#bromas divertidas
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(If you're uncomfortable with this ask I sorry, you don't need to write it!)
How about genshin men (your choice) who are "straight" ( ;3 ) reacting to accidentally getting hard while fighting m!reader
💖~ I couldn't wait to write this. I think you already know who it starts with ;3 omg when I was making the images I forgot that the fucking Nobile in english is Childe kdhkdhd /cry
Warning: suggestive, Male!Reader, Kaeya is a scoundrel | English is not my native language, so if I have made any mistakes in the translation, I am open to corrections | Content in spanish and english!
Spanish:
Sobretodo, sabe que es bien parecido y usa eso a su favor, probablemente haya joteado contigo en broma en alguna ocasión, pero es porque ustedes son amigos y nada más. O eso dice él.
Este hombre ama batallar tanto como necesita respirar, es el primero en pedirte una pelea para medir sus habilidades en combate.
Entonces en una pelea amistosa que tuvieron, apostaron que el perdedor sería quien pague la cena. Y no estabas dispuesto a pagar esta vez.
A Nobile le agradó ver tu determinación para romperle la cara y se puso al tú por tú contigo. La adrenalina de golpear sus cuchillas contra tu espada, dar tres pasos atrás y tratar de tirarte fue tanta que su respiración pesada lo obligó a soltar un gruñido cuando por fin pudo atraparte contra el suelo.
Ahora tenía un problema nuevo: te veías glorioso debajo de él. El sudor que resbalaba por tu frente, tu ceño fruncido y tus ojos que lo miraban como si desearías matarlo en ese mismo instante. Sus pantalones se apretaron alrededor de su entrepierna.
Dudó de su sexualidad por primera vez en su vida, y eso lo golpeó duro como un roble. Más duro que él en ese momento. Bromeó un poco acerca de cómo tendrías que invitarlo a una buena comida por perder y una patada tuya en su pierna lo alertó para volver a ver tu majestuoso rostro.
“No debería ser justo si te abalanzas contra mi.” Te habías quejado y él casi quería gritar cuando tus ojos iban bajando. Te ayudó a levantarte para que no vieras su problemita y no dejó de actuar raro por el resto de la cena.
Mantenía tus ojos en cualquier parte menos en su cuerpo por debajo de su pecho, bromeando con que te lo estabas comiendo con la mirada.
Definitivamente tenía en mente comer algo más, pero ahora debía pensar bien acerca de sí mismo y sus gustos antes de cortejarte oficialmente.
Itto y tu son amigos, compadres y camaradas en las peleas de bichos y casi que hermanos. Eres parte de la pandilla Arataki, tienes bien conocido al oni como a ti mismo.
La única razón por la que lo puse es porque sería una situación divertida.
Precisamente porque la amistad de ustedes dos es tan fuerte es que pueden darse el lujo de molestarse entre sí, hay veces en las que tiras de los cuernos de Itto para bajarlo a tu altura y él simplemente se queja para que lo sueltes y se vuelve como un toro mecánico.
Te sube sobre sus hombros y tú sostienes al toro por los cuernos para no salir volando, y entre más pelea da Itto, más puedes escuchar sus risas y sus quejas hasta que te hace caer por accidente.
Culpa suya, pero se disculpa.
Se apresura para sostenerte y ambos acaban cayendo, y el juego del toro mecánico pasa a ser unas pequeñas luchas en las que te retiene por los brazos para que no lo golpees, solo parejas el aire.
Algo dentro de la cabeza de Itto se enciende, algo extraño dentro de su estómago da un vuelco cuando su rostro burlón pasa a uno de sorpresa al verte realmente sonriendo mientras te quejas con que es un hombre gigante y no puedes aguantar su peso.
Se queda en blanco un rato cuando nota que su amigo se asoma para seguir viendo lo lindo que resultas ser, pero el gran Arataki Itto decide que es suficiente diversión por hoy y debe ir a hacer otras cosas por la pandilla. Lo que se traduce a que va a buscar a Kuki para decirle que cree que está enamorado y su pito es la prueba.
No te sorprendas si empieza a ser más gentil contigo, él espera con ansias pelear contigo otra vez, pero no puede evitar pensar en que solo quiere dejar marcas de sus manos en tu piel de una manera no agresiva.
Él era un romántico, por lo que siempre hablaba y buscaba consejos para tratar de conseguir pareja, pero nunca se daba la ocasión con nadie. Eso lo hacía un poco triste, pero tenías formas de hacerlo olvidar las cosas por un rato.
Ya han habido veces en las que los confunden con una pareja, aunque lo suelen negar de inmediato porque obviamente a Lyney le gustan las chicas y se puede ver cuando te contaba cómo una chica que fue a uno de sus shows le pareció linda.
Encantador y dulce mago, realmente no le gustaba la idea de pelear contigo hasta que la propuesta fue para mejorar en el combate. Lyney se considera un luchador capacitado, pero pasar tiempo contigo jamás va a ser negado si se trata de ti.
Esquivas sus flechas y te acercas a él con una espada lista para tocarlo, él se aleja lo más rápido posible para hacer distancia y asegurar una flecha en su arco mientras calcula tu siguiente movimiento. Pero claro, no estaba muy al tanto de tu mejora en batalla estos últimos días para cuando te acercaste lo suficiente para tirarlo.
No querías que se lastime, por lo que sostuviste su cabeza antes de que chocara contra el suelo, manteniéndote sobre él y sin ninguna otra escapatoria. Tu respiración por encima de él, tu pecho que subía y bajaba de forma errática y la cercanía en general hicieron que su corazón casi se le salga por la garganta al ritmo de su sangre llegando a sus mejillas.
Casi sintió que temblaba debajo de tu toque, y por alguna razón eso le gustó.
Sus shorts simularon una carpa en sus pantalones y cuando lo notó casi quiso llorar. La imagen de tu pierna entre las suyas, tan cerca de sus muslos, casi lo mata. Sintió que moriría en ese mismo momento hasta que notaste su cansancio y lo ayudaste a levantarse.
Lynette tuvo que soportar el pánico de su hermano, que chillaba mientras trataba de explicarle de manera sana que no le gustaban las chicas y que lo había descubierto de una manera… distinta y no planeaba hablar más a fondo de ello.
Luego de que su pánico pasa, él empieza a avergonzarse más fácilmente cerca de ti. Y qué extraño, te empiezan a llegar flores Romaritimas a tu casa sin explicación.
Carajo, me lo imagino quejándose contigo porque hay alguien más que te coquetea, todo como una maldita broma.
Con este sinvergüenza ya tenías tensión sexual disfrazado de jotería. Son amigos que salen a emborracharse cuando se juntan, hablan y te has sentado en su regazo más de una vez como una broma.
Pero pasando al asunto importante. Ustedes dos son amigos, por lo que cuando tuviste que irte a una expedición, Kaeya te deseó suerte con una botella en la mano y te dejó ir.
Luego se da cuenta de que le falta su compañero de copas favorito, al punto en que Rosaria lo empieza a llamar una esposa desesperada por su esposo. Y en cierto modo tiene razón.
Cuando llegas y eres recibido en mal estado, se preocupa como lo haría con cualquier amigo, y cuando te abres con él acerca de haber perdido el toque para la batalla, él se ofrece a descubrirlo y ayudarte, por lo que ahí lo tienes, enseñándote cómo lo hace un verdadero caballero. Palabras suyas.
Lo haces bien, pero Kaeya lo hace mejor, y es un recordatorio de su posición como tú superior. Sabe blandir su espada mejor, sabe esquivar más rápido y da estocadas más precisas. Por lo que te frustras y empiezas a luchar contra él como si fuera un enemigo real.
Le gusta verte así, tanto que siente su excitación crecer. Y Kaeya es un hombre que conoce sus placeres, por lo que no tiene reparo en por fin dejar todos los juegos y te acorrala con facilidad contra el muro más cercano. Su objetivo no es provocarte o amenazar, sino que sientas lo que está pasando en su cabeza y en sus pantalones.
De ti depende si aceptas o no. Pero si lo haces, no te va a soltar hasta desquitar todas las verdades que soltó como una broma. Cómo ya deseaba que fueras suyo, que lo tuvieras a él también.
Mira que suerte, tienes nuevo maestro y novio. Kaeya piensa que es lo mejor que te ha podido pasar en tu vida.
English:
Above all, he knows that he is good looking and uses that to his advantage. He has probably joked around with you on occasion, but it's because you are friends and nothing more. Or so he says.
This man loves to battle as much as he needs to breathe, he is the first to ask you for a fight to measure his combat skills.
So in a friendly fight you had, you bet that the loser would be the one who paid for dinner. And you weren't willing to pay this time.
Childe was pleased to see your determination to break his face and he went toe-to-toe with you. The adrenaline of slamming his blades against your sword, taking three steps back, and trying to throw you off was so much that his heavy breathing forced him to let out a grunt when he was finally able to pin you to the ground.
Now he had a new problem: you looked glorious underneath him. The sweat that ran down your forehead, your frown and your eyes that looked at him as if you wanted to kill him right then and there. His pants tightened around his crotch.
He doubted his sexuality for the first time in his life, and it hit him hard as an oak. Harder than he was at that moment. He joked a little about how you'd have to give him a nice meal for losing and a kick from you on his leg alerted him to see your majestic face again.
“It shouldn't be fair if you lunge at me.” You had complained and he almost wanted to scream when your eyes were lowering. He helped you up so you wouldn't see his little problem and he didn't stop acting weird for the rest of the dinner.
He kept your eyes anywhere but on his body below his chest, teasing that you were ogling him.
He definitely had something else on his mind, but now he had to think hard about himself and his tastes before officially courting you.
Itto and you are friends, compadres and comrades in bug fights and almost like brothers. You are part of the Arataki gang, you know the oni as well as yourself.
The only reason I put him in this was because it would be a fun situation.
Precisely because your two friendships are so strong that you can afford to annoy each other, there are times when you pull on Itto's horns to bring him down to your height and he just whines for you to let go and becomes like a mechanical bull.
He lifts you onto his shoulders and you hold the bull by the horns so you doesn't fly away, and the more Itto fights, the more you can hear his laughter and his complaints until he accidentally makes you fall.
It's his fault, but he apologizes.
He rushes to hold you and you both end up falling, and the game of the mechanical bull turns into a small fight in which he holds you by the arms so that you don't hit him, you just hit the air.
Something inside Itto's head lights up, something strange inside his stomach flips when his mocking face turns to one of surprise at seeing you actually smiling while you complain that he's a giant man and you can't stand the weight of him.
He goes blank for a while when he notices his friend peeking in to continue seeing how cute you turn out to be, but the great Arataki Itto decides that's enough fun for today and he should go do other things for the gang. Which translates to him going to find Shinobu to tell her that he thinks he is in love and his dick is the proof.
Don't be surprised if he starts to be gentler with you, he's looking forward to fighting you again, but he can't help but think that he just wants to leave his hand marks on your skin in a non-aggressive way.
He was a romantic, so he always talked and looked for advice to try to find a partner, but he never took the chance with anyone. That made him a little sad, but you had ways of making him forget things for a while.
There have already been times when you are mistaken for a couple, although you usually deny it immediately because Lyney obviously likes girls and you can see it when he told you how a girl who went to one of his shows seemed cute to him.
Charming and sweet magician, he didn't really like the idea of fighting you until the proposal was to get better at combat. Lyney considers himself a trained fighter, but spending time with you will never be denied if it's about you.
You dodge his arrows and approach him with a sword ready to touch him, he moves away as quickly as possible to make distance and secure an arrow in his bow while calculating your next move. But then, he wasn't very aware of your improvement in battle these last few days by the time you got close enough to throw him.
You didn't want him to get hurt, so you held his head before he hit the ground, keeping you on top of him with no other escape. Your breathing above him, your chest rising and falling erratically, and your general closeness made his heart almost jump out of his throat at the rhythm of his blood reaching his cheeks.
He almost felt him tremble beneath your touch, and for some reason he liked that.
His shorts simulated a tent in his pants and when he noticed it he almost wanted to cry. The image of your leg between his, so close to his thighs, almost killed him. He felt like he would die right then and there until you noticed how tired he was and helped him up.
Lynette had to endure the panic of his brother, who screamed as he tried to explain to her in a healthy way that he didn't like girls and that he had discovered it in a... different way and he didn't plan to talk about it further.
After his panic wears off, he starts to get embarrassed more easily around you. And how strange, Romaritime flowers start arriving at your house without explanation.
Hell, I can imagine him complaining to you because someone else is flirting with you, all as a fucking joke.
With this mf you already had sexual tension disguised as jokes. You are friends who go out to get drunk when you get together, talk and you have sat on his lap more than once as a joke.
But moving on to the important matter. You two are friends, so when you had to leave on an expedition, Kaeya wished you luck with a bottle in his hand and let you go.
Then he realizes that he is missing his favorite drinking buddy, to the point where Rosaria starts calling him a desperate wife for his husband. And in a way she is right.
When you arrive and are greeted in a bad state, he worries as he would any friend, and when you open up to him about having lost your touch for battle, he offers to find out and help you, so there you have it, teaching you how a true knight does it. His words.
You do it well, but Kaeya does it better, and it's a reminder of his position as your superior. He knows how to swing his sword better, he knows how to dodge faster and deliver more precise thrusts. So you get frustrated and start fighting him as if he were a real enemy.
He likes seeing you like this, so much that he feels his arousal growing. And Kaeya is a man who knows the pleasures of it, so he has no qualms about finally giving up all the games and corners you with ease against the nearest wall. His goal is not to provoke or threaten you, but to make you feel what is going on in his head and in his pants.
It's up to you whether you accept it or not. But if you do, he won't let you go until you get even with all the truths he let out as a joke. How he already wanted you to be his, to have him too.
Look how lucky you are, you have a new teacher and boyfriend. Kaeya thinks it's the best thing that could have happened to you in your life.
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⤷ ❝DEVILISH❞ — jjk (s.m)
⤷ Especial de Halloween 🎃 | Devilish Tráiler 🎃
➤ Pareja: jungkook!demonio x lectora!fem
➤ Recuento de palabras: 10.6k
➤ Género: smut y obscenidad!
➤ Resumen: Al demonio Jeon Jungkook le encantaba arruinar cosas demasiado inocentes, así que andaba vagando por la tierra en busca de la inocencia pura para corromperla, que casualidad que esa inocencia la haya encontrado en ti.
➤ Advertencias: 20+ | lenguaje maduro y explícito | Jungkook es un íncubo de demonio | deseo de corromper la inocencia | temas religiosos | mucha manipulación por parte de Jungkook | la lectora es demasiado tímida en cuanto a su placer | charla sucia | masturbación | palabras ofensivas | halagos y bromas durante el sexo | sexo oral (r. lectora/Jungkook) | juego y estimulación del clítoris | mucha sobreestimulación | lágrimas | nalgadas | jalar del cabello | sexo duro | sexo sin protección | mención de cantidades obscenas de semen | Jungkook es un demonio y tiene un gran pene!
➤ Si no eres mayor de 18 años, POR FAVOR, no leas. Si lo haces es bajo tu propia responsabilidad, ten en cuenta las advertencias.
➤ Devilish Tráiler
♥︎ softpxachy's
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❛Ella era una santa, y aún así, había un poco de perversidad en sus ojos de ángel.❜
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Jungkook siempre había tenido cierta preferencia por los inocentes.
No era algo que él hubiera cultivado a propósito, no, simplemente comenzó a mostrarse un patrón extraño y repetitivo que Jungkook no podía definir del todo.
Todo lo que sabía era que la inocencia era especialmente divertida de romper, de manchar con su toque perverso, de ver cómo se desmoronaba en un caparazón vacío de lo que alguna vez fue.
Y la estuvo buscando por tanto tiempo, esa inexperiencia, esa confusión angelical, con un hambre atronadora, sólo para terminar hundiendo los dientes en su presa con un deleite inigualable una vez que la encontraba.
Paradójicamente, a Jungkook no le gustaban tanto las vírgenes. Extraño, lo sabía. Pero las vírgenes le daban demasiado trabajo, lo que al final no era tan fructífero como a él le gustaba; se dió cuenta de que la mayoría de los humanos no estaban muy interesados en perder su virginidad con un demonio y, bueno, no era porque alguien que fuera virgen significaba que también era inocente, eso lo sabía.
Y esa siempre fue su prioridad, al final de todo.
La verdadera inocencia era difícil de encontrar, y esa era la parte más frustrante de toda la ecuación. A lo largo de todos sus años vagando por la tierra en busca de almas para corromper, Jungkook pensó que podía haber encontrado esa marca especial de pureza solo un puñado de veces. Sin embargo, era tan inmaculado, tan embriagador, que era todo en lo que podía pensar.
Entonces, cuando finalmente te encontró, pensó que estaba a punto de volverse loco.
De vez en cuando, el universo cambiaba de tal manera que todo encajaba en su lugar. Cómo ser inmortal, Jungkook vió que eso sucedía una y otra vez: imperios que se elevaban y caían, almas gemelas que se encontraban por casualidad, y que la cura de una enfermedad horrible se descubría por accidente. Y fue esa misma energía incidental, probablemente catalizada por su voraz deseo, la que lo llevó directamente a tu casa.
Bueno, quizás no había sido tan poético. Pero decir que los adolescentes rebeldes que tenían una fiesta de pijamas en el piso de arriba lo habían invocado por error a tu complejo de apartamentos no tendría exactamente el mismo impacto.
Pero a pesar de eso Jungkook nunca fue alguien que mordiera la mano que lo alimentaba; como una criatura de las sombras, tenía que existir como un alimentador inferior, recibiendo lo que el universo había dado y convirtiéndolo en algo que pudiera usar con gusto.
Incluso si se había sentido frustrado por todo el fiasco de la ouija; encender y apagar las luces y levitar vasos de agua no eran precisamente sus pasatiempos favoritos que digamos, prácticamente tardó unos dos segundos en detectar el dulce y afrodisíaco aroma de un alma inmaculada que lo llamaba. Y estaba cerca. Muy cerca.
En pocas palabras, los adolescentes terminaron teniendo una conversación espiritual muy decepcionante con una entidad tramposa que Jungkook puso como remplazo antes de ser llevado directamente hasta su comida favorita. Y esa había sido una completa victoria en su libro.
El demonio quería tenerte desde el primer segundo en que te vio. Jungkook se hundió instantáneamente en tu alma como si se tratara de un horno calentando la totalidad de su cuerpo; un hermoso resplandor blanco, el color dorado que emanaba de tu piel y el adorable brillo de ingenuidad en tus ojos lo tentaban a alimentarse tanto de ti como si se tratara de una sirena llamando a un marinero solitario.
No tenía ninguna duda de que finalmente había encontrado lo que tanto había estado buscando todo este tiempo, alguien tan delicado y puro que adoraría ver derrumbarse por completo a él, y Jungkook realmente quería arruinar esa bonita alma tuya.
Y qué alma tan bonita tenías. Jungkook se quedó ahí contigo sólo para descubrir que sus primeras impresiones de ti, independientemente de lo fascinantes que ya habían sido desde el primer segundo, eran solo la punta del iceberg: el demonio te veía convertirte en todo un desastre abrumado y jadeante cada vez que uno de tus amigos comenzaba a hablar sobre sexo; le sorprendió bastante descubrir que luchabas mentalmente con tus impulsos de deseo y que te acostabas frustrada todas las noches porque pensabas que era algo demasiado sucio masturbarte porque simplemente te sentías avergonzada, e incluso abrumada, ante la simple idea de tu propio placer.
Ese solo pensamiento lo hizo salivar.
Jungkook sabía que no eras virgen, eran imposibles de pasar por alto, y por eso no podía entender el por qué de tu vacilación y vergüenza cuando se trataban de esos temas. No había notado ningún rastro de culpa religiosa o algo por el estilo, no creía que tus padres fueran especialmente sobreprotectores.
Era solo que eras tan... tímida.
Y eventualmente se dió cuenta de que eras un hallazgo exquisito, el más grande de todos, una cosita perfecta creada sólo para que él la destruyera; un humano tan tímido con moral pura y deseos reprimidos. Eras demasiado buena para ser verdad. Hecha a mano única y exclusivamente para él.
Y por eso Jungkook decidió esperar. Se contuvo durante mucho tiempo, observándote de cerca, aprendiendo todo lo que podía de ti y pensando en cómo procedería con sus diabólicos planes antes de, finalmente, decidir que era hora de presentarse ante ti. La parte más desagradable de todo este proceso, independientemente de la persona con la que estuviera tratando, dar una buena primera impresión siendo un demonio a menudo no iba tan bien como cualquiera esperaría.
Sí, gritaste, maldijiste y lloraste desde el primer momento en que estuvo frente a ti en su forma natural. Sí, te arrodillaste en una esquina y rezaste durante dos horas seguidas con el rosario de tu abuela en manos. Sí, incluso trajiste a un sacerdote para exorcizar todo el lugar, sólo logrando que el demonio sintiera un poco de náuseas durante unos tres días, pero Jungkook realmente pensó que todo el calvario fue lo suficientemente bien a lo que esperaba. Él había tenido peores experiencias en el pasado y sabía que después de un tiempo, eventualmente te adaptarías a su presencia. Y tal como esperaba, fuiste lo suficientemente pura como para intentar verle algún tipo de salvación. Fue casi lindo.
Parecía como si de alguna forma pensaras que Jungkook era una especie de prueba religiosa, tal vez un alma perdida en busca de orientación. Fuera lo que fuera, le abrió una puerta para que se instalara dentro de tu casa en una base de cautelosa confianza en la que podía pararse sin peligro alguno.
Para ser justos, él tuvo la culpa de eso ya que instigó un poco ese proceso. Jungkook a lo largo de todos los siglos que llevaba habitando en la tierra había aprendido que a veces una ofrenda de paz era suficiente para hacer que alguien creyera en él, y no dudó en aprovechar eso contigo. Él sabía que sólo necesitabas un pequeño empujón.
— Me iré si es lo que quieres, cariño.
Te había dicho durante una noche particularmente tormentosa, apoyado contra la encimera de la cocina con total indiferencia. Un vaso de vidrio se había esparcido por todas las baldosas de madera después de que él te sorprendiera con su materialización aleatoria, y estabas demasiado asustada para pasar por encima del vidrio roto y correr a encerrarte en tu habitación.
— Pero hablemos un rato. Soy un demonio, pero no soy malvado. No estoy aquí para robarte el alma o algo así.
Lo cual era completamente falso, sobretodo lo de la parte del alma, esa no era su especialidad, pero dudaba que siquiera te importara ya que a los humanos les encantaba escuchar bonitas mentiras para poder consolarse con ellas. Querías ver algo de bondad en él, eso era todo lo que necesitabas para poder encontrarle sentido a toda la situación y al por qué estaba ahí contigo, y una solicitud de tu consentimiento parecía ser suficiente.
Además, Jungkook no era un tonto cuando se trataba de sus ventajas demoníacas: sabía lo que era, sabía que su imagen cambiaba constantemente, reflejando a la pareja ideal de uno. No sabía qué rostro veías ni la voz que oías, pero sabía perfectamente que era tentador, demasiado, sabía que te enamorarías de él y de su imagen. Después de todo, él fue creado para eso, para ser moldeado según los deseos más íntimos de las personas, y vaya que le funcionaba bastante bien.
Así que no se sorprendió cuando aceptaste unirte a él en un diálogo inofensivo, una pequeña charla tonta no podría ser un problema, ¿verdad? No era como si fueras a vender tu alma por un saco de papas fritas por error o algo así, ¿verdad?
Y de hecho, la pequeña plática había estado bien. Bueno, más o menos.
Incluso si todavía desconfiabas de Jungkook y sus travesuras demoníacas, porque como si hubiera sido por arte de magia; te habías olvidado de ese pequeño detalle tan importante e inhumano, gradualmente le permitías entrar en tu vida cada vez más, abriendo la brecha en tu mente y dándole paso libre a que comenzara a hacer lo que quisiera contigo.
Llegó un punto en el que básicamente estaba conviviendo contigo, apareciendo en el momento más aleatorio del día para molestarte durante una reunión de trabajo o soltando burlones comentarios sobre los horribles chicos que veías todos los sábados por la noche. Jungkook se fue convirtiendo en una agradable conversación durante el desayuno y una sesión de chismes a altas horas de la noche después de haber pasado todo el día espiando a tus ruidosos vecinos. Fue divertido. Él era amable. Parecía que le importaba, como si estuviera tratando de hacer su presencia mucho mejor a como fue al principio.
Gran error; empezaste a confiar en él y a quererlo allí contigo. Y eso le permitió moverse hacia las partes más… interesantes de su plan.
Los sueños eróticos y las fantasías sexuales que Jungkook ponía en tu mente muy a menudo eran demasiado, te despertaban con una gran mancha de humedad en tus bragas y un dolor insoportable entre las piernas.
Gimoteaste mientras dormías y buscaste a tientas en la cama algo con lo que calmar tu calor hasta que finalmente te despertabas sin aliento, tirando de las sábanas mientras tratabas de ignorar esos impulsos carnales. Las imágenes eran tan vívidas, los toques aún perduraban en tu piel y el placer de los actos con los que habías soñado aún florecía dentro de tu abdomen y era increíblemente difícil dejarlo ir. La idea de hundir tu mano debajo de tu ropa interior y lidiar con esa frustración acumulada se volvió cada vez más tentadora cada noche.
Pero no. No podías permitirte hacerlo. No sabiendo que era Jungkook el único causante de todo esto.
Durante los primeros días te las arreglaste para ignorarlo y seguir adelante con tu rutina y tratar de eliminar todas esas sensaciones e imágenes en los rincones más oscuros de tu mente para no tener que pensar más en ellas. Sin embargo, se hizo cada vez más difícil dejarlos ir y, en contra de todas las fibras de tu moral, eventualmente todas las noches te encontrabas con ganas de querer quedarte dormida solo para poder experimentar ese placer abrumador de nuevo, aunque solo fuera en tus sueños.
Lo dejaste a un lado todo lo que pudiste, hasta que simplemente fue demasiado. El deseo te consumió por completo hasta que no quedaba nada para mantenerlo unido. Y finalmente cediste.
Fue algo magnífico, ver cómo esas primeras grietas en tu inocencia se iban formando. La vergüenza que impregnó tus rasgos cuando finalmente te diste cuenta de que estabas demasiado caliente para pensar correctamente, el aleteo de tus pestañas cuando dejaste que tus dedos jugaran con tu clítoris como si estuvieras descubriendo tu placer por primera vez.
Noche tras noche, Jungkook se escondía en las sombras de tu habitación y te veía llorar y gemir mientras te masturbabas de una forma tan hermosa que nunca antes había visto, con tu mano viajando hacia tu boca cada vez que te atrevías a hacer un sonido fuerte; era como si temieras que alguno de tus vecinos pudiera escucharte jugando contigo misma, como si no quisieras que la gente supiera que estabas haciendo algo tan sucio. Casi parecías culpable, Jungkook notó como tu entrecejo estaba fruncido y tus bonitos ojos estaban cubiertos por un fino velo de lágrimas, y le encantó, quería llevar esa imagen tuya en tu punto de placer por toda la eternidad.
Tu agonizante autocomplacencia hizo que cada jodido segundo que había esperado valiera la pena.
Pero en el momento en que bajabas de tu euforia, incluso a veces después de que te permitias tu segundo o tercer orgasmo consecutivo, todo se había ido, y él siempre se quedaba con un hambre aún más fuerte por tenerte.
Sin embargo, Jungkook fue paciente.
Quería verte romperte por completo antes de poder probar tu sabor; quería que le suplicaras que te tocara en lugar de que él te pidiera permiso. Así que siguió adelante con su pequeño juego: si todo salía como debía, serías tú quien suplicaría más al final, hundiéndote en tu propia perdición sin siquiera darte cuenta del lío que estabas creando.
Y por supuesto que todo sucedió como él quería.
Te tomó algunas semanas más reunir el valor para enfrentarte a él, pero llegaste a un punto en el que simplemente no pudiste reprimirlo más.
— Sé lo que estás haciendo.— Le dijiste con severidad, entrando en la sala de estar con los brazos cruzados sobre tu pecho y con la respiración acelerada.
Era una brillante mañana de verano y los pájaros cantaban afuera, la dorada luz del sol se detuvo repentinamente cuando encontraste la figura oscura y melancólica en tu apartamento. Entonces, solo estaban las sombras de su presencia y el nefasto brillo anaranjado en sus ojos. Siempre se veía así, como si estuviera viviendo en una dimensión propia, eligiendo ser afectado por (o afectar) el mundo material o no. Jungkook realmente era un ser de otro mundo, tan peligrosamente cerca de un ángel pero tan lejos de serlo.
El demonio sólo tarareó ante tus palabras, tirado en tu sofá como si se lo debiera. Llevaba una bata de satén roja esa mañana, abierta hasta por encima de su abdomen; dejando a la vista la piel caramelo de su pecho musculoso, y juraste que tu mente se quedó en blanco por un segundo.
— ¿Haciendo qué, cariño? — Jungkook respondió con los ojos enfocados en el libro que tenía en la mano acerca de una extraña teoría humana sobre la sexualidad que le pareció increíblemente divertida.— Tienes que ser más específica, hago muchas cosas en mi tiempo libre.
Suspiraste profundamente, claramente molesta y Jungkook pensó que olías particularmente delicioso ésta mañana, notó rastros de tu humedad aún adheridos a tu ropa interior, y tuvo que reprimir un gruñido de su garganta; actuar sin ser afectado a veces le era realmente difícil.
— Sabes de lo que estoy hablando.— Dijiste sin titubeos, Jungkook adoraba lo directa que te habías vuelto, evitando esas oraciones tartamudeantes que solías lanzar en su camino. Después de todo, estabas acostumbrada a él. Había hecho un gran trabajo derribando tus defensas.— Estás poniendo estos... pensamientos en mi cabeza. Y haciéndome soñar cosas…
Directo, pensó, pero todavía eras incapaz de hablar abiertamente sobre temas tan lascivos. Después de todo, todo lo que había logrado había sido un proceso gradual.
Jungkook enarcó una ceja, pero no apartó la mirada de la página del libro; ese hombre, Freud, era muy gracioso.— ¿Qué pensamientos, cariño?
Pusiste los ojos en blanco ante su actitud, pero el calor en tus mejillas delataba tu vergüenza. Jungkook sabía que no lo dirías, solo quería verte luchar con la simple idea de hacerlo.
— Ya sabes cuáles, Jungkook.— Otra respiración pesada te dejó y de repente estabas perdiendo la calma.— Lo estás haciendo a propósito.
— A lo mejor sí lo estoy haciendo.— Jungkook levantó la mirada del libro y te miró fijamente, tus hombros cayeron y todo el vigor abandonó tu cuerpo una vez que lo miraste a los ojos.
Era su apariencia, su aura, la chispa amenazante en su mirada crepuscular: todo te golpeó de una vez, en una solicitud silenciosa para que fueras un buen humano y revisaras tu postura a su alrededor.
— O tal vez es sólo tu asquerosa mente actuando, bebé. No puedes culparme por lo que tu cuerpo quiere.
Y, cuando su mirada volvió al libro, te diste cuenta de que la conversación, por muy breve que haya sido, ya había terminado.
Lo curioso de toda la situación en la que estabas envuelta fue que nunca le pediste a Jungkook que se detuviera. Y te diste cuenta de que era porque una parte retorcida dentro de ti en realidad lo estaba disfrutando; todas esas bromas, esos sueños vulgares, la frustración sexual que te inundaba cuando bajabas del orgasmo.
Cuanto más jugabas contigo misma, más llegabas a admitir que no era suficiente; siempre te sentías vacía, agitada, tratando de encontrar algo que no podías alcanzar sola.
Nunca era suficiente. Era como si estuvieras en un borde infernal y perpetuo que te empujaba hacia las paredes de lo impuro.
Y para empeorar las cosas, sabías a ciencia cierta que podías expulsar a Jungkook en cualquier momento y poner fin a toda esta tortura, lo habías investigado y el mismo Jungkook lo había confirmado. Los demonios no podían quedarse por mucho tiempo si el humano no consentía su presencia, pero había algo en ti que realmente lo quería allí.
Querías que su calidez te rodeara, querías que su voz melosa y profunda te dijera todo lo que querías escuchar. Era una presencia embriagadora, un suave zumbido en el fondo de tu mente, sentías el deseo de que te abrazara, de que te tocara, de que te hiciera suya aún si eso estaba moralmente mal.
Jungkook te había arruinado de tal manera que, incluso si le pedías que se fuera, sabías que la mancha que había dejado se quedaría por mucho más tiempo dentro de ti.
Era aterrador ver a un demonio como pareja sexual, pero, ¿cómo no verlo así? Jungkook era la criatura más atractiva que alguna vez pudiste llegar a imaginar, todo lo que hacía, cada pequeño movimiento o parpadeo de su mirada, era tan sexual que casi te hacía jadear ante su sola presencia.
Se burló de ti: te susurró al oído y te abrazó por la espalda; acarició tu rostro y recorrió con sus ojos oscuros todo tu cuerpo, y solo podías pensar en lo deslumbrante y encantador que era; querías sentir sus suaves y bonitos labios sobre los tuyos, querías sentir sus grandes manos sobre tu piel, apretando tu cuerpo contra él y jugando contigo, querías tenerlo dentro de ti; llenándote hasta el fondo, querías recostarte y dejar que él hiciera todo lo que quisiera contigo.
La idea de hacer todo eso con un demonio, independientemente de lo amable que fuera contigo, era absolutamente una locura, lo sabías, pero simplemente no estabas pensando con claridad a este punto.
Sólo podías pensar en él — Jungkook, Jungkook, Jungkook — y sabías que tus propios deseos no fueron plantados por él. El demonio simplemente había instigado algo que ya existía dentro de ti, una pequeña llama a la que él le arrojó gasolina, y ahora estabas mirando cómo incendiaba toda tu mente.
Lo querías. Y tenías que tenerlo.
Así que lo hiciste.
Esas noches vívidas y de pensamientos lujuriosos alcanzaron un nivel de incomodidad que; después de despertarte de otro sueño húmedo, llamaste a Jungkook como si fuera tu segunda naturaleza, rogándole que hiciera algo, cualquier cosa para liberarte de este deseo que te estaba inundando el cuerpo. Y para tu deleite, el demonio apareció con la misma rapidez, dejándote ver un hermoso y diabólico destello de lujuria brillando en el fondo de su mirada y a través de su sonrisita burlona.
— Cosita bonita…— Se había murmurado para sí mismo, de pie junto a tu cama. Estabas sentada en el borde, mirándolo como si fuera tu propia versión de la salvación, pero en ese momento, ya no te importaba lo que era ni la intención oculta que pudiera tener. Todo lo que sabías era que te volverías loca si él no te ayudaba a lidiar con el deseo que había instigado en ti.— ¿Te pusiste caliente y ahora necesitas mi ayuda con eso?
— Sí…— Dijiste con el pecho agitado. Las escenas de tu sueño indecente aún estaban vivas en tu mente, el fantasma de tu placer aún seguía nadando dentro de tu piel. Había una sensación húmeda y pegajosa entre tus piernas que odiabas y adorabas al mismo tiempo haciéndote pedazos junto al hormigueo de la anticipación llenando tu núcleo.— No sé lo que me estás haciendo, pero... ya no me importa. Ayúdame, Jungkook, por favor…
Él sonrió y su cabello negro cayó sobre sus ojos, haciéndolo lucir mucho más encantador, el calor de su palma se encontró con tu muslo desnudo haciéndote temblar, todo se intensificaba cuando Jungkook estaba contigo, cada toque era el cielo y el infierno al mismo tiempo.
— Qué humana tan sucia…— Murmuró por lo bajo comenzando a deslizar su mano hacia arriba por todo lo largo de tu pierna; mimando tu piel con calma y acercándose peligrosamente a tu entrepierna solo para comenzar a frotar su dedo índice por la mitad de tu entrada; ejerciendo una presión especial sobre tu clítoris vestido haciéndote ahogar un gemido, y como era de esperarse, sus dedos se sentían mucho mejor que los tuyos.— ¿Quieres que juegue con tu coño, cariño? ¿Quieres que te haga sentir bien?
No podías asentir con la cabeza lo suficientemente rápido, todas las inhibiciones que alguna vez llegaste a sentir antes de que Jungkook apareciera en tu vida se hicieron a un lado sin pudor alguno.
Te sentiste extraña haciéndolo; nunca habías estado tan desesperada sexualmente en tu vida, y no sabías dónde terminaba su influencia y dónde comenzaban tus propios impulsos. Quizás eras tan culpable como él, tan incapaz de luchar contra tus propias tentaciones.
— Necesito oírte decirlo.— Jungkook murmuró apartando el encaje de tus pantalones cortos de pijama lentamente, disfrutando con el sonido de tu laboriosa respiración. Podía oler tu excitación explotando a su alrededor e inundando toda la habitación; era ese olor dulce y tan adictivo que lo estaba haciendo perder la cabeza, y ya podía sentir su miembro endureciéndose dentro de sus pantalones de una forma tan dolorosa.— No puedo hacer nada a menos que me lo digas.
Tragaste saliva, ahogándote con sus propias palabras por un segundo. No podías creer que estuvieras a punto de pedirle eso, y la simple idea hacía que tus mejillas ardieran.
— Quiero... quiero que juegues con mi coño…— Las palabras salieron en un lío tembloroso de tu boca, cayendo una encima de la otra de una forma arrítmica. Si era por lujuria o vergüenza, no se podría decir.— Quiero que hagas que me corra, por favor. No puedo soportarlo más, no puedo hacerlo yo sola….
Pensaste que tal vez si él te ayudaba, tal vez todo se detendría, esas intensas oleadas de hambre, ese deseo insaciable dentro de tu pecho. Quizás eso era todo lo que necesitaba de ti. Y luego todo volvería a la normalidad.
Incluso si no estabas segura de que realmente querías que eso sucediera.
Jungkook era consciente del hecho de que nunca antes te habían practicado un buen sexo oral (cortesía de tu única y terrible pareja sexual en el pasado), así que uso eso a su favor, como todo lo que había hecho para que terminaras en esta situación, rogando por él.
Fue realmente una tortura ver la forma en la que Jungkook se estaba tomando todo el tiempo del mundo antes de darte lo que tanto querías, era como si estuviera disfrutando con tu desesperación e impaciencia, y cuando por fin lo viste hacerse espacio entre tus piernas y a su aliento caliente acariciar la piel tan sensible de tu entrepierna dejaste escapar un suspiro tembloroso mientras tus caderas se elevaban en busca de él haciéndolo reír. Hubo un momento de silencio que fue cortado por un agudo gemido que brotó de tus labios en cuando sentiste a Jungkook deslizar su lengua por tus húmedos pliegues, comenzando a lamer y chupar todo de ti.
Internamente agradecías el hecho de fuera Jungkook el primero que te estuviera dando este tipo de placer, porque joder que lo hacía tan bien, Jungkook se sentía tan bien, sus labios devorándote por completo se sentían tan bien, su lengua tan caliente y pecaminosa deslizándose y recogiendo todo de tu sabor para probarlo y degustarse con él se sentía tan bien, y los audibles y guturales gruñidos que dejaba escapar contra tu piel sensible se sentían mucho mejor, era como si todo en él gritara lujuria y placer, y cuando menos te diste cuenta, tus manos ya se encontraban enredándose en su cabello negro para aferrarlo más contra ti mientras tus caderas se elevaban contra su boca, rogándole más, mucho más, y esa acción pareció encantarle, ya que un gruñido dejó su boca antes de que su lengua volviera a jugar con tu clítoris, dándole toda la atención que se merecía; haciéndote gemir y temblar entre sus manos.
Tal vez había sido todo el deseo acumulado que había dentro de ti por tanto tiempo, o tal vez fueron los bonitos labios y la caliente lengua de Jungkook trabajando sobre ti, pero fue increíblemente vergonzoso lo rápido que llegaste a tu orgasmo, fue como si tu clímax te hubiera destruido por completo y el placer duplicado que inundó tu cuerpo fue tan grande que te hizo olvidar quién eras por un momento, con el cuerpo temblando y tus manos aún hundidas en su cabello como si estuvieras a punto de morir mientras te corrías sobre su lengua; como si estuvieras hecha para eso, tan bonita y avergonzada que Jungkook pensó que se iba a olvidar de su autocontrol.
— Que humana tan perfecta...— Te felicitó mientras bajabas de tu orgasmo tratando de regular tu errática respiración, su vista estaba clavada en tu entrepierna; demasiado perdido en la forma en la que tu humedad se escurría entre tus muslos antes de que dos de sus dedos se presionaran contra tu entrada al mismo tiempo que se relamía los labios, su cabello revuelto le daban el toque final de erotismo a toda su aura, sus ojos entrecerrados te miraban como si fueras la cosa más sexista que jamás hubiera visto antes de volver a murmurar.— Hecha para ser jodida por mi.
— ¡J-Jungkook! — Gritaste cuando sus dedos entraron en ti comenzado a estirar tu interior de a poco, el ardor hizo que pequeñas lágrimas se acumularan en las comisuras de tus ojos, y cuando menos te diste cuenta; su boca ya estaba de vuelta en tu clítoris sensible e hinchado antes de que pudieras protestar, haciendo que tu espalda se arqueara fuera de la cama.— Es demasiado…
Pero él no respondió, solo te miró fijamente con esos penetrantes ojos negros mientras su lengua se deslizaba por todo lo largo de tu coño chupando con la fuerza necesaria tu clítoris; desafiándote silenciosamente a que te corrieras una vez más para él. Después de todo, tú lo habías pedido, así que él se complació en dártelo.
Y cuando no trataste de alejarlo, supo que te había conquistado.
No pasó mucho tiempo hasta que Jungkook te estaba complaciendo en cada oportunidad que tenía. Estaba enterrándose entre tus muslos y prácticamente rasgando tus bragas mientras contestabas alguna llamada en tu teléfono; lamiéndote y tocándote hasta que te corrías para él.
Hizo que llegaras a tu orgasmo con solo montar su muslo, te hizo tocarte y bordear tu coño hasta que estabas pidiendo desesperadamente alivio. Prácticamente te había convertido en su pequeña zorra codiciosa más rápido de lo que pudieras entender, podía hacer que le abrieras las piernas con sólo un chasquido de sus dedos y le encantaba mirarte mientras le suplicabas que te tocara más fuerte, más profundo, tal como a él le gustaba.
Una y otra vez, te pedía permiso y, cada vez, tú le decías que sí, un acuerdo nervioso y avergonzado que hacía que su polla palpitara de deseo. Pero justo cuando te hacia correrte y estabas pidiendo más de él, queriendo sentirlo dentro de ti con su polla abriéndote como sabías que lo haría, él se iba, dejándote incluso más frustrada que antes.
A Jungkook le gustaba jugar con su comida, y esa era la razón por la que se estaba tomando su tiempo antes de follarte como es debido. Estaba bromeando, por supuesto. Y estaba funcionando, por supuesto.
Estabas tan cerca de tu punto de ruptura y pasabas tus días casi completamente consumido por el pensamiento de él: su abrumadora belleza, sus caricias, la forma en que se zambullía en tu coño con tanta hambre que parecía que lo disfrutaba incluso más que tú. Incluso cuando te ibas a dormir, estabas plagado de sueños sobre él, algunos tan vívidos que estabas segura de que eran reales; soñando con Jungkook gimiendo contra tu oído y casi pudiendo sentir como la punta de su pene se presionaba contra tus pliegues empapados, con sus dedos frotando tu clítoris sólo como él sabía hacerlo y a su boca chupando tus pezones endurecidos hasta que la necesidad de liberarte te despertaba.
Y sin embargo, incluso en tus sueños, nunca te folló. Era realmente cruel cuando quería serlo, y eso te estaba volviendo loca.
— Jungkook…— Llamaste su nombre una tarde, cuando ese pensamiento te estaba atormentando una vez más, y él apareció justo después, envuelto en un traje oscuro y con el cabello recogido en una pequeña coleta. Realmente era el pecado encarnado.— ¿Puedo preguntarte algo?
— Lo que sea, cariño.— Respondió acercándose a ti para darte un beso en los labios, e instantáneamente te derretiste.— ¿Qué ocurre?
Tragaste en seco, la chispa inicial de tu coraje se desvaneció. No podías mantener tu postura por mucho tiempo cuando estabas bajo su mirada de esa manera, sus seductores iris negros mirando lujuriosamente tus labios te desconcentraban de tu propósito.
— Yo mmh, quería saber por qué nunca... me acompañas hasta el final cuando te lo pido.
Y Jungkook sonrió diabólicamente ante tus palabras.
— Cariño, no creo que estés lista para que yo haga eso todavía.— Respondió y su pulgar rozó tu labio inferior, el familiar estremecimiento recorrió todo tu cuerpo ante ese simple y sutil toque.— Sin embargo, apuesto a que ésta bonita boca se sentiría increíble alrededor de mi polla. Si quieres hacer eso.
Cada vez, sin falta, tus mejillas se calentaban y tus ojos se ensanchaban ante el sonido de sus palabras obscenas. Jungkook las usaba con tanta facilidad, como si las hubiera creado él mismo, y no podías acostumbrarte a lo tentadoras que sonaban cuando salían de su hermosa boca. Pero sólo había un problema con lo que te ofreció.
— Yo... no sé cómo hacer eso.— Admitiste completamente avergonzada y tratando de evitar su lujuriosa mirada de ti.— Yo nunca... simplemente no hubo…
Y Jungkook sintió su respiración atascarse en su garganta, podría haberse corrido justo en ese mismo momento: abrumado por la inexperiencia dulce e inmaculada que nunca te había abandonado por completo. Fue tan entrañable, pensó, la forma en que le rogaste que te follara al mismo tiempo que admitías que no sabías cómo hacer un oral. Realmente fuiste impecable. Y él mejor que nadie sabía que nunca volvería a encontrarse con nadie como tú.
— Me dijiste que no eras virgen.— Jungkook dijo, por supuesto, él lo sabía con certeza, eso era algo que los de su clase nunca se perderían. Sólo quería escucharte decirlo.
— No lo soy.— Tus ojos se dispararon para encontrarse con los suyos. Jungkook todavía tenía deseo nadando dentro de su mirada, sus dientes mordisqueando su labio inferior como si estuviera considerando qué hacer contigo.— Tuve… sexo antes. Una vez. Simplemente no tuve la oportunidad de... ya sabes.
— ¿Chupar una polla? — Completó, disfrutando cada gramo de tu timidez. Incluso después de todo lo que había pasado, seguías siendo tan pura, tan incómoda para explorar tu propia sexualidad. Y Jungkook quería derribar esos muros.— No hay razón para preocuparse, querida. Te puedo enseñar si quieres.
— ¿Tú puedes?
Jungkook sonrió, colocando un mechón de tu cabello detrás tu oreja. Su simple toque te mareaba por completo y su voz ronca te envolvía como una cálida manta tu alma ansiosa.
— Haré lo que quieras que haga.— Ronroneó con su voz melosa y cubierta de deseo.— Todo lo que tienes que hacer es pedirlo, cariño.
La primera vez que viste su pene, jadeaste tan fuerte de la sorpresa que Jungkook se echó a reír.
Habría estado mintiendo si hubiera dicho que no le encantó tu reacción, disfrutó demasiado con el asombro en tu mirada mientras observabas su tamaño y todos los detalles sobre él: la punta de su pene enrojecida y goteando para ti, la vena que se erguía hermosamente contra su piel lo hacía ver incluso mucho más imponente de lo que ya era.
Jungkook tenía longitud y grosor, una combinación peligrosa que te dejaba en algún lugar entre la emoción y la preocupación cuando pensabas en llevarlo dentro de ti.
— Vamos, cariño, no seas tímida.— Jungkook te animó elevando una de sus manos y llevándola a la parte posterior de tu cabeza; sujetando los mechones de tu cabello y el tirón que te dio no fue fuerte de ninguna manera, pero sí lo suficiente para que tu boca se acercara a su miembro erguido en lo alto.— Dale una lamida, quiero sentir tu lengua alrededor.
Tragaste saliva ligeramente nerviosa, tus dedos se envolvieron alrededor de la base de su pene para darle apoyo, y te sorprendiste aún más con la forma en la que tu mano lucía absurdamente pequeña contra su gorda polla. Pero aún así, hiciste lo que te pidió; tu lengua salió suave y plana contra su punta, comenzando a trazar pequeños círculos de saliva en su glande.
— Buena chica…— Jungkook elogió con un profundo suspiro, relajando su posición sobre la cama.— ¿Puedes llevártelo a la boca, bebé?
—No lo sé…— Murmuraste contra la punta húmeda.— Es tan grande…
Jungkook se rió entre dientes ante tus palabras, su mano bajando por tu rostro para poder acariciar tu mejilla.— Empecemos despacio, ¿de acuerdo? Puedes parar cuando quieras.
Y tú asentiste con la cabeza sintiendo como el calor se extendía por tus mejillas. A Jungkook le gustaba demasiado la vista que tenía de tus bonitos labios tomando todo de su grosor; siguiendo tus movimientos incómodos mientras agarrabas su base con más fuerza y te inclinabas sobre él antes de que tu boca se envolviera en la punta para darle una ligera succión.
Jungkook suspiró de nuevo ante la sensación, pero estaba más entretenido viéndote luchar con su tamaño mientras tu mandíbula se movía para acomodar su grosor dentro de tu boca. Era un espectáculo tan pecaminoso y estaba empezando a perderse en tu expresión concentrada cuando decidiste hundirlo un poco más y chuparlo más fuerte.
— Muévete hacia arriba y hacia abajo para mí.— Te ordenó e hiciste lo que dijo, luchando contra el ardor en tu boca mientras lo llevabas más profundo gradualmente, sólo un poco más cada vez que bajabas la cabeza.— Usa tu mano también, bebé, hazme sentir bien…
Gimoteaste alrededor de su polla cuando tu mano comenzó a acariciar su base, cubriendo las partes de él que tu boca no podía alcanzar, moviendo tu cabeza hacia arriba hasta que sólo la punta estaba en tu boca antes de volver a tomar todo de él, con los bombeos de tu mano a la par de cada nueva succión. Jungkook te enseñó lo fuerte que tenías que chuparlo, lo rápido que le gustaba y lo mucho que amaba cuando gemías alrededor de su dura longitud. La pegajosa humedad entre tus piernas era cada vez más insoportable y solo aumentaba entre cada gutural gemido que brotaba de sus labios combinados con algunas maldiciones en nombre del placer que estaba sintiendo.
— ¿Puedo follarme tu boquita, bebé? — Preguntó y tú lo miraste desde abajo, la vista de Jungkook estaba enfocada en ti, mirando tus ojitos llorosos mientras asentías sumisamente a su alrededor y sonrió diabólicamente.— Buena niña.
Hace unos meses, ni siquiera hubieras aceptado la simple idea. Pero ahora, Jungkook te había convertido por completo en un desastre caliente y débil a sus encantos, en alguien que haría cualquier cosa que él te pidiera, y amabas cada segundo de esto.
Jungkook estaba orgulloso de su trabajo. Había sido uno de los mejores.
— Quiero que relajes tu garganta, bebé…— Te dijo mientras sus manos se movían hacia la parte de atrás de tu cabeza, dándole un tirón fuerte y experimental a tu cabello que te gustó más de lo que esperabas e hiciste todo lo posible por hacer lo que te pidió, colocando las palmas de tus manos contra sus fuertes y gruesos muslos para intentar prepararte. Nadie te había hecho esto antes y no sabías qué esperar.— Tu boca se ve tan bonita llena de mi polla. No puedo esperar para llenarla con mi semen.
Jungkook gruñó y tus piernas se debilitaron con sus palabras, un pequeño gemido vibró alrededor de su polla cuando elevó sus caderas hacia ti, llevándose más profundamente dentro de tu boca; tus ojos se cerraron ante la sensación de su punta rozando con dureza tu lengua. Jungkook no tardó ni dudó en establecer un ritmo; empujando hacia arriba dentro de tu boca mientras luchabas por mantenerte abierta para él, tu mandíbula dolía con la posición en la que estabas y no fue hasta que lo sentiste golpeando la parte posterior de tu garganta que te ahogaste con su tamaño y tus ojos se llenaron de lágrimas mientras lo escuchabas gemir sobre ti.
— Mierda…— Maldijo, cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás. Jungkook era una imagen de perdición en la que fácilmente podías perderte, la forma en que se mordió el labio mientras te follaba la boca haciendo que tu coño se mojara aún más de pura necesidad. Te encantaba la sensación de que él te estaba utilizando, como si fueras una simple herramienta para su propio placer.— Ah, sabía que lo podías tomar. Nunca me decepcionaste.
Tu frágil sollozo salió amortiguado alrededor de su miembro, las vibraciones de tu voz hicieron que Jungkook te follara la boca más rápido y más fuerte. Cada vez que golpeaba la parte posterior de tu garganta, te ahogabas y tus uñas se clavaban en sus muslos, pudiendo sentir como tu coño se apretaba alrededor de la nada, imaginando cómo se sentiría tenerlo dentro de ti. También sabías que él podía sentir lo caliente y necesitada que estabas, podía oler tu excitación a millas de distancia, y la idea te hacía gemir.
— Eres una humana tan sucia…— Jungkook habló viendo como una lágrima corría por tu mejilla; le encantaba lo desordenada que te veías, tan desesperada con su polla metida en tu boca.— Eras tan inocente cuando te conocí, y ahora…— Agregó en medio de un audible gruñido.— Ahora mírate; llorando alrededor de mi polla, como una buena puta.
Cerró los ojos de golpe y gimió, con su cuerpo completamente dominado por la lujuria y por la sensación de la calidez y humedad de tu boca cubriéndolo por completo. El dolor en tu mandíbula ya no te molestaba; de hecho, te gustaba que Jungkook superara tus límites, haciéndote olvidar de tu propia incomodidad para poder darle más placer.
— Me voy a correr…— Advirtió y su voz salió ronca y firme, enviando escalofríos por tu columna vertebral, sintiendo su pene palpitar dentro de tu boca; llenando tus papilas gustativas con el gusto salado del líquido preseminal.— Y serás una buena niña y te tragarás todo.
No necesitó pedirlo dos veces porque no pensaste que hubiera algo más que quisieras hacer. Jungkook te folló la boca por unos segundos más con sus embestidas volviéndose erráticas, antes de que la punta hinchada chocara contra la parte posterior de tu garganta y se corriera con una fuerte maldición brotando de sus bonitos labios acompañada de un tirón en tu cabello que hizo que tu cuero cabelludo picara.
Gimoteaste mientras hacías todo lo posible por tragar las espesas olas de semen con su mano manteniéndote firmemente en su lugar mientras lo hacías. Jungkook no pudo maravillarse más con la sensación de tu garganta apretándose a su alrededor mientras tu lengua se movía para poder limpiarle la polla.
— Eso es…— Siseó un poco moviendo su pelvis de forma lenta.— Trágatelo todo.
Jungkook llegó en una cantidad sorprendente y, sin embargo, te las arreglaste para tomar todo de él, y cuando estuvo satisfecho soltó tu cabello y jadeaste por aire mientras te movías hacia arriba separándote de a poco de su pene aún duro y un visible hilo de saliva colgó de tus labios; conectando tu boca con su punta.
— Tan jodidamente bonita…— Dijo con ternura acariciando tu cabello, y no pudiste descifrar su expresión, pero de todos modos te emborrachaste con sus elogios.— Hiciste un gran trabajo. Ahora ven aquí.
Hiciste lo que te pidió, arrastrándote más cerca de él hasta subir a la cama y recostarte a su lado, rápidamente Jungkook se colocó encima de ti y su mano viajó por tu cuerpo hasta encontrarse con tu cuello; atrayéndote en un beso tan caliente y sensual que te dejó buscando aire; en medio de ese beso sentiste como su rodilla se movía entre tus piernas separándolas y abriéndote para él.
Su otra mano se movió hacia abajo para envolver tu coño y el demonio tarareó de placer una vez que sus dedos se encontraron con tus pliegues empapados, y sin querer perder mucho tiempo; dos de sus dedos se sumergieron dentro de tu calor, comenzando a estirar tu interior de a poco, tu espalda se arqueó ante la sensación y un gemido necesitado salió de tus labios mientras él comenzaba a bombear dentro y fuera de ti, llenando el dormitorio con los sonidos de tu humedad mezclados con tus suaves gemidos.
Jungkook se rió entre dientes cuando se apartó, sus rosados labios estaban hinchados y se inclinó para volver a atacar los tuyos.— Mírate…— Murmuró estableciendo un ritmo deliciosamente lento dentro y fuera de tu coño.— ¿Te mojaste así con solo chuparme la polla, bebé?
Tu asentiste con la cabeza ante su pregunta.— Me gusta hacer que te sientas bien.
Y Jungkook no pudo evitar sonreír ante tus palabras tan dóciles.
— Que linda.— Se inclinó y te dió un húmedo y casto beso en los labios, el movimiento fue extrañamente suave en comparación con la forma en que se cernía sobre ti, con su presencia casi amenazante cuando se encontraba con tu mirada.— ¿Quieres tener mi polla de nuevo, bebé? Las niñas buenas merecen recompensas.
Casi no podías creer sus palabras, una mezcla de euforia y lujuria se apoderó de ti al escucharlo. Tenerlo dentro de ti era todo lo que deseabas, y no podías aceptar lo suficientemente rápido.
— Sí, por favor…— Te quejaste, casi ahogándote con tus propias palabras mientras él agregaba un tercer dedo; abriéndote y preparándote para él, tu abdomen se apretó ante la idea de su gran polla entrando y saliendo de ti, con la idea de su semen llenándote mientras seguía follándote a través de su orgasmo. Nunca habías necesitado tanto a alguien.— Por favor, úsame. Quiero tanto sentirte…
Y la expresión entretenida en su rostro no vaciló, depositó otro nuevo beso en tus labios y te quitó los dedos.— Siempre tan educada.— Murmuró por lo bajo empujando tu espalda contra el colchón y atrapando tus muñecas con su mano, entrelazándolas justo encima de tu cabeza.— Me encanta cuando me ruegas.
— Pero nunca me das lo que quiero…— Hablaste en medio de un puchero y con las mejillas ardiendo.
— Esta noche lo haré.— Jungkook se rió entre dientes ante tus palabras mientras su otra mano se movía hacia abajo para bombear su pene. Estaba tan duro como antes, pero por supuesto, no esperabas que su cuerpo inmortal funcionara igual que cualquier otro humano, y la vista te hizo agua la boca.— ¿Quieres que te folle, bebé? — Preguntó con su voz ronca y arqueó las cejas, viendo como tragabas saliva y asentías desesperadamente, sus manos eran tan grandes, pero incluso parecían pequeñas al envolver su miembro, su pulgar llegaba a acariciar la punta rosada; cubriéndose con su humedad y los restos de tu saliva por todo lo largo.— Quiero que lo digas.
— Lo necesito tanto…— Dijiste, encontrando su mirada divertida puesta sobre ti.— Necesito tu polla dentro de mí, por favor Jungkook…
Los ojos de Jungkook brillaron con hambre y deseo mientras se relamía los labios. Te estabas volviendo una personita tan sucia, pensó, y aún así, seguías siendo tímida como antes.
— ¿Lo necesitas? — Repitió tus palabras inclinándose más cerca de ti y buscando alinearse correctamente con tu goteante entrada, y cuando habló de nuevo; sus palabras fueron una nube de calor contra tus labios entreabiertos.— ¿Me necesitas follando tu pequeño coño como una buena puta?
Jadeaste ante sus palabras tan sucias; buscando a tientas algún tipo de agarre en tus muñecas.— Sí, por favor, Jungkook, yo…
Tu oración se atascó en tu garganta cuando lo sentiste presionando la punta caliente de su pene contra tu entrada; provocándote lo suficiente como para que tus ojos se cerraran y que tu cuerpo se tensara con expectativa.
Sin embargo, a Jungkook le gustaba bromear.
— Relájate, bebé…— Murmuró alejándose un poco hacia atrás para apoyar su pene contra tu coño, comenzando a rodar sus caderas; haciéndote jadear cuando rozó intencionalmente tu clítoris y todo tu cuerpo se concentró en lo pesado y grueso que se sentía presionando contra ti.— Estás tan tensa.
Gemías con cada lento y provocativo movimiento de sus caderas contra ti, los sucios sonidos de su polla arrastrándose entre tus húmedos pliegues llenaban tus oídos y te hacían suspirar de pura frustración.— Por favor, mételo…— Suplicaste patéticamente y con los ojos nublados por el deseo.— No puedo soportarlo más…
Jungkook se rió entre dientes.— ¿Estás segura, bebé?
Y tu asentiste con la cabeza, más que necesitada y ansiosa por tenerlo dentro de ti.— Sí, joder, eso es todo lo que quiero…
— Todo lo que mi linda humana quiera…— Jungkook habló antes de tomar su pene por la base y alinear su punta contra tu entrada una vez más. Los dedos de tus pies se curvaron cuando él comenzó a deslizarse, el ardor que sentiste de su miembro grande y grueso abriendo tu interior gradualmente envió oleadas de dolor y placer al mismo tiempo.
Cerraste los ojos y tu cabeza cayó hacia atrás contra la almohada ante la deliciosa sensación.— Oh, joder, Jungkook…
— Shhh... eso es, despacio, bebé.— Jungkook susurró deslizándose lánguidamente dentro de ti, tomándose su dulce tiempo, disfrutando de la sensación de tu coño apretándose de forma imponente a su alrededor mientras entraba en tu interior y amando como se apretaba más a medida que avanzaba.— Sé que puedes tomarlo.
Intentaste apartar las manos de su agarre de nuevo, pero era en vano, Jungkook te sostenía con demasiada fuerza y prácticamente estabas a su merced.— Es mucho, Jungkook…— Te quejaste debajo de él sintiendo que todo tu cuerpo estaba en llamas. Nunca antes te habías sentido algo así, nunca pensaste que estarías tan llena.— Es demasiado grande…
— ¿Lo es, bebé? — Preguntó mientras se inclinaba sobre ti para darte un pequeño beso en los labios, suave, tranquilo. Todas las cosas que no era.— ¿Quieres que pare?
— No, por favor, no te detengas…— No dudaste, nunca lo hiciste con él.
Jungkook sonrió diabólicamente ante tu rápida respuesta. Realmente te había entrenado bien, te había convertido en su pequeña y obediente muñequita. Joder, el escucharte así hizo que su polla palpitara, dándose cuenta de que acababa de enseñarte cómo darle una buena mamada porque eras tan inocente que ni siquiera sabías cómo hacerlo y ahora te retorcías debajo de él, tratando de darle sentido a la sensación de su gran polla llenándote. Era demasiado perfecto.
— Mi linda bebé necesita tanto mi polla, ¿no es así? — Murmuró con su voz ronca empujando dentro de ti con tanta fuerza que te quedaste sin aliento, deteniéndose justo después para poder escuchar tus gemidos quejumbrosos saliendo de tus bonitos labios.— Mírate. Fuiste hecha para ser follada por mí.
— Es tan grande…— Balbuceaste sin sentido antes soltar un patético gemido cuando Jungkook comenzó a dar profundas embestidas dentro y fuera de ti, lentamente al principio; comenzando a establecer un ritmo conforme avanzaba. No pensaste que alguna vez serías capaz de experimentar este sentimiento con nadie más.— Se siente tan bien…
— Te encanta, ¿no es así? — Habló y se inclinó sobre ti; presionando su frente contra la tuya, su mano todavía sostenía con fuerza tus muñecas comenzando a perderse en el delicioso placer que sus cuerpos creaban, tus senos rebotaban cada vez que empujaba su polla dentro de ti con fuerza, haciendo que la vista de todo fuera aún más placentero.— Mi linda mortal fue hecha para tomar mi polla.
— S-Sí, por favor, no pares…— Gemiste de pura felicidad mientras las lágrimas corrían por tu rostro con la fuerza de sus embestidas. Ni siquiera podías pensar con claridad, tu mente era un desastre, demasiado intoxicada con la sensación de su miembro golpeando tu coño. Todas esas noches frustrantes, todos esos sueños eróticos que tuviste con Jungkook, nada podría compararse, y realmente pensaste que estabas arruinada para siempre.— Es tan bueno…
A Jungkook le encantaba verte llorar mientras estabas tan llena de su polla, esas lágrimas etéreas corriendo por tu rostro mientras sus embestidas se volvían más fuertes y duras dentro de ti. También le encantaba cómo se volvían tus gemidos cuando llegabas a ese punto: tan agudos y rotos, con tu cerebro incapaz de formar una sola oración comprensible.
— Qué linda humana.— Elogió elevando su mano para acunar tu rostro y limpiar una lágrima de tu mejilla.— Eres tan bonita cuando lloras…
— Es... es tan grande.— Gimoteaste dócilmente una vez más, parecía como si eso fuera todo lo que pudieras decir, ese único pensamiento repitiéndose como un disco rayado dentro de tu aturdida mente.
Tus ojos estaban tan borrosos que casi te perdiste la sonrisita diabólica que apareció en sus labios.
— ¿No puedes soportarlo, bebé? — Jungkook bromeó moviendo sus caderas de una manera que hizo que tu coño se apretara a su alrededor haciéndote gemir su nombre y arquear tu espalda hacia él; ofreciéndole en bandeja de oro tus senos para que él los atacara con su caliente lengua, lamiendo tus pezones antes de regalarles una mordidita por igual, y otra lágrima se deslizó por tu rostro con un deleite sin fin.— ¿Me molestas durante semanas, suplicando que te llene con mi polla, y luego empiezas a llorar porque no puedes soportarlo? Deberías ser más consciente de lo que pides.
— N-No, no es eso…— Tragaste saliva sintiendo como las palabras se atascaban en tu garganta ante sus duras embestidas.— Y-yo p-puedo tomarlo, lo juro…
Jungkook tarareó y se echó hacia atrás para poder mirar el lío que estaba haciendo entre tus piernas. Gimió en aprobación cuando vió su gruesa polla hundirse con fuerza entre tus empapados pliegues, casi hasta el borde.— Lo estás tomando muy bien princesa… – Él te miró con sus ojos de obsidiana brillando con malicia.— Qué buena puta eres. Harás todo lo que te pido, ¿no?
Asentiste desesperada con la cabeza sin entender realmente lo que dijo. Sentías como si el mundo se cerrara a tu alrededor, asfixiándote. Jungkook era demasiado grande, demasiado grueso, la forma en que te estiraba no era más que deliciosa y placentera.
— ¿Todo? — Preguntó inclinándose más cerca y soltando tus muñecas, con su boca a centímetros de tu oreja. Su aliento era caliente y pesado, cubierto de hambre.— Si quisiera seguir follándote una y otra vez, hasta que esté satisfecho, ¿me dejarías?
— Sí...— Gemiste en aprobación, eso era todo lo que querías.
Jungkook curvó sus manos debajo de tus rodillas y tiró de tus piernas hacia arriba, más cerca de tu pecho. El nuevo ángulo fue un descubrimiento tan delicioso, un gemido particularmente fuerte explotó en tu garganta mientras seguía follándote con fuerza.
— ¿Incluso si te corres tanto que ni siquiera puedas hacerlo más? — Preguntó una vez más; sus embestidas se volvieron más duras, golpeando increíblemente profundo dentro de ti de una manera que te hacía gemir su nombre una y otra vez.— ¿Me dejarías usar tu coño y llenarte con mi semen hasta que estés goteando? ¿Hum? ¿Hasta que no puedas soportarlo más y aún así no me detendré?
— Joder, sí... — Tus ojos se cerraron revoloteando en puro placer, y con tus muslos temblando con cada nueva colisión de sus caderas contra las tuyas. Dejarías que Jungkook hiciera lo que quisiera contigo, estabas más allá del punto de cuestionar cualquier cosa.— Por favor, Jungkook, yo solo… oh, joder…
— Estás tan jodidamente apretada…— Jungkook maldijo en medio de un gruñido, sus manos enterrándose en la piel de tus caderas.— Qué buen coño, tan húmedo y apretado para mi polla.
— Jungkook estoy tan cerca…— Gemiste desesperada sintiendo como todo el placer que te estaba dando comenzaba a golpear tu cuerpo.— Por favor, no te detengas.
— No puedo parar, cariño.— Jungkook siseó echando su cabeza hacia atrás en un nuevo y gutural gruñido, su cabello era un desastre sudoroso sobre sus ojos, su pecho palpitaba con el placer que lo estaba invadiendo, podía sentir todo: tu euforia, tu lujuria, la desesperación que emanaba de tu alma. Todo era tan lascivo, tan manchado; podría perderse en él. Casi podía saborear la corrupción que impregnaba tu alma.— No cuando te sientes tan jodidamente bien…
Otro agudo gemido brotó de tus labios sonando peligrosamente cerca de su nombre, sintiendo cómo tu interior apretaba su polla un poco más, Jungkook gruñó y maldijo ante la sensación de tus paredes palpitando a su alrededor con tu orgasmo llamándolo a follarte más fuerte y rápido, amando esas hermosas lágrimas que manchaban tu rostro y viendo como empezabas a retroceder por la sensibilidad extra a través de los espasmos de tu clímax.
— J-Jungkook, es demasiado…— Te quejaste por lo bajo buscando apoyo en sus fuertes brazos.
— Me dijiste que me dejarías usar este coño, bebé.— Jungkook te recordó con su voz rota por un gemido entrecortado. Se notaba que estaba cerca, sus embestidas eran demasiado descuidadas y desesperadas.— Hasta que esté satisfecho.
— S-sí...— Jadeaste sabiendo que no habías cambiado de opinión.
— ¿Vas a dejar que te llene con mi semen? — Preguntó de nuevo, sonriendo ante el pequeño y débil "sí" que le diste.— No voy a parar después de que me corra, bebé. Voy a follarte hasta que no puedas hacerlo más.
Abriste la boca para decir algo, qué, exactamente, no tenías idea, pero pronto sentiste su semen caliente derramándose dentro de ti y tu mente se quedó completamente en blanco. No sabías si era por lo que era Jungkook, pero todo lo que hizo fue extremadamente fácil para excitarte, y su semen dentro de ti no fue la excepción. Un gemido salió de tu garganta antes de que pudieras detenerte y todo tu cuerpo se apoderó de un nivel de deseo que ni siquiera podías comprender.
Hubo un momento de confusión interna cuando el demonio se detuvo para recuperar aliento en el que realmente pensaste que había terminado, que Jungkook se iba a ir y te dejaría con ese deseo construyéndose dentro de ti. Pero el aura animal que lo rodeaba no te dejaría descansar.
Después de unos cuantos segundos Jungkook encontró tus ojos a través de la cortina de su cabello oscuro, el brillo de malicia que viste en ellos te emocionó el doble antes de escucharlo hablar en medio de un gruñido.
— Más.
Y esa fue toda la advertencia que te dió, cuando menos te diste cuenta, Jungkook te dió la vuelta como si fueras una muñeca de trapo y presionó tu cara y tu cuerpo contra el colchón. Gimoteaste al sentir un duro azote golpear contra una de las mejillas de su trasero antes de que tomara con fuerza tus caderas, tirando de tu cuerpo hacia arriba hasta que tus rodillas te sostuvieron sobre la cama y apenas tuviste tiempo para reaccionar antes de que su polla se hundiera dentro de ti una vez más.
— Oh, Dios…— Jadeaste con fuerza y tus manos apretaron las sábanas mientras Jungkook continuaba golpeando dentro de ti, haciendo que la mezcla de su semen y tu humedad goteara por tus piernas. Su resistencia era una locura, como esperabas que fuera, pero la dureza de su polla te estaba haciendo perder la cabeza.— Joder, Jungkook…
— Tienes un coño tan perfecto, no puedo tener suficiente de ti…— Jungkook gruñó antes de tirar con fuerza de tu cabello mientras continuaba perforando dentro de tu coño, haciendo que tu cuerpo temblara con cada duro impacto. Tus ojos se cerraron ante la deliciosa sensación y tus paredes se apretaron alrededor de él mientras te llenaba hasta el borde.— Estás jodidamente goteando sobre mi polla. Qué puta tan sucia.
El placer dentro de ti era innegable, aumentando tan rápido que apenas y podías seguirlo. Acababas de alcanzar tu punto máximo y ya sentías que estabas a punto de hacerlo todo de nuevo.— J-Jungkook, yo…— Las palabras luchaban por salir de tu lengua con tu mente empañada por el erotismo de sus acciones.— Se siente tan bien, joder, no te detengas…
Hubo un ligero escozor en tu cuero cabelludo cuando apretó el agarre en tu cabello, haciéndote inclinar tu cabeza hacia atrás y que tu trasero se presionara contra su pelvis.— ¿Vas a correrte de nuevo, bebé? — Jungkook preguntó sin aliento antes de sonreír cuando asentiste con la cabeza, con tus ojitos llorosos mirándolo por encima de tu hombro.— Eres una pequeña mortal tan hambrienta. Acabas de llegar y estás a punto de correrte en mi polla de nuevo, ¿eh?
Gemiste una vez más igual de fuerte mientras lo sentías tirar de tu cabello, haciendo que tu espalda se arqueara y tu coño se apretara a su alrededor.— Sí, joder…— Admitiste en medio de un jadeo, la habitación estaba tan caliente que apenas y podías respirar, sentías como si todo el lugar estuviera dando vueltas a tu alrededor. Estabas tan, tan cerca de tu orgasmo que casi podías tocarlo.— Voy a correrme de nuevo…
Jungkook se humedeció los labios, bajando su atención al movimiento de su polla dentro y fuera de ti y gimió al ver tus pliegues envolviéndose alrededor de su grosor, tragándolo ansiosamente mientras tu humedad goteaba por tus muslos, ensuciándolo por completo. Era la cosa más hermosa que había presenciado en su vida, quería tener eso para siempre.— Sabía que serías tan perfecta después de que te preparé para esto, sabía que te encantaría ser una puta para mí.
No podías decir que te sorprendió su confesión; no eras tonta, sabías que había una sola cosa que un demonio quisiera contigo y, después de los sueños sexuales, no fue difícil sumarlo todo. Y, sin embargo, aceptaste sus avances en cada paso del camino, permitiste que te hiciera pedazos y te enseñara cómo ser tan sucia para él. Y tenía razón: te había encantado cada segundo.
— Voy a correrme.— Le advertiste, cerrando los ojos mientras todo el placer se arrastraba por toda tu piel justo hasta tu centro.— Joder, tu polla es tan grande, voy a…
Tu orgasmo te fue arrebatado cuando Jungkook se apartó abruptamente de tu coño. Lloriqueaste por lo bajo y sollozaste ante la pérdida de su pene dentro de ti, los sonidos lascivos se convirtieron en un jadeo de sorpresa y sin aliento cuando te separó de él.
Jungkook fácilmente te dio la vuelta y tiró de tus piernas hacia arriba, presionándolas contra tu pecho cuando se inclinó.— Quiero ver tu bonita cara cuando te llene con mi semen.
Y eso fue todo lo que dijo antes de irrumpir dentro nuevamente en una deliciosa penetración, todo tu cuerpo se estremeció ante la sensación y ante el repentino estiramiento que te empujó al borde del placer y te hizo correrte alrededor de su polla por segunda vez esa noche.
— Que humana tan dulce…— Jungkook gimió demasiado perdido en su propio placer, tus paredes se habían vuelto increíblemente apretadas a su alrededor, latiendo con cada bombeo de su longitud dentro de ti.— Me encanta arruinarte. Eres tan perfecta para mí. Hecha para esto…— Sus frases eran sólo algunos pensamientos conectados por fuertes gemidos, sus cejas bajaban a medida que se acercaba su propio orgasmo.— Me encanta verte así, te ves tan linda, toda llena de mi polla.
Jungkook murmuró con su voz aireada antes de derramarse de nuevo dentro de ti con un fuerte y entrecortado gemido y unas pocas palabras de elogio que salieron de sus labios: de lo bien, lo húmeda y lo apretada que estabas para él. Al igual que la primera vez, la sensación de que él te llenaba era embriagadora y te hacía perder la cabeza una vez más.
Intentaste quejarte un poco pero tus palabras fueron silenciadas con el choque de sus labios contra los tuyos, un gemido gutural lo dejó mientras derramaba las últimas gotas, su polla palpitó un par de veces más mientras seguía bombeándose a sí mismo través de su orgasmo; asegurándose de que cada gota de su semen estuviera profundamente dentro de ti.
Se notaba que estaba lejos de estar satisfecho cuando te besó con fervor, tarareando ante el sabor de tu lengua mientras sus manos sostenían con fuerza tus caderas impidiendo moverte. El pene de Jungkook todavía estaba duro dentro de ti, enterrado profundamente, incluso si había detenido sus movimientos, y te encantaba lo lleno que te hacía sentir, y sabías que estabas más allá del punto de la salvación.
Jungkook suspiró profundamente contra tus labios y se inclinó hacia atrás, sus ojos se encontraron con la unión de sus cuerpos mientras se alejaba, viendo como su semen se derramaba fuera de ti lentamente, haciendo un desastre sobre las sábanas y marcándote como suya, completamente suya.
— Perfecta…— Murmuró y debió haber sido la centésima vez que dijo eso en la noche, pero no podía tener suficiente de ti.— Hecha para mí.
Hubo un peso en tu pecho cuando lo miraste, observando la forma tan hermosa en la que su piel brillaba bajo la luz de la luna. Quizás fue la culpa, pensaste, o la comprensión de que acababas de manchar tu alma en nombre de la lujuria. Sin embargo, ya no te importaba.
Respiró pesadamente cuando se acostó a tu lado sobre la cama, y te giraste de lado para poder mirarlo; Jungkook era tan guapo, tan perfecto; y la mirada que te dio fue nada menos que pecaminosa.
— ¿Estuve bien? — Preguntaste por lo bajo con tu voz temblorosa debido a tu estado nebuloso y cansado antes de formar una pequeña sonrisita.
El demonio asintió, encontrando esa pregunta bastante adorable.— Sí, cariño. Aprendes rápido.
Tu sonrisa satisfecha se ensanchó en tu rostro y te acercaste a él, colocando tu cabeza contra su pecho, donde no podías escuchar ningún latido. Ese momento fue lo suficientemente extraño como lo fue, pero no estabas pensando con claridad; además, abrazar a un demonio no podía ser peor que todo lo que había sucedido antes.
Si Jungkook pensó que eso era extraño, no lo mencionó. Simplemente apartó unos mechones de cabello de tu frente, mirándote.— ¿Cansada, querida? — Preguntó.
— Sí…— Respondiste por lo bajo y parpadeaste pesadamente.
El tarareó colocando su palma contra tu mejilla.— Puedes descansar un poco.— Habló casi con suavidad al principio antes de que su voz volviera al tono profundo y áspero de antes.— Pero aún no he terminado contigo.
Después de todo, le permitiste usarte hasta que estuviera satisfecho. Y Jungkook estaba lejos de estarlo. No era que estuvieras quejando después de todo.
Y antes de que el sueño y el cansancio hiciera efecto por completo en tu cuerpo, escuchaste a Jungkook murmurar por lo bajo contra tu oído:
— Espera a que ellos te conozcan, cariño.
N/A: Por finn después de mucho tiempo y de que me lo pidieran demasiado por fin está disponible de nuevo 'Devilish' como especial de halloween 🎃
Espero por fin poder publicar la segunda parte de este oneshot, que realmente es una serie👀
So espero que lo disfruten igual o más que la primera vez🌚 gracias por todo su apoyo ♡
taglist: @guvgguk @lessuwu @cometaart @AnnieKCV @darysnowflwr @nunubly @choco-linny @aavacaf @wtffktt7 @minmin-cat @18fernanda @ariggukie @Katherine Murillo @lizxz @onixbae02 @piligt @youtis @tessacereza
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hi! i love your writing and i wanted to ask you if i can request a kuku fic? and could you make it a little smutty? thnx!!
sweet nothing | esteban kuku
summary: tú y kuku vivís juntos, y todos los días después del trabajo lo único que queréis es correr a los brazos del otro.
tw: bien poquito smut
cuando entraste en el salón, después de una ducha revitalizante y vestida con ropa más cómoda, viste a esteban sentado en el sofá con sus gafas leyendo uno de tus roteros de teatro, y sonreíste al verlo. formaba parte de tu rutina familiar después de un largo día de trabajo llegar a casa, ser recibida con cariño y poder pasar un rato de relax en el sofá con tu novio.
la tele estaba encendida, emitiendo sonido ambiente, pero el actor no la estaba viendo, concentrado en las pequeñas palabras de las páginas, desplomado en el sofá.
"¡vete para allá, que estás en mi lado del sofá!" te acercaste con un tono de falsa impaciencia sólo para romperle las pelotas, chocando tus rodillas contra las piernas de kuku.
esteban levantó la mirada, uniéndose a tus bromas mientras te fulminaba con la mirada por encima de sus gafas, observándote con falso fastidio. entonces te recorrió con la mirada, más concretamente se fijó en tu cálido pijama con estampado de monitos.
esteban soltó una carcajada y rodó los ojos cariñosamente, girándose perezosamente hacia el centro del sofá.
"oh, perdona, no había visto tu nombre escrito en él", dice irónicamente, torciendo los labios. te tiras sobre el cojín antes ocupado por él, siendo acogida por el calor de su cuerpo.
"es mío por honor, esteban. ¿ves esa mancha aquí? la hice yo. mi territorio". señalando una pequeña mancha más oscura en la tela, exclamas con expresión seria.
"ah, así que ahora admites que has sido tú" el pelinegro entrecierra los ojos en tu dirección, acusadoramente. te aguantas la risa al recordar la vieja discusión que tuvisteis sobre las manchas en el sofá, en la que negaste rotundamente ser la culpable.
"sólo era cuestión de marcar tu territorio para momentos como éste", te encoges de hombros, con cara desdeñosa.
entonces los dos os reís, en un momento totalmente doméstico y habitual, que te ayuda a deshacerte de la tensión del día y a reconectar con esa buena energía. esteban te tiende una bolsa de gominolas ácidas, que aceptas encantada, arrojándote sobre el sofá, imitándole.
después de un rato de mirar al techo, repasando inevitablemente los pequeños detalles del día, te vuelves y te encuentras con un esteban cariñoso, con la cara vuelta en tu dirección mientras tiene una mirada divertida clavada en ti.
"¿por qué me miras así?", le preguntas enarcando las cejas, apoyando la mejilla en el mullido cojín del sofá.
"porque eres guapa y eres mi novia, ¿puedo?", reta, como si tuviera la respuesta en la punta de la lengua.
"¿incluso con este ridículo pijama?", preguntas, casi incrédula, abriendo los brazos para que pueda contemplar tu elección de vestimenta.
esteban sonríe, mirando brevemente el pijama que llevas puesto. coge uno de los extremos tejidos entre los dedos y finge analizarlo seriamente.
"ah, definitivamente. estos monitos sólo añaden encanto", responde, guiñando un ojo juguetonamente. "además, es el pijama más sexy que he visto nunca".
"¡parezco una abuelita!" discrepas, asombrada, exageradamente estupefacta.
"pues entonces, supongo que me gustan las señoras maduritas. serías una señora muy apetitosa" bromea esteban con una sonrisa maliciosa en los labios, mirándote de arriba abajo como si te estuviera evaluando.
jadeas de sorpresa, sorpresa y humorada, mirándole con los ojos muy abiertos y una enorme sonrisa en la cara, divertida. kuku abandona el rotero que estaba leyendo, lo deja a un lado y te atrae en un cariñoso abrazo sobre su regazo. le duelen las mejillas de tanto sonreír.
esteban olía a su suavizante de ropa limpia, a desodorante masculino y a jabón. olfateaste la curva de su cuello una vez más antes de separarte para oírle hablar.
"me está gustando mucho la idea de envejecer contigo ahora, ¿sabes?" murmura, con la misma sonrisa traviesa, mientras la punta de su nariz casi se encuentra con la tuya.
"idiota", su cariñosa maldición se convierte en una risita nasal.
sus dedos se pasean por la cara de kuku, contando cada peca a lo largo de su mejilla y luego bajando por su nariz. los ojos del actor se pasean por su cara, admirándola con calma, repasando cada trocito que desearía no olvidar nunca.
"¿cómo te ha ido el día?" preguntó esteban, apoyando la cabeza en el sofá para verla mejor. sus ojos recorrieron el resto de pecas de su cuello hasta el cuello de la camisa, haciéndola suspirar con la tentación de besar cada una de ellas.
"muy bien, un poco cansada como siempre" contestó, pasándose la mano por el pelo en un intento de arreglárselo. él le ayudó pasándole los dedos por detrás de las orejas, recogiéndole algunos mechones rebeldes. "te he extrañado todo el día"
esteban sonrió dulcemente, pasando la otra mano por su muslo izquierdo mientras la otra bajaba hasta su mandíbula, acariciándola lentamente con el dorso de los dedos.
"¿y lo tuyo?" le devolvió la pregunta, dejando caer la cara hacia un lado, apoyada en la mano de su novio.
"es un poco pesado, ensayos y más ensayos, no quiero más leer ni una palabra", soltó, y se podía ver el brillo del cansancio en sus ojos marrones detrás de las gafas. "sólo he estado esperando este momento"
para satisfacer tu deseo, esteban bajó la mano hasta tu barbilla y te atrajo hacia un beso, lento y suave. el calor de su boca era agradable y familiar contra la tuya, encajando tan fácilmente en el contorno de los labios suaves y contorneados del actor. saboreaste el sabor cítrico del dulce ácido de antes y te reíste en el beso, rozando tu nariz contra la suya mientras inclinabas la cabeza hacia el otro lado.
las gafas de esteban empezaron a interponerse en la profundización del beso, y te apartaste rápidamente, retirando con suavidad la montura de su cara y colocándola sobre el brazo del sofá. sus miradas volvieron a encontrarse, tu sonrisa creció al poder ver la extensión completa de su rostro. inclinándose sobre su regazo, dejó un beso bajo las pequeñas arrugas que marcaban las comisuras de sus ojos, completamente adorables. sin poder contenerse, comenzó a repartir besos sobre su piel, sobre su ceja, sobre su frente, sobre la punta de su nariz. la risa de kuku era adorable y serena mientras aceptaba su arrebato de amor.
sus labios recorrieron la longitud de su cara, dejando un pequeño beso en el arco de cupido de sus labios y luego volvieron a buscar su boca, besándola sujetándola por ambos lados de la cara. era tan fácil amarle. las manos de esteban encontraron el dobladillo de la camisa de su pijama, y lo recorrieron lentamente por debajo, las yemas de sus dedos subieron lentamente por su torso, descansando alrededor de sus costillas, sujetándola. su pulgar acarició tranquilamente su piel en pequeños círculos.
instintivamente, a medida que el beso se alargaba y te perdías en aquella sensación, deleitándote en el rincón de su boca, sus caderas comenzaron a rodar, lentamente, hacia delante y hacia atrás bajo tu regazo, convirtiendo el movimiento en una deliciosa fricción, arrancando débiles gemidos de la garganta de esteban, que no tardó en sentir cómo su miembro se tensaba bajo su palpitante núcleo. sinceramente, no necesitaba mucho.
rápidamente, el roce se convirtió en algo más rápido e intenso, calentándole todo el cuerpo y agitándole la respiración. era difícil incluso igualar el beso, que con el movimiento de vaivén se perdía cuando sus bocas se alejaban, limitándose a rozarse.
esteban no perdió el tiempo, agarrándola por la cintura y deslizando todo su brazo por detrás de ella, acercando sus posiciones y colocándola ahora debajo de él, tumbada bajo el cojín del sofá, sintiendo el ligero peso de su cuerpo y la presión de su polla entre sus piernas.
sediento, ansiando tu sabor, el actor se quitó rápidamente sus pantalones y bajó sus labios hasta tus muslos, mordisqueando la sensible piel del interior de tus piernas.
tu cuerpo se estremeció ante la repentina proximidad de su boca a tus bragas, y el mero roce de la nariz de esteban con la tela bastó para que arquearas la espalda y jadearas.
"oh, de repente tu lado del sofá no es tan importante, ¿eh?", se burla, murmurando entre tus piernas, y tú te ríes, con la mente ya demasiado ida como para refutar sus insinuaciones.
━━━━━━━━ ✤ ━━━━━━━━
me estoy torturando con estas cosas, no aguanto 😣
gracias por la ask <33 ¡¡ ¡como lo has enviado en inglés (me dejé llevar y lo olvidé), lo traduciré y lo publicaré lo antes posible!!!
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Confession Love.
Hugh jackman x female reader.
summary: Tras una noche de celebración con el elenco, Hugh, tu amigo y compañero de escena, comienza a mostrar sentimientos ambiguos, confesando cosas bajo los efectos del alcohol. Aunque intentas restarle importancia, su mirada y sus palabras te dejan una duda inquietante.
Categories: friends to lovers, slow burn, unresolved tension, emotional conflict, mild angst, drunk confessions, theater setting, mutual pining, unspoken feelings, bittersweet ending. {TW} alcohol consumption, subtle emotional tension, hints of jealousy, minor angst, potential infidelity (emotional).
...
La función acaba de terminar, y el teatro aún retumba con los aplausos. Aunque no eran los protagonistas, tú y Hugh han recibido más de un cumplido en los pasillos. "Parecen realmente una pareja", han dicho algunos miembros de la audiencia sin saber que todo es pura actuación. Entre risas y abrazos, los planes para continuar la celebración empiezan a surgir.
Hugh, con una sonrisa radiante y esa energía chispeante que siempre tiene en el escenario, se acerca a ti. "¿Vienes, cierto? Sería casi un crimen celebrar sin ti." Su tono es ligero, pero la forma en que sus ojos brillan al mirarte le añade un toque que te hace preguntarte si sigue actuando o si hay algo más.
"Claro que sí, no me lo perdería por nada." Le devuelves la sonrisa con la misma facilidad de siempre, recordándote que, aunque la química que comparten en escena a veces parece real, ambos saben que son amigos, muy buenos amigos.
Poco después, el grupo de actores se dirige a un bar cercano. El lugar tiene ese ambiente acogedor perfecto para relajarse tras la función, con luces tenues y una música suave que invita a la conversación. Mientras buscan lugar, Hugh se queda cerca de ti, asegurándose de que tengas un asiento a su lado. Durante la primera ronda de bebidas, los compañeros bromean sobre cómo sus personajes encajan tan bien juntos y lanzan algún que otro comentario sobre la química que ambos transmitieron en escena. La conversación transcurre entre risas, y aunque a ti nunca te ha incomodado la idea de que alguien piense que hay algo entre ustedes, notas que esta vez Hugh parece un poco más callado, sus ojos reflejando algo que no logras descifrar.
La noche avanza con rapidez entre risas, brindis y algún que otro chiste sobre la función. Decides pedirte algo para beber, aunque sabes bien que tienes buena resistencia al alcohol, a diferencia de Hugh, que, con apenas unos tragos, suele empezar a desinhibirse. Esta vez no parece diferente: mientras tú mantienes la calma entre copas, él acepta uno, dos, hasta tres shots que le ofrecen, y su risa se vuelve cada vez más contagiosa, un poco más desenfadada.
Desde tu asiento, observas cómo se inclina hacia ti cada vez que dice algo, con esa actitud juguetona que le hace irresistible. Su voz, un poco más arrastrada de lo habitual, suena cálida, y sus gestos te hacen reír de forma espontánea. Sabes bien que, al paso que va, esta noche no va a llegar a casa por su cuenta.
"Sabes que no deberías mezclar tanto," le dices entre risas, empujando suavemente su hombro.
Hugh te lanza una mirada divertida, casi infantil, y se encoge de hombros. "Es celebración, ¿no? Además, me gusta cuando puedo... hablar sin filtro." Termina la frase con una sonrisa que tiene algo de misterio, algo que normalmente no dejaría ver tan fácilmente.
"¿Ah, sí? ¿Y qué cosas dices cuando hablas sin filtro?" Lo dices en broma, pero notas cómo él baja la mirada, como si pensara bien su respuesta, lo cual no deja de intrigarte.
Hugh se ríe suavemente y toma otro sorbo, más lento esta vez, como si buscara la manera de responder. "Quizás... cosas que me guardo porque somos amigos." La palabra queda flotando en el aire entre ustedes, y de repente, el ruido del bar parece desvanecerse a su alrededor.
Tus ojos se agrandan un poco, sorprendida, y no puedes evitar reírte ante su comentario. Niegas con la cabeza, como si eso pudiera disipar la extraña sensación que te deja su actitud esa noche. Él siempre ha sido un poco más desinhibido cuando toma, pero esta vez parece distinto, como si hubiese algo importante que quisiera decirte, y no logras descifrar si es solo el alcohol hablando.
Justo en ese momento, Hugh se pone de pie con un poco de dificultad, levantando su copa con un entusiasmo exagerado. "¡Un brindis!" anuncia, llamando la atención de varios en la mesa. "Por... por la mejor compañera de escena que cualquiera podría pedir..." Su voz se vuelve un poco más seria, y su mirada, a pesar de estar algo vidriosa, se clava en la tuya. "Por alguien que hace que todo sea mejor, incluso los días largos de ensayo..."
Sientes el impulso de detenerlo antes de que vaya demasiado lejos, así que te pones de pie y lo tomas del brazo, sonriendo y diciendo entre risas: "Creo que ya hemos brindado suficiente, Jackman. ¿Por qué no mejor te sientas antes de que hagas algo de lo que te arrepientas?"
Él, un poco mareado pero aún con esa sonrisa, te mira como si estuviera a punto de decir algo más, algo que parece debatirse en su mente. Pero finalmente, accede a tu pedido y se deja caer nuevamente en su asiento, sin soltar tu mano. "Tienes razón, tienes razón... Pero quería que supieras que eres especial para mí. Más especial de lo que probablemente entiendes..." murmura, con una sinceridad que te deja en silencio por un momento.
El ruido a tu alrededor sigue, las risas y las conversaciones de fondo, pero entre los dos parece haber un silencio suspendido, una tensión que no habías sentido antes, y no sabes si lo que acaba de decir fue simple entusiasmo o si hay algo más detrás de sus palabras.
A pesar de tu broma, Hugh parece estar completamente decidido a no bajar el tono de su discurso. Se recarga en el respaldo de la silla y, con los ojos brillando y una sonrisa cómplice, te mira intensamente. "¿Sabes qué? Quizás tienes razón... ¿qué tal si me callo un rato?" Pero su voz se eleva de nuevo, como si fuera imposible dejar de hablar. "Pero es que, en serio, ¿cómo es posible que no te hayas dado cuenta antes de lo genial que eres?"
Sientes la familiaridad de sus palabras, la misma que has escuchado tantas veces en los ensayos y en las charlas que solían tener. Pero ahora, hay algo diferente en la forma en que lo dice. No es solo un cumplido amigable, es como si estuviera buscando algo más, algo más allá de la actuación, algo real.
"Vamos, Hugh, en serio..." Le dices, intentando desviar el tono de la conversación mientras te echas un poco hacia atrás, casi queriendo poner algo de espacio entre ambos. "Ya basta de tanto drama, solo disfruta la noche." Lo empujas suavemente en el brazo, buscando hacerle ver que no es el momento para ponerse tan intenso.
Pero en lugar de sentarse y seguir la corriente, Hugh se levanta de nuevo, casi tambaleando un poco, y te mira con esa expresión traviesa en la que no puedes evitar ver la mezcla de niño travieso y adulto algo desinhibido por el alcohol. "¿Sabes qué? Tengo una idea," dice, antes de que puedas detenerlo. "Voy a hacer el brindis más épico de todos, y tú... tú vas a ser la primera en escucharme."
Antes de que puedas reaccionar, él agarra su copa, levantándola con un dramatismo exagerado, y te lanza una mirada cómplice. "Por la mejor persona en este mundo, por la que hace que todo lo que hacemos en el escenario valga la pena... y por ti, que, no sé, eres como un faro en medio de todo este caos."
Tu risa escapa sin querer, porque es una mezcla de ternura y vergüenza ajena. "¡Hugh, basta!" dices, tratando de retener la risa mientras le pides, con cariño, que se siente. "Ya, ya. Tienes que calmarte, ¿qué tal si mejor tomas agua y dejamos el show para mañana?"
Sigues intentando contener la risa mientras le dices, "En serio, Hugh, te vas a deshidratar más rápido que cualquier cosa con ese ritmo de tragos." Pero al decirlo, te das cuenta de que él ya no está tan atento a tus palabras. En su lugar, te observa fijamente, con una mirada que no puedes leer del todo, como si estuviera tratando de analizarte, de entender algo más allá de la simple broma.
La sonrisa en su rostro se suaviza, y por un segundo, parece que ha dejado de escuchar el bullicio del bar a su alrededor. El tiempo parece ralentizarse, y todo lo que puedes hacer es sostener su mirada, sintiendo una extraña mezcla de incomodidad y algo más, algo que no logras identificar del todo.
A pesar de tu intento de restarle importancia a la situación, Hugh no responde. Su silencio se hace más notorio y te provoca una ligera incomodidad. ¿Acaso está pensando en algo más? ¿O se está dejando llevar por el alcohol?
El ambiente a tu alrededor parece desvanecerse, hasta que finalmente, él rompe el silencio. Pero no con palabras. Solo se inclina un poco hacia adelante, su mirada fija en la tuya, como si estuviera buscando algo, algo que tú no sabes cómo darle.
Tu corazón da un pequeño salto, y te haces la pregunta: ¿realmente estaba solo tomando demasiado, o hay algo más en todo esto?
El momento se alarga, y por un segundo, piensas que podría decir algo que cambie la noche, que cambie todo. Pero entonces, con un suspiro, Hugh se endereza nuevamente y se aparta de ti, como si todo lo anterior fuera solo una fantasía pasajera.
"Perdón, creo que me fui un poco... ya sabes," dice finalmente, sonriendo y levantando su copa como si nada hubiera pasado. "Solo estoy contento de estar aquí con los mejores, ¿no?"
Después de ese breve, pero intenso, momento de silencio, te apartas un poco, buscando algo de distracción. Miras a tu alrededor y te das cuenta de que, sin que te dieras cuenta, ya ha pasado mucho más tiempo del que pensabas. Las luces del bar parecen más cálidas ahora, y el murmullo a tu alrededor es más fuerte, los risueños comentarios se mezclan con la música, creando un ambiente de pura jocosidad.
Observas a los demás, todos se han soltado, el alcohol ha hecho su efecto, y aunque algunos ya están un poco desinhibidos, no puedes evitar notar lo felices que parecen. Hay algo en sus caras, algo entre risueño y algo un poco tonto, que hace que el lugar se sienta más como una fiesta entre amigos que una simple salida después del trabajo. Todo el mundo parece un poco más relajado, casi como si el trabajo hubiera quedado atrás y lo único que importara ahora fuera disfrutar del momento.
Tienes que reprimir una risa cuando ves a algunos de los actores del elenco actuando un poco más... curiosos, y te preguntas en qué momento todo el grupo se fue transformando en una especie de burbuja de alegría boba, donde las palabras son más risueñas que coherentes.
Pero lo que más te llama la atención es Hugh. De alguna forma, parece que el ambiente lo ha atrapado de la misma manera. Mientras sigues observando a tu alrededor, te das cuenta de que él sigue allí, tan cerca, pero ahora con una copa en la mano que ni siquiera recuerda haber llenado. Su expresión sigue siendo juguetona, pero algo en su postura parece diferente, como si él también estuviera intentando comprender qué está pasando en este juego de risas y bromas.
Cuando sus ojos se encuentran con los tuyos nuevamente, hay una chispa en ellos, una que te hace sentir incómoda, pero también te provoca algo dentro, una especie de anticipación. Pero justo antes de que puedas decir algo, él vuelve a sonreír, esta vez de una manera más torpe, como si fuera incapaz de mantener el tipo de seriedad que había tenido antes.
Sigues observando a Hugh, quien sigue sonriendo como si estuviera en un mundo paralelo, moviendo la copa de un lado a otro sin mucha intención. Al final, decides romper el silencio con algo ligero, pero que aún refleja ese toque de diversión.
"¿Sabías que no tienes tolerancia al alcohol?" le dices, sin rodeos, mientras lo miras fijamente. "Lo digo porque siempre en los eventos o entregas de premios, siempre te veíamos con una botella. Pero el segundo trago ya te tenía dando vueltas."
Hugh te mira, un poco sorprendido por tu observación, pero después se echa hacia atrás en su silla y se ríe. "¡Vaya, vaya! ¿Así que has estado observándome, eh? Pues sí, soy un desastre con el alcohol," responde con una sonrisa traviesa, como si estuviera bromeando, pero hay algo en su tono que suena más sincero de lo que esperabas. "Nunca he sido de aguantar mucho. Pero es que... ya sabes, cuando te dan una botella en cada evento, es difícil decir que no."
Te ríes ante su comentario, sabiendo que él tiene razón. Los organizadores de esos eventos solían mimarlo un poco más de la cuenta, y aunque a veces lo hacía parecer encantador, otras veces simplemente terminaba siendo un desastre adorable. Pero ahora, al verlo de cerca, algo en sus ojos te dice que tal vez no solo estaba bebiendo por diversión, sino también como una forma de desconectarse, de olvidarse de algo por un rato.
"¿Y cómo es que nunca te pasó factura?" preguntas con tono curioso, sin dejar de mirarlo. "Con todo lo que tomabas, me sorprende que sigas de pie."
"Porque tengo una habilidad especial para dar la apariencia de estar bien," dice, levantando la copa como si estuviera haciendo un brindis por su propia habilidad. "Pero ya ves, esta vez no estoy tan seguro de qué está pasando... parece que mi tolerancia ya está a cero. Y tú, ¿te has dado cuenta de que me estás observando demasiado?"
La tensión en sus palabras es sutil, pero ahí está. Y aunque su tono es juguetón, sabes que en el fondo hay algo más que tal vez no está tan claro ni siquiera para él.
En ese momento, tu teléfono vibra en tu bolso, sacándote de la burbuja de complicidad en la que te habías sumido. Sacas el móvil y ves que es un mensaje de un amigo, simplemente preguntando cómo va la noche. Sonríes mientras lees y, al responder, no puedes evitar que tus labios se curven en una sonrisa sutil, más por el mensaje que por la situación en sí.
Hugh, que te había estado observando con más atención de lo que te habías dado cuenta, se queda en silencio unos segundos más. Luego, en un tono que te parece ligeramente más suave, dice: "¿Sabes? Eso... eso es lo que me gusta de ti. Siempre tan... genuina, tan... fácil de hacer sonreír."
Es una de esas frases que te hace detenerte un instante, porque aunque parece una observación simple, hay algo detrás de la forma en que la dijo. Algo en su mirada, que ya no tiene la chispa juguetona de antes, sino una suavidad que te toma por sorpresa.
Te giras hacia él, intentando entender el cambio, pero no es fácil leerlo en ese momento. "¿Genuina?" repites, ligeramente confundida, mientras guardas tu móvil en el bolso.
"Sí," responde, arrugando un poco la frente como si estuviera buscando las palabras adecuadas. "Es raro... pero, no sé. Es como si todo en la vida fuera más fácil contigo, más... claro." Sus ojos se encuentran con los tuyos, y por un segundo, parece que no está seguro de lo que acaba de decir. "Es solo que, ya sabes, algunas veces no entiendo por qué todo se siente tan... tan natural entre nosotros."
Tienes que hacer un esfuerzo para no dejar que la confusión te gane. No sabes qué está tratando de decir, si realmente lo sabe o si está hablando solo por el alcohol. Pero algo en sus palabras te hace pensar que esto es más de lo que parece.
"¿Natural, eh?" le preguntas con un tono ligero, intentando aligerar la tensión que se está formando en el aire. "Será porque llevamos mucho tiempo trabajando juntos, Hugh. Es normal que se sienta así. Nos conocemos bien."
Sin embargo, él no parece tan convencido. Posa su copa sobre la mesa, su mirada ahora centrada en ti con una intensidad que no habías notado antes. "Sí... supongo," responde, pero con un toque de inseguridad que no encaja con su usual confianza. "Pero, a veces... no sé, siento que hay algo más. Como si no fuera solo por el trabajo, sabes..."
Y en ese momento, la realidad de lo que está intentando decirte empieza a colarse en tus pensamientos, pero antes de que puedas procesarlo completamente, Hugh da un sorbo a su bebida, como para calmar los nervios que parecen aflorar.
¡Perfecto! Aquí te dejo cómo podría continuar la escena, manteniendo la tensión mientras la protagonista intenta racionalizar lo que está pasando y tratar de restarle importancia al comportamiento de Hugh
Sientes que la incomodidad empieza a crecer dentro de ti, como una pequeña bola que se va haciendo más grande. Sus palabras, tan sinceras pero confusas, te dejan con una sensación extraña. Intentas mantener la calma, pero no puedes evitar preguntarte si está siendo más directo de lo que debería, o si solo está dejando que el alcohol hable por él.
Suspiras disimuladamente y te recargas en la mesa, tratando de aliviar la tensión. "Hugh, creo que el alcohol te está afectando más de lo que crees," dices con una risa nerviosa, como si fuera todo una broma. "Deberías relajarte, estás diciendo cosas que... bueno, no suelen ser muy claras."
Te esfuerzas por mantener el tono ligero, como si todo fuera un malentendido, como si no tuvieras idea de lo que realmente está pasando. En tu mente, piensas que quizás solo es el efecto del alcohol, que está hablando sin pensar, y que en la mañana se olvidará de todo esto.
Pero a medida que lo miras, te das cuenta de que él sigue allí, mirando con una intensidad que no puedes ignorar. Hugh parece pensarlo un momento antes de hablar, y cuando lo hace, su voz suena más baja, casi como si fuera un susurro.
"No, no creo que sea solo el alcohol," dice, jugando con la copa de nuevo. "Es solo que... no sé, a veces siento que hay algo que no decimos, algo entre nosotros. Pero tal vez estoy equivocado. Tal vez soy solo yo siendo demasiado... emocional."
Lo miras con una sonrisa tensa, intentando no darle más vueltas al asunto. "Vamos, Hugh. Lo sé, ya sé. Solo estás un poco borracho y mezclando las cosas. No te preocupes, en un par de horas ni te acordarás de lo que dijiste."
Pero incluso al decirlo, algo en su mirada te hace dudar. No sabes si lo está diciendo en serio o si, como pensabas, está solo dejado llevar por el alcohol, pero la verdad es que... algo te dice que esto podría no ser tan simple como parece.
La conversación se queda suspendida en el aire, y cuando Hugh te mira con esa mezcla de duda y algo más, decides darle un toque más ligero, como si todo fuera un malentendido. Pero cuando él habla nuevamente, su tono es bajo, directo, y algo más serio.
"Es solo que..." empieza, la voz un poco más grave de lo habitual, "a veces me pregunto si... si podría haber algo más, ¿sabes? Entre nosotros."
La suavidad con la que lo dice te atrapa, y por un momento, parece que el mundo se detiene a tu alrededor. El calor sube a tu rostro sin que puedas evitarlo, y sientes que el rubor se extiende rápidamente por tus mejillas. Intentas disimularlo, pero no puedes evitar que tu corazón lata más rápido, como si estuviera sintiendo cada palabra en su totalidad.
No sabes qué responder, así que el silencio entre los dos se vuelve incómodo, y el peso de sus palabras comienza a hacer mella en tu mente. Todo lo que habías pensado como un malentendido, de repente parece mucho más real. Y es en ese instante de silencio cuando algo te hace sobresaltarte.
Un par de manos cálidas y familiares rodean tu cintura, interrumpiendo tus pensamientos. Un suave beso se posa en tus labios, y, al abrir los ojos, te das cuenta de que es tu novio, que ha llegado para buscarte.
"¿Te he dejado mucho tiempo?" te pregunta, su voz un poco cargada de preocupación, pero al mismo tiempo, con una sonrisa tranquila. "Era tarde y vi que habías estado tomando un poco... pensé que sería mejor irte a casa."
El gesto de su llegada te hace soltar un suspiro de alivio, pero también una sensación extraña se instala en tu pecho. Te preguntas si Hugh había notado el cambio, o si había algo más que no habías querido ver antes. La idea de la confesión, o tal vez lo que era, se desvanece un poco al ver a tu novio, pero la sensación de incomodidad persiste.
"Todo está bien, de verdad," dices con una sonrisa cansada mientras te giras hacia tu novio, tratando de disimular la sensación extraña que se ha formado en tu pecho. "Solo estoy un poco cansada, no te preocupes," añades rápidamente, con la esperanza de que no note la tensión que aún persiste en el aire.
Sin embargo, mientras hablas, tus ojos se desvían brevemente hacia Hugh. El cambio en su rostro es inmediato y claro: su sonrisa se desvanece y la tristeza comienza a inundar sus ojos. La chispa juguetona que solía brillar en su mirada ha desaparecido, reemplazada por una sombra que te golpea de frente. Te das cuenta de que, a pesar de tus palabras, algo ha quedado en el aire, algo que no puedes borrar tan fácilmente. La incomodidad crece en ti, pero intentas ignorarla, no sabes si es porque el alcohol lo ha dicho todo o porque, en el fondo, tú también has sentido una verdad entre sus palabras.
Para no darle más importancia al momento, decides actuar con rapidez. Mirando a uno de tus compañeros de trabajo, le haces una seña. "¿Podrías llevar a Hugh cuando terminen? Creo que no va a poder regresar solo." La petición sale natural, casi como un mecanismo para evitar un conflicto innecesario, para desviar la atención de la situación incómoda en la que te encuentras. El amigo asiente, aceptando sin preguntar, pero puedes ver que hay algo que no encaja en su mirada.
Recoges tus cosas rápidamente, el sonido del crujido de tu bolso siendo cerrado rompiendo el silencio, mientras Hugh permanece sentado en la misma posición, con la vista fija en el vaso que aún sostiene. La imagen de su rostro triste te persigue un momento antes de que te acerques a él. Es un gesto suave, casi mecánico, pero te sientes obligada a despedirte. Le sonríes con una leve sonrisa, una que sabe a despedida más que a bienvenida, pero que intentas que suene amable.
"Cuídate, Hugh," le dices en un susurro, esperando que esas palabras sean suficientes para cortar la tensión del momento. Pero no sabes si las palabras lo son, o si, de alguna forma, no han sido más que un intento por convencerte a ti misma de que todo está bien.
Justo cuando te giras para irte, tu novio toma tu mano, tirando suavemente de ti hacia la salida. El sonido de tus pasos resonando en el suelo parece llenarlo todo de ruido, como si el silencio entre tú y Hugh aún persistiera en el aire. Pero en el último momento, antes de cruzar la puerta del local, tu mirada se vuelve involuntaria hacia atrás. Tus ojos se encuentran con la figura de Hugh, todavía sentado, mirando al frente con un aire perdido, como si estuviera atrapado en sus propios pensamientos.
Un nudo se forma en tu estómago, y por un instante, te preguntas si realmente has hecho lo correcto. El recuerdo de su confesión, la incertidumbre en su mirada, la suavidad de sus palabras... todo se entrelaza en tu mente, y un pensamiento fugaz cruza por tu cabeza: Las personas dicen la verdad cuando están borrachas. Pero, ¿qué significaba eso en realidad? ¿Era todo solo una confusión, o realmente había algo más detrás de esos ojos? Sientes una mezcla de curiosidad y desconcierto, y por un momento, el camino hacia la salida parece más largo de lo que realmente es.
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What he said...
@bat-cat-reader has graciously asked me for a transcript and Spanish translation of the video posted by @samheughanswife from the Sydney Hublander and I think she didn't have time to check her DMs.
The one where S couldn't help but bring up C, the very first moment he was on stage. Check it out here, with all credits given to SHW, of course: https://www.tumblr.com/samheughanswife/743154023637614592/straight-up-in-the-first-question-from-the?source=share
I tried my best, sound was calamitous and yelling, well... worse than an MMA match.
English transcript:
It’s hard to not have fun, when you’re working with people like Mr. Lacroix, unless he’s in one of those like moods, you know, when he like just wanders off and does not speak to anyone. But uhm…over the years, we’ve got amazing cast we’ve worked with and everyone has just a good time. I mean, there’s not always much time to mess around or play pranks or anything like that, but we do tend to have a good time… Caitriona Balfe is an amazing co-star, she’s got a terrible habit of corpsing, so if something goes wrong, her shoulders start to go (mimicks laughter). She would turn around in the scene, so no one can see her face and just leave me to deal with a lot of questions. Yeah, it’s a lot of fun, we get all… I’ve got my groomer, Wendy, I’ve been with from the beginning, she is also a ridiculous human being, and just a lot of fun, so we can go along, just not much as did in Season 1, not so fun (?).
Traducción en Español:
Es difícil no divertirse cuando trabajas con gente como el Sr. Lacroix, a menos que esté en uno de esos estados de ánimo similares, ya sabed, cuando simplemente se aleja y no habla con nadie. Pero uhm… a lo largo de los años, hemos trabajado con un elenco increíble y todos se lo pasan bien. Quiero decir, no siempre hay mucho tiempo para perder o gastar bromas o algo así, pero tendemos a pasar un buen rato... Caitriona Balfe es una coprotagonista increíble, tiene un hábito terrible de morirse de la risa, así que si algo sale mal, sus hombros empiezan a moverse (imita la risa). Ella se daba vuelta en la escena, para que nadie pudiera ver su cara y simplemente me dejaba lidiar con muchas preguntas. Sí, es muy divertido, nos ponemos a todos... tengo a mi peluquera, Wendy, con quien he estado desde el principio, ella también es un ser humano ridículo, y muy divertida, así que podemos seguir adelante, simplemente no tanto como en la Prima Temporada, no tan divertido (?).
Funny how idioms like 'ridiculous human being' do spread in the family, only to resurface, years after Sis coined it. But hey, always bring Wendy in (remember Madrid, LOL?) and dilute, dilute, dilute.
Also funny how the 'best informed, most neutral blog' EVAH did not use SHW's footage, so as not to credit her (petty, I know)?
To make myself very clear, here is what I think about all that overtouted neutrality. Remembering that she used this tune in a very early S mudslinging video she created and put on Youtube:
youtube
(Irrespective, this is a great remix and Freddie - never been a fan, but deeply appreciative - is simply TOP)
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Tania es la hermana menor de Nicky, ella es divertida, imprudente y un poco tomboy, le gusta hacer bromas y andar en patineta. ___ Tania is Nicky's younger sister, she is funny, reckless and a bit of a tomboy, she likes to make jokes and ride a skateboard.
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Sueño
Hiro Hamada x Lectora.
Advertencia: Los personajes son menores de edad.
(N) = Tu nombre o nombre de tu O´c.
........................................................................
— Hiro... — (N) llamó al pelinegro una vez que se asomó en el garaje, pero al no tener respuesta dudó en que el muchacho esté aquí. — ¡Hiro! — La joven se adentró al garaje con cuidado de no estropear nada del trabajo de Hiro.
Al pasar unas 3 cajas llenas de microbots, logró visualizar al pelinegro dándole la espalda, llevaba auriculares por lo tanto no podía escuchar nada. Razón por la cual no respondió cuando lo llamó la primera vez.
(N) rio un poco ante su figura encorvada, dejó el toper de comida que antes había hecho para él en una mesa no tan alejada.
— Hiro... — Tocó el hombro del chico y este se sobresalto del susto, Hiro se quitó los audífonos cuando vio a su novia.
—¡(N)!, me asustaste — El pelinegro puso su mano por encima de su pecho que subía y bajaba de manera dramática. — ¡No vuelvas a hacer eso, casi me da un infarto!
La joven soltó unas cuantas carcajadas ante la reacción del adolescente.
— Perdón, pero estuve llamándote y no me respondías — (N) dejó un suave beso en la frente del chico. — ¿Cómo va el proyecto? — Hiro sonrió y miró su computadora, la joven imitó su acción admirando su trabajo.
Siendo sincera no le entendía nada, pero aun así luchó para poder comprender aún que sea un poco del complicado plano frente a sus ojos.
— Estoy arreglando el neurotransmisor, hace unas horas tuve unos fallos al probarlos con Tadashi, así que estoy en esas.
— ¿Ya comiste? — Hiro dudó en responder, pero al notar la mirada interrogativa de la adolescente negó. — Vamos Hiro, ¿Cómo quieres que tu proyecto sea el mejor si no comes nada?
— Cariño, puede que esté muriendo de hambre, pero aun así mis inventos serán los mejores — Hiro trató calmarla con una broma; la joven rodó los ojos y tomó el tóper de comida que dejó en la mesa.
— Ven, deja de trabajar unos minutos y come — Tomó el brazo de Hiro y lo jaló fuera de la mesa y computadora.
— ¡Espera!, vamos (N), ya casi es la feria de la Universidad y aún me hace falta mucho trabajo, no puedo dejar mi proyecto botado. — Hiro trató de negociar, pero no sirvió de nada sus palabras, (N) no lo soltó hasta que llegaron al pequeño sofá que estaba al fondo del garaje.
— Lo sé, pero aun así debes cuidar de ti — Concluyó la joven mientras se sentaba a la par de Hiro en el sofá; luego dejó el tóper cuidadosamente en el regazo del chico. — Anda, come, lo hice para mí.
— Gracias — El chico le ofrece una sonrisa antes de abrir el tóper, el olor de la comida casera inundó el ambiente y hasta en ese momento Hiro cayó en cuenta lo verdaderamente hambriento que estaba. — ¡Huele delicioso!
— Lo hice sabiendo que mi tonto novio no estaba cuidando bien a si mismo... — Una mirada juzgona de Hiro bastó para que soltara una que otra carcajada. — Espero que te guste...
— ¡Me encanta!
Pasaron unos minutos en donde (N) hablaba de lo que sea que le haya pasado en los días que no había visto a Hiro, el chico la oía atentamente y comentaba una que otra cosa dejándole en claro que la escuchaba, formando así un cálido ambiente entre ellos dos.
Cuando Hiro terminó de comer, dejó el tóper vacío en el suelo y se acostó en el sofá, dejando su cabeza por encima del regazo de su novia.
— ¿Desde cuándo no duermes? — La joven pasó sus dedos por los largos cabellos del chico.
— No lo sé... No me acuerdo — Un golpe de somnolencia inundó a Hiro, frotó sus ojos con la palma de la mano tratando de quitar el sueño y poder disfrutar más el momento.
— Duerme, aunque sea un poco — La adolescente buscó una mano de Hiro para entrelazarla con la de ella.
— No quiero, si me duermo estaría desperdiciando tiempo que puedo pasarla contigo a solas... — Hiro soltó un bostezo y sonrió al ver la cara roja de (N). — Y terminando mi proyecto. — Hiro recibió un golpe en la frente. — ¡Ay!
— Gran manera de arruinar un momento romántico — Acusó divertida. — Tonto, duerme un rato yo estaré aquí cuando despiertes, además ya será fin de semana y vendré para ayudarte un poco en tu proyecto, así que tendremos un montón de tiempo juntos...y terminando ese proyecto.
— Eso me gustaría, gracias por la comida y por cuidarme — La mano desocupada de Hiro se movió hasta quedar por detrás del cuello de la joven, la empujó suavemente hacia abajo para poder alcanzar los labios de su novia con los de él. El beso no duró tanto, pero fue lo suficiente para que estuviera satisfecho. — Te amo.
— Yo también me amo. — Respondió (N).
— ¡Ay, vamos!
.............................................................................
Nota de la autora: Tiktok tiene la culpa, apareció un edit de Hiro re de la nada y me dieron ganas de leer contenido x lectora de él, obvio como no había mucho tuve que escribir algo yo. 🤗
#fanfiction#reader imagine#x reader#reader insert#fem reader#x you#reader x character#hiro hamada#big hero six#big hero 6#disney#movies#one shot#smut#smile#jjk smut#lectoras
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Cuando estás enferma:
Seungcheol:
Al ser un miembro cariñoso y dedicado, Seungcheol es probable que reaccione con preocupación y cariño por tu bienestar al estar enferma. Probablemente te hará preguntas sobre cómo te sientes, cuánto tiempo has estado enferma y qué puedo hacer para ayudarte. También puedes esperar que te traiga algunos regalos, como una medicina que le pidas, una comida saludable o cualquier otra cosa que le digas que necesitas. Sin lugar a dudas, sería un buen enfermero y te apoyará en la recuperación.
Jeonghan:
Jeonghan es generalmente tierno y atento cuando sus seres queridos están enfermos. Probablemente intentará animarte, haciéndote reír con sus bromas y comentarios divertidos. Puede que incluso prepare té o algún bocadillo fácil de digerir para ti. Jeonghan también es capaz de tener una actitud calmada y tranquilizadora, lo cual puede ser reconfortante si te sientes estresado por estar enfermo. En pocas palabras, es probable que te haga sentir cuidado y apoyado durante tu recuperación.
Joshua:
Como una persona cariñosa y considerada, Joshua probablemente reaccione con preocupación y bondad si estás enferma. Probablemente te preguntará cómo te sientes y si hay algo que pueda hacer para contribuir a tu pronta recuperación. Es posible que incluso te brinde palabras de ánimo y apoyo, y ofrezca algún gesto como hacer que te traigan una medicina u ofrecerte una comida ligera. Joshua seguramente te apoyará de manera sincera y cuidadosa durante tu momento de debilidad y te desea que vuelvas pronto a la salud.
Jun:
Como una persona generalmente tranquila y servicial, Jun probablemente reaccionará con preocupación y ternura si estás enferma. Probablemente se ofrezca a ayudarte en lo que necesites, preparando comida, haciendo mandados o simplemente haciendo sentir acompañado. Es probable que trate de animarte y distraerte de tu estado a través de bromas o actividades divertidas. En general, Jun es probable que te brinde apoyo tanto a nivel emocional como práctico mientras te recuperas de tu enfermedad.
Hoshi:
Hoshi es generalmente una persona energética y enérgica, y probablemente reaccione con preocupación y urgencia si estás enferma. Puede que incluso bromee y use el humor para tratar de levantar tu ánimo mientras te ayudas a recuperarte, y es probable que se ofrece a llevarte cualquier medicina o regalo que necesites. Hoshi es alguien que generalmente busca maneras de apoyar a sus seres amados, y probablemente buscará formas de hacerte sentir mejor.
Wonwoo:
Como una persona generalmente tranquila y considerada, Wonwoo probablemente reaccione con preocupación y apoyo si estás enferma. Es probable que busque maneras de mantener tu ánimo positivo y divertido, ya sea mediante conversaciones o actividades que te hagan sentir mejor. Es probable que trate de hacerte compañía y animarte mientras te recuperas, y puede incluso tomarse el tiempo para hablar contigo y escuchar tus sentimientos. En general, Wonwoo es probable que te brinde una sensación de preocupación y apoyo de fondo de manera tranquila y reflexida.
Woozi:
Woozi es generalmente un hombre reflexivo y expresivo, y probablemente reaccione con preocupación y atención si estás enferma. Es probable que se ofrezca a ayudarte de cualquier manera que pueda, incluyendo llevar medicina, acompañarte a citas médicas o simplemente hacerte sentir acompañado. A pesar de su personalidad reflexiva, Woozi puede ser afectuoso y dedicado cuando se trata de los que le importan, por lo cual será probable que él haga todo lo posible para apoyarte durante tu proceso de recuperación.
Dk:
DK es generalmente un hombre cariñoso y servicial, y probablemente reaccione con preocupación y atención si estás enferma. Probablemente se ofrezca a llevarte comida, ayudarte en las tareas del hogar y mantenerte divertido con actividades entretenidas. Es probable que trate de animarte y hacerte sentir más cómodo en general, y buscar maneras de ayudarte a pasar tiempo agradable mientras te recuperas. En resumen, DK es probable que sea muy afectuoso y servicial durante tu momento de debilidad.
Mingyu:
Al ser una persona cariñosa y protectora, Mingyu probablemente reaccione con preocupación y amor cuando estás enferma. Es probable que se sienta ansioso por tu estado y desee hacer cualquier cosa para aliviar tu sufrimiento. Buscará maneras de apoyarte, ya sea ofreciendo ayudarte con las tareas del hogar, preparando comida para ti o simplemente estando a tu lado. Esperas que te brinde ánimo y compasión mientras estás recuperándote, y que haga todo lo posible para que tú te sientas mejor.
The8:
The8 es generalmente una persona tranquila y tierna, y probablemente reaccione con preocupación y un deseo de cuidado si estás enferma. Es probable que trate de animarte y hacerte estar más cómodo, ofreciéndote cuidados y atenciones. Puede que incluso se ofrezca a prepararte un té relajante o un caldo para que te sientas mejor. El8 probablemente será muy cariñoso y atento con tus necesidades mientras te recuperas.
seungkwan:
Seungkwan es generalmente una persona activa y enérgica, pero también cariñosa y preocupada. Si estás enferma, probablemente reaccione con preocupación y energía, queriendo hacer todo lo posible para animarte y hacerte sentir mejor. Es probable que te envíe muchos mensajes para saber cómo estás y te ofrezca llevarte un regalo o incluso ir a visitarte. Además, puede que trate de mantener tu ánimo positivo y ser el foco de atención, haciéndote reír y pasar el tiempo de manera agradable.
Vernon:
Vernon es generalmente una persona tranquila y considerada, y probablemente reaccione con preocupación si estás enferma. Es probable que trate de animarte y mantener tu ánimo positivo, y podría incluso ofrecerte llevar alguna medicina o alimento que te haga sentir mejor. Vernon puede ser atento y afectivo durante tu momento de debilidad, pero es probable que no vaya a extremos exagerados en su cuidado. Por otro lado, puede ser más sutil pero dedicado con su apoyo y atención durante tu proceso de recuperación.
Chan:
Chan es generalmente un chico cariñoso y preocupado, y probablemente reaccione con mucha preocupación si estás enferma. Probablemente hará muchas preguntas para saber cómo te sientes y cómo puede ayudar, y es probable que te ofrezca llevar medicamentos o cualquier otra cosa que necesites. Chan probablemente se ofrecerá a hacerte compañía, ya sea para ver una película o jugar juegos en línea para entretenerte. Es probable que te brinde mucha atención y apoyo durante tu proceso de recuperación, haciéndote sentir cuidado.
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Llegará el día en que por fin conozca a mi media naranja y me enseñe cuán hermoso puede resultar lo gris de la vida.
Serán mañanas acurrucadas entre sábanas. Tardes de paseos y besos en el Puente de Zigzag de mi ciudad, contemplando la puesta del sol. Noches frías, con su cabeza acunada en mi pecho, bajo las piedras preciosas resplandeciendo en el cielo, brillando sólo para nosotros, sintiendo el calor de nuestros cuerpos.
Idealizo nuestros encuentros en un café y nuestras charlas expandiéndose por horas.
Ya admiro cómo sus ojos refulgen mientras me narra sus sueños o cómo esboza sonrisas al contarme sobre sus más cómicas anécdotas o cómo su voz se rompe cuando algo no marcha bien en su vida.
Imagino lo feliz que me haría en medio de la guerra que estoy teniendo con mi tristeza.
Sería como mi tan anhelado interludio, como un ángel que descendió por un instante y se eternizó en todos los ámbitos de mi vida.
Sueño con ella presentándome a su familia: Las bromas que le gastarían sus hermanos. El regocijante momento en que su mamá trae el álbum familiar. Las intimidantes advertencias de su padre. Los sabios consejos de sus abuelos. Lo entusiasmada que se vería contándoles a sus tías, primas y amigas sobre mí.
Fantaseo con los libros que llenarían nuestros estantes. Las divertidas peleas en la cocina. El amor incendiando nuestra cama. Las inolvidables risas en el sofá. Cómo preferiríamos adoptar a un perro y a un gato, en lugar de tener hijos.
Cada vez que vaya a recogerla del trabajo. Cada vez que me visite en el mío. Cada vez que nos estresemos y nos escabullamos.
Anhelo eso: vivir el arte de amar y ser amado con la persona correcta, hacer de cada escena de mi vida la comedia más romántica del mundo junto a la mujer perfecta.
Aprender a sentir, con la dueña de mi corazón, como En la cama: el beso de Henri de Toulouse-Lautrec, como Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda, como Jan y Brad en Pillow Talk, como Rhys y Ginger en Nosotros en la luna, como una canción de Taylor Swift.
Estoy teniendo la incontrolable fantasía de encontrar al amor de mi vida, escapar de la realidad, y vivir en un sueño con ella.
-Dark prince
#dark prince#black beauty poetry#rogger maya#citas#citas de libros#frases#frases de amor#notas#escritos#escritos románticos#escritos para dedicar#quotes#fragmentos#en tu órbita#versos románticos#poemas de amor#taylor swift#pablo neruda#poetas#poetas románticos#poetas en español#poetas enamorados#poetas en tumblr#de poesía y poetas#poets#poets on tumblr#new poets society#almadepoeta
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¡Convierte tu agonía y sufrimiento en bromas, convierte tus lágrimas y tristezas en una cara divertida! ¡Ríete, payaso, de tu amor arruinado! ¡Ríete del dolor que esta envenenando tu corazón!
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No sé cómo las personas pueden lastimar a otro con la excusa de haber sido lastimados antes, o sea no puedo llegar a entenderlo.
Entiendo que no todo pasa como queremos, a veces amamos a quien no nos ama, a veces nos ama quien no amamos, pero si no amas a alguien porque hacerle creer que si y no me refiero a las vanas ilusiones que muchas veces podemos crearnos nosotros mismos, voy al punto de que no amas a alguien y aún así le dices que lo quieres, lo miras como cuando por casualidad alzaste la vista al cielo a la hora indicada del nacimiento del atardecer más hermoso, le prometes que todas esas cosas mala que alguien hizo que pensara que era no son reales.
A mí también me han lastimado, de muchas maneras, demasiadas creo, pero nunca le he hecho eso a nadie no porque no pueda, aquí va una pequeña anécdota en algún momento de mis cortos 22 años, alguien que amé y me amaba se le ocurrio hacerme una broma, fue simple de hecho divertida pero ese día estaba tan estresado que actué de una manera fea, no fue algo que dejara una marca de por vida pero se que se sintió mal, luego me dolió más a mi haber dicho lo que dije que lo que ha ella le afecto.
Terminando esto no se como podría vivir tranquilo haciendo vivir a alguien más lo que me han hecho a mi y no pensar en como afectaría a esa persona, no puedo imaginar hacer creer a alguien que me quiere que yo lo quiero de la misma manera para luego destruir su corazón solo porque eso hicieron el mío, sólo no podría mi propio ser estaría asqueado por la porquería de persona que sería.
#frases#no#citas#ndea#a#tumblr#ideas#que#amor#desilusión#cosas que escribo#escritos#escritxs al viento
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25 . “Tu mamá me dio fotos tuyas cuando eras un bebé” con Gavi 😁
“fotos de cuando eras bebé” con gavi:
advertencia: cortito y lectora fem.
rara vez le cambiabas el fondo de pantalla a tu celular porque no lo creías necesario. ponías fotos tuyas y de tu novio juntos, o fotos de tus mascotas mayormente, pero aquel día fue diferente.
la foto de cuando pablo iba al preescolar adornaba plenamente la pantalla de tu celu, y sonreíste grande cuando notaste su hermosa sonrisa de bebé.
ese día pablo y tu saldrían a cenar a lo de pedri, pues había una reunión por el cumpleaños de uno de los chicos. tu novio estaría pasando por vos a tu casa porque recién había sacado el carnet de conducir, y estaba emocionado de llevarte a todos lados sin tener que pedirle a sus amigos mayores que lo llevaran.
la pantalla de tu celular se iluminó nuevamente cuando te llegó un mensaje de tu novio. había llegado y estaba afuera esperándote.
saliste con cuidado porque apenas y sabías andar con tacones altos. te había gustado tu outfit para ese día en particular, era un lindo vestido casual con un maquillaje sencillo, nada del otro mundo.
sabías que las novias de los compañeros de gavi irían también, así que no querías quedarte atrás.
“te ves hermosa, amor” dijo pablo cuando te vió. se había bajado del auto para abrirte la puerta, y no pudo evitar mirarte más de lo debido.
“gracias, tú también te ves lindo” le regresaste el cumplido con una sonrisa y subiste al auto con cuidado de no golpear tu cabeza con el techo.
“¿lista para irnos? ya vamos algo tarde…”
“si, vámonos” y así, pablo aceleró para irse rápido a casa de pedri.
en el trayecto más que hablar, iban escuchando música diversa, desde música de los 80s hasta las cumbias más actuales. a pablo le gustaba mirarte feliz, y también le gustaba cuando cantabas en voz alta las canciones que ponía.
“¿puedo usar tu teléfono para llamarle a pedri? es que el mío se está quedando sin batería…” te preguntó y vos accediste. le tendiste tu celular con toda la confianza del mundo, y él lo tomó.
ni siquiera paso un segundo cuando exclamó en voz alta.
“¡ah! ¿y esta foto como la tienes?” su rostro gritaba confusión, y se te hizo divertida la forma en la que sus cejas se juntaban en una mueca.
reíste tanto que tu estómago dolía.
“tu mamá me dió fotos tuyas de cuando eras un bebé.” dijiste entre risas.
“pero si aquí me veo fatal, ¡me faltan dientes!”
“te ves adorable, no sé qué te pasó.” dijiste como broma, y tu novio solamente pudo unirse en tus carcajadas.
“me veo patético, pudiste escoger al menos otra que no sea esa…” rascó su nuca con vergüenza pero aún así suspiró rendido.
le gustaba que trajeras fotos suyas, pero le hubiera gustado más una donde salieran juntos.
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Postales de la culpa
La casa de campo estrena visitas, es un grato reencuentro con amigos y los ánimos están por las nubes. La construcción misma coquetea con los nimbos en los días húmedos, enclavada al pie del cerro hace equilibrio entre la imponencia de la montaña y el paisaje que la altura obsequia a quien gusta columbrar las ciudades desde el atalaya de las sierras.
No me puedo ufanar de mayores destrezas en el arte del asador de carnes, lo mío es cumplir la misión, para lo cual pongo en juego toda mi abnegación, compromiso y responsabilidad. Todo el tiempo me invaden pensamientos que delimitan mi devenir conductual, tales como "la alimentación de toda esta gente depende de mi" o "la dicha momentánea de este conjunto de personas puede desvanecerse por mi causa", una incorrecta ignición, una deficiente manipulación de las brasas, un manejo prepóstero en el volteo de los cortes expuestos al calor pueden ser condenatorios.
Los niños revolotean como mariposas por toda la extensión de la propiedad, las mujeres preparan la mesa imaginando que la comida estaría próxima a servirse. Los hombres no se involucran en el asado fogoneado por otro, es una intromisión inexcusable que por convención no se discute, por lo que se dedican a entorpecer los quehaceres de las mujeres, criticar la manera de condimentar las ensaladas. y otros modos sencillos de molestar jocosamente.
Colindante con la casa hay un terreno desmalezado cuyo cuidador más notorio es un algarrobo adolescente de no menos de treinta años, escoltado por varios espinillos escuálidos aunque envalentonados por la prestancia de su capitán. El terreno contiguo es propiedad de un campesino pequeño ganadero al que todavía le queda optimismo para criar algunas vacas, cabras, cerdos y ovejas, las que cuenta por menor número de una decena de cada animal, aunque tiene sembrado y cosechado un ejército de gallinas ponedoras, con todo y sus gallos y pollitos que las persiguen, cada cual con su pretensión, por toda la extensión de la campaña.
Durante el último año transcurrido el avance en las obras de la casa ha sido continuo, se completaron las instalaciones de agua y de luz, aunque el paraje cuenta con servicio de energía eléctrica domiciliaria no sucede lo propio con el agua corriente, que todavía es provista por camiones cisterna.
Próximo gasto a afrontar: la construcción de un asador de material. Mientras tanto, los costillares y chacinados de hoy se preparan improvisando un espacio en la parte posterior de la casa colocando contra la pared algunas hojas de chapa y otras tantas a nivel del suelo sobre las que se encienden los carbones por el lado izquierdo y se asienta la parrilla a estribor para mejor trasladar las brasas encendidas.
Mi empeño viene dando los resultados esperados, pronto la carne esparcida en la parrilla estará a punto, los cortes de menor espesor están en condiciones de pasar a la fuente que se servirá en la mesa. El transporte de los cortes ya cocinados al salón del comedor implica abandonar la zona de influencia del asador, dejándola libre de todo contralor humano, aunque en todo momento hay animales a la vista que merodean el perímetro.
La primera bandeja con embutidos es celebrada con beneplácito, algunas hurras y bromas divertidas, todo con la brevedad que exige una urgente satisfacción del apetito general. La aceptación extendida al universo de paladares hizo aligerar la presión autoimpuesta, pocas cosas hay más gratificantes que contemplar el producto de nuestra industria siendo causa eficiente del disfrute de los seres queridos. Tuve algunos minutos de ensimismamiento placentero por causa del éxito casi asegurado, luego la materialización de mi buena obra me condujo a ser parte de los festejos, por lo que poco tiempo más transcurrió hasta el momento en que recordé que debía volver para recargar las bandejas con el resto de la carne asada.
Me dirijo de regreso a mi centro de operaciones, caminando en dirección a la parrilla, el humo torna surrealista la imagen que tengo delante de mis ojos: una gallina está literalmente trepada sobre los hierros calientes a la manera de los faquires hindúes, es evidente que el calor bajo sus patas está controlado por un gran poder de concentración, la mente y el cuerpo de la gallina están confabulados, focalizados en perfecta comunión para atrapar con el pico un trozo de vacío cuyo peso probablemente la exceda. A la vista está que deidades aladas han sido convocadas a efectos de proveer una fuerza incomprensible de otro modo, he visto pollos con hambre pero ninguno capaz de esta clase de prodigios.
Atónito, imposibilitado de procesar claramente la combinación de sentimientos hacia la gallina, admiración por una parte, indignación por la otra, emerge triunfante la última al advertir cómo había logrado salirse con la suya bajando al piso con todo y el buen trozo de carne. El riesgo cierto de dejar a los comensales sin uno de los cortes estrella de toda parrillada me hace reaccionar con vehemencia y agilidad.Un certero, furibundo y veloz puntapié aplicado sobre su bajo pecho logra que el vacío, aún jugoso, sea liberado del pico de la amiga de lo ajeno.
La susodicha salió corriendo a todo cacareo emulando una vuelta olímpica que abarca la zona de los corrales, el terreno de algarrobos y espinillos, el pozo de agua, la hamaca paraguaya, el portón de tejido, despertando la solidaridad de todas las criaturas que, siendo o no testigos oculares del incidente, quedaron atrapados por el monstruo de la novedad, cuando se esperaba una siesta como cualquier otra.
La primera circunferencia trazada en el recorrido del ave se cumple a velocidad de atleta, cuando la línea de su órbita pasa cerca de mi posición, la gallina fija su mirada directo a mis ojos, retirándola solamente cuando encuentra algún animal que se hace eco de su drama emitiendo el sonido que le compete a su especie.
La segunda vuelta se realiza al trote, aunque sin disminuir los aspavientos, repitiendo las artimañas y arengas que no tienen otro fin más que forzar la conmiseración generalizada, y sobre todo el de provocar la condena social de toda la flora y fauna comunal hacia mi persona.
Decido no conceder mayor importancia al asunto, si por la plumífera fuera debería detenerse el mundo allí mismo, rescato los cortes de asado que faltan de servir y me dirijo de regreso a interactuar con los humanos. Ellos seguramente comprenderán mi aflicción.
No me toma mucho tiempo comunicar los sucesos a todos los reunidos que se encuentran aún en plena interacción con el banquete puesto a su disposición. Mientras relato a los presentes, asomo mi cabeza por la puerta ventana que me permite observar lo que acontece afuera, la gallina prosigue su marcha elíptica, aunque ahora con paso de caminante, semejante a la disciplina deportiva que consiste en caminar a la mayor velocidad posible, lo que hace apreciar en sus cultores una curiosa manera de posicionar las caderas durante la carrera.
Entretenido por lo cautivante de la historia, al menos el interés de los oyentes así lo indica, ceso entonces de prestar atención a la escena exterior, en la que dicho sea al paso se advierte una tensa calma. Demasiado silencio para tratarse de algo bueno.
La más enardecida de mis amigas me acompaña a verificar la situación, la gallina se quedó parada debajo del algarrobo desde donde me mira con hierática ojeriza. Un séquito de pollos variopintos continúa con las vueltas en círculo no pudiendo contener la fuerza centrífuga que los mantiene en el exterior de la elipsis.
La amiga extrovertida vuelve con el grupo para agregar detalles de gracia, es evidente que está fascinada con el avance en tiempo real de esta anécdota, y sospecho que tiene expectativas de sorprendentes aventuras por venir.
Durante los minutos que quedo a solas -es mi sensación - a merced de los insultos en dialecto avícola, un gallo se suma a la intimidación por avistaje, me descubrió, me enjuició y pronunció su sentencia, yo soy el culpable de poner en riesgo su familia y quiquiriquí, quiquiriquí.
Atendiendo las recriminaciones vertidas al batir de cresta, descubro a la gallina sentada en posición de empollar, sin dejar ni un segundo de acusarme con sus pares. La atmósfera condenatoria se me hace difícil de sobrellevar, por lo que respondo al llamado de mis amigos que demandan un reporte actualizado de noticias. Todo lo relatado es motivo de pasmo y regocijo, algunos ya notan cierta turbación de ánimo en mis maneras.
Todos los comensales satisfechos de la comida principal, los niños incontenibles en su deseo de abandonar el lugar cerrado para irse a jugar a campo abierto. Ni la tentación del helado próximo a servirse logra sosegar a los diablillos que bajan con la firme intención de molestar a unos potrillos que andan deambulando en las cercanías.
Ya debería olvidarme del tema de la gallina, no lo consigo, miro mi pie y no concibo contar con un poder suficiente de impacto en la patada que pueda ser causa de daño considerable en ningún ser vivo.
Saboreo el postre con el paladar libre de sugestiones, el gusto del asador ya está inducido por los olores de la cocción, el humo, el fuego, la grasa derritiéndose, el sonido de la carne que brama por la acción de las brasas.
Luego de transcurridos algunos minutos, recuerdo que debo apagar las cenizas para evitar cualquier riesgo de incendio. Mi esposa y mi amiga, con la curiosidad ya instalada, me acompañan menos para ayudar que para enterarse sobre el estado de la gallina. Esta se encuentra donde la última vez, bajo el algarrobo, pero recostada. Mueve sus patas como si soñara caminar. A ciertos intervalos de distancia en su caminata onírica alternaba un movimiento que equivaldría al de un salto con posterior aterrizaje suavizado por el característico aleteo.
Segundos, terceros pollos y siguientes puestos de rezago se desbandan de la pista como respondiendo a un llamado de asamblea. La cosa se puso seria, la pintoresca comicidad de lo acontecido deja paso a la preocupación. La gallina va de mal en peor y todos parecen notarlo. Una congregación de ponedoras indiscretas, doble pechugas santiguadoras, gallos púberes y algunas lechuzas curiosas aparecidas de sabe uno dónde se instalan en las proximidades de la convaleciente.
No atino a desaparecer de esta escena, no puedo decidir si debo retirarme o permanecer en mi lugar siendo testigo de la extrema unción de mi propia víctima siendo practicada por el gallo, a quien ya mi imaginación de duermevela hace aparecer vestido con dalmática rojinegra.
"Si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y échala lejos de ti, es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo vaya a parar al infierno", recordé esta frase del evangelio, y de manera automática miro de reojo la punta de mi pie, miro haciéndolo responsable de todo, luego elucubro alguna manera de exonerarlo, me baso en la literalidad de las escrituras, la mano es más consciente del peligro de pecar que el torpe pie, quiero hacer a este último inimputable e inamputable.
El fatal desenlace no tarda en caer, no hay milagro, no hay justicia en los designios del destino, le pese a quien le pese la gallina paró la pata para no moverla nunca más. El cortejo de animales permanecen junto a la difunta con los ojos entrecerrados, como izando una bandera a media asta. Los humanos presentes salieron de su refugio para asistir con ojos grandes al funeral menos pensado.
El escozor es total, fulminante. Por la noche cuando no queda ningún deudo presente, mi amiga, con la lucidez y el arrojo que la caracteriza, sortea los alambrados que separan el patio con el terreno donde se produce el deceso para rescatar el cadáver e introducirlo en una caja de cartón que luego sella y coloca dentro una bolsa plástica. Decidimos no dejar huellas de la desaparición forzada de uno de los tantos ejemplares que producían frutos al granjero vecino, al que de otra manera habría que darle las explicaciones del caso.
La desazón que me ocasionó esta experiencia todavía carcome mis días. Sin éxito intento deslindar mis culpas, solamente me queda encomendar esperanzadamente al tiempo que se erija en instrumento de mi sanación ética. Cuando poco a poco voy logrando progresos en este sentido, una noticia sacude mi atención: El granjero debió sacrificar a un perro callejero que estaba comiendo sus gallinas. No es una, son dos vidas que me cobrará San Pedro a quien, rogando por su intercesión, ni la vista podré elevar.
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Hi [derogatory]
No es gracioso, no me reí. Tu chiste es tan malo que hubiera preferido que el chiste se me pasara por alto y dejaste de contarme el chiste. Para ser honesto, este es un intento horrible de tratar de burlarse de mí. Ni una risita, ni un jeje, ni siquiera un sutil estallido de aire fuera de mi esófago. La ciencia dice que antes de reírte, tu cerebro prepara los músculos de tu cara, pero ni siquiera sentí la menor contracción. 0/10 este chiste es tan malo que no puedo creer que alguien legalmente te haya permitido ser creativo. La cantidad de poder mental que debes haber puesto en ese chiste tiene el potencial de alimentar todas las casas de la Tierra. Adquiere personalidad y aprende a hacer bromas, lee un libro. No digo que esto sea gracioso, lo digo en serio sobre cómo esto es solo una vergüenza en la comedia. Solo has matado el humor y cada acto cómico del planeta. Estoy tan decepcionado de que la sociedad haya fallado en su conjunto al poder enseñarle cómo ser gracioso. Honestamente, si pongo todo mi poder y tiempo para tratar de hacer que tu broma sea divertida, sería necesario que el propio Einstein construyera un dispositivo para atarme para poder conectarme a la energía de mil millones de estrellas para hacerlo, e incluso entonces todo ese chiste que recibiría la gente es un roce sutil. Tienes suerte de que todavía tenga la más mínima empatía por ti después de contar esa broma, de lo contrario habría cometido todos los crímenes de guerra en el libro solo para evitar que vuelvas a intentar el humor. Deberíamos poner esa broma en los libros de texto para que las generaciones futuras puedan ser cautelosas de convertirse en un fracaso cómico tan absoluto. Estoy decepcionado, herido y ofendido de que mi precioso tiempo se haya perdido en mi cerebro entendiendo esa broma. En el tiempo que tardé, estaba planeando ayudar a los niños que quedaron huérfanos, pero debido a eso me has dejado pasar el tiempo explicando la integridad obscena de tu terrible intento de comedia.
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¿Qué es el femdom suave?
El femdom suave encarna la esencia de la dominación femenina combinada con compasión y cuidado. A diferencia de las formas más intensas de dominación, el femdom suave se centra en generar confianza, fomentar la intimidad y crear un entorno propicio para la exploración. Aquí, la sumisión es una elección que conduce al placer, el empoderamiento y una conexión profunda.
Prácticas y dinámicas clave en el femdom suave:
Comunicación y consentimiento: antes de cualquier sesión de BDSM (y también de una sesión de femdom suave), es vital establecer una comunicación clara. Habla sobre límites, palabras de seguridad y deseos con tu Domme. Este diálogo abierto prepara el terreno para la confianza y la seguridad, lo que te permite explorar libremente dentro de tus límites.
Provocación y anticipación: ¡uno de los aspectos más emocionantes del femdom suave es el arte de provocar! A través de bromas divertidas, toques lentos y órdenes tentadoras, te guiaré hasta el borde del placer, generando anticipación y emoción. Se trata del viaje, no solo del destino.
Cuidados posteriores: un componente crucial de cualquier dinámica BDSM es el cuidado posterior. En el femdom suave, esto significa envolverte en calidez y afecto después de la sesión. Me comunicaré contigo, te daré seguridad y compartiré momentos tiernos para asegurarme de que te sientas arraigado y cuidado después de nuestra exploración.
Juego de roles y fantasía: el femdom suave abre la puerta a escenarios imaginativos. Ya sea la estricta maestra de escuela guiando a su estudiante o la enfermera cariñosa administrando placer, el juego de roles te permite expresar tus deseos mientras mantienes esa vibra afectuosa y enriquecedora. ¡También es excelente para JOI!
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flashback : we are going to be parents con @meetmeafterdark
alice había puesto la idea en su mente como una broma aquella tarde que había pasado en su casa, una explicación escueta y divertida sobre el cansancio que lily estaba experimentando aquellas últimas semanas. ¿dormir demasiado? ¿sentir náuseas cada vez que algún olor fuerte se instalaba en el ambiente? así le había pasado a ella algunas semanas atrás cuandose había enterado de su propio estado, ¿pero qué probabilidad habría de que también fuera su caso? lily rió al momento, negó y minimizó para desviar la atención, ¿pero y si sí era? camino a casa le sirvió como espacio libre para interiorizar, contabilizar días, ciclos, retraso apenas notorio y que, de acuerdo al funcionamiento común de su cuerpo, había juzgado de normal. una seguidilla de ideas que solo alimentaban aquella pequeña sensación de ansiedad que de a poco se instalaba en su pecho.
bien, lo haría como sus padres, una farmacia muggle de camino a casa y una pequeña prueba dentro de una cajita rosada que quería esconder. pequeño espacio entre el suelo y el sillón mientras hacía un duelo de miradas con el, por ahora, único proveedor de certezas allí frente a ella, inerte. sabía que debía hacerlo antes de que james llegara pero no se atrevía del todo. ¿qué harían si la respuesta era positiva? estaban en medio de una posible guerra, no creía que fuera un buen momento, la asustaba, y así pasaron los minutos hasta que siente picaporte girar y se siente expuesta cuando movimientos para levantarse y esconder el empaque resultan inútiles y ya tiene mirada de su esposo sobre ella. “hola amor.” saluda con una sonrisa tratando de disimular nerviosismo, manos escondidas en su espalda tratando de dejar de ser un escondite inútil para lo que debía hacer.
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