#divino silbo
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goddiedyoung · 2 months ago
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El arquero divino II. Santa Teresa
Poema titulado La esencia inmemorial:
En el recogimiento de su celda, la anciana Teresa (nueve lustros de amor inmaculado) platica con su Cristo. La luz de la ventana reverbera en la cárdena faz del Crucificado. Tarde glacial de Ávila... Inicia una campana con una dulce esquila su gran diálogo alado. —«Señor, dice Teresa, por ti todo martirio me es dulce; padecer quiero o morir, Señor!» Y al expresarlo, enciéndese su palidez de lirio, sus brazos, castamente, ciñen al Salvador. Los ojos del Maestro tienen más luz que Sirio, y cada llaga se abre como divina flor.
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somoundara · 2 years ago
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MELINDROSA NOCHE
Te saludo oh! Noche sin ella, recinto inmenso de su prolongada ausencia, ecos me traen mis gritos, ecos y silbos que en mi mente traquetean y si el amor es olvido (lentas hojas livianas y resecas) lleva oh! Noche con tu viento oculto de primavera sus ojos divinos que un día me vieran...!
Lleva oh! Noche de siglos, el camino espinoso de mi amor por ella, ha muerto en mi vida todas las noches de espera y esta deuda grababa en mi alma me calcina y cuece como el ímpetu de una eterna hoguera..!
Y mis versos, (pobres caminos empedrados de silencios) salen púgiles a enfrentar, oh! Noche la soledad siniestra, a escapar recuerdos, a hilar paciencias, a hilvanar escenas..!
Escucha oh! Noche, la voz de mi imploro, llévale arrullos y cantos al lecho donde duerma, cuélate en su sueño, oh! Noche convéncele en mil perdones, aboga para que vuelva y entonces Noche mía (gran país de la tinta negra) [lm1] sal a escribirle sobre su piel mi poema, estampa en su memoria las noches símiles donde besábamos la aurora y entonábamos melopeas...!
Te contemplo Noche callada, mirada alejada (sombra misteriosa de los días de impaciencia), te contemplo ébano de estrellas y me convenzo que es tu extenso arropo el resguardo de mis penas, tu que vigilas los amantes, los que huyen, los que están encerrados en su propia condena, que presencias los amores y dolores en otoño y primavera, que haces camino el viaje a las gentes que tutelas, infíltrate en su corazón y agita la sangre de sus venas, para que no me olvide, para que me crea..!
Y si mi palabra (tenue ruido sinsonte), a tu oído no llegara, y si tú, oh! Noche te cansaras al buscarla en su renuencia, vestiré de negro mi esperanza, el recuerdo amortajado lo embarcaré en triste balsa a expensas de la marea, esperaré en el puerto hasta que llegue el obituario escrito en tinta negra y me iré contigo oh! ¡Noche a acompañar de lágrimas vidriosas la luz de tus estrellas...!  
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caldodelmal · 4 years ago
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Cántico espiritual
Canciones entre el alma y el esposo
Esposa:
¿Adónde te escondiste, amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste, habiéndome herido; salí tras ti, clamando, y eras ido.
Pastores, los que fuerdes allá, por las majadas, al otero, si por ventura vierdes aquél que yo más quiero, decidle que adolezco, peno y muero.
Buscando mis amores, iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras.
(Pregunta a las Criaturas)
¡Oh bosques y espesuras, plantadas por la mano del amado! ¡Oh prado de verduras, de flores esmaltado, decid si por vosotros ha pasado!
(Respuesta de las Criaturas)
Mil gracias derramando, pasó por estos sotos con presura, y yéndolos mirando, con sola su figura vestidos los dejó de hermosura.
Esposa:
¡Ay, quién podrá sanarme! Acaba de entregarte ya de vero; no quieras enviarme de hoy más ya mensajero, que no saben decirme lo que quiero.
Y todos cantos vagan, de ti me van mil gracias refiriendo. Y todos más me llagan, y déjame muriendo un no sé qué que quedan balbuciendo.
Mas ¿cómo perseveras, oh vida, no viviendo donde vives, y haciendo, porque mueras, las flechas que recibes, de lo que del amado en ti concibes?
¿Por qué, pues has llagado aqueste corazón, no le sanaste? Y pues me le has robado, ¿por qué así le dejaste, y no tomas el robo que robaste?
Apaga mis enojos, pues que ninguno basta a deshacellos, y véante mis ojos, pues eres lumbre dellos, y sólo para ti quiero tenellos.
¡Oh cristalina fuente, si en esos tus semblantes plateados, formases de repente los ojos deseados, que tengo en mis entrañas dibujados!
¡Apártalos, amado, que voy de vuelo!
Esposo:
Vuélvete, paloma, que el ciervo vulnerado por el otero asoma, al aire de tu vuelo, y fresco toma.
Esposa:
¡Mi amado, las montañas, los valles solitarios nemorosos, las ínsulas extrañas, los ríos sonorosos, el silbo de los aires amorosos;
la noche sosegada, en par de los levantes de la aurora, la música callada, la soledad sonora, la cena que recrea y enamora;
nuestro lecho florido, de cuevas de leones enlazado, en púrpura tendido, de paz edificado, de mil escudos de oro coronado!
A zaga de tu huella, las jóvenes discurran al camino; al toque de centella, al adobado vino, emisiones de bálsamo divino.
En la interior bodega de mi amado bebí, y cuando salía, por toda aquesta vega, ya cosa no sabía y el ganado perdí que antes seguía.
Allí me dio su pecho, allí me enseñó ciencia muy sabrosa, y yo le di de hecho a mí, sin dejar cosa; allí le prometí de ser su esposa.
Mi alma se ha empleado, y todo mi caudal, en su servicio; ya no guardo ganado, ni ya tengo otro oficio, que ya sólo en amar es mi ejercicio.
Pues ya si en el ejido de hoy más no fuere vista ni hallada, diréis que me he perdido; que andando enamorada, me hice perdidiza, y fui ganada.
De flores y esmeraldas, en las frescas mañanas escogidas, haremos las guirnaldas en tu amor florecidas, y en un cabello mío entretejidas:
en sólo aquel cabello que en mi cuello volar consideraste; mirástele en mi cuello, y en él preso quedaste, y en uno de mis ojos te llagaste.
Cuando tú me mirabas, tu gracia en mí tus ojos imprimían; por eso me adamabas, y en eso merecían los míos adorar lo que en ti vían.
No quieras despreciarme, que si color moreno en mí hallaste, ya bien puedes mirarme, después que me miraste, que gracia y hermosura en mí dejaste.
Cogednos las raposas, que está ya florecida nuestra viña, en tanto que de rosas hacemos una piña, y no parezca nadie en la montiña.
Deténte, cierzo muerto; ven, austro, que recuerdas los amores, aspira por mi huerto, y corran sus olores, y pacerá el amado entre las flores.
Esposo:
Entrado se ha la esposa en el ameno huerto deseado, y a su sabor reposa, el cuello reclinado sobres los dulces brazos del amado.
Debajo del manzano, allí conmigo fuiste desposada, allí te di al mano, y fuiste reparada donde tu madre fuera violada.
O vos, aves ligeras, leones, ciervos, gamos saltadores, montes, valles, riberas, aguas, aires, ardores y miedos de las noches veladores,
por las amenas liras y canto de serenas os conjuro que cesen vuestras iras y no toquéis al muro, porque la esposa duerma más seguro.
Esposa:
Oh ninfas de Judea, en tanto que en las flores y rosales el ámbar perfumea, morá en los arrabales, y no queráis tocar nuestros umbrales.
Escóndete, carillo, y mira con tu haz a las montañas, y no quieras decillo; mas mira las compañas de la que va por ínsulas extrañas.
Esposo:
La blanca palomica al arca con el ramo se ha tornado, y ya la tortolica al socio deseado en las riberas verdes ha hallado.
En soledad vivía, y en soledad he puesto ya su nido, y en soledad la guía a solas su querido, también en soledad de amor herido.
Esposa:
Gocémonos, amado, y vámonos a ver en tu hermosura al monte o al collado do mana el agua pura; entremos más adentro en la espesura.
Y luego a las subidas cavernas de la piedra nos iremos, que están bien escondidas, y allí nos entraremos, y el mosto de granadas gustaremos.
Allí me mostrarías aquello que mi alma pretendía, y luego me darías allí tú, vida mía, aquello que me diste el otro día:
el aspirar del aire, el canto de la dulce filomena, el soto y su donaire, en la noche serena con llama que consume y no da pena;
que nadie lo miraba, Aminadab tampoco parecía, y el cerco sosegaba, y la caballería a vista de las aguas descendía.
San Juan de La Cruz
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beatriz-garrido · 4 years ago
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Como La Brisa — Jesús Adrián Romero - Video Oficial
En una noche previa al día del Señor, os dejo una preciosa canción que hoy toca con fuerza mi alma……
Que ese Espíritu divino nos envuelva y renueve de tal modo , igual que aquel silbo precioso, dulce, suave y apacible……
Ahora sal de tu cueva y con respeto…. sal de tu cueva, sea cual sea y… adora!!!
Con mi amor en Cristo,
Beatriz Garrido
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sakrum1 · 7 years ago
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jueves 11 Enero 2018 : Commentary San Juan de la Cruz
Más tú, oh divina vida, nunca matas sino para dar vida, así como nunca llagas sino para sanar. Cuando castigas, levemente tocas, y eso basta para consumir el mundo; pero cuando regalas, muy de propósito asientas, y así, del regalo de tu dulzura no hay número. Llagásteme para sanarme, oh divina mano, u mataste en mí lo que me tenía muerta sin la vida de Dios en que ahora me veo vivir. Y esto hiciste tú con la liberalidad de tu generosa gracia, de que usaste conmigo con el toque que me tocaste del resplandor de tu gloria y figura de su sustancia, (cf Hb 1,3) que es tu Unigénito Hijo, en el cual, siendo él tu sabiduría, tocas fuertemente desde un fin hasta otra fin (cf Sb 8,1);  este Unigénito Hijo tuyo, oh, mano misericordiosa del Padre, es el toque delicado con que me tocaste en la fuerza de tu cauterio y me llagaste. Oh, pues, tú, toque delicado, Verbo Hijo de Dios, que por la delicadez de tu ser divino penetras sutilmente la sustancia de mi alma, y, tocándola delicadamente, en ti la absorbes toda en divinos modos de deleites y suavidades nunca oídas en la tierra de Canaán, ni vistas en Temán” (cf Ba 3,22) Oh, pues, mucho y en grande manera mucho delicado toque del Verbo, para mí tanto más, cuanto, habiendo trastornado los montes y quebrantado las piedras en el monte Orbe con la sombra de tu poder y fuerza que iba delante, te diste más suave y fuertemente a sentir al profeta en silbo de aire delgado (cf 1R 19,12) Oh aire delgado y delicado, di, ¿cómo tocas delgada y delicadamente, Verbo, Hijo de Dios, siendo tan terrible y poderoso? Oh, dichosa y mucho dichosa el alma a quien tocares delgada y delicadamente, (...) "los escondes (...) en el escondrijo de tu rostro, que es el Verbo, de la conturbación de los hombres” (Sl 30,21).
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albertohernandezmoreno · 5 years ago
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Las falsas tragedias feministas de Federico García Lorca
En cualquier obra literaria los conflictos que se desarrollan pueden ser de tres naturalezas distintas. Para nombrarlas emplearemos la terminología geométrica y neutra empleada por el filósofo Gustavo Bueno en su descripción del espacio antropológico ya que en este artículo utilizaremos el sistema filosófico desarrollado por Bueno, el Materialismo filosófico, para realizar crítica literaria:
 - El eje circular es aquél en el que se desarrollan las relaciones que las personas mantienen entre sí, y que pueden ser de tipo político, económico, social, jurídico, legal, familiar, amoroso…
 - El eje radial es el espacio físico que rodea al hombre, es decir, la naturaleza, y todas aquellas fuerzas primarias que emanan de ella.
 - El eje angular es el espacio en el que el hombre se relaciona con lo sobrenatural, lo divino o lo religioso.
La crítica literaria feminista e ideológica ha repetido sistemáticamente que la raíz de las tres tragedias rurales de Federico García Lorca (Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba) es de tipo circular, al presentar a mujeres llevadas a situaciones extremas causadas por la sociedad patriarcal y machista en la que viven, pero aquí sostendremos que el origen de los conflictos en estas obras es radial, al presentar siempre pasiones primarias que se imponen a las voluntades racionales, para desmontar el mito del supuesto feminismo del autor. García Lorca ha sido usado como abanderado de causas que no sólo no entendía, sino que sencillamente están en una situación antípoda a su pensamiento, y con estas líneas intentaremos desautorizar esa instrumentalización de la que ha sido objeto.
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 Comenzaremos aclarando qué es una tragedia: una tragedia es una sucesión de hechos terribles impredecibles y de consecuencias irreversibles. Sabiendo esto, que en estas tres obras de García Lorca los personajes sufran una desgracia que no han podido evitar y cuyas consecuencias son fatales (la muerte) ¿es por causa del machismo y el patriarcado, o por causa de las fuerzas pasionales que suspenden su razón y su voluntad? Nuestra respuesta es la segunda, y la vamos a argumentar comentando algunos aspectos de estas obras, una por una.
Bodas de sangre
 Como todo sabemos, en esta obra asistimos a la fuga de una recién casada anónima con Leonardo, su amante casado y con hijos, en plena noche de boda. La pareja huye a un bosque poblado por seres mágicos y sobrenaturales, pero la familia del novio los encuentra. Leonardo muere en un duelo a cuchillo con el novio, y la novia, al verlo, se quita la vida.
 Podría pensarse que, como se produce un enfrentamiento en un triángulo amoroso la tragedia es de signo circular. Pero el detonante que genera estas consecuencias terribles no son las desavenencias personales o familiares, sino el sometimiento de la novia y Leonardo a unas fuerzas pasionales que se apoderan de su voluntad y los arrastran fatalmente. El novio lo explica perfectamente, cuando dice lo siguiente:
 Que yo no tengo la culpa,
que la culpa es de la tierra
y de ese olor que te sale
de los pechos y las trenzas.
Es decir, unas fuerzas más poderosas que la razón, unas fuerzas de naturaleza radial, son las que impulsan a la pareja a la fuga, sabiendo que no es lo correcto. Lo social queda totalmente al margen, ya que ambos manifiestan su desprecio por lo circular, es decir, por los procesos en los que se producen las relaciones humanas:
Que no me importa la gente
ni el veneno que nos echa.
Pero más significativas son estas palabras de la novia:
También yo quiero dejarte
si pienso como se piensa.
En ellas vemos que ella sabe distinguir perfectamente entre las normas del espacio circular (las normas del grupo, de la comunidad) y las fuerzas que dirigen sus actos. Ella es capaz de ver que, según el espacio circular, debería dejar a Leonardo y volver con su marido, pero no afirma que no es capaz de hacerlo porque hay una fuerza superior. Esta distinción nos indica que la novia no es una mujer presa de la moral tradicional o católica, porque si así lo fuese, no sería consciente de que lo que está haciendo no es lo socialmente establecido.
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Tampoco hay en esta obra un conflicto de tipo angular (de tipo religioso o espiritual, pese a que están presentes personajes simbólicos de carácter sobrenatural, especialmente la Luna, que en la obra de García Lorca siempre alude o representa a la Muerte. Así, la Luna expresa su sed de sangre y tragedia:
 Pero que tarden mucho en morir. Que la sangre me ponga entre los dedos su delicado silbo. ¡Mira que ya entre mis valles de ceniza despiertan en ansia de esta fuente de chorro estremecido!
Lo sobrenatural está, pero no es determinante. El final de la obra es trágico no porque los dioses o el destino obliguen a los protagonistas (eje angular) ni porque Leonardo y la novia no piensen como piensa la gente (eje circular). Lo angular y lo circular son el contexto y el escenario de la obra, pero no sus fuerzas desencadenantes, que son fuerzas naturales, primarias e instintivas, o lo que es lo mismo, fuerzas radiales. García Lorca construye su argumento a espaldas del Estado y la política, aspectos sistemáticamente ausentes en su obra, y por eso el desenlace es un acto de justicia tribal y no legal, propio de grupos sociales que viven al margen del Estado como los gitanos, tan presentes en la obra poética del autor.
Yerma
En esta tragedia asistimos a la desesperación que siente una mujer, llamada simbólicamente como la propia obra, porque no es fecundada por su marido, Juan, que manifiestamente es incapaz de mantener relaciones sexuales plenas. Yerma no es la tragedia de la mujer estéril, sino de la mujer insatisfecha. Tal es su dolor que acabará matando a Juan, porque para Yerma la culminación de la femineidad es la maternidad. ¿Cómo se puede sostener que es una actitud feminista el cifrar la existencia de la mujer en lo sexual y lo maternal?
 A Yerma le dan igual las consecuencias sociales o legales del crimen (consecuencias circulares), como ir a la cárcel y perder todos sus bienes e incluso la vida. Las consecuencias religiosas (angulares), tampoco le importan lo más mínimo: en ningún momento se le pasa por la cabeza que con el crimen está renunciando a la salvación de su alma. Lo que Yerma no puede soportar es romper el curso de la naturaleza: no procrear. La ley de la naturaleza, la ley radial, es más potente que la ley humana o la religiosa.
Por eso podemos cuestionar que esta tragedia se inscriba en el ámbito político o social del feminismo, sino en el ámbito de las fuerzas primarias, salvajes y animales. Insistiendo en el nulo feminismo de esta obra podemos recordar estas palabras que la protagonista le dice a su marido:
  Cuando nos casamos eras otro. Ahora tienes la cara blanca como si no te diera en ella el sol. A mí me gustaría que fueras al río y nadaras, y que te subieras al tejado cuando la lluvia cala nuestra vivienda. Veinticuatro meses llevamos casados y tú cada vez más triste, más enjuto, como si crecieras al revés.
 ¿Este es el discurso de una mujer sometida al patriarcado, o de una mujer insatisfecha. Muy poéticamente le está echando en cara a su marido, al que describe con bastante desprecio, que no la haya dejado embarazada. ¿Quién maltrata a quién aquí? Juan, por su parte, relata una actitud de Yerma que la psicología contemporánea llamaría pasivo-agresiva, y que otros calificarían directamente de maltrato psicológico:
 Lo estás haciendo desde el mismo día de la boda. Mirándome con dos agujas, pasando las noches en vela con los ojos abiertos al lado mío y llenando de malos suspiros mis almohadas.
¿Se merece un hombre impotente este martirio por parte de su mujer, viéndola velar noche tras noche, clavándole la mirada y lanzándole sugestivoss suspiros? Si hay en esta obra violencia de género es la que sufre Juan, un desgraciado impotente que soporta una humillación tras otra desde el día de su boda hasta que acaba siendo asesinado.
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Yerma no es la víctima de un matrimonio infeliz al que la han condenado fuerzas humanas o divinas, sino una mujer distinta, que está por encima de lo circular y lo angular. Yerma no vive en la sociedad, habita una naturaleza salvaje y primaria que permite que, al contrario que la inmensa mayoría de las muchachas de su época, no afrontase la amenazante noche de bodas con miedo a lo desconocido, sino con una euforia sexual inusitada:
 Yo conozco muchachas que han temblado y lloraron antes de entrar en la cama con sus maridos. ¿Lloré la primera vez que me acosté contigo? ¿No cantaba al levantar los embozos de holanda? ¿Y no te dije “¡cómo huelen a manzanas estas ropas!”?
  Yerma se entregó entusiasmada al matrimonio porque a través de él pudo por fin satisfacer su impulso sexual, poderoso y radial. Por eso cuando su frustración está cerca de llegar al límite no acude a su familia (eje circular) o al cura (eje angular), sino a una anciana hechicera o curandera que, en lugar de lanzarle un discurso emancipador contra el patriarcado, le advierte que su juventud y vitalidad están siendo desaprovechadas al lado de un hombre como Juan:
 ¿Quién puede decir que este cuerpo que tienes no es hermoso? Pisas, y al fondo de la calle relincha el caballo.
Yerma, según la anciana, tiene tanto que dar, es sexualmente tan potente, que en cuanto pone un pie en la calle el caballo, que en la obra de García Lorca es siembre el símbolo de la pasión y el desenfreno sexual, se pone a relinchar. La anciana también excluye a lo divino, a lo angular, del problema, e insiste en que se trata de una cuestión puramente sexual y biológica:
 A mi no me ha gustado Dios. ¿Cuándo os vais a dar cuenta de que no existe? Son los hombres los que te tienen que amparar.
Y cuando habla de los hombres no se refiere a sus familiares o vecinos varones, sino al macho, a sementales capaces de cubrir y preñar a una hembra, usando unos términos animales totalmente adecuados para este tipo de tragedias.
Yerma, además, descarta las soluciones de tipo circular (del ámbito de las relaciones humanas) porque su conflicto es de otra índole. Por eso rechaza la posibilidad de la adopción de un sobrino, que podría ser la solución a los supuestos deseos de maternidad que la atormentan:
 JUAN: ¿Por qué no te traes un hijo de tu hermano? Yo no me opongo.
 YERMA: No quiero cuidar hijos de otros. Me figuro que se me van a helar los brazos de tenerlos.
 Y otra posible solución de tipo circular ni se menciona en la obra: la posibilidad del divorcio, que en España era legal desde hacía dos años antes de que se escribirse la obra. Sólo una solución radial, como es el asesinato impulsivo, es la válida en una tragedia que se plantea en términos puramente primarios y nunca sociales o políticos.
La casa de Bernarda Alba
En la última tragedia del autor, tal vez la más perfecta, el conflicto queda planteado al comienzo: tras fallecer su marido, Bernarda Alba impone a sus seis hijas un luto de ocho años que prohíbe hasta que salgan de la casa. La mayor de las hermanas, Angustias, está a punto de conseguir salir mediante un matrimonio concertado con un joven y apuesto vecino, Pepe el Romano. Pero mientras se producen todos los pasos previos necesarios (cortejo, pedida de mano, firma de la dote…), la hermana menor, Adela, consigue convertirse en amante de Pepe, y goza con él cada noche en el corral, enfrentándose a otra de las muchachas, Martirio, que también desea a Pepe y conoce el secreto de Adela. Bernarda, la madre, es incapaz de ver lo que está sucediendo y de entender que privar a unas chicas jóvenes del ejercicio sexual sólo puede terminar mal. Efectivamente, Adela acaba suicidándose tras creer que Bernarda ha matado a su amante de un escopetazo, y Bernarda decreta un nuevo luto y un manto de silencio sobre lo ocurrido.
Además de ser la mejor tragedia de García Lorca, La casa de Bernarda Alba es también la más antifeminista, o la más machista, si se quiere decir de otra forma. El centro invisible de la obra, el catalizador de las fuerzas primarias que se desatan, es Pepe el Romano, la encarnación abstracta del macho viril y sexualmente potente, la antítesis de Juan, el impotente marido de Yerma. Además, ¿puede calificarse de feminista una obra en la que dos hermanas llegan a las manos por copular con un hombre? Porque veamos cómo discuten Adela y Martirio cuando ésta descubre la relación de la hermana pequeña con el futuro esposo de la hermana mayor:
MARTIRIO: ¡Sí, déjame decirlo con la cabeza fuera de los embozos! ¡Déjame que el pecho se me rompa como una granada de amargura! Le quiero!
ADELA: ¡Martirio, yo no tengo la culpa!
MARTIRIO: ¡No me abraces! ¡No quieras ablandar mis ojos! Mi sangre ya no es la tuya, y aunque quisiera verte como hermana no te miro ya más que como mujer.
ADELA: Aquí no hay ningún remedio. La que tenga que ahogarse, que se ahogue. Pepe el Romano es mío. Él me lleva a los juncos de la orilla.
La familia, que es el vínculo circular más íntimo e importante, queda así completamente destruida por los instintos sexuales. Martirio sólo ve a Adela como una rival, como una hembra con la que disputarse al macho; Adela le responde que un conflicto de esta naturaleza no se resuelve con acuerdos o diálogo (circularmente), y vaticina la tragedia final. Cuando afirma “Pepe el Romano es mío” no hay alegato feminista porque no se dice que Adela sea de Pepe, sino al contrario, como si el hombre fuese un trofeo que las hermanas se disputan en una competición. Y sin que en ningún momento se hable de amor.
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 La violencia se hace, a partir de este momento, más intensa en la casa aún. Una violencia doméstica que realizan exclusivamente las mujeres contra otras mujeres: Bernarda encerrando a sus hijas, Martirio robando a Angustias el retrato de Pepe y casi llegando a las manos con Adela, y Adela traicionando a su hermana. Cabe decir a este respecto que las farsas juveniles de García Lorca como La zapatera prodigiosa, El retablillo de don Cristóbal o El amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín están llenas de episodios en los que los maridos son apaleados por sus esposas, y que nunca son vistos por la crítica como casos de violencia doméstica, sino como divertidos episodios cómicos. Si los roles se invirtiesen es probable que estas obras llevasen años sin representarse… De hecho, uno de los pocos momentos cómicos en La casa de Bernarda Alba es aquel en el que la criada de la familia, la Poncia, cuenta a las hijas que en una de las veces en que solía pegar a su marido estuvo a punto de dejarlo tuerto, y que en otra ocasión aplastó con el almirez de un mortero los jilgueros que él criaba…
Conclusiones
Hemos visto en estas tres tragedias cómo lo que las dispara no es ningún conflicto de tipo sociopolítico sino unas fuerzas desatadas de la naturaleza que, descontroladas, desencadenan la muerte. García Lorca despreció siempre en sus obras a todo lo relacionado con la justicia, la ley, la sociedad o la política. Jamás se esforzó en comprender cómo se organiza política o judicialmente una sociedad estatal, y por eso probablemente murió como murió, metiéndose voluntariamente en la boca del lobo.
Para él, muy freudiana o nietzscheanamente, la ley es la ley del deseo, y si alguien desea poseer a alguien, ese deseo es más fuerte y más legítimo que las leyes políticas, como el matrimonio. Sus mujeres sufren por limitaciones sexuales, no por limitaciones sociales; es más, García Lorca infravalora en sus obras a la mujer soltera o viuda (la protagonista de su penúltima obra, Doña Rosita la soltera, es una solterona ridiculizada), ya que vale menos que la que tiene pareja porque la vida plena, según el autor, es la que incluye lo sexual. No son mujeres empoderadas sino sexualmente insatisfechas y dependientes, y trágicamente resolutivas. Y son protagonistas relativas de estas tragedias ya que el centro gravitacional de todas es el hombre en su esplendor viril, al que la mujer le exige la máxima actividad sexual posible. Guste o no a determinados sectores, la mujer sólo aparece en la obras de García Lorca para subrayar las potencias (Pepe el Romano) o impotencias (Juan) del hombre, auténtico protagonista de su dramaturgia. Y es que la crítica feminista no ha sido capaz de explicar (ni de entender) estas tres tragedias porque ha hecho lo que nunca debe hacerse al enfrentarse con la Literatura: buscar en ella lo que se quiere encontrar.
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encirculos · 8 years ago
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Entonces se enfrió el sol y la riqueza abandonó las tierras Y en los desiertos se secaron las hierbas y en los mares se secaron los peces y la tierra se negó desde entonces a albergar en sí a los muertos La noche en todas las ventanas pálidas como una dudosa fantasía se adensaba y rebelaba sin cesar y los caminos entregaron su curso a la oscuridad Nadie volvió a pensar en el amor nadie volvió a pensar en la victoria y nadie pensó ya en nada En las curvas de la soledad la vanidad nació y la sangre olía a polvo y a hachís las mujeres embarazadas dieron a luz a niños sin cabeza y de vergüenza las cunas se refugiaron en las tumbas ¡Qué época tan negra y amarga! El pan había vencido a la asombrosa fuerza del designio divino los profetas hambrientos y desdichados huyeron de las tierras prometidas por Dios y los extraviados corderos de Jesús no oyeron ya los silbos del pastor en el pasmo de los llanos En los ojos de los espejos parecían reflejarse invertidos imágenes, movimientos y colores y sobre la cabeza de los míseros payasos y los impúdicos rostros de las prostitutas ardía un nimbo sagrado y luminoso como una sombrilla en llamas Las pozas del alcohol con sus acres y ponzañosos vapores sumieron hasta lo hondo a inmóviles intelectuales y los molestos ratones royeron las podridas hojas de los libros en viejos armarios El sol había muerto El sol había muerto y el mañana en la mente de los niños tenía un significado ambiguo y huidizo Con una mancha negra y grande dibujaban en sus cuadernos la extrañeza de esta vieja palabra Los hombres el decaído grupo de hombres triste, agotado, extrañado iba de exilio en exilio bajo el peso de sus muertos Y la terrible tendencia al crimen estallaba en sus manos A veces una chispa, una mínima chispa destrozaba por dentro de repente a este grupo silencioso y sin vida Se agredían entre sí los hombres degollaban a los hombres con cuchillos y se unían a muchachas púberes en lechos de sangre En su propio terror se ahogaban Y sus ciegas y torpes almas paraliz´ó el pavoroso sentido de culpa Una y otra vez en las ejecuciones cuando al tensar la cuerda de la horca saltaban los perplejos ojos del condenado se sumergían en sí mismos y atraía a sus viejos y fatigados nervios una fantasía sexual Pero siempre en los entornos de las plazas se veía a esos pequeños asesinos parados mirando fijamente el continuo caer del agua de las fuentes *** Tal vez aún tras unos ojos aplastados en el fondo de la congelación quedaba algo entre vivo y confuso que agotado su esfuerzo ansiaba tener fe en la pulcritud del canto de las aguas Tal, ¡mas qué vacío sin fin! El sol había muerto y nadie sabía que el nombre de aquella triste paloma huida del corazón es fe *** Ay, voz de prisionero, ¿cuándo excavará la grandeza de tu desesperación desde un lugar de esta odiosa noche un camino subterráneo hacia la luz? Ay, voz de prisionero, última de las voces, ay...
Versos terrestres, Nuevo Nacimiento, Forugh Farrojzad, traducido del persa por Clara Janés y Sahand
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goddiedyoung · 2 months ago
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El arquero divino IV. «El dolor es el que nos personaliza»
En Pensando (prosa) están quizá los mejores fragmentos del libro. Subrayo los siguientes.
Si Dios no existiese, el hombre, a través de los siglos, lo habría creado ya a fuerza de pensar en él. Asignarle un fin a la creación es absurdo. Es tanto como pensar que un día el Universo se reducirá a la inmovilidad absoluta, una vez obtenida la plenitud de su perfección... Tal supuesto es imposible. Supondría la paralización de la fuerza y de la materia, cuyas transformaciones incesantes ni tuvieron principio ni tendrán término. ¡Oh, Señor, Tú sabes que mi corazón está vacío de deseos como un vaso limpio en que ya no hay una gota de vino! El reptil misterioso, cataléptico por excelencia, es la perfecta imagen del éxtasis. La muerte es el mayor de los bienes, tal vez el único bien. Casi vale la pena vivir con existencia miserable por gozar al fin del sublime privilegio de morirse. ¡Cómo no bendecir a Dios, que hizo el dolor... pero hizo también el tiempo! Todos los hombres somos una misma substancia, sí; pero cada uno tiene su angustia, diferente de la angustia de los demás. El dolor es el que nos personaliza. Quien sabe, si en suma, ioh, ascetas!, es un error buscar encarnizadamente a Dios en la vida. A la vida venimos a cosechar una especial experiencia que el alma necesita, no a fundirnos con Dios, en cuyo seno ya estábamos antes y al cual hemos de volver después. El está al principio y al final del camino. En el camino mismo sólo está el dolor, que es la sombra de Dios. Dios no sería capaz de condenar a un alma que no se hubiese antes condenado a sí misma.
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goddiedyoung · 3 months ago
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«Las expresiones y las indicaciones son para hacer posible la conexión; la Palabra está más allá de todo esto. Puesto que el Oído sigue a la Palabra, el Oído también está más allá»
Sobre la audición, segundo capítulo de El Libro de la Enseñanza por medio de las sentencias alusivas de los inspirados de Ibn Arabi (Trad. Pablo Beneito Arias).
Allāh -Ensalzado sea- ha dicho: «Acepta su vecindad [la vecindad del politeísta] hasta que haya escuchado la Palabra de Alláh (C. 9:6)». Ha dicho uno de los inspirados: «Quien Le ha escuchado, ha escuchado de todas las cosas (min kulli say’)». Otros dichos de los inspirados: «Quien Le contiene, Le escucha». «Aquel que Le ha escuchado, Le ha escuchado en todas las cosas». «No oye Su Palabra sino quien tiene oído sin órgano auditivo (sam bi-lā āla)». «Quien Le ha escuchado en una cosa y no Le ha escuchado en otra, no Le ha escuchado». «Nadie Le escucha, en principio, hasta que Él mismo le haya llamado desde su secreto íntimo (sirr)». «Para quien Le ha escuchado. el Corán ya no se diferencia». «A quien pretenda haberLe escuchado, preguntadle lo que ha comprendido sobre ello, pues no se Le escucha sino comprendiendo (bi-l-fahm)». Hay quien dice haberLe escuchado recitarlos Libros revelados y los Pliegos (ṣuḥuf) y toda palabra (kalām) manifestándose en el universo en una sola lengua. Otros dichos de los inspirados: «Sé tú aquel a quien Él se dirige cuando dice en el Corán “¡Oh aquellos que tienen fe!”...». «Desde que Le he escuchado no ignoro ninguna lengua, y ningún significado me resulta incomprensible». «Si es válida la delegación (niyāba) en cuanto a la Palabra, asimismo es valedera en cuanto a la Audición (samā), y la delegación en cuanto a la Palabra ha sido validada en la aleya que dice: «Acepta su vecindad [la del politeísta] hasta que haya escuchado la Palabra de Allāh (C.9:6)»; las orejas oían, en efecto, las expresiones de Muḥammad -Allāh le bendiga y salve- en tanto que el oído escuchaba la Palabra del Verdadero (kalām al-Ḥaqq) -Exaltado y Enaltecido sea-». «Las expresiones (´ibārāt) y las indicaciones (dilālāt) son para hacer posible la conexión; la Palabra (al-kalām) está más allá de todo esto. Puesto que el Oído (sam´) sigue a la Palabra, el Oído también está más allá de todo esto». «La señal externa, por la cual se reconoce a aquel que ha escuchado es su comportamiento (yaryu-hu) con relación al estatuto de lo que haya escuchado, pues quien ha escuchado, está sujeto a la autoridad de lo escuchado.
Lo que recuerda inexorablemente al «audivit arcana verba, quae non licet homini loqui».
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goddiedyoung · 2 months ago
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El arquero divino I. «Soy una boca que se muere de sed junto al agua»
Amado Nervo. Poema Destino, de julio de 1918:
Destino, dime dónde, cómo, cuándo... ¡Considera que un alma está esperando! Considera su angustia, considera todo el desesperar de quien espera. Este amor, tanto y tal que es a un tiempo todo carne, todo luz, todo ideal; este amor que por grande me acerca a lo absoluto, ¿ha de morir sin flores, se ha de secar sin fruto? ¿Habré plantado en balde mis rosales? ¿Han de helarse, ya rubios, mis trigales? (Preguntar estas cosas, ¡oh!, Dios mío, con la fe que yo tengo, ¿no es impío?) Destino, cuya mano, si la toca, hace nacer la linfa de la roca y el bien o el mal con rudo impulso fragua: acuérdate de mí: soy una boca que se muere de sed junto del agua. Soy, en la altiplanicie de la vida, un alma que, a las luces del ocaso, con febril ansiedad apura el paso por llegar a la tierra prometida... ¡Destino, dime dónde, cómo, cuándo! Considera que un alma está esperando.
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goddiedyoung · 4 months ago
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prado/convento/templo/Caaba/Tora/Corán
Extracto final de la casida n° 11 de El intérprete de los deseos de Ibn Arabi (trad. Pablo Beneito Arias).
(…) Una y otra vez dan vueltas  en torno a mi corazón,  entre el anhelo y el éxtasis,  besando mis cuatro esquinas,  así como el Enviado  -el mejor de todos ellos-,  circunambuló la Caaba,  sobre la cual la razón  no alcanza a dar argumento.  Él mismo, de inspiración  y palabra tan dotado,  piedras en ella besaba.  ¿Cuál es pues su condición? ¿Cuál es el valor del Templo  respecto al grado del Hombre? ¡Cuántas, cuántas veces Ella  se comprometió jurando  que no habría de cambiar!  Mas no es lo propio de aquella que se pinta con afeites  el cumplir con las promesas.  ¡Qué asombroso es el prodigio  de una gacela velada  que señala un azufaifo  y hace señas con sus ojos, y cuyos pastos se encuentran  entre costillas y entrañas!  ¡Qué maravilla un jardín  en medio de tantos fuegos! Capaz de acoger cualquiera  de entre las diversas formas mi corazón se ha tornado: Es prado para gacelas  y convento para el monje; para los ídolos templo,  Caaba del que en torno gira;  es las Tablas de la Tora  y es el libro del Corán. La religión del amor  sigo adonde se dirijan  sus monturas, que el amor  es mi práctica y mi fe. Tenemos claro modelo  en Bishr, prendado de Hind,  y en ejemplos semejantes de quienes igual amaron: Layla y Qays, May y Gaylán.
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goddiedyoung · 3 months ago
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«Aquel que Le ha visto, no ha visto nada»
Aquí el primer capítulo —Sobre la visión— de El Libro de la Enseñanza por medio de las sentencias alusivas de los inspirados de Ibn Arabi.
Abū Bakr, el Confirmador (al-Şiddīq) -Allāh esté satisfecho de él- ha dicho: «No he visto cosa alguna sin haber visto a Allāh delante de ella (qabla-hu)». Umar, el Discerniente (al-Fārūq) -que Allāh esté satisfecho de él- ha dicho: «No he visto cosa alguna sin haber visto a Allāh simultáneamente con la cosa (ma'a-hu)». "ʻUtmān -Allāh esté satisfecho de él- ha dicho: «No he visto cosa alguna sin haber visto a Allāh tras ella (ba da-hu)». De entre los inspirados, alguno ha dicho: «No he visto cosa alguna sin haber visto a Allāh junto a ella (ʻinda-hu)». De entre ellos, otro ha dicho: «No he visto cosa alguna sin haber visto a Allāh en la cosa (fï-hi)». Ha dicho otro: «No he visto cosa alguna cuando he visto». Otro ha dicho: «No he visto cosa alguna». Según otro: «Aquel que Le ha visto, no ha visto nada». Otro ha dicho: «Él no puede ser visto sino en una cosa». «He cerrado los ojos -ha dicho otro-, después he vuelto a abrirlos, mas no he visto en ambos estados más que a Allāh». Según ha dicho otro: «Quien se ha visto a sí mismo, Le ha visto, pues la visión (ru'ya) se corresponde con el conocimiento (maʻrifa), ya que según el dicho del Profeta: «quien se conoce a sí mismo, conoce a su Señor». Otro ha dicho:«La visión no se afirma sino por su negación; así pues, aquel no Le ha visto, Le ha visto». Ha dicho otro: «Después de haberLe visto, no veo a ningún otro más que a Él». También se ha dicho: «No Le ve sino quien Le ha conocido según lo que Él mismo le ha dado a conocer»
(Trad. Pablo Beneito Arias)
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goddiedyoung · 2 months ago
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El latido detrás de todo lo que late. Versos de Rumi y aproximación al propósito
El nombre que escogí para este blog no me puede identificar, pues mi Dios no murió joven, sino que nació muerto. Cuando hablo con católicos estándar, soy atea. Cuando leo a San Juan de la Cruz, tengo la certeza de que Cristo resucitó, aunque no podría afirmar esto frente a nadie sin que se me notara en el pulso que miento. Cristo resucitó y literalmente ha vuelto a resucitar en mi vida, donde nació muerto.
Hay muchas libertades y yo siempre he querido todas las que conocía. Está claro que al descubrir una nueva libertad, mi deseo va a ser acercarme a ella. Y ahí es donde están los místicos: en un lugar incómodo, en ocasiones perseguido, pero un lugar fértil como ningún otro. Es el abandono de intermediarios y dogmas, aunque el conocimiento teológico (y el conocimiento en general y la consciencia) sea necesario como paso previo para que el místico pueda llegar a ese estado y contarle a los demás de lo que se trata. A través de la teología, la mística se encuentra frente al misterio, no trata de analizarlo. Un misterio que se anhela, pero del cual no se pueden predicar el cómo, ni el dónde, ni el quién; solo puedes verte frente a él, pero no tratar de desmenuzarlo. Partimos del anhelo holístico, de la visión que lo centraliza y expande todo a la vez.
Además de la buena educación de la que hablaba, uno va poco a poco escuchando un latido conforme avanza, pensando que se está acercando al lugar donde se esconde, entre los matorrales, el misterio. Y al llegar eres tú quien se tumba a la sombra y se sorprende al escuchar su propio latido. Y entonces el dogma, la clasificación, tales atributos, cuales esencias, el justo y el impío, todo se difumina, la razón se rinde ante la vida/el sueño/la muerte. Es la fe más pura que hay. Mi sensibilidad hacia el latido por boca de otros, ¿me acerca o me aleja del latido? Claro que la mística no se alcanza de golpe —o no creo que se pueda—.
Rumi escribe:
Si hay un amante en el mundo, oh musulmán, soy yo. Si hay un creyente, infiel o ermitaño cristiano, soy yo (...). Tierra y aire y agua y fuego, ¿sabes tú lo que son? Tierra y aire y agua y fuego, más aún, cuerpo y alma también, soy yo (...).
(Trad. ¿Carlos Blanco?)
Estaba muriendo de hambre. Me siento voraz a la mesa, pero la paz no llega al pegar el primer bocado, sino con la certeza de que mi plato ya se está preparando. Pronto, ¡prontísimo! me lo van a servir, solo queda en mí un dulce y pacificado apetito. Voy a tragarme el mundo sin masticar, sin desmenuzarlo, sin tratar de identificar cada sabor. Y de repente: me he saciado con mi propio apetito. La voracidad mengúa hasta que se alimenta a sí misma. Entonces, en el último estadio, uno necesita que su latido sea escuchado; descubres el fuego en el interior e iluminas a los demás. Esta es la forma más alta de consorcio entre lo humano y lo divino. No hacía falta sostener el latido de otro. No se trataba de sumisión obligada y ahogante a Dios como se suele entender. El místico se somete ante Dios como ningún creyente habitual, pero esa sumisión plena es la consecuencia de la intimidad plena con Dios, de haber sido desbordado. La sumisión pasa de ser producto de un dogma externo, forzado y temible, a ser consecuencia natural e inevitable del propio estado interior.
La sumisión por amor es la del amante que se rinde al amado sabiendo que con ello no está anulando su libertad, sino tomando la decisión más libre de su vida. Y, a diferencia de lo que a veces ocurre en el plano «solo» humano, el deseo no se apaga con el contacto del amado ni con el de otros cuerpos.
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goddiedyoung · 3 months ago
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El peregrino, III.
En este breve capítulo, el protagonista revela más datos biográficos a su padre espiritual a modo de despedida, pues parte de Irkustk con ánimo de llegar hasta Jerusalén (peregrinación que nunca se completa). A lo largo del relato de su niñez y juventud, cuenta lo siguiente:
Con razón me decía un director espiritual que en el fondo del corazón humano vive una secreta oración; el hombre no lo sabe, pero hay algo misterioso en su alma que le empuja a rezar como puede, según su entender.
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Инок (Послушник), Константин Аполлонович Савицкий, 1897
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goddiedyoung · 3 months ago
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Alejarse del mundo para amar al mundo. El peregrino, I
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Der Mönch am Meer, Caspar David Friedrich (1810)
Compilo uno de los escritos que me inclinó a leer la Biblia, un testimonio que te hace crecer conforme el peregrino aprende y pone en práctica la oración del corazón u oración de Jesús. Además, es uno de los mejores acercamientos a los padres de la iglesia oriental a través de constantes citas a la Filocalía, así como a la práctica de su fe a través del hesicasmo, que es tanto el método a seguir (el silencio, la quietud del cuerpo, el control de la respiración, la buena postura) como el fin que se desea (el silencio, la quietud espiritual, el control de las pasiones, la buena disposición del alma). 
El título original del libro, publicado en Kazán en 1881, no deja espacio para la imaginación: «Откровенный рассказ странника духовному своему отцу. Написанный слышавшим, по убеждению следующего изречения в слове Божием: „Тайну цареву добро есть храните, дела же божии открывати славно“. Товит. XII, 7».
O, en castellano: «El sincero relato de un peregrino a su padre espiritual. Escrito por quien escuchó con convicción el siguiente dicho en la palabra de Dios: “Bueno es guardar el secreto del rey, pero glorioso pregonar las obras de Dios”. Tobías. 12:7».
En el primer capítulo el protagonista tiene gran curiosidad por la oración o plegaria del corazón:
Entonces le conté que había oído en la iglesia y leído en mi Biblia que debemos orar incesantemente, siempre y en todo lugar, no solamente durante nuestras ocupa-ciones, no solo cuando estamos despiertos, sino también mientras dormimos. Yo duermo, pero mi corazón vigila (Ct 5, 2). Le dije que no lograba entender el modo de realizarlo, pero que mi deseo de aprenderlo era ardiente, como sed inextinguible. Le conté que había visitado iglesias, escuchado sermones, leído y meditado sin encontrar la deseada explicación, permaneciendo en la inquietud y la duda. El anciano se santiguó, y dijo: —Da gracias a Dios, hermano mío, porque ha despertado en ti este deseo inextinguible de conocer la oración interior. Ve en ello la llamada de Dios. Tranquilízate y ten por cierto que tu angustia espiritual no significa otra cosa que el prevalecer de la voluntad divina sobre tu propia voluntad. Has experimentado ya cómo la luz celeste de la oración interior continua no se alcanza con la sabiduría mundana, ni con el deseo externo de saber, sino que se revela en pobreza de espíritu, en simplicidad de corazón y con la ayuda de un ejercicio activo. Por eso no hay que extrañarse de que hasta ahora no hayas podido aprender nada sobre la esencia de esta oración y del modo de practicarla incesantemente. Sin duda, se ha predicado, enseñado y escrito muchísimo sobre la oración, pero casi toda esta doctrina es más fruto de especulación natural y sabiduria humana que de la experiencia. Se examinan las cualidades y no la esencia de la cosa. Se habla de la necesidad de la oración, de su fuerza, de los beneficios que reporta y de todos aquellos requisitos que deben acompañarla: celo ardiente, fervor interior, pureza de pensamiento, reconciliación con los enemigos, humildad, arrepentimiento y oración, y adquirirás otras muchas cosas. Pero rara vez se halla una respuesta exhaustiva a estas preguntas, que para mí son las primeras y más esenciales: ¿Qué es la oración y cómo hay que acostumbrarse a orar? ¿Por qué para responder a ellas es necesaria una ciencia secreta y no basta la erudición? Y lo más doloroso es que la sabiduría mundana se empeña en medir las cosas divinas con el metro de las humanas. Muchos presumen que las buenas obras y toda clase de ejercicios preparatorios nos capacitan para una oración contemplativa. Es todo lo contrario; la oración contemplativa es la que engendra las buenas obras y las virtudes. Se consideran los efectos y frutos de la oración como medios que conducen a ella, y así no se aprecia su fuerza y su finalidad.  [...] La perfección de nuestra oración no está en nuestro poder, ya que dice el Apóstol: No sabemos lo que nos conviene pedir (Rm 8, 26). Rezar con frecuencia, siempre, tal es el medio que se nos propone para alcanzar la oración pura, madre de todos los bienes espirituales. Conquista la madre, y ella te dará hijos, dice San Isaac de Siria.
Pero al inicio, el peregrino no lo tiene fácil para someterse a la oración:
Durante una semana entera, solo en mi jardín, me di con todas mis fuerzas a aprender la oración continua, según el método del staretz. Al principio me pareció que todo iba bien, pero luego comencé a aburrirme. El cansancio y el sueño me abatieron y una densa nube de extraños pensamientos me envolvió. Afligido me fui a ver a mi staretz y le describí mi estado. Me recibió amablemente y me dijo: —Hermano mío, es la guerra del mundo de las tinieblas contra ti; nada aborrece tanto como el recogimiento interior, por eso procura distraerte e impedir que aprendas a orar interiormente. Pero el enemigo solo puede hacer lo que Dios le permite y Dios solo le permite lo que es necesario. Quizá aún te es necesaria una prueba de tu impotencia o quizá es demasiado pronto para que tu celo te abra la puerta de la oración interior, exponte a caer en el egoísmo espiritual. 
El guía ascético (старец) le ha impuesto al peregrino que repita la oración exactamente 3.000 veces al día. Ni una más ni una menos. No obstante, una vez ha completado este desafía aunque sea solo durante algunos días, ya está preparado para repetir la oración tantas veces como desee.
—Mira ahora de cuántas cualidades excelentes ha dotado Dios al cuerpo del hombre, porque lo ama; mira cuántas sensaciones pueden producirse aun fuera del estado de gracia y en un alma pecadora no libre aún de sus pasiones. Pero es una cosa magnífica, santa, estupenda, cuando a Dios place conceder al hombre el don de la oración independiente, activa, interior, espiritual y purificar su alma de toda sensualidad. Es un estado que no se puede describir; llegar a este místico recogimiento significa comenzar ya en la tierra a pregustar la bienaventuranza del cielo. Tal felicidad está reservada para los que buscan a Dios con la sencillez de un corazón amante. Ahora te doy mi permiso para que recites tu oración cuando quieras y puedas. Cuando estés despierto, consagra todo tu tiempo a la oración, sin necesidad de contar las veces que la repites, y sujétate humildemente a la voluntad de Dios, esperando su ayuda. Creo que Él no te abandonará y te mostrará el justo camino. Con estas advertencias pasé todo el verano en mi oración incesante a Jesús y sentí mi alma inundada de paz. Mi anhelo constante era dedicarme a la oración. Cuando encontraba alguna persona no sentía inclinación alguna a entretenerme con ella, aun cuando sentía por todos un afecto tan grande como si fueran miembros mi misma familia. Los apetitos de la sensualidad cesar por sí mismos; solo me ocupaba de mi oración, que mi espíritu comenzaba a escuchar y mi corazón a acompañar con suave calor. [...] Todo el mundo aparecia a mis ojos bañado de bondad; me parecía que todos me amaban.
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goddiedyoung · 4 months ago
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La relación entre amor y razón en la unión con Dios
Carta nº 18 de Hadewijch de Amberes, titulada Greatness of the soul (trad. Columba Hart):
63. Now understand the deepest essence of your soul, what "soul" is. Soul is a being that can be beheld by God and by which, again, God can be beheld. Soul is also a being that wishes to content God; it maintains a worthy state of being as long as it has not fallen beneath anything that is alien to it and less than the soul's own dig-nity. If it maintains this worthy state, the soul is a bottomless abyss in which God suffices to himself; and his own self-sufficiency ever finds fruition to the full in this soul, as the soul, for its part, ever does in him. Soul is a way for the passage of God from his depths into his liberty; and God is a way for the passage of the soul into its liberty, that is, into his inmost depths, which cannot be touched except by the soul's abyss. And as long as God does not belong to the soul in his totality, he does not truly satisfy it. 80. The power of sight that is created as natural to the soul is charity. This power of sight has two eyes, love and reason. Reason cannot see God except in what he is not; love rests not except in what he is. Reason has its secure paths, by which it proceeds. Love experiences failure, but failure advances it more than reason. Reason advances toward what God is, by means of what God is not. Love sets aside what God is not and rejoices that it fails in what God is. Reason has more satisfaction than love, but love has more sweetness of bliss than reason. These two, however, are of great mutual help one to the other; for reason instructs love, and love enlightens reason. When reason abandons itself to love's wish, and love consents to be forced and held within the bounds of reason, they can accomplish a very great work. This no one can learn except by experience. For wisdom does not interfere here or try to penetrate this wonderful and fathomless longing, which is hidden from all things; that is only for the fruition of love. In this joy the stranger shall not intermeddle (Prov. 14:10) — or anyone outside of Love. To gain it the soul must be nursed with motherly care, in the joy of the blessedness of great love, and disciplined by the rod of fatherly mercy; moreover it must cling inseparably to God, read its judgments in his countenance, and thereby abide in peace. 112. Now when this noble soul turns back to men and human affairs, it brings a countenance so joyous and so wonderfully sweet from the oil of charity that in all things willed by charity it turns to men with mercy. But from the truth and justice of the judgments it has received in the divine countenance, it appears to ignoble men awesome and unheard-of (Exod. 34:29-30). And when these ignoble men see that the soul is then wholly arrayed according to truth and well-regulated in all ways, how fearful and alarming it is to them! They must give way to it under the pressure of Love. But they who have been chosen for such a state in union with Love and are not yet full grown for it possess already, in their capacity, the omnipotence of eternity; yet this is unknown to themselves and also to others.
130. Thus reason secretly gives its light. This power of sight of the soul enlightens the soul in all the truth of God's will. For he who reads his judgments in God's countenance works becomingly, in conformity with the truth of the laws of Love. The law of Love is to be obedient; this is contrary to the way of acting of many aliens. And he must work not like anyone else, but according to truth. He is subject to no one save Love alone, who holds him fettered in love. No matter what anyone else would have said, he speaks according to Love's will. And he does service and performs the works of Love according to her will night and day in all liberty, without delay or fear and without counting the cost, according to the judgments he has read in Love's countenance. These judgments remain hidden from all who, on account of alien motives or alien things, forsake the works of Love because they are scorned among aliens, who prefer and judge it better that their will, rather than Love's will, be done. For they have not come to the great countenance of omnipotent Love, by which we may live free in the midst of every kind of distress. 154. You must know this liberty, and you must also know those who serve for its sake. People judge all sorts of things for themselves, and in this way, under the delusion of greater liberty, they scorn the works of Love; they do so indeed with great worldly wisdom. And so as to neglect the commandments of Love, some issue contrary com-mands. But a noble person who wishes to keep his rule of life, following what enlightened reason teaches him, does not fear the aliens' commands or counsels, no matter what torment befalls him in consequence, be it scandal, disgrace, indictments, insults, desertion, imprisonment, homelessness, nakedness, or utter want of every sort of thing man ought to have. He is not afraid to be ready to show obedience to Love in all that she wills, and to devote himself to her in truth, in all things and through all troublesome works, in the joy of his heart with all the power of Love. 174. By your whole life, then, you should gaze fixedly at God with the sweet eyes of single affection, which always seeks the service of the Beloved with delight. That is, you should contemplate your dear God cordially, yes, much more than cordially, so that the eyes of your desire, both together, remain fixed to the countenance of your Beloved by the piercing nails of burning encounters that never cease. Then for the first time you can rest with Saint John, who slept on Jesus' breast (John 13:23-25). And this is what they do who serve Love in liberty; they rest on that sweet, wise breast and see and hear hidden words (Job 4:12) —which are ineffable and unheard-of by men— through the sweet whisper of the Holy Spirit. 189. You should always look fixedly on your Beloved whom you desire. For he who gazes on what he desires becomes ardently enkindled, so that his heart within him begins to beat slowly because of the sweet burden of love. And through perseverance in this holy life of contemplation, wherein he continually gazes on God, he is drawn within God. Love ever makes him taste her so sweetly that he forgets everything on earth. Then he is determined that, whatever befalls him at the hand of aliens, he will deny himself nine hundred times rather than neglect to perform one iota of the service of that worthy love of which Christ is the foundation (1 Cor. 3:11).
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