#antropofagia
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fearletlove · 3 months ago
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child-of-hurin · 5 months ago
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I DO get this post and I think many interesting things HAVE BEEN done with this concept, and it can be explored,
but there is something so fundamentally western about this post because cannibalism was and is one of the top 3 excuses for colonialism!! The very real and varied forms of exocannibalism and endocannibalism practices by the natives of the Americas was, and still is, the easiest route to dehumanize them and justify the atrocities committed against them!
Cannibalism is a powerful western taboo and I get the appeal of using it as a metaphor to talk about other taboos, and I do think such an approach could be done successfully and with nuance, and maybe I'm being unfair to a one-sentence post -- but oh the way this comes across in the context of the actual, real life history! The inescapability of discussing colonialism always on the moral playing field of the colonizers! What does signalizing the monstrosity of colonialism through cannibalism say about the colonized who ate, indeed, the flesh of other men?
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lupercais · 7 months ago
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Sou canibal canibal canibal
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beebuus · 1 month ago
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eats your ass (anthropophagically)
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amor-barato · 1 year ago
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Eliminarás a doença e o bário Restará o deleite dos homens Porque foste o andrógino
Oswald de Andrade – Episódio
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deertyhandz · 9 months ago
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Separatta volumen 4
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fecostaintermidiart · 2 years ago
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Mix Digital. Série #01 #fecosta #fecostafotografias #fecostaintermidiart #fecostabelohorizonte #fecostaminasgerais  #fineart #antropofagia #antropophagia #poemavisual #poesia #entregrafiasruidoseoaisagens #diariodeumflaneur #flaneur #deriva #psicogeografia #poesiavisual #semiotica #arteurbana #urbanart #urban #streetphotography #fotografiaderua #fotoderua #urbanphotography #paisagemurbana #paisagensurbanas #visuallandscape  (em Belo Horizonte, Brazil) https://www.instagram.com/p/Co9AUHbuxEQGkAgUvAqErzYYgSWn_A4S1bo3l40/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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llulilou · 1 year ago
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In Brazil we call it "Antropofagia".
*person has consented to being eaten; they’ve donated their body. they died without suffering. you can cook the meat. you will not get sick from the meat.
bonus: explain why!
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letrocitia · 5 months ago
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El Sabor del Poder.
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Es de madrugada y todas se están levantando. Yo estoy hecha trizas, no creo haber dormido más de tres horas. Recuerdo haber llegado ya muy avanzada la noche, después de un viaje de días caminando desde mi pueblo hasta Tenochtitlan. Me hicieron entrar en un recinto amplio, bien encalado y de techo alto, iluminado débilmente por unas antorchas. Ahí dormían muchas mujeres sobre petates. Yaotl, el hombre que me trajo, me explicó que eran las cocineras reales. Una vez que me indicó un lugar, me derrumbé ahí. Mi cansancio me hizo ignorar el dolor de mis pies ampollados y doloridos y caí en un sueño profundo.
Esta mañana, todo me es extraño: la prisa, la sofisticación de los aposentos, amplios y bien equipados, las personas tan solemnes.
—¿Así que tú eres la nueva?—. Aquella mujer mayor, de vientre abultado, que sonríe burlona y con un aire malintencionado mientras me pregunta, es Citlalli, la jefa de las cocineras y la amabilidad no parece ser su fuerte. —Yaotl me dijo que sabes cocinar. Debe ser verdad, si no, no te hubieran traído de tu pueblo apestoso para cocinar en la casa del gran Tlatoani Moctezuma. Veremos qué tan buena eres.
El envoltorio frente a mí se siente ominoso. Es un paño blanco de algodón con manchas de sangre fresca proveniente de lo que sea que se encuentra en el interior. Lo desenvuelvo con cuidado, consciente de que las miradas del personal de cocina están puestas en mis movimientos. Al deshacer el último nudo no puedo evitar dar un salto hacia atrás, lo que tengo frente a mí es un muslo humano ensangrentado, todavía con piel y vellos.
Escucho las risas y cuchicheos de los que apostaban por mi reacción. Citlalli se acerca y me dice de mal modo:
—¡Prepara un tlacatlaolli para el Tlatoani! ¡Ni se te ocurra probar nada o lo pagarás con tu vida!
Asiento atolondrada. A decir verdad, nunca he preparado el tlacatlaolli, pero sí sé lo que lleva: agua, maíz y carne. Tampoco he cocinado, ni he visto cocinar nunca carne humana, ¿qué tan difícil puede ser? Desde niña aprendí de mi madre el arte de la cocina y con el tiempo demostré que tenía una habilidad especial para ello. Cada vez que los militares mexicas pasaban por mi pueblo, mi madre y yo fuimos las encargadas de alimentarlos. Así me conoció Yaotl, un jefe militar quien sugirió que yo los acompañara para servir como cocinera del rey en la capital. Mi madre sabía que aquella «sugerencia» era en realidad una orden, y con los ojos arrasados de lágrimas me pidió que no me negara.
Con asco levanto el muslo para llevarlo a lavar y me sorprendo observando unos tatuajes que llaman mi atención. Mi mente retrocede a un día aciago, cuando trajeron los cuerpos de mi padre y de mi hermano mayor, asesinados mientras trabajaban la milpa.
—¿Quién los mató?—. Preguntaba mi madre entre lamentos.
—El «guerrero de los mil tatuajes» —dijo mi tío—. A ellos y a otros más. Ya se dio aviso a la guarnición mexica para que vengan a poner orden.
Mi madre y yo quedamos devastadas. Yo no podía imaginar la vida sin mi querido padre y sin mi hermano. El dolor de la horfandad mordió mi corazón y ya nunca lo soltó. Respecto al asesino, se sabía que era un guerrero de la etnia tarasca, fiero y hábil con las armas y que todo su cuerpo estaba decorado con tatuajes geométricos, los mismos que estaba yo viendo ahora en aquel pesado muslo, al que debía quitarle la piel y luego ponerlo a cocer en agua.
Una vez desollado, aviento la pieza a la olla, con ganas, todo resquemor me abandona, siento placer de ver la carne del asesino de mi familia cocerse furiosamente en la olla de barro. Mientras se cuece, en otro cazo pongo maíz cacahuacintle a cocerse por dos horas con agua y cal viva para que se ablande, poder retirarle la piel y las «cabecitas» de cada grano, lo cual es un proceso laborioso. Luego, se seguirá cociendo y cuando esté listo, el maíz «reventará», ese es el momento en el que ya se puede agregar a la carne, que para entonces debe estar muy blanda y desprendiéndose del hueso.
Uno de los mayordomos, de cara bondadosa, se me acerca. Sabe que soy nueva y quiere hacer plática:
—¿Sabes por qué han traído esta carne para que la prepares? —sin esperar respuesta continúa—. Este muslo es del guerrero Zuanga, capitán de un regimiento enemigo, responsable de muchas incursiones en territorio conquistado por nosotros. Lo capturaron vivo y anoche lo sacrificaron en el templo de Huitzilopochtli, su energía vital alimentará al Sol. El resto del cuerpo será cocinado y comido en casa del guerrero que lo capturó. Han mandado este muslo a nuestro gran Tlatoani como muestra de respeto, y ya que el sacrificado, una vez muerto, pertenece a la divinidad, a la fuente de toda vida, su ingestión es una fuente de la energía originaria, aquella que mantiene con vida al universo. Siéntete muy honrada de estar cocinando esta ofrenda para nuestro rey.
Lo veo alejarse mientras agrego sal y especias. No puedo dejar de pensar en la muerte de Zuanga y lo que eso significaba para mí. Una idea se clava en mi mente: comer su carne. Sus acciones trastornaron mi vida y, sería justo que yo, al igual que Moctezuma, pudiera beneficiarme de su energía. Hay un problema, está prohibido comer o probar la comida que viene como ofrenda ritual para el soberano. Miro la carne que baila al ritmo del agua en la olla, hay pedazos que se han separado ya del hueso, ¿quién echará en falta un pedacito? Observo a mi alrededor, las otras cocineras se encuentran cada una trabajando en sus repectivos guisos, pero los ojos de Citlalli están fijos en mí y en mis movimientos. No será fácil.
El mayordomo que anteriormente me explicó sobre la muerte de Zuanga ha regresado. Le gusta conversar y parece que le agrado. Noto que mientras él platica conmigo, la jefa de cocineras se relaja y atiende otras cosas. El mayordomo se llama Tepiltzin y me platica que al gran Tlatoani se le ofrecen a diario unos trescientos platillos que se acomodarán en braseros para que estén calientes y listos para comer. Gallinas, faisanes, palomas, liebres, conejos, patos, venado, codornices, guajolote, perdices y otras aves, guisadas de diferentes maneras, componen el menú. Lo escucho con interes y le hago preguntas, lo distraigo, y de forma muy casual muevo con una cuchara la olla y sin que nadie se dé cuenta, aparto un buen pedazo de carne que oculto tras unas jícaras. Noto mi corazón acelerado, casi no puedo creer lo que acabo de hacer.
Ha llegado el momento de integrar todo. Tepiltzin sonríe al constatar el grato olor que se desprende de la preparación. Tengo que confiar en mi habilidad para sazonar, pues ni siquiera el caldo pude probar.
A estas alturas la cocina se ha vuelto un hormiguero. Tepiltzin se pone a dar órdenes a diestra y siniestra, todo ha de salir perfecto. Un grupo de jóvenes muy agraciadas, sale para disponer los petates y esteras donde se ha de sentar el Tlatoani y sus invitados. Citlalli se asegura que a las mujeres que se pondrán a hacer tortillas en una esquina del comedor real, no les falte nada. Hay un problema con la cantidad de masa de maíz y sale a arreglarlo. Tepiltzin se disculpa conmigo, debe llevar las servilletas de manta nuevas y sin usar para la ceremonia del lavado de manos y también para que el rey se limpie los labios. Una vez usadas se desecharán y nadie las podrá volver a usar. Otras personas llevan la vajilla, de dos diferentes tipos de barro, así como copas de oro. Es el momento que aprovecho para tomar entre mis dedos a Zuanga y metérmelo en la boca. «¡Te capturé!», pienso. Lo mastico disimuladamente, pero con deleite. En verdad quedó muy bien. Sé de primera mano que no acabaré en desgracia por haber guisado mal el Tlacatlaolli.
Imagino que la fuerza de Zuanga ahora corre por mi cuerpo, me siento capaz de enfrentar todo y también me parece que he vengado a los míos. No puedo dejar de pensar que hoy probé lo mismo que comerá el gran Tlatoani Moctezuma, y eso no es poca cosa. Citlalli ha regresado a la cocina y me reprende por sonreír como una boba.
Autor: Ana Laura Piera.
Te invito a pasarte por mi blog Píldoras para Soñar en Wordpress.
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cmatain · 6 months ago
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Antropofagia mapuche vs. ingenio español en «Arauco domado» de Lope de Vega: conclusión
En esta ocasión, en mi acercamiento a Arauco domado de Lope de Vega[1] a lo largo de varias entradas anteriores, me interesaba destacar los dos episodios de la comedia en los que Rebolledo logra salvar la vida merced a su ingenio: el primero, cuando se queda dormido en su guardia y logra que don García le perdone la vida; y el segundo, cuando inventa la enfermedad “escapatoria” para evitar ser…
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sister-t0-sleep · 9 months ago
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"Num mundo onde come-se veneno e transgênicos, a antropofagia é um ato de amor! Antropofagize-se, antropofagize tudo!
Não coma carne, coma memória!!"
"In a world where (people) eat poison and transgenics, anthropophagy is an act of love! Anthropophagize yourself, anthropophagize everything!
Don't eat meat, eat memory!!"
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kaisreliquary · 10 months ago
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desejo de anseio que consome por dentro, deixa ossos secos e arrotos no ar; desejo do desejar e não do desejado, de querer tanto que querer se torna arte na ponta dos dedos, lubrificados pela língua que tanto fala do quanto quer;
antropofagista de seu ego, engole a si mesmo e vomita o amado nas páginas; deixa pra trás apenas ossos secos da vítima anterior e transforma em música os ruídos do estômago faminto por mais
desejo de querer mais e mais, cada vez mais
com os monólogos antigos voltando pela garganta, na agonia de transformar tudo que é novo no que já foi história um dia; por isso digo que tudo que escrevo volta para me roubar o sono: pois consumo todo meu amor que tu regurgita pela manhã e levo para alimentar uma nova desejada
pois a quero, quero muito... quero demais a querer
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refocilador · 11 months ago
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belmonteiro · 9 months ago
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soufre-de-paris · 11 months ago
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y'know, it's really not cute how the dualed english and portuguese scholarship here just literally word-for-word translates full phrases from each other and calls it a day
bestie that's still plagiarism
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fecostaintermidiart · 2 years ago
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Acaiaca - A carranca de minha nau estampada em uma camiseta diz muito sobre a relação de amor e ódio que tenho com a província de belíssimos horizontes. [...] #fecosta #fecostafotografias #fecostaintermidiart #fecostabelohorizonte #edificioacaiacabh #ICM #NFT #cryptoart #fotoavenda #vendadefoto #antropofagia #antropophagia #poemavisual #entregrafiasruidoseoaisagens #diariodeumflaneur #derivabhz #poesiavisual #arteurbana #urbanart #urban #streetphotography #fotografiaderua #fotoderua #urbanphotography #paisagemurbana #paisagensurbanas #visuallandscape #landscapes (em Edifício Acaiaca) https://www.instagram.com/p/CpErzjDN3s_/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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