Sé muy bien lo que estás haciendo, nene.
-¿Mmm? – se hizo el loco mientras cortaba el pan en rodajas encima de una tablita de madera. Ni siquiera quería manchar con migas la mesa. Insólito.
-Dejá de hacerme buena letra– sonreíste satisfecha de haber infundido ese terror en él.
-Nah, amor, ¿es que no puedo ser detallista? – se defiende indignado.
Tú ríes por lo bajo y observas como te sirve una porción de la humeante lasaña en tu plato con todo el cuidado del mundo.
Esta vez Blas se había superado, definitivamente había perfeccionado su receta y había logrado algo excepcional.
Saboreaste un bocado y, después de tragar besaste las yemas de tus dedos para enfatizar tu felicitación.
-Increíble, nene, la rompiste.
-Gracias, nena, esta vez le puse un- ahhh… - su frase se vio interrumpida por un amago de gemido que murió en su garganta. Tu pie descalzo, había empezado a masajear su entrepierna por debajo de la mesa. No mucha tela os separaba, ya que, normalmente, Blas sólo llevaba un pantalón deportivo sin ropa interior cuando estaban en casa.
-Le pusiste qué? -preguntaste con una mezcla de diversión y malicia en tu rostro mientras insistías en acariciar su creciente bulto con los dedos de tu pie.
-Uhh…u-un poco de albahaca fresca… - Blas cerraba los ojos y se aferraba al mantel – nena… qué hacés?
-Yo? Cenar… - alcanzaste su erección con tu otra extremidad, recorriéndola con cuidado y manteniéndote al borde de tu silla.
-Nena, pero me vas …a volver loco – echó la cabeza hacia atrás.
Cuando tu novio se empezó a entregar relajadamente al placer que le estabas proporcionando viste tu oportunidad de parar en seco, apoyando de nuevo los pies en el suelo. Esto solo era el principio del juego. Como era de esperar, él abrió los ojos como platos y su expresión pasó del horror a la realización y después a la súplica.
-Nahhh me estás jodiendo, boluda.
Le miraste como una leona, en tus ojos, advertencia.
-No te escuché bien, ¿qué dijiste?
Él cerró los ojos un momento y tomó aire con el objetivo de volverse más diplomático.
-Mi amor, …- calibró sus palabras - cariño… ¿me vas a dejar así?
Tú te levantaste de la mesa con agilidad, apoyando las puntas de tus dedos en el piso como si fueras una bailarina, recogiste tu plato vacío y te dirigiste a la cocina para llevarlo a la pila.
-Me acordé de que hay helado, ¿querés? -sonreíste sin que te viese.
-La puta madre…-murmuraba él por lo bajo mirando el desastre que le habías provocado y que tanto le costaría bajar sin un alivio real.
-Blas? – llamaste nuevamente desde la otra habitación
-Sí, dale! – contestó con resignación.
Para cuando os sentasteis en el sofá del salón, el cuerpo del muchacho ya se había tranquilizado un poco, gracias a Dios. Como siempre, tardasteis más en seleccionar lo que ibais a ver que en el propio visionado.
El ya familiar sonido de la intro de Netflix resonaba cuando, muy para su desgracia, Blas dirigió su mirada hacia ti. En concreto hacia tu boca, que lamía el dichoso helado como si de verdad tu principal objetivo en la vida fuese hacer que perdiese la cabeza.
Tu lengua se paseaba desde la base de este hasta la punta a un ritmo demasiado lento y cuidado como para que no lo estuvieses haciendo a propósito. Las gotas de vainilla se deslizaban por tu boca hacia tu garganta tal como él desearía que sucediese con su corrida, lo cuál le hizo tragar saliva. Basta, no tenía sentido torturase imaginando tales cosas. Ya habría oportunidad de ponerte carita de corderito degollado cuando os metieseis en la cama más tarde, seguro que ahí cedías, pensó.
Intentó concentrar su atención en saborear su propio helado – el suyo de chocolate – y prestar atención a la película que estabais viendo.
Ya habiendo terminado vuestros postres, tú te reclinaste en su hombro. El aroma de su perfume emanando de su cuello y su pecho te encendía sin excepción.
Para colmo, una escena de sexo lésbico empezó a desarrollarse en la pantalla, suavemente con unos besos, y luego con las protagonistas deshaciéndose de su ropa. Blas la seguía con atención.
-Sabés? Yo en la uni me lié con mi amiga Camila…
Él dirigió la mirada hacia ti brevemente.
-Sí? – trató de sonar casual.
-Sí, vaya, hace mil años, pero aún me acuerdo.
-Mirá…
-Tenía unas tetas esa piba… -comentaste, tratando de sonar desinteresada también – me encantó comérselas…
Blas ya ni siquiera le estaba prestando atención a la película ni a sus protagonistas. En su cabeza, solo tú en brazos de tu amiga, a la que por cierto conocía en persona. En realidad, todo tipo de pensamientos cruzaban su mente como si se tratase de una carretera muy transitada. Debajo de la suave manta gris que os cubría, tu cuerpo cálido encajaba a la perfección con el suyo. No supo decidir si que tu mano comenzara a acariciar su muslo sutilmente era una nueva condena o un premio.
No tardaste en llegar a su miembro, ya totalmente duro, palpitando sobre su muslo; con tu pulgar, rodeaste su glande y trazaste lentos círculos que provocaron que su líquido preseminal atravesase la tela de sus pantaloncitos de Adidas, humedeciendo tus dedos deliciosamente.
Cuando lo tomaste por completo en tu mano, Blas cerró los ojos y suspiró. Aunque no sabía si debía entregarse esta vez, decidió que el hecho de que ya le estuvieras masturbando, aunque fuera de forma perezosa, era buena señal.
No es que tú fueses una máquina ni una mujer sin corazón. Por supuesto que tú también estabas disfrutando e incluso notabas tu propia humedad al sentir a tu novio de esa manera. Pero ese pibe necesitaba un castigo o no iba a aprender. Te perdiste en tus propios pensamientos mientras masajeabas lentamente la hombría de tu novio; tanto te distrajiste que tus alarmas no sonaron cuando una de las manos de Blas, empezó a acariciar tus senos, sosteniéndolos de forma delicada, mimando tus pezones rosados por encima de la camiseta de pijama que llevabas puesta. Lo cierto es que se sentía maravillosamente. Quizás castigar a tu niño era más duro de lo que parecía.
Pareciera que Blas no quería decir nada, ni tan siquiera gemir por si acaso el sonido de su voz te sacaba de tu estado de generosidad. Como si pudiera distraerte lo suficiente para que por fin le aliviaras.
Casi sin detenerte a pensarlo, te deslizaste por su pecho y bajaste tu cabeza hasta tener la boca a la altura de sus caderas. Besaste su punta, asegurándote de que tu aliento calentase aún más su piel a través de la tela, causándole un escalofrío electrizante que le hizo apretar nuevamente los párpados.
Tu saliva bajaba por tu lengua hasta humedecer aún más la mancha que delataba su excitación. Cerraste tus labios en torno a él y ejerciste un poco de presión con ellos. Él no se atrevía a moverse, así que fuiste tú la que se encargó de bajar la prenda hasta que su pija quedó al descubierto, palpitando dolorosamente.
Dejaste que se posase en el interior de tu boca, y, con cuidado de no arañarle con los dientes comenzaste a chupar como habías hecho hacía un rato con aquel helado de vainilla.
Él acarició tu pelo con cuidado una vez más de no provocar que cambiases de opinión.
Blas no podía estar más duro, la sangre bombeaba a través de sus venas cada vez más fuerte, la piel de sus testículos se tensó sutilmente, y tú sabías lo que eso significaba. Estaba muy cerca.
Por mucho que te molestase detener tu tarea, sabías que era ahora o nunca. Así que sacaste su longitud de tu boca y le diste una lamida de despedida, desde la base hasta la punta, plantando un beso al final. Con el dorso de tu mano limpiaste la saliva de tus labios y volviste a recostar tu cabeza contra su pecho.
No hacía falta ser muy listo para saber que ibas a continuar castigándolo cada vez que tuvieses ocasión. Esta vez no ibas de farol.
Blas soltó un quejido lastimero y se llevó las manos a la cara frustrado.
-Pará, ¿por qué me hacés esto, nenita…? Yo no soy tan malo con vos.
-Nunca hacés caso – le reprendiste mirando a la pantalla para que sus ojitos oscuros no te afectasen cual hechizo.
-Pero cielo… es que a veces no puedo evitar desobedecer – intentó justificarse sin demasiado éxito.
-No es excusa – pretendiste sonar autoritaria – lo de la playa fue imperdonable, señor Polidori.
-Ya te pedí perdón por eso…- se giró hacia ti y te obligó a mirarle invadiendo tu campo de visión; necesitaba que vieras su expresión apenada para infundir un poco de compasión en ti. Tomó tu cara entre sus grandes manos y te besó – es que tenés unas tetitas tan ricas – bajó sus besos por tu mandíbula, trazando un camino por tu cuello y después tu pecho – que yo no me puedo resistir, mami…
El muy cabrón sabía muy bien cuando utilizar ese nombre y cuando no. En el momento justo.
-¿Pero si vos te portás bien mami te da todo lo que necesitás… - suspiraste a causa de sus besos y de sus palabras – es que no tenés suficiente, conejito?
La boca de Blas ya se hallaba totalmente inmersa en tu cuello, lamiéndolo con hambre, e incluso succionando con cuidado de no dejar marcas demasiado grandes. Conocía tus puntos débiles.
-Que hacías con mis bragas, eh? – no tuviste otra que gemir y soltar el aire que estabas conteniendo con tanto esfuerzo – se estaba tocando mi chico?
-Sí, mami, lo siento…-Bien, el primer paso era mostrar verdadero arrepentimiento, razonaste entre la niebla de tus nada cristianos pensamientos en ese momento – te prometo que iba a ser una muy rápida para no molestarte hasta la noche…
-No me molestás, pequeño… pero tenés que hacer caso… ser obediente… ¿es que no te gusta ser mi buen chico?
-Sí… sí! – A Blas le encantaba ser tu chico bueno.
-Pues entonces portáte bien y yo te daré premios ¿sí? – con toda la fuerza de voluntad que quedaba en tu ser – que no era mucha – te levantaste suavemente y, de camino a vuestro dormitorio apagaste la televisión, la cual preguntaba desde hacía rato si alguien seguía allí.
Te preparaste para ir a dormir, tratando muy fuerte de ignorar lo absurdamente húmeda que estaba tu ropa interior. Cepillaste tus dientes y te metiste en la cama.
Ya a oscuras, Blas entró en el dormitorio y se tendió junto a ti, de costado, tal y como estabas tú. Apoyó su erección a tus nalgas. Te abrazó por detrás, y, aunque no dijo nada, atrapó el lóbulo de tu oreja entre sus dientes y comenzó a lamer, provocando un incendio en tu interior. Definitivamente conocía todos tus puntos débiles y estaba dispuesto a atacarlos todos.
Al abrigo de la oscuridad dejaste que algunos gemidos cayeran de tu boca. ¿Tan pronto ibas a ceder?
-Mami, levantame el castigo… no lo volveré a hacer…
-No te creo nada…-suspiraste poniendo tu mano en su mejilla.
Encontró consuelo en frotarse contra tus glúteos y agarrar tus tetas; sentías que ni podías ni querías pararle. Su lengua te atacaba por todas partes, incluyendo tu cuello, tu oreja, tu mandíbula, mordía tu hombro y embestía contra ti de forma animal, desesperado por tu roce.
No ibas aguantar mucho más sin bajar tus shorts y dejar que hiciera contigo lo que él quisiera.
-Mami… nena… si no me dejas entrar voy a correrme en los pantalones como un gil, por favor… -suplicó jadeando.
La imagen de Blas viniéndose sin ni siquiera penetrarte provocó que el último hilo de autoridad que quedaba en ti se rompiese.
-Está bien, cogéme - soltaste todo el aire que te quemaba la garganta, toda tú estabas ardiendo.
Blas no necesitó que se lo dijeras dos veces, con las manos temblorosas bajó su pantalón y por poco arranca el tuyo. No pudo esperar a poder bajar tus bragas, simplemente las hizo a un lado y se introdujo en ti de un solo movimiento. Ambos estabais tan húmedos que no hizo falta mucha ayuda, aunque su tamaño te arrancó un grito, no existía más profundidad que la que estaba tocando él. En un par de segundos ya se movía dentro de ti, estirando tus músculos y gimiendo de alivio.
-Gracias, mi flor, te amo…te amo tanto…
-Mi conejito… -al decir esto, Blas empezó a penetrarte de forma más frenética, como si quisiera darte la razón en lo de que era un animalito desesperado.
De repente, muy para tu desgracia, el aguante de tu novio llegó a su fin, lo cual resultaba comprensible, pero deseabas tanto que siguiese dentro de ti…
Clavó sus dedos en tu cadera, y, con la otra mano llevó tu muslo hacia atrás para abrirte aún más y darle mejor acceso.
-Me voy a venir, ¡me voy a venir! – gritó desesperado.
-¡Veníte, amor,…. Dios!!
Blas encajó la punta de su miembro en lo más profundo de ti, y una vez allí, dejó salir toda su excitación, la notabas ardiendo, lamiendo tus paredes.  Las últimas palpitaciones enfatizaron más lo muy a presión que salía, llenándote por completo.
Se derrumbó a tu lado, pero sin salir de ti. Siguió acariciando tus pechos y besando tu cuello, murmurando palabras de amor a tu oído.
-Mi niña… cómo te adoro…
-Soy demasiado buena contigo -dejaste salir una risa.
 - Y sí… no te merezco…-continuó plantando besos adorablemente.
Su mano bajó desde tu torso hasta tu pubis. Uno de sus largos dedos comenzó a trazar círculos de búsqueda hasta encontrar tu clítoris entre tus pliegues. Presionó suavemente e inicio ese patrón de movimientos que sabía que funcionaba tan bien en ti.
Te aferraste a su brazo como si fuera un ancla a tu propia cordura. Su miembro aún duro reaccionaba a cómo tus contracciones le apretaban. Si aún no habías alcanzado el orgasmo es porque tratabas de alargar la sensación, pero pronto no pudiste más y te deshiciste sobre él, manchando aún más su cuerpo y vuestras sábanas.
-Esa es mi buena nena…así mejor ¿verdad?
No conseguías hablar, así que Blas se tomó tu silencio como un ‘sí’ y, cuando recuperaste tu respiración normal, dejó un beso rápido en tu mejilla antes de levantarse a prepararte un baño caliente.
Te sonreía apoyado su espalda en el marco de la puerta, tan alto, tan hermoso, mientras el sonido del agua llenando la bañera ya parecía reconfortarte.
-No tenés remedio vos – dijiste negando con la cabeza.
-¿Yo?
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Parte 3
Parte 2
Parte 1
tags: @madame-fear @deepinsideyourbeing @loveinsprings @lunitt
@lastflowrr @iamjustadoll @moviestarmartini @yanvgc @choccocake @bichotaaseason
(como siempre, díganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
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jartita-me-teneis · 7 months ago
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Hasta en los ladrones hay niveles...
Un ladrón entró al banco gritando a todos:
"Que nadie se mueva, el dinero no es de ustedes, su vida en cambio les pertenece."
Todos en el banco, guardaron silencio y lentamente se tiraron al piso.
A esto se llama:
"CONCEPTOS PARA CAMBIAR MENTALIDADES"
Cambia la manera convencional de pensar en el mundo.
En eso, una mujer se acostó provocativamente en uno de los escritorios, pero el ladrón le gritó:
"Por favor, compórtese, ¡se trata de un robo, no de una violación."
Esto se llama:
"PROFESIONALISMO"
Enfócate en lo que estás especializado en hacer.
Mientras los ladrones escapaban, el ladrón más joven (con estudios profesionales en contaduría) le dijo al ladrón viejo (que apenas había terminado la primaria):
"Oye viejo, contemos cuánto nos llevamos".
El ladrón viejo, evidentemente enojado, le replicó:
"No seas estúpido, es mucho dinero para contarlo, esperemos a que en las noticias nos digan cuánto perdió el banco."
Esto se llama:
"EXPERIENCIA"
La experiencia es en muchos casos más importante que sólo el papel de una institución académica.
Una vez que se fueron los ladrones el supervisor del banco le dijo al gerente que se debía llamar de inmediato a la policía.
El gerente le contestó:
"Alto, alto, antes consideremos los 5 millones que nos faltan del desfalco del mes pasado y lo reportamos como si los ladrones también se los hubieran llevado"
El supervisor dijo:
"Correcto"
Esto se llama:
"GERENCIA ESTRATÉGICA"
Sacar ventaja de una situación desfavorable.
Al día siguiente en las noticias de la televisión se reportó que se habían robado 100 millones del banco, los ladrones solo pudieron contar 20 millones.
Los ladrones, muy enojados reflexionaron:
"Arriesgamos nuestras vidas por miserables 20 millones mientras el gerente del banco se robó 80 millones en un parpadeo."
Por lo visto conviene más estudiar y conocer el sistema que ser un vulgar ladrón.
Esto es:
"CONOCIMIENTO" y es tan valioso como el oro.
El gerente del banco, feliz y sonriente, se sintió satisfecho ya que sus pérdidas fueron cubiertas por el robo mediante la aseguradora.
A esto se llama:
"APROVECHAMIENTO DE OPORTUNIDADES."
MORALEJA:
"DALE UN ARMA A UN LADRÓN Y PODRÁ ROBAR UN BANCO, DALE PODER A UN HOMBRE INTELIGENTE Y PODRÁ ROBARLE A TODO EL MUNDO.
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no-toy · 2 months ago
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Ctm que brigido tembló y yo en el piso 20 ;-; tengo miero todavia
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honneyprincessworld · 9 months ago
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Tips mia
•Mastica todo lo que puedas, cuanto más mastiques se te hará más fácil el purgarte.
•Si vas a vomitar puedes abrir el grifo del lavabo o poner música fuerte, así evitarás que te escuchen.
•Procura no salir con las mangas o el pelo recogido, levantarás sospechas.
•Si por alguna razón no puedes entrar al baño porque, ya se están dando cuenta y es demasiado obvio, está ocupado, etc., pues, lleva a tu cuarto (preferiblemente antes de comer) un balde o una tina, vomita en este y en la madrugada o cuando nadie vea elimina la evidencia.
•El olor a vomito es muy fuerte, procura echarte colonia y enjuague bucal (no te laves los dientes, porque la pasta de dientes dañará los dañará mucho ya que estos están sensibles por los jugos gástricos).
•Para vomitar debes usar 2 dedos (el anular y el dedo medio), no te los tienes que meter hasta el fondo, solo intenta tocar la parte de atrás de tu lengua y empieza a jugar como a hacer círculos, ten paciencia, no suele salir a la primera, no desesperes que Mía no es maña sino práctica.
•Si quieres vomitar y te da asco usar tus dedos, puedes usar la parte de atrás de tu cepillo de dientes.
•Si te estas preguntando como ser silenciosa, pues la verdad eso no lo vas a poder encontrar, porque Mía es práctica, con formé más lo hagas, más silenciosa te volverás, eso sí, toma mucha agua antes de vomitar.
•No vomites arrodillada en el piso o sentada, la mejor forma de hacerlo es parada frente al escusado agachada, formando un ángulo de 90 grados, de esta manera harás presión en tu estómago y la comida saldrá más fácilmente.
•También puedes vomitar en bolsas si no puedes ir al baño, es menos sospechoso, pero siempre preocupa deshacerte de ella en la noche.
•No abuses de los laxantes, estos ayudan a sacarte la comida que no puedes vomitar, sí, pero si abusas de eso tus intestinos se vuelven perezosos y dejan de funcionar, no abuses de ellos.
•Siempre limpia minuciosamente el área donde te has purgado, si tus padres encuentran salpicaduras de vomito por ahí no tendrás una explicación lógica que darles. Intenta mantener cloro y detergente siempre en el baño, además de eso, intenta ser la persona que se encargue de la limpieza del baño, así puedes decir que vas a limpiar el baño como excusa para vomitar.
•Si vas a usar los dedos, no mantengas muy largas tus uñas que después de un atracón, por la desesperación, te puedes hacer daño en la garganta.
••Intenta esperar un poco luego de pararte de la mesa antes de entrar al baño, pero que no pasen de los 20 minutos o vomitar será más difícil y después de la hora imposible, si ven que lo haces todos los días después de comer te empezarán a hacer preguntas.
•Si empiezas a vomitar sangre es momento de hacer una pausa y dejar que tu organismo se recupere. Vomitar sangre es muy peligroso, deja de hacerlo por lo menos 11 días, tu organismo debe sanar antes que suceda algo peor.
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rubywolffxxx · 3 months ago
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Pole Position (Formula 1 x lectora)
Resumen: finalmente era domingo, y además de la inquebrantable esperanza de que Franco tuviera una carrera memorable, Tania esperaba que la lluvia no fuera un problema muy grave.
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~ Capitulo anterior Capítulo siguiente ~
Masterlist de capítulos
Masterlist de mi autoría
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~ XI ~
Cuando Tania bajó a desayunar, solo Alex y Kimi estaban ahí.
—Buenos dias, madrugadores.—se sentó frente a ellos con su bandeja repleta de comida. Miró con curiosidad la ventana—. Parece que el clima no ha mejorado nada.—
—Me temo que lo único bueno esta mañana es el buffet. No mucho más...—Alex revolvía su té algo pensativo.
—Sé que estás preocupado por la lluvia... Pero no te preocupes, todo saldrá bien. La desesperación es más peligrosa que el agua.—Tania sacó su celular, buscando algunos viejos videos de carreras en sus tiempos de TC—. Sé que no es el mismo tipo de auto, pero tengo algunos consejos...—
A pesar de que esa mañana la joven se dedicó a darle consejo tras consejo a Alex -y a un curioso Kimi- no sirvió de mucho. El chico no supo controlar su auto y terminó destrozándolo. Solo franco correría en el gran prix.
—¿Qué tal? ¿Digno de tu piloto favorito?—Lando se acercó a la chica que se refugiaba de la lluvia en los palcos.
—Mi lado de fanática apasionada esta siendo difícilmente reprimido por la necesidad de ser una buena amiga y no festejar en la cara de Franco tu victoria.—Tania lo miró, sonriendo de forma disimulada—. Felicidades, Lando. Estuviste increible.—
—Ya, dile que fue genial y todo eso.—Franco apareció en el lugar, viendo como la chica comenzaba a sonreír incluso más—. Explotarás si sigues aguantándote, por dios.—
—¡Fue increíble!—Lando se dio un pequeño susto por el repentino sobresalto—. Manejaste muy bien, y-y tu auto también es muy bueno, tus mecánicos son unos genios y yo... Yo, dios. Fue increíble.—
—Bueno, demasiado.—Franco le dio unas palmaditas en el hombro—. Ya lo alabaste mucho.—
—No tanto, no.—Lando sonrió con cierto orgullo.
—Si sigue lloviendo así, quiero ver cómo lidiarás con Max... Porque sí, él subirá.—Tania se emocionó de solo pensarlo—. Apuesto mi auto por eso...—
—¿No le tienes fe a tu favorito?—la chica enarcó una ceja—... Apostemos entonces.—
—Perderás.—
—Si yo gano, me darás una cita.—
Esa apuesta, no le gustó mucho a la piloto.
—Mi amiga no se regala con esas tonterias.—Franco salvó el momento que no pintaba muy bien—. Bueno, nos vamos. Mary en realidad me mandó a buscarte. Hay planes para nosostros, querida.—
—¿Ahora?—Tania bajó de su nube, mirando confundida a su amigo.
—Algo de marketing, creo.—
—¿Lo escuchaste? ¿Escuchaste lo que dijo?—Tania subió a aquel ascensor más que indignada—. ¿Una salida? ¿En serio?—
—Ah, no te hagas la boluda. Como si no te moririas por una cita con tu señorito Norris.—Franco se paró a su lado, tocando el botón del tercer piso—. No sé qué te molesta tanto.—
—Mary me dejó bien claro que no me meta en ese tipo de asuntos... Una mujer en una parrilla llena de hombres... No necesito rumores de mierda. Tengo que cuidar lo que hago.—
—¿Y eso qué significa?—
—Que Lando es un ojitos alegres, vos lo sabés, yo lo sé, todos lo saben. Lo adoro, es divertido y oobvio que mi piloto favorito... Pero no voy a caer en el truquito ese.—Tania negó enseguida—. Todos acá somos compañeros, nada más.—
—Re que te la pasás shippeando a medio mundo...—
Cuando el par llegó con Mary, la noticia de que podrían estrenar sus monoplazas en unas vueltas de prueba los tomó completamente por sorpresa. Era impensable.
—No sé por qué el horror de sus caras. Has probado el auto en lluvia, niña.—Mary se sirvió un poco de vino.
—Si, en NUESTRA pista y sin cientos de miles de personas mirándome.—Tania se movió nerviosa—. ¿Y qué hay de Franco? Correrá en unas horas, no puede ponerse nervioso ahora.—
—Los superiores esperan que el nuevo dúo de General Racing salga en 20 minutos y dé dos vueltas de prueba... Asi que los necesito listos en 4.—
Tania miró a Franco, quien de verdad no estaba nada feliz con todo aquello.
Era cierto que la joven conocía de punta a punta su auto, sabía qué hacer, que no hacer y cómo hacerlo. Ella lo armó tuerca por tuerca. Estaría bien si conservaba una velocidad adecuada. Pero ¿Franco? Solo había subido a su auto unas pocas veces, sin mencionar que fue siempre en pista seca.
Podía perder el control, o aún peor, podría estrellarlo. Y eso no le serviría a madie.
—... Lo haré, haré la presentación.—Mary le sonrió a la chica—. Pero Franco no puede, esta con Williams ahora. Sería una falta de respeto que se suba a otro auto. Nisiquiera sé si es legal.—
—... Bien. Pero se aclarará eso en una entrevista luego.—
—¿Y yo no puedo ir contigo?—
Kimi le alcanzó a su amiga aquel casco negro, siguiéndola hasta el auto.
—Dudo que a Toto le resulte lindo ver a su niño prodigio arriba de un Chevrolet.—Tania se metió al auto—. Además, Franco es mi compañero. Es con él o con nadie.—
—Bueno... Pero algún día quiero manejar tu auto.—la chica rió bajito.
Después de aclarar qué diablos debía hacer en pista, Tania salió. Y una sensación extraña se agolpó en su pecho.
No era la primera vez que corría. Por supuesto que no.
Pero era la primera vez que corría en las grandes ligas.
La primera de forma oficial con su auto terminado.
La primera en nombre de su escudería.
Y a pesar de que sólo era de prueba.
Mierda...
Se sentía maravilloso.
~Prueba de radio.~
—Hola, Tommy. Te escucho fuerte y claro.—
~Bien, excelente ¿Te parece si damos unas vueltas limpias y sin estrellarnos contra nada?~ Tania sonrió.
—No me digas que ella es la chica con la que salieron anoche.—Max se paró junto a Lando, quien miraba como la chica volaba sobre la pista.
—Es buena, amigo... Cuando entre a la parrilla el próximo año, será una rival interesante.—Lando sonrió, y su mejor amigo supo que estaba pensando en algo.
—No me digas que te gusta.—suspiró—. Qué pregunto. A ti te gusta todo el mundo.—Lando resopló con cierta gracia.
—Es linda, muy simpática y graciosa ¿A quién no le gustaría?—
—No hagas ninguna tontería, lo último que necesitas es más hate... ya tienes demasiado por tus propios méritos.—
—Ah, no te preocupes por eso. Somos amigos...—
—¡Tatooo!—
—¡Francooo!—
La chica rió bajito apenas Franco le dio un abrazo de oso en el garage.
Después de sus vueltas de prueba, Tania volvió a su garage designado. Tenía algunas cosas en mente respecto al comportamiento del auto sobre la pista, pero todo el aspecto mecánico debía esperar. Debía dar una nota periodística. La primera sin Franco o Mary.
Y fue de lo más encantadora.
—Franco ya tenía el corazón de la mayoría del mundo automovilístico, esta chica terminará haciendo lo mismo.—Mary miraba con una grata satisfacción como la chica reía a gusto con el entrevistador, hablando de cuestiones que poco y nada tenían que ver con la carrera. Se habían ido de tema—. Parece nerviosa al principio, pero se da con facilidad para dialogar. Es bueno.—
—Su facilidad para enojarse no lo fue, asi que sigamos de cerca esa cuestión. Debes asignarle un manager.—
—Ya estuve viendo ese asunto, no te preocupes.—Mary tomó su celular, notando que tenía un mensaje de Tania. Veria la ultima carrera junto a Kimi y Alex—. Pero sé que lo hará bien, la niña sabe lo que hace.—
Cuando Franco perdió el control de su auto, Tania bajó enseguida para ver que estuviera bien. No se veía para nada bien.
Estaba frustrado, enojado. Triste. Y Tania supo que era mejor darle su espacio. Solo se limitó a dejarle unos mensajes de texto.
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El fin de semanas de carreras finalmente llegó a su fin, y todos los pilotos eran libres ir a donde quisieran. Claro está que Tania volvería a su hogar en Michigan, no sin antes arreglar con sus padres y hermanos para que la visitaran por esos breves días. Los tomaría como unas breves vacaciones antes de meterse de lleno en los entrenamientos. Porque serían intensos.
—¿Ya preparaste todo?—
Tania despegó la mirada de su celular al escuchar la voz de Franco. El chico se mantenía de pie junto al sofá donde la chica estaba recostada.
—Si, todo listo... ¿Vos?—lo vio asentir desganado—... Vení.—
En cuanto la chica le extendió los brazos, Franco no tardó en buscar consuelo en ellos. Se acomodó a su lado, siendo abrazado enseguida.
—Tenías razón, me apuré.—
—En general lo hiciste genial, nene. Pero para la próxima, suspirá profundo y pensa si lo que estás por hacer es bueno o una boludez.—Tania le dió unas palmaditas en la espalda—. Pensa antes de actuar, corazón. O te vas a reventar contra algo y no quiero eso.—
—Ya me reventé contra la pared...—
—Bueno, que no pase de nuevo.—Franco sonrió apenas.
—Lo voy a intentar...—
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herederadelosdunsirn · 2 months ago
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Interludio Victoriano (Sesión 6ª)
Anteriormente...
24 de octubre del año de Nuestro Señor de 1889. 00:10 horas. Piso franco de los Giovanni en París.
Nos reencontramos con Hoid en el piso franco. Volvimos a poner en común todo lo que teníamos aún pendiente en la ciudad, incluyendo a Calamus y su posible estancia en el Palacio de Cristal durante el ataque del día 16. Quizás tuviéramos que regresar y que Hoid intentara hablar de nuevo con Thomas Rutherford acerca de ese asunto.
Saqué el tema de la puja para la subasta y lo que sabíamos hasta la fecha:
Los Nosferatu tenían "la lágrima de Perséfone";
Los Buscadores del Vacío tenían la "brújula de Verne";
Los Giovanni tenían la "Caja Órfica";
El señor Kalinovski tenía "el Grillete".
Sabíamos que eso era lo que cada una de las facciones iba a entregar como potencial pago en la subasta por el cuadro. Esa noche tendríamos que regresar al cementerio de Pere-Lachesse para darle una respuesta a Esculapio. Tras un rato hablando del asunto, llegamos a la conclusión que para no fastidiar las probabilidades de obtener el cuadro sería mejor que tanto los Nosferatu como nosotros nos mantuviéramos en la subasta, aunque con el acuerdo con Esculapio de que si él ganaba la subasta nosotros le cambiaríamos la caja órfica por el cuadro.
Durante la conversación, Angus comentó que quizás sería bueno intentar convencer a los Buscadores del Vacío de que abandonaran la puja, quizás a cambio de algo, aunque realmente no sabíamos qué les habían pedido a ellos para entrar en la subasta. Quizás deberíamos volver a visitar a Thomas.
Pero aún así, nosotros no podíamos entrar en la subasta sin realizar lo que se había asignado a los Giovanni y que Aube no había podido conseguir: capturar el fantasma del vagón en las vías muertas de la Estación Central de París.
Para conseguir tal proeza necesitaríamos un recipiente, un artefacto que pudiera contener ese fantasma y llevarlo más tarde a presencia de los Giovanni para que ellos usaran sus artes para conseguir averiguar cuál era el grillete de ese fantasma para conseguirlo o replicar uno similar, de tal forma poder controlarlo a voluntad.
Aube nos dijo que el "embajador" Cossimo tenía un artefacto para ese menester, pero lo había perdido cuando fue convocada la Caza de Sangre contra él tras lo ocurrido en la calle Watt. Recordé que el niño Wraith de allí me dijo que Cossimo había intentado capturarle, y que ése fue el motivo para que "la Señora de las Estrellas" hablara con él y lo volviera loco... Así que nos hacía falta un artefacto, una maravilla, que pudiera contener a aquel fantasma.
Caí en la cuenta de que Angus llevaba consigo un reloj de bolsillo con el emblema de los Dunsirn y que en su interior había un fantasma que podía dominar a voluntad para que realizara ciertas tareas. Probablemente podríamos usar ese reloj como contenedor para atraparlo (ya veríamos qué haríamos con el otro wraith, probablemente poseería algún cuerpo durante un tiempo, cosa a la que Angus se presentó voluntario. Era una suerte que no hubiéramos maltratado a la entidad fantasmal...)
Teniendo todo esto claro, nos fuimos en nuestro coche de caballos hacia la estación central de París. Llegamos hasta allí a eso de las 00:45 horas según nuestros relojes. Bajamos y dejamos al chófer con nuestro coche preparado por si hubiera que salir de allí a correprisa.
Aube había estado antes, así que ella se encargó de guiarnos hacia donde estaba el vagón encantado que debíamos "limpiar" de su presencia fantasmal. Nos movimos por vías durante unos 20 minutos hacia la zona más alejada de la estación, rodeados de viejos vagones destartalados y máquinas de vapor retiradas de uso. Finalmente llegamos a la vía muerta más alejada en la que encontramos un flamante vagón-comedor de un tren de lujo, en perfecto estado, reluciente y sin un solo arañazo en su exterior. Le preguntamos a la joven maga qué era lo que había pasado allí cuando ella estuvo y no logró su objetivo. Nos dijo con cierta cara de preocupación y algo de temor en su voz que cuando entró se encontró con que todo lo que había dentro cobraba vida y se lanzaba contra ella, incluso la estructura se retorció. Al no tener suficiente fuerza en la Esfera de Espíritu y carecer del contenedor adecuado, fue expulsada de allí por la fuerza del espíritu. Sin duda se trataría de un Poltergeist, por su descripción. No pudo hacer prácticamente nada contra él...
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El vagón encantado.
Hoid comentó la posibilidad de averiguar algo sobre el origen de aquel fantasma, quizás rebobinando el tiempo para ver lo ocurrido en aquel vagón. Según Aube, estaría allí no más de año y medio.
Aitor también vio que podría intentar usar su habilidad de Psicometría, pero quizás sería mejor si ambos unieran fuerzas para esa tarea.
Prepararon un ritual juntando sus respectivos paradigmas, usando los elementos que ambos usaban y que podrían ser de alguna forma comunes: los dos usaban humo de tabaco como foco; Aitor se maquillaba como si fuera un cadáver fantasmal y Hoid usaba un pentaprisma para usar colores, pero podría usarlo para poner colores diferentes en sus respectivos rostros; Aitor usaría su péndulo y Hoid su caja de música, pero el primero siguiendo el ritmo y el compás de la melodía del artefacto del segundo.
Realizaron el hechizo y se escuchó una extraña voz, con una cadencia y un ritmo enigmático, aunque no se entendía lo que decía sí que quedó claro que había una repetición de un mensaje, ¿quizás una plegaria repetida por varias personas con un ceremoniante dirigiéndola? Aitor tocó las paredes externas del vagón. Estuvo en trance unos momentos, hasta que regresó a la consciencia de nuevo. Para él fue como si el vagón estuviera en movimiento, su pensamiento se ralentizaba, vio al hombre pelirrojo que se hizo pasar por el pintor-escultor Terence St. Trewes junto al real (el negro) bajándose del tren. Tras esto todo cambiaba, había alboroto, gritos de gente que huía espantada de miedo del vagón. El tren se paraba y los revisores sacaban tres cuerpos tapados con sábanas ensangrentadas. Tras esto todo volvía a cambiar y vio entrar a Aube, que quedó aterrorizada y fue expulsada por la fuerza del vagón.
Aquello era lo que Aitor había visto al tocar el exterior del vagón. Ahora haría falta saber qué había pasado en su interior con más detalle.
Sin mediar palabra, Baine se ocultó entre los vagones en ruinas cercanos y entró en la Umbra, cortando nuestro enlace mental con él.
Aitor decidió ahora entrar en el vagón pero usando su poder de Viaje Astral (que también le permitiría usar Psicometría una vez estuviera dentro), siendo ayudado de nuevo por el ritual que Hoid y él hicieron antes. Su cuero quedó fuera, relajado y como dormido.
Pasó el tiempo y no se supo nada ni de Baine ni de Aitor. A los 10 minutos decidimos entrar en el vagón-comedor. Subimos Hoid, Dreyfuss, Angus, Aube y yo misma.
Nos llevamos una sorpresa, era como si estuviéramos en un tren en movimiento, de día, por las ventanas veíamos el paisaje de la campiña francesa. Estábamos todos en la puerta de entrada al vagón-comedor y con nosotros también estaban tanto Baine como Aitor, éste último con materia corporal sólida...
Para ambos hacía un par de segundos que habían entrado, Baine incluso pensaba que aquello era tan extraño como la calle Watt ya que había acabado allí al entrar en la Umbra...
Observamos nuestro entorno. Varias mesas preparadas para el desayuno, ya que había un reloj en una pared que marcaba las 7 de la mañana. Dreyfuss comprobó su reloj de bolsillo y vio que estaba parado a la 1 y 15, justo cuando habíamos entrado en el vagón tras esperar diez minutos a nuestros compañeros. Había algunas de ellas marcadas con carteles de reservado y algunos nombres escritos en ellos.
De repente, Angus se sentó en uno de los sillones cercanos sosteniendo el reloj de bolsillo que íbamos a usar para contener al fantasma del vagón. Su rostro era de pánico y parecía no reaccionar a nada de lo que le decíamos.
Decidí usar mi magia con él para sacarle de aquel estado semi-catatónico. Utilicé mi cilicio en el muslo, las letanías de Lilith y el cuchillo en mi mano izquierda para activar las Esferas de Espíritu y Vida. Pero noté un tirón en mi cabeza. De nuevo escuché el mensaje distorsionado de antes, pero ahora más grave y algo más lento. Cuando éste terminó vi una cosa extraña, todo estaba en sombras, pero podía vislumbrar algunas figuras y llegué a distinguir una en particular: la mujer oriental del cuadro de Terence St. Trewes, la que sujetaba la caja órfica, miraba con absoluto terror como una mujer vestida con ropas oscuras muy similares a las que yo usaba estaba encima de una mujer de piel oscura y ropas bastante extrañas. Me acerqué para comprobar exactamente de quién se podía tratar y qué era lo que asustaba tanto a aquella mujer. La mujer del vestido oscuro estaba mordiendo en el cuello a la mujer de piel oscura que tenía debajo, de una forma que sabía perfectamente de qué se trataba: un vampiro alimentándose de su presa. Lo siguiente me sorprendió aún mas ya que la mujer de piel oscura de la que estaba bebiendo era la misma que había visto yo tanto en mi ensoñación en la mansión del Conde de Veccio cuando fui a recoger la caja órfica y después en el otro cuadro de Terence St. Trewes, cuya imagen desapareció misteriosamente dejando solo el marco y un lienzo en blanco. Y al levantar la mirada para ver quién estaba mordiéndola pude ver cabello pelirrojo y un rostro que me era muy familiar: yo misma. Estaba presenciando cómo yo, Abrazada, iba saciando mi sed imperecedera con la preciada sangre de aquella mujer que fue languideciendo poco a poco a medida que iba quedándose sin sangre en sus venas. Frente a ellas al otro lado, se encontraba mi Avatar, la niña pelirroja que llevaba dentro de mi cabeza, lloraba desconsolada y a medida que mi yo cainita iba acabando con la sangre y la vida de la mujer de piel oscura y ropa extraña, ella iba desvaneciéndose hasta que desapareció totalmente.
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En la visión, bebía la sangre de la enigmática mujer de piel oscura...
¿Estaba viendo algo que iba a ocurrir o un delirio causado por aquel fantasma que queríamos atrapar? No sabía la respuesta, me agarré a la mesa. Mi hechizo no había funcionado, Angus seguía igual. Intenté quitarle por la fuerza el reloj de sus manos, pero ahí ya reaccionó y se apartó de mí llevándose el reloj hacia la altura de su corazón. Sus ojos recobraron al instante la vida y poco a poco empezó a reaccionar de manera normal.
Baine se acercó a mí con rapidez y me agarró de la cintura, ayudándome a incorporarme mientras me preguntaba galantemente qué era lo que yo necesitaba. No sé porqué se lo pregunté, pero le dije si estaba dispuesto a morir por mí. Y él se rio, asegurándome que no sabía si podría morir realmente, pero que estaba dispuesto a averiguarlo si hiciera falta. Quizás aquel fuera el primer paso hacia algo entre los dos...
Angus, recuperándose poco a poco, nos comentó que había sentido palpitar su propio corazón en el reloj de bolsillo, y que se iba deteniendo al mismo tiempo que sus propios latidos. Debía proteger el reloj y su corazón.
Sin duda, algo raro estaba sucediendo allí dentro. Baine nos dijo que no brillábamos al usar nuestro poder allí dentro. Miramos la mesa donde estaba apoyada yo y hasta ese momento había estado sentado Angus. Había un papelito escrito justo al lado del cartelito metálico de "Reservado" a nombre de dos personas: "Terence St. Trewes y criado". ¿Cómo podía estar allí el pintor y el criado? ¿Acaso estábamos en la visión que había tenido Aitor antes del exterior del vagón?
Baine intentó regresar a la Umbra. Lo logró, pero reapareció un par de segundos después bastante nervioso. Había visto un cuerpo, el suyo propio, traslúcido, le faltaba un brazo, tenía varias heridas, vestía con harapos y vendas, e iba descalzo sobre un terreno arenoso. Algo le había dado un tirón para devolverle a donde estábamos nosotros, él no había querido regresar voluntariamente de la Umbra. Se acercó a la puerta de salida lateral del vagón y la abrió, entrando aire fresco del exterior. El paisaje se movía ante nuestro ojos por la velocidad del tren.
Hoid preparó sus focos para intentar avanzar el tiempo a nuestro alrededor, pero no consiguió realizar nada. Baine también corroboró que al hacer su magia Hoid no brillaba. El prodigio miró en su bolsillo, tan solo sus cristales y el frasco con Vitae que le había dado en Londres brillaban aún.
Decidimos movernos de allí. Pasamos al vagón siguiente, en la dirección de la locomotora. Cruzamos con cuidado entre coches del tren, notando el aire y el paisaje moverse a gran velocidad. Estábamos ahora en un vagón con cabinas, sin duda la parte de primera clase del tren. No había nadie por el pasillo. No teníamos muy claro qué hacer, hasta que Dreyfuss nos avisó que llegaba alguien por el lado contrario del vagón. Era un camarero que llevaba una voluminosa bandeja y tocaba la puerta de una cabina. Escuchó que preguntaba por el señor Bernal y le traía su desayuno. Le abrieron la puerta, entró y de nuevo quedó el pasillo vacío.
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El vagón de Primera Clase con sus cabinas.
Mientras veíamos todo esto, Baine aprovechó para entregarme uno de los cristales de Tass que llevaba consigo, por si me pudieran servir para realizar algún hechizo (estaban compuestos de Quintaesencia)
El camarero salió de nuevo de la cabina y le pregunté por el horario del desayuno en el vagón-comedor. Me dijo que a las 8 horas abría. El tren en el que íbamos llegaría a su destino por la tarde. En unas 3 horas llegaríamos a la primera parada, un pueblecito sin importancia (al menos para nosotros). Le di las gracias y se marchó por donde había venido inicialmente.
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El camarero llevando el desayuno al señor Bernal.
Ya sabiendo que al menos había alguien más en el tren, Aitor se acercó a la misma puerta donde había servido el desayuno el camarero, entró sin tocar y vio al tal señor Bernal besando a una dama, y por el gesto que ambos pusieron seguramente no sería su esposa... Aitor se disculpó por el error, ¡sin duda se había confundido de cabina! Salió y cerraron la puerta con pestillo.
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El señor Bernal y la dama con la que compartía algo más que el desayuno...
Elegimos al azar otra cabina. Aitor repite la operación, pero ahora hay una mujer mayor, una señora rusa llamada Ecaterine Sissu en compañía de su criada, Anne, que estaban esperando a que se abriera el vagón-comedor donde tenían una mesa reservada para desayunar. Aitor pidió disculpas de la misma manera que antes con el señor Bernal. Al salir escuchó a la perfección como la anciana decía a la criada que cerrara con el pestillo la puerta que "cualquier cosa se nos puede meter aquí". Por supuesto, este comentario no le cayó nada bien al señor Amezketa.
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La señora Ecaterine Sissu.
Decidimos seguir adelante. Llegamos al siguiente vagón, un precioso cuarto de baño. Baine buscó unos trapos de los que se usaban para limpiarse en el excusado y los empapó con colonia, los prendió fuego con una cerilla y los dejó allí tirados en el suelo, pero con esta fechoría tan solo consiguió ahumar un poco la madera del suelo. Había algo de humo en el pasillo.
Aitor decidió vengarse de la anciana. Hizo de vientre sobre uno de los paños, lo cerró bien y lo llevó hasta colocarlo justo delante de la puerta de la cabina de la susodicha. Allí le prendió fuego con la esperanza de que al abrir la puerta y lo vieran arder lo intentaran apagar pisándolo y se llenara los zapatos y parte del vestido de sus deposiciones... Tocó a la puerta con los nudillos y se apartó, buscando un buen lugar desde donde verlo todo. Sin embargo, la puerta no se abrió y en su lugar se escuchó el sonido de una campanilla. Al cabo de unos instantes, apareció un revisor que al ver el paquete en llamas delante de la puerta hizo lo que se esperaba, pisarlo para apagar las llamas... Con mucho asco y pringado de mierda humeante hasta casi la rodilla, lo arrojó a patadas fuera del vagón por la puerta lateral a las vías.
Tras esto, avanzamos de regreso hacia el vagón-baño y de ahí al siguiente, que resultó ser el de segunda clase. Era más austero, con sillones dobles en hileras, pero espacioso y acogedor. No había ningún pasajero en ese momento por allí.
Seguimos avanzando y llegamos al vagón de tercera clase, aquí sí que había pasajeros sentados, más apretujados y sin duda en asientos menos cómodos. Pasamos con cuidado entre ellos y llegamos a la puerta que comunicaba con el vagón del carbón y delante estaría la locomotora. Había una cerradura y fueron intentando abrirla Angus, Dreyfuss, Baine y Aitor, sin conseguirlo ninguno de ellos. Le pedí a Aube que usara su magia para ver si su dominio sobre la Entropía le permitía allí dentro hacer el truco de siempre de que el mecanismo de la puerta la hubiera dejado abierta o susceptible de ello. Usó su pañuelo al cuello, yo le ayudé tirando de él, para estrangularse un poco, sacó su cuchillo y se cortó un trozo de piel de la mano que se metió en la boca, pero su hechizo tampoco funcionó. Sin embargo, ella también tuvo una visión acerca de mí y de ella: estábamos con los Giovanni, le habían prometido el Abrazo, yo la mordía causándole un dolor tremendo (como hacen ellos) y se suponía que yo iba a ser la que le entregara mi Vitae para convertirla en una no-muerta, pero en el último momento yo no lo hacía y todos los presentes se reían de ella mientras agonizaba desangrada.
Como no pudimos avanzar, decidimos regresar de nuevo al vagón-comedor. Al entrar vimos delante nuestro al falso Terence St. Trewes que se sentaba él solo en la mesa que tenía reservada, sin que le acompañara su criado (que suponíamos que sería el verdadero Terence, tal y como Aitor nos dijo en su visión) Tomamos algo para desayunar en otra mesa cercana a la puerta mientras veíamos cómo el pelirrojo desayunaba a su vez. En cuanto terminó, se dispuso a salir y regresar sin duda a su cabina.
Tanto Aitor como Dreyfuss lo interceptaron prácticamente a la salida, preguntándole si era el afamado pintor y escultor Terence St. Trewes. El hombre se quedó muy sorprendido al ser reconocido. Asintió y le estuvieron diciendo que conocían su obra en Londres. Él se dio cuenta del acento de Dreyfuss, identificándolo como londinense. Estaba en Francia de viaje por asuntos de trabajo y aunque aún no era tan conocido como en la capital del Imperio Británico, esperaba que en breve su suerte cambiara y le empezaran a llegar encargos de la otra orilla del Canal de la Mancha. Parecía algo nervioso, como si quisiera llegar cuanto antes a su cabina. Les dijo que se bajaba en la siguiente parada, en menos de 2 horas, y debía hacer el equipaje y preparar unos documentos. En aquel lugar iba a adquirir una serie de pigmentos muy necesarios y valiosos para su trabajo y solo los podía encontrar allí. Baine intervino en la conversación, diciéndole al falso St. Trewes que había estado recientemente en su taller en Londres. Le había abierto la puerta un hombre negro haría cosa de unos 3 días. El pelirrojo le dijo que aquello era imposible, no había nadie en su taller en ese momento y además su criado, que era negro, viajaba con él. Baine añadió que aquel hombre negro que le recibió además estaba pintando usando sus herramientas de trabajo... Sin saber porqué, el falso pintor siguió la conversación diciendo que solía permitirle hacer esas cosas para apaciguar sus ansias, a fin de cuentas era una criatura subhumana... Dio por terminada ahí la conversación y salió a toda prisa del vagón hacia su cabina.
Como estábamos cerca de la puerta nos fue fácil seguirle a cierta distancia hasta que pudimos ver en qué puerta del vagón siguiente se metía. Decidimos entrar por las bravas, dejando fuera vigilando a Aube, Dreyfuss y Hoid.
Tocamos a la puerta y Angus se encargó de abrirla de una patada, haciendo que el falso pintor cayera hacia atrás y dejándonos el paso libre para entrar. La cerramos tras pasar. Baine apuntó con su revólver al pelirrojo a la cabeza y le pidió colaboración o habría plomo en su cerebro en un pispás. Su supuesto criado, el auténtico Terence, salió de la zona de las literas donde estaba y se enfrentó con nosotros verbalmente. Aunque intentaron seguir con el juego de que eran amo y criado, finalmente dejamos claro que sabíamos la verdad y aceptaron ser lo contrario para que el pintor negro pudiera trabajar, pese a que sabía perfectamente que el pelirrojo se estaba aprovechando de él y de su obra para lucrarse. Quisimos hacer que confiara en nosotros, pero nuestra entrada portando armas y amenazándoles pudo más que cualquier argumento que le diéramos acerca de que veníamos de dentro de un año y sabíamos lo que había pintado y creado pero no porqué o para qué. También le dijimos que iba a morir en ese periodo de tiempo y que podríamos evitarlo, pero no quiso hablar con nosotros.
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Terence St. Trewes, pintor y escultor (y algo más) haciéndose pasar por el criado del tipo que se aprovechaba de su obra...
Llevaríamos unos 15 minutos y al no percibir ni ruidos de pelea ni gritos, Dreyfuss y Hoid entraron en la cabina dejando fuera a Aube vigilando. El pintor negro se volvió hacia Hoid diciéndole que NO debía estar allí. Estaba claro que lo conocía (Hoid para no variar no recordaba conocerle...) Le dijo que no le debía hablar de su futuro. Y más si la misión que tenía que realizar estaba aún sin hacer. Pensaba que nosotros estábamos con sus enemigos (de los que tampoco parecía dispuesto a hablarnos) Tras un buen rato hablando los dos sobre sus asuntos (cosas que Hoid no había hecho y debería hacer y otras que supuestamente debería haber hecho o no) nos dimos cuenta que no íbamos a lograr en modo alguno su colaboración. La cosa era si les permitíamos abandonar el tren en una hora en la siguiente parada o no lo hacíamos... Avisamos a Aube de que entrara y estuvimos esperando hasta que llegó el momento en que el tren se detenía para dejar bajar a los pasajeros que habían llegado a su destino. Finalmente, dejamos que se marcharan y ambos salieron del tren a toda prisa. Parecía que una de las imágenes de la visión de Aitor se había cumplido. Igual las demás iban a pasar también...
Volvimos a vagón-comedor. Estaban empezando a servir comidas. Algunas mesas con reserva estaban ya ocupadas como la de un tal Raoul Navarre, y la criada de Ecaterine Sissu, Anne (pero no su señora). Faltaban por ocupar las mesas reservadas Sophie Bernié y Ramón Bernal. Pedí un plato de asado, al igual que Angus, mientras los demás pedían algo de beber.
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Anne, la criada de Ecaterine Sissu, comiendo sin su señora...
Al traernos la comida, el mero aroma nos encantó. Corté la carne y comprobé que estaba en su punto, rosada y un poquito sangrante. La probé y deleité con cada bocado. Sin duda era deliciosa, es más, era una de las mejores carnes que había probado. Angus me dio la razón. Nos quedamos de repente mirándonos. Sabíamos perfectamente qué tipo de carne era aquella... carne humana.
El tren entró en un túnel y todo se quedó a oscuras. Cuando regresó la luz estábamos de pie, en la entrada del vagón-comedor, no había nadie allí aparte de nosotros, volvían a estar los carteles de las mesas reservadas con los mismos nombres que vimos al llegar. El reloj de la pared seguía marcando los 7 de la mañana y parecía que en efecto era el mismo día y momento en el que habíamos llegado todos... Todos nos notamos doloridos, como si algo nos hubiera consumido un poco por dentro.
Miramos a Hoid, él nos corroboró lo que ya sospechábamos: estábamos en una especie de bucle temporal y se había reiniciado a las 7 de la mañana del día que habíamos llegado en mayo de 1888.
Sin mediar más palabra, Baine se dirigió hacia la puerta lateral del vagón, la abrió y saltó... No le volvimos a ver más. No sabíamos si el tiempo se reiniciaba de nuevo si volveríamos a verle. Sentí cierto pesar al perder a nuestro prodigio. Pero me di cuenta de algo, el cristal de Tass que me había dado seguía estando en mi poder.
Dreyfuss se puso en camino hacia la puerta que nos separaba de la locomotora. Una vez allí la examinó con detenimiento y estuvo fráncamente seguro de que estaba haciendo lo correcto para abrirla, pero era como si hubiera en marcha algún tipo de ilusión que le impedía ejecutarla con éxito. Observó su reloj de bolsillo, en esta ocasión marcaba la 1:16 (un minuto más que la otra ocasión).
Había 3 sospechosos que no se habían presentado durante la comida (quizás fueran los 3 cadáveres que Aitor había visto en su visión que eran sacados tapados del vagón) Teníamos localizadas las cabinas de Ramón Bernall, Ecaterine Suss y su criada Anne y de Terence St. Trewes y su criado. Tan solo nos faltaba una persona de las que habían reservado mesa por conocer: Sophie Bernié.
Habiendo investigado toda la parte frontal del tren, decidimos ver qué había en la parte trasera más allá del vagón-comedor. Si llegáramos a la cocina quizás pudiéramos comprobar si lo que Angus y yo sospechábamos era cierto y allí se estaba preparando y sirviendo carne humana a los viajeros.
Anduvimos en dirección contraria buscando el vagón-cocina, llegamos primero a un vagón-salón para fumar y seguimos hacia adelante. Pero nos detuvo un revisor, nos dijo que no se podía acceder al vagón-cocina mientras el cocinero estuviera allí trabajando, ni siquiera aunque quisiéramos felicitarle por sus platos...
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El revisor, lo mismo limpia cacas en llamas que impide el paso a la cocina del tren...
Hoid tuvo una idea loca: tratar de engañar a Terence St. Trewes para ver si ahora conseguía que confiara en él y le revelara algo de lo que necesitaba saber. Se dirigió hacia allí él solo. Se cruzó con el falso Terence que iba a desayuna. Tocó la puerta y se identificó como Hoid, siendo abierto por el Terence auténtico que de nuevo le dijo que no debía estar allí. No teníamos nuestro enlace mental con Hoid por lo que tuvimos que esperar a que al salir nos contara lo que habían hablado. A grosso modo: Hoid debía encontrarse con el mendigo, era muy importante, en algún momento dará clases en un lugar llamado Escolomancia, St. Trewes se sintió muy aliviado cuando Hoid le mintió y le dijo que había cumplido la misión, y cuando le dijo que perdió Napoleón en Waterloo Terence le dijo que aún había esperanza. Le preguntó qué fue de los romanos, Hoid no respondió bien y Terence sospechó, le volvió a preguntar acerca de qué fue de los enviados a Roma, Hoid no contestó bien y sospechó más. Finalmente le preguntó en ese momento si ya le había dado clases. Hoid no respondió bien, y al final St. Trewes sospechó y puso punto final a la conversación, volviendo a hacer hincapié en que era muy importante que encontrara al viejo mendigo.
Decidimos repetir la distracción de la vez anterior para atraer a los revisores fuera de la entrada a la cocina. Mientras esperábamos en el vagón-salón, Aube y Angus repetían lo de quemar los paños empapados en colonia (con mierda dentro) delante de la puerta de la vieja Ecaterine Sissu. Con la humareda acudió tanto el revisor como algún camarero más al sonar varias campanillas avisándoles.
Con vía libre, entramos sigilosamente en la cocina Dreyfuss, Aitor, Hoid y yo misma. Vimos a un hombrecillo chino de aspecto entre simiesco y de un pequinés. Tenía un hombre desnudo colgado frente a un espejo con sus heces por debajo, al que le faltaban varios trozos de carne. El tipo era un buen carnicero, los cortes eran los adecuados para cocinar y además se las arreglaba para que la víctima siguiera con vida... No pareció darse cuenta de nuestra presencia mientras seguía ocupado con los fogones. De repente, en la espalda del hombre desnudo se formó una frase: "Somos lo que comemos. Pero, ¿qué come un espíritu?"
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El extraño cocinero del tren...
Hoid y yo nos miramos y casi dijimos al unísono la misma palabra: "Quintaesencia".
Regresamos a la zona de la puerta de acceso a la locomotora, recogiendo a Aube y a Angus de camino. Acerqué el cristal de Tass a la cerradura y mientras Aube se cortaba un buen trozo de carne de su brazo y realizaba el hechizo de Entropía. En esta ocasión, mientras el cristal desaparecía, conseguimos que la puerta se abriera.
Al entrar en el vagón que debía haber sido el depósito de carbón para la locomotora, nos encontramos con Baine en el suelo, estaba aturdido pero sano y salvo. Nuestros relojes de bolsillo ahora marcaban la 1 y 17...
Estábamos en lo que parecía ser una especie de vagón de tren, pero muy extraño. Sus materiales eran desconocidos para nosotros, nada de maderas y metales, era otra cosa... Sobre una de las ventanas vimos un cartel con unos diagramas de colores y nombres. Aitor nos corroboró que se trataba de algunos nombres de calles o zonas de Madrid, en España. El propio cartel estaba escrito tanto en español como en inglés. ¿Qué era ese lugar?
Estábamos en el Metro de Madrid. No había más pasajeros por allí, ni revisores a quién preguntar. Por las ventanas parecía que estaba anocheciendo. Las luces del vagón eran extrañas y muy brillantes...
Nos adentramos más en el interior de aquel extraño tren. Seguimos sin encontrarnos con nadie más. Tras ver extrañas luces nos vimos de nuevo en un tren antiguo, un vagón de primera clase.
Anduvimos hacia el frente y volvimos a estar en el vagón-comedor de antes. Pero Aitor no estaba con nosotros, se había desvanecido. Por las ventanas vimos que era de noche, con luna llena que no llegaba a iluminar bien el interior. Quizás estaba aún en su forma astral y no podíamos percibirle...
De repente, la madera empezó a retorcerse ante nosotros. Las sombras empezaron a inundarlo todo y algo oscuro se formó ante nosotros. Estábamos de regreso a la estación de París, en la vía muerta, dentro del vagón-comedor encantado, enfrentándonos al fantasma que expulsó de allí violentamente a Aube noches atrás.
Continuará en la sesión 7ª...
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aricastmblr · 6 months ago
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DisneyPlusJP X 12ago2024 ⋱ 遂にスタート🫶 ⋰
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Detalles del evento https://flying-postman.com/event/2024080611295/ (sitio externo)
Experimentemos viajar juntos ✈️
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DisneyPlusJP X 12ago2024
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\サッポロファクトリーで開催中/ 𝐉𝐈𝐌𝐈𝐍 & 𝐉𝐔𝐍𝐆 𝐊𝐎𝐎𝐊 『#𝐀𝐫𝐞𝐘𝐨𝐮𝐒𝐮𝐫𝐞?!』𝐏𝐎𝐏 𝐔𝐏 𝐢𝐧 𝐒𝐚𝐩𝐩𝐨𝐫𝐨 8/13(火)~18(日)
イベント開催を記念し、 札幌駅地下通路の大型サイネージでも 札幌編の特別映像を放映中🫶
ディズニープラス で独占配信中☃
<掲出情報> ●北海道・札幌駅(JRタワー アピアウエストアベニュー) JRタワー札幌ピラービジョン  8/12(月)~8/18(日)
※広告をご覧になられる際は駅をご利用されているお客様の流動にご注意ください。 ※駅、及び駅員への問合せはご遠慮ください。 ※映像、画像はイメージです。
˗ˏˋ 📢 Avisoˎˊ˗
\Ahora se lleva a cabo en la fábrica de Sapporo/ 𝐉𝐈𝐌𝐈𝐍 y 𝐉𝐔𝐍𝐆 𝐊𝐎𝐎𝐊 『 #𝐀𝐫𝐞𝐘𝐨𝐮𝐒𝐮𝐫𝐞 ?!』 𝐏𝐎𝐏 𝐔𝐏 𝐢𝐧 𝐒𝐚𝐩𝐩𝐨𝐫𝐨 13/8 (martes) - 18 (domingos)
Para conmemorar el evento, También se muestra un vídeo especial de la edición de Sapporo en los grandes carteles del pasillo subterráneo de la estación de Sapporo 🫶
ディズニープラス y se distribuye exclusivamente ☃
● Estación Hokkaido/Sapporo (Torre JR Apia West Avenue) Visión del pilar de la Torre JR de Sapporo 12/8 (lunes) - 18/8 (domingos)
※ Al ver anuncios, preste atención al flujo de clientes que utilizan la estación. ※ Por favor absténgase de realizar consultas a la estación o al personal de la estación. ※ Los vídeos y las imágenes son imágenes.
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DisneyPlusJP X 12ago2024
˗ˏˋ📢掲出のお知らせ ˎˊ˗
𝐉𝐈𝐌𝐈𝐍と𝐉𝐔𝐍𝐆 𝐊𝐎𝐎𝐊の旅行シリーズ 🟠🟢『Are You Sure?!』🟠🟢
配信を記念し、渋谷駅でも 大型ビジョンとポスターが掲出中!
今週はいよいよ韓国・済州島編がスタート🛶
ディズニープラス で独占配信中🫰
AreYouSure #JiminxJungKook
Jimin #JungKook
<掲出情報> ●東京・渋谷駅 渋谷スクランブルスクエアUCビジョン 渋谷スクランブルスクエア アーバン・コア2階 8/12(月)~8/18(日)
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˗ˏˋ 📢 Aviso de publicación ˎˊ˗
𝐉𝐈𝐌𝐈𝐍 y 𝐉𝐔𝐍𝐆 𝐊𝐎𝐎𝐊 series de viajes 🟠🟢 『¿Estás seguro?!』 🟠🟢
Para conmemorar la distribución, ¡en la estación de Shibuya se exhibirán visiones y carteles a gran escala!
Esta semana, finalmente comienza la edición de Corea del Sur/Isla de Jeju 🛶
ディズニープラス y se distribuye exclusivamente 🫰
#AreYouSure #JiminxJungKook
#Jimin #JungKook
● Estación Shibuya de Tokio Shibuya Scramble Square UC Vision Shibuya Scramble Square Núcleo urbano 2.º piso 12/8 (lunes) - 18/8 (domingo)
※ Al ver anuncios, preste atención al flujo de clientes que utilizan la estación. ※ Por favor absténgase de realizar consultas a la estación o al personal de la estación. ※ Los vídeos y las imágenes son imágenes.
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waltfrasescazadordepalabras · 8 months ago
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Mi vecino era un travesti
Mi vecino era un travesti, de maquillaje barato, y ropa repetida. Olía a perfume y axila.
Raquítico como una escoba, de pelo largo y mal cuidado. El personaje de la cuadra, a quien todos molestaban, pero nadie se atrevía a enfrentar, simplemente porque él o ella, tenía mucha más calle. Si alguien se burlaba, sacaba voz de hombre y todos se asustaban, pero luego transformaba en voz de nena y te lanzaba un beso.
Yo le tenía miedo, para mí era como ver un perro con sarna. Cuando me mandaban a comprar pan, yo cruzaba a la acera contraria a la que él (o ella) estaba. Una vez, salí del negocio y estaba afuera, me pidió cien pesos y yo salí a madre, de hecho, se me quebraron los huevos en el piso al soltar la bolsa. Cada vez que me portaba mal, mi padre me amenazaba que llegaría el travesti de la vuelta y me raptaría. Yo soñaba con eso, despertaba llorando. Mi madre retó a mi padre, le dijo literalmente: No quiero que asustes más al niño con ese gay.
Pero fui creciendo y el miedo se transformó en una simple omisión. Siempre lo veía en la calle, con la misma ropa, oliendo a perfume y axila. Siempre saludaba, me decía el Pepe Grillo, pero no le daba importancia.
Una vez, me metí en un lío con los chavos de otra colonia, me iban a golpear. Me sorprendieron llegando a la población, eran cuatro, me tiraron al suelo y uno sacó un cuchillo, el otro me rompió la camisa y quedé con la panza descubierta. Pero en ese instante, apareció el travesti, tres de ellos salieron a madres, salvo el del cuchillo, los dos de manera casi tácita tomaron un duelo; el travesti les pegó dos madrazos en la cara y otro en la mano. Me sorprendí, y me quedé ahí, callado. Me quede sólo con él y me dijo: “Te apuesto que es por la bronca de la otra colonia, ten cuidado, a esa le gusta meter a los chavos en problemas”. Le dije gracias, y me pidió cien pesos, tenía cincuenta, se los pasé. Prendió un cigarro y se fue.
Desde ese día, ya lo saludaba, al menos le movía la cabeza, pero si yo iba con alguien, siempre lo negaba. Perfectamente me podría haber dicho algo, pero fue respetuoso, se hacía el loco, al parecer entendía perfectamente lo que él representaba para los demás, pero no le importaba, creo.
Mi madre falleció de un derrame cerebral, de un día para otro. Estábamos en el velorio, y a eso de las 12 de la noche apareció el travesti, fue con unas rosas que había sacado de por ahí. Nadie dijo nada, salvo yo, que le dije gracias, me esbozó una sonrisa y se fue. En el funeral, mientras estábamos en el desgarrador entierro, vi que desde unos metro más allá estaba aquel tipo fumándose un cigarro, y a lo lejos me preguntó ¿Estás bien? Yo le hice un gesto de “sí”.
Ya tenía 15, y aun no daba mi primer beso, y la única que me daba chance era la chava por la que me había metido alguna vez en problemas, no sabía cómo hacerlo. Yo creo que el travesti me miró por mucho tiempo que ya me conocía de memoria. Recuerdo que se me acercó y me dijo: "Parece que aún no te haces respetar mi Pepe Grillo". Me tomó de la cintura y me asusté... “Así la agarras y me dijo: entonces le plantas un beso”, yo le dije que se podía sentir abusada o algo así, me dijo que no fuera ingenuo, que ella hace rato me daba chance, era yo el torpe y distraído .
Crucé la colonia, entre todas esas casas de mala muerte, calles de tierra y terrenos baldíos... me acerqué a la chica, la tomé de la cintura y le planté el beso. La solté, puso cara de contenta, y salí rápidamente, como pedo de indio.
Venían como diez, y el travesti los esperó a la entrada de mi población… ahí nadie fue capaz de entrar. Me gritaban que me defendía detrás de la falda de un “puto”.
-Me preguntó cómo me fue y le dije que bien, se puso a reír y me dijo que ya estaba grande.
Mi papá veía el fútbol, mientras yo, sacaba carne de la parrilla y las guardaba en una servilleta, salía escondido y se las pasaba a esta “loca”.
Crecí.
Me transformé en un pelado de 20, estudiaba en Querétaro, y cuando volvía a mi terruño, ahí estaba. Cara dura me decía que el “Pepe Grillo” estaba guapo, yo me reía no más. Y todas las vueltas era lo mismo. En los veranos salía con short a tomar el fresco en la puerta, y le tiraba una lata. Él no paraba de toser, le dije que dejara el cigarro, pero él ni en cuenta.
-Cuando había platos únicos, él se ofrecía a ayudar para cocinar, pero todos lo negaban. Yo le dije a mis tías que lo dejaran, pero pusieron el grito en el cielo, que estaba cochino... que era un puto...
Era marzo, y me preguntó que por qué no me iba a Querétaro, le dije que no había dinero, mi padre estaba hasta el lleno con deudas, yo estaba obligado a trabajar. Me dijo que eso no era posible, así que me pasó mil doscientos pesos en monedas de diez y billetes de cincuenta. No sé en qué espacio vivía, pero se notaba que no entendía mucho, yo me puse a reír, no sé, su gesto me puso contento. Entendí que era como un perro golpeado, de la calle, ignorante del universo, pero siempre fiel con la gente de la colonia.
Armamos un negocio con mi padre, un almacén, y nos faltaba alguien que hiciera el aseo, yo le dije que le diera chance… pero mi viejo se negó tajantemente. Traté de hacerle ver que era buena persona, que le dieran una oportunidad. Mi papá a regañadientes aceptó. Le presté la ducha y le compré ropa nueva. Se cortó el pelo y parecía otro. Pero su gesticulación era la misma de siempre, con esa voz amanerada contando mentiras divertidas.
Mi papá se acostumbró, igual los tiempos habían cambiado, de ser un bicho raro pasó a ser persona.
Desde ahí todos le respetaban en la población, alguno que otro favor pagado, y este se gastaba el dinero en cigarros, pero se veía contento.
Pude volver a la universidad, estaba ya en el último año.
Regresé a mi terruño, con una noticia: iba a ser papá. Mi padre me felicitó y esta “loca” también, me dijo que me iba a tener un regalo para la ocasión, que lo esperara.
Al otro día, desperté a ayudar a mi viejo al almacén, y este loco no había llegado a trabajar. Según mi papá, quizás se había quedado borracho por ahí. Pero lo conocía, era extraño que saliera de la colonia.
Las horas pasaban y no aparecía. Hasta que se acercó la policía, preguntándonos si conocíamos a un "puto" que se llamaba Cristian Lumier, mi papá dijo que no… pero yo sí, era su nombre. Pregunté qué pasaba…
… Lo encontraron tirado, lleno de cicatrices, apuñalado en todos lados, con una botella que le atravesó el ano, con la nariz partida en dos, sin dientes… y con un paquete de pañales a su lado... Aún me duele el corazón.
Se fue parte de mí, me lo arrebataron. Se fue mi infancia, se fue la mitad de mi vida con ella. Sentí y siento un vacío, y que nunca pensé que ella estaba a cargo de llenar.
No dije nada, mi padre tampoco. Estaba mudo, hipnotizado, pregunté donde había pasado, pensé que quizás fueron los de al frente, pero no... desconocidos, a quienes nunca encontraron, y que no sé si hayan ubicado con tanto ímpetu, después de todo ella solo era un vagabundo, disfrazado, una loca que de alguna forma tenía que morir, daba lo mismo si en el río o en la calle.
No hice nada, aún estaba sin decir nada.
La gente de la colonia juntó dinero, sumada a la que una vecina consiguió en la presidencia municipal, con eso pudimos darle un entierro digno. Llegaron muchos travestis, uno que otro individuo "normal"... Quise llorar, pero nadie lo hacía, porque simplemente a nadie le importaba tanto un simple puto..., sentí vergüenza de hacerlo. Me aguanté la pena, me tragué la saliva y me fui a casa. No podía dejar de dormir. Me dolía la cabeza, la pena me tenía un tanto agripado.
Me senté afuera, muy tarde y vi entrar a un perro, se veía mal tratado y no se quería acercar. Lo llamé, pero no se decidía. Entré a la casa y saqué un pedazo de carne, lo dejé a mi lado y empezó a comer, le acaricié la cabeza… y mi pena se desató, y mis lágrimas empezaron a salir desde mi corazón, para desembocar en el lomo de aquel perro.
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En memoria a tod@s aquell@s mujeres, niñ@s y travestis asesinad@s.
Este escrito lo compartieron en una página de fans de Mario Benedetti, según los comentarios:
Autor:Sergio Cortés
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yajan1 · 6 months ago
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Evento: El mundo al revés - segunda parte
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Incita a los ankamianos a respetar su entorno
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Debemos reunir desperdicios alrededor de la oficina.
Necesitas alrededor de 23 desperdicios que se pueden recolectar en la primera y segunda sala de oficinas de Ankama.
Para volver a recolectar, debes esperar 5 minutos.
Obtienes dos desperdicios en cada recolección.
Algunos NPCs te dan sus desperdicios:
Ankamiano goloso de la Sala de reunión
Ankamiana de pausa de la Tienda
Ankamiano deportista de la Sala de deporte y espacio de relajación.
Solo puedes elegir a uno de los NPC para conseguir desperdicios, y debes esperar unos 10 minutos para poder volver a pedirle a cualquiera de estos más desperdicios.
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[!] IMPORTANTE: Si entre todos los desperdicios encuentras 1 Corazón de manzana, guárdalo porque te servirá en la misión La vida en malva.
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Reciclaje: Ve a la Cafetería y habla con Papeleras de la cafetería para reciclar los desperdicios que obtuviste anteriormente.
Si reciclas en la papelera correcta, obtendrás 1 Kama de Ankama por cada uno.
Antes de reciclar, usa las botellas cerradas de cristal y de plástico para obtener tapones y botellas abiertas.
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Reciclar en la papelera incorrecta no te dará nada.
Esta sección de la misión se completará cuando recibas 25 kamas de Ankama x reciclar suficiente basura.
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Averigua por qué los goblins son tan importantes ➤ Debes completar la misión La vida en malva.
Consigue entrar en el Ankabar Habla con el Ankamiano sediento que se encuentra en la Cafetería de Ankama. Nos dice que podemos entrar al Ankabar cada jueves entre las 6 y las 7 de la tarde (hora de Dofus). Sin embargo, nos dice que puede darnos un pase al Ankabar si le traemos 9 bebidas que nunca haya probado. Para eso necesitaremos las siguientes bebidas
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En cualquier taller de alquimista debemos preparar 6 bebidas con distintas cervezas que encontramos en distintos bares del mundo de los doce
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¿Dónde encontrar cada bebida?
Para la bebida angelical
2 x Cerveza del Pankemante: Chef Pankemante en [-36,-58] (en el segundo piso de la taberna)
2 x Cerveza del Feubuk: Nek Feubuk en [-35,-56] (en la taberna)
2 x Cerveza la Paliza Feliz: Félix Palysa en [-35,-55] (en la taberna)
2 x Cerveza de Chatarreo: Chad Arrero en [-28,-55] (en el taller de mineros)
2 x Cerveza de la Jarradepalo: Ulrik Jarradepalo en [-29,-56] (en el taller de escultores)
2 x Cerveza de la Bagruta: Bagruta Vientrepiedra en [-29,-59] (en la taberna)
Para la bebida demoniaca (recuerden, necesitamos 2 c/u)
Cerveza de Djaul: Jiay Djaul en [-25,37] (en la taberna)
Cerveza del bwórkbol: Kro Burk en [-23,34] (en la taberna)
Cerveza Atolmundo: Dyseo Atolmundo en [-27,33] (en la taberna)
Cerveza del Gatokemao: Dulce Koneja en [-28,38] (en la taberna)
Cerveza de la miseria: Malicia Miseria en [-21,39] (en la taberna)
Cerveza del Ripata: Tabernero Ripata en [12,24] (en la taberna)
Para la bebida especiada
Cerveza del desierto: Oúve Hache en [15,-57] (en la taberna)
Cerveza cacterra: Pikmama en [15,-64] (en la taberna)
Para la bebida helada
Frigrodka: Lisa Kaya en [-81,-41]  (en la taberna)
Vinorst: Walter Ehgo en [-77,-44] (en la taberna)
Para la bebida oriental
Pandaburg: Pantruku en [20,-59] (en el zaap)
Pandapils: Pantruku en [20,-59] (en el zaap)
Para la bebida oscura
Cerveza de Sidimote: Drenba en [-25,26] (en la taberna)
Cerveza de Gisgul: Reme Tálika en [-19,21] (en la taberna)
Además, debemos comprar 3 cervezas extra
 Cerveza de Amakna: Linda Maliwhú en [2,-1] o Laura Soho (en la taberna, sala izquierda o derecha desde la sala central) 
Cerveza de Astrub: Tek Abir en [6,-18] (en la taberna)
Limonada de Incarnam: Panzudo en [0,-3] (en la taberna de Incarnam)
Con las 9 bebidas en tu poder, regresa a la Cafetería de Ankama e interactúa con Ankamiano sediento eligiendo la opción de Intercambiar para traspasarle las 9 bebidas y así obtener a cambio el Pase para el Ankabar.
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➤ Desentraña los misterios del Ankabar Habla con el Cliente del Ankabar, quien te hará una serie de preguntas aleatorias sobre el mundo de Dofus que debes responder 10 preguntas en 2 minutos.
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Si respondes correctamente las preguntas, el Cliente del Ankabar te regalará una Cerveza de Ankama. Fallar en una pregunta hará que tengas que esperar unos minutos antes de poder volver a tomar el test. Para poder completar esta sección de la misión necesitamos realizar exitosamente el test 5 veces.
Prueba la vida de artista ➤ Debes completar la misión La jalalínea Blanquita.
Ayuda al encargado de la tienda
Desde la cafetería, ve un mapa a la derecha para llegar a la Tienda y hablar con Encargado de la tienda. Te dirá que los peluches conectados han sido robados, pero por alguna razón no pueden ser detectados, como si se hubieran ido a otro mundo, por lo que depende de ti encontrarlos. El Encargado de la tienda te dará un Teletransmisor para peluche que debes usar fuera de las oficinas en Ankama.
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Debes recuperar y luchar contra cuatro peluches, en un combate cada uno.
Equípate la Peluche Ball que tengas en tu ranura de armas antes de empezar cada combate.
El personaje al que te enfrentas y tu personaje son Invulnerables durante todo el combate.
Los personajes pasan turno infinitamente en la casilla en la que inician.
Los personajes invocan a sus peluches, que son controlables.
El combate termina cuando uno de los peluches muere.
Después de la victoria en el combate contra un peluche, el peluche del personaje NPC pasa a ser un personaje seguidor.
Siempre, después de cada victoria, debes regresar con el Encargado de la tienda.
Tu peluche puede ser reemplazado por el último peluche que recuperaste, si así lo prefieres.
Algo excelente a usar en este tipo de combates es el Dofus de los vigilantes, que te permite curar a tu peluche si esta en línea con tu personaje.
¿Dónde están los peluches?
Minikornio de peluche: Se encuentra en las Calas de Astrub [12,-24].
Tofu de peluche: Se encuentra en la Bahía de Cania[-31,-20].
Miaumiau de peluche: Se encuentra en la Península de los dragohuevos[-6,31].
Jalató de peluche: Se encuentra en el mercadillo de criaturas de Bonta[-30,-59].
Tras entregar el ultimo peluche, se da por finalizada esta sección de la misión
[!] Tras completar el objetivo, la misión repetible Peluchéate con todos se activa. No es necesario realizarla, pero si quieres tener el título «Entrenador/a de peluches» necesitarás hacerla 20 veces.
Gana una apuesta inesperada ➤ Debes completar la misión: Se aceptan apuestas.
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mateothefirst · 6 months ago
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Jermu
Parte 2
Al día siguiente Brian fue al mismo lugar de antes a ver que onda.
Entró y pasó por el vestíbulo directo a las oficinas donde había banda de albañiles trabajando en las computadoras.
El rubio estaba andando por atrás de todos con una mano agarra el termo con la otra toma el mate. Brian fue a hablarle.
Brian: Hola vine
"Quien sos"
Brian: Hola soy Brian, vine porque ayer hablamos para que yo entre a trabajar acá.
"Ah dale ponete en una compu"
Brian: Quien sos
Roger: Roger
Brian se sienta en una computadora vacía y se pone a jugar buscaminas. Roger lo mira y toma mate.
Roger: El sueldo es de 20 centavos la hora, tu turno es de 10am a 2pm. Pero no te lo voy a dar si te quedas jugando todo el día.
Brian: Bueno ya estoy por ganar.
A Brian se le explota una mina y dice la re concha de la lora, Roger toma mate y se va.
El trabajo es divertido, va todos los días pero los domingos no puede abrir la puerta y está todo apagado, todavía no sabe por qué. Aprendió a jugar solitario. Con el peso que ganaba en el día se compraba dos criollitos de 25 centavos y un vaso de coca de 50 centavos. Una vez se le ocurrió no comer por una semana, ahora tenía 7 pesos y se sentía multitrillonario o algo así entonces se compró una pizza por 5 pesos y una lata de cerveza con el vuelto.
Volvió el lunes al trabajo, Roger dice hola, toma mate y se va, Brian dice hola y se sienta en la computadora. Tiene que teclear la cantidad de ladrillos, el tamaño, el material, las coordenadas de cada uno, el tipo de cemento, el revoque, etc. No es fácil pero se esfuerza, a veces hace horas extra jugando piedra papel o tijera con el bot de google.
Si pudo pasar una semana sin comer capaz podía pasar dos o tres. Entonces no comió por un mes y ahorró 26 pesos, no le quisieron pagar los domingos y un feriado que hubo no sabe por qué.
Con esa recontra super mega ultra cantidad de plata se le ocurrió comprarse una cama de 18 pesardos y con el resto una campera marca Adadas para dormir cómodo y sin frío.
Al otro día de trabajo Roger tomó mate y entro a las oficinas para gritar.
Roger: Se tienen que preparar que la semana que viene va a llegar el supervisor.
Albañil aleatorio: Pero vos sos el supervisor pelotudo.
Roger: Callate ya sé yo los tengo que ver a ustedes pero va a venir el provincial a revisar que esté todo bien y haya mate suficiente para mi.
Brian puteaba y seguía perdiendo en el juego de la viborita, no se dio cuenta de lo que hablaban.
La semana siguiente, el lunes, a las 9:59, llegó y vio a sus compañeros trabajando un poco más elegantes de lo normal, Roger llegó peinado, decente, en vez del pelo de escoba usada hecho re mil pija teñido para el traste de siempre. Dijo hola, tomó mate y se fue.
Pero volvió acompañado.
Acompañado por el supervisor provincial de puestos de construcción, con traje y corbata pero no era adicto al mate.
Super supervisor: Hola
Brian: Quien chota sos
A Roger se le cayó la jeta al piso, pensó que los iban a despedir a todos y caerle un meteorito al edificio por faltarle el respeto a un superior, pero el hombre no se ofendió y respondió.
Freddie: Soy Freddie, vine de visita. ¿No avisaron?
Brian: Y no.
Roger: Si les dije boludaso vos no prestaste atención todo el día tomando mate digo jugando a los sims 4.
Brian: Y qué querés que mis sims se caguen de hambre? Tengo que mantener a una familia... y después matarlos a todos.
Freddie: Bueno no importa, por lo menos los trabajadores se entretienen mientras los esclavizamos.
Brian: Viste el también juega a los sims.
Freddie: Linda campera.
Brian: Ay gracias me la compré yo.
Roger: Bueno chau nos vemos después.
Roger tomó mate y se llevó al super supervisor a criticar otras oficinas, a Brian le cayó bien.
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