#Tratado de Alcañices
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rabbitcruiser · 3 months ago
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The Treaty of Alcañices (Portuguese: Tratado de Alcanizes; Spanish: Tratado de Alcañices) was made in Alcañices between King Denis of Portugal and King Fernando IV of Castile on September 12, 1297. It reaffirmed Portugal’s possession of the Algarve and defined the modern borders between the two Iberian countries.
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ramonmartinhistoria · 4 months ago
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jaimeariansencespedes · 7 years ago
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HISTORIA UNIVERSAL - MARITA TRES VECES REINA -
Una de las féminas más poderosas e inteligentes de la España medieval, célebre por haber desempeñado un papel para nada baladí en tres reinados diferentes, fue María de Molina. Durante cuatro decenios demostró sus dotes políticas, erigiéndose en una gran figura más allá de las fronteras del reino de Castilla, al que garantizó la paz y estabilidad en una época convulsa. Primero como consorte de Sancho IV y luego, como regente en las minorías de edad de su hijo y de su nieto, de ahí su apodo: “la tres veces reina”.
Cuando en 1282 contrajo matrimonio con Sancho (segundogénito de su primo hermano el rey Alfonso X el Sabio), nada hacía presagiar que María Alfonso de Meneses –su nombre real- terminaría convirtiéndose en un personaje tan crucial.
Y es que ella no estaba destinada a ser reina porque el heredero de Alfonso X era Fernando de la Cerda, cuyos derechos pasarían a sus hijos en caso de fallecimiento, según se reconocía en las Partidas. Éstos eran muy pequeños cuando quedaron huérfanos (1275) y el mayor de ellos, llamado Alfonso, apenas tenía 14 años al fallecer su abuelo homónimo en 1284.
Sin embargo, el derecho consuetudinario de Castilla (mucho más arraigado que la nueva legislación alfonsí), contemplaba a los hermanos menores para la sucesión, lo que aprovecharía Sancho para ser declarado legítimo sucesor por su padre, con la total oposición de la reina Violante de Aragón, que defendía a ultranza a sus nietos Alfonso y Fernando. Los infantes de la Cerda también contaron con el apoyo de los franceses, ya que su madre (Blanca) era hermana del rey francés, que aspiraba a ampliar sus territorios.
Los detractores de Sancho quisieron deslegitimar a sus descendientes cuestionando la validez de su enlace con la prima de su padre, celebrado en julio de 1282, justo el mismo año en que se postuló heredero. ¿Casualidad?. El Papa Martín IV declaró de “incestas nuptias” el matrimonio y ordenó separarse inmediatamente a los esposos tras medio año de unión.[3] La bula papal llegaría en 1301, seis años después de morir Sancho, cuando Bonifacio VIII no pudo negarse a argumentos tan convincentes como los 10.000 marcos de plata procedentes del reino castellano-leonés, en grave crisis económica entonces.
Con mucha perspicacia política, María de Molina encontró los apoyos necesarios para la causa del joven soberano (legitimado con 16 años), pese a los distintos frentes abiertos en su contra. La “sencillez y sagacidad” de la reina madre favoreció el respaldo de las oligarquías urbanas y la recuperación de “la fidelidad de la nobleza, de muchos soldados y de casi todos los enemigos de la realeza” (Crónica de los reyes de Castilla, Jofré de Loaysa). Además, no se ensañó con quienes obstaculizaron la paz del reino, sino que procuró poner sosiego siendo prudente: aplacó los impulsos de su hijo Fernando (vengativo y mal aconsejado) y medió para asegurar la armonía cuando hubo problemas con la tutoría de su nieto Alfonso XI.
Consciente de su poder, utilizó a sus hijos para conseguir la lealtad de las ciudades, repartiéndolos por distintos enclaves del reino porque “los omes avrian mayor vergüenza é guardarían mejor las villas é las otras tierras enderredor” (Ferrán Sánchez de Valladolid, Crónica de Fernando IV). También promovió alianzas dinásticas entre Castilla y Portugal con el Tratado de Alcañices (1297) y aprovechó la solidaridad femenina fomentando el entendimiento con su consuegra, la reina portuguesa (canonizada por su devoción). Y es que Isabel de Portugal se esmeró en calmar los ánimos de algunos de los hombres más poderosos de la época: intervino entre su esposo y su hijo, promovió las Paces de Campillo (1304) entre su hermano Jaime II de Aragón y su yerno, Fernando IV de Castilla y, al parecer, rezaba en los campos de batalla para evitar el combate. María de Molina quizá no fuese tan extremadamente devota, pero la acción conjunta de las soberanas garantizó años de estabilidad a la península ibérica.
Como reina-abuela empleó todos los medios a su alcance para garantizar la paz, como ya hiciera durante la minoría de edad de Fernando. Heredó de su abuela Berenguela esa actitud conciliadora, aunque ambas hubieron de recurrir a métodos propiamente masculinos. El agustino Henrique Flórez aludió, en 1790, al “vigor varonil” de María de Molina, “muger fuerte, probada y acrisolada en tres Reynados, cada uno a qual mas lleno de turbulencias”, pero que huyó de la violencia siempre.
La tres veces reina testó dos veces: en 1308 y en 1321, dos días antes de su deceso (el primer día de julio de ese año). En ambos testamentos recuerda a su hijo y a su nieto, respectivamente, los esfuerzos realizados para afianzarlos en el poder.
Si ella hubiera sido de otra manera quizá la historia habría sido diferente, por lo que es innegable la valiosa labor emprendida por la única mujer que reinó tres veces en Castilla.
Autora: Blanca Navarro Gavilán para Revista Historia - [email protected]
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rabbitcruiser · 1 year ago
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The Treaty of Alcañices (Portuguese: Tratado de Alcanizes; Spanish: Tratado de Alcañices) was made in Alcañices between King Denis of Portugal and King Fernando IV of Castile on September 12, 1297. It reaffirmed Portugal’s possession of the Algarve and defined the modern borders between the two Iberian countries.
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rabbitcruiser · 3 years ago
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The Treaty of Alcañices (Portuguese: Tratado de Alcanizes; Spanish: Tratado de Alcañices) was made in Alcañices between King Denis of Portugal and King Fernando IV of Castile on September 12, 1297. It  reaffirmed Portugal’s possession of the Algarve and defined the modern borders between the two Iberian countries.
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rabbitcruiser · 2 years ago
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The Treaty of Alcañices (Portuguese: Tratado de Alcanizes; Spanish: Tratado de Alcañices) was made in Alcañices between King Denis of Portugal and King Fernando IV of Castile on September 12, 1297. It  reaffirmed Portugal’s possession of the Algarve and defined the modern borders between the two Iberian countries.
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jaimeariansencespedes · 7 years ago
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HISTORIA UNIVERSAL - MARÍA DE MOLINA -
Una de las féminas más poderosas e inteligentes de la España medieval, célebre por haber desempeñado un papel para nada baladí en tres reinados diferentes, fue María de Molina. Durante cuatro decenios demostró sus dotes políticas, erigiéndose en una gran figura más allá de las fronteras del reino de Castilla, al que garantizó la paz y estabilidad en una época convulsa. Primero como consorte de Sancho IV y luego, como regente en las minorías de edad de su hijo y de su nieto, de ahí su apodo: “la tres veces reina”.
Cuando en 1282 contrajo matrimonio con Sancho (segundogénito de su primo hermano el rey Alfonso X el Sabio), nada hacía presagiar que María Alfonso de Meneses –su nombre real- terminaría convirtiéndose en un personaje tan crucial.
Y es que ella no estaba destinada a ser reina porque el heredero de Alfonso X era Fernando de la Cerda, cuyos derechos pasarían a sus hijos en caso de fallecimiento, según se reconocía en las Partidas. Éstos eran muy pequeños cuando quedaron huérfanos (1275) y el mayor de ellos, llamado Alfonso, apenas tenía 14 años al fallecer su abuelo homónimo en 1284.
Sin embargo, el derecho consuetudinario de Castilla (mucho más arraigado que la nueva legislación alfonsí), contemplaba a los hermanos menores para la sucesión, lo que aprovecharía Sancho para ser declarado legítimo sucesor por su padre, con la total oposición de la reina Violante de Aragón, que defendía a ultranza a sus nietos Alfonso y Fernando. Los infantes de la Cerda también contaron con el apoyo de los franceses, ya que su madre (Blanca) era hermana del rey francés, que aspiraba a ampliar sus territorios.
Los detractores de Sancho quisieron deslegitimar a sus descendientes cuestionando la validez de su enlace con la prima de su padre, celebrado en julio de 1282, justo el mismo año en que se postuló heredero. ¿Casualidad?. El Papa Martín IV declaró de “incestas nuptias” el matrimonio y ordenó separarse inmediatamente a los esposos tras medio año de unión.[3] La bula papal llegaría en 1301, seis años después de morir Sancho, cuando Bonifacio VIII no pudo negarse a argumentos tan convincentes como los 10.000 marcos de plata procedentes del reino castellano-leonés, en grave crisis económica entonces.
Con mucha perspicacia política, María de Molina encontró los apoyos necesarios para la causa del joven soberano (legitimado con 16 años), pese a los distintos frentes abiertos en su contra. La “sencillez y sagacidad” de la reina madre favoreció el respaldo de las oligarquías urbanas y la recuperación de “la fidelidad de la nobleza, de muchos soldados y de casi todos los enemigos de la realeza” (Crónica de los reyes de Castilla, Jofré de Loaysa). Además, no se ensañó con quienes obstaculizaron la paz del reino, sino que procuró poner sosiego siendo prudente: aplacó los impulsos de su hijo Fernando (vengativo y mal aconsejado) y medió para asegurar la armonía cuando hubo problemas con la tutoría de su nieto Alfonso XI.
Consciente de su poder, utilizó a sus hijos para conseguir la lealtad de las ciudades, repartiéndolos por distintos enclaves del reino porque “los omes avrian mayor vergüenza é guardarían mejor las villas é las otras tierras enderredor” (Ferrán Sánchez de Valladolid, Crónica de Fernando IV). También promovió alianzas dinásticas entre Castilla y Portugal con el Tratado de Alcañices (1297) y aprovechó la solidaridad femenina fomentando el entendimiento con su consuegra, la reina portuguesa (canonizada por su devoción). Y es que Isabel de Portugal se esmeró en calmar los ánimos de algunos de los hombres más poderosos de la época: intervino entre su esposo y su hijo, promovió las Paces de Campillo (1304) entre su hermano Jaime II de Aragón y su yerno, Fernando IV de Castilla y, al parecer, rezaba en los campos de batalla para evitar el combate. María de Molina quizá no fuese tan extremadamente devota, pero la acción conjunta de las soberanas garantizó años de estabilidad a la península ibérica.
Como reina-abuela empleó todos los medios a su alcance para garantizar la paz, como ya hiciera durante la minoría de edad de Fernando. Heredó de su abuela Berenguela esa actitud conciliadora, aunque ambas hubieron de recurrir a métodos propiamente masculinos. El agustino Henrique Flórez aludió, en 1790, al “vigor varonil” de María de Molina, “muger fuerte, probada y acrisolada en tres Reynados, cada uno a qual mas lleno de turbulencias”, pero que huyó de la violencia siempre.
La tres veces reina testó dos veces: en 1308 y en 1321, dos días antes de su deceso (el primer día de julio de ese año). En ambos testamentos recuerda a su hijo y a su nieto, respectivamente, los esfuerzos realizados para afianzarlos en el poder.
Si ella hubiera sido de otra manera quizá la historia habría sido diferente, por lo que es innegable la valiosa labor emprendida por la única mujer que reinó tres veces en Castilla.
Autora: Blanca Navarro Gavilán para REVISTA HISTORIA.
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