Tumgik
#Y no se le dice que no a un oferton así
wachi-delectrico · 1 year
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Post para la gente de capital y para la gente de capital exclusivamente: en el farmacity de plaza italia hay 2x1 en lubricante. Literal dos lubricantes por 500pe cada uno. Más regalado imposible
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victoriaraquel · 3 years
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Garbanzo en el pozole
Escenografía: Un mercado lleno de productos de la mejor calidad. En especial los productos locales.
Personajes:
 Ceci: Garbanzo con carácter de niña de 8 años, simpática y parlanchina.
 Orégano: Ramo de orégano con carácter de papá luchón y bigote.
 Cebolla: Cebolla con carácter de mamá empoderada y servicial.
Abuelita: Señora de avanzada edad con carácter fuerte y gracioso.
Niña: Niña de 15 años, divertida y algo hiperactiva.
 Cajero: Muchacho medio guapo, con un temperamento aburrido y hostil.
Cuadro 1
Escena 1
-Ceci: (mira al público) Hola, soy Cecilia, pero me gusta que me digan Ceci. Mi papá es un orégano y mi mamá una cebolla. Los quiero demasiado aunque a veces me hagan llorar, en especial mi mamá.
(sale del escenario)
- Narrador: Un día Ceci y su familia estaban caminando por los pasillos del mercado cuando de pronto…
Escena 2
-Ceci: Tengo muchas ganas de recorrer el mundo, me acuerdo de aquel viaje en moto que hicimos hace unos meses, fue lo máximo.
-Orégano: Si hija, estuvo muy padre, pero recuerda que esos viajes son únicos en la vida.
-Cebolla: Hija, recuerda que en algún momento tú emprenderás tu propio camino, no siempre podremos estar unidos, así que disfruta cada capa de tu camino.
-Ceci: Tienen razón, gracias por recordármelo.
(se dan un lindo abrazo los tres)
Cuadro 2
Escena 3
-Abuelita: (Entra al mercado cojeando con un pie, pero a toda prisa) Niña, dale pelaná, tenemos que buscar todo antes de las nueve, luego no me da tiempo de terminar la comida.
-Niña: Ya voy, ya voy. Es que se me cayó mi chancla (se pone su chancla)
-Abuelita: Mmm chales te dije que con ese pie de tamal no te iban a quedar esas chanclas, pero estás friegue y friegue que esas.
- Niña: Ya sé, pero es que las otras me quedaban nojoch.
-Abuelita: Si, pero estás viendo que te quedan perech.
Niña: ¡Ay! Ya no digo nada.
-Abuelita: Bueno, hay que buscar los ingredientes de la lista, primero vamos por los limones, luego por la col blanca, luego por el ajo, luego por la cebolla, garbanzo y nos hace falta orégano igual.
-Niña: Ta biem, vamos que se está mojando mi xic.
Cuadro 3
Escena 4
Narrador: La abuela y la niña fueron en busca de los primeros ingredientes de la lista hasta llegar a las cebollas.
-Abuelita: ¡Ninia!
-Niña: ¿Qué pasó Chichí?
-Abuelita: ¿Traes otro sabucán?, porque no quiero hacer puch la col y ya no dan bolsas de plástico.
-Niña: Si abuelita, aquí ta
-Abuelita: Perfecto, al menos sirves de algo traes bolsas y te limpias tu pirix.
-Niña: ¡Ay abuela!
-Abuelita: ¿Qué?
-Niña: Deja de decir esas cosas.
-Abuelita: Mm tamales, no aguantas nada (dice eso mientras busca las cebollas).
- Niña: (voltea a ver a la abuela con una sonrisa falsa pero graciosa).
-Abuelita: No encuentro las cebollas, hay que ir por el garbanzo y luego preguntamos por qué, sino nos vamos a tardar más.
Niña: Ta bien abue.
Cuadro 4
Escena 5
(se dirigen a otra parte del mercado)
-Narrador: Ceci y su familia están en una tertulia familiar muy cabal mientras la abuela y la niña están en busca de los garbanzos.
-Ceci: Mamá espero que nos compren todos juntos, para que estemos juntos por siempre.
-Cebolla: Hija, es poco probable que eso pase, pero no dejes de soñar.
-Orégano:  (abraza a las dos).
Cuadro 5
Escena 6
-Abuelita: (Ve al garbanzo, cebolla y orégano juntos) Mira Niña (voltea a ver a la niña) Encontré todo.
-Niña: Maa si abuela, estás con todo.
-Abuelita: Ya ves ninia, tienes que estar pendiente de la jugada.
-Niña: Si yo estuve pendiente, estuve buscando y tú solo me estabas fregando.
-Abuelita: Si y aun así yo encontré todo.
-Niña: Como friegas, de verdad. Deja meto todo al sabucán.
-Abuelita: Si dale, al menos haz eso bien.
-Niña: (mete los tres productos al sabucán).
Cuadro 6
Escena 7
 (están adentro de un sabucán)
-Ceci: Wow, mamá sochea (señala los huequitos del sabucán), este transporte tiene ventanitas y puedes acechar el camino.
-Cebolla: Hija, sí, es un sabucán.
-Orégano: ¿Ubicas Zara? Bueno estaban en 500 varos, pero aquí a la vuelta con Doña Lupi están en 50.
-Ceci: Doña Lupi siempre tiene ofertones que no se pueden rechazar.
Narrador: Mientras tanto los alimentos estaban platicando bien Agustín Iturbide, la abuelita y la niña estaban haciendo la fila para la caja.
Cuadro 7
Escena 8
-Abuelita: (se saca su carte de su bra) Ninia deja busco si traigo suficiente dinero, no nos vayamos a quedar perech y te tenga que dejar.
-Niña: Uy me dejas y te llevas todo el mercado (hace la expresión de radio rebel).
- Abuelita: Ni que fueras Chayyanne y…
Cajero: ¡Siguiente!
-Abuelita: Deja de zangolotear el sebucán que se va a hacer un xek todo.
-Cajero: Doñaaa...
-Niña: ¡Abuelaa!
-Abuelita: ¿QUÉ?
-Cajero: ¿Va a pasar doña?
-Abuelita: ¡Uay! Si, contras, nadie me dice nada.
-Niña: Si no ves que te estoy diciendo, pero no paras de hablar.
-Abuelita: Macachí pe...
-Cajero: (la interrumpe) Seño deme a ver que tiene en su bolsa para que deje de atrasar a la fila.
-  Abuelita: Ay, disculpe usted, es que condenada chiquita ya sabe como son los chamacos no dejan a uno.
-Cajero: (ve a la abuela con cara de ya cállese señora y empieza a sacar las cosas y anotar los precios sin decir nada).
-Abuelita: (lo ve con una sonrisa falsa y voltea a ver a su nieta) Chiquita a ver, negosea esto porque ya no lo puedo abrir (le da la cartera a la niña).
-Niña: (agarra la cartera y pelea un poco para abrirla, pero lo logra) Abuelita es que achocaste todo.
-Abuelita: Si, porque estoy haciendo  todo y tú solo estas papaloteando así que ponte xux.
-Cajero: (termina de registrar todo) Serían 50 pesos Doña.
-Abuelita: Asu máquina ni que fuera mercado VIP.
-Cajero: (Cara seria y luego muestra una sonrisa falsa)
-Abuelita: Ninia saca 50 varos.
-Niña: Voy abuelita (Le da el dinero a la abuela)
-Abuelita: Aquí esta, tenga.
-Cajero: (agarra el dinero y lo pone en la caja registradora) 
-Abuelita: (se le queda viendo esperando a recibir su nota)
-Cajero: (la voltea a ver como que onda)
 -Abuelita: Mi nota chamaco, como voy a hacer mis cuentas, ponte xux.
-Cajero: Ah disculpe, aquí esta (le da su nota)
-Abuelita: Gracias chamaco.
-Niña: Adiós Jaime.
-Abuelita: (Ve con ojos de te caché a la niña) ¿Javier? ¿Cómo sabes su nombre chiquita?
-Niña: Ay pues ya ves, cosas que suceden.
-Abuelita: ¡Ay! Esta chamaca.
Cuadro 8
Escena 9
Narrador: La familia salió del mercado y se dirigen a casa de la abuelita con los ingredientes en el sabucán.
Ceci: Mamá, ¿A dónde vamos?
Cebolla: No lo sé hija, pero se ve muy eco friendly, así como te gusta.
Orégano: ¿Estás emocionada?
Ceci: ¡sí! Ya quiero ver que hay adentro.
Cuadro 9
Escena 10
Abuelita: ¡NINIOS!, ya llegué.
Niña: Abuelita, ellos todavía no llegan.
Abuelita: ¿Y por qué? 
Niña: Porque siguen en su limpia con doña conchi.
Abuelita: Si cierto, mañana tenemos cita a las 2.
Niña: (moviendo el sabucán) Si, ya confirme la cita.
Abuelita: Ninia, ¿no ya te dije que dejes de zangolotear la bolsa contras?
Niña: Ay, perdón abuelita se me va el avióm.
Abuelita: No se te va, te quedaste en el xibalbá.
Niña: Abuela no manches (cara triste), no diga eso.
Abuelita: Entonces sho y alcánzame la compra para empezar el pozole.
Narrador: La niña y la abuela sacan los ingredientes y las ollas para empezar el pozole, mientras tanto los ingredientes tienen una conversación.
Orégano: Hija, no te queríamos decir esto y te ocultamos la verdad.
Ceci: ¿Qué pasó?
Cebolla: Esto no es un hotel eco friendly 5 estrellas en Tulum.
Ceci: ¿Y qué es?
Oréganos: Nuestras tumbas (suena un tan tan TAAAN)
Ceci: (con cara de confundida) ¿QUÉ?
Cebolla: Así es hija, aquí nos van a separar, a mí me cortaran en rodajas, a ti te meterán a un tipo jacuzzi y a papá lo dejaran asoleándose un rato, pero tu tranqui, después de unas cosquillas no sentirás nada.
Ceci: (toda shockeada) ¿Entonces esto es un adiós?
Cebolla: Es un hasta luego, pero antes solo queremos decirte que eres adoptada.
Ceci: (en shock)
Cuadro 10
 Escena 11
Narrador: Los ingredientes fueron separados y cocinados en un delicioso pozole.
Abuelita: (sirviendo el pozole en los plazos)
Niña: Poniendo la mesa.
Abuelita: (inhala aire exageradamente) Maa huele delicioso ¿verdad?
Niña: Claro que sí chi chí, lo hicimos juntas.
Abuelita: Hicimos juntas tu mamá, yo lo hice, tú solo pasaste las cosas.
Niña: Eso sigue siendo ayudar.
Abuelita: Tienes razón, por primera vez, bueno ya sho, siéntate y a zambutirse todo esto que tenemos todo una olla.
Narrador: La abuelita y la niña se sientan a degustar el pozole y se terminan comiendo tres platos cada una y después de unas horas ya no pueden con sus coli flowers.
Cuadro 11
Escena 12
Abuelita: ¡Pásame papel!
Niña: ¡No puedo, tengo tirxtá!
(las dos se quedan con cara de preocupadas)
Escena 11
Cuadro 10
Narrador: Mientras tanto en el sistema digestivo de la abuelita…
Ceci: (abre los ojos) ¿Dónde estoy?
Narrador: FIN
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soymagrax-blog · 6 years
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Carta a mi no-lector
Estimado no-lector:
Antes de nada quisiera expresar mi deseo de que no estés leyendo estas lineas porque en caso de que así sea querrá decir que ya no eres mi no-lector y por lo tanto esta comunicación perdería sentido. Por otro lado, y aludiendo en este caso a mis lectores, si alguno de vosotros lo está leyendo, abandonad, os estáis metiendo donde no os llaman.
Apreciado no-lector, te estarás preguntando el por qué de escribirte una carta ¿verdad?. The point is que el otro día me encontraba tomando unas mirindas con un grupo de amigos lectores míos (para los que no va dirigida esta carta), y entre mirinda y mirinda salió a relucir el asunto de mis no-lectores. Uno de los contertulios (probablemente el que mas mirindas había tomado) sugirió que sería una buena idea escribir un carta para aquellas personas que nunca me habían leído y que por lo tanto eran unos auténticos no-lectores míos. Al principio me tomé la sugerencia como la típica coña marinera que uno suelta cuando está de mirindas y anda sumergido en ese ambiente jocoso y distendido que habitualmente se genera, pero ya de vuelta a casa mientras caminaba por una calle desierta mirándome la punta de los pies, reflexioné sobre el topic y decidí que lo iba a hacer. Porque no. Después del jijiji-jajaja inicial que suscitó la propuesta, una vez la reflexioné en frio, consideré que era una idea brillante. Al día siguiente me armé de valor y tras coger papel y boli bajé de casa y me dirigí al bar de cereales más próximo; me senté frente a un tazón gigante de leche azul rebosante de Cheerios y me dispuse a escribir estas lineas.
Quiero dirigirme a ti, mi querido no-lector, a través de esta carta (aunque si fueras un autentico no-lector mío no estarías leyéndola) con la finalidad de hacer un poco de terapia conjunta y, por que no, limar asperezas. Probablemente te encuentres incluido en alguno de los perfiles que a continuación voy a detallar: A ver si te identificas. Comenzamos.
Diferentes motivos por los que no me has leído:
-Sólo leo lo que me gusta. Eres un tipo de no-lector muy interesante por varios aspectos. Está claro que si solo lees lo que te gusta es porque tienes muy claro de antemano lo que te gusta y lo que no, y eso es algo bueno; es algo que habla en positivo de ti. Por contra, este aspecto podría conllevar también connotaciones negativas. Si resulta que a estas alturas aun no eres consciente de que lo que te gusta y lo que no, viene impuesto por factores invisibles externos, tenemos un problema. Deja que me aventure a pronosticar (cual jabato) que géneros son a los que aludes cuando te refieres a que solamente lees lo que te gusta. ¿Puede ser que uno sea el género novelesco erótico-festivo? (más festivo que erótico, todo sea dicho), o ¿cabría la posibilidad de que otro de tus géneros favoritos sea el de los libros de autoayuda? (R-E-S-P-E-C-T si la necesitas), o ¿quizá tiras más por la ficción histórica rollo Ken Follett o Dan Brown? Si te paras a pensar (siempre se piensa mejor parado), todos estos géneros ¡oh casualidad! están de moda en este momento (Just for the record: estamos en 2018). Con esta reflexión solo pretendo verbalizar que lo que nos gusta o no depende muy poquito de nosotros y que lamento profundamente que quien mueve los hilos nunca fomente la lectura narrativa psicológica como la de Dostoyevski o las novelas de autores existencialistas como Ernesto Sabato o Henry Miller. Independientemente a todo esto, he de reconocer que Dualiti (mi libro, dicho sea de paso) tiene una difícil inclusión en alguno de los géneros ya predeterminados, cosa que supongo dice poco de mí porque debería de haber sido yo el encargado de situarlo en alguna etiqueta que permitiera el consumo a cholón. Reconozco ser el máximo responsable (como un entrenador de fútbol) de que no puedas identificar a Dualiti en un género reconocible. By the way; me gustaría apostillar que, como es lo más probable, si algún día nos encontramos casualmente en una sala de cine viendo el estreno del blockbuster del momento o comprando esas zapatillas que durante ciertas temporadas atemporales viste y calza el 90% de la población sureuropea caucásica mileurista; si coincidimos por ahí y no te reconozco, no me lo tengas en cuenta (espero comprendas la dificultad de identificar a un no-lector de perfil en la penumbra de una sala de cine o sentado y doblado hacia adelante mientras se ata los cordones) y espero que seas tú quien me salude para así tener la oportunidad de estrecharte entre mis brazos.
-No tengo tiempo para leer. Eres un no-lector con poco tiempo, eso salta a la vista. Sin querer sonar a tópico en mis observaciones, he de reconocer que hoy en día sufrimos, por norma general, un ritmo de vida vertiginoso. Tenemos horarios laborales tiranos y un sinfín de obligaciones con las que cumplir para poder formar parte, sin ser sospechoso, de este entramado diabólico al que nos han sometido casi sin darnos cuenta llamado “Sociedad Contemporánea” (vuelvo a recordar que estamos en 2018; sobre todo por si algún no-lector se anima a leerme dentro de 20 años, que oye, como dice el refrán: “Nunca es tarde si la dicha es buena”). Bajo este argumento es difícil reprocharle nada al sufrido no-lector, que si además es usuario habitual de vehículo para desplazarse a trabajar o a donde el viento le lleve, bastante tiene con aguantar el tráfico y las búsquedas de aparcamiento. Hasta donde yo sé, no se puede conducir leyendo (bueno, poder ser puede, pero creo que te quitan puntos) así que; entre los itinerarios sobre el asfalto, el tiempo que se pierde en ir a echar gasolina y en comprobar el estado de los neumáticos, la propia jornada laboral, las actividades extraescolares (ya bien sea de uno mismo o de algún vástago), el ponerse al día con los resultados deportivos, cagarse en Dios o en el politicucho de turno, consultar los movimientos bancarios, ojear el catalogo del super buscando ofertones,  esperar la cola de la charcutería o del estanco y pillar un take away de última hora para hacer una cena que sirva al día siguiente también como desayuno; es imposible sacar un rato para leer un libro. La salvedad (que confirma la regla) la podríamos encontrar en los no-lectores que van a trabajar en transporte público. Aquí ya podríamos encontrar un perfil de no-lector con más opciones de convertirse en lector (y por lo tanto no estar leyendo esto), exceptuando si el sujeto en cuestión viaja en tren y tiene como pasatiempo favorito contar graffitis (esta práctica impide dedicarse a otra cosa durante el viaje). Sin nada que reprochar, un sonoro beso para este no-lector.
-Me da pereza leerte. Eres un admirable no-lector y te profeso el máximo respeto. Eres una persona que abre su pecho y que desde lo más profundo de su corazón admite, sin temblarle el pulso, que su pecado capital es la pereza. Fíjense, tanto no-lectores (que no deberíais estar leyendo esto), como lectores (sois unos intrusos) que el acto de leer es algo que se puede hacer sentado y ¡atención! incluso tumbado. No exige un estado de forma envidiable ni impide que nadie (exceptuando personas con problemas de vista cansada, visión reducida o ceguera) pueda llevarla a cabo con normalidad. Si bien es cierto que es una actividad que no cansa (en condiciones normales), tiende en muy contadas ocasiones a convertirse en el hobby al que recurrimos obviando en su favor el resto de estímulos que tenemos a nuestro alcance y que habitualmente se llevan la palma. Me excedería en palabras si tuviera que enumerar cada uno de esos traviesos estímulos que nos separan del noble arte de leerme, así que no lo haré y me ceñiré solamente a alguno de ellos. Tenemos la televisión amigos; y cuando digo la televisión digo todo aquello que se puede videar desde el monitor de un reproductor ya sea de televisión al uso, smart TV (al loro con esto), PC, lap-top, cinemascope, realidad virtual (seguid así jóvenes creadores y desarrolladores de RV, lo estáis haciendo genial; pronto encontrareis allí lo que todos estamos esperando). Solamente con esta lista ya tenemos una oferta mayor de lo podríamos necesitar para tener ocupadas 1.000 vidas (siempre y cuando nos reencarnáramos en humano una y otra vez y no en alguna otra especie). Por lo tanto, quedándonos sólo con esto y si me apuráis, sumando algún que otro inofensivo pasatiempo más como la masturbación, sacarse mocos, emborracharse, drogarse, cagarse en Dios o en el politicucho de turno (si, ya sé que ya lo he mencionado antes, pero es que vale para los dos casos), follar (el que pueda), hacer puzzles y el cubo de rubik, ya no tenemos tiempo físico para nada más.
-Me caes mal. Eres mi no-lector favorito. Estoy totalmente de acuerdo contigo; yo también me caigo mal a mí mismo, y no sólo por mi carácter huraño y mal despertar, me caigo mal porque soy escritor y los escritores somos unos imbéciles totales. Somos estúpidos, eso es un hecho, por lo tanto entiendo a la perfección que te caiga mal y que no me quieras leer. Los escritores nos creemos muy listos por hacer lo que a los niños de más tierna edad ya enseñan a hacer en el colegio. Escribir. Menuda heroicidad. Por alguna extraña razón a los escritores nos brota de repente una especie de aura con tufo a superdotadillo sabihondo de tres al cuarto que da ganas de vomitar. Por este motivo reconozco que ni me caigo bien a mí mismo ni me cae bien ningún escritor; te entiendo perfectamente cuando afirmas que te caigo mal. En el caso de que, querido no-lector, hubieras sido tú el que hubiera escrito un libro (por cierto el mio se llama Dualiti, no sé si lo había dicho ya), ten clarinete que no lo leería porque pensaría que eres un gilipollas integral. La verdad es que es una lástima que no estés leyendo esto (recuerda que eres mi no-lector, no lo estarás leyendo ¿verdad?), porque como habrías podido comprobar, tenemos muchas cosas en común.
Queridos no-lectores y también lectores (estoy seguro de que algún lector se ha pasado por el forro la advertencia inicial y lo ha leído) esto era todo lo que quería expresaros. No anhelo ningún feedback, porque no contemplo la posibilidad de que hayáis leído esta carta, pero he de decir que el escribirla me ha sido muy útil por varias razones (que en este caso no voy a enumerar de una en una como hice antes, menos mal ¿no?). Lo resumo en que debería salir más de mirindas y en que los bares de cereales son comodísimos para escribir gracias a sus grandes mesas y a sus confortables sillones.
Con cariño
MAGRAX
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