#actuación de voz
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sonsofks · 1 year ago
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STAR OCEAN THE SECOND STORY R: Tu Pasaporte a un Mundo de Aventura y Emoción
Square Enix presenta el esperado remake en 2.5D de la icónica saga de STAR OCEAN Los Ángeles, 2 de noviembre del 2023 – ¡Prepárate para vivir una legendaria aventura con el emocionante lanzamiento de STAR OCEAN THE SECOND STORY R! Square Enix te trae la reimaginación en 2.5D de la aclamada segunda entrega de la franquicia STAR OCEAN. Este remake ya está disponible tanto en formato físico como���
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sheila--e · 7 months ago
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Osea, si les puedo ser sincero, Giorno siempre se me hizo como que tenía voz de youtuber.
Después de no se cuántos años, finalmente tenemos la dub completa de Golden Wind en Netflix en LATAM. Hace rato había logrado encontrar los primeros episodios disponibles en un sitio de piratería, yyy la verdad es que no me lograban convencer del todo las voces. creo que solo tenían los primeros episodios y no recuerdo si llegue a escuchar bien la voz de Trish en ese momento xD, pero creo que era justo antes de la segunda parte de Purple Haze y Man In The Mirror.
Ahora que llegue a escuchar mejor las voces puedo decir que mí opinión no cambio mucho, Buccelatti es de los mejores en mí opinión pero después también tenés voces como Pesci (que suena SÚPER irritantes) y como Mista o Fugo (que suenan como si fuesen los tíos de alguien).
En general es lo que se espera de una traducción de Netflix, y verdaderamente me pone triste porque se que la actuación de voz en LATAM puede ser de mucha mayor calidad, y que una compania tan grande como lo son ellos puede encontrar a actores que de verdad suenen bien. Pero igual no es de sorprenderse, ya todos sabemos que a ellos no les importa un pingo 🤷
No sé cómo terminar este post, así que voy a decir que me gustó mucho la actriz de voz de Trish :) aún no termino de ver la dub entera, así que espero poder sorprenderme.
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xlemonciel · 1 year ago
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❝ Chill ❞
Los días siguientes en la empresa actuaron como si no pasara nada lo que no tenía claro que le gustara, al menos el manager que estaba ahora a cargo de ellos era aquel que les había acompañado a Hyunjin y a él a Paris y Felix estaba contento por ello, pero también preocupado porque Hyunjin no estaba en condiciones de trabajar pero a la empresa parecía darle igual aquello y rápidamente les mandaron a sus actividades cotidianas. Felix seguía encargándose de ayudar a Hyunjin con todo lo que necesitara y notó el visible cambio en los comentarios de internet sobre ellos ahora que volvían a verse cercanos y que Felix ayudaba a Hyunjin hasta en cosas nimias, al parecer era algo que a la gente le gustaba ver y Felix intentaba no darle mucha importancia pero leer comentarios de gente que le llamaba el omega de Hyunjin hacía que se sintiera feliz.
El mayor también había estado intentando que comiera pero eso había sido mas dificil, aunque Felix accedía a robar un poco de la comida ajena seguía siendo insuficiente y lo sabía, pero pretendía ignorarlo. Aquel día estaba nervioso, primero porque ya no tendría excusas para no volver a su habitación esa noche, lo que le apenaba y le daba un poco de ansiedad por separarse de Hyunjin y la seguridad de su nido, y también porque se día no estaban solos, aunque eso era algo bueno. Felix estaba contento porque quienes iban a venir eran los miembros de Ateez, ambos grupos iban a preparar una actuación conjunta y quería que todo saliera espectacular.
Cuando los miembros entraron Felix estaba casi hiperactivo, todo sonrisas y emoción aunque aún actuaba un poco tímido, desde que se había presentado había temido que sus compañeros también actuaran diferente con él a antes pero nadie en el grupo le dejó de lado y todos le saludaron sonrientes. — ¡Felix!  —  la voz de Wooyoung se hizo oír por encima de los demás y el alfa fue directo hacia él y le dio un abrazo de oso casi asfixiante que le hizo reír feliz y aliviado.  — Te he echado de menos ¡Ya ni me envías mensajes! Mírate, te has vuelto cada vez más lindo ¿o soy solo yo?  — aquello le hizo sonrojarse profundamente, riendo.  — Creo que solo eres tu.
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silvertice · 14 days ago
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Confession Love.
Hugh jackman x female reader.
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summary: Tras una noche de celebración con el elenco, Hugh, tu amigo y compañero de escena, comienza a mostrar sentimientos ambiguos, confesando cosas bajo los efectos del alcohol. Aunque intentas restarle importancia, su mirada y sus palabras te dejan una duda inquietante.
Categories: friends to lovers, slow burn, unresolved tension, emotional conflict, mild angst, drunk confessions, theater setting, mutual pining, unspoken feelings, bittersweet ending. {TW} alcohol consumption, subtle emotional tension, hints of jealousy, minor angst, potential infidelity (emotional).
...
La función acaba de terminar, y el teatro aún retumba con los aplausos. Aunque no eran los protagonistas, tú y Hugh han recibido más de un cumplido en los pasillos. "Parecen realmente una pareja", han dicho algunos miembros de la audiencia sin saber que todo es pura actuación. Entre risas y abrazos, los planes para continuar la celebración empiezan a surgir.
Hugh, con una sonrisa radiante y esa energía chispeante que siempre tiene en el escenario, se acerca a ti. "¿Vienes, cierto? Sería casi un crimen celebrar sin ti." Su tono es ligero, pero la forma en que sus ojos brillan al mirarte le añade un toque que te hace preguntarte si sigue actuando o si hay algo más.
"Claro que sí, no me lo perdería por nada." Le devuelves la sonrisa con la misma facilidad de siempre, recordándote que, aunque la química que comparten en escena a veces parece real, ambos saben que son amigos, muy buenos amigos.
Poco después, el grupo de actores se dirige a un bar cercano. El lugar tiene ese ambiente acogedor perfecto para relajarse tras la función, con luces tenues y una música suave que invita a la conversación. Mientras buscan lugar, Hugh se queda cerca de ti, asegurándose de que tengas un asiento a su lado. Durante la primera ronda de bebidas, los compañeros bromean sobre cómo sus personajes encajan tan bien juntos y lanzan algún que otro comentario sobre la química que ambos transmitieron en escena. La conversación transcurre entre risas, y aunque a ti nunca te ha incomodado la idea de que alguien piense que hay algo entre ustedes, notas que esta vez Hugh parece un poco más callado, sus ojos reflejando algo que no logras descifrar.
La noche avanza con rapidez entre risas, brindis y algún que otro chiste sobre la función. Decides pedirte algo para beber, aunque sabes bien que tienes buena resistencia al alcohol, a diferencia de Hugh, que, con apenas unos tragos, suele empezar a desinhibirse. Esta vez no parece diferente: mientras tú mantienes la calma entre copas, él acepta uno, dos, hasta tres shots que le ofrecen, y su risa se vuelve cada vez más contagiosa, un poco más desenfadada.
Desde tu asiento, observas cómo se inclina hacia ti cada vez que dice algo, con esa actitud juguetona que le hace irresistible. Su voz, un poco más arrastrada de lo habitual, suena cálida, y sus gestos te hacen reír de forma espontánea. Sabes bien que, al paso que va, esta noche no va a llegar a casa por su cuenta.
"Sabes que no deberías mezclar tanto," le dices entre risas, empujando suavemente su hombro.
Hugh te lanza una mirada divertida, casi infantil, y se encoge de hombros. "Es celebración, ¿no? Además, me gusta cuando puedo... hablar sin filtro." Termina la frase con una sonrisa que tiene algo de misterio, algo que normalmente no dejaría ver tan fácilmente.
"¿Ah, sí? ¿Y qué cosas dices cuando hablas sin filtro?" Lo dices en broma, pero notas cómo él baja la mirada, como si pensara bien su respuesta, lo cual no deja de intrigarte.
Hugh se ríe suavemente y toma otro sorbo, más lento esta vez, como si buscara la manera de responder. "Quizás... cosas que me guardo porque somos amigos." La palabra queda flotando en el aire entre ustedes, y de repente, el ruido del bar parece desvanecerse a su alrededor.
Tus ojos se agrandan un poco, sorprendida, y no puedes evitar reírte ante su comentario. Niegas con la cabeza, como si eso pudiera disipar la extraña sensación que te deja su actitud esa noche. Él siempre ha sido un poco más desinhibido cuando toma, pero esta vez parece distinto, como si hubiese algo importante que quisiera decirte, y no logras descifrar si es solo el alcohol hablando.
Justo en ese momento, Hugh se pone de pie con un poco de dificultad, levantando su copa con un entusiasmo exagerado. "¡Un brindis!" anuncia, llamando la atención de varios en la mesa. "Por... por la mejor compañera de escena que cualquiera podría pedir..." Su voz se vuelve un poco más seria, y su mirada, a pesar de estar algo vidriosa, se clava en la tuya. "Por alguien que hace que todo sea mejor, incluso los días largos de ensayo..."
Sientes el impulso de detenerlo antes de que vaya demasiado lejos, así que te pones de pie y lo tomas del brazo, sonriendo y diciendo entre risas: "Creo que ya hemos brindado suficiente, Jackman. ¿Por qué no mejor te sientas antes de que hagas algo de lo que te arrepientas?"
Él, un poco mareado pero aún con esa sonrisa, te mira como si estuviera a punto de decir algo más, algo que parece debatirse en su mente. Pero finalmente, accede a tu pedido y se deja caer nuevamente en su asiento, sin soltar tu mano. "Tienes razón, tienes razón... Pero quería que supieras que eres especial para mí. Más especial de lo que probablemente entiendes..." murmura, con una sinceridad que te deja en silencio por un momento.
El ruido a tu alrededor sigue, las risas y las conversaciones de fondo, pero entre los dos parece haber un silencio suspendido, una tensión que no habías sentido antes, y no sabes si lo que acaba de decir fue simple entusiasmo o si hay algo más detrás de sus palabras.
A pesar de tu broma, Hugh parece estar completamente decidido a no bajar el tono de su discurso. Se recarga en el respaldo de la silla y, con los ojos brillando y una sonrisa cómplice, te mira intensamente. "¿Sabes qué? Quizás tienes razón... ¿qué tal si me callo un rato?" Pero su voz se eleva de nuevo, como si fuera imposible dejar de hablar. "Pero es que, en serio, ¿cómo es posible que no te hayas dado cuenta antes de lo genial que eres?"
Sientes la familiaridad de sus palabras, la misma que has escuchado tantas veces en los ensayos y en las charlas que solían tener. Pero ahora, hay algo diferente en la forma en que lo dice. No es solo un cumplido amigable, es como si estuviera buscando algo más, algo más all�� de la actuación, algo real.
"Vamos, Hugh, en serio..." Le dices, intentando desviar el tono de la conversación mientras te echas un poco hacia atrás, casi queriendo poner algo de espacio entre ambos. "Ya basta de tanto drama, solo disfruta la noche." Lo empujas suavemente en el brazo, buscando hacerle ver que no es el momento para ponerse tan intenso.
Pero en lugar de sentarse y seguir la corriente, Hugh se levanta de nuevo, casi tambaleando un poco, y te mira con esa expresión traviesa en la que no puedes evitar ver la mezcla de niño travieso y adulto algo desinhibido por el alcohol. "¿Sabes qué? Tengo una idea," dice, antes de que puedas detenerlo. "Voy a hacer el brindis más épico de todos, y tú... tú vas a ser la primera en escucharme."
Antes de que puedas reaccionar, él agarra su copa, levantándola con un dramatismo exagerado, y te lanza una mirada cómplice. "Por la mejor persona en este mundo, por la que hace que todo lo que hacemos en el escenario valga la pena... y por ti, que, no sé, eres como un faro en medio de todo este caos."
Tu risa escapa sin querer, porque es una mezcla de ternura y vergüenza ajena. "¡Hugh, basta!" dices, tratando de retener la risa mientras le pides, con cariño, que se siente. "Ya, ya. Tienes que calmarte, ¿qué tal si mejor tomas agua y dejamos el show para mañana?"
Sigues intentando contener la risa mientras le dices, "En serio, Hugh, te vas a deshidratar más rápido que cualquier cosa con ese ritmo de tragos." Pero al decirlo, te das cuenta de que él ya no está tan atento a tus palabras. En su lugar, te observa fijamente, con una mirada que no puedes leer del todo, como si estuviera tratando de analizarte, de entender algo más allá de la simple broma.
La sonrisa en su rostro se suaviza, y por un segundo, parece que ha dejado de escuchar el bullicio del bar a su alrededor. El tiempo parece ralentizarse, y todo lo que puedes hacer es sostener su mirada, sintiendo una extraña mezcla de incomodidad y algo más, algo que no logras identificar del todo.
A pesar de tu intento de restarle importancia a la situación, Hugh no responde. Su silencio se hace más notorio y te provoca una ligera incomodidad. ¿Acaso está pensando en algo más? ¿O se está dejando llevar por el alcohol?
El ambiente a tu alrededor parece desvanecerse, hasta que finalmente, él rompe el silencio. Pero no con palabras. Solo se inclina un poco hacia adelante, su mirada fija en la tuya, como si estuviera buscando algo, algo que tú no sabes cómo darle.
Tu corazón da un pequeño salto, y te haces la pregunta: ¿realmente estaba solo tomando demasiado, o hay algo más en todo esto?
El momento se alarga, y por un segundo, piensas que podría decir algo que cambie la noche, que cambie todo. Pero entonces, con un suspiro, Hugh se endereza nuevamente y se aparta de ti, como si todo lo anterior fuera solo una fantasía pasajera.
"Perdón, creo que me fui un poco... ya sabes," dice finalmente, sonriendo y levantando su copa como si nada hubiera pasado. "Solo estoy contento de estar aquí con los mejores, ¿no?"
Después de ese breve, pero intenso, momento de silencio, te apartas un poco, buscando algo de distracción. Miras a tu alrededor y te das cuenta de que, sin que te dieras cuenta, ya ha pasado mucho más tiempo del que pensabas. Las luces del bar parecen más cálidas ahora, y el murmullo a tu alrededor es más fuerte, los risueños comentarios se mezclan con la música, creando un ambiente de pura jocosidad.
Observas a los demás, todos se han soltado, el alcohol ha hecho su efecto, y aunque algunos ya están un poco desinhibidos, no puedes evitar notar lo felices que parecen. Hay algo en sus caras, algo entre risueño y algo un poco tonto, que hace que el lugar se sienta más como una fiesta entre amigos que una simple salida después del trabajo. Todo el mundo parece un poco más relajado, casi como si el trabajo hubiera quedado atrás y lo único que importara ahora fuera disfrutar del momento.
Tienes que reprimir una risa cuando ves a algunos de los actores del elenco actuando un poco más... curiosos, y te preguntas en qué momento todo el grupo se fue transformando en una especie de burbuja de alegría boba, donde las palabras son más risueñas que coherentes.
Pero lo que más te llama la atención es Hugh. De alguna forma, parece que el ambiente lo ha atrapado de la misma manera. Mientras sigues observando a tu alrededor, te das cuenta de que él sigue allí, tan cerca, pero ahora con una copa en la mano que ni siquiera recuerda haber llenado. Su expresión sigue siendo juguetona, pero algo en su postura parece diferente, como si él también estuviera intentando comprender qué está pasando en este juego de risas y bromas.
Cuando sus ojos se encuentran con los tuyos nuevamente, hay una chispa en ellos, una que te hace sentir incómoda, pero también te provoca algo dentro, una especie de anticipación. Pero justo antes de que puedas decir algo, él vuelve a sonreír, esta vez de una manera más torpe, como si fuera incapaz de mantener el tipo de seriedad que había tenido antes.
Sigues observando a Hugh, quien sigue sonriendo como si estuviera en un mundo paralelo, moviendo la copa de un lado a otro sin mucha intención. Al final, decides romper el silencio con algo ligero, pero que aún refleja ese toque de diversión.
"¿Sabías que no tienes tolerancia al alcohol?" le dices, sin rodeos, mientras lo miras fijamente. "Lo digo porque siempre en los eventos o entregas de premios, siempre te veíamos con una botella. Pero el segundo trago ya te tenía dando vueltas."
Hugh te mira, un poco sorprendido por tu observación, pero después se echa hacia atrás en su silla y se ríe. "¡Vaya, vaya! ¿Así que has estado observándome, eh? Pues sí, soy un desastre con el alcohol," responde con una sonrisa traviesa, como si estuviera bromeando, pero hay algo en su tono que suena más sincero de lo que esperabas. "Nunca he sido de aguantar mucho. Pero es que... ya sabes, cuando te dan una botella en cada evento, es difícil decir que no."
Te ríes ante su comentario, sabiendo que él tiene razón. Los organizadores de esos eventos solían mimarlo un poco más de la cuenta, y aunque a veces lo hacía parecer encantador, otras veces simplemente terminaba siendo un desastre adorable. Pero ahora, al verlo de cerca, algo en sus ojos te dice que tal vez no solo estaba bebiendo por diversión, sino también como una forma de desconectarse, de olvidarse de algo por un rato.
"¿Y cómo es que nunca te pasó factura?" preguntas con tono curioso, sin dejar de mirarlo. "Con todo lo que tomabas, me sorprende que sigas de pie."
"Porque tengo una habilidad especial para dar la apariencia de estar bien," dice, levantando la copa como si estuviera haciendo un brindis por su propia habilidad. "Pero ya ves, esta vez no estoy tan seguro de qué está pasando... parece que mi tolerancia ya está a cero. Y tú, ¿te has dado cuenta de que me estás observando demasiado?"
La tensión en sus palabras es sutil, pero ahí está. Y aunque su tono es juguetón, sabes que en el fondo hay algo más que tal vez no está tan claro ni siquiera para él.
En ese momento, tu teléfono vibra en tu bolso, sacándote de la burbuja de complicidad en la que te habías sumido. Sacas el móvil y ves que es un mensaje de un amigo, simplemente preguntando cómo va la noche. Sonríes mientras lees y, al responder, no puedes evitar que tus labios se curven en una sonrisa sutil, más por el mensaje que por la situación en sí.
Hugh, que te había estado observando con más atención de lo que te habías dado cuenta, se queda en silencio unos segundos más. Luego, en un tono que te parece ligeramente más suave, dice: "¿Sabes? Eso... eso es lo que me gusta de ti. Siempre tan... genuina, tan... fácil de hacer sonreír."
Es una de esas frases que te hace detenerte un instante, porque aunque parece una observación simple, hay algo detrás de la forma en que la dijo. Algo en su mirada, que ya no tiene la chispa juguetona de antes, sino una suavidad que te toma por sorpresa.
Te giras hacia él, intentando entender el cambio, pero no es fácil leerlo en ese momento. "¿Genuina?" repites, ligeramente confundida, mientras guardas tu móvil en el bolso.
"Sí," responde, arrugando un poco la frente como si estuviera buscando las palabras adecuadas. "Es raro... pero, no sé. Es como si todo en la vida fuera más fácil contigo, más... claro." Sus ojos se encuentran con los tuyos, y por un segundo, parece que no está seguro de lo que acaba de decir. "Es solo que, ya sabes, algunas veces no entiendo por qué todo se siente tan... tan natural entre nosotros."
Tienes que hacer un esfuerzo para no dejar que la confusión te gane. No sabes qué está tratando de decir, si realmente lo sabe o si está hablando solo por el alcohol. Pero algo en sus palabras te hace pensar que esto es más de lo que parece.
"¿Natural, eh?" le preguntas con un tono ligero, intentando aligerar la tensión que se está formando en el aire. "Será porque llevamos mucho tiempo trabajando juntos, Hugh. Es normal que se sienta así. Nos conocemos bien."
Sin embargo, él no parece tan convencido. Posa su copa sobre la mesa, su mirada ahora centrada en ti con una intensidad que no habías notado antes. "Sí... supongo," responde, pero con un toque de inseguridad que no encaja con su usual confianza. "Pero, a veces... no sé, siento que hay algo más. Como si no fuera solo por el trabajo, sabes..."
Y en ese momento, la realidad de lo que está intentando decirte empieza a colarse en tus pensamientos, pero antes de que puedas procesarlo completamente, Hugh da un sorbo a su bebida, como para calmar los nervios que parecen aflorar.
¡Perfecto! Aquí te dejo cómo podría continuar la escena, manteniendo la tensión mientras la protagonista intenta racionalizar lo que está pasando y tratar de restarle importancia al comportamiento de Hugh
Sientes que la incomodidad empieza a crecer dentro de ti, como una pequeña bola que se va haciendo más grande. Sus palabras, tan sinceras pero confusas, te dejan con una sensación extraña. Intentas mantener la calma, pero no puedes evitar preguntarte si está siendo más directo de lo que debería, o si solo está dejando que el alcohol hable por él.
Suspiras disimuladamente y te recargas en la mesa, tratando de aliviar la tensión. "Hugh, creo que el alcohol te está afectando más de lo que crees," dices con una risa nerviosa, como si fuera todo una broma. "Deberías relajarte, estás diciendo cosas que... bueno, no suelen ser muy claras."
Te esfuerzas por mantener el tono ligero, como si todo fuera un malentendido, como si no tuvieras idea de lo que realmente está pasando. En tu mente, piensas que quizás solo es el efecto del alcohol, que está hablando sin pensar, y que en la mañana se olvidará de todo esto.
Pero a medida que lo miras, te das cuenta de que él sigue allí, mirando con una intensidad que no puedes ignorar. Hugh parece pensarlo un momento antes de hablar, y cuando lo hace, su voz suena más baja, casi como si fuera un susurro.
"No, no creo que sea solo el alcohol," dice, jugando con la copa de nuevo. "Es solo que... no sé, a veces siento que hay algo que no decimos, algo entre nosotros. Pero tal vez estoy equivocado. Tal vez soy solo yo siendo demasiado... emocional."
Lo miras con una sonrisa tensa, intentando no darle más vueltas al asunto. "Vamos, Hugh. Lo sé, ya sé. Solo estás un poco borracho y mezclando las cosas. No te preocupes, en un par de horas ni te acordarás de lo que dijiste."
Pero incluso al decirlo, algo en su mirada te hace dudar. No sabes si lo está diciendo en serio o si, como pensabas, está solo dejado llevar por el alcohol, pero la verdad es que... algo te dice que esto podría no ser tan simple como parece.
La conversación se queda suspendida en el aire, y cuando Hugh te mira con esa mezcla de duda y algo más, decides darle un toque más ligero, como si todo fuera un malentendido. Pero cuando él habla nuevamente, su tono es bajo, directo, y algo más serio.
"Es solo que..." empieza, la voz un poco más grave de lo habitual, "a veces me pregunto si... si podría haber algo más, ¿sabes? Entre nosotros."
La suavidad con la que lo dice te atrapa, y por un momento, parece que el mundo se detiene a tu alrededor. El calor sube a tu rostro sin que puedas evitarlo, y sientes que el rubor se extiende rápidamente por tus mejillas. Intentas disimularlo, pero no puedes evitar que tu corazón lata más rápido, como si estuviera sintiendo cada palabra en su totalidad.
No sabes qué responder, así que el silencio entre los dos se vuelve incómodo, y el peso de sus palabras comienza a hacer mella en tu mente. Todo lo que habías pensado como un malentendido, de repente parece mucho más real. Y es en ese instante de silencio cuando algo te hace sobresaltarte.
Un par de manos cálidas y familiares rodean tu cintura, interrumpiendo tus pensamientos. Un suave beso se posa en tus labios, y, al abrir los ojos, te das cuenta de que es tu novio, que ha llegado para buscarte.
"¿Te he dejado mucho tiempo?" te pregunta, su voz un poco cargada de preocupación, pero al mismo tiempo, con una sonrisa tranquila. "Era tarde y vi que habías estado tomando un poco... pensé que sería mejor irte a casa."
El gesto de su llegada te hace soltar un suspiro de alivio, pero también una sensación extraña se instala en tu pecho. Te preguntas si Hugh había notado el cambio, o si había algo más que no habías querido ver antes. La idea de la confesión, o tal vez lo que era, se desvanece un poco al ver a tu novio, pero la sensación de incomodidad persiste.
"Todo está bien, de verdad," dices con una sonrisa cansada mientras te giras hacia tu novio, tratando de disimular la sensación extraña que se ha formado en tu pecho. "Solo estoy un poco cansada, no te preocupes," añades rápidamente, con la esperanza de que no note la tensión que aún persiste en el aire.
Sin embargo, mientras hablas, tus ojos se desvían brevemente hacia Hugh. El cambio en su rostro es inmediato y claro: su sonrisa se desvanece y la tristeza comienza a inundar sus ojos. La chispa juguetona que solía brillar en su mirada ha desaparecido, reemplazada por una sombra que te golpea de frente. Te das cuenta de que, a pesar de tus palabras, algo ha quedado en el aire, algo que no puedes borrar tan fácilmente. La incomodidad crece en ti, pero intentas ignorarla, no sabes si es porque el alcohol lo ha dicho todo o porque, en el fondo, tú también has sentido una verdad entre sus palabras.
Para no darle más importancia al momento, decides actuar con rapidez. Mirando a uno de tus compañeros de trabajo, le haces una seña. "¿Podrías llevar a Hugh cuando terminen? Creo que no va a poder regresar solo." La petición sale natural, casi como un mecanismo para evitar un conflicto innecesario, para desviar la atención de la situación incómoda en la que te encuentras. El amigo asiente, aceptando sin preguntar, pero puedes ver que hay algo que no encaja en su mirada.
Recoges tus cosas rápidamente, el sonido del crujido de tu bolso siendo cerrado rompiendo el silencio, mientras Hugh permanece sentado en la misma posición, con la vista fija en el vaso que aún sostiene. La imagen de su rostro triste te persigue un momento antes de que te acerques a él. Es un gesto suave, casi mecánico, pero te sientes obligada a despedirte. Le sonríes con una leve sonrisa, una que sabe a despedida más que a bienvenida, pero que intentas que suene amable.
"Cuídate, Hugh," le dices en un susurro, esperando que esas palabras sean suficientes para cortar la tensión del momento. Pero no sabes si las palabras lo son, o si, de alguna forma, no han sido más que un intento por convencerte a ti misma de que todo está bien.
Justo cuando te giras para irte, tu novio toma tu mano, tirando suavemente de ti hacia la salida. El sonido de tus pasos resonando en el suelo parece llenarlo todo de ruido, como si el silencio entre tú y Hugh aún persistiera en el aire. Pero en el último momento, antes de cruzar la puerta del local, tu mirada se vuelve involuntaria hacia atrás. Tus ojos se encuentran con la figura de Hugh, todavía sentado, mirando al frente con un aire perdido, como si estuviera atrapado en sus propios pensamientos.
Un nudo se forma en tu estómago, y por un instante, te preguntas si realmente has hecho lo correcto. El recuerdo de su confesión, la incertidumbre en su mirada, la suavidad de sus palabras... todo se entrelaza en tu mente, y un pensamiento fugaz cruza por tu cabeza: Las personas dicen la verdad cuando están borrachas. Pero, ¿qué significaba eso en realidad? ¿Era todo solo una confusión, o realmente había algo más detrás de esos ojos? Sientes una mezcla de curiosidad y desconcierto, y por un momento, el camino hacia la salida parece más largo de lo que realmente es.
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deepinsideyourbeing · 30 days ago
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hola reina vengo con un pedido q puede interesar a las enzo girlies… en varias ocasiones el ha hablado sobre respiración, en la actuación, cuando corre, fuma etc y yo lo quiero llevar hacia donde ya sabemos jajsj breath play kink con enzo ?
Kinktober, Día 19: Breath Play
-¿Cómo te sentís?- pregunta Enzo mientras juega con tu clítoris. Su otra mano descansa sobre tu pecho, subiendo y bajando con tu respiración, que es nada más que un reflejo de la suya-. Lento y profundo, ¿sí? Seguime a mí.
-Sí.
Intentaba reducir tus niveles de estrés. Eso fue lo que él dijo, como tantas otras veces, porque siempre quiere ayudarte empleando alguna de las técnicas que domina. No tenías motivo para rechazarlo cuando ofrecía cuidarte y mimarte.
Tampoco tenías idea de que el clásico ejercicio de respiración se convertiría en esto... Aunque no te vas a quejar de sus métodos.
Tu gemido interrumpe la quietud de la habitación. Él emite un sonido de desaprobación cuando ve la forma en que respirás de manera irregular (por milésima vez) y masajea el valle de tu pecho con movimientos circulares, procurando robarse tu atención con sus caricias, ignorando tus pechos y tus pezones erectos.
El contacto de tu espalda con su pecho desnudo, caliente y firme es reconfortante. Es un lugar de seguridad y tranquilidad. Intentas seguir el ritmo experto (sereno, seguro de sí mismo, en calma) que él impone, pero es difícil con su mano entre tus piernas y su erección palpitando con fuerza contra tu espalda baja.
Enzo lo sabe mucho antes de escucharte balbuceando. Puede ver tu piel erizándose, la tensión en tus músculos, la bocanada de aire que tomás y el temblor de tus labios cuando exhalás. Detiene sus movimientos y te quejás, prácticamente llorando, tu mano sujetando su muñeca para que no deje de tocarte.
-Ya sé, bebé, ya sé- besa tu cabello-. Es la última vez, ¿sí?
-Dijiste lo mismo antes.
-Te prometo que esta es la última vez- susurra-. ¿Confiás en mí?
Ciegamente, querés decirle. En su lugar hacés un enérgico gesto de afirmación con la cabeza.
-Con palabras- te recuerda con voz dulce pero estricta.
-Confío en vos.
Sentís su sonrisa y luego el reptar de su mano desde tu pecho hasta tu cuello. Su palma es cálida y sus largos dedos te abrazan como una gargantilla hecha especialmente para vos: no ejerce presión, todavía no, sólo quiere recordarte sus intenciones.
-Se va a sentir muy bien- promete-. ¿Querés eso, princesa?
-Sí.
Lleva sus dedos hacia tu entrada, terriblemente húmeda y desesperada, rodeándola lentamente antes de introducir dos dígitos y distraerte del ardor dibujando círculos sobre tu clítoris con su pulgar. Cuando gemís, moviéndote y haciendo un poco más difícil su tarea, no te lo reprocha; sólo sentís cómo los dedos en tu cuello comienzan a cerrarse.
Es una promesa.
-Mirá cómo estás- dice con tono condescendiente. No comprendés hasta que golpea con más fuerza tu interior y podés escuchar el sonido producido por tu humedad y sentir cómo tus músculos reaccionan por el placer, succionando sus dedos.
Intentás responder pero las palabras mueren. Puede que en tu garganta, puede que en tu mente -cuyos contornos comienzan a desdibujarse-, no hay forma de estar segura. El lejano sonido de su voz, sus burlas, sus promesas, todo parece propio de un extraño sueño febril.
Excepto por el placer en tu centro y tus latidos.
Cuando tirás de las sábanas Enzo no puede evitar preguntarse qué lo excita más: vos o la confianza que le tenés como para permitirle esto. ¿Dejarías que continúe luego de tu orgasmo? ¿Permitirías que siguiera hasta que pierdas el conocimiento? Sabe que sí. Intenta no dejarse ir sólo imaginándolo y procura centrar su atención en vos.
-Enzo- gemís con un hilo de voz. Cuando intentás llevar una mano a su muñeca tu brazo cae a medio camino y tu espalda, que se arqueaba en un ángulo encantador, impacta contra su cuerpo nuevamente. Una serie de palabras inconexas y rotas sigue, dejando tus labios como un suspiro, pero él las ignora.
No estás segura de qué es lo que te empuja hacia tu clímax, ¿son su mano en tu cuello o sus dedos abusando de tu punto dulce? ¿Es su pulgar presionando sobre tu clítoris o la presión que juega con el flujo de oxígeno hacia tu cerebro? Da igual.
Gritas en silencio, sin comprender cómo es posible no sentir las extremidades cuando jurás que podés sentir placer hasta en la última terminación nerviosa de tu cuerpo, con los dedos de tus pies flexionados -con tanta fuerza como para generar dolor del bueno- y tus uñas clavándose en su brazo repleto de venas.
-Así, bebé, sí- repite con voz ronca cerca de tu oído-. Muy bien...
Cuando por fin recuperás la cordura y el control sobre tus sentidos, lo primero que distinguís es la manera en que su respiración y la tuya están sincronizadas, su mano otra vez ocupando tu pecho para ayudarte a mantener el ritmo.
-¿Cómo estuvo?- besa tu mejilla-. ¿Cómo estás?
-Muy bien... Muy bien.
-¿Segura?
-Segura.
Toma una respiración profunda y lo imitás.
-¿Puedo yo?- preguntás tímidamente. Cuando permanece en silencio, estático, volteás (temblando, con el cuerpo como el de una muñeca de trapo, con una extraña sensación etérea) para poder verlo directamente a los ojos.
-¿De qué hablás?- pregunta mientras te ofrece sus manos como apoyo. Vos rechazás la oferta.
Lentamente, sin romper el contacto visual, llevás tus manos hacia su cuello. Un movimiento involuntario de su cuerpo, fugaz pero lo suficiente evidente para vos, confirma tus sospechas.
Tiene las pupilas dilatadas como nunca antes.
-Por favor- suplica.
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tomhardymyking · 7 months ago
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"There's this really seductive quality to his performance. A vulnerability that really raises what was written on the page. Also not on the page: Johnny's nasal voice. There's a scene, inspired by the book, in which Johnny watches Marlon Brando in The Wild One, and Tom Hardy latched onto that. He didn't let me hear the voice until we were rolling. We were on set on the first day and he starts to talk. I sit there for a second and I'm kind of processing it. Then Tom goes, 'What do you think?' And I was like, 'I f*cking love it!'" — ���𝗲𝗳𝗳 𝗡𝗶𝗰𝗵𝗼𝗹𝘀 about 𝗧𝗼𝗺 in 𝑻𝒉𝒆 𝑩𝒊𝒌𝒆𝒓𝒊𝒅𝒆𝒓𝒔 in the 𝙀𝙢𝙥𝙞𝙧𝙚 Magazine 🏍️❤️‍🔥
I can't wait to watch his performance 🙏🏻💓
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"Hay una cualidad realmente seductora en su actuación. Una vulnerabilidad que realmente resalta lo que estaba escrito en la página. Tampoco en la página: la voz nasal de Johnny. Hay una escena, inspirada en el libro, en la que Johnny observa a Marlon Brando en The Wild One, y Tom Hardy se aferró a eso. No me dejó escuchar la voz hasta que estábamos en el rodaje el primer día y él comenzó a hablar. Entonces Tom dice: '¿qué piensas?' Y yo dije: '¡j*der, me encanta!'" — 𝗝𝗲𝗳𝗳 𝗡𝗶𝗰𝗵𝗼𝗹𝘀 sobre 𝗧𝗼𝗺 en 𝑻𝒉𝒆 𝑩𝒊𝒌𝒆𝒓𝒊𝒅𝒆𝒓𝒔, en la revista 𝙀𝙢𝙥𝙞𝙧𝙚 🏍️❤️‍🔥
No puedo esperar para ver su actuación 🙏🏻💓
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alisainbooks · 9 months ago
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OCs F1 Fanfic
Sinopsis: Enemies to lovers, forced proximity entre una nueva actriz de Hollywood y el piloto de Ferrari al que no le gusta su película. Su pelea se vuelve viral y les obligan a fingir llevarse bien mientras trabajan juntos en un proyecto.
Palabras: 3.5k
Smooth Operator
Capítulo 1— @
En el vídeo salgo yo. Me habrán etiquetado al menos doscientas veces y lo han subido hace menos de tres horas. Es mi escena. Subida sobre un escenario de un cabaret como en los años 20, vestido verde de coctel, guantes blancos, los ojos pintados de negro y los labios de rojo. Unas dulces notas de saxofón y un ritmo de maracas se van extendiendo poco a poco. Levanto la vista a través de mis pestañas, el zoom se centra en mi mirada, mil veces ensayada y una docena de veces repetida, que tanto me costó conseguir. Sujeto el micrófono con suavidad y acerco los labios, como si le susurrara a un amante. Y ahí empiezo a cantar. Me pierdo en la música. Una triste historia sobre un amor que se marchó. 
Es mi escena favorita y parece que también la del público. Brillo y la gente parece comprenderlo. La película ya lleva una semana en cartelera y está siendo un éxito, esta escena es viral en internet, es la que me ha lanzado de golpe a probar el estrellato, a que a la gente al fin le suene mi nombre, a firmar otro contrato para una super producción. Pero eso no es lo interesante del vídeo. No, hay doscientos como este. Pero no me etiquetan. La gente quería que yo viera este en concreto. 
El misterio no se hace de rogar. La escena se vuelve pequeña hasta quedar relevada a una esquina de la pantalla. En primer plano aparece una entrevistadora muy mona sujetando un micrófono frente a la boca de Álex Da Silva, a la vez que le enseña el vídeo en su teléfono. Lleva la camiseta roja de Ferrari, el pelo revuelto y una toalla colgada de un hombro. Lo mira atentamente, aún sin decir una palabra. 
—En el entrenamiento de hoy estabas cantando esta canción —comenta la chica y a mí se me acelera el corazón—. Últimamente solo se habla de Laura Nazario, no hay muchas españolas por Hollywood. Así que supongo que tú, como compatriota, habrás visto la película. 
—Sí, claro que la he visto —contesta él, aún sin separar los ojos de la pantalla, como si quisiera terminar de ver la escena. 
—¿Y qué te pareció?
El latir en mis oídos no deja de coger fuerza, casi no escucho el vídeo. 
—No me ha gustado, siendo sinceros. La música está bien. Pero la actuación… —Creo que se me ha parado el corazón de golpe, puede que también me haya quedado sorda. Un creciente pitido se instala en mi cabeza. 
Apago el móvil y lo lanzo lejos de mí. 
La pantalla se rompe. Veo cómo los cortes se iluminan con la llamada entrante de mi representante, seguro que ella también ha visto el vídeo. 
Pero no contesto. No. Estoy ocupada, me doy cuenta, porque cuando recupero el oído soy consciente de que he empezado a gritar. 
—¡¿Que no le ha gustado?! ¡¿Pero qué cojones tiene que opinar él en esto?! ¡Ahora resulta que es crítico de cine! Que se dedique a lo suyo que no le está yendo nada bien, hace dos años que no hace un puto podio. No está como para decirle a los demás si hacen bien o mal las cosas. Joder, menos mal que somos compatriotas. Será gilipollas. 
Tengo que calmarme, tengo que calmarme. No puedo. Tengo que respirar. Uno, dos, uno dos. No funciona. 
Mi canción vuelve a sonar. Es mi maldito tono de llamada. Es la quinta vez que aparece el nombre de mi agente. Creo que las paredes se están cerrando, mi habitación nunca había parecido tan pequeña. Boqueo intentando llenar los pulmones de aire. Abro una ventana y corro para descolgar el teléfono a la sexta vez. 
Isa no me deja ni hablar. 
—No pasa nada, en serio. Seguro que a nadie le va a importar. Mañana nadie se acordará de esto. —Su voz tranquila y reafirmante tiene un efecto en mí. Es tan buena hablando que consigue convencerme. 
El problema es que mañana la gente se sigue acordando. 
No puedo abrir Instagram o Tiktok o Youtube sin que me salga ese puñetero clip de la entrevista. Lo paso lo más deprisa que puedo. 
Isa me dice que espere. Y yo lo hago. Pero nadie se olvida. 
Mis amigas no han dejado de llamarme, no he contestado ni una vez, me he limitado a mandar un mensaje a nuestro grupo: no quiero escuchar ni una palabra al respecto. 
Para pasado mañana está declarado, se ha hecho viral. Me he leído todos los putos comentarios habidos y por haber. Ya nadie está hablando de la película o de la escena. ¡No! Están hablando de la entrevista, de lo conciso que ha sido en su opinión, de si nos conoceremos ya de antes, de lo que pasará si nos encontramos. Si lo viera, lo estrangularía, lo tengo claro. 
Nuestro hastag es trending topic y yo estoy que echo humo. No puedo abrir mi teléfono sin ver su estúpida cara. Por. Todas. Partes.
No ha vuelto a hacer ningún comentario al respecto y todos esperan que yo haga una declaración, cosa que me niego a hacer. No sé qué intenciones tenía al decir eso, pero desde luego, no voy a darle la satisfacción de hacerle saber que he visto la entrevista, mucho menos que me ha molestado. 
Para la semana siguiente he borrado todas las aplicaciones de mi móvil, no me hace bien seguir torturándome de esta manera. Tengo que pasar página y esperar a que esta popularidad muera, como lo hace todo en internet. Además, hoy tengo que trabajar. 
Me visto, me maquillo y salgo de casa, todo por primera vez desde el “incidente” que es como llamaré a partir de ahora a la funesta entrevista del idiota, a quien también me dirigiré de esa forma de ahora en adelante. 
Isa pasa a recogerme. Le dedico un escueto hola antes de cerrar la puerta del copiloto. 
No se atreve a dirigirme la mirada, así que yo la estudio de reojo cavilando si aunará el valor para decirme algo o nos sumiremos en un silencio total durante este trayecto. Lleva el pelo rubio anaranjado en una trenza apretada y acicalada con sumo cuidado, el maquillaje impoluto y la blusa recién planchada. Solo tiene unos pocos años más que yo. Ha luchado con dientes y garras por su posición y su lista de contactos. Es un amor pero está hecha de acero, por eso la elegí. Por eso y porque también habla español, así que cuando me enfado es la única que me entiende. 
Al no ver indicios de conversación, saco mi teléfono para distraerme. Entonces recuerdo que he inutilizado tanto el aparato que lo he convertido en una especie de Nokia, así que no hay mucho que pueda hacer. 
—¿Qué le ha pasado? —pregunta Isa haciendo un gesto con la barbilla, sin soltar el volante, hacia mí pantalla reventada. 
Me encojo de hombros y vuelvo a guardarme el aparato en el bolsillo. 
—Ninguno de los dos hemos tenido una buena semana.
—Ya te he dicho que no es para tanto…
—Isa —la corto—, he dicho que no quiero oír nada al respecto. Esperaremos el olvido, ¿sí?
—Eres una cabezota. 
Lo soy. 
La reunión va bien. Director, productores y equipo de dirección. El contrato ya está firmado así que es una reunión sin más. Me limito a contestar las preguntas que van hacia mi persona y me permito desconectar el resto del tiempo, dejo que Isa se encargue de lo demás, que para eso cobra. 
Se habla sobre el proyecto, ya está casi todo organizado. La película cuenta unas historias entrelazadas, entre ellas la vida de Bertha Benz y la mía, una actual piloto que intenta abrirse paso en el complicado mundo de la Formula 1, un guión maravilloso, yo misma lo leí. Se ultiman unos detalles, se rodará este verano, el casting está casi cerrado, hay que buscar localizaciones y la escudería que va a colaborar en el proyecto es Ferrari…
Despierto de golpe, me atraganto con mi café de 11 dólares, por ese precio me esfuerzo en volver a tragarlo. Por desgracia y pese a que no he derramado ni una gota, he llamado la atención, todos los ojos se posan sobre mí. Sonrió quitándole importancia y cuando retoman la conversación lanzó mis ojos como un dardo sobre Isa. La muy malvada finge estar inmersa en sus papeles, lo que me deja bien claro que ella ya lo sabía y que la lista de gente que tengo que matar no deja de crecer. 
Jugueteo con mi boli. Si da la casualidad de que me encuentro a ese idiota, aunque solo sea un minuto…
—¿Qué te parece, Laura?
Joder, tengo que empezar a prestar atención a estas cosas. Es que no tengo ni idea de lo que me tiene que parecer lo que sea que han dicho pero todos me miran expectantes. 
Fuerzo una sonrisa y busco ayuda, una que Isa no me da. Intento leer el ambiente, sonrisas amabilidad…
—Pues estupendo… —me tomo la libertad de soltar una mínima risa. 
—Fabuloso, nos vemos esta tarde. —¿Qué?— Mandaremos un coche a buscarte. 
Vamos, no me jodas. ¿A que acabo de aceptar para que me líen la tarde del domingo?
Todos empiezan a recoger la mesa y a levantarse. Isa y yo hacemos lo mismo. Despedidas, apretones de manos, deseos de suerte. 
En cuanto ponemos un pie en la calle la sujeto del brazo. 
—Dime qué tengo que hacer esta tarde. 
Me mira, mira al suelo, se muerde el labio. Y yo me temo lo peor. Tendré que ir a cenar con la mafia o a beber te al infierno. 
—Bueno…
Hubiera preferido al diablo o a Al Capone. Hubiera preferido ir a nadar con hipopótamos. Hubiera preferido tumbarme en la carretera al atardecer y rezar para que pasara un miope. 
Pero no pudo ser. 
Por el contrario, me pongo un vestido precioso, elegante y azul; me plancho el pelo; me pongo los tacones negros más altos que tengo y me preparo para estar espectacular para cualquier foto “robada”, que será la primera tras el incidente. Debo aparentar que no me ha afectado nada, no, aparentar no, tengo que conseguir que no me afecte nada, eso es. 
Un elegante mercedes me recoge de mi casa y me deposita en el circuito de Long Beach, al sur de Los Ángeles. Me encargo de llegar tarde. Finjo que he olvidado el bolso antes de montarme en el coche, que tengo que ir un segundo al tocador y me paro a hacer un par de fotos para colgar luego. Lo retraso todo hasta que la carrera está a punto de empezar. Todo según mi plan porque me niego a dirigirle la palabra al idiota si me topo con él. 
Enseguida me llevan con el equipo de Ferrari, me saludan efusivamente bromeando sobre que soy su nuevo fichaje, yo finjo que me río y que me encanta estar allí y me buscan un fantástico sitio para disfrutar de la carrera. Poso disimuladamente para un par de fotos y rehúyo de forma muy poco disimulada a dos periodistas que tenían la clara intención de hablar conmigo. 
Isa viene poco después a sentarse a mi lado, ofreciéndome un refresco. 
Lo cojo gustosa. 
—Lo estás llevando mejor de lo que pensaba —me dice, ninguna de las dos apartamos los ojos de la carrera que acaba de comenzar, como si no estuviéramos hablando en realidad. 
—¿Qué esperabas? ¿Qué le rayara el coche delante de todos sus mecánicos?
—La tarde aún es muy larga…
—Por desgracia. Mi único consuelo será verle perder. 
Esta temporada lleva fiasco tras fiasco, apenas ha conseguido rascar un par de puntos. 
La carrera está interesante. Es un circuito urbano, lo llaman el Mónaco de EEUU. Hay un choque en las 10 primeras vueltas, dos pilotos se retiran. Es un circuito complicado, curvas muy cerradas. El idiota va décimo así que estoy contenta. En la vuelta 38 la cosa está muy reñida, casi todos los 8 primeros van pegados, luchando por ganar posiciones hasta que llega una curva en forma de herradura y el otro piloto de Ferrari choca contra una esquina de un edificio, en ese momento se desata el caos. Tres coches se unen en el choque y otros dos se salen del circuito para evitar a los demás. Una humarada de polvo se eleva y los alientos se contienen. De pronto, un morro asoma a través de la nube… un morro rojo…
—No puede ser. 
Pasa esquivando los obstáculos y no se detiene ante nada, acelera y acelera hasta que alcanza al primero en una recta, su rueda de atrás tocada por el otro piloto de Ferrari antes de chocar. Menos de un segundo de ventaja…
—Qué hijo de puta, tiene DRS. —Me pongo de pie sin dar crédito a mis ojos, mirando la pantalla embobada. 
—No sabía que te interesaras por las carreras. –A Isa no le podría dar más igual lo que está pasando, lleva un rato contestando emails. 
—A mi padre le encanta, a algunas de mis amigas también. Me han suplicado que los traiga. 
Pero eso da igual ahora mismo porque el idiota se pega y se pega, una curva y otra y otra. 40 vueltas. 41. Esto está acabando. Busca un hueco, un despiste. Delante de él está otro piloto español, le aprieta las tuercas, intenta defender todo lo posible, pero no puede cerrarse bien en una curva y eso es todo lo que le hace falta al idiota. Se pone en cabeza. El público está eufórico. Yo me desplomo en mi silla. 
—No me jodas, Alonso. Te has dejado adelantar por un niñato.
Cada segundo es doloroso. Cuando cruza la meta. Cuando sube al podio. Cuando le dan el trofeo. Todo. 
Tengo que tragarme todas las palmaditas, todos los vítores y todos los elogios.
Le suplico a Isa que me saque de allí o que me mate, lo que le apetezca, pero que lo haga rápido.
Se niega en rotundo, me suelta un rapapolvo sobre que no puedo ser tan infantil y que me aguante, que todavía tenemos que saludar al director y que tengo que poner una bonita sonrisa para que todo el mundo piense que estoy feliz. Y más me vale que todo el mundo lo piense. 
Me arrastra a cenar. Todo el equipo está celebrando, el champán corre por doquier. 
El jefe de equipo, sentado bastante lejos de nosotras se levanta en un momento. 
—¡Un brindis por la primera victoria de la temporada! 
—Desde luego ese no es su primer brindis de la noche… ¡Ay! —Isa me da un fuerte puntapié por debajo de la mesa. 
Me vuelto como un látigo hacia ella, me señala efusivamente que coja mi copa y la alce como ella. Lo hago a regañadientes y murmurando y solo para que no me dé otra patada, cosa que haría seguro. 
Hay por lo menos otros tres brindis antes del postre y juro por Marylin Monroe que si hay uno más se me van a caer las cejas de tanto fruncir el ceño. 
Mientras remuevo mi copa de helado de chocolate transformada en sopa marrón, suena un ritmo de marimba. Isa coge rápidamente la llamada y cuchichea rápido y furiosa. 
Me mira fijamente, colocándose el pelo por detrás de la oreja y el bolso en el hombro, como si fuera una niña pequeña dando instrucciones a su hija.
—Tengo que irme. —Un coro de ángeles canta a mi alrededor. ¿Es acaso la salvación lo que oigo?— Tú te quedas. —¿Lo cualo?—  Tienes que saludar al director y tomarte una copa. 
—Pero…
—¡Pero nada! —me ladra, poniéndose de pie—. Volveré pronto a buscarte. Puedes coger un taxi si tardo mucho, solo y exclusivamente si la fiesta se te hace tediosa e inhumanamente insoportable. Ni un segundo antes. —Me clava la mirada, con una promesa de muerte si la desobedezco.— ¿Estamos?
—Sí, mamá…
Me da un capirotazo en la cabeza. Le enseño los dientes, frotándome el pelo. 
—Casi, casi. Sonríe. —Remarca la palabra alargando su propia sonrisa con los dedos.  
Me duele la cara de sonreír. Creo que para este punto se me ha olvidado y que en la cara no tengo más que una especie de mueca torcida. Me han arrastrado hasta una especie de bar. Luz morada y oscura, música para bailar pero al volumen justo para poder hablar también, gente, alcohol. El alcohol fue lo primero de lo que me percaté. Voy por mi segundo mojito para soportar esta mierda. Me han presentado a tantísima gente que ya todas las caras me parecen igual. Y, ahora, ¡al fin!, he cogido por banda al director. Me está contando cosas del proyecto, ropa, escenas, giros. No sé, desconecto entre sorbo y sorbo de ron. Y sonrío, ¿sonrío? Sí, creo que sonrío… o algo así. 
Hasta que veo un pelo negro entrar en la sala. Ahí ya no sonrío. Todos se giran hacia él, le dan palmaditas en la espalda y lo felicitan. 
—¡El campeón de la noche!
—¡A disfrutar que te lo has ganado!
Mi director, John, escucha el alboroto y centra su atención en él. 
—Pero si es Álex, vamos a saludarlo. 
Que majo y que educado. Creo que soy buena actriz, pero no sé si tan buena. Titubeo, buscando una excusa muy rápido porque me da la impresión de que el idiota se está acercando a nuestra órbita y si me cruzo con él vamos a colisionar. 
—Ve tú primero, yo voy a por algo de beber. –Le doy un suave toque en el brazo y saco mi expresión más dulce. Asiente convencido. 
Y yo huyo. 
Me refugio en la barra, hay bastante gente concentrada, es más fácil camuflarse. Me refugio en un lateral, algo más vacío y apoyo la espalda contra la encimera de metal. 
—Buenas. —Me sorprende escuchar español bien pronunciado y por un segundo me temo lo peor. Por suerte, es el otro español de por aquí. Rozando la cuarentena por arriba ya peina canas pero la sonrisa sigue siendo la misma que cuando levantaba la copa del mundo que emocionó a toda España. Parece amable.– Solo quería decirte que me gustó mucho tu película. —Es amable. Ya me cae bien. Vale, puede que sea fácil de encandilar. 
Creo que me sonrojo, pero el mojito no me deja pensarlo mucho. 
—Te lo agradezco, significa mucho para mí. 
—Hay que apoyar el producto nacional. —Se ríe de su propia broma y yo lo acompaño. “Hay quien no piensa igual…”
—Enhorabuena a ti también por el podio. —También hacía mucho que no quedaba segundo.— Mi padre es fan tuyo desde siempre y te aseguro que está muy contento. 
—Me alegro de no decepcionarle. Laura, ¿verdad?
—Eso es. 
—¿Tu primera vez por aquí?
—Así es pero creo que a partir de ahora me vas a ver mucho… 
—¡Alonso! —Nos interrumpe una voz un poco más para allá. Y yo solita me he encerrado en una esquina. ¿Y si finjo que me desmayo? Quizá podría hacerlo creíble.— ¡Qué bien que estés aquí! —Ha llegado. Apoya el codo sobre el hombro de Alonso y lo zarandea un poco. Entonces, fija sus ojos castaños en mí y tiene la desvergüenza de mirarme de arriba abajo con una pasada rápida. Rechino los dientes.— Y con buena compañía. 
Alonso pasa su mirada de uno a otro. 
—Laura, Álex —nos presenta—. ¿Os conocíais?
—Por desgracia —dice él. Por suerte, pienso yo–, no.
—No nos habían presentado oficialmente —concuerdo yo.
—Vi tu película.
—Algo he oído…
Parece reflexionar. 
—Oh… has visto el vídeo.
—Así es.
—No te habrá parecido mal, ¿verdad? —Retira su codo y se acerca un paso a mí con una sonrisa apaciguadora. 
—No, claro que no. Me encanta que digan que mi trabajo es una mierda.
Mi respuesta le pilla desprevenido. Duda por un segundo antes de recomponerse. 
—Eh, yo no dije eso.
—De hecho, sí. 
—Solo daba mi opinión.
—No pasa nada, al parecer eres entendido en todo. Bueno, supongo que en todo menos en lo tuyo, ya que has llegado último en las tres últimas carreras. 
Parpadea una, dos veces y frunce el ceño. 
—¿Intentas molestarme?
—Solo daba mi opinión. —Me encojo de hombros con expresión inocente.   
—Los 15 minutos de fama se te han subido a la cabeza. —El calor pesado sí que me está llegando a la cabeza. 
—Ya veremos a quién le duran más los 15 minutos. Al menos, la gente viene al cine a verme a mí. —Un paso. Otro paso.  
—Al menos, el final de mis carreras se entiende. 
Se acabó. 
Le lanzo en contenido de mi copa a la cara. Está empapado y decorado con hojas verdes. 
Las cabezas empiezan a girarse hacia nosotros. 
—Que te follen, a ti y a tus carreras. 
Y me marcho. Rápidamente. Furiosa. 
Cojo un taxi. Me voy a mi casa. Y me meto en la cama. 
Dedico solo un pequeño rato a pensar en mi enfado y me duermo.
Por la mañana, mi canción consigue despertarme. Medio dormida aún, estiro la mano hasta coger el teléfono. 
—¿Sí?
—La has jodido pero bien. 
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icantfeelcnything · 3 months ago
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(  εïз TALENTOS )
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“ No puede haber algo más simple que una canción de Lorcan d'Eath y se estaba ahogando ” expresó con disgusto cuando sus ojos repararon en la persona del escenario a quién algunos aplaudieron. La razón que lo hizo voltear a ver tan horrorosa actuación fue debido a su terrible voz. “ ¿Es un concurso de quién lo hace peor? ”
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caostalgia · 2 years ago
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What could have been
¡Quiero dejar el mundo atrás!
A pesar de lo mucho que brilla el sol estos días, lo más probable es que mi ansiedad convierta las palabras de otros en porquería
Sé bien que si no siento nada, no me quebraré
Si no busco nada, las emociones de los demás no escucharé
Feliz y solo estaré
Estoy seguro, me importa poco
A la mierda el mundo
Estoy muerto por dentro
No existe nadie que comprenda como me siento
De seguro, estoy loco
Esas son las palabras que mi cabeza repite sin cesar, me cansé de tomar las decisiones de un cuerpo destruido, quiero dejar de escuchar aquellas voces que mandan los buenos recuerdos al olvido
En mi camino quedé varado otra vez
Lo sé, ya no sirve llorar, mejor comenzaré a caminar
Siento como quema, si no fuera por el agua
Ya ni sangre correría por mis venas
Veo en el reflejo un oasis entre la arena
Me cambió el panorama.
Entré sin preguntar, era eso o morir de calor
¡Diablos! Interrumpí su presentación
¡Por la mierda! ¿Por qué estás aquí? ¿No ves qué, aquí, no queda nada de valor?
Sal de aquí, para así terminar mi actuación
Perdón por irrumpir
El motor que tengo ha vuelto a fallar
Tantas veces se ha estropeado que de vez en cuando solo me queda reír
Quiero hallar donde descansar, y este teatro alado parece ser buen lugar.
Qué bello teatro tienes aquí, sentí que el destino me invitó a pasar
Los pasillos del manantial se adornan con posters de la actriz principal, encerrada en su jaula de cristal
¡Ya lárgate!
El destino de la obra ya está escrito en el guión,
Nadie apreciará la historia de una muerte, es solo ficción
Nunca nadie ha venido a ver, la historia que creé yo
Así que hoy es el fin, mi teatro bajará el telón
¿Sin siquiera poder verte? ¿Tú crees qué a nadie le importa?
Pues no sabes nada sobre el mundo, aunque toda historia tiene un final
No has salido de este teatro a demostrar cómo puedes brillar
Puedes abrumarte, pero si conoces la historia que quieres contar
Verás como tu teatro de estrellas se puede llenar
Ansío ver como tú escrito y actuación se convierten en la portada de mil recuadros,
esparcidos por los astros que pase en mi viaje, causando ovación
Ya que estas acá, no voy a dejar que un espectador se vaya sin conocer mi historia
Pero la entrada te costará y no será poco
De maravilla, no te robaré más tiempo, así que me sentaré y prestaré atención a los detalles
Se levanta el telón
Sale ella
Su pelo, rojo otoño, la persigue como una estela
Su voz, era armonía, encantando las paredes del teatro
Convirtió cada palabra que decía, en una bella melodía
Palabras que se sentían
Era magia abrazándote el corazón
Replicándose entre ecos, dentro del teatro de los locos
Su vida viajaba en cada movimiento que daba, con el deseo de aferrarse a esta historia como ninguna
Ella estaba hecha para este momento, ¡enserio, no miento!
Plasmó en su alma miles de estrellas, volviéndose una flor de loto flotando al lado de la luna
Cuando ella estuvo por ponerle fin a este hilo
Con el cuchillo en la garganta
Dudé de la veracidad
Su obra se abrió paso al plano de la realidad
Al mismo tiempo que el destino me llevó al escenario
Estiré mi mano y la uní a su filo
Qué mierda estás haciendo
Arruinaste la historia
No debías interferir
Esto debe ser una tragedia
El joven alza la vista hacia la actriz
Lo siento, no quería verte partir
Caen lágrimas y sangre
Manchando el escenario
La armonía de ella, ya no se puede sentir
Te terminaste hiriendo, así ya no podrás conducir
¡Esto es mi culpa yo debía morir!
No seas ridícula
Todo lo que hiciste, hasta la última escena
Fue el arte que el mundo debería conocer
Ante tal actuación, ni yo me la puedo creer
No era mi intención arruinar tu historia pero
Quisiera volver a ver, a sentir tu obra.
Tu sonrisa en el escenario no fue una actuación, lo disfrutaste
Yo lo sé, hasta lo amaste
Seré un loco si lo digo, pero te lo pido
Déjame mostrarte el mundo, te aseguro que crearás afuera tu recuerdo más bello
Sus paisajes de ensueño serán tu escenario, tu historia y tu arte serán apreciados
Ayudarás a otros a reconocer sus cicatrices, a ser amados
Inspirarás al aprendiz
A que el último destello es el que guardas en el corazón
Se baja el telón
What could have been
Nuestra historia sin fin
Along Buddha
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Ustedes me ven normal... pero mi imperio romano siempre será saber que Kung Fu Panda 2 fue la última peli donde Armendáriz Jr. (QEPD) participó como Shifu. I mean... Octavio Rojas también hace un excelente trabajo, pero... a veces extraño su primera voz :"3
En fin, recopilación de algunos momentos que me parecen geniales de su interpretación:
Actuación 10/10
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yumeniz · 9 months ago
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🗣️ATENCIÓN FANS DE VILLANOS 📢
🗣️TENGO UN ANUNCIO QUE HACER📢
Planeo algo muy grande para todos los fanáticos. A partir de este mes comenzaré a trabajar en la realización de una adaptación animada de los cómics de El Atraco Arriesgado, el spin-off de la serie Villanos. Imagina cada capítulo que has leído en el spin-off pero con animación y actuación de voz además de todo eso. Prepárese para presenciar cada momento en una animación glorificada.
Todos los viernes publicaré el progreso que he logrado hasta ahora a lo largo de la realización de los 14 capítulos en acción y episodios animados de suspenso que uno podría ver. También se espera un avance este año, así que prepárate para eso también.
A cualquiera que esté leyendo esto, gracias por tomarse el tiempo de escucharme y espero brindarles más noticias sobre mi progreso en las próximas semanas y meses 🙏🏼❤️
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elrincondelcinefilo · 17 days ago
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ℕ𝕠𝕥𝕚𝕔𝕚𝕒𝕤
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Muere Tony Todd, conocido por Candyman y Destino Final, a los 69 años
El actor falleció este viernes en su casa de Los Ángeles, sin que hayan trascendido las causas de su muerte
Todd (Washington DC, 1954), del que aún no se han informado sobre las causas de su deceso, estudió en el Instituto Nacional de Actores de Teatro Eugene O'Neill (Connecticut) e hizo su primera aparición en pantalla en 'Platoon' (1986), de Oliver Stone, junto a actores como Willem Dafoe, Johnny Depp o Forest Whitaker.
Su potente voz y su 1,96 metros de altura también ayudaron para que poco a poco fuera asumiendo nuevos papeles en filmes como 'Colors' (1988) o 'Bird' (1988), hasta adentrarse ya en 1990 en su género por antonomasia: el terror.
Fue entonces cuando participó en 'Night of the Living Dead' ('La Noche de los Muertos Vivientes'), de Tom Savini, y dos años después hizo su gran papel en 'Candyman', de Bernard Rose, donde interpretó al espíritu del pintor Daniel Robitaille que reclamaba justicia en Chicago.
Su aclamada actuación le llevó a participar incluso en dos secuelas más de esta misma película.
Además, apareció en otros títulos de terror como 'The Crow' (1994), 'Wishmaster' (1997), 'Hatchet' (2006) o varias películas de la saga 'Destino Final' (año 2000, originalmente), donde encarnó al forense que atisbaba cuando la muerte se aproximaba.
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D.E.P 🕊️
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by-speaker · 1 month ago
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Rivales
Prompts por @raven-cincaide-words
Además, la canción "Good luck, babe!" de Chappel Roan
El sonido retumbante de los parlantes y los gritos de los fans, realmente lo emocionaba, la adrenalina corría por sus venas y la emoción lo hacía querer saltar en su lugar.
“¡Missa! ¡Missa!”, podía escucharlos corear desde su lugar tras el escenario, gritando su nombre, ansiosos por su presencia.
Vamos Missa, eres el mejor, se alentó un poco antes de poner su presencia en el escenario, “¡Buenas noches, Isla Quesadilla!”
Era la noche final de la competencia de canto que se celebraba en la isla principal, Missa era originario de Karmaland, una isla pequeña cerca de Quesadilla, de un pueblito llamado “Minecraft Extremo” esta era su posibilidad de triunfar.
“¿¡Están listos para la mejor noche de sus vidas?!” Gritó Missa.
La multitud se volvió loca. Missa amaba ese poder que tenía sobre la audiencia, como podía emocionarse tan fácilmente, pero sabía que esto no iba a ser fácil. Philza estaba también en la competencia, y a pesar de su menosprecio en público, sabía lo talentoso que era Philza.
Missa sonrío al escuchar el soundtrack de ‘Good luck, babe!’ Y sonrío a un más al ver a Philza parado en la audiencia, este era su oportunidad.
Con un gesto dramático, Missa se acercó al borde del escenario, sus ojos fijos en Philza. El público siguió su mirada, y un murmullo de anticipación recorrió la multitud. Todos conocían la historia entre ellos, el romance que había florecido y muerto tan públicamente.
��Esta canción,” anunció Missa, su voz cargada de emoción, “es para alguien especial. Alguien que solía conocerme mejor que nadie.”
Missa posó su mirada en Philza, el rubio se tensó, estaba seguro de que podía sentir la mirada de Kristin sorprendida a su lado, mirando a Missa como si acabara de resolver un rompecabezas.
Missa no iba a mentir, lo estaba disfrutando, lo estaba disfrutando mucho, se estaba revolviendo en la incomodidad de Philza, y no podía estar más feliz. Cuando llegó el puente, intencionalmente se acercó más a Philza, una sonrisa casi macabra en sus labios.
“When you wake up next to him in the middle of the night.” Dijo bajando a la platea, “With your head in your hands, she nothing more than your wife” Missa le dirigió su mirada a Kristin, “And when you think about me all of those years ago, You're standing face to face with "I told you so"” Missa estaba parado al frente de Philza, “You know I hate to say it, I told you so, You know I hate to say, but I told you so” le dijo en un susurro a Philza.
Philza apretó los labios, molesto, pero no podía encontrar las palabras para responder al que creía el amor de su vida. Su mente se arremolinaba entre el enojo, la humillación y algo más que no podía identificar, algo enterrado bajo capas de orgullo y resentimiento. Pero antes de que pudiera reaccionar, Kristin intervino.
“¿Esto no es solo por la competencia, verdad?” Le dijo, mirando como su mejor amigo casi con pena. “Es por él”
“No,” murmuro Philza, “no voy a permitir que él me humille, soy EL Philza Minecraft, un niñito de Karmaland no se va a burlar de mí”
Kristin frunció el ceño, reconociendo la determinación en la voz de su amigo. “Phil, no hagas nada precipitado. Recuerda por qué estamos aquí.”
Pero Philza parecía no escucharla. Con un movimiento repentino, se dio la vuelta y comenzó a abrirse paso entre la multitud, dirigiéndose hacia los bastidores.
“¿A dónde vas?” Preguntó Kristin, alzando la voz para hacerse oír sobre la música y los gritos del público.
“A preparar mi actuación,” respondió Philza sin volverse. “Es hora de recordarle a todos quién soy yo.”
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xlemonciel · 2 years ago
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❝ Drive ❞
Llevaban grabando dos días y Felix estaba agradecido que pese a haber acabado su parte 3 racha siguiera diciéndole al manager que le necesitaban solo porque sabían que gradecía tener algo que hacer fuera de casa. aun y si se pasaba horas sentado en el sillón del estudio charlando con los demás. Sin embargo no podía quitarse de la cabeza el hecho de que Hyunjin estaba a punto de entrar en celo, lo que hacía que estuviera él mismo tenso por todo lo que eso implicaba, y por eso achacaba a su nerviosismo el que estuviera algo más irritable de lo normal, y que le estuviera poniendo nervioso la forma en la que Han comía patatas con la boca abierta.
No estaba prestando atención a la conversación así que cuando alzó la cabeza vio a todos mirándole fijamente, y no entendía nada, cuando le explicaron que necesitaban que Hyunjin subiera a grabar un par de cosas lo entendió, aunque no pasó la oportunidad de llamarles cobardes cuando le dijeron que le hablara él porque a ellos no dejaba de bufarles esos días. Hyunjin ni siquiera estaba tan arisco, al menos no con Felix. Le dejó unos cuantos mensajes mientras acababa de comer pero al no obtener respuesta y dado lo ocurrido antes con los mensajes decidió llamarle. Tras dos tonos de llamada alguien descolgó. — Hyunnie ¿Estás disponible por un ratito? — preguntó con voz suave y cariñosa ignorando como Han le lanzaba una sonrisa burlona sin embargo quien le respondió al otro lado no fue Hyunjin, sino una voz femenina. — Felix oppa... Hyunjin está ahora mismo ocupado, y no está disponible, estamos ensayando para nuestra actuación mañana y si realmente te importa Hyunnie deberías dejar de distraerle con tonterías, sé que siendo un omega necesitas constante atención pero búscate a otro que te la de. — Felix sintió su sangre helarse y luego arder, casi de forma simultanea, antes de colgar bruscamente y ponerse en pie, los demás se le quedaron mirando confundidos pero él solo dijo que iba a por Hyunjin.
Salió de la sala sin importarle siquiera encontrarse con MinJoon, le ardía la sangre, y estaba notando aquel enfado crecer de forma exponencial y salvaje, su mente empezando a hilar cosas ¿Qué hacía Jinni con el teléfono de Hyunjin? Ni siquiera tomó el ascensor, bajando por las escaleras de tres en tres hasta llegar al piso donde estaban las salas de ensayo, revisó unas cuantas hasta dar con la que buscaba abriendo la puerta sin siquiera llamar, la música sonaba de fondo y ni siquiera tuvo que mirar para notar la presencia de Hyunjin allí, pero pasó directo hacia la alfa, con su mirada en modo túnel. — ¿Dónde está el teléfono? — sentenció, su voz encolerizada y visiblemente enfadada, la chica reculó a medio paso alarmada y con cara de susto. — ¡¿O-Oppa qué sucede?! — Felix ni se inmutó ante su tono  de miedo, ya no era algo que colara, y mucho menos al ver como la chica miraba a Hyunjin por encima de su hombro en vez de a él. — Dame, el teléfono de Hyunjin  .— sentenció puntuando cada palabra y extendiendo la mano. — No sé de qué me hablas, no tengo ningún teléfono. — Felix entrecerró los ojos.
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lifethoughts · 2 months ago
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Me volví a encontrar con esa mirada tuya, aquella que me hace cuestionar como es que tanta oscuridad rodea el brillo que emana tu ser. Volví a ver aquellos ojos distantes escondidos detrás de la sonrisa más pura que disimula tu semblante. Me vuelvo a preguntar cómo es que siendo tan pequeña se nota el pasar de una vida tan longeva. Me veo atraído nuevamente por aquellas lágrimas retenidas de otra noche desamparada.
Trato de descifrarte una vez más… busco dentro de cajones y recuerdos los miedos e inseguridades que escondes detrás de máscaras, palabras y hechos. Escucho otra vez aquella voz quebradiza y tenue que pide a gritos "ayuda". Te veo nuevamente escondida entre secretos, disimulo, reserva y misterio.
Otra vez estás boca abajo, esforzándote por no tocar ese fondo que sabes que existe dentro de ti, otra vez perdida entre el pasado, presente y futuro; con tantas dudas que no sabes por dónde empezar. Con el corazón roto de la niña frágil que solías ser y los hilos de las suturas de aquella que disimulaba ser fuerte; heridas que vuelven a sangrar y puntadas estropeadas por tantas apariencias engañosas de los sucesos que eludías con el afán de cuidar tu interior.
Nuevamente me encuentro con esa actuación tuya tan difícil de quebrar, intentando aproximarme para envolver las tinieblas que se adhieren a ti.
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zonadelcaos · 1 year ago
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Sonic Calendar Story - Isekai Ôgiri #6: Tails y Marine (Junio 2023)
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Acto 6 - ¿¡La verdadera Princesa!?
El gran escenario del teatro brillaba bajo el foco. Tails, la desafortunada heroína ataviada con un hermoso vestido, apareció lentamente desde el balcón ante la audiencia que observaba con el aliento contenido y pronunció la famosa línea…
"Romeo, Romeo. ¿Dónde estás? Que no te…Eh…¿QUÉ?”
...¿Romeo? ¿Por qué estoy cantando? ¿Qué es esta música?...¿Dónde estoy? Tails, que hasta ahora había estado completamente en su papel, de repente parece haber vuelto en sí y entró en pánico.
Al darse cuenta de la gran cantidad de espectadores, agitó la falda de su vestido con gran alboroto. Entonces, desde abajo vino una voz familiar.
“Ah, mi amada zorrita, Julieta~. ¡Mira que no puedo evitar ser tan guapetón! ♪”
Tails se asomó desde el balcón y se sorprendió al ver quien estaba cantando.
Era Marine, la chica mapache con quien Tails estuvo de aventuras anteriormente, vestida con un antiguo pero brillante traje, cantando con una fulgurante expresión en su rostro.
"¡Marine! ¿Cómo es que…? ¿Y ese traje tan extraño? ¿Qué estás haciendo aquí?"
"(¡Bobo! ¡Tails! ¿Qué te pasa? ¡Estamos en medio de una actuación! ¡Igualito que ayer!)"
"¿Actuación? Es cierto que actuamos ayer, pero... ¿Eh? ¿Qué es este recuerdo...? ¿Y este vestido?"
Tails se encontraba confundido y avergonzado pero Marine le miró a los ojos y le habló en voz baja.
"(¿Se te olvidaron las líneas o qué, Tails? Mal rollo. ¡Creo que el público ya se dio cuenta!)"
“¡Es verdad que estábamos en medio de una actuación!”
Tails tenía un extraño recuerdo de "no recordar" haber estado en el escenario hasta ahora. Pero dada su confusión, no estaba en condiciones de actuar. Marine intentaba animar a Tails, que se encontraba muy nervioso con lágrimas en los ojos.
“(...¡Vale! Yo me encargo de esto, Tails. ¡El espectáculo debe continuar!)”
“Gracias. Nunca pensé que llegaría el día en que vería tu infundada confianza como algo de fiar…”
“(¡Pos claro que soy de confianza!)...¡Oh Julieta, piensa en aquellos días en los que nuestros sueños eran locos y vibrantes!”
“¡O-Oh, Romeo! No sé si tus hazañas fueron vibrantes…pero que fueron días divertidos, ¡desde luego! ♪”
…Y así, la obvia ayuda de Marine, y las respuestas tan sutilmente salidas de la tangente de Tails fueron sorprendentemente bien recibidas por el público, y lograron sacar la actuación del día adelante.
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Días después...
Tails, que se había calmado, había investigado por su cuenta sobre este mundo cambiado y había logrado entender en gran medida la situación.
Tails se lo explicaba a Marine todos los días, intentando persuadirla para que tomara alguna acción... pero le resultaba imposible entenderse con Marine, que tenía recuerdos de ser la directora del Grupo Coco. Por el contrario, Marine tomaba todo lo que decía como ideas para la obra de teatro, e incorporaba de alguna manera el contenido en la próxima obra…
Tails estaba empezando a hartarse de sus esfuerzos infructuosos. Después de una obra, estaba sentado en el camerino, deprimido por su impotencia como era habitual, cuando Marine entró en la habitación de buen humor.
'¡Buen trabajo, Tails! La actuación de hoy también fue genial y emocionante! ¡Gracias por proporcionarme siempre tantos temas divertidos!'
Diciendo eso, abrió la nevera con movimientos familiares, sacó un vaso con un líquido algo sospechoso, de color brillante y gelatinoso, y se lo pasó a Tails con una expresión de orgullo.
'¡Toma, bebe! ¡Es una bebida especial que hice que te dará mucha energía! ¡Es zumo de arroz fermentado y nuez de coco con Blue Material! ¡Te dará mucha energía!'
'Ah, gracias... Pero paso... Quiero seguir estando sano. Más que eso, sobre lo que te dije ayer de Eggman...'
Tails intenta explicar la situación a Marine una vez más, esperando porque ese día, por fin… 
“¿Ya estás hablando de la trama? ¿Hablas de ese sospechoso viejo que hace cosas increíbles para conquistar el mundo?”
En su mente, 'Eggman' se había convertido en un malvado y anciano caballero que interfiere con los protagonistas en la obra. Al principio dijo “Vaya nombre” pero lo metió en la obra de todas formas y terminó ganando popularidad. Tails siente que la historia no está igual que siempre, y sigue hablando sin rendirse.
"Y probablemente no sepas esto, pero Silver también…”
“¿Esa famosa historia del gran patinador que tenía poderes psíquicos? Ni te preocupes. ¡Lo usaré en la actuación de mañana! Pero no aproveches la ocasión para huir, eh”
“Ay…”
Cantantes Idols, una adivina con huevos, el misterioso héroe “Vector Man”...No importaba cuánto Tails se esforzaba, Marine trataba todas las situaciones, que habían cambiado drásticamente del mundo original, como material para la obra.
Tails dejó caer los hombros. Marine se sentó a su lado y con una expresión muy cariñosa en el rostro, le habló muy suavemente.
“¿Sabes, Tails? Aprecio mucho que estés constantemente pensando en nuevo material de forma tan seria. Tengo un sueño y una misión que cumplir como directora del Grupo Coco. Si consigo que todos se diviertan con nuestras actuaciones una y otra vez, usaré el dinero para construir el Palacio de Marine.
Marine, con un pie en el sofá y el puño en alto. Hubiera sido un discurso admirable si no hubiera sido por esa segunda mitad... pero Tails sonríe irónicamente, pensando que las tonterías de Marine son parte de su encanto.
“...Admiro tu espíritu, pero…te estoy diciendo la verdad, no es ningún cuento para la obra. ¡Tú no eres de aquí tampoco! ¡Eso es! ¡Tú vives en el mismo mundo que Blaze! ¿¡No recuerdas nada de eso!?
“¡¿Qué...?! ¿Del mismo mundo que Blaze?!”
Marine, con los ojos bien abiertos, muestra una gran reacción. Un silencio de varios segundos domina el camerino.
Tails, pensando que finalmente había logrado hacerla entender algo, recupera la luz en sus ojos…
“¡Entiendo! Es decir…¡Finalmente ha llegado el momento de que yo me convierta en una princesa mágica!”
¿¡Pero cómo has llegado a esa conclusión!?
Tails cerró los ojos con fuerza, sintiéndose aplastado por la impotencia. ¿Es él el único que siente que algo anda mal? Un gran sentimiento de soledad y desesperación le asaltó.
“¡Buaaaaaaaaaaah!”
Tails, pensando que ya no podía más, salió corriendo del camerino sin importarle que su falda se desarreglara.
“¡T-Tails, espera!”
Eso fue lo que Marine gritó, pero no fue tras él…esbozó una sonrisa triste ante la situación y tomó un sorbo de la bebida que no pudo darle a Tails.
“¡Ugh, qué asco! ¿Qué es esto?”
Ese horrible sabor le hizo soltar el grito más fuerte del día.
Al caer el telón.
El grupo de teatro Coco.
Una popular compañía de teatro dirigida por el actor principal Tails, y la ambiciosa directora, Marine. Aunque la apariencia y los recuerdos de estos dos habían cambiado, parece que todavía conservaban su personalidad original…
…Y entonces, en ese momento, la puerta trasera del teatro se abrió de repente, y la figura que había salido corriendo enfundada en un vestido rosa pálido y ridícula forma chocó contra mi pecho, haciéndome caer.
“¡L-Lo siento!”
Diciendo esto, la figura que yo juraba que conocía intentaba levantarse agarrando el dobladillo de su falda...Tan pronto me vio, se quedó congelado unos segundos al verme... y luego, con una voz apenas audible, me dijo:
“¿S-Sonic? Eres Sonic, ¿verdad? Estás vestido así…pero eres tú ¿¡verdad!?”
¡Pues claro, Tails! ¡Tu también te ves muy mono así…te queda muy bien!
…Y entonces, Tails se derrumbó de nuevo. Empezó a llorar en el callejón detrás del teatro. Casi parecía que estaba molestando a una niña.
Tails me dijo entre lágrimas y risas que le parecía increíble que yo no hubiera cambiado después de la anomalía. ¡Eso digo yo, Tails!
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Un tiempo después…
“Eso quiere decir, que este mundo cambió drásticamente debido a alguna “anomalía” causada por Eggman”.
Después de recuperar la compostura, Tails comenzó a explicar la situación a Sonic.
“Todos estábamos intentando detener “algo” hasta el último momento, pero no lo logramos. Todos nos veíamos y recordábamos cosas diferentes y fuimos reemplazados por alguna cosa más…Sólo tú has logrado escapar”
“Y tú también, Tails”.
Tails, un poco avergonzado, se muestra modesto mientras señala su propia cabeza.
“Creo que fue esto lo que me ayudó a recordar quién era”.
“¿Esa tiara que te pega tanto?”
Un poco sonrojado por la broma de Sonic, Tails explica que justo antes de la anomalía, él se encontraba en posesión de la Esmeralda del Caos amarilla.
“Estoy seguro que esta tiara es una forma alterada de la Esmeralda del Caos. Debe de haber activado algún tipo de poder para proteger las memorias que tenía…O eso creo.”
Sonic asiente seriamente.
“Entiendo. Eso quiere decir que esto que tengo también…”
“¡Eso es! ¡Es una Esmeralda del Caos! ¡También tenías una! Puede que mi teoría sea cierta después de todo…”
Tails menciona que debe de haber otros como ellos que habrían recuperado sus memorias.
“¡Ok, entendido, Tails! Encontraré a los que tienen las Esmeraldas del Caos. Juntos resolveremos este misterio. Después derrotaremos a Eggman y restauraremos el mundo. Es así ¿no?”
¡Sí! ¡Creo que podemos detectar las Esmeraldas del Caos gracias a mi detector de energía!
“¡Genial! Eres el mejor, Tails…Eggman lo tiene crudo. De todos los que podían quedarse con sus recuerdos, justo nos tuvo que tocar a nosotros ¿eh?”
Intercambiaron pulgares arriba entre ellos en silencio y comenzaron a correr. La señal de contraofensiva para combatir esta anomalía que ocurrió en todas partes por fin fue lanzada por el mejor dúo del mundo.
Continuará.
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