#Sin afán ni olvido
Explore tagged Tumblr posts
wrenciso · 5 months ago
Text
Tumblr media
Historia vivida desde hace más de doscientos años en Concordia, la grande, y que repetirán, cada vez con mayor nostalgia e ignominia, los hijos y nietos de sus actuales habitantes, así como los de estos y aquellos.
¡Tal vez!
Novela de ficción social disponible en wrenciso.com
0 notes
elmundodeflor · 1 year ago
Text
No me queda nada, sólo el recuerdo.
Quizás, es por eso que dejo que la imaginación revolotee. Que mis manos te pinten, como si de un cuadro se tratara. 
Nunca pudimos sacarnos una foto. Plasmar, casi inmortal, todo lo tangible de aquello que no nos decíamos. Pero rebusco entre los cajones. Allí, en lo profundo del alma. Hago lugar, saco las cajas polvorientas. Y aunque las palabras no resbalan, ni salen a borbotones de entre las sombras, te encuentro.
Puedo sentirte, acá conmigo. Dicen que a veces la mente bloquea las memorias que aún desgarran para mitigar el dolor. Que nos engañamos, al menos por un ratito, para que los agujeros negros no nos consuman.
Yo nunca supe engañarme, Hanji. Creo que vos podés verlo más claro que nadie. Te reías de mi hablar crudo, y me susurrabas al oído, y limabas mis asperezas— tal vez, con el afán de hacerme parecer más suave. Hacerme pensar que este corazón viejo y cansado tenía un espacio pequeño dentro del tuyo.
No me arrepiento, igualmente. De las palabras que callamos, o de no tener fotos tuyas, o de nunca haber sido digno de tu amor. Las fotos envejecen, se destiñen bajo el arrullo del tiempo. Pero yo puedo moldearte bajo mis palmas, casi como si te conociera de memoria. Si cierro los ojos, puedo bordear tus recovecos, llenarte de color.
Es que eso eras, Hanji. Una explosión del color más vivo y vibrante. El brillo de los fuegos artificiales, el neón del atardecer. Eras tu melena alocada en el viento, encrespada como el vaivén de las olas. Los lunares que salpicaban tu barbilla; casi constelaciones lejanas, inconexas. 
A la noche, cuando las luces se apagan, tu imagen se me aparece de entre los rincones. Al principio dolía, un dolor tan demoledor que calaba hasta los huesos. Ahora, creo que duele menos. O que aprendí a vivir con el dolor. Como cuando aceptamos que la luna tiene cráteres, huecos, oscuridad incluso bajo la luz.
Quizás, es porque cuando te veo, te veo sonriendo. No hay rastros de guerra, ni de pérdida, ni de lo poco que nos quedó de humanidad. Vestís de blanco, con coronas de "no-me-olvides" en el pelo. El sol te acaricia, igual de suave que como yo hubiese querido hacerlo. Y me decís: "suficiente, Levi". "Ya pasó, Levi".
Y entonces te creo.
Me siento con vos, y permito que la eternidad flote entre nosotros. Te preparo un té con mis mejores hierbas, observo atento cómo el rubor te arde en la piel. Me digo que ya no importan; el dolor que demuele, los secretos bajo llave, las fotos arrugadas, o las que no pudimos conservar.
Si cierro los ojos, puedo delimitar tus facciones. Las líneas rectas de tu nariz, el arco de tus pestañas. Puedo inhalar el calor de tu cuerpo, hablarle a las estrellas.
Y hay semanas, o meses, en los que quisiera volver atrás, gritarte que no te vayas, que sin vos el mundo es una imagen en blanco y negro. Pero, ¿sabés, Hanji? Hoy, que puedo grabarte en acuarelas, entiendo que con eso me basta.
Por eso, te hago un lugar en mi mesa, y en todas las grietas del alma. Limpio la casa para recibirte, desempolvo las cajas. Ya no hago preguntas, aún convencido de que no tengo las respuestas. Dejo que tu voz cante, y entreteja en mil paisajes las maravillas que siempre supiste tararear. Te escucho, como un niño desbordado de ilusión. Y en mi alocado desvelo, te guardo conmigo; en cada parpadeo, en cada amanecer, en cada latido.
Porque estás ahí, todavía. Lo sé, Hanji. Un día, los velos del olvido van a llevarme a mí también. Las galaxias van a tragarme, como polvo de estrellas, y voy a tener todo el aire en el espacio para pensar en cada madrugada en la que fallé.
Pero no me arrepiento. De nada. Qué extraño, ¿no? Si pudiera, te juro, lo haría casi todo de nuevo, así tal cual fue. Las heridas que nos vendamos, el reír a carcajadas, haber sido cómplices en cada pedacito de vida. No lo cambiaría. Y menos aún, si es que pudieran asegurarme que voy a cruzarme con tu sonrisa otra vez. Como cuando me susurrabas al oído. Como cuando mis sueños te pintan.
Entonces me duermo, incluso estando despierto. Cierro los ojos, y mi mente me arrastra hasta ese lugar en donde todo está en pausa— un claro en el bosque, la casa que construimos. Me contás, como siempre, que Erwin está más tranquilo. Que mi mamá te adora. Que Eren y Sasha no paran de pelearse.
Y sonrío. De esas sonrisas que sólo vos podías arrancarme. El té se nos enfría, el sol se derrite tras la ventana. Pero estás ahí, Hanji. Estás ahí, aunque no pueda tocarte nunca más.
Me acuerdo, todavía, de esa vez en la que vimos la luna. Era primavera, y los chicos entrenaban cerca del arroyo. Te pregunté, por qué no brillaba igual que al caer la noche; “¿no debería brillar más ahora, con la luz del día?”, dije. Te relamiste los labios, como siempre que ibas a salpicarme con historias, y respondiste, claro y sencillo: “algunas cosas necesitan de oscuridad para ser descubiertas.”
¿Será por eso que te siento adentro mío, enlazada a cada exhalación? ¿Que nuestro escondite en el bosque es una rendija de cielo, donde nada quema ni lastima? ¿Será que me estoy escurriendo, y en mi afán obsesivo me aferro a tu amor? ¿Que en el vacío que dejaste, sólo hay espacio para sembrar estrellas?
Quizás haya perdido la cordura, Hanji. No lo sé. Pero empiezo a pensar que te transformaste en luna. En cuarto creciente. Con cráteres y todo. Que tu destello rasga hasta las penumbras más negras. Es un faro de esperanza que guía las mareas. “Suficiente, Levi”, repetís, casi como un arrullo de cuna, con tus manos en mi pelo y tu boca en la mía. Y entonces te aprieto, bien fuerte contra mi pecho. Y dejo que llenes las grietas, y las cajas, y que tiñas de color cada foto que no tenemos.
“Estoy bien, Levi”, me asegurás. “Vamos a volver a vernos.”
Y entonces, porque nunca supe hacer otra cosa, o porque ya no me queda nada, te creo.
25 notes · View notes
oh-deardeer · 6 months ago
Note
Sin afán de ofender pero, qué es un olvido emocional? Es que no entendí ese escrito jsjs
Hola, hola, no te preocupes je.☺️
Cuando escribí eso me refería en contexto a una ruptura. Bien, los recuerdos son básicamente cognitivos, no emocionales; nosotros atribuimos valor emocional a cada uno, por lo tanto cuando existe un desapego a tu expareja, los recuerdos , los momentos y todo eso, desaparece lo emocional, el recuerdo está, más no lo que te hacía sentir (por ejemplo el amor desaparece), entonces se dice que ha ocurrido un olvido emocional.
La verdad ni sé si me expliqué jajs.
6 notes · View notes
devcrack · 2 years ago
Text
Tal vez te estarás preguntando porque el repentino revés de mi comportamiento y mi predisposición hacia a ti, porque soy más directo y espero de lo usual, ya que en algún momento fui todo lo contrario y es que yo estaba perdido en ti yo te alaba a ti y ansiaba saber todo de ti explorar y aprender todo contigo, más sin embargo tan pronto supe todo de ti, deseé jamás haberlo sabido y hasta jamás haberte conocido. Tu eras la arcilla de la m��s alta calidad, una piedra preciosa y rara de gran valor, pero en tu afán de autodestruirte te diste al más barato y tonto alfarero te regalaste a los cerdos y al olvido de tu propia valía. Es sumamente lamentable que hayas sido de esa manera que no hayas medido tu valor porque créeme cuando te digo que tú eres antes de tus errores todo lo que yo siempre he querido tener lo que siempre he buscado en una compañera. En un principio me llene de coraje para combatir contra todos tus demonios y tus errores del pasado. El peso del valor de una mujer es mucho mayor al de un hombre, un hombre se asemeja con un animal que muchas de las veces se guía por instinto y por sus impulsos bajos como un animal por otro lado la mujer es mas como un premio al que nosotros las bestias debemos de aspirar en base a nuestro valor (el cual se define de muchas maneras pero muy simples a decir verdad). Darme cuenta que simplemente te aventaste como objeto o oveja al matadero a cuasi cualquiera y de manera tan constante me hace cuestionar y evaluar todo el tiempo mi situación contigo, no te tienes respeto ni consideración por ti misma tu misma te miras como poca cosa, te detestas a ti misma a cada momento y no creo que vayas a poder salir de ese círculo vicioso en el que haz estado desde que pudiste hacer contigo misma lo que quisiste.
Yo no estoy aquí para ayudar a alguien así, para hacer algo con alguien así. Cómo dije en un principio así lo intente más sin embargo el peso de todo eso es algo que cada día me aplasta y yo lucho mucho por qué no sea asi. Pero me he dado cuenta de que no vale la pena me duele mucho muchísimo porque tú bien sabes que Te Amo pero no lo suficiente para comer mierda. Yo sé que no voy a poder superar todas tus cuestiones pasadas y con el tiempo solo me doy cuenta que ni siquiera lo vale. Tu tu cultura me da mucha pena decirlo pero la encuentro aburrida simple y un tanto ajena a mi no hay un contrapeso entre lo que fuiste y eres ahora porque básicamente eres la misma persona solo que al lado mío y eso te intenta cambiar. Pero todo tiene un límite y mi paciencia se acaba la balanza no cambia de posición nada mejora si no es porque yo esté dispuesto hacer algo, todo este tiempo que he estado contigo así siempre ha sido, es bien triste ver cómo simplemente te mueves por la vida como un objeto que solo reacciona a menos que una fuerza externa la perturba y la hace moverse y cambiar mientras que de tu lado no se manifiesta nada desde adentro.
Desde que nos conocimos verdaderamente esto estuvo condenado porque tú haz estado en una campaña para destruir tu valor, año con año. Dime si no tienes algo tangible de valor para aportar y para ofrecer más que a ti misma pues cuida de ti misma, lo cual involucra cuerpo, mente y alma. Siendo objetivos tu solo traes una cara bonita mucha frustración, traumas que no haz trabajado, responsabilidades con problemas.
Quisiera hacer muchas cosas por ti, quisiera hacerte muy muy feliz y hacerte brillar y darte tranquilidad y plenitud.
Si te hago feliz es acosta de mi felicidad, si te hago brillar es con mi luz y se te brindo tranquilidad es al costó de mi tranquilidad y plenitud.
Eres genial y hermosa es solo que nunca te diste cuenta y ahora es tarde.
Yo ya me he cansado de darle muchas vueltas al porque de todo lo que ha pasado con tu vida, de intentar hablar con dios del porque las cosas sucedieron como sucedieron, de saber que no queda nada especial pero que pudo haber sido diferente, a estás alturas eso ya suena a una trivialidad en mi mente siempre y cuando no le preste atención y le de importancia a todo eso lo cual también significa no prestarte atención e importancia a tu persona.
10 notes · View notes
fortunetellersdilettante · 1 month ago
Text
Ven a mis labios, Dales la forma del amor, de bosques, del alto mar, de un grito, que aunque dure un instante sea mío. Dales su plenitud de ave, de llama, de canción, aunque en vaso se animen.
No te pido la eternidad, te pido el tiempo, el brote puro de la luz de un día, para decir que he sido la forma de un amor, para hundirme en tu nada. Imagina que el tiempo sólo es lo que amas: unas pocas palabras, unos seres exactos, unas horas muy lisas, una playa (quizá) donde el daño no acecha. Imagina la vida como no lo es ahora. No quiero decir como algo perfecto, sino un resplandor, cierto abril de muy lejos. Un tributo al azar, sin otro destino que el confín fugitivo de un eco sin rostro. Y después, cualquier cosa. Con qué precisión va la edad hilvanando el espino, y qué extraña urgencia de ir en pie hasta la ola. Celebrar lentamente, que aniquilé mi huella. Mi escritura de hombre. Mi certeza de surco. Ser la alta misión de lo que nunca concluye, como no cierra el mar su recado en la orilla. Pero no es estar quieto, la razón ni la meta. Sino un querer más pequeño, una conquista más clara. Ver la vida llegar de su noche, a tu noche, en un cuerpo ajeno. Pronunciar su silencio, abrazar su alambrada. Desear su vacío. Delirar sin camino, sin mapa, sin fuego hasta el tiempo sin tiempo, del país que no haremos.
Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la noche.
De esta ciudad de libros hizo dueños a unos ojos sin luz, que sólo pueden leer en las bibliotecas de los sueños los insensatos párrafos que ceden
las albas a su afán. En vano el día les prodiga sus libros infinitos, arduos como los arduos manuscritos que perecieron en Alejandría.
De hambre y de sed (narra una historia griega) muere un rey entre fuentes y jardines; yo fatigo sin rumbo los confines de esta alta y honda biblioteca ciega.
Enciclopedias, atlas, el Oriente y el Occidente, siglos, dinastías, símbolos, cosmos y cosmogonías brindan los muros, pero inútilmente.
Lento en mi sombra, la penumbra hueca exploro con el báculo indeciso, yo, que me figuraba el Paraíso bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra con la palabra azar, rige estas cosas; otro ya recibió en otras borrosas tardes los muchos libros y la sombra.
Al errar por las lentas galerías suelo sentir con vago horror sagrado que soy el otro, el muerto, que habrá dado los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema de un yo plural y de una sola sombra? ¿Qué importa la palabra que me nombra si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido mundo que se deforma y que se apaga en una pálida ceniza vaga que se parece al sueño y al olvido.
Cerrar podrá mis ojos la postrera Sombra que me llevare el blanco día, Y podrá desatar esta alma mía Hora, a su afán ansioso lisonjera;
Mas no de esotra parte en la ribera Dejará la memoria, en donde ardía: Nadar sabe mi llama el agua fría, Y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido, Venas, que humor a tanto fuego han dado, Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado; Serán ceniza, mas tendrá sentido; Polvo serán, mas polvo enamorado.
Alza, toro de España: levántate, despierta. Despiértate del todo, toro de negra espuma, que respiras la luz y rezumas la sombra, y concentras los mares bajo tu piel cerrada.
Despiértate.
Resopla tu poder, despliega tu esqueleto, enarbola tu frente con las rotundas hachas, con las dos herramientas de asustar a los astros, de amenazar al cielo con astas de tragedia.
Esgrímete.
Toro en la primavera más toro que otras veces, en España más toro, toro, que en otras partes. Más cálido que nunca, más volcánico, toro, que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.
Desencadénate.
Desencadena el raudo corazón que te orienta por las plazas de España, sobre su astral arena. A desollarte vivo vienen lobos y águilas que han envidiado siempre tu hermosura de pueblo.
Yérguete.
No te van a castrar: no dejarás que llegue hasta tus atributos de varón abundante esa mano felina que pretende arrancártelos de cuajo, impunemente: pataléalos, toro.
Víbrate.
Es como si quisieran arrancar la piel al sol, al torrente la espuma con uña y picotazo. No te van a castrar, poder tan masculino que fecundas la piedra; no te van a castrar.
Truénate.
No retrocede el toro: no da un paso hacia atrás si no es para escarbar sangre y furia en la arena, unir todas sus fuerzas, y desde las pezuñas abalanzarse luego con decisión de rayo.
Abalánzate.
Partido en dos pedazos, este toro de siglos, este toro que dentro de nosotros habita: partido en dos mitades, con una mataría y con la otra mitad moriría luchando.
Atorbellínate.
Despierta, toro: esgrime, desencadena, víbrate. Levanta, toro: truena, toro, abalánzate. Atorbellínate, toro: revuélvete. Sálvate, denso toro de emoción y de España.
Sálvate.
Confianza en el anteojo, no en el ojo; en la escalera, nunca en el peldaño; en el ala, no en el ave y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.
Confianza en la maldad, no en el malvado; en el vaso, mas nunca en el licor; en el cadáver, no en el hombre y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.
Confianza en muchos, pero ya no en uno; en el cauce, jamás en la corriente; en los calzones, no en las piernas y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.
Confianza en la ventana, no en la puerta; en la madre, mas no en los nueve meses; en el destino, no en el dado de oro, y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo. Más allá de los símbolos, más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios, más allá de la aberración del gramático que ve en la historia del hidalgo que soñaba ser don Quijote y al fin lo fue, no una amistad y una alegría sino un herbario de arcaísmos y un refranero, estás, España silenciosa, en nosotros. España del bisonte, que moriría por el hierro o el rifle, en las praderas del ocaso, en Montana, España donde Ulises descendió a la Casa de Hades, España del íbero, del celta, del cartaginés, y de Roma, España de los duros visigodos, de estirpe escandinava, que deletrearon y olvidaron la escritura de Ulfilas, pastor de pueblos, España del Islam, de la cábala y de la Noche Oscura del Alma, España de los inquisidores, que padecieron el destino de ser verdugos y hubieran podido ser mártires, España de la larga aventura que descifró los mares y redujo crueles imperios y que prosigue aquí, en Buenos Aires, en este atardecer del mes de julio de 1964, España de la otra guitarra, la desgarrada, no la humilde, la nuestra, España de los patios, España de la piedra piadosa de catedrales y santuarios, España de la hombría de bien y de la caudalosa amistad, España del inútil coraje, podemos profesar otros amores, podemos olvidarte como olvidamos nuestro propio pasado, porque inseparablemente estás en nosotros, en los íntimos hábitos de la sangre, en los Acevedo y los Suárez de mi linaje, España, madre de ríos y de espadas y de multiplicadas generaciones, incesante y fatal.
Transido, salomónico, decente, ululaba; compuesto, caviloso, cadavérico, perjuro, iba, tornaba, respondía; osaba, fatídico, escarlata, irresistible.
En sociedad, en vidrio, en polvo, en hulla, marchóse; vaciló, en hablando en oro; fulguró, volteó, en acatamiento; en terciopelo, en llanto, replegóse.
¿Recordar? ¿Insistir? ¿Ir? ¿Perdonar? Ceñudo, acabaría recostado, áspero, atónito, mural; meditaba estamparse, confundirse, fenecer.
Inatacablemente, impunemente, Negramente, husmeará, comprenderá; vestiráse oralmente; inciertamente irá, acobardaráse, olvidará.
En mi cincuenta aniversario, solo o mientras se oía el piano de Thelonius Monk mojado por la lluvia, tuve dolor costal y fuertes calenturas, coloqué como pude un pétalo en el ojo izquierdo, saqué brillo al derecho y fuerzas de miseria y en posición marcial saludé a las modestas señales del futuro.
Vestido de blanco. Vestido de blanco estoy ante los ojos de quien me ama y de quien no me ama, poso en fin ante nadie o ante la nada o ante la pupila transparente que nunca veo y que me ve.
¿Posaré así sin fin ante la muerte?
Las flores de la acacia amarillean pronto en los montes lejanos de la niñez. ¿Estoy vestido así para morir?
Una gran onda larga en la fotografía que el tiempo ha demudado cae sobre mi frente, pálida la frente, artificial la onda, digo, si artificial pudiera ser lo hecho con amor.
Y te oigo, madre, raíz de tanto, llegar del otro lado de la noche.
Tú me tiendes la rama dorada.
Pongo mi pie desnudo en el umbral. La España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y de alma quieta, ha de tener su mármol y su día, su infalible mañana y su poeta. El vano ayer engendrará un mañana vacío y por ventura pasajero. Será un joven lechuzo y tarambana, un sayón con hechuras de bolero, a la moda de Francia realista, un poco al uso de París pagano, y al estilo de España especialista en el vicio al alcance de la mano. Esa España inferior que ora y bosteza, vieja y tahúr, zaragatera y triste; esa España inferior que ora y embiste, cuando se digna usar de la cabeza, aún tendrá luengo parto de varones amantes de sagradas tradiciones y de sagradas formas y maneras; florecerán las barbas apostólicas, y otras calvas en otras calaveras brillarán, venerables y católicas. El vano ayer engendrará un mañana vacío y ¡por ventura! pasajero, la sombra de un lechuzo tarambana, de un sayón con hechuras de bolero; el vacuo ayer dará un mañana huero. Como la náusea de un borracho ahíto de vino malo, un rojo sol corona de heces turbias las cumbres de granito; hay un mañana estomagante escrito en la tarde pragmática y dulzona. Mas otra España nace, la España del cincel y de la maza, con esa eterna juventud que se hace del pasado macizo de la raza. Una España implacable y redentora, España que alborea con un hacha en la mano vengadora, España de la rabia y de la idea. No creo en vos mordaza pero voy a decirte por qué no creo ya ves ahora no digo no hoy ni ay y sin embargo igual destapo el verbo respiro el grito y armo la blasfemia pienso luego insisto hago inventario de tu alegre pálpito de la miseria de tu crueldad sin muchas ilusiones de tu ira lustrada de tu miedo porque mordaza vos sos muchísimo más que un trapo sucio sos la mano tembleque que te ayuda sos el dueño flamante de esa mano y hasta el dueño canalla de tu dueño porque mordaza sos muchísimo más que un trapo sucio con gusto a boca libre y a puteada sos la ley malviviente del sistema sos la flor bienmuriente de la infamia pienso luego insisto a tu custodia quedan mis labios apretados quedan mis incisivos colmillos y molares queda mi lengua queda mi discurso pero no queda en cambio mi garganta en mi garganta empiezo por lo pronto a ser libre a veces trago la saliva amarga pero no trago mi rencor sagrado mordaza bárbara mordaza ingenua crees que no voy a hablar pero sí hablo solamente con ser y con estar pienso luego insisto qué me importa callar si hablamos todos por todas partes las paredes y por todos los signos qué me importa callar si ya sabés oscura qué me importa callar si ya sabés mordaza lo que voy a decirte porquería.
No creo en vos mordaza pero voy a decirte por qué no creo ya ves ahora no digo no hoy ni ay y sin embargo igual destapo el verbo respiro el grito y armo la blasfemia pienso luego insisto hago inventario de tu alegre pálpito de la miseria de tu crueldad sin muchas ilusiones de tu ira lustrada de tu miedo porque mordaza vos sos muchísimo más que un trapo sucio sos la mano tembleque que te ayuda sos el dueño flamante de esa mano y hasta el dueño canalla de tu dueño porque mordaza sos muchísimo más que un trapo sucio con gusto a boca libre y a puteada sos la ley malviviente del sistema sos la flor bienmuriente de la infamia pienso luego insisto a tu custodia quedan mis labios apretados quedan mis incisivos colmillos y molares queda mi lengua queda mi discurso pero no queda en cambio mi garganta en mi garganta empiezo por lo pronto a ser libre a veces trago la saliva amarga pero no trago mi rencor sagrado mordaza bárbara mordaza ingenua crees que no voy a hablar pero sí hablo solamente con ser y con estar pienso luego insisto qué me importa callar si hablamos todos por todas partes las paredes y por todos los signos qué me importa callar si ya sabés oscura qué me importa callar si ya sabés mordaza lo que voy a decirte porquería. La meta es el olvido. Yo he llegado antes. El espacio sin tiempo. La luna es del color de la arena. Ahora, precisamente ahora, mueren los hombres del Metauro y de Tannenberg. ¿En qué ayer, en qué patios de Cartago, cae también la lluvia? El tiempo juega un ajedrez sin piezas en el patio. El crujido de una rama rasga la noche. Fuera la llanura leguas de polvo y sueño desparrama. Sombras los dos, copiamos lo que dictan otras sombras: Heráclito y Gautama.
Ascendente marea creciendo en lenta fiebre los amantes se buscan y enlazan dulcemente, como árboles que avanzan, cumpliendo su destino de incendiada epidermis. De pie son dos espadas que luchan tercamente por distraer la muerte, tendidos son dos ríos fluyendo hacia el instante que anula la sellada consigna del olvido.
Y si el mundo, impaciente, se sale de sus goznes, estalla o se disuelve, los amantes lo ignoran, apenas necesitan el canto de su sangre, su vida recobrada en húmedas batallas y las pequeñas muertes en cada despedida.
Estás alicaído, estás dudando, no te alcanzan las pruebas ni las preces, cada Dónde te ofusca, y cada Cuándo
Recorres el confort, las estrecheces que quedaron atrás y es razonable que reclames la vida que mereces,
las ventanas en paz, el techo estable. Pero yo, te confieso, prefería (¿cómo querés hermano, que te hable?)
cuando tu vieja angustia estaba al día con la angustia del mundo, cuando todos éramos parte en tu melancolía.
Sé qué polvos trajeron estos lodos pero saberlo no es la mejor suerte. Inventaré quién sos. De todos modos,
inventarte es mi forma de creerte Voy por tu cuerpo con la avidez gozosa de un lobo que demarca su nuevo territorio, preciso tu latido, tu miel, tu levadura, el tacto que me brinda paraísos contrarios. -Tu piel, con su fragancia de tierra lloviznada, transpira como un niño que juega entre la niebla-. Con manos como olas, con labios como insectos, con el abrasado viento de mínimas palabras me aferroa tus costados, deambulo por tu cuerpo, convoco en tus fronteras el solapado fuego. Y, así, de toque a beso, de humedad a silencio te creces en ternura, te viertes en codicia, aprendo de tus manos mi resplandor más hondo, y bebo en tu saliva mis sales y mi aroma. Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído. No habré sido un filólogo, no habré inquirido las declinaciones, los modos, la laboriosa mutación de las letras la de que se endurece en te, la equivalencia de la ge y de la ka, pero a lo largo de mis años he profesado la pasión del lenguaje. Mis noches están llenas de Virgilio; haber sabido y haber olvidado el latín es una posesión, porque el olvido es una de las formas de la memoria, su vago sótano, la otra cara secreta de la moneda. Cuando en mis ojos se borraron las vanas apariencias queridas, los rostros y la página, me di al estudio del lenguaje de hierro que usaron mis mayores para cantar espadas y soledades, y ahora, a través de siete siglos, desde la Última Thule, tu voz me llega, Snorri Sturluson. El joven, ante el libro, se impone una disciplina precisa y lo hace en pos de un conocimiento preciso; a mis años, toda empresa es una aventura que linda con la noche. No acabaré de descifrar las antiguas lenguas del Norte, no hundiré las manos ansiosas en el oro de Sigurd; la tarea que emprendo es ilimitada y ha de acompañarme hasta el fin, no menos misteriosa que el universo y que yo, el aprendiz.
A qué vienes ahora, juventud, encanto descarado de la vida? ¿Qué te trae a la playa? Estábamos tranquilos los mayores y tú vienes a herirnos, reviviendo los más temibles sueños imposibles, tú vienes para hurgarnos las imaginaciones.
De las ondas surgida, toda brillos, fulgor, sensación pura y ondulaciones de animal latente, hacia la orilla avanzas con sonrosados pechos diminutos, con nalgas maliciosas lo mismo que sonrisas, oh diosa esbelta de tobillos gruesos, y con la insinuación (tan propiamente tuya) del vientre dando paso al nacimiento de los muslos: belleza delicada, precisa e indecisa, donde posar la frente derramando lágrimas.
Y te vemos llegar -figuración de un fabuloso espacio ribereño con toros, caracolas y delfines, sobre la arena blanda, entre la mar y el cielo, aún trémula de gotas, deslumbrada de sol y sonriendo.
Nos anuncias el reino de la vida, el sueño de otra vida, más intensa y más libre, sin deseo enconado como un remordimiento -sin deseo de ti, sofisticada bestezuela infantil, en quien coinciden la directa belleza de la starlet y la graciosa timidez del príncipe.
Aunque de pronto frunzas la frente que atormenta un pensamiento conmovedor y obtuso, y volviendo hacia el mar tu rostro donde brilla entre mojadas mechas rubias la expresión melancólica de Antínoos, oh bella indiferente, por la playa camines como si no supieses que te siguen los hombres y los perros, los dioses y los ángeles, y los arcángeles, los tronos, las abominaciones... Berlín mi capital destartalada. Tú mi amante, aristócrata sublime, tú la del pan pringao, la de los ojos hondos y las medias negras con sensacionales agujeros. Costras de tiempo se agrietan en las calles Públicamente desiertas. El cielo de Berlín cuesta, amor mío tanto trabajo cuando reposan las gaviotas y tú faltas.
He regresado a casa llevándote en los labios asediado en mi gozo por tus dedos de nata
He regresado a casa con tu calma en los brazos atropellándome algo en las lindes del pecho
Herido por la lluvia he regresado a casa he perdido mi sangre y he ganado la tuya
He regresado a casa con acrobacia fácil atónito del largo azar de tu caricia
He regresado a casa con tu cuerpo en los dedos me he cortado los brazos y tu cuerpo persiste afirmando en el tacto su trabazón de dicha Qué dulce riesgo ser ladrón de tu cintura
He regresado a casa en este país cálcico donde en los huesos crecen delgadas llamas negras
He regresado a casa y me he echado en la cama con un alba asesina que me roba los párpados
He regresado a casa sin regresar ausente y hasta el oxígeno dice la magia de tu risa
He regresado a casa desnudo por el aire Es más frágil el pecho que el hálito que alberga He nacido esta noche del collar de tu abrazo. Estic cansat de tu, domini fosc i tempestat de flama. M'exaltaré damunt els horitzons i trauré les banderes al desert de la darrera cavalcada. Reina d'aquestes hores, ara véns tota brillant, armada. Inútil desesper del vespre! L'alba s'acosta ja amb l'espasa, i l'ardor temerari que m'encén allunya les estrelles.
En tu cuerpo, escrito: la infancia como una enorme sala húmeda hospitales donde trasplantan cicatrices una temible aguja que se abreva en tu piel terror a cruzar puentes sobre las autopistas diez años de indagación sobre el suicidio desamor golpes y la más extrema clandestinidad del llanto.
El cuerpo del deseo es el del sufrimiento. Ahora yo también escribo en él con esperma y con besos, arrastrando las sílabas.
Francamente: eres tan hermosa que todas las mujeres son hermosas. Nace mi lengua en tu boca de tabaco tibio. Pero esto te lo diré de otra manera: no hay más derrota que el morir, la muerte de un solo trago o a sorbos. Y hasta entonces sigue tu música y la lucha sigue. Se pierde el tiempo, las sedosas sombras Que ruedan entre esferas de esmeralda Hacia la muerte. Frente al otoño Respiro como un ángel, escucho el silbido De las flores vivas, veo grandes cielos, Y corrientes frías de olvidados rostros Pasan por mi frente. Yo sé bien, Corazón mío, gorgona púrpura y girante, Cómo es de oscura tu sonrisa y cómo se agita Tu corona de gusanos en la sombra. Rey vulnerado Por las detonaciones lilas del otoño, Heme aquí, transido ante los fuegos estelares, Mirando cómo arden en una azul columna, Agreste y solitaria, mi corazón, los árboles y el viento.
Para cruzarlo o para no cruzarlo  ahí está el puente
en la otra orilla alguien me espera  con un durazno y un país 
traigo conmigo ofrendas desusadas entre ellas un paraguas de ombligo de madera  un libro con los pánicos en blanco y una guitarra que no sé abrazar
vengo con las mejillas del insomnio los pañuelos del mar y de las paces  las tímidas pancartas del dolor las liturgias del beso y de la sombra 
nunca he traído tantas cosas nunca he venido con tan poco
ahí está el puente para cruzarlo o no cruzarlo  yo lo voy a cruzar sin prevenciones
en la otra orilla alguien me espera con un durazno y un país 
0 notes
levestropiezos · 11 months ago
Text
Not ready yet
Aún no sé cómo dejar de pensar en ti, ni en esta cagada manera en la que elegiste que todo termine.
Ahora estoy yo aquí, solo, y tú allá, ya envuelta en otra relación. Así, sin dudarlo. Como si lo nuestro hubiera sido tan pavoroso que había que alejarse lo más rápido posible de ello.
No me puedo quitar de la cabeza que no ha sido tanto mi culpa como lo quisiste poner.
No fui malo contigo. Tal vez no nos entendimos, pero nunca fui malo contigo. Te di todo, todo mi corazón, todo lo que tenía, todo. Y no fue suficiente para ti, que, tras cinco años en los que tuve toda la paciencia del mundo intentando pasar más allá de tus dudas y ansiedades, solo decidiste que no querías poner el hombro para repararnos.
Sé que es bastante de ego dolido, pero al final me dejaste solo, y eso no será fácil de olvidar. Nada de lo que hice por ti, ninguna de las muestras de cariño y compromiso que te mostré fueron suficientes, porque no eran las que tú querías. Esas que tú querías eran las que a mi no me salían por naturaleza, pero que de alguna manera mística debí adivinar para que no te alejaras pues tú nunca, nunca, nunca fuiste clara.
Quiero que me dejes de doler, quiero ese proverbial olvido, que no hubieras existido nunca porque siento que todo lo nuestro fue una mentira. Y me resuenan las palabras de tu ex, que, cuando la dejaste y empezaste a salir conmigo, me dijo que tú no me querías, que la verdad era que yo, como ella, solamente era algo temporal que tú ibas a hacer por un tiempo hasta que encuentres otra cosa que te interese más.
¿Sabes por qué me acuerdo de esto? Porque ese mismo día fue la primera vez que me dijiste que me amabas. Un año casi había pasado ya de que habíamos empezado a salir. Y yo tuve paciencia para todo, para tu inseguridad de presentarme a tu familia, para la falta de muestras de afecto en las redes sociales, para tu duda cuando discutimos sobre si pensábamos en tener hijos o no. Al día siguiente de cada una de tus inseguridades, yo estuve allí contigo.
Tú solamente te fuiste, sin miramientos ni explicaciones.
Cuando lo decidiste, no me lo dijiste. Me repetías que no sabías nada pero te resistías a mis intentos por resolver. Hasta que, en mi afán de comprender lo que pasaba, articulé verbalmente lo que entendía de todo lo que sentía en ese momento y te pregunté si lo que querías era que ya no sigamos. Esa tarde, un tímido pero fulminante “supongo que sí” me dejó en la primera soledad.
La segunda soledad vino cuando, en vez de ser consecuente con tus argumentos y resolverte, que fue lo que me dijiste que harías, te liaste con alguien más. Y venir a enterarme de que así era porque le dedicaste poemas de amor en Instagram como nunca lo hiciste conmigo, así ya lo hayas borrado, fue un golpe tan inesperado como frustrante.
Miro nuestra historia y pienso que, al final de todo, tal vez tú nunca pensaste tanto en mi como yo en ti. Y eso me hace sentir ya no una, o dos, sino tres veces solo.
Y todavía no sé qué hacer con eso.
Y encima tuviste la concha de decirme que “deseabas que esté bien”, cuando en ningún momento después de la ruptura me preguntaste nada de mi vida ni de cómo me iba. Solo pretendiste exculparte repitiendo unas disculpas que es obvio que solo las dijiste para tú poder dormir más tranquila pero que eran tan vacías que eran difícil de creer. Aunque dudo que, por más entusiasmada que hayas estado con tu nueva persona, no te haya comido la cabeza el sentir que algo no has hecho bien.
Pero ese ya no debería ser mi problema.
Solo quiero que la cicatrización se apresure. Que la llaga que me quedó ya no siga abierta y así no sentirme como si perdiese sangre todos los días.
Y apresurarme a iniciar el siguiente capítulo, que tendrá que ser más intenso, más involucrado, y más arriesgado, solamente para demostrarme, solamente a mí, que tu egoísmo no me pudo romper.
Duele saber que te di todo, como nunca a nadie. Duele saber que no quisiste poner de tu parte para arreglarnos. Duele darme cuenta que hace tiempo ya que me venías dejando solo.
Pero sobre todo, duele saber que todo te importó una mierda.
0 notes
rheevu · 4 months ago
Text
Tumblr media
no se inmuta ante la pregunta, pero se demora en responderla. quizás porque no tiene nada que contestar y prefiere que se quede de ese modo, con las palabras vacías bailoteando solo en su cabeza. " no tengo por qué ser sincero con alguien que está mintiendo" responde tranquilamente mientras tontea con un cigarrillo en sus labios, dejando en claro de ese modo que no obtendrá esa pieza de información de su parte. algo le dice que a dominika tampoco le importa en realidad —y si se equivoca, no tiene ganas de darle el beneficio de la duda. " no es un juego" le corrige entonces, desviando la mirada y dando una nueva calada que retiene en sus pulmones. ojos tan negros como dos abismos se posan sobre el otro, y el fantasma de una sonrisa emerge apenas, delineando sus labios. " me lo tomo muy en serio" a fin de cuentas, era como ser un espectador silencioso, o el investigador que observa a sus sujetos de prueba desenvolviéndose para luego recabar los resultados. mirando todo a través de un microscopio invisible, no había forma que este entretenido pasatiempo de leer a la gente pudiese considerarse un simple juego.
" qué, ¿te agrado entonces? estoy conmovido" emula en un tono que para nada evidencia el sentimiento, casi como si se tratase de una burla. " no sé, tengo dos hipótesis" sintetiza entonces, y el humo escapa de su boca entreabierta perdiéndose en un halo blanquecino. " eres el el gato de schrödinger. puedes estar vivo o muerto, al menos hasta que alguien abra la caja y observe cual es la respuesta verdadera" entonces avanza hasta el otro, se inclina ante él, y toma una nueva bocanada. " perdido en la miseria o con esperanzas de salvación, la posibilidad depende de si abres y miras dentro para ver cual es la respuesta de esa paradoja tuya " ahí, una sonrisa burlona apareció en sus facciones, derramando la exhalación embriagada de nicotina justo sobre la cara del otro. " pero debes ser tú. yo no soy el que tiene que abrirla. ni nadie, ga-ti-to "
sosteniendo el cilindro entre sus manos, tuvo que bufar cuando volvió a oírle. la emoción que dominika despertaba dentro de si no tenía nombre, pero si tuviese que relacionarlo a algo, quizás sería la desidia. " para tirarte al olvido tendrías que importarme primero, y no me importas" reconoce tranquilamente, en un gesto más que sereno. " solo me causas curiosidad, lo que es distinto a un interés genuino" deja en claro eso para que no existiesen confusiones, sobretodo porque la comunicación era un arma que debía usarse de forma eficiente de vez en cuando. solo que él fallaba en ocuparla en ocasiones. " ¿sí? pareces muy convencido, así que no tiene sentido que te diga lo contrario" y podía sonar condescendiente de su parte, pero no tiene afán de corregirse.
" habla por ti mismo. darlo todo requiere demasiado esfuerzo y es un trato inconveniente " ahí, parpadea tranquilamente. " ya te dije que somos compañeros. trabajamos codo a codo, y estamos en una relación de mutuo beneficio " cuando llegase el momento, se llevaría su alma en compensación de todas las que ya le había regalado para que estuviese satisfecha y le permitiese llegar a donde estaba. despejar sus misterios era una de las cosas a las que se aferraba a fin de cuentas, y podía renunciar a lo que fuese con tal de alcanzarla.
agotado con la plática, termina volviendo a mirar al otro, el desinterés derramándose de sus ojos. de ese modo, avanza un par de pasos.
" toda tu perorata y esa historia tuya es demasiado abstracta para mi gusto, dominika. me aburren las cosas que no tienen fundamento alguno, pero seguro a un fan de la literatura gótica le hubiese encantado escucharte " ahí se inclina de nuevo, y sacándose el cigarrillo, lo apaga justo frente al otro, la colilla presionándose sobre la mesa hasta dejar un punto negro sobre este, cerca de su mano. " si quieres inventarte historias donde esperas tu final como un triste idiota te aconsejo que se las cuentes a un terapeuta " le dice sin pelos en la lengua, " de lo contrario, mejor dedícate a auto compadecerte en silencio "
Tumblr media
‘feliz’ repitió con una pequeña sonrisa formándose en sus labios ‘diría tranquilo, en paz, ¿qué sería feliz para ti?’ una sensación demasiado lejana que no lograba definir con facilidad, diría que también era incapaz de identificar y mucho menos replicar. lo de solitario lo ignoró, no encontraba gran problema en aquella cualidad con la que había convivido casi toda su vida y le resultaba cómoda. ‘no parecías de los tipos que fácil juzgan’ y se inclinó en su asiento hacia atrás, mirándole ‘¿es ese tu solitario juego?’ el emitir juicios en voz alta con la espera de obtener una reacción de los opuestos. 
‘más digerible es visualizarte demasiado abajo, yuri, ya eres lo suficientemente digerible para mi. ¿desde cuando te miras de esa forma?’ y aprovecha para dejar escapar la sorna, a la par que abandona la cómoda postura que había adquirido instantes atrás. codos se apoyan sobre la mesa de piedra, uniendo sus manos y dejando que su mentón descanse sobre ellas, dejando escapar un pequeño suspiro de sus labios ‘solo me gustaba como te quedaba’ 
‘¿y qué has descubierto en tu pequeña investigación? ¿tiene mi miseria rehabilitación o es un caso perdido?’ y si pudiese anunciar algo nuevo, le sorprendería, era evidente que la misma ya no le abandonaría. lo perseguiría hasta el final de su misión y se había acostumbrado a abarazarla cuando se presentaba de aquella manera ‘te aburrirás tarde o temprano y terminarás tirándome al olvido, yuri’ predijo lo evidente con tal naturalidad ‘pero aprovecharé que has puesto tus ojos sobre mi para poner los míos sobre ti, verás me han dicho que peco de curioso…’ y recientemente de entrometido ‘… y puedo ver que tienes mucho por contar’ con palabras, acciones o reacciones. las historias tenían su propia forma de contarse y dominika era un experto leyendo cada una de ellas. 
‘no es lo mismo darle la mano a darle toda tu voluntad’ replicó sin embargo, aunque comprend��a intención encubierta en aquella oración. al igual que él, yuri no pondría peros a su partida ni se aferraría a una vida que ya no tenía ‘seguro tu sobrevivirías en esta historia. ¿no es eso bueno?’
35 notes · View notes
aullandoenlasoledad · 2 years ago
Text
Carta al amor que perdimos.
Me gustaría iniciar esta carta diciéndote que ya no pienso en ti, que no te extraño cada que estoy riendo con otras personas o cuando algo bueno o malo ocurre, quisiera decirte que entiendo perfectamente las razones por las que no estamos juntos, que cuando sueño contigo durante la noche en la mañana ya no me levanto a buscar un mensaje tuyo que nunca llegará, me gustaría decirte que he Sido capaz de salir con alguien más, que es excelente y soy muy feliz, pero decir todo esto es una gran y patética mentira (al igual que mis fotos súper sonriente dónde solo espero que no se note en mis ojos cuánto te extraño).
Si, te extraño todos los días de mi vida, sí, aún sueño contigo prácticamente cada noche, sigo levantándome esperando un mensaje en el que por fin hayas dejado de sentir con la razón y hayas decidido escuchar al corazón, aún me pregunto que pasó, por qué todo se desencadenó de este terrible modo, porque tuve que actuar de tal manera que yo misma termine destrozando mis ilusiones y sentimientos, y porque no quisiste luchar un poco por nosotros, ese día en la plaza donde hablamos para ser amigos normal, yo solo quería decir que esto es absurdo que quería estar contigo quería decirte QUÉDATE, pero fui muy cobarde para hacerlo, temía a tu rechazo, porque me dijiste que no me querías del mismo modo que yo a ti, y solo podía cuestionarme si todo fue una mentira, pero luego de la última noche que compartimos, solo he llegado a la conclusión de que o eres un fantástico actor o sientes miedo, porque en la forma que me miras, cómo me abrazas, cómo buscas protegerme, (inclusive de mi misma) dudo que sea fingido, pero en tus brazos me he sentido tan segura, que nunca quisiera irme de allí, pero aquí estamos, sin el otro, solo me queda abrazarme a los recuerdos de una relación tan rápida y efímera como una estrella fugaz.
Por eso te decía que tenía miedo, porque todo ardía tan rápido y tan maravilloso que sentía que esa llama se extinguiría en cualquier momento, porque claro, siempre he creído que no merezco ser querida y todo era tan maravilloso que sentía que en cualquier momento se iría de mis manos, ya que por supuesto, ¿porqué alguien como yo merecería tal felicidad?, tal sincronicidad, y por supuesto, tenía que arruinarlo para así sustentar mi auto sabotaje, te extraño, y te juro que quisiera ya no sentir nada por ti o por nada, quisiera que deje de doler cuando recuerdo y respiro, dicen que el corazón como órgano no duele cuando se "rompe" pero puedo asegurarte que cada que me acuerdo de lo feliz y segura que me sentí contigo siento una pequeña presión en el pecho, y solo puedo pensar en por qué, porqué deje que entrarás en mi vida, porqué deje que te fueras de ella, porqué sigo sintiendo tantas cosas por tí si solo duró mes y medio y ya tengo 4 meses extrañándote, te he extrañado más, que las oportunidades que tuve de abrazarte, quisiera contarte que no he vuelto a tener ataques de pánico, que no me autolesiono, ni siquiera quiero beber, (no olvido lo que dijiste esa noche, de que cuando algo sale mal quiero beber o drogarme, te juro que fue un golpe tan bajo que cuando bebo me dan náuseas lo que bebo) quisiera contarte que en mi afán de matar todo lo que siento solo me he encerrado en mi rutina, y en el fondo temo que está construcción falsa me explote en la cara, no me he vuelto dejar llevar por mi parte límite, entendí que a nadie le agrada alguien que pierde el control, y que tal vez si volviese a ser "perfecta" pueda ser más agradable para los demás, nunca he Sido de que me importe lo que piensan de mi, (renuncie a esa presión hace mucho) pero, estoy cansada de que ningún vínculo que intente construir se mantenga, así que si, ya que te extraño tanto y no puedo hacer nada para que te quedes, solo intento vivir de una manera funcional para que nadie más se vaya de mi vida porqué soy demasiado caos.
1 note · View note
wrenciso · 6 months ago
Text
Cipriano afán no tenía, tampoco olvido. Lo movía el desquite, lo caracterizaba su frialdad pasmosa en todo lo que pensaba, hacía y decía. Novela de ficción social, US$3.50, formato Kindle.
Vitrina del libro wrenciso.com.
Tumblr media
0 notes
demencia-literaria · 2 years ago
Text
Porque las palabras hacen cosas.
Me empastille para avanzar un poco más adormecida en el camino de infierno por el que transito desde que nací con esta cabeza humana, consciente y pesada que pesa cada vez más cuando piensa. Y piensa todo el tiempo, a cada instante, a cada momento, cada segundo microscópico de tiempo si es que el tiempo puede verse con microscopio.
Estoy cansada...
Estoy cansada...
El cuello que me dieron no esta hecho para soportar tanto peso, pero para descargar unos gramos tendría que volver a nacer y olvidar. Y el olvido es sinónimo de pecado, de muerte, de repetición de masacre tras masacre, de que no hemos aprendido nada en tantos años de pensar, tener consciencia y recordar.
Estoy cansada...
Frustrada...
Tengo algunos huecos en la memoria, de momentos tan oscuros que no soy capaz de reponer ni aunque me alumbre la luz entera del sol. Omitir también es mentir, pero mi mente mentirosa no está mintiendo, al menos esta vez, por propia elección. A veces omite, detalles, horas, momentos exactos, porque recordar todo es demasiado agotador, y es demasiada sal para tantas heridas pululantes, abiertas, sangrantes...
Estoy frustrada...
Estancada...
Mis manos inútiles no ayudan a sostener esta cabeza pesada, son débiles y están heridas de tanto intentar arrastrarnos hacia adelante por el afán de avanzar o de, al menos, movernos de este lugar en alguna dirección. Los brazos sin músculos no funcionan tampoco. "Son tan flacos que parecen fideos" decía mi tía, y tenía razón.
Estoy cansada de estar frustrada...
Mis piernas ya no son capaces de mantenerse firmes porque el equilibrio te falla cuando lo de arriba pesa excesivamente más que lo de abajo. Han quedado inválidas porque, lastimosamente, uno no puede pensar con los pies, y el camino, que te lleva a algún lugar diferente que es la meta aunque no sepa por qué, ya no puede recorrerse sin pies, ni manos, ni piernas, ni brazos.
Estoy frustrada porque estoy estancada...
Lo único que me queda son las palabras, y ellas van a tener que hacerme de motor, de silla de ruedas, de estante, de vagón, de cofre de tesoro. Mis palabras, siempre instantáneamente obscenas, corruptas, ajenas y lejanas a la fantasía. Ellas, que pueden andar sin problemas, porque a diferencia de mi, no tienen cabeza pesada, ni piernas y cuellos inútiles, ni manos heridas ni brazos-fideos, y tienen en cambio alas y ruedas y cuerpos multiformes que pueden hacer todo sin límites, son las que al menos por un rato me dan alivio. Porque cuando escribo recuerdo, y guardo la memoria, para que cuando alguien lea mis palabras puestas en un orden medio azaroso medio planeado, tenga ahora como suyos los recuerdos y el peso sea ahora nuestro, compartido y menos difícil de soportar.
Estoy, ahora, un poco menos cansada...
Síntesis
(me disculpo otra vez por lo largo de mi texto)
7 notes · View notes
1pedacitodesol · 1 year ago
Text
A veces la verdad duele y la sabes desde el principio, solo te cuesta admitir que alguien quien juró hacerte feliz te hiera tanto y de tal magnitud. Ya no vuelvo a enamorarme, es algo de lo que estoy segura.
"Sentirte pleno y seguro del sentimiento, duele" pero duele más saber que realmente nunca fui eso para nadie. Solo soy confort, calidez, amor incondicional, nunca soy plenitud ni seguridad de sentimiento.
Querubín y Jinete se unen a la lista de mis amores fallidos con quienes espero haber aprendido algo; con Querubín lo que no quiero con Jinete lo que siempre voy a querer.
Anillo plateado pasa a la lista del porqué jamás saldré con hombres de nuevo; te amo Elvira y espero que tus consejos me puedan ayudar, amé verte feliz de la mano de J. Me causas felicidad y tú amistad me causa plenitud solo que no me das miedo porque sé que tu amor es real y sin afán de herirme.
"Tal vez en otro poema se encuentren" pero como sé que eso no va a pasar, escribiré mis propios versos y haré mis propias armonías, para que por lo menos en mis escritos hayamos terminado con esa casa a lo lejos, esa niña agresiva y el niño amoroso; no olvido tu doberman y jamas dejaría fuera mis plantas.
Aunque a veces la verdad pueda llegar a lastimarte demasiado es mejor eso, a vivir engañado toda una vida.
-Pattinson_v
93 notes · View notes
ocasoinefable · 3 years ago
Text
(Hay ruido en la cuidad 09:13 pm)
¿Qué busco? Pateo el viento una vez más, rio contra el silencio y lloro ante el sonido que se queda de mis labios al corazón. Puedo sentir entre las manos cada gota que se mueve por mi cuerpo… sigo buscando apartado de los ojos cada emoción, porque me ciego y la búsqueda se opaca a ser olvido, me canso entre más camino, entre más tiempo colecciono y entre más silencio utilizo para hablar. Solo sé que hay algo que necesito tocar, ver de mi cuerpo, sentir de mi aliento ese porqué... el sentido de ser, de estar y sentir. Necesito masticar con mi vida aquellas respuestas, sacar de la sangre marchita ese color perdido. Clavo las manos sobre el pecho y recorro el silencio una vez más ¿Qué busco y qué espero...? Quizás nada, solo ver al tiempo redoblar en mi regreso. Ha locura en mis movimientos, borbotea mi sangre a saltar sin pausa, mi cuerpo se muere estando solo y veo como se decae en bombeos constates como la manecilla del reloj que el viento hace girar, levanto un dedo deteniéndome en su peso, detallando su contracción e indagando en su devuelta a ser solo un movimiento. Todo me cuesta: los parpados se abren, se cierran, dibujan letras y se borran con su conjugación, y los parpados se deshacen al concentrar la atención en los respiros, el aire se mueve al tifón de mi nariz… el tifón traga con ansias el siguiente del siguiente y deja suelto a su aliento a ser bomba que salta a llenar la piel de picos de sal y olas pintadas de transparente. Se pierde de nuevo el hilo sobre la nada que llevo del techo; giran palabras y definiciones a recitar un elocuente cuento que ha de dormir sin una sonrisa, solo con bostezo pausado en confusión se ha de marcar su final. Se escucha el tic tac del reloj acompañar las paredes, se percibe la quietud del silencio a desfilar por las ventas. Los objetos se detienen a pedir mi contemplación para ser en la existencia "tristes objetos que se pierden en mi humana visión" y yo que quería escribir un cuento al abrir la hoja en blanco, pero las manos se me caen en su absurda redención... y solo veo como se acoplan sin afán o molestias a seguir con sus yemas la forma de cada letra, buscan entre ellas otra estrofa que impacte en su piel, que se lleven los suspiros y las haga en un recuerdo la excitación al pálido. Leo sin sentido la intención de este escribir, gasto y gasto cada momento entre un dialogo sin tiempo, ajado en su cordura sin compostura. Me canso y solo tiro las hojas y arranco las letras de mi cuerpo, pero vuelven con su rojo y azul a ser mi piel, a ser mi sentido y mi búsqueda... o solo para complacer el delirio de estos ojos que sostiene el suspiro por la vida, la aclaración que he existido y el abandono de haber tenido existencia, el olvido de haber estado.
No hay un cuento muchas veces, ni poema o canción... fuera rima y coherencia; no hay nada más allá de las ganas de seguir mirando a mi soledad y la compañía que se muere al ser de su imaginación, la sombra y su rotura escrita con silencio al vestido de unas letras.
-Ramé
9 notes · View notes
esuemmanuel · 3 years ago
Text
Visitaba ese lugar cuando quería encontrarse. No caminaba mucho. Es más, no caminaba en lo absoluto. El simple hecho de abrir la ventana de su habitación lo hacía viajar a ese lugar. ¿Y qué era lo que había ahí? ¿Qué valor tenía para él como para no darle importancia al tiempo que se le iba, mientras dejaba a su mente vagar por los pasillos de tan amplio cementerio? Si, era un camposanto el lugar que hacía de jardín a las afueras de su habitación; uno enorme, lleno de frondosos árboles y hermosas rosas rojas, las mismas que tapizaban con sus robustos pétalos los pasillos que dividían a las tumbas. Curiosamente, sólo una contaba con una lápida. A lo lejos no podía apreciarse el nombre que tenía escrito, el visitante tenía que cruzar la mayor parte del camposanto para llegar a esa tumba, la cual descansaba en el centro. Para él no era necesario caminar hasta allí, ya que, más que conocer el nombre del que ahí descansaba, sabía quién fue en vida ese desgraciado que ya, desde hace años, dormía tres metros bajo tierra. No le era grato ir a aquel lugar, pero, tampoco podía dejar de visitarlo; le era tan necesario como respirar —al menos recordar lo que eso era—. Su afán le nacía de las entrañas, era un deseo que lo motivaba a desgarrarse a sí mismo para, al tener los dedos y las uñas cansados de tanto rasguño, sentir que aún estaba vivo... que todavía importaba continuar... que el aire no era un sueño... que la ventana si existía y podía emerger de ella como el ave que se libera de su jaula. Tenía ilusiones, sueños e inquietudes debajo de él, esperando por esa oportunidad que le dieran sus manos al atravesarse entero el centro del cuerpo y llegar a lo profundo; ahí, donde la tierra que le hacía de su cama, besaba la totalidad de su descanso. Diario era lo mismo. Diario. Abría los ojos para toparse con la oscuridad y el aroma a encerrado; a ropa vieja, a huesos y a olvido. Entonces, sin perder ni un segundo acobardándose por no tener luz, se inventaba el chispazo de un encendedor que, por arte de magia, aparecía ante él, mientras sus restos se consumían junto al polvo y la tierra que lo cubrían. Así aparecía la ventana, blanca y limpia, con el cristal prístino en vista al sol --a uno que ardía a la par de ese chispazo con eternidad imaginaria-- para invitarlo a salir y hacerle recordar quién era, a quiénes había amado y lo que hacía con todo lo ensoñado. Hoy, a la postre de esa ventana, ha decidido no salir... no ir más a esa tumba... le ha dado la espalda a su propio encuentro; a esa realidad dolorosa que, jamás, dejará de hacerle ver lo que ha perdido.
"No hay descanso para el que no ha sabido morir".
Así reza su epitafio.
Así reza él.
— Esu Emmanuel©, He visited that place when he wanted to meet himself. He didn't walk much. In fact, he didn't walk at all. The simple fact of opening the window of his room made him travel to that place. And what was there? What was it worth for him not to give importance to the time that was leaving him, while he let his mind wander through the corridors of such a large cemetery? Yes, it was a cemetery, the place that served as a garden outside his room; a huge one, full of lush trees and beautiful red roses, the same ones that carpeted with their robust petals the aisles that divided the graves. Curiously, only one had a tombstone. From a distance it was not possible to see the name written on it; the visitor had to cross most of the cemetery to reach that tomb, which rested in the center. For him it was not necessary to walk there, since, more than knowing the name of the one who rested there, he knew who was in life that wretch who, for years, slept three meters under the ground. It was not pleasant for him to go to that place, but he could not stop visiting it either; it was as necessary for him as breathing -at least remembering what it was-. His eagerness was born from his guts, it was a desire that motivated him to tear himself apart so that, with his fingers and nails tired from so many scratches, he could feel that he was still alive... that it still mattered to continue... that the air was not a dream... that the window did exist and that he could emerge from it like a bird that frees itself from its cage. He had illusions, dreams and worries underneath him, waiting for that opportunity that his hands would give him when they went through the whole center of his body and reached the depths; there, where the earth that made him his bed, kissed the totality of his rest. Daily it was the same. Diary. He opened his eyes to find the darkness and the scent of being locked up; of old clothes, bones and oblivion. Then, without wasting a second cowering because he had no light, he would invent the spark of a lighter that, magically, would appear before him, while its remains were consumed together with the dust and earth that covered him. Thus the window would appear, white and clean, with the pristine glass in view of the sun - one that burned at the same time as that spark with imaginary eternity - to invite him to come out and make him remember who he was, whom he had loved and what he did with all that he dreamed of. Today, at the end of that window, he has decided not to go out... not to go to that tomb anymore... he has turned his back on his own encounter; on that painful reality that will never cease to make him see what he has lost.
"There is no rest for him who has not known how to die".
So reads his epitaph.
So says he.
24 notes · View notes
radioactive-butterfly · 4 years ago
Text
Tumblr media
NO HAY QUE CONSOLAR CON MENTIRAS
En mi opinión, en un afán de infundir ánimos a los otros –o a uno mismo-, cuando se está desesperanzado, o se está pasando mal, utilizamos la mentira como un bálsamo –y la llamamos “mentira piadosa”-, pero, cuidado, porque tiene contraindicaciones y unos efectos secundarios que pueden ser devastadores. Como se suele decir: “A veces puede ser peor el remedio que la enfermedad”.
A un niño se le pueden contar “mentiras piadosas”, aunque tampoco son aconsejables siempre, pero a un adulto no se le debiera mentir nunca. Ni siquiera en los momentos duros.
En un acto de conmiseración -que debería estar muy justificado-, se puede obviar una parte de la realidad que no sea grave, pero lo que no se debe hacer es aportar una información que sea opuesta a la realidad, o trastocarla de modo que más adelante sea dañina.
Me refiero a esas frases o actos bienintencionados pero erróneos, como, por ejemplo, cuando alguien está llorando y se le dice: “no llores”.
¿Por qué no debe llorar?, ¿por qué?
Es una expresión natural, y puede que esté ya en un proceso de duelo y esté en plena catarsis resolviendo algo que le es muy conveniente resolver. (Y los duelos se han de hacer por cualquier tipo de pérdida, no sólo ante un fallecimiento)
Pasa lo mismo cuando le decimos a alguien que sufre eso de: “no te preocupes, que todo se va a arreglar” Es una bonita frase que puede aportar un consuelo momentáneo, pero si aquel a quien se lo decimos se la cree al pie de la letra, se despreocupa de resolver el asunto, y se queda quieto esperando que se cumpla lo que le han dicho pero no le han garantizado que vaya a ser cierto. “Todo se va a arreglar”, y ya se sabe que es muy poco probable que todo se resuelva por sí mismo y le estamos condenando con nuestra frase a un estancamiento que le va a producir mucho más sufrimiento o mucho mayor dolor.
Cuando otra persona –o nosotros mismos- estamos involucrados en un asunto que no ha salido como se esperaba, y eso crea una desagradable sensación, o un perjuicio serio, hemos de racionalizarlo y entender –sin que ello conlleve algún tipo de frustración- que no todas las cosas suceden como se desean –y más si eso depende de la intervención o no de otras personas-, y que las posibilidades de “fracaso” tienen un porcentaje más elevado que las de “éxito”, y que si, además, no se ha hecho todo lo adecuado para que salga bien, si no ha habido una planificación o esfuerzo previo y se ha dejado el desenlace en manos de la casualidad, lo estadísticamente lógico es que salga mal o que no salga bien.
Y si alguien, por ejemplo, no se ha esforzado lo suficiente en prepararse para un examen y no aprueba, no es lo adecuado consolarle –que es mentirle- diciendo: “a ver si la próxima vez tienes más suerte”. ¿Cómo que más suerte?, ¿desde cuándo un asunto importante en el que uno puede y debe actuar se deja en manos de la suerte? ���La suerte”, en la mayoría de los casos, es el resultado de un esfuerzo y una planificación.
Si alguien no aprueba en un examen que no ha preparado bien, lo que se debe hacer es exigirle responsabilidades y un compromiso serio –que ha de cumplir inexcusablemente- de cara a la próxima ocasión de examen. No es adecuado decirle “qué pena… no te preocupes… otra vez saldrá mejor…”, sino “¿qué vas a hacer desde ahora mismo para que esto no te vuelva a suceder?”
Que no se apruebe es una de las posibilidades, pero con una preparación correcta el índice de probabilidades disminuye drásticamente.
Hay que familiarizarse con la posibilidad de que las cosas no salgan como se desea, porque existe y va a seguir existiendo, pero eso no quiere decir “aceptarlo sin más”, y menos aún “rendirse y conformarse”.
LA MENTIRA DEL AUTO-ENGAÑO
Se está convirtiendo en norma eso de auto-engañarse y convertirse en un experto en excusas y en aceptar las propias mentiras sin rebatirlas, en eso de resignarse sin más y no querer profundizar, en eso de tratar de enviar inmediatamente al olvido todo aquello que no nos ha gustado y de lo que no nos queremos responsabilizar.
Y así, unas veces es que “el profesor me tiene manía” y por eso nos suspende; otras, que “el jefe es un chulo y por eso me ha despedido”; que el que tiene un puesto mejor que el nuestro es porque “es un enchufado o un lameculos”; y si una mujer ocupa un buen cargo en un trabajo será “porque se ha acostado con alguien para conseguirlo”, etc. etc. Una mentira tras otra.
Tenemos una habilidad especial para buscar razones –falsas todas ellas- que justifiquen que nosotros somos normales y lo hacemos todo bien y es el mundo entero quien conspira contra nosotros.
Y es que ser sincero es como hacerse el harakiri uno mismo.
Hay que ser muy, muy, muy, pero que muy valiente, muy ético, muy sincero, muy honorable y muy honrado, para aceptar la realidad con honestidad, para hacerse un examen de conciencia y acatar la parte de culpa que incumbe, para tomar conciencia con humildad de la parte que a uno le corresponde, y no huir de ello dándose a la bebida –para olvidar lo que, precisamente, no hay que olvidar- o enrabietarse contra alguien que no tiene la culpa expresando una ira desmesurada, o eludiéndolo de cualquier otro modo.
No es lo adecuado consolarse con mentiras porque eso impide hacer lo que es verdaderamente adecuado, que es el reconocimiento de lo que hay, sea lo que sea, y la puesta en marcha de las soluciones que evitarán que vuelva a suceder lo mismo en otra ocasión.
No “todo va bien” siempre, así que no es sensato engañarse con esa mentira. No son el destino, ni la suerte, ni el porvenir, quienes tienen que confabularse para que nos vayan las cosas bien, sino que es uno mismo quien ha de tomar las riendas. Y tampoco se les puede utilizar para culpabilizarles de nuestras desatenciones.
No “todo sale bien” y esto hay que aceptarlo con toda la cruda realidad que conlleva, sin drama, sin negación, sin histerismo. Aceptación inmediata, revisión de qué es lo que no estuvo bien para saber lo que no hay que repetir… y siempre con la verdad por delante.
Siempre, por supuesto, involucrándose uno mismo y haciendo lo que haya que hacer. Personalmente, no estoy muy a favor de repetir frases con la idea de que por sí mismas van a hacer milagros. “Voy a tener mucho dinero…”, por ejemplo, ya que eso reduce el tiempo y la intensidad necesarias para conseguirlo ya que uno se relaja pensando que con haberlo dicho se resuelve solo. El efecto es el mismo para “va a aparecer el hombre de mi vida”, o similares. Más bien, “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Consolar al afligido me parece estupendo, esperanzar al decaído me parece muy bien, pero engañar o engañarse con frases hechas sin fundamento, con mentiras disfrazadas de verdades, con buenos deseos haciéndolos pasar por realidades… con eso no estoy de acuerdo.
Son un bálsamo que puede acabar convirtiéndose en un veneno.
La verdad es dura a veces, pero es la verdad.
A veces, decir la verdad nos hace pasar por un trago duro, que dura unos minutos, pero la sensación posterior, la liberación, y el sentimiento de haber obrado del modo correcto, compensan el esfuerzo.
La mentira siempre es un acto consciente, del que uno ha de responsabilizarse inexcusablemente, así que la próxima vez que te veas en una de estas encrucijadas … ten claro cómo vas a proceder.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
Si le ha gustado este artículo ayúdeme a difundirlo compartiéndolo. Gracias.
Si desea recibir a diario las últimas publicaciones, suscríbase aquí:
http://buscandome.es/index.php?page=59
Aquí encontrará todos mis artículos:
https://buscandome.es/index.php/board,52.0.html
Aquí encontrará todos mis videos publicados en youtube:
https://www.youtube.com/channel/UCUNE-EC7eiOQDJ2q_U4lqEQ/videos?disable_polymer=1
7 notes · View notes
algunamariadaniela · 3 years ago
Text
Cuando el mundo externo ya no es la norma de lo real
Hoy vengo a escribir sobre mis relojes simbólicos, que tanto he despreciado.
Cada montaña geográfica implica una montaña simbólica y lo mismo ocurre con esos instrumentos que nos ayudan a medir el tiempo y nos indican la hora del día. Así pues, una montaña no es sólo una montaña y un reloj no es sólo un reloj.
Es cierto que este puede ser fijo o portátil y que por dentro, tiene una maquinaria que con movimientos uniformes hace avanzar unas manecillas que a cada paso señalan una configuración numérica capaz de permitirnos medir la temporalidad de los días. Todo esto es cierto, pero un reloj no es igual a otro por más que hagan parte del mismo lote de referencia de la tienda; cada reloj nos muestra la pluralidad de nuestro ser, nos permiten ser de una manera u otra. Si todos los relojes fuesen realmente lo mismo, todos nosotros -humanoides que se creen hombres- nos comportaríamos de la misma manera cuando interactuamos con uno o con otro reloj.
En mi casa, el reloj que está colgado en la ventana enrejada de la cocina, si pudiera verme sólo conocería de mí expresiones faciales sinónimo de alivio, de esperanza, mientras que el de la pared de la sala sólo vería una actitud que reniega y se sorprende. Todo en el mismo fragmento de tiempo.
Cuando uno me ve afanada y preocupada, el otro me percibe aliviada y tranquila. Y sí... Sucede que mamá configuró uno de esos relojes a destiempo y yo lo olvido constantemente...
Así, cuando lo consulto, percibo que me sobra tiempo y relajo mi ritmo pero cuando contrasto esa información con otras máquinas medidoras de tiempo, me enfado y no con los relojes o con las acciones de mamá: conmigo.
La sarta de justificaciones para no abandonar el calor de las cobijas y el plano onírico -que con suerte pero más por misericordia es nuevo cada noche- son tan creativas como serias. Si no fueran serias no las tomaría por ciertas y me levantaría cuando suena la alarma.
“¿Yo por qué tengo que trabajar los sábados si cuando entré a la Universidad proyecté mi vida laboral ciertamente flexible, sin uniforme u oficina y siempre al lado de la gente?” O: “igual hoy entro más tarde que entre semana, ergo, tengo licencia onírica extendida” es lo que me escucho decirme cada vez, en esa charla mental tan agotadora.
A la final y como dice Julio Cortázar: un reloj es un «pedazo frágil y precario» de nosotros mismos, sobre todo los que son portátiles que son algo nuestro pero que no es nuestro cuerpo: hay que atarlo al cuerpo «con su correa como bracito desesperado» continúa Cortázar, para luego explicar que dicho bracito se cuelga de la muñeca para latir y latir, obligándonos a interactuar con él como con una nueva parte de nuestro cuerpo, el cual yo entiendo ahora y por su culpa cyborg.
Esa interacción y siguiendo con Cortázar, está mediada entre otras cosas por la obsesión adquirida de «atender a la hora exacta en las vitrinas de una joyería, en el anuncio [tedioso y redundante] de la radio, en el servicio [de transporte (…)».
Él le advierte a uno: «Cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido (…). No te dan solamente un reloj [para] que los cumplas muy felices (…). Te regalan -no lo saben- lo terrible es que no lo saben- el miedo a perderlo, de que te lo roben, de que se caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj».
Si volvemos a hablar de los relojes de mi casa que yacen colgados y permanecen como receptores eternos de polvo y de miradas escrutadoras e inquisitivas, ellos son parte de mi cuerpo pero a manera de implantes conectados a mí por una delgada filigrana que sólo yo puedo percibir y saber cierta.
Ese tren de engranajes contenido en cada reloj, al ser implante, recorre con astucia invisible los conductos de mi sangre y me pone en contacto, de frente con el hecho que hoy convocó mi escritura para dejarlo aquí y no olvidarlo nunca.
Ese hecho indubitable es que el mundo externo ya no es la norma de lo real.
¿Cómo funciona esa conexión por implante a un reloj? Al menos en mí funciona así:
No son por separado. Ambos relojes, irremediablemente juntos me ofrecen un contraste: su accionar simultáneo a tiempo y a destiempo me permite notar porqué no estoy funcionando como debería, en ningún escenario de acción que me involucre.
Que uno de ellos dé la hora que es y el otro me regale un oasis horario, ilusorio y fugaz, me ha permitido notar que en mi psicología personal hay unas fuerzas inmanentes -inmanentes porque no son resultado de alguna acción exterior a mí, son internas esas fuerzas, que ejecutadas me invitan todo el tiempo de momento en momento, a darle lugar a aplazamientos justificados para cualquier acción que yo misma o el mundo demande de mí.
Las justificaciones son aparentemente sólidas y por eso me las creo. Tanto miedo a la muerte, pero ¿el tipo de vida que llevo, acaso pienso que es realmente diferente de estar muerta? Me pregunto evocando a Séneca.
A ver… Aplazo la posibilidad de llegar temprano, la posibilidad de hacer un equipaje sin afán, de caminar y no correr hasta el transporte, de desayunar con gusto y tiempo, de ver mi cama tendida a mi regreso, de vivir aquí y ahora y no En el “ojalá fuera más temprano” o en un “ojalá yo hubiera___________”.
Todas esas son cosas de la línea horizontal de la cual somos presos: nacer, crecer, hacer daño-sufrir daño- hacer dinero- sentirnos realizados con algún rol del mundo laboral o en su defecto sentir que nada es suficiente y morir (y así una y otra vez quién sabe cuántas veces, en cuántas épocas, países y condiciones). Esa es la mecánica de la vida pero, ¿no hay más? Y es aquí que llego al meollo de este escrito:
Un reloj sí puede ser solamente un reloj, de esos que nos dicen que son las 3:00 de la tarde y que faltan 50 minutos para que empiece la novela donde Robinson Díaz y Flora Martínez tienen el estelar, pero también un reloj nos puede señalar con su latir incesante, con su horario a tiempo y destiempo, que estamos siendo todo lo que hemos sido siempre, que no hemos sido capaz de revolucionar el ritmo mecánico de los días y que al estar aplazando toda acción -tediosa o no-contantemente no sólo estamos creyendo ilusamente que de esa manera -aplazando- renunciamos a la mecánica (y qué ilusos somos porque hasta una 'no-rutina' es una rutina y está llena de desorden y afán repetitivo), sino que también y esto sí es así lo creamos o no, estamos renunciando a la posibilidad más maravillosa de todas, lo único que puede dar sentido a nuestras vidas tan miserables y falsas…
  Esa loable posibilidad es ciertamente, la de agradecer con acciones que el día amanece y que otra vez, el amor imperecedero que habita todo cuanto es vida, resplandece en el sol.
¿Por qué agradecer da sentido a la vida? Yo respondería a tal pregunta con otra: ¿qué es acaso lo contrario al agradecimiento?, ¿no es pues quejas, reclamos, resentimiento y amargura? ¿Además de culpa, ansiedad y frustración?
Y ¿Qué hay que agradecer? El amor puro y que reina en el universo. Renunciamos a él cada día y no contentos con ello nos damos un contentillo psicológico desde el cual creemos que abrazando a nuestro perro rescatado o regalando una moneda al mendigo suplicante, que esas acciones son ya contribución suficiente con la dinámica universal de la que hacemos parte…
Somos así de mediocres y negligentes en vez de suplicar con todo el fervor del que somos capaces, que ese amor universal nos impregne por completo la mente y el corazón y así poder lograr pensar con el corazón y sentir con la cabeza.
Si así hiciéramos nuestro pensar sería recto y así mismo nuestro recto sentir y recto actuar hablaría por nosotros cuando estuviéramos en silencio. Pero no: nos la pasamos haciendo lobby de lo buenas personas que somos (que creemos que somos) y anunciamos a diestra y siniestra por qué valemos algo.
Esta súplica para que el amor nos impregne tiene como único fin hacer de nosotros seres capaces de amar, ¿acaso ya alguien ama y sabe hacerlo?, ¿no se han escrito infinidad de decálogos sobre el amor y aún hoy nadie tiene certeza de cómo opera dicha fuerza? La humanidad de la que hacemos parte, es una humanidad doliente por donde miremos y ante ello no hemos sido capaces de irradiarnos amor los unos a los otros porque siempre prevalecen nuestras necesidades y preceptos egoístas y superficiales, el «sálvese quien pueda».
Cierto es que lo único que hacemos es darnos contentillos psicológicos para seguir existiendo como parásitos que vegetan, que quitan y destruyen para subsistir en una individualidad ciega y cerrada. Comemos, dormimos y procuramos garantizarnos las condiciones materiales para poder seguir comiendo y durmiendo. Estas condiciones no las tenemos como la base para poder hacer algo más, no, nosotros no descansamos y recargamos nuestras energías para un propósito benévolo, puro y que va más allá de nosotros mismos. Aceptémoslo de una vez por todas: nuestra meta es descansar y recargar energías para poder garantizar que podamos seguir comiendo y durmiendo. ¿Reflexiones HONDAS sobre nuestra existencia? Eso no es con nosotros...
Lo de nosotros es comer y dormir y dormimos tan dormidos que no nos damos cuenta que estamos llevados y sometidos por una mecánica horizontal que no somos capaces de alterar, de revolucionar para poder aprovecharla y así lograr algo en la posibilidad vertical, posibilidad y camino ya no mecánico sino más bien orgánico, libre, celestial y etéreo pero real, lleno de verdades irrefutables, imperecederas, pacientes, amorosas y abundantes: infinitas, pero eso ¿para qué? Buscamos un cielo afuera de nosotros o en su defecto, ya hay quienes tienen por seguro que allá irán porque son buenos y todo lo que hacen es el bien pero qué va… Estamos contentos con ese círculo de nacer-crecer-vegetar y morir, preguntarnos si acaso no hay algo más, eso es cosa de eventos que nos recuerdan que somos mortales y ni eso, porque aún con la muerte encima dormimos y buscamos seguir durmiendo.
¿Cómo es eso de estar dormido? Pues sencillo: seguimos haciendo de nuestros días, días que esperan otros días mejores para continuar inhalando y exhalando aire sin más motivación que el hecho de respirar.
Esperamos y esperamos a que algo pase pero ¿qué es lo que esperamos? “Después hago esto o aquello” ¿después de qué?, ¿existe un después acaso? si cuando estamos habitando ese después, dicho ‘después’ es en realidad un ahora… Existimos cada día para no encontrarnos con la muerte, como si en la muerte -la muerte psicológica- no estuviera contenida la plenitud de la verdadera esencia que ha esperado dentro de cada uno de nosotros durante muchas existencias para por fin ser liberada de todos los defectos que la embotellan y que nos condenan a nosotros, a cada uno de nosotros a ser marionetas de los mismos.
Somos máquinas humanas manejadas por nuestros defectos. Parasitamos, nos dedicamos a hacer daño mientras defendemos nuestros intereses personales y lo peor de todo es que aún manejados, nos creemos autónomos, vivos, reales y conscientes (incluso el lector que está diciendo mentalmente: “ella se dedicará a hacer daño, porque yo no”, incluso tú que te crees bueno). Parasitamos pero creemos que existimos. Creemos que somos reales, que esta es la primera vez que estamos en este planeta, pero sólo somos alguien que recoge su guión actoral una y otra vez ante cada existencia y dormidos lo repetimos pero nos creemos despiertos.
Justificamos nuestro sueño permanente.
No somos más que títeres de todo aquello que justificamos cuando dejamos cualquiera de nuestras acciones para ‘después’, ya sea la posibilidad de llegar temprano o la posibilidad de conocernos a nosotros mismos, de domar nuestros defectos al conocerlos y podérselos entregar a nuestra amada inmortal, para que la esencia real sea liberada y cierta y así, podamos ser existencias reales y útiles a ese amor que con mucho esfuerzo hoy nos tiene aquí, a ese amor que creemos que honramos pero que sólo despreciamos segundo a segundo.
A ese amor crucificado y escupido... Pero eso qué va... Los que crucificaron, escupieron y humillaron fueron otros seres históricos que ya murieron y nada tienen que ver con nosotros: los buenos capaces de señalar esas acciones tan despreciables...
En fin...
No somos nada, pero podemos serlo. Tú que me lees hoy:
¡Homo nosce te ipsum!
(Carpe Diem).
.
.
.
Lo que uno resulta escribiendo luego de notar que no se mira de igual manera a dos relojes dentro de la misma casa…
Tumblr media
3 notes · View notes
criticopensarte · 4 years ago
Text
EXPONIENDO AL MONSTRUO
  Un adiós y olvido para el vampiro emocional
[Píldora Reflexiva] 
"Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz". (Marcos 4:22, 1960)
Cuando logras ver más allá de ese #amor a medias, con el que se ha enmascarado el #abuso y la #manipulación; ya no eres una #víctima para el #NarcisistaPerverso y/o del #PsicópataEncubierto, sino una amenaza a su #AgendaSecreta, a su mascara de "buena persona" ante los demás y a su frágil ego. Pues, estás en ese punto de acción y #lucidez, donde la #DisonanciaCognitiva y/o #CodependenciaEmocional, no es tan fuerte o ya no te toca.
Por tal razón, lograras evidenciar el derrumbe de las decoraciones, de ese #ParaísoArtificial con el que te engancharon y sometieron. Por eso, cuando te le enfrentas, el #trastornado reacciona con #ira, te #ningunea y #descarta; y, sumado a ello, empieza o aumenta la #campaña de #difamación: quiere #callarte, #provocarte, #desacreditarte y #destruirte #emocional, #física y #socialmente. 
Incluso, el parasito querrá hacerse pasar por víctima, debido a su capacidad camaleónica, y a su falta de empatía y escrúpulos: gracias a su memoria selectiva, mente calculadora, ensalador de palabras, pro verborrea e histrionismo; buscara confundir y distorsionar la verdad y la realidad de los hechos; se proyectara en ti sus maléficas artimañas, transferirá las responsabilidades y, provocándote, te hará lucir como el loco y el villano del cuento (todos verán tus reacciones, más no las causas premeditadas que las generaron). No lo permitas: pon límites, evidéncialo y denúncialo; y, por sobretodo, no reacciones y mantente firme a los hechos, a la verdad y a tus principios: responde  con claridad, no dudes de tu razón e instinto, y sé asertivo.
Lo cierto, es que estos #parásitos deben ser expuestos, relegados y castigados con el repudio abierto, la indiferencia y el olvido. No importa si es un amigo, pareja o familia. Si el personaje o grupo, evidencia el claro perfil de un monstruo sin alma, que no quiere ni puede tener cura (tiene un trastorno, pero no está enfermo); pues sabe lo que hace y lo disfruta, ya que solo de esa forma le es posible subsistir; márchate de ipso facto y sin mirar a atrás. Hazlo por tu bienestar integral, corre por tu vida.
En fin, es mejor vivir, aprender y crecer con la verdad, por cruda que sea; que "vivir" entre la bipolaridad eterna (#RefuerzoIntermitente: premio/castigo) de un ser y un #mundo sesgado de ambigüedades y #mentiras. Se fiel a ti mismo, ten dignidad y amor propio. Date tu lugar.
Hermano(a), eres un ser hermoso, lleno de virtud, amor y fuerza; y por ello, mereces que te correspondan con calidad, exclusividad, respeto, lealtad, honestidad, sinceridad y compromiso: lo que llaman, #ResponsabilidadAfectiva. Nada menos.
Y, recuerda, ellos deben aparentar para caer bien (Carisma superficial), tú no. Ellos mueren por el afán de la fácil y efímera atención, la cosificación y las emulaciones en pro de sus egoístas intereses; mientras que tú, te afirmas y construyes con base al respeto, la virtud, el amor y la autenticidad que te son inherentes.
No lo olvides: el valor y calidad del Ser, esta en el contenido; no se reduce a la apariencia del envase. Es la bondad y la pausa de los procesos del camino, no la inmediatez reduccionista del fin.
☕☀️
Tumblr media
_________________
Referencia 
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Recuperado el 03 de mayo de 2021: 
https://www.biblegateway.com/passage/?search=Marcos%204%3A22&version=RVR1960
5 notes · View notes