#cubiertas de piscinas
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rcgality · 2 years ago
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Poolhouse Poolhouse in Madrid Example of a mid-sized trendy front yard tile and rectangular lap pool house design
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sardothiened · 1 year ago
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Poolhouse Poolhouse in Madrid Example of a mid-sized trendy front yard tile and rectangular lap pool house design
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britishnickyy · 1 year ago
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Modern Pool - Poolhouse Pool house - large modern front yard tile and rectangular infinity pool house idea
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compelamaserati · 1 year ago
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Alicante-Costa Blanca Poolhouse Poolhouse Example of a mid-sized trendy courtyard stone and rectangular lap pool house design
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professorplaid · 2 years ago
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Madrid Poolhouse Poolhouse Picture of a large, minimalist front yard with a rectangular pool
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cattasticks · 2 years ago
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Alicante-Costa Blanca Poolhouse Poolhouse Pool house - mid-sized contemporary rectangular lap pool house idea with decking
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ttheodoropoulos · 1 year ago
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Pool Fountain in Alicante-Costa Blanca Large tuscan rooftop rectangular lap pool fountain photo
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spiceinthecoffee · 1 year ago
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Large minimalist front yard tile and rectangular infinity pool house photo Picture of a large, minimalist front yard with a rectangular pool
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zoison · 1 year ago
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Pool Fountain
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Large rectangular lap pool fountain on a tuscan rooftop image
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cclust · 1 year ago
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Contemporary Pool - Poolhouse
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picture of a large, modern, rectangular lap pool house with decking
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customgirls · 2 years ago
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Roofing - Tile An enormous four-story brick exterior home with a tile roof is an example.
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alva-lumin · 5 months ago
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Libro: Canción Anómala, Libro 1 de la saga Majestic Dragon, tomos Oníricos.
Celestia era pequeño, a comparación de los planetas vecinos, pero lleno de vida y fulgor. Toda su superficie estaba conformada por agua, sin embargo, habían nacido allí, su simple existencia les daba las capacidades exactas para subsistir. La piel era escamosa y en tono aguamarina, con branquias en la mayoría de su cuerpo, aptas para su supervivencia. Sus cabellos, en colores celestes, blancos y verdes, ondeaban al viento, al grácil aire templado.
Sus templos se alzaban con una mampostería delicada, marmoleada y ondulada, agradable a la vista, en excelso trabajo y planeación. Con sus ciudades y aldeas cubiertas por una cúpula parecida a una burbuja, resistente a los peligros, dócil al tacto.
Las grandes construcciones se erguían gracias a las placas anfibias que se movían y flotaban con el movimiento del agua. Soportando enormes cantidades de peso. El material, llamado Levianita, se obtenía de las profundidades. La peculiar piedra se conectaba como una cadena que, solo al despegarlas, podían flotar sin problemas. De apariencia suave pero de textura porosa, reflejaba la luz de manera etérea, no necesitando ninguna otra fuente de iluminación.
Las pequeñas islas, conectadas por puentes delgados y resistentes, se regaban en zonas en las que las piedras y arena de las honduras, fueran menos profundas. Así, mantendrían mejor su edificación.
Eran parecidos a los humanos, bípedos, de diferentes tamaños, de carácter voluble, de corazones distintos, de sentimientos abrumados, con algunos traumas del pasado. Habían desarrollado una hermosa nación, de tecnología creciente, de ideas y sueños enormes. Algunos trajes hechos de la fauna local les permitían nadar a decenas de metros, permitiéndoles llegar aún más lejos. Brincaban sobre las aguas como delfines, y nadaban con tal pericia, que parecían proyectiles.
Una tarde, de colores borgoña y de luces por dormir, el cielo se nubló por completo, a una velocidad desbordante, apabullante. Las nubes demostraban tormenta y las aguas yacían inquietas.
—Es tiempo de subir a la ciudad central, es tiempo de subir a la ciudad central. Los puertos se cerrarán. Todas las personas deben subir a la ciudad central. —Se escuchaba de las bocinas del lugar—. Una tormenta se acerca.
No tardaron en acatar las órdenes, estaban acostumbrados a ellas. La marea se alzaba en inmensa cantidad, y las olas comían todo a su paso. La ciudad central no era más que un campo gigantesco con lo primordial para sobrevivir; alta y de estructura resistente. Aunque sus habilidades de nado eran indescriptibles, aquello era en extremo riesgoso.
Pero el cielo se apagó más de lo habitual. Las alarmas sonaron, indicando el pronto cierre de las entradas y salidas, y la peligrosidad de lo que se avecinaba. Los murmullos no se hicieron esperar, el miedo gobernó con voracidad cada pensamiento. No era un cuento que algo llegase desde el cielo, creían firmemente en deidades capaces de cumplir tales eventos. Y mientras algunos se hincaban ante la indómita imagen, las estrellas desaparecieron. En el horizonte, las nimias luces se apagaron de isla en isla, como un corredor perdiendo toda iluminación; hasta llegar a la metrópoli central.
Las voces a orillas de la gran ciudad desaparecieron junto a la oscuridad que se acercaba con una velocidad presurosa. Interrumpiendo los gritos, siendo arrebatadas desde las tráqueas, consumidas en las gargantas. La gente rezaba a diversas entidades, llorando ante lo ocurrido, esperando lo peor, sintiendo el miedo acrecentarse sin control, a medida de la negrura apremiante.
A lo lejos del universo, el pequeño y tímido planeta desapareció, hundiéndose en una piscina de tinta negra, de textura parecida a la brea. Para luego desvanecerse, dejando todo en perfecto orden, como si Celestia, nunca hubiera existido.
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jartita-me-teneis · 3 months ago
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Abandonado por Disney
“Abandonado por Disney” es una de las creepypastas más inquietantes, centrada en un misterioso parque temático de Disney que supuestamente fue construido y luego abandonado en algún lugar remoto del mundo. La historia sigue a un hombre curioso que decide investigar este lugar, conocido como el “Proyecto Isla Paraíso” o “Mowgli’s Palace”, un parque temático ubicado en una isla de la costa de Carolina del Norte que, tras su construcción, fue inexplicablemente abandonado.
Según los rumores, Disney había comprado una gran extensión de tierra en los años 90 para construir un parque temático de lujo con temática de la jungla, basado en “El Libro de la Selva”. El lugar se llamaba “Mowgli’s Palace”, y la idea era que los visitantes pudieran experimentar la vida en la selva mientras disfrutaban de las comodidades de un resort de alta gama. Se construyeron lujosas habitaciones, paseos temáticos, piscinas y áreas para safaris. Sin embargo, antes de que el parque pudiera abrir al público, el proyecto fue abruptamente abandonado por razones desconocidas.
Los lugareños contaban historias sobre extrañas actividades en la isla, y el lugar ganó una reputación espeluznante con el tiempo. Disney no hizo ningún anuncio oficial sobre el parque, y con el paso de los años, el lugar fue olvidado por la mayoría, excepto por aquellos que vivían cerca y afirmaban haber visto cosas inquietantes.
La historia es narrada por un explorador urbano que había escuchado estos rumores y decidió ir a investigar por sí mismo. Intrigado por la idea de un parque temático de Disney abandonado, el narrador viajó a la isla para descubrir qué había pasado realmente en “Mowgli’s Palace”.
Al llegar a la isla, lo primero que nota es el completo abandono del lugar. Las estructuras que alguna vez fueron lujosas están ahora en ruinas, cubiertas de vegetación y en un estado avanzado de descomposición. Carteles descoloridos, figuras de personajes de Disney desgastadas por el tiempo, y escombros por todas partes crean una atmósfera inquietante. Sin embargo, lo que más llama la atención del narrador es el silencio absoluto. No hay ningún indicio de que alguien haya estado en la isla en años.
El narrador comienza a explorar el parque, y pronto se da cuenta de que hay algo más que abandono en este lugar. A medida que avanza, nota señales de que la gente dejó el parque en un estado de urgencia, como si hubieran huido sin avisar. Las habitaciones del resort están llenas de muebles cubiertos de polvo, y los menús de los restaurantes están intactos, como si alguien hubiera planeado volver algún día pero nunca lo hizo.
Al continuar su exploración, el narrador llega a una parte del parque donde encuentra una puerta marcada como “Personajes”. Al abrirla, se encuentra con lo que parece ser un vestuario para los trabajadores del parque, lleno de disfraces de personajes de Disney. Los disfraces están en un estado de descomposición avanzada, y algunos parecen haber sido arrancados de sus ganchos, como si alguien los hubiera dejado caer de prisa.
Sin embargo, hay un disfraz en particular que le llama la atención: un traje de Mickey Mouse. Pero algo está mal con este Mickey. El traje está completamente descolorido, con ojos vacíos y una sonrisa perturbadora que parece haber sido pintada. Lo que más desconcierta al narrador es que el disfraz parece moverse por sí mismo, como si estuviera “vivo” de alguna manera.
Decidido a llegar al fondo de la historia, el narrador sigue explorando y encuentra una sala secreta en el parque. La puerta de esta sala está cerrada con un cartel que dice “Abandonado por Disney”. Al abrirla, se encuentra en una sala completamente oscura, iluminada solo por la tenue luz de su linterna. En el centro de la sala, hay una figura que se parece al disfraz de Mickey Mouse que vio antes, pero este está manchado de sangre seca, y el olor en la habitación es insoportable.
De repente, el traje de Mickey se mueve. El narrador observa, paralizado por el miedo, mientras la cabeza del traje cae al suelo, revelando que dentro no hay un actor, sino algo mucho más siniestro. La “cabeza” comienza a hablar con una voz gutural y perturbadora, diciendo: “¿Quieren ver cómo me quito la cabeza?”
Horrorizado, el narrador huye del lugar, dejando atrás al Mickey ensangrentado y la aterradora sala. Mientras escapa, escucha risas demoníacas resonando en las paredes del parque. Cuando finalmente logra salir de la isla, se promete a sí mismo nunca hablar de lo que vio.
La historia termina con el narrador reflexionando sobre lo que experimentó. Aunque está seguro de lo que vio, nadie le creería si contara la verdad. En lugar de exponer la oscura realidad detrás de Disney y “Mowgli’s Palace”, decide dejar el tema en silencio, aunque sabe que el parque abandonado y su macabro secreto permanecen en la isla, esperando a que alguien más curioso caiga en su trampa.
“Abandonado por Disney” no es solo una historia sobre un parque temático abandonado; es una advertencia sobre los misterios que acechan en los rincones olvidados del mundo, y cómo, a veces, hay cosas que es mejor dejar enterradas.
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hanabisdiaryfornow · 6 months ago
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⟢ Nuestro aire acondicionado es inmejorable ¡puedes refrescar + calentar en invierno! 🌬
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⟢ Por fin podemos hacer cosas juntos
⟢ Puedo cocinar para ti/podemos cocinar juntos 🥙
⟢ El papá de Félix vive junto al mar, está a sólo 60 km. ¡Estamos allí todo el tiempo! (Es tan bonito allí, su abuela tiene una casa de vacaciones con varios pisos) (+ una sauna en la casa) 🚣‍♀️
⟢ La mamá de Felix es super amante de los animales y hasta hace poco tenía un carlino (que lamentablemente falleció). Seguro que ella también está deseando conocerlo <3 🧸
⟢ Puedes visitar a tus amigos en Alemania cuando quieras 🚅
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⟢ No tienes que pagar alquiler 🛐
⟢ Todavía tenemos que terminar de atornillar el quad, seguro que puedes ayudar si quieres <3 ⚙
⟢ ¡Soy muy mimosa! 🎀
⟢ Aquí nadie te prohíbe hacer nada.
⟢ Braunschweig también está a solo media hora. Por ejemplo, hay una hamburguesería súper sabrosa (Peter Pan) 🍔.
⟢ En Wolfsburgo está el Badeland, una piscina cubierta increíblemente bonita 🌊.
⟢ Puedes producir contenidos desquiciantes 🎞
⟢ Podemos ayudarte con los clientes si es necesario 🎭
⟢ Estamos aquí para lo que necesites 💜
⟢ Tenemos varios terapeutas en la ciudad 💨
⟢ Tenemos varios médicos de cabecera + médicos especialistas aquí 🤺
⟢ Tenemos un refugio de animales aquí que puedes visitar 🐭
Realmente hay mucho más que podría mencionar. Intenta «aferrarte» a ello. Piensa en lo bonito que será cuando todo acabe. <3 Te quiero más que a nada, no olvides que siempre puedes llamarme si puedes
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xiaodouzi100508 · 10 months ago
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¡El bebé no está gordo!
Texto – Medianoche.
Durante la prueba del resort de un amigo, Wang Yibo y Xiao Zhan fueron invitados a llevar a Suo'er a jugar.
"Hay una piscina cubierta allí, ¿seremos el primer grupo de personas en nadar?" Wang Yibo lo esperaba con ansias, sus ojos brillaban y Suo’er en sus brazos lo miró, como si pensara en lo que es nadar.
"Está bien.” Xiao Zhan sonrió y pellizcó la cara de Suo'er suavemente, "SuoSuo aún no ha nadado, así que lo llevé a intentarlo. ¡Se acerca el primer desfile de trajes de baño de nuestro Suo’er!”
Wang Yibo tocó el vientre regordete de Suo’er, imaginando cómo se vería en traje de baño, y no pudo evitar reír.
"¿Qué es… nadar?" Suo'er parpadeó con sus grandes ojos y miró a Xiao Zhan y Wang Yibo. Los dos adultos estaban demasiado emocionados, pero Suo'er todavía estaba en la oscuridad.
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"Nadar significa chapotear en el agua", pensó Wang Yibo durante mucho tiempo antes de dar esta explicación. Xiao Zhan enseñó los dientes y dijo: "¡Eres realmente bueno describiéndolo!".
"¿Tomarse un baño?"
Suo'er dio en el clavo, y los dos papás asintieron, "Así es, el bebé es tan inteligente, es como tomar un baño, sólo que tienes que jugar en el agua por un tiempo."
"Está bien~" Suo'er agitó su brazo, "El bebé quiere nadar~"
La temperatura de la piscina cubierta es muy adecuada, además de las zonas públicas, también hay salas privadas.
Los amigos se enteraron de que Xiao Zhan y Wang Yibo vendrían, por lo que organizaron especialmente una habitación individual con la mejor y más grande vista para ellos.
Suo'er estaba en brazos de Wang Yibo, un niño pequeño tendrá miedo de llegar a un entorno desconocido, rodeó el cuello de su padre con los brazos y miró a su alrededor con curiosidad. Solo había tres en el vestuario. Xiao Zhan y Wang Yibo rápidamente se pusieron sus trajes de baño y con entusiasmo comenzaron a cambiar la ropa de Suo'er.
"¡Perfecto!" Xiao Zhan parecía estar jugando a un juego de disfraces y apreciando su propio trabajo. No fue suficiente para él tocar el estómago de Suo'er, sino que también le indicó a Suo'er que girara en círculos de 360 grados y presumiera su traje de baño.
Este fue elegido especialmente para Suo'er, es un pequeño traje de una sola pieza con dibujos de cerditos y conejos.
"El bebé es tan hermoso~" Cuando Suo'er escuchó los elogios de Xiao Zhan, se cubrió la cara tímidamente, abrió lentamente los dedos y miró a papá con vergüenza.
Wang Yibo sonrió y pellizcó la carne alrededor de la cintura de Suo’er, así como las piernas expuestas, y sonrió: "Su figura es muy grande jajajajaja."
"De ninguna manera, nuestro Suo'er tiene una figura estándar" Xiao Zhan tomó a Suo'er y salió, "Todos los bebés son así~"
"Me pregunto si hay un flotador adecuado para él", murmuró Wang Yibo, recogiendo varios flotadores de diferentes tamaños y siguiéndolos.
"Um..." Probó varios, o demasiado grandes, o demasiado pequeños, e incluso había uno que estaba atrapado en su vientre ligeramente redondo y no podía moverse.
"Hijo, ¿normalmente no estás comiendo demasiados bocadillos?"
Suo'er levantó la cabeza, pareció entender lo que quería decir Wang Yibo y frunció los labios: "¡¡El bebé no está gordo!!" Después de decir esto, se tocó el estómago tímidamente, pero todavía una cara desafiante.
"No está gordo, no está gordo. Es porque el flotador es demasiado pequeño y no hay uno adecuado para el bebé, ¿verdad?" Xiao Zhan abrazó a Suo'er y le dijo: "Está bien, deja que papá te sostenga y nademos, ¿de acuerdo?"
"De acuerdo."
Wang Yibo no tuvo elección: "Bien, papá sostendré al bebé".
"Bien..."
Wang Yibo abrió los brazos en el agua y esperó para sostener al pequeño dumpling. Xiao Zhan sostuvo a Suo'er en la orilla, parecía que quería meterse en el agua pero no se atrevía.
Tan pronto como sus pequeños pies tocaron el agua, Suo'er inmediatamente los levantó.
"Papá, tengo miedo".
"Está bien. Mira, papá está esperando a Suo'er allí abajo. Papá pronto tendrá al bebé en sus brazos. No tengas miedo".
Suo'er miró a Wang Yibo, "Papá~"
"Aquí, ven, papá sostendrá a Suo'er como suele hacer cuando se baña. ¿Suo'er no es muy feliz cuando se baña?"
"Hmm ..." Suo'er miró la piscina, luego pensó en la bañera de su casa, y pronto cooperó con Xiao Zhan y se entregó a Wang Yibo.
"Ah, ah, ah—" susurró Suo'er. Cuando el agua apenas cubrió su vientre, no estaba muy acostumbrado. Más tarde, descubrió que el agua de la piscina era cálida y cómoda, por lo que descansó tranquilo en los brazos de Wang Yibo.
"¿Qué tal, es divertido?".
Suo'er asintió y extendió la mano para agitar el agua a su alrededor, "Es divertido~"
"Papá te llevará a nadar, ¿si?"
"Está bien~", respondió Suo'er secamente, y hábilmente rodeó el cuello de su padre con los brazos y fue conducido hacia adelante por Wang Yibo.
"Wow—" Suo'er sintió el agua fluir sobre su cuerpo, abrió los brazos con entusiasmo y saludó a su padre que no estaba muy lejos.
"¡Papi! ¡Papi! Juega~"
"¿Es divertido?"
"Es divertido~"
Xiao Zhan sonrió, tomó una cama inflable con forma de pequeña tortuga y nadó hacia el padre y el hijo. Cuando Suo’er vio la cama, se emocionó instantáneamente: "¿Qué es?".
"Es el transporte del bebé" Xiao Zhan llevó a Suo'er a la cama, y el pequeño dumpling se sentó firmemente en el medio, "Yay~"
"También se puede llevar al bebé a nadar con esto" Xiao Zhan empujó suavemente la cama, y Suo'er era como un pequeño navegante, sosteniendo el cuello de la tortuga y luciendo muy feliz.
La familia de tres se lo pasó genial y durante el descanso tomaron bebidas preparadas por sus amigos.
Suo'er sostuvo un vaso que era más grande que su cara y bebió durante mucho tiempo. Después de terminar la bebida, se dio unas palmaditas en el vientre, que parecía estar abultado de nuevo.
El pequeño dumpling se acercó al lado de su padre y le tendió la mano a Xiao Zhan para que lo abrazara.
"Bebé, ¿estás cansado?"
"Hmm~" Suo'er negó con la cabeza, "¿No está gordo el bebé?"
Xiao Zhan quedó atónito por un momento, luego sonrió y miró a Wang Yibo: "No está gordo. El bebé aún es pequeño. La carne ahora es toda grasa de bebé. Cuando crezca, se parecerá a su padre".
Suo'er hizo un puchero con su boquita y miró a su padre. Wang Yibo inmediatamente dijo con complicidad: "No está gordo, no está gordo. Papá está bromeando".
Pero a pesar de que papá y papi lo dijeron, Suo'er apretó su muslo parecido a una raíz de loto y suspiró.
Tan pronto como llegó a casa, Suo’er corrió al guardarropa, los dos padres lo siguieron en silencio sin saber por qué.
El pequeño dumpling rápidamente encontró la balanza colocada en la esquina, se paró sobre ella con cuidado y permaneció fijo en ella durante mucho tiempo.
Xiao Zhan y Wang Yibo observaron en la puerta por un momento, luego se miraron con una sonrisa, "Él está bastante agobiado por los ídolos.”
Después de un rato, el pequeño dumpling corrió a la sala y vio a papá y papi sentados en la alfombra, así que se arrojó en sus brazos.
"¿Cuánto pesa el bebé?"
Suo'er murmuró durante mucho tiempo antes de que finalmente perdiera los estribos y dijera lánguidamente: "Bebé... el bebé no conoce los números..."
"Pfft jajajajaja" Wang Yibo no pudo contener la risa, tanto él como Xiao Zhan habían olvidado que Suo'er aún no sabía leer.
"Está bien" Xiao Zhan reprimió una sonrisa, "El bebé no pesa nada. Papá preparó un poco de leche en polvo para Suo'er. ¿Quieres beberla?"
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  Suo’er inmediatamente recuperó su energía, se puso de pie y asintió, mirando expectante a Wang Yibo, "Papá, quiero ~".
"Está bien", Wang Yibo no solo le entregó la botella a Suo'er, sino que también le dio bocadillos: "Sólo cuando estés lleno tendrás fuerzas para adelgazar."
Suo'er sostuvo la botella y balanceó los pies, asintió de acuerdo con las palabras de Wang Yibo y tropezó mientras repetía: "Sólo cuando estés lleno tendrás fuerzas para adelgazar wuwuwuw."
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rubimoon45 · 2 years ago
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EL RUIDO DEL RELOJ -Hobie Brown x Reader
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CAPÍTULO 11: Incidentes menores
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CAPÍTULOS: PRÓLOGO, CAP1, CAP2, CAP3, CAP4, CAP5, CAP6, CAP7, CAP8, CAP9, CAP10
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Verano del 2023, 12 de Agosto
EN ALGÚN LUGAR DE LA CIUDAD
Hora: 23:45
La luna estaba detrás de las nubes cuando ambos salieron del edificio. No quedaba tanta gente en la calle como cuando era hora de trabajar o estar fuera. Si bien el gobierno había dejado claro que ciertas personas no salieran a altas horas de la noche por su seguridad en zonas conflictivas, ellos se estaban saltando las normas desde el momento que Hobie abrió la ventana y Khristina lo amenazó con empujarlo si pensaba que iba a volver a llevársela de esa forma.
Reticente, Hobie había conseguido hacer el esfuerzo de su vida y cogerla de la mano cuando salieron por la puerta. Era mejor que pensasen que estaban juntos e iban a la casa del otro que dos personas cualquieras. Por suerte, no se encontraron ni a la vecina del quinto ni a la vecina cotilla de la planta de abajo. Se habían encontrado con unos niños subiendo las escaleras, no sabía de qué planta, pero no se les habían hecho más caso que algunos comentarios jocosos por la forma en la que la sujetaba. Hobie les había dicho algo en su jerga que ni se molestó en entender, pero por la reacción de los niños, ellos debieron entender algo.
Ni siquiera cuando la arrastró por toda la calle, aún cogidos de la mano y teniendo cuidado de no encontrarse con alguna persona que pudiera meterlos en problema, Khristina no le preguntó sobre lo que estaban haciendo fuera de casa. La diferencia de altura entre ellos era suficiente para marcar un ritmo en el camino entre ellos dispar el uno del otro. Hobie solo necesitaba un paso y ya estaba la mitad del camino hecho, y ella varios.
No fue hasta que llegaron al edificio en el que los niños y los ancianos del barrio iban a hacer deporte que se detuvieron. Era un viejo recinto rehabilitado después de la insistencia de las comunidades de vecinos de todo el barrio en convertirlo en un espacio público para la juventud, implantado zonas de actividades deportivas y una biblioteca, y para los ancianos. Khristina había ido alguna vez a la biblioteca a estudiar, pero nunca le había dado por investigar el resto del edificio. Muchos de sus amigos del instituto habían pertenecido al club de natación de la primera planta, pero sus padres nunca habían podido permitírselo por el absurdo precio de la matrícula, el mantenimiento y las competiciones.
Khristina miró la fachada del edificio. Eran cristaleras grandes que rodeaban todo el recinto, a excepción de la base de cemento y ladrillo que rodeaba la zona de la piscina cubierta y que soportaba el peso de la estructura.
-¿Qué es esto?
Pero Hobie no le respondió, y se concentró en jugar con el candado entre sus manos. Estaban delante de la puerta que dividía el exterior del interior. Estuvo apunto de hacerle una broma, pero se sorprendió al ver la expresión sosegada que llevaba en el rostro.
-¿Necesitas ayuda?
-¿La dama quiere ayudar?
-La dama tiene sus estrategias -Khristina rebuscó en los bolsillos de la chaqueta, que había podido ponerse antes de salir de casa. Sacó de los bolsillos un par de horquillas pequeñas con las que se sujetaba el pelo cuando trabajaba-. Hazte a un lado.
Para su sorpresa, Hobie le hizo caso. Lo único que hizo mientras ella trabajaba en el candado, muy a su pesar y al estar en desacuerdo con lo que estaban haciendo, lo sujetó y lo giraba cuando ella necesitaba un nuevo punto de vista.
Nunca lo diría en voz alta, pero agradecía a su padre el haberla enseñado a hacerlo mientras su madre trabajaba. Solo se trataba de buscar en ángulo y la posición concreta hasta que el cierre del candado fuera saboteado por una "llave", una falsa llave. Nada difícil de entender, pero sí de ejecutar. No todos podían hacerlo, pero cuando le cogías la práctica (no significaba que Khris lo hiciera todos los días, pero sí que servía de mucho) podías hacer muchas cosas.
El candado sonó al mover un poco más las horquillas. Los dedos de Hobie se tensaron, pero Khristina no apartó la mirada. Tensó un poco más la presión sobre los mecanismos del interior del candado, resultando en un chasqueo desde dentro que inició un regocijo en su estómago. A Khristina se le formó una sonrisa de victoria.
-Ten una mujer siempre a tu lado.
-También podría haberlo hecho yo -dijo intentando quitarle importancia. Se inclinó para quitar el candado de la puerta, enfurruñado.
La sonrisa de Khristina perduró.
-Las arañas tendrán ocho patas y ojos, pero ni pueden saltar ni ver tanto.
Esta vez fue el turno de Hobie de sonreír.
-Las arañas no son ciegas.
-¿Cómo que no? Lo leí en un libro de Biología.
Hobie empuja con el brazo la puerta de rejilla. Los anillos de sus dedos tocan con el material, haciendo eco en el espacio y sacando un escalofrío de Khristina. Khristina pone los ojos al ver su sonrisa burlona. Aún sujetaba el candado, pero Hobie se lo arrebató de nuevo y puso sobre un mueble del que no se había percatado antes.
-No te creas tantas cosas de esas. Créeme en mí.
-Permite que lo dude -se atreve a desafiarlo. La puerta vuelve a chirriar cuando Hobie la abre del todo. Un pasillo meramente iluminado por la luz de emergencia se extiende a lo largo.
-¿Aquí quién es la araña, tú o yo? Toda esa mierda es propaganda para que te lo creas.
Empezaron a caminar por dentro del edificio. Los pasillos oscuros estaban iluminados por las luces de emergencia cada ciertos tramos.
-El gobierno no gana nada engañando sobre el comportamiento de los animales. Y nunca he visto a una araña saltar -balbuceó, pero no lo pensó muy bien-. Lo que sí es delito es lo que estamos haciendo. ¿No podías esperar a que abriera?
Hobie hizo un gesto despreocupado con los hombros, guardando las manos en los bolsillos traseros del pantalón. Aún así, continuaron caminando por la recepción de la entrada. Él parecía moverse bien para lo oscuro que estaba y lo grande que era el sitio. La luz de emergencia no ayudaba mucho, y menos cuando sabía que en algún momento se iban a encontrar las escaleras tanto de subida como de bajada.
-Nunca te fíes de una persona con traje. Son los más mentirosos gruñe, y casi pudo verlo hacer el gesto de siempre cuando hablaba de un político. Tenía su forma de expresarse y de moverse en la cabeza; como una coreografía-. Te prometen algo y hacen lo contrario.
-Seguro que tú eres muy fiel.
-No creas en la fidelidad. Te amarran y no se deshacen de ti.
Un ruido, una especie de chasquido en el aire, sonó a lo lejos. Khristina tomó del brazo de Hobie y se acercó a él por acto reflejo. No volvió a sonar nada, y los latidos de su corazón acelerado se relajaron a cada respiración. El cuerpo cálido de Hobie a su lado no estaba tenso ni nada por el estilo.
-Justo como tú estás haciendo.
Khristina lo soltó, pero no se separó tanto. Prefería tenerlo lejos por si volvía a repetirse ese escenario o alguien los pillaba. Era imposible que nadie se diera cuenta de que dos personas habían entrado ahí ilegalmente después de quitarle el candado a las dos puertas de entrada. Lo único que hizo Hobie fue ponerle la mano en la parte baja de la espalda y animarla a seguir avanzando. Sintió un cosquilleo en la zona que, en contra del impulso de querer alejarse más, le permitió seguir tocándola en esa zona tan privada.
A medida que avanzaban, sin bajar o subir de la plata en la que estaban, Khristina recordó el comentario de Hobie entre muchas otras cosas. Entre pasillos que apenas se distinguían, paredes y el ruido de los zapatos de ambos, la cabeza le daba vueltas. Los ojos empezaban a dolerle de tenerlos en tensión.
En el sueño, Wanda había dicho que no confiase en los hombre vestidos de negro. ¿No tenía que confiar en los políticos? Era una tontería. Nadie se fiaba de ellos, pero a alguien tenían que votar. Y la gente rica no se acercaba a Queens sin querer sacar algo de provecho. Quizás en vez de un sueño o una aparición, era un recordatorio a lo que no tenía que hacer esas elecciones. Las cuales, por cierto, estaban cerca. Normal que el presidente estuviera desesperado haciendo campaña y los partidos políticos aparecieran cada vez más en las noticias y en la televisión.
En cierto momento, le dio por levantar la vista a lo que tenía delante. Hobie y ella se habían detenido delante de una puerta doble azul y de un material a primera vista parecido al plástico, el picaporte del mismo material per en metálico. Cuando él alejó la mano de la zona en la que había estado hacía escasos segundos, ella sintió frío y tuvo que tirar de la prenda hacia abajo.
Pudo sentir su mirada encima.
-¿Quieres seguir? Este no es tu mundo.
-Después de traerme hasta aquí es gracioso que me digas eso -le respondió, aún con orgullo-. Y ahora tengo curiosidad a saber a dónde me has traído.
Hobs abrió una de las puertas y la dejó pasar primero, cosa que hico obedientemente.
Khristina tomó una respiración profunda. Lo que tenía delante...era tan irreal para ser la realidad. Una larga y ancha piscina llena de agua se extendía delante de ellos, no a nivel olímpico, pero sí lo suficientemente grande como para tener una competición de tres personas decente y otra parte dedicada a la diversión.
Por la cristaleras a lo lejos que daban a una parte natural inaccesible para los civiles entraba la luz del exterior, una luz plateada que pasaba a través de la vidriera azul y reflejaba en la superficie del agua creando reflejos de olas en las paredes. Era un espectáculo, algo que de haber podido no habría sido de esa forma... Y se hubiera, tal vez, arruinado.
-¿Alguna vez habías entrado?
-Los pijos lo tienen todo cerrado y oculto para los que no trabajamos. Estoy seguro de que tú tampoco, ¿eh?
Khristina vio lo bien cuidadas que estaban las cosas. Incluso había una cesta metálica enorme con todos los flotadores y divisores de espacios blancos recogidos. No se comparaba para nada con las descripciones de algunos chicos de su instituto.
-Mis padres no podrían pagarlo ni teniendo dos trabajos. Es eso, o no comemos en meses.
-Entonces tenemos más de un motivo para estar aquí - -. Está al mismo nivel que privatizar la sanidad y los servicios públicos. No podemos quedarnos de brazos cruzados.
-¿Tenemos? No estarás pensando en nada raro.
Hobie se inclinó, sugerente, hacia ella. Khristina dio un paso hacia atrás al ver la sonrisa de labios cerrados y mirada soñadora que el chico que tenía al lado estaba poniendo.
-Define "raro".
Y como si fuera magia, le tendió dos pequeños tubos con una especie de tapa en la punta. Eran dos rotuladores, uno aparentemente de otro tono pero misma tonalidad que el otro. Khristina los miró, y le lanzó una mirada a Hobie.
-¿Qué vas a hacer?
-Vamos a hacer una revuelta. Si tienen tanto dinero para pagar este sitio mejor poner lo que la opinión pública opina de ellos.
Khristina abrió la boca.
-No podemos hacer eso. ¿Y si hay cámaras?
-No las hay. Y ya nos habrían visto -le explicó, llevándola hacia una de las paredes desnudas que tenían más cerca. Khristina tragó saliva-. Dicen que las tienen, pero no funcionan. Conozco a un tipo que trabaja en la seguridad y me lo contó fumado.
-Esto ya lo tenías planeado...
No hubo respuesta.
Hobie ya estaba ocupado trazando las primeras. Empezó a escribir lo primero que se le ocurrió, con la mano en parte temblando. Podrían tacharla de simple, pero al menos ya era algo. Y seguramente fuera menos intenso a lo que él estuviera escribiendo. Se alejó unos centímetros. En el color que había elegido, no muy diferente al de la persona que tenía al lado, las letras grandes sobre las baldosas blancas impolutas deslumbraban.
"LADRONES Y CLASISTAS"
Khristina se rió. Era la primera vez que hacía algo como eso, escribir en una pared con fines político. Se sorprendió a sí misma pensando que la próxima vez que lo hiciera ya lo tendría en mente o se le ocurriría algo mejor. Miró a lo que estaba haciendo Hobie por su cuenta. Seguro que tenía que ser mucho mejor.
-No creo que sepan jerga británica.
-Qué aprendan -respondió-. Ellos son los que tienen más estudios ¿no? Por coger un libro más no se les van a caer las manos.
Para hacer énfasis en eso, Hobie se dibujó a sí mismo con la máscara y los pinchos incluidos seguido de una barra a modo de firma. Khristina se rió, y la risa rebotó en el espacio.
-¡Hobie! -exclamó entre risas.
-Seguramente piensen que Spiderman está de su lado y que esto es una gamberrada más.
-Los gamberros no ponen en su firma al héroe de la ciudad.
-No soy un héroe -giró la cabeza hacia ella, la melena bailando a su alrededor-. Si dices eso me lo acabaré creyendo y tendremos problemas.
Khristina inspiró hondo, aferrándose al rotulador entre manos y mirando la obra de arte en silencio. ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Cómo había acabado de esa manera y colándose en un edificio cerrado? Ese, por obvios motivos, no era su vida. No era su estilo de vida. Debería de estar durmiendo en su casa o viendo una película de miedo en el sofá. No allí, colándose en un recinto privado y escribiendo esa clase de cosas que sus padres le habrían desaprobado de conocerlo.
Pero por otro lado, jamás habría sabido lo que ocultaban aquellas puertas. Jamás habría cruzado la puerta porque antes la habrían detenido al verla, solo con darle una mirada a su forma de vestir y la ropa barata con la que se vestía. Khristina y sus padres solo podían ir a la piscina pública, y aún así no iban porque les quedaba más lejos que aquella, que quedaba a la vuelta de la esquina de su edificio. No estaban haciendo algo tal malo, ¿no? Solo era una gamberrada, como estaban diciendo. Hobie y ella habían sido menos invasores que muchos niños del barrio que se colaban en propiedades privadas y destruían todo a su paso. Lo suyo, al lado de eso, era nada. Solo unos insultos que bien podían ignorarse y luego desaparecer de la pared con un buen lavado.
El chapoteo del agua sonando a sus espaldas le llamó la atención. A su lado, Hobie había desaparecido y ahora estaba al lado del borde de la piscina y lanzaba patadas con el pie cubierto por sus botas de siempre desde donde estaba. Cuando la descubrió mirándolo, le lanzó uno de esos golpes. Khristina se apartó evitando el agua, lanzando un grito agudo.
-¿Un baño?
-¿Aquí? El agua no debe de estar ni caliente -señaló-. Y el agua estará depurándose.
-Puedes meter un pie. No va a aparecer nada que te chupe para dentro.
Khristina se empezó a acercar, dudando mientras avanzaba.
-En algunos sitios eso es una perversión.
-No me ponen los pies. Hay cosas más bonitas que unos dedos y unos tobillos que ya vas ensañando -Khristina suspiró con profundidad, nerviosa por el rumbo de la conversación-. Tus muñecas también son muy bonitas. ¿Me las enseñas?
-Oh, por favor. Qué pervertido -exclamó, y su voz volvió a revotar en las paredes de azulejo de aquel espacio.
Lo escuchó reírse detrás de esa falsa fachada de persona compleja y con secretos. Incluso desde esa perspectiva, el corazón de Khris volvió a acelerarse. No se había dado cuenta de que su risa sonaba natural cuando hacía bromas que sonaban peor en voz alta; la primera vez que lo hizo fue el día que estaban en su cocina y le pidió un vaso de leche (al parecer, todo lo que tuviera alguna índole sexual le hacía gracia, pero solo de cuando salía de su boca) de la nevera. Era una voz gruesa pero con cierto timbre que, cuando abría la boca y empezaba a hablar con ese acento británico, la hacía atractiva y exótica.
Khristina fue a darse la vuelta, incapaz de mirarle a los ojos de la forma en la que él lo estaba haciendo, pero ya en el momento supo que algo iba mal. Un dolor del mismo calibre al de una puñalada le recorrió desde el centro de la cabeza hasta la parte frontal de su cráneo. De haberlo tenido en otro sitio podría haberlo ignorado, pero estando al borde de la piscina, caminando por un camino de fuego y con el olor a cloro más fuerte en donde estaba... El cuerpo de Khristina simplemente perdió el equilibrio y el mundo se vio patas arriba.
Khristina se tropezó y estuvo a punto de caerse. Hobie intentó agarrarla, pero fue demasiado tarde. Para ambos. Tan pronto estaban bromeando ahí fuera y lanzándose indirectas, acabaron dentro de la piscina. El peso de su cuerpo hundiéndose y el de Hobie fue como una pesa para hundirlos aún más. Ni siquiera pudo explicar cómo su cuerpo pudo ascender sin llegar al fondo y aún teniendo el brazo de alrededor del brazo; lo de abrir los ojos bajo el agua le daba miedo.
-Pareces una rata -fue lo primero que escuchó. Khristina bufó apartándose el pelo de la cara, una misión imposible para lo corto que era su pelo. Él no estaba mucho mejor con todo el pelo que tenía pegado a la cara.
Un par de toses después, el escozor de los pulmones se fue esfumando. Hobie empezó a moverse para quitarse el pelo de la cara, en tanto que ella miraba por donde se podía salir. Vale, estaban dentro de la piscina. "Perfecto", pensó analizando la situación. Ahora, encontrar las escaleras era la misión principal. Pero entre tanta oscuridad no se podía ver, y no ayudaba que la persona que tenía al lado se estuviera moviendo tanto.
-Mierda, joder, ¿sabes lo que tardo en desenredarme el pelo?
-Concentrate en salir. Ahora estamos empapados.
-Me pesa la cabeza -decía-. Tu pelo de blanca es mejor que el mio. Todo lo que tienes de liso lo tengo yo de rizado.
Khristina lo ignoró.
-La verdadera pregunta es cómo lo metes en la máscara y nunca te lo pregunto.
Hobie dio un cabezazo más, el pelo empapado yéndose detrás de la cabeza. Parecía otra persona con el pelo de esa manera. La cara se le hacía más afilada y sus rasgos se volvían más agudos... Le recordaba a los rasgos de las películas del Señor de los Anillos, cuando aparecía un elfo. Khristina no pudo contener la risotada que se almacenaba en el fondo de su estómago, deseosa de salir. La forma de pensar que Hobie era un elfo de esa saga y casualmente tuviera la misma agilidad y reflejos que uno le resultaba igual de gracioso como de curioso.
Hobie la miró como si estuviera loca. Los anillos plateados de su cara deslumbraban en un rostro rejuvenecido de repente. Si ya era joven, ahora parecía un adolescente. El pelo le llegaba más abajo de los hombros, notoriamente más largo que el suyo.
-Nunca te había visto así de enfadado -dijo, tomando una respiración profunda con los pulmones, jugando con el agua-. Es muy divertido.
-No estoy enfadado.
Khris se recogió el pelo detrás de las orejas. Le pensaba la corta melena, pero era soportable. Las gotas le caían por la cara. El rostro de Hobie estaba enfadado, pero sabía que no era todo por eso. Algunos de los anillos de su cara se habían enredado con mechones alisados que le caían por la cara, en especial con los de las cejas. Hobie batallaba su propia lucha contra los enredos.
Con un poco de agilidad y esfuerzo, Khristina se acercó a él sin necesidad de apoyar las piernas en el suelo de la piscina. Primero de todo, porque no llevaba; y segundo, el cuerpo de Khristina siempre había sido mejor en el agua que fuera, haciéndola muy torpe para desenvolverse en su propio terreno. Pero cuando extendió la mano hacia su cara y le tocó la piel tersa de la cara, el mundo pareció darse la vuelta. Los ojos marrones de él se encontraron con os suyos, y su cuerpo pareció detenerse en el mismo momento en el que sus dedos entraron en contacto con él.
-Díselo a alguien que se lo crea -le retó, moviendo el mechón con cuidado desde su labio hasta el nacimiento de piel de su oreja.
-¿No me crees? -susurró, en un cántico suave y que se quedó flotando entre ambos. Khris dejó la mano caer, pero se demoró un poco más.
Una pequeña pausa.
-No creo en nadie -se empezó a alejar hacia el bordillo de la piscina, donde podría al menos tomar un impulso para salir.
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