#el con la mejor arma y yo con la peor | Explore Tumblr posts and blogs

sicl5 · 9 months ago

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Capítulo 18

(La historia es una adaptación de la obra FINAL FANTASY VII por lo tanto incluye SPOILERS de esta.) -

Autopista de Midgar

Acababamos de huir del edificio de Shinra y nos encontrábamos en una de las carreteras principales de todo Midgar. Nuestro rumbo era incierto pero sabíamos que teníamos que ir hacia adelante. Cloud y yo íbamos en la moto mientras que los demás iban en la furgoneta azul.

— ¿Habéis visto eso?- Dijo Barret.

Todos miramos hacia atrás, donde señalaba Barret. Un montón de Ecos se pronunciaron, volando por el cielo. Bajamos de los vehículos para verlo mejor y los Ecos empezaron a rodear el edificio de Shinra.

— Ecos.- Dijo Aeris con una mirada algo seria.

— No se ve la fachada del edificio con tanto fantasma…- Dijo Barret.

— Ya…- Agregó Cloud.

— No entiendo nada.- Mencionó Tifa.- ¿Qué hacen?

— A saber…- Dijo Aeris.

— Espero que los de dentro del edificio estén bien.- Dije yo haciendo que Cloud y Barret me miraran fijamente.

— Los de dentro que se vayan al diablo.- Dijo Barret.- Espera… ¡Wedge! No le habrán hecho nada, ¿no?

— No sé…- Añadió Tifa.- Pero ojalá esté bien…

— Vienen hacia aquí.- Mencionó Red XIII.

— ¿Quiénes?- Preguntó Barret.

En ese momento varios centinelas aparecieron en motos dirigiéndose directamente hacia nosotros.

— ¡Lo que nos faltaba!- Exclamó Barret.

— ¡Vámonos!- Dijo Cloud subiéndose rápidamente a la moto y haciéndome un gesto con la cabeza para que me subiera también.

Me subí a la moto a la vez que los demás montaban en el coche y empezamos a correr lo que podíamos. Los centinelas empezaron a atacarnos con pistolas desde detrás y usé mi materia protectora para que las balas nos rebotaran. Aún así ellos empezaron a apretar aún más el acelerador para ponerse justo a nuestra altura.

— Sil.- Me dijo Cloud.- Agarrate fuerte.

Asentí y me agarré fuerte a él, acercándome lo máximo que podía. Entonces Cloud aprovechó para acercarse al centinela más cercano y darle un buen golpe de espada haciendo que perdiera el equilibrio y el control de la moto. Por el otro lado nos vino un centinela y yo saqué mi espada clavándosela antes de que pudiera atacarnos a nosotros. No pude evitar sonreír un poco. Cloud me miró de reojo y me asintió con una pequeña sonrisa.

Cuando parecía que ya habíamos quitado a la mayoría de nuestro camino, aparecieron más.

— ¡Nos están alcanzando!- Exclamó Barret.- ¡Pisa a fondo!

— Ya lo hago.- Dijo Tifa.- Pero esto no da más de sí.

— ¿¡No había otro coche mejor para huir!?- Preguntó Barret.

— ¡Rendíos!- Exclamó uno de los centinelas en moto.- No tenéis escapatoria.

— Mira que pueden llegar a ser cansinos…- Dije yo usando mi materia PIRO contra uno de ellos haciendo que se incendiara su moto.

— ¡Cuanto más huyáis, peor para vosotros!- Exclamó otro centinela.

Seguimos avanzando rápidamente por la carretera. Cuando se acercaban demasiado a nosotros Cloud se encargaba de darles un buen espadazo. Barret intentaba controlar la situación de la camioneta desde atrás usando su arma de fuego y cuando necesitaban algo de ayuda usaba mis materias.

De un momento a otro llegó un camión de Shinra directamente hacia nosotros avanzándonos un poco.

— ¡Deteneos ahora mismo!- Exclamaron desde el camión.- ¡Deteneos o disparamos!

Desde el camión empezaron a dispararnos y Cloud hacía las maniobras posibles para esquivar todas las balas que pudiéramos. Rápidamente nos acercamos al camión y yo peté sus ruedas pinchándolas con mi espada haciendo que frenaran de golpe y no pudieran seguir avanzando.

Le dimos al acelerador y nos metimos en un túnel. La sorpresa vino al ver que había un montón de antidisturbios y una barrera esperándonos más adelante.

— ¡Mirad!- Exclamó Aeris.

— ¡Venga ya!- Respondió Tifa.

En ese momento Cloud se adelantó tirando uno de los vehículos que nos perseguía hacia adelante desmontando todo lo que los centinelas habían montado y dejándonos con pase libre para seguir avanzando.

— ¡A ver si así aprendéis!- Exclamó Barret.

De golpe escuchamos un helicóptero de Shinra que volaba sobre nosotros. Habian empezado a dispararnos. Era un no parar.

— ¡Yo me encargo del helicóptero!- Dijo Barret.- ¡Lo voy a derribar en un plis!

Cloud intentaba de la mejor manera posible esquivar las bombas que nos caían desde el helicóptero y yo me agarraba fuerte a él para no caerme.

— ¡Vaya pringados!- Exclamé yo con una sonrisa.- Es que no dan ni una.

— ¡A ver si nos pilláis ahora, capullos!- Exclamó Barret.

— No es por ser aguafiestas, pero…- Dijo Red XIII.- vienen más.

Esta vez ya no se trataban de centinelas, eran máquinas. Venían a toda velocidad hacia nosotros.

— A Shinra se le acaban las ideas.- Dije yo.- Dejadme a mi estos cacharros.

Empecé a usar mi materia electrificante haciendo que se escacharraran en medio de la carretera y no pudieran seguir avanzando. Hubo un rato en el que estuvimos más tranquilos pero cuando parecía que ya nos iban a dejar en paz Cloud miró al techo del túnel por el que pasábamos.

— ¡Agachaos!- Exclamó Cloud.

En ese momento agache mi cabeza como pude y unas explosiones enganchadas al techo estallaron. Barret aprovechó para disparar las que aún seguían vivas para intentar que no nos estallaran encima pero varios Ecos se le adelantaron poniéndose justo en el techo.

— ¿Otra vez estos?- Preguntó Barret sin entender nada.

En ese momento los Ecos tiraron parte del túnel dejándolo detrás nuestro y así evitando que nos siguieran más por el momento.

— Parece que les debemos otra.- Comenté.

En los siguientes minutos volvió a aparecer el helicóptero de Shinra y empezó a apuntar a las ruedas de la moto. Barret se encargaba de dispararles y en una de estas acertó haciendo que helicóptero bajara poco a poco hacia donde estábamos nosotros. Cloud aprovechó y usó su espada para reventar el helicóptero haciendo que este saliera disparado por la carretera con la mala suerte de ir directo hacia el coche donde estaban Tifa y los demás provocando una explosión. Cloud y yo miramos el fuego pensando que los demás habrian sido derribados en la explosión con el corazón encogido pero no fue así. De golpe los vimos salir como si nada rodeados por un montón de Ecos. Cloud frenó poniendose a la misma altura.

— ¿Estáis bien?- Pregunté.

— ¡De milagro!- Exclamó Aeris.

— ¿Ahora están de nuestro lado?- Preguntó Barret.

— Los Ecos no intervienen para defendernos.- Aclaró Red XIII.- Sino para asegurar el curso del destino.

Mientras manteníamos esta conversación escuchamos como una máquina gigante con unas ruedas gigantes se acercaba rápidamente a nosotros por la carretera paralela. En ese momento saltó hacia nosotros.

— ¡Esto ya es abusar!- Exclamó Barret.- ¿¡No veis que esta chatarra no acelera ni a tiros!?

— Será porque lleva demasiado peso.- Dijo Red XIII.

— ¡Oye!- Dijo Barret sintiéndose aludido por las palabras de Red XIII.

— ¡Centraos!- Exclamó Tifa para poner orden.

Cloud le dio al acelerador acercándose por el lado a la máquina.

— Cloud.- Dije.- Centrémonos en reventarle las ruedas.

Cloud me asintió y usó el tajo giratorio contra las tres ruedas de la parte derecha de la máquina haciendo que sus luces se apagaran. Rápidamente pusimos rumbo al otro lado de la máquina y yo me encargué esta vez de reventarle las ruedas de la parte izquierda con mi materia electro haciendo que se quedara vulnerable.

— ¡Ahora!- Exclamé.

En ese momento tanto Barret, como Cloud, como yo empezamos a usar nuestros ataques más potentes para conseguir vencerla de una vez por todas pero no fue suficiente. La máquina se recuperó volviendo a encender todas las luces y aceleró quedando delante nuestro. Empezó a tirar una especie de electro a la carretera para intentar desviarnos y perder velocidad. Me agarré fuerte a Cloud y él aceleró lo más rápido posible para poder llegar de nuevo a su altura.

— ¡Chicos no os rindáis!- Animó Aeris.

— ¡Así se hace!- Dijo Tifa.

Volvimos a repetir el mismo proceso de eliminar sus seis ruedas y una vez vulnerable atacar con todo lo que podíamos y teníamos. Esta vez no pude evitar usar ELECTRO++ que hizo que la máquina se escacharrara y perdiera un poco el control.

— Sil. Vamos a acabar con él.- Me dijo Cloud.- Ya sabes que hacer.

Asentí. No era la primera vez que íbamos a realizarlo. Cloud le dio fuerte al acelerador y cuando estuvo cerca de la máquina salió de un salto hacia ella. En ese momento yo agarré la moto, conduciendola. Cloud le clavó la espada a la máquina atravesándola de arriba hasta abajo rompiéndola por completo. Rápidamente de otro salto, aprovechando la máquina, Cloud volvió a la moto y yo me puse rápidamente atrás para que pudiera ponerse en su sitio.

— ¡Bien hecho, máquina!- Dije yo con una sonrisa.

Él se limitó a sonreír de lado, como un ganador mientras la máquina explotaba detrás nuestro.

Fin de la autopista.

Continuamos la carretera y llegamos a un punto donde había una especie de peaje pero no había absolutamente nadie. Parecia que la carretera terminaba allí. Empezamos a frenar los vehículos y yo vi caer al suelo una pluma negra como la última vez. Le di un golpecito suave en la espalda a Cloud haciendo que frenara del todo. Miré a los demás mientras me bajaba de la moto. Todos sabiamos que a partir de aquí el destino nos mandaba que teníamos que seguir a pie. Pasamos el peaje andando, nadie decía ni una palabra.

Al andar un poco más vimos aparecer a Sephiroth delante de nuestros ojos desde el cielo. Se puso a unos escasos metros delante nuestro con una sonrisa.

— Bueno, capullo, al lío…- Dijo Barret intentando acercarse pero Aeris lo paró de inmediato.

— No.- Dijo Aeris seria, redirigiendo su mirada a Sephiroth.- Tú… Te equivocas.

— Para quienes se ciegan a la verdad, todo es oscuridad.- Mencionó Sephiroth.

— La oscuridad mana de ti.- Dijo Aeris.

Sephiroth sonrió. Cloud miraba fijamente la situación, tenia rabia en los ojos. Yo me sentía tan removida. No tenía sentimientos de ira o de enfado, ni de venganza. No sabia que me conducía a él o qué relación tenía con él pero todo me daba tanta intriga.

Curiosidad.

Quiero saber más de ti… el porqué…

— Los hijos de Gaia se deben a ella.- Dijo Sephiroth.- Si ella muriera hoy, sus hijos morirían también.

— Hoy no será el fin del mundo, pero…- Agregó Cloud sacando su espada.- el tuyo sí.

— Escuchad.- Dijo Sephiroth mirando a los Ecos que rodeaban el edificio de Shinra. En ese momento los Ecos rodearon la zona en la que estábamos.- El destino brama.

Un gran dolor en la cabeza sentí al escuchar esas palabras. Lo miré como pude y vi como su mirada se reflejaba en mi, con una sonrisa.

Todo a mi alrededor fluye. No veo ni siento nada. Solo escucho. ¿Te escucho? ¿Es mi cabeza? ¿Qué es? ¿Quién es?

Sil, recuerdame. Recuerdanos.

El destino no se puede romper. Todo tiene su curso. Ni lo intentes.

Aguanta un poco más. No lo dejes. Estamos unidos.

Volví en sí rápidamente cuando Cloud tocó mi hombro. Miré hacia adelante y vi a Sephiroth abriendo un portal.

— Sil. ¿Qué tal si convences a Cloud para que venga con nosotros? Os estaré aguardando.- Sephiroth entró al portal mientras decía esas palabras.

Sin pensarlo ni un momento me dirigí hacia el portal. Quería frenar a Sephiroth. Tenía que hablarme y explicarme. Me iba a volver loca con tanta pregunta. En ese momento sentí a alguien que agarraba mi brazo.

— Ya no hay marcha atrás.- Me dijo Aeris mientras sostenía mi brazo.

La miré sin entender muy bien a lo que se refería. Ella me soltó y dio unos pasos hacia adelante. En ese momento levantó su mano y una magia amarilla apareció a su alrededor cambiando el color del portal. Un sonido muy lejano se escuchó pero rápidamente fue borrado por el mismo viento.

— Es el cruce del destino.- Añadió Aeris.

— ¿Qué pasa?- Pregunté sin entender nada.

— No estoy segura…- Respondió Aeris desviando la mirada.

— ¿Qué nos espera al otro lado?- Preguntó Tifa.

— La libertad.- Contestó Aeris.- Una libertad infinita y aterradora. Un cielo azul sin límites… Lo que habéis oído era la voz del planeta. Las voces de quienes nacieron de Gaia y, al final de su vida, volvieron a ella. Sufren aún.

— ¿Por culpa de Sephiroth?- Preguntó Cloud.

— Él no los oye.- Respondió Aeris.- No percibe la ternura de sus recuerdos ni la felicidad que hallaron en vida… Hace oídos sordos. Cuando sus voces se apaguen, no derramará ni una lágrima, ni sufrirá por ellos. Según él, lo único que importa es el planeta, y hará lo que sea por protegerlo de cualquier amenaza.

Lo más importante de esta vida no son tus seres queridos. Es el planeta. El planeta de…

— Pero el planeta está sufriendo.- Continuó Aeris.- Sephiroth es quien lo amenaza, más que nadie. Hay que detenerlo. Sí o sí. Por eso… Os pido por favor que me ayudéis. Sé que juntos podemos derrotarlo. Pero si lo logramos…

— Cambiará algo más que nuestro destino.- Añadí yo. Aeris me miró fijamente después de decir esa frase. No se por qué había salido eso de mi cabeza, pero estaba segura de ello.

— Si… Si vencemos… Nosotros mismos cambiaremos también.- Dijo Aeris.- Quizá por eso no me hubiera gustado que cruzaras, Sil.

Unos sonidos muy fuertes empezaron a salir del portal. Todos nos tapamos nuestros oidos como podiamos. Si, definitivamente parecía que alguien estaba sufriendo. El sonido cesó rápidamente y todos nos reincorporamos.

— Tú misma has dicho que hay que derrotarlo.- Dijo Cloud.- Y yo ya estoy harto de oír sufrir a los demás.

Todos miramos el portal fijamente. De algo estábamos seguros y es que daba igual lo que nos dictara el destino, teníamos un objetivo claro aunque posiblemente a cada uno nos movían cosas diferentes. A Aeris y a Barret el salvar el planeta. A Cloud y a Tifa la venganza. Red XIII tendría sus propios motivos también.

Y a mi… la verdad.

— Nunca he intentado patear al destino.- Dijo Tifa.

— Se defenderá a capa y espada, así que no será fácil vencer.- Añadió Red XIII.

— Vamos.- Dijo Cloud.

— No es la primera vez que le planto cara al destino.- Mencionó Barret.- Toda la vida me ha puesto obstáculos. Esta vez su muro es tangible, pero da igual un muro que cien. Mi niña, ¡papá volverá pronto a casa!

El cruce del destino.

En ese momento todos dimos un paso adelante y cruzamos el portal. Parecía que era el mismo mundo, el mismo mapa como si hubiéramos dado la vuelta.

— No sé.- Dijo Barret.- A mí esto me parece una carretera normal.

— ¡Mirad allí!- Dijo Aeris señalando el cielo.

Una tormenta morada se alzaba en el cielo. Los rayos parecían atraer a más de un millón de Ecos. Estos empezaron a bajar hacia la carretera a toda velocidad formando un remolino que venia directamente hacia nosotros.

— ¡Retiro lo dicho!- Exclamó Barret.

Empezamos todos a correr en dirección contraria al remolino intentando escapar de este pero no pudimos. El remolino nos agarró lanzándonos por los aires a cada uno de nosotros y a todo lo que pillaba de Midgar.

Me encontraba sola. Me intenté agarrar a una roca que flotaba y me subí a ella como pude. Miré fijamente la situación. Tenia Midgar a mis pies, muchos escombros volaban y un monstruo gigantesco salió del centro de Midgar. Empezó a tirarme escombros y yo los iba esquivando como podía.

¿Era esto parte de mi destino?

Salté hacia una gran plataforma. Un monstruo de color rojo apareció delante mio. Lo analicé rápidamente con mi materia y vi que se trataba de un presagio carmesí. No dejaba de ser un enemigo simple pero parecía tener más vida que un enemigo normal. Atacaba a básicos al enemigo, intentando esquivar como podía para que no pudiera alcanzarme.

— ¡Sil!- La voz de Tifa resonó detrás mío.

Me giré rápidamente y le sonreí.

— Venga, juntas.- Dije.

Tifa me asintió y ya sabíamos las dos que significaba eso. Me agaché un poco y Tifa cogió carrerilla para venir corriendo hacia mi. Ella se subió encima mio y yo estiré mis piernas haciendo que ella saliera volando hacia el enemigo pegándole una patada de arriba a abajo que lo mató.

— ¡Así se hace!- Dije yo con una sonrisa poniendo mi mano en alto.

— ¡Somos un buen equipo!- Agregó Tifa sonriendo y chocando los cinco conmigo.

En ese momento apareció otro monstruo parecido pero de otro color. Tifa y yo nos miramos y empezamos a pelear. En ese instante vimos unas balas penetrarle al bicho.

— ¡Fuera, bicho!- Exclamó Barret quien aparecía por detrás.

En ese momento un viento muy fuerte empezó a resoplar hacia nosotros. El monstruo gigante del centro de Midgar estaba intentando tirarnos de la plataforma.

— ¡Corred!- Exclamé yo señalando un túnel que se había puesto en el camino.

— ¡Esto ya es abusar!- Dijo Barret empezando a correr.

— ¡Vamos!- Dijo Tifa mirándome antes de empezar a correr.

El problema vino cuando el túnel empezó a desmoronarse detrás nuestro, si parábamos íbamos a caer.

— ¡Joder! ¡Cuidado!- Exclamó Barret.- ¡Corred, corred! ¡Moved el culo!

Mis piernas fallaban ya, no daba más de mí así que sin querer bajé el ritmo. Como consecuencia, al final del túnel, la plataforma de debajo de mis pies se esfumó. Cuando me iba a caer Tifa fue más rápida y me agarró la mano. La miré a los ojos y ella me sonrió de manera cómplice y Barret rápidamente se acercó agarrando mi brazo y subiéndome a la plataforma.

— Gracias.- Dije con algo de emoción en los ojos.

No tardó mucho más cuando los mismos monstruos de antes y uno más aparecieron delante de nuestros ojos. Asentimos y fuimos corriendo rápidamente hacia ellos. Me di cuenta que en cuanto matábamos a uno el monstruo gigante se debilitaba.

Terminamos con los tres y seguimos avanzando por donde podíamos. No sabíamos por dónde íbamos pero sabíamos que el destino nos guiaba. De plataforma en plataforma rápidamente apareció otro de los presagios. Nos pusimos a matarlo rápidamente y el monstruo gigante, es decir, el presagio principal parecía que estaba ya en las últimas.

— ¿Hemos ganado?- Preguntó Barret.

— ¡Esperad!- La voz de Aeris sonó detrás de nosotros.

Los tres nos giramos y allí estaban Aeris, Red XIII y Cloud quien habían llegado a la misma plataforma que nosotros. Por fin estábamos todos reunidos. Una luz se encaminó rápidamente hacia nosotros y en ese momento vi una visión. Era Red XIII o lo que parecía él corriendo por un paisaje algo desértico. De un momento a otro volvimos, parecía que todos lo habíamos visto.

— ¿Qué acabamos de ver?- Preguntó Barret.

Todos miramos fijamente a Red XIII para que nos diera una explicación, si podía.

— El mañana que nos espera si fracasamos hoy.- Respondió Red XIII.

De golpe el presagio principal dejó caer su brazo en la plataforma donde estábamos partiéndola en dos y dividiendo al grupo una vez más. Miré a mi alrededor, dos presagios más habían aparecido. Me encontraba con Tifa y con Aeris y les dediqué una sonrisa.

— Tenemos un objetivo, ¿verdad?- Dije yo señalando a los presagios.

Ellas dos asintieron y nos pusimos a luchar una vez más. Les empezaba a coger el tranquillo pero no quería usar mis materias de momento así que solo me quedaba mi espada. Al terminar con ellos varios Ecos aparecieron en el tablero, volando alrededor del presagio principal. La luz de antes volvió a aparecer y esta vez vimos como la tierra era destruida por una especie de meteorito de fuego.

— ¡No!- Exclamó Tifa al verlo.- Este no puede ser el futuro…

Un presagio más apareció e intentó aprovechar que Tifa estaba distraída para atacarla. Rápidamente me puse en medio y paré el ataque con mi espada tirando al enemigo hacia atrás.

— El futuro no está escrito.- Añadí.

Cloud, Barret y Red XIII se pusieron a nuestro lado en ese momento. Habían conseguido llegar justo a tiempo de que tres presagios más de color azul, rojo y amarillo aparecieran de nuevo.

— ¿Otra vez?- Preguntó Barret.- ¡Si acabábamos de cargárnoslos!

— Será mejor separarnos.- Mencionó Cloud ante la situación.- Y luchar con todos a la vez.

— Entonces, ¡me pido al grandullón!- Exclamó Barret.

Barret salió corriendo para ir hacia el presagio principal y Red XIII decidió ir con él. El presagio rojo intentó pararlos pero rápidamente Cloud se interpuso.

— ¡Tú eres mío!- Exclamó Cloud.

— Nuestro, querrás decir.- Dije yo con una pequeña sonrisa.

Los cuatro nos pusimos a eliminar los tres presagios que teníamos delante pero esta vez se nos resistian incluso más. Parecía que cada vez iban ganando más y más fuerza. Tanto es así que de un momento a otro se fusionaron convirtiéndose en el presagio supremo o más bien en un Eco de Bahamut.

— Todos juntos.- Dijo Cloud esta vez.

— ¡Sí!- Contestó Tifa.

— ¡Ganaremos si estamos juntos!- Añadió Aeris.

Esta vez no frené mi poder y usé varias de mis materias para intentar acabar con él lo más rápido posible pero cuando ya pensábamos que le quedaba poco se volvió a dividir en los tres presagios de antes, con toda la vida llena una vez más.

— Pero… ¡Serán pesados!- Exclamé.

La batalla estaba siendo dura, todos estábamos más cansados pero no por eso frenamos. Era nuestro momento. Cloud le dio el golpe de gracia al ultimo presagio en pie.

— ¡Barret, ahora!- Exclamó Cloud.

— ¡Vamos a acabar con él!- Dijo Barret apuntando desde la distancia al presagio principal.

En ese momento disparó su bomba ígnea hacia él consiguiendo que se le rompiera alguna extremidad. En ese momento la luz volvió a aparecer. Vi a Cloud, luchando contra Sephiroth y nada más.

— ¿Ha funcionado?- Preguntó Tifa.

— Eso parece.- Respondió Aeris.

Los presagios de los tres colores volvieron a aparecer. Había un claro patrón de batalla y hasta que el presagio principal no muriera los pequeños presagios no iban a parar de aparecer.

— Barret, ¡vamos!- Exclamé yo al darle el golpe de gracia una vez más.

— ¡Regresa al planeta!- Exclamó Red XIII apoyando a Barret con su habilidad de Rayo Estelar.

El presagio principal cayó de rodillas, parecía que estaba en sus últimas. La luz empezó a venir hacia nosotros una vez más. Esta vez una materia completamente blanca se apareció ante mi. Nunca había visto una materia así pero mi curiosidad invadió mi cuerpo en ese momento.

— ¡Casi estamos!- Dijo Tifa.

Volvio a salir un presagio, esta vez solo uno. Solo quedaba ese por lo que parecía y rápidamente me lancé a él sin esperar nada pero dándolo todo. Cloud le dio el último golpe y volvió a llamar a Barret para que disparara.

— ¡Por AVALANCHA!- Dijo Barret apuntando al monstruo.

La luz rápidamente vino hacia mí y escuché una voz mientras veía algo de agua. No reconocía nada más.

Tienes que llegar a tiempo.

El presagio principal cayó encima de la plataforma y usé mi materia electrificante para derribarlo por completo. El monstruo empezó a agonizar mientras moria y la luz se desprendía de su cuerpo yendo directamente hacia el grupo.

En un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos en otro escenario. Un escenario donde no había nada y el suelo estaba inundado de agua. Todos miramos a nuestro alrededor.

— ¿Dónde estamos?- Preguntó Cloud.

Aeris negó con su cabeza, parecía que desconocía el lugar.

Os estoy esperando, Sil, Cloud.

El cielo empezó a ponerse de un color anaranjado y todos nos juntamos un poco más.

— ¿Qué demonios es esto?- Preguntó Barret.

— Esto…- Respondió Red XIII.

El meteorito que habíamos avistado antes apareció derrumbando el lugar y en el centro de este apareció alguien, volando, rodeado por un aura maligna.

— Sephiroth…- Dije yo al mirar fijamente esa figura.

De golpe muchísimos Ecos rodearon el meteorito y mientras lo hacían iban directos hacia Sephiroth. Parecía que iba a integrar el meteorito en él y así pasó, solo quedó Sephiroth en un ambiente caótico. El cielo estaba cubierto por nubes grises pero de un momento a otro se abrió un rayo de luz directamente hacia donde estaba Sephiroth. Él sonrió, parecía que esperaba este momento. Levantó la mano y todos los escombros de una Midgar derrumbada se levantaron hacia el cielo y no dudó en dar la orden para que los escombros salieran disparados hacia nosotros. Empezamos a correr lo más rápido posible de allí pero los escombros fueron más rápidos y nos dispersamos todos.

Era como al inicio, empecé a caer, sola otra vez. Cerré los ojos por un momento y agarré aire, respirando profundamente.

Sí, este es mi destino.

Abrí los ojos de golpe y rápidamente caí en una plataforma. Me levanté decidida y miré hacia arriba. Sephiroth bajaba hacia mi mirándome fijamente y al llegar abajo me apuntó con su espada.

— ¿No vas a hablar?- Pregunté mirándolo fijamente.- Parece que tienes varias respuestas a mis preguntas.

— Todo a su tiempo.- Me respondió con una sonrisa.- No es momento de subestimar la fuerza del destino.

Me cabreó, mucho. No quería hablar, solo me mataba la cabeza a preguntas sin respuesta y a ideas sin sentido. No aguantaba más. Saqué mi espada y me lancé a él pero sin problemas desvió mi ataque.

Empezamos lo que parecía un uno versus uno a muerte pero él tenia más poder de lo que sabía, mucho más. Aunque a mi me estaba dejando algo cansada la batalla parecía que para él era solo un juego, como si jugara con un gato y su lucecita.

De un momento a otro me lanzó un fuerte ataque que aunque intenté parar con una barrera me mandó lejos, a otra plataforma. Me intenté levantar y cuando miré hacia arriba vi como me lanzaba una piedra gigantesca. Cerré los ojos como acto involuntario, mi cuerpo no podía moverse aunque pasado unos segundos vi que la piedra no se había estampado en mi así que abrí los ojos encontrándome con Cloud delante de mis ojos, en guardia.

— ¿Estás bien?- Me preguntó Cloud.

— Sí, gracias. Ten cuidado, es muy fuerte.- Agregué.

Cloud asintió y miré de nuevo a Sephiroth quien parecía incluso más orgulloso en ese momento. Bajó casi a nuestra altura y Cloud se apresuró a atacarle de un salto pillándole en el momento justo para estamparlo contra el suelo.

Aproveché y usé PIRO++ contra él consiguiendo debilitarlo un poco más. En ese momento se levantó y esta vez nos mandó a volar a los dos hacia otra plataforma. Quedamos en el suelo parados por unos segundos y él empezó a elevarse. Una sola ala negra salió de su cuerpo y nos apuntó con su espada lanzando una especie de magia contra nosotros. Ahora si que no nos podíamos mover.

Sephiroth se acercó hacia nosotros y puso la espada cerca de la cara de Cloud, con una sonrisa. Cloud igual que yo sólo podíamos mirar. Un nudo cerró mi garganta en ese momento. ¿Era éste acaso el fin?

De golpe Sephiroth salió disparado hacia el lado y al mirar mejor Tifa había llegado a donde estábamos y podido desviarlo. La magia en ese momento desapareció y nos pudimos levantar.

— ¡Tifa!- Dije yo con una sonrisa.

— ¿Me he perdido algo?- Preguntó ella con una gran sonrisa.

Sephiroth se plantó delante nuestro alzando su ala.

— Vamos.- Dijo Cloud.

Los tres asentimos y fuimos a atacarle con todas nuestras fuerzas. Ahora éramos tres y nuestro poder había aumentado considerablemente. Sephiroth lo empezó a notar e invocó a varios Ecos por lo que parecía. Estos se fueron hacia el cielo y de golpe volvió a aparecer aquel meteorito de antes. Ahora estábamos a contrarreloj pero eso solo me motivó más. Me fui corriendo hacia Sephiroth sin mirar atrás y le volví a atacar. Parecía que él no se lo esperaba ya que le conseguí dar haciendo que tirara un paso hacia atrás. Tifa y Cloud vinieron rápidamente hacia mí pero unos Ecos se pusieron delante nuestro, parecía que iban a atacarnos.

Unas balas aparecieron disparando a los Ecos, dispersandolos. Nos giramos y allí se encontraba Barret.

— ¡Barret!- Dije yo feliz de verlo.

Aeris y Red XIII aparecieron también en escena. Otra vez reunidos.

— ¡Hola!- Dijo Aeris con una sonrisa.- Espero que no hayamos llegado demasiado tarde.

— Justo a tiempo.- Añadió Cloud.

Sephiroth se incorporó volviendo a relucir su espada hacia nosotros. Parecía algo más serio.

— Podemos con él.- Dijo Aeris.- Estoy segura. ¡Podemos cambiar el mundo para bien!

Sephiroth se fue varias plataformas hacia atrás y lanzó unos Ecos hacia nosotros. Aeris frenó como pudo a varios de ellos usando su magia. Red XIII y Tifa dispersaron a unos cuantos más y yo crucé miradas con Cloud. Sabíamos que momento era.

Empezamos a correr por los escombros dirección donde había ido Sephiroth, juntos. Barret dispersaba a los Ecos que venían hacia nosotros con sus balas. Seguimos subiendo y llegamos hacia donde estaba Sephiroth.

Cloud me miró y yo me acerqué a él, íbamos a terminar con Sephiroth. Cloud agarró su espada con una mano y yo la agarré también. Saltamos a la misma vez y levantamos su espada contra Sephiroth.

Sephiroth nos sonrió y al parpadear nos encontrábamos entrando Cloud y yo a lo que parecía ser otra dimensión. Cloud me acercó a él hasta que tocamos suelo. El ambiente era todo rojo y solo había una pequeña plataforma en un mundo que parecía la nada.

Allí se encontraba Sephiroth mirándonos fijamente con una sonrisa. En ese momento parecía que a los dos nos dio un gran dolor, el mismo dolor, en la cabeza. Cloud puso su mano en su frente intentando calmar el dolor. En ese momento Sephiroth le agarró la mano quitándosela de la frente y nos miró fijamente a los dos.

— Es mejor que vayáis con cuidado.- Nos dijo Sephiroth- El futuro… es inexistente.

Cloud se soltó del agarre de Sephiroth y me agarró fuerte la mano tirándonos hacia atrás, manteniendo las distancias. Sephiroth sonrió.

— Nuestro mundo formará parte de él… algún día.- Sephiroth miró hacia el cielo, una brecha había aparecido en este.- Pero yo… no desapareceré. Ni dejaré que Sil lo haga. Y tu, Cloud, eres bienvenido.

— Este lugar…- Dijo Cloud.

— Es el horizonte de la creación.- Respondió Sephiroth acercándose a nosotros.- Cloud, únete a nosotros. Liberémonos del yugo del destino los tres juntos.

— ¿A nosotros?- Pregunté yo.- Das por supuesto que estoy de tu lado.

Sephiroth en ese momento sonrió.

— Me lo prometiste.- Me respondió él.

— Jamás.- Dije yo apartandome rápidamente sacando mi espada.

Cloud me miró y se puso en guardia también. Sephiroth nos apuntó con su espada y rápidamente Cloud y yo fuimos hacia él pero bastante en vano, paraba cada uno de nuestros intentos de asesinato. En un momento se puso detrás mio y me agarró.

— ¿Acaso crees que todo es casualidad?- Me dijo Sephiroth casi en un susurro.- Sil, tu camino lo he marcado yo.

En ese momento me deshice de su agarre empujándolo lejos y Cloud se puso a mi lado comprobando con la mirada si me encontraba bien.

— Estamos a siete segundos del fin.- Dijo Sephiroth.- Quizá sea tiempo suficiente para vosotros. Pero, ¿en qué lo emplearéis? Ansío verlo…

Una pluma negra apareció en escena y Sephiroth desapareció. Cloud y yo nos miramos fijamente a los ojos, nos lo estábamos contando todo con la mirada.

Estamos juntos en esto. Es nuestro destino.

En ese momento todo se volvió negro.

Hace tiempo atrás…

Hace días que no vuelves. Normalmente me habrías llamado, ¿tan peligrosa es la situación? No sé. Quiero ir a mirar, aunque Tseng me haya dicho que definitivamente no puedo ir a ningún sitio que involucre una misión oficial de Soldado o de Shinra, la curiosidad me mata.

...

Está todo en llamas. Zack, ¿dónde estás? ¿Puede que en el reactor?

...

¡NO! Zack. Por favor. No puedes morir aquí... ¿Ha sido Sephiroth? Hijo de puta.

De esta no sale vivo tampoco.

— Sil, no... No vayas...

...

Intenté enfrentarme a él pero Sephiroth solo me sonreía.

— Tienes el poder necesario para venir conmigo, lo sé perfectamente bien. ¿Ves esto, Sil? Es nuestra ...

Sephiroth me señalaba lo que parecia ser un experimento. ¿Eh? ¿Un centinela? ¿Por qué tiene la espada de Zack?

Acaba de clavarle la espada a Sephiroth. Sephiroth se agarró fuerte del tubo experimental pero se giró de golpe clavándole la espada varias veces al centinela. Un humo negro salía de ellos dos.

Es mi oportunidad.

Empujé a Sephiroth al vacío. Sonrió.

¿Eh? ¡NO!

¡NO QUIERO IR CONTIGO!

Salida 1 de Midgar.

Abrí mis ojos. Estábamos todo el grupo donde todo había empezado, al final de la carretera de Midgar, a un paso de salir de la gran ciudad.

— Marlene.- Dijo Barret mirando hacia atrás.- Espérame.

— ¿Qué hacemos ahora?- Preguntó Tifa.

Cloud sujetaba una pluma negra y cerró el puño haciendo que se desvaneciera, con mucha rabia.

— Sephiroth…- Dijo Cloud.- Mientras él siga vivo, yo…

— ¿No os lo habéis cargado?- Preguntó Barret.

— Desapareció.- Dije yo, con una mano en el corazón. Me dolía.

— Lo derrotaremos.- Mencionó Aeris convencida de ello.- Seguro.

— Contad conmigo.- Dijo Tifa poniendo su mano en la cintura.

— Si vais a darle caza, os ayudaré a seguirle el rastro.- Añadió Red XIII.

— ¡Yo también me apunto!- Expresó Barret seguro de si mismo.- Ese cabrón quiere cargarse el planeta, ¿no? ¡Los enemigos del planeta son enemigos de AVALANCHA!

— ¿Qué nos espera allí fuera?- Pregunté mirando el horizonte.

— El destino.- Respondió Cloud mirando hacia donde yo miraba.

— ¿No tienes miedo?

— No, estamos juntos.

En ese momento Cloud me agarró la mano, entrelazando sus dedos con los míos, mientras todo el grupo mirábamos hacia el horizonte que marcaba una única cosa.

Nuestro destino.

La desconocida aventura continuará.

Esto es una adaptación de la obra original FINAL FANTASY VII (SQUARE ENIX©) sin fines de lucro. Solo tiene fines lúdicos y de comunidad. Prohibida la copia de la adaptación igual que la extracción de personajes propios sin autorización.

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#cloud strife #ff vii #finalfantasyviiremake #love #ocxcanon #selfinsert #sil #yumeship

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mizaart · 2 years ago

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Pypin y Ezarel

Texto (By: @pezgato.wristes / Ian Rivera . Instagram)

Erróneamente muchos creen que el peor campo de batalla es aquel que involucra una horda de soldados, afiladas armas y litros de sangre derramada, pero gracias a mi abuelo sé que los más crueles conflictos suelen camuflarse bajo la fachada de conversaciones diplomáticas, donde la única arma son las palabras y las sonrisas con segundas intenciones.

En aquel momento esa pequeña extensión de bosque se convirtió en un tablero de ajedrez y las únicas dos piezas en juego eramos él y yo.

—Debo confesar que me sorprende verte por aquí —dijo con el mismo tono condescendiente de siempre—. ¿Regresaste a canjear tu cargo como Duib'ar para poder seguir jugando al buen samaritano*?

—Tienes el arte y manera de comenzar bien una conversación, abuelo —respondí sonriente, ignorando parcialmente el comentario.

En esta batalla silenciosa perdía quién más información brindara, ante Pypin no esperaba ganar ni mucho menos descifrar su misteriosa actitud, pero mientras mantuviera la conversación balanceada podía considerarlo un triunfo.

—Oh, ¿te has dado cuenta? —sonrió—. He hecho mi mejor esfuerzo. —Llevó la taza de té a sus labios y le dio un sorbo de forma despreocupada—. Pero eso no responde a mi pregunta.

Entre toda la variedad de porcelana que se encontraba en la mesa vislumbré una bandeja de postres, el aroma que desprendía era dulce y lechoso, sin pensarlo tomé una pequeña galleta del tamaño de mi uña y la llevé a mi boca.

Si algo bueno tenía todo ese combate verbal eran los dulces.

—Sé un poco más generoso conmigo, no es bueno que acorrales a tu adorado nieto —le reproché.

Pypin intensificó la sonrisa, le encantaba tener el control y a mí hacerle creer que lo tenía, aunque la mayoría de veces así fuera; parte del encanto estaba en no saber qué era genuino y qué una fachada.

—¿Qué te acorraló? ¿La pregunta o tu respuesta? —insistió.

—La pregunta.

—El hecho de que ya no te comportas como un elitista amargado con aires dictatoriales es lo que me hizo preguntármelo.

Era imposible ocultar el marcado contraste de mi vida antes y después de Eel, aunque fue idea de mis padres darme una lección de humildad, el resultado de aquella travesía hasta a mí me sorprendía. Sin embargo, no fue precisamente Eel quién provocó aquel cambio, la causa tenía un nombre y solía sacarme de órbita.

—No, no pienso abandonar el cargo. —respondí con total sinceridad—. No estaría aquí si fuera así.

—¿Y la humana viene de decoración?

La sonrisa que adornó su rostro reflejó malicia y expectación, probablemente esperaba ver una reacción en mí por más mínima que fuera, para su desgracia, él era mi mentor en cuanto al arte de ocultar intenciones.

—Es una distracción momentánea, nada que interfiera con mis deberes. —Llevé otra galleta a mi boca, intentando ignorar el hormigueo que esa frase me provocó—. Puede que hasta nos resulte útil.

—Mientras esa «distracción» no ponga en juego tu futuro liderazgo como Lord'ar lo de menos es si nos es de utilidad o no —dijo con sorna.

—Luces más preocupado por ella que yo, ¿hay algo que te acongoje? —Esta vez fui yo quien sonrió.

El comentario bastó para que colocara la taza sobre la mesa, el choque de la porcelana contra la madera produjo un estruendo corto y pesado. La sonrisa desapareció momentáneamente y, en su lugar, me miró con seriedad.

—Lo que haga uno de nosotros repercute en toda la sangre.

Era una advertencia, no, mejor dicho, un recordatorio de que nuestra posición venía con un peso del que era inevitable desligarse. A su vez, aquel peso era compartido pero no por eso se aligeraba la carga.

—Oh. Y Ezarel... —Pypin se puso de pie así que tuve que imitarlo para poder despedirlo—. Espero que vayas pensando en cómo decirle a tu padre.

—¿Sobre qué? —Fruncí el entrecejo.

—Sobre que te coges a la humana. —Sonrió de lado, triunfante. El gesto bastó para que el aura solemne y seria de hace unos segundos se arruinara—. Te guardo el secreto hasta la luna llena, no me lo agradezcas.

Casi puedo jurar que disfruta de todo esto.

.................

Conozcan a Pypin. Abuelo de Ezarel. Su mente es tan aguda y filosa como su lengua. No conviene que lo engañes, el ve donde nadie más vé.

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princesacorrompida · 1 year ago

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Alas llegando a casa - Dharma Martinez

CUENTO GANADOR EN EL CONCURSO DEL BANCO ITAÚ "CUENTO DIGITAL 2023".

Era un día laboral, como todos los lunes porque no me tocaba ni un solo feriado. Trabajo en negro, la peor escoria y la más normal de la República Argentina. El kiosco estaba lleno siempre, no me sent�� durante toda la tarde. La calle Ayacucho andaba siempre llena por la universidad. Entre la música, las amigas que me venían a visitar y tomábamos mates, las señoras que venían a charlar, pasar de chisme en chisme y las anécdotas de sus nietos como también las incontables veces que tenía que aclarar que no fiaba, las horas terminaron pasando bastante rápido. Se hicieron las ocho y media, no esperé ni que un minuto más para empezar a cerrar la puerta y la ventana porque no tenía ganas de aguantarme a ningún linyera queriendo meterse a manguear una botella de birra. Ya estaba muy cansado, solo quería irme a casa. El fin de semana me fui a un par de jodas que me dejaron hecho mierda. Lo único que quería era llegar a casa, comer algo, tomar una redbull y, lamentablemente, sentarme a leer y escribir por horas los nuevos resúmenes para la facultad. Hice todas las cuentas y cerré la caja, me agarré el sueldo porque ya era principio de mes, empecé a bajar la reja, comencé a encastrar todo y cerré los candados. Me voy a la mierda.

Comencé a caminar hasta la parada del colectivo, por suerte el 115 que pasaba por Lavalle venía a cada rato así que no la iba a sufrir tanto. Igual, a esta hora está todo oscuro ya. Pasé por un chino, tenía que hacer las compras. Agarré los fideos, la manteca y el queso rallado más barato y tres redbull. Aunque había repasado un poco me había atrasado con la lectura, los trabajos y ya se me había hecho un quilombo. No sé para qué carajo me metí en la carrera de programación si ni siquiera me gusta, todo sea por la plata no? Pasé por la caja, la asiática con más cara de orto que te podés imaginar estaba ahí, un poco más y me putea por mirarla, qué sé yo. Era siempre así. Igual que la entiendo; no debe haber nada más horrible que trabajar en atención al público en un país en decadencia que es habitada por cada espécimen y por un sueldo menor que el más mínimo, yo los mataría a todos.

Después de que la señora se peleara como tres veces con el tipo que reponía la mercadería en un idioma que yo creo era chino, me cobró y metí las cosas en la mochila. Le tuve que mostrar que no me robé nada como cinco veces, qué hinchapelotas. Comencé a caminar hasta llegar a la parada, los negocios cerrados siempre le daban más pinta turbia al lugar junto con las bellas vistas de los tipos tomando y las señoras conchetas que paseaban al perrito más gritón que te puedas imaginar.

Llegué, esperé el colectivo como 15 minutos, no llegaba más esta mierda. Menos mal que no llovía porque arrancaba a las puteadas. El chófer no quería ni parar, qué hijo de puta. Subí como pude y le dije:

Hasta Moreno puede ser?

Pasé la sube, "como aumentó el boleto loco" pensé, y medio chillando me senté. Me enganché el celular en el bolsillo y abrí una redbull porque si me quedaba dormido terminaba en la zona más recóndita de la provincia de Buenos Aires, bajarme en Lomas Del Mirador no era conveniente y menos porque llegaba como a las 11 de la noche, esperar el bondi por ahí era demasiado... digamos que ni dos facas, un arma y tres patovas me salvarían de ser robado por un ñeri. Por eso necesitaba energía artificial aunque sea para resistir hasta llegar.

Creo que la lata desapareció, la tomé mucho rápido. Le estaba intentando seguirle el ritmo a la música que estaba escuchando; siempre es reconfortante ponerte SystemOf A Down al palo e ignorar que el bondi empezó a parar en cada puta parada existente.

Me empezó a doler un poco la espalda y me acomodé mejor, me quedaba un toque más en el bondi. El dolor comenzó a ser más... fuerte? supongo que de trabajar encorvado y cargar mercadería de acá para allá. Se me empezó a nublar un poco la vista, la puta madre. Pasando ya por Miserere sentí un ardor y un dolor insoportable, como si mi piel se abriera. Respiré un poco para no gritar, seguro era un exagerado. No aguanté más y me bajé en frente de la estación de servicio, caminé como pude y el colectivo siguió andando. Hice un par de pasos hasta llegar a la vereda, cerré los ojos un poco y dí un paso en falso, sentí la caída pero al abrir los ojos ví que estaba cómo... levitando? Sentí una brisa tras mi espalda, traté de girar pero ví algo como tipo peludo moviéndose, no había consumido tantas drogas como para estar en esta situación. O sí? No, no, estaba sobrio. Pero esa cosa no dejaba tocar el suelo, cada vez parecía como aletear y levantar todo mi cuerpo. Miré mejor; unas alas me habían crecido. Era como una propaganda pero en la vida real. Creo que tardé unos metros de altura para darme cuenta que esto me estaba pasando, comencé a desesperarme y empezar a moverme.

¡AYUDAAAAA! - intenté gritar y gritar, la gente de abajo me veía con temor, tenía más miedo con cada segundo que pasaba.

Vi gente grabando, otra gritando, otra intentando ayudar. Llamaron a la policía, ya llegué tan alto al igual que los cables de la luz. Estaba más asustado, no entendía nada y sentía que moría. Escuché sirenas, muchas sirenas. Me rodearon varios policías, sus armas iluminaban mi pecho. Me veían cómo una amenaza? Si yo soy el que sufre... un enojo interior comenzó a surgir pero no pude hacer nada, intenté agarrarme de algo para no seguir subiendo pero... escuché un tiro. Y otro. Y otro. Todos venían a mi dirección, escuché los gritos de hombres y mujeres; mi vista moría cada vez más pero todo detonaba una cosa: terror.

Todavía no sacaron la bebida de mierda esa? Dispará dale.

No, señor. - respondió otro policía.-

Sentí una corriente por mis dedos, entre que me estaba desangrando y me dió corriente, resistí unos minutos más pero... caí. No veía nada.

"Escuché unos pasos y a alguien hablando; tenía la voz bastante aguda.

"¿Redbull te dio alas y tanto te asustás? ¡Dios mío!"

No sentía mis cuerdas vocales, así que no podía responder. Sentí mi culo chocar con algo, como si me hubiera sentado. Poco a poco, volví a recuperar la vista. Pero esto no era la horrible calle de la Avenida Jujuy, sino algo mucho más extraño: una habitación con muchas piletas de agua roja.

"Perdón, pero te tenemos que dejar acá. Nadie te puede ver. Eres un error y no deberías estar en esta situación", dijo una voz que provenía de unas alas con un ojo en la pared izquierda. "¿Por qué no? Solo quiero volver a casa" quise responder, pero mis cuerdas vocales seguían sin funcionar. El agua comenzó a bajar, como si estuvieran limpiando. Comencé a pestañear intentando recuperar la vista. Me di cuenta de que estaba completamente mojado, al menos lo sentía así. Intenté buscar una salida, descendí y volví a bajar, buscando desesperadamente una salida, pero parecía no encontrarla. Estaba cada vez más abajo, más abajo y más abajo. Probablemente si desciendo más la encuentro.

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lyon-amore · 2 years ago

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La mitad de mí Capítulo 32

Capítulo 31

Sabía que yo no era la persona más indicada para ir a enfrentarse un asesino, que era incapaz de defenderme como debía. No tenía entrenamiento, jamás iba con un espray de pimienta. Rosenschwarz era un pueblo en que no era muy común que te atacasen cuando todos se conocían. Las cosas que sucedían en Rosenschwarz, eran al final el cotilleo de todos. Quizás por eso Grace escogió Colville para que Daliah pasase el peor momento de su vida, nadie te conoce, es una ciudad con mucha gente con muchos problemas que quizás uno o dos solo se preocuparan por ti, pero si estás con la persona equivocada, date por perdida.

Tampoco voy a poder hablar con mis padres sobre todo lo que he descubierto de Daliah. Los secretos que la familia me ocultaba. Jamás me había sentido más apartada que nunca. Podrían habérmelo contado con la promesa de no decírselo a Daliah de que lo sabía, al menos para no enterarme diez años después que tengo un sobrino. Sobrino que jamás voy a llegar a conocer. Y seguramente me voy a perder muchas cosas después de esta noche: Volver a ver a mis amigos, ver a Seo-ah abrir los ojos, darle las gracias a Mike por el programa del ordenador. Aunque lo que echaré más de menos será volver a hablar con Jake. No he podido al final decirle que me haga el favor de enviar los archivos al inspector Lang, al menos sé que él no será tan agresivo como Elliot.

Jake…

No quería volver a arriesgarte a que de nuevo te pasara algo ¿Acaso pensabas que lo iba a hacer? Hiciste mucho por mí y quiero que sigas con vida, a salvo del FBI. Venir a Rosenschwarz no es una opción para él y me encantaría que algún día vea a sus hermanas. Perder esa oportunidad solo hará que luego te arrepientas al final.

He vuelto a mi piso para cambiarme de ropa, algo con más camuflaje para que nadie me reconozca, pero quizás necesite algo más. Cojo un cuchillo de la cocina y miro mi reflejo ¿Sería demasiado peligroso llevar un arma? ¿Con esto podré defenderme bien? Solo espero que ella no lleve una pistola o estaré perdida, aunque si mató a Daliah con sus manos, no creo que la tenga. Lo guardo en el bolsillo de mí pantalón, teniendo cuidado de no hacerme daño. —Sabes que vas a morir si vas ¿Cierto? —me dice la Daliah de mí imaginación preocupada. Después de todo lo que he leído, la vuelvo a ver cómo mi hermana de antes— No creas que con llevar un cuchillo pueden cambiar las cosas. —Dijiste que lo terminara —contesto cogiendo la mascarilla—, y eso haré. —Sacrificándote no es la opción correcta. —Tampoco sacrificar a Jake de nuevo —paso el pulgar por la mariposa de piedrecitas, recordando que es un regalo para verle a él—. Y no pienso dejar que le mate. —Estamos hablando de un tío que le saca dos cabezas a Grace —Daliah se acerca a mí, cruzándose de brazos— ¿Qué te hace pensar que podría con él? —Se enfadará y matará a Jane —me coloco la mascarilla y mi chaqueta, subiéndome la capucha—, conmigo hablará. —No, no lo hará y lo sabes. —Jake no puede perder una oportunidad de vivir algún día una vida normal, Daliah —me acerco a la puerta, preparada para irme—. Yo ya he vivido bastante. Veo que ha desaparecido y suspiro. Espero que sea la última vez que la vea.

Salgo del piso ajustándome mejor la capucha. Siento el corazón acelerado y las manos sudorosas. Quiero mentalizarme de que seguramente sí moriré y también Jane. Ambas perderemos la vida está noche. Pero si puedo luchar por seguir viviendo, lo intentaré. En mi cabeza solo pienso en la última conversación con Jake. No he podido despedirme de manera correcta, le he dejado hablando solo. Aunque si me despido con un mensaje, quizá lo preocupe más todavía. No voy a volver a verle. No volveré oír su voz, llamándome ‘amor’. Sus ojos mirándome como si fuera la única en su vida. Y me había prometido volver a besarme cuando estuviera bien. No voy a volver a recibir esos besos que tanto me hacían temblar y sentirme feliz. Quiero cambiar. Quiero ser otra MC. Tomar las riendas y decir ‘aquí estoy’. No dejaré que Grace me intimide, ya he tenido suficiente con que me manipule con sus palabras.

Poco a poco se va notando que voy saliendo del pueblo, cada vez hay menos casas y tiendas. Se convierte en zonas desérticas y vacías, rodeadas de silencio. Un silencio que es terrorífico. Me agarro con fuerza de la chaqueta, evitando que el frío penetre mi cuerpo. Ya estoy bastante congelada sabiendo que voy a morir. Dentro de poco me reuniré con Daliah. Todo esté tiempo que he estado buscando su asesino y ahora yo voy directa a ella. Comienzo por salir hacia la carretera, tomando el desvío del lago. Seguramente saben a qué horas deben pasar la policía a rondar o no creo que se arriesgaste tanto como para reunirnos allí. Lo tiene todo planeado. Calculado. Es una verdadera psicópata que hizo creer a una inocente que era su amiga. Incluso logró engañarme a mí porque sabía que iba a confiar en ella. Maldita sea, siempre va a ser así. Siempre me acaban engañando porque logran ver que soy una ingenua ¿Cómo pudo decir Daliah que soy increíble cuando soy una estúpida que se lo cree todo? Siempre ha sido así. Pero voy a dejar las cosas claras esta noche. Logro ver el lago a distancia y una furgoneta con las luces encendidas. Saco el móvil y llamo a Carter, guardando de nuevo el móvil en el bolsillo. Grace dijo que no avisara a nadie, pero alguien tiene que saber lo que está sucediendo.

Alcanzo el lago tras acelerar el paso, quedándome a unos metros de la furgoneta. Veo a Grace dentro, mirándome fríamente. Pero no me intimida. O al menos lo intento. —Ya llegué al lago como me pediste Grace —digo en voz alta, para que se me oiga en el teléfono. Noto cómo me agarran de la muñeca y me colocan el brazo hacia atrás. Suelto un gruñido de dolor, notando una respiración en mi nuca. —El móvil, ahora —susurra Ralph en mi oído. <<Mierda ¿Me ha estado siguiendo?>> Saco el móvil colgando rápidamente, dándoselo a Ralph. —Buena chica —dice dándome un beso en la mejilla. Me limpio la cara con asco, mientras él se va alejando, apoyándose en el coche. Grace baja de la furgoneta y se coloca al lado de Ralph, cruzándose de brazos. —Me alegra ver que hasta el final eres siempre obediente MC —Grace suelta una risita, como si le pareciera divertido— ¿Alguien más sabe que estás aquí? —No —miento. Jake y probablemente si lo ha llegado a oírlo, Carter— ¿Y Jane? —Está dentro —hace un gesto con la cabeza, señalando la furgoneta—, echando una siestecita. —Déjala marcharse, ella no tiene que ver- —Nuestro padre tenía una lista —comienza a explicar Ralph. Los miro a ambos. Bien, entonces sí que son hermanos de verdad. Estupendo. Dos locos de sangre—, y en esa lista, las únicas que faltaban por morir erais Daliah, Jane y tú. ― ¿Y a eso os dedicáis? —los miro a ambos, furiosa— ¿A terminar el trabajo de un psicópata? —Que era nuestro padre —Grace da un paso hacia delante, directa a mí. Sus ojos brillan con furia—. Él era la persona más importante en nuestras vidas y tú nos lo arrebatase. ― ¡Mataba niños! —exclamo incrédula de oírla hablar de Krebs de esa forma— ¡¿Cómo puedes decirme que era importante en vuestras vidas?! ¡¿Y si después os mataba a vosotros?! —Él jamás hubiera hecho eso —Ralph se pone a la defensiva, mirándome con frialdad—, era el mejor padre que jamás podríamos tener cuando nuestra madre murió, siempre pendiente de nosotros, de que no nos faltase nada. Mucho mejor que Armando. Sus palabras tienen sentido. Por eso en el chat con Daliah repetía que no era su padre. Evito hacer un gesto de llevar la mano al cuchillo, de momento es mejor esperar. Suena mi móvil y me congelo ¿Es Carter? ¿Me habrá llamado para saber qué está pasando? —Nymos —pronuncia Ralph, soltando una risa—, qué nombre más ridículo. —Debe de ser Jake —miro sorprendida a Grace, que me mira con una sonrisa— ¿Acaso creías que Daliah y yo no habíamos hablado de esto? Todo el rato estaba ‘Me preocupo por MC, Jake no es bueno para él’ o ‘Por culpa de Jake, MC está haciendo cosas ilegales, ¿Y si la meten presa a ella también?’ ―pone una voz de tonta, como si quisiera imitar a Daliah Agacho la cabeza, incapaz de verle la cara. Maldita sea Daliah, ¿No podías callarte con esto? Supongo que Grace la hizo hablar de alguna forma, no creo que de verdad fuera capaz de delatarlo sin más. —Vamos, no hagas eso, he sido lo bastante buena como para no decirle nada al FBI —se va acercando a mí, caminando a mí alrededor—, su nombre está a salvo con nosotros—coloca sus manos en mis hombros—, de momento. Me separo de ella de un manotazo, caminando hacia atrás.

Los miro a ambos ahora preocupada por la identidad de Jake. Sigue jugando de manera psicológica jugando con mi miedo. Ralph lanza al aire el móvil, cogiéndolo al vuelo. Parece divertido con esta situación. ― ¿Cómo pudiste atreverte a hacer el vídeo para el funeral de Daliah con todo lo que le hiciste? —alzo la voz, mirándole a los ojos. Debo dejar el miedo de lado y enfrentarme a él. —Fue satisfactorio hacerlo —lanza una última vez el móvil, pero esta vez lo deja caer al suelo y lo pisa con fuerza—, me reía mientras hacía el vídeo, recordando cómo se disculpaba mientras apretaba su cuello con fuerza ―la respiración se me corta al oírle y recuerdo la videocámara que recibí, el audio del móvil―. E ir a su funeral fue aún más divertido, por fin estaba donde tenía que estar: Muerta. Doy un paso hacia él y Grace me detiene, agarrándome del brazo. Intento librarme, pero me agarra más fuerte. Aprieto los dientes mirándola ahora a ella. Podría con la otra mano agarrar ahora el cuchillo, pero está demasiado centrada en mí, necesito una distracción. ― ¿Era necesario torturada a Daliah todos estos años? —miro a Grace y luego a Ralph, recordando lo que le hizo— ¡No tenías que destrozar su vida de esa forma! —Créeme, a mí me dio más asco tener que estar con ella al principio, fingiendo que me gustaba —Ralph pone cara de asco, cruzándose de brazos—. Pero cuando por fin pude decir lo mucho que la odiaba tras arruinar su vida tan joven, sentí que todo iba perfecto ―sus ojos muestran felicidad. Tan abiertos que parece un dibujo animado. Está mostrando perfectamente su locura. ― ¿Y también teníais que drogarla? ―intentado volver a librarme de Grace, pero aprieta más fuerte― ¿No te bastaba solo arruinar su adolescencia dejándola embarazada? ¿Asustada y sola? ―Eso fue idea de mamá ―responde ella, con un toque de orgullo pronunciando mamá en vez de madre, como algo más cariñoso―, ella estaba de acuerdo con todo lo que queríamos hacerle a Daliah porque estaba siendo una amenaza para la familia, así que nos ayudó un poquito a que la descendiéramos más a la locura a parte de enviarle los recortes y ese pequeño juguetito ―inspira profundamente y suelta el aire con una gran sonrisa―. No sabes lo feliz que me sentí también al verla con el collar alrededor de su cuello, sabía que eso la haría confundirse más. ―Lo único que lograste es que no se fiara más de ti ―respondo entre dientes. ― ¿Y? ―se encoge de hombros, con una mueca― Ya estábamos planeando su asesinato para entonces, ya me daba igual que no quisiera fiarse de mí.

Locos. Son unos locos. No tiene sentido nada de lo que han estado haciendo todos estos años ¿Por qué? ¿Por qué logramos meter a su padre en la cárcel? ¡Fui yo quien testificó contra él! ― ¿Por qué no fuiste a por mí primero? ―pregunto, con la voz temblando― Yo metí a vuestro padre en la cárcel gracias a mi testimonio, es a mí a quien debíais haber torturado. Ralph se acerca a nosotras y agarra mi cara entre sus manos. Puedo ver el odio en ellos. Me detesta. Como Irma hizo, me clava las uñas en mi cara, haciéndome daño. Trago saliva nerviosa, esperando a que me mate. ―Queríamos asegurarnos de que la joven que se salvó de su muerte sufriera ―dice con voz fría― ¿Se sintió segura todos estos años pensando que jamás le iba a suceder nada malo? Pues se equivocaba ―alza mi cara con más fuerza y suelto un pequeño quejido― y así, la joven heroína, sufriría tanto por no haberla salvado esta vez que poco a poco fue decayendo en la locura. ― ¿Y qué plan teníais con Jane? ―evito mostrarme con miedo ante él, aunque me intimida. ―Queríamos hacerla recordar a su querido hermanito en los recortes ―responde ahora Grace―, que se sintiera culpable porque ella está viva y él muerto, que viera lo que se siente cuando eres tú el que debería haber sido el que tendría que morir. ―Queríais que se quitase la vida ―respondo con asco. ―Hubiera sido demasiado sospechoso si volvíamos a cometer un crimen, pero hemos tenido una idea mejor ―me empuja y tropiezo―. Camina. Hago caso y Ralph se coloca a mi lado, como si me vigilase también de salir huyendo. Teniendo a Grace detrás de mí no puedo sacar el cuchillo.

Nos acercamos a la furgoneta y abre el maletero. Jane se encuentra atada y con una cinta en la boca. Está totalmente dormida. La miro con preocupación ¿Qué le han dado? ―Ey ―Grace les da patadas a sus zapatos―. Vamos, despierta ya. Jane se queja y despacio abre los ojos, para después mirarnos asustada. Comienza a llorar y a gimotear, queriendo librarse. Sus ojos muestran súplica. ― ¡Jane! ―grito queriendo liberarla, pero me detienen. ―Hagamos esto mucho más entretenido ―Grace me aleja un poco, mirándome con una gran sonrisa―, la heroína de Rosenschwarz va a matar a la chica que tanto odiaba a su hermana ―comienza a narrar como si lo estuviera explicando como si fuera una profesora―, porque descubrió que era ella quien le enviaba los artículos y el muñequito, dado que ambas tenían una rivalidad muy fuerte, Jane había hecho todo lo posible para deshacerse de ella por haberle quitado siempre el protagonismo ―ladea la cabeza con una mirada de falsa tristeza―, a la pobre Jane no le sentaba bien que Daliah usase su historia para conseguir sus papeles y luego rechazarlos ―comienza a caminar delante de la puerta y me fijo en Jane todavía asustada―. Pero Jane no estaba contenta, necesitaba planearlo bien, que pareciera que fue un imitador de Krebs. Ralph me agarra con fuerza, empujándome hacia la furgoneta, sentándome. ―Ella siempre había deseado que Daliah hubiera muerto, no su hermano ―Grace continua narrando y oigo cómo Jane sigue moviéndose desde dentro del auto, seguramente asustada por lo que están diciendo, echarle la culpa a ella― y cuando se enteró de que la hermana de Daliah estaba investigando su muerte, decidió que también tenía que deshacerse de ella, primero intentando volverla loca, pero MC fue mucho más lista y supo todo lo que sucedieron entre ambas chicas, para después… Tomarse la venganza por su propia mano por lo que hizo. ―Suena como una película mala ¿no crees? ―le pregunto, frunciendo el ceño. ―Cuando MC mató a Jane de la misma forma que ella asesinó a Daliah, se dio cuenta de que no sirvió de nada, porque no le devolvió a su hermana ―me mira con frialdad, sacando una cajita de su bolsillo―, la locura ya se había apoderado de ella y no se sintió satisfecha, tan solo vacía, así que, se tomó las pastillas ―agita la caja, sin una expresión esta vez―, se adentró al lago y decidió dormir para siempre, en el mismo lugar donde su hermana fue encontrada. Intento mirar a Jane por el rabillo del ojo, que está intentando hablar entre sollozos. Levanto un poco mi chaqueta por detrás, para que vea que no voy desarmada. Poco a poco se va calmando y creo que entiende lo que quiero hacer, porque comienza a dar golpes en la furgoneta, lo que hace que Grace se empiece a enfadar ante su actitud. ― ¡¿Puedes hacerla callarse de una vez?! ―le pregunta a su hermano― ¡Me está martilleando la cabeza con sus lloriqueos. ―Es muy molesta, lo sé ―dice Ralph entre dientes, acercándose a la furgoneta. Cuando entra, empieza a querer sujetarla, pero ella forcejea, moviéndose. Estando Ralph distraído, siendo él el más fuerte, deslizo mi mano con delicadeza por detrás mientras que Grace está distraída mirando a su hermano pegando a Jane. Es horrible de escucharlo, pero ambas tenemos que hacer sacrificios para lograr huir.

Saco el cuchillo con rapidez y se lo clavo en el muslo a Ralph, lo que hace que se queje y se aleje. ― ¡¿Pero qué coño has hecho, puta?! ―grita queriendo atraparme. Me levanto rápidamente y Grace se acerca a mí, sujetándome la mano para evitar que se lo clave. Comenzamos a forcejear y ella acaba por darme un cabezazo. Me alejo mareada y ella aprovecha entonces para coger el cuchillo que se me ha caído. ― ¿Sabes qué? Se acabó ―dice entre dientes, yendo a ayudar a su hermano― ¿Estás bien? ―Sí, estoy bien ―su voz dice lo contrario―, solo necesito algo para parar la hemorragia. Me quedo mirándolos, tambaleándome un poco. Veo cómo Grace levanta el cuchillo, mirando hacia Jane. Es un segundo que me recompongo por el miedo de que la mate, así que salto hacia ella, como si tuviera adrenalina en mi cuerpo. Logro tumbarla y comienza a mover la mano que tiene el cuchillo, queriendo darme en la cara. Evito que lo haga apartando la cara e intento detenerla con una mano y, con la otra, colocarla alrededor de su cuello. ― ¡Esto te mereces por haber matado a mi hermana! ―grito con furia, mientras golpeo contra el suelo su mano para que libere el cuchillo― ¡Voy a matarte! ¡Eres una psicópata! ¡Tú y Ralph sois unos psicópatas! ― ¡Grace! ―Ralph grita y se coloca detrás de mí, separándome de ella, tirándome al suelo― ¡Deja a mi hermana! Intento levantarme y me da una patada en el estómago que hace que me de media vuelta por el dolor, colocando mis manos para protegerme en caso de que lo haga de nuevo. Dios, creo que me ha dado tan fuerte que siento el sabor del hierro en mi boca ¿es capaz de una gran patada hacerme sangrar por la boca? Coloco una mano en el suelo, intentando levantarme. Me tiembla el brazo, casi me cuesta levantarme. Grito cuando me agarran de la coleta, levantándome a la fuerza para hacerme caminar. ―Le dije a Grace que no tendríamos que haber charlado, pero ya la conoces, es más sociable que yo ―me dice en la oreja. Noto su aliento caliente en mi piel. Me da asco―, en cambio yo quería terminarlo pronto. ― ¡No te saldrás con la tuya! ―le grito intentando librarme de que me sujete con fuerza el cabello. Es como si me lo pudiera arrancarlo de un solo tirón. ―Ya lo hice cuando me libré de tu hermana ―comenzamos a entrar en el agua, está helada y hace que mi cuerpo caliente por la adrenalina poco a poco se vaya congelando, incapaz de poder hacer algo ya―. Ahora te toca a ti. Me da media vuelta, colocándome frente a él. Consiguiendo lo que quería: Que le viera con miedo. Pasa despacio su mano por mi cuello, como si lo acariciara con delicadeza. Pero sé que no lo hace con esa intención, sino para intimidarme. Mientras, logro escuchar a Grace intentando callar a Jane. ―Ahora quiero que te disculpes por lo que nos hiciste ―su voz es profunda y fría, casi ni la reconozco. Parece la voz de un demonio―. Vamos, discúlpate. Abro la boca para hacerlo, entonces, recuerdo a Daliah diciéndome que no fue nuestra culpa. Ella se disculpó porque claramente había vivido con miedo por su culpa, pero gracias a sus palabras, decido no ceder. No me rendiré ante él. Le escupo en la cara y aprieto los dientes con fuerza. ―Vete al infierno con tu padre ―le contesto al final. Sé que eso hace que le enfurezca y comienza a apretar con fuerza mi cuello. Poco a poco me empieza a tumbar contra el agua y yo forcejeo para evitarlo, arañando su cara y sus manos, dando patadas, pero eso me hace resbalarme. Puedo escuchar su risa mientras me defiendo e intento todo lo que está en mi mano para quitármelo, pero no lo logro. Poco a poco me quedo sin aire, me duele la garganta de lo fuerte que aprieta. Noto el agua fría en la espalda y muy rápidamente me hunde al agua. Trato una y otra vez arañar sus manos, librándome. El agua entra por mi garganta y mi nariz, intentando gritar por ayuda, aunque sé que no es posible. Nadie va a venir. Comienzo a marearme por la falta de aire, dejando de pelear. No me había dado cuenta hasta ahora, hay luna llena.

Es lo último que quiero ver en vez de la cara de Ralph.

*Jake POV*

Había intentado llamar a MC tras hacer un desvío para evitar el control del FBI en Evergreed. Tuve que tomar otra carretera para llegar a Rosenschwarz. Por desgracia era más larga. Maldita sea, tengo un mal presentimiento. Quiero pensar que no ha contestado porque no quiere discutir, no por otra razón, pero la extraña sensación en mi cuerpo me dice que algo ha ocurrido. Pasó entre los coches sin preocuparme en que pueda tener un accidente, quizás hasta la policía habrá sido alertada por mi gran velocidad. Y no puedo bajarla, tengo que llegar cuanto antes.

Llego a Rosenschwarz y la gente comienza a gritar quejándose por mi velocidad. Intento tener cuidado con tampoco atropellar a alguien, aunque por poco lo consigo. Maldita sea ¿Dónde está el lago? Es como si hubieran quitado las señalizaciones. Me detenido un momento, sacando el móvil para localizarlo en el mapa. Doy gracias a que sé escribir deprisa y que hay buena señal. Bien, está a la izquierda, de nuevo izquierda y recto hasta el desvío de la derecha. Me guardo el móvil y arrancó rápido el sidecar de nuevo. —Vamos, vamos —digo entre dientes, apretando con fuerza la mandíbula— ¡Más rápido, joder! Nunca había estado enfadado de esta forma y no era con MC. Recuerdo todo lo malo que le ha sucedido, quiero borrárselo de su mente. Quiero que Grace y Ralph paguen por lo que han hecho.

Logro llegar y veo una furgoneta y una silueta, alzando la mano. Derrapó y detengo la moto, quitándome el casco para correr hacia ella. Veo a Grace alzando un cuchillo y la empujo hacu un lado, mirando luego dentro de la furgoneta. —¡MC! —grito dándole la vuelta, pero no es ella. Le quito a Jane la cinta y me mira asustada— ¡¿Dónde está MC?! —pregunto desatándola. —Ralph… —es lo único que logra decir, tomando aire desesperada. Levanta la mano señalando y salgo del vehículo para mirar en dirección al lago. Logro ver a Ralph y un chapoteo en el agua. Corro hacia él, pero me caigo al suelo en cuanto me agarran el tobillo. —¡¿Quién eres tú, cabrón?! —me pregunta Grace, con su mano todavía en mi tobillo. —Alguien con quien no deberías meterte —le contesto al mismo tiempo que le doy una patada en la cara, justo en la nariz. Se queja logrando soltándome y me levanto del suelo de un salto, retomando mi destino hacia Ralph. Le empujo haciendo que pierda el equilibrio y yo me agacho para coger a MC del agua. —¡Ya te tengo! —digo mientras comiendo a salir del lago— ¡MC, estoy aquí! —grito al ver que tiene los ojos cerrados. Noto cómo me empujan e intento que el cuerpo de MC no haga un fuerte impacto contra el suelo, manteniéndola contra mi cuerpo. —Creo que llegas un poco tarde —dice Ralph con una risa— ¡Ya está muerta! Dejo con delicadeza a MC en el suelo y me levanto directamente hacia él, para pegarle un puñetazo. Lo esquiva y me da él uno en el estómago. Me quejo entre dientes, tirándome al suelo. —Vamos, tengo sitio para otro más en la lista de gente a la que quiero matar —dice haciendo un gesto con la mano para que me acerque. Cojo un puñado de tierra y se lo tiro a los ojos, dejándole indefenso. Me incorporo y me empujo contra el suelo, comenzando a pegarle puñetazos. Logra parar uno y me da un cabezazos, derribándome ahora él contra el suelo. Coloca sus manos alrededor de mi cuello, apretando. Es como si hubiera estado preparándose todos estos años con esta fuerza, porque soy incapaz de liberarme. Le doy otro puñetazo y me suelta. Me incorporo y justo cuando voy a pegarle una patada en el estómago, recibo una puñalada en el hombro. Me alejo colocándome la mano en el hombro, mirando a Grace. Tiene el cuchillo en su mano. Miro ambos hermanos, esperando a ver quién hace el siguiente movimiento. Noto la mascarilla húmeda por el sudor y el sabor a metálico de mí boca. Veo a Jane acercándose despacio, así que evitó mirarla para que no se den cuenta. —No sé quién cojones eres —comienza a decir Ralph, escupiendo la sangre de su boca—, pero seguro que sabes cómo terminan los dos contra uno. —Terminemos con esto —Grace sonríe, agarrando el cuchillo con fuerza. Jane grita y estira del cabello a Grace, lo que hace que tire el cuchillo y comiencen a pelearse entre ellas.

Y con esa distracción, yo voy directo a Ralph, empujándolo contra el suelo. Voy a pegarle y me detiene y, de nuevo, logra tumbarme. Intento alcanzar el cuchillo mientras me asfixia, notando la punta de la hoja. Logro cogerlo y acabo por clavárselo en un costado, retorciéndolo con fuerza hasta sacarlo. Grita de dolor, alejándose de mí. Veo cómo brota sangre de su cuerpo. —¿Qué me has hecho? —pregunta de manera retórica— ¿Crees que así vas a poder devolverla a la vida? —suelta una risa— ¡Ya está muerta como la puta de su hermana! —la risa se transforma en una carcajada— ¡He terminado con ambas! ¡Las dos están muertas! Aprieto el mango con fuerza, sintiendo cómo la ira se apodera de mí. Ralph viene hacia mí y me defiendo clavándole el filo en el cuello. Su expresión cambia a una de sorpresa, escupiendo sangre por la boca. Saco el cuchillo y él cae de rodillas, llevándose la mano a la herida, queriendo parar la sangre. Suelto el arma y voy corriendo hacia MC, está pálida y con los labios azules. Compruebo si respira, pero no lo hace. Me bajo la mascarilla y comienzo a hacer las compresiones. —¡MC, VAMOS, DESPIERTA! —grito desesperado— ¡NO TE MUERAS! ¡NO ES TU MOMENTO! Le hago el boca a boca dos veces y continúo intentando reanimarla. —¡NO ME DEJES! ¡AMOR, NO ME DEJES SOLO! ¡TE NECESITO! Recuerdo la última vez que lloré y fue cuando creí que había muerto. Ahora comienzo a llorar sin control, viendo cómo todo a mi alrededor de vuelve de unos tonos oscuros, mezclados con el rojo de la rabia al verla sin vida, sin haber sido capaz de mantenerla a salvo.

Escucho unos pasos acelerados y cojo a MC contra mi cuerpo, echándonos a un lado. Grace clava el cuchillo en el suelo, mirándonos con rabia. —¡Tú…! —me grita con rabia— ¡Tú has matado a mi hermano! Mantengo MC contra mi cuerpo y yo comienzo a respirar con dificultad por los nervios. Grace se levanta con una sonrisa tan amplia que el mismo Cheshire tendría envidia. Cuando está cerca, muevo la pierna para derribarla, pero solo se tambalea. Es entonces cuando Jane vuelve a aparecer, empujándola. —¡Deja… De… Jodernos… Y MUÉRETE! —grita ella, golpeándola en la mano para que suelte el cuchillo. Mientras tanto, yo regreso la reanimación, a pesar de que sé que no puedo continuar, pero tengo que seguir haciéndolo. —MC, después de esto te prometo que no habrá más peligros —continúo hablándola, casi de una manera desesperada— ¡Te prometo incluso invitarte cenar! ¿Lo recuerdas? Aún te debo una cena. Cuando le hago la respiración artificial, noto que casi me cuesta pasarle aire. Normalmente estoy acostumbrado a controlar mi respiración cuando corro, pero ¿Con esto? Está situación ha hecho que todo mi cuerpo se descontrole de los nervios. —¡Jake! ¡Cuidado! —escucho a Jane y me doy la vuelta, parando a Grace. Agarro con fuerza su muñeca y tira el cuchillo cuando se la rompo, con toda la furia acumulada. El grito que suelta parece el de un animal. —¡Esto no se va a quedar a- —veo cómo al igual que con Ralph, un cuchillo pasa por el cuello de Grace. La castaña lleva sus manos a su cuello, buscando una forma de quitárselo. Pero al final, cae al suelo como si hermano. —Disfruta del viaje al infierno, zorra —escupe Jane, dándole una patada al cadáver. —¡JANE, AYÚDAME! —La grito para que se acerque. Jane se agacha y ambos intentamos hacer la reanimación, dado por mí falta de aire, yo no puedo continuar. —¡MC, despierta, por favor, DESPIERTA! —todo mi cuerpo tiembla con el miedo de perderla— ¡NECESITO QUE DESPIERTES! —Jake, lo siento —Jane para de darle aire, con una voz de pena—, pero no va a despertar. —¡NO! ¡TIENE QUE DESPERTAR! —La grito y retomo yo la reanimación. Es entonces cuando escuchamos sirenas acercarse, pero las ignoro. —¡Jake, tienes que irte! —Jane intenta separarme de ella, pero la aparto. —¡No me iré hasta que despierte! —grito, retomando otra vez la reanimación que me ha interrumpido. —¡Pero será peligroso para ti si te encuentran aquí! —vuelve a empujarme, separándome de MC— ¡Seguiré yo con la reanimación, pero lárgate ya! Veo cómo Jane cumple su palabra y me quedo un rato mirando la escena. MC reanimará ¿Verdad? Es lo que me digo, quizás para engañarme de que la he perdido para siempre. —¡Confío en ti, Jane! —grito mientras me levanto, corriendo hacia la moto.

Desde lejos veo cómo Jane no se rinde en reanimar a MC. Aprieto los manillares de la moto con fuerza, al igual que mis ojos al cerrarlos. No quiero tener que marcharme, pero si no lo hago, me arrestarán y me alejarán de ella para siempre. —Estaré esperándote, amor, no tardes en despertar. Arranco la moto y a toda velocidad, me alejo de allí. Evito llorar para poder ver por dónde voy, pero me cuesta. No siento dolor de la cuchillada de Grace o de cuando Ralph me quiso asfixiar con sus manos. Lo único que más me duele ahora es que si pierdo a MC, lo pierdo todo en esta vida.

Capítulo 33

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mariadelrefugioquintana · 2 years ago

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Renuncio a ser adulto

Con la presente, presento mi renuncia a ser adulto.

He decidido aceptar la responsabilidad de tener seis años nuevamente.

Quiero navegar barquitos de papel en un estanque y hacer anillos tirando piedras al agua.

Quiero pensar que los dulces son mejor que el dinero, pues se pueden comer.

Quiero tener un receso y pintar con acuarelas.

Quiero salir cómodamente de mi casa sin preocuparme cómo luce mi cabello.

Quiero regresar a mi casa, a una comida casera y que alguien corte mi carne.

Quiero recostarme a la sombra de un viejo roble, y vender limonada con mis amigos en un día caluroso de verano.

Quiero abrazar a mis padres todos los días y enjugar mis lágrimas en sus hombros.

Quiero regresar a los tiempos donde la vida era simple...

Cuando todo lo que sabía eran colores, tablas de sumar y cuentos de hadas; y eso no me molestaba, porque no sabía que no sabía y no me preocupaba por no saber.

Cuando todo lo que sabía era ser feliz porque no sabía las cosas que preocupan y molestan.

Quiero pensar que el mundo es justo. Que todo el mundo es honesto y bueno.

Quiero pensar que todo es posible.

En algún lugar de mi juventud maduré y aprendí demasiado.

Aprendí de armas nucleares, guerras, prejuicio, hambre y de niños abusados.

Aprendí sobre las mentiras, matrimonios infelices, del sufrimiento, la enfermedad, el dolor y la muerte.

Aprendí de un mundo donde saben cómo matar y lo hacen.

¿Qué pasó con el tiempo en que pensaba que todo el mundo viviría para siempre, porque no entendía el concepto de la muerte, excepto cuando perdí a mi mascota?

Cuando pensaba que lo peor que pasaba era que alguien me quitara mi pelota de jugar o me escogiera de último para ser su compañero de equipo.

Cuando no necesitaba lentes para leer.

Quiero alejarme de las complejidades de la vida y excitarme nuevamente con las pequeñas cosas una vez más.

Recuerdo cuando era inocente y pensaba que todo el mundo era feliz porque yo lo era.

Caminaría de nuevo en la playa pensando solo en la arena entre los dedos de mis pies y la caracola más bonita que pudiera encontrar sin preocuparme por la erosión y la contaminación.

Pasaría mis tardes subiendo árboles y montando mi bicicleta hasta llegar al parque, sin la preocupación de que me secuestren.

No me preocupaba el tiempo, las deudas, o de dónde iba a sacar el dinero para arreglar el carro.

Sólo pensaría en qué iba a ser cuando grande, sin la preocupación de lograrlo o no.

Quiero vivir simple, nuevamente.

No quiero que mis días sean de computadoras que se inhiben, de la montaña de papeles en mi escritorio, de noticias deprimentes, ni de cómo sobrevivir unos días más al mes cuando ya no queda dinero en la chequera.

No quiero que mis días sean de facturas de médicos o medicinas.

No quiero que mis días sean de chismes, enfermedades y la pérdida de seres queridos.

Quiero creer en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apretón de manos, de la palabra dulce, de la verdad, de la justicia, de la paz, los sueños, de la imaginación.

Quiero creer en la raza humana y quiero volver a dibujar muñecos en la arena...

¡Oh, siii! Quiero volver a mis seis años nuevamente... y ya está decidido.

Desconozco el autor

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nessihow · 2 years ago

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Owned by Sánchez [Rick Sánchez x Reader/OC] Capítulo 11 : Falling in reverse

Rick se encontraba respirando pesadamente, elevándose sobre el cadáver ahora destrozado de su contraparte. Guardo su arma de láser para sacar el generador de portales y nos llevó a los dos al garaje de los Smiths. En silencio que existía entre nosotros se rompió cuando me preguntó si me había hecho daño, les señalé mis heridas, las cuales trató con medicina que apostaría que no era humana, pero en sumo silencio, no dejó salir ni un suspiro. No creía que fuese necesario, y yo tampoco, así que decidí no presionarle para que hablase, simplemente deje que me abrazase cuando terminó y me pidió que me fuese a casa.

-Rick...¿Cómo me localizaste?- Pregunté con curiosidad y parte de intriga, aún con la adrenalina en el cuerpo ante casi morir.

-No es asunto tuyo, ahora vete a descansar.- Dijo secante sin ni siquiera mirarme a la cara.

-Claro que me interesa, me rompí la cabeza tratando de encontrar una forma de volver contigo...Pensé que no iba a volver...- Dije en un tono triste y mientras intentaba establecer una conversación con él.

-Eso es porque eres jodidamente imbécil, ahora d-dejame en paz y largate a tu casa.- Ya no era solamente secante, si no que rozaba el límite de lo maleducado, no esperaba que me dijese esas cosas.

-¿Rick? Siento haberte preocupado... Yo...- En otra situación habría gritado y le habría plantado cara a la mínima, pero mi mente no estaba en la mejor situación como para enfrentarme a él.

-CALLATE, dios c-como puedes ser tan jo-jodidamente molesta...- Musitó entre dientes, guardando muchos aparatos que tenía encima de la mesa, muchos de ellos sin ordenar.

-No creo que me merezca que me hables así...¡He sido yo la que ha estado días aguantando a ese animal, que casualmente tiene tu rostro! Cada segundo en el que te veo, me recuerda a cuando me estaba golpeando.- No estaba a la defensiva, estaba dolida por su trato, una cosa era dejar de vernos y otra cosa era la manera en la que me estaba tratando.

-¿No entiendes que me da absolutamente igual lo que te pase? Te lo dije la semana pasada, no somos nada, nunca debimos volver a vernos, solo te busqué porque Beth sospechaba que tenía algo que ver con que desaparecieras de un día para otro, se hubiese enfadado si no te hubiese salvado, ¡Ahora largo!- Al oírle decir todo eso, las lágrimas empezaron a correr por toda mi cara, probablemente me veía patética, con el pelo hecho un desastre, y todas las heridas aún abiertas, pero no me podía importar menos, lo único que me importaba eran todas esas cosas que Rick me había dicho, y para que no me dijese más, me fui corriendo mientras rompía en llanto. Mi peor temor desde la cena con Jordan se había hecho realidad, Rick se había cansado de mí de todas las maneras posibles, ya no solo sexualmente, eso no me hubiese importado, pero el hecho de que me tuviese tan poco respeto como para faltarme al respeto así... Me culpé a mi misma por haberme creído su mentira de que había cambiado, de que quería hacer las cosas bien. Rick era un pozo sin fondo, un pozo en el que una vez que entrabas era difícil de salir.

...

Esa noche no pude dormir, no con todas esas cosas pasando por mi cabeza, no podía pasar 3 minutos sin que mi mente volviese a las palabras que me habían dicho ambos Ricks, sentía que me moría si seguía así, así que decidí buscar en mi móvil música para adormecer mi cerebro, más no llegue a hacerlo ya que me di cuenta de varios mensajes que había enviado Beth hacía unas horas, decían que si podía quedarme con los niños durante una noche, ya que tenían una cena con una empresa que le había hecho a Jerry una oferta de trabajo, una empresa muy convencional que quería conocer a la mujer de su posible nuevo trabajador. Y según ella Rick no estaba de humor, ni capacitado para cuidar de unos bebes.

Me lo pensé, dios sabe si me lo pensé, y cuando estaba a punto de decir "No, lo siento." Pero cuantas más vueltas le daba, más me dolía el quitarme el derecho a hacer algo que quería, quería ayudar a Beth, sabía que necesitaba mi ayuda y que también me vendría bien salir algo de casa, pero el simple hecho de tener que ver a Rick, después de la putada que me había hecho, hacía que mi estómago se revolviese. Aun así, no podía esconderme allí y no salir hasta que se muriese, no era viable por mucho que me pareciese una opción, tenía que seguir con mi vida, no podía dejarme caer en otra espiral de depresión y autodestrucción como lo hice cuando se fue sin decirme nada, "Quizá esto es lo mejor" Me repetía a mi misma cada 2 segundos, quizá era mejor separarnos para siempre y quedarnos con los buenos recuerdos, aun así, no estaba de acuerdo con separarme de Beth, ella era mi amiga, la quería, me lo pasaba bien con ella, no sentía la necesidad renunciar a eso. Así que le mandé una confirmación de que iba a ayudarla, esperé hasta la noche cocinándoles algunos dulces a los niños y antes de salir me aseguré de ir lo suficientemente bonita como para que Beth no sospechase, era una de esas mujeres que olía los problemas a millas, era tan inteligente como su padre...

Pestañeé rápido para alejar esos pensamientos y seguí preparándome para salir hacia la casa de los vecinos, me abrió la puerta Beth, vestida de punta en blanco y con rulos en el pelo, con una gran sonrisa mientras me invitaba a pasar, los niños me saludaban, bueno, Summer me empezó a contar cosas de sus nuevos amigos en el momento en el que me vió, Morty solo hacía ruidos y alzába las manos de forma entusiasmada, sentado en una sillita viendo la televisión.

Estuve hablando en inglés con Jerry durante un rato, me explicó lo que necesitaban los niños antes de irse a dormir. Luego Beth terminó de arreglarse el cabello y ambos salieron juntos, los acompañamos hasta la puerta del coche, Summer estaba muy triste, se veía que no solían quedarse sin sus padres durante un tiempo, Morty pasó un tiempo llorando pero pude calmarlo con la ayuda de su hermana, Summer era una niña realmente lista.

-Se está acostumbrando a ti.- Dijo la niña sentándose en el sofá e invitándome a ver dibujos animados con ella.

-Tu hermano es un solecito, cuando sea mayor va a ser una dulzura.- Comenté mientras observaba como Morty se quedaba totalmente embobado con los personajes de la TV. Acostado en el sofá a mi lado. A mi otro lado estaba Summer que reaccionó amargamente a mi opinión.

-Si... Papá y mamá siempre dicen que es un niño muy bueno, dicen que yo no fui así de tranquila...- Suspiró en un tono triste y con una mirada cabizbaja.

- No tienes por qué tenerle celos al bebe SumSum, si tus papás le prestan más atención es porque aún no puede hacer las cosas por sí mismo, como tú cuando eras pequeñita, eso significa que tú eres una niña grande, ya vas al cole, tienes tus amigos, cada uno tiene sus cualidades, cuando él crezca, él desarrollará una personalidad, diferente a la tuya, pero igual de especial. - Intente ayudar a la niña en ese tema, intente que mis palabras calasen dentro de ella de cara al futuro. Parte de mi trabajo se basaba en la compresión de los sentimientos de los niños, y con mi mala relación con mis padres había experimentado de primera mano lo que era necesidad de atención de parte de todo el mundo, y lo mal que lo pasaba cuando no me la daban. Crecer con eso era horrible, creces llegando a un punto en el que aún siendo una adulta seguía buscando la atención de gente a la que le tenía respeto. Quise decirme a mi misma que se iba con los años, con la madurez, pero justo en ese momento de mi vida con lo que había pasado con Rick, sabía que era algo que me iba a acompañar toda la vida.

-¿Está bien si me voy unos minutos a por algo de comer ? Seguro que tenéis hambre. - Me levanté y caminé hacia la salida del salón.

-Claro, yo cuido de Mortimerrr. Te quiero Morty.- Se abrazó a él mientras decía su nombre de esa manera que para ella era graciosa.

-Quero Summer.- Balbuceó el niño mientras disfrutaba del tierno abrazo de su hermana. Era tan gratificante ver esa escena y saber que yo había formado parte que no me podía parar de preguntar si podría llegar a tener mis propios niños algún día, era un debate que llevaba mucho tiempo dentro de mí, si los quería o no, pero el recordar esa foto en la que salíamos Rick, yo, y nuestro hijo... Ese niño de pelo claro y ojos grandes. O esos otros dos hermanos que existían solo en la vida de una versión alternativa de mí que me había enseñado Rick. Me hicieron aguantar las lágrimas mientras me paraba en la cocina pensando en que prepararles a los niños para alejar esos pensamientos intrusivos.

Opté por algo fácil como una sopa o un puré, algo que los niños comerían sin quejas, mientras preparaba las cacerolas, oí un estruendo en la puerta de la cocina, la que conectaba con el garaje. Me acerqué corriendo con el miedo de que uno de los niños pudiese haberse hecho daño. Mi corazón latiendo a mil se paralizó al ver a Rick, borracho hasta la medula, tambaleándose para entrar a la cocina probablemente a por más alcohol.

-¿Qué h-haces urp aquí?- Intentó decir mientras me recuperaba del susto y me daba la vuelta, dándole la espalda. Me negué a responderle, no le importaba, estaba aquí para cuidar a sus nietos no para tener otra pelea con él.

-¿Te h-has qued-dado sorda z-zorra?- Se acercó a mí, elevándose sobre mí y haciéndome sentir su aliento en mi rosto.

-Beth me ha pedido que cuide a los niños, te agradecería que me ignoraras Rick.- Revolví la comida sin siquiera mirarle.

-Eres c-como un m-maldito virus nept-toniano, es imp-posible librarse de ti.- Parecía irritado ante mi tono tranquilo y moderado, no quería caer en sus redes, así que le dije lo que pensaba, con la actitud más serena que pude.

-Rick, eres un soplapollas y le arruinas la vida a cada persona que te cruzas. Vete a beber hasta morir si es lo que quieres, pero deja la vida de tu familia, y la mía, en paz. - Me arrepentí de las palabras que dije nada más salieron por mi boca, pero sabía que ya no había marcha atrás. Tendría que asumirlas así como yo asumí todo lo que me dijo en el garaje después de casi morir por su culpa. Escuché como maldecía entre dientes mientras recogía una botella de vodka y salía de la habitación, solo escuché un murmuró final que decía en un tono diferente.

-Lo sé.-

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lemecdeliott · 3 months ago

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💖🧙‍♀️✨. —Mi recompensa por portarme bien —y se acercó para que lo besara, como debía de ser. Se puso pensativo. ¿Por qué sabía todo? ¿Qué tipo de contactos eran? Kellan tenía contactos, pero no solían ser todos buenas personas. De hecho, los que más sabían, eran los peores—. ¿Galien es neoyorquino? —Preguntó, pensando que si era su lugar de origen, tendría sentido—. ¿Su manada también fue asesinada? —Por lo que había visto, podía ser. Pensó que era entendible, pero ahora creía que ese trauma se había convertido en algo más, lo había visto demasiadas veces. Creció en Nueva Orleans—. La verdad, creo que al menos en eso, se inventaba todo. —Arqueó una ceja. Le desagradaba, pero también lo detestaba por quitarle oportunidades a Nick. ¿Con qué derecho hizo aquello? No era su vida. Trató de que su desagrado no influyera en su objetividad. Tenía que investigarlo adecuadamente. Negó con la cabeza—. No, no puede ser una ramita —respondió—. A menos que elijas que esa ramita se convierta en una espada —agregó sugerente—. Vamos, Nick. ¿No has pensado alguna vez en portar un arma? No tiene que ser algo grande —le animó—. Yo siempre quise una daga o una espada, me creía un mago samurai —contó, divertido—. Tarik me dio una daga y soy un brujo, lo tengo todo —añadió para que entendiera su punto—. Y no te preocupes por perderla, también me aseguraré de que vuelva contigo —le dijo. Había asegurado diferentes objetos de esa manera—. Sigo pensando que es muy bonito la forma en que nos reconoces. —A Kellan le parecía muy tierno y le enternecía ser parte de la consciencia de un licántropo. Sabía que no cualquier persona lo podía lograr. Le pareció tan tierno que se acercó a abrazarlo—. ¿Por qué morderías a alguien, lobito? —Rió, pero lo entendió pronto—. Oh, no muerdas, necesito hacer negocios —bromeó—. Sólo un poquito —aceptó, sonriendo y disfrutando del beso de Nick—. Deberían tomarse su tiempo —dijo. No podía escucharlos, pero sabía que si seguían hablando, era porque lo necesitaban. No los presionaría—. Está bien, en serio, además, también eres su novio —apuntó. No podía dárselo a Daeron, pero le alegraba que Nick sí. Quizá, de ese modo, encontrara cierta paz cuando Kellan... Okey, estaba pensando de más, tenía que calmarse. Sin embargo, se dio cuenta que Nick albergaba esperanza, no sólo en que aceptara sangre, también en que algún día se convirtiera. Lo pudo notar en sus ojos. ¿Ahora cómo le decía que ambas eran igual de improbables? —Sé que es especial, he visto la forma en que Tarik te mira —acotó, desviando la atención hacia él para hablar de Nick y su vínculo con Tarik—. La mejor de las opciones —volvió a reír—. Sí, muy buena idea, Nick —concordó con una sonrisa pensativa—. Está bien, está bien, no te diré —le dejó un beso en la mejilla—. Y anda, alimentame o me voy a trabajar —bromeó, abriendo la boca para que le diera más.

🧑🏼‍🎤💖🎵. Acarició su mejilla y lo acunó en sus brazos. Podía sentir la conexión entre ambos. Su otra mitad. Juntos, en este instante, hacían uno. —No tienes que agradecer, mi corazón —acarició su mano—. Todo lo que hago es por ti, y por ellos. Son vitales para mí —exclamó. Los tres lo eran, que en su rostro no se reflejara el temor por perderlos no quería decir que no existiera. Pero por ellos debía mantener el temple y actuar para solucionar lo que estuviera en sus manos (y lo que no)—. Mmm, dentro de lo que cabe, aunque no se portarán bien con todo —apuntó con una sonrisa. Sabía que ellos encontrarían la forma de entretenerse, pero mientras se mantuvieran a salvo, aquí, se conformaba—. Sí —concordó—. No creo que sea casualidad que Kellan fuese herido en ese sitio para luego atraernos para una visión tan acertada sobre 4 amantes. —Era intencional—. No sé cómo, no sé si Galien posea semejante poder, pero puede que esté aliado a la persona que estamos buscando —dejó entrever sus pensamientos—. Espero que encontremos algo más —agregó, esperando obtener sus huellas o alguna clase de rastro que pudieran seguir. Asintió, cuidaría de todos, como había prometido—. A ellos les encantaría distraerte —repuso, guiñando su ojo, y podía sumarse, porque los adoraba. Profundizó el beso, sabiendo que ambos lo necesitaban. Esa también era su forma de comunicarse—. Lo sé, mi vida, mi rey. Te he visto y estoy orgulloso de ti, te seguiré en todo lo que decidas —agregó, confiando totalmente en sus elecciones—. Sí, es necesario —asintió. Tarik podía soportar más tiempo sin alimentarse, pero ya que deseaba ir con él, también se alimentaría. Además, requería estar cerca de Nick. Necesitaba su calor—. Sí, es capaz de hacerlo todo por su cuenta, pero tampoco creo que acepte ayuda de alguien más —conocía bien al brujito—. Prioricemos entonces. —Algunas tareas podían ser para Kellan—. Confío en ella, por completo, corazón.

🌾 ❛❛🐺💘🌚Nick enarcó una ceja.—Sí, seguramente es demasiado difícil por eso no lo haces ¿Cuál recompensa?—Replicó poniéndole los ojos mientras intentaba verse serio pero, era imposible cuando Kellan era así con él. —Hasta donde yo sé, no debería, no es de hacer amigos pero, de alguna u otra forma siempre parecía estar informado y enterado de todo, literalmente de todo—Compartió con fastidio.— Sin salir o no hacerlo mucho, pude saber lo que quiera de una persona, me acuerdo que cuando vivía con él y volvía con algún chico o chica, Galien ya sabía todo sobre esa persona porque me describía con detalle porque no me convenía y en que andaban metidos. Yo creo que tenìa un soplòn en cualquier lugar. A mi eso fue lo que me empezo a fastidiar. Claro que para ese entonces a mi no me parecía extraño, pensé que se preocupaba por mi—Explicó con un poco de vergüenza por haberse dejado manipular así por Galien pero, sentía que pese a todo debería haberle tenido lealtad por lo que había hecho por él pero, después de lo que había hecho con sus novios estaba escrito que había acabado con esa lealtad. —Está bien podemos—Afirmó con una sonrisa mirando a Kellan. —Ah, mi arma, pero ya te dije...no quiero destruirla—Chilló como un niño pequeño que le piden regalar a la beneficencia sus juguetes. —¿Puede ser una ramita de árbol?—Mostró su hilera de dientes en una sonrisa. La verdad es que no tenía idea de que quería como arma.—Creo que sí—Sintió mirando a su novio, aunque no podían descartar que lo hicieran más adelante. Luego asintió mientras sonreía.—Así es, además de su aroma, me hace sentir que no hay peligro y me recuerda que son ustedes—Explicó con un ligero sonrojo. —Pero, entonces te tendrías que aguantar si muerdo a alguien—Agregó de forma divertida. —Tú, tú tienes toda la culpa del mundo, amor—Replicó con una sonrisa cuando beso su mejilla, entonces aprovechando la cercanía tomó su rostro apretando sus mejillas para exponer sus labios y besarlo. —Sí es cierto, ¿Deberíamos decirles que vengan a comer o les damos un poco más de tiempo?—Preguntó mirando a su novio. Con lo siguiente le dió realmente miedo de haber ofendido a Kellan o hacerlo sentir mal, pero cuando respondió su cuerpo de relajo. —Ok, si estás de acuerdo podría proponérselo a Daeron aunque si me da algo de nervios porque supongo que es un vinculo que quisiera hacer contigo—Medio sonrió.—Pero, claro solo será provisional en tanto tú y él pueden hacerlo, mientras llega el momento en que te sientas listo. Es demasiado lindo, Kel—Aclaró el licántropo para que Kellan supiera que esa era una acción especial que merecía la pena que experimentara. —Ahora no, pero, en algún momento y vas a ver que la mejor de las experiencias. No te preocupes—Nick envolvió la mano de Kellan entre las suyas. Entendía porque no podía pero, también confiaba en que en algún punto cambiaría esa perspectiva, era como decía Tarik; darle tiempo.—Siempre es una buena opción—Soltó una pequeña risita. —¿Sí? ¿Te parece que puede funcionar?—Nick se emocionó de haber aportado algo. —¿A quién tienes en mente?—Preguntó con curiosidad.—No, no mejor no me lo digas. Estoy comenzando a estar paranoico y la verdad es que no quiero revelar algo o que Galien sepa algo sobre nuestra situación, mejor no—Optó por entonces saber lo menos posible.

🌾 ❛❛ 🧛🏻‍♂️❤️👑Daeron lanzó un beso. Sí, también Kellan se merecía todo el esfuerzo, se lo iba a compensar a su amor, cuando todo esto se tranquilizara.

—A mi que seas tú quien lo sepa—Afirmó acunándose en sus brazos. Tarik lo era todo para él, era una extensión de si mismo, su otra mitad, nadie se le igualaría en la importancia y relevancia que ocupaba en su vida. Era feliz de haberlo encontrado en esta vida.—Gracias, gracias, gracias, alma mía—Replicó con todo el agradecimiento y amor que eso podía implicar porque sabía que Tarik, haría todo lo que estuviera en sus manos para que así fuera.—Cierto están ocupados—Enarcó una ceja sonriendo.—Bueno, espero que su criterio incluya portarse bien—Suspiró pensando en sus novios que para ellos era una actividad algo dura. —Pero, agradezco el esfuerzo que están poniendo en ello—Era algo loable porque solo demostraba lo unidos que estaban. Daeron pensó en Galien de hecho pensaba en él más de lo que quería.—¿Piensas lo mismo que yo?—Preguntó mirando a su otra mitad.—Es decir, un extraño presentimiento en contra de Galien—Agregó. Daeron siempre había sido partidario de haberlo matado desde aquella cena pero, gracias a la intervención de Nick se había salvado, solo esperaba que más adelante no fuera arrepentirse de ello. —Gracias, Tarik—Sabía que lo cuidaría, sabía cuanto lo amaba y lo que representaba en su vida; en sus vidas. Kellan y Nick eran la prioridad de ambos. La sonrisa en su rostro de afianzó con la caricia.—Definitivamente necesito una buena distracción porque los siguientes días serán estresantes.—Podía sentirlo. Solo volverían estar tranquilos hasta que lograran resolver todo esto. Empero, ese beso fue todo en ese momento, sus labios se abrieron y pidieron que durara un poco más.— Me esfuerzo y siempre lo haré para serlo—Afirmó orgulloso de ser percibido de esa forma.—Me parece perfecto, alimentemonos y vayamos a ese sitio antes de que alguna lombriz regrese a alterarlo—Afirmó. Daeron sintió una sed excesiva, suponía que era la situación.— Lo sabía.No quiero que lo haga todo él, me preocupa que pueda exceder la fuerza de su cuerpo pero, tú y yo sabemos que es demasiado terco que si le propongo conseguirle ayuda vaya a ofenderse o creer que no confío en sus habilidades—Suspiró escuchando la opción de su alma. —¿Podrías? ¿Confías totalmente?—Preguntó pensando que era mejor que decirle a alguna de las hermanas.

#;; kellan ahearn #;; tarik wayne #;; the news #kellan como: las saladitas son horneadas jajajajaja #ay ese brujito que quiere hacerlo todo u_u

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