#cosas que se me revelan al escribir
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iaintnoflower · 1 year ago
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La extraña seguridad que busco en saber qué voy a hacer de mi día. La busco también para mi vida, como si me asustara la posibilidad de sorprenderme.
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tetha1950 · 1 year ago
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Dios es más grande...
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Lea: 1 Juan 4:4-6
Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo. 1 Juan 4:4
Lo que es importante en este versículo es que nos fijemos en lo que es la base de la victoria obtenida por los vencedores. ¿Cómo lograron vencer? Si hay alguna manera de que usted y yo podemos escapar a estas presiones extremas del error teológico actual, será de esta misma manera. Entendemos esta manera de vencer no tanto observando lo que dice Juan, sino por lo que no dice. Estos “hijitos” que son “de Dios” vencieron a los falsos maestros, con todo su error sutil y pernicioso presentado de una manera tan hermosa y atractiva, no porque tenían una inteligencia superior. No hay nada de esto. Juan dice: “Los vencisteis porque el que está en vosotros es superior al que está en el mundo”. En otras palabras, no fue nada que tuviesen estos cristianos lo que les libró, sino el que moraba en ellos. Fue la grandeza de Dios lo que les mantuvo rectos, y es lo que nos mantendrá también a nosotros rectos.
Cuando mira usted a su alrededor y se encuentra con el éxito del mal en la historia, y especialmente en nuestro tiempo, puede usted darse cuenta de que el enemigo tiene un gran poder. Piense usted en nuestro mundo y todo lo que está sucediendo en términos de agonía, de lucha, del mal, de violencia y aflicción, y abundando por todas partes la confusión. Cuando pensamos en la violencia, la pasión, las lágrimas y la muerte que caracterizan a nuestro mundo, podemos ver algo de la grandeza del poder del enemigo, así que no es de sorprender que alguien haya dicho: “Nuestra raza tuvo un comienzo lleno de esperanza, pero el hombre arruinó sus oportunidades pecando. Tenemos la esperanza de que la historia termine con la gloria de Dios, pero por ahora el que gana es el otro lado”.
Al menos ésa es la impresión que tenemos, ¿no es cierto? Pero no es así, a pesar de todas las apariencias. Dios es más grande que el poder del enemigo. De hecho, es casi absurdo expresarlo de este modo. Dios es tan incomparablemente superior que no hay competición posible. Aquí es hacia donde el ojo de la fe debe volverse siempre en nuestras horas oscuras, de incomodidad o de desesperación; debemos volvernos a lo que revelan las Escrituras acerca de la verdad sobre Dios y cuan incomparablemente superior que Él es en comparación con cualquier otra cosa que se halle presente entre o tras los humanos.
Al escribir su primera epístola a los corintios, Pablo considera Corinto, esa hermosa ciudad de cultura, refinamiento, con su amor a la sabiduría y los grandes pensadores de la edad de oro de Grecia, renunciando a cada enfoque sobre la base de la sabiduría humana, diciendo: “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo y a éste crucificado” (1 Corintios 2:2). La razón que alegó fue que la debilidad de Dios es más poderosa que los humanos y la locura de Dios es más sabia que los humanos. Ésa es la grandeza de Dios.
Padre, qué agradecido me siento por el hecho de que Tú me hayas dado Tu Palabra. Permíteme concederle el valor que tiene, leerla, buscar en ella y encontrar la sabiduría en cada relación en la vida.
Aplicación a la vida:
Los debates teológicos pueden ser recursos instructivos para aprender, pero al mismo tiempo pueden ser fuentes de orgullo. ¿Hemos bebido antes profundamente de la vida de Cristo en nosotros?
(Ray Stedman).
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ardeportal · 5 months ago
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“Los libros como juguete rabioso” - Entrevista al poeta Ignacio Di Tullio
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A propósito de la reedición de su poemario Famiglia
Por Clara Streb
Periodista en Clarín, docente en la Universidad Austral, coordinador de talleres, traductor y poeta. El 24 de mayo, en la librería El Jaúl, presentó la reedición de Famiglia de este año, por Ediciones del Dock, con publicación de origen en 2016.
El poemario replica las almas. Trata de los familiares de Di Tullio y otros personajes. “Es tal cual”, contó que dijo su padre respecto de los poemas que eran más que ficción. Eso le hizo pensar que su padre realmente había leído el libro y la sostuvo como una de las grandes devoluciones. Irene Gruss (1950-2018), poeta argentina y gran amiga de Di Tullio, dijo que no importa si es todo verídico en el libro, porque hacer poesía también es hacer ficción. Cada parte que lo divide –BABBO, MAMMA y ALTRUI (otros)– es una figura que espeja a otras según cierto punto de vista. Como dice “Madres”: “Las tres madres de mi madre:/la que la tuvo/la que tomó prestada/y la que fue su madre.”
Los poemas revelan la complejidad. Desboca su lucidez. Con las coordenadas justas, Di Tullio sugiere un gran mundo. Marina Serrano, poeta y traductora de Quequén, fue la presentadora de esta noche. También dijo que las anécdotas de referencia eran tal cual: recordó la ritualidad diaria de su propio padre de lavar el mismo traje con “El sudor de mi padre”, y al impulso que hace rodar el proxenetismo (“El becerro”). Este último y “La nuez” fueron algunos de los leídos en el XVII Festival Internacional de Poesía, coordinado por Jorge Fondebrider, en la Feria del Libro de Buenos Aires, de la que el autor participó por tercera vez.
Ella tuvo esta impresión fuerte del libro: “La transgresión está en la no transgresión”, el tema es la familia. A su vez, el poeta es médium del universal. “¿Los fideos te los sirven calientes?”, preguntó Jorge Fondebrider. En el poema “Responso” se enfrían como una partida. “Me dejan el plato”, dijo Di Tullio.
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Su padre era buen vendedor y buen contador de historias. Sus diferencias de profesión: él era comerciante; al vender, se acababa. En su columna “Hasta luego”, final en La Prensa, el autor escribe: “De lo que dispongo, más bien, es de buenos subtítulos, que se proponen decir o explicar aquello que no soy. Cuando me levanto, el subtitulado automático se activa y comienza a traducir a una lengua incierta aquello a lo que me dedico”. Esta es “la vocecita interior que escuchas cuando te levantas a hacer cosas que responden a tu trabajo”, aclara en la entrevista. “Encontré la enseñanza por accidente en la vida. Tampoco elegí escribir. Lo único que elegí es leer. La lectura es el tensor de todo lo que hago; la docencia, disfraz; estudio… en estos lugares se activa el subtitulado. Por ahí cuando leo y cuando escribo se desactiva”.
El vaso comunicante de sus roles. En su actual columna en Clarín, habla de “Los libros como juguete rabioso que te saca del aburrimiento”. Leyó desde chico, lo que había a mano, incluso El Exorcista. Hace una analogía entre el perfume de los libros y su esencia: “la más maravillosa música”.
Di Tullio opone a la obligación de estudiar a la aproximación genuina al objeto de estudio. Sin embargo, hay algo de estudio en su cauce hacia la lectura (y relectura): subrayar, escribir, comparar, “revolver la bolsa. Es trabajoso meterse en esos lugares”. Le apasiona, como en una lectura de Borges, remitirse a las referencias. “El estudio es alimento para el cerebro”, escribe en La Prensa; su etimología viene de “mirar con detenimiento, con cuidado”. Para un escritor, sirve como arcilla.
“Siempre fui un mal estudiante. Cuando me imponen leer un libro siempre agarro otro. Acto de rebeldía. Leer: ejercicio maravilloso, un viaje más ver una biblioteca. Paso por un estante con libros, interrumpo lo que estoy haciendo, por ahí me encanta y me quedo leyendo toda la noche. A veces hay que controlar, a veces hay que dejar que el fuego queme”.
El Dr. Kafka obligó a su hijo Franz K. a ser abogado. F.K. escribía de noche. En el día, en la compañía de seguros, no podía administrar las energías. A buen día de trabajo, Kafka se sentía mal. Mal rendimiento en el día: Kafka se sentía bien. “Esto es lo vocacional”, dice Di Tullio.
Otra de sus tres publicaciones es la traducción de la poeta californiana Sharon Olds: La materia de este mundo (2016), hecha junto a Inés Garland. “Traducir siempre es una reflexión en relación a la lengua y cómo resuena una palabra en una comunidad de hablantes. Lleva a discusión si es de a dos”. El proceso: leyeron toda su poesía y curaron los que sonarían bien en español; por eso es una antología. “Versionar en otra lengua y sonido un texto que fue pensado en otro idioma materno: uno es un traidor”. Fue el “trabajo de respetar las palabras que ella elige. Juegos de palabras son un desafío. Allí se renuncia a la literalidad y se descifra qué quiso decir”.
Olds es referencia en la poesía norteamericana. El primer libro con el que Di Tullio se encontró es The Father. “Me impactó, fue una impresión muy grande. Es un ejercicio introspectivo de ella al mirar al padre, a la ascendencia. Es el vínculo entre mujer y padre. Traducirla fue hacer un foco y ampliación de cómo alguien se vinculaba con sus grandes temas”.
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Otro trabajo del autor: en 2023, publica Casta Diva con el sello Seré Breve. Investigación y periodismo por él sobre la poeta Irene Gruss: la compilación de los textos críticos publicados y sus respuestas. “Ella era frontal, pasional, decía las cosas de frente. Gente valiosa y de opiniones que se banca las caras del otro. Realismo, crudeza. Honesta intelectualmente. Ajena a todo tipo de liviandad”.
Mantuvieron amistad muy grande los últimos años. Se conocieron en la presentación de un libro y compartieron la cena después. “Ella se dio cuenta de que a mí me gustaba en serio la poesía”. Di Tullio hizo taller con ella, en donde la pregunta “¿Y a mí qué me importa?” era transformadora de la escritura. “Un maestro te ilumina. Uno no se deja iluminar por cualquiera. Cuando uno está preparado se produce ese encuentro”.
En 2016 conocieron Nueva York por primera vez. La Grand Central Station, en Manhattan… tomaban café y se contaban sus impresiones. La primera vez la pasa a buscar a su hotel por el corazón de la ciudad, caminan treinta pasos y ella ve los primeros escalones de algo que le gusta. Se sienta en una iglesia luterana y se fuma un cigarrillo. “Quería charlar un poquito”, dice. Es una gran enseñanza que le dejó: “no correr”.
En su columna en La Prensa, Di Tullio cuenta su encanto por los no lugares, concepto de Marc Augé. “Son lugares de espera, de tiempos muertos. Sitio sin razón de ser en sí mismo, despojado de sentido, es un no lugar”. La Feria del Libro puede ser ambos. Un paseo gigante dependiendo de la hora del día. En sus caminatas del alba, “el ejercicio de observar es interesante. Vas contracorriente y es poético”.
Actualmente, Di Tullio trabaja en un compendio de todas sus notas (cerca de 200), escritas en 4 años. Esas columnas, dice, tienen algo de ensayo. También escribe “poemas por goteo: barco que navego muy lento. Entonces navego lo más lento posible”.
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comodebeser · 9 months ago
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Murder by the Book
Título: “Murder by the Book”
Autor: Rex Stout
Año: 1951
País: Estados Unidos
Idioma: inglés
[SPOILER: voy a contar detalles que se revelan durante el libro. Pero no te preocupes: hay más de 30 novelas de Nero Wolfe, así que siempre podés leer otra.]
Para entender qué tipo de libro es este, hay que especificar que es el libro número 19 que este autor escribió sobre Nero Wolfe, un detective privado que vive en Nueva York. En cierto modo, es como leer a Arthur Conan Doyle escribir sobre Sherlock Holmes: el autor tiene muy claro que hay fórmulas que funcionan, y que sus libros van a ser exitosos si sigue esas fórmulas.
Las virtudes de este libro -y, probablemente, de todos los de Nero Wolfe- son, a mi juicio, dos. Por un lado, la descripción de los personajes es cautivadora y convincente. Siento en todo momento que estoy interactuando con Archie Goodwin, y cada vez que describe a Nero Wolfe, no puedo evitar intentar imaginármelo. También me pasa con el cocinero Fritz.
El problema con el libro aparece casi al final, y es que luego de haberme atrapado durante 226 páginas, Rex Stout decide romper todo el misterio y terminar el libro en 20 páginas, durante una conferencia con todos los sospechosos principales, en la que Wolfe revela quién es el asesino. Yo tengo dos problemas con esto. Primero, el asesino sabe que el asesino es el asesino. Por lo tanto, ¿por qué acudiría a una conferencia en la que se lo va a desenmascarar? Segundo, rompe un poco con el estilo que luego de haberme hecho dar vueltas durante tanto tiempo, me tiren toda la información de golpe en la cara.
Por cierto, ese final vertiginoso también ocurre en “Vierundzwanzig Stunden aus dem Leben einer Frau”, de Stefan Zweig [https://comodebeser.tumblr.com/post/705746973015343105/vierundzwanzig-stunden-aus-dem-leben-einer-frau]. Pero en ese caso es diferente, porque el libro entero está escrito de una manera vertiginosa, quizás para representar las emociones de la protagonista. En el caso de “Murder by the Book”, el libro entero es parsimonioso, mientras que el final es vertiginoso.
En cuanto a problemas puntuales con este libro, para mí no queda nada claro por qué el asesino haría una cosa tan rebuscada como matar a tres personas inocentes y desconocidas sólo para poder sentar los precedentes necesarios para matar a su colega.
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luismartinpress · 1 year ago
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Cuando la palabra «fin» es maravillosa
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Normalmente asociamos la palabra «fin» con cosas desagradables. El fin de un romance. El fin de un viaje. El fin de la vida. Hace unos días que escribí la palabra «fin» y fue una experiencia maravillosa. Era algo que venía soñando hacer desde niño: escribir esas tres letras como las últimas de un manuscrito. En la conclusión de un libro.
Se trata de una obra de ficción del género de la novela corta. Lograr su publicación se presenta como una meta improbable. Las editoriales tradicionales reciben diariamente una cantidad descomunal de propuestas de libros y no dan abasto. Además, necesitan priorizar a escritores consagrados y luego sucumbir a los apetitos del mercado, como libros de superación personal, dietas o biografías de «famosos». Y sin compararme con ellos, muchos grandes autores también han experimentado el rechazo o la indiferencia de las editoriales durante años.
Contratar los servicios de un agente literario es algo parecido; una meta difícil de lograr, pues éstos están igualmente desbordados, y, salvo por recomendación, rara vez apuestan por autores nóveles.
Sea como fuere, hice lo que todo aspirante hace con la exigua esperanza de que alguien apueste por sus letras: corrí el trámite de registrar mi novela en el Ministerio de Cultura para efectos de derechos de autor y luego metí el manuscrito dentro de una botella y la lancé al océano editorial por si acaso alguien da con ella y responde.
Lo más probable es que acabe haciendo lo que muchos me sugieren: que distribuya mi novela a través de los canales de auto publicación disponibles y de esa manera compartirla con familia, amistades y algún incauto lector la descubra por casualidad.
En todo caso, esto iba de cumplir un sueño. De finalmente ponerme a ello tras décadas posponiéndolo. De escribir esas tres letras, «fin».
Si la novela es publicada, ya sea porque el manuscrito dentro de la botella llegó a la orilla de un comité de lectura de una editorial y que encima decidió apostar por ella o si me pongo manos a la obra y la saco por cuenta propia, pues por aquí os lo haré saber.
En cuanto a de qué va mi novela, pues va precisamente de eso, de lo que generalmente asociamos con la palabra «fin»: del fin de un romance, del fin de un viaje y del fin de la vida.
A continuación, os dejo la sinopsis:
Santiago, un hombre confrontado con la devastadora noticia de su cáncer terminal, se sumerge en una profunda reflexión sobre su vida, los momentos efímeros y la esencia misma de su humanidad. En medio de un diagnóstico implacable, se teje una historia de vidas entrelazadas, rebosante de esperanza y anhelo por descubrir el verdadero significado de cada momento vivido. A medida que se revelan verdades ocultas y oscuros secretos en la cotidianidad, los personajes se ven obligados a cuestionar sus propias creencias y convicciones sobre temas como la fidelidad, la concepción tradicional de la familia y su contraposición en el ciclo de vida de la naturaleza. Contada con un estilo vívido y emocional, Eclosión: Un viaje a la esperanza se desarrolla en distintas localidades de España y México, asemejándose a una matrioska en la que cada capítulo cobra vida propia a través de las historias de amor, pérdida y resiliencia de los personajes. Son historias en las que lectores de diversas edades y trasfondos culturales se reconocerán, ya que al igual que los protagonistas de la novela, los encuentros y desencuentros que abordan son temas universales y perennes, como los distintos modelos de amor en pareja, nuestro sentido de propósito y la importancia de aprovechar cada instante que la vida nos brinda.
Fin ;)
Por @luismartinpress
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resulta · 4 years ago
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Resulta que el otro día le regalé a Verónica una rata de juguete y no le gustó. Estoy casi seguro de que era la primera rata que veía en su vida (Verónica tiene un año recién cumplido), y así y todo fue como si el animal le causara un rechazo preexistente. No se puso a llorar pero hizo la mueca, estuvo a punto. Yo había asumido que el asco a las ratas era una construcción social a la que ella todavía era inmune, así que le compré un modelo hiperrealista y asqueroso, con unos ojos diabólicos y una cola bien larga y ratosa. Ahora sospecho que hay algo instintivo en ese rechazo. Igual es temeraria, Verónica: a los cinco minutos venció el miedo y a los diez ya andaba dando vueltas por la casa con la mitad de la rata en la boca. 
No sé si es exactamente valentía, pero envidio ese arrojo y esa imprudencia de los bebés. Un año atrás, cuando nació Verónica, escribí algo sobre su llegada en un diario que publiqué por entregas en Instagram (está completo acá por si alguien lo quiere leer de un tirón), que terminaba con una manifestación de mi deseo de escribir más seguido. Al final después de eso no escribí casi nada, me quedé mirando a la rata de lejos. 
Resulta también que en estos días estuve escuchando mucho a Julieta Venegas. Me encanta su voz, me parece re cálida. Vuelvo a ella en momentos en los que estoy medio trabado porque escucharla me da sensación de compañía. Mi disco favorito hoy es el quinto: Otra cosa. La protagonista de esas canciones se aproxima a los problemas pero no los resuelve, más bien los merodea, los mira de un lado y del otro. Me gusta que sea sincera y siempre ponga el foco en ella: no dice “me mentiste”, dice “no te creí”. Volví a fascinarme con “Debajo de mi lengua”, una canción que escuché un millón de veces. Cada vez que suena, lloro o hago la mueca. La letra dice:
Debajo de mi lengua se esconden las palabras  Que revelan todo de mí  Te podrían decir de mis inseguridades  Lo pequeña que me llego a sentir  Pero hago todo por detenerlas  Es muy pronto para decir  Todo lo que quiero se me escapa de las manos  Eso es lo que no quería admitir 
El papá de Verónica dice que la expresión “debajo de mi lengua” es una alusión a tomar ácido (su principal argumento es que el tema fue co-compuesto por Adrián Dárgelos). Me parece una teoría divertida, elijo creer. Igual el valor de la canción para mí está en otro lado, en la oposición entre el esfuerzo inconsciente que Julieta hace para que las palabras no salgan de su boca y la certeza de que por eso las cosas que quiere se le alejan. No podés tener todo: el precio de guardarte las palabras es que se te escapen los deseos. Es una observación durísima y perfectamente concentrada en dos líneas, pero en la voz de Julieta el golpe se amortigua. Cuando dice “se me escapa de las manos” me hace reir, me la imagino como un bebé queriendo agarrar algo muy grande y perdiendo el equilibrio. Por suerte abajo hay un almohadón, que es este disco. 
Anoche un amigo se fue a dormir (borracho) por primera vez al departamento al que se muda en breve. Llegó, metió la bici en el ascensor (angosto) y una vez en el segundo piso se dio cuenta de que no la podía bajar. “Estaba muy torpe”, me dijo. “Parecía un bebé queriendo hacer entrar la ficha del cuadrado en el agujero del círculo”. Unos días antes, otra amiga me describió la relación con su novio: “Estuvimos mucho tiempo tratando de abrir un frasco de mermelada y parecía que no había caso, pero de repente se abrió y ahora estamos bárbaro”.
Conozco esa sensación de torpeza: estoy ahora mismo queriendo meter el cuadrado en el círculo, forzando la tapa del frasco. Ya va a salir. Por suerte mi amiga estuvo ordenando su biblioteca y me devolvió un libro sobre el oficio de escribir que le había prestado hace unos años. En general prefiero que no me devuelvan los libros porque no tengo dónde ponerlos, pero este me vino bárbaro. Verlyn Klinkenborg, el autor, dice en un momento: “Aprender a escribir empieza en cualquier lugar y en cualquier momento de la vida”. Un poco más adelante, cuando habla sobre el mito de que un escritor debería saber de antemano dónde empieza y termina su historia, dice: “¿Por qué no empezás desde donde estás ahora?”.
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amendijoeljuez · 5 years ago
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De cara al absurdo: el existencialismo como filosofía liberadora en “La Náusea”
Soy consciente de la existencia actual de una brecha insondable entre los libros y el hábito de leer pero, por si acaso dan ganas de ocupar la mente en algo distinto en estos tiempos inciertos, esta es una reseña -totalmente innecesaria- de un libro que ha tenido profundo impacto en mi vida: “La náusea”, de Jean-Paul Sartre.
                                Antecedentes personales                                     (capítulo prescindible) Aquello que cada uno de nosotros es, en cada momento de su vida, es la suma de sus elecciones previas. El hombre es lo que decide ser
Di por primera vez con este libro hace más de 15 años, en el colegio, durante un receso. Santiago, como de costumbre, estaba recostado en una de las columnas del patio del primer piso, leyendo. Leía este libro, esta misma copia de este libro (que ahora está marcado con su nombre y seudónimo de entonces “thefoolonthehill” y el mío, solo nombre, debajo). Recuerdo la impresión que me causó el título: “la náusea”. Algo así sentía internamente por esa época, sin poderlo describir adecuadamente: un repudio generalizado por las cosas en general, por la gente en general. Era joven, naturalmente. Cuestionaba todo, afortunadamente. Y era, ahora que lo recuerdo, un repudio si se quiere “burgués”, en el sentido de que provenía desde mi posición en una clase acomodada y que, paradójicamente, era causado en parte por la misma pertenencia a dicha clase y el rechazo de sus costumbres, dinámicas o “esencias”.
El libro llegó a mis manos una vez lo hubo terminado Santiago. Recuerdo empezar a devorarlo por aquella época, quince años tenía y -evidentemente- entendía poco del mensaje de fondo (lo que llamaré en este caso la hipodermis), tan esquivo en cuanto a las bases filosóficas y el contexto histórico en el que asentaba, bases y contexto que años después vendría a conocer gracias a las clases extracurriculares que, algunos curiosos insatisfechos decidimos tomar con el profesor de filosofía del colegio en la época: el gran “Buma”.
Sin embargo, pese al desconocimiento del fondo o los matices de esta obra, desde su primera lectura sentí cómo impactaba en mí, irreversiblemente, a tal punto que sentí que el libro me hablaba, o me quería decir algo que aún no entendía del todo, pero que podía comprender a través de las sensaciones que me transmitía. En alguna medida, el punto de vista de Antoine Roquentin (protagonista del libro) respecto de su entorno y la gente que lo rodeaba, no distaba mucho del mío en la época: ese rechazo por las costumbres, las manías sociales, la crítica a la evasión de la soledad, a la idea del amor perfecto, a las instituciones o la idea prefabricada de “felicidad” eran temas que también me inquietaban.
En aquella época, alcancé a leer las primeras setenta páginas del libro: la certeza de saberme entendido en una idea tan sórdida como el vértigo que provoca la realización de estar de cara a una existencia aparentemente vacía me abrumó al punto tal que no quise saber el desenlace. De alguna manera sentía que el desenlace de tal libro sería también, indefectiblemente, mi propio desenlace. Y tal idea, que hoy juzgo absurda, me impidió darle un cierre a una historia que me afectó y me identificó profundamente, sin entenderla del todo aún.
Hoy, quince años después, decidí afrontarlo, emprenderlo, y darle una significación desde el momento actual de mi vida. Aquí van, pues, previo contexto y resumen del argumento de base y de fondo, algunas impresiones acerca de La Nausée.
                                         Contexto y filosofía                La existencia es una plenitud que el hombre no puede dejar
Publicado en 1938 en Francia, justo antes del inicio de la segunda guerra mundial, La Nausée es considerada la primera novela filosófica de Jean-Paul Sartre: uno de los intelectuales más influyentes del siglo XX, abiertamente ateo y etiquetado como “existencialista” (conocido, entre otras cosas, por haber rechazado el premio nobel de literatura -y la no irrisoria suma de USD $52 mil que traía consigo- en 1964). Resalto estas palabras porque son el origen clave para entender el pensamiento de Sartre y la idea de la filosofía detrás del libro, que puede resumirse en los siguientes postulados:
1. (si) “Dios” no existe
2. (en consecuencia) No hay una “esencia” o “idea” que preceda o guíe la existencia del hombre
3. (por lo tanto) El hombre es libre y responsable de dar sentido a su propia vida.
4. La existencia en si misma, sin un propósito detrás -creado por el hombre-, es un absurdo.
Aquí debe tenerse en cuenta también que, como ha interpretado antes Estanislao Zuleta*, el existencialismo surge también de un anhelo de “ser”, en la medida que se contrapone a moldes prefabricados o “esencias” de la vida, enseñando que ésta es inventada permanentemente por el hombre y que, por otra parte el existencialismo Sartriano ha sido reconocido como una filosofía de la libertad y, como ha dicho el propio Sartre, es también un humanismo en la medida que reconoce el valor de la consciencia en la libre invención de esa existencia de la que el hombre es el único responsable. Así, el “ser”, la “libertad” y la “humanidad” son también las bases de esta filosofía.
Sin más preámbulos…
                                      Argumento (epidermis) Es un muchacho sin importancia colectiva, exactamente un individuo
Asistimos a la vida de Antoine Roquentin mediante la lectura de su diario, un recuento de acontecimientos en apariencia cotidianos que transcurren en un periodo aproximado de dos meses. Antoine, de 30 años, se radica en el pequeño pueblo burgués de “Bouville” después de años de viajar por el mundo.
Vacío, trajinado, solo y sin proyectos claros de vida, sobrevive gracias a la renta mientras intenta -infructuosamente- culminar un libro acerca del “márques de Rollebon” un aristócrata del sigo XVIII cuya vida llena de “aventuras” y misterio resulta interesante para nuestro protagonista solitario. Por la vida de Antoine Roquentin en estos meses, pese a su ineludible soledad, se cruzan otros personajes relevantes para la historia: “el Autodidacto”, un personaje en apariencia inofensivo, que se refugia en sus libros y se revela a si mismo como un “humanista” y; “Anny”, un viejo amor de juventud en el que Antoine finca de alguna manera sus esperanzas de ser salvado de la existencia en soledad y que, luego entenderemos, representa el mundo de las “esencias”.
                                       Argumento (dermis) Soy yo quien ha cambiado? Si no soy yo, entonces es este cuarto, esta ciudad, esta naturaleza; hay que elegir
Pero la historia que quiere contar Sartre tiene más matices: Ya desde el inicio del diario se nos revelan una serie de situaciones en apariencia banales, pero que marcan el curso de los eventos y el sentir del personaje; la soledad y el estado mental en el que se encuentra Antonine, pronto lo colocará en una especie de espiral vertiginosa que lo enfrentará al concepto central del libro: el vacío de la “existencia”, y las posibilidades que ésta encierra.
¿Es eso lo que me espera? Por primera vez me hastía estar solo. Quisiera hablar a alguien de lo que me pasa, antes de que sea demasiado tarde, antes de inspirar miedo a los niños.
                                       “La náusea” (hipodermis)                      La Náusea no está en mí; soy yo quien está en ella.
El matiz más íntimo de “la náusea” se encuentra en la realización o consciencia de la existencia en un contexto desesperanzador donde el protagonista parece carecer de estímulos o “proyectos” de vida, lo que provocará el vértigo que el personaje describe como la “náusea”, que se manifestará en diversas situaciones a lo largo del libro: en un café, en una calle, en cualquier situación cotidiana.
Estoy solo en medio de estas voces alegras y razonables. Todos esos tipos se pasan el tiempo explicándose, reconociendo con fidelidad que comparten las mismas opiniones. ¡Qué importancia conceden, Dios mío, al hecho de pensar todos juntos las mismas cosas!
Antoine Roquentin es un personaje sensible que cuestiona la vida en su transcurrir aceptado, un personaje al margen, si se quiere, pero inmiscuido al mismo tiempo en esa convención de formas e ideas que la gente parece sencillamente aceptar, sin cuestionar. Es aquí donde la realización de la existencia impacta al personaje a tal punto de hacerlo dudar de cualquier preconcepción que pudiere tener del mundo, de las cosas, de las relaciones.
Antoine, como muchos de nosotros, intenta encontrar hábitos, costumbres, proyectos, conexiones sociales que lo aten a la vida sin sentir el vértigo de la existencia: la nada, el absurdo, la falta de sentido. En el caso de Antoine, esta evasión se encuentra, por un lado, en la empresa de escribir un libro acerca de otra persona cuya vida juzga más interesante que la suya, proyecto que (spoiler alert), abandona finalmente y, por otro lado, en la esperanza que conserva de revivir un amor de juventud: Anny.
Para que el suceso más trivial se convierta en aventura, es necesario y suficiente contarlo. Esto es lo que engaña a la gente; el hombre es siempre un narrador de historias; vive rodeado de sus historias y de las ajenas, ve a través de ellas todo lo que le sucede, y trata de vivir su vida como si la contara. (…)
Cuando uno vive, no sucede nada. Los decorados cambian, la gente entra y sale, eso es todo. Nunca hay comienzos. Los días se añaden a los días sin ton ni son, en una suma interminable y monótona. (…) Esto es vivir. Pero al contar la vida, todo cambia: solo que es un cambio que nadie nota.
En cuanto a la segunda de estas “evasiones”: la esperanza de revivir el amor con Anny, encontramos una decepción más para nuestro querido Antonine, quien, una vez reencontrado con ese amor “idealizado”, siente nuevamente la riña que se encuentra entre la “esencia” que es el querer de Anny, la manía de querer crear momentos perfectos o ideales y la libertad, que vendría siendo dada por la existencia, de la cual Antoine se hace consciente.
Pero, ¿Cómo encontrar esperanza en un panorama tan desolador?                                   La liberación existencialista Siento que algo me roza tímidamente y no me atrevo a moverme por temor de que se vaya. Algo que ya no conocía, una especie de alegría. ¿Entonces es posible justificar la propia existencia?
Si bien “la náusea” puede percibirse en un primer momento como un libro pesimista o desesperanzado, contiene muchos matices filosóficos que, cuidadosamente analizados, llevan a la conclusión contraria: en Antoine Roquentin, el sentimiento de náusea o absurdo frente a la existencia, viene dado también por la ausencia de un sentido o proyecto para vivir, un proyecto que permita también dotar de sentido a todo lo demás que nos rodea y que es en apariencia “absurdo”.
La náusea es, por un lado, una reivindicación de la existencia sobre la esencia, sobre las formas preconcebidas, prefabricadas de lo que se piensa que es o debería ser la vida y, por otro lado, una exaltación de la importancia de la “acción” o los “proyectos”, que implican el uso de la libertad para dar sentido a la propia existencia.
Detrás del existente que cae de un presente a otro, sin pasado, sin porvenir, detrás de esos sonidos que, día a día, se descomponen, se descascaran y se escurren hacia la muerte, la melodía permanece la misma, joven y firme.
Ese vértigo que se provoca al encontrar a la vida de frente, vacía, sin significados previos, sin “esencia”, conlleva también, como establece Camus en “la peste”, a la realización del absurdo de la existencia, no como una tragedia insalvable, sino como una posibilidad que debe conducirnos a la liberación en vez de la desesperación.
En “la náusea”, otro de estos salvavidas al absurdo se encuentra justamente en el arte, puntualmente en una melodía que da sentido nuevamente a la existencia. La melodía, la música, el “arte”, significa también lo opuesto a la “náusea”, porque el arte “es”: un proyecto, el “proyecto artístico”, entendido por Sarte como necesario, como contentivo de una necesidad, en contraposición a lo innecesario, que vendría siendo la mera existencia.
Y yo también quise ser. Fue lo único que quise; ésta es la clave del asunto, veo claro en el aparente desorden de mi vida; en el fondo de todas esas tentativas que parecían sin relación, encuentro el mismo deseo: arrojar fuera de mí la existencia, vaciar los instantes de su grasa, torcerlos, desecarlos, purificarme, endurecerme, para dar al fin el sonido neto y preciso de una nota de saxofón.
Así, el sentido de la propia existencia no es algo que se encuentre predeterminado “en esencia”, sino que requiere del encuentro con el absurdo del vivir y de un proyecto que, a su vez, requiere del uso de nuestra libertad para dotarla de sentido. En palabras de Poulet, la libertad no es solamente un vacío, es una tarea. Es el poder, no solo de desprenderse de las cosas, de evadirse del pasado, sino también de producir el futuro.
De la misma manera, en las páginas finales del libro, después de verse conmovido por ese proyecto con voluntad de ser que es la música, Antoine toma la determinación de escribir un libro, éste libro, que será su propio proyecto para justificar la existencia y que, tantos años después sigue siendo para muchos de nosotros un punto de encuentro con la realización del absurdo, la consciencia de la libertad y la necesidad de la acción para dar sentido a nuestras propias vidas.
«La existencia no es algo que se deje pensar de lejos: es preciso que nos invada bruscamente, que pese sobre nuestro corazón tanto como una gran bestia inmóvil. Si no, no hay absolutamente nada»
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kah-weensbullshit · 5 years ago
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Algunas cosas confirmadas por el equipo detrás de SKAM Perú en el ig live de hoy (30/01/2020).
La primera temporada saldrá más o menos por el mes de abril de este año, ya que en abril es cuando los adolescentes entran a la universidad en Perú. (Dijeron que usualmente entran a los 16).
Es un proyecto universitario. (Toda la gente del equipo va a diferentes universidades).
Habrá una segunda llamada a audiciones (la primera terminó hoy).
Los clips y episodios serán subidos a YouTube sin geoblock y saldrán en otra plataforma que aún no revelan cuál es.
Sana no será musulmana; dijeron que el Islam no es una religión tan popular en Perú, y que quieren representar una religión que necesita ser escuchada allí.
Isak será chico como en el og; piensan que las relaciones gay son menos aceptadas en Perú que las lésbicas. (Yo siendo venezolana confirmo que es así en la mayoría, sino toda, Latinoamérica).
El nombre de Eva es Luciana.
Los actores no se han elegido aún pero la primera temporada ya está escrita y las grabaciones empezarán pronto.
La posibilidad de otras temporadas será determinada por el éxito que tenga esta.
Los actores serán de 17 o mayores (lo que significa que se verán como adolescentes, no adultos que van al liceo).
La otra plataforma en la que saldrá la serie va a tener contenido detrás de escenas y clips exclusivos por el cuál se podrá pagar. Los episodios igualmente estarán gratis en YouTube.
Las estéticas (formas de vestir) de los personajes se mantendrá casi igual que en el og, con adaptación peruana.
Hablarán sobre la xenofobia y la inmigración venezolana (un tema importante en Perú).
Tienen a una psicóloga en el equipo buscando la mejor manera de escribir al personaje de Isak. Dijeron algo sobre cómo todo el mundo tiene algún tipo de desorden mental (??????????? Espero que no arruinen su temporada).
No mostrarán a un Perú lindo como lo muestran en TV, mostrarán a un Perú realista.
Por ahora, están usando su propio dinero, y usarán la plataforma de la que hablaron antes para ganas dinero enteramente para el proyecto después de la primera temporada.
Están tratando de tener un elenco lo más diverso posible, y no se van a apegar a los estándares de belleza europeos.
No estarán trabajando con ningún canal de televisión peruano porque eso pondría el peligro la posibilidad de una temporada gay. Perú es un país muy homofóbico.
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chives-world99 · 5 years ago
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Resulta que iba caminando por la calle y platicando con mis tres demonios y mi niño interior. Era una platica en mi interior. Los cuatro seres que iban conmigo, me revelan cosas que me gusta expresar en forma de historias o versos. El tema de la platica era sobre las mujeres que han pasado por mí vida.
.- La verdad yo no recuerdo cuantas han sido. Lo que si recuerdo, es que todas me han hecho sentir como un golpe en mi pecho. Dijo mi niño interior.
Los demás concordamos con eso. Seguimos hablando y hablando y hablando. A través del celular, miramos sus fotografías. En eso dijo el Minotauro, ansioso por hablar.
.- ¡hasta mi adrenalina desaparece cuando veo sus fotografías! ¡Que creación tan divina! ¿Acaso no lo creen?
Iba muy relajado, demasiado relajado como para preocuparse del laberinto existencial.
Contestamos con afirmación a su pregunta.
Nos sentamos en una banca y nos pusimos a fumar un cigarro. Seguimos viendo las fotos. Algunas más recatadas que otras, pero claro, sin llegar a la obscenidad. Como ya estaba oscureciendo, el hombre - lobo miró a la luna. Luego miro una de las mujeres de la fotografías y encabronado casi gritando, dijo:
.- ¡Son unos estúpidos! ¿Como se atreven a dejar solas a tan magníficos seres? Yo en su lugar, me pondría a escribir (jeje) versos, relatos y comentar sus fotografías. Pa vatos. ¡Es la vida y belleza de compartir con ellas! ¿Estamos de acuerdo?
Encendimos cada quien otro cigarrillo y con una sonrisa concordamos.
Ya era media noche y faltaba el búho de hablar. Se sintió un silencio de tranquilidad. Más o menos se sabía lo que iba a decir, pero no con claridad. Finalmente, dijo.
.- pasame otro cigarrillo. Lo encendió y dio una bocanada. Prosiguió .- ¿qué sería de nosotros sin ellas? Digo, al principio necesitamos de ellas para alimentarnos de sus senos y ya en el acto sexual nos deleitamos con lo mismo. Por citar un ejemplo. No importa sus proporciones anatómicas, lo que importa es que nos dan la vida y nos la quitan. ¡Están locas! Hermosamente locas. ¿Pobres ellas? Miserables nosotros, que nunca las llegaremos a entender ni un poco. Creo que todos estamos de acuerdo, o ¿me equivoco?
Nos miramos a los ojos y sellamos un pacto. Estaba amaneciendo un nuevo sujeto
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treeofliferpg · 6 years ago
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• CÓMO ESCRIBIR UN GENIO CREÍBLE
Lo primero que queremos dejar claro es que esta pequeña guía no ha sido redactada por nosotras si no por @artattemptswriting. Lo único que hemos hecho ha sido traducirla al español para que pueda llegar a más gente dado que creemos que puede ser realmente útil. Si queréis echar una ojeada a la guía en su idioma original podéis encontrarla aquí, no es el post original pero dado que la cuenta del creador está desactivada es todo lo que podemos ofrecer.
Genio a menudo se considera sinónimo de "inteligente", "listo" o "memoria eidética y sabelotodo", pero ese no es el caso. El verdadero genio, o al menos en términos de rasgos y caracterización, es la capacidad de usar lo que tienes de una manera que otros serían capaces. Algunos genios son obviamente inteligentes, y otros son genios en formas tan sutiles que el personaje parece engañado.
Esto es algo de lo que puedo (y he) hablado durante horas con varias personas desafortunadas. "Personajes genios" es en realidad un término general que abarca toda una gama de arquetipos de personajes, desde Sherlock Holmes hasta Tortur Mastermind; cada uno es diferente, porque el genio de un personaje es inherentemente subjetivo. Hay una gran cantidad de cruces de arquetipo a arquetipo, y la superposición puede ser realmente interesante de usar al crear tu personaje genio, pero los he dividido lo mejor que puedo al definir las características para simplificar.  
Recuerda usar el arquetipo como una base y construir desde allí, para hacer que tus genios sean lo más interesantes posible. Pueden ser genios, pero también son humanos. Lánzalos, adquiere matices en su personaje, haz que odien la lectura o les gusten los videojuegos. 
• El intelectual ignorante - Ejemplo: Dirk Gently.
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El arquetipo Gently es un lugar perfecto para comenzar, porque realmente demuestra la naturaleza subjetiva de un personaje genio. Podría decirse que Dirk no es un genio en absoluto, simplemente va dónde lo lleva el universo, actuando de acuerdo con los caprichos e impulsos que le brinda, así que, ¿cómo puede ser un genio? Pero el genio aparece cuando une los puntos. No se ha hecho inteligente por el poder holístico que el universo le dio, pero ha aprendido a adaptarse y sobrevivir.
Este tipo de genio se define por la falta de grandes cantidades de conocimiento, pero una cierta capacidad intelectual. Estos personajes generalmente son arrojados (o dispuestos a entrar) en situaciones, completamente ignorantes, donde su verdadero genio brilla a través de su capacidad para hablar rápido, pensar más allá de los límites y aprender a medida que avanzan. También son facilitadores, que es lo que diferencia al Intelectual Ignorante del genio tipo Holmes; mientras que un Holmes tendría la respuesta antes que cualquier otra persona, un Gently encontraría una respuesta ayudando a otros a verla primero. Por ejemplo, pueden establecer una conexión que sea poco clara y que permita a otros resolver el resto de repente. Como tales, estos tipos son grandes sobrevivientes, a menudo a través de la suerte y la astucia inteligente, pero están en su mejor nivel con los demás
• El naturalmente inteligente e intuitivo - Ejemplo: Sherlock Holmes 
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Y me refiero al personaje de los libros, no al de la serie de la BBC. El Holmes que vemos en la serie de televisión de la BBC está mejor clasificados como un Genio Torturado. Tiene inteligencia natural, es cierto, pero es frío y carece de intuición en el mismo nivel que su contraparte de libros.
El arquetipo de Holmes posee inteligencia natural combinada con una profundidad de calidez e intuición. A menudo, pueden ser arrogantes o parecer distantes, pero solo porque ignoran la velocidad superior en la que su mente puede trabajar, o se olvidan de ello. La cosa aquí es la inteligencia natural; cualquiera puede aprender a pensar de manera inteligente, pero muy pocos nacen con una capacidad natural para procesar y almacenar información y luego aplicarla de manera innovadora. Sin embargo, esta inteligencia por sí sola no lo convierte en un genio: también deben poseer una muy buena intuición, que siempre está respaldada por evidencias proporcionadas por su lógica inteligente.
Holmes fue un pionero en esta área. Prácticamente hizo el arquetipo, de hecho, pero hay aspectos de su carácter que deben mantenerse separados. Uno de ellos es su dependencia de mecanismos de afrontamiento poco saludables, y otro es su tendencia a ser errático o excéntrico: ambos son rasgos que lo definían como un personaje-persona, en lugar de marcas de su arquetipo de genio. 
• El genio torturado - Ejemplo: Victor Frankenstein
Aunque no son intrínsecamente malvados, estos personajes a menudo son personas simplemente desagradables, ¡pero no es su culpa, obviamente! Dirían algo así como: "Es porque soy muy inteligente, nadie me entiende, me atormenta mi propia inteligencia hasta el punto en que estoy alienado de la sociedad..."
No, Victor, cariño, es porque eres un gilipollas arrogante. El arquetipo no es tan simple, pero el Doctor Frankenstein es un muy buen ejemplo de los fundamentos básicos.
Me gusta este por su flexibilidad. Mencioné que el Sherlock de BBC es un genio torturado y aunque el Sherlock del libro casi se ajusta a este tipo también, su salvación es su humildad y calidez. Por otro lado, los personajes como Doctor Frankenstein y el Sherlock de BBC son arrogantes, y se niegan a reconocer sus defectos o, al reconocerlos, se niegan a mejorarlos. A veces, un personaje como este será activamente peor. Sherlock de BBC es en realidad una versión bastante barata del Genio torturado, pero eso también puede ser porque no es una interpretación muy bien fundamentada del canon de los libros... De todos modos, estoy divagando. El punto aquí es que estos personajes son complejos hasta el punto en que se hacen complicados, a menudo moldeados por la tragedia o el trauma.
Se ven a sí mismos de una manera, y al mundo a otra. Un genio torturado puede ser cualquier cosa, desde educado hasta cruel. De cualquier manera, sus intenciones suelen ser buenas. Tienden a cambiar a lo largo de su historia, ya que sus defectos se interponen en el camino y luchan con la sensación de que nadie va a entender realmente quiénes son. El resultado es una gran cantidad de rabia interiorizada u odio hacia sí mismos, hasta que explotan o comienzan una espiral descendente de mecanismos de afrontamiento poco saludables. A menudo tienen al menos tres de los siguientes:
Miedo al fracaso que los empuja al extremo.
Orgullo extremo.
Arrogancia, tanta que piensan que pueden hacer lo imposible (resolver casos imposibles, revertir la muerte, crear vida, etc.)
Narcisismo que encubre ciertos problemas de autoestima.
Poner demasiada presión sobre sí mismos. Piensan que pueden alcanzar objetivos inalcanzables y experimentan una gran caída de la autoestima cuando fracasan. 
Mecanismos de afrontamiento poco saludables.
O bien rechazan a los demás o son rechazados porque no hacen ningún esfuerzo por incluir a otros que consideran menos inteligentes.
Igualdad de valor a la inteligencia (ver punto anterior).
Algo a tener en cuenta es el aspecto de salud mental de un genio torturado. Es cierto que estos personajes suelen estar deprimidos o considerados locos, pero la mala salud mental siempre es causada por sus acciones, en lugar de por sus problemas de salud mental que hacen que sean un genio torturado. Recuerda, este arquetipo nunca es una persona muy agradable, lo que hace que sean miserables. Sin embargo, si tuvieras una persona con esquizofrenia y también fuera un genio cuando comenzó su plan, lucharían, sí, pero no es lo mismo. Cualquier persona con una condición de salud mental preexistente lo haría.
No utilices los problemas de salud mental para conducir a un personaje como este, porque nunca excusan el tipo de comportamiento que exige el arquetipo y esto solo fortalece el estereotipo de que las personas con problemas de salud mental son peligrosas.
• El pedante accidental - Ejemplo: Spencer Reid.
Me gusta llamar a este el genio suave. Son los más genuinos y de buen corazón de todos. La mitad de las veces, ni siquiera se dan cuenta de su propio genio hasta que alguien se lo señala, y la otra mitad de las veces son conscientes de ello, pero no consideran este aspecto de su personalidad como algo más que una forma genial de almacenar información. Por lo general, su genio es un subproducto, o en combinación con, una memoria eidética, un coeficiente intelectual increíblemente alto, asperger (aunque esta es un área compleja, ya que puede perpetuar estereotipos dañinos) o el síndrome del salvador. En otras palabras, es un genio pasivo que se les presenta naturalmente debido a algo que está fuera de su control.
Estos tipos de genios tienen montones de información almacenada en sus cerebros y les encanta compartirla. Es solo que... no todos quieren escucharlos. Ellos espontáneamente revelan hechos, pero no los separan de los demás. A diferencia de la mayoría de los arquetipos genios, el pedante accidental sigue siendo adorable, amable, completamente sincero y, por lo general, se clasifica como un tonto. En resumen: todo bondad lleno de conocimiento.
Algunas cosas que se deben evitar en este arquetipo son la codificación de la Condición del Espectro Autista (si su genio está en el espectro autista, entonces están en el espectro autista. Hazlo explícito y no intentes usar el hecho para negar el valor de su inteligencia) y la infantilización. Con demasiada frecuencia, se muestra que el Pedante Accidental es como un bebé grande con inteligencia adulta. En el caso de Spencer Reid, puedes equivocarse porque al principio los demás miembros de su equipo lo llaman "niño" pero a medida que las temporadas avanzan, se hace evidente que él es un miembro valioso e igual del grupo respetado por más que su memoria eidética.
• El embaucador - Ejemplo: Loki.
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Al igual que con Sherlock Holmes, estoy hablando del arquetipo visto en figuras mitológicas, como Anansi o Loki, en lugar de los medios populares modernos. Pero nadie puede resistirse a un gif de Loki. 
Al igual que con el Genio Torturado, el embaucador no es intrínsecamente malo, pero sigue siendo... cuestionable. Piensan, ante todo, en sí mismos antes que en los demás y no tienen ningún problema en generar caos para cumplir sus fines. Su genio es uno de ingenio y encanto astuto, una lengua suave y toda la astucia de un estafador de alto vuelo. En otras palabras, algunos podrían matar o poner en peligro a otros por su propio deleite (te estoy mirando directamente a ti, Loki), mientras que otros robarían, engañarían y mentirían, pero nunca matarían. Y a veces devuelve lo que ha robado, a su debido tiempo.
Caminan en la línea entre el genio malvado y el embaucador, pero tienen dos rasgos definitorios que los diferencian: 
A menudo sienten remordimientos y conocen los límites en los que deben permanecer. Dejar estos límites generalmente lleva a su caída. La mayoría de las veces, no tienen ningún deseo de exceder los límites. 
Sus motivaciones son sesgadas, pero no verdaderamente malas, y generalmente pequeñas. Pondrían en peligro a su familia por obtener algo de satisfacción después de un pequeño desaire, pero no harían daño a su familia para apoderarse del mundo o superar su posición (siendo Loki de la mitología el primero y el de Marvel el último).
• La mente malvada - Ejemplo: Morioarty
Inmoral, caótico, cruel; este genio es aquel que canaliza toda su energía creativa en malas acciones. A diferencia de los embaucadores, estas malas acciones son puros horrores; están destinadas a causar daño y se basan en ambiciones más amplias que la diversión breve o la satisfacción emocional. Por lo general, son inteligentes en todas sus formas y profundamente egoístas (o creen que están ayudando a su familia o un ser querido, pero en realidad solo están lastimando a mucha gente). Los fines siempre justificarán los medios y no hay nada más importa que eso.
A algunos les gusta que la gente se manche las manos por ellos y a otros les gusta hacerlo ellos mismos. Este es el tipo de genio que se lleva con clase, estilo y sofisticación; son plenamente conscientes de su propia inteligencia, pero suelen tener cuidado para evitar una espiral descendente.  Si lo deseas, ten en cuenta que no todos los antagonistas son una mente malvada. Macbeth probablemente sería descrito con mayor precisión como un genio torturado, al igual que Theon Greyjoy y Ryzek Noavek. Cada uno de estos arquetipos de genios puede caer en el rol de antagonista o protagonista. Por ejemplo, un malvado autor intelectual se convierte en un protagonista altamente inmoral para el beneficio personal. Sería increíble ver a un Pedante Accidental como un antagonista, si las cartas se jugaran correctamente.
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princes-slash · 6 years ago
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El mundo de los fanfics o el pensamiento y la justificación de lo expresado en lo escrito.
Durante el sábado se publicó un comentario anónimo en es de fanfics confesiones se publicó una confesión sobre una chica que encontró un fanfic con una advertencia shokeante. Encontró un fanfic donde no solo se mostraba la violación de un bebe casi recién nacido sino porque lo hacía por puro placer sexual.
Los fanfics siempre me han parecido la oportunidad de crecer como escritor sin la presión creciente de mostrarte comprometida de manera directa, puedes desaparecer si lo quieres o puedes mantenerte ahí durante años, hasta realmente volverte escritor. 
Puedes ver las grandes ideas que tienen personas de todo el mundo de todas las edades, con culturas distintas... Es hermoso ver el crecimiento de algunos autores y su forma de encontrar un estilo de escritura o solamente encontrar una voz con la cuál hablar.
Hay muchos tipos de fanfics, los que empiezan en un fandom (los cuales tienen reglas distintas para la escritura de cada uno, pero comparten la característica del amor y la crítica por la obra original) y los que tienen ideas originales. Estos en cuanto a la originalidad, pero tienen los mismos generos y por lo general algunos tienden a repetir tramas o ideas con ejecuciones distintas. Pero también podríamos clasificar los fanfics por motivo, los que intentan cambiar algo de la trama, los que crean una historia original (usando o no personajes ya creados), por diversión pura, por protesta, por liberación, por frustración, por morbo o por erotismo.
 Los fanfics son escritos por muchos tipos de personas, pero muchos motivos se comparten y pueden encontrarse patrones de comportamiento entre fandoms y autores (pero por su ser anonimo podrías hablar más de fanfics).
Donde se encuentra el potencial creativo es casi siempre en la parte que intenta decir algo, viejo o nuevo, pero los fanfics basura sirven para solo un propósito específico (reír, enamorarte con los personajes, excitarte).
Estos fanfics suelen ser no muy fuertes, no tienen muchas vistas o comentario, pasan sin pena ni gloria pero es como una infección viral porque cuando creíste que ya habías visto todo encuentras miles y miles mas. Muchos de estos fanfics están mal escritos (si son del tipo nacido de fandom tendrán a ignorar la caracterización de los personajes o sea serán todos OOC o si son originales serán unidimensionales aburridos), algunos cumplen su proposito con mayor o menor éxito. 
Pero en el mundo hay gente horrible, con posturas extrañas y un gusto cuestionable. 
Hay fanfics que hablan sobre la violación, pedofilia o sobre el masiquismo y la liberación sexual, fanfics que hablan de protesta y de rebelión, que me hacen pensar en que el mundo es difícil pero aún así hay gente luchando y que se niegan a a ser silenciadas.  Hay fanfics dulces de amor de manita sudada, o de amor pacional con encuentros sexuales frecuentes. Hay fanfics crudos que muestran un lugar oscuro y lúgubre... Pero tienen un objetivo, algo que contar, algo que decir.
Pero hay fanfics que son escritos por mero placer morboso, no es a per se algo malo, pero crea cosas horribles. Violaciones como parafilias, abuso y romantizar las enfermedades mentales, el mero acto cruel por placer. Aquí no hay crítica, sabes que solamente son los escritos de una persona enferma, ¿Por qué alguien escribiría algo así? ¿Por qué alguien lo leería? ¿Por qué no se elimina?¿Contaría como censura? No lo sé...
Tengo miedo, y me perturba enormemente. Porque en el post que hizo la chica anonimamente la defensa de las personas que escribían este tipo de contenido no se hizo esperar, creo que fue principalmente porque no estaba contado textualmente el cómo leía ella este fanfic (no había protesta, ni objetivo formal más que el de contar una fantasía sexual retorcida). Me perturba porque queda claro que hay algo en la mente de los que escriben que no esta bien. Tal vez es egoísta para mi decirlo. Tal vez haya algo malo también en mí. 
No lo sé. 
Otra cosa que se críticaba en el post era que la chica no tenía derecho a encontrar refugio en los fanfics, y yo digo que es una opinión nada empatica ni humana ni realista. Una persona puede encontrar refugio en todo lo que quisiera, en la música en la literatura, en el ejercicio, en ver una serie televisiva, y para esta chica, los fanfics eran su escape del mundo. Quizás a lo que se referían era principalmente que una persona escribe fanfics para sí misma y no para que el otro las lea, y pienso que es negar la naturaleza de un fanfic. Un fanfic se postea, se comparte y busca ser leído, si bien es cierto que hay autoras que lo hacen por su propio gusto y no para el otro, muchas otras buscan una conexión con el otro. 
Desde siempre me he preguntado que pasa por la cabeza del escritor, en la literatura tradicional puedes leer miles de analisis sobre la forma en que la vida del autor influyó en su obra, pero con los fanfics puedes conocer intimamente a la persona, saber cuando se deprimió, cuando logró recuperarse y sientes una tristeza personal cuando ves que perdió la lucha y dejó de escribir (nunca sabrás si fue porque murió, se suicidó, siguió adelante con su vida y dejo los fanfics de lado o porque se aburrió).
Pero al leer fanfics he encontrado chicas destrozadas, chicas fuertes y fragiles, he visto gente que lucha, grupos rebeldes e incluso peleas que derrumban zonas que eran para expandir el amor que le tienes a los fanfics. Pero también encuentras patrones de comportamiento y me preocupa, porque no son pocos los que difunden los que torturan por torturar pero no con el fin de liberarse de un peso o para expresar  una idea, solo por el morbo y por el placer sexual resultante. Hay miles que los escriben pero son millones los que leen. 
Cuántos de ellos podrían haber sido violados, y cuantos de ellos han violado gente.
Es una forma de expansión de lo más infame.
Pero la reaccion de las defensoras es lo que más me preocupó, porque ellas no se esconden metodicamente leyendo estas infamias, sino que las gritan, las celebran y luego linchan al que busca criticar estás conductas. Esta bien mostrar la violación de un niño mientras sea escrita, no si es un dibujo; porque una es correcta y no la otra? Ambas son ficción, ambas revelan algo perturbador, pero una guarda una implicación más intima.
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pepetesoro · 6 years ago
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Dad is dead
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Wallace Foster Wallace sigue siendo una figura controvertida, cuya obra y vida han proyectado tanto un fanático seguimiento como una vasta incomprensión. No pretendo sintetizar, en un mero artículo, la inprehensible complejidad del personaje. Trataré, por el contrario, de trazar tres reflexiones sobre su obra de ficción, su obra de no-ficción y su figura como personaje público, para tratar de despertar, una vez más, la fascinación con la que algunos redescubrimos una y otra vez al volver a la enigmática figura del autor norteamericano.
Siempre supuse que antes o después acabaría escribiendo sobre David Foster Wallace. Lo que no se me ocurría era cómo ni qué podría escribir. La obra y la vida del autor es tan grande, tan llena de sutilezas y de cambios, de evolución, de genialidad y de vicio, de verdad y de mentira, que intentar decir algo al respecto sin recaer en banalidades incompletas y tópicos relamidos me parecía imposible. Pero hoy, aceptando todavía lo inabarcable de la reflexión que David Foster Wallace puede suscitar, me he animado a realizar un pequeño repaso al autor en tres partes, apuntando a tres pequeños segmentos, tres ideas iluminadoras que me recuerdan y, con suerte, pueden suscitar al lector de estos artículos, las originales lecturas que el autor norteamericano nos brindaba sobre su mundo, sobre el texto y sobre esa cosa tan rara que es ser humano (ahí va el primer tópico relamido).
Primera parte: La ficción
David Foster Wallace era ese tipo que podía decir que había escrito un libro de más de 1.000 páginas más 200 páginas de notas porque "quería escribir algo triste". Sin duda, la tristeza atraviesa la obra de Foster Wallace, desde la angustia y el terror suicida, que él conocía bien, hasta la anhedonia y la indiferencia; el abandono y la soledad que parece que conlleva estar consciente y vivo en el mundo contemporáneo. Mucha de esa soledad y tristeza radica en el anhelo por un sentido perdido, un individualismo que conduce al desarraigo y a la autodestrucción. Pero, si es esta nuestra situación, ¿queda algo que decir?
"No tenía nada en materia de concepto divino y en aquel momento quizá menos aún en términos de interés en todo este asunto; trataba la oración como si pusiera la temperatura de un horno siguiendo las indicaciones de la caja. Pensar en ella como si hablara al techo era de algún modo mucho mejor que imaginarse hablando con Nada. Y le daba vergüenza ponerse de rodillas en calzoncillos, [...] pero lo hacía y suplicaba al techo y agradecía al techo, y unos cinco meses más tarde [...] se dio cuenta de que habían pasado bastantes días en los que ni siquiera había pensado en el Demerol o en el Talwin, ni siquiera en la marihuana." (La broma infinita, Debolsillo, p. 531)
Para superar su adicción, a Don Gately bien le vale rezarle a un techo. Para salir del sumidero es necesario encomendarse a algo. Quizás Dios (es decir, papá) haya muerto, quizás ya no quede nada verdadero ni racional a lo que encomendarse pero quedarse a vivir en el sumidero tampoco parece una opción. En este conflicto se juega gran parte de la ficción de David Foster Wallace. Por un lado el mundo de los medios de comunicación, las mentiras de la publicidad, la ironía inoculada por la televisión, el individualismo... etc. es un mundo sin sentido, histórico, banal, caduco e intrascendente. Y, sin embargo, impregnados como estamos por esa realidad, no podemos evitar sentir el anhelo por algo más. Por ejemplo, la sensación de que somos irrepetibles, que hay algo de especial en nosotros.
"[T]odo el mundo es idéntico en su secreta y callada creencia de que en el fondo es distinto de todos los demás" (Ibíd., p. 236)
Y este es uno de los gestos más humanos que existen. Como lo es ponerse de rodillas y rezarle a un techo. Si me atreviera a intentar pensar en el elemento primordial de la ficción de David Foster Wallace, este sería la búsqueda de un punto de vista humano, un discurso sincero y honesto, en un mundo asolado por el cinismo y la indiferencia. Y quizás ese sentido anhelado haya estado delante de ti en todo momento, quizás lo más humano que se puede decir es que eres un humano, que estás vivo. Antes de convertir esto en el gran misterio, debes aprender a reconocerlo como el gran milagro. Mucho antes de inmortalizar esta idea en su famoso discurso y posterior ensayo Esto es agua, Foster Wallace nos daba pistas en su gran novela.
"Se inclina acercándose aún más a Gately y grita el chiste que había mencionado: Un pescado viejo y sabio nada hacia otros tres pescaditos y les dice: «Buenos días, chicos, ¿cómo está el agua?», y se aleja, y los tres pescaditos le mirar alejarse nadando y se miran y dicen: «¿Qué mierda es el agua?»" (Ibíd., p. 506)
Para muchos David Foster Wallace era un gran farsante, un tipo solo interesado por sí mismo y ebrio de arrogancia. Y el primero que pensaba esto fue él mismo. Quizás esta estuviera entre las razones que le llevó finalmente a ahorcarse a los 46 años. Y este triste final puede servir de prueba, penosa y paradójica, de que no había nada de falso en los desgarros existenciales y pensamientos desesperados que en ocasiones describía con una minuciosidad única en sus novelas y relatos. Pero aunque esa fuera la conclusión de su vida, no se puede decir lo mismo de su ficción. La depresión no es el punto final de la narrativa de David Foster Wallace. Es más bien su punto de partida. Puede que el camino emprendido nos conozca a un final satisfactorio, como, por ejemplo, tratar de acordarnos cada día que esto es agua, que la cotidianidad de cada instante, la ordinariedad más absoluta, está impregnada del trascendental hecho de que estamos vivos, de que estamos aquí. O no, puede que sea en el fondo el camino (por concluir con otro tópico) lo que tiene valor en sí mismo. Ese será un juicio que quedará siempre en manos del lector.
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Segunda parte: La no-ficción
Como otro tópico contemporáneo dicta, David Foster Wallace también escribió (y habló), y mucho, sobre cómo escribía. La literatura sobre la literatura es un género que a ratos fascina y a ratos satura y se vuelve resabida y egocéntrica, y muy sospechosa de no responder para nada a la realidad. Pero, fuera un retrato veraz o no de lo que en el fondo creía y practicaba, existe un ensayo de escasas cinco páginas de Foster Wallace, La naturaleza de la diversión, que es seguramente de lo mejor que nunca he leído de un escritor reflexionando sobre su propio proceso creativo.
En él, Foster Wallace dibuja una breve historia de su motivación a la hora de ponerse a escribir, desde el rebelde e intelectual-wannabe de sus años de universidad hasta el de reputado escritor adulto. Y, maravillas de la composición, los pasos de esta pequeña historia se revelan como las piezas de una paradoja.
"Al principio, cuando empiezas a probar a escribir narrativa, todo está orientado divertirte. No esperas que nadie más te lea. Lo escribes prácticamente todo para excitarte a ti mismo. Para permitirte tus fantasías y tu lógica desviada y también para eludir o bien transformar partes de ti mismo que no te gustan" (En el cuerpo y en lo otro, Pálido Fuego, p. 190)
Los problemas llegan cuando entra en la ecuación el gran e indispensable elemento de discordia en los conflictos internos de todo escritor: la audiencia. Cuando uno empieza a ver que los demás no solo leen lo que escribe, sino que, además, les gusta lo que escribe, empieza a gustarle mucho gustar, y se ve tentado a dar un peso excesivo a esa necesidad en su trabajo.
"Llegado este punto, más del noventa por ciento de las cosas que estás escribiendo ya están motivadas e informadas por una necesidad abrumadora de gustar. Y esto genera una narrativa de mierda. Y la obra de mierda debe acabar en la papelera, no tanto por una cuestión de integridad artística como por el simple hecho de que la obra de mierda va a hacer que no gustes"  (Ibíd., p. 191)
El deseo de gustar conduce, paradójicamente, a hacer una obra que no le gusta a nadie, y mucho menos a ti mismo. El escritor acaba deseando algo que el propio intento de alcanzarlo le conduce a perderlo. Recuperar tu capacidad de gustar, es decir, de hacer narrativa de calidad, pasaría por recuperar la motivación inicial: la diversión. Pero esto requiere, por el otro lado, renunciar a tu necesidad de gustar a los demás.
"Bajo la nueva administración de la diversión, escribir narrativa se convierte en una forma de adentrarte en ti mismo e iluminar esas mismas cosas que no querías ni ver ni que nadie más viera, y resulta (paradójicamente) que estas cosas son justamente las cosas que todos los escritores y lectores comparten y sienten y a las que reaccionan. La narrativa se convierte en una forma extraña de aceptarte a ti mismo y de decir la verdad en lugar de ser una forma de escapar de ti mismo o de presentarte a ti mismo de una forma que supones que hará que gustes al máximo número de personas" (Ibíd., p.192)
En un mundo en el cual la vanidad y la egolatría parecen cualidades indispensables para ser un artista, donde si no estas enamorado de tu atormentada y trágica existencia no parece que tengas motivos suficientes para expresarte, una declaración así es mucho más que refrescante. Es el recuerdo de que el arte es, ante todo, compartir, y que compartir no es aparentar, no es enseñar, sino exponer las extrañas partes de nosotros que temíamos que produjesen rechazo, miedo o incomprensión con la esperanza de que se revelen como elementos en común con los demás. Y que todo esto es muy divertido.
Pese a todo, David Foster Wallace fácilmente puede pasar por un atormentado. No es demasiado difícil presentar su vida como una tragedia, aunque no fue nada épica (era un tipo solitario y en ocasiones insípido, poco interesado en salir de los EEUU). Se puede ver perfectamente su obra como el artificio de un egocéntrico esforzándose por parecer intelectual. Pero, en mi humilde opinión, son fragmentos como este ensayo, y como otros que aparecen de vez en cuando en sus obras de ficción, en sus artículos o sus entrevistas, las que creo que verdaderamente reflejaban al David Foster Wallace en su mejor versión. Un David más humano, más cercano, terriblemente sincero y honesto, un sencillo chaval algo paranoico del Midwest norteamericano interesado principalmente, como casi todos nosotros, en divertirse.
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Tercera parte: el personaje
Mucho se puede decir y se ha dicho sobre quién fue David Foster Wallace. Las fuentes no son escasas. Entre sus propios artículos, la biografía de DT Max, las conversaciones con David Lipsky, las numerosas entrevistas que quedan esparcidas por Internet y el testimonio de sus amigos como el propio Jonhatan Franzen nos ofrecen una imagen rica, aunque fragmentaria y en ocasiones contradictoria. La lecturas son múltiples y todas imperfectas, pero eso no quiere decir que menos valiosas. En este momento me gustaría rescatar al David Foster Wallace como personaje hiperconsciente, constantemente analizando y descomponiendo lo que le rodeaba, tratando de encontrar los mínimos elementos y las más lejanas consecuencias. Una de sus grandes preocupaciones, que le mantuvo en reflexión constante y en un combate interminable con su escritura, fue el estado de la literatura en su momento, como así se puede ver en una de las más especiales entrevistas que existen con él.
"Mira, tío, probablemente la mayoría de nosotros estamos de acuerdo en que vivimos tiempos oscuros, y además estúpidos, pero ¿necesitamos ficción que no haga sino dramatizar lo oscuro y lo estúpido que es todo? En épocas oscuras, el arte aceptable sería aquel que localiza y efectúa una reanimación cardiopulmonar sobre aquellos elementos mágicos y humanos todavía vivos y resplandecientes a pesar de la oscuridad de los tiempos. La ficción [...] encontraría el modo de representar ese mundo oscuro y de iluminar las posibilidades de estar vivo y ser humano en él". (Conversaciones con David Foster Wallace, Ed. por Stephen J. Burn, Pálido Fuego, pág. 53)
Foster Wallace era muy consciente de que la literatura en su momento (y, por extensión, su propia literatura) podía fetichizar la denuncia del mundo frío, comercial y desapasionado del capitalismo tardío y convertirse en una broma tonta vuelta sobre sí misma, una mera repetición de un gesto gastado, cerrado en la propia crítica a todo, incapaz de solucionar nada. No se trataba de dar la espalda a ese mundo oscuro, sino de intentar encontrar en él los resquicios de humanidad, tratar de saltar más allá del cinismo en una época donde el cinismo parecía ser la única opción racional.
"La ironía posmoderna y el cinismo se han convertido en un fin en sí mismas, en una medida de la sofisticación en boga el desparpajo literario. Pocos artistas se atreven a hablar de lo que falla en los modos de dirigirse hacia la redención, porque les parecerán sentimentales e ingenuos a todos esos ironistas hastiados. La ironía ha pasado de liberar a esclavizar. [...] ...la ironía es la canción del prisionero que llegó a amar su jaula" (Ibíd, pág. 81)
En nuestro mundo, que con tanto terror en ocasiones se nos aparece como una acentuación del de Foster Wallace, la verdad y la sinceridad, o cualquier tipo, por pequeño e irrisorio que sea, de camino redentor para la oscuridad del ser humano, se presenta como ingenuo, deslegitimado. Foster Wallace está cifrando aquí en pocas palabras el bien conocido pavor que hasta hoy nos persigue: hicimos bien en descabezar la tradición, pero, ¿quién se suponía que debía decirnos qué hacer? ¿Qué viene después? La ironía parece la reacción adecuada ante un mundo irónico y desencantado, asolado por el discurso retorcido, la instrumentalización y la hipocresía. Pero la ironía no puede ser la respuesta por sí sola, pues en sí no constituye ninguna respuesta positiva.
"...lo que percibo en mi generación de escritores e intelectuales o lo que sea es que son las 3:00 a.m. y el sofá tiene varios agujeros por quemaduras y alguien ha vomitado en el paragüero y estamos deseosos de que el disfrute termine. La labor parricida de los fundadores posmodernos fue magnífica, pero el parricidio produce huérfanos". (Ibíd, pág, 86)
Como más o menos dijo cierto señor con bigote cien años antes que Foster Wallace, papá (o Dios) ha muerto, y (lo que es más importante) nosotros lo hemos matado. Foster Wallace era consciente que asumir ese asesinato era una de las tareas fundamentales de nuestro momento, pero ni siquiera debíamos quedarnos ahí. Muy bien, hemos matado a papá, ahora bien, ¿qué demonios viene ahora? Si bien hay muchos que capitulan fácilmente ante la idea que un nuevo padre, o bien no es deseable, o bien no es necesario, o bien no es posible, Foster Wallace se pasó toda su vida, a través de cientos y cientos de páginas de su ficción y de sus ensayos, tratando de encontrar esas partes humanas, intento buscar la poca magia que nunca estuvo seguro de haber encontrado, pero que siempre supo que quedaba. O al menos supo que era su tarea buscarla.
Si lo logró, es una decisión que recae en el lector. Su trágico final quizás no nos de muchas esperanzas. ¿Acabó Foster Wallace admitiendo que no había salida a este problema? No podemos estar seguros. Lo que sí sabemos con certeza es que fue él quien con más sinceridad supo formularlo.
"En cierto modo sentimos el deseo de que algunos padres vuelvan. Y por supuesto nos inquieta el hecho de que deseemos que vuelvan. [...] Y, claro, la sensación más inquietante de todas es que gradualmente comenzamos a darnos cuenta de que, a decir verdad, esos padres no van a volver nunca. Lo que implica que nosotros vamos a tener que ser los padres" (Ibíd. pág. 86)
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miss-vanille · 6 years ago
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La traducción se ve medio extraña porque esto pasó en mi cuenta en francés de castiel y bueno.
Ok, que rollo con la reacción de nathaniel, se que las reacciones de nathaniel están basadas en si tuviste algo con el o no, como en la otra cuenta que tengo de mi ruta con nathaniel que en esa si reaccionó un poco diferente a cuando nos encontramos la primera vez.
Pero algo que quiero enfatizar así mucho de esto fue:
Nathaniel sugiere MUY desvergonzado que si no nos molesta la idea de que lo vean salir de nuestra habitación la primer noche que pasamos en el campus (en pocas palabras que den a entender a la escuela que tuvieron sexo). Y las opciones para responder a excepción de una son muy aniñadas. Son la sucrette de antes. ¿No se dan cuenta de algo muy curioso? La única respuesta que no le gusta a Nathaniel es aquella en la que se revelan los verdaderos sentimientos de sucrette. Y que aun si estás jugando en tu cuenta de nathaniel ¡te manda por un tubo! Y de paso te llama fácil… (Quiero aclarar que esta molestia no va hacia el personaje va hacia quienes se les ocurrió escribir eso).
Estas respuestas representan dos cosas 1. Las respuestas de estas “¿bromeando verdad?”,“¡no quien te crees!”, simbolizan a la sucrette de antes, simbolizan a la niña que vive en su burbuja de chicos guapos, peleas con amber y meterse en donde no le llaman. Y que tiene “respeto a si misma”. Lo cual es una tontería. Que claro que entiendo que quienes contestaron esto fue por dos razones: sabían que lov'o'metro con el subiría o que real no estaban interesadas en el lo cual también es válido o tal vez que así reaccionarian si les pasara lo mismo. Pero el contestar lo que estos chicos quieren escuchar deja a sucrette como una chica sin personalidad quien es a como los chicos la quieran y pensé que eso cambiaría en este nuevo juego, pero no fue así. Osea también entiendo que nathaniel se sintiera feliz de ver a la antigua sucrette. pero el de todos los chicos, el que tanto le molestó que le hicieramos hincapié en que cambió mucho no puede aceptar a una sucrette diferente a la del Instituto. 2. La respuesta que insinúa que realmente no nos molestaría podría haber tomado dos rutas: A. Le estabamos tomando el pelo y era una broma por su broma. Que era el escenario que yo esperaba, y que se me hacía el más adulto. cuando estás en la Universidad SOBRAN de este tipo de chistes sin un compromiso real de cumplir lo que se dice, porque ambas partes saben que eso no pasaría, o si llegase a pasar sería algo bueno.
B. Era real lo que sucrette se le apetecía, que ojo nathaniel no tenía porque aceptar si no era lo que el buscaba. Porque pues ni sucrette ni nathaniel estaban obligados a tener relaciones sexuales si ellos no lo querían. Pero Imagínense en que contexto debería estar sucrette ahora que es adulta para responder algo así, esa respuesta que habla de lo que ella realmente quería en ese momento es una imagen de la nueva sucrette. Que no teme decir lo que quiere y aceptar lo que le gusta. Cosa que no le gustó a Nathaniel, porque el que cambió muchisimo no puede aceptar que Sucrette también cambió muchisimo. Y que de paso le llamó “fácil”, como si ser una persona que disfruta libremente de su sexualidad fuera algo malo (especialmente que es una mujer y a las mujeres en la mayoría de las culturas se les reprime por disfrutar algo tan normal como la sexualidad) ¿que tal que Nathaniel es igual? por su respuesta da a entender que después de sucrette, estuvo con otras chicas que la hacían de difíciles. Lo cual da muy mala imagen al personaje, no por acostarse con otras chicas si no por el hecho de que dice “difíciles”, o sea que tiene que convencerlas de tener algo con el aunque ellas no quieran y pasen de el. ¿Que tiene de malo no tomarlo en serio? ¿El toma en serio a las demás chicas con las que se acuesta? ¿Tiene un grupo muy exclusivo de chicas con las que ha dormido? Que me sorprende sobretodo porque el juego es francés y si alguna vez han estudiado francés o la cultura del francés, incluso visto películas ellos son mas liberales en lo que respecta a las relaciones personales y sexuales. Pero pues también entiendo que estén basando la historia en un país ficticio en el que están basados en las conductas americanas/japonesas donde nada de eso es bien visto.
Real quisiera que el personaje fuera como es pero sin ser una ironía la relación con el, esa relación de: el es un salvaje mujeriego y probablemente peligroso y yo soy una niña buena que hago a como el dice y me reservo solo para el. La verdad para mi el nuevo nathaniel representa una sola cosa, alguien con quien a lo mejor te acostarias una vez por diversión o a lo mejor que se convierta en una relación de amigos con derechos. Pero que al no haber cambiado tanto como presume termina por engancharse de ti y querer seguir estando contigo reformandose para ser aceptado por la sucrette nuevamente. ¿Qué opinan ustedes del tema?
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princesademarfil · 3 years ago
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En el siglo XIX, había un mandato de no mostrar la vida privada. Porque el “yo” expone. Era un riesgo para una mujer. Pero a Virginia la vida se escapa por las letras, y por eso podemos pensar sus novelas en el sentido que reflexiona Victoria Ocampo, como violentamente autobiográficas. Los personajes, las tramas, los conflictos revelan un componente de su vida. ¿Era un modo de reserva obligatorio, para comenzar a romper la censura disimuladamente? Porque ¿cuáles son los riesgos a los que se expondría? La huída en el personaje es un modo de enmascarar la propia vida y Virginia convierte la ficción en una máscara de sus experiencias. Sus novelas recorren temáticas como la posición de la mujer en sociedad, los problemas mentales, la sexualidad, el matrimonio, la muerte y el suicidio; todos aspectos que constituyen su persona. Puntualmente, pensamos en Orlando, escrita durante su relación con Vita Sackville-West, como una larga carta de amor. En Las olas, como un preanuncio de su propio final. Al faro, su novela más autobiográfica, que funcionó como catarsis de la relación con su madre. En el personaje de Septimus Warren en La señora Dalloway, que muestra qué siente una persona en sus momentos de locura. En palabras de Victoria: “ella ha llegado a hacer pasar todo su yo a su estilo, de tal modo que hablando de cualquier cosa habla de sí misma, ella, que nunca habla de sí misma” (Ocampo, 1984: 43). Esto no podrían haberlo adivinado los lectores de su época. Hoy en día leemos las obras de Virginia a la luz de su correspondencia, sus diarios y memorias. Pero toda esta información fue reservada, íntima, secreta, mientras vivió.
Virginia llevó a cabo una conquista del territorio femenino mediante una revolución intelectual. Esto implicó que muchos aspectos de su vida quedaran en privado. Pero en realidad, vida y obra aparecen de manera imbricada en todos sus escritos. Ya sea desde el diario oculto o las novelas, impregnaba todo con sus experiencias. Virginia fue una mujer poderosa, reconocida en una época eminentemente androcéntrica. Como mujer que se ganó su posición hace más de cien años, no podía mostrar debilidad, debía escribir novelas importantes e imponentes, no asociar su obra con ningún género menor. Pero en realidad, disfrutaba tanto de todo aquello que escondía que dejó una parte suya en cada obra. Dice: “Por lo tanto, me gustaría pedirles que escriban todo tipo de libros, sin vacilar en ningún tema por trivial o enorme que sea” (Woolf, 2021: 174). Quizás era un mensaje para sí misma, quizás escriban aquello que yo escribo y no me puedo mostrar.
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jgmail · 3 years ago
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“¿Quién soy yo?” La antropología metafísica de Yuri Mamleev
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Por Rosa Semikina
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
 Yuri Mamleev es una figura destacada de la literatura rusa que muchos consideran como una especie de mito, además de ser un escritor radical y misterioso. Incluso podemos afirmar que fue el “pionero” de la literatura rusa contemporánea, cuando comenzó a escribir en 1960: sus escritos eran muy “distintos” a las corrientes y tendencias artísticas que dominaban en su momento. Mamleev era un místico y un esoterista, definiéndose como un espíritu o testigo que recibía mensajes que provenían de otra realidad; es por eso que sus obras crean un mundo muy particular: los muertos vuelven a la vida, aparecen monstruos, psicópatas, maníacos, asesinos y suicidas racionalistas junto con seres marginales, “subhumanos” y criaturas no antropomórficas. Estos “seres desconcertantes” (Provocadores) solo pueden ser encontrados en situaciones extremas y excepcionales (en las fronteras o en medio de la “brecha” que existe entre el Ser y el No-Ser); todos ellos exploran lo misterioso, lo inexplicable, lo trascendente, razonan sobre la Eternidad y el Infinito, la Muerte y la Inmortalidad, intentando encontrar pruebas que demuestren la existencia de la divinidad, tratando de buscar su “camino al Abismo” y responder esta pregunta eternamente inquietante: “¿quién soy yo?”. Por supuesto, esta pregunta se hace no en un sentido psicológico, sino metafísico...
 Mamleev explica esta dimensión de su obra en una entrevista: “Mi obra es una descripción materialista del infierno terrenal, de los desastres espirituales, de los lados ocultos y no convencionales del alma humana”. Admite que su filosofía “nació de una valoración negativa del mundo”. Pero la “noche negra del alma”, que el experimento una vez en su interior y que es una constante en sus personajes, no es otra cosa que una etapa necesaria de la “iniciación” que nos conduce a la luz, a Dios y a la catarsis.
 Por lo tanto, el representar de forma fantasmagórica y surrealista a sus personajes, las situaciones que viven y los acontecimientos que experimentan tiene, en primer lugar, una justificación metafísica, filosófica (porque según Mamleev el “realismo metafísico” de su obra “requiere antes que nada sumergirse intensamente en nuestra realidad mientras abordamos problemas globales y metafísicos”) o “intuitiva” que nos permita desentrañar el subtexto que esconden sus escritos. En segundo lugar, se trata de provocar un choque o un golpe que cause que el lector se detenga, reflexione y comience a “reconstruir” la alquimia humana que está detrás de todo eso. Por supuesto, esta “meta-exposición” no garantiza el retorno de una integridad espiritual completa, pero no se puede desconocerse “que tal operación implica un proceso de limpieza”. Por ejemplo, en el cuento de los Pensamientos vespertinos, Mijaíl Saveliev, “un conocido asesino y ladrón que se encuentra muy viejo”, recuerda un día un suceso que tuvo lugar en alguna fecha de Pascua: siendo aún joven entró a un apartamento ajeno y mató a dos personas con un hacha, eran un hombre y su esposa, pero de “repente salió de la bañera, ubicada al fondo del pasillo, un niño pequeño, de unos cinco años, que no había visto ni tampoco entendía lo que pasaba: era blanco, inocente, brillante y tierno. Me mira a mí, a su tío, y de repente me dice: ¡Cristo ha resucitado! Dice eso con tanto cariño y alegría que por comprendí lo que era realmente la Pascua. En ese momento enfermé; en un solo instante sentí como un relámpago atravesó mi cuerpo y caí al suelo inconsciente”. Este niño tosco e inocente lo salva, pues sus palabras tienen un poder sobrenatural: esta “anécdota metafísica” hace un hueco en el alma del criminal que provoca que se arrepienta de sus crímenes y termine en un monasterio.
 Los personajes de Mamleev suelen ser descritos como monstruos, pero esa es una apreciación superficial: “son monstruos porque desean desentrañar los misterios que se encuentran más allá de la mente humana”, dice Mameleev. “Ellos quieren romper el flujo de la vida cotidiana y responder a preguntas eternas fuera de nuestra experiencia, por lo que se convierten inevitablemente en monstruos. Estoy interesado precisamente en estos viajeros y héroes que provienen del más allá”.
 Las inusuales pautas del pensamiento filosófico y artístico de Mamleev provocan naturalmente discrepancias a la hora de definir su método creativo, llevándolo incluso a decir que “sus creaciones podrían ser consideradas como una especie de realismo metafísico”. Mamleev ha publicado más de cuarenta libros en Rusia y en el extranjero, además de ser el fundador de una escuela literaria y filosófica o haber sido galardonado con el premio Andrei Bely y el premio internacional Pushkin. Es sabido que un grupo de jóvenes autores se formó a su alrededor y todos ellos participaron en un proyecto filosófico-literario conocido como el “Misterio del Infinito”. La mayor parte de las ideas de ese proyecto fueron publicadas en varios almanaques como Misterio del Infinito, El Equinoccio y Equinoccio. Hacia una nueva mística. La editorial Ripol-klassik publica desde el 2005 una colección titulada “Biblioteca de realismo metafísico”, que también es denominada como “Meta-prosa”. Podríamos decir que Mamleev es el fundador de una corriente literaria.
 Mamleev explica su concepción del realismo metafísico y de la metafísica en general en su libro El destino del ser.
 Si la filosofía académica define la metafísica como el origen de las ideas supra-sensibles del ser, “denotando con ello el intento tanto del pensamiento como de la razón de ir más allá del mundo empírico para alcanzar una realidad extra-empírica", entonces podemos decir que se trata del conocimiento del “ser en cuanto ser”, es decir, del “conocimiento de Dios y de la sustancia supra-sensible” (Aristóteles), lo que posteriormente llevó a la filosofía a considerar la metafísica como una forma de “interrogación con la cual tratamos de abarcar el conjunto total del ser y para que finalmente él, que nosotros constantemente interrogamos, nos interrogue también” (M. Heidegger, Problemas fundamentales de la fenomenología).
 Y. Mamleev considera que la metafísica hace parte del “mundo de las esencias espirituales”, o sea, de “la esfera de lo supra-cósmico, de lo divino, aquello que hace parte de lo original y espiritual en sí: podemos decir que el mundo del cosmos ‘invisible’ hace parte de otra clase de conocimientos”. Es a esto a lo que Mamleev llama los principios metafísicos (o “realidades”) que subyacen al universo y que nos revelan el “curso nebuloso que siguen otros mundos” y tiempos, todo ello nos ayuda a descifrar los símbolos ocultos de la existencia humana. Esas “preguntas sempiternas que la mente humana suele dirigirle a ese principio Primordial – por muy ingenuas que sean desde el punto de vista de lo absoluto –, el cual permanece en silencio, tienen en muchas ocasiones una dimensión metafísica”.
 La “realidad metafísica” se encuentra presente a priori en todos los mundos, independientemente del grado en que se hayan “materializado”, por lo que es posible que ellas se expresen con mayor profundidad y plenitud en la literatura que en la filosofía. Eso se debe a que la “imagen” es mucho más polifacética que la “idea”, pues la primera “expresa con mayor facilidad aquello que no se puede pensar” (La libertad en la poesía rusa). Los héroes de esta clase de literatura serían ante todo realidades filosóficas y metafísicas como la Nada, la cosa-en-sí-misma, el “yo” trascendental, etc. Es posible que esta sea la clase de literatura de la que habla Daniel Andreev en su libro La rosa del mundo: “solo de este modo serás capaz de comprender el sentido de las cosas inherente a la Rosa de la Paz: pues así lograras perforar la realidad física para poder acceder a niveles distintos, tanto materiales como espirituales. <...> Creo que tal arte... debería ser llamado realismo translúcido o meta-realismo”. Sin duda ha sido Y. Mamleev el autor que más ha desarrollado semejante meta-realismo.
 La antropología de Mamleev parte de una comprensión del cosmicismo y las estratificaciones metafísicas del hombre, sin hablar de la conexión metafísica entre el hombre y el mundo. Según Mamleev “...el hombre es un espacio donde se conecta el cielo y la tierra. Además, el hombre está conectado con el mundo físico, el mundo intermedio (es decir, el mundo sutil y paralelo) y el mundo divino. Por lo tanto, existen abismos dentro del hombre que pertenecen a mundos superiores, divinos y ... satánicos... El hombre es tanto una bestia como un ángel, está conectado con seres que se encuentran tanto por debajo como por encima de él... reuniéndose en su interior el cielo y la tierra” (La Rusia Eterna).
 El microcosmos humano es un reflejo del macrocosmos del mundo: la singularidad metafísica del hombre no solo consiste en ser un lugar donde se “conectan el cielo y la tierra”, sino que también los seres humanos son “fisuras” por medio de las cuales se puede entrar en otros mundos. El alma humana (Mamleev la llama “el arquetipo del alma del Universo”) contiene en su interior un código universal. El hombre como fenómeno psico-bio-social no importa (“especialmente porque ha sido muy estudiado por la literatura”), ya que el objetivo del realista metafísico es conocer “lo invisible, el hombre oculto” y para eso es necesario ir más allá de la psicología profunda. El hombre de carne y hueso no es otra cosa que un fragmento del “lugar metafísico que ocupa el hombre”. Y si el realismo tradicional nos lleva a plantear la existencia de dos abismos dentro de nuestra alma, el inferior y el superior, entonces podemos decir que el objetivo de Mamleev es crear una visión multidimensional del espacio interior del hombre que nos permite observar toda una multitud de abismos dentro de nosotros. Según H. Hesse, la “vida de todos los hombres oscila no ya entre dos polos, por ejemplo, el instinto y el alma, o el santo y el libertino, sino que oscila entre millares, entre incontables pares de polos.... es una necesidad innata fatal en todos los hombres representarse cada uno su yo como una unidad.... alguna vez en las almas humanas organizadas delicadamente y de especiales condiciones de talento surge el presentimiento de su diversidad…  Pero en realidad ningún yo, ni siquiera el más ingenuo, es una unidad, sino un mundo altamente multiforme, un pequeño cielo de estrellas, un caos de formas, de gradaciones y de estados, de herencias y de posibilidades... Y es que, claro, el pecho, el cuerpo no es nunca más que uno; pero las almas que viven dentro no son dos, ni cinco, sino innumerables; el hombre es una cebolla de cien telas, un tejido compuesto de muchos hilos” (El lobo estepario).
 Tal idea (o “conocimiento especial”) del hombre y del mundo implica que el escritor tiene una tarea muy específica: en primer lugar, tiene que ver detrás de la vida visible los atisbos de una “realidad mucho más formidable”, que “debe ser desnudada y visibilizada y, a pesar de lo abrumador de tal tarea, debemos descubrir los abismos del ser; en segundo lugar, es necesario revelar los abismos interiores del alma humana que observamos en nuestro comportamiento, vida espiritual y temores subconscientes. Una vez que conseguimos que los personajes expresen estos comportamientos, obtenemos lo que Dostoievski llama el realismo fantástico” (véase: La voz de la nada. Historias. M., 1991). Mamleev encontró varias formas de representar ese ser metafísico o “situación metafísica del hombre”. Por ejemplo, a través de la “profundidad del simbolismo”, pero de tal manera que se perciba claramente que el hombre no es sólo el ser humano, sino que “en sus profundidades... se oculta otro ser”, un ser secreto y trascendental que esta más allá de él mismo como hombre de carne y hueso y que no tenemos idea de su existencia (“ya que el hombre de carne y hueso no es más que un fragmento de la realidad humana”). Otra forma de representar este problema sería decir que el hombre exterior no es otra cosa que una proyección del hombre interior, una rendija o ventana que nos permite entrever una especie de esencia secreta. Sin embargo, existe una tercera de representación que consiste en pensar que el hombre es una entidad metafísica, una mónada original y eterna, un arquetipo metafísico, “un cierto reino autónomo que, por supuesto, no de este mundo...” El hombre no sólo es un ser misterioso, sino también incognoscible que esta “enraizado interiormente en lo infinito y lo desconocido. Los límites de nuestro autoconocimiento demuestran este punto”. No se trata de algún tipo o carácter específico, sino de una “centralidad metafísica” propia de nuestro interior.
 Mamleev no considera ser el creador del realismo metafísico y por eso cita como ejemplos de este arte las creaciones de Dante o la alquimia espiritual de la Edad Media que rebelaban la existencia de un hombre oculto que “no puede ser reducido al conocimiento superficial que nos proporciona la psicología moderna más sofisticada”. Solo la literatura rusa, que Mamleev considera como la más filosófica de todas, ha “podido iluminar... los abismos espirituales del hombre y su constante disposición a dirigirse hacia el éxtasis o los sueños...”, por lo que “la literatura se ha convertido en una forma de vida y muerte” y el texto en una “prueba de la vida interior del hombre”. Los héroes de la literatura rusa “se deslizan constantemente hacia el abismo... hacia un fracaso que se convierte en un fracaso completo de la existencia debido a la inestabilidad y carácter catastrófico y apocalíptico de la vida terrenal”. En la literatura rusa del siglo XIX se dio un giro ontológico, ya que las obras de Gogol y Dostoievski dieron nacimiento a la literatura metafísica del futuro. N.V. Gogol fue el primero en incursionar dentro de este mundo que estaba más allá del espíritu del mundo real al llamar a sus personajes “almas muertas”. En esas palabras podemos “ver” el horror metafísico de un escritor que se aproxima a los abismos del ser. Por otra parte, el “realismo fantástico” de F.M. Dostoievski rompe con los códigos estéticos del siglo XIX, ya que su búsqueda artística se basa en una idea “fundamental y clave” de que la vida es más fantástica que cualquier fantasía. Todo ello define el verdadero programa del realismo metafísico.
 N. Berdiaev decía que F. Dostoievski era “el mayor metafísico ruso”, un “simbolista metafísico”, y por eso estaba convencido de que el mundo artístico encarnado en las novelas de Dostoievski sólo podía ser entendido a la luz de sus descubrimientos sobre la esencia metafísica del hombre y su posición en el mundo. Cuando Dostoievski afirmaba “no soy psicólogo...” precisamente quería dar a entender que el hombre psicosocial es imposible de representar si se ignora su dimensión metafísica, por lo que el hombre debe ser considerado como una mónada original y eterna, un arquetipo metafísico, un concepto clave de la estructura ontológica de la realidad y un “enigma cósmico” (I. Yevlampiev). El despliegue del código metafísico oculto que está más allá del hombre empírico (o “externo”, como la llama Mamleev) es un intento de alcanzar un “realismo más elevado” (Dostoievski: “Soy un realista en el sentido más elevado del término, es decir, alguien que describe las profundidades del alma humana”). Mamleev, que sigue en esto a Gogol y a Dostoievski, consideraba que tales antinomias, abismos, orfandades, destrucciones interiores, omnipresencias y la búsqueda de Dios por parte del alma rusa, no son artificiales, sino que hacen parte de “la histeria metafísica del espíritu ruso, su intento de ir más allá de todos los límites y normas” (N. Berdyaev).
 Saltikov-Shchedrin comprendió que Dostoievski “no solo se aleja de nosotros”, sino que el secreto que lo convierte en un Otro reside en que el escritor “penetra más allá del campo de lo inmediato, dentro de la previsión y el presentimiento, siendo este el campo de los grandes interrogantes de la humanidad”. Es precisamente en este “campo” donde se percibe lo “oculto, lo incomprensible, lo caótico, lo grandioso y el abismo sin fondo” el lugar en que penetra la mirada artística de Mamleev, porque es precisamente esta búsqueda la que determina el ser de todos sus personajes o “seres metafísicos”. Sin embargo, Mamleev le otorga al ser una existencia real, lo cual lo acerca al realismo mágico de la literatura latinoamericana del siglo XX, donde se fusionan lo real y lo mágico, lo mundano y lo fantástico. Pero a diferencia del realismo mágico Mamleev “no recurrió al mito, sino a una especie de prosa muy tradicional y ordinaria, incorporando todas las facetas de la realidad a ella... como tejido metafórico... Por lo que estamos hablando de un género completamente nuevo... donde lo metafórico, metafísico y simbólico terminan por ‘incorporarse’ al relato realista y todo ello alcanza una síntesis” (1). Semejante síntesis es “una de las variantes de todos los procesos artísticos del siglo XX donde interactúan sistemas no clásicos de pensamiento” (2).
 Sin embargo, es posible hablar de otra clase de “interacción”. Los personajes de Mamleev, capturados por esa “otra realidad”, cambian no sólo externamente, sino también en su “esencia”, es decir, se produce una alquimia humana. Mamleev llama metáforas a las transformaciones “milagrosas” de sus personajes: la crítica artística contemporánea considera que estas no son metáforas sino simulacros, imágenes artificiales o “imágenes de una realidad ausente”. Las obras de Yuri Mamleev por lo general están sobrecargadas con citas y se encuentran sumergidas en un contexto cultural y artístico muy amplio, rebelando la existencia de diferentes tradiciones literarias. Existen claras huellas de tradiciones como el Menippeae (género satírico romano, n.d.t.) y las realidades grotescas del carnaval, donde la muerte y la fiesta convergen, en cuentos cortos como La boda y Encuentros crueles. Los monstruosos personajes de Encuentros crueles parecen salir de los grabados del Bosco y de Goya: cuerpos con dos cabezas, cadáveres andantes y un hombre-oso. También es evidente la influencia de la literatura gótica de terror y el romanticismo de Hoffmann y E. Poe en tales narraciones. Además, es muy evidente en los escritos de Mamleev la inspiración que saca de la fantasía clásica rusa, especialmente todo lo que tiene que ver con las múltiples referencias a El fabricante de ataúdes y la Fiesta durante la plaga de Pushkin o Diarios de un loco y Almas muertas de Nikolái Gógol, pero sobre todo son muy claras las referencias a Fiódor Dostoievski.
 La poesía de Mamleev solo se parece exteriormente a elementos posmodernos como la realidad virtual y las imágenes-simulacro encarnada en la intertextualidad áspera, sombría, chocante, fenomenal y mezclada de Mamleev que polemiza con todos los autores que cita (entendiendo esto último en el sentido más amplio posible). La variabilidad lúdica que se desarrolla en todas estas colisiones o la forma en que se solucionan los problemas a veces crea la impresión de que el pensamiento del autor es muy incompleto y contribuye a que sus obras sean vistas como un texto abierto e infinito. Sin embargo, la realidad cotidiana es el fundamento de todas las obras de Mamleev. Lo desconocido no es concebido como algo fantástico, sino como una “realidad espiritual intuitiva”. Por eso el realismo de Mamleev está relacionado con su intento de articular su idea del mundo con una especie de cosmo-antropología filosófica.
 Vasia Kurolesov, uno de esos “viajeros metafísicos” de Mamleev (El Abismo), confiesa: “Todo está en su sitio, como debe ser, Dios es Dios y, aun así, incluso después de eso, ¡sigo corriendo y corriendo! ¿Hacia dónde debo correr ahora, después de haber encontrado a la Divinidad? Solamente hacia Ti, oh Señor, que estas en mi interior, hacia el yo, o en su lugar corro hacia una distancia que ningún signo puede revelar y que el vacío no puede expresar...”.
 Son palabras que nos señalan el camino hacia lo supra-real o hacia un Abismo exterior – que se encuentra más allá de todo lo conocido e imaginable – e interior – donde yacen los misterios del alma humana –. De todos modos, resulta inexacto definir los viajes que se dan en estas obras con el epíteto de “viajes espaciales”. Además, el camino hacia lo trascendental que siguen los personajes de Mamleev están siempre condicionados por el realismo. En el cuento de El corredor se habla de la capacidad de Vasia Kurolesov de volar por todo el universo, visible e invisible, es resultado de su imaginación, siendo en ese sentido una consecuencia (un síntoma) de la enfermedad mental de un hombre que intentó “ir más allá de sí mismo” y sobrepasó sus límites. La parte más importante de la historia está en el capítulo titulado las “notas de un loco”, dividido en dos partes que se corresponden con dos fases de la enfermedad y dos versiones distintas de su fantasía: la primera parte se llama “Notas de Vasia Kurolesov” (“cuando corría desprendiéndose de su cuerpo”) y la segunda parte recibe el nombre de “Notas de Vasia Kurolesov después de que Zamorisheva viera que él mismo se había convertido en un monstruo de otro mundo”. El personaje de Vasia Kurolesov hace referencia a la tradición literaria de los “locos sabios” (cf.: Poprishchin en Diarios de un loco de Gogol). A pesar de haber caído en una clase de psicosis maníaca, Vasia conserva su aguda capacidad de observación y perspicacia, siendo capaz de analizar y evaluar todo lo que ve.
 Contrariamente a lo que sucede con el postmodernismo, no es Vasia quien está enfermo (la enfermedad es una convención artística, decía Dostoievski), son los “hombres promedios” modernos y filisteos quienes están enfermos porque se han alejado de las utopías tradicionales y los mitos religiosos: “Mi pensamiento y mi yo vuelan por sobre todos estos mundos de mierda, aunque estos sean dichosos. Dondequiera que mire y espíe, dondequiera que meta la nariz... le doy a los transeúntes una probada de lo que es la locura y asusto a los habitantes de este lugar. Es como si hubiera evadido todas las leyes cósmicas, gracias a la voluntad de lo Invisible, y con ello pudiera espantar a todos con mi particularidad. ¡Oh, estrellitas, estrellitas! Me muero de risa”. Creo que en estas frases existe una cierta alusión a la utópica “Edad de Oro” descrita por Dostoievski en El sueño de un hombre ridículo. En este cuento, se narra la vida de los hijos de una hermosa estrella en la que cae por accidente un “hombre ridículo”, “ellos vivían en el estado en que existían nuestros antepasados en el paraíso terrenal. Entre ellos había amor y nacían los niños, pero jamás observé entre ellos crueles arrebatos de la lujuria que se apodera de casi todo el mundo en nuestra Tierra, y que es la fuente de la mayoría de los pecados de nuestra humanidad. Se alegraban cuando nacían sus hijos por ser nuevos partícipes de su dicha. No había disputas entre ellos, ni celos, y ni siquiera comprendían lo que eso significaba. Sus hijos eran de todos, porque todos componían una familia. Apenas tenían enfermedades, aunque existía la muerte; sus ancianos morían despacio, como si se quedaran dormidos, rodeados de gente que se despedía de ellos, bendiciéndolos, y despidiéndose con alegres sonrisas. No se veían ni el dolor ni las lágrimas cuando esto sucedía, sino un amor que parecía multiplicado hasta el éxtasis, pero un éxtasis tranquilo, completo y contemplativo”. Vasia Kurolesov parodia la utopía Dostoievski cuando describe una de las muchas dimensiones del Universo a las que se asomó: “Su vida, difunta madre, no transcurre como el nuestro: es muy, muy lento, ellos son una especie de parásitos que viven durante millones y millones de años. Viven dichosos, satisfechos de sí mismos, como si fueran dioses cuyos cuerpos están hechos de la sustancia más fina de todas... ¿Y qué cosa buena han encontrado en semejante alegría y dicha? Nada más que estupidez y ningún Abismo dentro de sí mismos, solo se han quedado sentados alegremente allí durante millones de años. Nuestros compatriotas se volverían locos viviendo de esa manera”. Sin embargo, Vasia también critica al inframundo y a los demonios cuando los observa desde la perspectiva de la experiencia y las necesidades humanas más importantes: “Los demonios ... viven incluso peor que los dioses. Meros bastardos que solo trabajan a favor de sí mismo, pero, sobre todo, le temen a su Amo. Y su mayor temor es ver el Abismo, lo que significa que jamás conocerán la profundidad de la realidad. Los celestiales, especialmente aquellos que tienen un rango muy elevado, se reúnen todo el tiempo junto a su Amo diciendo que vivimos en un mundo claro donde nadie conoce el mayor de todos los misterios. Los demás demonios tiemblan al escuchar sobre el Espíritu de su Amo y creen que desaparecerán una vez que lo conozcan. Viven sometido por el miedo”.
 Mamleev sostiene que la aspiración de Vasia por llegar al Abismo (incluso después de haber penetrado en lo Absoluto, es decir, en Dios) es una manifestación del espíritu ruso, que tiene como principio cosmológico mediar entre el Absoluto (incluido Dios en sí mismo) y el Abismo que existe más allá de él. Tal interpretación del espíritu ruso lleva a Vasia darse cuenta que Rusia no es solamente una sexta parte del globo, sino algo más: “Por cierto, Rusia no se encuentra sola en esta Tierra pecadora”. Es necesario explicar esta frase: Y. Mamleev y T. Goricheva escribieron un libro llamado La nueva ciudad de Kitezh en el cual explican su concepción cosmológica o metafísica de Rusia. Según ellos, “la esencia histórica de Rusia se encuentra mucho más allá de nuestro mundo terrenal y es uno de los misterios más profundos de la relación entre Dios y el Cosmos... Nuestra Rusia histórica no es más que una de las muchas manifestaciones de la Rusia Cosmológica que podemos encontrar en otros planetas y en otras realidades espacio-temporales. La idea de Rusia existe más allá de nuestro mundo terrenal y humano, si esto último es cierto, entonces esta idea inevitablemente también se manifestará en otros mundos” (3). Este concepto de una Rusia Cosmológica lo encontramos en N. Berdiaev y los “eslavófilos radicales”, quienes ligaron la idea de Rusia a la idea de la humanidad, de allí que los seres que viven en la Rusia Cosmológica no solo son análogos a sus contrapartes terrestres, sino que están ligados a un determinado arquetipo humano. Es posible que existan rusos en otros Mundos-Rusos viviendo en medio de la “angustia” y la “locura”. Por supuesto, para que eso pase estos seres deben encarnar una idea rusa adaptada a su mundo.
 El cuento que narra la huida del “sabio loco” hacia la Eternidad revela en realidad el mito de la Rusia Cosmológica en el que cree Mamleev.
 Otro de los mitos de Mamleev es su concepto del “yo metafísico”, del “Dios que existe en mí”, que ha esbozado en sus obras filosóficas (El destino del ser; Rusia eterna) y cuyos orígenes están en la metafísica oriental. Este concepto sostiene que el hombre es capaz de encontrar a Dios dentro de sí mismo. No solo una chispa de Dios o su conciencia, sino a Dios como un todo hasta el punto de coincidir plenamente con lo Absoluto. Uno de los muchos viajeros metafísicos de Mamleyev, Andrei Artemievich (El camino al abismo), “predicaba y practicaba una cierta enseñanza antigua y tradicional (el Vedanta) nacida en la India, pero una vez que fue comprendida e iluminada por el ardiente espíritu ruso terminó por transformarse”, es por eso que les enseñaba a sus alumnos “el concepto del yo metafísico” de la siguiente manera: "Según el Advaita-Vedanta... el principio absoluto y supremo, eterno y supra-mundano, que la mayoría llama Dios se encuentra ‘dentro’ de nosotros, lo demás no es otra cosa que un horrible sueño. Todos pueden descubrir este Yo Superior o Dios que existe dentro de uno mismo y con el cual pueden incluso identificarse, pero para ello es necesario eliminar toda falsa identificación que tengan con su cuerpo, psique, individualidad y mente, de ese modo dejan de ser ‘criaturas temblorosas’... Y el hombre se convierte en lo que realmente es: no seremos, por ejemplo, Nikolai Smirnov, o cualquier otro hombre, sino una realidad absoluta eterna, que no puede ser expresada como una existencia individual por medio del tiempo, los números o el espacio y que puede existir incluso cuando no existe ni el mundo ni el universo”.
 La antropología filosófica y artística de Mamleev es una síntesis de los conceptos de la filosofía religiosa rusa y de la “idea rusa”, especialmente de las teorías de N. Berdiaev, junto con la metafísica india, el Vedanta, la enseñanza dogmática cristiana sobre la teosis del hombre, la auto-devoción nietzscheana y ciertos elementos de la filosofía de Heidegger sobre cómo el hombre se aproxima al ser. Aquí también encontramos las ideas de Dostoievski de que el hombre posee una “chispa de Dios” en su alma que lo conecta a Dios y su Hijo.
 Esto no es un juego de palabras ni tampoco una defensa de que es imposible llegar a la Verdad absoluta o una especie de justificación del relativismo posmoderno. Es más bien una muy compleja síntesis entre distintas ideas alrededor de las cuales gira toda la obra de Mamleev, sin hablar del pensamiento caótico y las tinieblas en que ha penetrado el alma del hombre moderno y de las cuales el amor cristiano ya no es capaz de salvarlo: el hombre de hoy, aun reconociendo a Cristo y aceptándolo como ideal, le es imposible salvarse, porque debe “ir más allá” de la encrucijada donde se encuentra Dios y el Abismo.
 El concepto del Hombre como “situación metafísica” tal y como lo entiende Yuri Mamleev es un “cuadrillón” que se encuentra de forma “intuitiva” en la alquimia espiritual del Hombre.
 Notas:
 1. Метафизический реализм писателя-оптимиста. Беседа с А. Вознесенским. Независимая газета. 2000, 25 мая.
2. См.: Лейдерман Н. Л., Липовецкий М.Н. Современная русская литература: 1950-1990 годы. Т. 1. М., 2002. С.17.
3. Мамлеев Ю. В. Россия вечная. М., 2002. С. 116-125. Подробнее об этом см.: Мамлеев Ю. Судьба бытия (гл. “Последняя доктрина”). М., 1997.
 Fuente: https://magazines.gorky.media/october/2007/3/kto-est-ya.html
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y-g-n · 7 years ago
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 El mundo del diálogo es una completa locura. Tiene tantas funciones, tantos matices, contextos y niveles gramaticales que podría pegarme toda una vida hablando de ello. No obstante, aquí abarcaré únicamente algunos de los puntos que considero fundamentales a la hora de escribirlos, porque cada vez soy más consciente de lo importante que es y el considerable cambio que supone si se hace de una manera o de otra. Así pues, empecemos:
1. Diferenciar conversación de diálogo.
Dentro de la narración, la conversación es un texto espontáneo que puede improvisarse y no mantener ningún orden. P.ej., el personaje puede mantener una conversación consigo mismo. En cambio, el diálogo es un texto planificado que respeta los turnos de palabra, mantiene la unidad temática y posee las propiedades de un texto oral. Es decir, el diálogo imita el habla coloquial, pero con menor cantidad de palabras y mayor calidad. Este no puede ser tan espontáneo y natural como podría serlo una conversación de dos colegas que charlan en la terraza de un bar. El diálogo no remite a una realidad concreta sino que crea en el texto su propia realidad.
2. Aspectos.
Personaje. El diálogo caracteriza enormemente a los personajes. Sus palabras revelan sus orígenes, sus intenciones, su estado de ánimo, sus pensamientos, etcétera.
Situación. La situación en la que se encuentran los personajes interfiere notablemente en los diálogos, del mismo modo que interfiere la persona o personas con las que nuestro personaje se encuentre. 
Tema: El diálogo contiene un mensaje y una finalidad. Los personajes pueden hablar por hablar o contar lo que está ocurriendo. Los diálogos son conductores del avance da la historia, por lo que hay saber usarlos correctamente y no desperdiciarlos con frases o intervenciones innecesarias.
Expresividad: En el diálogo refleja el estado emocional del personaje, ya sea por su forma de hablar, sus palabras o mediante el uso de las acotaciones (distante, amenazador, alegre, nervioso...) Es lo que le da la voz al personaje.
3. Acompañar al diálogo con gestos.
Para dar vida a los diálogos y hacerlos más visuales, es necesario que estos sean acompañados por gestos. Con ellos podemos expresar las reacciones de los personajes (— ¿En serio? —alzó las cejas, escéptico— . No me lo puedo creer); señalar o identificar a personas o cosas (Apuntó al hombre con la pistola —. Hasta la vista, baby); acompañar para describir o mostrar (—Más o menos... —dibujó una gran “o” con las manos— . Así de grande); resaltar partes del diálogo (—Estaba bañándose en el río  —con una sonrisa pícara—. ¡Desnuda!) o relacionarlos con la actividad ( —Ahora mismo estoy ocupado —pasó la página del libro y continuó leyendo —. Ven más tarde).
4. Errores a evitar.
Redundancia. Muchas veces se añaden palabras o frases que sobran, ya sea porque se han mencionado antes, o porque sencillamente se deducen. P. ej.: “X termina de colocarse el vestido, pero no llega a ajustar la cremallera de la espalda, así que le pide a Y.—¿Puedes ayudarme a abrocharme la cremallera?” Esta frase sobra. Con un simple: «¿Me ayudas?» Incluso con un gesto o una mirada entre los personajes la acción se habría completado. Evitando este tipo de redundancias lograremos unos diálogos mucho más limpios y concisos que facilitarán su lectura.
Alusión a la acción y espacio dentro del diálogo. “— ¡El almacén ha explotado! — gritó— . ¡Mira cuántos muertos, está la avenida llena!” Los textos descriptivos, como su propio nombre indica, tienen que estar en la descripción, no en el diálogo. Puede haber un diálogo en el que se describa una escena, pero a no ser que sea realmente necesario, hay que evitar hacer lo ejemplificado en el texto de arriba y ceñirse a describir las acciones y espacios en la narración. Después de haber situado al lector en la escena, entonces los personajes podrán reaccionar a ella con un diálogo. Mezclar ambos conceptos puede resultar muy confuso y desorganizado.
5. Escribir diálogos correctamente.
Este punto es un tema que ya se ha hablado mucho pero que, pese a ello, la mayoría de la gente continúa haciéndolo mal. Aún así, aquí dejo una pequeña guía que escribí para @rolhispano hace tiempo por si a alguien le interesa aprender a usar los guiones en los diálogos de forma correcta y no como el resto el mundo lo hace.
Faltas muy comunes en los diálogos.
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