#cruzar sin mirar
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Hola! Qué tal? Jsjs Con lo del pedido pues si puedes y quieres, me gustaría algo con Hobie
La idea está algo rara(? No sé xd pero pensaba en algo como que rayita y Hobie pueden verse entre sí aunque son de distintas dimensiones. Como si hubiera un fallo en sus respectivas dimensiones que hace que ambos vean al otro como un "fantasma". Y no sé, que interactuen y que se les haga bonito pero frustrante porque nunca pueden "tocarse" xd.
Dejo una fotito que me hizo pensar en eso:
Medio raro pero no sé jsjsjs me gustaría algo así pensado en que ya casi es Halloween
...
Si la idea está muy rancia, estaría divertido un especial de halloween con cortitos de cómo es ver una película de terror con los spideys.
De antemano te agradezco ♡ Amo todo lo que escribes
La idea me hace acordar a un cómic que leía hace mil años en Webtoon. Pero no recuerdo el nombre.
Me gusta, vamos a ver qué sale.
Gracias por el pedido ✨.
(y te quedó hermoso el dibujito 💕)
Interdimensional (Hobie Brown x lectora)
Masterlist de mi autoría
Sinopsis: Miguel llevaba semanas investigando variaciones en las líneas multiversales. A pesar de que no empeoraban, tampoco desaparecían. Se mantenían. Y fue una se de esas variaciones extrañas que formó un vértice, uno en donde colapsaban dos puntos paralelos... Donde colapsaban dos departamentos del centro de la ciudad.
Era viernes por la tarde, una lluvia pesada caía sobre la ciudad y empapaba a los pobres transeúntes que aún vagaban por las calles. ____ era una de ellas.
La joven entró a resbalones al recibidor de su edificio, dejando un rastro de agua hasta el elevador. Sabía que el conserje la odiaría, pero no tanto como ella misma por haber olvidado el paraguas en la mañana.
El frío le calaba los huesos, solo quería ducharse, encender la calefacción, comer algo... Y dormir. Dormir 3 días seguidos de ser posible.
Abrió la puerta de su departamento, lanzando su empapado abrigo a un rincón y la mochila a los pies del sofá. En todo el camino hacia el baño fue desperdigando sus pertenencias por cada rincón, sin tiempo ni ganas de revisar su estado.
Se metió en la ducha, suspirando con pesadez al sentir el agua caliente impactar en su cuerpo.
No supo cuánto estuvo ahí parada, pero si supo que se tomó su tiempo, pues en cierto momento el agua caliente comenzó a agotarse. Fue momento de salir. Rodeó su cuerpo con una toalla, y antes de salir del baño, un extraño escalofrío la recorrió desde los pies a la cabeza. Tal vez fue cosa del cansancio, pero le pareció ver que las paredes parpardeaban. Fallaban, como sus trabajos de la oficina cuando configuraba mal algún código base. No le dio importancia.
Salió hacia la sala, esta vez deteniéndose a mirar el desastre de agua en el suelo. Lo limpiaría en un rato. Tal vez.
Finalmente entró a su cuarto, donde rápidamente buscó algo de ropa. Mientras deslizaba la camiseta por su cabeza, le pareció ver algo. Algo alto cruzar por la sala. Como si una presencia acabara de brotar del baño y cruzó la sala camino a la cocina. Le dio un escalofrío de solo pensar que había alguien en su casa. Ya no era una sensación como las paredes del baño. No. Esta vez estaba segura de haber visto eso.
Se terminó de acomodar la camiseta, y solo con la ropa interior inferior salió a la sala armada con el bendito y para nada empapado paraguas. No había nadie.
Tal vez estoy cansada. Veo cosas que no están ahi...
Intentó calmarse, pero lejos estaba de eso.
Revisó cada bendito lugar, pero no encontró a nadie. Y un resbalón en la sala la hizo recordar que debía secar el suelo. Y que seguía en ropa interior.
Se terminó de vestir, y tras poner la ropa empapada en la lavadora, secó el suelo.
—Creo que ya esta... Ahora, un sándwich.—la mujer acomodó el perchero, colgando el paraguas de una de sus ramas. Estaba por dirigirse a la cocina para preparar algo de comer, cuando le pareció escuchar algo.
~Ahí, debajo de la mesita.~
No pudo evitar dar un gritito antes de brincar y ver hacia atrás, pues podía jurar que escuchó aquella voz sobre su hombro. Pero no había nadie.
____ vivía en un departamento, no en una mansión. Si de verdad había alguien y no estaba en la sala, el baño o su cuarto, la cocina sería la última opción. Y tampoco había nadie ahí.
¿de verdad se estaba volviendo loca?
—... ¿Hola?—soltó algo nerviosa—. ¿Qué... qué mesita?—miró al techo. Una araña tal vez le contestaría, pensó.
~¿Me escuchas? Eso es nuevo.~
A la mujer la ponía de los nervios aquello. No solo el hecho de que no podía adivinar de dónde venía la voz, sino que realmente alguien le había contestado.
~La mesita fea del rincón, abajo quedaron tus gafas.~
Algo insegura, ____ se inclinó frente a la mesita de la entrada, aquella donde acumulaba cosas apenas llegaba a la casa. Debajo estaban sus gafas, aún con gotitas empapando los cristales.
—Se habrán caido del abrigo...—las secó con el borde de su camiseta. Fue entonces que la chica lo vio. Una sombra deslizarse por la pared de la sala, pero no había nada ni nadie que realmente la pudiera proyectar. Solo estaba ella—. ¿Eres... una especie de fantasma? hace años que vivo aquí y nunca vi nada raro.—
~¿qué tan raro te parecería escuchar que existen muchas dimensiones, que casualmente las nuestras se han conectado por un vértice interdimensional y que como vivimos en el mismo departamento de diferentes dimensiones, coexisistimos en el mismo lugar sin poder vernos?~
La chica se colocó las gafas y caminó con algo de cautela al sofá. Por alguna extraña razón la situación ya no le parecía tan aterradora. La voz del chico no le transmitía miedo o duda, era bastante relajante... O al menos lo suficiente para no asustarse por escuchar tremenda locura.
—Si no puedes verme ¿cómo sabías de las gafas?—
~Eso es nuevo. Estaba en el sofá cuando te vi llegar y mojar mi suelo.~
—Yo no mojé tu suelo, es MI suelo.—
~Pues resulta que ahora es NUESTRO suelo.~la sombra volvió a surgir en la pared, y esta vez parecía sentarse en el sofá de enfrente~. Somos roomies interdimensionales.~
—No. No quiero... ¿qué diablos hacemos para que ya no suceda más? No me gusta tener a alguien aquí...—la chica abrió los ojos con sorpresa—. ¿¡me viste en ropa interior!?—
~... Poquito y nada.~el tono divertido de su voz hizo que la chica sintiera sus mejillas arder.
—No me parece justo...—
~¿Ah? ¿también quieres verme en calzones o qué? Me temo que lo míos no son tan coloridos como los tuyos.~
—Cállate y arregla esto.—
~No puedo, corazón. Si podría ya lo habría hecho.~la chica se quejó en voz alta~. Pero no te preocupes, estamos trabajando en eso.~
Fue así que el chico le contó a su peculiar roomie cómo su jefe estaba tratando de solucionar el asunto de los vértices dimensionales.
Al parecer su misterioso compañero era parte de una sociedad secreta que salvaguardaba la seguridad interdimensional. A esas alturas, la chicas ya no sabía qué era descabellado y qué no. Así que solo escuchó atentamente.
—Cuando hablas de dimensiones... ¿es como en End Game?... ¿la línea sagrada de tiempo y esas cosas?—____ lo meditó un segundo—. ¿cuál sería la sagrada? ¿la tuya o la mía?—miró confundida al sofá, pues en su imaginación, el chico estaba ahí sentado.
~No tengo idea de qué es eso.~
—¿No te gustan las películas de superhéroes? ¿Capitán América... iron Man?—la chica enarcó una ceja—. Incluso mi abuela los conoce.—
~Capitán América, Iron Man... ¿Spiderman?~____ sonrió enseguida, sin saber que el chico la estaba mirando. A Hobie le pareció adorable la forma en que su rostro se iluminó al escuchar su nombre clave~. En esta dimensión eso no es cosa de películas, ellos existen... de hecho, yo soy Spiderman.~
La chica reprimió la risa, y un sonido nasal extraño se ahogó en su boca.
—Lo siento.—carraspeó apenada—... Pero no digas tonterías.—
~No lo son.~
—Spiderman es mi héroe favorito... ¿Eres Peter Parker entonces?—sonrió apenas.
~De esos hay miles, yo soy Hobie Brown.~
—... ¿Quién?—
~Que graciosa...~____ le sonrió con burla al aire, levantándose del sofá y yendo a la cocina por algo de comer~. Somos muchas arañas en el multiverso que no somos Parker. Mis amigos Gwen y Pavs también son Spideys...~
—En mi dimensión, tu existencia y la de tus amigos de seguro serían para cameos de cinco minutos en una película.—soltó elevando la voz para que Hobie la escuchara desde la cocina—. ¿Qué dimensión es la tuya? ¿Cuál la mía?—
Hobie se recostó en el sofá, mirando vagamente la mancha de humedad en el techo. Se le hizo curioso que en su dimensión la mancha era incluso más grande.
~Aún no estamos seguros de qué dimensión es la tuya, amiga roomie. Pero la mía es la 138.~
—En las pelis, la línea de los Vengadores principales es la 19999. El Peter de ahí va a la uni, pero también conoce a otro Peter que de hecho salió antes y luego al original que...—
Hobie aún mantenía la mirada en el techo, cuando un sonido extraño lo hizo voltear hacia la entrada de la cocina. No veía a la chica.
~¿Chica roomie?~
—... ¿Cómo te entra ese cabello en la máscara?—
Tal vez el chico no la podía ver, pero su sentido arácnido le indicaba que estaba ahí. Y al parecer sí podía verlo.
~Ok... Eso si es nuevo.~
Miguel revisaba unos monitores concentrado, analizando la información que Hobie acababa de traerle.
Podían verse. Hobie a ella, ella a él. Pero no al mismo tiempo.
—Cuando el sol entra por la ventana, yo la veo a ella... Y cuando el último rayo de sol se desvanece, ella me ve a mi.—Hobie le mostró a Miguel unas grabaciones. La figura de la mujer se desvanecía en una cortina de destellos al anochecer. Y la de Hobie surgía como por arte de magia en su lugar.
—Ya veo... Es muy interesante... Pero aún no lo comprendo del todo. Tendré que seguir investigándolo.—Miguel lo miró serio—. Tú no te relaciones tanto con ella. Cuanto menos la involucres en esto, mejor.—
—Claro, jefe...—
—¡Entonces le lancé el café viejo a la camisa!—____ alzó su mano, simulando la situación—. Y cuando digo ciejo, es viejo.—
~¿Cuan viejo?~
—Tenía una capa de hongos por encima. Una semana de vida, calculo.—
~Que asco.~
Hobie miraba divertido como la mujer planchaba y apilaba su ropa en una enorme pila sobre la mesa.
Claro está que se pasó por el trasero el pedido de Miguel, y en su lugar se acercó tanto a ____ que la palabra roomies ya les calzaba a la perfección.
La joven programadora iba a trabajar temprano en la mañana, y volvía a la tarde. Justo una hora antes de hacer el "cambio de vistas". Habían acordado solo interactuar esas dos horas, para no invadir tanto el espacio del otro. De todas formas, Hobie casi nunca estaba en casa. Pero se tomaba el trabajo de siempre acomodar sus asuntos para estar ese par de horas en el salón, para charlar con ella.
—¿Sabes? He estado pensando en algo.—____ dobló aquella camisa, dejándola sobre la pila—. De seguro es algo parejo lo de las dimensiones... Mitad y mitad... Si el día tiene 24 horas, son 12 para cada uno.—
~Guau, es una deducción brillante.—
—Cállate, no terminé... Tal parece que la lluvia no afecta la magia, porque el cielo nublado no me impide verte... Asi que si empieza a las 7 de la tarde, hasta las 7 de la mañana podría seguir viéndote... En teoria.—
~Aja... ¿Y?~
—Y dudo que el pase sea inmediato, yo te veo materializarte en unos segundos... ¿Crees que en esos escasos segundos yo pueda tocarte?—
Ese último comentario hizo que Hobie se sentara derecho. Miró emocionado a la mujer, quien lejos de ver la emoción ajena, seguía planchando su ropa.
~¿Qué hora es?~____ miró el reloj en la pared.
—6:55, Hobbs... ¿Por qué?—
~... Ven, intentemos algo.~Hobie se sentó frente a ella, acercando su mano a la ajena. La atravesaba enseguida~. No es tangible... No aún.~
—Bueno... Pero no la encimes tanto. Mira si tus partículas se materializan sobre las mías y nuestros dedos quedan unidos como esos gemelos parasitos.—Hobie rió bajito.
~No seas rara...~
Cuando el último rayo de sol se desvaneció por la ventana, ____ percibió la bonita cortina de destellos frente a ella. Y mientras la cara sonriente de Hobie se mostraba frente a ella, lo sintió. Los cálidos dedos de Hobie rozaban los suyos, y Hobie no se demoró en entrelazarlos.
Solo fueron unos pocos segundos, pero fueron suficientes para que sus mejillas se encendieran. Hobie llegó a verla antes de perderla de vista. Y lo había adorado.
Desde aquel día, era casi un ritual que el par se sentara en el sofá a charlar y disfrutar de ese mínimo contacto. Estrechar sus manos por esos breves segundos era una sensación reconfortante.
A medida que un fuerte lazo nacía entre ambos, la unión de sus dimensiones se desvanecía. Miguel y Lyla comenzaban a solucionar el asunto de los vórtices. Y a Hobie no le gustaba nada.
—En 24 horas se cerrará por completo.—
—... ¿qué?—Hobie miraba más que decepcionado a la IA frente a él.
—Lo que escuchaste, Hobie. Ya pudimos solucionar esto. Y en hora buena, porque las estructuras dimensionales comenzaban a fallar más y más.—
—¿No volveré a verla?—
—Me temo que no. Su dimensión no tiene spideys. O bueno, no reales. Por lo que el acceso como tal a su dimensión no es posible.—
—Sé lo que piensas. Ni se te ocurra.—Miguel apareció en el laboratorio, mirando de forma severa a Hobie—. Logramos solucionar la brecha, no vuelvas a causarla. Es peligroso para tu mundo y el suyo.—
Hobie se sintió impaciente.
Claro estaba que las órdenes le importaban poco y nada. Pero Miguel tenía razón. No sabían cómo ir a su dimensión, era peligroso.
Y solo le quedaba una noche para poder convivir con ella...
Cuando ____ entró a su sala esa tarde, Hobie ya estaba en el sofá, esperándola. La vio colgar su chaqueta del perchero, y lanzar la mochila sin cuidado como solía hacer cada día.
—¿Roomie?—sonrió apenas al aire.
~Aqui, roomie ¿Qué tal tu día?~
Hobie la escuchó con la atención y cariño de siempre, intentando guardar su voz en su memoria. Pues no estaba seguro de cuando volvería a verla o escucharla.
—¿Sucede algo? Estás muy callado... y tú nunca te callas.—____ comía un poco de yogurt en el sofá.
~Ellos van a cerrarlo. Al vórtice... Y me temo que no sé si volveré a verte.~
La sonrisa de la chica de desvaneció con aquello, y con su nuevo semblante asustado, se sentó mejor en el sofá. Mirando hacia donde Hobie debía estar.
—¿Como que no... No volveré a verte?—se removió nerviosa—. Pero al menos escucharte si me-
~Tampoco. Nada. Se cerrará la brecha por completo.~
—Hobie, yo... No quiero que eso pase.—Se sinceró sin más—. Sé que me vivo quejado de que eres un ocupa pero... Voy a extrañarte.—el chico sonrió con cierto pesar, acercando su rostro al ajeno al percibir que se venía el cambio.
~Podrías buscar al Hobie de tu dimensión. No debe vivir lejos del departamento.~soltó rozando sus labios, ansiando poder sentirla rápido.
—No quiero a otro Hobie.—
~¿Me quieres a mi entonces?~
La figura de la chica comenzó a deslumbrar. Se acercaba el blip. Las manos de Hobie se posaron a ambos lados de la cabeza ajena, y en cuanto sus dedos rozaron las rojizas mejillas de la mujer, sus labios atraparon los ajenos con desesperación. Debía aprovechar cada segundo.
Aunque efímero, ese beso fue determinante para Hobie. Fue el primero, pero no sería el último, para nada.
Haría hasta lo imposible para que se repitiera.
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Castigo (NSFW)
R-Lover Donna beneviento x MC (AMAB Reader)
El día empezó normal, con clientes que actuaban como personas decentes y otros que creían que debían ser tratados como reyes debido a estos en particular preferirías trabajar en el mostrador a dejar que tu dulce novia lidiara con ellos.
Estos tres meses habían sido perfectos, la directora no había vuelto a la tienda, Angie estaba mas que contenta con la relación y Cassandra por fin había dejado de coquetear contigo.
Todo era tan perfecto que habías olvidado el mayor defecto, por así decirlo, de Donna.
Sus tremendos celos y posesividad.
Que en este preciso momento se denotaban en la intensa mirada que la mujer te estaba dirigiendo mientras platicabas con una compañera de clase, lo cual no ignorabas pues tu atención estaba en otro lado.
- “Mil gracias, tus apuntes me salvaron la vida”- La chica frotaba tu brazo con delicadeza mientras te sonreía. - ¿Qué puedo hacer para pagarte?
Soltándome seria una buena forma.
Saliendo de su agarre con sutileza y manteniendo una distancia segura respondes tratando de sonar cordial – “No es necesario pagarme, no te preocupes”-
La chica hizo un puchero y puso unos ojos de perrito tan lindos que tu homosexual culo no pudo evitar sonrojarse un poco.
- “Vamos, por ti he aprobado el semestre pídeme lo que quieras”- Te miro de arriba abajo lo cual te dio algo de gracia pues tenías puesto el delantal nada atractivo en tu opinión - “Además estoy segura que un descanso del trabajo no te iría mal”
No pensaste mucho antes de responder. - “En eso tienes razón han sido unos días agitados”- Hace unos días hubo una boda en la cual se hizo un pedido grande, Angie incluso vino ayudarles, un día de descanso con tu novia no sonaba mal.
-“ Enton- ”
- “Disculpa, si no vas a comprar por favor retírate”- Donna se había metido entre las dos usando su cuerpo como barrera contra la mirada de la chica. No podías ver la expresión de tu novia, pero por la cara que puso tu compañera de clase era obvio que no era una agradable.
- “Ya me voy discúlpeme”- Antes de cruzar por la puerta se volteo para lanzarte un guiño- “Nos vemos en clase MC”
- “Hasta luego”- Como el imbécil que eres respondiste en automático.
- “MC”- Tragaste saliva al escucharle hablar con un tono nada contento sin voltear a verte. – “Puedes preparar el ramo de caléndulas yo atenderé en lo que terminas”
No lo pensaste dos veces antes de huir hacia el vivero.
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Terminaste en minutos y te dirigiste al mostrador con la esperanza de que tu novia estuviera de mejor humor.
Pero al llegar no viste a nadie, antes de que pudieras hablarle una anciana entro a la tienda, dejando el arreglo en la mesa te pusiste en el mostrador. Mientras la mujer observaba las macetas alrededor sentiste un mano tocando tu muslo, al mirar abajo te encontraste con la mirada traviesa de Donna quien se encontraba arrodillada bajo el mostrador sin delantal y sin guantes.
- “Donna, ¿Qué haces ahí?”- Susurraste con tu cara roja pues esa mirada jamás significaba algo bueno para tu corazón.
- “Necesitas un descanso, ¿no?, te ayudare a relajarte”- Antes de que pudieras procesar lo que sucedía ella había movido tu delantal y bajado tu bragueta - “Mantén la vista al frente, ¿o quieres que nos descubran?” – Miraste al frente mientras sentías como sacaba tu miembro del bóxer. – “Pobrecito, ¿tanto te he descuidado?” – El mayor comento por que el traidor de tu amiguito estaba mas que listo con tan solo a ver sido tocado. –“Déjame remediarlo”-
Cerrando los ojos te mordiste el labio para contener el gemido al sentir como Donna lamia la punta mientras frotaba la base con suavidad, la pelinegra alternaba entre lamer y chupar sin detener su mano.
- “Me llevare estos por favor”- Abristelos ojos con violencia haciendo que la anciana te mire con curiosidad. – “¿Te encuentras bien? Estas muy roja jovencita”
“Est *Coff* ” Tosiste para controlar tu voz. “Estoy bien señora, es solo el calor.” Envolviste las flores con rapidez manteniéndote cerca del mostrador – “Serian 10”
La mujer te pago con un billete y casi tiras el cambio cuando tu novia movió tu prepucio hacia atrás para meter tu glande por completo en su boca.
-“Gracias, jovencita, ten cuidado con el calor”-
Al estar solas de nuevo miraste a tu novia para regañarle, pero las palabras murieron en tu boca cuando engullo tu miembro por completo moviendo su cabeza lentamente mientras su lengua tocaba todas tus partes sensibles.
La campana sonó y un hombre entro.
-“Disculpe tiene flores rojas”-
Tragaste saliva antes de responder- “ A-a- su de-recha”- Tu voz temblaba estabas tan cerca.
El hombre volteo mirando a las flores que decias con detalle.
Agarraste el mostrador con firmeza y tu cadera se movía lentamente, tan cerca estabas tan cerca.
Pero Donna se detuvo sacándote de su boca y apretando con una mano la base y con la otra tus testículos deteniendo tu orgasmo.
- “Donna”- Suplicaste con un susurro, pero la cruel mujer solo te sonrió mientras movía la mano para apretar la punta con fuerza.
- “¿No tiene Lirios?” – El hombre hablo mientras respirabas profundo para controlarte.
. “¿Lirios? - Si tenían, pero estaban en el vivero, Donna pareció acordarse igual porque en cuestión de segundo las hábiles manos de tu novia metieron tu erección de vuelta en tu bóxer y acomodado tu pantalón.
No querías moverte, pero mientras más rápido lo atenderías más rápido podrías alcanzar tu clímax, asegurando que el delantal cubriera el bulto en tu pantalón te dirigiste al Vivero.
El hombre tardo en decidir obligándote a explicarle el significado de cada flor y sus cuidados básicos con la sangre acumulada en un área molesta.
Al terminar caminaste de vuelta al mostrador dirigiendo una mira suplicante a tu novia quien movió tu delantal para solo tocarte por encima del pantalón.
- “Tal vez deberíamos parar”- Tu mente estaba de acuerdo, pero tu libido gritaba lo contrario, con una mano bajaste tu bragueta, suspiraste al tocar tu pene rígido te acariciaste por unos momentos antes de que una mano te detuviera.
- “Manos sobre la mesa y la vista al frente, Tesoro”- Hiciste lo que te pidió temblando con necesidad al sentir su lengua ir desde la base hasta la punta mientras acariciaba tus testículos.
La campana sonó y tu sufrimiento siguió.
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-“Cincuen-ta, se-tenta, ugh noventa”-
Ya era hora de cerrar y tratabas de concentrarte en contar la ganancia del día mientras que la sádica de tu novia te mantenía en lo mas profundo de su garganta, podías sentir el aire caliente salir por su nariz, su lengua acariciar tu glande, la ligera vibración de sus gemidos suprimidos por la carne en su boca y si voltearas a verla podrías notar las lágrimas que cubrían sus pestañas.
La cruel mujer te había negado el orgasmo por horas manteniéndote de pie mientras ella se la pasaba alternando entre pequeñas lamidas y besos a chupadas y frotadas rápidas, mordiéndote suavemente cuando trataste de tomar tu placer en tus manos.
Te iba a matar.
-“¡Doscientos treinta, Eso es todo!” – Miraste a la pelinegra quien te devolvió la mirada a través de ojos entrecerrados. – “Por favor”
La diabólica mujer finalmente se apiado de ti, con las dos manos apoyadas en tus muslos bajo y subió la cabeza con rapidez, succionando la punta al subir y lamiéndola al bajar; agarraste su cabello con una mano mientras movías tus caderas siguiéndole ritmo.
-“¡Donna!”- Con tu mano en su cabello la pelinegra se mantuvo quieta mientras terminabas adentro de su garganta.
Le soltaste y te apoyaste contra el mostrador gimiendo con suavidad al sentir como lamia tu miembro con lentitud antes de meterlo a tu bóxer y acomodar tu ropa. Con un ligero empujón movió tu cuerpo débil para salir de abajo del mostrador.
-“Ouch mis piernas me están matando”- La pelinegra hizo estiramientos para luego frotarse las rodillas.- “Voy a preparar todo para cerrar, descansa un rato Dolcezza”
Un beso a tu cabeza y una caricia en tu espalda.
-“Aun no he acabado contigo despues de todo”-
Esta mujer te quería matar…
Y que forma de morir.
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Y por alguna extraña razón guarde la esperanza de que volverías a mi vida... Llegué a pensar que tú y yo estaríamos juntos de nuevo y sí volviste, pero para darme cuenta que tú nunca vas a cambiar y siempre serás la misma persona egoísta, tú falta de interés y empatía hacía mí siempre fuiste igual y la verdad no sé porque pensé que podías cambiar.
Me queda claro que las personas jamás cambian y contigo logré entender tantas cosas... Que pena me das que aún me sigues culpando de todo, cuando sabes bien que el único culpable fuiste tú.
Nunca recibí ni siquiera una disculpa de parte tuya, nunca dijiste lo siento por todo lo que me hiciste pasar... Y eso solo me demuestra que nunca fuiste bueno para mí, no eres más que un egoísta y un mentiroso.
Siempre recorde nuestros buenos momentos juntos, pero ahora solo pienso en lo mala persona que fuiste conmigo, recuerdo todas esas lágrimas, todas las veces que llore por tí y la nostalgia que me causaba recordarte y pensar en lo que perdimos. Pero me doy cuenta que no vale la pena ni siquiera pensar un poco en tí.
No eres la persona que conocí y tal vez nunca lo fuiste, simplemente no me mostraste tú verdadera cara. Y yo me enamore de tí y te ame demasiado, pero a ti no te importo lo que yo sentía.
Cuando te conocí hiciste tanto por mi... Contigo olvidaba todo lo malo y no pensaba en nada más, porque tú y yo estábamos juntos era como tener nuestra propia burbuja en donde nada más importaba que tú y yo.
Y luego todo empezó a cambiar y ya no eras el mismo... Los problemas, las discusiones y tus actitudes, todo eso me fue rompiendo poco a poco hasta que te fuiste de mi vida la primera vez.
Me dejaste llorando por tí en esa habitación oscura donde en cada rincón solo habían recuerdos de nosotros dos, las noches de soledad y nostalgia que dejaste eran lo peor... De dormir junto a tí todos los días y despertar a tu lado a estar sola y triste, en serio nunca pensaste en todo el daño que me causaste?
Era como si nunca sentiste nada por mi realmente, como si todo fue una mentira y tu solo fingías...
Dijiste tantas cosas que rompiste mi corazón.
Han pasado dos años desde que te fuiste y volviste a mi vida, volviste con tus mentiras, pero está vez fue diferente, porque créeme que después de lo que paso solo siento decepción y a la vez me doy cuenta de lo poca cosa eres, que no vales la pena.
Tú nunca vas a cambiar... Pensé que si, pero no, y espero que no te vuelvas a cruzar en mi camino, porque honestamente ya no quiero saber nada de tí, quiero cerrar este maldito ciclo de una vez y seguir con mi vida, como tú lo hiciste con la tuya sin mirar atrás.
Fuiste mi amor y te ame con todo el corazón, te llevaste una parte de mi y yo sé que al final vas a reaccionar, pero para entonces será tarde ya.
Hasta nunca... Jw27
_Esallaum.📝🥀✨
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Me escondo del mundo para no pensar, a mamá le duele la presencia, papá llora la ausencia, a una amiga la traición la tiene menos viva, y a mi abuela solo el odio se le acerca al abrir un poco la puerta de las heridas desiertas.
A mí me duele el corazón, pero a un amigo le molesta la pierna, a un conocido la cabeza, y a alguien más los dedos en la certeza que no tiene.
Y yo tiemblo de miedo, pero a mis gatos les da terror el ruido, hay una paloma muerta en la calle, un perro atropellado tratando de cruzar antes, y por ahí un ratón distante, corriendo del odio de las manos inseparables.
Y soy yo, el ratón, el viento, el pez y el gorrión, mi abuela, mi madre, mi amiga, mi padre, el revés y una flor; soy yo tratando de escaparme en una habitación distante mientras el ruido es más fuerte y el pecho duele como hueso sin carne.
Y soy yo, que se hace el alma a un lado y responde sin reparo al dolor lejano más que al propio latir adolorido que se escapa del tiempo, para ser una sola lágrima al viento, que muere para vivir en el intento.
Y no soy, en el grito denso de impotencia, en la herida abierta, en la contestación sin gracia, en el huir antes que la palabra, en el por qué y en el habla entrecortada; no soy en el salto sin alas, en los cortes con sal, en las lágrimas azucaradas, no soy perdiendo la esperanza.
Y me preguntarás si quiero y te diré que si, y me contarás dónde duele para que tape el golpe con mi propia carne antes de mirar en mi, y me llorarán de lejos luego del revés del cuento, cuando me arranque las alas en el salto aéreo, y preguntarán por qué, para soñar alto con mis huesos en honor a lo que no saben, en honor a lo que no intuyeron.
-danielac1world ~Soñora idilica y la ansiedad ~
#mi vida#pensamientos#pensamientos nocturnos#pensamentos aleatórios#escape#literaura#frases#fragilidad#poesia en prosa#una poeta#realidad#realidadalterada#escritos#escritura#escribir#escribiendo#cosas sobre mi#cosas que pienso#cosas que escribo#cosas de la vida#cosas que pasan#cosas que siento#cosas del alma#mi alma#almas#desolada#desolación#un vacío dentro de mi#un viaje a la vida#dolor
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La Suma Sacerdotisa: Soy la Guardiana de los Misterios
Silencio... Escuchad el susurro de los secretos del universo. Yo soy la Suma Sacerdotisa, guardiana del velo entre los mundos, custodia de los misterios ocultos. Bienvenidos a mi templo, buscadores de la verdad profunda.
Observad mi trono, situado entre las columnas de la dualidad. Blanco y negro, luz y oscuridad, consciente e inconsciente. Aquí, en el umbral, resido yo, mediadora entre los opuestos, tejedora de paradojas.
Mi corona de luna creciente brilla con la luz de la intuición. Mis vestiduras azules fluyen como las aguas del subconsciente. En mi regazo, los rollos sagrados de la sabiduría oculta. Pero cuidado, pues este conocimiento no se revela fácilmente a los ojos curiosos.
Muchos vienen a mí buscando respuestas, pero yo no ofrezco certezas. Ofrezco preguntas, enigmas, reflexiones. Pues la verdadera sabiduría, mis queridos, no se encuentra en las respuestas, sino en el viaje hacia ellas.
¿Queréis conocer los secretos del universo? Primero, debéis conoceros a vosotros mismos. Sumergíos en las aguas profundas de vuestro ser. Allí, en la quietud del silencio interior, encontraréis las verdades que buscáis.
No os dejéis engañar por las apariencias. Detrás de mi velo se esconden los misterios de la existencia. Pero recordad, el velo no está ahí para ser arrancado bruscamente, sino para ser apartado con reverencia, cuando estéis preparados.
Soy la voz de vuestra intuición, ese conocimiento profundo que surge sin palabras. Escuchadme en los susurros del viento, en el murmullo de las aguas, en el silencio de la noche. Estoy en los sueños que os visitan, en las coincidencias que os sorprenden, en las corazonadas que os guían.
Pero tened cuidado con lo que deseáis saber. El conocimiento es poder, y el poder conlleva responsabilidad. Algunos secretos, una vez revelados, no pueden ser olvidados. ¿Estáis preparados para cargar con el peso de la verdad?
Os advierto: mi camino no es para los impacientes ni para los que buscan glorias mundanas. Es un sendero de introspección, de contemplación, de comunión con lo divino. Requiere paciencia, dedicación y, sobre todo, confianza en lo invisible.
Recordad siempre: la mayor sabiduría a menudo se encuentra en el silencio. En la pausa entre las palabras, en el espacio entre los pensamientos. Allí, en ese vacío fértil, germinan las semillas de la iluminación.
Os invito a mirar más allá de lo evidente, a confiar en vuestra voz interior. Pues cada uno de vosotros lleva dentro una chispa de la sabiduría divina. Yo soy simplemente el espejo que refleja vuestra propia luz interior.
Así que os pregunto, buscadores de la verdad: ¿os atrevéis a cruzar el umbral? ¿A sumergiros en las aguas profundas del misterio? ¿A confiar en lo que no podéis ver, pero podéis sentir?
El camino está ante vosotros, serpenteando entre la luz y la sombra. Yo estaré aquí, guardiana eterna, para guiaros cuando lo necesitéis. Pero recordad, la verdadera iniciación no viene de fuera, sino de dentro.
Y ahora, que el silencio hable y los misterios se revelen a aquellos que tienen oídos para escuchar y ojos para ver más allá del velo.
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Wedding
Enid seguía dando vueltas en la cama, su ansiedad le estaba dando problemas para dormir y estar separa de Wednesday por un pasillo, no le ayudaba a conciliar el sueño.
No sé en qué estaba pensando cuando sugerí esto. Enid tuvo la idea que la noche anterior al día de su boda, durmieran en habitaciones diferentes. Wednesday le preguntó varias veces si estaba segura de seguir esa anticuada tradición y ella le respondió que sí todas las veces.
¿Si le mando un mensaje? Enid vio la hora en su teléfono, eran las 4 de la mañana.
—Mejor no— Enid dejó su teléfono en la mesita de noche y se levantó de la cama. Fue a mirar por la ventana, la noche estaba estrellada y sonrió al recordar las primeras vacaciones que estuvo como invitada, estaba en la misma habitación y el paso de los años no la afectaron. Apoyó su frente en el vidrio y se cerró los ojos por un momento, en una horas más su vida cambiaría una vez más. La primera vez fue cuando se transformó bajo la Luna llena de sangre, la segunda, cuando se convirtió en la novia de Wednesday, la tercera, cuando decidieron vivir juntas cuando comenzaron la universidad y ahora.
Todas son importantes, porque siempre estuvo involucrada Willa. Enid se quedó unos momentos más mirando hacia el bosque. Se fue acostar y esta vez sí durmió un par de horas.
Wednesday todavía no entiende porque Enid insistió tanto en no dormir juntas y también solo verse en la boda. Esa noche la extrañó y las horas antes del comienzo del extraordinario evento, se le hicieron interminables, sin embargo, ahora solo restaba una hora para el inicio de la ceremonia y estaba acompañada de su madre.
Morticia a petición de Enid, le había pedido su ayuda para impedir que se vieran. Ella le dijo que no era necesario seguir esa tradición, sin embargo, Enid, que vio un montón de series y películas que hacían hincapié en esa costumbre, quiso imitarlos. Morticia que le tuvo un cariño especial desde que Enid pasó sus primeras vacaciones en la mansión, intuyó que no podría ser solo una compañera de habitación o amiga. También ayudó que la despedida en esa ocasión, cuando la abrazó tuvo una visión en particular y esa estaba a punto de hacerse realidad.
—Wednesday, hija— Sujetó sus manos — Todo saldrá tal como lo planificaron.
—Lo sé, eso no es lo que me preocupa — Wednesday se había sentado frente al espejo, en una de las habitaciones del primer piso, Enid seguía estando en la habitación frente a lo que era su antiguo dormitorio.
—¿Qué es? — Morticia apoyó su palma en un hombro de su hija.
—Si alguien de la familia de Enid, vendrá — Hasta el momento no tenían confirmación de su padre ni sus hermanos.
—Si no se presenta ninguno de ellos, recuerda que tu padre se encargará de llevar a Enid, hasta el altar. — Morticia ahora estaba frente a su hija.
—Enid todavía tiene la esperanza que estén presentes — Wednesday nunca le aseguró que alguien de su familia asistiría, de lo único que estaban seguras es que Esther Sinclair no haría el menor esfuerzo en cruzar todo el país para ser testigo del día más feliz de su única hija.
—Tendrás que darle todo tu apoyo, cómo siempre lo has hecho. Lo más importante es que Enid finalmente formará oficialmente parte de nuestra familia. — Wednesday al escuchar esto, sonrió.
— Tienes razón, madre. Gracias por escucharme.
—No tienes nada que agradecer, siempre contaras con nuestro apoyo — Wednesday se puso de pie y le dio un abrazo a su madre. — Desde que la relación con Enid se fue profundizando, ella se acostumbró a estos demostraciones de cariño, así que ahora no tendría ningún inconveniente en abrazar a sus seres queridos.
— Es hora que salgamos, no querrás hacer esperar a la novia — Morticia ayudó a su hija con su vestido. Wednesday no dijo nada, solo se miró una vez más en el gran espejo, sorprendería a Enid. Ninguna de las dos vio el vestido de la otra, Enid también fue muy estricta con eso.
El lugar escogido para la ceremonia fue en las cercanías del lago. La inmensa familia Addams ayudaron con los preparativos esas últimas semanas, los invitados solo eran alrededor de 100, porque cubrirían el espacio destinado a la familia de Enid. También en ese sitio estarían sus amigos de Nevermore. La única que no se veía era Yoko Tanaka, porque estaba acompañando a Enid.
Wednesday saludó a su familia en general, no quería retrasar la ceremonia por conversar con cada uno de ellos. Luego fue hasta cerca del altar viendo como la abuela, terminaba de revisar los últimos detalles.
—Wednesday — Eudora Addams, saludó a su nieta.
—Abuela— Wednesday se acercó a ella.
—Te ves terrible — Halagó a su nieta, es la forma muy peculiar de los Addams para felicitarse.
—Gracias abuela— Wednesday miró hacia el lago— Debo suponer que ayer lo revisaste.
—¿El lago? Sí, cómo siempre lo hago cuando vengo de visita, ¿por qué lo preguntas?
—Es solo para asegurarle a mi prometida que este día será perfecto.
—Para ser un hombre lobo es algo asustadiza— La abuela no lo dijo con mala intención, sino que le parecía curioso, esa parte de la personalidad de la prometida de su nieta. Eudora solo había tenido una oportunidad de verla en la Luna llena y en un principio parecía un lobo feroz, pero cambiaba a un manso perro cuando veía a Wednesday.
—Solo porque acá no hay peligro, solo sale a correr y a cazar— Wednesday también sonrió con el recuerdo de aquella ocasión.
Intercambiaron unas palabras más, después Wednesday fue a su lugar para esperar a Enid.
Los invitados a su vez también fueron a sentarse en sus lugares asignados, Wednesday supo que ya era el momento cuando Yoko se unió a su novia Divina y a los demás. Su vista la volvió a fijar en el inicio del pasillo que estaba adornado por una alfombra roja y encima de ella, pétalos de rosas blancas y negras. Ahí vio una figura que pensó que no volvería a ver después de esos meses, Murray Sinclair, acompañado por dos de sus hijos.
Su madre que estaba en la primera fila, vio el cambio en el rostro de su hija y también miró en aquella dirección. Fue hasta donde estaban los 3 hombres, habría un ligero cambio en los planes.
Enid y Gómez salieron de la mansión. Él iba conversando animadamente, mientras Enid respondía con monosílabos a las breves preguntas que le hacía a su futura hija. Gomez vio al padre de Enid, mientras que ella estaba distraída en sus pensamientos, mantuvo la presencia de su padre en secreto hasta que estuvieron a metros del pasillo.
—¿Gomez? — Preguntó Enid confundida.
—Hasta aquí llega mi deber de acompañarte — Enid lo siguió mirando con confusión.
—¿Cómo?, no entiendo.
—Tu padre, él te llevará hasta donde esta mi hija — Ahora Enid miró hasta donde le indicaba Gomez con su mano.
Enid no podía creer que su padre y sus hermanos se presentaran en su boda. Una gran emoción la invadió y ya se estaban formando lágrimas, pero no permitiría liberarlas, no arruinaría su maquillaje.
Murray se acercó hasta donde estaba su hija y la abrazó.
—Te ves hermosa — Sujetó sus manos y le besó la frente, sus hermanos también la saludaron.
—Gracias, yo…
—No es necesario que digas nada más, no podía ausentarme en este gran día— Murray interrumpió a su hija.
Enid respiró profundamente y Murray le ofreció su brazo. Caminaron lentamente hasta que llegaron al inicio de la alfombra. Se miraron una vez más y caminaron al rimo de la música que algunos integrantes de la familia Addams estaban tocando para iniciar la ceremonia.
Esos minutos le parecieron eternos a Wednesday, por lo hermosa que se veía su prometida, con el vestido al estilo princesa. La silueta acentuaba la cintura de Enid, y la falda se iba ensanchando gradualmente, creando una forma similar a un vestido de cuento de hadas. La falda voluminosa por las capas de tela de organza la daban un aspecto majestuoso. El escote con su forma de corazón estaba adornado por unos apliques de pedrería. Su mano llevaba un ramo de rosas blancas. Por último su peinado estaba tejido con una trenza que se iniciaba cerca de su frente y terminaba a la mitad de su espalda agarrando todo su cabello rubio.
Enid por su parte también pudo al fin ver el vestido de Wednesday. Ella escogió el estilo sirena. El escote tipo strapless y su silueta ceñida, hacían que sus caderas y la parte superior de sus piernas se destacaran. La falda se ensanchaba a partir de la rodilla y caía hacia abajo en una forma que asemejaba a una cola de sirena. La tela era de satén, completamente negra y en su mano derecha sostenía un ramo de rosas negras.
Enid llegó al lado de Wednesday, quién le sujetó su mano derecha y besos sus nudillos.
—Te ves etérea— Wednesday no podía encontrar un adjetivo mejor que describiera lo hermosa que se veía Enid.
—Y tú te ves magnifica — Enid ya deseaba que llegara pronto el fin de la ceremonia y la posterior fiesta para arrancarle el vestido.
Eudora Addams comenzó la ceremonia, todos estuvieron atentos a sus palabras, cuando llegó el momento del intercambio de los anillos, que fueron llevados por una de las pequeñas primas de Wednesday, les dio un momento para que profesaran sus votos. Enid le sujetó amabas manos a su prometida y fue la primera en hablar.
—Wednesday, hoy ante nuestros seres queridos y el mundo entero, te elijo como mi compañera de vida. Estaré siempre a tu lado, apoyándote, respetándote y cuidándote, porque en ti he encontrado a mi amor verdadero, así que hago este compromiso de amarte y honrarte todos los días de nuestra vida hasta mi último aliento y si es posible después de esta vida terrenal.
Wednesday quería besarla ya mismo, sin embargo, se recordó que tenía que decir sus votos antes de eso.
—En el jardín de nuestras almas florece,
un amor eterno que el tiempo no envejece.
Prometo cuidarte en cada amanecer,
Ser tu refugio y alegría en el anochecer.
En tus ojos veo mi destino y mi hogar,
en tu risa encuentro mi paz, mi lugar.
Con pasión y ternura, siempre te amaré,
en cada latido, en cada atardecer.
Eres mi compañía, mi razón de ser,
con este voto, mi amor te entrego a ti, mi ser.
En esta vida y en la que esté por venir,
te prometo amarte, por siempre, sin fin.
Enid otra vez quería llorar por la emoción de escuchar el poema de Wednesday.
Eudora, les indicó que intercambiaran sus anillos, así lo hicieron, una hermosa banda dorada adornaban sus dedos que conectan directamente al corazón a través de la vena llamada “vena amoris (del amor)” de la mano izquierda, según la tradición.
Ahora solo quedaba sellar esta ceremonia con un beso.
Enid sujeto las mejillas de Wednesday, mientras que ella apoyaba sus manos en las caderas de Enid. El beso fue ligero, pero trasmitió todo el amor que albergaban sus corazones.
—¡Bienvenida a la familia, Enid Addams! — Eudora proclamó y todos los asistentes aplaudieron con entusiasmo.
Las recién casadas permanecieron unos instantes más cerca del altar y cuando comenzaron a caminar por la alfombra, iban de la mano y sus rostros adornados por brillantes sonrisas. Es un día que jamás olvidarían.
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Shhh, es un secreto
PAREJA: Neteyam x reader
ADVERTENCIA: escritura oscura | fluidos | obscenidad | sangre | violencia | situaciones incómodas | trauma.
Capitulo cuatro:
Pues me quedé con el tn
•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~••~•~•~•~•~•~•~
CAPITULO CINCO
" SUCIO "
Neteyam caminaba por toda la habitación mirando las paredes blancas mientras recordaba sus acciones de días anteriores, estuvo tan cerca de cruzar un límite que se había esforzado en poner.
Sus ojos miraron a su padre, el cuál observaba atento como una doctora masajeaba tu vientre. Tú hacías muecas debido a su incómodo toque, más no te quejabas. Necesitaban constantemente revisar que tu útero estuviera bien debido a la perdida del bebé, habían hecho una cirugía así que era necesaria una revisión cada cierto tiempo, eso es lo que había dicho su padre ante el cuestionamiento de Neteyam.
----Bien querida, aquí se ve todo en orden. Ahora necesito hacer una revisión interna, ¿entendido? Puedes sentir un poco de incomodidad ---- informó la doctora comenzando a ponerse unos guantes ----. Voy a introducir mis dedos, necesito que te relajes.
Su padre desvió la mirada, Neteyam intentó hacer lo mismo para darte privacidad, sin embargo, sus ojos miraban de vez en cuando curioso de lo que pasaba enfrente de él. Además Norm miraba fijamente mordiendo el extremo de su pluma.
---- Sigo sin comprender... Cómo es posible que siga viva ---- escuchó incrédulo al amigo de su padre.
Su padre movió la cola.
---- No ha habido mucha información. Hace poco ella nos ayudó con un veneno desconocido. Al parecer con ceniza de volcán ----. Norm miró a su padre con ojos abiertos.
---- Hay un clan, sin embargo es demasiado lejano para dónde ella fue encontrada. Además, la criatura tenía cola del Na'vi de bosque.
Jake asintió
---- Eso es lo que me hizo dudar.
Neteyam ahora observó como la doctora había pasado a lo que era un ultrasonido. Se acercó curioso intentando mirar a la pantalla la cuál solo se miraba todo negro.
----¿Qué es eso? ---- preguntó curioso, sus ojos amarillos miraron a tus melancólicos iris.
Neteyam miró a la doctora ante tu silencio a su pregunta. Observó como ella te miró insegura, para después mirarlo con un signo de regañó. Él frunció su ceño ante la mirada de la doctora, de todos modos ella tampoco le agradaba, era brusca y nunca parecía preocuparle nada.
---- Aquí se debería ver mi bebé ----. Hablaste suavemente, tomando su mano con cuidado.
Neteyam te miró. Sus orejas se pegaron a su cráneo sintiéndose culpable debido a su imprudente pregunta, aún así tú le contestaste tan suave que él no pudo evitar que sus ojos miraran tu estómago. Ahí estaban las marcas de unas mordidas, las mordidas que él ya había visto, pero había algo nuevo que al menos él nunca había notado. Podía ver una enorme cicatriz en tu vientre, alguien te había herido con un enorme corte en tu vientre.
Neteyam pensó que eras fuerte, habías pasado por mucho y aún seguías de pie avanzando.
Neteyam admiró eso.
Después de la revisión los tres salieron del laboratorio. Neteyam subió a su ikran esperando a que te despidas de Norm. Su padre cargó con cosas que al parecer ahora eran tuyas, llevándolas a su ikran; Bob.
---- Neteyam, (T/N) irá contigo.
Él no se negó, simplemente esperó paciente obedeciendo órdenes.
Cuando llegaste a su lado te subiste sin dudar. Sentada frente a él poniéndote cómoda, Neteyam tomó la rienda con sus dos manos. Comenzando a elevarse, volando con tranquilidad detrás de su padre.
En todo el camino Neteyam sentía tus cabellos rozando su pecho, algo que le causaba cosquillas cada vez que viajaban en su ikran. Los recuerdos de la primera vez que volaste con él en su Banshee inundaron su mente, cómo tú tomaste las riendas y lo obligaste a cuidar de sí mismo lo hizo sonreír ligeramente.
Sus ojos amarillos se centraron en tu persona. Se centró en tu cabello que se movía rebelde contra el viento, si lo pensaba bien él nunca te vio con cabello recogido, a veces los niños lo trenzaban, más no hacían todo tu cabello dejándolo salvajemente volar por todos lados. Era demasiado largo, como si nunca lo hubieras cortado, casi por debajo de tu cintura. Neteyam era curioso, siempre había tratado de que su cabello creciera muy largo, pero nada funcionaba. Era como si su cabello se hubiera quedado estancado donde ahora mismo lo tenía, por debajo de los hombros.
El Na'vi observó tu repentino movimiento, dabas pequeños brincos hacia atrás acercando cada vez más tu espalda con su pecho y finalmente poco a poco te recostaste hacia adelante cerrando tus ojos para descansar en el viaje.
El Na'vi tragó pesadamente.
Nunca lo habías hecho esto cuando viajabas con él o su padre, esto era completamente nuevo para Neteyam. Tu trasero casi rozaba su entrepierna y eso comenzaba a ponerlo ansioso.
Neteyam miró a su padre, quién estaba muy concentrado hablando por el intercomunicador con Norm. Neteyam volvió a pasar saliva mientras sus ojos volvieron atentos hacia tu cuerpo. Se obligó a alejar una de sus manos de la rienda para crear más espacio. Hasta que volviste a moverte regresando a tu posición anterior, logrando que tú trasero rozará con su entrepierna. Neteyam llevó rápidamente su mano a tu cintura intentando que no hicieras ningún movimiento.
Maldita sea, en este preciso momento maldecia a todos los Na'vi que conocía.
----No te muevas ----. Advirtió por lo bajo.
Te vió fruncir tu ceño, te giraste mostrando confusión en tu cara provocando un ligero roce.
Neteyam volvió a apretar el agarre en tu cintura.
---- Por favor... ---- suplicó ----. Por favor, tan solo no te muevas.
Te quedaste quieta sintiendo tu corazón acelerarse debido al tono que Neteyam acababa de hacer. Mordiste tus labios, sintiendo como tu estómago se apretaba debido a la presión que sentías en tu trasero.
----¿Sucede algo, Neteyam? ---- preguntaste inocente. Tan suave que los dedos de Neteyam dudaron un momento.
Él estaba muy nervioso. Dios, se estaba viendo como un maldito pervertido en este momento. Tú simplemente no estabas enterada de lo que le ocurría.
Pervertía cada una de tus acciones como un maldito adolescente precoz.
---- No, no sucede nada... Solo que ---- un suspiro tembloroso abandonó sus labios --- podrías caerte si sigues moviéndote.
Lo miraste a la cara, sus ojos entrecerrados borrachos debido al apenas existente roce de sus cuerpos.
----¿Estás bien? Estás más azul de lo habitual... ---- murmuraste sin dejar de mirar sus ojos
El asintió.
---- S-si solo... Solo sigue mirando al frente.
Le obedeciste, Neteyam relamió sus labios nervioso.
Maldita sea, odiaba toda esta situación.
Tú en cambio sonreíste, el toque persistente en tu cintura te provocaba calor volviendo a tu mente ansiosa, no habías entendido lo que pasó hace días, pero te aferraste con garras a eso. Neteyam ya te había rechazado alejándose de tus encantos para simplemente llevarte a la aldea y hacerte dormir. Hoy estabas dispuesta a qué te tomara por completo y dejar de preocparte por estos deseos de ser protegida por alguien.
Neteyam daba constantes pasos hacia atrás cuando se trataba de ambos, los avances que dabas podían ser eliminados en cuestión de segundos por las dudas del Na'vi que ganaba tu cintura con fuerza.
Entonces decidiste ser más atrevida, atacando sus deseos carnales sin piedad para que este chico finalmente te destrozaras por completo.
Que te hiciera revivir de nuevo en esta tenebrosa calma que invadió tu vida en poco tiempo. Una calma que te causaba ansiedad debido a que nunca sabías cuándo todo acabaría de golpe.
Miraste hacia atrás, observando como el Na'vi mordía sus labios mientras cerraba sus ojos con fuerza. Solo un poco más, solo un poco más.
~•~
Tus ojos revoloteaban hacia Neteyam, quién se mantenía erguido en su posición ignorando tu mirada insistente, reíste por dentro ante la actitud del Na'vi guerrero. Llevaba intentando hacer como si nada hubiera pasado desde el incidente del ikran, tensando sus hombros cada que sentía tus manos rozando su piel o simplemente cuando estabas cerca de él.
Ladeaste tu cabeza gustosa ante la obvia actitud del macho.
Solo un poco más.
Un ligero empujón para que se deje llevar por sus deseos y pronto podrías obtener el dolor que deseabas.
---- Neteyam, ¿estás bien? ---- preguntaste inocente ---- te he notado callado estos días.
Sus ojos amarillos te miraron. Neteyam mordió su mejilla interna ante el recuerdo de la sensación de tus labios cuando sacabas el veneno de su sistema. Cerró sus ojos soltando un suspiro cansado ante su actitud infantil.
No podía hacer esto toda la vida, no podía simplemente ignorar y enterrar cada parte de su deseoso cuerpo solo porque sí. Te miró, sintiendo su estómago tensarse ante tus ojos inocentes, se sentía enfermo. Pensando en ti de la forma en que estuvo evitando todo este tiempo que su hermano se sintiera, hundiéndose en lo más bajo del sentido común. No entendía, no había razón para sentirse así simplemente él nunca en su vida había sentido tanto deseo por alguien.
La única vez que intento tener un avance quedó en un fracaso total. Tal vez era demasiado joven, no lo entendía. Lo que recordaba era que la Na'vi había llorado mucho pensando que no fue suficiente para él.
---- Si, solo estoy cansado.
Asentiste, quedando satisfecha con esa respuesta. Neteyam volvió a mirar tu cuerpo, eras pequeña, bastante. Apenas pasabas por encima de su ombligo y él todavía faltaba para crecer como su padre.Eras tan bajita y frágil que eso provocaba en Neteyam dolor de estómago. No podía entender cómo estaba acechando a alguien que claramente no se podría oponer a un ataque suyo.
El Na'vi observó como tus caderas se movieron de un lado a otro, con ese delgado vestido blanco que se movía de un lado a otro. Sus ojos amarillos observaron como tus pechos sobresalían ligeramente por los tirantes de las mangas y Neteyam se sentía tan atraído por la extraña necesidad de cubrirse de los humanos. Necesitaba recordar cómo era tu pecho desnudo, cómo las mordidas estaban marcadas por toda tu piel debido a la posesividad de un extraño. Imaginando por un segundo que podrían ser las propias marcas de sus colmillos.
Soltó un suspiro frustrado. Recargándose en un árbol mientras frotaba su rostro intentando borrar cada pensamiento sucio de su cabeza.
Se supone que esto era una misión. Una misión para descubrir de dónde eras realmente y aquí estaba él dejando sus pensamientos volar y alejándose del verdadero objetivo.
Sus ojos se abrieron. Tensándose al ver cómo tú cara estaba a centímetros de su rostro.
----¿Neteyam? ¿Te duele algo? Estás sudando ---- tu mano se acercó a su frente.
Él intentó alejarse de tu toque, olvidando cómo se había recargado en un árbol maldiciendo a la nada cuando se vió acorralado.
---- Ya te había dicho que estaba bien ---- tomó tu muñeca alejando tu mano de su cara, notando lo pequeña y fácil de inmovilizar que serías.
Tú te acercaste más parpadeando con lentitud hacia él, Neteyam notó como tus pechos se asomaban ligeramente por la abertura del cuello logrando que un suspiro tembloroso abandonará su boca
---- Podemos ir a casa sino te sientes bien.
Neteyam lo intentó, por Eywa que lo intentó pero el calor y tú cercanía era demasiado, te veías tan bonita y estabas ahí, tan cerca de él. Con una simple toque de su mano podría acercarte a él y tomarte como suya. Si tan solo su mente no estuviera pensando en las consecuencias, cuando tus ojos lo miraron con anhelo Neteyam maldijo, maldijo por qué sabía que estaba jodido y que iba a cometer una estupidez.
--- Yo, yo necesito.... Joder ---- dejó caer su cabeza en tu hombro. Apretando tu cintura para acercarte a él aspirando tu aroma con deseo ---- que Eywa me perdone.
----¿Nete-...
Guardaste silencio cuando la lengua del Na'vi saboreó tu cuello con deseo. Tus ojos se abrieron con sorpresa cuando sus manos obligaron a tu cuerpo a pegarse por completo al suyo. Llevaste tus manos para aferrarte a sus hombros, sonriendo victoriosa al ver cómo Neteyam al fin se había dejado arrastrar por sus pensamientos acerca de ti.
Sentías como sus manos apretaban con fuerza tu cuerpo contra el suyo, los recuerdos de unas manos ajenas invadieron tu cabeza y pronto te dejaste manosear por el Na'vi, la expectativa crecía en tu cabeza conforme la respiración de Neteyam se aceleraba.
Neteyam estaba en las nubes. Chupaba y lamía tu cuello intentando retener el sabor de tu piel en sus papilas gustativas, sus manos apretaron tu trasero de manera ansiosa sintiendo lo suave que era tu piel contra la palma de sus manos. Neteyam necesitaba tanto esto, sentir cada centímetro tuyo, sentir como te hacías un lío en sus brazos de manera qué solo pudieras pensar en él.
Su boca viajó a tu pecho rápidamente jugando con ellos por encima del vestido metiendo uno en su boca, gruñendo cuando un bonito sonido salió de tu boca solo por el hecho de que él te estuviera devorando con su enorme lengua, la cuál ya estaba haciendo círculos en tu pezón.
Mordiste tu labio inferior aferrándote a su cuello, tu cabeza echada hacia atrás mirando como el Na'vi se ahogaba entre tus pechos vestidos, una risita abandonó tu boca al ver lo desesperada de su mirada, tomándote por completa sorpresa que Neteyam sea un amante de los pechos. Sentiste que tu espalda se arqueaba cuando el Na'vi chupó con fuerza tu pezón.
----N-Neteyam... Ahh~.. ---gemiste logrando hacer que su cola se moviera con emoción.
Levantaste su cara haciendo que dejara de maltratar tus pechos con su lengua.
Necesitabas que te besara.
Acercaste tus labios a los suyos y él no dudó en devorarlos rápidamente. Sus labios se abrían y cerraban contra los tuyos, podías sentir sus colmillos jugando con tu labio inferior. El sonido de sus besos comenzaba a enviar espasmos por todo tu cuerpo, no pudiste evitar derretirte en sus brazos cuando su lengua recorrió cada centímetro de tu boca, mordiendo tus labios suavemente mientras que sus manos te obligaban a sentarse por completo en su regazo, tus caderas vacilaron cuando el gran bulto oculto por su taparrabos rozaba contra tu coño vestido..
----J-joder... Te necesitaba tanto...
Sonreíste coqueta ante su confesión comenzando a mecer tus caderas contra las de él, arrancando un suave suspiro de sus labios.
----¿Si? ¿Qué tanto me necesitabas?
Tu boca besó su pecho dejando pequeñas mordidas que provocaron suspiros de anhelo en el Na'vi debajo tuyo, sus caderas comenzaban a moverse contra las tuyas de manera desesperada.
----Y-yo estaba seguro de que saltaría encima tuyo en cualquier momento... ¡J-joder! ---- gimió cuando succionaste uno de sus pezones.
Tus ojos borrachos lo miraron comenzando a levantar tu vestido sin dejar de mirar sus ojos. Eso hasta que sus manos te detuvieron.
Tu pecho dio una punzada nerviosa cuando observaste sus ojos inseguros. Incluso arrepentidos por todo los que estaban haciendo en este momento.
----Espera... Esto. Esto está mal, y-yo no debería estar haciéndote esto ---- se negó Neteyam manteniendo tu vestido en su lugar.
El rechazo se instaló en tu pecho, casi como una daga. El peligro de ser abandonada después de tantas provocaciones te invadió, los ojos verdes mirándote iracundos invadieron cada centímetro de tu mente y de manera inmediata tus manos se aferraron a él, suplicando con tu mirada que no te hiciera esto. Que no te rechazara en este momento cuando ya te habías entregado a él por completo.
----No, por favor. No me rechaces----- suplicaste comenzando a dejar besos humedos en su cuello, intentando convencerlo de que siguieran ----. No puedes dejarme, por favor no lo hagas.
Los brazos de Neteyam abrazaron tu cuerpo. Sus labios besaron tu frente sintiendo su corazón acelerarse debido a las súplicas que le estabas dando. Podía ver la desesperación en tu mirada y eso lo estaba haciendo sentir culpable debido a su cobardía.
---- (T/N), esto está mal ----. Aseguró, acariciando tu espalda suavemente.
Ladeaste tu rostro, sintiendo sus manos acariciar tu espalda y su bulto moviéndose contra ti. Entonces realmente él no quería detenerse, él quería hundirse por completo y hacerte por completo suya. Solo era su mente, su estúpida mente de futuro líder que estaba pensando en su clan. Tus caderas se movieron suaves haciendo que Neteyam mordiera sus labios deseoso.
---- No me importa. ¿Tú me quieres no es así?---- preguntaste desesperada, buscando la mirada que el tanto intentaba evitar ----. ¿Nete-
---- Si, lo hago ----. Aseguró el Na'vi ---- pero eres una humana.
Tus ojos se abrieron perpleja.
El movimiento de tus caderas se detuvo cuando esos malditos ojos verdes volvieron, sus manos tomaban con fuerza tu rostro mientras te escupía con odio aquellas palabras.
Eres una humana. Una humana insignificante.
De nuevo, esas malditas palabras que tanto te habían metido en problemas, de nuevo esa obvia diferencia entre los de esta especie.
Estabas harta de que todos señalarán lo mismo, lo sabías. Sabías que era una maldita humana y que ellos eran más fuertes que tú. Por eso necesitabas esto, necesitabas un Na'vi que estuviera hechizado. Completamente enamorado para que él pueda enfrentarse a otro Na'vi por ti.
Tus manos se aferraron a su rostro no queriendo dejar ir está oportunidad.
----Y qué ---- soltaste enojada ----. Tú me quieres, ya he estado con más Na'vi. Qué te impide a ti tenerme.
Neteyam frunció el ceño ante la mención de más Na'vi. Su agarre se apretó en tu cuerpo.
---- Ese no es el punto, tú... Puedes salir heri-
---- No me importa ----. Te aferraste a él ---- lo único que quiero es estar contigo. Si estoy contigo nadie podrá herirme.
Solo tú.
Pegaste más tu cuerpo al suyo dejando que sintiera tus pechos contra el suyo. Tu pelvis rozando sus abdominales, mientras tus manos jugueteaban con sus trenzas. Tu boca besaba el contorno de su mandíbula sacando suspiros del Na'vi, el cuál se aferraba a tu cadera con sus manos esperando poder soportar tus provocaciones, pero tus acciones se instalaron en lo más profundo de la cabeza del Na'vi, tan imposibles de ignorar.
---- Ahora por favor, Neteyam hazme tuya. Pon tu nombre en cada parte de mi cuerpo -----. Tus labios se acercaron a su oído y susurraron suavemente ---- hazme gritar tu nombre aquí mismo.
Sus manos apretaron tu cintura. Su cabeza dio vueltas y pronto la necesidad de tenerte debajo suyo recorrió cada centímetro de su cuerpo. Su cola azotó el suelo demostrando su interés a la idea.
---- A la mierda todo.
Neteyam estampó sus labios con los tuyos, apretando tus muslos en sus manos provocando que un gemido de dolor saliera de tu boca entre el beso. No les importó, ninguno se detuvo cuando sentiste sus manos subiendo tu vestido dejando en libertad tu cuerpo desnudo. Sus labios comenzaron a repartir besos en cada parte de tu piel, los suspiros abandonaron tu boca cuando su lengua jugó con tu pezón. Sus colmillos rosaban tu pecho provocando que la adrenalina subiera por cada parte de tu cuerpo, el sentido de alerta ante cada movimiento de Neteyam te hacía gemir. Estabas aterrada ante la expectativa que de repente rasguñara tu piel o mordiera con fuerza hasta hacerte sangrar. Enviaba un placer a tu entrepierna haciéndote mojar en exceso. Su polla vestida rozaba tu entrepierna con tanta desesperación que estaba nublando tus sentidos, sus manos apretaban tu trasero ansioso como sino pudiera tener suficiente de ti en ese momento. Su lengua lamía deseosa cada rincón de tu pecho, se enrollaba en tus pezones y babeaba por todos lados. Escuchaste y sentiste sus labios chupar con fuerza, su lengua maltrataba tu pezón con pequeños círculos que te estaban volviendo temblorosa. Ya sentías como tu ropa se estaba mojando y eso te estaba volviendo demente.
----J-joder bebé, sabes tan bien ---- gimió Neteyam sin dejar de chupar tus pechos.
Dejaste escapar un gemido cuando empujó con más fuerza sus caderas contra las tuyas.
---- P-por favor tócame.
----¿Dónde quieres que toque, querida? ---- preguntó con sus ojos cegados por la lujuria penetrando por completo tu alma.
Tu mano tomó la suya, dirigiendo lentamente a tu centro donde apretaste suavemente.
----Aquí, por favor ---- suspiraste cuando tu coño sintió sus dedos. Esperando expectante a qué el comenzará a moverse.
Neteyam sintió como su polla brincaba ante la sensación de humedad en sus dedos. No podría creer que él había hecho todo eso, dejándote tan húmeda con tan solo unos besos, eras un desastre y él también lo era. Eso lo excitaba tanto, estaba nublando sus sentidos compartir algo tan íntimo contigo.
Sus dedos comenzaron a masajear suavemente tu entrada sintiendo como tus jugos caían por estos mismos, su palma ya se estaba empapando con tus fluidos y lo único que Neteyam podía mirar era como tus ojos lloraban debido a su toque. Sus ojos amarillos bajaron por todo tu cuerpo, mirando tus pezones duros y como tus muslos temblaban debido al movimiento de sus dedos.
----Mierda... Te ves tan bien en estos momentos ---- gimió el Na'vi con sus labios en tu cuello. Mordiendo ligeramente burlándose de tu entrada con una sonrisa divertida ----. Podría devorarte por completo.
Un gemido salió de tu boca al pensar en Neteyam entre tus piernas, su lengua recorriendo cada centímetro de tu coño húmedo mientras sonidos lascivos escapaban de su boca. Mordiste tu labio mirándolo deseosa. Su suave voz mandó electricidad a tu cuerpo, tus ojos lo miraron llenos de lujuria. Una sonrisa presumida adornaba su rostro mientras sus ojos extasiados miraban fijamente tu rostro.
Era increíble como el futuro Olo'eyktan que se presumía de ser centrado estuviera volviéndose loco por una humana, eso te hacía sentir importante, intocable ante todos.
Neteyam se sentía tan bien en este punto, sus dedos masajeando por dentro de tu ropa interior mientras que su boca chupaba tus pechos dejando que tu aroma nublara sus sentidos y tus sonidos de placer aturdieran sus oídos.
Se sentía tan lleno de ti, tan drogado por todo tu aroma revoloteando en el aire.
necesitaba apretarte y asegurarse de que nunca te irías de su lado.
Te sentías tan bien contra él, podría volverse totalmente adicto a la sensación de tu cuerpo contra el suyo, simplemente frotándose desnudos. Adoraba como tú coño chupaba ansioso sus enormes dedos, como si fueras capaz de tomarlos todos y cada uno de ellos, incluso más de lo que él podía darte.
Neteyam sonrió al verte tan ansiosa de él, que lo hizo sentirse drogado. Tus fluidos resbalaban por la palma de su mano y aquello lo hacía sentirse abrumado. Todo tu olor invadía por completo sus fosas nasales y en este momento lo único que existía en su cerebro eras tú. Quería hundirse por completo en ti y no salir nunca.
Neteyam estaba seguro de que se correría con tan solo tocarte.
---- ¿te sientes bien, querida? --- cuestionó con sus ojos amarillos fijos en tus reacciones dejando que su lengua pasee por tu cuello.
Asentiste dejando salir un gemido.
---- Me siento... ---- tu aliento tembló cuando los largos dedos del Na'vi se adentraron hasta los nudillos ---- Mm ¡perfecta!~
Tus ojos miraron la mirada concentrada de Neteyam, mordía su labio mientras sus ojos estaban atentos a cada una de tus expresiones, moviendo la cola emocionado cuando te hacía elevar la voz.
Él era tan distinto a lo que estabas acostumbrada. Su espíritu siempre estaba deseando complacer a todos a su alrededor, provocando que siempre se sobreexigiera y estaba haciendo lo mismo aquí provocando que tus deseos aumentarán.
Tu mano tomó la suya suavemente dirigiendo sus dedos a tu clítoris con cuidado. Él te miró preocupado de haber hecho algo mal encontrándose con tus ojos lujuriosos y una expresión que cortó su respiración por completo.
Realmente era su primera experiencia sexual completa así que sentía su corazón ansioso por hacerla perfecta, intentando compensar el desastre que hizo en un pasado.
----¿Sucede algo? ---- preguntó con una expresión preocupada, pensando que había hecho algo mal.
----No es nada, solo... Si me quieres complacer por completo debes masajear este lugar ---- aseguraste con una pequeña sonrisa provocando que él asintiera ansioso por complacer.
Loss dedos de Neteyam tocaron una pequeña protuberancia, sus orejas se movieron interesadas por está pequeña bolita. Sus ojos amarillos miraban hacia abajo, intentando ver qué era exactamente lo que tocaba. Lo tomó entre sus dedos curioso, provocando un ligero salto de tu parte mientras que a un chillido escapaba de tus labios por su toque. Neteyam sintió mucho calor, su cuerpo se encendía y sus ojos amarillos miraron los tuyos, los cuales ya lloraban debido al placer.
----¿Te lastimé...? --- preguntó preocupado.
Tú expresión borracha lo paralizó, tu pecho subía y bajaba mientras sus ojos lo devoraban por completo. Tu aliento caliente contra su cuello lo hizo temblar, causando que su polla comenzará a doler por lo apretado que se sentía su taparrabos.
Neteyam sintió como negabas contra su cuello, su muslo sentía tus piernas temblar por el esfuerzo de mantenerte abierta para él, siendo complaciente para él Na'vi.
----N-no, solo que es muy sensible... ---- tus ojos miraron los suyos con súplica ---- P-puedes masajearlo ----. Murmuraste aferrandote a él, moviendo tus caderas contra su mano con necesidad.
Neteyam hizo caso al sentir como tu cuerpo se retorcía entre sus brazos. Tus gemidos acariciaban sus oídos provocando que sus orejas temblaran por el calor de tu aliento. Sus caderas se movían inconscientemente, buscando un poco de placer mientras que su respiración se volvía cada vez más pesada conforme sentía tu cuerpo moviéndose contra el suyo.
Sus dedos comenzaron a moverse con rapidez cuando los sonidos que salían de tu boca aumentaban en volumen. Neteyam mordió su labio intentando retener sus gemidos simplemente por ver retorcer tus caderas por sus simples caricias.
---- ¿te gusta esto, querida? ---- preguntó, pellizcando tu clítoris arrebatando un gemido de tu garganta. El sonrió ante eso, sintiendo su pene palpitar contra el taparrabos ---- Mírate nada más, temblando en mis manos...
Sus dedos hicieron círculos en tu clítoris. Tus caderas comenzaban a titubear conforme más pasaba maltratando tu clítoris. Neteyam estaba ansioso, su piel quemaba y sentía cómo su polla comenzaba a doler debido a la falta de atención. Las lágrimas caían de sus ojos debido a la falta de roce, sus caderas se movieron bruscamente contra tu rodilla arrebatándole un gemido doloroso, su frente se recargó en tu hombro mientras intentaba retomar el aire. Sus dedos no dejaban de moverse, sintiendo como temblabas bajo el agarre de su cintura y el movimiento de sus dedos contra tu clítoris.
---- P-por favor Neteyam... ,¡N-no pares! Ahhh~ más rápido p-por favor ---- rogaste aferrandote con fuerza a su hombros.
Sentiste su respiración caliente contra tu hombro provocando escalofríos a tu cuerpo mientras que el agarre de tu cintura se volvía más firme. Sus gemidos necesitados enviaban espasmos a todo tu cuerpo y por si no fuera suficiente sentías su cadera golpeando contra tu rodilla, intentando buscar su propio placer.
----Y-Yo... Necesito, estoy... ----balbuceó tonto.
Tus manos viajaron detrás de su nuca, con cuidado y una pequeña sonrisa tu mano jaló sus trenzas desde la nuca.
----¡Ahhh!~
Tus caderas titubearon ante su sonido necesitado. Sus dedos aumentaron la velocidad mientras su boca se aferraba a tu pecho necesitado. Tú espalda comenzó a arquearse debido al placer que te brindaba la lengua y los dedos del Na'vi.
Neteyam sintió toda su mano empapada de tus fluidos y aquello lo hizo gemir contra tu pezón. Su lengua se movía en círculos mientras que sus labios rodeaban todo lo que podían de tu pecho chupando con desesperación.
Neteyam frotó su polla con profundidad contra tu rodilla al admirar cómo un gemido largo abandonaba tu boca. Tu cuerpo tembló y tus caderas titubearon contra sus dedos mientras tus manos se aferraron con fuerza a sus hombros. Neteyam observó como su mano se llenaba de tus fluidos transparentes provocando que su corazón se acelerara satisfecho.
Respiraste con dificultad dejándote caer en el muslo del macho azul, una mueca de incomodidad apareció en tu cara cuando su piel tocó tus pliegues sensibles.
Neteyam te miró con la respiración pesada.
----¿Estás bien, mi vida? ---- susurró limpiando su mano en sus propios muslos. Observando como tu cabeza se recargaba en su pecho intentando controlar tu respiración ---- ¿Cariño?
Asentiste, mirando su taparrabos el cual ya mostraba una gran elevación y humedad en la tela. Lo miraste a sus ojos curiosos preguntando porqué se había detenido.
----¿No vas a seguir?
Él negó.
----No, ya terminaste. ¿no es así?
Tu mano tocó su entrepierna, provocando que se removiera en su lugar incómodo.
----No hace falta, tranquila.
---- Pero yo quiero ---- murmuraste sin dejar de masajear por encima de su taparrabos.
Tus grandes ojos miraron directos a los suyos notando como su cuerpo se estremecía mientras que el decidía cerrar con fuerza sus ojos.
----(T/N). Enserio no es necesario ---- tu mano comenzó a masajear con suavidad provocando que un suspiro escapara de sus labios ---- a-así estoy bien.
---- Deberías dejarme cuidarte.--- Neteyam abrió sus ojos con sorpresa, sus labios guardaron silencio ante tu elección de palabras. ---- ya me cuidaste mucho, ahora me toca a mí, ¿No crees?
Él te miró inseguro. Su mano se alejó de tu muñeca inseguro, asintiendo mientras miraba a un lado intentando reducir sus nervios.
Frunciste tu ceño ante su negatividad. Tus labios besaron su cuello provocando que las manos de Neteyam se aferraran a tu cintura de manera insegura.
Ante su agarre inseguro comenzaste a acariciar su pecho con suavidad, intentando que el Na'vi se relajara y olvidará todo, se dejará llevar por el ahora y simplemente se concentrará en el placer que le estabas brindando. Tus manos comenzaron a acariciar sus abdominales mientras que sus labios buscaban los tuyos de manera necesitada, un beso lento y profundo fue lo que le brindaste provocando que un gemido saliera de su garganta. Tus manos acariciaban con lentitud sus abdominales bajando lentamente Intentando evitar abrumarlo y que volviera a rechazarte.
Tus dedos viajaron nuevamente a su taparrabos y con lentitud comenzaste a desatar con suavidad la prenda notando como el agarre en tu cintura vacilaba tus ojos fijos en la mirada amarilla, la cuál viajaba a todos lados excepto a ti.
Tus labios se acercaron a su oreja mordiendo ligeramente su lóbulo para después darle una pequeña lamida, sentiste el cuerpo del Na'vi temblar bajo tu atención. Su boca dejaba escapar gemidos gustosos debido a la delicadeza con la que estaba siendo tratado.
----Por Eywa ----. Suspiraste mirando su hermoso rostro ----. Eres tan hermoso, Neteyam ---- él se estremeció bajo tus manos ----. Tan perfecto para mí.
Volviste a besar sus labios mientras tus manos alejaban el taparrabos de su entrepierna, liberando su adolorida polla. Decidiste no mirarlo para evitar que el Na'vi se pusiera nervioso ante tu profunda mirada, tus manos se dedicaron a simplemente acariciarlo suavemente. Podías sentir su gran tamaño, lo cálido que era y lo palpitante que era en tu mano. Relamiste tus labios con hambre, pensando en cómo sería si su enorme polla estuviera en tu boca y te hiciera un lío.
---- J-joder... ---- maldijo Neteyam en un suspiro lleno de placer ---- Mierda, se siente bien.
Neteyam miró hacia tu mano causando que tú lo imitaras, tus ojos apreciaron su enorme polla erguida en tu mano completamente elevada. Pasaste saliva al ver cómo sacaba líquido preseminal de la punta, querías tanto saborearlo en tu lengua, pero te contuviste porque no estabas segura de que Neteyam estuviera preparado para eso. Tus labios besaron su pecho con cariño haciendo que Neteyam ronroneara gustoso ante la excesiva y suave atención que recibía.
---- Es preciosa, igual que tú ---- murmuraste en su cuello, dejando pequeñas mordidas en su piel.
Neteyam suspiró.
Estaba tan preocupado de que no estuviera levantada. Que de repente el placer se fuera y su pene decidiera que debía volver a su estado normal. Estaba tan ansioso en un principio de que simplemente él no se excitara con nada, que estuviera roto y que estaba destinado a un futuro solitario, pero aquí estabas soltando palabras lindas y halagando con caricias suaves.
Y más importante, su pene seguía erecto deseoso por más de tu toque.
Tu mano se movía de arriba a abajo resbalando suavemente por todo su eje. Sus muslos comenzaban a tener espasmos y pronto sus caderas golpeaban contra tu mano profundamente intentando correrse de cualquier manera posible. Tus besos en su cuello comenzaban a llevarlo al límite, tu mano acariciando con tanta suavidad mientras la velocidad aumentaba hacía que su cabeza diera vueltas.
Neteyam se sentía tan extasiado y abrumado por estos nuevos placeres. Sentía que todo su cuerpo se relajaba y sus caderas se llenaban de un placer que nunca antes había sentido, estaba tan lleno y obsesionado con llegar al punto máximo o de placer que tu mano podría darle.
Tu nombre salía de su boca suplicante, se derramaba como una cascada llamando ansioso a su liberación. Sus caderas no dejaban de moverse persiguiendo su propio placer, podías sentir su cuerpo temblando y sus manos intentaban aferrarse a todo lo que pudiera encontrar, lo cual era tu cintura. Sus gemidos se elevaban y estabas segura de que si estuvieran cerca de la aldea todos ya lo habrían escuchado.
---- Mierda, mierda, mierda ----. Maldijo aumentando el movimiento de sus caderas ----¡N-necesito yo... Voy a! Ahhh joder voy a llegar.
Besaste sus labios trangándote su gemido cuando llegó al punto máximo, sus fluidos se derramaban por tu mano mientras tu lengua exploraba toda su boca llevándolo a las nubes. Él se separó del beso con dificultad, intentando tomar el aire que le hacía falta. Un hilo de saliva los unía y aquello hizo que un pequeño sonido de satisfacción saliera de su boca. Neteyam observó como tu lengua limpiaba tu propia mano llena de su semen haciendo que su estómago hiciera cosquillas. Sus ojos amarillos miraban con lujuria tus ojos los cuales lo miraban fijamente con una pequeña sonrisa provocativa.
Neteyam mordió su labio soltando una pequeña risa.
----Skxáwng...
Le sonreíste fingiendo inocencia.
----¿Qué?
Extendió su mano hacia ti, tú no dudaste ni un segundo en tomarla.
---- Vamos a casa.
Neteyam decidió no pensar mucho en las consecuencias. Se quedaría con el buen momento que había pasado y cuánto lo había disfrutado.
Neteyam no pudo mirar a los ojos de su padre cuando llegó a la aldea. Ignoró a Lo'ak y vivió en su mente por todo lo que restaba el día. Frotó su rostro con frustración al recordar como tus manos recorrieron su cuerpo.
Te había dejado en tu carpa y él rápidamente huyó de la escena. En el camino de vuelta cuando su cerebro ya se había aclarado y ya no existía el calor pensó en lo que había hecho.
Se había masturbado contigo.
Había dejado que tocarás su cuerpo y él había tocado tu cuerpo con lujuria como una pareja lo haría. Neteyam dejó que su frente chocará contra un árbol, mirando sus manos fijamente mientras los recuerdos de la calidez de tu cuerpo invadió cada rincón de su mente.
No solo era esto, seguía en una misión. Una misión donde debía encontrar un Na'vi que se había apareado contigo y que probablemente rondaba por el pueblo.
Neteyam cerró sus ojos cuando la sensación de tus labios apareció en su mente.
----Estoy pérdido.
Por tu parte te sentías desmoronar.
Intentaste detener a Neteyam cuando salió de tu carpa rápidamente sin darte oportunidad de soltar alguna palabra. Su agarre había vacilado mientras volvían a la aldea y aquello te hizo dudar. Dudar de que Neteyam se haya dejado sucumbir por completo a sus deseos.
Tus manos abrazaron tu propio cuerpo cuando sentiste tu garganta cerrarse debido a la inseguridad. Tus ojos miraron a todos lados pensando en que no habías hecho esto en mucho tiempo, tal vez no te habías dado cuenta de que habías perdido práctica o que simplemente ya no eras lo suficientemente atractiva.
Sollozaste patéticamente al depender tanto de la opinión de un Na'vi macho.
Acariciaste tu cabello con ansias al pensar que realmente estabas sola en aquel lugar. Las lágrimas comenzaron a bajar por tus ojos cuando pensaste que estabas acabada. Que tú única oportunidad de sobrevivir había huido de tu lado, nuevamente.
Por segunda vez alguien te había dejado cuando te hizo creer que jamás te abandonaría en este gran y desconocido mundo.
Mordiste tus labios sintiendo como los sollozos comenzaban a escapar de tu boca sin poder retenerlos. No lo entendías, hace unos segundos estabas tan segura y feliz de que algo al fin haya salido como deseabas.
Y entonces iba Neteyam y lo arruinaba todo.
Todo por sus inseguridades, todo por no ser como él, todo porque ellos no te veían como un igual, sino como una invasora. Una maldita piedra en el camino.
Kawtu.
Tus ojos se abrieron aterrados cuando esa voz llenó por completo la carpa. Esos ojos verdes invadieron cada rincón de tu mente y estabas tan ansiosa de arrancarte el corazón con tal de olvidarlo. Tus uñas comenzaban a clavarse contra tu piel, dejando que la sangre saliera de las pequeñas heridas conforme esa palabra se elevaba por encima de cada pensamiento.
---- Cállate... Cállate, cállate, cállate ---- suplicaste cubriendo tus oídos, cerrando tus ojos con fuerza esperando que simplemente su voz desapareciera.
Kawtu, eso es lo que eres y es a lo que siempre estuviste destinada a ser.
----¡Cállate! ---- lanzaste con furia lo primero que encontraste. Las cuentas cayeron por todos lados y aquel Na'vi de ojos verdes solo sonreía ante tu rabia.
Tus ojos furiosos lo miraron fijamente sintiendo tu cuerpo temblar debido al terror y la impotencia. Impotencia de no poder simplemente golpear su cara porque temías a qué el te rompiera los huesos.
Te lo dije, te dije que eras un Kawtu. Una humana inútil que no puede seducir al Na'vi de ojos amarillos.
Siseaste.
Recordando como te habían inculcado a la fuerza todas sus tradiciones, se quedaron grabadas en tu piel recordando que cualquier actitud humana sería castigada.
---- Espero que Eywa le traiga eterno sufrimiento a tu clan ---- murmuraste colérica, impotente mientras las lágrimas caían desesperadas de tus ojos al solo poder defenderte con maldiciones humanas.
----¿Disculpa?
Tus ojos se abrieron con sorpresa cuando otra voz se presentó en la carpa. Tu mirada se dirigió rápidamente a la otra persona, Toruk Makto llevaba un plato con comida mirándote con sus orejas hacia atrás demostrando su alerta. Sus ojos miraban a los tuyos intentando ondear en lo más profundo de tu alma.
----S-señor... ---- tartamudeaste temorosa.
Los ojos de Jake recorrieron toda la escena. Podía ver cuentas tiradas en el suelo y tú en medio de la habitación con lágrimas en los ojos y tus brazos sangrando, parecían pequeñas marcas de uñas encajadas en tu piel.
Jake se acercó observando como mirabas hacia abajo mientras jugabas con tus dedos temblorosos.
Toruk Makto se sentó frente a ti, dejando de lado el plato de comida para que sus grandes manos tomarán tus manos y sin dudarlo comenzó a revisar las heridas de tus brazos con un ceño fruncido.
Sus ojos amarillos miraron tu rostro sucio debido a las lágrimas y con voz suave preguntó.
---- ¿Qué ocurrió?
Observó como tus hombros se tensaron ante su voz suave, tus manos comenzaron a temblar en su delicado agarre y pronto las mejillas ya estaban bajando nuevamente por tus mejillas. Respiraste temblorosa intentando darte fuerza para inventar algo, algo que no dijera es que mi pareja me sigue entre sueños.
----Y-Yo... No sé.
La mano de Toruk Makto e tomó tu nuca y en pocos segundos ya estabas escondida entre sus brazos.
Ahhh... Te recordaba tanto a casa. Pero a tu verdadera casa a tu primer hogar.
Sollozaste en sus brazos, aferrandote a él, buscando el consuelo como una niña pequeña.
----Está bien, no debes decirme sino puedes, niña.
Y lloraste tanto, guardando en lo más profundo de tu pecho cómo Neteyam te había rechazado y abandonado en la carpa después de entregarte a él. Te guardaste cómo comenzabas a sentir ese vacío del pasado, te guardaste cómo comenzabas a arder debido a las ansias.
Las ansias de ser rota.
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Cruzar horizontes
Volar sin rumbo fijo, sin cadenas ni fronteras,ser viento en la montaña, sin miedo a la tormenta,libertad en cada paso, en cada primavera,romper las ataduras, ser alma que experimenta. Cruzamos horizontes, sin mirar hacia atrás,sin mapas ni destinos, solo el cielo como guía,libres como el mar, sin nada que nos atás,la libertad es nuestro canto, nuestra melodía.
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Maravilloso
Salí del cine despacio, la película fue buena, camino lento y atravieso la puerta que va a la calle saboreando lo que vi. Salgo y saludo a Helena, increíble me dice, maravillosa le digo y se va. No sé si era maravillosa realmente, pero me gusta decir maravilloso, maravillosa, maravilla, fue suficientemente buena como para usar ese adjetivo. Me gusta como sale de mi boca: m a r a v i l l a, como si explotaran semillas entre mi lengua y los labios. Maravilla, repetí para mí: salida del sol sobre el agua, tiramisú con mucho café, canción preferida en el baile, chico que te gusta prepara una comida sabrosa, pregabalina pegándote de a poquito antes de dormir, vos cruzando Boulevard Magenta después de meses sin vernos, tu pelo es hermoso. Maravilla. Estoy ahora al lado de mí bicicleta, que está atada en la calle esperándome, ella me espera tiesa y una pequeña ramita roza mis pantorrillas mientras abro el candado, estoy confundida pero no le presto demasiada atención. Monto el asiento y me dirijo a tu casa, me preguntaste que hacía y yo te dije que nada, que en cinco estaba allá si querías, si tenías ganas, dale me dijiste, y por el dale fuí. Monto, pedaleo y la ramita vuelve a acariciarme la piel de las pantorrillas y esto me parecía que ya era una tomada de pelo, pedaleé cinco cuadras desde el cine por Suipacha y la ramita no se había dignado a caer por su propia voluntad. Estaciono, bajo y analizo. Maravilla. Tengo un nido entre la rueda y el cuadro de la bici, un nido de pájaro, que digo un nido, un nidito, pequeño, pequeñísimo. En 107 minutos, lo que duró la película que vi, un pájaro construyó un nido muy pequeño en mi bicicleta. Me faltaba mirar a fondo, y a fondo vi que en el nido también había un mini pájaro que me interpelaba con palabras: -pedaleá- me dice el mini pájaro, decí que tengo este superoído, porque fue como si hablara una campanita dentro de una caja de fósforos (de las chicas) -Dale, pedaleá- me dijo el mini pájaro de nuevo,¿no te vas a caer? le pregunté, él enseguida me dice que no, que está bien pegado, está seguro, pienso. Metele derecho por Suipacha, seguí por Alem, acabo de nacer, me da esta última indicación y pienso que por acabar de nacer ya sabe mucho más de calles que yo que nací hace treinta y un años en esta ciudad.
Hago todo lo que mini pájaro dice, ordena mejor dicho, cada frase que sale de su pico son órdenes para mi bicicleta. Cruzar, frenar, acelerar, tirar una gotita de agua para la sed, tomar otro camino, volver a cruzar y acelerar, poner más atención a los pozos.
Llevo al mini pájaro sin preguntar ni rezongar. Pospongo mis planes porque mini pájaro parece tener todo lo que necesita en materia de elocuencia, pero no parece contar con grandes posibilidades de llevar a cabo algún plan, cualquiera sea, como por ejemplo: ir.
Íbamos yendo, le conté que tenía el corazón roto y me dijo que ya iba a pasar pronto, lo más probable, aseguró. Íbamos yendo y le conté que la película que había visto era muy buena y me contestó que el cine no era lo suyo. No le conté nada más de la película.
Frená, frená me dice, frená por favor, me dice pajarito. Yo freno, los autos pasaban furiosos al lado nuestro, todos me veían a mi, nadie veía al mini pájaro que apareció en mi bicicleta.
Mirá la luna me dice, mirá, mirá, y con una alita incipiente que se asoma entre los caños del cuadro de la bici roja, apunta con ánimos de que me emocione tanto como él. Parece un huevo esférico, dice. Uh, es luna llena, digo, esta noche no duermo. Pájaro pequeño no sabe de dormir, así que después de decir lo mío me sentí un poco tonta, él acababa de nacer y solo tiene la urgencia de ir bien despierto hasta el lugar deseado.
Acá está bien, me dice, frená, agrega. Estamos en la costanera, la luna se refleja en el agua, estoy un poco transpirada. Estás un poco transpirada, me dice mini pájaro, luego de mi asunto podrías nadar. Luego de mi asunto dice, ¿cuál será el asunto que puso a pequeño pájaro y a mí tan cerca el uno del otro?, aquel asunto que hacía hervir un apresuramiento de bicicleta, la tracción de piernas más intensa y sin precedentes, un pequeño pájaro que nació en condiciones lejanas al árbol, yo confiando en el acontecimiento, derivando por la calle como por el río. Un breve silencio entre nosotros me permite escuchar el pequeño aleteo, en ese mismo momento mis ojos bajan a verlo pero al instante vuelven a subir a la altura del horizonte, pájaro está volando con una experticia invaluable, nunca ví en mi vida un vuelo semejante. Se acerca muy despacio a mi oído: mí desesperación te agradece por guiarla, ahora voy solo. Aquellas fueron las últimas palabras del ave más pequeña que ví en mi vida, no podría decir que era un colibrí, ni otro pájaro que conociera en un tamaño pequeño, era simplemente un pájaro, podía reconocerlo, muy chiquito. Lo ví elevarse por los aires en dirección a la luna que señalaba con precisión, creí que ese era finalmente su destino, nació en mi bicicleta para ir a la luna ese día de diciembre, allí encontraría la resolución, el inicio o la conclusión de su asunto. Por un momento creo que sigo viéndolo pero el brillo del huevo en el cielo me impide distinguirlo.
Me animé a levantar una mano para saludarlo, mientras la agitaba de un lado a otro, un corredor me mira saludando en dirección a la luna, no comprende, pero sigue corriendo hasta que también desaparece de mi vista.
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Por motivos personales y académicos, comenzaré a cruzar la calle sin mirar a los lados.
-|BLUE|
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Escondí mis dolores de los mundos, pero no están ocultos para ti, oh Señor, y tú conoces el peso de las cosas que llevo en mi corazón y quiero escapar de ellas. Dame el poder de vencer sin daño, para cruzar sin mirar atrás, dame todo lo que mi alma tiene sed, saciala con lo que anhela y anhela.
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fragilidad. pág 2
Cuando mira el reloj se da cuenta que todavía faltan dos horas para su cita, pero prefiere salir con tiempo y caminar en silencio las diez cuadras que lo distancian del café. La mañana es fresca, con autos y peatones que siguen su rutina habitual. Mientras camina por la avenida piensa que conoce ese trayecto de memoria, que podría recorrerlo con los ojos cerrados, que durante años no hizo más que caminar por esa repetida avenida. Un tiempo igual al tiempo de su memoria. Se sorprende al pensar que todos están al margen de su situación, como si las pesadillas de la noche anterior no se proyectaran sobre cada persona que pasa frente a él. Entonces imagina un mundo donde pi no existiera, un mundo imposible en el que cada cosa se sostuviera en un éter imaginario, una especie de jenga sin las tres maderas de base o una bicicleta sin ruedas. Piensa en las pirámides en su sólida base de poliedro, piensa en los edificios que parecen acariciar el delicado cielo y que, sin embargo, se alzan sobre sólidas y frías estructuras geométricas, piensa en el semáforo que tiene en frente mientras espera cruzar la calle y que no funcionaría sin la simetría perfecta de las matemáticas. Piensa también en sus cálculos. ¿Y si todo eso no fuera más que una ilusión y solo vemos estructuras que flotan en el vacío, sostenida por la imaginación y la costumbre, formas complejas pero tan débiles que están sujetas por telas de arañas y susceptibles de ser borradas para siempre por el sereno rocío de la mañana?
Cuando llega al bar buscar la misma mesa de siempre, esa que Laura buscará al entrar. El mozo lo reconoce y lo saluda de lejos, mientras le encarga un café. Leonardo vuelve a mirar la hora, aunque sabe que es temprano y que Laura no llegará antes. Tampoco después. Siempre fue puntual y siente ese hecho como la única seguridad que tiene en medio de tanta incertidumbre. Se distrae viendo las noticias internacionales que trasmite el televisor. Cuando el mozo le trae el café, él lo vuelve a saludar, pero esta vez de un modo lejano e indiferente, como si nunca lo hubiera visto antes. Nota que la taza tiembla en su mano. Desde la tranquilidad de aquella mesa de bar mira el cielo y la luz de la mañana del mes de agosto que cada vez se vuelve más nítida, en las sucesivas bandadas de pájaros, en las nubes mutando a cada instante, y hay algo –que no sería incapaz de nombrar– en esa multitud de percepciones que le sugirieren que él también había cambiado. –Ella va a venir, ella va a venir– se repite Leonardo mientras golpea con la cuchara la taza vacía que tiene en frente. Al pasar a su lado, el mozo dice unas palabras que él no termina de comprender o que ni siquiera escucha, porque lo único en lo que piensa es que Laura ya debería que estar ahí. Deja pasar los minutos mientras estira una servilleta de papel y la vuelve a doblar, formando triángulos que nunca terminan de ser perfectos, por lo que vuelve a estirar la servilleta y comienza todo el proceso de nuevo. Después de una hora comprende que no va a venir. Ella nunca llega tarde, ella nunca llegó tarde a ninguna de sus citas, ni siquiera en los tiempos lejanos de su noviazgo. Deja algo de plata debajo de la taza de café y se pone de pie. Sabe que no va a venir y sin embargo guarda un dejo de esperanza en cada paso que da hacia la puerta. La imagina apareciendo intempestivamente frente a la entrada, disculpándose por el retraso, por los colectivos que cada vez pasan con menos frecuencia, por el imprevisto menos pensado, por la vida.
Ya en la calle, todas sus esperanzas se desvanecen definitivamente. Decide volver a su casa para refugiarse en Kyra y en su matemática y no pensar más en ella, al menos en lo que resta del día. Descartes–se dice mientras camina hacia la diagonal de los jacarandás–Descartes imagina un diablo que busca engañarlo y yo llevo ese diablo conmigo. Hay algo feliz en los últimos días de agosto, cuando el invierno olvida que es invierno y ya se dejan ver los primeros brotes en los árboles, el pasto verde de la acera, el canto de esos pájaros que supieron escapar del frio y que confirman que todo vuelve una vez más, que ese pájaro solitario es el mismo del pasado. Leonardo sabe que la primavera le devolverá la esperanza. Sin embargo, en medio de esa contemplación feliz comprueba que en uno de los edificios que tiene a su derecha empieza a abrirse una grieta, una línea negra que se expande con un leve crujido que busca el suelo. Instintivamente, sin entender porqué, mira la hora. Son las tres y cuarto. Entonces sobreviene un estruendo, y aparecen grietas en otros edificios. Está atardeciendo, y sopla el viento cálido del verano, y la tarde ya no es tarde y se llena de polvo, y de gritos de personas que comienzan a correr de un lugar a otro y los árboles se inclinan buscando el suelo, anhelando ese pasado sin tiempo y tres catorce quince noventa Leonardo se queda estático en medio del sonido del cemento que comienza a rasgarse el cielo oscureciéndose en la noche los edificios olvidando su matemática y empiezan a derrumbarse y la voz de Laura en medio del caos y la multiplicación de pi en un azaroso cosmos de constelaciones y estrellas y polvo de estrellas entre una ciudad y un mundo que se desploma y se pierde y se borra para siempre.
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¿Tu también haz sentido alguna vez el impulso de querer cortarte las muñecas?
¿De saltar desde la cima de un edificio muy alto?
¿De correr y arrojarte frente al tren cuando llega a la estación?
¿De cruzar la calle sin mirar a los lados?
¿O de tomar un monton de pastillas con la esperanza de caer en un sueño del que no tengas que despertar?
¿Haz bebido para poder sentirte feliz ?
¿O haz fumado para eliminar la ansiedad?
¿Haz hablado con alguien de internet para combatir un poco la soledad?
Si, yo también he hecho esas cosas.
Aún las hago.
Y la verdad no sé que me detiene para dar el siguiente paso, el último.
Me pregunto constantemente si un día lo haré, para acabar con este dolor, con esta tortura llamada vida.
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El ser humano pretende llegar al cielo, sin antes cruzar el infierno y adversidad. Como si encontrar oro fuera solo mirar a un costado.
Y no, no hablo de una cita bíblica.
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¿todo el mundo anda despacio o yo siempre estoy corriendo?
miércoles, 19:04, mi última clase termino a las 18:25 y el bus acaba de llegar a mi parada, ya no tengo nada mas que hacer en todo el día; bueno, tengo que hacer compras y adelantar trabajo de clase, pero si quisiera podría cenar una tortilla francesa y hacer el trabajo mañana a la mañana. No tengo prisa. Bajo del bus y me dirijo a a repetir la misma rutina de siempre que ya casi se ha convertido en un juego: esperar y cruzar los 4 semáforos que hay en fila justo antes de llegar a mi piso. La verdad es que normalmente tengo suerte, siempre me encuentro mínimo dos de ellos en verde y en un mal día tengo que esperar dos minutos a que se pongan en verde los siguientes. Dos minutos, no es ni un canción entera pero ya empiezo a zapatear contra el suelo, comprobar la hora en el móvil y mirar a los alrededores. Pero no tengo prisa. El semáforo se pone en verde y adelanto a todos los demás peatones que están cruzando el paso de cebra junto a mi. Llego al final del paso y de aquí en adelante todo es recto sin pausas, el camino esta junto a una escuela de secundaria y otra de grados profesionales, por lo que, no importa la hora del dia, siempre esta infestado de adolescentes y de jovenes. Hay una cancha de baloncesto donde unos chicos estan jugando, estan haciendo tiros libres, desvío mi mirada con frecuencia a la cancha, con el miedo de que alguna de las pelotas salga del recinto y me de a mi, o tenga que ir a devolvérsela. Sigo con el paso firme, varios grupos de adolescentes estan a mi derecha, sentados en los bancos del pequeño parque que hay delante de las escuelas, llevo los cascos puestos pero aun asi puedo escuchar unos murmullos que provienen de las conversaciones que tienen. Algunos se rien, tan alto que lo llego a escuchar; son las 19:09, los alumnos del turno de tarde tendrán un descanso de menos de 25 minutos, por unos segundos me acuerdo de que hace un año yo también estaba en el recreo del instituto; bueno, a estas horas no, pero a la mañana si. Mis amigas y yo no solíamos salir a la calle, nos quedábamos sentadas en los bancos dentro del edificio, con la calefacción al lado. Tengo que esquivar a varios alumnos que se disponen a entrar a clase y que se cruzan conmigo, noto que mas personas se dirigen a las escaleras del edificio, por donde estoy pasando yo ahora mismo, acelero el paso para ahorrarme mas tropiezos. Solo me queda un paso de cebra mas, este sin semáforo, pero aun así espero un poco para que el coche se detenga, esperando en el paso de cebra hay una mujer con dos niños pequeños que apenas caminan, el paso es pequeño asique ellos van delante y yo atrás. Tengo que ir pausándome cada dos pasos por la lentitud de la familia, intento esquivarles por la izquierda para seguir caminando a mi ritmo pero el niño que va agarrado de esa mano se mueve y no puedo pasar. Me quedan tres pasos para llegar al otro extremo pero puedo sentir como la respiración se me acelera, no entiendo como la gente puede ir tan lenta por la vía publica. Por fin me deshago de la madre y sus dos hijos. Esta calle suele estar bastante vacía, pero hoy hay partido de fútbol, y cuando eso pasa siempre se llena de gente; cada persona camina a su ritmo pero todos muy lentos. Hoy no tengo prisa, normalmente nunca la tengo a estas horas, por un memento me pregunto si es que ¿todos andan lento o si soy yo que siempre voy corriendo? que pensamiento mas extraño. Llego al portal de mi casa, por el monta cargas baja una vecina anciana con su andador, le sujeto la puerta. Me he encontrado en muchas ocasiones con ella, la he visto intentar abrir la puerta ella misma y la pobre siempre tarda demasiado, es muy mayor, lo se por que cada vez que la ayudo me responde con una sonrisa y con un "askarri asko" mal dicho, pero siempre me hace ilusión escucharlo. La mujer sale del edificio y yo cojo el ascensor. Piso 7. Este ascensor es muy rápido, pero se para en el piso cuatro para recoger a una vecina, la saludo y me despido cuando se para en mi piso. 19:15, hace casi una hora que termino mi clase.
No tengo ninguna obligación mas, no tengo prisa. ¿Por qué no siento que la carrera ha terminado?
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estoy tan perdida que me toca recurrir a tumblr para gestionar los cambios que se aproximan.
estoy tan aburrida de lo cotidiano, de mirar años atrás y ver que mi cambio no ha sido para tanto, de ponerme metas sin saber si las voy a poder cruzar, de mirarme al espejo y ver a la misma niña siempre, cansada de querer un cambio y siempre quedarme a la mitad.
quiero cambiar y cambiaré
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