#Y las vacas vuelan
Explore tagged Tumblr posts
mrg2023 · 12 days ago
Video
youtube
Los toros no sufren...¡Y las vacas vuelan!
0 notes
janoantifascista · 5 months ago
Text
El verdadero enemigo NO es Rusia NI Palestina, el verdadero enemigo y eje del mal absoluto son la Israel GENOCIDA Apartheid y el 4* Reich NAZI de los EE.UU y es que es tan obvio y fácil de ver, como que las vacas pastan en el campo y los coches todavía NO vuelan…🧐🧐
0 notes
muyactual · 11 months ago
Text
🌾 La Agricultura en el Futuro [ 🎬 DOCUMENTAL ]
Tumblr media
Y veamos cómo será la agricultura Las granjas estarán protegidas por espantapájaros de Inteligencia Artificial, las patatas estarán modificadas genéticamente para pelarse solas al cocinarlas, y habrá invernaderos dentro de contenedores de envío camuflados construidos por City Rebels que no quieren comer los alimentos controlados y patentados por las megacorporaciones. ¿Y qué tipo de piscifactorías futuristas se están construyendo bajo el agua, en las profundidades del océano, un lugar menos conocido por los humanos que el espacio exterior? Viajemos primero a los campos abiertos, donde los agricultores luchan por proteger su tierra El documental: https://youtu.be/cMU85ro5lIc Te puede interesar: - 🪐 ¿Otro Planeta para Vivir? - 💡 Secretos de la LUZ La Agricultura en el Futuro: Bienvenidos a la última cosecha. Los agricultores naturalistas siguen defendiendo sus formas naturales de cultivar. Luchan contra las regulaciones gubernamentales que intentan cerrarlos para proteger el medio ambiente, y también luchan contra las corporaciones que están patentando todo lo relacionado con la agricultura y utilizan cultivos modificados genéticamente. La mayoría de los agricultores naturalistas se han adaptado a los tiempos cambiantes. Ahora emplean robots. Los robots cosechadores trabajan 24 horas al día, siete días a la semana, y en cualquier tipo de clima. Los drones vuelan sobre los cultivos para monitorizarlos, inspeccionar los robots y contar el ganado. Los robots cosechadores utilizan cámaras y tecnología de reconocimiento de color para ver cuándo una fresa está lista para ser recolectada. Hay máquinas automatizadas de ordeñar vacas e incluso espantapájaros de Inteligencia Artificial equipados con emisores de ultrasonidos y láseres para repeler las plagas de insectos. Utilizan cámaras de infrarrojos para trabajar de noche y también utilizan el sonido y la luz para disuadir a las plagas más grandes, como las aves y los roedores. Estos espantapájaros de Inteligencia Artificial actualizan sus tácticas en función del comportamiento observado de las plagas. Para plantar los cultivos, se utilizan drones de bioinyección equipados con mecanismos para inyectar las semillas directamente en el suelo desde el aire, lo que minimiza la alteración del suelo y elimina la necesidad de caminos para caminar y conducir entre los cultivos. Incluso los paneles solares de las granjas son robóticos y siguen los movimientos del sol durante el día y el año. Pero incluso con todos estos robots de alta tecnología, los agricultores independientes no pueden competir con las grandes cosechadoras corporativas. Estas corporaciones compran toda la tierra y utilizan una tecnología aún más avanzada, como la inteligencia artificial de última generación, que se alimenta de los datos de una granja a través de sensores y cámaras, aprendiendo a predecir los rendimientos de los cultivos y los brotes de enfermedades. Estas corporaciones lanzan sus propios satélites para monitorear sus granjas e incluso monitorear la tierra de los agricultores independientes. Se utiliza nanotecnología en el suelo para monitorear las condiciones, mientras que las nanopartículas administran fertilizantes y pesticidas. Incluso en estas granjas abiertas, la gente se pregunta dónde está la línea entre los alimentos naturales y los artificiales. Hay una línea que los agricultores naturales no cruzan, y es la línea de usar alimentos modificados genéticamente, como nueces hipoalergénicas que han sido modificadas genéticamente para eliminar proteínas alergénicas, o papas que se pelan solas, diseñadas con una piel que se cae naturalmente cuando se cocinan. Luego está la cosecha guiada por color: las verduras o frutas se modifican genéticamente para cambiar el color de la hoja o incluso de la piel justo antes de madurar, o los cultivos se pueden programar genéticamente para que maduren al mismo tiempo. Por ejemplo, las cepas de tomates se alteran para desactivar una proteína que controla el proceso de maduración; un segundo gen se modifica para reaccionar a un compuesto no tóxico que se rocía o se agrega al agua, lo que activa la proteína de maduración, iniciando el proceso de maduración al mismo tiempo en todos los tomates. Y luego está un nuevo campo de estudio con inversiones crecientes en la creación de organismos híbridos de plantas y animales: los rasgos de plantas y animales se combinan genéticamente para crear un árbol que produce leche o una vid que produce carne. Las corporaciones patentan su ingeniería genética y sus técnicas de cultivo, y algunos países incluso les permiten patentar semillas naturales, lo que convierte a la naturaleza en la propiedad intelectual de las corporaciones. Los agricultores se ven obligados a comprar las semillas modificadas de las corporaciones, semillas que han sido modificadas para usar solo los nutrientes, fertilizantes e incluso agua de la propia empresa. Los cultivos que producen estas semillas también han sido modificados para no poder producir más semillas que puedan replantarse. Las corporaciones también trabajan en revivir y patentar especies extintas de alimentos, como antiguas variedades de uva, arroz y trigo romano, e incluso especies extintas de mariscos cultivadas en granjas submarinas. Al mirar hacia abajo en el agua, no solo hay peces nadando, sino también drones robot. Los drones acuáticos trabajan en la plantación de cultivos, la colocación de larvas, la limpieza de mariscos y la recolección de los cultivos oceánicos. Hay jaulas submarinas de peces y bosques de algas marinas que se cosechan para obtener alimentos y biocombustibles, mientras que las granjas de algas flotantes producen el superalimento espirulina. Las almejas, vieiras y mejillones se cultivan sobre cuerdas flotantes. Cuando se trata de cultivar alimentos marinos, no se necesita agua dulce preciosa y las granjas submarinas están protegidas de los cambios climáticos en la superficie. Los robots de mantenimiento inspeccionan las estructuras submarinas, las redes y el equipo, mientras que los robots de recolección de microplásticos filtran las partículas de plástico del agua. Estos robots submarinos están construidos para ser resistentes a la alta presión, las bajas temperaturas y la corrosión del agua salada. El océano es un lugar desafiante para la agricultura, los humanos han tenido más éxito en enviar máquinas como rovers y satélites al espacio que en enviarlas a las partes más profundas del océano. Algunos pescadores utilizan drones de pesca para dirigir y guiar de forma autónoma su propio banco de peces, lo que permite que los peces sean libres pero estén bajo control. Estos pastores de peces robóticos también funcionan como escoltas de seguridad, utilizando el sonido, la luz e incluso la proyección holográfica para proteger a los peces de los depredadores y los cazadores furtivos humanos y los piratas. En lo que respecta al suministro de energía a las grandes granjas oceánicas, las corporaciones están invirtiendo en la recolección de energía geotérmica de los respiraderos volcánicos submarinos, mientras que las granjas oceánicas más pequeñas están alimentadas por campos solares flotantes y generadores de energía eólica y undimotriz. Las algas se utilizan para crear biocombustibles. En el fondo del Océano Atlántico, los ingenieros corporativos están construyendo una granja vertical submarina experimental. Es una estructura submarina de varios pisos que aprovecha la energía de los gradientes de temperatura para producir electricidad utilizando la diferencia de temperatura entre las aguas profundas y superficiales del océano. Los diferentes niveles de la granja vertical submarina proporcionan diferentes condiciones de vida para que crezca una variedad de especies marinas comestibles de plantas y animales. La estructura submarina recibe el nombre de Jardín de Neptuno. Los ingenieros oceánicos trabajan en la terraformación de partes del océano cerca de las ciudades. Experimentan con el acondicionamiento del agua, alterando la química del agua mediante la introducción y eliminación de determinados productos químicos, nutrientes y gases para crear las condiciones óptimas para el cultivo de determinados organismos marinos. Los robots perforan el lecho marino e inyectan los nutrientes y minerales necesarios, creando zonas fértiles. La huida se convierte en una disciplina arquitectónica y la ingeniería que se centra en el diseño y la construcción de áreas submarinas artificiales. Las impresoras 3D biológicas se utilizan para construir estructuras de arrecifes artificiales que promueven el crecimiento de algas, mariscos y otra vida marina. Los robots escultores del lecho marino remodelan el fondo del océano para crear depresiones, zonas elevadas y tallar túneles y canales en el lecho marino para formar nuevas corrientes y vías fluviales. Los nadadores fuertes, como el atún, prefieren las zonas con corrientes constantes, y los mariscos, como las ostras, los mejillones y las almejas, que son filtradores, también se benefician de las corrientes de agua terraformadas. El valor del océano está aumentando, y las corporaciones empiezan a reclamar su propiedad, ya que los gobiernos se lo venden para mantener el control. Estas corporaciones cierran las playas y niegan a las comunidades pesqueras tradicionales el acceso a las aguas. Y luego está el controvertido mundo de la ingeniería genética, en el que las corporaciones modifican el código genético de la vida marina para que crezca más rápido y sea resistente a las enfermedades. También modifican las temperaturas elevadas del mar y la acidificación del agua, e incluso el sabor de los peces, que nadie quiere comer, para que sean más sabrosos y deliciosos. Los bancos de peces tienen todos el mismo aspecto, ya que los peces son clones unos de otros, criados para tener el mismo tamaño, peso y sabor. Y en un mundo en el que las grandes criaturas marinas se han extinguido, los científicos genéticos han creado otras nuevas por bioingeniería. Las aguas abiertas están sembradas de calamares gigantes modificados genéticamente y de rápido crecimiento. Con el tiempo, empiezan a mostrar signos de inteligencia avanzada. Hay muchos miedos: el miedo a que existan amenazas desconocidas para el medio ambiente que provengan de los residuos biológicos modificados genéticamente producidos por estas granjas de nueva generación; el miedo a que las especies modificadas genéticamente empiecen a superar en número a los animales naturales; y el miedo a lo que sucedería si todo fuera igual, creando una monoagricultura global, un mundo sin biodiversidad natural y muy dependiente de la tecnología. Los teóricos del apocalipsis predicen un día en que una amenaza desconocida podría crear un efecto dominó de destrucción global. Llaman a este futuro evento "La Cascada". Justo fuera de las ciudades, la humanidad gobierna la producción de alimentos en imponentes granjas biodomo, grandes cúpulas controladas por el clima que controlan por completo el clima interno, simulando cualquier condición necesaria para una variedad de cultivos y protegiéndolos del clima cambiante del exterior. No hay intercambio de materia, ni siquiera de aire, ya que los cultivos se recogen localmente en las zonas urbanas. Esto evita las interrupciones del suministro de alimentos causadas por las tensiones geográficas y las extorsiones políticas. Cultivos de biodomo abastecen los supermercados de la ciudad y hacen entregas a domicilio Viajemos al centro de las ciudades, donde hay pequeñas granjas urbanas y drones gubernamentales vuelan por encima monitoreando la calidad del aire y la contaminación acústica. La primera granja de rascacielos celebra su 20º aniversario. Estos cultivos verticales de frutas y verduras se encuentran en el centro de los parques urbanos o se colocan en árboles. Son creaciones orgánicas naturales de Frankenstein, ya que las ramas de diferentes árboles frutales se cortan y se pegan a una incisión en un árbol huésped. Las ramas y el árbol huésped se fusionan entre sí. Este proceso se llama injerto. Un árbol puede cultivar hasta 40 tipos diferentes de fruta. En los sótanos de los restaurantes se cultivan diferentes tipos de microgreens. Estas granjas de interior utilizan recetas de luz. Las luces LED están programadas para una frecuencia, intensidad y espectro específicos para cultivar cada especie de planta de la manera más eficiente posible. Al igual que una receta de cocina, los bioinformáticos pueden incluso cambiar el color de las hojas, la forma, el tamaño, la textura e incluso el sabor. Algunos restaurantes sirven alimentos modificados genéticamente de forma única, como mariscos luminiscentes que brillan. Las personas que viven en estas ciudades pueden pedir a domicilio esta comida de nueva era. Oliver, un niño con múltiples alergias alimentarias, abre una caja de comida de Neutrogene Foods. Cada artículo de la caja se cultiva a medida y se modifica genéticamente para eliminar los alérgenos, lo que le permite disfrutar de comidas sin preocupaciones. Algunas personas optan por cultivar su propia comida en sus propias cocinas. Un dispositivo popular es una máquina similar al CNC del tamaño de una mesa que funciona como un sistema automatizado de cultivo de microjardines domésticos. Puede cambiar de herramientas para plantar, regar, mantener y cosechar las plantas. Puede plantar diferentes semillas en la plataforma creando un mapa y gestionar cada semilla con diferentes cantidades de nutrientes, agua e iluminación. Algunas personas tienen biorreactores de mesa micro en sus hogares. Estas son granjas personales de algas para cultivar algas densas en nutrientes como la espirulina o la clorella. En el mundo de la ingeniería genética, los contenedores de bioalimentos son autosuficientes y están hechos de organismos vivos que regeneran los microalimentos directamente en el contenedor. También existen kits genéticos para el hogar, como el "Libro de cocina del alquimista". Félix, un aventurero gastronómico, corta un tomate de su huerto interior de cocina. Ha utilizado la edición genética para infundirle una mezcla única de especias a nivel genético. Para el postre, cogerá de su mini invernadero de cocina una mini sandía con el sabor combinado de una lima. Flora, una diseñadora gráfica, se maravilla con las verduras luminiscentes que ha cultivado en su huerto de cocina. Pero no todo el mundo está contento de comer alimentos de estas grandes corporaciones que intentan controlarlo todo. Algunas personas se esconden porque ciertos países no quieren que su gente cultive su propia comida por temor a contaminar los alimentos regulados, y las megacorporaciones que tienen patentes impiden que la gente corriente cultive sus propios alimentos. Los canales de noticias se aseguran de que el público recuerde esto mostrando lo que sucede cuando la gente come alimentos no regulados. Informan de historias de personas que acaban en urgencias con síntomas nunca antes vistos, en sótanos y en contenedores de transporte camuflados. Los rebeldes construyen invernaderos de bricolaje; son los punks de las plantas. Se construyen granjas de setas automatizadas en los sótanos, y los tejados albergan sistemas de acuaponía para la piscicultura a pequeña escala. Se construyen granjas de insectos comestibles dentro de edificios abandonados, donde se cosechan gusanos de la harina y grillos. Algunos granjeros de insectos trabajan en modificaciones genéticas para cambiar el sabor y hacerlos más apetecibles para quienes no están acostumbrados a comerlos. Las ciudades han prohibido estas granjas de insectos, considerándolas plagas que propagan enfermedades. Estos punks de las plantas han hackeado piezas de recolección de agua de lluvia prohibidas y construyen reflectores de luz solar, espejos ocultos en los edificios y disfrazados de ventanas para reflejar la luz solar en las zonas sombreadas y en los tragaluces de los sótanos. También modifican genéticamente las plantas para que tengan sistemas de raíces que crezcan verticalmente manipulando los genes que controlan el desarrollo de las raíces. Los tomates, la lechuga, el boniato, el maíz y las hierbas se modifican para que sus raíces crezcan en estructuras verticales estrechas y compactas. Estos cultivos crecen en paredes y en tubos estrechos, ideales para entornos urbanos con espacio horizontal limitado. En algunas ciudades, hay grandes grupos de agricultores ciberpunks que juntos dirigen mercados negros basados en blockchain. El más grande se llama Neon Bazaar y funciona con la moneda Dark Deli, que está respaldada por el valor de los cultivos cultivados en el subsuelo. Este mercado descentralizado permite a los agricultores ciberpunks intercambiar sus productos cultivados en tejados y sótanos por otros recursos, todo ello sin el radar del estado de vigilancia de la ciudad. Las entregas con drones se realizan por la noche para evitar ser detectadas. Otros mercados negros funcionan como organizaciones sin ánimo de lucro para garantizar una distribución justa de los alimentos cultivados en la comunidad, distribuyendo su cosecha orgánica a los que la ciudad ha olvidado. Un grupo de ingenieros botánicos marginados crea Seeds, una plataforma de blockchain para el comercio de semillas raras y modificadas genéticamente, semillas que son cultivos alimentarios de rápido crecimiento y resistentes a las enfermedades. Este mercado negro de intercambio de semillas se convierte en un salvavidas para las granjas urbanas secretas de toda la ciudad. Las semillas que han sido modificadas y patentadas por las corporaciones empiezan a aparecer en el mercado de intercambio de semillas. Un hacker de Inteligencia Artificial conocido solo como Green Thumb está realizando ingeniería inversa de las semillas patentadas por las corporaciones y eliminando el código genético que requiere fertilizantes y nutrientes fabricados solo por la corporación. Green Thumb circula por Internet liberando estos secretos comerciales. ¿Conservará la gente su soberanía alimentaria o las corporaciones controlarán todo? ¿En el futuro, los humanos seguirán preocupándose por los alimentos cultivados de forma natural en la cocina de la Madre Naturaleza o se acostumbrarán a los cultivos de laboratorio modificados genéticamente con precisión, adaptados a todos sus deseos? Read the full article
0 notes
prozesa · 11 months ago
Text
🌾 La Agricultura en el Futuro [ 🎬 DOCUMENTAL ]
Tumblr media
Y veamos cómo será la agricultura Las granjas estarán protegidas por espantapájaros de Inteligencia Artificial, las patatas estarán modificadas genéticamente para pelarse solas al cocinarlas, y habrá invernaderos dentro de contenedores de envío camuflados construidos por City Rebels que no quieren comer los alimentos controlados y patentados por las megacorporaciones. ¿Y qué tipo de piscifactorías futuristas se están construyendo bajo el agua, en las profundidades del océano, un lugar menos conocido por los humanos que el espacio exterior? Viajemos primero a los campos abiertos, donde los agricultores luchan por proteger su tierra El documental: https://youtu.be/cMU85ro5lIc Te puede interesar: - 🪐 ¿Otro Planeta para Vivir? - 💡 Secretos de la LUZ La Agricultura en el Futuro: Bienvenidos a la última cosecha. Los agricultores naturalistas siguen defendiendo sus formas naturales de cultivar. Luchan contra las regulaciones gubernamentales que intentan cerrarlos para proteger el medio ambiente, y también luchan contra las corporaciones que están patentando todo lo relacionado con la agricultura y utilizan cultivos modificados genéticamente. La mayoría de los agricultores naturalistas se han adaptado a los tiempos cambiantes. Ahora emplean robots. Los robots cosechadores trabajan 24 horas al día, siete días a la semana, y en cualquier tipo de clima. Los drones vuelan sobre los cultivos para monitorizarlos, inspeccionar los robots y contar el ganado. Los robots cosechadores utilizan cámaras y tecnología de reconocimiento de color para ver cuándo una fresa está lista para ser recolectada. Hay máquinas automatizadas de ordeñar vacas e incluso espantapájaros de Inteligencia Artificial equipados con emisores de ultrasonidos y láseres para repeler las plagas de insectos. Utilizan cámaras de infrarrojos para trabajar de noche y también utilizan el sonido y la luz para disuadir a las plagas más grandes, como las aves y los roedores. Estos espantapájaros de Inteligencia Artificial actualizan sus tácticas en función del comportamiento observado de las plagas. Para plantar los cultivos, se utilizan drones de bioinyección equipados con mecanismos para inyectar las semillas directamente en el suelo desde el aire, lo que minimiza la alteración del suelo y elimina la necesidad de caminos para caminar y conducir entre los cultivos. Incluso los paneles solares de las granjas son robóticos y siguen los movimientos del sol durante el día y el año. Pero incluso con todos estos robots de alta tecnología, los agricultores independientes no pueden competir con las grandes cosechadoras corporativas. Estas corporaciones compran toda la tierra y utilizan una tecnología aún más avanzada, como la inteligencia artificial de última generación, que se alimenta de los datos de una granja a través de sensores y cámaras, aprendiendo a predecir los rendimientos de los cultivos y los brotes de enfermedades. Estas corporaciones lanzan sus propios satélites para monitorear sus granjas e incluso monitorear la tierra de los agricultores independientes. Se utiliza nanotecnología en el suelo para monitorear las condiciones, mientras que las nanopartículas administran fertilizantes y pesticidas. Incluso en estas granjas abiertas, la gente se pregunta dónde está la línea entre los alimentos naturales y los artificiales. Hay una línea que los agricultores naturales no cruzan, y es la línea de usar alimentos modificados genéticamente, como nueces hipoalergénicas que han sido modificadas genéticamente para eliminar proteínas alergénicas, o papas que se pelan solas, diseñadas con una piel que se cae naturalmente cuando se cocinan. Luego está la cosecha guiada por color: las verduras o frutas se modifican genéticamente para cambiar el color de la hoja o incluso de la piel justo antes de madurar, o los cultivos se pueden programar genéticamente para que maduren al mismo tiempo. Por ejemplo, las cepas de tomates se alteran para desactivar una proteína que controla el proceso de maduración; un segundo gen se modifica para reaccionar a un compuesto no tóxico que se rocía o se agrega al agua, lo que activa la proteína de maduración, iniciando el proceso de maduración al mismo tiempo en todos los tomates. Y luego está un nuevo campo de estudio con inversiones crecientes en la creación de organismos híbridos de plantas y animales: los rasgos de plantas y animales se combinan genéticamente para crear un árbol que produce leche o una vid que produce carne. Las corporaciones patentan su ingeniería genética y sus técnicas de cultivo, y algunos países incluso les permiten patentar semillas naturales, lo que convierte a la naturaleza en la propiedad intelectual de las corporaciones. Los agricultores se ven obligados a comprar las semillas modificadas de las corporaciones, semillas que han sido modificadas para usar solo los nutrientes, fertilizantes e incluso agua de la propia empresa. Los cultivos que producen estas semillas también han sido modificados para no poder producir más semillas que puedan replantarse. Las corporaciones también trabajan en revivir y patentar especies extintas de alimentos, como antiguas variedades de uva, arroz y trigo romano, e incluso especies extintas de mariscos cultivadas en granjas submarinas. Al mirar hacia abajo en el agua, no solo hay peces nadando, sino también drones robot. Los drones acuáticos trabajan en la plantación de cultivos, la colocación de larvas, la limpieza de mariscos y la recolección de los cultivos oceánicos. Hay jaulas submarinas de peces y bosques de algas marinas que se cosechan para obtener alimentos y biocombustibles, mientras que las granjas de algas flotantes producen el superalimento espirulina. Las almejas, vieiras y mejillones se cultivan sobre cuerdas flotantes. Cuando se trata de cultivar alimentos marinos, no se necesita agua dulce preciosa y las granjas submarinas están protegidas de los cambios climáticos en la superficie. Los robots de mantenimiento inspeccionan las estructuras submarinas, las redes y el equipo, mientras que los robots de recolección de microplásticos filtran las partículas de plástico del agua. Estos robots submarinos están construidos para ser resistentes a la alta presión, las bajas temperaturas y la corrosión del agua salada. El océano es un lugar desafiante para la agricultura, los humanos han tenido más éxito en enviar máquinas como rovers y satélites al espacio que en enviarlas a las partes más profundas del océano. Algunos pescadores utilizan drones de pesca para dirigir y guiar de forma autónoma su propio banco de peces, lo que permite que los peces sean libres pero estén bajo control. Estos pastores de peces robóticos también funcionan como escoltas de seguridad, utilizando el sonido, la luz e incluso la proyección holográfica para proteger a los peces de los depredadores y los cazadores furtivos humanos y los piratas. En lo que respecta al suministro de energía a las grandes granjas oceánicas, las corporaciones están invirtiendo en la recolección de energía geotérmica de los respiraderos volcánicos submarinos, mientras que las granjas oceánicas más pequeñas están alimentadas por campos solares flotantes y generadores de energía eólica y undimotriz. Las algas se utilizan para crear biocombustibles. En el fondo del Océano Atlántico, los ingenieros corporativos están construyendo una granja vertical submarina experimental. Es una estructura submarina de varios pisos que aprovecha la energía de los gradientes de temperatura para producir electricidad utilizando la diferencia de temperatura entre las aguas profundas y superficiales del océano. Los diferentes niveles de la granja vertical submarina proporcionan diferentes condiciones de vida para que crezca una variedad de especies marinas comestibles de plantas y animales. La estructura submarina recibe el nombre de Jardín de Neptuno. Los ingenieros oceánicos trabajan en la terraformación de partes del océano cerca de las ciudades. Experimentan con el acondicionamiento del agua, alterando la química del agua mediante la introducción y eliminación de determinados productos químicos, nutrientes y gases para crear las condiciones óptimas para el cultivo de determinados organismos marinos. Los robots perforan el lecho marino e inyectan los nutrientes y minerales necesarios, creando zonas fértiles. La huida se convierte en una disciplina arquitectónica y la ingeniería que se centra en el diseño y la construcción de áreas submarinas artificiales. Las impresoras 3D biológicas se utilizan para construir estructuras de arrecifes artificiales que promueven el crecimiento de algas, mariscos y otra vida marina. Los robots escultores del lecho marino remodelan el fondo del océano para crear depresiones, zonas elevadas y tallar túneles y canales en el lecho marino para formar nuevas corrientes y vías fluviales. Los nadadores fuertes, como el atún, prefieren las zonas con corrientes constantes, y los mariscos, como las ostras, los mejillones y las almejas, que son filtradores, también se benefician de las corrientes de agua terraformadas. El valor del océano está aumentando, y las corporaciones empiezan a reclamar su propiedad, ya que los gobiernos se lo venden para mantener el control. Estas corporaciones cierran las playas y niegan a las comunidades pesqueras tradicionales el acceso a las aguas. Y luego está el controvertido mundo de la ingeniería genética, en el que las corporaciones modifican el código genético de la vida marina para que crezca más rápido y sea resistente a las enfermedades. También modifican las temperaturas elevadas del mar y la acidificación del agua, e incluso el sabor de los peces, que nadie quiere comer, para que sean más sabrosos y deliciosos. Los bancos de peces tienen todos el mismo aspecto, ya que los peces son clones unos de otros, criados para tener el mismo tamaño, peso y sabor. Y en un mundo en el que las grandes criaturas marinas se han extinguido, los científicos genéticos han creado otras nuevas por bioingeniería. Las aguas abiertas están sembradas de calamares gigantes modificados genéticamente y de rápido crecimiento. Con el tiempo, empiezan a mostrar signos de inteligencia avanzada. Hay muchos miedos: el miedo a que existan amenazas desconocidas para el medio ambiente que provengan de los residuos biológicos modificados genéticamente producidos por estas granjas de nueva generación; el miedo a que las especies modificadas genéticamente empiecen a superar en número a los animales naturales; y el miedo a lo que sucedería si todo fuera igual, creando una monoagricultura global, un mundo sin biodiversidad natural y muy dependiente de la tecnología. Los teóricos del apocalipsis predicen un día en que una amenaza desconocida podría crear un efecto dominó de destrucción global. Llaman a este futuro evento "La Cascada". Justo fuera de las ciudades, la humanidad gobierna la producción de alimentos en imponentes granjas biodomo, grandes cúpulas controladas por el clima que controlan por completo el clima interno, simulando cualquier condición necesaria para una variedad de cultivos y protegiéndolos del clima cambiante del exterior. No hay intercambio de materia, ni siquiera de aire, ya que los cultivos se recogen localmente en las zonas urbanas. Esto evita las interrupciones del suministro de alimentos causadas por las tensiones geográficas y las extorsiones políticas. Cultivos de biodomo abastecen los supermercados de la ciudad y hacen entregas a domicilio Viajemos al centro de las ciudades, donde hay pequeñas granjas urbanas y drones gubernamentales vuelan por encima monitoreando la calidad del aire y la contaminación acústica. La primera granja de rascacielos celebra su 20º aniversario. Estos cultivos verticales de frutas y verduras se encuentran en el centro de los parques urbanos o se colocan en árboles. Son creaciones orgánicas naturales de Frankenstein, ya que las ramas de diferentes árboles frutales se cortan y se pegan a una incisión en un árbol huésped. Las ramas y el árbol huésped se fusionan entre sí. Este proceso se llama injerto. Un árbol puede cultivar hasta 40 tipos diferentes de fruta. En los sótanos de los restaurantes se cultivan diferentes tipos de microgreens. Estas granjas de interior utilizan recetas de luz. Las luces LED están programadas para una frecuencia, intensidad y espectro específicos para cultivar cada especie de planta de la manera más eficiente posible. Al igual que una receta de cocina, los bioinformáticos pueden incluso cambiar el color de las hojas, la forma, el tamaño, la textura e incluso el sabor. Algunos restaurantes sirven alimentos modificados genéticamente de forma única, como mariscos luminiscentes que brillan. Las personas que viven en estas ciudades pueden pedir a domicilio esta comida de nueva era. Oliver, un niño con múltiples alergias alimentarias, abre una caja de comida de Neutrogene Foods. Cada artículo de la caja se cultiva a medida y se modifica genéticamente para eliminar los alérgenos, lo que le permite disfrutar de comidas sin preocupaciones. Algunas personas optan por cultivar su propia comida en sus propias cocinas. Un dispositivo popular es una máquina similar al CNC del tamaño de una mesa que funciona como un sistema automatizado de cultivo de microjardines domésticos. Puede cambiar de herramientas para plantar, regar, mantener y cosechar las plantas. Puede plantar diferentes semillas en la plataforma creando un mapa y gestionar cada semilla con diferentes cantidades de nutrientes, agua e iluminación. Algunas personas tienen biorreactores de mesa micro en sus hogares. Estas son granjas personales de algas para cultivar algas densas en nutrientes como la espirulina o la clorella. En el mundo de la ingeniería genética, los contenedores de bioalimentos son autosuficientes y están hechos de organismos vivos que regeneran los microalimentos directamente en el contenedor. También existen kits genéticos para el hogar, como el "Libro de cocina del alquimista". Félix, un aventurero gastronómico, corta un tomate de su huerto interior de cocina. Ha utilizado la edición genética para infundirle una mezcla única de especias a nivel genético. Para el postre, cogerá de su mini invernadero de cocina una mini sandía con el sabor combinado de una lima. Flora, una diseñadora gráfica, se maravilla con las verduras luminiscentes que ha cultivado en su huerto de cocina. Pero no todo el mundo está contento de comer alimentos de estas grandes corporaciones que intentan controlarlo todo. Algunas personas se esconden porque ciertos países no quieren que su gente cultive su propia comida por temor a contaminar los alimentos regulados, y las megacorporaciones que tienen patentes impiden que la gente corriente cultive sus propios alimentos. Los canales de noticias se aseguran de que el público recuerde esto mostrando lo que sucede cuando la gente come alimentos no regulados. Informan de historias de personas que acaban en urgencias con síntomas nunca antes vistos, en sótanos y en contenedores de transporte camuflados. Los rebeldes construyen invernaderos de bricolaje; son los punks de las plantas. Se construyen granjas de setas automatizadas en los sótanos, y los tejados albergan sistemas de acuaponía para la piscicultura a pequeña escala. Se construyen granjas de insectos comestibles dentro de edificios abandonados, donde se cosechan gusanos de la harina y grillos. Algunos granjeros de insectos trabajan en modificaciones genéticas para cambiar el sabor y hacerlos más apetecibles para quienes no están acostumbrados a comerlos. Las ciudades han prohibido estas granjas de insectos, considerándolas plagas que propagan enfermedades. Estos punks de las plantas han hackeado piezas de recolección de agua de lluvia prohibidas y construyen reflectores de luz solar, espejos ocultos en los edificios y disfrazados de ventanas para reflejar la luz solar en las zonas sombreadas y en los tragaluces de los sótanos. También modifican genéticamente las plantas para que tengan sistemas de raíces que crezcan verticalmente manipulando los genes que controlan el desarrollo de las raíces. Los tomates, la lechuga, el boniato, el maíz y las hierbas se modifican para que sus raíces crezcan en estructuras verticales estrechas y compactas. Estos cultivos crecen en paredes y en tubos estrechos, ideales para entornos urbanos con espacio horizontal limitado. En algunas ciudades, hay grandes grupos de agricultores ciberpunks que juntos dirigen mercados negros basados en blockchain. El más grande se llama Neon Bazaar y funciona con la moneda Dark Deli, que está respaldada por el valor de los cultivos cultivados en el subsuelo. Este mercado descentralizado permite a los agricultores ciberpunks intercambiar sus productos cultivados en tejados y sótanos por otros recursos, todo ello sin el radar del estado de vigilancia de la ciudad. Las entregas con drones se realizan por la noche para evitar ser detectadas. Otros mercados negros funcionan como organizaciones sin ánimo de lucro para garantizar una distribución justa de los alimentos cultivados en la comunidad, distribuyendo su cosecha orgánica a los que la ciudad ha olvidado. Un grupo de ingenieros botánicos marginados crea Seeds, una plataforma de blockchain para el comercio de semillas raras y modificadas genéticamente, semillas que son cultivos alimentarios de rápido crecimiento y resistentes a las enfermedades. Este mercado negro de intercambio de semillas se convierte en un salvavidas para las granjas urbanas secretas de toda la ciudad. Las semillas que han sido modificadas y patentadas por las corporaciones empiezan a aparecer en el mercado de intercambio de semillas. Un hacker de Inteligencia Artificial conocido solo como Green Thumb está realizando ingeniería inversa de las semillas patentadas por las corporaciones y eliminando el código genético que requiere fertilizantes y nutrientes fabricados solo por la corporación. Green Thumb circula por Internet liberando estos secretos comerciales. ¿Conservará la gente su soberanía alimentaria o las corporaciones controlarán todo? ¿En el futuro, los humanos seguirán preocupándose por los alimentos cultivados de forma natural en la cocina de la Madre Naturaleza o se acostumbrarán a los cultivos de laboratorio modificados genéticamente con precisión, adaptados a todos sus deseos? Read the full article
0 notes
albertpboix · 1 year ago
Text
Cuando las vacas vuelan
Anoche soñé con la casa donde crecí. Por insólito que parezca, la ciudad era segura y silenciosa (no toda, desde luego. Pero el barullo se confinaba al centro histórico y las grandes avenidas). La barda que circundaba mi jardín apenas cubría los hombros de mi padre y saltarla era un reto cotidiano, como escapar de una prisión accesible por todos sus flancos. Era una casa sin pretensiones,…
Tumblr media
View On WordPress
0 notes
laopiniononline · 2 years ago
Text
Ojo de Pescado celebra la previa de sus doce años con talleres y funciones de cine en Valparaíso
Nueva publicación en https://ct2.cl/6S
Ojo de Pescado celebra la previa de sus doce años con talleres y funciones de cine en Valparaíso
Bajo el lema “¡Hagamos historia!”, la nueva edición del Festival —proyecto financiado por el Fondo de Fomento Audiovisual Convocatoria 2023 del Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio— busca potenciar la participación de las niñeces, por lo que realizará funciones durante las vacaciones de invierno y, posteriormente, talleres de cine con destacados cineastas nacionales.
Como antesala a una nueva edición, el 12° Festival Internacional de Cine para Niños, Niñas y Jóvenes Ojo de Pescado —proyecto financiado por el Fondo de Fomento Audiovisual Convocatoria 2023 del Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio— realizará una serie de actividades gratuitas para las niñeces de Valparaíso, desde el próximo mes de julio,
Dentro de este calendario, destaca la realización de dos talleres de cine junto a reconocidos cineastas chilenos: Fernando Lavanderos y Pachi Bustos, quienes durante tres sesiones consecutivas compartirán sus conocimientos con los participantes de manera presencial en el tradicional Parque Cultural de Valparaíso (PCDV).
“El Festival ha consolidado una comunidad de niños, niñas y jóvenes que han hallado en el cine una forma amable y apropiada para expresarse y crear. Esta niñez y adolescencia cautivada por el cine demanda procesos formativos más especializados, por eso, hemos querido ofrecerles estas instancias de acercamiento desde una dimensión más profesional, de la mano de dos importantes cineastas chilenos, para que conozcan de fuente directa cómo se hace el cine en Chile, y que ellos y ellas, aún siendo niños o niñas, también pueden hacerlo”, explica Alejandra Fritis Zapata, directora artística del Festival.
El primer taller llamado “Hagamos historia, ¡y filmémosla!” —que se realizará los días 2, 3 y 5 de agosto a las 16 horas—, tendrá foco en el cine ficción y será dictado por el cineasta, guionista y docente Fernando Lavanderos, quien ha realizado películas como Y las vacas vuelan (2004), Las cosas como son (2012) y Sin Norte (2015).
Por su parte, el segundo taller llamado “Hagamos documentales, ¡hagamos historia!” —que se realizará los días 16, 17 y 18 de agosto a las 16 horas— tendrá foco en el cine documental y será dictado por la realizadora audiovisual y docente Pachi Bustos, quien ha realizado documentales como Ángeles negros (2008), Cuentos sobre el futuro (2012) y Haydee y el pez volador (2019).
“A través de estos talleres, queremos poner en valor las capacidades creativas y narrativas de niños, niñas y adolescentes, quienes pueden y deben integrarse a las voces del cine chileno, desde los contextos creativos que proponen sus escuelas y/o comunidades, pero también proyectando hacia un cine colaborativo con las y los profesionales del cine nacional”, agrega Alejandra Fritis Zapata.
Ambos talleres tienen un carácter práctico y participativo, y están enfocados a niños, niñas y adolescentes entre los 12 y los 16 años. Las inscripciones están abiertas hasta el domingo 16 de julio de 2023 en el sitio web del Festival www.ojodepescado.cl/talleres-cine
Vacaciones de invierno
Con el objetivo de potenciar la participación de las niñeces y acercarlos al mundo del cine durante las vacaciones de invierno, el 12° Festival Ojo de Pescado también exhibirá películas y cortometrajes, con entrada liberada para toda la familia, en diversos territorios de Valparaíso.
“El propósito de estas funciones es que niños, niñas, jóvenes y sus familias gocen y se acerquen al cine. Nuestro llamado es a participar y disfrutar de una experiencia colectiva en sus territorios, para que puedan compartir en conjunto y reflexionar junto a sus propias comunidades”, explica Valentina Grau Cerda, encargada de Mediación y Audiencias del Festival.
De este modo, el jueves 13 de julio a las 16:30 horas en el Teatro Municipal de Valparaíso se exhibirá, de manera gratuita, el largometraje El patalarga, una película de animación argentina, que relata el acontecer de tres niños que viven en un pueblo acechado por esta temible leyenda.
También se realizará una función el miércoles 5 de julio a las 16 horas en la Población Básica de Rodelillo, donde se exhibirá una selección de cortometrajes internacionales.
Posteriormente, también se mostrarán cortometrajes en el Centro Comunitario de Rodelillo, el viernes 7 de julio a las 17 horas.
Para finalizar, será el turno de la la Biblioteca Pública Placilla de Peñuelas, el día martes 11 de julio a las 17 horas.
Cabe mencionar, que el 12° Festival Ojo de Pescado se realizará desde el 25 de agosto al 1 de septiembre de 2023, de manera completamente presencial en Valparaíso. Este año, el llamado es a recordar y crear historias, desde la memoria y la libertad de expresión.
0 notes
las-microfisuras · 3 years ago
Text
Tumblr media
El sacerdote
      La tarde, como una monja arropada en silencio, la tarde, como una doncella que se desliza a lo largo de un muro en busca de su amante... El crepúsculo es como el aliento de unas gozosas vacas; se mueve, insidioso, entre las lilas, agita las espigas y los botones de las flores; hace sonar las campanillas silenciosas de los jacintos que sueñan fugazmente con Lesbos, y susurran por entre las frondas y pálidas palmas.
      ¡Oh Dios, oh Dios! La luna es una hoz de plata pronta a segar la rosa de la tarde del cielo de Occidente; la luna es una barquilla de plata sobre un verde mar sin riberas. Ave María, sueña... ¡Cómo , semejante a pájaros con alas de oro, las notas mesuradas de las campanas se explayan fuera de la torre y vuelan hacia arriba, dejando atrás con un claro pesar la cruz y la aguja, y cómo , semejante a la alondra, el eco, cantando, cae!  Ave María...   ¡Oh Dios, oh Dios! ¡Qué pena que la noche venga tan pronto!
      Orión vaga errante por los prados estrellados. El carro, chirriante, se desliza sombrío por entre la hierba cubierta de leve rocío de la Vía Láctea . La pena y el amor que pasan y se extinguen. Ave María, una virgencita de plata, triste y dolorida, que añora la boca de Jesús sobre su seno. Mortificación y la carne, como un niño que llora entre árboles oscuros... <<cógeme pronto por los cabellos y por entre ellos bésame...   ¡Oh Dios, oh Dios!, qué pena que el día venga tan pronto.>>  Ave María, llena de gracia... torre de marfil, rosa del Líbano...
- William Faulkner, de Historias de Nueva Orleans. Luis de Caralt editor, S. A Traducción de Francisco Elías.
22 notes · View notes
versosdisonantes · 5 years ago
Quote
Que si, que ya sabemos, que lo que desconocemos nos asusta y lo que hay que saber nos vale. Que si, que el bien del mal y el mal del bien, que en todo movimiento surgen conspiraciones y teorías, dramas y misterios, héroes y villanos, tramas sujetas al guion de la película que cada quien mira según como amanezca el día y el pie con que se levante. Que si, puede ser que los que están detrás sean siniestros, que los que están delante sean chacales y quienes le rodean sean unos carroñeros oportunos, mientras miramos cómplices y testigos, que son los mismos, los que hacen la herida y después venden el parche, los que generan la guerra y le ponen algún precio a la paz, los que meten el virus y tasan el remedio, los que ensucian a placer y en oferta recogen la basura que dejan, que la cura la tienen los enfermos (de avaricia) de siempre, que el antídoto está en manos de los infectados (de codicia) como de costumbre. Y ojo con tanta bondad que puede que traiga mucho de malicioso, que no hay sombras sin luz, que no todo puede ser tan bonito según dicta la histeria colectiva del momento, viendo demonios donde sea, pero esos con nombre y apellido, cuello y corbata, que le hacen a la oratoria motivadora de la indiferencia, esos pasan desapercibidos.   Que si, que todo puede ser un montaje bien armado, que dudar es la lógica imperante, mientras dicen que está en las manos equivocadas, que sus pasos son errados, que estos y aquellos, que la gata tiene una quinta pata, que los patos ponen huevos, que las vacas vuelan. Y así los supuestos se exacerban, se culpa a quien expone a los culpables, se ridiculiza cuando no quedan más recursos, se minimiza cuando algo queda grande, y al final, el mensaje se deteriora, y le cumplimos el objetivo a lo idiota a quien le convenga. Que si, que el mundo es complejo y quienes le habitan, que no estamos para superhéroes ni para bobos como para ponerle una capa a alguien que tomó una bandera que han tomado varios ayer, hoy y lo harán también mañana, pero que ahora se hace más visible, y por ende hace aún más evidente la responsabilidad de cada quien, que no es poner la esperanza solo en una persona, que cada uno da un paso, pasos que nos lleven a algo mejor de lo que estamos presenciando, donde el llamado a la acción nos ha llevado a darnos de codazos y escupirnos en la cara tanta hostilidad y frustración guardada. En el filo de la navaja se balancea la cordura mientras la soplan de un lado y del otro quienes juegan a la especulación, y así vamos de engañados desengañándonos del engaño para seguir en la misma nebulosa dando tumbos, dándonos vueltas en la misma telaraña donde se cuelgan a granel “opiniones”, tergiversando formas, fondos, fines y medios y entonces la verdad es cualquier cosa al antojo del zodiaco y capricho del universo. Ojala que ese niño que fui alguna vez, no se vuelva ese viejo amargo que se vislumbra sentado en la banca de un futuro extraño, por culpa de este sujeto quejoso inactivo atrincherado. Quizá la peste la tengamos todos a fin de cuentas, una bien extraña, con síntomas diversos y manifestaciones múltiples. Queríamos rebeldía, y cuando llegó, nos domesticó el prejuicio. Queríamos revolución, y cuando llegó, nos encontró con las manos en los bolsillos y bostezando.
Greta II.
15 notes · View notes
diarioelpepazo · 2 years ago
Text
  Leonardo Núñez Martínez No me gusta el verano, nunca me ha gustado. Eso que llamamos verano, que es la época de sequía, cuando se alejan las lluvias, pone el campo triste y expuesto al viento y al sol. Las hojas de las plantas deciduas se precipitan al suelo, desnudándolas. El polvo invade los caminos, callejuelas y trochas. La plaga se recoge y los muros y camellones se pulverizan. El pasto se seca y las vacas merman su "líquido perlino", como decía tío Ali Morales. Las “sabaneras” y “cascabeles” invaden las “majadas” de las “materas” buscando agua que las sustente. Los caños se secan, los jagüeyes pierden la “arrimazòn” y los machorros se acercan sin temor. Los ríos se vuelven silenciosos, las ramas taladas se descubren, los troncos aparecen y las “madres viejas” también se ponen al descubierto, pobladas por yaguasas, “hicoteas• y “camucos”. Los “ciènegos” se sedimentan y los “bajizales” dan sobrevivencia a las malezas. La “borregona”, “pezuña è vaca” y “carbonera” señorean en la sabana y solo el “tapa leche” y "cojón de burro" abundan en el monte seco. Los cochinos chiquitos caminan afanosamente buscando humedad que los refresque. Las gallinas “culecas” levantan polvaredas y los chivos caminan sin rumbo, detrás del “macho cabrío”. La brisa refresca los extremos del día y pocas nubes se interponen entre el sol y nosotros. Los pericos se silencian, los carpinteros se oyen de lejos y las guacharacas vuelan desorientadas. Ya vendrán los “pirómanos” a prenderle fuego a las hojas y ramas del “palotal” seco. Los cazadores aprovecharán el bosque desnudo para dar muerte a los animales silvestres y aparecerán de nuevo los monos, loros y palomas como por arte de magia en los semáforos de Maracaibo y otras ciudades del país. “Ahora sì se metió el verano”, decían nuestros viejos. Se “metía” sin su consentimiento, pero sin por ello rendirse, porque ellos enfrentaban la sequía como ya he contado muchas veces. Así se han querido “meter” y reiteradamente se han "metido" en los asuntos internos de Venezuela quienes nunca dejarán de hacerlo, especialmente los Estados Unidos de Norteamérica, cuya injerencia ha sido sistemática, progresiva y "ex profesa" a través de centenares de medidas coercitivas unilaterales contra nuestro país. Otros, siendo de aquí, pero estando en el extranjero, hasta asumen "cargos" ilegalmente otorgados por autoridades ficticias. Esos también son "metidos" por traición a la Patria y haber perdido la cualidad moral de venezolanos. Me entristece el verano y me indigna la intromisión. ¡Entrometidos!, ¡metiches!, decían las viejas, con rabia. El verano casi no tenía remedio, la intromisión sí, como el que encontraron Donaldo García, Esteban Núñez, Joviniano Sánchez y los perijaneros para quitarse de encima al “entrometido” Venancio Pulgar” hace 150 años. ¡ORGULLOSAMENTE MONTUNO!   Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo El Pepazo
0 notes
curiososporelmundo-blog · 6 years ago
Text
Highlands - Escocia.
Ahhhh las Highlands. Qué lugar increíble para conocer, cuántas ganas de volver.
Vistas plenas del mar, colinas interminables repletas de ovejitas, castillos en ruinas, atardeceres que duran horas y mucha mucha paz.
A fines de abril de 2018 fuimos a Escocia sin haberlo planeado con anticipación. Estábamos en Londres y teníamos dos semanas antes de nuestro próximo destino (Nueva York). Nos fijamos a dónde podíamos ir sin gastar mucho y Escocia apareció como una buena opción, cerquita y súper tentadora.
¿Qué se imaginan cuando piensan en Escocia?
Nuestra idea de Escocia era una mezcla de colinas verdes gastadas, frío, cielo gris, acantilados, mar feroz. Ah, y castillos, obvio.
Resultó ser todo eso y mucho mucho más.
Nos tomamos el National Express, colectivo de media y larga distancia del Reino Unido, con ruta Londres - Edimburgo. Por primera vez en el viaje casi nos perdemos un transporte.
El bondi salía tempranito y ¡salimos con tiempo! pero no con suficiente tiempo para el tráfico londinense de la hora pico mañanera. Veníamos chequeando en Google Maps y todo indicaba que si llegábamos iba a ser exactamente a la hora a la que salía el colectivo. Corrimos las últimas cuadras -calor, mochila que pesa 20kg atrás, mochila que pesa 10kg adelante- y llegamos... exactamente a la hora que salía el colectivo. Nos subimos y arrancó. No nos esperaban ni de casualidad. De ahí en más, previsión europea para tomarse un transporte.
Los dos tenemos un don para quedarnos dormidos en cualquier viaje así que no hay mucho para contar de la travesía.
Edimburgo es una ciudad hermosa. Es bueno saber que en inglés se escribe Edinburgh, las primeras 50 veces a alguna letra le pifiás.
Teníamos reserva en el Belford, una ex-iglesia convertida en hostel. El gobierno escocés tiene la buena política de no subsidiar religiones y la tendencia es que cada vez menos gente cree y aporta, por lo que se ven bastantes iglesias reconvertidas en bares, hoteles, restaurantes, colegios, etc.
Caminamos mochila a cuestas los dos o tres kilómetros de subidas y bajadas hasta el hostel y salimos a dar una vueltita. Mayo es bien entrada la primavera en el hemisferio norte, pero a estas latitudes no se dan por enterados. Hacía frío de cam-pe-ro-ta. Tenemos unas camperas que dicen que son para hasta -20°C, con capucha peludita y todo, y damos fe: podés estar con eso y una remera acostado en la nieve y ni te enterás. Escocia fue por ahora el único destino de este viaje que justificó haberlas llevado aunque ocupan un tercio de la mochila. Las usamos casi todos los días.
La expectativa que no se cumplió fue la del cielo gris. Casi casi casi siempre tuvimos el cielo despejado y solcito. El frío así tiene mucho encanto. Las ciudades invernales se despiertan cuando sale el sol, la gente sale a la calle, tocan la gaita. Es todo alegría y sigue siendo suficiente frío como para justificar el whisky.
Lo primero que intentamos hacer cuando llegamos a una ciudad nueva es hacer un free walking tour. Nos tocó una guía española copada que vivía en Escocia desde hacía bastante, suficiente como para poder transmitirnos las diferencias de idiosincrasia entre Escocia e Inglaterra, y narrarnos el proceso terriiiible, sangriento, que llevó a que hoy sean parte del Reino Unido (proceso que cuenta con dudosa rigurosidad Corazón Valiente).
Una particularidad escocesa que hace que Edimburgo sea muy especial es que tienen una relación muy amigable con la muerte. Los cementerios son parques abiertos al público. Están integrados como espacio verde en la ciudad, podés ir a hacer un picnic y tirarte a dormir una siestita a los pies de Hume (llevar frazada). La gente los aprovecha un montón y hay un contacto cotidiano con la historia que formó su identidad.
Disfrutamos mucho Edimburgo. Pasamos unos días comiendo pastel de papa y planificando lo que sería nuestro recorrido por las Highlands haciendo la ruta de 500 millas por la costa norte, uno de los grandes roadtrips del mundo.
500 millas no es mucho, son 800 kilómetros, pero cuando la ruta es sólo de un carril, doble mano, por acantilados y colinas zigzagueantes, con el viento soplando desde el Mar del Norte y muy pocos lugares para parar, 500 millas se convierten en una aventura intensa y alucinante.
Tumblr media
Tuvimos una mala antes de salir porque alquilamos el auto en GreenMotion, grave error. Son una empresa de mierda, estafadores, llenos de buenas críticas falsas. Todo el mundo estaba ahí quejándose y nosotros no zafamos. No pudimos alquilar porque no aceptaban nuestras tarjetas de crédito (¿firmar? no, chicos, chip o te cobramos un plus de £250) así que perdimos la reserva y la plata. Con profunda ira nos fuimos a reservar a otro lado porque yaestábamosenEdimburgoquenoquedanuncadecaminoaningúnlado, ¿cuándo íbamos a ir las Highlands si no?
Los seguros de viaje en general cubren el alquiler de auto, también los seguros de las tarjetas de crédito, así que siempre rechacen todo lo que les quieran incluir, inclusive los seguros básicos. Lean las condiciones de sus seguros de viaje. Se ahorran unos buenos mangos con esto. Nosotros lo aprendimos equivocándonos, obvio.
El primer destino desde Edimburgo es Inverness, puerta de entrada y salida a las Highlands. Es la única ciudad que hay en la zona, el resto son todos mini pueblitos. Inverness está a 57° grados de latitud norte, eso es muuuuuy al norte. Está más al norte de lo que Ushuaia está al sur. Y las Highlands son de Inverness para arriba, o sea, muuuuuuy muy al norte.
Dato de color(ado) de Inverness: tiene una de las densidades de pelirrojos más altas del mundo. Esta parte del mundo tiene mucha influencia celta porque a los romanos se los complicó llegar hasta ahí para conquistarlos. De hecho el gaélico sigue siendo la lengua materna de gran parte de la población.
La gente es amable, te charla, ¡como en Londres! (JA). Cada pueblo era una linda caminata y la oportunidad de conocer a las personas con el mejor acento del mundo. El premio sin lugar a dudas se lo lleva Colin del B&B de Lochinver, un tipo divino que nos hizo un desayuno a todo color y cada vez que hablaba te alegraba la vida.
Todos te advierten sobre la ruta. El camino es peligroso. Doble mano, un carril. Eso dice todo. Cada tanto hay espacios en la banquina para ceder el paso y la gente local la tiene clarísima. Por suerte como fuimos antes de que empiece la temporada alta había muy pocos turistas. El principal peligro eran las ovejas que sin ningún tipo de dudas saltan a la mitad de la ruta en cualquier momento desde cualquier costado. Las veíamos ahí al lado del camino, saltando, siempre esperando que alguna se nos metiera en el medio. Las miramos, nos miraban. Y una sí, para confirmar nuestros temores, saltó a la mitad del camino como para decir “a ver si me esquivan”. Con paciencia y Barbi al volante pudimos esquivar ovejas sin sobresaltos.
¿Y en invierno? Parte de la ruta cierra así que compren muchas latas de choclo.
Ir en temporada baja tiene sus cosas buenas y malas. Las malas es que los negocios cierran y conseguir comida puede ser un desafío. Llegamos a Gairloch cerca de las ocho de la noche y tuvimos que hacer varios kilómetros para encontrar un supermercadito donde encontramos unos bastoncitos de pescado. Horribles pero comida al fin.
Las buenas de la temporada baja es que les puede tocar estar completamente solos en un hostel que fue una de las primeras casas del pueblo, solos sin siquiera el personal del hostel que se va a las siete de la tarde, en la punta sobre la costa sin casas cerca, sentados en los sillones de cuero de un living construido en el 1800, escuchando a la madera de las paredes crujir por el viento, mirando por el ventanal el atardecer que dura horas y horas mientras sale la luna blanca porque a esta la latitud pasan esas cosas. Mágico. No nos lo olvidamos más.
A lo largo de las 500 millas una de las grandes atracciones son los faros.
Los faros son siempre algo pintoresco para ver. Tienen ese encanto tan especial…
En esta costa tan escarpada y asesina hay muchos muchos faros. La gran mayoría los construyó la familia Stevenson, puntualmente el abuelo y el tío de Robert Louis, autor de La isla del tesoro. Parece que de chiquito viajaba mucho con su abuelo que le contaba aventuras de mar y guerra. El abuelo Stevenson tiene su lugar de honor en el cementerio de Edimburgo, pero su tumba está enrejada así que no se puede dormir una siestita.
La verdad es que no se puede creer que hayan hecho construcciones en estos lugares a fines del 1700 y que todavía sigan en pie. Eran unos genios de la ingeniería. Todo conspira contra el asentamiento humano. Sólo entre el frío, el mar y el viento te hacen la vida imposible. Encima no hay un metro de tierra ¡es todo roca! Dura existencia la del farero y su familia.
Hoy en día los faros se manejan a distancia, pero te los alquilan si querés hacer tu cumpleaños (posta).
Los faros también son una buena excusa para llegar a los puntos más extremos del territorio. Los acantilados inmensos donde rompe el mar dan cobijo a cientos de miles de pájaros que en esta época se acovachan ahí por algún mandato del campo magnético. Gritan, se pelean, vuelan. Es impresionante ver esa cantidad de bichos juntos. También vimos alces, vacas flequilludas y ovejas negras. Ningún otro se animó a meterse en nuestro camino.
Como nos quedaban unos días y queríamos dejar de movernos un poco, nos alquilamos tres noches en una casita en Strathpeffer (la nada misma). Ma ra vi llo so. Una casa vieja gigante que tenía distintas “alas”. La nuestra era el ala oeste… un lujo.
De ahí volvimos a Edimburgo y ya partimos para Liverpool a visitar amigos.
Tumblr media
Llegamos a Edimburgo y tuvimos que sacar a relucir nuestras camperas gigantes.
Tumblr media
La vista desde el Castillo de Edimburgo.
Tumblr media
La estatua de David Hume está esperando que le toques el dedo desesperadamente.
Tumblr media
Después del Walking Free Tour la mejor opción para sacarte el frío es una exquisita sopa de hongos de @LetMeEatToo .
Tumblr media
Gracias Harry Potter por ser parte de nuestra infancia/adolescencia.
Tumblr media
¿Quién no querría hospedarse en un hostel que supo ser una iglesia? Nosotros definitivamente sí.
Tumblr media
Librería Waterstones: vale la pena entrar aunque no vayas a comprar nada.
Tumblr media
El corazón de los escupitajos, el único lugar en el que se puede escupir en Edimburgo.
Tumblr media Tumblr media
A veces somos de esas parejas que hacen juego en su vestimenta.
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
En Escocia los cementerios tienen un concepto distinto al nuestro. No son un depósito de muertos, sino que forman parte de su vida cotidiana. ¿Cómo? En ellos la gente se junta a hacer picnics, a tomar sol, a leer y relajarse.
Tumblr media
En Torridon hay un General Store atendido por las señoras más buenas que vayas a conocer en tu vida. Sí, más buenas que tu abuela. Además de la tremenda sopa que sirven, el scon que acompaña es la gloria.
Tumblr media
Gairloch Sands Youth Hostel: éramos los únicos huéspedes en un hostel enorme y bellísimo a orillas del mar.
Tumblr media
Si sos fan de la época medieval hay un camino de castillos, muchos de ellos abandonados y en ruinas, pero muchos otros funcionan como restaurantes y/o hoteles.
Tumblr media
Una criatura mágica sin dudas, y fue lo primero que vimos cuando nos bajamos del auto en Lochinver.
Tumblr media
Bueno sí, nuestras camperas también hacen un poco de juego.
Tumblr media
Uno de los tantos faros de Thomas Stevenson, abuelo del famoso escritor de El extraño caso de Dr Jekyll y Mr Hyde.
Tumblr media
Duncansby Stacks, un lindo mirador que muestra la erosión de la tierra de una forma muy particular.
Tumblr media
Vacas peludas: lo más buscado a lo largo de las 500 millas, las encontramos.
Hasta acá este capítulo. 
Si tienen consultas de este u otros viajes, o quieren invitarnos para que vayamos a su ciudad, pueden escribir a [email protected]
2 notes · View notes
mrg2023 · 2 months ago
Video
youtube
Los toros no sufren...¡Y las vacas vuelan!
0 notes
groennuuk · 2 years ago
Text
Tumblr media
Por Mario Shiller
A propósito de las gráficas de Margarita García Alonso.
Margarita llegó a la Normandía con su cetro y corona envueltos en papel de diarios cubanos, pensó que estaba en Groenlandia, su único reino posible cuando una vaca normanda le descubrió que Velázquez había dejado olvidada una menina enamorada del mar que soñaba el trópico desde sus encajes, venía cansada y de otros mundos, lágrimas y sudor, secuestros y programas de estudio sobre su saliva y su cuerpo. La nave perdida y su tripulación rota.
El paraíso, única religión posible, la llevó a una adicción particular por zapatos, máscaras antigases y el fantasma de Cuba. Margarita muere y resucita a cada día, es un alien de la imagen y de la palabra, sorbe café bustelo y renuncia después de una sesión freudiana con su vaca de confianza a comer picadillo a la habanera.
La Reina de Groenlandia, aunque sus súbditos no lo sepan, habita su reino en imágenes y en palabras que suenan a Vivaldi y a la virgen de Lourdes. Ha muerto y resucitado tantas veces en sus viajes que el tiempo se ha convertido en una posibilidad para comprenderla.
Explosiones de humo, colores insoportables para humanos, lugares que no debimos pisar sin la misericordia de su mano, de la compañía de su realeza, creémos que la realeza es hereditaria, pero lo es de una manera oblicua, Margo es al guía en el laberinto donde un Minotauro domado por ella nos recibe y garantiza el disfrute de nuestras Ariadnas y Teseos.
Margo lleva el ovillo escondido, no sea que nos acontezcan males mayores antes que los galeones zarpen y otra dimensión nos seque los ojos nuevamente con hetairas dignas de todo adoro, vuelan sin gravitar en nuestro universo, son los restos del paraíso y otros lienzos, la mordida y el aullido despues de tocar el sol con la luna a la espalda.
Ahora nos sorprendes, muestra uno de tus feudos,el de cabalgar gaviotas. levitas en blanco y corona mientras tus vacas comentan sobre los avatares de oficiar de ángeles en la lluvia normanda. Compiten un vaquicóptero contra las alas de esa vaca que asume la vigilia en azul, es la única que no mira donde apedreaste el universo con tus ojos, las otras, las hechizadas en la gaviota, miran desaforadas que después de tu encanto nada fué igual.
1 note · View note
muyactual · 1 year ago
Text
🌾 La Agricultura en el Futuro [ 🎬 DOCUMENTAL ]
Tumblr media
Y veamos cómo será la agricultura Las granjas estarán protegidas por espantapájaros de Inteligencia Artificial, las patatas estarán modificadas genéticamente para pelarse solas al cocinarlas, y habrá invernaderos dentro de contenedores de envío camuflados construidos por City Rebels que no quieren comer los alimentos controlados y patentados por las megacorporaciones. ¿Y qué tipo de piscifactorías futuristas se están construyendo bajo el agua, en las profundidades del océano, un lugar menos conocido por los humanos que el espacio exterior? Viajemos primero a los campos abiertos, donde los agricultores luchan por proteger su tierra. El documental: https://youtu.be/6v1WfHqy4-g La Agricultura en el Futuro: Bienvenidos a la última cosecha. Los agricultores naturalistas siguen defendiendo sus formas naturales de cultivar. Luchan contra las regulaciones gubernamentales que intentan cerrarlos para proteger el medio ambiente, y también luchan contra las corporaciones que están patentando todo lo relacionado con la agricultura y utilizan cultivos modificados genéticamente. La mayoría de los agricultores naturalistas se han adaptado a los tiempos cambiantes. Ahora emplean robots. Los robots cosechadores trabajan 24 horas al día, siete días a la semana, y en cualquier tipo de clima. Los drones vuelan sobre los cultivos para monitorizarlos, inspeccionar los robots y contar el ganado. Los robots cosechadores utilizan cámaras y tecnología de reconocimiento de color para ver cuándo una fresa está lista para ser recolectada. Hay máquinas automatizadas de ordeñar vacas e incluso espantapájaros de Inteligencia Artificial equipados con emisores de ultrasonidos y láseres para repeler las plagas de insectos. Utilizan cámaras de infrarrojos para trabajar de noche y también utilizan el sonido y la luz para disuadir a las plagas más grandes, como las aves y los roedores. Estos espantapájaros de Inteligencia Artificial actualizan sus tácticas en función del comportamiento observado de las plagas. Para plantar los cultivos, se utilizan drones de bioinyección equipados con mecanismos para inyectar las semillas directamente en el suelo desde el aire, lo que minimiza la alteración del suelo y elimina la necesidad de caminos para caminar y conducir entre los cultivos. Incluso los paneles solares de las granjas son robóticos y siguen los movimientos del sol durante el día y el año. Pero incluso con todos estos robots de alta tecnología, los agricultores independientes no pueden competir con las grandes cosechadoras corporativas. Estas corporaciones compran toda la tierra y utilizan una tecnología aún más avanzada, como la inteligencia artificial de última generación, que se alimenta de los datos de una granja a través de sensores y cámaras, aprendiendo a predecir los rendimientos de los cultivos y los brotes de enfermedades. Estas corporaciones lanzan sus propios satélites para monitorear sus granjas e incluso monitorear la tierra de los agricultores independientes. Se utiliza nanotecnología en el suelo para monitorear las condiciones, mientras que las nanopartículas administran fertilizantes y pesticidas. Incluso en estas granjas abiertas, la gente se pregunta dónde está la línea entre los alimentos naturales y los artificiales. Hay una línea que los agricultores naturales no cruzan, y es la línea de usar alimentos modificados genéticamente, como nueces hipoalergénicas que han sido modificadas genéticamente para eliminar proteínas alergénicas, o papas que se pelan solas, diseñadas con una piel que se cae naturalmente cuando se cocinan. Luego está la cosecha guiada por color: las verduras o frutas se modifican genéticamente para cambiar el color de la hoja o incluso de la piel justo antes de madurar, o los cultivos se pueden programar genéticamente para que maduren al mismo tiempo. Por ejemplo, las cepas de tomates se alteran para desactivar una proteína que controla el proceso de maduración; un segundo gen se modifica para reaccionar a un compuesto no tóxico que se rocía o se agrega al agua, lo que activa la proteína de maduración, iniciando el proceso de maduración al mismo tiempo en todos los tomates. Y luego está un nuevo campo de estudio con inversiones crecientes en la creación de organismos híbridos de plantas y animales: los rasgos de plantas y animales se combinan genéticamente para crear un árbol que produce leche o una vid que produce carne. Las corporaciones patentan su ingeniería genética y sus técnicas de cultivo, y algunos países incluso les permiten patentar semillas naturales, lo que convierte a la naturaleza en la propiedad intelectual de las corporaciones. Los agricultores se ven obligados a comprar las semillas modificadas de las corporaciones, semillas que han sido modificadas para usar solo los nutrientes, fertilizantes e incluso agua de la propia empresa. Los cultivos que producen estas semillas también han sido modificados para no poder producir más semillas que puedan replantarse. Las corporaciones también trabajan en revivir y patentar especies extintas de alimentos, como antiguas variedades de uva, arroz y trigo romano, e incluso especies extintas de mariscos cultivadas en granjas submarinas. Al mirar hacia abajo en el agua, no solo hay peces nadando, sino también drones robot. Los drones acuáticos trabajan en la plantación de cultivos, la colocación de larvas, la limpieza de mariscos y la recolección de los cultivos oceánicos. Hay jaulas submarinas de peces y bosques de algas marinas que se cosechan para obtener alimentos y biocombustibles, mientras que las granjas de algas flotantes producen el superalimento espirulina. Las almejas, vieiras y mejillones se cultivan sobre cuerdas flotantes. Cuando se trata de cultivar alimentos marinos, no se necesita agua dulce preciosa y las granjas submarinas están protegidas de los cambios climáticos en la superficie. Los robots de mantenimiento inspeccionan las estructuras submarinas, las redes y el equipo, mientras que los robots de recolección de microplásticos filtran las partículas de plástico del agua. Estos robots submarinos están construidos para ser resistentes a la alta presión, las bajas temperaturas y la corrosión del agua salada. El océano es un lugar desafiante para la agricultura, los humanos han tenido más éxito en enviar máquinas como rovers y satélites al espacio que en enviarlas a las partes más profundas del océano. Algunos pescadores utilizan drones de pesca para dirigir y guiar de forma autónoma su propio banco de peces, lo que permite que los peces sean libres pero estén bajo control. Estos pastores de peces robóticos también funcionan como escoltas de seguridad, utilizando el sonido, la luz e incluso la proyección holográfica para proteger a los peces de los depredadores y los cazadores furtivos humanos y los piratas. En lo que respecta al suministro de energía a las grandes granjas oceánicas, las corporaciones están invirtiendo en la recolección de energía geotérmica de los respiraderos volcánicos submarinos, mientras que las granjas oceánicas más pequeñas están alimentadas por campos solares flotantes y generadores de energía eólica y undimotriz. Las algas se utilizan para crear biocombustibles. En el fondo del Océano Atlántico, los ingenieros corporativos están construyendo una granja vertical submarina experimental. Es una estructura submarina de varios pisos que aprovecha la energía de los gradientes de temperatura para producir electricidad utilizando la diferencia de temperatura entre las aguas profundas y superficiales del océano. Los diferentes niveles de la granja vertical submarina proporcionan diferentes condiciones de vida para que crezca una variedad de especies marinas comestibles de plantas y animales. La estructura submarina recibe el nombre de Jardín de Neptuno. Los ingenieros oceánicos trabajan en la terraformación de partes del océano cerca de las ciudades. Experimentan con el acondicionamiento del agua, alterando la química del agua mediante la introducción y eliminación de determinados productos químicos, nutrientes y gases para crear las condiciones óptimas para el cultivo de determinados organismos marinos. Los robots perforan el lecho marino e inyectan los nutrientes y minerales necesarios, creando zonas fértiles. La huida se convierte en una disciplina arquitectónica y la ingeniería que se centra en el diseño y la construcción de áreas submarinas artificiales. Las impresoras 3D biológicas se utilizan para construir estructuras de arrecifes artificiales que promueven el crecimiento de algas, mariscos y otra vida marina. Los robots escultores del lecho marino remodelan el fondo del océano para crear depresiones, zonas elevadas y tallar túneles y canales en el lecho marino para formar nuevas corrientes y vías fluviales. Los nadadores fuertes, como el atún, prefieren las zonas con corrientes constantes, y los mariscos, como las ostras, los mejillones y las almejas, que son filtradores, también se benefician de las corrientes de agua terraformadas. El valor del océano está aumentando, y las corporaciones empiezan a reclamar su propiedad, ya que los gobiernos se lo venden para mantener el control. Estas corporaciones cierran las playas y niegan a las comunidades pesqueras tradicionales el acceso a las aguas. Y luego está el controvertido mundo de la ingeniería genética, en el que las corporaciones modifican el código genético de la vida marina para que crezca más rápido y sea resistente a las enfermedades. También modifican las temperaturas elevadas del mar y la acidificación del agua, e incluso el sabor de los peces, que nadie quiere comer, para que sean más sabrosos y deliciosos. Los bancos de peces tienen todos el mismo aspecto, ya que los peces son clones unos de otros, criados para tener el mismo tamaño, peso y sabor. Y en un mundo en el que las grandes criaturas marinas se han extinguido, los científicos genéticos han creado otras nuevas por bioingeniería. Las aguas abiertas están sembradas de calamares gigantes modificados genéticamente y de rápido crecimiento. Con el tiempo, empiezan a mostrar signos de inteligencia avanzada. Hay muchos miedos: el miedo a que existan amenazas desconocidas para el medio ambiente que provengan de los residuos biológicos modificados genéticamente producidos por estas granjas de nueva generación; el miedo a que las especies modificadas genéticamente empiecen a superar en número a los animales naturales; y el miedo a lo que sucedería si todo fuera igual, creando una monoagricultura global, un mundo sin biodiversidad natural y muy dependiente de la tecnología. Los teóricos del apocalipsis predicen un día en que una amenaza desconocida podría crear un efecto dominó de destrucción global. Llaman a este futuro evento "La Cascada". Justo fuera de las ciudades, la humanidad gobierna la producción de alimentos en imponentes granjas biodomo, grandes cúpulas controladas por el clima que controlan por completo el clima interno, simulando cualquier condición necesaria para una variedad de cultivos y protegiéndolos del clima cambiante del exterior. No hay intercambio de materia, ni siquiera de aire, ya que los cultivos se recogen localmente en las zonas urbanas. Esto evita las interrupciones del suministro de alimentos causadas por las tensiones geográficas y las extorsiones políticas. Cultivos de biodomo abastecen los supermercados de la ciudad y hacen entregas a domicilio Viajemos al centro de las ciudades, donde hay pequeñas granjas urbanas y drones gubernamentales vuelan por encima monitoreando la calidad del aire y la contaminación acústica. La primera granja de rascacielos celebra su 20º aniversario. Estos cultivos verticales de frutas y verduras se encuentran en el centro de los parques urbanos o se colocan en árboles. Son creaciones orgánicas naturales de Frankenstein, ya que las ramas de diferentes árboles frutales se cortan y se pegan a una incisión en un árbol huésped. Las ramas y el árbol huésped se fusionan entre sí. Este proceso se llama injerto. Un árbol puede cultivar hasta 40 tipos diferentes de fruta. En los sótanos de los restaurantes se cultivan diferentes tipos de microgreens. Estas granjas de interior utilizan recetas de luz. Las luces LED están programadas para una frecuencia, intensidad y espectro específicos para cultivar cada especie de planta de la manera más eficiente posible. Al igual que una receta de cocina, los bioinformáticos pueden incluso cambiar el color de las hojas, la forma, el tamaño, la textura e incluso el sabor. Algunos restaurantes sirven alimentos modificados genéticamente de forma única, como mariscos luminiscentes que brillan. Las personas que viven en estas ciudades pueden pedir a domicilio esta comida de nueva era. Oliver, un niño con múltiples alergias alimentarias, abre una caja de comida de Neutrogene Foods. Cada artículo de la caja se cultiva a medida y se modifica genéticamente para eliminar los alérgenos, lo que le permite disfrutar de comidas sin preocupaciones. Algunas personas optan por cultivar su propia comida en sus propias cocinas. Un dispositivo popular es una máquina similar al CNC del tamaño de una mesa que funciona como un sistema automatizado de cultivo de microjardines domésticos. Puede cambiar de herramientas para plantar, regar, mantener y cosechar las plantas. Puede plantar diferentes semillas en la plataforma creando un mapa y gestionar cada semilla con diferentes cantidades de nutrientes, agua e iluminación. Algunas personas tienen biorreactores de mesa micro en sus hogares. Estas son granjas personales de algas para cultivar algas densas en nutrientes como la espirulina o la clorella. En el mundo de la ingeniería genética, los contenedores de bioalimentos son autosuficientes y están hechos de organismos vivos que regeneran los microalimentos directamente en el contenedor. También existen kits genéticos para el hogar, como el "Libro de cocina del alquimista". Félix, un aventurero gastronómico, corta un tomate de su huerto interior de cocina. Ha utilizado la edición genética para infundirle una mezcla única de especias a nivel genético. Para el postre, cogerá de su mini invernadero de cocina una mini sandía con el sabor combinado de una lima. Flora, una diseñadora gráfica, se maravilla con las verduras luminiscentes que ha cultivado en su huerto de cocina. Pero no todo el mundo está contento de comer alimentos de estas grandes corporaciones que intentan controlarlo todo. Algunas personas se esconden porque ciertos países no quieren que su gente cultive su propia comida por temor a contaminar los alimentos regulados, y las megacorporaciones que tienen patentes impiden que la gente corriente cultive sus propios alimentos. Los canales de noticias se aseguran de que el público recuerde esto mostrando lo que sucede cuando la gente come alimentos no regulados. Informan de historias de personas que acaban en urgencias con síntomas nunca antes vistos, en sótanos y en contenedores de transporte camuflados. Los rebeldes construyen invernaderos de bricolaje; son los punks de las plantas. Se construyen granjas de setas automatizadas en los sótanos, y los tejados albergan sistemas de acuaponía para la piscicultura a pequeña escala. Se construyen granjas de insectos comestibles dentro de edificios abandonados, donde se cosechan gusanos de la harina y grillos. Algunos granjeros de insectos trabajan en modificaciones genéticas para cambiar el sabor y hacerlos más apetecibles para quienes no están acostumbrados a comerlos. Las ciudades han prohibido estas granjas de insectos, considerándolas plagas que propagan enfermedades. Estos punks de las plantas han hackeado piezas de recolección de agua de lluvia prohibidas y construyen reflectores de luz solar, espejos ocultos en los edificios y disfrazados de ventanas para reflejar la luz solar en las zonas sombreadas y en los tragaluces de los sótanos. También modifican genéticamente las plantas para que tengan sistemas de raíces que crezcan verticalmente manipulando los genes que controlan el desarrollo de las raíces. Los tomates, la lechuga, el boniato, el maíz y las hierbas se modifican para que sus raíces crezcan en estructuras verticales estrechas y compactas. Estos cultivos crecen en paredes y en tubos estrechos, ideales para entornos urbanos con espacio horizontal limitado. En algunas ciudades, hay grandes grupos de agricultores ciberpunks que juntos dirigen mercados negros basados en blockchain. El más grande se llama Neon Bazaar y funciona con la moneda Dark Deli, que está respaldada por el valor de los cultivos cultivados en el subsuelo. Este mercado descentralizado permite a los agricultores ciberpunks intercambiar sus productos cultivados en tejados y sótanos por otros recursos, todo ello sin el radar del estado de vigilancia de la ciudad. Las entregas con drones se realizan por la noche para evitar ser detectadas. Otros mercados negros funcionan como organizaciones sin ánimo de lucro para garantizar una distribución justa de los alimentos cultivados en la comunidad, distribuyendo su cosecha orgánica a los que la ciudad ha olvidado. Un grupo de ingenieros botánicos marginados crea Seeds, una plataforma de blockchain para el comercio de semillas raras y modificadas genéticamente, semillas que son cultivos alimentarios de rápido crecimiento y resistentes a las enfermedades. Este mercado negro de intercambio de semillas se convierte en un salvavidas para las granjas urbanas secretas de toda la ciudad. Las semillas que han sido modificadas y patentadas por las corporaciones empiezan a aparecer en el mercado de intercambio de semillas. Un hacker de Inteligencia Artificial conocido solo como Green Thumb está realizando ingeniería inversa de las semillas patentadas por las corporaciones y eliminando el código genético que requiere fertilizantes y nutrientes fabricados solo por la corporación. Green Thumb circula por Internet liberando estos secretos comerciales. ¿Conservará la gente su soberanía alimentaria o las corporaciones controlarán todo? ¿En el futuro, los humanos seguirán preocupándose por los alimentos cultivados de forma natural en la cocina de la Madre Naturaleza o se acostumbrarán a los cultivos de laboratorio modificados genéticamente con precisión, adaptados a todos sus deseos? Te puede interesar: - 💡 Descubre estos 13 INVENTOS que te acercan el FUTURO - 🤖 Increíbles 14 CONCEPTOS del FUTURO con una gran Tecnología     Read the full article
0 notes
prozesa · 1 year ago
Text
🌾 La Agricultura en el Futuro [ 🎬 DOCUMENTAL ]
Tumblr media
Y veamos cómo será la agricultura Las granjas estarán protegidas por espantapájaros de Inteligencia Artificial, las patatas estarán modificadas genéticamente para pelarse solas al cocinarlas, y habrá invernaderos dentro de contenedores de envío camuflados construidos por City Rebels que no quieren comer los alimentos controlados y patentados por las megacorporaciones. ¿Y qué tipo de piscifactorías futuristas se están construyendo bajo el agua, en las profundidades del océano, un lugar menos conocido por los humanos que el espacio exterior? Viajemos primero a los campos abiertos, donde los agricultores luchan por proteger su tierra. El documental: https://youtu.be/6v1WfHqy4-g La Agricultura en el Futuro: Bienvenidos a la última cosecha. Los agricultores naturalistas siguen defendiendo sus formas naturales de cultivar. Luchan contra las regulaciones gubernamentales que intentan cerrarlos para proteger el medio ambiente, y también luchan contra las corporaciones que están patentando todo lo relacionado con la agricultura y utilizan cultivos modificados genéticamente. La mayoría de los agricultores naturalistas se han adaptado a los tiempos cambiantes. Ahora emplean robots. Los robots cosechadores trabajan 24 horas al día, siete días a la semana, y en cualquier tipo de clima. Los drones vuelan sobre los cultivos para monitorizarlos, inspeccionar los robots y contar el ganado. Los robots cosechadores utilizan cámaras y tecnología de reconocimiento de color para ver cuándo una fresa está lista para ser recolectada. Hay máquinas automatizadas de ordeñar vacas e incluso espantapájaros de Inteligencia Artificial equipados con emisores de ultrasonidos y láseres para repeler las plagas de insectos. Utilizan cámaras de infrarrojos para trabajar de noche y también utilizan el sonido y la luz para disuadir a las plagas más grandes, como las aves y los roedores. Estos espantapájaros de Inteligencia Artificial actualizan sus tácticas en función del comportamiento observado de las plagas. Para plantar los cultivos, se utilizan drones de bioinyección equipados con mecanismos para inyectar las semillas directamente en el suelo desde el aire, lo que minimiza la alteración del suelo y elimina la necesidad de caminos para caminar y conducir entre los cultivos. Incluso los paneles solares de las granjas son robóticos y siguen los movimientos del sol durante el día y el año. Pero incluso con todos estos robots de alta tecnología, los agricultores independientes no pueden competir con las grandes cosechadoras corporativas. Estas corporaciones compran toda la tierra y utilizan una tecnología aún más avanzada, como la inteligencia artificial de última generación, que se alimenta de los datos de una granja a través de sensores y cámaras, aprendiendo a predecir los rendimientos de los cultivos y los brotes de enfermedades. Estas corporaciones lanzan sus propios satélites para monitorear sus granjas e incluso monitorear la tierra de los agricultores independientes. Se utiliza nanotecnología en el suelo para monitorear las condiciones, mientras que las nanopartículas administran fertilizantes y pesticidas. Incluso en estas granjas abiertas, la gente se pregunta dónde está la línea entre los alimentos naturales y los artificiales. Hay una línea que los agricultores naturales no cruzan, y es la línea de usar alimentos modificados genéticamente, como nueces hipoalergénicas que han sido modificadas genéticamente para eliminar proteínas alergénicas, o papas que se pelan solas, diseñadas con una piel que se cae naturalmente cuando se cocinan. Luego está la cosecha guiada por color: las verduras o frutas se modifican genéticamente para cambiar el color de la hoja o incluso de la piel justo antes de madurar, o los cultivos se pueden programar genéticamente para que maduren al mismo tiempo. Por ejemplo, las cepas de tomates se alteran para desactivar una proteína que controla el proceso de maduración; un segundo gen se modifica para reaccionar a un compuesto no tóxico que se rocía o se agrega al agua, lo que activa la proteína de maduración, iniciando el proceso de maduración al mismo tiempo en todos los tomates. Y luego está un nuevo campo de estudio con inversiones crecientes en la creación de organismos híbridos de plantas y animales: los rasgos de plantas y animales se combinan genéticamente para crear un árbol que produce leche o una vid que produce carne. Las corporaciones patentan su ingeniería genética y sus técnicas de cultivo, y algunos países incluso les permiten patentar semillas naturales, lo que convierte a la naturaleza en la propiedad intelectual de las corporaciones. Los agricultores se ven obligados a comprar las semillas modificadas de las corporaciones, semillas que han sido modificadas para usar solo los nutrientes, fertilizantes e incluso agua de la propia empresa. Los cultivos que producen estas semillas también han sido modificados para no poder producir más semillas que puedan replantarse. Las corporaciones también trabajan en revivir y patentar especies extintas de alimentos, como antiguas variedades de uva, arroz y trigo romano, e incluso especies extintas de mariscos cultivadas en granjas submarinas. Al mirar hacia abajo en el agua, no solo hay peces nadando, sino también drones robot. Los drones acuáticos trabajan en la plantación de cultivos, la colocación de larvas, la limpieza de mariscos y la recolección de los cultivos oceánicos. Hay jaulas submarinas de peces y bosques de algas marinas que se cosechan para obtener alimentos y biocombustibles, mientras que las granjas de algas flotantes producen el superalimento espirulina. Las almejas, vieiras y mejillones se cultivan sobre cuerdas flotantes. Cuando se trata de cultivar alimentos marinos, no se necesita agua dulce preciosa y las granjas submarinas están protegidas de los cambios climáticos en la superficie. Los robots de mantenimiento inspeccionan las estructuras submarinas, las redes y el equipo, mientras que los robots de recolección de microplásticos filtran las partículas de plástico del agua. Estos robots submarinos están construidos para ser resistentes a la alta presión, las bajas temperaturas y la corrosión del agua salada. El océano es un lugar desafiante para la agricultura, los humanos han tenido más éxito en enviar máquinas como rovers y satélites al espacio que en enviarlas a las partes más profundas del océano. Algunos pescadores utilizan drones de pesca para dirigir y guiar de forma autónoma su propio banco de peces, lo que permite que los peces sean libres pero estén bajo control. Estos pastores de peces robóticos también funcionan como escoltas de seguridad, utilizando el sonido, la luz e incluso la proyección holográfica para proteger a los peces de los depredadores y los cazadores furtivos humanos y los piratas. En lo que respecta al suministro de energía a las grandes granjas oceánicas, las corporaciones están invirtiendo en la recolección de energía geotérmica de los respiraderos volcánicos submarinos, mientras que las granjas oceánicas más pequeñas están alimentadas por campos solares flotantes y generadores de energía eólica y undimotriz. Las algas se utilizan para crear biocombustibles. En el fondo del Océano Atlántico, los ingenieros corporativos están construyendo una granja vertical submarina experimental. Es una estructura submarina de varios pisos que aprovecha la energía de los gradientes de temperatura para producir electricidad utilizando la diferencia de temperatura entre las aguas profundas y superficiales del océano. Los diferentes niveles de la granja vertical submarina proporcionan diferentes condiciones de vida para que crezca una variedad de especies marinas comestibles de plantas y animales. La estructura submarina recibe el nombre de Jardín de Neptuno. Los ingenieros oceánicos trabajan en la terraformación de partes del océano cerca de las ciudades. Experimentan con el acondicionamiento del agua, alterando la química del agua mediante la introducción y eliminación de determinados productos químicos, nutrientes y gases para crear las condiciones óptimas para el cultivo de determinados organismos marinos. Los robots perforan el lecho marino e inyectan los nutrientes y minerales necesarios, creando zonas fértiles. La huida se convierte en una disciplina arquitectónica y la ingeniería que se centra en el diseño y la construcción de áreas submarinas artificiales. Las impresoras 3D biológicas se utilizan para construir estructuras de arrecifes artificiales que promueven el crecimiento de algas, mariscos y otra vida marina. Los robots escultores del lecho marino remodelan el fondo del océano para crear depresiones, zonas elevadas y tallar túneles y canales en el lecho marino para formar nuevas corrientes y vías fluviales. Los nadadores fuertes, como el atún, prefieren las zonas con corrientes constantes, y los mariscos, como las ostras, los mejillones y las almejas, que son filtradores, también se benefician de las corrientes de agua terraformadas. El valor del océano está aumentando, y las corporaciones empiezan a reclamar su propiedad, ya que los gobiernos se lo venden para mantener el control. Estas corporaciones cierran las playas y niegan a las comunidades pesqueras tradicionales el acceso a las aguas. Y luego está el controvertido mundo de la ingeniería genética, en el que las corporaciones modifican el código genético de la vida marina para que crezca más rápido y sea resistente a las enfermedades. También modifican las temperaturas elevadas del mar y la acidificación del agua, e incluso el sabor de los peces, que nadie quiere comer, para que sean más sabrosos y deliciosos. Los bancos de peces tienen todos el mismo aspecto, ya que los peces son clones unos de otros, criados para tener el mismo tamaño, peso y sabor. Y en un mundo en el que las grandes criaturas marinas se han extinguido, los científicos genéticos han creado otras nuevas por bioingeniería. Las aguas abiertas están sembradas de calamares gigantes modificados genéticamente y de rápido crecimiento. Con el tiempo, empiezan a mostrar signos de inteligencia avanzada. Hay muchos miedos: el miedo a que existan amenazas desconocidas para el medio ambiente que provengan de los residuos biológicos modificados genéticamente producidos por estas granjas de nueva generación; el miedo a que las especies modificadas genéticamente empiecen a superar en número a los animales naturales; y el miedo a lo que sucedería si todo fuera igual, creando una monoagricultura global, un mundo sin biodiversidad natural y muy dependiente de la tecnología. Los teóricos del apocalipsis predicen un día en que una amenaza desconocida podría crear un efecto dominó de destrucción global. Llaman a este futuro evento "La Cascada". Justo fuera de las ciudades, la humanidad gobierna la producción de alimentos en imponentes granjas biodomo, grandes cúpulas controladas por el clima que controlan por completo el clima interno, simulando cualquier condición necesaria para una variedad de cultivos y protegiéndolos del clima cambiante del exterior. No hay intercambio de materia, ni siquiera de aire, ya que los cultivos se recogen localmente en las zonas urbanas. Esto evita las interrupciones del suministro de alimentos causadas por las tensiones geográficas y las extorsiones políticas. Cultivos de biodomo abastecen los supermercados de la ciudad y hacen entregas a domicilio Viajemos al centro de las ciudades, donde hay pequeñas granjas urbanas y drones gubernamentales vuelan por encima monitoreando la calidad del aire y la contaminación acústica. La primera granja de rascacielos celebra su 20º aniversario. Estos cultivos verticales de frutas y verduras se encuentran en el centro de los parques urbanos o se colocan en árboles. Son creaciones orgánicas naturales de Frankenstein, ya que las ramas de diferentes árboles frutales se cortan y se pegan a una incisión en un árbol huésped. Las ramas y el árbol huésped se fusionan entre sí. Este proceso se llama injerto. Un árbol puede cultivar hasta 40 tipos diferentes de fruta. En los sótanos de los restaurantes se cultivan diferentes tipos de microgreens. Estas granjas de interior utilizan recetas de luz. Las luces LED están programadas para una frecuencia, intensidad y espectro específicos para cultivar cada especie de planta de la manera más eficiente posible. Al igual que una receta de cocina, los bioinformáticos pueden incluso cambiar el color de las hojas, la forma, el tamaño, la textura e incluso el sabor. Algunos restaurantes sirven alimentos modificados genéticamente de forma única, como mariscos luminiscentes que brillan. Las personas que viven en estas ciudades pueden pedir a domicilio esta comida de nueva era. Oliver, un niño con múltiples alergias alimentarias, abre una caja de comida de Neutrogene Foods. Cada artículo de la caja se cultiva a medida y se modifica genéticamente para eliminar los alérgenos, lo que le permite disfrutar de comidas sin preocupaciones. Algunas personas optan por cultivar su propia comida en sus propias cocinas. Un dispositivo popular es una máquina similar al CNC del tamaño de una mesa que funciona como un sistema automatizado de cultivo de microjardines domésticos. Puede cambiar de herramientas para plantar, regar, mantener y cosechar las plantas. Puede plantar diferentes semillas en la plataforma creando un mapa y gestionar cada semilla con diferentes cantidades de nutrientes, agua e iluminación. Algunas personas tienen biorreactores de mesa micro en sus hogares. Estas son granjas personales de algas para cultivar algas densas en nutrientes como la espirulina o la clorella. En el mundo de la ingeniería genética, los contenedores de bioalimentos son autosuficientes y están hechos de organismos vivos que regeneran los microalimentos directamente en el contenedor. También existen kits genéticos para el hogar, como el "Libro de cocina del alquimista". Félix, un aventurero gastronómico, corta un tomate de su huerto interior de cocina. Ha utilizado la edición genética para infundirle una mezcla única de especias a nivel genético. Para el postre, cogerá de su mini invernadero de cocina una mini sandía con el sabor combinado de una lima. Flora, una diseñadora gráfica, se maravilla con las verduras luminiscentes que ha cultivado en su huerto de cocina. Pero no todo el mundo está contento de comer alimentos de estas grandes corporaciones que intentan controlarlo todo. Algunas personas se esconden porque ciertos países no quieren que su gente cultive su propia comida por temor a contaminar los alimentos regulados, y las megacorporaciones que tienen patentes impiden que la gente corriente cultive sus propios alimentos. Los canales de noticias se aseguran de que el público recuerde esto mostrando lo que sucede cuando la gente come alimentos no regulados. Informan de historias de personas que acaban en urgencias con síntomas nunca antes vistos, en sótanos y en contenedores de transporte camuflados. Los rebeldes construyen invernaderos de bricolaje; son los punks de las plantas. Se construyen granjas de setas automatizadas en los sótanos, y los tejados albergan sistemas de acuaponía para la piscicultura a pequeña escala. Se construyen granjas de insectos comestibles dentro de edificios abandonados, donde se cosechan gusanos de la harina y grillos. Algunos granjeros de insectos trabajan en modificaciones genéticas para cambiar el sabor y hacerlos más apetecibles para quienes no están acostumbrados a comerlos. Las ciudades han prohibido estas granjas de insectos, considerándolas plagas que propagan enfermedades. Estos punks de las plantas han hackeado piezas de recolección de agua de lluvia prohibidas y construyen reflectores de luz solar, espejos ocultos en los edificios y disfrazados de ventanas para reflejar la luz solar en las zonas sombreadas y en los tragaluces de los sótanos. También modifican genéticamente las plantas para que tengan sistemas de raíces que crezcan verticalmente manipulando los genes que controlan el desarrollo de las raíces. Los tomates, la lechuga, el boniato, el maíz y las hierbas se modifican para que sus raíces crezcan en estructuras verticales estrechas y compactas. Estos cultivos crecen en paredes y en tubos estrechos, ideales para entornos urbanos con espacio horizontal limitado. En algunas ciudades, hay grandes grupos de agricultores ciberpunks que juntos dirigen mercados negros basados en blockchain. El más grande se llama Neon Bazaar y funciona con la moneda Dark Deli, que está respaldada por el valor de los cultivos cultivados en el subsuelo. Este mercado descentralizado permite a los agricultores ciberpunks intercambiar sus productos cultivados en tejados y sótanos por otros recursos, todo ello sin el radar del estado de vigilancia de la ciudad. Las entregas con drones se realizan por la noche para evitar ser detectadas. Otros mercados negros funcionan como organizaciones sin ánimo de lucro para garantizar una distribución justa de los alimentos cultivados en la comunidad, distribuyendo su cosecha orgánica a los que la ciudad ha olvidado. Un grupo de ingenieros botánicos marginados crea Seeds, una plataforma de blockchain para el comercio de semillas raras y modificadas genéticamente, semillas que son cultivos alimentarios de rápido crecimiento y resistentes a las enfermedades. Este mercado negro de intercambio de semillas se convierte en un salvavidas para las granjas urbanas secretas de toda la ciudad. Las semillas que han sido modificadas y patentadas por las corporaciones empiezan a aparecer en el mercado de intercambio de semillas. Un hacker de Inteligencia Artificial conocido solo como Green Thumb está realizando ingeniería inversa de las semillas patentadas por las corporaciones y eliminando el código genético que requiere fertilizantes y nutrientes fabricados solo por la corporación. Green Thumb circula por Internet liberando estos secretos comerciales. ¿Conservará la gente su soberanía alimentaria o las corporaciones controlarán todo? ¿En el futuro, los humanos seguirán preocupándose por los alimentos cultivados de forma natural en la cocina de la Madre Naturaleza o se acostumbrarán a los cultivos de laboratorio modificados genéticamente con precisión, adaptados a todos sus deseos? Te puede interesar: - 💡 Descubre estos 13 INVENTOS que te acercan el FUTURO - 🤖 Increíbles 14 CONCEPTOS del FUTURO con una gran Tecnología     Read the full article
0 notes
albertpboix · 3 years ago
Text
Cuando las vacas vuelan
Cuando las vacas vuelan
Anoche soñé con la casa donde crecí. Por inaudito que parezca, la ciudad era segura y silenciosa (no toda, desde luego. Pero el barullo se confinaba al centro histórico y las grandes avenidas). La barda que circundaba mi jardín apenas cubría los hombros de mi padre y saltarla era un reto cotidiano, como escapar de una prisión accesible por todos sus flancos. Era una casa sin pretensiones,…
Tumblr media
View On WordPress
0 notes
alertachiapas · 3 years ago
Text
Hasta las vacas huyen por conflicto en el rastro de San Cristóbal
Hasta las vacas huyen por conflicto en el rastro de San Cristóbal
Hasta las vacas huyen por conflicto en el rastro de San Cristóbal Este martes el Ayuntamiento realizó un desalojo en las instalaciones del rastro municipal, una vez que decidieron clausurarlo presuntamente por irregularidades, hasta las vacas vuelan en san cristobal. En la mañana, elementos de la policía municipal y autoridades del Ayuntamiento de la ciudad de San Cristóbal de Las…
Tumblr media
View On WordPress
0 notes