#chándal
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He estado riendo como media hora después de ver esto porque es demasiado real 😭
#Detesto ese corte de pelo#Lo de los pantalones lo veo menos porque suelen llevar chándal las personas que conozco#O si eso son pantalones negros#Pero el pelo y la chaqueta es literalmente eso 😭😭😭
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Cómo reducir el costo de la ropa de su hijo
Los niños se quedan sin ropa rápidamente, razón por la cual es muy importante saber cómo conseguir una buena oferta en la ropa de los niños. Esto ayudará a que tu billetera no se sienta tan estresada.
Hacer inventario
Mire a través del armario de su hijo. Concluya qué prendas tienen a partir de ahora y qué necesitarán para la próxima temporada.
Dónde conseguir ropa para jóvenes
Hay muchos lugares donde puede Comprar Online camiseta niños sus hijos y ahorrar dinero al mismo tiempo. Estos puntos incluyen:
· Transfer Stores: Mira el fin de la oferta de tiempo. Esto es especialmente importante si se supone que busca trajes o vestidos de fiesta y zapatos de vestir. Te sorprenderá lo nuevas que se ven estas cosas.
· Ofertas de garaje: regularmente puedes encontrar cosas caras que se venden por cacahuetes. Por ejemplo, por regla general, puede encontrar prendas de juego que realmente tienen mucho desgaste y se venden por solo unos centavos.
· Tiendas de segunda mano: Suelen ser menos costosas que las tiendas de segunda mano, pero son más costosas que las ofertas de estacionamiento techado. Trate de ir en el día siete días cuando tienen un día de ofertas.
· Canjear con sus seres queridos: si tiene un buen vestido que no puede usar, cámbielo a sus seres queridos o llévelo a una tienda de transferencia para ayudar a pagar las nuevas prendas que su hijo necesita.
· Ofertas de fin de temporada: asegúrese de comprar camisetas, jeans, zapatos y adornos en estas ofertas. Del mismo modo, suponiendo que comprenda qué talla usará su hijo dentro de un año, puede cargar en este punto.
Compre prendas que se desarrollarán con sus hijos
Hay algunas prendas que se desarrollarán con sus prendas. Esto incorpora cosas, por ejemplo,
calcetines de tubo o calcetines de pantalón
Zapatos cuyas terminaciones sean bandas o velcro
Vestidos estilo overol o jumper (estos se pueden usar sobre pantalones más adelante).
Conjuntos de pijama de dos piezas
Prescindir de lo inútil
Nunca compre prendas ya que son encantadoras o están en oferta. Esto es sólo un tremendo mal uso de dinero en efectivo.
Conjuntos de pijama para niños
gorras para niños
Chandal y pantalones de para niños
Avengers Niños Camiseta de Manga
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⤷ ❝sex hotline❞ — myg (s.m) pt. 1
➤ Pareja: yoongi x lectora!fem
➤ Recuento de palabras: 8.6k
➤ Género: sexo telefónico! smut y obscenidad!
➤ Resumen: La idea de tener tu primer orgasmo hablando con un extraño atractivo a través del teléfono te asusta muchísimo, pero tal vez no sea tan malo como crees, después de todo, Min Yoongi era el mejor en su trabajo.
➤ Advertencias: 18+ | lenguaje maduro y explícito | sexo telefónico | diferencia de edad (edad legal) | charla sucia | palabras sucias y picantes obviamente | masturbación (ambos) | dom!yoongi sub!lectora | la lectora es virgen | elogios y ligera degradación | Yoongi es coqueto y sabe lo que hace y dice | sobreestimulación | semi-exhibicionismo | mucha mucha tensión sexual | la voz de Yoongi (sí es una advertencia) ➤ Si no eres mayor de 18 años, POR FAVOR, no leas. Si lo haces es bajo tu propia responsabilidad, ten en cuenta las advertencias.
♥︎ softpxachy's
⤷ masterlist ♡ taglist ♡ instagram
Min Yoongi se había convertido en el operador más solicitado desde que se unió a la empresa Delight, y tenía cientos de clientes esperándolo impacientes.
Yoongi se había demostrado a sí mismo que podía mantener a su boca en un muy buen uso; haciendo que hombres y mujeres se enamoraran de su voz profunda y sensual en una sola llamada telefónica.
Sus palabras fácilmente podían hacer que cualquiera cayera en sus trampas; pintando escenarios oscuros y sexuales que sus clientes hubieran preferido mil veces experimentar en la vida real.
Y Yoongi no era tonto, él sabía que muchas personas querían escuchar su voz, sabía que tenia un gran ego y lo usaba completamente a su favor. Él sabía que su voz podía derretir a sus clientes, sabía cómo hacer que la gente se corriera con solo decirles palabras pecaminosas y seductoras a través del teléfono. Y le pagaban ochenta dólares por hora.
Obsceno, frío y con una lengua afilada. Ese era Suga en tres palabras.
Y su personaje no tenía ninguna gran diferencia con su yo real.
Yoongi se sentó cómodamente en el colchón de su cama, levantando las rodillas mientras frotaba su creciente erección a través de sus pantalones de chándal delgados.
—Dime cuánto lo quieres, cariño. —Yoongi murmuró con su voz ronca y áspera a través de su teléfono hacia la persona al otro lado de la línea mientras fijaba su posición sobre el colchón. —Dime cuánto quieres sentir mi polla follando ese pequeño y mojado coño tuyo.
La mujer al otro lado de la línea gimió, fuerte, obviamente tocándose a sí misma. —Sí, sí. Quiero tanto tu polla, Suga…
Y Yoongi tuvo que hacer todo lo posible para evitar que un resoplido cayera de sus labios al escuchar el tono tan ansioso y necesitado de su voz.
—Mmh por supuesto que lo quieres, es una pena que no pueda estar allí contigo. Joder, te follaría tan fuerte y duro hasta que estés llorando. ¿Quieres eso?
—Oh Dios… sí, sí, quiero que me folles así, por favor, por favor, ya casi llego…
Y ahí estaban, las palabras mágicas que encendían la excitación en su cuerpo, haciendo que Yoongi no pudiera pensar en nada más que en hacer que su cliente se corriera y que se sintiera satisfecha. Porque eso era lo que Yoongi quería. Satisfacción.
—¿Lo haces? Huh, qué pena, no creo que puedas manejar mi gran polla. —Yoongi gruñó sombríamente al escuchar a su clienta gemir de frustración ante sus palabras, y eso sólo alimentó más su ego .—Fóllate más fuerte por mí, ¿sí, cariño? Empuja esos dedos más profundo dentro de ese apretado coño tuyo. Mierda, mi polla está palpitando por ti, bebé. Muéstrame lo hermoso que suenas cuando te corres.
—Joder, Suga, justo así…
Yoongi agarró el teléfono con más fuerza, pudiendo escuchar los sonidos húmedos y lascivos al otro lado de la línea, lo que lo hizo morderse el labio inferior, la imagen que se formó en su mente lo estaba poniendo más duro a cada segundo que pasaba y sólo lo hizo comenzar a frotar su pene de arriba hacia debajo de una forma tan lenta y casi burlona; esparciendo el líquido preseminal que brotó de su punta por toda su longitud, gruñendo un par de ánimos sucios más a su clienta.
—Esa es mi chica, folla más fuerte ese coño, nena. Vamos, córrete para mí, ensucia tus sábanas, quiero escucharte…
—Dios, Suga, voy a correrme….
Y Yoongi sonrió diabólicamente al escucharla, sintiéndose tan complacido y realizado. Era uno de los mejores sentimientos, hacer que alguien se sintiera bien, incluso si él era solo un extraño con quien estaba hablando por teléfono. Su polla se retorció en el apretón de su mano al escuchar los gemidos de placer volviéndose más fuertes cuando por fin su clienta llegó a su orgasmo.
—Eso es todo, déjalo salir, bebé. Joder, te escuchas tan jodidamente deliciosa… —murmuró palmeando con más fuerza su erección sobre su puño; disfrutando con los gemidos ahogados y la respiración agitada de su clienta al otro lado. —Te corriste muy fuerte, ¿verdad, cariño? —preguntó en medio de una risita burlona.
—G-Gracias, Suga. Eres el mejor.
Yoongi sonrió.— Me alegro de haber podido ayudarte, cariño.
—¿Te puedo llamar de nuevo la próxima semana?
—Por supuesto, pero tienes que esperar en la fila, bebé.
Ahí estaba T/n; contemplando si debería terminar su ensayo que literalmente debía entregar en una hora o llamar al número que estaba escrito en ese el papel que por accidente se le cayó a una de sus profesoras después de decirle lo espantoso que había sido el primer ensayo de su materia.
No la podían culpar, T/n había intentado devolverle el pequeño trozo de papel, pero su profesora ni siquiera le dio tiempo de hablar cuando salió del salón de clases maldiciendo a todo lo que se atravesara en su camino.
Y cuando T/n la inspeccionó de cerca, quedó más que confundida que al principio.
Suga
28 años
698-8876-203
Trato de averiguar de qué o quién podía ser ese número pero seguía sin saberlo, podría ser literalmente cualquiera y cualquier cosa. No era una tarjeta de visita habitual, o una tarjeta de presentación de alguna empresa, era solo la información personal de alguien escrita desordenadamente en una tarjeta blanca. Y eso le hacía sentir una inmensa curiosidad que la atraía como si se tratara de un imán.
—Suga… —T/n se susurró a sí misma y sus cejas se arrugaron con desconcierto.— ¿Quién diablos se llama Suga?
Volvió a repetirse esa pregunta mientras caminaba de un lado a otro en su habitación, pensando seriamente si debía marcar ese número misterioso que estaba escrito en la tarjeta. Eran las tres y media de la tarde, y ciertamente no pensó que su atención estaría cien por ciento es ese número misterioso en lugar de su ensayo.
Sí, podría ser la información privada de alguien y estaba siendo una completa entrometida, pero tal vez este hombre Suga quisiera recuperar su tarjeta, quién sabe.
Con un resoplido, se acercó a su mesita de noche y retiró el cargador de su teléfono, sintiendo instantáneamente como su corazón latía más rápido mientras marcaba lenta y vacilantemente el número extraño en su dispositivo.
—¡Joder, lo que sea! —suspiró presionando el intimidante botón verde de llamada, escuchando su teléfono resonar el timbre una y otra vez haciendo que las palmas de sus manos sudaran cada vez más.— No debería… —murmuró por lo bajo recostándose en su cama, dándose cuenta de que esto estaba mal, pero cuando quiso colgar, la pantalla de su celular se iluminó anunciando que la llamada había sido contestada.
—¿Hola?
Mierda.
Espera, ¿Qué mierda?
¡Esa voz! ¡¿Qué diablos era esa maldita voz baja?!
—¿Hola? — Se volvió a escuchar, pero T/n parecía estar en estado de shock.
El hombre al otro lado de la línea tenía una voz tan baja, oscura y áspera que hacía que su corazón diera vueltas y vueltas, y T/n mentiría si dijera que no la hacía sentir escalofríos.
Yoongi dejó escapar una pequeña risita ante el silencio, rodando los ojos mientras fijaba su posición en la silla y levantando los pies sobre la mesa de madera frente a él.— No me hagas hablar solo, cariño.
Un jadeo repentino salió de los labios secos de T/n cuando el tono de su voz se volvió firme. Había un matiz estricto y dominante en la voz de aquel hombre que la hacía quedarse quieta; estaba demasiado conmocionada para responder mientras su mente intentaba comprender la situación en la que se había metido.
—Yo-yo… —tartamudeó de a poco, queriendo golpearse la cara al no ser capaz de formular una oración entendible.
Yoongi frunció el ceño ante eso, levantando una mano para jugar con su labio inferior antes de formar una sonrisa.— ¿Sí? —bromeó con un tinte de diversión. A pesar de que no podía escuchar su voz claramente como él quería, podía comprender que definitivamente era una mujer, una muy joven.
—T-tú eres uhm… ¿S-Suga? —T/n murmuró con nerviosismo apenas encontrando su voz para preguntar eso.
— El único.— Yoongi respondió ensanchando su sonrisa mientras despeinaba su cabello con la otra mano, comenzando a maquinar su siguiente movimiento para poder comenzar con su trabajo y darle una noche especial de puro placer a una nueva clienta.
—Yo, uh- alguien dejó caer tu... tarjeta con tu n-número en ella, ¿y supongo que la quieres de vuelta? — T/n se las arregló para preguntar aquello a pesar del temblor evidente en su voz.
Y no supo qué hacer cuando no recibió ninguna respuesta.
Hubo un silencio total y absoluto, y T/n quería cavar su tumba allí mismo, pensando que realmente había sido tonta al llamar a aquel número y decir eso. Y por otro lado, Yoongi no podía creer lo que estaba escuchando, intentó procesar cada palabra que dijiste, y una vez que lo hizo, entendió todo.
Kim Yejoon, la caliente profesora a la que le había dado su número la semana pasada, ¿Se le cayó la tarjeta?
Se pasó la mano por la cara con frustración, gruñendo profundamente al caer en cuenta de la situación, pero a pesar de eso, Yoongi sabía que no debería hacer de esto un gran problema, no había nada malo después de todo. Y además, tenía una nueva llamada para que la disfrutara.
Se encogió de hombros rápidamente, sin darle muchas vueltas al asunto antes de hablar.— Bueno, bebé, ¿sabes por qué le di mi tarjeta a ese 'alguien'?
Bebé. Él la había llamado bebé.
T/n casi estuvo a punto de suspirar de nuevo al escucharlo llamarla así, debía de admitir que su voz realmente le estaba haciendo algo a su cuerpo, esa voz monótona y profunda la estaba haciendo agitarse en su lugar y le costaba pensar correctamente.
—Uhm, ¿P-por qué? — T/n susurró, poniéndose cada vez más ansiosa y nerviosa al mismo tiempo.
—Esta es una línea directa de sexo telefónico, querida.
Y ahí T/n juró que su mandíbula casi se cayó al suelo al escuchar eso, joder, no había forma que su profesora supiera que este tipo Suga trabajaba como operador de sexo telefónico, ¿O sí? Dios, estaba segura que nunca volvería a verla igual después de esto.
—L-lo siento mucho... Dios mío, puedo volver, espera... No sé, tal vez pueda devolverle esto a...
—No tienes que estar nerviosa por eso, bebé.— Yoongi habló por lo bajo, casi en medio de un ronroneo que hizo que la respiración de T/n se cortara por el rápido giro de su voz, sonando tan sexy y sensual.
—¿Cómo?
—¿Cuántos años tienes? —Yoongi ignoró su pregunta mientras él mismo hacía una; dándose cuenta de que podría sacar algo divertido de toda esta situación.
—No sé si debería decírtelo… —T/n murmuró por lo bajo, e inconscientemente cerrando sus piernas en un intento de evitar que se excitara si seguía hablando con él.
—Oh, es una pena…— Yoongi habló con falsa inocencia en su voz y T/n juró que pudo sentirlo formar una sonrisa al otro lado de la línea.—Quería... ya sabes... hacerte sentir bien, al menos.
Y sus palabras fueron muy tentadoras. Demasiado.
En algún punto de su desordenada mente T/n se dio cuenta de que quería esto, algo de espontaneidad y adrenalina con algún extraño, no tenía nada que perder y tenía que vivir un poco al final de todo, esta sería probablemente la primera y última vez que experimentaría algo como esto, así que aceptó de inmediato.
—T-tengo diecinueve… —murmuró casi en un susurro esperando que aquel hombre no cortara la llamada tan pronto como escuchara su respuesta, pero no fue así, porque lo que recibió fue un audible gruñido al otro lado de la línea que le puso la piel de gallina.
Yoongi no pudo sorprenderse más de una buena manera, era muy raro para él recibir llamadas de clientes que no tuvieran veinticuatro años o más, y aquella jovencita podría ser su primera vez. Y la idea le gustaba más a cada segundo.
—Oh, nena… —resopló mordiéndose el labio inferior antes de agregar con una sonrisa pintando en todo su rostro.— Creo que eres la primera clienta que tengo que es tan joven.
Y tan pronto como T/n escuchó eso pudo jurar que una ola de calor recorrió todo su cuerpo; haciéndola removerse sobre la cama y respirar de forma densa y pesada.
—¿Eso es algo bueno? —preguntó agarrando con más fuerza su teléfono para evitar frotar sus piernas entre ellas; buscando algún tipo de fricción donde más lo necesitaba.
—Oh, depende, cariño. ¿Todavía quieres continuar? Puedo hacerte sentir realmente...— Yoongi habló con su voz ronca justo antes de hacer una pausa y gemir en voz baja para sí mismo ante lo que estaba imaginando.— Realmente bien…
Él ni siquiera estaba diciendo nada sexual todavía y T/n ya podía sentir sus bragas empapadas pegarse a su piel sensible. ¡Esto no sucedería si su voz no fuera tan sexy!
—S-sí. —respondió después de pensarlo y en medio de un suspiro tembloroso.
La polla de Yoongi se retorció dentro de sus pantalones, excitándose con la simple idea de guiar a alguien probablemente nuevo en la vida sexual.
—¿Quieres decirme un nombre, cariño? Nombre real, nombre falso, algún apodo favorito, como quieras que te llame. —preguntó con calma ajustando su posición sobre el sofá.
¿Era malo que T/n quisiera escuchar a este extraño decir su nombre con su voz profunda y tan jodidamente sensual?
—¿Me prometes que no me hackearás o algo así? —preguntó por lo bajo aún sintiendo irreal toda esta situación en la que estaba.
Y Yoongi se rio ante eso, encontrando realmente adorable esa pregunta. Su tono oscuro era todo lo contrario de tu tono dulce e inocente, se le hizo realmente lindo hablar con alguien con una voz tan animada y adorable, al menos para él.
—¿Hackearte? Oh, bebé… —comenzó a hablar antes de chasquear su lengua aún divertido. —Estás hablando con el mejor operador que existe, gatita. Otros clientes estarían celosos de que estés recibiendo toda mi atención en este momento, y no ellos. Estás a salvo conmigo, te lo prometo.
El rostro de T/n se enrojeció por completo al escucharlo, dándose cuenta de que si aparentemente era el “mejor” entonces eso significaba que hacía bien su trabajo, ¿verdad?
Bueno, fuera lo que fuera, ya era demasiado tarde para echarse atrás.
—Bueno, uhm... soy T/n.
Yoongi se mordió el labio, cada vez más emocionado. No podía esperar a que experimentaras lo que estaba a punto de darte.
—T/n… —Tu nombre sonaba tan sensual cuando él lo decía, y T/n pudo jurar que la atmósfera en su habitación de repente se volvió cien veces más caliente con sólo escucharlo decir su nombre de esa forma.— T/n, estás de acuerdo con lo que estamos a punto de hacer, ¿verdad? ¿Tengo tu pleno consentimiento?
—Mmh-ju… —T/n musitó sintiendo su corazón bombear rápidamente en su pecho, nerviosa porque realmente se había dado cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Sexo telefónico. Un jodido sexo telefónico.
Todo su cuerpo se estremeció de repente y un dio un pequeño brinquito sobre la cama al escucharlo gruñir inesperadamente y a su voz volverse más dura y firme antes de hablar. —Quiero escuchar palabras, niña.
—S-Sí señor. —T/n respondió de inmediato, no queriendo molestarlo más y que pudiera dejarla con el calor a tope en su cuerpo, sin darse cuenta realmente de lo que había dicho.
Mierda.
Los ojos de Yoongi se agrandaron en estado de shock y su mandíbula se abrió mientras procesaba todo; como operador de sexo telefónico había experimentando múltiples fetiches y roles que le pedían sus clientes y sabia como manejar cada llamada que venía con esas instrucciones para hacer todo lo que su cliente deseara, pero ciertamente no esperaba que esa palabra repentina saliera de tus labios.
Echó su cabeza hacia atrás, cerrando los ojos por un breve momento mientras sentía como su pene se endurecía cada vez más.. Era muy difícil para él contenerse porque todo lo que quería hacer era decirte las cosas más sucias y desagradables contra tu oído. Él quería cumplir todas tus sucias fantasías que no sabías que tenías, pero sabía que necesitaba reducir la velocidad.
—¿Señor? Oh, ¿Qué te hace llamarme así, bebé? —preguntó con un tono arrogante cubriendo su voz mientras palmeaba de a poco su dura erección; haciéndolo sisear ante la sensación.
—N-No lo sé… —T/n murmuró completamente sonrojada, sentía su garganta seca y no sabía qué responder sin sentirse tan avergonzada.
—Oh, sé que jodidamente lo sabes, T/n. Te excita, ¿verdad? ¿Quieres que alguien te domine, cariño? —preguntó con dureza y sin poder evitar sonreír con orgullo al escuchar el pequeño gemido silencioso que ella dejó escapar. —¿Qué haces cuando alguien te hace una pregunta? ¿Mmh?
Yoongi volvió a preguntar y el tono de su voz hizo que T/n se removiera impaciente sobre la cama, sintiendo como la humedad en su entrepierna hacia que sus bragas mojadas se frotaran incómodamente contra sus pliegues, él tenía toda la razón en todos los sentidos posibles. Quería que alguien la dominara, alguien que la controlara en un plano puramente sexual, era una de tus mayores fantasías.
—Sí, s-señor. Yo quiero eso. —T/n respondió tímidamente por lo bajo.
—Oh cariño, no tienes por qué ser tímida conmigo. ¿Estás sola?
—Sí, señor. —T/n volvió a responder de la misma forma dócil de antes, dirigiendo su atención a la perilla de la puerta como si alguien estuviera a punto de irrumpir en su habitación, sintiendo todo su cuerpo temblar al escucharlo reír.
—Entonces no hay nada de qué preocuparse. Sólo somos tú y yo, nena. Ahora, antes de que podamos pasar al lado más... divertido, quiero ser un poco neutral por ahora, ya que es tu primera vez. Así que dime, ¿cuándo fue la última vez que te follaron?
Neutral. ¿Eso fue neutral?
T/n podía sentir a la perfección su rostro arder en vergüenza ante sus palabras y tuvo que cerrar sus ojos con fuerza mientras trataba de controlarse. Su voz la volvía loca, y hacía tanto calor que si no fuera una tímida virgen ; podría haberse masturbado todo este tiempo hablando con él.
—Uhh… — T/n musitó antes de reírse nerviosamente. —Y-yo... no he... todavía no…
—Oh, Dios mío, cariño… —Yoongi gimió por lo bajo al escucharla; apretando el grosor de su polla con más fuerza aún por encima de sus pantalones.— Lo siento mucho… —agregó soltando una risita mientras movía su cabeza de un lado a otro.— ¿Aún quieres seguir con todo esto?
—Sí, sí señor. Por favor, lo quiero. No me importa, por favor solo… —T/n habló en medio de un suspiro tembloroso, cerrando los ojos con fuerza dándose cuenta de su estado. —Estoy muy excitada en este momento y...
—Oh, cariño, está bien, ¿sí? Sé lo que quieres. —murmuró con calma al otro lado de la línea.— Es mi trabajo hacerte sentir bien nena, no tienes que preocuparte.
—Está bien… —T/n exhaló al mismo tiempo que asentía con su cabeza, como si él la pudiera ver.
—Dime lo mojada que estás para mí, T/n. —Yoongi preguntó con su voz varias octavas abajo, moviendo su mano de arriba abajo por toda la longitud de su erección que se cernía dura entre sus piernas abiertas, pero aún sin liberarla de su confinamiento.
T/n no dudó ni siquiera un segundo en obedecer su orden, llevando su mano libre por debajo de su short para presionar sus dedos ligeramente contra su coño vestido, haciéndola gemir cuando frotó de a poco sobre la mancha de humedad en sus bragas, estimulando de a poco su pequeño y necesitado clítoris, sólo haciéndola sacudir sus caderas hacia arriba en busca de más fricción.
—Estoy muy mojada, s-señor. —habló en un gemido bajo y estrangulado.— Mis bragas están húmedas p-por tu culpa.
Ni siquiera podía creer que en realidad ella estuviera hablando de esa forma tan sucia, hizo todo lo posible por no sonar tímida, pero simplemente no podía evitarlo, toda la situación la estaba sobrepasando, y la voz de aquel hombre al otro lado del teléfono la hacía sentir más caliente a cada segundo que pasaba.
—¿Si? ¿Te estás tocando, bebé? —Yoongi arrulló con voz burlona disfrutando con su respiración agitada; casi pudiendo escuchar los movimientos que hacía.— Joder, las cosas que le haría a tu precioso coño si estuviera allí contigo, T/n… —habló y sus palabras solo la hicieron querer seguir escuchándolo.— ¿Quieres saber?
—Sí, sí señor, por favor… —T/n respondió y su tono desesperado la hizo temblar sobre la cama.
—Mmh, eso es lo que quiero escuchar. —Yoongi murmuró finalmente decidiéndose por deslizar su mano debajo de sus pantalones; agarrando firmemente la gruesa circunferencia de su polla y dejando escapar un gemido gutural ante el contacto.— Comenzaría por comerte el coño, bebé. —admitió y casi tuvo que reprimir una risita al escucharla gemir ante sus palabras. —Imagina mi lengua lamiendo una y otra vez tu bonito y mojado coño, bebé. ¿Puedes sentirlo?
T/n dejó escapar jadeo desesperado cuando sus dedos recorrieron delicadamente de arriba hacia abajo justo por la mitad de su coño, imaginando que él estaba con ella, diciéndole exactamente qué hacer y casi pudiendo sentir su lengua húmeda y caliente arrastrándose entre sus pliegues con fervor, podía sentir la humedad filtrarse a través de la tela de sus bragas mojando sus dedos y eso la hizo quejarse.— Sí, señor.
—Tócate, T/n. Juega con tu coño mientras escuchas mi voz.
—Lo estoy haciendo, pero por favor... ¿Puedes… —T/n sollozó por lo bajo ante su orden, no queriendo hacer nada más que darse un poco de placer con ayuda de su sensual y erótica voz. —¿Puede ayudarme, señor?
—Oh, qué niña tan obediente tengo aquí. —Yoongi sonrió ante eso al mismo tiempo que con sus dedos esparcía el líquido preseminal que escurría de la punta por toda su dureza; usándolo como lubricante, excitado con la simple idea de que aún necesitabas ayuda para tocarte, y por supuesto que él estaba encantado de ayudarte.— Lleva tus dedos a tu clítoris, gatita, comienza a frotar suavemente ese pequeño botón para mí.
T/n siguió sus instrucciones y obediente llevó sus dedos hacia arriba, frotando de a poco sobre su clítoris y gimiendo al sentir un repentino rayo de placer recorrer todo su cuerpo una vez que aplicó presión.— A-ah, s-señor…
—Mmh, se siente bien, ¿no es así, cariño? Solo sigue tocándote bebé, hazte un favor y desvístete por completo. —ordenó segundos antes de escucharla asentir levemente y comenzar a quitarse la ropa lo más rápido que pudo.— ¿Escuchas bien las instrucciones verdad? Eres una buena niña.
—Oh… —T/n musitó al escucharlo, sin poder evitar sonrojarse ante la forma en que sonaba ese apodo cariñoso saliendo de sus labios, haciéndola subir de nuevo a la cama y hundir las manos entre sus piernas, a espera de una nueva orden.
—¿Quieres jugar con tu pequeño coño hasta que te corras, bebé?
¿Cómo podían sus palabras crear un efecto tan grande en ella? T/n podía sentir su rostro calentándose a cien grados mientras se permitía volver a disfrutar del maravilloso placer que le estaban dando sus palabras tan sucias. Cerró los ojos cuando sus caderas se empujaron hacia su mano, y sus dedos fueron rápidos en volver a frotar lentamente círculos delicados en su pequeño punto de placer.
—Señor, ayúdeme, por favor. —T/n pidió inocentemente tratando de mantener a raya los gemidos que amenazaban salir de sus labios.
—Es un placer, gatita. Para eso estoy aquí, ¿verdad? —Yoongi gruñó mientras liberaba su polla de su confinamiento, saliendo disparada hacia arriba entre sus piernas; completamente duro como una roca.— Maldita sea bebé, escucharte me ha puesto tan duro…
Y T/n soltó una respiración áspera ante eso, jugando con su clítoris cada vez más rápido, mojándose más y más cada segundo que pasaba, antes de que su voz la hiciera temblar.— Tu pequeño coño debe estar tan desesperado por una polla, ¿eh? ¿Es eso lo que quieres?
—S-señor… —T/n gimió con los ojos cerrados mientras se concentraba en su voz caliente.
Yoongi gruñó entre dientes cuando comenzó a bombearse a sí mismo, usando el líquido preseminal para humedecer su polla en cada firme movimiento, imaginándose que era tu mano apretando su polla y con tus ojos mirándolo dulcemente, probablemente nerviosa por tomar una polla por primera vez.— Bebé, quiero escuchar cómo te corres por primera vez, debes sonar tan jodidamente hermosa…
Y eso hizo que T/n jadeara con fuerza, moviendo sus dedos más rápido sobre su clítoris intentando alcanzar su nivel máximo de placer, los gruñidos de Yoongi en su oído la hacían sentir increíblemente mas húmeda, se lo imaginaba sentado en algún lugar, follándose con su mano mientras escuchaba sus pequeños gemidos, todo se sentía tan bien, y deseaba tanto haberlo hecho antes.
—Cariño, joder, me estás volviendo loco. Si yo estuviera ahí contigo te daría tanto placer, T/n. Te haría correrte más rápido y más fuerte de lo que tus pequeños dedos pueden hacerlo. Te encantaría mi lengua en tu lindo coño, y a mí me encantaría tanto probarte…
—Oh, señor… —T/n gimió con fuerza, dejando caer su cabeza hacia atrás sobre la cama retorciéndose de puro placer, sus sucias palabras hicieron que su estómago se revolviera y que su interior se apretara alrededor de la nada, formando un nudo incómodo en su vientre que parecía que se rompería en unos segundos.— Creo que voy a…
—Oh, ¿vas a correrte para mí, cariño? —Yoongi habló soltando una pequeña risita arrogante mientras escucha sus gemidos resonar cada vez más fuerte y desesperados, haciéndolo acariciar su pene más rápido, sintiendo las fuertes oleadas de placer correr por sus venas con cada firme movimiento de su mano en su pene endurecido.— Suenas tan jodidamente adorable. No puedo dejar de pensar en lo bonita que sonarías en la vida real.
—Señor, e-estoy tan cerca… —T/n lloriqueó frotando su clítoris más fuerte y más rápido, con el sudor acumulándose en su frente y con sus mejillas al rojo vivo, deseando que él estuviera con ella para que le hiciera todo lo que le estaba diciendo.— ¿Puedo, ah, puedo correrme por favor?
—Qué buena niña, pidiendo permiso primero… —Yoongi suspiró profundamente ante el tono desesperado en su voz, y dejó escapar un fuerte gruñido cuando frotó el glande enrojecido e hinchado de su pene con su pulgar, imaginando que era tu caliente y húmeda lengua contra su punta queriendo probar todo de él. —¿Quién te está haciendo sentir bien, hm?
—Tú, tú s-señor, por favor… —T/n suplicó tratando de contener su orgasmo tanto como pudiera hasta que él le diera el permiso de hacerlo.
—Así es, cariño. Joder, nunca había tenido un cliente tan obediente como tú, eres una chica tan buena…
—Señor… no puedo contenerme más, por favor, por favor… —T/n volvió a lloriquear por su orgasmo, podía sentir el nudo en su vientre volverse más apretado, podía sentir sus piernas temblando y podía sentir sus dedos mucho más resbaladizos y cubiertos con su humedad mientras seguía tocándose.— P-por favor, solo…
Yoongi se rio por lo bajo de su desesperación, moviendo con más fuerza su mano sobre su pene y sintiendo como el cosquilleo se acentuaba en su pelvis de la misma forma, el simple hecho de que él fuera el primero en ayudarla a darse placer y hacerla sentir bien aumentaba por demás de su excitación y ya podía sentir que él también estaba cerca.
—Córrete para mi bebé, quiero escucharte. —Ordenó en medio de un gruñido y con su voz agitada.
Ni siquiera necesitó decir algo más que cuando escuchó sus gemidos agudos y rotos le fue imposible no formar una sonrisita orgullosa en todo su rostro, podía escuchar los sonidos húmedos de su orgasmo rompiéndose en su cuerpo y podía escuchar su respiración acelerada y errática.
—Joder, s-señor… —T/n lloriqueó apenas siendo consciente de lo bien que se sentía todo este placer acumulado dentro de ella, su cuerpo estaba flotando con la intensidad de su orgasmo, apretó con más fuerza su teléfono mientras intentaba bajar de su nube de placer aunque parecía casi imposible, con su vista borrosa apenas enfocándose en nada más que el dulce éxtasis de su liberación.
El sonido de los gruñidos guturales de Yoongi en su oído la hicieron temblar en su lugar, ahí supo que él también había llegado y todo su rostro se enrojeció al imaginar su semen brotando de su pene; manchando sus dedos y abdomen, y la simple imagen la hizo jadear por lo bajo.
—Esa es mi chica, ¿Te gustó, cariño? —Yoongi preguntó después de unos largos segundos donde solo se escuchaban sus respiraciones agitadas a través de la llamada.— ¿Cómo te sentiste?
—Muy bien, señor… —T/n admitió con su pecho subiendo y bajando buscando relajarse.
—¿Hiciste un desastre en tus sábanas, bebé? —preguntó cerrando los ojos ante la simple imagen antes de recibir un pequeño asentimiento por parte de T/n haciéndolo reír.— ¿Esperabas que tu primer orgasmo sucediera así.
Y al escuchar esa pregunta T/n casi juro que quería que la tierra se tragara viva, no lo había hecho, en absoluto, y tener la revelación de que acababa de tener su primer orgasmo con un extraño a través del teléfono, mientras él le hablaba sucio, mientras él se corría con ella, le hizo sentir una terrible vergüenza.
—L-lo siento, eh... yo no... yo no... —T/n balbuceó moviendo su cabeza de un lado a otro, sin saber qué decir exactamente para dejar de sentirse así.
—¿Por qué te disculpas, gatita? —Yoongi preguntó al notar su cambio y bajando el tono de su voz, sabiendo lo mucho que a la gente le encantaba cuando lo hacía.— ¿Estás avergonzada?
—Yo-yo...
*llamada terminada*
Inmediatamente T/n lanzó su teléfono al borde de la cama, sintiendo sus manos temblar mientras caía en cuenta de todo lo que había pasado.
¿Por qué diablos había hecho eso? ¿Por qué simplemente no cortó la llamada antes de que las cosas llegaran hasta este punto? ¿Por qué no podía negar que le había encantado tanto escucharlo decirle todas esas cosas y la forma en la que hizo correrse con solo su voz?
Miró su cama hecha un desastre y sus dedos cubiertos con su orgasmo y sus mejillas ardieron ante la vergonzosa vista.
¿Qué se suponía que debía hacer? Ya se sentía lo suficientemente avergonzada y humillada con todo lo que pasó, y solo podía pensar en lo que aquel hombre estuviera pensando de ella, cortando la llamada después de haberla hecho correrse sin siquiera un gracias.
—¡Por qué! ¡Qué carajo! —gritó con frustración poniéndose de pie mientras caminaba como un pingüino torpemente hacia el baño para limpiarse.
Era imposible mirar a su profesora de la misma manera que antes. T/n ni siquiera pudo concentrarse en todo lo que duro su clase porque sólo estaba pensando que se suponía que su profesora pasaría una noche caliente de sexo telefónico si le hubiera regresado la dichosa tarjeta.
Si se la hubiera devuelto como la buena estudiante responsable que era, ¡Entonces ella podría haber tenido el mejor momento de su vida y no estaría siendo un dolor en el trasero para todos los alumnos justo ahora!
Esto era tan trágico.
Y cuando regresó a su casa la realidad la golpeó como una bofetada en la cara, mirando detenidamente la espantosa tarjeta que estaba colocada en su mesita de noche, encogiéndose al recordar lo que había sucedido el día anterior.
Pero no podía dejar de pensar en él. En Suga.
Durante toda la mañana, él fue lo único que ocupó su mente. Su voz. Su elección de palabras tan lascivas. La forma en que la hizo sentir. La forma en que la hizo correrse.
Demonios, quería volver a sentir eso.
¿Qué pasaría si lo volvía a llamar?
Todo su cuerpo rogaba por volver a sentir esa sensación de euforia, volver a sentir la forma en que sus piernas temblaban cada que escuchaba su profunda voz, guiando sus movimientos para darse placer, o la forma en la que sintió mariposas en el estómago cuando tuvo su primer orgasmo, deseaba sentirlo una vez más.
—No, no… —se dijo a sí misma sacudiendo la cabeza.
Además, él probablemente terminaría la llamada inmediatamente que supiera que era ella de nuevo, ¿verdad?
Estaba tratando de ser inteligente, de pensar con la cabeza fría, pero el calor en todo su cuerpo le hacía las cosas difíciles. Quería volver a escucharlo, escuchar su voz profunda y áspera en lo más profundo de su ser. Quería que le dijera qué hacer, que la controlara, incluso si en realidad no estaba aquí con ella. Su voz era realmente embriagadora, tenía que admitirlo, pero ¿Era la decisión correcta llamarlo de nuevo?
Al carajo, ¿Dónde estaba la diversión entonces? ¿Dónde estaba la adrenalina de hacer algo que no estaba correcto sólo para poder disfrutar un poco?
Así que cuando menos se dió cuenta ya estaba tomando su teléfono y la tarjeta blanca, sus pulgares marcaron rápidamente el número y el timbre de la llamada sonó inmediatamente, y allí estaba de nuevo, las palmas de sus manos sudando, el agarre apretándose alrededor del teléfono mientras esperaba que él respondiera, como la última vez.
Pero esta vez no fue tan rápido en responder. Su teléfono emitió un pitido, lo que indicaba que la pusieron en espera, así que espero lo que le pareció una eternidad, pero la pantalla de su teléfono marcó que solo había sido un minuto y veinticinco segundos.
Tal vez no debería haber hecho esto…
—Hola.
Oh no.
Su voz era absolutamente igual a como la recordaba, y T/n sintió inmediatamente el cosquilleo familiar circulando por todo cuerpo, con la sensación disparándose hasta su centro.
—Hola… —respondió por lo bajo, mordiéndose el labio justo después mientras trataba de evitar que sus rodillas le fallaran. —Soy yo, T/n.
Y el cuerpo de Yoongi se congeló al escucharla, deteniendo sus pasos a mitad de su camino hacia la nevera para tomar un poco de agua, esto era mucho más importante.
No dijo nada mientras se sentaba en su sofá, juntando las cejas. No podía creer que lo hubiera llamado de nuevo después de su abrupto corte la noche anterior.
—¿T/n? ¿Estás bien? —preguntó a los pocos segundos. —¿Por qué... por qué llamaste?
T/n frunció su entrecejo ante sus palabras, no tenía ese mismo tono seductor y oscuro en su voz, se escuchaba demasiado dulce, hasta preocupado.
—Mmh quiero… —T/n comenzó a hablar aclarándose la garganta de a poco y buscando las palabras adecuadas para decir. —Bueno, quiero hablar contigo de nuevo…
Y Yoongi simplemente no pudo luchar contra la sonrisa que se deslizó en sus labios, mordió su labio al instante de escucharla y desviando su mirada hacia sus pantalones; sintiendo como su pene se endurecía con solo el recuerdo de la noche anterior, no lo entendía, ella no estaba haciendo nada y tenía un gran efecto en él.
—¿Ah, si? —murmuró de forma arrogante y el cuerpo de T/n tembló por la forma en que pronunció esa simple palabra.— No puedes tener suficiente de mi voz, ¿verdad, bebé?
—No… —T/n respondió tímidamente, recostándose sobre la cama y tratando de ponerse cómoda.
—Eso pensé. Disfrutaste la última vez que hablamos juntos, ¿eh? Pero, ¿Por qué terminaste la llamada tan rápido, bebé? Yoongi preguntó fingiendo un tono de decepción en su voz sin borrar su sonrisa antes de agregar. —Quería hablar contigo un poco más.
Y T/n pudo jurar que su corazón casi saltó fuera de su cuerpo con esas palabras, la atmósfera en su habitación rápidamente se volvió más espesa a medida que trataba de pensar en las palabras correctas para decirle, pero a Yoongi le encantaba bromear con ella, sentándose mejor en su sofá con una gran sonrisa en su rostro, imaginando que probablemente ella estaría sonrojada en este preciso momento.
—No es necesario que respondas si te sientes incómoda…
—¡No! No, es eso… —T/n se apresuró a responder saliendo de su trance.— Está bien. Lo hice porque estaba demasiado avergonzada, porque… bueno…
La risita que Yoongi dejó escapar la hizo temblar en su lugar. —Shh, shh. No digas nada más, sé lo que quieres decir y lo entiendo completamente. Además, llamaste para pasar otro buen rato, ¿O me equivoco?
—Sí… —T/n susurró por lo bajo, deslizando una mano entre sus pantalones cortos mientras para comenzar a jugar con el borde de sus bragas. —¿P-Puedo tocarme, señor?
Yoongi soltó un profundo suspiro al escucharla, excitándose de inmediato, el hecho de que le pidieras permiso hizo que se palmeara su polla a través de sus jeans.
—Mmh, que buena niñita tengo aquí, pidiéndome permiso, como la última vez. —habló antes de reír por lo bajo al escucharla jadear ante sus palabras. —Adelante bebé. Toca tu pequeño coño como te enseñé.
Y en el momento en que comenzó a escuchar los pequeños gemidos y maullidos silenciosos lo hicieron morderse el labio y dejar el celular a un lado para poder desabrochar su pantalón, bajándolo junto a su bóxer hasta la mitad de sus muslos; liberando su pene medio duro.
—¿Quieres que te ayude a correrte de nuevo, bebé? ¿Quieres oírme hablarte sucio mientras te tocas? ¿Hum?
—Sí, sí, p-por favor… —T/n respondió rápidamente, asintiendo con su cabeza como si él pudiera verla mientras jadeaba más fuerte; podía sentir lo húmedas que se estaban poniendo sus bragas mientras seguía frotando lentamente su clítoris por encima de la tela.
—Buena niña. —La elogió comenzando a mover su mano de arriba a abajo sobre su ya dura y palpitante erección antes de hablar en medio de un gruñido.— Mierda, todo lo que quiero es sentir tu lengua contra mi polla, T/n… —murmuró echando su cabeza hacia atrás sobre el respaldo, con los ojos cerrados mientras dejaba fluir su imaginación y aumentaba sus movimientos. —¿Quieres eso? ¿Quieres chuparme la polla, bebé?
Y tan pronto como preguntó aquello T/n pudo escuchar a la perfección como Yoongi escupía sobre su palma; usando su saliva como lubricante para poder bombearse más fuerte antes de que un gutural gruñido que dejó escapar ante la fricción la hiciera temblar y a su coño apretarse alrededor de la nada, encontrando increíblemente eróticos los sonidos húmedos que Yoongi le estaba regalando.
—Sí, sí quiero… —T/n respondió al mismo tiempo que deslizaba sus dedos por debajo de sus bragas, haciéndola soltar un gemido lascivo por lo sensible y mojada que ya estaba, sintiendo sus dedos bailar entre sus pliegues resbaladizos de a poco.
—Oh, ¿lo quieres? Mmh, pero tengo la sensación de que no lo has hecho, ¿estoy en lo cierto? —Yoongi preguntó con arrogancia sin dejar de mover su mano y suspirando de solo pensar en enseñarle cómo darle una buena mamada.
T/n tenía muchas ganas de decir que sí lo había intentado y mentir, pero no tuvo el corazón para no hacerlo.
Frunciendo el ceño, suspiró con tristeza antes de responder.— No, todavía no.
—Está bien, bonita. ¿Quieres que te diga cómo hacerlo?
—Sí, por favor, por favor, señor… —rogó con entusiasmo volviendo a frotar sus dedos contra sus pliegues, imaginando que eran las manos de él las que estaban jugando con su coño en ese momento.
El cuerpo de Yoongi se estremeció por su tono desesperado, murmurando un "mierda" en voz baja antes de continuar.
—Eres una niña tan ansiosa, ¿verdad? Pero probablemente no puedas tomar mi gran polla dentro de tu pequeña boquita. —comenzó a hablar con su voz ronca, los movimientos sobre su pene se volvieron más firmes antes de formar una sonrisa arrogante y agregar. —Tal vez te ahogues con mi polla como una buena zorra.
Su habitación inmediatamente se sintió mucho más caliente que al principio cuando sus sucias palabras nublaron la mente de T/n, su elección de palabras lo único que estaban haciendo eran que alzara sus caderas contra su mano con pura necesidad, podía sentir el sudor cubriendo su cuerpo y se sentía sucia, pero le encantaba sentirse así con solo escuchar su voz.
La voz de Yoongi se volvió más profunda mientras seguía balbuceando palabras lascivas sin contenerse al mismo tiempo que agarraba su polla con más fuerza, atrapando el líquido preseminal que goteaba de la punta para deslizarlo por todo lo largo de su dura erección, estaba tan desordenado, y podía sentir sus testículos más y más tensos a cada segundo.
—Dime qué tan mojada estás… —gruñó con su voz ronca apretando el agarre en su miembro. —¿Qué tan mojada está mi bebé, hm?
—Estoy tan mojada señor… —T/n gimoteó de puro placer mientras pellizcaba cuidadosamente su clítoris.
—¿En realidad? No te creo. —Yoongi murmuró divertido, ralentizando sus movimientos antes de escucharla lloriquear por lo bajo.
—Lo prometo… —T/n respondió por lo bajo haciendo todo lo posible por sonar lo más convincente posible y solo escuchándolo soltar una risita oscura.
—¿Te importaría meter un dedo dentro de ese coño entonces? —pidió con ilusión en su voz y sonriendo al escuchar el silencio que se instaló ante sus palabras.
—No sé si puedo hacerlo… —T/n susurró tímidamente deteniendo sus movimientos, pero sintiéndose emocionada con la simple idea.
—Sabes que puedes, T/n. Puedo guiarte a través de esto, ¿sí? Puedo ayudarte, enseñarte cómo hacerlo. —Yoongi habló con calma, antes de que un gruñido saliera de su garganta. —Mierda, mi polla palpita solo con la idea de que te folle con mis dedos bebé, ¿Quieres eso?
—Sí…— T/n admitió en medio de un jadeo al escucharlo decirle aquello.— Quiero hacerlo…
—Buena niña. —la elogió formando una sonrisa maliciosa, podía sentir ponerse más duro de solo pensarlo. —¿Puedes meter tu dedo medio dentro de tu boca por mí bebé? Chúpalo y ponlo bien húmedo para mí.
T/n podía jurar que todo su rostro ardía de vergüenza mientras hacía lo que Yoongi le había ordenado obedientemente, estaba completamente sola, pero ¿Por qué sentía que había cientos de ojos observando cada uno de sus movimientos?
Decidió provocarlo un poco y ver que podía obtener de él, creando pequeños ruidos de succión con su lengua antes de liberar su dedo con un chasquido húmedo de saliva, estremeciéndose al escuchar la risita oscura que Yoongi dejó escapar.
—Ah, cariño. Quieres jugar así, ¿eh? —Yoongi murmuró mordiéndose el labio ante el sonido, casi imaginando que era polla lo que estabas chupando y no tu dedo. —Ahora dirígete lentamente a tu entrada, y empuja la punta de tu dedo ligeramente, ¿sí?
T/n mantuvo sus ojos fijos en el techo mientras presionaba su dedos contra su entrada, metiendo de a poco solo la punta antes de sentir un repentina rayo de dolor dispararse a través de su centro y por todo su cuerpo, haciéndola gemir y echar la cabeza hacia atrás sobre su almohada, con sus ojos cerrados con fuerza mientras sentía que sus paredes húmedas se apretaban alrededor de su dedo con fuerza.
—Eso es bebé, relaja tu cuerpo y no dolerá tanto, recuerda respirar, ¿de acuerdo? —Yoongi murmuró suavemente, privándose a sí mismo de tocarse sólo para hacer que se sintiera bien. —Quiero que empujes tu dedo suave y lentamente, se sentirá bien, lo prometo.
T/n pudo sentir como su voz inmediatamente ayudó a relajar su cuerpo mientras seguía sus instrucciones, inhalando y exhalando mientras movía su dedo de a poco dentro de ella, aún acostumbrándose a la extraña pero placentera sensación, podía sentir su humedad deslizarse entre sus muslos y a su clítoris palpitar de pura necesidad.
—Eso es, esa es mi niña… —Yoongi gruñó con su pecho subiendo y bajando en densas respiraciones mientras su propio placer abrumaba su cuerpo. —Empieza a meterlo y sacarlo a tu propio ritmo, bebé. Vamos, sé que puedes hacerlo.
Y el adorable gemido que se escuchó a través de la llamada lo hizo sonreír, T/n podía asegurar que nunca había sentido algo así antes, todo se sentía tan delicioso, podía sentir el placer burbujeando en su interior con cada débil movimiento de su dedo dentro y fuera de su coño, su interior estaba ardiendo y los sonidos húmedos no tardaron en escucharse en cada embestida que se daba a sí misma.
—Señor, se siente tan bien… —T/n gimió removiéndose sobre la cama tratando de asimilar la cantidad de placer que estaba sintiendo. —Te deseo tanto…
—¿Oh sí? —Yoongi se burló con una sonrisa pintando en su rostro, casi juró que pudo sentir su polla palpitar con su afirmación. —¿Me deseas? Oh, apuesto a que quieres mis dedos en lugar de los tuyos, ¿eh? Apuesto a que puedo hacer que te corras tan jodidamente duro, te haría hacerte gemir mi nombre hasta que tus vecinos puedan oírlo.
—S-señor, por favor, por favor… —Lloriqueó con fuerza mientras movía su dedo a un ritmo más fuerte dentro de ella, sintiendo que su orgasmo aumentaba a cada segundo, casi a punto de golpearla. —Haz que me corra por favor... quiero tus dedos, quiero tanto tu polla…
—Oh mierda, mierda T/n. ¿Sí? ¿Quieres mi polla en tu pequeño coño? —Yoongi gruñó ante la simple idea, volviendo a bombearse con la misma fuerza de antes, apretando el agarre en su polla y haciendo que sus movimientos fueran más duros y bruscos en su grosor. —Pon tu teléfono en el altavoz y usa la otra mano para jugar con tu clítoris, cariño.
Ordenó y T/n obediente lo hizo, colocando su teléfono sobre su estómago y usando su otra mano para volver a frotar su sensible clítoris, gimoteando ante la sensación de placer duplicado golpeando su cuerpo de repente, todo lo que decían en las redes sociales sobre lo bien que se sentía masturbarte no era absolutamente nada comparado con lo que estaba sintiendo ahora. Era mucho, mucho mejor.
El nudo apretado comenzó a formarse en la parte inferior de su vientre más rápido de lo que esperaba, luchando por mantener las piernas abiertas mientras su mente estaba llena de lujuria. —Dios, sí lo quiero tanto, me voy a correr…
—Gime mi nombre, bebé. —Yoongi pido en un nuevo gemido gutural, su voz inestable y aireada delataron que estaba cerca de romperse también. —Quiero escuchar esa bonita boca decir mi nombre.
—¿S-Suga? —T/n jadeó sin aire y confundida, antes de escucharlo soltar una pequeña risita.
—Yoongi. Llámame Yoongi. —aclaró divertido y negando con su cabeza a pesar del calor en todo su cuerpo.
Y T/n sonrió ante eso, estuvo a punto de decir algo más pero un nuevo destello de placer recorrió su cuerpo, borrando todos sus pensamientos, su espalda se arqueó y sus piernas temblaron cuando su orgasmo se rompió dentro de ella, viajando por cada uno de sus nervios, sintiéndose tan abrumada y con el placer al rojo vivo instalándose en cada parte de su cuerpo y haciéndola jadear su nombre uno y otra vez en respiraciones agitadas y temblorosas.
—Joder, Yoongi… —gimoteó su nombre una y otra vez, volviéndose adicta a la deliciosa sensación y con su mente centrándose únicamente en el placer y nada más, y lo que la dejó fuera de combate fue escuchar aquel ronco gruñido brotar de los labios de Yoongi.
Yoongi rápidamente se apresuró a poner su teléfono en el altavoz para colocarlo en la mesita frente a él, sus dedos se pasaron por su cabello, apartando los mechones sueltos y húmedos por el sudor de su rostro mientras cerraba los ojos, llevando su mano disponible hacia abajo para apretar la piel sensible de sus testículos, gruñendo entre dientes mientras se masturbaba con más fuerza.
Te imaginó arrodillada frente a él como una buena chica, con tus manos descansando en tu espalda mientras lo mirabas dulcemente, esperando ansiosa a que te pintara la cara con su semen, marcándote como su pequeña zorra, pensando en lo jodidamente caliente que sería eso. Y fue esa misma fantasía la que lo hizo derramarse en un gruñido gutural.
—Mierda… —Yoongi gimió viendo como los chorros calientes de semen brotaban de su punta uno tras otro, cayendo sobre el piso con cada movimiento errático de su mano; haciendo un desastre mientras pensaba en ti. —Mereces un premio bebé, nadie había logrado hacer que me corriera así…
Y T/n no pudo sentirse más avergonzada después de escuchar eso, saliendo de su cama para dirigirse al baño y limpiar todo el desastre entre sus piernas. —No voy a terminar la llamada de repente como la última vez. —advirtió por lo bajo y sonrió al escucharlo reír.
—Esto no es tan malo, ¿verdad? —Yoongi habló en medio de un denso suspiro mientras se desplomaba sobre el sofá.
—Sí, es malo.
—¿Por qué? ¿Te hice sentir incómoda? —las cejas de Yoongi se fruncieron con duda, no queriendo que por algo que haya dicho volviera a pasar lo mismo de la noche anterior.
—No, no para nada, déjame terminar… —T/n respondió de inmediato al escucharlo antes de reír nerviosamente por lo que estaba a punto de decir.— Es ... es sólo que creo que necesito más de ti…
No hubo respuesta, así que continúo.
—Yo-yo realmente quiero verte, ¿sabes? Tal vez... eh, ¿continuar esto en la vida real? —preguntó mordiéndose el labio nerviosa, no sabía qué esperar, no sabía si Yoongi quería verla también o tan siquiera saber de ella, pero ya lo había dicho.
El pecho de Yoongi se oprimió con tanta fuerza que el corazón casi se le cayó al suelo, suspiró en silencio mientras bajaba la cabeza. La forma en que tu voz sonaba tan ansiosa y ferviente solo hacía todo más difícil para él.
Desde que entró a trabajar a Delight, había una única regla que todos tenían por igual: ningún operador debía tener una relación privada con un cliente. Estaba estrictamente prohibido. A los trabajadores se les enseñaba a manejar los sentimientos, recordándoles a sí mismos que solo estaban ahí para satisfacer; para alimentar las fantasías y los deseos de cada cliente. Ese era el único objetivo.
¿Pero cómo podía decírtelo? ¿Cómo podía decirte que era absolutamente imposible algo entre ustedes dos? Yoongi no era tonto, a pesar de todo, él sentía algo por ti, desde la vez que tan inocentemente llamaste a su número sin saber que era una línea directa de sexo, y había odiado la forma en que su pecho se retorció con inquietud cuando terminaste la llamada.
Estaba atónito, tan desconcertado con todo lo que tenía que ver contigo, y no podía evitar pensar demasiado.
Él también te deseaba, demasiado.
Pero no se arriesgaría a perder su trabajo.
—Yo… —murmuró apenas encontrando su voz y aclarándose la garganta. —Lo pensaré, T/n.
—Yoongi, espera…
*llamada terminada*
N/A: Por finn uno de los oneshots que tanto me pedían está de regreso! Lo sé les debo una disculpa porque este oneshot es también mi favorito y ya quería volver a publicarlo, so espero que les haya gustado igual que la primera vez y que hayan disfrutado de este pequeño maratón, prometo estar mas seguido por aquí pupis Gracias infinitas por todos sus comentarios y paciencia, las amo mucho ♡ prev
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Hubiera estado genial pasar un fin de semana celebrando que me ha tocado el Euromillón, pero como no lo ha hecho, me toca celebrar que ha amanecido lluvioso, estoy solo en casa, no he quedado con nadie y la temperatura ha bajado lo suficiente para sacar los pantalones largos de chándal.
En ambos casos para mí es un "Win, win, situation" 🥰
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LEVANTALA MUY ALTO
Después de más de 20 horas de vuelos junto a dos de mis compañeras inseparables de profesión, Sandra y Mayca, finalmente llegamos a Auckland para reportar el Mundial Femenino
-¿Ahora qué?- Pregunto cuando tenemos nuestras maletas
- Pues hay que ir a buscar el coche- Dice Sandra- Luego iremos al hotel a que nos den las llaves
-Que aburridas sois- Les saco la lengua- Vámonos de fiesta.
-Que va, tia. Son las 9 de la noche y mañana hay que levantarse a las 8 para ir al entreno- Dice ahora Mayca- Además, tú no tienes Jetlag?
-Pfff ¿qué es eso?-Me encojo de hombros- Vaya panda de sosas
Me meto con ellas y se ríen haciéndome caras.
-Tenemos muchos días por delante.
-Si tú lo dices
Cogemos el coche y nos dirigimos hacia el hotel.
Al entrar me dirijo a recepción para hacer la entrada.
-Lo sentimos, ha habido un incidente y no podemos hospedarlas en este hotel.
-¿Entonces ahora que pasa?- Pregunto con la ceja alzada.
-Hemos hablado con un hotel de la misma compañia y nos han dejado un par de habitaciones para ustedes.
Bufo pero no me queda más remedio que aceptar. No creo que quieran dormir en la calle.
-¿Qué hotel será?
-El Copthorne en Palmerston North- Dice y la cara de mala ostia se me quita enseguida.
Ahí es donde está la selección española y por ende, mi mujer.
Asiento
-Es un hotel con una estrella más y las habitaciones son más grandes- Informa la chica- Perdón por las molestias, señorita
-No pasa nada- Le doy una sonrisa amigable y me voy hacia las chicas- Vamos
-¿Qué? ¿A dónde? - Pregunta la andaluza.
-Nos vamos al hotel Copthorne. Han tenido unos problemas aquí- Informo una vez en el coche.
-¿Ahí no es donde están...?
No la dejo terminar
-Sí, la selección española- Afirmo y empiezo a conducir.
-Pues mira eh- Levanta las cejas sugerente Sandra- Ni pintado.
Me río con ellas y les saco la lengua.
Por fin en el hotel conseguimos nuestras habitaciones y por un fallo del sistema teníamos cada una una habitación con cama matrimonial.
Después de dejar las maletas bajo y salgo a la entrada del hotel pero me escondo un poco para que no pueda ser vista con facilidad y decido enviarle un mensaje a Alexia
"Bebé"
"¿Estás despierta?"
Con la tonteria ya eran casi las 11 de la noche.
A los 15 minutos responde.
"Por poco tiempo 😴😴"
"¿Pasa algo, amor?"
"¿Puedes salir fuera del hotel?"
"Tengo que hablarte de algo importante"
"¿Qué? ¿Estás bien?"
"Ahora mismo salgo"
"Tú solo sal y llamame"
En ese momento pongo en silencio el móvil para que no me descubra.
A los diez minutos sale con una gorra negra y un chandal de la selección.
Me la quedo mirando mientras se apoyó contra una pared y mueve la pierna nerviosamente con el teléfono en la oreja.
Cuando ve que no contesto se le arruga más la frente y no puedo evitar sonreír enormemente.
Es preciosa.
No puedo creer la suerte que tuve de conocerla y que haya decidido quererme.
Me acerco silenciosamente por detrás y pongo mis manos sobre sus ojos.
-¿Qué hace la Barbie futbolista fuera sola?- Susurro sobre su cuello y noto como se le erizan sus pelitos.
Consigo darle un suave beso ahí antes de que se de la vuelta y me abrace con fuerza.
-¿Qué haces aquí, amor? Me dijiste que vendrías mañana- Dice cuando nos separamos
-Una pequeña mentira- Susurro después de besarla profundamente
-Me habías preocupado idiota- Me da un golpe en el brazo y me rio- Pensaba que te había pasado algo y luego cuando no cogias...
-Solo quería observante unos minutos- Le doy una sonrisa ladeada- Estás preciosa
-Basta- Se sonroja- Estoy con un chándal solo
-Ohh, mi amor, no sabes tu el poder que tienes con los chandals y esa gorra- Me muerdo el labio inferior- Incluso con una bolsa de basura te verías espectacular.
-Idiota- Se ríe dándome un beso que intento alargar.
-¿Con quien duermes?
-Con Jenni
-¿Qué tal si vamos a mi habitación? Te he echado de menos
-No puedo salir del hotel, amor
-Ohhh- Me rio- Eso no va a ser un problema
La arrastro hasta el ascensor
-¿También me has mentido en esto?- Levanta la ceja.
-Mmh no, en el otro hotel tuvieron problemas y nos han mandado a este y como iba yo- Me señalo para dar más énfasis- decir que no?
-Para mi mejor y estoy segura que las chicas se alegrarán de verte- Me sonrie dándome otro beso- Pero a Vilda no le hará mucha gracias- Hace una mueca
Me encojo de hombros
-Yo me lo voy a pasar bomba- Le aseguro
Niega con la cabeza y entramos en el ascensor.
-Pero ahora... Dejemos de hablar
Dicho esto último empezamos a besarnos y terminamos haciendo el amor en el cuarto.
Me despierto cuando escucho un ruido de una alarma y movimiento debajo mio.
-Mmmh quieres apagar eso- Gruño en un susurro mientras me escondo más en el cuello de Alexia
En ese momento se apaga y siento caricias en mi espalda baja y mi culo, si, tiene una obsesión con este último pero yo también con el suyo.
-Es hora de levantarse, amor- Susurra dándome besos
-¿Porque coño sois tan madrugadoras? Si no fuera por vosotras podría quedarme más tiempo durmiendo.
-Venga, no te quejes tanto- Se ríe y me da un apretón en el culo.
-5 minutos más, mami- Digo con los ojos cerrados a punto de dormirme otra vez.
No dice nada más así que sonrío aún sin moverme.
-¿Eres mi cama favorita sabes?- Le digo
-Creo que me había dado cuenta- Bromea aún haciéndome caricias
-Pero no me gusta que la cama se tenga que levantar temprano- Hago un puchero y lo besa.
-Me encantaría estar así más contigo pero tu tienes entrevistas que hacer y yo balones que chutar.
Bufo y hace el intento de levantarse pero no la dejo subiéndome a horcajadas.
-T/n- Se queja divertida y le sonrío.
-Piensas irte de aquí sin darme un beso en condiciones? - Digo indignada y me acerco rozando nuestras narices.
Estamos unos minutos besandonos en condiciones hasta que la dejo salir de la cama. Me tumbo en ella con las manos debajo de la cabeza mirando a mi mujer caminando por la habitación desnuda.
Le silbo y me mira negando la cabeza, yo le sonrío inocentemente.
Estoy por decirle algo pero tocan la puerta
-¿Quién es?- Grito aún en la cama
-Levantate ya T/n- Dice Sandra
-Estoy levantada- Le miento
-Mentirosa, venga, que van a cerrar el comedor y te vas a quedar sin comer- Me dice
Al escuchar eso me levanto enseguida tropezándome con un zapato de Alexia.
-Ya está levantada, Sandra- Grita ahora Alexia divertida mientras termina de ponerse la ropa.
-YA VOY, YA. Con la comida no se juega-Digo con voz normal esto último ya terminada de vestirme.
-Mira que rápido te levantas- Se burla Ale
Me acerco a ella por detrás y pongo mi boca en su oído.
-Si me hubieras dicho de ir al baño, me hubiera levantado más rápido.
Dejó un beso en su cuello y la miro a través del espejo
-Otro día- Promete ella
Le doy un mordisco y luego un beso en esa zona sensible y me separo de ella con mucha fuerza de voluntad.
-Bien, ahora vete, sino no saldremos en todo el día de aquí
Me da un pico y se dirige a la puerta, en ese momento veo algo en el suelo.
-Amor- La llamo y me mira- Espera- Me acerco y le pongo la gorra negra bien- Ahora sí.
-Tienes un serio problema eh
-Y tú con mi culo y no te digo nada
-Touché pero es recíproco- Me besa y antes de irse me da un golpe en este.
A los pocos minutos bajo y me encuentro de camino a Sandra y Mayca.
-Hombreeeee por fin de levantas- Dice Mayca
-¿Me podeis culpar?- Le pregunto.
-No, la verdad que no- Responden
En el comedor saludo a todas las chicas y con más confianza a las del barça ya que estoy mucho tiempo con ellas y aunque nos insisten en que nos quedemos con ellas decidimos no hacerlo para preparar las preguntas y los próximos días.
Cuando entra Vilda al comedor y nos ve y se cambia la cara pero se queda demasiado tiempo mirándome a mí.
Él y yo tenemos una buena relación, notar el sarcasmo.
He sido una de las pocas periodistas que ha ido a muerte a por él y no pienso parar no después de que mis amigas se hayan tenido que perder este mundial por su culpa y la de la federación y otras que lo estén pero en pésimas condiciones.
Los días pasan y con ello las primeras entrevistas a diversas jugadoras, ruedas de prensa y partidos.
Alexia había decidido estar un poco fuera de los medios y ¿quien podía culparla? Ya no era capitana y no tenía la obligación ni la necesidad de contentar a los medios
Habían saltado las alarmas de que había tenido una pequeña recaída y más cuando los primeros días pero había calmado a todo el mundo con un post de Instagram.
Hoy habían jugado contra Zambia y Alexia tuvo unos buenos 45 minutos y una asistencia cosa que no estaba nada mal y tenía a casi todos contentos, menos a uno, Vilda.
Estaba caminando por los pasillos del hotel y me frene cuando escuche gritos conocidos.
Me pare detrás de la puerta a escuchar.
-Eres una inútil, Putellas. Te lesionaste tontamente y ahora que estas recuperada en teoría no puedes jugar, no sirves para nada, ni para jugar 45 minutos contra un equipo mediocre y encima solo un gol en lo que llevamos de concentración. ¿Y tú eres la mejor jugadora del mundo? - Se ríe despectivamente- Ya no sirves para nada. Esa lesión a sido tu tumba
-¿Cuándo piensas mandar a que miren a Athenea?- Ignora lo que le dice y yo me muerdo las mejillas para no entrar dentro y matarlo.
-Esa niñata no tiene nada, solo se queja para llamar la atención. Es otra inútil que no sabe correr detrás de un balón.
Puedo imaginar a Alexia a punto de estallar pero se que no lo hará.
Escucho como alguien se acerca a la puerta y me escondo detrás de una esquina, la puerta se abre.
-Ah, antes de que se me olvide- Es Alexia -Yo que tu reflexionaría con la almohada quien es el inútil dentro del equipo si tu o nosotras- Suelta una risa nasal- Porque para ti no serviremos como jugadoras pero es que tu no sirves ni para persona.
Con eso dicho se va y deja al estúpido de Vilda dentro.
Voy en busca de Alexia y me la encuentro en la puerta de mi habitación.
-¿Dónde estabas?- Me pregunta enseguida cuando me ve y me abraza demasiado fuerte.
-Buscandote
Entramos en el cuarto sin separarnos y nos tumbamos en la cama.
-¿Qué pasa, mi amor?- Pregunto.
-Vilda- Le doy un beso en el pelo
-Lo sé, escuche una parte de la discusión- Confieso.
-¿Crees que voy a volver a ser la de antes?- Susurra y aunque no la veo puedo sentir que está a punto de llorar.
-No, no lo creo- Le respondo y levanta la cabeza mirándome- Estoy segura de que volverás a la misma condición que estabas antes de la LCA pero confío, creo y sé que serás mejor que antes y será tu mejor punto de tu carrera.
-Dice que soy una inútil y que no hago nada bueno cuando tengo minutos.
-Ohhh por favor, ese gilipollas me va a escuchar- Refunfuño- Mi amor, el gol que metiste contra Panamá con ese sombrerito que te marcaste y hoy con la asistencia de Jenni te veo genial y encima hoy solo has jugado media parte y has estado en todos lados ayudando y defendiendo, tu presencia se nota dentro del campo.
-Pero no es lo que puedo dar, puedo hacerlo mucho mejor-Dice machacandose a ella misma
-Alexia, escuchame muy bien- Diga con tono firme y alzando la ceja- Te has recuperado de esa lesión de mierda en 299 días, marcaste un gol a tu quinto partido después de redebutar que no fuiste consciente ni disfrutaste porque perdiste, pero eso tiene mucho mérito, has estado haciendo la diferencia en el juego tanto dentro como fuera del campo y si, no puedes jugar 90 minutos todavía, pero lo harás- Le aseguro- Más pronto que tarde ya estarás jugando todo el partido y el año que viene volverás a conseguir ese balón de oro otra vez- Pauso- ¿Y sabes porqué, amor?
-¿Porqué?
-Porque lo que no has podido dar esta temporada lo vas a hacer en la siguiente y de manera doble o triple con las ganas que tienes- Le aseguro y me regala una sonrisa.
-Tengo un montón de suerte de tenerte- Dice emocionada y yo niego con la cabeza.
-La afortunada soy yo, eres el ser humano más bueno, gentil, amable y cariñoso que he conocido- Digo mirandola con adoración- Y encima eres una sexy futbolista cañón blaugrana y que tiene un cuerpo de infarto ¿que más puedo pedir?- Le guiño un ojo
-Si no fuera del barça ni me habrias mirado- Bromea ella picandome la costilla.
-Puedes estar segura de ello- Le sigo la broma- ¿Para que querría yo un mujer futbolista que no sea culé?
-Mmmmh no lo sé, no le veo el sentido- Se sienta encima mia y juntamos nuestros labios.
Me separo un momento
-Si te vuelves a sentir así quiero que me lo cuentes y no te machaques tanto, porfavor- Le pido
-Lo sé- Sigue besándome
Estamos acariciándonos por encima de la ropa pero al final terminamos con esta fuera.
Hicimos el amor muy lentamente y sin prisa, sintiendo el cuerpo de la otra con amor y ternura.
Alexia cuando terminamos se durmió enseguida pero yo no pude, estuve varias horas con ella en la cama pero cuando no pude más me levante con cuidado de no despertarla, me vesti con su camiseta y cogí el portátil y me senté afuera en la terraza.
Grabé lo que escuche de discusión entre Alexia y Vilda y he decidido hacer un artículo o por lo menos intentarlo.
No sabía lo que llevaba liada con el artículo hasta que alguien me rodeo con sus brazos por la espalda y medio cerré la pantalla del ordenador
-¿Qué haces despierta, amor?- Me susurra y veo el reloj en su muñeca y son las 6 de la mañana
-Escribir algo, bebé- Le contesto de vuelta y pongo mis manos encima de las suyas acariciándolas.
-¿Has dormido algo?- Pregunta preocupada
-No
-¿Puedo ver lo que estabas escribiendo?
Normalmente le enseñaba mis articulos sin preguntarme o cuando ella lo hacía pero me gire dudosa
-Bebé, te escuché ayer cuando discutiste con Vilda- Empiezo dudosa
-Me lo dijiste- Asiente con la cabeza
-Y grabé lo que escuché- Hago una pausa- Quiero que leas el artículo y me digas que piensas, si no estás de acuerdo también quiero que me lo digas- La miro- Cualquier cosa.
Le paso el ordenador con el artículo recién acabo y se toma su tiempo leyendo y de mientras yo me fijo en su cara. Me muerdo las uñas y muevo un pie nerviosa
Cuando termina levanta la cabeza hacia a mi y me mira fijamente.
-No voy a publicarlo sin tu consentimiento, solo- Me encojo de hombros- Quería escribir...
-Es muy bueno, amor
-¿Si?- Pregunto insegura.
-Si
-Después de todos estos meses, lo mal que lo habéis pasado y ahora encima lo de ayer quería hacer algo para ayudar en algo o por lo menos que sepan la verdad de todo.
Me hace levantarme y me abraza dándome un beso en el pelo
-Sí, si eso sale podría hacer daño
-Lo sé, les comenté a Mayca y Sandra lo que iba a escribir y me dijeron lo mismo pero que me lo pensara.
-Hay gente que se pondrá en tu contra como periodista- Dice ella
-Joder, lo sé pero es surrealista, yo soy la mala por publicar la verdad pero él... - Me muerdo el labio de la impotencia- Solo quiero ayudaros a vosotras, que salgais ganando por una vez. Me importa una mierda la fama, el dinero, los comentarios o si sale mal el desprestigio.
-Publicalo- Suelta después de unos minutos en silencio- Después de lo de "las 15" y lo de Mapi, Patri y Pina puede ayudar mucho.
-¿Estás segura? Puedes recibir mierda tu también y no quiero eso bajo ningún concepto.
-¿Qué más da eso? Estoy acostumbrada a las críticas y yo ya he intentado mediar en toda esta situación. Es hora de atacar y no de defender.
-Te amo, lo sabes ¿no?- Digo orgullosa de ella.
-Yo más- Me besa.
Le cojo la mano para mirar la hora y son las 6:30 de la mañana
-Es una buena hora para ver el mundo arder ¿no cres?
-Dale caña- Dice y en 3 minutos esta publicado- Ahora volvamos a la cama que quedan 2 horas para levantarse.
Suelto un bostezo
-Por favor
Me tumbo encima suya y me acaricia la espalda por debajo de la camiseta
En los 10 minutos que estamos así escuchamos ambos móviles arder
-Apaga eso porfa- Le pido con los ojos medio cerrados
Me quedo dormida en cuestión de segundos.
-Nena, despierta- Me susurran en el oído.-Hay que levantarse
-Nooo, ¿porqué en el cielo también hay que madrugar?- Pregunto- Se supone que el mundo a ardido y estoy muerta.
Balbuceo agarrándome más a ella y su pecho sube y baja de la risa.
-Venga, mi amor, hay que ir a desayunar- Levanto la cabeza y gimo
-Aguafiestas- Hago un puchero y me besa- ¿Has dormido más?
-No, prefería ver a mi preciosa mujer dormir y ver cómo se le caía la baba
La fulmino con la mirada
-Yo no babeo
-Lo que tu digas, mi amor- Besa mi frente y se levanta de la cama, antes de que pueda alejarse le doy una palmada en el culo.
Cojo el móvil y veo cuentos de notificaciones
-¿A ti también te ha estallado el móvil? - Pregunto mirándola
-Si
-¿Has visto algo?
-No, quería hacerlo contigo- Responde ya vestida y se echa otra vez en la cama pero esta vez a mi lado.
Enciendo el móvil y me meto primero en Twitter.
"Wow, como puede ese espécimen decirle eso a la mejor jugadora del mundo?"
"Menuda periodista... ¿Cómo puede grabar una conversación privada y luego encima publicarlo?"
"#VildaOut"
"Enamorada de esta periodista. Necesitamos más periodistas reales que se involucren y no que miren su propio beneficio"
"Hay que hacerle una estatua a T/n en Barcelona"
"#VildaOut ojalá y te pudras cabrón"
Y así miles de comentarios positivos y negativos.
-Hay muchos comentarios positivos y defendiéndonos- Comenta Ale también mirando con su móvil
-Es que como se pongan a defender a ese...
"T/n es la ostia, me encanta como periodista y persona. Tiene valores y los defiende y encima está con Alexia y hacen una pareja súper bonita 😍. #VildaOut"
-Estoy totalmente de acuerdo con esta chica- Dice Ale después de leer el comentario.
"La FIFA ha abierto un expediente contra el seleccionador español Jorge Vilda por los insultos y menosprecios hacia sus jugadoras"
Leo en voz alta el comunicado oficial de la FIFA y miro a mi mujer con esperanza.
-Hemos conseguido algo- Dice sonriendo
-Llegaremos a más- Le aseguro y me levanto de la cama para empezar a prepararme.
-Ojalá tengas razón
-¿Cuándo no la tengo?- Le guiño un ojo
Los próximos días fueron un caos, las malas miradas, malas palabras, la agresividad que tenía el técnico hacia las jugadoras en los entrenos y las entrevistas.
Alexia por fin dió su primera entrevista en el Mundial y me quedé con 2 frases.
"Quisimos hacerlo por las buenas, dialogando y negociando, pero no nos hicieron caso y nos tacharon de niñatas inmaduras, ha salido a la luz la verdad, que van a hacer ahora ¿seguir ignorandonos? ¿Seguir diciendo que somos unas niñatas inmaduras?"
"Siempre hemos estado solas, luchamos solas y nos caemos solas y si ganamos lo haremos solas de momento si las cosas no cambian"
Lo único bueno que ha salido de todo esto de momento es que las jugadoras se unieron más que nunca, todas "las 15" que no estaban viajaron a Nueva Zelanda para apoyar la causa
El partido contra Japón fue la gota que colmó el vaso. La contundente derrota contra una selección importante y competitiva fue lo que terminó con Jorge Vilda
Horas después estaba fuera y a las 2 días la nueva entrenadora llegó al país, Natalia Arroyo.
"Las 15" que no fueron convocadas ahora lo estaban y ya se podía decir que España jugaba con sus mejores jugadoras, que tenía un nuevo líder y que ya estaban los cambios esperados. No podían fallar ahora o quedarían realmente mal.
Natalia solo tuvo 3 días para preparar el partido contra Suiza con un equipo totalmente nuevo y desconocido pero lo hizo estupendamente y eso se reflejó en el resultado 4-0 doblete de Alexia, uno de Jenni y otro de Mapi.
-Alexia- Estamos en zona mixta- ¿Cuáles son tus sensaciones de este partido?
-Pues estoy muy contenta, individualmente tengo muy buenas sensaciones con la pierna y creo que ha sido mi mejor partido hasta el momento y espero seguir sumando más y más minutos- Sonrie sinceramente y yo no puedo evitar hacerlo orgullosa de ella y eso se capta en la cámara, si no estuviera esta última encendida ya me hubiera abalanzado encima de ella- Y colectivamente creo que hemos estado bien defensivamente y ofensivamente, obviamente hay cosas que mejorar pero aún trabajando con una nueva entrenadora nos estamos entendiendo muy bien y estamos muy satisfechas con eso.
-Cuéntame Alexia, ¿cómo es trabajar con una entrenadora nueva? Y no sólo eso, adaptarse rápido porque estais en un mundial y cada fallo se nota.- Le pongo el micrófono en la boca y doy un pasito disimuladamente hacia ella, rozandonos levemente.
-Bueno, es una muy buena entrenadora, algo a lo que no estábamos acostumbradas en España. He tenido el placer de jugar contra su equipo con el Barça y realmente sabe lo que hace- Mientras dice esto disimuladamente acaricia la parte baja de un lateral de ni cintura.
Sabe lo que anhelo el contacto fisico ahora mismo.
-Y ha puesto muy fácil el que nos adaptemos. Creo que hablo en nombre de todo el equipo que estamos muy contentas con ella- Finaliza ella
-Ahora la última-Vuelvo a ponerme el micrófono en la boca- Todos hemos visto esa asistencia de Patri con el primer gol, como habeis jugado de memoria y te la a colocado a la perfección para ti- Antes de que pueda formular la pregunta empieza a hablar así que rápido le doy el micro.
-¿Qué te puedo decir de Patri? MVP de la final de la Champions, marcando esos dos goles que nos volvían a meter dentro del partido, llevamos muchos años, demasiados- Se rie- jugando juntas, nos conocemos a la perfección y jugar con ella es un regalo. He extrañado mucho este año jugar con ella y con las demas- Admite- Es una buena amiga, una buena compañera y una muy buena jugadora, solo que está infravalorada.
-Muchas gracias, Alexia- La despido
-Gracias a ti, T/n
Cuando se que han cortado el directo me abalanzo sobre ella y agarra mis piernas para que no me caiga.
-Estoy tan orgullosa de ti, bebé- Le doy besos por toda la cara.
La sonrisa de la capitana desde que ha terminado el partido no se le ha ido pero ahora la tiene más grande
-Gracias, amor- Me besa lentamente- El primero es para tí
-A sido wowww- Me pongo fan loca- Esa conexión que teneis y ese pasecito... Me enamorado 100 veces más como fan y como mujer- Estoy fuera de si.
Suelta una risa nasal y me da un beso en la nariz.
-Relájate, nena, te va a dar un paro cardíaco
-Pues lo que me causais cada vez que os veo jugar
Niega divertida.
Lo que no sabíamos es que Sandra estaba grabando ese momento y horas después estaba en redes. A ninguna le importó, no era que escondieramos nuestra relación y había quedado demasiado bonito conmigo como mujer fan loca.
Y eso se vio en los miles de comentarios que tenía aunque siempre tiene que haber comentarios feos.
España jugó contra Holanda en cuartos y contra Inglaterra en semis quedando 1-0 y 2-1 respectivamente.
Vencer a las inglesas fue un golpe sobre la mesa con respecto al Europeo pasado y haciendo historia, era la primera vez que España llevaba tan lejos en un mundial con la absoluta.
Todos estabamos eufóricos fanáticos, jugadoras, prensa, familiares... Y no era para menos, habían cambiado la historia de España y les estaban dando un futuro a las próximas generaciones para que sólo se tengan que preocupar por jugar.
Y aquí estaba, peleándome con otros periodistas de otras editoriales para poder entrevistar a Alexia la primera
Todos estaban como locos por entrevistar a la mejor jugadora del mundo y la que dió la victoria 2-0 a España contra Estados Unidos.
-Ahora con nosotros tenemos a Alexia Putellas, la mejor jugadora del mundo, la MVP de este partido y la que ha dado la victoria a España en esta final contra Estados Unidos- Presento mientras la veo caminando hacia mi ignorando a todos los otros periodistas, casi casi corriendo.
Cuando llega y entra en el plano de la camara se puede captar su mirada cristalina, su sonrisa enorme y su respiración un poco agitada.
Vino justo después de finalizar el partido asi que todavía no había levantado la Copa.
-Alexia, dime como s... - No me deja seguir.
Se abalanza besándome con las manos en mi cintura, sorprendida la correspondo pero enseguida enredo mis manos en su cuello acercandola más.
Se separa y su sonrisa increíblemente es más grande que con la que ha llegado y me da otro beso antes de hablar a la cámara.
-Estoy eufórica, como ya se podrá ver- Se rie y me mira fijamente- Estoy muy muy feliz, después de un año tan complicado para mi y para mí familia con la lesión, todos los momentos malos que hemos tenido... - Para al ver cómo se me cae una lágrima y me la quita suavemente- Todo esto es para ellas, para mi, para mis compañeras, para el equipo y por supuesto para la afición y sobre todo para esa gente que nunca a dejado de apoyarnos
-Has dado los dos goles de la victoria, ¿que tienes que decir?
-Yo he metido esos goles si, pero esto es en equipo. Todas hemos echo nuestro trabajo y hemos recogido el fruto
-Muchas gracias, Alexia- Digo- Ahora ves a recoger esa medalla y esa copa y a celebrar la victoria.
-Gracias a vosotras, T/n- Dice- Ahora si me lo permitis me voy a llevar a mi mujer.
Coge mi mano y despidiéndose con la mano de la cámara me lleva con ella.
-Te amo- Le digo besandola
-Yo más
-Ahora ves a recoger esa copa y levantala muy alto- Le ordeno y le doy una palmada en el culo- Campeona del mundo
Me guiña un ojo antes de irse corriendo con las chicas.
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Mi compañero de piso
Primera parte
El día de la mudanza llegó con el sol brillando intensamente sobre la ciudad. Había decidido buscar un compañero de piso para ayudarme a pagar la hipoteca, ya que mi sueldo en la tienda de ropa no daba para mucho. La idea de compartir mi espacio con alguien nuevo me llenaba de cierta inquietud, pero también de expectativa.
Erik llegó temprano, vestido con un chándal grande y cómodo. Era un morenazo de 25 años, recién independizado y que teletrabajaba como informático. En contraste con mi atuendo habitual de traje y corbata para trabajar, su estilo relajado me llamó la atención de inmediato.
—Hola, Frank —dijo Erik con una sonrisa amplia, extendiendo su mano.
—Hola, Erik. Te ayudo con las cajas —respondí, estrechándole la mano.
Desde el primer encuentro, cuando vino a ver el piso, nos caímos bien. Y mientras Erik desempaquetaba sus cosas y las acomodaba en su nueva habitación, no podía evitar observarlo. Había algo en su presencia que me atraía.
Después de unas horas de trabajo, terminamos de acomodarlo todo. Erik se dejó caer en el sofá, sudando ligeramente por el esfuerzo, y me di cuenta de que su ropa, aunque grande, no lograba ocultar completamente una ligera redondez en ciertas zonas de su figura. Fue entonces cuando entendí por qué había traído consigo tal cantidad de comida. La nevera, que solía estar medio vacía con mis fruta y verdura, ahora estaba repleta de paquetes de comida preparada, quesos, leche entera y varios tipos de salsas. Los armarios se llenaron de pasta, arroz, bolsas de patatas, galletas y otros snacks.
—Vaya, parece que tienes buen apetito —comenté, tratando de sonar casual mientras observaba sus provisiones.
Erik rió.
—Sí, me gusta comer.
No podía negar que todo aquello me sorprendía, pero decidí no darle más vueltas y simplemente acepté que mi nuevo compañero de piso tenía un estilo de vida diferente al mío.
Una noche, semanas más tarde, llegué a casa tras una mala cita. Me sentía decepcionado y frustrado. Para mi sorpresa, encontré a Erik sentado en el sofá con dos cajas vacías de pizza a su lado.
—Hola, Frank. ¿Qué tal la cita? —me preguntó con una sonrisa despreocupada.
—No hubo chispa —dije encogiéndome de hombros.
Erik me observó con interés.
—Igual no era tu tipo —dijo con una mirada comprensiva—. A veces cuesta encontrar a alguien que realmente encaje con nosotros.
Me dejé caer en el sillón frente a él, sintiéndome un poco mejor al escuchar sus palabras. Siempre tenía una manera de hacerme sentir comprendido y menos solo.
—Puede que tengas razón —admití dejando escapar un suspiro.
Mientras hablábamos, noté algo diferente en Erik. El chándal ya no le quedaba tan holgado como cuando se había mudado. De hecho, la sudadera parecía esconder una panza creciente. Era evidente que estaba disfrutando de la comida y su cuerpo lo reflejaba. Se levantó y caminó hacia la cocina. Los pantalones de chándal se ajustaban a su trasero redondo de una manera que no había visto antes. Abrió uno de los armarios y sacó un bote enorme de proteína en polvo, lo cual me sorprendió.
—¿Has ido al gimnasio? —le pregunté, intentando comprender por qué necesitaba un batido de proteínas después de dos pizzas.
Erik rió y negó con la cabeza.
—No, no voy al gimnasio —dijo como si la idea le resultara divertida.
—Ah. Bueno, creo que es hora de irme a la cama.
—Buenas noches, Frank.
Tal vez tenía razón. Tal vez el chico delgado con el que había salido simplemente no era mi tipo. Siempre me había fijado más en hombres corpulentos, en osos.
Una noche calurosa de finales de primavera, me desperté sediento. Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina para beber un vaso de agua. Al llegar a la puerta, me detuve en seco. La escena ante mis ojos me dejó paralizado. Erik estaba de pie, iluminado únicamente por la luz de la nevera abierta. Llevaba puestos solo unos slips que se le clavaban en la piel, marcando sus curvas y dejando al descubierto la creciente redondez de su cuerpo. Su barriga se derramaba ligeramente sobre la goma elástica y sus muslos se veían más gruesos, pero lo que más llamaba la atención era su trasero. Aquel culazo redondo y prominente llenaba completamente los calzoncillos, haciendo que la tela se tensara al máximo. Erik tenía una caja de donuts sobre la encimera y comía uno tras otro con una voracidad insaciable usando la mano izquierda. La mano derecha estaba metida en sus slips, moviéndose rítmicamente mientras se masturbaba. El placer en su rostro era innegable. No pude evitar quedarme allí, observando en silencio. La visión de Erik dándose placer de esa manera, disfrutando de la comida y de su propio cuerpo, era hipnótica. Sentí mi erección crecer rápidamente.
Me alejé de la puerta con cuidado de no hacer ruido y regresé a mi habitación. La imagen de Erik seguía en mi mente: su cuerpo cada vez más relleno, sus manos ocupadas con los donuts y su polla, la expresión en su cara. Sabía que algo había cambiado dentro de mí y que mi atracción por Erik había crecido de una manera que no podía ignorar.
Segunda parte
Con la llegada del verano, el calor se hizo insoportable en nuestro apartamento. Erik empezó a pasearse por casa solo en calzoncillos y cada vez que lo veía, mi corazón latía con más fuerza. Su físico había cambiado notablemente. Su barriga había crecido más y sobresalía con orgullo. Y su culo se había vuelto todavía más grande y redondo. Los slips apenas podían contener sus nalgas. La integridad de la tela se ponía a prueba con cada movimiento. Erik parecía estar cómodo con su cuerpo. Verlo así, tan natural y despreocupado, me volvía loco.
Una tarde, sentados en el sofá viendo la televisión, no fui capaz de contener mi curiosidad. Lo miré fijamente y le pregunté:
—Erik, ¿estás... engordando a propósito?
Erik permaneció en silencio por un momento y luego una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro.
—Sí, Frank, lo estoy haciendo a propósito.
—¿Por qué?
—Siempre me ha excitado la idea de engordar, de sentir mi cuerpo crecer, mi barriga expandiéndose y mi culo volviéndose más grande. Y me encanta ver cómo la ropa me queda cada vez más ajustada.
Mis ojos se abrieron de par en par. No podía creer lo que estaba oyendo y al mismo tiempo me sentía increíblemente excitado. Su confesión solo había intensificado mi deseo.
A la mañana siguiente, al dirigirme a la cocina para hacerme un café, noté que la puerta del baño estaba entreabierta. A través de la rendija de la puerta podía ver a Erik en la ducha. El agua caía sobre su cuerpo desnudo, resaltando cada curva, cada pliegue de su piel. Ver cómo sus manos recorrían su barriga gorda con movimientos deliberados, su pecho y sus enormes nalgas me fascinaba. Me aferré a la puerta. Mi erección crecía dolorosamente. Sin darme cuenta, una mancha húmeda empezó a formarse en mis calzoncillos, signo de mi excitación extrema. Erik me descubrió. No dijo nada, pero su sonrisa y la forma en que sus ojos brillaban lo decían todo. Abrió la cortina de la ducha e hizo un gesto para que me uniera a él. Sin pensarlo dos veces, entré en el cuarto de baño. Me quité los calzoncillos rápidamente, dejando que cayeran al suelo, y me acerqué. Se giró, ofreciéndome su espalda. Mi mirada se fijó en su trasero redondo y firme, un espectáculo que no podía resistir. Comencé a acariciarlo. Erik se estremecía bajo mis caricias. No podía esperar más, mi polla palpitante buscaba su objetivo. Alineé mi cuerpo con el suyo y con un movimiento lento y deliberado, lo penetré. La sensación era increíble. Un gemido escapó de mis labios. Erik se arqueó hacia atrás, apoyando las manos en la pared de la ducha mientras yo comenzaba a moverme dentro de él. Mis manos agarraron sus flancos y aumenté el ritmo. Las embestidas se volvieron más fuertes, más desesperadas, y Erik respondía a cada una de ellas con gemidos de placer. Sentía cómo su respiración se entrecortaba a medida que nos acercábamos al clímax. Finalmente, con un grito ahogado, me corrí dentro de él. Erik se estremeció y gritó también, su propio orgasmo siguiendo al mío. Nos quedamos así, unidos y jadeantes, mientras el agua seguía cayendo, lavando el sudor y la pasión que habíamos compartido.
Esa noche, después de un largo día en el trabajo, no podía dejar de pensar en la experiencia de la mañana. Al llegar a casa, me encontré con Erik en la sala, relajado sobre el sofá. Me acerqué a él y me senté a su lado.
—Erik, hay algo que tengo que decirte —comencé, tratando de mantener mi voz firme—. Me encanta lo gordo que te estás poniendo. Especialmente tu culo. Me vuelve loco. Y quiero verte engordar aún más.
Erik sonrió, su cara redondeada llena de satisfacción.
—Me gusta lo que oigo, Frank.
Me levanté y fui a la cocina, donde saqué una tarrina de dos litros de helado del congelador. Regresé al sofá y la coloqué frente a Erik, que ya había cenado dos platos enormes de pasta. Su mirada se iluminó al ver el helado. Me senté a su lado y empecé a darle de comer. El helado se derretía en su boca. Sus labios se movían con deleite tragando cada cucharada. Mi mano se deslizó por su vientre, sintiendo la plenitud y la calidez de su carne bajo mis dedos.
—Eso es, Erik —le susurré al oído, acercándome para besar su cuello—. Quiero que te lo comas todo. Quiero verte crecer.
Después de lo que parecieron horas, Erik terminó el helado. Se recostó en el sofá, su respiración pesada y su mirada fija en la mía.
—Gracias, Frank —murmuró con gratitud y deseo.
—Esto es solo el comienzo.
Me arrodillé ante él y deslicé mis manos por sus muslos gruesos. Luego mis dedos acariciaron sus pezones y jugué con ellos suavemente, a la vez que besaba su barriga. Erik jadeaba mientras mi boca bajaba por su cuerpo. Mordisqueé su polla a través de los slips, sintiendo su dureza contra mis dientes. Con un movimiento rápido, deslicé la prenda hacia abajo, y liberé su erección. Mi lengua recorrió su longitud, saboreando cada centímetro antes de tomarlo en mi boca. Mis manos seguían explorando, acariciando sus muslos y sus huevos. Erik gemía y se retorcía. Y con un grito de placer, se corrió en mi boca. Sus chorros de semen caliente llenaron mi garganta.
Tercera parte
Habían pasado unos meses y Erik estaba gordísimo. Me desperté una mañana y lo primero que vi fue su culo enorme, redondo y lleno de grasa gelatinosa descansando en la cama junto a mí. Admiré su tamaño. La celulitis de sus muslos y las estrías en sus flancos también me encantaban. Me acerqué a él, aún adormilado, y coloqué mis manos sobre sus nalgas, meneándolas suavemente. La carne se balanceaba. Una imagen que me excitaba como nada en el mundo. Bajé la tela de sus nuevos calzoncillos XXL y mis labios besaron sus nalgas con devoción.
—Has engordado tanto, Erik —murmuré contra su piel—. Y me pone tan cachondo verte así.
Erik gimió en respuesta y mis caricias se volvieron más atrevidas. Apreté y amasé sus nalgas, sintiendo la grasa bajo mis palmas, mientras mi lengua exploraba cada rincón también.
—Me encantas así, tan grande, tan sexy —le susurré.
Erik se retorció de placer.
—Frank, tráeme el desayuno a la cama —pidió, su tono cargado de necesidad—. Quiero empezar el día bien alimentado.
Me levanté rápidamente, mi erección pulsando con anticipación dirigiéndome a la cocina. Preparé una bandeja con todo lo que sabía que a Erik le gustaba: muchas tostadas con mantequilla, una tortilla francesa con queso derretido, dos cruasanes enormes rellenos de chocolate y... un batido de proteínas gigante hecho con leche y nata a partes iguales.
Cuando regresé a la habitación, Erik me esperaba, recostado en la cama con una sonrisa satisfecha en su rostro. Coloqué la bandeja delante de él y observé cómo sus ojos se iluminaban al ver la comida.
—Perfecto —dijo Erik.
Me senté junto a él. Empezó a comer con entusiasmo. La manera en que disfrutaba de cada bocado, la alegría en su rostro mientras se alimentaba, llenaba mi corazón de una satisfacción profunda. Pensé en lo increíble que era ver su cuerpo expandirse, cada vez más lleno de grasa, cada vez más hermoso. Y sabía que Erik también lo disfrutaba, cada bocado, cada caricia, cada mirada de deseo.
Cuando terminó el desayuno, me quedé en la cama observándolo levantarse y caminar hacia el baño. Su cuerpo había cambiado tanto en los últimos meses que era un espectáculo embriagador.
—Eres un cerdo gordo, Erik —le dije deslizando mi mano por mi propio cuerpo—. Mira cómo se mueve toda esa grasa. Joder, estás tan obeso.
Erik se detuvo y se volvió hacia mí, sus ojos brillando de excitación. Sabía que le encantaba cuando le hablaba así. Empecé a pajearme observando cada movimiento de su cuerpo.
—¿Te gusta estar así de gordo, verdad? —continué, mi voz ronca.
Erik gimió suavemente, sus manos acariciando su barriga hinchada, sus dedos recorriendo las estrías que la adornaban.
—Sí, Frank. Dímelo —pidió con deseo—. Dime lo gordo que estoy, lo mucho más que me vas a engordar.
—Eres insaciable —le dije, mis palabras un susurro lleno de lujuria—. Voy a seguir alimentándote. Quiero que seas el gordo más grande que jamás haya visto.
Mis manos se movían con más urgencia, mis ojos fijos en el cuerpo de Erik.
—Estás tan sexy lleno de comida —le dije sintiendo mi propia excitación llegar a su punto máximo—. No hay nada que me guste más que ver cómo te conviertes en un cerdo obeso y satisfecho.
Erik se mordió el labio y vi cómo su propia erección crecía bajo la piel de su barriga.
—Sí, Frank, hazme más gordo —respondió—. No puedo esperar a ver cuántos kilos más voy a engordar para ti.
Con esas últimas palabras me corrí, mi semen disparándose por toda la habitación.
Parte final
Era sábado y decidí que teníamos que ir a comer a un bufet. Erik estaba sentado en el sofá en sus ahora extremadamente pequeños calzoncillos XXL, su enorme barriga descansando sobre sus muslos. Lo observé por un momento antes de decirle:
—Hoy vamos a un bufet y quiero que te pongas algo ajustado. Quiero que todo el mundo vea lo grande que te has puesto.
Erik asintió con una chispa de emoción en sus ojos. Se fue a su cuarto y lo seguí, sabiendo que escogería la ropa más ajustada que tenía. Optó por una camiseta que se pegaba a su barriga, resaltando cada lorza, y unos pantalones que apretaban sus muslos y su enorme culo. Me sentí instantáneamente excitado al verlo así.
Llegamos al bufet, un paraíso de comida grasienta y abundante, y tomamos asiento.
—Quiero que comas sin parar. ¿De acuerdo? No te detengas hasta que te lo diga.
Erik asintió, se levantó y se dirigió a las mesas del bufet. Volvió con algo para mí y con un plato lleno de pizza, patatas fritas y pollo frito para él.
Lo observé comer, disfrutando de cada bocado que tomaba. Cuando terminó, le dije:
—Ve por más.
Erik se levantó y fue a buscar otro plato. Esta vez volvió con hamburguesas, aros de cebolla y más patatas fritas. El placer evidente en su rostro mientras llenaba su cuerpo con más y más comida aceitosa.
—Eres un cerdo obeso —le susurré habiendo acabado—. Come más, quiero ver cómo te pones aún más grande.
Erik obedeció sin cuestionar, levantándose nuevamente para buscar más comida. Lo observé caminar, su culo redondo y enorme balanceándose con cada paso. Regresó con un plato de macarrones con queso y costillas. La barriga ya le asomaba por debajo de la camiseta.
—Más, Erik. No pares —le ordené con el último bocado.
Obedeció de nuevo, levantándose con dificultad, su ropa ajustada marcando cada centímetro de su grasa. Volvió con varios trozos de tarta.
Volvimos a casa horas después. Entramos y Erik se dejó caer pesadamente en el sofá. Me acerqué a él, mi excitación palpable.
—Eres puro sebo, Erik —le susurré comenzando a desvestirlo.
Primero le quité la camiseta, dejando al descubierto su pecho amplio y sus pezones ensanchados. Mis dedos los acariciaron. Erik gimió.
—Mírate, con estas tetas enormes y esa barriga tan redonda. Estás hecho un glotón.
Le quité los pantalones con dificultad. La tela se aferraba a sus muslos gruesos y a su culo que parecía dos balones de playa. Se quedó solo en calzoncillos, los cuales bajé lentamente, revelando su miembro erecto pero medio enterrado en la grasa de su pubis.
—Me encanta lo enorme que te has puesto.
Mis manos recorrieron su cuerpo, manoseando su carne blanda. Acaricié su barriga hinchada, sintiendo su calidez y su suave textura. Luego dirigí una mano hacia su polla y empecé a masturbarlo. Cada movimiento hacía que todo rebotara, especialmente sus pezones, que se balanceaban con cada vaivén.
—Eres tan sexy, tan obeso. Mañana volveremos al bufet —murmuré, aumentando el ritmo de mis movimientos.
Erik gimió más fuerte y llegó al clímax, su semen caliente brotando en mis manos. Se lo di para que se lo tragara. Luego lo besé sintiendo una profunda satisfacción al saber que había ayudado a que se convirtiera en el hombre que tanto deseaba ser.
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“Todas las flores del desierto están cerca de la luz. Todas las mujeres bellas son las que yo he visto, las que andan por la calle con abrigos largos y minifaldas, las que huelen a limpio y sonríen cuando las miran. Sin medidas perfectas, sin tacones de vértigo. Las mujeres más bellas esperan el autobús de mi barrio, o se compran bolsos en tiendas de saldo. Se pintan los ojos como les gusta y los labios de carmín de chino.
Las flores del desierto son las mujeres que tienen sonrisas en los ojos, que te acarician las manos cuando estás triste, que pierden las llaves al fondo del abrigo, las que cenan pizza en grupos de amigos y lloran sólo con unos pocos, las que se lavan el pelo y lo secan al viento. Las bellezas reales son las que toman cerveza y no miden cuántas patatas han comido, las que se sientan en bancos del parque con bolsas de pipas, las que acarician con ternura a los perros que se acercan a olerlas. Las preciosas damas de chándal de domingo. Las que huelen a mora y a caramelos de regaliz.
Las mujeres hermosas no salen en revistas, las ojean en el médico, y esperan al novio ilusionadas con vestidos de fresas. Y se ríen libres de los chistes de la tele, y se tragan el fútbol a cambio de un beso.
Las mujeres normales derrochan belleza, no glamour, desgastan las sonrisas mirando a los ojos, y cruzan las piernas y arquean la espalda. Salen en las fotos rodeadas de gente sin retoques, riéndose a carcajadas, abrazando a los suyos con la felicidad embotellada de los grandes grupos.
Las mujeres normales son las auténticas bellezas, sin gomas ni lápices. Las flores del desierto son las que están a tu lado. Las que te aman y las que amamos. Sólo hay que saber mirar mas allá del tipazo, de los ojazos, de las piernas torneadas, de los pechos de vértigo. Efímeros adornos, vestigios del tiempo, enemigo de la forma y enemigo del alma. Vértigo de divas y llanto de princesas.
La verdadera belleza está en las arrugas de la felicidad.”
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You Are My Quarter Mile | Dom x Brian (Fast and Furious) [ESP]
[Fan-Fiction basado en la OTP entre Dominic Toretto y Brian O'Conner (Fast and Furious) Con gasolina en sus venas y viviendo la vida en la carretera al margen de la ley, la vida de Dominic Toretto dará un volantazo para cambiar por completo con la llegada de Brian O'Conner. En cuanto el corazón entra en juego, no hay posible freno de mano al alma.
Capítulo 3 - He owns you now
El sol de la mañana calentaba el asfalto frente al taller de Dominic Toretto, donde los motores rugían y el olor a aceite quemado y gasolina flotaba en el aire. Brian llegó conduciendo una vieja furgoneta, el motor ronroneando suavemente, con un remolque enganchado detrás. Había pasado una semana desde la última vez que se vieron, una semana tensa tras los acontecimientos de aquella noche en que las líneas entre el deber y la lealtad comenzaron a desdibujarse. Esta vez, Brian traía algo especial, aunque a primera vista no lo pareciera.
En el remolque, un coche destartalado se balanceaba ligeramente con los baches del camino. Estaba abollado por todos lados, cubierto de suciedad, sin cristales, con manchas de grasa y gasolina impregnando su chasis. Bajo la capa de polvo, el color rojo intentaba relucir tímidamente, como un recuerdo de tiempos mejores. El vehículo parecía más un caso perdido que una promesa, pero Brian llevaba una sonrisa pintada en el rostro, irradiando una confianza casi irritante.
Al detenerse frente al taller, el equipo comenzó a acercarse con curiosidad y diversión mal disimulada. Dominic salió del interior tras haber estado discutiendo con Mia sobre unas facturas, con su habitual camiseta de tirantes blanca manchada de aceite de motor y un chándal militar desgastado, limpiándose las manos con un trapo que arrojó a un lado sin mucha ceremonia. Su mirada, severa y penetrante, no tardó en dirigirse hacia Brian, ignorando por completo el coche en el remolque.
—Cojonudo... —murmuró Dominic mientras Brian bajaba del asiento del conductor de un saltito. Con una mezcla de incredulidad y sorna, le preguntó—: ¿Qué coño es eso? ¿Qué traes ahí?
La sonrisa de Brian se amplió. Sus ojos azules, aún más vivos bajo el bronceado de su piel, relucían con una mezcla de orgullo y desafío. Dominic no pudo evitar fijarse en las cicatrices frescas que se asomaban bajo las mangas cortas de su camiseta. Brian se veía destrozado y, a la vez, extrañamente feliz, como si hubiese regresado de una pelea con el trofeo en la mano.
—Es tu coche. —Brian extendió sus manos hacia el coche magullado. Dom estalló en una carcajada melodiosa.
Una carcajada grave y sonora que resonó por todo el taller. Johnny, que había salido detrás de él, se acercó al coche y le dio un par de golpes secos en el capó, que tembló bajo sus manos como si estuviera a punto de desmoronarse como si arena fuese.
—¿Mi coche? Te dije un coche de diez segundos, precioso, no de diez minutos.
—Este cruza la línea de meta empujándolo. —Letty masculló, provocando la risa de Mia.
—No la cruza ni remolcándolo —añadió Dominic, aunque sus ojos seguían fijos en Brian, con una mezcla de reproche y curiosidad.
Brian alzó las cejas, todavía sonriendo, como si estuviera disfrutando de la incredulidad de los demás.
—¿No confías en mí?
Brian casi parecía ofendido, pero su perlada sonrisa desenfadaba cualquier idea.
—Oh, confío en ti, —respondió Dominic, cruzándose de brazos—. Pero esto no es una chatarrería, es un taller.
—Muy bien. Abrid el capó —ordenó Brian, moviéndose hacia el remolque para liberar las sujeciones.
—¿Qué abramos el capó? —Johnny frunció el ceño, pero no pudo resistirse a la curiosidad.
—Abridlo y después me decís.
Con esfuerzo, bajaron el coche del remolque y lo llevaron al interior del taller. Bajo la luz de las lámparas, el vehículo lucía aún peor, pero Brian no parecía preocupado. Señaló el capó, insistiendo. Cuando lo abrieron, un murmullo de sorpresa recorrió al grupo. Bajo el polvo y la suciedad, relucía un motor JZ-2 perfectamente conservado, un tesoro enterrado en un ataúd oxidado.
—Joder... —susurró Johnny, limpiando con el trapo algunas partes del motor para revelar los grabados técnicos. Dominic observaba en silencio. —Motor JZ—2... Joder...
—¿Y bien? —preguntó Brian, con una sonrisa triunfante, dirigiendo su mirada directamente a Dominic.
—Retiro lo dicho. —Dominic asintió, haciendo una mueca con sus belfos.
—¿Sabes qué? Destrozará a todos los demás después de invertir en el unos 15.000 dólares, o incluso más si tenemos que importar urgentemente piezas. —Dijo Johnny, echando al hombro un trapo.
—Lo pondremos en la cuenta que tengo con Harry —dijo Dom—. Necesitamos que vuelvas a competir y ganes algo de dinero, Brian. —Su voz se suavizó ligeramente, aunque su mirada no perdió intensidad—. Hay un desafío en la guerra de carreras del desierto. Este coche estará listo para entonces.
Le sonrió de una manera especial, confidente. Mia, que observaba la escena, sonrió bajo su carpeta comprendiendo lo que suponía para Dom aquella mirada silenciosa.
Brian asintió, sintiendo una mezcla de orgullo y gratitud que trató de ocultar tras su sonrisa despreocupada. Dominic se acercó, quedando a escasos centímetros de él, su presencia imponente.
—Hagamos una cosa. —Dominic se detuvo cerca del cuerpo de Brian, girándose hacia él para enfrentar la mirada del rebelde piloto. Brian sintió orgullo al sentirle cerca, al tener su aprobación, al tener su atención puesta en él—. Cuando no trabajes para Harry, trabajarás para mi. Si no encuentras herramientas adecuadas en este taller, Señor de Arizona... Es que no tienes ni idea de coches.
Brian sostuvo su mirada, sin retroceder, y asintió. Había algo en la intensidad de Dominic que lo hacía sentir vivo, como si estuviera en la carrera más peligrosa de su vida. Cuando Dominic se alejó, dejando un silencio cargado a su paso, fue Mia quien se acercó. Con una sonrisa cómplice, le susurró al oído:
—Ya le perteneces.
El taller bullía de actividad. Entre risas y discusiones técnicas, todos colaboraban para trasladar las piezas necesarias hacia la zona de trabajo donde el coche destartalado se convertiría en un digno contendiente de las carreras. El motor, los amortiguadores, los frenos y hasta los más pequeños componentes pasaron de mano en mano, mientras las herramientas resonaban como una orquesta caótica, acompañada del inconfundible aroma a grasa y metal caliente.
Brian, tras asegurarse de que todo estaba en su lugar, se dirigió al pequeño despacho de Johnny, una especie de santuario de tecnología en medio del rugir de los motores. El espacio estaba abarrotado de monitores, cables y piezas electrónicas desparramadas sobre la mesa. Un póster desgastado de una clásica carrera de Fórmula 1 colgaba en la pared, junto a un tablón lleno de diagramas y notas garabateadas.
Johnny, que ya había encendido su ordenador, sonrió al ver entrar a Brian. En silencio, este sacó un pequeño CD del bolsillo de su chaqueta y lo insertó en la bandeja del ordenador. La pantalla cobró vida con gráficos y modelos en 3D del coche, como si estuvieran viendo al destartalado vehículo renacer ante sus ojos.
—¿Qué te parece esto? —preguntó Johnny, pulsando una tecla con entusiasmo. La imagen del coche giró lentamente en la pantalla, mostrando las modificaciones que tenía en mente—. Amortiguadores regulables. Nos ahorrarán un kilo. —Sonrió, orgulloso de su precisión técnica—. Y nos darán mejor tracción para asegurar la victoria.
Brian se inclinó hacia la pantalla una vez se sentó en una pequeña mesa de madera que había detrás de Johnny, observando los detalles con interés. Johnny navegó por varios esquemas, señalando componentes clave y sus mejoras propuestas.
—Bien, este es el diseño básico del coche —explicó, mientras una imagen más simple del vehículo aparecía en pantalla. Pulsó otra tecla, y la imagen cambió, mostrando una versión mucho más estilizada y aerodinámica—. Y este es el diseño que podría tener una vez acabado. Los colores se pueden cambiar.
Brian dejó escapar un leve silbido, impresionado por el nivel de detalle y la visión creativa de Johnny.
—Deberías ir a una universidad especializada.—Dijo impresionado, mirándole.
Johnny se echó a reír, inclinándose hacia atrás en su silla giratoria como si la idea fuera un chiste recurrente.
Sí, debería... —admitió, con una sonrisa nostálgica que rápidamente se tornó pensativa—. Pero tengo ese... ¿cómo se llama? Déficit de atención...
—¿El TDAH? —preguntó Brian, arqueando una ceja.
—¡Eso! —exclamó Johnny, riendo levemente—. Esa jodida cosa. Siempre me ha jodido la concentración. Mira, yo era bueno en mates, sobre todo en álgebra. Podía resolver cualquier cosa que me pusieran delante. Pero todo lo demás... lo suspendía. Historia, inglés, incluso ciencias. Dejé los estudios cuando tenía, no sé... quince o dieciséis.
Hizo una pausa, mirando la pantalla del ordenador como si estuviera viendo algo más allá de los gráficos. Sus dedos tamborilearon sobre la mesa en un ritmo involuntario.
—Yo qué sé... Los motores tienen algo que me tranquiliza. —Susurró, más para sí mismo que para Brian—. ¿Sabes? Es como si todo encajara. Cuando miro un motor, no hay caos, no hay ruido. Es matemática pura. Cada pieza tiene un lugar, un propósito. Me gusta eso.
Brian lo observó con atención, percibiendo la pasión genuina en las palabras de Johnny. Había algo en esa confesión que le resultaba familiar, algo que resonaba con su propia relación con los coches y las carreras.
—Sí, lo entiendo —dijo finalmente—. Es como estar en una carrera. Todo es claro. Nada importa más que el siguiente segundo.
Johnny asintió, sonriendo. Luego, volvió su atención al ordenador, moviendo el ratón para hacer ajustes en el diseño.
—Bueno, genio, —dijo Brian después de un momento, levantándose del sitio acomodado y dándole un par de palmadas en los hombros—, dime qué necesitas para que esto deje de ser solo un dibujo bonito y se convierta en una realidad.
...
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Secuencias del día envuelta en chándal de terciopelo. Like peluche suavito y blandito, para contrarrestar la parte áspera y dura de la vida
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Pantalones de entrenamiento de tela para niños pequeños
Hay algunas motivaciones detrás de por qué los pantalones de preparación de materiales son una mejor opción para la preparación del baño aparte del hecho innegable de que reducen los momentos horribles para la madre y el niño. Diferentes circunstancias familiares a menudo influirán en las opciones de usar pañales desechables o de tela Pantalones para niños. La oportunidad de comenzar la preparación de letrinas también depende de una parte de estos elementos.
Sin embargo, aunque es bastante divertido, la preparación de letrinas en los países desarrollados suele ser más tardía y puede comenzar después de tres años. Un estudio de Contemporary Pediatrics ha revelado que la mayor parte de los niños del mundo están preparados en el primer año, y más del 80% en sus primeros 2 años, y esta tendencia está muy descontrolada en los países menos evolucionados.
Este predominio atribuido a la promoción contundente en las distintas naciones de todos modos puede provocar una decepción más adelante, porque el niño crece sin saber cómo estar mojado y qué hacer al respecto cuando son lo suficientemente maduros, y el equivalente va por los jeans prescindibles.
Los pantalones de preparación de tela son importantes porque construyen el instinto de un niño sobre la sensación incómoda de un pañal mojado y, además, porque los forros prescindibles incrustados están destinados a atrapar los sólidos en lugar de absorber los fluidos. De todos modos, puede existir alguna razón en la sabiduría de un niño de su reconocimiento de los pantalones de preparación mojados, y la posibilidad de que la madre esté satisfecha de que saben cómo usar el orinal, ya que los niños en su mayor parte andarán torpemente después de destrozando la tela preparando pantalones para nada como los prescindibles.
De las mamás depende inculcar una cultura de preparación de letrinas en sus hijos, y recordar que requiere mucha inversión y compromiso. Habrá momentos en que el niño será extremadamente irritante, pero debes descubrir cómo manejar eso, ya que el amor de una madre va bastante lejos.
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clothing - (i) vestiti/(l')abbigliamento - 옷/의류 - (les) vêtements - (las) ropas
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trousers - (i) pantaloni/(i) calzoni - 바지 - (le) pantalon - (los) pantalones
jeans - (i) jeans - 청바지 - (le) jean - (los) vaqueros
shirt - (la) camicia - 셔츠 - (la) chemise - (la) camisa
shorts - (i) calzoncini/(i) pantaloni corti/(i) pantaloncini/(gli) shorts - 반바지 - (un) short - (el) short
t-shirt - (la) maglietta/(la) t-shirt - 티셔츠 - (les) t-shirts/(le) maillot - (la) camiseta
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sweatshirt - (la) felpa - 운동복 상의 - (le) sweat - (le) suéter
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suit - (l')abito da sera, (il) completo - (스리피스) 정장 - (le) tailleur/(le) costume - (el) traje
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pyjama - (il) pigiama - 잠옷 - (le) pyjama - (el) pijama
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socks - (le) calze - 양말 - (les) chaussettes - (los) calcetínos
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slippers - (le) pantofole - 슬리퍼 - (les) pantoufles - (las) zapatillas
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underwear - (l')intimo - 속옷 - (le) sous-vêtement - (la) ropa interior
pants/slips - (le) mutande/(gli) slip - 팬티 - (les) culottes/(les) slips - (las) bragas/(los) calzones
baseball cap - (il) cappellino da baseball - 야구 모자 - (la) casquette de base-ball - (la) gorra de béisbol
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gloves - (i) guanti - 장갑 - (les) gants - (los) guantes
scarf - (la) sciarpa - 스카프 - (l')écharpe - (la) bufanda
(neck)tie - (la) cravatta - 넥타이 - (la) cravate - (la) corbata
#polyglot#multilingual#languages#italian#english#french#korean#spanish#please send corrections thanks#im rusty
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si amigo, mi cosmetico favorito es la Chaqueta de Chándal del Chulito
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☙ ( @mockingbvrd @binnas ). 𝐯. ocupan la única mesa de la sala de estar. ¿qué hará beau?
sea escéptico o no, chino quizás consideró afortunados los eventos pasados. planeó por meses visitar kyoto, especialmente sus campos y tiendas de tés. gyokuro, solo recordar nombre dibuja placentera sonrisa, descubriendo silueta femenina ocupando lugar anhelado. no usa habitual vestuario, sino vieja camiseta de manga larga y pantalón de chándal. comparado con los demás, beau cubría por completo su cuerpo, permaneciendo apenas a la vista del público sus falanges. dialogar no era su área, exhalando varias veces antes de aproximarse, protegiendo previa emoción detrás de cortés máscara. ' disculpa, ¿sería tan amable de compartir la mesa? ' emplea de modo melódico y sereno, mostrando taza con infusión. ' me gustaría empezar mi día como acostumbro aunque esté lejos de casa. si no es molestia, por supuesto. '
#。﹙ 𝐢𝐭'𝐬 𝐭𝐚𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐚 𝐦𝐢𝐧𝐮𝐭𝐞 𝐟𝐨𝐫 𝐦𝐞 𝐭𝐨 𝐠𝐢𝐯𝐞 𝐮𝐩. starters.#mockingbvrd#binnas#gracias por enviar <3#espero esté bien#feliz tarde
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You were very reluctant to model underwear in the first place.
TF: "Definitely. Would you wanna stand up in your underwear? It's just all like a big bet to me: 'I dare you to run down the street naked, for a hundred bucks. That's all it is to me, mate."
Must take a lot of confidence, nonetheless.
TF: "Takes a lot of weed and alcohol. Nahahah! Don't write that! There's no confidence standing up there in your underpants. Don't think I was like, 'Bring the facking shit on!' I've got a towel round me until the last minute."
Half the population of Planet Earth is discussing your crotch.
TF: "Yeah! It's pretty funny. Thank God for computer enhancement. Technology, huh?"
You're saying there's some jiggery-pokery involved? The world wants to know if you 'tampered with yourself before the shoot.
TF: "No." (Giggling head off) "I don't give a shit! They can say whatever they want!"
Current speculation on the size of your dick when
erect is eight inches, maybe even nine.
TF: (Pausa gigantesca) "Ojalá lo fuera. Ojalá lo fuera. Jejejeje! Gaaad. ¿Qué tonta es la gente hablando de esa mierda? Hay algunas cosas más importantes en la vida que hablar de una modelo. Gaad, me hace reír a carcajadas". . Mientras sean las mujeres las que hablen de mi entrepierna".
What are you wearing?
TF: "Pantalones de chándal y una camiseta. Una camiseta que dice (ruidos de violín, hablando en su pecho), ¿qué es? 'Dios hizo a Adán y Eva, no a Adán y Steve""
It does not.
TF: "I promise you it does."
You can't wear a T-shirt like that and not expect a punch in the face, quite frankly!
TF :"There's no way I'd walk outside with it! I dunno where it came from, I slept in it! Don't write that I had this T- shirt on! It's the only one I had, y'know? I wear it to bed! Gaad. I shouldn't have told you!"
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