#alerta: mucho texto. perdón. se me frieron las tres neuronas(?) ;;
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smileflowcr · 8 months ago
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Hwang Minjun, 23 años, 29/04/2001, tauro, Príncipe del Reino de Zafiro.
Existe una antigua leyenda sobre seres que surgieron entre las frías y saladas aguas del mar, criaturas muy parecidas a los humanos pero con ojos azul oscuro, escamas en sus mejillas, poder absoluto sobre el agua y quienes terminaron por establecerse cerca de la costa para formar un nuevo reino, esta vez en la superficie terrestre. Se dice también que viajeros de todo el mundo se acercaban a dicho lugar para presenciarlas, muchos incluso decidieron quedarse y aportar su granito de arena para construir el reino. Dichas criaturas aprendieron la lengua de los mortales y profetizaron que, en algún futuro lejano, nacería un monarca completamente humano con el poder de control los mares a su antojo y, al mismo tiempo, sería capaz de traer la gloria del imperio o la ruina de este y el mundo entero. La gente continuó su vida mientras aquellas tierras fueron conocidas como “Reino del Zafiro” en honor a la gema preciosa que se encontraba en grandes cantidades.
Cuando el último ser de dicha especie estaba en su lecho de muerte, ascendió al trono a un humano de buen corazón a quién crio como hijo propio e inculcó los valores de la lealtad, empatía y responsabilidad a temprana edad. A este chico también le dejó su poder, riquezas y los secretos del diamante oculto en la zona que los haría invencibles en futuras batallas, haciéndole también jurar que protegería los mares y el reino hasta que el elegido aparezca. Dicho hombre, ahora convertido en rey , se casó y tuvo descendencia pero por desgracia, los orígenes del Reino de Zafiro fueron perdiéndose con el paso del tiempos mientras la monarquía se enfocada más y más en enriquecerse, formar una guardia de elite cuyas armas y escudos estaban hechas del mineral más fuerte de todos y conquistar territorios o formar alianzas entre reinos. La leyenda sobre las criaturas se hundió cual tesoro en el fondo marino.
Minjun es el único hijo del actual rey, su nombre tiene diversos significados pero sus padres se lo brindaron con la esperanza que fuese alguien bondadose y gentil con su pueblo. Lamentable y como si los dioses estuviesen en contra, el joven príncipe demostró de temprana edad ser un niño malcriado que no dudaba en romper juguetes ajenos porque “eran mejores que los míos” mientras reía con maldad. Cuando tenía cuatro años el príncipe mayor del Reino de Esmeralda le lanzó zumo de frutilla en sus blancas y planchadas ropas, diciendo que era una lección por ser tan maleducado con sus mayores, él incluido, que tenía ocho años. Minjun, lleno de ira por aquella humillación, alzó la mano y lo que parecía una cachetada en realidad fue una masa de agua alrededor de esta y que fue directo a la cara del muchacho, casi ahogándolo en el proceso. Los adultos miraron aquella escena con miedo y una de ellas notó como los orbes del joven príncipe de tornaron tan azul como el mar, el mismo cuyas olas parecían chocar con más intensidad contra las murallas que protegían al reino, hambrientas de destruir todo a su paso.
Desde aquel vergonzoso suceso, el rey se volvió más estricto con su heredero, prohibiéndole salir del castillo sin un escolta calificado de la Guardia de Diamante. Lo que el señor no sabía es que el pequeño demonio era un experto escapándose y montando trampas para que su cuidador le perdiese la vista. Minjun se escapaba al mar, con la sensación que este le llamaba e imitando los movimiento de la marea es que poco a poco comenzó a dominar su poder, siendo capaz ahora de lanzarle chorros de agua a sus padres como forma de rebeldía por todas las tontas leyes y protocolos que debe saber para ser, supuestamente, un “buen gobernante”.
Años pasaron hasta que, observando desde el balcón a los futuros miembros de la milicia entrenar, da con un niño más o menos de su edad quien se encarga fácilmente de noquear a soldados más experimentados. Había escuchado a escondidas a su padre hablar con Seori, el capitán de la Guardia, quien había acogido a dos híbridos de okami y solo se le permitíó al ser el hombre más fuerte y en quién el rey confiaba, jurándole mantener a la despreciable criatura bajo control o sería exterminada. La curiosidad de saber porqué hablaba tan mal de él hizo que Minjun gritase a los cuatro vientos, llamando la atención de todos los presentes quienes se arrodillan ante el futuro gobernador. El niño no duda en apuntar al híbrido, diciéndole que lo elige como su guardián, así que más le vale no perder ninguna batalla para estar a la altura de un futuro rey como Minjun.
La relación entre ambos niños fue caótica desde un principio debido a los distintos puntos de vistas y personalidades. El joven príncipe seguía siendo el mismo engreído y malhumorado de siempre, siguiendo a Seoja por todas partes hasta que podían decir más de cinco palabras sin querer asesinar al otro. Estando ya cómodos es que comienza a huir al bosque cercano al reino, jugando a las escondidas o simplemente fantaseando sobre lo que haría de grandes, siempre recordando la promesa que estarían juntos y nada ni nadie podía separarlos. Pero lo bueno no dura para siempre y en medio de una discusión donde Minjun dice cosas sin pensar en las consecuencias o daño que podía causar es que se separan, no sin antes recibir unas últimas palabras de Seoja antes de regresar al castillo, maldiciendo a ese tonto perro que se suponía que debía cuidarlo.
No volvieron hablar, Minjun siendo orgulloso como para disculparse y Seoja con miedo a que el rey tome represalias en su contra por faltarle el respeto a su hijo. Es más, ni siquiera le comunicó que se iría a entrenar lejos del reino, fue Sayuri, su hermana, quien le comentó a un devastado y furioso príncipe que su supuesto guardián se marchó y prometió comunicarse con ella a través de cartas. Minjun esperó y esperó pero jamás recibió una para él, guardando aún más rencor en su frío corazón hacia la única persona que había confiado y dejó abandonado a su suerte. ¿Dónde quedaron los sueños de hacer el Reino de Zafiro el más bello y fuerte? ¿Dónde quedaron las promesas de ver juntos las estrellas en busca de nuevos desafíos que afrontar o secretos que investigar? ¿Dónde diablos quedó el juramento de permanecer juntos hasta el final? Todas esas dudas inundaban su cabeza mientras el mar estaba descontrolándose, arremetiendo contra otras ciudades costeras y siendo completamente imposible pescar en aguas que supuestamente eran tranquilas.
El día que se presentó como omega fue el peor de todos, podía sentir las miradas ajenas burlándose o juzgándolo por ser, según algunos, de la clase sumisa. Sus ojos nuevamente se tornan azules y huye a su habitación mientras la sala principal es inundada por agua salada y los gritos de auxilio se esparcen por todo el reino. El segundo peor día de su vida fue cuando sus padres, en busca de una alianza política, lo comprometen con el príncipe del Jade, presentado hace poco como un alfa. No recuerda bien lo que sucedió después, pues su mente se nubló de rabia y odio y lo único que podía escuchar con claridad era el sonido de las enormes olas que estaban derribando las murallas que separaban la tierra del mar que tanto amaba. Minjun se volvió aún más intolerante y frío, siendo su única compañía Sayuri y quien, como el alma bondadosa que era, intenta alegrar los días del joven, mostrándole su cola y orejas de okami para que las acariciase. Había días que no hablaba con nadie y se la pasaba hasta el anochecer mirando el océano, pidiéndole a las estrellas volver a ver Seoja aunque sea una vez más, quizás, con él a su lado, podría afrontar el cruel destino que alguien más había planeado para él.
Tal vez alguna divinidad estaba vigilándolo o simplemente fue suerte, pero un día Seoja apareció en las puertas del castillo, más alto y fuerte que antes y con una fuerte esencia digna de un alfa. El corazón de Minjun se aceleró al instante que sus miradas se encuentran, viendo pasar todos los recuerdos de su infancia juntos en cosas de segundos o mejor dicho, hasta que ve cómo un chico se aferra al brazo del menor a la vez que le besaba la mejilla. Minjun jamás había estado tan enojado como en ese momento, su cuerpo tiembla del cúmulo de emociones y si no es por Sayuri que se encontraba cerca y se lo lleva a otro lugar de seguro terminaba hundiendo el reino completo en lo más profundo del mar.
Su amiga, cansada de que ambos jóvenes evadiesen sus sentimientos, planeó un pequeño reencuentro en el bosque tan especial para ambos, con la esperanza que pudiese solucionar los problemas. Y vaya que funcionó. Esa noche de luna llena Minjun fue sincero por primera vez en su vida, gritándole a Seoja entre lágrimas, recriminándole por haberlo abandonado después de todo lo que vivieron, de no enviarle ni una mísera carta de cumpleaños o cualquier cosa con tal de hacerle saber que estaba bien pero sobre todo, lo que más le duele es que lo cambiase por otro omega cuando supuestamente Seoja era de él. Lo que había comenzado entre gritos terminó con ambos chicos besándose desesperadamente hasta que se quedasen sin aire, como si sus vidas dependiese de ellos, dejando fluir aquel amor sincero que juraron enterrar cuando su relación que fracturó años atrás.
*¨·:*ೄ En la actualidad.
Minjun mantiene una fuerte y larga amistad desde la infancia. con Junseong y Youngdae, gobernantes del Reino de Cinabrio y Aventurina Negra respectivamente. Los tres logran entenderse a su manera y no dudarían en protegerse si la situación lo amerita. El príncipe del Zafiro no lo admite fácilmente pero aprecia mucho a ese par de lunáticos que disfrutan destruir reinos. Se podría decir que, entre los tres, Minjun es el más "tranquilo".
La relación con sus padres va en picada, discutiendo todos los días e ignorando las obligaciones que le dan, escapando hacia el océano donde puede estar en paz, sabiendo que nadie se le acercará por el miedo a ser ahogado en las profundidades del mar. Con su prometido es igual, ignorándolo siempre que va a visitarle y destruyendo todos los presente que le trae. Lo odia, lo odia tanto que no puede esperar la ocasión para ahogarlo con sus propias manos y así ser libre.
Seoja es oficialmente su guardián, así que pasa la mayor parte del día con él, ya sea viéndolo entrenar o besuqueándose con locura en el bosque. No es un secreto la relación que ellos mantienen, sus padres advirtiéndole que vea a ese mugroso híbrido solo como un juguete y ya, que no olvide sus obligación como futuro rey. Minjun no desea hacerles daño, les da igual a decir verdad, pero si algún día le ponen un dedo encima a su amado alfa se asegurará de lanzar él mismo sus cuerpos a los tiburones para que sean devorados sin piedad.
Como dato extra, su esencia es la de miel y toques de canela.
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