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Geografía... Gaia, grafía... La grafía de Gaia, La escritura de la Diosa. Cuando caminamos, dibujamos mapas de las diosas.
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Spengler y la segunda religiosidad
Por Naif Al Bidh
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Naif Al Bidh explora el concepto de los ciclos de la civilización de Oswald Spengler, examinando cómo surgen gradualmente fenómenos culturales como la “Segunda Religiosidad” en figuras como Rudolf Steiner y Nikola Tesla, quienes contribuyeron a una síntesis entre la ciencia y la espiritualidad a medida que la sociedad lidia con las tensiones entre la modernidad y un retorno a la naturaleza y el misticismo.
Un análisis minucioso de los ciclos de la civilización de Spengler arroja luz sobre la forma en que un fenómeno social se extiende a través de la trama de una sociedad a lo largo del tiempo. Lo que resulta evidente es que un fenómeno o tendencia cultural, una vez que nace, no obtiene instantáneamente una amplia aceptación y dominio sobre la psique colectiva, sino que se parece más bien a una serie de olas que gradualmente crecen hasta que acaban inundando la conciencia colectiva de una cultura respectiva. Por ejemplo, las tendencias racionales que fructificaron en la etapa otoñal de la cultura grecorromana con Sócrates fueron vistas primero como una amenaza por las tendencias estivales dominantes y más orgánicas, de ahí que Sócrates fuera condenado a muerte. Dicho esto, estas mismas tendencias, una vez introducidas, acaban apoderándose de la cultura y se convierten en la norma en la fase tardía de una civilización con el surgimiento del “hombre socrático” como arquetipo de esta nueva tendencia. Lo mismo podría decirse del crecimiento y consolidación del fenómeno social que Spengler denominó la “Segunda Religiosidad” y que se produce en las últimas etapas de todas las culturas.
Las manifestaciones de este fenómeno se consolidaron durante los siglos XX y XXI con el auge del movimiento Nueva Era y la contracultura de la década de 1960, aunque también ha encontrado expresiones en las formas religiosas formales de Occidente, a saber, el cristianismo. Sin embargo, incluso antes de los hippies y los movimientos de la Nueva Era, Occidente ya había dado nacimiento a figuras que fueron más o menos precursores de estos movimientos. Sin embargo, la falta de conciencia histórica en un mundo hipermoderno orientado hacia el futuro conduce a una falta de comprensión y reconocimiento del pasado, de lo histórico y de nuestra continuidad con el pasado. La metodología de Spengler trasciende estas limitaciones específicas relativas al conocimiento histórico debido a su afirmación de un continuo pasado-presente-futuro. La historiografía alemana se ha visto en gran medida moldeada por el historicismo, en su libro Prophet of Declin John Farrenkopf arroja luz sobre cómo Spengler se vio en cierto modo influenciado por tales tradiciones, a pesar de que su enfoque y modelo son únicos en comparación con los historiadores profesionales y filósofos de la historia alemanes del siglo XIX. El historicismo es un término vago que los especialistas encuentran difícil de definir, pero normalmente es definido como la corriente que sostiene que todos los fenómenos son, en cierto sentido, históricos y, por lo tanto, para comprender la esencia de un fenómeno sociocultural es necesario conocer su desarrollo a lo largo del tiempo histórico.
El movimiento del Lebensreform, reforma de la vida, fue un movimiento social que surgió en Europa a finales del siglo XIX como consecuencia del agotamiento colectivo y mental producido por la sociedad industrializada y la urbanización. El Lebensreform era una protesta contra el creciente consumismo, la mecanización y la globalización, así como contra la aceleración de la vida asociada a las sociedades industriales modernas. También tenía en cuenta el creciente alejamiento de la naturaleza como consecuencia de la industrialización. Como fenómeno sociocultural el Lebensreform no tuvo una orientación política específica y se extendió por todo el espectro político, con grupos que tendían hacia la derecha y la izquierda, así como otros que eran apolíticos. Irónicamente, muchas de las tendencias que hoy vinculamos a la política de izquierdas, como el ecologismo y el vegetarianismo, eran seguidas por muchos grupos vinculados a la extrema derecha dentro del espectro político, lo que los convertía esencialmente en “hippies de derechas”. Como fenómeno civilizatorio, la Segunda Religiosidad trasciende lo político y lo ideológico, manifestándose en todas las facetas de la sociedad. Spengler vivió para presenciar el auge y la caída del movimiento de reforma de la vida. En El hombre y la técnica, predijo el renacimiento de este fenómeno en Occidente. A este respecto, escribió: “Pero hace ya decenios que, con claridad creciente, está cambiando todo esto en los países de gran industria y antigua técnica. El pensamiento fáustico comienza a hartarse de la técnica. El cansancio se propaga, una especie de pacifismo en la lucha contra la naturaleza. Siéntese el atractivo de formas vitales más sencillas, más próximas a la naturaleza. Los jóvenes se dedican al deporte en vez de dedicarse a los ensayos técnicos. Cunde el odio a las grandes ciudades; se aspira a sacudir el yugo de las actividades sin alma, a eludir la esclavitud de la máquina, a disipar la clara y fría atmósfera de la organización técnica. Justamente los talentos más fuertes y creadores se desvían de los problemas prácticos y de las ciencias prácticas y se dedican a la pura especulación”.
Graham Hancock describió una vez a los humanos como una especie con amnesia, una descripción que encaja bastante bien con los extraños ciclos de progreso y regresión que se pueden observar en los movimientos sociales que hacen parte de la Segunda Religiosidad. La amnesia colectiva que sufren los humanos no tarda en repetirse en ciclos generacionales. Pues, aunque el Lebensreform fue una reacción contra la primera ola de la industrialización, la modernidad, como fuerza anticultural, se consolidó aún más con la segunda ola de la industrialización. En el siglo XX, a medida que las generaciones más viejas eran sustituidas por las más nuevas en el ciclo generacional, la modernidad se apresuró a cegarlas con su inmensa y dinámica fuerza, adormeciendo de nuevo a la sociedad con el mito del progreso y su vanguardia: el culto a la ciencia. Sin embargo, el hombre, aunque paradójicamente sea un ser técnico prometeico que desafía a la naturaleza – el macrocosmos –, es también un ser que pertenece a la naturaleza y actúa como fuerza opuesta a la modernidad. En el eterno choque dialéctico entre naturaleza y cultura-modernidad, el hombre se sitúa en el centro, por lo que en las fases de mecanización y progreso material anhela un retorno a la naturaleza, a Dios y al alma. Sin embargo, en los periodos de tranquilo letargo de la naturaleza, cae presa de la interminable amnesia que padece y el ciclo se repite una vez más. Así, las guerras mundiales y la segunda fase de la industrialización que se produjeron simultáneamente adormecieron una vez más el inconsciente colectivo.
La dinámica naturaleza fáustica de la cultura occidental hizo que cada fase sucesiva de mecanización y ateísmo fuera más fuerte que la anterior. El resultado es un agotamiento colectivo que conduce a una forma más radical de reacción espiritual, pero también más expansiva y transformadora.
La Segunda Religiosidad fue un fenómeno social occidental, aunque el Lebensreform surgió en el interior del corazón de esta civilización, a saber, Alemania. El mismo fenómeno social se manifestó en Estados Unidos con el Tercer Gran Despertar. Sin embargo, la segunda oleada de religiosidad y retorno a la naturaleza de la década de 1960 se expandió hasta abarcar todo Occidente, manifestándose en toda Europa y América con la Generación Beat, la contracultura hippie y los movimientos de la Nueva Era, a medida que la “Generación Silenciosa” del periodo de entreguerras agotaba sus energías creativas tras la Segunda Guerra Mundial. El movimiento se ralentizó cuando las tendencias racionalistas y materialistas de la Generación Silenciosa o Tradicionalista volvieron a pasar a primer plano durante las guerras mundiales, pero los escritos y enseñanzas de místicos e intelectuales preservaron las tendencias del Lebensreform y el Tercer Gran Despertar allanó el camino para el renacimiento durante la posguerra de la década de 1950 y 1960.
Como fenómeno civilizatorio, estos movimientos trascienden lo político y vemos a místicos de toda clase implicados en la preservación de las tendencias antimodernas y espirituales en sus obras a lo largo del periodo de entreguerras. Entre ellos se incluyen las obras de Helena Blavatsky y el movimiento teosófico, Rudolf Steiner y el movimiento antroposófico, y místicos nacionalistas de derechas como Guido von List y Adolf Lanz, que allanaron el camino para un renacimiento del paganismo germánico: la ariosofía y el wotanismo. En la extrema izquierda del espectro, quizá uno de los pensadores más influyentes del movimiento Lebensreform fue el anarquista tolstoiano Wilhelm Diefenbach y la continuidad de sus enseñanzas en las obras de Gustav Gräser y Hugo Höppener que tuvieron impacto en los movimientos contraculturales de la década de 1960.
Como sostenía Spengler en La decadencia de Occidente, las tendencias artificiales y racionalistas de una cultura que envejece acaban encontrándose con el surgimiento de contraculturas que presentan características similares en todas las culturas. La bohemia y el vagabundeo, el rechazo de los modos de vida convencionales, fueron en aumento en Europa durante el siglo XIX y principios del XX. Durante la segunda oleada se manifestó a escala mundial con el auge del movimiento hippie y el escautismo. El vegetarianismo, el ecologismo, el minimalismo y la vuelta a la naturaleza en contraposición a la ciudad y la vida urbana son características de este tipo de movimientos, tal y como reflejan sus homólogos en culturas anteriores. Los cínicos grecorromanos presentaban características similares y también fueron moldeados por movimientos y cultos espirituales equivalentes, como los órficos y los pitagóricos.
Los Misterios de Eleusis, que eran esencialmente rituales de iniciación en algunos cultos griegos, también hacían uso de psicodélicos y sustancias que alteran la mente, como el kykeon, para alterar el estado de conciencia en tales contraculturas. Los recientes trabajos de Brian Muraresku y Ammon Hillman han arrojado luz sobre el uso de psicodélicos en los cultos mistéricos grecorromanos, que nos dan una mayor comprensión de la Segunda Religiosidad que se había producido en esa cultura respectiva. La cultura mágica o judeo-cristiana-islámica en Oriente Medio fue testigo de la aparición del sufismo y la proliferación de grupos esotéricos secretos como los Hermanos de la Pureza. Algunos grupos de los musulmanes nizaríes incorporaron el hachís a su tradición, que siguió formando parte de su estilo de vida con el surgimiento de los Hashashin-Asesinos durante las Cruzadas.
Spengler hizo hincapié en que las culturas atraviesan ciclos vitales similares, pero el símbolo primordial único o ethos de cada cultura conduce a la manifestación de estos fenómenos sociales a través de formas diferentes. Occidente reflejó precisamente eso con el uso de psicodélicos durante el auge de la contracultura en la década de 1960, como el LSD y las setas de psilocibina. Otro rasgo común de la Segunda Religiosidad es el surgimiento de religiones sincréticas, o movimientos espirituales, por los que la cultura no sólo revive la fe y los sistemas de creencias primordiales, como el paganismo germánico y celta en Occidente, sino que también absorbe formas espirituales de otras culturas vecinas y las fusiona con las formas religiosas contemporáneas. El dinamismo extremo del espíritu fáustico ha conducido al surgimiento de una forma radical de sincretismo en Occidente, que se observa en el hecho de que movimientos como el Lebensreform, los Grandes Despertares estadounidenses y los movimientos New Age absorbieron elementos del hinduismo, el cristianismo restauracionista, el budismo, el taoísmo, el sufismo, el paganismo y las religiones nativas americanas. A este respecto, Spengler dijo: “Empiezan a resucitar el ocultismo y el espiritismo, las filosofías indias, las cavilaciones metafísicas de matiz cristiano o pagano, todas cosas que eran despreciadas en la época del darwinismo. Este es el talante de Roma en la época de Augusto. Por ahitos de vida, huyen los hombres de la civilización y buscan refugio en continentes más primitivos, en vagabundajes, en el suicidio. Comienza la fuga de los directores nativos ante la máquina”.
El movimiento del Lebensreform y las contraculturas de la década de 1960 han dejado su huella en la cultura occidental, pero la naturaleza amnésica del hombre ha conducido a otra fase de mayor mecanización y progreso tecnológico con un retorno a las tendencias hiperracionales y materialistas. Según el modelo de Spengler, sin embargo, esto también conducirá a otra oleada de Segunda Religiosidad. Para Spengler, todas las culturas, como todos los fenómenos orgánicos, no son inmortales y en algún momento tendrán que enfrentarse a su muerte o realización. La religiosidad enérgica e ingenua de una cultura joven acaba siendo sustituida por la racionalidad de su fase de crecimiento. A medida que una cultura se acerca a su vejez y se da cuenta de la realidad de la muerte, vuelve de nuevo a la espiritualidad y a la naturaleza. Además, según Spengler, los ciclos dialécticos del materialismo y la espiritualidad que se vienen produciendo en Occidente desde el siglo XIX se necesitan irónicamente el uno al otro. Según él: “El materialismo no estaría completo sin la necesidad de libertarse en algunas ocasiones de la tensión espiritual, incidiendo en místicas contemplaciones, practicando cierto culto, para gustar, en intima liberación, el encanto de lo irracional, de lo extraño, de lo raro y, si es preciso, de lo absurdo”.
La época actual, impregnada de tecnología, es una época de extrema tensión intelectual. El crecimiento exponencial de la modernidad y su carácter expansivo también han extendido esta tensión por todo el mundo. A ello seguirá, sin duda, otro retorno a la espiritualidad y a la naturaleza, que el estado de ánimo actual anhela. Aunque dialéctico en su forma inicial, el choque entre los racionalistas y las tendencias espirituales acabará con una victoria de la religiosidad a medida que Occidente se acerque a su etapa invernal. Esto conllevará un cambio de paradigma de proporciones significativas que, en esencia, repercutirá en los muchos otros órganos de la cultura occidental, como las formas políticas y científicas. En ese frente, Spengler predijo ambiciosamente la caída de la ciencia, que irónicamente se produce desde dentro del mundo científico.
En la revolucionaria obra de Thomas Kuhn sobre la historia de la ciencia, La estructura de las revoluciones científicas, se dice que la concepción moderna de la ciencia, como un desarrollo lineal-progresivo, era errónea y no reflejaba la verdadera naturaleza cíclica del desarrollo científico. Kuhn sostenía que las ciencias atraviesan ciclos, empezando por una fase de pre-paradigmática o pre-científica, que se caracteriza por la falta de consenso en cuanto a la metodología y la incongruencia de sus propuestas teóricas. Sin embargo, llega a su punto álgido en el periodo de “ciencia normativa”, cuando la comunidad científica tiene consenso sobre un paradigma general, un marco teórico y una metodología. En este período, el modelo tiene éxito hasta el punto de que las anomalías que antes eran incomprensibles se aclaran y, por lo tanto, el paradigma gana respetabilidad intelectual. Con el tiempo, el paradigma se acerca a un periodo de crisis en el que determinadas anomalías no pueden explicarse mediante el enfoque científico dominante y acaba siendo sustituido por un nuevo paradigma a través de una revolución científica o cambio de paradigma. El modelo de Kuhn es compatible con el argumento de Spengler sobre la transformación de las ciencias occidentales en el siglo XXI. Spengler sostenía que el fin de la ciencia racional se producirá cuando “caiga sobre su propia espada” y ese fue precisamente el programa de unificación de las ciencias que impulsaron los Positivistas Lógicos en su momento: “La física teorética, la química, la matemática, consideradas como conjuntos de símbolos: he aquí la superación definitiva del aspecto mecánico por una visión cósmica que vuelve a ser religiosa. Es la última obra maestra de una fisiognómica en la cual se deshace la sistemática, como expresión y símbolo”.
La convergencia de las ciencias acabará dando lugar a un cambio de paradigma que reintegraría las ciencias con las tendencias intuitivas de la Segunda Religiosidad. Al igual que las contraculturas que surgieron durante los siglos XIX y XX, se han producido simultáneamente desarrollos que podrían considerarse precursores de este cambio de paradigma científico. Entre ellos están los trabajos de Nikola Tesla, que no estaba convencido de las teorías de su época sobre la electricidad y el magnetismo y sostenía que, aunque una teoría pudiera explicar hechos con exactitud, no deberíamos asumir que es necesariamente cierta. Con respecto a la electricidad, Tesla argumentó: “Me adhiero a la idea de que existe una cosa a la que hemos tenido la costumbre de llamar electricidad”. Sugiere que esta “cosa” es el mítico éter, el quinto elemento: “Lo que es más importante, la teoría electromagnética de la luz y todos los hechos observados nos enseñan que los fenómenos eléctricos y etéreos son idénticos. Por lo tanto, la idea de que la electricidad podría llamarse éter surge de inmediato”.
Más allá de Tesla, las obras de Walter Russell también arrojan más luz sobre este tema específico de la transformación y la unidad de las ciencias en Occidente. Su libro The Secret of Lightes más o menos un manifiesto de la nueva ciencia que se avecina. Russell proporcionó una nueva y controvertida tabla periódica de los elementos que sintetiza todos los elementos en una unión holística, lo que supone un cambio radical respecto a la tabla periódica estándar aceptada por los químicos profesionales. Russell hizo algunas afirmaciones radicales, como la noción de que “toda la energía [viaja] en ondas” y que el universo consiste en “ondas en movimiento” y que “no existe otra cosa sino las vibraciones”. Russell sostenía que la unidad y el matrimonio de la ciencia y la religión allanarían el camino para la evolución espiritual de los seres humanos en la “Nueva Era”.
Steiner también hizo aportaciones específicas en este frente concreto como defensor de la concepción de la ciencia de Goethe: la ciencia goetheana. Spengler distinguió entre lo que denominó la “ciencia newtoniana” y la “ciencia goetheana”. La primera disecciona para comprender como funciona el fenómeno natural y se basa en el principio de la causalidad y estudia la lógica del espacio como las “cosas-que-son”. La segunda observa el fenómeno natural como forma y no como función, se basa en “la idea del destino” y observa la lógica del tiempo como las “cosas-que-serán”. Lo que Spengler está describiendo podría observarse en la crítica o escepticismo de Goethe hacia la teoría del color de Newton, como se ve en su Teoría del Color, que se basa técnicamente en la experiencia humana en contraposición al enfoque teórico de Newton, que según Goethe no nos permite comprender el fenómeno tal y como es. El choque entre estas dos formas de ciencia se observa también en la diferencia entre las concepciones de la evolución de Goethe y Darwin. Spengler sostenía que el estudio morfológico de la “Naturaleza viva” de Goethe excluía la idea de causalidad, que era, por supuesto, un principio crucial en la teoría evolutiva de Darwin y su concepto de selección natural, que Spengler denominaba una “zoología pragmática”.
A medida que nos acerquemos al final de lo que Spengler llamó la “concepción materialista del mundo, el culto a la ciencia, la utilidad y la prosperidad”, las ciencias separadas se acelerarán unas hacia otras y convergerán hacia una conclusión y un resultado armonioso: “Vamos a una perpetua identidad de los resultados y, por lo tanto, a una mezcla de los mundos de formas. Esta síntesis representa por una parte un sistema reducido a escasas fórmulas fundamentales compuestas de números funcionales; por otra, un pequeño grupo de teorías quedan nombres a esos números. Por último, estas teorías serán reconocidas como mitos encubiertos, nacidos en la época primera de la cultura; y a su vez podrán y deberán reducirse a algunos rasgos esenciales de carácter imaginativo, pero de significación fisiognómica”.
Esto se explica en términos sencillos imaginando la fusión de la ciencia goetheana con las obras de Russell y Tesla, lo que conduce a una nueva forma científica que es innatamente multidisciplinaria y armoniza todas las ciencias. Este proceso armonizador se expande a la tecnología, y se conecta simultáneamente con una nueva cultura emergente encarnada quizás por la Segunda Religiosidad. Los resultados de la convergencia de las ciencias conducirán finalmente a una suma de símbolos, que ya es evidente en la obra de Steiner, Russell y, hasta cierto punto, Tesla. En otras palabras, Spengler sostenía que el cambio de paradigma encontrará esencialmente un vínculo entre las teorías y leyes científicas occidentales y el simbolismo propio de la cultura occidental durante su primavera. Esto dará lugar a nuevas preocupaciones. En lugar de plantear las preguntas habituales de las ciencias dominantes, la tarea consistirá en preguntarse por qué surgieron estas formas en la cultura occidental fáustica, de dónde proceden y cuáles son los significados ocultos tras estos símbolos y formas.
Karl Jaspers acuñó el término “edad axial” para describir las revoluciones filosóficas y religiosas ocurridas en el mundo euroasiático entre los siglos VIII y III a.C., que han dado forma a todas las religiones del mundo. Jaspers la describió como “un interregno entre dos épocas de gran imperio, una pausa para la libertad, una respiración profunda que alberga la conciencia más lúcida”. Más allá de la primera edad axial, Jaspers también describió el potencial de una segunda edad axial, que comenzó alrededor del siglo XVIII y continúa hasta este periodo, que acabaría allanando el camino para un cambio de paradigma cultural a escala planetaria. Steiner también introdujo su propia filosofía de la historia, determinada por entidades espirituales superiores: los “Archai” y los “Arcángeles”. Irónicamente, su propio modelo se solapa casi a la perfección con la Decadencia de Occidente de Spengler y la era neoaxial de Jaspers, ya que también sostenía que nos encontramos en la cúspide de una nueva época. Sin embargo, Steiner era más optimista que Spengler. Al igual que Jaspers, creía que la humanidad tenía la capacidad espiritual de elevarse a un nivel superior de conciencia. Ese es también el caso del historiador británico Arnold Toynbee, a quien a veces se considera el equivalente británico de Spengler. Tras una serie de desafíos y de respuestas a estos desafíos naturales o sociales, una sociedad acaba acercándose a la decadencia, a la que entonces se responde con cuatro posibles respuestas: el arcaísmo, el futurismo, el desapego y la trascendencia. Para Toynbee, los dos primeros enfoques, que proliferan de forma bastante significativa en la actualidad, no hacen sino acelerar el declive, aunque por medios diferentes; el tercero es también una aceptación pasiva del declive. Sin embargo, el último, que está relacionado con la Segunda Religiosidad de Spengler, puede que no prolongue la vida de una sociedad, pero potencialmente podría sembrar las semillas para que surja una nueva cultura orgánica.
Fuente: https://www.arktosjournal.com/p/spengler-and-the-second-religiousness?utm_source=publication-search
#oswald spengler#filosofía#religión#historia#filosofía de la historia#teosofía#madame blavatsky#rudolf steiner#antroposofía#pensamiento#contracultura
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Aún nos quedan algunas semanas de trabajo a quienes estamos en las escuelas. Vamos transitando la mitad del mes de junio mientras escribo estas líneas. Estamos en la recta final. Y cada vez cuesta más trabajo concentrarse. Se antoja usar menos ropa. Una bebida fría. Tomar una siesta. Casi parece un absurdo seguir asitiendo a clases y todos nos preguntamos quién fue el genio que armó el calendario escolar de esta forma.
Pero más allá de la estructura oficial, el ritmo del ciclo anual terrestre tiene un propósito para este momento. Y conocerlo puede hacer que lo vivas de una forma más significativa.
Sigue leyendo en Substack.
#pedagogía Waldorf#fiesta de San Juan#hogueras de San Juan#Antroposofía#Ya empieza el verano#solsticio de verano
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ANTROPOSOFÍA Difusión ✨:
Síntesis libro R.Steiner sobre la educación del niño (GA 104)
Los problemas que existen alrededor de la educación son enormes y diversos: sociales, de género, pedagógicos, jurídicos, de salud, y vacías nos dejan las respuestas que la educación moderna nos da...
Este es el marco de reflexión al que Rudolf Steiner nos invita a ingresar en este sintético libro:
...todas estas cuestiones, no se van a poder resolver si no nos centramos en el problema más sustancial, más esencial, que es la naturaleza del niño en vías de desarrollo. Porque son inadecuados los medios con los que nuestro tiempo hace frente a esta demanda.
Esos “medios inadecuados” a los que se refiere comienzan por el enfoque, una comprensión, una visión inexistente en la educación actual: la naturaleza oculta del ser humano.
Uno podría preguntarse si es realmente necesario, y lo es, porque justamente esa naturaleza oculta “encierra un potencial de futuro” Y educación es “sinónimo” de futuro.
Y comprender esa naturaleza oculta nos llevará a desarrollar una imagen de proceso evolutivo que por sí misma mostrará una teoría educativa, explica Steiner.
Es por esta razón que el libro comienza con la premisa de comprender cómo está constituido el ser humano, el niño, en su cuerpo etéreo como fuerza vital, cuerpo astral o emocional y el Yo como fuente del poder de “actuar conscientemente”.
Cómo va evolucionando de una envoltura a otra, con sus efectos físicos es lo que muestra Steiner para describir “tres nacimientos” que reconoce la ciencia Antroposófica en el ser humano en relación a la primera y segunda dentición.
Este reconocimiento de la ciencia espiritual aporta una real comprensión de lo que con frases vagas y generales se habla como “desarrollo armonioso de todas las facultades y dotes…”
Y enfatiza que no pueden servir de fundamento para un genuino arte de la educación, a menos que nazca de este auténtico conocimiento de la naturaleza humana.
Steiner continúa con la importancia del educador,de la imitación y el ejemplo en la etapa previa, el sentido y valor internos, y el uso de metáforas e imágenes, en la etapa siguiente, el cuidado sobre la “intelectualidad” y cómo adaptar los ambientes a los diferentes temperamentos. La actitud moral, el sentido estético, el plano del intelecto, se abordan acorde al desarrollo de cualidades anímicas.
Y nos da ejemplos sobre cómo crear imágenes reales, no conceptuales, sobre temas que podrían parecer abstractos, como la importancia del alma.
Pues la parábola habla no solamente al intelecto sino también al sentimiento y alma toda del niño.
Este libro tiene como intención enunciar algunos aspectos de una futura pedagogía, finaliza Rudolf Steiner, en la que se resolverán las contradicciones que plantea la civilización moderna y que “claman” por un fundamento del que a la larga no podrá prescindir y es el que puede aportar la Antroposofía.
#EditorialAntroposófica
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Descubriendo el místico arte de Hilma af Klint
Group IX/SUV, The Swan, 1915
Esta artista es parte de la larga lista de creadores de los que me he enamorado durante el último año por el hecho de que su obra toca una parte de mí que siempre he tenido el interés de empezar a explorar.
Muchísimos nombres han brillado durante los últimos siglos, artistas cuyas historias son tan misteriosas como sus obras. Uno de estos nombres es el de Hilma af Klint, una artista sueca nacida en 1862, cuyas obras cargadas de misticismo se consideran las primeras obras del movimiento abstracto en la historia del arte.
Una buena cantidad de sus trabajos existe incluso antes de las composiciones de Kandinsky, Malevich y Mondrian.
También perteneció a un grupo llamado Las Cinco, un círculo de mujeres inspiradas en la teosofía, que compartían la creencia de la importancia de intentar contectar con los llamados "Altos Maestros", generalmente a través de sesiones de espiritismo. Sus pinturas, que a veces parecen diagramas, eran una representación visual de complejas ideas espirituales.
Las pinturas convencionales de la artista se convirtieron en su fuente de ingresos económicos, pero lo que para ella era el "Gran Trabajo", realizado durante su vida, siguió siendo una actividad separada. Sólo las audiencias espiritualmente interesadas tenían algún conocimiento de este conjunto de obras y no fueron exhibidas al público hasta muchos años después de su muerte. Los comentarios en sus cuadernos indican que sentía que el mundo no estaba del todo preparado para el mensaje que pretendían comunicar.
En el año 1880, murió su hermana menor Hermina y fue en ese momento cuando empezó a desarrollarse su conexión con lo esprititual.
Para el año 1887, se graduó con honores de la Real Academia de Bellas Artes de Estocolmo y se estableció allí como una artista respetada, expuso pinturas figurativas y se desempeñó brevemente como secretaria de la Asociación de Mujeres Artistas Suecas.
Su interés por la abstracción y el simbolismo surgió de la implicación de Hilma af Klint en el espiritismo, muy en boga a finales del siglo XIX y principios del XX. Sus experimentos en investigación espiritual comenzaron en 1879. Ya desde muy joven se involucró en el espiritismo. Posteriormente le siguió un gran interés por las ideas del rosacrucismo, la teosofía y la antroposofía.
Svanen (El cisne), 1914-1915
Algo muy interesante de su trabajo con el grupo "las Cinco", fue que ella experimentaba mucho con una técnica llamada dibujo automático, lo que la llevó a crear un lenguaje geométrico capaz de conceptualziar fuerzas invisibles.
Mediante este trabajo exploró las religiones del mundo, átomos y el mundo vegetal.
Del contacto con los Grandes Maestros surge una serie de obras llamadas "Pinturas para el templo" (algunas presentes en este post); sin embargo, ella nunca entendió a qué se refería este "Templo". Estas obras fueron realizadas entre 1906 y 1915, llevadas a cabo en dos fases con una interrupción entre 1908 y 1912. Cuando Af Klint descubrió su nueva forma de expresión visual, desarrolló un nuevo lenguaje artístico. Su pintura se volvió más autónoma y más intencional. Lo espiritual seguiría siendo la principal fuente de creatividad durante el resto de su vida.
Luego de finalizar las obras del templo, terminó la guía espiritual pero siguió su trabajo como pintora abstracta, independiente de influencias externas.
A lo largo de su vida, Hilma af Klint buscaría comprender los misterios con los que había entrado en contacto a través de su trabajo. Produjo más de 150 cuadernos con sus pensamientos y estudios.
Aquí otra serie de obras de la artista:
Grupo IX/SUW, El cisne, n.º 7 , 1915
The Swan, No. 18, Group IX/SUW, 1914-1915
Lo que un ser humano es, 1915
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Hilma af Klint (1862-1944) pintora sueca.
Especialmente conocida por ser pionera del arte abstracto. Creó sus primeros cuadros abstractos en 1906, antes que Wassily Kandinsky —quien hasta 1911 no publicó De lo espiritual en el arte, Piet Mondrian o Kazimir Malévich.
Nació en Solna, municipio integrado en el área metropolitana de Estocolmo (Suecia). Hija de un almirante.
Desde 1882 a 1887 asistió a la Real Academia Sueca de las Artes donde aprendió las técnicas que le permitieron trabajar como retratista y paisajista. Perteneció a la primera generación de mujeres europeas que se formó académicamente en arte. Unos años más tarde, la academia puso un estudio a Hilma y otros dos compañeros en el barrio artístico y bohemio de Estocolmo, el Kungsträdgården, para que desarrollaran su talento. Allí, Klint realizó tanto retratos como paisajes de estilo naturalista.
Sentía especial atracción por el esoterismo que aumentó tras la triste muerte de su hermana de diez años. Se acercó a los rosacruces, la antroposofía y la teosofía, un movimiento que también atrajo a Kandinsky y Mondrian. También se inició en el espiritismo.
A partir de 1896 Hilma af Klint junto a otras cuatro amigas formaron un grupo llamado Las Cinco. Klint y sus amigas practicaban la escritura y la pintura automáticas a partir de sesiones de espiritismo. Se reunían los viernes para sesiones de meditación y espiritismo durante las cuales practicaban la escritura automática de acuerdo con los mensajes que recibían de unos espíritus a los que denominaban los Altos Maestros. Durante una de las sesiones, recibieron el encargo de los Altos Maestros de mostrar lo que habían visto del mundo espiritual durante las sesiones con los médiums. Las otras artistas rechazaron participar en el proyecto pero Klint trabajó en la serie Los cuadros para el templo, sus primeras obras abstractas, iniciada en 1906 y terminada en 1915, compuesta por 193 obras.
En 1900, empezó a trabajar como dibujante para el Instituto Veterinario, posiblemente para poder vivir cerca y cuidar a su madre recién enviudada.
En 1908 conoció a Rudolf Steiner, miembro destacado de la Sociedad Teosófica y fundador de la Antroposofía quien cuando vio la obra le recomendó no mostrarla durante 50 años. La artista lo limitó a 20 años.
Hilma suspendió su trabajo para asistir a su madre dependiente, período en el cual abandonó el barrio de Kungstraedgaarden. No retomó su labor pictórica con Los cuadros para el templo hasta 1912, trabajo que concluyó en 1915. Un año después, pintó bajo los lineamientos de la geometría abstracta la serie Parsifal y en 1917, la serie Átomo.
En 1920, año en que murió su madre, viajó a Suiza, donde se reencontró con Rudolf Steiner. Allí se unió a la Sociedad Teosófica y estudió sus textos. En lo pictórico, realizó una serie de pinturas sobre las grandes religiones del mundo.
En 1925, abandonó la pintura por completo para dedicarse a los estudios teosóficos. Murió en un accidente de tráfico en 1944.
En vida, expuso su obra temprana y figurativa, pero nunca la abstracta.
Nunca se casó, pero sí mantuvo una relación ¿ lésbica? con la pintora Anna Cassel, una de las integrantes del grupo de “De Fem”, y posteriormente con Thomasine, quien fue la enfermera de su madre.
Lo que es cierto es que Anna Cassel fue amiga de toda la vida de la artista Hilma. Las dos se conocieron en 1878 cuando Cassel comenzó a estudiar en la Slöjdskolan. Continuaron sus estudios en la Academia de Bellas Artes de Estocolmo. Las dos mujeres compartían un fuerte interés por el movimiento espiritual. Anna Cassel fue miembro de la Sociedad Edelweiss al mismo tiempo que Hilma.
En 1896, Cassel y Hilma fundaron el grupo De Fem (Las cinco). Sigrid Hedman, Mathilda Nilsson y Cornelia Cederberg (hermana de Mathilda Nilsson) eran los otros tres miembros del grupo. Comenzaron como un grupo espiritualista común y sus pinturas abordaban temas espirituales y rituales.
El grupo De Fem dejó de reunirse en 1907. Varias de sus integrantes pasaron a colaborar con Hilma en la realización de las Pinturas para el Templo. En el nuevo grupo, Anna Cassel desempeñaría un papel clave, además de Hilma. Anna también ayudó económicamente a Hilma durante la mayor parte de su vida. Entre otras cosas, financió el nuevo estudio construido en la isla Munsö, no lejos de Estocolmo, que se inauguró en 1917. Aquí se almacenaron las pinturas de Hilma cuando murió.
Le ponemos cara.
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Fue, sin lugar a dudas, uno de los artistas plásticos argentinos más singulares; pero no se limitó a pintar: Xul Solar también se interesó a su manera por la música, los idiomas, las religiones, la antroposofía, la numerología y, sobre todo, la astrología.
En la década de 1920 se relacionó con Borges y desde entonces ambos entablaron una amistad intelectual que el escritor rememoró en numerosas oportunidades; incluso en la conferencia de 1975 que reproducimos en este informe.
Que lo disfrutes!
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La Nueva Era, hasta donde hemos visto, es un fenómeno inmerso en la cultura que no es nuevo, sino producto de un terreno ya sembrado del que ha brotado las más diversas prácticas que tienen en común una serie de ‘conocimientos’ que permiten la ‘auto-salvación’ gracias a los mismos, alguna veces guiados por gurúes y maestros. Pero entonces, ¿qué tiene de nuevo la Nueva Era? el documento “Jesucristo portador del agua de la Vida. Una reflexión cristiana sobre la ‘Nueva Era’.” publicado por el Consejo Pontificio de la Cultura y Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, nos revela:
“(…) el término ‘Nueva Era’ se refiere a un momento decisivo de la historia. Según los astrólogos, vivimos en la Era de Piscis, que ha estado dominada por el cristianismo y que será reemplazada por la era de Acuario a comienzos del tercer milenio. (…) adquiere una enorme importancia (…) a causa del influjo de la teosofía, el espiritismo y la antroposofía, así como de sus antecedentes esotéricos. (…) no tanto en el mundo mismo cuanto en nuestra cultura, en nuestro modo de relacionarnos con el mundo. (…) acentúan la idea de un Nuevo Paradigma de vida. (…) un futuro en el que habrá una espiritualidad planetaria junto a las religiones individuales, instituciones políticas planetarias que complementarán las locales, entidades económicas globales más participativas y democráticas, una mayor importancia de las comunicaciones y la educación, un enfoque mixto de la salud que combinará la medicina profesional y la autocuración, una comprensión del yo más andrógina, y formas de integrar la ciencia, la mística, la tecnología y la ecología”.
Caminante, ¿sabías que la Nueva Era está planteada para un alcance global? Comenta, guarda y comparte este post con alguien que aprecies. Te lo agradecemos. ¡Sigamos!
#catolico soy#catolicos#cristianismo#cristianos#catolico#católico#católicos#Agua de la Vida#Nueva Era#New Age
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Según la mitología griega, cuando nacemos cruzamos dos ríos en este orden:
El Mnemosin: el río de la memoria (queremos llevar memoria del espíritu de nuevo a la tierra)
El Leteo: el río del olvido
Al morir los cruzamos pero en sentido opuesto, primero olvidamos y luego recordamos.
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Monte Verità: colonias y utopías
Por Stéphane François
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
En el año de 1900 varios militantes del movimiento «reformadores de la vida» se instalaron en la Suiza italiana, Ascona, en la zona de Tesino, a orillas del lago Mayor, rechazando el mundo moderno e industrial que en ese entonces estaba emergiendo en Alemania. El grupo estaba compuesto por Henri Oedenkoven, Karl Gräser, Gustav Gräser, Ida Hofmann, Jenny Hofmann, Lotte Hattemer y Ferdinand Brune. Estos pioneros, que huían de los rígidos valores de la vida burguesa, crearon una comunidad alternativa a la que denominaron «colonia». El objetivo inicial era crear una comunidad autosuficiente inspirada en los falansterios de Charles Fourier.
La colonia se estableció inicialmente sobre los principios del socialismo primitivo, pero más tarde se convirtió en una pionera del vegetarianismo y las prácticas alternativas. Fue el nacimiento de una comunidad mítica, Monte Verità, la «Montaña de la Verdad». El terreno fue comprado por Henri Oedenkoven, un rico heredero de Amberes. Él e Ida Hofmann procedían de la alta burguesía y querían escapar tanto de su condición social como de sus reglas.
Entre los personajes que alguna vez se alojaron allí podemos encontrar al Premio Nobel de Literatura Hermann Hesse, el escritor pacifista Erich Maria Remarque, David Herbert Lawrence, los anarquistas Erich Mühsam y Gustav Landauer, los psicoanalistas Carl-Gustav Jung y Otto Gross, el místico judío Martin Buber, el teórico del anarquismo Piotr Kropotkin, y extremistas de derecha como el pintor Hugo Hoppener, más conocido por su seudónimo Fidus, que permaneció en el año de 1907, además de la poetisa völkisch Gertrud Prellwitz.
También visitaron esta comunidad Ludwig Klages, miembros del Círculo Cósmico de Alfred Schuler y los discípulos de Stefan Georges. Pero, contrariamente a una persistente leyenda, el fundador de la antroposofía, Rudolf Steiner, jamás se alojó allí. No obstante, los fundadores de la colonia estaban fascinados con la teosofía, así como por el taoísmo y el budismo.
Aunque la experiencia duró poco, apenas veinte años, sigue siendo recordada por ecologistas, activistas de extrema derecha y personas con una visión espiritual del mundo. La comunidad se caracterizaba por su rechazo al mundo moderno e industrial y, en cambio, defendía una visión ecológica radical y alternativa del mundo. Lo que rápidamente la convirtió en un hervidero de intelectuales, activistas políticos y artistas.
Antes de que se estableciera esta comunidad, cabe destacar que por esta zona pasaron activistas anarquistas como Mijail Bakunin, revolucionarios como Lenin e intelectuales como Nietzsche. También había sido frecuentada durante mucho tiempo por teósofos, esoteristas y artistas.
Una vez se instalaron los pioneros de la comunidad, la práctica precedió por mucho a la conceptualización y los primeros folletos no fueron escritos y publicados por los miembros fundadores de la colonia, especialmente Ida Hofmann y Henri Oedenkoven, junto con sus compañeros, hasta bastante tarde. Rápidamente se construyeron las primeras cabañas abiertas y huertos. En 1902 se inauguró un sanatorio. En 1904, la comunidad se constituyó oficialmente, convirtiéndose en la colonia cooperativa vegetariana Monte Verità. A partir de ahí la prensa comienza a interesarse por la comunidad y sus enseñanzas.
En 1905, la colonia se extendía ya por varias hectáreas repartidas entre propiedades privadas, un parque comunal, otro para tratamientos al aire libre en el que se separaba a hombres y mujeres junto con las cabañas de los residentes. El complejo del sanatorio constaba de un edificio principal con restaurante, biblioteca, sala de lectura y sala de música. Se promovía el trueque: la manutención podía darse a cambio de trabajar para cualquier persona interesada en una dieta vegetariana. Hacia 1910, la colonia contaba con 200 residentes permanentes. Vivían en contacto con la naturaleza, cultivaban un huerto y cosían su propia ropa.
Las prácticas vanguardistas de la colonia también incluían el uso de la «medicina natural», la homeopatía, el naturismo, el vegetarianismo, etc., que estaban en auge a principios del siglo XX. Las comidas consistían en frutas y verduras crudas, el alcohol estaba prohibido y los residentes vestían largas casullas de lino o algodón para vivir en armonía con la naturaleza. Sus miembros abogaban por el feminismo y la idea de un matriarcado primordial. Entre los que pasaron por allí había pioneros de la gimnasia rítmica, cuyas teorías se aplicaban junto con ejercicios de respiración y naturismo – los ejercicios se hacían desnudos – junto con educación musical. Todo ello se combinaba con el uso de ropa holgada. Los hombres también llevaban el pelo largo. Los hippies no inventaron nada.
Estas prácticas atrajeron al editor antimoderno y pre-alternativo Eugen Dieterichs, que apoyó económicamente a la colonia. Él también era considerado como un mecenas de las artes. Sin embargo, la comunidad atravesó dificultades económicas. Finalmente, la colonia fue vendida en 1920. Sus componentes eran demasiado variados, lo que dio lugar a contradicciones internas, que luego empezaron a chocar. Por un lado, los hermanos Gräser querían prohibir la circulación de dinero dentro de la colonia. Al principio se ocultó su presencia y se favoreció el trueque. Por otro lado, Henri Oedenkoven quería transformar la colonia en un proyecto económico viable. Se optó por la segunda opción: Monte Verità se convirtió en un balneario de pago.
A pesar de ello, las dificultades financieras persistieron y Henri Oedenkoven abandonó la comunidad en 1920 para instalarse en España. Después intentó vender Monte Verità. El lugar pasó por varias manos. De 1923 a 1926 la comunidad fue gestionada como hotel por los artistas Werner Ackermann, Max Bethke y Hugo Wilkens. En 1926 el solar fue comprado por el barón Eduard von der Heydt, banquero holandés de origen alemán y gran coleccionista de arte. En 1927 le encargó al arquitecto alemán Emil Fahrenkamp la construcción de un soberbio hotel según el estilo de la Bauhaus y amplió el recinto con otros edificios vanguardistas. El hotel renació temporalmente, pero con una nueva clientela adinerada atraída por la historia del lugar, pero que preferían los valores burgueses: el vegetarianismo fue sustituido por comidas gourmet... A pesar de ello, se conservaron algunas prácticas alternativas: los nuevos residentes podían seguir practicando yoga, música, danza o meditación. Monte Verità se convirtió en un centro turístico de lujo para la alta burguesía conservadora.
La Segunda Guerra Mundial resultó fatal: la aristocracia fue acusada de ser condescendiente con los nazis. Poco a poco, el lugar pasó a manos del cantón de Tesino, que lo transformó en un prestigioso recinto cultural.
Las prácticas de los monteveritanos se alimentaban del rechazo al mundo moderno que surgió en el mundo germanófono a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En este sentido, su actitud formaba parte de un movimiento reaccionario más amplio. Posteriormente, este rechazo de la modernidad tecnocrática se generalizó, afectando a otros segmentos de la sociedad alemana y austriaca que formaban parte del movimiento de los reformadores de la vida (Lebenreform).
El contenido teórico de esta corriente de pensamiento era fundamentalmente ambiguo, siendo a la vez reaccionario y progresista: emancipación individual, realización personal, auto-reforma, pero también organicismo e integración en un conjunto más amplio. El movimiento criticaba la urbanización y la industrialización y abogaba por un «retorno a la naturaleza», siendo ese su lema. La idea central era que un estilo de vida más cercano a la naturaleza era más sano que el de la ciudad. El movimiento también abogaba por el uso de la medicina alternativa, el yoga, el naturismo y el vegetarianismo. Los teóricos de esta corriente de pensamiento reflexionaron sobre los grandes temas de su tiempo: la tecnología, la ciudad, la identidad, la crisis religiosa, el marxismo y el liberalismo, la justicia social, etc.
Las raíces del Movimiento de los Reformadores de la Vida se encuentran en el Romanticismo, que fue una reacción en contra del proceso de «modernización» desencadenado por la Ilustración y la Revolución Industrial. A finales del siglo XIX, el romanticismo político de ese entonces se caracterizaba por el rechazo del racionalismo, la industrialización, la urbanización, el liberalismo y los valores conservadores tradicionales, incluido el cristianismo, en favor de una visión mítica de una sociedad orgánica y comunitaria. Fue en esta época cuando los seguidores de tales ideas realizaron las primeras denuncias contra la contaminación del aire y el agua. El vegetarianismo también ocupó un lugar destacado en estos círculos, al igual que la revitalización del naturismo («baños de luz») y la medicina alternativa.
Monte Verità debe verse como una especie de utopía regresiva en busca de una Edad de Oro pasada y añorando las ideas de la revolución bolchevique. En cierto modo, es una forma de «romanticismo anticapitalista». A partir de la segunda mitad del siglo XIX, la Alemania guillermina se caracterizó por la proliferación de iniciativas reformistas inconformistas, como las comunidades rurales, los Wandervögel («pájaros migratorios»), que era una especie de escultismo, los centros de educación activa, el naturismo, el vegetarianismo, etc. Desde el principio, estos movimientos se dividieron en dos tendencias opuestas: una tendencia libertaria, como Monte Verità, que influyó en personas como Erich Mühsam y el futuro premio Nobel Herman Hesse. La segunda era racista y antisemita. Algunos elementos de esta tendencia se encuentran en el nazismo.
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hoy
Hoy a las 8:00 PM/México nuevo episodio de "Ven acércate a satanás" en youtube.com/c/SoyjesusdeGehennasatanista con el tema "antroposofía egoteista"
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Charla abierta al público en general.
LOS PRIMEROS 7 AÑOS DE VIDA
#pedagogiawaldorf
Dirigida a familias, docentes e interesados en la niñez.
Sábado 4 de junio, 15 hs
Los Ceibos 2824, Roldán. Santa Fe
Informes e inscripción:
+54 341 6017890
Aporte sugerido: $ 900.-
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Isabelle de Steiger , de soltera Lace (1836-1927) pintora, teósofa, ocultista y escritora inglesa.
Nació en Liverpool, hija (y una de siete hijos) de Joshua Lace, un abogado. Fue educada primero en Liverpool y luego en Stratford-upon-Avon.
En 1861 se casó con un comerciante de algodón suizo, Rudolf Adolf von Steiger von Riggesberg. La pareja dividió su tiempo entre Inglaterra y Suiza y luego se estableció, por motivos profesionales, en Egipto, donde su marido murió de tuberculosis en 1870.
Isabelle regresó a Inglaterra en 1874 y estudió arte, primero en la Heatherley School of Fine Art y luego en la Slade School of Fine Art de Londres.
Tras obtener su título, comenzó una carrera como pintora profesional, exponiendo en varias galerías, como la Royal Academy de Londres y la Walker Art Gallery de Liverpool. Su estilo estuvo fuertemente influenciado por Lawrence Alma-Tadema y sus pinturas históricas.
También era conocida por sus pinturas de flores e ilustraciones de libros. Ilustró, por ejemplo, la revista de ocultismo The Unknown World (1894-1895), editada por AE Waite.
Pintó algunas figuras del movimiento teósfico, pero lamentablemente gran parte de su obra fue destruida en un incendio.
También experimentó los prejuicios predominantes contra las mujeres, que dificultaban alquilar un espacio de estudio y asistir a clases con modelos vivos, así como los obstáculos sociales para que las mujeres tuvieran una carrera independiente.
A principios de la década de 1870, se sintió atraída por el espiritismo y en 1878 se unió a la Sociedad Teosófica. Entró en contacto con Madame Blavatsky , Mabel Collins y Anna Kingsford, siendo esta última especialmente estimada por Steiger y convirtiéndose en una amiga íntima. Posteriormente, tras una escisión dentro de la sociedad Teosófica, se convirtió en miembro de la Sociedad Hermética, fundada por Kingsford; también fue miembro de la Sociedad de Investigación Psíquica.
Se hizo amiga de la alquimista Mary Anne Atwood, y sus propios escritos también estuvieron fuertemente influenciados por la alquimia; a la muerte de Atwood, en 1910, volvió a publicar con éxito la obra principal de Atwood, Una investigación sugerente sobre el misterio hermético.
Se unió a la Orden Hermética de la Aurora Dorada en 1888 y, después de una división entre facciones de la sociedad en 1903, se fue con AE Waite, uniéndose a su "Santa Orden de la Aurora Dorada", a pesar de sus desacuerdos sobre el tema de la Alquimia. También fundó, en 1912, una Sociedad Alquímica. Hacia el final de su vida siguió las enseñanzas de la Antroposofía.
Escribió varios libros sobre temas místicos, incluida una traducción de "La nube sobre el santuario" de Karl von Eckartshausen y una autobiografía.
También escribió artículos que aparecieron en varias revistas. Murió en Rock Ferry , Cheshire.
Le ponemos cara.
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La orquesta del Centro Cultural y Social El Faro
La orquesta del Centro Cultural y Social El Faro
La componen alrededor de 35 músicos; y la dirige el maestro David de Gans. Mañana domingo 19 tendrá un ensayo abierto en el Centro San Rafael de Nuñez (Ramallo 2606, CABA). Además programaron tres conciertos más; el viernes 24, que a esta altura ya tiene agotadas las entradas; y el domingo 26, a las 19, actuarán otra vez en el Centro San Rafael; asimismo, el domingo 3 de octubre se presentarán en…
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La orquesta del Centro Cultural y Social El Faro
La orquesta del Centro Cultural y Social El Faro
La componen alrededor de 35 músicos; y la dirige el maestro David de Gans. Mañana domingo 19 tendrá un ensayo abierto en el Centro San Rafael de Nuñez (Ramallo 2606, CABA). Además programaron tres conciertos más; el viernes 24, que a esta altura ya tiene agotadas las entradas; y el domingo 26, a las 19, actuarán otra vez en el Centro San Rafael; asimismo, el domingo 3 de octubre se presentarán en…
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