Tumgik
#como se nota que no pasan hambre
sudaca-swag · 1 year
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Ba estan re locos en general los yanquis creo que volvieron a agregarle plomo al agua la verdad
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ichivro · 1 year
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g: para que nuestros personajes se encuentren en la sala de instrumentos .
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observa a fémina que acaba de entrar, alzando ambas cejas como un tipo de saludo y regresa mirada hacia el piano frente a él. ' dime, ¿estás aburrida o hambrienta? ¿o las dos cosas? ' dedos pasan por algunas teclas, las cuales van soltando notas. sí, en algún momento de su eternidad, había aprendido a tocar uno que otro instrumento y ese era uno de esos mas no está tocando ni una melodía, solo teclas al azar. ' no encuentro el sentido de encerrarnos todos juntxs ' comienza a decir, sin dejar de tocar. ' si supone que quien cometió diablerie está aquí... ¿no es mala idea dejarle con hambre? ' no le parece razonable ni le parecía justo para él y quienes no habían hecho nada.
♡ 𝑒𝑛𝑣𝑖𝑎𝑑𝑜 𝑝𝑜𝑟 : @y0nain .
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jose-a-perez · 1 month
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LA HISTORIA DE AMANDA
Praga, Checoslovaquia, 8 de diciembre de 1919
Amanda Novak tiene 22 años. Empezó a prostituirse a los 15. Dejó de hacerlo a los 21, cuando conoció a su último cliente: el señor Nadie.
Amanda me recibe en su casa, una vivienda humilde que se cae a pedazos: paredes hinchadas por la humedad, techos descascarados, un colchón en el suelo donde duermen varios gatos, tres sillas, una mesa pequeña y un espejo roto que refleja mi silueta cuarteada. Amanda se desplaza en una silla de ruedas oxidada, me pregunta si quiero té de jengibre, le digo que no. Sorprende la miseria que la rodea. Lo primero que le pregunto es qué hizo con el dinero que le pagaron.
—Doné una parte al hogar de huérfanos en donde crecí —dice—. Al principio se negaron a aceptarlo, hicieron preguntas: de dónde había sacado tanto, quién me lo había dado, etc. Al final los persuadí de que se quedaran con un poco, de que reformaran el hogar y les comprasen ropa nueva y juguetes a los niños... Aceptaron la donación a regañadientes. Claro, imagine a una muerta de hambre como yo, que se aparece con millones de Coronas en una bolsa…
—¿Y qué hizo con el resto?
—Contraté a un detective, le dije que le daría la mitad si encontraba al señor Nadie.
—¿Así se llama el que la secuestró? ¿Señor Nadie?
—Así se llamaba… —dice Amanda mientras se sirve té en una lata de tomates vacía.
Amanda tiene el cutis gris, seco y estriado. Me cuesta creer que sólo tenga 22 años. Sus brazos están fibrosos de tanto girar las ruedas. Sus manos son gruesas, ásperas y venosas; parecen manos masculinas. Sus piernas sin pies cuelgan de la silla como algo ajeno al resto de su cuerpo. Lleva el pelo revuelto, casi blanco, tan largo que debe hacerse una trenza para que no se le enrede con las ruedas de la silla. Cualquiera que leyese esta descripción pensaría que se trata de un adefesio... pero no lo es, la belleza late en su cara, en sus facciones suaves y en sus ojos color zafiro, que contrastan con la lividez de su piel.
Bratislava, 3 de abril de 1918
«Soy una chica sucia, chupo y trago más que las demás…lala, larala… todos mis agujeros están disponibles para el mejor postor, para el mejor postor…». Así se vende Amanda frente los hombres que pasan a su lado: cantando sus destrezas a viva voz. Algunos se paran y le ofrecen monedas, pero ella sonríe y les responde, también cantando: «No acepto limosnas… chupo y trago mejor que las demás…lala, larala… todos mis agujeros están disponibles para el mejor postor… »
El estilo que Amanda utiliza para venderse es infantil, las demás putas que comparten la calle se ríen de ella, le dicen estúpida, imbécil, ridícula… pero ella las ignora y sigue cantando; y al final, el mejor postor siempre la elige entre las otras.
Cerca de las 2 de la mañana, la calle Roja de Bratislava empieza a vaciarse de gente. En lo que va de la noche Amanda se ha dejado sodomizar tres veces y ha hecho seis felaciones. Sus bolsillos están llenos. Se prende un cigarrillo para quitarse el gusto a esperma de la boca. Mientras camina por las desérticas calles de la ciudad, nota que un auto se arrima a la vereda y reduce la velocidad para quedar a la par de ella. Es un Buick blanco, el chofer saca una mano enguantada por la ventanilla y deja caer un rollo de billetes en la calle, luego acelera. Amanda recoge los billetes y sigue caminando pendiente del auto, que se estaciona llegando a la esquina. La mano del chofer suelta otro rollo y vuelve a acelerar. Ella toma el dinero y sigue al auto como un animal hipnotizado. La acción se repite cuatro veces, hasta que el auto se detiene y apaga el motor. Amanda le acerca los cuatro fajos al chofer.
—¿Qué estás buscando con tanto dinero? —le pregunta.
En la penumbra Amanda no logra distinguir la cara del tipo, que se baja el ala del sombrero para no dejase ver.
—Busco sus servicios por 9 meses —le dice.
Amanda suelta una risotada ordinaria, le tira los billetes en el regazo y se va caminando.
El auto arranca y la sigue. El chofer saca la mano nuevamente y deja caer algo brillante en la vereda, algo que percute como una piedra. Amanda se agacha y recoge lo que parece ser un diamante.
—Lo que usted tiene en sus manos es una gema valuada en miles de Coronas. Si me ofrece su cuerpo por 9 meses, se la puede quedar y vivir como una duquesa el resto de su vida.
Amanda sostiene la joya, la baraja entre sus palmas, es pesada, de forma hexagonal. Mientras el chofer habla, Amanda se quita los zapatos con la punta de los pies y se escapa llevándose el diamante. El auto la persigue tocando el claxon. Amanda toma las calles al azar, gira en las esquinas, derecha, izquierda… se mete en un callejón, no hay salida, intenta treparse al muro para pasar al otro lado, el auto acelera y le aplasta las piernas con el parachoques.
Amanda despierta en una cama con dosel. Tiene los brazos atados a los pilares de la cabecera. Del dosel cuelga un velo rojizo, se distingue una sombra a través de la tela.
—¿Dónde estoy? —pregunta.
—Lejos —responde la sombra.
—¿Usted quién es?
—Soy el señor Nadie.
—¿Qué quiere, por qué me trajó aquí?
—Se lo dije hace una semana, en la calle: quiero 9 meses.
Amanda está drogada, siente la boca seca y la lengua hinchada. Habla con dificultad.
—¿Qué pasa con mis pies? No los siento.
—Sus piernas quedaron destrozadas. Tuvimos que amputarle los pies para detener la gangrena... —responde la sombra son suma tranquilidad.
Amanda cierra los ojos y solloza.
—Esto no puede estar pasando… —murmura.
La sombra corre el velo y se deja ver. Es un hombre vestido de traje negro, con la cara deformada en protuberancias que emanan un líquido viscoso y amarillento.
—¡Por Dios! —grita Amanda.
—Entiendo su espanto —le dice el hombre—. Sucede que sufro de una extraña clase de lepra purulenta. Mi familia lleva varias generaciones sufriendo esta enfermedad. Me han dicho que es un maleficio gitano que le hicieron a mi tatarabuelo, hace 150 años... Sé que soy repulsivo a sus ojos, ni yo mismo tolero mirarme, por eso no hay espejos en esta casa.
El hombre se sienta al borde de la cama.
—¿Y yo qué tengo que ver con eso? —pregunta Amanda desviando su mirada—. Déjeme ir, yo no hice nada malo... no quise robarle, perdóneme, por favor…
El tipo le acaricia la cara. Amanda siente los bultos viscosos de sus manos rozándole las mejillas.
—Usted nos va a salvar, Amanda —le dice—. Usted fue elegida para curar esta maldición.
—¿De qué habla? ¿Está chiflado?
—Esta noche, los hombres de esta familia: mis tres hermanos, mi padre, mis cuatro sobrinos y mis dos tíos, van a intentar preñarla. Y cuando lo logren, cuidaremos de usted hasta el momento de dar a luz. Con esa criatura vamos a cortar la maldición... En agradecimiento me encargaré de hacerla una mujer millonaria…
—¡Ni muerta me dejaría tocar por ustedes! —grita Amanda mientras tironea de las amarras.
—Amanda —le dice el hombre con ternura—. Usted no está en condiciones de decidir. Si se resiste será peor, porque la haremos sufrir: la quemaremos, le arrancaremos la piel, le sacaremos los ojos, la lengua... la obligaremos a comer cucarachas y las cosas más horribles que pueda imaginarse. En cambio, si cede, si abre sus piernas sin poner resistencia, esto pasará pronto y se llevará una gran recompensa.
—¡Prefiero que me mate, hijo de puta!
El hombre se levanta, vuelve a correr el velo del dosel y antes de salir de la habitación le dice:
—Comenzamos en dos horas. Antes vendrá una enfermera, para limpiarla y lubricarla…
—Y así fue —me dice Amanda—. El grupo de leprosos apareció dos horas después. Había de todas las edades, desde 16 hasta 60 años. Uno por uno fueron metiéndose entre mis piernas, con sus cuerpos amorfos, supurantes, inmundos... Con las caras desfiguradas por los bultos. Y mientras me violaban, la enfermera me acercaba una cubeta para que vomitase. Porque era imposible no vomitar... Eran los seres más asquerosos que alguien pueda imaginar.
Y cuando eyaculaban dentro de mí, los tumores de sus cuerpos supuraban pus con más abundancia. Y el olor… nunca olvidaré ese olor, como a leche mezclada con heces…
Intento retener el reflujo que sube por mi esófago. Durante unos minutos quedo con el torso curvado hacia adelante, tratando de contener el vómito. Amanda me observa y sonríe.
—No se preocupe, es normal lo que siente —me dice—. Por eso le ofrecí té. El jengibre es bueno para las náuseas, yo lo tomo todo el tiempo… ¿Seguro no quiere un poco?
—No gracias. Ya se me pasa —le digo mientras me reincorporo—. ¿Cuánto tardó en quedar embarazada?
—Al mes notaron que ya no menstruaba y dejaron de hacerme visitas… luego empezaron a tratarme como a una deidad. Me llevaban a pasear por el parque en silla de ruedas. Me hacían masajes, me cocinaban manjares y me dejaban leer todos los libros que quisiera. Tres meses después apareció la bruja que les había dicho cómo romper la maldición. Era una vieja gitana que hablaba en un idioma que yo desconocía.
Amanda se queda en silencio unos instantes.
—Fue una niña. Tenía mis ojos dijeron. Las parteras me la quitaron de las entrañas y se la llevaron a otra habitación. No querían que la tocase, temían que intentara matarla, seguramente. Y no estaban equivocados. Le hubiese roto el cuello al momento de tenerla en mis brazos.
—¿Qué pasó después?
—Al otro día me metieron en un auto y me colocaron una capucha. El auto anduvo dos horas, me bajaron y me subieron a otro que anduvo cerca de 4 horas. Me bajaron y me subieron a un tercer auto que tras 6 horas me dejó en Bratislava. Me colocaron en una silla de ruedas de oro y me empujaron hasta la entrada de una enorme y lujosa casa que yo solía admirar cuando trabajaba de puta. Me dijeron que era mía. Unos sirvientes me ayudaron a entrar. Al otro día despedí a la servidumbre y puse todo a la venta. Y con ese dinero, más todo lo que me habían depositado en el banco, fui al hogar de huérfanos para donarlo todo…
—¿Y qué pasó con el detective?
—Tardó dos meses en encontrar la casa del señor Nadie. Ni siquiera estaba en Checoslovaquia, estaba en Viena. Le pagué lo acordado y le di algo más a cambio de que contactará a 6 sicarios. Tras unas semanas me reuní con ellos y les ofrecí todo lo que me quedaba a cambio de que asesinaran al señor Nadie y a toda su familia de monstruos. No preguntaron nada, se repartieron mi fortuna y desaparecieron.
—¿Y lo hicieron?
Amanda se mete la mano dentro del sostén y extrae una hoja de periódico, la desdobla y me la entrega. El titular dice: Feroz masacre en mansión de Viena. 20 muertos. Posible ajuste de cuentas…
—¿Y la bebé?
—Ya estaba muerta cuando llegaron los sicarios. Los leprosos la habían desangrado y se habían bebido su sangre. De esa forma creyeron que acabarían con la maldición. Enfermos hijos de puta... Me alegro de haberlos matado a todos. Fue la mejor inversión para todo ese dinero.
Me despido de Amanda con una sensación de alivio. Ése alivio que a veces produce la venganza, sobre todo cuando es tan merecida.
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toappreciatelife · 4 months
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Carta a Joanna Brouk + penas de amor
Me digo lo que se dice siempre en estos casos. Se irá con el tiempo. El tiempo cura las heridas. Con el tiempo voy a ser capaz de inventar algo. Aunque ahora no lo crea posible, la alegría va a ser de nuevo posible para mí, incluso el amor. Tengo que pasar estos primeros días. Después se irá apagando la intensidad, la brasa caliente. La carne viva va a cicatrizar. Hoy ya fue menos intenso que ayer. Ayer fue menos intenso que anteayer. Hoy tuve momentos en que pude hacer otra cosa y olvidarme. Hoy pude meterme comida en la boca, masticarla y tragarla, incluso con hambre. Y es sólo el tercer día. Esto va a pasar, como pasa todo. ¿Y cómo no va a darme pena que lo que amo se me escurra entre los dedos… de nuevo? Todo lo que amo tiene la consistencia del agua, pero mi pena también tiene la consistencia del agua y ya está pasando.
Joanna Brouk, gracias por haber creado música tan, tan hermosa. Hoy me senté en el piso, en un rincón de la habitación, y escuché algunas de tus canciones con los auriculares. Estaba en un lugar muy oscuro y frío, pero tu música me agarró de la mano y me fue sacando de ahí. Me llevó a la superficie. Me permitió respirar. Me secó las lágrimas y me llevó a pasear por paisajes acuáticos, marinos, de agua tibia y tranquila, llenos de reflejos ondulantes, espuma brillando al sol, barcos y ballenas nadando en calma. Hay una nota grave que a veces aparece sola después de un silencio, como si se alejara unos pasos del chisporroteo de otras más agudas que vienen antes. ¿Era esa la nota que te obsesionaba? No sabés el efecto que tiene ese sonido en mí. Yo también podría escucharla repetirse sin parar. Es el sonido de lo inefable, expresa eso que siempre quiero decir, pero nunca puedo y no sé qué es. Me llena de una calidez tan profunda escucharla. A veces estoy helada, pero tu música es luminosa y dulce, sin ser nunca sentimental. Es demasiado inhumana para ser sentimental. Escucharla es llenarme el cuerpo de luminosidad y dulzura hasta las últimas moléculas. Me gusta que inunde todo mi cuerpo y que el agua de la que estoy hecha se pliegue a los sonidos y formas que creaste. Me gusta que llegue hasta donde está mi pena, que también es de agua, y la ponga a vibrar a otra frecuencia, hasta disolverla. Me gustaría amar como tu música y vivir como tu música. Siento que si pudiera vivir como tu música toda mi vida sería diferente, menos triste.
Escuché que dos barcos solitarios se comunicaban a través del océano con el sonido de sus sirenas. Lo que uno expresaba reverberaba a miles de kilómetros en el otro. Y así durante toda la noche, así durante años y siglos enteros. Lo que uno sentía, el otro era. Lo que uno era, el otro lo sentía. En tu música todo son ecos entretejidos y reverberaciones a distancia. Escuché colores, pero sobre todo movimientos. No sabía que los movimientos pudieran sonar. No meramente producir sonidos, sino ser sonido. Escuché el movimiento del viento zarandeando hojas, calmándose y volviendo a moverlas con mayor intensidad. Chorros de agua subiendo cada vez más alto y deshaciéndose en miles de gotas brillantes. Escuché amaneceres antiguos y ninfas persiguiendo sátiros. Y todo porque estabas jugando, sin otra pretensión más que experimentar y alimentarte de esa alegría que te producía jugar con los sonidos y los sintetizadores. Te daba vergüenza llamarte compositora porque no habías estudiado música, pero además porque no tenías la impresión de ser vos quien componía, sino que eras más bien el pasaje de música que llegaba de otra parte. Lo que creabas no te pertenecía realmente, era música que estaba ahí para todos, como un don.
Me conmueve esta manera en que las generaciones se entregan dones a través del tiempo. Se pasan las obras de lo que pudieron sentir y lo que los hizo vibrar, para que los que llegan después puedan hacer algo con ellas y encuentren allí quizás algún alivio, una nueva vitalidad. Para que yo, que era un bebé cuando estabas en pleno proceso creativo, cuarenta años después esté sentada en este rincón de mi habitación y me pueda envolver con tu música. Y pueda sentir que me sostengo.
Pero, así como empezaste, un día lo dejaste todo para nunca más volver. ¿Cómo es que alguien puede abandonar lo que amaba tanto? “No era sano”, dijiste en una entrevista. La música empezó a intoxicarte, amenazaba con absorberte entera y hacerte abandonar todo lo demás. Escuchabas música por todas partes, tenías miedo de quedarte sorda. Y entonces tuviste que dejarla. Qué paradoja que esa música bellísima y cósmica que a todos nos hace tan bien y que titulaste Healing music, a vos que la creabas al final no te haya hecho bien. Quizás porque no es lo mismo escucharla una vez que ya está toda hecha y nacida que sentirla pasar todos los días por tu cuerpo mientras está naciendo y formándose a partir del silencio. Entonces la dejaste para siempre, cerraste las aberturas por donde entraba y empezaste a meditar, a escribir. Después tuviste un hijo. Y la música quedó guardada en cintas de cassettes arrumbados en cajas. Y ahí podría haber quedado, hasta hacerse polvo, hasta desaparecer de la memoria, como seguramente pasó con tantas obras de mujeres que ya nunca vamos a conocer, si no fuera porque alguien se acordó de esos cassettes que habías grabado y te fue a buscar. Qué alivio: la belleza de tu encuentro fugaz con la música, la belleza de ese amor, está a salvo.
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gehennarp · 7 months
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La Hermandad se remonta al antiguo Egipto, donde las leyendas ubican a Amunet. Una de las primeras felinas cambiaformas que empezó a paliar el hambre y el rechazo de los suyos, robando a los ricos para satisfacer a un pueblo que moría de hambre y sed. Robar o asesinar por el bien mayor, por los más necesitados. Ese era el Camino. Y en esa línea se dice que conoció a una sombra, una que tras cuidarla la bendijo con su amparo y la empujó a ser más. Durante siglos se transmitieron sus enseñanzas y felinos de todo el mundo se unieron a la Hermandad jurando su lealtad absoluta al bien mayor, a Amunet. Se expandieron como una fuerza del cambio, como heraldos de los inocentes y más desfavorecidos. También heraldos del caos y del libre albedrío, favoreciendo grupos de ladrones y delincuentes. 
Forajidos en su mayoría, viviendo al margen de la ley. Diversos rumores han situado a alguien perteneciente a la Hermandad tras los asesinatos de los grandes dictadores de la historia. Señores de la guerra y déspotas monarcas han caído frente a las garras decididas de alguien perteneciente a la Hermandad. Escondidos, a veces llamados los Ocultos. Un mito, una realidad. Se rumorea que han estado en todas partes y en ninguna a la vez. Igual que entre ellos se rumorea que hay siempre una sombra que vela por sus intenciones. Aquel a quien llaman: El Oculto.
La única forma de entrar en la Hermandad es nacer en ella, o que algún miembro decida abrirte las puertas y entrenarte. Un juramento que será de por vida. La mayoría de sus miembros son personas de clase baja, sin demasiadas aspiraciones aunque algunos de ellos han ascendido para poder tener un ojo en las clases altas. 
En su ritual de iniciación deben jurar seguir el Camino y, como muestra del juramento, llevan una cicatriz en forma de equis sobre el corazón. Generalmente hecha con plata para que no la puedan sanar.
Antiguamente solo se adiestraba a cambiaformas felinos, pero actualmente hay otro tipo de cambiaformas así como brujos elementales. Son las únicas razas a las que se les ha invitado a permanecer en la Hermandad. De igual forma, toda la existencia de la Hermandad de los Ocultos sigue siendo un misterio.
Sus ideales van completamente en contra de los Hijos de Caín, así que tienen una guerra declarada entre ambos grupos.
Organización
La Hermandad de los Ocultos se organiza de forma individual, muchos de los miembros no llegan a conocerse jamás. Aunque hay dos cargos que se respetan por encima de todos los demás: Amunet y El Oculto. Si bien, el segundo, para la mayoría es más una creencia que una realidad ya que casi nadie ha visto de forma real a El Oculto. Amunet es la cara visible, aquella que dirige y elige las zonas más conflictivas, si bien siguiendo el Camino, tampoco influye de forma impositiva sobre los Ocultos ofreciéndoles el libre albedrío que predican. Sí ejerce como jueza de aquellos que abandonan el Camino. 
Así mismo, cuando varios Ocultos eligen unirse en lugar de seguir el Camino en solitario se elige a un Ductus, aquel que debe poner orden y dirigir. Los Ductus suelen ser elegidos por ser los Ocultos con más experiencia y edad, a veces por tener más misiones alcanzadas con éxito. Entre los Ductus, Amunet elige a quienes revela su rostro y su verdadero nombre y estos pasan a ser conocidos como Ductus Prisci. Cualquier Oculto, incluso aquellos que siempre trabajan en solitario, le debe respeto a los Ductus y su ayuda si esta es requerida.
Notas
Solo se aceptan cambiaformas y brujos elementales.
Amunet será un personaje canon que se pondrá en búsqueda y podrá ser jugable.
Habrá un cupo de 3 Ductus Prisci y 5 Ductus.
Se aceptarán tanto Ocultos de pleno derecho como pupilos.
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felizdiamiamorcito · 1 year
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Signos de amor.
Me preguntaba por qué empecé a sentir dolores de cabeza o por qué mi estómago cosquilleaba de vez en cuando, me preguntaba por qué sentía unas leves náuseas matutinas o por qué se me estaba quitando el apetito, y era porque había algo diferente; mi cuerpo se sentía diferente y me lo estaba haciendo saber con pequeños signos y síntomas.
Creo que lo más bonito y lo más único de un embarazo es que cada mujer experimenta cosas distintas, porque algunas empiezan a sentir más hambre, otras pasan por la acidez, por las náuseas, los vómitos, los antojos e incluso se sienten más cansadas o, por el contrario, más radiantes. Yo, particularmente, me siento como nunca me he sentido antes, aunque eso suene muy cliché. Mi cuerpo se siente liviano, contento y libre de cualquier peso, ¿será porque llevo esperando esto por mucho tiempo? quizás sí y quizás no, porque tener un bebé con el amor de tu vida es algo que impacta demasiado y que sin lugar a dudas es una de las mejores etapas en la vida de una persona.
Nosotros decidimos esto, lo buscamos y lo esperamos con muchas ansías, y ahora que llegó simplemente no quiero que se acabe, porque solo quiero vivirlo al máximo al lado del hombre que me tiene completamente enamorada desde los pies hasta la cabeza. Tocar mi abdomen nunca se había sentido de esta manera, y si bien aún no se nota la pequeña versión de nosotros que está creciendo ahí tan quietito, ya siento un infinito amor por él o ella que no puede compararse por nada en el mundo.
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teenageeaglerebel · 2 years
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Las primeras conclusiones
Quiero compartirles un texto largo de Facebook, de un video en un arribo de narco para unas camionetas en Mexico, pero este comentario me llamó la atención:
Decía Facundo Cabral: "La vida no te quita cosas: te libera de cosas… te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones. No perdiste a nadie: El que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. No hay muerte… hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuelo y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas. •Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas: si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)… y si le ganas, serás más humilde, más agradecido… por lo tanto, fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser. •No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño que será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. •El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida. Vale la pena, ¿verdad?. “Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír” 💖
Desearía poder pensar como él. Como yo pensaba en mi juventud, que las cosas pasan por algo, que las personas que no nos quieren se la pierden y mejores amores vamos a tener.
Yo ya tuve amores, yo ya no estaba buscando a nadie más, yo no considero encontrar a alguien mejor, yo sabía lo que quería y era a él. No puedo quitarme esta melancolía, porque no me fui odiandolo, no me fui con el corazón roto, me fui amandolo. Amando sus mentiras, sus palabras vacías, amando sus defectos.
Me esforcé mucho y por eso esta perdida no es como las de antes.
Yo no me liberé de nada, yo lo liberé de mi.
Pero así es el amor, el amor es imperfecto. Nadie va cumplir tus fantasías a la perfección. Como le dije a otro ex novio el cual ya terminó una nueva relación, le dije que él no quería cambiar conmigo pero cuando viniera otra chica con mejor físico y atractivo él iba a cambiar, salió un par de años con la chica que le gustaba antes de mí, muy bonita y blanca, pero lo arruinó y colapsó porque no tuvo los huevos suficientes para tenerla a su lado.
Entonces, la solución no es que vendrán personas mejores, el asunto es que personas con problemas que no quieren tratarlos, para mejorar una relación, acaban destruyendo personas sanas y coherentes dentro de lo que permite la ética y la moralidad porque hay que ser maduros y serios cuando le decimos a una persona " quiero casarme contigo, cuándo tengamos hijos, cuándo vivamos juntos..." yo le dije a mi otro ex, jamás vuelvas a decirle eso a una chica si no va a ser verdad... Y meh, mintió de nuevo, la volvió a dejar ir a una perfecta mujer.
Yo amé a mi ex actual tanto que no supo qué hacer con tanto amor, se dio cuenta que esto iba enserio, que no mi iría por eso huyó. Y a pesar de sus palabras, me abandonó. Porque nada significa nada para él, no tiene padre, todos sus padres sustitutos también se fueron. Es un niño roto, que no ha podido aprender lo que es un amor de padres, no afronta las peleas porque lo asustan, la única forma que pudo desarrollar como herramienta fue la huida a su mundo personal donde él está seguro y puede ser él mismo, por eso me dejó. No estaba dispuesto a cambiar el único mecanismo de defensa que tiene, no sabe nadar sin salvavidas. Tampoco comprende porque se tienen que hacer sacrificios por amor, nadie se sacrificó por él ni ha tenido la necesidad de pedirlo o hacerlo, solo cuentan con el y para el su hermana y su madre, que lo tratan... Lo tienen que tratar bien debido a que es el único hombre, un hombrecito enojon y testarudo.
Pero mi afán de tratar de hacer entender a la gente a cambio de mi alma no está funcionando.
Ya basta de enseñar a capela, solo seguiré con mi rutina de dar consejos de amor a quien lo necesite porque ya estuvo bueno de que el doctor corazón de cordero dé su cátedra del cual es invidente.
Solo voy a reposar en estas tablas viejas que flotan enmedio del lago rodeado de pinos verdes que casi son tapados por la neblina, veré las montañas y volveré a mi cabaña donde me espera una fogata, un chocolate caliente, unas picaditas y un amante cálido que rodea mi cuerpo con sus brazos fuertes satisfaciendo la necesidad corporal mutuamente y tratando de aguantarnos.
Me desconectaré de ese mundo tecnológico por almenos un año, daré una letanía de vida después y compartiré mi corazón de amor empedernido por medio de música como la buena amante que soy, para poder seguir viviendo con esto, ya no volveré a ser la misma que antes pero sí voy a ser la misma mejor amante y daré toda mi entrega al igual que le he venido haciendo desde mi primer amor.
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danielac1world · 3 years
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Salgo afuera, el aire es frío, pero el ambiente puede acariciarte con su calidez, como la precipitación inesperada de la primavera. La luna se esconde en algún punto de la noche estrellada mientras vuelan las horas fuera del tiempo, y yo, caigo en cuenta que no sé de la vida.
Quizás sea un gato que se deja acariciar a regañadientes y ronronea de a poco mientra te llenas de ternura, quizás sea eso la vida, o el ruido de las hojas cecas de esa planta que permanece cada estación cuando la miras, con las hojas distantes al momento; tal vez el aroma aceitoso de alguien esmerándose temprano en la cocina de algún hogar próximo, o el último suspiro a la primera constelación, quizás la única, que recuerdas al mirar el cielo.
¿Quién sabe qué es la vida?, porque yo solo deliro con esos pasos que te llevan a algún sitio que recuerdas de casualidad, mientras caminas con la cabeza en automático; las coincidencias que no sabes si atribuirlas a algún dios, al destino en el cual no creo, o al pasar mismo, que no podemos decir qué es a ciencia cierta; ¿quién sabe qué es la vida?, el sonido de un grillo en verano mientras el sol va jugado a las escondidas con los ojos, el invierno audaz mientras te acurrucas en la cama con medias, por miedo a que los pies sean dos cubos de hielo irreparables; un café por las tarde con ese algo dulce, que más que un antojo provisorio, es un mimo al alma herida por la sal de los días, o el vinagre absurdo de algunas pocas madrugadas.
¿Quién sabe qué es la vida?, porque yo siento que es ese abrazo que nos falta cuando tienes un día hundido, y solo necesitas a alguien que baje con una cuerda a dejarte un suministro con todo el cariño y el chocolate del mundo, o lo que sea que acompañe el hambre de saberse difícil; pero siento que la vida también es esa charla de supervivencia en medio de la madrugada, con la boca seca que no notas, porque has hablado horas y no las cuentas, el reloj es el que está en falta mientras sobran los temas, y te sientes quebrar en una fragilidad bella al borde de un abismo, con el cielo justo debajo...
Porque salí afuera, y en medio del invierno, el ciruelo amenaza con florecer como si con él la primavera llegara de imprevisto, como si el tiempo fuera irreconocible, y la fragilidad se tornara poderosa, así como las cosas pasan, porque así pasan las cosas, y la vida, para mí, es eso.
-danielac1world ~Desvaríos cotidianos de las vidas únicas~
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benismyqueen · 3 years
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IT GOES WELL — PRIMER CAPÍTULO
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A/N: aaaaa disfruté mucho escribiendo este. Espero que os guste. ¡Admito solicitudes!
Advertencias: ninguna
Palabras: 3.703
Y cuatro tenía razón. A las cinco y media de la mañana cuando estás profundamente dormida sientes como la puerta de la caravana se abre de una patada, y casi te da un ataque de corazón mientras te sientas de golpe sobre la cama.
"Levanta. Es la hora" Dos tira sobre las cobijas ropa de entrenamiento y sale rápidamente. "Tienes cinco minutos, no me hagas entrar a por ti" Aún luchando para que no se te cierren los ojos te levantas y te sientes pesada mientras te vistes con esa ropa.
Solo han pasado seis horas desde que te metiste en y te quedaste dormida, es humanamente imposible levantarte tan pronto para hacer ejercicio, y menos para ti, que en la vida has sido una chica de hacer ejercicio. Si no fuese por la seriedad y el miedo que te produce dos, te hubieses tumbado de nuevo a dormir otras seis horas.
"Te has sobrepasado 10 segundos" Murmura apoyada en la caravana cuando abres la puerta.
"Siguen siendo las cinco de la mañana, ¿qué quieres?, ¿quitarle el sitio a los cangrejos?" Puedes atisbar a ver una media sonrisa en su rostro, pero rápidamente se pone en marcha. Tienes que correr un poco para ponerte a su altura, definitivamente tienes las piernas más cortas y ella además es más veloz.
"Hoy seré suave. Pero no esperes que sea indulgente contigo."
"Mi objetivo es no vomitar, por mi está bien" Te arrepientes de decir eso en cuanto encuentras su mirada.
"Cuatro vomitó dos veces" Tiene una sonrisa que te horroriza mientras entráis en la sala de entrenamiento. Lo llama sala, pero en verdad es un almacén equipado.
"¿Y los demás?" Si el récord es solo dos veces y de un chico que está bastante fuerte y musculado, ¿que puede esperarle a una chica tan pequeña y delgada?"
"Cinco no entrena conmigo, tres ya estaba instruido cuando llegó, pero el récord lo tiene seis" Te sorprende un poco que hable de seis, y te sientes un poco incómoda cuando ves su sonrisa triste. Por un momento ha bajado su guardia de chica súper dura, y es para estar un poco triste, y como no sabes su reacción si haces un comentario empático ya que es algo obvio que a seis le ha pasado algo, te hace sentir incómoda la situación. "No diré cuántas veces vomitó pero casi se desmaya."
Te quedas sin palabras y estás a punto de salir corriendo cuando vuelve a sonreirte. No sabes si está bromeando o pretende asustarte.
"Bien. Empezamos. No haces ejercicio así que lo que primero que trabajaremos será tu resistencia. Quiero que aprendas a correr, y que tengas resistencia. Aprender a respirar y que seas veloz. Ese será el primer paso" Bueno, nadie ha muerto corriendo, ¿verdad? "En la mayoría de las veces tendrás que salir corriendo, y depende de ti, y solo de ti salir con vida."
"Alentador." Te muerdes la lengua con fuerza. Nunca sabes cuando quedarte callada.
"Hablo en serio." Dos frunce el ceño y coge un silbato. "Iremos fuera, vamos a correr"
No sabes cuantas vueltas a todas las instalaciones te hace dar, estás agotada y medio ahogada desde que empezaste, sientes como tus pulmones arden en busca de oxígeno, y no sientes tus piernas. No quieres dejar de correr en ningún momento porque temes que de parar, no sientas las piernas y caigas al suelo. O algo peor, que te baje tanto la tensión que simplemente te desayes, y eso ya es más de lo que pasó a seis. No quieres ser la ridícula del equipo.
Pero se vuelve peor cuando coloca dos conos a una distancia de diez metros y te indica que tienes que correr de un punto al otro, e intentar llegar a cada cono antes de que ella toque el silbato. De no estar tan agotada y al borde de perder el conocimiento hubieses hecho un comentario sarcástico sobre ese ejercicio. ¿Que estás?, ¿en el instituto? Si vas a ser una súper espía, o un agente secreto esperas tener que superar pruebas súper duras e ingeniosas. No correr entre dos conos.
"¿Qué tal os va?" Tres se acerca a dos. Parece recién levantado y está de buen humor. Seguramente haya podido descansar más y tomar un buen desayuno.
"Peor de lo que esperaba. No tiene resistencia y corre como los patos. Necesitaré trabajar mucho con ella" Bufas escuchando la conversación. Al menos podría ser discreta cuando te critica.
"Bueno ocho, llegó el mejor momento del día, vamos. Te enseñaré la mejor parte de estar aquí" Tres grita con demasiado entusiasmo. De estar de buen humor le hubieses sonreído.
"No dejes de correr de golpe, te marearás." Advierte dos mientras recoge sus pertenencias. "Mañana a las seis aquí. Ni un minuto más tarde, ¿entendido?"
"¡Vamos no seas dura!" Tres te da un golpe en el hombro que casi te estampa en el suelo. "Ocho es buena chica y obediente. No se meterá en problemas. Vamos niña, dos es demasiado exigente" Pasa un brazo por tus hombros y te acerca a su pecho mientras andáis. Tiene demasiada energía y anda demasiado rápido obligándote a casi correr, y gemir cuando das cada paso. "Es simpática, lo prometo. Solo es demasiado dura"
"¿Con todos o solo conmigo?"
"Oh, no lo lleves a lo personal. No quiere que mueras." Tres te lleva por la zona más alejada de las caravanas y el almacén. Tu corazón cae cuando se dirige a una pequeña montaña que da a un descampado. 
"Pensé que íbamos a desayunar"
"Aún son las 7.30 pm, y uno no se levanta antes de las 10."
"Si tengo que esperar antes de las 10 creo que moriré"
"Tranquila, ten" Saca del bolsillo una chocolatina de cereales. "No es mucho, pero te saciará un poco el hambre" Te ilusiona pensar que tres pensó en ti, y en que estarías hambrienta y cogió un aperitivo para ti. "Si te sirve de consuelo, ahora no tendrás que moverte mucho. Vamos a disparar"
Tres debió de ver el brillo en tu mirada cuando dijo esas palabras ya que niega con la cabeza. "No es ningún juego"
"Oh vamos" sonríes sabiendo que tres es un buen hombre y puedes confiar en él para mostrar tu verdadero yo. "Tiene que ser guay, ya sabes, seré como Angelina Jolie en Sr. y Sra. Smith, o Uma Thurman en Kill Bill"
"No menciones eso en presencia de uno." Te advierte mientras prepara las armas. "No es ningún juego, no quiero que amenaces con una a ninguno del equipo. Ni aunque sea en bromas"
"¿Quién bromearía con un arma?"
"No preguntes" Tres toma un arma y te apunta en el pecho.
"Me estás apuntando con un arma" La respiración se te queda atascada en la garganta cuando se pone en posición y parece a punto de disparar.
"No está cargada. Vamos niña, además no estoy bromeando. Quiero que me quites el arma." Tres no se mueve ni un ápice. Ve tu ceño fruncido y rueda los ojos. "Olvidaba que eras novata."
"Oye"
"Escucha, tienes que ser rápida. La persona que te apunte con un arma no se lo pensará dos veces." mueve el arma entre sus manos con demasiada facilidad. "Así que tendrás que ser rápida y ágil." Vuelve a ponerse en posición y el cañón vuelve a apuntarte en el pecho. "Un golpe fuerte en el antebrazo hará que el arma deje de apuntarte, y un manotazo en la muñeca hará que el arma salga disparada. Ahí tienes que ser aún más rápida y atraparla. Ganarás la ventaja ahí y dispararás"
Dicho parece muy fácil, pero cuando tienes a un hombre de metro ochenta y bien ejercitado frente a ti, apuntándote con un arma, las rodillas te tiemblan.
"Vamos"
Con inseguridad das un paso al frente, y notando la pistola en tu clavícula, le das un golpe en el antebrazo, pero tres es más rápido que tu, y te gira, mientras pasa un brazo por tu garganta y lleva la pistola a tu sien. Aprieta el gatillo.
"Muerta" dice contra tu oreja. "Vuelve a intentarlo"
Te deja ir y vuelves a tu posición. Te concentras en el cañón que te apunta, y cuentas tres segundos y medio para atacarle cuando no se lo espera. Pero tres vuelve a ser más rápido y cuando estás a punto de darle un manotazo en el antebrazo, barre su pie por debajo de los tuyos haciendo que caigas de espaldas, se agacha a tu lado y mientras con un brazo te sujeta por la clavícula, te dispara.
"Muerta" Dejas escapar un gemido cuando notas el dolor punzante en la espalda.
"¿Era necesario?" Te ayuda a levantarte tirando de tu brazo.
"Es divertido." Se encoge de hombros con una sonrisa. "¡Posición!"
No sabes cuantas veces te obliga tres a humillarte de esa manera. Cada vez te sientes más dolorida y enfadada. Ni siquiera una vez te deja tomar la ventaja, aunque sea para darte confianza. Y siempre acaba diciendo 'muerta'. Ya empiezas a cansarte. Por eso decides cambiar la táctica. Es fácil que siempre encuentre la manera de defenderse si siempre sabe que movimiento vas a tomar.
Te pones en posición de ataque, pero esta vez haces contacto visual con él y no con el cañón de la pistola. Cambias el pie de apoyo y te acercas rápidamente. Tres sabe que algo va mal cuando estás a punto de darle un tortazo en la cara. Intenta echarse atrás para evitar el golpe, pero lo que no sabe es que no es tu objetivo. Cuando echa la cabeza atrás, le das un puñetazo en el estómago, y mientras se dobla con un gemido, te das la vuelta dando una patada a la pistola que sale volando y cae con un golpe seco.
"Brillante" tres te mira con la boca abierta. "¿Dónde aprendiste esas patadas?"
Te encoges de hombros. "Soy fan de kárate kid" No pasan ni dos segundos cuando sientes la pierna de tres en tus talones, y lo siguiente que notas es tu espalda de nuevo contra el suelo y el cañón de la pistola en tu sien.
"Muerta" Gruñes de frustración y das un manotazo a la pistola. "Nunca bajes la guardia, niña"
"Te he desarmado."
"Pero has bajado la guardia" Tres sigue encima de ti con la pistola. Frunces el ceño y finges querer patear sus partes íntimas. Tres intenta protegerse y aprovechas para darle un golpe seco entre sus cejas con la palma de tu mano. Cae a tu lado y sin esfuerzos te subes en su pecho y le quitas la pistola. Apuntas a su frente.
"Eres rápida" tiene una mirada de sorpresa en su rostro. "dispara"
Sientes como el dedo que aprieta el gatillo pesa demasiado, y sientes que la pistola se resbala por tus manos sudadas.
"Hazlo" Pestañeas varias veces y tus manos tiemblan. Tres lleva su mano a la pistola, y con su pulgar tira de tu dedo y aprieta el gatillo. "Pum. Muerto"
Sales de encima suyo dejando la pistola en el suelo y te sientas. Tres se levanta y te extiende su mano. "Vas a tener que jalar del gatillo, niña. El que esté al otro lado no se lo pensará dos veces antes de matarte."
"Pero yo no quiero matar a nadie"
"A estos si, te lo aseguro" sin ningún esfuerzo te levanta del suelo. "Vamos a desayunar niña, si me prometes jalar el gatillo mañana, te dejo ser la que despierte a cuatro tirándole un vaso de agua"
Sonríes agradecida por intentar hacerte reír. Todo el camino hasta la caravana te lleva con su brazo sobre tus hombros.
"¿No me dirás ninguna frase motivacional de maestro a alumno? Algo como '¿Qué le decimos a la muerte? Hoy no' esa es una gran frase"
"No tengo ni idea de que estás hablando"
"¿No has visto juego de tronos? Pero... ¿Cuánto tiempo llevas muerto?"
"Preparo las mejores tortitas, verás."
"Que no intente impresionarte, es lo único que sabe cocinar." Cinco os encuentra por el camino.
"¡Oye cinco!, realmente es una chica de patadas. ¡Me hizo lo mismo que a ti antes!, fue alucinante" Tres está realmente emocionado mientras cinco parece estar demasiado desinteresada.
"No luces por ningún lado la nariz hinchada"
"¡Me quitó la pistola! Salió volando" Tres se adelanta con cinco y entran en la caravana. Tu prefieres recuperar un poco el aliento y no hacer sufrir a tus músculos. Vas mirando el suelo, por eso no ves que cuatro también se acerca a la puerta quién está mirando el móvil, haciendo que ambos choquéis y casi salgas disparada.
"Wow, perdona" Cuatro te sujeta por los brazos. "Casi sales disparada como un muñeco" Cuatro se ríe haciendo que ruedes los ojos con una sonrisa.
"Bonita metáfora" Te hace un gesto y te deja pasar primero.
"¿Ya hizo dos que vomitases hasta la primera papilla?"
"No he vomitado" No querías hacerle saber que sabías que él si lo hizo, para no hacerle sentir mal, pero tampoco especificaste que tu organismo no te permite vomitar, por mucho que tu quieras, eres incapaz de hacerlo.
Os sentáis en los sofás individuales sobre una mesa justa para ocho personas. Cuatro se sienta frente a ti poniéndote un poco nerviosa, tener a un chico tan guapo frente a ti debería estar prohibido cuando debes lucir unas pintas terribles.
"El secreto de las tortitas de tres es que son precocinadas, solo tiene que ponerlas en la sartén. Realmente no sabe cocinar" Cuatro juega con una servilleta mientras te habla. Cinco toma asiento en la zona más alejada mientras dos entra.
"¿Y por qué cocina él?" Te apoyas en la mesa con el ceño fruncido.
"Porque nadie más quiere hacerlo" Sonríe de esa forma tan peculiar obligándote a soltar una risa. Rápidamente averiguas que no es una persona capaz de quedarse quieta por mucho tiempo, está rompiendo una servilleta en trocitos y sientes como mueve las piernas debajo de la mesa.
Te fijas en los tatuajes de sus manos en los que no reparaste ayer.
"Tortitas" Tres acerca la sartén y sirve varias en cada plato. Intentas no parecer muy ansiosa por el desayuno pero llevas sin comer casi un día, y después de varias horas de ejercicio.
Mientras intentas parecer una persona normal comiendo, estás demasiado ensimismada en tu comida, pero puedes notar como cuatro no para quiero, sirviendo zumo, agua y removiendo algo con una cuchara.
"Toma" Levantas la cabeza mientras aún masticas un trozo de tortita. Cuatro te sonríe mientras empuja un vaso de agua hacia ti.
"¿Está envenenado?" Muerdes tu lengua. Odias eso de ti, el hablar sin pensar y el intentar hacer de todo un chiste. Solo está siendo amable. Pero te relajas cuando te regala una de sus sonrisas
"¿Crees que de estar envenenado te lo diría?" Se apoya en la mesa para mirarte. Entrecierras los ojos pero llevas el vaso a tus labios. Sabe demasiado dulce. "Solo es agua con azúcar. Te ayudará con las agujetas, mañana me lo agradecerás"
"¿Qué tal?, equipo" Uno entra en la caravana seguido de un chico moreno. "Esta es ocho, ayer se fue temprano. Ocho este es siete."
"Encantado" Extiende su mano en un saludo.
"Oye chico, enséñale luego todo esto, ¿vale?" Uno deja caer una palmada demasiado fuerte en el hombro de cuatro.
"¿En qué habíamos quedado?" Cuatro gruñe realmente enfadado. "Es skywalker"
"No pienso llamarte así" Uno toma asiento y bebe de su zumo.
"¿Como Luke Skywalker?" preguntas "¿Tenemos también nombres en clave? ¡Yo quiero ser black widow!" Cuatro sonríe
"Decidme que la novata no está haciendo referencia a la cultura pop y a películas de los 2000'?" Uno parece realmente ofendido. "No pienso llamarte black lo que sea, y es cuatro, nada de skywalker"
"Aburrido" cuatro rueda los ojos. Sonríes. Es de los tuyos.
Puedes notar a tu izquierda como cinco resopla y rueda los ojos, pero no sabes si es por ti, porque obviamente le caes mal, o por cuatro que también parece que le cae mal, pero notas cierta tensión en él cuando ella está cerca, lo que te confunde.
"¡Ya sé lo que se me olvidaba!" Uno grita demasiado cada vez que habla, y con demasiado entusiasmo, como si todo lo que sale de su boca fuese oro. "¡Hoy es tu funeral!" Dejas caer el tenedor con el trozo de tortita. "Tienes que prepararte para las tres, te acompañaré"
"¿Quieres que vaya a mi funeral?"
"Todos hemos ido" tres le quita importancia mientras come "Una manera de cerrar el ciclo. Tu vida pasada acaba ahí"
"A mi me parece demasiado tétrico" frunces el ceño. "De todas formas no iré"
La mesa se queda en silencio cuando hablas. Miras confundida a todos, que te están mirando con una cara de sorpresa.
"¿Qué?"
"Es la última vez que verás a tu familia." Dos intenta razonar contigo, y simplemente mencionando la palabra familia hace que se te revuelvan las tripas.
"¿Y?"
"¿No quieres despedirte?" Cinco te mira con una de esas caras suyas.
"¿Por qué iba a querer hacerlo?"
Rápidamente en la mesa hablan todos a la vez, solapando conversaciones.
"Oye, huí de mi casa por una razón, ¿de acuerdo? prometí que para hacerme volver sería con los pies por delante. Y no pienso hacerlo." Con esta conversación te amargan la comida y el hambre que tanto tenías.
Te levantas de la mesa rápidamente y dejas ahí el resto de desayuno.
Se te escapa una carcajada mientras llevas una mano a tu boca. Desde el incómodo momento en el desayuno, pasaste toda la mañana recluida en tu caravana haciendo espacio. Y entre las viejas cosas de seis encontraste un proyector con una nota pegada. "No tocar a no ser que seas seis. En caso de que haya muerto te perseguiré y haré de tu vida un infierno. Y si eres un viajero del tiempo o de una línea temporal diferente, úsalo pero tío, ten cuidado de no encontrarme, no quiero entrar en un bucle temporal" te pareció algo divertido, aún así lo usaste. Un seis en modo fantasma persiguiéndote no parecía demasiado.
Unos golpes en la puerta hacen que pongas en pausa tu maratón de series.
"Está abierto" Cuatro asoma la cabeza por la puerta con una sonrisa.
"Te has saltado la cena"
"No tenía hambre." Miras confundida como sigue detrás de la puerta.
"Te he traído un sandwich"
"Sabes que puedes pasar, ¿verdad?" Te cruzas de brazos mientras pasa y cierra la puerta tras él. "Pensé que solo tres cocinaba"
"Bueno es un sandwich, no es papa a la huancaína, no me llevó más de dos minutos" Ruedas los ojos y le quitas el sandwich de la mano. "De todas formas venía para saber si te apetecía jugar a la switch, pero... ¿qué haces?" Pregunta viendo la vista desde tu cama.
Habías arrancado los muebles frente a tu cama con un destornillador. Te había llevado horas, y has puesto una sábana blanca en la pared, para poder reflejar el proyector de seis. Y has pasado toda la tarde viendo malcom in the middle.
"¿Es el proyector de seis?"
"Supongo que el fantasma de seis hará de mi vida un infierno." Bromeas probando el aperitivo. "Es broma." Rápidamente te das cuenta de su cagada. "Lo siento mucho, a veces hablo sin pensar y..."
"A seis le hubiese gustado que alguien usase sus cosas" Parece sincero cuando habla. Te sientes tan arrepentida y mal contigo misma. Le habías puesto triste.
"¿Quieres unirte?" Haces espacio en tu cama para que pueda tumbarse contigo.
"¿Es Malcolm in the middle?"
"¿No te gusta?"
"Supongo" Se encoge de hombros mientras toma asiento. "No lo veo desde los 12 o así"
"Es una de mis series comfort"
"¿Series comfort?"
"Cuando me siento mal, triste o ansiosa. Entonces pongo estas series y me hacen sentir mejor" Te encoges de hombros "Hacen que no piense y pase un buen rato."
"¿Estás mal?, ¿es por nosotros?"
"Oh no, quiero decirte, golpearía a uno pero no es culpa de nadie. Todos los nuevos comienzos me hacen sentirme así, se me pasará cuando me acostumbre a esta vida"
"Te acostumbrarás rápido. Ahora somos amigos"
"¿Ah si?"
"Te he traído un sandwich, y vamos a ver esta serie para niños. Hay cosas que unen menos que esto" Coge el ordenador y vuelve a dar el play.
En el proyector vuelve a ponerse en marcha, y Dewey aparece en escena tumbado en el suelo, pesándose la cabeza.
"¿Cuanto pesa mi cabeza? Cero"
Cada vez que levanta la cabeza del peso para ver lo que pesa, el peso se pone a cero.
"¿Cuanto pesa mi cabeza? Cero"
Cuatro es el primero en reírse, lo miras. Tiene una gran sonrisa en la cara mientras ve la escena. Tiene una sonrisa preciosa y es una persona muy simpática y divertida. Y a parte de tres, la única persona que parece querer conocerte. Somos amigos ahora.
Llevaba una tarde miserable, sintiéndome muy ansiosa y triste sin ningun motivo aparente. Ni siquiera escuchar mi música favorita podía calmar mi nudo en el pecho, pero llega cuatro con una sonrisa y olvido todo lo mal que pude sentirme. Con un simple gesto amable como traerme algo de comida y querer pasar tiempo conmigo, a una persona que a penas conoce, alegra mi día. Por primera vez siento que puedo encajar con un completo desconocido, y no por interés. No hay nada sexual, económico o de algún tipo que pueda beneficiarse con mi compañía.
Y estar tirada en la cama con él, viendo una de mis series favoritas me hace sentir más en casa de lo que me había sentido en mucho tiempo.
Hace tiempo leí una frase de un poeta inglés: "Las cartas unen a las almas más que los besos" Yo la cambiaría un poco para expresar lo que siento esta noche. "Las palabras unen a las almas más que los besos." Me gustaría creer que cuatro siente lo mismo.
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blaack-sheepp · 3 years
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Shinsou says
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Un suspiro entrecortado sale de tus labios mientras tu espalda se arquea fuera del colchón, las sabanas debajo de ti están húmedas de sudor. Las mantas a tus pies se derraman por el borde de la cama y una pila arrugada de estragos se acumula en el suelo. No puedes evitar retorcerte y gemir, al sentir tus dedos presionando suavemente contra tus paredes apretadas.
El reloj al otro lado de la habitación muestra números rojos, recordándote que es demasiado tarde para llamar a tu novio. Te habías ido a dormir a dormir a una hora razonable, pero te habías despertado sudando y con deseos lujuriosos ansiando mucho su toque. Sin embargo eres consciente de que tenía una profesión exigente y no podías molestarlo para que venga solo a satisfacer tus necesidades.
L a luz de la luna entraba por tu ventana de tu dormitorio a través de las rendijas entre las persianas iluminando el área con un suave resplandor blanco. Tu teléfono proyecta una luz tenue en la obscuridad de la habitación, tus auriculares de van enredando conforme tu cuerpo se retuerce. El video intimo que habíais tomado hace unas pocas sesiones ilumina tu pantalla, escuchas como sus respiraciones profundas llenan tus oídos mientras tus dedos se deslizan por tu centro empapado. Poniéndote a prueba a ti misma, sumergiendo los dedos profundamente y frotar tus paredes un momento antes de sacarlos de nuevo hacia el norte para tocar tu clítoris.
Cierras los ojos, dejas que tus recuerdos tomen el control e intentas reproducir los sentimientos que sabes que él puede darte. Engatusando a tu cuerpo para que recuerde como se sienten sus suaves palmas, mientras mantienes tus piernas abiertas “…sus besos húmedos recorren tu torso y pasan más tiempo en tus senos.” Joder la idea de él susurrando esos cometarios que siempre te volvían loca mientras que sus agiles dedos se adentran en tu calor.
No es de extrañar que no hayas escuchado la puerta principal abrirse.
Shinsou entra al departamento obscuro, la luz del pasillo de afuera tocando el piso de madera en contraste con la habitación en sombras. Frunce el ceño y saca la llave de repuesto de la cerradura de la puerta tan silenciosamente como puede ¿quizás no fue buena idea venir sin previo aviso en medio de la noche? Pero después de un día tan largo y unas pocas horas de intentar dormir sin éxito, se había encontrado caminando rápidamente el par de cuadras que los separaba a los dos. Se había dicho a si mismo que todo lo que había querido era meterse en la cama y envolver sus brazos alrededor de ti… pero de nuevo, estaba esa calentura que había estado luciendo durante la última hora.
Toda duda abandona su mente cuando escucha un suave gemido que sale de tu habitación, sus oídos se animan casi físicamente con interés mientras se quita los zapatos apresuradamente. Hace todo lo posible por no hacer un solo sonido, avanzando silenciosamente por el suelo hacia su puerta.
Ahora puede escuchar todos los ruidos que salen de tu garganta, tus gemidos de placer sin restricciones haciendo que sus dedos se empiecen a mover involuntariamente y el calor recorra su cuerpo hacia sus pantalones. La vieja puerta de la entrada de tu habitación apenas y permite que pueda ver algo y definitivamente no puede evitar deslizarse hacia tu habitación, encogiéndose cuando esta chilla en protesta. Pero no lo notas en absoluto, sus gemidos grabados impiden que tus oídos capten el ruido de alerta.
Shinsou se alegra que no lo hayas escuchado, porque la expresión en tu rostro es malditamente entera. Tus rasgos contorsionados en una euforia desenfrenada, el observa como tus manos se deslizan por el cuerpo que tanto adora, aspirando una bocanada de aire mientras tus labios se abren y dejan escapar un gemido particularmente fuerte.
“Ufff, Shinsou…”
Sus pantalones de repente se sienten increíblemente apretados y se lame los labios cambiando el peso entre sus pies. El ruido de tus dedos hundiéndose en tu coño mojado cae pesadamente en sus oídos, haciéndose morder el labio. Joder ¿Cuánto tiempo llevas tocándote? ¿Y eses es su sextape casero que suena en tu teléfono?
“Ahah. ¡Te sientes tan jodidamente bien!”
Tus gritos lo arrojan al borde, su cuerpo se mueve antes de que su cerebro pueda procesar la orden. Se encuentra al borde de la cama en tres zancadas, amenazando tu figura inconsciente rodeando su mano en tu muñeca.
“Mi gatito”
El grito ahogado que te atraviesa envía un coctel de terror y deseo a través de tus huesos, tus ojos se abren para encontrar su mirada depredadora.
“¡Shinsou!” esta vez lo gritas casi avergonzadamente, tus dedos salen volando de tu coño y aterrizan en la cama junto a tus caderas. La vergüenza es arrojada a tus mejillas una vergüenza que surge desde el interior, pero todo lo que emerge de tu rostro es una sonrisa. Sus parpados cuelgan hasta la mitad con sus violetas ojos mirándote.
“Ah, no te detengas por mi cariño, me tienes bastante entretenido con este espectáculo tuyo” dice mientas que sube lentamente al colchón.
Un gemido se te escapa, tus ojos se cierran brevemente ante su tono de voz. Puedes sentir que la cama se hunde mientras él se desliza más cerca de ti, quita los auriculares de tus oídos y los coloca junto a la almohada encima de ti. El coloca su cuerpo sobre el tuyo y con sus manos provocativamente cenca de ti.
“¿me escuchaste gatito? Dije, síguete tocando” exige con su voz profunda y clara.
Aun tienes los ojos cerrados, tus palmas están húmedas y se frotan contra las sabanas, mortificadas por haber sido descubierta y no poder seguir. “yo…Shinsou, es demasiado…. Estoy tan avergonzada…”,  te quejas, frunciendo las cejas mientras te mueves un poco debajo de el con angustia. La fricción de tus muslos al rozar con sus caderas hace que la excitación se extienda, cubriendo toda tu piel de deseo.
Sus labios solo se retraen más, sonriéndote con alegría “¿Qué quieres decir gatito? Debería estar enojado porque estabas siendo traviesa y jugando sola de esa manera, pero sabiendo que estas tan desesperada por mi…” se inclina más cerca, sus labios rozan la sensible piel de tu mandíbula mientras mueves la cabeza hacia un lado. “¿qué tipo de héroe seria yo dejando a mi gatito solo sabiendo que esta tan angustiado?”.
Sus palabras hacen que un gemido sorpresa quiera salir de ti, tu espalda se arquea y empuja su tu cuerpo contra el suyo. Tu novio de pelo purpura realmente tiene una gran habilidad con las palabras. Tus dedos se encuentran con sus rodillas, deslizándose por sus muslos delgados y musculosos y arrastrando tus uñas a lo largo de ellos. “Por favor, yo…te necesito tanto” suplicas acomodando tus caderas mientras lo miras de nuevo.
Sus ojos te están bebiendo, viajando por tu gesto pecaminoso hasta llegar a las manos a los costados de tus piernas finalizando en ese reluciente coño tuyo que él sabe que esta jodidamente mojado. "Mmm… veamos cómo puedo ayudar entonces”  sus labios impactan a los tuyos con fuerza, moviéndolos apasionadamente en un baile desesperado. Su mano se desliza por debajo de tu espalda curva, sus dedos secos generan un contraste con tu piel húmeda y el recorrido de sus uñas envían un escalofrió a tu columna. Se aleja y toma la mano que había estado en tu coño, capturando tu mirada mientras sus labios recorren tus dedos, su boca la toma y con su lengua saborea el sabor acido de tu deseo con una mirada intensa.
“¿Estas demasiado avergonzada para mostrarme como te tocas bebe? ¿Por qué tan tímida? Sus palabras solo te logran estremecer aún más y tu labio tiembla mientras sueltas ligeros quejidos en respuesta.
Shinsou acepta el ruido como respuesta, inclinando ligeramente la cabeza cuando una idea le viene a la mente. Se sienta, su mano se desliza hacia el centro de tu espalda y te levanta ligeramente para quedar frente a él.
“¿Quieres jugar un juego gatito?” su pregunta te tiene mirándolo curiosamente, tratando de ver si hay alguna mala intención persistente en él, pero no puedes encontrar nada, solo consigues ser absorbida por esos ojos hambrientos, trata de presionarte más para que sigas el juego “Te prometo que lo pasaras bien”.
Después de todo, confías en tu novio, nunca antes había negado tus deseos y satisfacía todas tus necesidades. Así que te encuentras asintiendo de nuevo, con los brazos rodeando su cuello con vacilación.
La sonrisa en sus labios acelera los latidos de tu corazón.
Las manos de Shinsou toman la parte de atrás de tus muslos, tomándote en brazos mientras se desliza fuera de la cama. El roba tu atención mientras que sus labios cubren los tuyos de nuevo y su lengua vaga por tu labio inferior que con mucho gusto dejas entrara  tu boca; saltas un poco cuando tu trasero toca el frio suelo de madera. Al mirarlo, tu respiración se detiene en tu garganta ante la mirada depredadora en sus ojos.
“Vamos a jugar un juego llamado Shinsou dice” dejas escapar un gemido de inmediato, tu rápidamente trata de cubrir tu boca claramente segundos tarde. La acción pura hace que el chico se ría entre dientes dando con su mano un apretón juguetón a tu trasero “¿Estas familiarizado con él?”
“Si…” dices en voz baja preguntándote cuales son exactamente las intenciones de tu novio. Esto podría salir o muy bien o muy mal.
Puede observar que persiste la cautela en tus ojos  a lo que sigue hablando “Te diré lo que debes de hacer y tu seguirás mis órdenes, si sigues mis instrucciones sin que yo diga `Shinsou dice´  el juego termina y pierdes”
“¿Hay un castigo por perder?” preguntas tal vez un poco demasiado rápido porque sus ojos lavanda brillan con hambre.
“No realmente… simplemente no obtienes el premio ganador” Eso aumenta tu interés y lo miras expectante
“Entonces ¿Cuál es el premio?”
“El premio es mi polla cariño” Tus ojos se abren y caen a su regazo, mirando la gran tienda de campaña en sus pantalones “Serás recompensada amablemente si me muestras que puedes ser una buena chica para mí, no puedo olvidar que te tocabas sin mí como una putita. Demuéstrame que eres mi niña obediente”
Sus palabras suenan tan tentadoras y si juegas el estará murmurando esos deseos embriagadores en tu oído toda la noche. Enderezas la columna con confianza, puedes demostrar que eres una buena chica.
“Si quieres detenerte en cualquier momento, podrás hacerlo, solo pídelo y nos detendremos ¿de acuerdo gatito?”
Tu labio esta entre tus dientes, asientes una vez más, la idea del juego te atrae. Seguirás sus instrucciones no podría ser tan vergonzoso ¿verdad?
Su sonrisa de satisfacción es suficiente para que tus pulmones tiemblen de emoción. Sus manos aterrizan en tu cintura, sus dedos masajean tu carne con ternura “Shinsou dice date la vuelta”.
Planeabas seguir sus órdenes, pero tu cuerpo ya lo estaba haciendo por su propia cuenta. Una pisca de excitación y una pizca de miedo burbujean en tu pecho al darte cuenta que está usando sus poderes contigo y honestamente ya te habías preguntado cuando lo iba a probar contigo. Cuando finalmente te diste la vuelta te diste cuenta que habías olvidado completamente del espejo de cuerpo completo el cual quedo justo frente a ti lo cual hizo que tus mejillas se sonrojaran de un rojo revelador.
Su peculiaridad es interesante, no se siente intrusivo, más bien como si tus movimientos fueran el verdadero deseo de tus extremidades y que el solo está dándoles un pequeño empujón para ejecutarlas. Esto ya supera tus expectativas.
Te observas vacilante en el espejo, mirando el esmalte resbaladizo que gotea por la parte interna de tus muslos. Shinsou sigue la acción y se sienta detrás de ti y deslizando sus manos debajo de tus muslos, separando tus piernas ampliamente y arrastrando sus dedos por tu piel. Te recuestas sobre su pecho poniéndote cómoda y lamiendo tus labios.
“Shinsou dice” refunfuña en tu oído, mirando tu reflejo mientras tu coño se aprieta con las palabras “acaricia tus pechos y pellizca suavemente esos pezones, gatito”
Tu exhalación es temblorosa mientras tus dedos se van acercando y recogiendo la carne pesada, tus palmas se deslizan a lo largo de la piel sensible.  Sale un pequeño quejido de tus labios mientras que las yemas de tus dedos hacen girar tus pezones, tus acciones no son tuyas, pero no obstante te deleitan. Tus caderas ruedan lentamente en el aire, cerrando tus ojos y moviendo la cabeza sobre su ancho hombro.
“Sensible hoy ¿verdad?” su risa baja atrae otro ligero gemido hacia ti y el delicioso ruido solo lo estimula más “wow, nunca te había visto tan jodidamente mojada antes, mírate tú misma”
Mantienes la cabeza donde está, con una mirada casi de dolor en tus rasgos por tener que recordar el juego. La peculiaridad de Shinsou está ausente en tu mente confusa y ya no te está empujando a hacer nada.
“hmm, que gatito tan inteligente tengo” ronronea recorriendo con sus dedos tu piel. “ahora, Shinsou dice mira lo empapada que estas por mí, y no te atrevas a apartar la mirada”
Tu cabeza gira y tus mejillas se sienten en llamas mientras contemplas tu reflejo, así como la orgullosa sonrisa que Shinsou tiene en sus labios.  Tus ojos viajan a tu sexo y dejas de respirar mientras los ajiles dedos de Shinsou avanzan lentamente hacia él, aterrizan delicadamente a lo largo de tu en hendidura, las puntas de estos se mueven entre tus pétalos de una manera burlona, rozan tu clítoris por un momento casi burlándose de ti para después retirarlos de ahí.
“Shinsou dice, tócate como acabo de hacer y sigue así.”
Incluso con su peculiaridad guiando tus movimientos, te das cuenta que realmente quieres seguir sus órdenes. Te arqueas contra su pecho, gimiendo mientras tus uñas le dan a tu hinchado coño una sensación diferente.  Tus dedos actúan tan suaves y provocadores como los de él, tu lujuria se dispara cuando tu toque vuelve a pasar por encima de tu clítoris. Suspiras viendo como tus acciones hacen que tu coño claramente quiera más.
La acción no pasa desapercibida para Shinsou, quien parece encantado con lo que tu cuerpo le dice.  Su polla esta dolorosamente dura pero la premisa del juego lo tiene intrigado. Quiere alentarte a que te sientas cómoda tocándote así enfrente de él, quiere que veas lo hermosa que eres cuando lo haces eso para él, que no tienes nada que ocultar.
“Shinsou dice, pasa tu dedo medio dentro de ese coño empapado para mi bebe” tu dedo se desliza en tu intimidad empujando hasta el nudillo y gimiendo cuando este no llega tan profundo como desearías,  tan profundo como los dedos de Shinsou pueden llegar.
“por favor…Shinsou…joder”  gimes, tus ojos todavía pegados a tu coño, tu dedo está ahí dentro de ti y tus caderas se mueven para encontrar estimulación.
“Ahora empiézalo a mover dentro de ti”
Haces un pequeño puchero, tu dedo todavía está congelado dentro de tu coño ¡que le sucede! No es justo, este juego es demasiado cruel y la angustia te invade mientras miras fijamente su reflejo.
El enojo que sale de ti lo hace reír, pero cierra los ojos y se inclina para comenzar a presionar besos suaves con la boca abierta  en tu espalda y en tu cuello. “Shinsou dice, empiézalo a mover tu dedo dentro de ti gatito”.
Tu dedo comienza a moverse inmediatamente, curvándose dentro y fuera de tu coño resbaladizo con fervor. La yema de tu dedo presionando intensamente hace que tu cuerpo se estremezca ante la estimulación tan repentina “ahhh…Shinsou”
“Shinsou dice, agrega otro dedo”
Esto hace que tus piernas tiemblen y tu espalda presione su pecho. Continúa el asalto a tu cuello, pero sus manos te abandonan a favor de quitarse la chaqueta y la camisa. Sus rizos violetas salvajes se mueven mientras empuja tu cuerpo contra su piel desnuda, recogiendo tus muslos con sus manos una vez más.
Sus dientes pellizcan tu clavícula, la lengua se desliza sobre la piel enrojecida de un manera suave “Ojala esos fueran mis dedos en tu bonito coño ¿no gatita?”
Sus palabras hacen tú  ya prominente rubor se intensifique y tus piernas hagan fuerza contra sus su agarre. Todo lo que puedes hacer es gemir, disfrutando la estimulación que brindan tus dedos, “más, por favor ¡lo necesito!” salen prácticamente como si te estuvieras ahogando.
Shinsou considera tu petición, observando la forma en que tus dedos se introducen a tu  palpitante entrada, nunca te había visto tan desesperada y se pregunta de nuevo cuanto tiempo habías estando tocándote antes que el llegara.  Frenética por más de su toque, tu cuerpo se retuerce con urgencia, respiras con fuerza mientras tu cadera se mueve contra su entrepierna.
“Shinsou dice, quédate jodidamente quieta”
Tu cuerpo se congela con dureza por si solo y tu ojos casi se salen de sus orbitas cuando la mano de Shinsou se desliza por tu pelvis, sus dedos se deslizan a lo largo de los tuyos que están a la mitad de tu coño. Lubrica sus dedos de tu excitación excesiva, deslizando las almohadillas hacia arriba para masajear tu clítoris.
“¡mierda!” aprietas tus paredes en tus dedos ante la nueva sensación y tus ojos casi se ponen completamente en blanco al sentir  que su otra mano agarra tu muñeca empujando tus dedos adentro de ti.
“Shinsou dice, dime cómo se siente eso cariño.” Sus dedos sobre tu nervio no paran y su otra mano mete tus dedos en tu coño a un ritmo rápido.
Tu mandíbula esta floja, las palabras no pueden salir de tu boca mientras tus ojos se mueven entre su sonrisa orgullosa y sus manos celestiales. Pero tu cuerpo no es tuyo y las palabras que salen de tu boca hacen que tu vergüenza se multiplique por diez. “¡Se siente tan jodidamente bien papi!”
Sus movimientos se detienen y dejas escapar un gemido roto, tu orgasmo inminente se desvanece sin dejar rastro. Tus ojos abiertos se encuentran con los suyos en el reflejo, ambos en el estado de shock por el término que habías convocado.
Eres su gatito, eso se había establecido bastante rápido en su relación. Pero nunca antes había escuchado una palabra tan disoluto salir de tus labios.
Perdió el sentido de razón.
Sucede tan rápido que ni siquiera puedes jadear cuando su mano se cierra alrededor de tu garganta.
“papi ¿eh?”
Su mirada sobre la tuya es como lava, un deseo fundido rezuma del el con tanta fuerza que casi puedes oír el crujido y chisporroteo. Su otra mano empuja bruscamente hacia abajo sus pantalones quitando de una vez su ropa interior.
Su gran polla golpea tu pelvis y aunque no puedes verlo tu cuerpo tiembla de la emoción lista para partirse en dos y llenarse hasta el borde. Tu vergüenza es fugazmente aplastada por tu abrumadora hambre de él.
“por favor” suplicas, la emoción de todo esto es demasiada.
“el gatito perfecto de papi” gruñe, acomodándote para ponerte de rodillas con los muslos temblando. “¿quieres que papi te folle duro ese coñito mojado? ¿Eh, gatito?”
“¡Si! Si papi por favor ~por favor~” tus palabras salen prácticamente arrastrándose de tu boca en una oración delirante en tus labios.
La mano en tu cuello se desliza hacia atrás para sostener el cabello de tu nuca y él te empuja hacia adelante con brusquedad para que tus manos te sostengan para lo que viene. Tirando tu cabello te obliga a mirar tu reflejo además de levantar tus rodillas elevando tus caderas a la altura perfecta.
Tu corazón late en tu caja torácica mientras la cabeza de su polla de desliza por tu entrada vidriosa.  Un gruñido retumba en su pecho mientras mira como tu entrada se estira al recibir su verga.
El murmura tu nombre, haciendo que tus ojos se abran y se fijen en los suyos. Tu trasero trata de acercarlo más a ti para que la punta roce tus pliegues otra vez, jadeando desesperadamente mientras él te sonríe.
“eres mi dulce gatito, todo mío ¿entendido?”
Asientes de nuevo, que las palabras salgan de tu boca es difícil esta noche.
La mano que no está en tu cabello golpea tu trasero abruptamente, provocando un fuerte gemido en ti. Sus dedos se clavan en la carne enrojecida mientras su lengua recorre ansiosamente debajo de sus dientes. “Ahora, papi dice…”
Te tiemblan los labios y tu coño se agita cuando lo miras una vez más.
“…córrete en mi polla.”
No necesita activar su peculiaridad esta vez. Tus caderas se estrellan hacia abajo, sus gemidos llenan la habitación mientras tomas cada centímetro de él, su polla dura abriendo tus estrechas paredes con facilidad,  no te permites acostumbrarte a su tamaño intrusivo, inmediatamente empuja tu trasero hacia arriba antes de dejarlo caer.
Los ojos de Shinsou se mueven hacia atrás, su mano aun descansa sobre tu culo mientras rebotas en su polla robándole el aliento. Joder, la sensación de tu coño caliente apretándolo tan bien, hace que quiera dominarte.
Su polla gruesa golpea el lugar correcto en lo profundo de ti, y tu intimidad gotea en exceso debajo de ti. No puedes evitar los descarados gemidos y gritos que brotan de tus labios, tu orgasmo dos veces negado regresa y da a conocer su presencia.
El peli purpura también nota tu inminente clímax, los sonidos que estas liberando y la forma en que tu coño agarra su longitud con tanta desesperación… no es como si lo estuvieras escondiendo muy bien. Su mano golpea tu trasero de nuevo, y un gruñido sale de el al notar como aprietas su polla en respuesta.
Su mano deja tu cabeza haciendo que tu rostro caiga y tu barbilla se arrastre contra el suelo. Sus manos se clavan en tus caderas, abriendo tus muslos y forzando tus caderas lo más profundo que se pueda. Empuja mientras tu trasero se estrella, soltando un gemido delicioso de parte de ti, el igualmente gime forzando un ritmo que repite la acción con tanta rapidez que tu cuerpo zumba y estrellas brillantes bailan a lo largo de tu visión.
“¿Me escuchaste gatito?”
Tus ojos se abren con lágrimas en las pestañas por el puro placer que está causando. Su expresión es maliciosa, los ojos entrecerrados miran tu imagen reflejada en el espejo, como si te estuvieran tentando a seguir sus órdenes.
“Papi dice que te corras”
La presión en tu estomago aumenta repentinamente, tanto que tu mandíbula cae y tus piernas tiemblan y tu cuerpo se contrae, y luego estas teniendo un orgasmo, tu coño está exprimiendo toda la vida de su polla mientras el golpea tus caderas con éxtasis.
Sus manos solo aprietan tus caderas y su ritmo no disminuye mientras te golpea con facilidad. La estimulación continúa en tu  punto G que hace que un rastro de baba corra por la esquina de tu boca, haciendo que tus ojos se muevan haca atrás por completo. El ritmo persistente de sus embestidas provoca una serie de suplicas ininteligibles de ti, y finalmente se detiene para darte un segundo para recuperar el aliento.
Tu cuerpo esta molido en el suelo, el orgasmo forzado te ha quitado una sorprendente cantidad de energía, Shinsou da un empujón tentativo que hace que un suave gemido se desprenda de ti. Envuelve sus brazos debajo y alrededor de tus muslos con sus manos aterrizando debajo de tu trasero, te levanta del suelo y se pone de rodillas frente al espejo. Abre tus piernas sin piedad, baja tu cuerpo y hunde su polla en tu coño adolorido.
“Mmmhhh…Shinsou” gimoteas mientras luchas por las palabras, tu cuerpo siente una confusa pesadez y ligereza. Tu mente esta desordenada, tratando de reajustase después de que tu orgasmo te ha devastado con tanta dureza. Tu cuerpo no había tenido suficiente tiempo para prepararse, Shinsou te hizo terminar antes de que estuvieras siquiera lista.
Tu cabeza cae hacia atrás en su hombro, otro gemido se libera mientras empuja su polla dentro de ti de nuevo.
“Shh, shh, gatito, no te preocupes, papi te va a cuidar bien como siempre lo hace” Shinsou gruñe en tu oído haciendo que las mariposas en tu estomago se agiten con renovada energía.
Los gemidos siguen saliendo de ti mientras sus fuertes brazos te guían para sentarte en su polla, enfundándose dentro de ti todo el camino y luego empujando sus caderas hacia ti para frotar ese punto que te hace temblar. Tu cabeza ya no esta tan turbia como antes, tu mano vaga hasta tu pecho y tiras de tu pezón con tus dedos.
“Mmmh ¿no se siente bien?” pregunta dejando caer tu cuerpo un poco más rápido en su longitud. Muerdes tus labios mientras que tu otra mano baja por tu muslo “¿quieres tocarte cariño?, ya no estás tan tímida ¿verdad?”
Sacudes la cabeza lamiéndote los labios en el espejo que tienes delante. Muestra la imagen disoluta de Shinsou empapándote con su poderosa polla, doblando tu cuerpo cual juguete.
“papi dice, lame tus dedos y frótalos en tu clítoris” ordena empujándote más rápido.
Tu mano en tu muslo vuela instantáneamente a tus labios, separándolos y metiendo tus dedos en tu boca. Sueltas un pequeño gemido en el momento que tu lengua moja tus dedos con salva, haciendo que Shinsou muerda la punta de tu oreja gruñendo a la vez. Tu cuerpo tiembla cuando tus dedos se encuentran con tu clítoris, todo tu núcleo se aprieta con el placer adicional. “¡mierda! Shinsou, ahhh-yo-ughhh” no puedes detener el gemido que se escapa, tu punto g esta sobre estimulado enviando euforia corriendo a través de ti con cada embestida.
“¿listo para correrte de nuevo gatito?”  La tensión se amplifica en su estómago. Solo el juego ya lo había puesto muy caliente y ahora después de tu intenso orgasmo y mostrarte así... bueno el también está bastante cerca.
“Si, por favor solo…házmelo papi” te quejas, mientras tu cuerpo se prepara para el impacto de otro orgasmo, sin control sobre los dedos en tu clítoris, todo lo que puedes hacer es aceptar las chispas que recorren tus extremidades.
Shinsou deja caer tus caderas para encontrarse con las suyas mientras se mueven de arriba abajo a un ritmo rápido, el aliento de tus pulmones es robado cuando un segundo orgasmo te atraviesa. La presión que se alivia dentro de ti, tus labios se abren y un largo gemido sale. Un líquido claro se derrama mientras tiemblas contra su pecho resbaladizo, tu coño se contrae y libera violentamente.
Shinsou deja escapar un gemido suspendido, la imagen de tu liberación en ti combinada con la sensación que agarras su polla con tanta fuerza persuadiendo su orgasmo. El llena tu útero con calidez y su agarre en tus muslos se debilita.
La habitación se llena de respiraciones irregulares mientras ambos permanecen en un estado de felicidad, la longitud de Shinsou masajea tu coño mientras acuna lentamente tu cuero contra el suyo. Tus ojos están cerrados, tu intimidad palpita y hormiguea con las réplicas de tu clímax.
Shinsou presiona besos como plumas sobre la piel mordisqueada de tu cuello. Hay un chupetón ridículamente oscuro y grande formándose allí, pero claramente te importa un carajo, menos mientras lame la piel magullada con cuidado.
Observa atentamente una espesa corriente blanca que sale de tu coño rosado y baja por sus bolas. Tu cuerpo se inclina contra el de él, el cansancio se apodera de ti.  Shinsou se aleja de ti y te quejas cuando su polla caliente deja tu coño haciendo que el estiramiento se pierda inmediatamente.
“¿Cómo te sientes gatito? ¿Estás bien?” pregunta acomodándote en sus brazos mientas se pone de pie sosteniendo tu cuerpo con discreción. Te lleva a la cama y te acuesta en las sabanas ahora frías.
Tu núcleo sobre estimulado palpita en protesta mientras te mueves, empujando el cabello de tu frente sudorosa “estoy bien, estoy cansada…” mirándolo con una mirada un poco sonrojada.
Shinsou sonríe, pero el orgullo se refleja en su expresión falsamente suave, se arrastra sobre el colchón a tu lado, sus largos brazos rodean tu cintura.
Te acurrucas en su cálido pecho y sueltas un suspiro mientras tu cuerpo zumba aturdido.
“lo hiciste bien cariño, estoy orgulloso de ti” sus palabras son suaves y dulces ahora, cálidas y consideradas; él  siempre  sabe que decir. “me lo probaste cariño, eres una chica buena.”
Tus labios se moldean en una sonrisa satisfecha, y presionas de nuevo sobre la piel de su musculoso pecho. Antes de que pudieras deslizarte hacia un sueño reparador, los dedos de Shinsou agarran tu barbilla, tirándola suavemente hacia arriba para que tus ojos se encuentren con los de él.
“Sin embargo, las chicas buenas no se tocan gatita, esta vez tuviste suerte de que vine aquí necesitándote tanto como tú, me necesitabas a mi” él te da un beso profundo haciendo que tus brazos se envuelvan alrededor de su cuello y tus dedos se deslicen por sus suaves mechones amatistas. El tatarea profundamente, retrocediendo y robando tu mirada con una entrecerrada pero posesiva.
“pero si alguna vez te encuentro tocándote de nuevo” hace una pausa, los ojos lavanda brillan con una lujuria renovadora que te hace temblar “papi se dará cuanta de cuantos orgasmos se necesitan para empapar estas sabanas por completo”.
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dcngwcck · 3 years
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lugar: club octagon. día/hora: veintiuno de marzo, de tres a cuatro am. participante: nam dongwook.
etílico corre por torrente sanguíneo como quien compite en una maratón, en sistema coherencia compite contra enemigo por control de anatomía sin saber que hacía rato la razón había pasado a un segundo plano, que extremidades no se rigen más bajo órdenes cuerdas, el caminar, hablar, bailar, son no más que acciones automáticas aprendidas a lo largo de los años. nada de aquello estaba en planes del cumpleañero, lo normal era festejas porque ¡vaya! pasaban de la media noche, 21 de marzo al fin, un año más que al parecer no estaba tirando a la basura, bajo sonrisas, bromas, así todo lo que iluminaba, estaba la oscuridad acechando, aguardando, como siempre intentaba animar a aquellos que por alguna razón el alcohol les había obligado a enfrentar demonios cuando apenas y podía lidiar con los suyos.
‘ una mujer de jóvenes facciones yace sobre colchas tendidas en frío suelo mientras un infante llora desconsolado por el hambre que desde horas tempranas de la mañana le ataca, nadie parece escucharlo ¿está la mujer si quiera respirando?; se reconoce a sí mismo, ese niño es el mismo dongwook pero con muchísimos años de vida menos, aquella era su vida antes de que madres adoptivas le llevaran hasta japón.  pasan horas, los llantos no cesan, ahora también huele a excremento en el aire, seguramente los pañales están sucios, menos mal ahora hay un hombre que mira desde la puerta abierta. en rostro masculino pueden observarse como lágrimas hacen su propio camino por anchas mejillas, corre en dirección al niño y le atiende como debe de ser, el llanto pronto se convierten en risas infantiles, carcajadas que hacen a desorientada mujer levantarse, en ambos varones puede observarse el miedo naciente ante ojos llenos de furia ’
un extraño sonido hace que el joven pelinegro regrese a la realidad, la música aún suena por los altavoces y hay gente bailando en la pista, dongwook regala animadas sonrisas mientras va rebotando de un lado a otro cuando ojos recaen en pequeñas aglomeraciones que van saliendo, ¿aquello es normal cuando la fiesta está en mero apogeo? pronto más gente se une, una, dos, las tres salidas que ha logrado contar se encuentran abarrotadas con diferentes personalidades pero aún no logra comprender qué sucede, hace horas que no revisa móvil por lo que ignora todo lo que en chat se ha dialogado “ salgan todos, ahora, no es una maldita broma ” escuchó primero “ evacuen lo más rápido posible pero con calma, debemos procurar que todos salgan ” otra voz distinta y así un par de veces más, gracias a aquello cerebro logra conectar puntos dándose cuenta que están en inminente peligro, cordura comienza a tocarle los pies pues son los primeros en avanzar hacia dirección de alguna salida pero tras avance ve a más de una persona tumbada, aturdidos por sustancias consumidas, lo que hace dar media vuelta ya que consiencia no se quedaría tranquila si sabe pudo haber ayudado a alguien de alguna manera.
algunos con apenas unos golpes o al agitarlos hacen conciencia, otros deben ser encargados pues no pueden caminar por voluntad propia, pide ayuda a transeúntes, no todos quieren cargar más peso que el propio por lo que le toca entrar y salir en escasas ocasiones, en aquel instante el polvo ya ha cubierto el suelo así como propio cuerpo, la oscuridad pasa a hacer acto de presencia ¿o es que siempre está ahí pero no la vemos por estar tan al pendiente de lo la luz? ¿no son como aquellos insectos que se sienten atraídos a misma muerte por confiados?; las luces han dejado de funcionar. siente latidos acelerados, sin duda alguna etílico ha sido procesado con mayor rapidez gracias a la adrenalina, un lejano “ ¡se caerá el techo! ” se alcanza a escuchar y después de ahí no procesa mucho más.
hay un estruendo y después siente algo pesado sobre tronco superior, no ha notado qué ni momento que le ha llevado al suelo, transcurre el tiempo por lo que la adrenalina ha bajado, todo lo que no sentía antes comienza a doler. desde la coronilla escurre sobre facciones líquido caliente, un poco espeso también, a medida que vista se va ajustando nota que sudadera beige es ahora de un rojo oscuro, último recuerdo que se graba en memoria es el pasar de diestra sobre facciones ocasionando que esta sea pintada de rojo sangre para luego perder noción de lo que sucedía a su alrededor. 
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nywhqs · 3 years
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bienvenida a la gran ciudad, ALMENDRA BUSTAMENTE, los rumores dicen que los sueños se cumplen aquí, que lo último que harás es dormir, porque new york nunca duerme. esperemos que estés dispuesta a compartir una caminata por central park o dar el recorrido que te guíe a la estatua de la libertad. recuerda muy bien ser tú quien domine la ciudad y no ella a ti.
¡BARB! ya casi estás dentro, te agradecemos enormemente el interés mostrado en el proyecto. a partir de ahora cuentas con 48 horas para hacer entrega de tu cuenta. sin más que decir, nos complace darte una cálida bienvenida.
out of character.
nombre: barb.
pronombres: femeninos.
edad: veintitrés.
zona horaria: gmt-5.
nivel de conexión (1-10): seis.
¿algún trigger?: incesto, non-con, pedofilia.
¿algo que desees agregar?: amo todo 🥰💗
in character.
nombre completo: almendra bustamante.
número de skeleton: cinco.
fecha de nacimiento: 14 de enero del 2000.
faceclaim: amanda arcuri.
personalidad.
              misma hija única, almendra siempre ha querido ser el centro de atención. con peculiar personalidad no ha tenido demasiados problemas en lograrlo, aunque en su adolescencia puede que haya perdido un poco el foco individual para concentrarse en encajar más con las masas. una vez en la universidad, poco a poco va recuperando su autenticidad, parlanchina, líder, incluso extraña. vestimenta no refleja naturaleza colorida, pues opta por colores como negro, blanco y escala de grises la mayor parte del tiempo. claro que estilo, com ella, va variando conforme pasan las temporadas.
datos curiosos. 𝐭𝐫𝐢𝐠𝐠𝐞𝐫 𝐰𝐚𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠𝐬 : discriminación por clases. 𝑢𝑛𝑜. nace en seno de una familia que, de primeras, vive del día a día. no se mueren de hambre, pero ciertamente no hay lugar para lujos. su padre, hombre argentino de casi cincuenta años, trabaja como mecánico en un taller en la urbe, mientras que su madre, canadinse, y ella pasan los días en la periferia, en una casa heredada por los padres de ésta. ambos buscan mejoría de calidad de vida en suelo estadounidense, pero hasta los siete años de vida de almendra no consiguen nada. 𝑑𝑜𝑠. momentos antes de que cumpla ocho, boleto de lotería parece ser salvación de la familia bustamante. números coinciden con los que leen en la televisión, lo que los lleva a creer que saldrán de la inducida pobreza. de primeras, así es—visten a almendra con ropa de las mejores marcas, la inscriben en un colegio privado, compran artefactos que no necesitan e incluso empiezan a tratar con diferentes bancos para ver la posibilidad de multiplicar bote. donde fallan, sin embargo, es en asegurarse un techo propio. bajo la excusa de que ya contaban con uno, papá se niega a invertir en una casa. y, con la crisis económica del dos mil ocho, todo lo ganado se desvanece en cosa de nada. 𝑡𝑟𝑒𝑠. quiebre lleva a peleas, que llevan a divorcio y posterior mudanza de su padre a país de origen, último encuentro con almendra sucede a los once años. su madre no. su madre se queda en tierras extranjeras para continuar trabajando, y es en cosa de nada que consigue hacerse de un lugar en casa de los gómez. almendra tarda más adaptarse a ausencia de figura paternal de lo que su madre quisiera. intenta no dejarlo ver, pero lo extraña, y empieza a visualizarse en un vínculo rocoso con su mamá. 𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜. la peor parte de adolescencia viene a la par con clasismo de sus compañeros. como aún asiste a colegio privado, resulta inevitable que éstos no la burlen cuando se enteran de rol que cumple progenitora en hogar de la familia de nano. éste siempre pone la cara por ella, no obstante, lo que la lleva inevitablemente a desarrollar una pequeña infatuación por el mismo. claro que esto jamás lo dice. en cambio, empieza a explotar otros aspectos de su vida una vez que los nota, su apariencia siendo uno de estos, por ejemplo. se considera guapa y, una vez que el resto comienza a notarlo, no pasa desapercibida nunca más. 𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜. aunque consciente de sus aptitudes, sabe que necesitará de un poco de ayuda al momento de postular a las mismas universidades que todo el mundo. aplica a cuantas becas puede y solo se hace de una, y aunque permanece en lista de espera durante la primera instancia, con un empujón de parte de los gómez ingresa a facultad de su elección para estudiar diseño de indumentaria.
vínculo con mariano.
                salió del hogar de los gómez con mariano, ya que era hija de la ama de llaves del hogar y mantenía una buena amistad con el susodicho.
extra: TABLERO.
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breezeblocks-28 · 3 years
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Una estudiante fue, es y será el amor de mi vida.
Ella tenía ojos claros “color gato” y carita pecosa. Era mi estudiante. Estaba en grado 11 de bachillerato en un colegio en una pequeña ciudad de Colombia. Nuestro amor no nació de la pasión, aunque para mí, ella es la mujer más hermosa que he conocido.
Todo era inocente. Empezamos a hablar interminables horas sobre cine, teatro, música, y otras cosas que ella no tenía en su vida cotidiana.
En ese momento ella vivía en una finca, con un padre controlador que, aunque tenía recursos, no compartía la curiosidad intelectual que evidentemente tenía su hija. Era una mujer muy, muy inteligente.
Yo, por otro lado, hacía poco me había ido a vivir solo. Recién me había graduado y empezaba a trabajar como docente en un colegio de esa ciudad.
El trabajo me gustaba, pero les tomaba cada vez más pereza a las adolescentes. Tenían poco interés en las materias y en las clases. Algunas mostraban interés por mí y creían que la “seducción” era mostrar escotes o hacer comentarios sexuales. Yo tenía claro que no quería nada de eso. Mantenía a raya a las estudiantes, pero con ella era diferente. Aunque tuviera claro que no quería ni podía estar con una de mis alumnas, ella se me metía calladamente en el corazón.
Yo no soy alguien supersticioso, pero con ella sentía que el Universo entero me hablaba. No escucharlo, creía, era un sacrilegio. Un día la vi en la biblioteca, estudiando física, con ese hermoso pelo color castaño claro, su cara preciosa y unas gafas que le daban ese aire de nerd que siempre me encantó.
Hablamos un rato y con la cabeza en contra, sin querer importunarla, sin querer sobrepasarme, pero con la convicción de que lo que decía era real y verdadero le dije lo siguiente: “si usted estuviera en la universidad, yo estaría locamente enamorado”.
Cuando caí en cuenta de lo que había dicho escapé de ahí entre la vergüenza y el pavor de que una estudiante modelo fuera a pensar que yo era alguna clase de pervertido o que estaba tratando de engañarla.
Además de ser su profesor, la diferencia de edad también era para mí un tema. Yo tenía 24 años y ella tenía 19. Eran 5 años de diferencia... Pero no la engañaba. Era cierto lo que sentía.
Después de eso ella no cambió conmigo. No se volvió ni más cercana ni más lejana. Era la misma estudiante callada, dulce y de buen humor, que todos los miércoles iba de 2 a 5 de la tarde a editar el periódico del colegio. Era mi momento de verla porque le ayudaba a montar las notas al sistema. La vida trascurría en eso. A mí me gustaba, no sabía qué pensaba de mí, pero tampoco hacía algo más allá porque no era el momento, no era esa la forma.
Un día ella me pidió que fuera a revisar un computador que su papá había adquirido y que estaba mal configurado. No les miento, acepté encantado, no solo por tener plan para ese domingo (y una platica extra que en Colombia siempre les hace falta a los profesores), sino por la posibilidad de verla. Su hermana y ella me recogieron en un punto que previamente me había indicado. Llegó manejando una camioneta enorme, sin uniforme y con maquillaje (que nunca usaba). Era raro verla así, vestida como una mujer.
Al llegar a la casa, conocí a su padre, a su madrastra (en todo cuento de hadas suele haber una madrastra malvada y esta no era la excepción pero eso es otra historia) y empecé a arreglar el computador. Sobre el final de la tarde, el trabajo ya estaba hecho y como ella debía recoger algo en una casa de su tía, muy cerca de donde estábamos, me ofrecí a acompañarla. La verdad es que, después de meditarlo mucho me había convencido de que ella se había metido en mi corazón.
Salimos de su casa y nos fuimos caminando, hablando de todo un poco, como siempre. Había un atardecer espectacular, el sol iluminaba las montañas y todo se veía de color dorado. “Dile lo que sientes o te vas arrepentir toda la vida”, me dije a mí mismo y así lo hice:
“Por favor no piense que soy un atrevido, no piense mal de mí, se lo ruego, pero creo que lo sé que guarda se pudre, lo que se pudre, envenena y yo no quiero que lo que siento por usted me envenene. Tengo que aceptar que siento por usted cosas lindas, que usted me encanta, que es la persona más maravillosa que conozco y que si no se lo digo me voy a enloquecer. No le pido un beso, no le pido que se acueste conmigo, solo le pido que me disculpe si me estoy pasando”.
Eso sí, cada vez que me preguntaban quién era el amor de mi vida, su nombre salía, sin la más mínima duda o pausa
Yo estaba preparado para todo. Para salir corriendo, para verla salir corriendo, para que se ofendiera, pero nunca, nunca no para su respuesta:
“Yo no sé si usted sea atrevido, solo sé que desde que lo conozco, me levanto y me acuesto pensando en usted y le pedía a Dios que me lo sacara de la cabeza si usted no era para mí porque me duele no tenerlo”.
Quedé frío, en shock. No pude ni quise tomarle la mano. Por un rato y en silencio seguimos caminando hasta la finca. Se me acercó y sin decir nada me dio un beso, nuestro primer beso. Más tarde ella me contó que el día de mi imprudencia en la biblioteca también había sido muy revelador para ella. Le había rogado al Universo por una señal de que yo era para ella y yo había llegado al otro día como un loco a decirle lo que le dije.
Durante dos años fuimos novios. Un noviazgo perfecto. No digo que carente de altos y bajos, no. Pero era una relación sin asomo de egoísmo. No era fácil lograr que ella saliera de la casa de su padre, entonces no podíamos vernos mucho, pero cada instante de esos años fue mágico, cada momento existía el deseo de ver al otro feliz y completo.
Después de ese tiempo, la distancia nos separó. En esa época -hace más de 15 años- no era tan fácil comunicarse y ambos asumimos cosas. Y al final una llamada, marcó el fin de la relación.
Al poco tiempo supe que estaba saliendo con alguien más. No me dolió el hecho que tuviera otra persona, sino que no fue capaz de admitirlo en su momento. Yo ya sabía que no estábamos juntos, pero me hubiese gustado que me lo dijera ella y no que me enterara así. Resulta que hubo una tragedia cerca de donde ella vivía y la llamé muy preocupado. Su respuesta fue fría y distante, me dijo: “A mi novio le duele mucho que usted me llame, por favor, no me vuelva a llamar nunca”. Siempre le juré que nunca le negaría algo que ella me pidiese y esa no fue la excepción. Corté todo contacto con ella. Tenía grabada esa llamada en la mente y mucho miedo a volver a sentir ese dolor.
Ella se casó y tuvo un hijo. Yo siempre respeté su decisión de cortar comunicación conmigo, aunque debo admitir que algunas veces supe de su vida por las redes sociales. Eso sí, cada vez que me preguntaban quién era el amor de mi vida, su nombre salía, sin la más mínima duda o pausa.
Tras meditarlo por más de 15 años, y ver una foto donde pude percibir claramente que ella no era feliz, decidí contactarla. Ya no tenía nada que perder y, creía estar listo para ser su amigo o, al menos, para saber más de ella. Ella aceptó y empezamos a hablar con mucha cautela. Tras días de conversación, me contó que su matrimonio de 15 años había terminado.
Yo no le había querido decir nada de vernos porque creía que no era el momento. Aún temíamos volver a estar cara a cara, pero nos rondábamos siempre. Era claro que nuestro sentimiento no había desaparecido. Al fin, ella me dijo que no quería perderme de nuevo.
Tomó un riesgo enorme, lo dejó todo, hizo un salto al vacío y lo hizo por mí. Justamente yo tenía un fin de semana libre en una ciudad relativamente cercana y ella, en un acto de locura, nobleza o lo que sea, dijo: “veámonos”. Compró un vuelo para el día siguiente.
Llegar al aeropuerto fue una odisea, me tomó casi 3 horas, pero todo valió la pena cuando la vi en la terminal. Nada había cambiado, éramos los mismos y nuestros sentimientos estaban ahí, intactos. Ahora nos vemos continuamente. Viajamos varias semanas al mes, así que, por ahora, la distancia no ha sido un problema.
...
Nota :
Personalmente, cuando leí esta historia en Internet que por casualidad encontré, me atrapó desde el primer segundo, cabe aclarar que soy una romántica empedernida y soy mas sensible que cualquier cosa en el Mundo... me gustaría saber si a alguien de la comunidad de tumblr también le parece fascinante como a mi.
Me encanta sentir como el profesor siente algo tan puro por ella, un amor tan grande que sin importar que ella no estuviera junto a él, siempre la observó desde la distancia y le deseó lo mejor, para mí, eso es el amor, desear siempre lo mejor para el otro sin importar si está o no a nuestro lado. El amor no es egoísta, el amor es puro y sin tapujos... Espero que todos algún día podamos encontrar un amor así, según yo, el amor es el milagro que todo ser humano se merece. Más que nada espero que cuando llegue a nuestras vidas, nos hayamos cultivado a partir de las buenas y malas experiencias, hayamos aprendido a valorar y a apreciar a las personas, (que así sean temporales, en algún momento en el tiempo nos ofrecieron la posibilidad de crecer) así haya sido con dolor, hay que ver a esas personas como maestros... Para que cuando llegue, estemos lisos para recibir y valorar ese regalo tan preciado, pero que sepamos hacerlo sin apegos dependientes, y sepamos amar libremente al otro, y no como una posesión.
Yo más que nadie sé que nunca es fácil perdonar a las personas, y muy curiosamente las personas que más amamos son las que más lecciones nos dejan y vise versa (decidí cambiar la palabra "daños" por "lecciónes")
... Uno se pregunta:
¿Por qué a mi?
¿Por qué así?
¿Yo que hice tan mal para merecerme eso?
Y es que yo creo que la vida no es justa, si fuera justa todos naceríamos en condiciones iguales, no habrían niños sin padres, o con hambre, o sin donde vivir.
Pero también creo que en su momento la vida nos pone situaciones que, aunque no entendamos porque nos pasan, tienen como fin hacer evolucionar nuestra conciencia , entender que todo cambia, ni las personas, ni los sentimientos, ni nosotros mismos , nos quedamos estáticos.
"Lo único constante es el cambio".
Y sí, hay experiencias duras, dolorosas, que uno siente que se muere, que no entiende el porqué, pero algún día miraremos atrás con tranquilidad y nos diremos a nosotros mismos que pudimos con eso, y podremos con muchas cosas más.
Hay que agradecer, hay que entender que el otro también es un ser humano y se equivoca, tal como nosotros, hay que dejar de idealizar y poner en un pedestal a las personas, pues a partir de ahí vienen las decepciones...
Hay que aprender a dejar ir, con agradecimiento, y a amar desde la libertad. Pienso que no hay nada mas genial que alguien se quede a tu lado por decisión propia y no por obligación.
No sé si esto lo lea 1 o 1000 personas, pero Espero que tú que estás leyendo esto, y para cada ser humano que esté pasando por una situación difícil (amor, trabajo, duelos, familia) , veas esta misma como una oportunidad para aprender de ella y crecer... Pero más que nada que tengas el coraje y el amor por ti mismo para cambiar esa circunstancia, que construyas la vida que quieres sin pasar por encima de nadie, que ames y que respetes a todos los que te rodean y a ti mism@ sobre todas las cosas, que sepas valorar a cada persona, cada momento, ya que son únicos e irrepetibles, que dejes ir de tu vida todo eso que no te trae paz 🕊, espero que sepas cuidar todo lo que es importante para ti, ya que nada dura para siempre pero aquello que cuidas dura más.
Más que nada recuerda que TODO pasa, los buenos y malos momentos, "No hay mal que dure mil años ni cuerpo que lo soporte".
Cada día ea una oportunidad para crecer, aprender, y amar con todo el corazón.
"El amor es lo único que somos capaces de percibir que trasciende las dimensiones del tiempo y del espacio". 🥀
I wish you all a long, and happy life.
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mauriciocrown-blog · 4 years
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Pasando bajo el yugo de las horcas caudinas
Pasar por el Yugo, aceptar la derrota ,ilustrarse de la misma y renacer. 
Por Mauricio Andres corona perez
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 De ante mano, apreciado lector va a observar en mí, que no existe la tenue creencia de poseer la admirable facultad del escritor. Pude comprender que el hombre no debe amilanarse y más si el propósito que lo anima es el de explorar los límites para los cuales ha  sido concebido , y reinventarse cada día es el propósito que debe imperar hoy en día.
  Nota explicativa
La batalla de las Horcas Caudinas (en latín, Furculae Caudinae) supuso en el  año 321 a.C , una de las más dolorosas y largamente recordadas derrotas romanas. En el marco de la Segunda Guerra Samnita y ante la superioridad romana, el general samnita Cayo Poncio recurrió a la estratagema del engaño para doblegar a un poderoso ejército romano. Hizo correr el rumor de que los samnitas estaban sitiando una estratégica colonia romana situada en territorio apulio, la ciudad de Luceria, expandiendo el rumor mediante soldados disfrazados de pastores. Tal y como Cayo Poncio había previsto, los romanos reaccionaron con rapidez, demasiada rapidez…
 Los cónsules Espurio Postumio Albino y Tito Veturio Calvino marcharon al frente de un gran ejército romano tomando la ruta más corta, que incluía el cruce del desfiladero de las Horcas Caudinas y que recibía ese nombre por la proximidad de la ciudad samnita de Caudio, en pleno macizo Apenino. Increíblemente, no tomaron tampoco la precaución de mandar por delante exploradores. Cuando el grueso del ejército romano estaba en el interior del desfiladero, se topó con una enorme barricada de troncos y piedras. Los cónsules dieron la  orden de dar la vuelta, pero en el otro extremo del desfiladero estaba esperándoles el ejército samnita, mucho más reducido en número que el de los romanos, que sin embargo, no podían aprovechar al estar encajados en el desfiladero. Todos los intentos romanos por forzar la salida fueron desbaratados por los samnitas, y finalmente, acuciados por el hambre, los cónsules romanos aceptaron la rendición que les ofrecían los samnitas.
Los legionarios romanos fueron obligados a dejar sus armas e uniformes, y los samnitas obligaron a pasar a todos y cada uno de ellos bajo el yugo, formado por dos lanzas verticales y una horizontal, que obligaba al legionario a bajar la cabeza en gesto de sumisión. De esta acción nació la expresión pasar bajo el yugo o pasar por las horcas caudinas, que significa el tener que aceptar sin remedio una situación deshonrosa. Además de esto, la rendición se condicionó a la  entrega de varias poblaciones fronterizas, como Fregelas, Terentino y Satrico, la evacuación de los colonos romanos de Lucera y del valle del río Liris, la retirada de todas las posiciones que mantenían en el Samnio y una tregua de cinco años. La vergüenza en Roma fue tal, que los senadores se despojaron de sus togas púrpuras, se produjeron escenas de duelo y se prohibieron las fiestas y casamientos durante todo un año.
A pesar de ello, los romanos consiguieron sobreponerse y reiniciaron las hostilidades en 316 a.C. y tras algún descalabro adicional, lograron tomarse la revancha con la captura de Lucera y el rescate de las armas, estandartes y rehenes perdidos en la batalla de las Horcas Caudinas.
Me topé con esta  expresión  un día  en la que deambulaba  en  el anaquel de libros , y me topé con un libro muy antiguo  de cuentos y  poemas  ya golpeado por el tiempo, carecía de portada y sus hojas amarillas le daban un aire de experiencia . Al leerlo me encontré con un cuento   titulado  “Pasar por el yugo de las horcas caudinas”  fue tan llamativo este título que tomo toda mi atención, ese escrito era de la autoría  de José Joaquín Ortiz (1814-1892)   fue un escritor y poeta colombiano. Fue reconocido por su obra La bandera colombiana. Este proclamado escritor nacional, hace una reflexión sobre algunos librepensadores que se proclaman ser huérfanos de religión y la atacan a tal punto que la consideran tiránica, y cuando se ven frente a la necesidad se declaran convencidos de su propio error y de la necesidad de la fe, se contritan  y acogen humildemente a la iglesia de cristo, y pasan bajo el yugo de las horcas caudinas.
Me pareció un relato  interesante, que  se puede enfocar no solo al ámbito religioso sino a cualquier ámbito de la vida, en donde necesitamos reconocer  sin remedio una situación deshonrosa, que no queremos reconocer por capricho o por desconocimiento propio, hasta el punto en que  es necesario pasar por esa situación para tener un enfoque objetivo de las cosas.  
Hoy en día la población mundial se encuentra confinada, con un universo de inquietudes, y bombardeada por tanta información. me pareció adecuado para todos, que tengamos una visión distinta de las cosas que nos rodean.
para comenzar, yo diría que debemos reconocer de una vez por todas como sociedad, que  hemos perdido la batalla, que nuestras orientaciones ideológicas no nos hacen mejores que los demás, es claro que como civilización hemos avanzado de manera exponencial, a comienzos del  siglo XX  teníamos el trasporte más rápido que la humanidad hubiera visto, la producción más eficiente de la historia y la comunicación casi instantánea sobre el planeta , el futuro se veía brillante y Julio Verne   describía las maravillas tecnológicas del mañana , ¿qué sociedad perfecta iba a surgir de toda esta abundancia de sabiduría? ,  pues como ya sabemos  el siglo 20 nos recibió con dos guerras mundiales y una guerra fría, es inconcebible que se haya utilizado el ingenio humano de esa manera, y lo más ruin y despiadado fue como se utilizó a las naciones emergentes, a utilizar un discurso de odio en contra de si misma , y nos vendieron la idea de que la guerra era la última razón, separando el pensamiento en dos bandos, persiguiendo y aislado cualquier proyecto quijotesco, que no estuviera a la izquierda o a la derecha . si pudiéramos  cuantificar  los recursos económicos y humanos que se perdieron en todas  estas barbaries seriamos verdaderamente consientes del daño que causa no reconocer, que nos encontramos ante un juego inviable en donde nosotros los ciudadanos somos esos puñados de soldados romanos esperando el suplicio de la derrota .
por si esto no fuera poco en la actualidad, los ideales renacentistas de la verdad y de la belleza fueron abandonados por lo único que quedaba, el individuo y el capital, los modelos económicos dieron paso a una era dorada del comercio, que al día de hoy podemos asombrarnos con el hecho, de que los 8 individuos más poderosos del mundo, tengan tanta riqueza como el cincuenta por ciento de la población más pobre del mundo.
podríamos afirmar que somos un punto estadístico sin rostro, un voto más, una cifra en un censo, ceros y unos en la base de  datos de facebook , nos enteramos de todo sin poder hacer nada , opinamos  de todas las decisiones publicas y no participamos en ninguna, cada vez tenemos menos control de los sistemas de nuestro alrededor, nos limitamos a votar en unas elecciones en las que no confiamos, y jugamos nuestro papel como despreocupado  consumidor, y no nos olvidemos de sonreír  acuérdate que tú eres responsable de tu felicidad  en esta paradisíaca meritocracia . 
Debemos revisar los valores que nos dieron forma,de los  cuales son, Progreso  emancipación humana, libertad, dominio de la naturaleza, racionalidad y espiritualidad, estamos en el momento oportuno para construir los valores que van a reemplazarla. 
Aceptemos esta derrota, aprendamos de ella, y renazcamos, antes de que sea demasiado tarde, y pacemos todos juntos delicadamente,Bajo el yugo de las horcas caudinas.
     .
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zinecalzon · 5 years
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Celda
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Señor intérprete, vamos a leerle un acuerdo al acusado. Pase, si es tan amable, para que nos ayude con la traducción.
Asiento con la cabeza. Estoy sentado en un sillón destartalado junto a la entrada de esta oficina con escritorios desordenados, montañas de carpetas amarillo pastel, cuerpos encorvados, lonjas al por mayor, malos modos, peores alientos. Me pongo de pie, cojo mi mochila y me acomodo la camisa blanca que se abotona sobre el hombro, esa que combino casi siempre con el pantalón japonés negro con un tipo de faja que me llega casi al esternón y me ajusta una cintura firme. Para una vez al año que no voy en minishorts, en chichis y sin calzones, más me vale verme presentable, sobrio y elegante. Vamos, como un intérprete hecho y derecho según la academia. Es que tengo al cónsul de mi país adoptivo a la derecha, al juez en frente y al acusado tras las rejas cuchicheando con sus abogados. Tomo mi tabla, alisto mi bolígrafo y comienza la diligencia.
Dan lectura al acuerdo. Que si la parte acusatoria [die klägende Partei] declaró esto y aquello [hat dies und jenes erklärt]. Que si los testigos no comparecieron hoy y se pospone la audiencia [die Zeugen sind heute leider nicht erschienen und die Anhörung wird verschoben]. Que tú. Que yo. Que esto. Que aquello. Me llega un tufo a baño público que proviene de la reja donde el acusado, con ojos atentos, toma nota de todo lo que sus abogados le explican, lo que el juez resuelve y lo que yo le interpreto de un español mexicano jurídico, rebuscado, barroco e incomprensible a su idioma, en el que blanco es blanco y negro es negro. Una corriente continua de aire suave, frío y húmedo me acaricia el rostro a medida que intento sintetizar la información al imputado. Me mira con ojos consternados y me dice con un gesto que ha entendido. No quiero ni imaginarme por lo que este hombre está pasando ahí dentro.
Perdido en mis pensamientos, crudo de esas chelas tranqui que anoche se nos fueron de las manos a mí y a mis dos amigos de la primaria y con un hambre voraz, siento una mirada fija desde algún lugar. No la había percibido antes porque la reja de metal está cubierta con un vidrio que refleja las luces de tungsteno alargadas y frías e impide ver con claridad a quienes están detrás de los barrotes. Una cara morena. Piel lisa y brillosa. Bigote delgado. Ojos grandes, negros. Labios gruesos. Treinta y cinco años. Corte de soldado raso. Arma de destrucción masiva. Me mira directo a los ojos. Lleva un uniforme azul marino que dice Alta Seguridad y lo acompañan dos custodios vestidos de caqui que se pasean aburridos e impacientes esperando a que atiendan al prisionero por la ventanilla que está libre. Miro discretamente hacia atrás (sí, como adolescente que aún no sabe si lo están mirando a él o a alguien más).
El personal consular y los abogados discuten algo con el acusado al que auxilio, a través de la rejilla. Le pasan papeles para que los firme. Yo sigo bajo el escrutinio del otro interno y quiero acercarme a verlo mejor. Finjo interés en la conversación que tienen mis clientes, me paro junto a la barra de concreto donde descansa la reja, que también funciona como mostrador para firmar cosas y tomar notas, y pego la frente al vidrio. El reo deja de mirarme. Es hermoso. Lleva unos pantalones que le marcan un paquete voluminoso. Pose altiva. Finge no darse cuenta de que me lo estoy comiendo vivo. Se cubre la entrepierna con las manos, una apoyada sobre la otra, como si esperase algo. Me mira otra vez directo a los ojos y asiente como saludándome con un gesto. Hago lo mismo y le sonrío. Me sonríe discreto, sin ningún tipo de efusividad.
Mis ojos están fijos en su pene que se marca a través del pantalón, aunque sea de tela gruesa. No lo puedo creer. Se lo acaba de acomodar. Finge rascárselo. Luego se lo coge claramente a través de la tela y se despega los calzones de los huevos. La tiene dura. Y yo, más. Espero que nadie esté mirando en dirección hacia mí porque estos pantalones son peligrosos. Verga, se la acaba de reacomodar. Me mira a los ojos. Se me acelera el pulso como hacía eternidades que no. Acaricio mi labio superior con la punta de la lengua. Lo ve. Me sonríe. Se vuelve a agarrar el pito con descaro y tuerce la sonrisa. Mira hacia el interior de la celda, hacia el pasillo por donde los canalizan desde sus celdas para que firmen documentos y participen en diligencias.
Me imagino lo caliente que ha de ir. Me imagino cómo intimidará a alguno que lo ponga cachondo para que le coma la verga y se trage su semen. Me imagino cómo ha de coger como salvaje en ese mundo tan distinto al mío. Me imagino que ha de vivir cientos, miles de cosas que son mis fantasías más improbables aquí, de este lado. Me imagino el olor de sus huevos. Me imagino su pene con prepucio al final del día. Me lo imagino jalándosela cuando ande hirviente por ahí. La tengo dura y no puedo dejar de verlo. Me gustaría cruzar esta reja y devorarlo 100 años seguidos sin tregua. Me masturbo a través de la ropa y sé que lo disfruta. Me da igual la gente que habla a nuestro alrededor, el olor pestilente de la celda. Me vale verga quién sea y por qué esté aquí. Estoy totalmente sexualizado por ese hombre que tengo a un metro y medio de mí que nunca tocaré, que puedo ver directo a los ojos, cuyo ser puedo penetrar sin siquiera poder rozar, cuyo olor trato de discernir entre la peste de la celda y el olor a oficina pública de burócratas malencarados.
…o al menos eso creo acabar de leer en su mente y eso mismo cree él acabar de leer en la mía por unos segundos mientras mantiene sus ojos fijos sobre mí y yo los míos sobre él franqueando este abismo infranqueable, devorando lo indevorable a través del espacio, penetrándonos las almas y aniquilando la carne, los códigos penales y las barras de metal.
Señor intérprete… disculpe, señor intérprete. Vuelvo de mi ensoñación diurna sin saber qué dijeron en los últimos cuarenta segundos. Sí le pido de favor que traduzca al alemán el acta que el secretario acaba de leer al acusado. Verga.
Salgo del reclusorio. El cerro del Chiquihuite se impone en el horizonte. La mar de viviendas grises se estrella contra las montañas del Valle de México como un oleaje continuo, una y otra vez, para expandir la urbe a fuerza de golpes repetidos. La capa espesa de esmog citadino simula la brisa de esa marejada explosiva e infinita. En las profundidades de ese mar de muros de concreto y rejas de acero, el vaivén hedoné-algos mueve a los seres como las corrientes oceánicas dan vida a las aguas. Sinfonía y estruendo en derredor. Ríos de lava en las arterias. Y en la separación, la fusión; en la soledad, la dicha; en el silencio, derrame interminable de sangre y de placer.
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ivanrosadx · 4 years
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“Jorge el triángulo”: un cuento de María Guerrieri
en: Fuente de chocolate, 2016
JORGE EL TRIÁNGULO
Uno de los dos triángulos se llamaba Jorge.
Hacía mucho que sentía ganas de tener algo nuevo en la cara.
Una mañana al levantarse se afeitó los bigotes negros porque le parecía que estaban muy crecidos.
Al ver todos esos pelos caídos en la pileta del baño tuvo la sensación de experimentar con la novedad y la juventud.
Jorge el triángulo se limpió los restos de pelo que había en su rostro con un jabón que se convertía en espuma al hacer contacto con el agua y guardó los pelos mojados en una cajita de madera.
Todo lo había hecho sin usar manos ni brazos, porque no los tenía.
Jorge el triángulo desayunó algo frugal: mandarinas con avena y miel. Mientras tanto le mandó un mensaje de texto a su amigo el triángulo Arturo, que decía: “Cara nueva. Estoy yendo para allá. Despertate”.
Cuando el triángulo Arturo vio a su amigo lo felicitó por la acción realizada. Lo tocó ahí donde faltaba el bigote y no paró de reírse por la sensación gomosa que le daba esa parte de piel de Jorge el triángulo.
Al rato los dos triángulos salieron de la casa, tenían que hacer juntos algunos trámites acerca de unos jarrones que querían importar.
Caminaron por las calles de barro con sus zapatitos triangulares tratando de no meterlos en los charcos, mientras juntaban algunas piedras que les servirían para más adelante. Jorge el triángulo llevaba puestos unos zapatos con remate azul y el triángulo Arturo otros parecidos pero con el borde color vainilla.
En el camino se cruzaron con una pareja que discutía nerviosa y en voz baja. Entendieron que la pelea rondaba en torno a temas domésticos porque repetían como un péndulo monocorde: “Te tocaba a vos sacar la basura y a mí usar el control remoto. No. Te tocaba a vos sacar la basura y a mí pegar los stickers. No. Te tocaba a vos sacar la basura y a mí usar la computadora. No. Te tocaba…”.
Los dos triángulos dejaron de escuchar y volvieron a mirar el barro espeso por donde caminaban.
¿Qué podían ver esos ojos triangulares?
En el cielo no había nada. El aire estaba muy vacío.
—¡Qué asco! –se dijeron.
—¡Así es muy difícil avanzar!
—¡Ya ni siquiera puedo recordar el olor ni la tempera-tura de lo que desayuné hoy!
—Pensemos en las piedras.
—Es cierto. Las piedras.
—¡Nos hacen falta pelos también!
—Yo traje los míos en el bolsillo. ¡Hay suficiente!
—¡Qué suerte! A mí no me crecen.
Los triángulos dieron unos pasos más en silencio.
El barro estaba muy pegajoso para su gusto.
Veían con temor que el cielo estaba cada vez más transparente y que soplaban ráfagas de aire frío. Algunas suaves y otras violentas.
En una de esas ráfagas vieron que volaban hacia ellos cuatro bolsas plásticas blancas y las atraparon para proteger sus zapatos.
En el aire volvió a no haber nada para mirar.
—¡Qué asco! –se dijeron.
—No es agradable caminar por una zona tan vacía.
—Por acá ya no hay más nada.
—Estamos por llegar.
Pero antes se cruzaron en el camino con otra pareja que conversaba sobre algo que habían leído. Uno decía que el personaje principal, un león triste que hablaba, era la personificación de la figura del escritor, y el otro acotaba que el escritor también se desdoblaba en el zorro dientudo que podía hacer andar a las plantas.
A los triángulos esta conversación les interesó y se quedaron quietos hasta que escucharon el título del libro, el autor y la editorial, todas cosas que anotaron en una libreta y siguieron caminando.
Cuando llegaron al edificio entregaron en una secretaría las piedras y los pelos. Les dijeron que con eso podían comenzar el trámite de importación. Los mandaron con un formulario hasta la oficina del quinto piso para hacer unos sellados y así darle inicio oficial al asunto.
Jorge el triángulo y el triángulo Arturo luego de seguir las indicaciones salieron muy satisfechos. Pensaron que ir a tomar unos tragos en vaso largo estaría bien. Pensaron en un ananá con menta y vodka para Jorge el triángulo, y un fernet con soda y limón para el triángulo Arturo. Pensaron que les vendría bien acompañar las bebidas con algo rico para comer, entonces quisieron encontrarse en el camino con un cuenco de arroz especiado.
Caminaron un trecho corto por las calles de barro y apareció lo que querían. Comida y bebidas dispuestas entre ramilletes de cardamomo, flores de azafrán, manzanilla, borraja, pasto y estragón.
Los dos amigos se miraron fijamente después de comer. Lucían mucho más anchos.
—Qué suave es todo.
—Quisiera pasar por debajo de un arco de tamarindos.
—A mí eso me complica. Uno de mis vértices apunta hacia arriba. Me enmaraño con las lianas.
—Yo con las ramas caídas y los alambres sueltos.
—No te olvides que tenemos que trabajar.
—No en este momento.
El triángulo Arturo se sentía blando, el arroz lo había amasado por dentro y podía hacer cosas que antes no. Se tocó la espalda y comprobó que la textura que tenía era rugosa, con mínimas protuberancias que no le gustaron. Inmediatamente se restregó contra un tronco quemado y el hollín que se le pegó atenuó su malestar. El triángulo Arturo gustaba de las cosas lisas como la superficie de los huevos limpios, los azulejos vitrificados de algunos baños y los papeles satinados.
Jorge el triángulo era indiferente a los asuntos del tacto, por eso se daba cuenta que el triángulo Arturo era el más adecuado para tratar ciertos temas de los jarrones que querían importar.
Jorge el triángulo pensó que ya era tiempo de levantarse y seguir. Al pensar la palabra Tiempo, vio la letra K en su composición, y se quedó trabado deletreándola sin poder ubicar dónde estaba esa letra, que aún parada entre las demás no había alterado el significado de la palabra Tiempo.
—Tengo hambre.
—¿Más hambre? Recién comimos.
—Quiero torta.
—No hay torta, hay fruta. Comé un durazno.
—Está bien, pero después quiero torta.
—Está bien. Hagamos una.
Para hacer la torta caminaron hasta llegar a una casa que tenía dos cocinas. Una estaba en la planta baja. Era una habitación donde faltaba una pared a propósito para que pudiera entrar la lluvia. La otra cocina estaba en el primer piso, era muy luminosa y la rodeaban jazmines encerados.
La torta que los triángulos hicieron allí era tan alta que la apoyaron en el piso para que no tocara el techo con la punta que adornaron con una ciruela ácida cubierta de cristales de azúcar. La fruta se posaba sobre el cono de crema verde con filamentos de chocolate bañados en miel de algarroba. Era como una torre escarpada con muchos pisos y salones. Jorge el triángulo y el triángulo Arturo salieron a convidar lo que habían hecho.
Afuera el paisaje estaba vacío. El viento helado.
Caminaron con dificultad cargando la torta en una carretilla. Comían porciones cada tanto.
Jorge el triángulo distinguió al rato, detrás de una roca con mucho silicio, a una pareja que lloraba abrazada.
Los dos triángulos pensaron que harían bien si les dejaban la torta, parecían hambrientos y estaban demacrados. La bajaron con cuidado y la apoyaron sobre la tierra con una nota que decía: “Existe la posibilidad de las vidas imaginarias”.
Siguieron caminando, saltando un poco para calentar los músculos de las piernas y el abdomen. Saltaban y hacían flexiones. Saltaban y emitían una vocal, acomodando la boca a la forma de la letra. Con la lengua hacían el agujero de la A, los tres brazos de la E y el punto de la i.
Al rato se sentaron espalda contra espalda a escribir una carta. Como ninguno de los dos tenía manos tuvieron que dictarla:
“Nos fuimos de una casa sin colgar la ropa limpia. Está todo dentro del lavarropas en la terraza. Cuidado que hay cosas delicadas. Nos gustaría que las prendas de colores oscuros se sequen extendidas y a la sombra. Hay dos blusas de terciopelo violáceo que no se deben escurrir y habría que tratarles las manchas con sal gruesa. Lo demás se cuelga de la soga ordenado por color según la secuencia que marca el arcoíris.
El tiempo por acá esta feo, hay viento y nos da escalofríos. Aunque no tenemos que preocuparnos por la comida, todo esto nos lleva más tiempo del que pensábamos. A veces no tenemos nada para decirnos, a veces nos sentimos diferentes. Nos pasan cosas y tenemos que elaborarlas solitariamente mientras suceden”.
Juntos pusieron la carta en un sobre, le pegaron una estampilla con un dibujo sepia de una olla a presión y la enviaron.
Minutos más tarde recibieron una respuesta:
“Es importante que los jarrones estén resguardados. Es necesario que las lacas sean pulidas para que reflejen. Es indispensable filtrar todo. Es forzoso encontrar una cámara húmeda. Es una cuestión ineludible estar debidamente formado y no intoxicarse. Es obligatorio ordenar el índice de precios”.
Jorge el triángulo pensó que el tema de los jarrones estaba un tanto impreciso. El triángulo Arturo se preguntó si el asunto no sería, al fin, un pretexto. Se tocó la espalda y comprendió que el hollín se había esfumado. Notó que las protuberancias habían crecido dos o tres centímetros y necesitaba restregarse nuevamente. Como no había nada alrededor para apoyarse, se acercó al dorso de Jorge el triángulo y comenzó a frotarse contra él. Su amigo, con la fricción que iba en aumento empezó a desvanecerse en partículas de oro mientras decía suavemente:
—Estamos haciéndolo al revés.
El triángulo Arturo no lo escuchaba. Recién cuando pudo calmar su malestar vio que su amigo era una montaña de polvo dorado susurrante.
Se agachó y guardó todo lo que pudo en la cajita de madera entre restos de pelos de bigote. Volvió caminando en contra del viento helado hasta que llegó a la casa de las dos cocinas.
Miró el reloj en la pared calculando que en media hora podría sacar del horno la nueva torta. Para hacerla había usado el polvo de oro y harina de maíz, amalgamándolos con huevos batidos y limón. No sabía cómo iba a salir eso. Era la primera vez que cocinaba solo. Estaba un poco preocupado porque él no solía ocuparse de las mezclas, sino de las decoraciones.
Fumó un cigarrillo mientras esperaba el resultado acariciándose el vértice de su cuerpo que apuntaba hacia el suelo.
La torta salió bastante plana, crocante, de base ancha y con tres puntas redondeadas. La superficie era naranjosa, cubierta de galletitas con caras que seguían una línea de chocolate amargo en forma de espiral. Se sucedían caras de piratas, chinos, aztecas, payasos, griegos, reyes, pieles rojas, franceses, españoles, hindúes, coreanas, japonesas, etc. La galletita del centro era la cara de una mujer china que lucía un tocado hecho con los pelos negros de Jorge el triángulo, cuyos rasgos resonaron en la memoria de su amigo mientras cortaba la torta en porciones para convidar.
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