#carta del silencio de los bosques a la boca de la madrugada 3;30 am

[ocasoinefable]

Al silencio y las letras diré tu nombre. Lo guardaré cada noche entre oraciones. A la mañana te pronunciaré en mi sonrisa. <<Te quiero... A la sutileza con la que se desliza un color entre el cielo, te susrro de mis dedos que te dibujan al dormir, al bordear y descansar del ruido. Aun silente estoy aquí, llamándote.

[ocasoinefable]

...

[Dos infinitos, mirando hacia la ventana, con el nombre del otro]

three days of Darkness

[ocasoinefable]

Puedo hacerte una pregunta...

¿Qué dirías?, si te declaro que hemos estado antes, que hemos nacido para ello; para reencontrarnos una y otra vez… Si te platico de los momentos, de las fotos y los eventos escondidos bajo la aparente nada…

(sueños. sueños que se buscan al despertar)

¿lo crees posible?

Te reconozco entre mi silencio, te sé y me doy a ti.

Te espero como de costumbre sobre el borde de la ventana, la lluvia lo cubre todo... lo recubre todo al paso del tiempo, cae sin prisa y sin sonidos rueda la misma cinta hasta el final.

Escucho tu voz antes de verla en mis oídos, le percibo de mi lengua y sonrió antes de pronunciar tu nombre, me cuelgo de algunos aromas y rastros hasta que al fin llegas y me susurra de tus manos el nombre que nos sabe. Mis ojos caen a la cuerva de tu boca y me sonríes acogiendo todo este tiempo sin decir mi nombre y sin conocer el tuyo. Envueltos al pecho miramos sobre la ventana, sentimos de la lluvia caer un calor por nuestras venas. De los dedos el tiempo se detiene, me besas y te beso al escuchar el respiro del otro. Desnudos frente a la soledad nos unimos y esperamos, nos sentimos y sabemos.

Al pie de la cama juntamos al tiempo y envolvemos las sabanas, mientras nuestras almas se llaman (se responden en silencio y sueñan con despertar al lado de la voz) …

Te he encontrado acurrucado esperando por mí, me has susurrado en medio de la noche, juntando mis manos que al igual, ansiaban escribir esta carta, ya que sabrías que es a ti a quien he llamado desde mi silencio a lo largo de estos años, a través del bosque.

[ocasoinefable]

Espero al borde de la cama. Las manos llaman al compás de la bombilla. revuelvo las motas del techo entre las sábanas. Mi sonrisa se muerde de tu cadera, te toco sin despertar tu inmovilidad. La sensualidad en tu lengua juega con mis cabellos. Cierro los ojos. Bailo entre tus manos. Los muslos se juntos en tu pelvis mientras la noche rueda de las estrellas. Tus dedos cuentan los lunares que siguen al mordisco de tu labio. [Las sábana se desliza, traza sobre tu piel un mar y un cabo. Mi boca recorre algodones en tus hombros, se entrelazan nuestra piernas. Rosa tu ombligo a mi ombligo. Se miran los poros, se sonríe el sudor mientras clavan flores en tus palmas. Revientan silencios exhausto que se buscan de nuestras bocas. Bebe de mis piernas que mi voz brota por tu vientre] el ritmo de la cadera arranca mi silencio. Mi rostro pasa por tus manos, mientras busco tu olor, me guardas contra el pecho (da el corazón un latido y te guardo) apaga la lluvia el gemido, la ola el aullido de mar... mientras se cuentan las estrellas, de la bombilla punta.

[ocasoinefable]

Y sí cae la lluvia- sí nos habla de sus huellas- sí plumean en tu garganta al besar mis ojos- al paso de los arboles al ombligo y las curva a tu sed, a la lengua que enreda de aromas mi garganta y te dice entre los costados, cubriéndose con los sellos de la piel de los dedos entre una sonrisa- y sí la ves reír y te alcanza, saltando de tu boca- en las puntas de los pies te inclinas, y así arrebatas de las mejillas coloradas, la aves que se esperan a ser cantadas por el toque de tus labios- tus pestañas revuelven mi silencio hasta cavar- luego la roca estalla al roce del brisa contra barranco, se dice espuma al fondo de las estrellas, a la mitad de tiempo, al borde las manos y los sueños- y sí llega mi voz le digo a la tuya. repiqueteo entre techo, de una brecha de luz. Al llamarte sin mover el sonido.

[...]

[ocasoinefable]

El amor se guarda y se suelta en mi sonrisa cuando te encuentro siendo parte ella. En mis manos que te dibujan, sin emitir ni el minino trazo. En mis latidos que no dicen mucho en cuanto al lenguaje que nos han enseñado, más en mi certeza sé que te abrazan, sé que te nombran, que te escriben y piensa... lo sé cuando cierro los ojos y te veo, cuando los abro al ver o no ver... Lo sé, lo siento, y esto me es suficiente para querer otro día. Para buscar palabras que sé que no podrán decir todo lo que siento. no es de materia aunque existe más allá del algo; es a mi ser, en esencia y en alma, de voluntad, de apreciación, de instantes monótonos hechos momentos, no es de locura aunque quema y el borboteo se hace cada segundo entre tierra y mar (al cuello y vientre de estos dos), no es que te toque con los dedos como tocó cualquier cosa (es a la yemas y su movimiento, es dentro de mí y lo sabes, con palabras más torpes y difusas te lo he dicho. con silencios más largos e ilegibles. con nudos. sin vuelo. lo sabes. Lo sé.. -estás aquí en mi sonrisa, piel y latido, no es de tenerte, es de alquimia, es a centro) Sigo siendo un caracol cuando hablo, una arbusto al traer las palabras, más confío en lo que ves tras de todo esto, porque sé que me ves. Cuenta conmigo. Pico a pico el copo de nieve.

[ocasoinefable]

Sigo dando vueltas [...]

Te veo entre los claros de la bisagra.

Tú respiro lleno de ausencia.

Llegó a tu boca, me inclino entre los bordes, repaso tu aliento, más no puedo hablar.

"Nos sabemos. Se reconoce cada sonido al conteo de los párpados, de los tuyos a los míos"

Y aún sin tener una explicación que no se contradiga y sea clara al lenguaje, ¿ El cómo Intranquilo en su fonema repite, de dónde...? le sostengo entre las manos frente a la nada.

"Me ves, lo veo al verte en mí. Lo sé, lo sabes"

Y Aún con recelo ante una futura locura, lo tengo por cierto...

Entre susurros camino por la casa, del adorno de la baldosa al grumo del techo, mientras vas de los pasos y presiento a tus huellas...

Llegas de repente,

de improvisto,

ahora o en un rato, pero llegas;

como el sonido de la lluvia, así el sol se esté derritiendo,

como la brisa a las hojas, aunque el hierro sea a su tallo inmóvil,

como el sonido al silencio,

Como la luz a la noche...

Así este doblando las líneas, acoplando el polvo, tirando del reflejo de las nubes sobre las calles o solo con con la mirada fija en la pared, te aguardo.

mis dedos te nombran,

los ojos te buscan,

te reconocen y te dicen sin decir...

al despertar,

esto está escrito. (Tu boca a mis labios. Tu saliva a mi silencio, al cuello que abre al exhalar otro espacio del tiempo)

Se sonríe mi boca. Se ve envolver la noche.

Dan vueltas la sombra de mi espalda contra la pared,

Retorno sobre los archivos, mientras rodeo tu asalto, mientras percibo tu voz,

con la certeza que vendrás,

que allí también me esperas.

[ocasoinefable]

Mi alma se descubrió siendo a la tuya (en su existencia y companía) aunque no hallan palabras, al verte en mis dedos lo sé [le hablo a mi silencio de ti]

[ocasoinefable]

No sé porque te sigo viendo en mis sueños. Deslizan las motas de las rosas en la pared... Recorro cada palabra que augurio que llega a ti, más la sostengo sin saberlo, solo bajo está redundante certeza que se vuelve al despertar. Aun no consigo desenredar mi lengua por tus caderas, por más que está hale de tus vellos y muerda con tu voz, ¿aun no sé... Cómo explicarme ante las preguntas que parecen razonables...? Es del hecho de que nos dice y sabe, del centro y la esencia, lo que nos busca; de tus manos a mis labios, de mi piel muda a tu respuesta, << Olvide como vivir un día sin pensar en ti>>, peligroso es eso de amar y querer, de ser y sentir entre dos caballos de fuerza doblando a cada minuto; de árboles, sol, luna y picas de lluvia al abrir de los párpados... se detiene el tiempo, no para en sus ilusiones, confía aun sin tener confianza, agota las respuestas, se enreda y come para volver alimentar de su piel y carne, de sus ojos y alma. No creo que se deje de amar, más tampoco que un cuerpo pueda soportar una eternidad bajo está forma sin exasperar al tiempo y la coherencia, sin consumir en su boca cada uno de sus huesos. [Al fondo del cuarto se abren dos sonidos buscando las manos, se esperan más no se encuentra al despertar. se recogen en sus líneas y caen en un par de segundos] Reviso las farolas y debajo de la luz voy a tus labios, quiero verte reír y sonrió por ello, quiero rozar los minutos y atraparlos en mis dedos. Ver la levita del aire rodando de tu nariz, no tan cerca o tan lejos, a la media que pueda extender los manos y andar por tu aliento y llevarle a mí con las pestañas. Se me junta la piel y las oraciones, la fe y la ternura, el deseo de tener y a la vez solo es solo hecho de dar con libertad, el cariño sin límite y la ansias de buscar tus ojos; se me juntan los contrarios, la paz y la locura, oprime el sonido hasta que estalla de silencio. De mis manos te siento, andas y te mueves. De los sueños que no son sueños porque así vivo los días.

[ocasoinefable]

(Soy, donde mi corazón se siente y se sabe, [de la literatura de tus ojos y el cielo de tus letras]) se sostuvo entre la no mención la última palabra, se mantuvo escondía entre la sonrisa y el silencio de una bombilla fundida a la pared. Al humo que deja la boca sobre un muelle frío, (con adoquines de sol)

[ocasoinefable]

Le escribí a las piernas del sol, con el deseo de a ser el río, de cerrar los ojos entre la noche y volver a sentir que tenía párpados. Le escribí al interior del silencio, para apagar mis dedos que tostaban las venas al soñar. El escribe en la profundidad del viento, para soltar mis manos de su sombras, dejar que sus labios se perdiera con el sabor del frío. Le llene los días con pláticas sin menciones, para sentarme luego sobre una acera y intentar hacer otro día de las pelusas y recuerdo... Recorte la ausencia y le coloque retazos de mi silencio, [escrito en mí] "sí lo olvido, Jerusalén" han de olvidarse las letras de mí, ha de ser de fuego los árboles y mis ojos vidrios al mar, aun así es imposible, también me habita su no escritura y su ausencia.

[ocasoinefable]

El sabor de tu letra tiene continuidad ... Gira sobre los puntos a la boca de un sueño. Se asoma aréola a la nieve que cae de tu voz, que riega los campos mientras aflora del cuello con tu nombre. Jadeo y sudor. el olor de brisa bajo tu ola, el roce de mis labios al bosquejo de tu manos, de la noche que te despierta en mi palabra. El ruiseñor siembra su pico en tu ombligo y mi nariz, salta de sus alas, mentiras nace contigo entre mis dedos y ramas. Viaja el hilo en la oscuridad que te pronuncia... recorre mi aliento, muerde la curva de mi risa, desciende entre la espalda, frente al vientre y habla de tu olor en mi mirada, hace de tus ojos mi silencio. La lluvia se mece sobre mi piel, toma tu forma y se vierte entre bermellón que tiembla de mis labios. A dos movimientos te acerco a mis besos, te hace caricia, como luz entre las hojas que llega cuando susurra de su halito a la corteza y danza con la ilusión que no se pronuncia más se guarda en cada movimiento. A dos trazos del aire te visto con mis pestañas, doy vuelta a tu cintura, la decoro con mi lengua y sonrió mientras sujeto los bordes y armó tus manos, mientras olvido las palabras y me fundo en ti; en la infinidad de tus palabras mudas.

[ocasoinefable]

[yo busco un encuentro de almas, en dónde la piel se encuentre en un mirada mientras se ve la marcha de los días, en donde se construya y deshaga la rutina entre risas, un espacio para serlo todo al tocar el nombre, al saberse y desconocer. Al fondo de lo que mueve, a la raíz de la esencia. voluntad y consciencia. Busco quizás algo que no está en este mundo, algo que ya me sabe y se sigue buscando. Busco con palabras mudas en los ojos, busco esperando. Quizás en otra vida o quizás a la retirada de la sombra, al eje central de los árboles en el mar]

“Sentí tu aroma inundando mis ansias, deje mis gemidos en el recuerdo de tus manos, tembló mi cuerpo al imaginar el roce con el tuyo… su fuerza calmaba los gritos de devorarle en una oración, la oscuridad de la noche se extiende por la espesura de su sabor, de su estructura y suavidad llenando mis noches en un tintero lucido y lleno de amor en cada detalle, sus labios tocando los míos, deleitaba mis sentidos y narcotizan mi vida, solo con una mirada me hace a su deseo”

Me pregunto tantas cosas sobre el mundo exterior (¿Qué se sentirá nacer y morir bajo otro cuerpo? ¿Qué tendrán las citas y sus frases de cajón? ¿Qué se respira en una mutua desnudez? ¿Qué tendrán los besos bajo risas? cómo sentirá verte en otros ojos y nacer como su pupila, como son las noches junto a otro latido que se incline a besar tus manos… me pregunto sobre el cauce de mi devoción y las ansias de brotar bajo aquel sueño)… Mis días pasean entre el cuarto y sus paredes de algodón, entre las telarañas y motas de polvo, entre libretas vacías y estantes de cristal… en las noches mojo mis labios entre sueños… He vivido dentro de mis palmas, he corriendo tras color a ser lino de mi boca, y he besando con mordedura y sangre el silencio. Se ha envuelto mi cuerpo entre letras y en la hoja he dejado mis gemidos con lo tierno de una sonrisa, la humedad entre los cabellos de un suspiro, el temblor y cosquilleo al abrir la boca y sonrojar las mejillas bajo un poema. Me entrego a la soledad y hacerle de mi piel su cuerpo, darle mis fantasías y beberle de su boca con perlas que lloran bruscas a la realidad, e indiferente ante la ausencia de mi vida…

Dime que me sueñas como yo te sueño, Que me llevas a tu boca junto a una sonrisa, que arrancas mi corazón y te lo comes a besos, que te pintas los labios con mi nombre, que nazco de ti con el fervor arrebatado de tu sangre… que me sientes al respiro de tu cuello, navegando entre tus vellos… y que aclamas a mis ojos rendidos a los tuyos… dime que también te ahogas junto a estas palabras que suplican latir con el cuerpo y dormir bajo la escritura…  declaro que entre este cuarto quiero morder a tu boca y hacer con la piel una caricia que aprenda en tu mirada.

tus labios cayendo a mi pecho, resaltando con respiros el rio de la boca, cercenando en espasmos el temblor de las piernas, tus labios riendo al silencio tocando mis palmas, fundiendo la saliva en tibio calor, tus labios encontrando mis oídos y haciendo música en el aliento, mis dedos tejiendo tus sueños, abrazando las lágrimas, llevándote a mi cuerpo como cuna a nido. Aun secas las manos  se remojan en tus ojos y se abrazan las ojeras… “Tú y yo” naciendo en un movimiento, tu sudor a mi piel y mi piel abriendo bosques en tus besos… los dos acorralando a el tiempo, llevando de nuestras gargantas un solo ritmo. Se desborda el rosado que se cubre de los dedos y entre un gélido suspiro me escondo a soltar las manos bajo el silencio: solo quiero repasar la horma de tus ojos con el coqueteo de mis pestañas, abrir la risa en tu color, inclinarme a tu nariz y darle un beso de botón, leerte libros que arriben en tus ideas y te hagan del cielo el crayón, tomarte de la mano y dar soplidos con la ternura de nuestros demonios, llevarte a mis labios y besarte en la frente mientras te arrullo con lluvia a roció. Quiero construir para los dos un nidillo en nuestras alamas, un lugar para descargar el dolor y volver a liviano al silencio de tus manos en mis manos.

[ocasoinefable]

[Tú, me sabes. Entiendes cada uno de mis espacios. Encuentras mi raíz en medio de tantas letras, me sabes contigo y te sé en mí. Con suavidad me tomas, con suavidad te tomo. Silencio, de tu ser al mío. El alma que pica en eternidad a la orilla, al centro del corazón]

[ocasoinefable]

Sé que el ave en tu pico: llega a mi boca con tu sonrisa, abre en una sola palabra (amor). Miraré las tardes, seré la ola de sueño y me quedaré allí. Tendré los días en mi silencio. Seré libertad en mi ser, arbustos y colinas. [Te espero], Amaré las horas en soledad. etérea se doblan mis manos, seré en la cuerda de una flor al reír ave.

Ocaso-Inefable

[ocasoinefable]

[Se mueven mis manos y hacen. Arrastran los grumos del techo entre el aire y desvisten el silencio, se presentan por ti al curso de mi boca. Son de usted, son a ti, y lo que intentan sonreír mis ojos]