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Trastorno afectivo estacional y 15 tratamientos
Es común que los cambios estacionales influyan en nuestro estado de ánimo y bienestar. Los ciclos de la naturaleza impactan nuestra vida cotidiana, y hay momentos del año donde esta conexión con los cambios estacionales puede ser más evidente.
Probablemente hayas escuchado hablar sobre la astenia primaveral en noticias o conversaciones. En estos periodos, algunas personas experimentan una disminución de su energía, sienten una tristeza inexplicada o tal vez prefieren la soledad a la compañía.
Para muchos, estas sensaciones son momentáneas y remiten a medida que avanza la temporada. Sin embargo, para otros, estos sentimientos pueden ser intensos y duraderos, llegando a influir de manera significativa en su vida diaria.
Si te identificas con esta descripción, podrías estar experimentando lo que se conoce como Trastorno Afectivo Estacional (TAE).
El «Trastorno Afectivo Estacional» (TAE) no es un diagnóstico independiente en el DSM-5, más bien una especificación del trastorno depresivo mayor o del trastorno bipolar. Esta especificación se conoce como «con patrón estacional».
El TAE es una categoría de depresión que emerge en relación con las transiciones estacionales. Curiosamente, aunque muchos lo asocian con los meses de otoño e invierno, hay personas que presentan síntomas en primavera o verano.
¿Cómo se manifiesta el Trastorno Afectivo Estacional?
Aunque cada persona es única y puede experimentar el Trastorno Afectivo Estacional de manera diferente, existen algunos síntomas comunes:
Sensación de tristeza o desánimo persistente.
Pérdida de interés en actividades que solían disfrutarse.
Cambios notables en el apetito.
Problemas para dormir o, por el contrario, desear dormir en exceso.
Sensación de fatiga o falta de energía.
Problemas de concentración.
El trastorno afectivo emocional de patrón invernal suele presentar síntomas como:
Aumento del sueño.
Aumento del apetito y, posiblemente, aumento de peso.
Tendencia al aislamiento.
Mientras que el TAE de patrón estival podría manifestarse como:
Insomnio.
Pérdida de apetito y posible pérdida de peso.
Sentimientos de ansiedad o agitación.
Irritabilidad o estallidos de ira.
¿Quiénes son más susceptibles al Trastorno Afectivo Estacional?
Se estima que millones de personas en todo el mundo experimentan el trastorno afectivo emocional en algún grado. Las investigaciones han encontrado que
las mujeres tienden a ser más propensas que los hombres
las personas que viven en latitudes más altas, con días más cortos durante el invierno,
quienes ya tienen antecedentes de trastornos mentales como depresión, trastorno bipolar
pueden ser más susceptibles.
¿Qué causa el Trastorno Afectivo Estacional?
Algunas teorías sugieren que puede deberse a un decremento de los niveles de serotonina, neurotransmisor vinculado al estado de ánimo, y que esta disminución puede estar influenciada por la falta de luz solar.
Otras teorías apuntan a un desequilibrio en la melatonina, que afecta nuestros patrones de sueño.
Abordaje y Tratamiento
Si sientes que estos síntomas te describen, conviene buscar orientación de un profesional. La intervención temprana puede hacer una gran diferencia en tu calidad de vida. Algunos tratamientos recomendados son:
Fototerapia: utiliza una caja de luz para simular la luz solar para contrarrestar la falta de luz natural durante los meses más oscuros.
Psicoterapia:
Anclaje: Por ejemplo, si alguien se siente particularmente feliz y empoderado durante un día soleado de verano, podría aprender a evocar esos sentimientos durante los meses más oscuros utilizando un ancla, como una pieza particular de música, un aroma o un gesto físico específico.
Cambiar el diálogo interno negativo asociado con el trastorno afectivo estacional, reemplazándolo por pensamientos positivos y constructivos.
Conciencia del presente explorando y expresando sus sentimientos y sensaciones actuales, para reconocer sus necesidades y deseos inmediatos.
Consideración positiva incondicional que puede ayudar a las personas con trastorno afectivo estacional a aceptar sus propios sentimientos y experiencias sin juicio.
Descubrir y movilizar los propios recursos internos de la persona para gestionar el trastorno afectivo estacional, decidiendo qué estrategias son auténticas y útiles para cada persona.
Empatía genuina con el Psicólogo Online, que se esfuerza por comprender profundamente y de manera no crítica las experiencias y sentimientos de la persona, lo que puede ayudar a las personas con trastorno afectivo estacional a sentirse validadas y comprendidas en su experiencia.
Experiencias somáticas en los cambios estacionales y qué sensaciones físicas están asociadas con sus síntomas.
Explorar cómo el trastorno afectivo estacional afecta la vida diaria de la persona y cómo se siente en el presente sobre su situación.
Identificar y reemplazar patrones de pensamiento negativos por otros más adaptativos y positivos.
Participar en un grupo terapéutico con personas que afrontan desafíos similares puede ofrecer apoyo y comprensión, aliviando el sentimiento de aislamiento.
Reconfigurar las creencias personales para apoyar mejor su bienestar.
Reconocimiento de patrones pensamiento y conducta que aparecen con el cambio de estaciones.
Reencuadre de la experiencia: Por ejemplo, en lugar de ver el invierno como un período de tristeza y aislamiento, se podría reencuadrar como una oportunidad para el recogimiento, la reflexión o dedicar tiempo a pasatiempos en interiores.
Responsabilidad personal animando a reconocer su poder y capacidad para tomar medidas que apoyen su bienestar, incluso en medio de los desafíos del trastorno.
Trabajo con polaridades explorando las partes de la propia persona que sienten la tristeza o apatía estacional en contraposición a las partes que desean sentirse empoderadas y alegres.
Fármacos: en algunos casos, los antidepresivos pueden ser una opción viable, porque actúan sobre los neurotransmisores cerebrales, potencialmente contrarrestando algunos de los desequilibrios químicos asociados con el trastorno afectivo estacional.
Vitaminoterapia: algunos estudios sugieren que la vitamina D podría ser beneficiosa, especialmente en lugares donde la exposición al sol es mínima durante ciertos meses.
Técnicas de relajación: la meditación y la respiración profunda pueden ayudar a aliviar algunos de los síntomas del trastorno afectivo estacional. Porque la conexión mente-cuerpo puede generar un sentido de calma y equilibrio.
Autocuidado:
Apoyo comunitario: Participar en actividades comunitarias o de voluntariado puede proporcionar un sentido de propósito y conexión. Ayudar a otros y sentirse parte de una comunidad puede ser un antídoto contra la sensación de aislamiento que puede acompañar al trastorno afectivo estacional.
Aprender algo nuevo: Sumergirte en una nueva actividad o hobby puede ser una excelente manera de desviar la atención de los síntomas del trastorno afectivo estacional. Ya sea aprender a pintar, tocar un instrumento musical, cocinar una nueva receta o tomar clases de baile, ocupar tu mente y cuerpo en actividades gratificantes puede ser increíblemente terapéutico.
Aromaterapia: Los aceites esenciales como la lavanda, el eucalipto y la bergamota tienen propiedades que pueden mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad. Difundir estos aceites en el hogar puede crear un ambiente relajante.
Comprensión y conciencia del entorno, porque juega un papel vital en cómo nos sentimos. Durante los meses oscuros y fríos, es esencial adaptar nuestro espacio para maximizar la luz y el calor.
Conecta con los demás hablando con amigos y familiares sobre cómo te sientes. El simple acto de compartir tus sentimientos puede ser terapéutico.
Decoración del hogar, porque incorporando colores cálidos y brillantes en el hogar puede elevar el estado de ánimo. Los colores como amarillos, naranjas y tonos tierra pueden crear una sensación de calidez y confort.
Establece un ambiente saludable y agradable en casa con buena iluminación, plantas o arte que te inspire.
Establecer límites: En un mundo dominado por la tecnología, es esencial establecer límites. Tomarte un tiempo lejos de las pantallas, especialmente antes de dormir, puede mejorar la calidad de tu sueño y reducir la sensación de sobrecarga informativa.
Exposición a la luz natural: una breve caminata o simplemente sentarse en un parque puede hacer una diferencia.
La actividad física regular puede ayudar a combatir los síntomas de la depresión y mejorar el estado de ánimo general.
Limita el alcohol y la cafeína porque pueden afectar el sueño y el estado de ánimo.
Mantén una rutina diaria puede ayudar a establecer un sentido de normalidad. Esto incluye despertarse, comer y dormir a las mismas horas todos los días.
Música y sonidos: Escuchar música que te eleva o sonidos relajantes de la naturaleza puede actuar como un bálsamo para el alma. La música tiene el poder de transportarnos, y los sonidos como el de la lluvia, el océano o los pájaros cantando pueden ser especialmente terapéuticos.
Plantas y naturaleza: Tener plantas en el hogar no sólo purifica el aire, sino que también introduce un elemento vital y relajante en el espacio. Estar en contacto con la naturaleza, incluso en pequeñas dosis, puede tener efectos beneficiosos en nuestra salud mental.
Post oiginal de Cristian Cherbit ; psicólogo online https://christiancherbit.com/
Cortesia de @MagneticoVital
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