#devoción
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secrethousands · 6 months ago
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“La amas tanto que darías hasta lo que no tienes con tal de no perderla “
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wateveridontcare · 5 months ago
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Eres suficiente, vida mía. Sé consciente de que en esta tierra hay alguien dispuesto a besar el suelo por el que caminas, alguien que rasgaría sus mejores prendas para cubrir tus heridas. Hay quien se desvelaría para cuidar de tus sueños y te seguiría hasta el fin del mundo.
Fuiste, eres y serás suficiente, más de lo esperado, más de lo soñado.
👻
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lizardmalice · 7 months ago
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Devoción:
Quisiera que las cosas fueran más simples, que el mundo no se interpusiera entre tu ser y el mío. Desearía ser útil para ti, ser algo más que una sombra en tu vida, algo que puedas aprovechar, moldear a tu voluntad. Quiero que me uses, que encuentres en mí una herramienta para tus necesidades, que mi existencia tenga sentido a través de ti. No tengo otro propósito, no hay otra razón en mi existencia, vivo y respiro para ti… Si al menos pudieras usarme para tu beneficio, sentiría que mi existencia tiene sentido, porque no tengo más deseo que servirte y entregarme por completo a tu causa.
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caostalgia · 1 year ago
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Creí que te amaría para siempre, que mi corazón estaría en tus manos hasta mi muerte, pero te abrazé otra vez y desée que fueras él, que olieras como él, nisiquiera quise que me amaras como él, solo pensé en que quería ser amada por él, solo él.
-Tinx
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dom-aleph · 4 months ago
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Saber cual es tu lugar, y  ocuparlo .... con orgullo.
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azuldemagdalia · 9 months ago
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Y en el día del Señor...
mi luz resplandece bajo Tu Manto e imploro que mi carne sea vencida entre el rubor de los estigmas y la clemencia de Tu Mano; entre el vigor de Tu Pasión y el poder de Tu Voluntad. Aquí aguarda mi silencio. Aquí es la entrega de Mi Consentimiento.
He aquí, ante Ti, Tu Sierva.
Azul de Magdalia
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laromp3 · 3 months ago
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Devoción - Shakira
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anitaencinales · 7 months ago
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Un pequeño rinconcito formidable.
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ephemeral--lovers · 7 months ago
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Pasé tanto tiempo confundida creyendo que era amor que olvidé como sentirlo… anoche soñé con ella, con sus ojos, los más lindos del mundo sin lugar a dudas, la calidez de sus brazos, la belleza eterna de su sonrisa. Debo decir que no son mariposas en el estómago, son cosquillas en el pecho, así se siente el amor, como una risa para el alma, así me siento yo solo con soñarla, que magia redescubrir como sentir el amor de verdad…
TRM
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leregirenga · 1 year ago
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"Hay buenos remedios para la melancolía: el canto, la devoción, beber vino, hacer música, hacer poesía, vagar sin rumbo". Hermann Hesse Todo aquello que te guste te beneficia y son remedios infalibles para curar muchos males emocionales que nos aquejan. Así que si tienes algún ataque de nostalgia, ansiedad, melancolía o tristeza, realiza tus hobbies favoritos. Leregi Renga
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secrethousands · 5 months ago
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Parte #8
“¿Quién es ella, que revoluciona mi mundo con solo mirarme?”
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fan-del-amor-bonito · 1 year ago
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Yo deseo que me amen con adoración y devoción, del mismo modo en que yo he amado.
No merezco nada menos de lo que he dado.
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surrenderingintotheone · 2 years ago
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El sufrimiento y el dolor son muy distintos
El dolor no es sufrimiento
El sufriendo no es dolor
El sufrimiento es la identificación con el dolor, es cuando yo de forma negativa concentro toda mi energía en el dolor y creo erróneamente que soy el dolor
Cuando el dolor es solo un sentimiento el cual puedo trasformar en cualquier momento
Yo sufro porque me apego a la historia del dolor, al “cuerpo del dolor” y lo sigo llevando encima en lugar de soltarlo en seguir adelante
¿Y bueno, y que hago con el dolor entonces para no sufrir?
Me siento con el
Pero…
No lo juzgo
No lo rechazó
No lo aplastó ni lo entierro,
Lo acepto
Y lo siento
Me saco el rato para entenderlo desde mi corazón, desde el amor
Y lo abrazo y lo trato como trataría a cualquiera otro ser amado que está con dolor. Lo acompaño y lo mimo. Curo la heridas con el amor con el que una madre o una abuela lo harían.
Lo observo desde la presencia De Dios en mi que reconoce la perfección y extraigo la lección que trae adentro
Y cuando me siento lista, lo agradezco y dejo ir.
Lo trasformó en amor
Todo es un juego de seguir transformado todo lo que llega en amor divino, en la perfección De Dios, en la pureza De Dios.
Y así me libero de ese dolor y sigo adelante!
Más fuerte
Más sabia
Cada vez más libre
Cada día más con Dios
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europahoynews · 2 months ago
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'Dilexit Nos' expande la devoción hacia el Sagrado Corazón en todo el mundo
Comunicado de http://www.vaticannews.va — Más de mil fieles asisten al primer congreso en el mundo dedicado al Sagrado Corazón de Jesús en Westerville, Ohio, tras la publicación de la encíclica del Papa Francisco “Dilexit Nos”. Paweł Rytel-Andrianik y Tomasz Zielenkiewicz El congreso del Sagrado Corazón de Jesús en Westerville, Ohio, atrajo a 1,200 personas a la Santa Misa el 9 de noviembre. “Se…
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azuldemagdalia · 9 months ago
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Me abro a Tu entender y me descubro... fiel: Más Hembra, más Perra.
Azul de Magdalia
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letrocitia · 3 months ago
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El Mediador. Cuento Corto.
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Ya eran mediados de junio y no llovía. Lorenzo Temich acercó un humeante pocillo de barro a sus labios y tras un sorbo paladeó con gusto su café negro. «Un pequeño placer ante las adversidades de la vida» —pensó. Su mirada traspasó la ventana, hacia el campo, donde cobijadas en la tierra seca, las semillas esperaban que del cielo les llegara la vida. Para empeorar las cosas, Facundo Cacahua, el «tiempero», quien se había encargado de mediar entre la divinidad del volcán, guardiana del agua, y los hombres, había muerto hacía tres meses y no se sabía quién sería su sucesor.
Lorenzo miró con disgusto los trastes sucios dejados por su hijo Fabián desde la noche anterior. Ya hablaría con él cuando regresara del campo.
En la plaza abarrotada del poblado, la viuda Soledad, que tenía fama de adivina, aseguraba haber visto el día anterior al mismísimo «Gregorio Chino Popocatépetl», y que este le había revelado quién sería el nuevo «tiempero».
—Se presentó como un anciano vestido de blanco, descalzo, con un sombrero de paja todo deshilachado. Ya ven que le gusta pasar desapercibido.
—¿Segura que era Él?
—¡Sí! Era el volcán en su forma humana, paseándose entre nosotros, como lo hace a veces. Me dijo que no llovería hasta que Fabián Temich lo visitara.
En ese momento se fueron a ver a Fabián, que andaba pastoreando vacas. Era apenas un joven de 17 años, juguetón, de rostro agradable y mirada melancólica. Le llamaron y él se acercó.
—¡Debe ser un error! —dijo sorprendido.
—El mismísimo volcán se lo dijo a Soledad.
—¡No puedo! ¡No quiero!
—¿Cómo que no quieres? ¡Necesitamos el agua! Tienes un deber, como lo tuvo antes Facundo Cacahua.
—¡Ni siquiera sé leer las nubes! Yo solo quiero cuidar a mis animales, busquen a otro.
Los de la comitiva dejaron escapar un bufido de disgusto casi al unísono. Mas ignorando la negativa de Fabián empezaron a pedirle cosas: «En mi parcela tengo semilla de haba, dile que no me olvide» «Yo tengo maíz, frijol y calabaza, si no llueve mis hijos se morirán de hambre»…
Cuando Fabián regresó a su hogar, lo esperaba Lorenzo, quien lo abrazó con fuerza.
—No te puedes negar mijo. Tienes un deber. ¡Ah! Y por muy «tiempero» que te vuelvas, no me andes dejando tus platos sin lavar.
Esa noche el joven no podía dormir por miedo a escuchar de verdad la voz de la montaña. Cuando al fin el cansancio lo venció, «Gregorio Chino Popocatépetl» se hizo presente en sus sueños, como una voz vieja, que conjuraba autoridad y ternura a la vez.
—Te necesito para que me visites y me lleves lo que necesito, como hacía Facundo.
—Debe haber alguien más digno.
—¡No me hagas enojar! A ver, necesito fruta, mezcal, mole, y tortillas. ¿Estás poniendo atención?
—Es que…
—No se te olviden las veladoras. También quiero tamales, pan dulce, flores y música.
—Pero…
—La ofrenda me la dejarás en la cueva. Solo tú entrarás y ahí hablaremos.
Fabián tenía miedo. El peso de la responsabilidad por las lluvias era demasiado. Si fracasaba, todos lo culparían. Dudaba entre aceptar ese destino o buscarse la vida en otro sitio. Hizo una maleta con algo de ropa y pensó en escapar al amanecer. A las cinco de la mañana, todavía oscuro, escuchó ruido de personas afuera de su casa. Soledad y otras mujeres coordinaban la recepción de las ofrendas que llevaban los pobladores. Su padre, Lorenzo, servía café para todos. La esperanza era mucha. En ese momento sintió que al menos debía intentarlo.
Entre vítores y aplausos, salió el nuevo «tiempero» acompañado de un grupo de hombres, mujeres y tres mulas que cargaban lo más pesado. Su objetivo era subir al volcán, que majestuoso, presidía sobre el valle. Conforme ascendían, los pies se hundían en la ceniza suelta y los aires de la montaña la aventaban a los ojos, dificultando el avance.
Fabián iba recordando sus sueños de niño, mismos que nunca contó a nadie, cuando se veía asimismo arriba del volcán. ¿Sería que desde entonces Gregorio lo había escogido? ¿El volcán sería de fiar?
A seiscientos metros del cráter, divisaron la cueva. Cruces blancas y restos de ofrendas pasadas marcaban el sitio. La entrada era una rajadura angosta en la piedra. Fabián entró, y le fueron pasando todo.
Adentro de la cueva hacía calor y se oían ruidos extraños. Torpemente, encendió velas, acomodó la ofrenda y esperó. Una ráfaga de aire apagó las luces y en completa oscuridad sintió que una mano helada se posaba en su hombro y un escalofrío lo recorrió de arriba a abajo.
—Gracias por venir. A partir de ahora te visitaré más seguido. Te enseñaré a leer las nubes, a estorbar el granizo y a sanar dolencias. Afuera harás una oración a Dios nuestro Señor y a la Virgen, y luego me pedirás lluvia. Confía en mí.
Fabián hizo como Gregorio le pidió y al terminar la oración se escuchó un fuerte tronido. Alzaron la vista al cielo, que estaba azul y sin nubes. Inexplicablemente, empezó a llover con fuerza. Todos cayeron de rodillas, dando gracias.
El regreso se dificultó por la lluvia, pero a la gente no le importó. En cuanto a Fabián, ya no sentía miedo, estaba listo para abrazar sus nuevas responsabilidades aunque tendría que negociar con su padre, porque aquello de lavar trastes no se le daba muy bien.
Autora: Ana Laura Piera.
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