#Saduceos
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Estudio basado en Marcos
TEMA: Advertencia de Cristo contra los fariseos y los herodianos - Marcos 8:16-21. Expositor: Marvin Soto - Alajuela, Costa Rica
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Estudio basado en Marcos
TEMA: Advertencia de Cristo contra los fariseos y los herodianos - Marcos 8:12-15. Expositor: Marvin Soto - Alajuela, Costa Rica
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Lecturas del Miércoles de la 9ª semana del Tiempo Ordinario
Lecturas del día 5 de Junio de 2024
Primera lectura
Lectura de la segunda carta del San Pablo a Timoteo 1,1-3.6-12
Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, conforme a la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Cuando de noche y de día te recuerdo en mis oraciones, le doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia pura, como lo aprendí de mis antepasados.
Por eso te recomiendo que reavives el don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos. Porque el Señor no nos ha dado un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de moderación. No te avergüences, pues, de dar testimonio de nuestro Señor, ni te avergüences de mí, que estoy preso por su causa. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos por la predicación del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. El nos ha salvado y nos ha llamado a llevar una vida santa, no por nuestros méritos, sino por su propia determinación y por la gracia que nos ha sido dada, en Cristo Jesús, desde toda la eternidad. Esta gracia es la que se ha manifestado ahora con el advenimiento de nuestro salvador, Jesucristo, quien ha destruido la muerte e irradiado la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio, del que he sido nombrado predicador, apóstol y maestro.
Por este motivo soporto esta prisión, pero no me da vergüenza, porque sé en quién he puesto mi confianza, y estoy seguro de que él con su poder cuidará, hasta el último día, lo que me ha encomendado.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Sal 123 (122), 1-2a. 2bcd R./ En ti, Señor, tengo fijos mis ojos.
En ti, Señor, que habitas en lo alto, fijos los ojos tengo, como fijan sus ojos en los manos de tu señor, los siervos. R./ En ti, Señor, tengo fijos mis ojos.
Así como la esclava en su señora tiene fijo los ojos fijos están en el Señor los nuestros hasta que Dios se apiado de nosotros. R./ En ti, Señor, tengo fijos mis ojos.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Marcos 12,18-27
En aquel tiempo, fueron a ver a Jesús algunos de los saduceos, los cuales afirman que los muertos no resucitan, y le dijeron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre muere dejando a su viuda sin hijos, que la tome por mujer el hermano del que murió, para darle descendencia a su hermano. Había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo se casó con la viuda y murió también, sin dejar hijos; lo mismo el tercero. Los siete se casaron con ella y ninguno de ellos dejó descendencia. Por último, después de todos, murió también la mujer. El día de la resurrección, cuando resuciten de entre los muertos, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque fue mujer de los siete”.
Jesús les contestó: “Están en un error, porque no entienden las Escrituras ni el poder de Dios. Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni los hombres tendrán mujer ni las mujeres marido, sino que serán como los ángeles del cielo. Y en cuanto al hecho de que los muertos resucitan, ¿acaso no han leído en el libro de Moisés aquel pasaje de la zarza, en que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Están, pues, muy equivocados”.
Palabra de Dios
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JUEVES DE LA VII SEMANA DE PASCUA, feria
Leccionario
Primera lectura
Hch 22, 30; 23, 6-11
“Tienes que dar testimonio en Roma”
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.
En aquellos días, queriendo el tribuno conocer con certeza los motivos por los que los judíos acusaban a Pablo, mandó desatarlo, ordenó que se reunieran los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno y, bajando a Pablo, lo presentó ante ellos. Pablo sabía que una parte eran fariseos y otra saduceos y gritó en el Sanedrín: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo, se me está juzgando por la esperanza en la resurrección de los muertos». Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, y la asamblea quedó dividida. (Los saduceos sostienen que no hay resurrección ni ángeles ni espíritus, mientras que los fariseos admiten ambas cosas). Se armó un gran griterío, y algunos escribas del partido fariseo se pusieron en pie, porfiando: «No encontramos nada malo en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?». El altercado arreciaba, y el tribuno, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó bajar a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel. La noche siguiente, el Señor se le presentó y le dijo: «¡Ánimo! Lo mismo que has dado testimonio en Jerusalén de lo que a mí se refiere, tienes que darlo en Roma».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 15, 1b-2a y 5. 7-8. 9-10. 11 (R.: 1b)
R.Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
V.Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios». El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano.
R.Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
V.Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.
R.Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
V.Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me abandonarás en la región de los muertos ni dejarás a tu fiel ver la corrupción.
R.Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
V.Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.
R.Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Aleluya
Jn 17, 21
R.Aleluya, aleluya, aleluya.
V.Que todos sean uno —dice el Señor—, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, para que el mundo crea que tú me has enviado.
R.Aleluya, aleluya, aleluya.
Evangelio
Jn 17, 20-26
“¡Que sean completamente uno!”
+Lectura del santo Evangelio según san Juan.
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró diciendo: «No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».
Palabra del Señor.
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Reunido a su pueblo...
Lea: Génesis 25:1-8
Los días que vivió Abraham fueron ciento setenta y cinco años. Exhaló, pues, el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue reunido a su pueblo. Génesis 25:7-8
Si usted y yo hubiésemos estado con Abraham en el momento de la decisión en su vida, es posible que hubiésemos sentido lástima de él con frecuencia. Cuando se marchó de Ur, posiblemente le hubiésemos dicho: ―Abraham, eres un pobre insensato. ¿Quieres decir que vas a andar errante ahí en el desierto el resto de tu vida, cuando podrías disfrutar estando en una ciudad con todas sus bendiciones?
Cuando él permitió a Lot que eligiese lo mejor de la tierra, tal vez algunos de nosotros podríamos haber pensado: “¡Abraham, no te deshagas de tus derechos de esa manera! Tu eres el más mayor; tienes derecho a elegir. ¿Por qué permitir a Lot que se quede con la mejor tierra, mientras tú te quedas con estos pastos secos? Estás tirando por la borda tus derechos”. Abraham permitió a Lot elegir, y Dios eligió por él.
¿Y recuerda usted cuando el rey de Sodoma le ofreció a él todas las riquezas de su ciudad y Abraham dijo: ―No me quedaré ni siquiera con una de las correas de tus zapatos; no quiero nada de ello.
Algunos de nosotros le hubiésemos sido tentados decirle: ―Espera, Abraham; estás yendo demasiado lejos. Podrías haber deducido esto de tus impuestos, y piensa tan sólo en lo que te estás perdiendo. Podrías haber tenido todas las riquezas de Sodoma. ¡Piensa cómo podrías usarlas para la obra del Señor!
Pero Abraham eligió a Dios cada vez y tuvo una vida de plenitud. Vivió 175 años, y cada uno de ellos estuvo lleno, disfrutando la emoción y la aventura, lleno de desafíos y de interés, rico en fe y en bendición. Murió siendo un hombre viejo, lleno de días. Hay una promesa de una vida plena para los que viven en el Espíritu.
En el versículo 8, hay una indicación que nuestro hombre, que sirve de modelo de fe, tiene comunión divina y “fue reunido a su pueblo”. ¿Qué significa esto? Significa que fue reunido con aquellos antes de él que habían depositado su fe en Dios. Estaba con los justos que, durante todo ese tiempo que había transcurrido, habían caminado con Dios. Enoc y Noé son ejemplos de esta clase de hombres que aprendieron a conocer al Dios viviente. Ese era el pueblo de Abraham, de la misma manera que el pueblo que es el nuestro no son las personas de carne y hueso, sino aquellos a los que estamos espiritualmente unidos.
De ninguna manera acabó su vida hace cuatro mil años. En Mateo, cuando los saduceos, que no creían en la resurrección de los muertos, le hicieron una pregunta a Jesús, Él les contestó, diciendo: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” (Mateo 22:32). De esta manera estaba contestando a aquellos que no creían en la vida después de la muerte. Les estaba diciendo que Abraham está vivo.
¡Qué gran imagen de la vida de Abraham es ésta! ¡La suya fue una vida como la de usted y como la mía! No había nada de extraño acerca de él, pero a pesar de ello Dios le convirtió en una persona extraordinaria, cuya vida va mucho más allá de los ámbitos de la tierra, hacia la eternidad. Su vida es una vida de bendición, de comunión y de plenitud. Abraham es un testimonio vivo para cualquier persona que siga el camino de la fe y que ande de esta manera. Al hacerlo, encontraremos la misma bendición.
Padre, ¡qué bendición tan grande ha sido para mí la vida de Abraham! Permite que imite su fe hasta el día que también yo sea reunido con mis padres.
Aplicación a la vida:
¿Estamos nosotros tomando a diario decisiones consistentes con la gran aventura a la que hemos sido llamados como discípulos de Cristo?
(Ray Stedman)
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Practicar el discernimiento y marcar a los falsos maestros no es "lanzar piedras": Es un acto de amor
En la narración bíblica de Juan 8:7, encontramos un relato de una mujer sorprendida en el acto de adulterio.
Los líderes religiosos de la época, ansiosos por probar a Jesús, llevaron a la mujer ante Él y le preguntaron si debía ser apedreada de acuerdo con la Ley de Moisés.
Jesús, en su infinita sabiduría, respondió con las ahora famosas palabras: "El que está sin pecado entre vosotros, que primero le arroje una piedra". Condenados por su propia conciencia, los acusadores se fueron uno por uno, y la mujer se salvó.
Si este pasaje era o no parte del texto original ha sido un tema de debate entre los eruditos durante siglos, sin embargo, eso es irrelevante. Si bien este pasaje todavía ilustra bellamente la misericordia y la compasión de Jesús, a menudo se usa mal y se malinterpreta en el mundo de hoy, particularmente en las discusiones sobre el direccionamiento de los falsos maestros y sus enseñanzas. Algunos argumentan que "tirar piedras" en forma de palabras, razonamiento y Escrituras equivale a dañarlos físicamente, y por lo tanto, debemos abstenernos de hacerlo. Sin embargo, esta peligrosa comparación finalmente lleva a las personas por mal camino y no es una comprensión precisa de Juan 8: 7.
En primer lugar, el contexto del pasaje es crítico ya que Jesús no estaba abogando por evitar abordar el pecado o el error doctrinal. Más bien, estaba desafiando la justicia propia de los líderes religiosos que estaban más interesados en condenar hipócritamente a otros por violar la ley que en examinar sus propios corazones. Estos líderes religiosos creían que sus obras externas de alguna manera les ganarían el favor de Dios mientras no tuvieran un cambio interno en el corazón. En otras palabras, eran falsos maestros y Jesús estaba *jadeando* criticando sus falsas enseñanzas. Esta distinción a menudo se pasa por alto cuando las personas argumentan en contra de confrontar a los falsos maestros.
Las Escrituras están repletas de ejemplos de hombres y mujeres piadosos que confrontaron falsas enseñanzas y errores, a menudo usando un lenguaje fuerte y una reprensión directa. El apóstol Pablo, por ejemplo, no rehuyó nombrar a los falsos maestros y sus herejías en sus epístolas. En Hechos 13:8-11, Pablo reprendió a Elimas el hechicero por intentar apartar al procónsul de la fe. También advirtió contra los falsos maestros y las personas divisivas en Romanos 16:17-18 y llamó a Himeneo y Alejandro por su blasfemia en 1 Timoteo 1:20. Además, Pablo advirtió a Timoteo acerca de Himeneo y Fileto, quienes enseñaron que la resurrección ya había ocurrido, llevando a algunos creyentes por mal camino (2 Timoteo 2: 17-18). Pablo incluso usó imágenes duras y gráficas para expresar su frustración con aquellos que contaminarían el nombre de Cristo con sus falsas enseñanzas (Gálatas 5:12).
Jesús mismo denunció la hipocresía y las falsas enseñanzas de los fariseos y escribas. En Mateo 23, Jesús emitió una serie de "aflicciones" contra estos líderes religiosos por su hipocresía, justicia propia y descuido de la justicia, la misericordia y la fidelidad. En Mateo 16:6-12, advirtió a sus discípulos que se cuidaran de la "levadura" de los fariseos y saduceos, que representaban sus falsas enseñanzas. Además, en Marcos 7:6-13, Jesús reprendió a los fariseos y escribas por su adhesión a las tradiciones humanas sobre los mandamientos de Dios.
Confrontar a los falsos maestros y sus enseñanzas es un aspecto esencial de la fe cristiana. Al advertir a otros sobre estos peligros, ayudamos a proteger al rebaño y mantener la pureza del Evangelio y la pureza de la Iglesia.
Intentar disuadir a las personas de practicar el discernimiento y preocuparse por la Iglesia usando mal Juan 8:7 como una declaración general para silenciar cualquier forma de corrección o confrontación es una mala interpretación grave de este pasaje, y es una enseñanza falsa en sí misma que puede tener consecuencias nefastas. Si no se controlan, las falsas enseñanzas pueden propagarse como el cáncer, causando un daño incalculable a la salud espiritual y el bienestar incluso de los verdaderos creyentes.
Desafortunadamente, a demasiados falsos maestros en la Iglesia hoy en día se les da un pase y se les permite difundir sus enseñanzas impías sin la reprensión abierta de la Iglesia en general. Esto les da una falsa sensación de seguridad, creyendo que son justos, sin embargo, ellos mismos están en un camino hacia la destrucción y llevando consigo a innumerables multitudes. Si bien nuestra esperanza es siempre el arrepentimiento, nuestro primer deber es defender la Iglesia y el evangelio que se le ha confiado, marcando y evitando a aquellos que causan estragos entre ella.
Si bien siempre debemos abordar los asuntos de falsa enseñanza con humildad, discernimiento, un amor sincero por la verdad y, lo más importante, un deseo de ver a Dios glorificado en esa verdad, no debemos ser disuadidos de abordar y corregir tales problemas cuando surjan. Hacerlo no es "echar piedras" de la manera condenada por Jesús en Juan 8:7, sino más bien es cumplir fielmente nuestro deber como cristianos de "contender fervientemente por la fe que fue entregada una vez por todas a los santos" (Judas 1:3). Por lo tanto, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para aferrarnos a la verdad y, al hacerlo, guiar a otros a lo largo del camino angosto que conduce a la vida.
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Jesús: el Cordero pascual sin mancha y Nuestro Jubileo.
Versículos de la Biblia.
1 Corintios 5:7 Limpiaos de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra Pascua, que es Cristo, fue sacrificada.
Juan 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
En la tipología, el cordero pascual era examinado cuatro días antes de ser inmolado (Ex. 12:3-6). El Salvador-Hombre también como el verdadero Cordero pascual (1 Co.5:7), fue examinado cuatro días antes de ser inmolado. Llegó a Betania seis días antes de la Pascua Al día siguiente entró en Jerusalén y regresó a Betania El tercer día fue otra vez a Jerusalén (Mr. 11:12-15) y comenzó a ser examinado por los líderes judíos, según la ley judía y por Pilato, el gobernador romano, según la ley romana hasta el día de la Pascua, cuando fue crucificado (Mr. 14:12; Jn. 18:28).Esta examinación insidiosa y capciosa, que provino de muchas direcciones, duró exactamente cuatro días. El Salvador-Hombre pasó la verificación , lo cual comprueba que Él satisfacía todos los requisitos para ser el Cordero que Dios requería para efectuar la redención, y sobre esta base Dios no juzgó a los pecadores, tanto judíos como gentiles.
Según Éxodo 12, cada familia debía tomar un cordero sin defecto para la Pascua (Ex. 12:3-5). Podemos decir que el Señor Jesús era el Cordero pascual designado a morir por toda la familia humana. En el Antiguo Testamento el cordero tenía que ser examinado para ver si tenía defecto. En Lucas 20 los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos, los fariseos y los saduceos examinaron al verdadero Cordero pascual. Pero no se dieron cuenta de que Aquel a quien ellos estaban examinando era el Cordero que Dios había provisto para que muriera por ellos. El Cordero poseía el más alto nivel de moralidad. Éxodo 12 dice que Él estaba libre de defecto; es decir, era completamente perfecto e inmaculado.
En la Biblia, 1 Corintios 5:7 dice que Cristo es el cordero pascual que fue sacrificado.
En la Biblia, Jesús es llamado el Cordero de Dios en Juan 1:29 y Juan 1:36. Esta referencia se basa en el Antiguo Testamento, donde los sacrificios de corderos eran muy importantes en la vida religiosa judía.
El jubileo
En la Biblia, el jubileo era un año en el que se restauraban los bienes, las deudas y las relaciones sociales. En Levítico 25:8-11 se dice que en el año del jubileo, cada persona debía volver a su propiedad paterna y a su clan.
La palabra jubileo proviene del latín iubilare, que significa expresar o gritar de alegría. También puede provenir del hebreo yobel, que es el sonido que emitía el cuerno de los machos cabríos para anunciar el inicio del jubileo.
R. P. H.
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Las circunstancias en Palestina hace unos dos mil años no eran diferentes de las actuales. Palestina era una colonia romana, gobernada con puño de hierro... el Senado romano declaró a Herodes rey de Judea (un rey vasallo para imponer la Pax Romana)... En la Palestina del siglo I, la violencia y las ejecuciones, los impuestos sin representación, las violaciones de los derechos humanos, la segregación, la esclavitud, la explotación, la xenofobia, la expulsión y la confiscación de propiedades personales y comunales eran la norma en una sociedad que degradaba y menospreciaba a sus poblaciones autóctonas no judías... los fariseos, saduceos y levitas de la época de Jesús consideraban a los samaritanos, inferiores... fueron vilipendiados, perseguidos, condenados al ostracismo y restringidos al monte Gerizim de Cisjordania... Si se compararan las condiciones de la Palestina de la Pax Romana en la época del nacimiento de Jesús con la Pax Americana/Israelica en la Palestina ocupada de hoy en día, uno se sorprendería al descubrir que la ocupación romana era infinitamente más benigna... Utilizando al rey judío Herodes como cliente amistoso y títere, los romanos le dieron carta blanca... Percibiendo el nacimiento del prometido Mesías/Rey como una amenaza a su dominio, Herodes ordenó la matanza genocida de todos los niños varones en Belén y sus alrededores... Lo que Roma fue para Herodes, Estados Unidos (y sus serviles presidentes y congresos) y sus aquiescentes vasallos europeos son para Netanyahu e Israel... desde el 7 de octubre de 2023 han muerto 45.841 gazatíes, el 70% de los cuales son mujeres y niños, y 106.962 mil han resultado heridos... La parábola de Jesús sobre el buen samaritano estaba sin duda basada y dirigida contra el fanatismo y la xenofobia que imperaban en aquella época... «Jesús era un palestino ocupado, no un ocupante israelí. Aclara tu historia» (Raouf Halaby)
#jesucristo#navidad#guerradepalestina#colonislismoisraeli#genocidio#religion#religionypolitica#religionysociedad#cristianismo#netanyahu
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Se acercaron a Jesús algunos saduceos. Esta gente niega que haya resurrección, y por eso le plantearon esta cuestión:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si un hombre tiene esposa y muere sin dejar hijos, el hermano del difunto debe tomar a la viuda para darle un hijo, que tomará la sucesión del difunto.
Había, pues, siete hermanos. Se casó el primero y murió sin tener hijos.
El segundo y el tercero se casaron después con la viuda.
Y así los siete, pues todos murieron sin dejar hijos.
Finalmente murió también la mujer.
Si hay resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa esta mujer, puesto que los siete la tuvieron?»
Jesús les respondió: «Los de este mundo se casan, hombres y mujeres,
pero los que sean juzgados dignos de entrar en el otro mundo y de resucitar de entre los muertos, ya no toman marido ni esposa.
Además ya no pueden morir, sino que son como ángeles. Son también hijos de Dios, por haber nacido de la resurrección.
En cuanto a saber si los muertos resucitan, el mismo Moisés lo dio a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor: Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
El no es Dios de muertos, sino de vivos, y todos viven por él.»
Intervinieron algunos maestros de la Ley, y le dijeron: «Maestro, has hablado bien.»
Pero en adelante no se atrevieron a hacerle más preguntas.
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La Resurrección: Vida Eterna en la Enseñanza de Jesús
23 de noviembre Papa san Clemente I, san Columbano,Beato Miguel Pro Apocalipsis 11:4-12 Salmos 144:1-2, 9-10 Lucas 20:27-40 La Resurrección y la Vida Eterna “Si alguien quiere hacerles daño, saldrá un fuego de su boca que consumirá a sus enemigos…” (Apocalipsis 11:5). En el evangelio de hoy que nos trae san Lucas en el capítulo 20:27-40, nuestro Señor Jesús se enfrenta a los saduceos, una…
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Estudio basado en Marcos
TEMA: Advertencia de Cristo contra los fariseos y los herodianos - Marcos 8:12-15. Expositor: Marvin Soto - Alajuela, Costa Rica
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La resurrección de los muertos, esperanza de los cristianos
La pregunta de algunos de los saduceos es sobre la situación de las viudas sin hijos ¿deben casarse con ella algún hermano del difunto tendría que casarse con la mujer de su hermano fallecido? Pero en realidad la cuestión de fondo es otra. Estos saduceos no creen en la resurrección y recurren a una casuística que pone difícil creer en la resurrección de los cuerpos. El Señor les responde: “los…
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Lecturas del Sábado de la 33ª semana del Tiempo Ordinario
Lecturas del día 23 de Noviembre de 2024
Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis 11,4-12
Yo, Juan, oí que me decían: “Aquí están mis dos testigos. Son los dos olivos y los dos candelabros, que están ante el Señor de la tierra. Si alguno quiere hacerles daño, su boca echará fuego que devorará a sus enemigos; así, el que intente hacerles daño, morirá sin remedio.
Ellos tienen poder de cerrar el cielo para que no llueva mientras dure su misión profética; tienen poder para convertir el agua en sangre y para castigar la tierra con toda clase de plagas, cuantas veces quieran.
Pero, cuando hayan terminado su misión, la bestia que sube del mar les hará la guerra, los vencerá y los matará. Sus cadáveres quedarán tendidos en la plaza de la gran ciudad, donde fue crucificado su Señor, y que simbólicamente se llama Sodoma o Egipto.
Durante tres días y medio, gentes de todos los pueblos y razas, de todas las lenguas y naciones contemplarán sus cadáveres, pues no permitirán que los sepulten. Los habitantes de la tierra se alegrarán y regocijarán por su muerte y se enviarán regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas habían sido el azote de ellos.
Pero después de los tres días y medio, un espíritu de vida, enviado por Dios, entrará en ellos: se pondrán de pie y todos los que los estén viendo se llenarán de espanto. Oirán entonces una potente voz, que les dirá desde el cielo: ‘Suban acá’. Y subirán al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos”.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Sal 144 (143), 1.2.9-10 R./ Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
Bendito sea el Señor, mi roca firme; él adiestró mis manos y mis dedos para luchar en lides. R./ Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
El es mi amigo fiel, mi fortaleza, mi seguro escondite, escudo en que me amparo, el que los pueblos a mis plantas rinde. R./ Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
Al compás de mi citara, nuevos cantos, Señor, he de decirte, pues tú das a los reyes la victoria y salvas a David, tu siervo humilde. R./ Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Lucas 20,27-40
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?”
Jesús les dijo: “En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven’’.
Entonces, unos escribas le dijeron: “Maestro, has hablado bien”. Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada.
Palabra del Señor
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📖 El fundamento y la doctrina | Mateo 7:24-27
El fundamento de nuestra doctrina debe ser Jesucristo, pero debemos aclarar a qué se refiere que nuestro fundamento sea Jesucristo para no cometer el mismo error que cometieron los fariseos o saduceos, al decir que ellos vivían conforme a la ley de Moisés y eran hijos de Abraham, pero en realidad le prestaban más atención a la tradición.
#fundamento#doctrina#Mateo#palabra#biblia#practica#hacer#Dios#Jesús#roca#Espíritu Santo#piedra#Youtube
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MIÉRCOLES DE LA IX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
Leccionario
Primera lectura
2 Tim 1, 1-3. 6-12
“Reaviva el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos”
Comienzo de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios para anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido: gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Dios, a quien sirvo, como mis antepasados, con conciencia limpia, porque te tengo siempre presente en mis oraciones noche y día. Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos, pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor y de templanza. Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó con una vocación santa, no por nuestras obras, sino según su designio y según la gracia que nos dio en Cristo Jesús desde antes de los siglos, la cual se ha manifestado ahora por la aparición de nuestro Salvador, Cristo Jesús, que destruyó la muerte e hizo brillar la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio. De este Evangelio fui constituido heraldo, apóstol y maestro. Esta es la razón por la que padezco tales cosas, pero no me avergüenzo, porque sé de quién me he fiado, y estoy firmemente persuadido de que tiene poder para velar por mi depósito hasta aquel día.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 122, 1b-2b. 2cdefg (R.: 1b)
R. A ti, Señor, levanto mis ojos.
V. A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo. Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores.
R. A ti, Señor, levanto mis ojos.
V. Como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su misericordia.
R. A ti, Señor, levanto mis ojos.
Aleluya
Jn 11, 25a. 26
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo soy la resurrección y la vida —dice el Señor—; el que cree en mí no morirá para siempre.
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Evangelio
Mc 12, 18-27
“No es Dios de muertos, sino de vivos”
+Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
En aquel tiempo, se acercan a Jesús unos saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntan: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, que se case con la viuda y dé descendencia a su hermano”. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección y resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella». Jesús les respondió: «¿No estáis equivocados, por no entender la Escritura ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados».
Palabra del Señor.
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Josías: El Rey que Amó al Señor - Mark Zhakevich
2 Crónicas 34
Josías: El Rey que Amó al Señor
Adelante, toma tu Biblia y ábrela en el libro de 2 Crónicas, en el capítulo 34, es donde estaremos pasando la mañana juntos. 2 Crónicas capítulo 34. Mientras analizamos la historia del rey Josías, aprendemos haciendo preguntas. Hacemos preguntas en el trabajo, en la escuela, en la iglesia y en casa. Según un estudio realizado en el Reino Unido, los niños hacen la mayoría de las preguntas de cualquier grupo de edad. Observaron a niños de 2 a 10 años, y esos niños hacen hasta 400 preguntas por día. Parece que conoces a algunos de ellos. Desde el momento en que los niños se despiertan, tienen preguntas. Niñas de cuatro años son las m��s curiosas, hacen hasta 400 preguntas por día. En el otro lado del espectro, hay niños de 9 años que están bastante contentos con su vasto conocimiento y por eso hacen solo 150 preguntas por día.
Se estima que una madre recibiría 105.000 preguntas al año de sus hijos. Cuando somos adultos, hacemos preguntas todo el tiempo. Imagina una conversación sin una pregunta. La mayoría de las conversaciones comienzan con una pregunta. Recuerdo estar en la universidad y asistir al estudio bíblico de Nathan Bit, y regularmente me acercaba a él para hacer preguntas al final del grupo. Me apodó 'signo de interrogación'. Está estancado, la gente todavía me llama así. Si piensas en preguntas, algunas de ellas son triviales, pero algunos dijeron que la trayectoria de nuestras vidas considera la Biblia y las preguntas que se hacen en nuestras Biblias.
La primera pregunta formulada en la historia humana fue hecha por Satanás cuando se acercó a Eva y dijo: '¿Dios dijo?' Esa pregunta llevó a la humanidad al pecado y al juicio. La primera pregunta que Dios hizo fue a Adán: '¿Dónde estás?'
Hay algunas preguntas en la Biblia que se han convertido en dichos proverbiales: '¿Soy yo el guardián de mi hermano?' Pilato le pregunta a Jesús: '¿Qué es la verdad?' Cuando miras el ministerio de Jesús, alrededor de 200 preguntas enmarcan su ministerio. Los demonios le hicieron preguntas a Jesús, los fariseos, los abogados, los escribas, los saduceos, Pilato, Herodes, el sumo sacerdote, las multitudes, y sus propios discípulos. Le hicieron preguntas como: '¿De dónde eres?' '¿Eres el Hijo de Dios?' '¿Eres el profeta?' '¿Eres el Rey que viene?' '¿Tengo que pagar impuestos?' '¿Puedo divorciarme de mi esposa por cualquier motivo?' '¿Eres tú el Mesías?'
Se le hizo una pregunta tras otra a Jesús, pero hay una pregunta que surge sobre todas las demás que le hicieron a Jesús. Esa es la última pregunta que Jesús respondió, y nadie se atrevió a hacerle más preguntas después de esa. Según Mateo, fue 4 días antes de la muerte de Jesús cuando un intérprete de la ley se acercó a Él y, probándolo, le preguntó: '¿Cuál es el mandamiento más grande?' Y Jesús responde citando Deuteronomio 6:5: 'Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas.'
Para Jesús, este es el mandamiento más importante. El significado de este mandamiento es que debemos amar al Señor con todo nuestro ser.
Cuando examinamos las páginas de las Escrituras, solo hay una persona de quien se dice que amó al Señor su Dios con todo su corazón, con toda su alma y con todo su poder. Solo Josías recibe ese elogio en las páginas de las Escrituras, lo que no quiere decir que sea el único individuo fiel en la Biblia, sino que se presenta como el único individuo a quien se le aplica este mandato y lo cumplió.
Como cristianos, aspiramos al cumplimiento de este mandamiento. Queremos obedecer a Dios sincera y genuinamente. Queremos amar a Dios con nuestro corazón, con nuestra alma, con nuestras fuerzas, y sin embargo, sabemos que nos quedamos cortos cada vez que aparece este mandamiento.
Este gran mandamiento en la Biblia siempre menciona el corazón primero, porque de él fluyen los manantiales de la vida. Proverbios 4:23 dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida.” Salmo 37:4 dice: “Deléitate en el Señor, y Él te concederá los deseos de tu corazón.” Es decir, si tu corazón se deleita en Dios, te permitirá estar satisfecho con Él.
El corazón, según el Antiguo Testamento, es el asiento del afecto. Nuestros deseos provienen del corazón. Fue John Piper quien dijo: “Amar a Dios no es trabajar primero para Dios. El corazón no es un órgano de desempeño, sino un órgano de preferencia.” Por eso ponemos a Dios como nuestra prioridad en la vida. Jesús dijo: “Donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.”
El gran mandamiento continúa: amamos a nuestro Dios con nuestro corazón y con nuestra alma. En el Antiguo Testamento, la idea de "alma" se refiere a nuestra composición completa, todo lo que somos. Luego leemos que debemos amar al Señor nuestro Dios con todas nuestras fuerzas.
Este término, que aparece 300 veces en el Antiguo Testamento, no significa "poder" o "fuerza" en el sentido físico. De hecho, 298 veces de esas 300, la palabra utilizada es "muy", un adverbio que indica intensidad. Solo dos veces se usa en el sentido de "fuerza," una de ellas en Deuteronomio 6, refiriéndose al gran mandamiento, y la otra en 2 Reyes 23, donde se habla de Josías amando al Señor con toda su intensidad.
Por lo tanto, el gran mandamiento requiere que amemos al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, alma y ser. No se trata solo del poder físico que podamos tener en nuestras manos o pies, sino de todo nuestro ser comprometido a amar a Dios.
Moisés explica esto en Deuteronomio 6:5-9, cuando da este mandato y continúa diciendo: “Ahora enseña este mandato a tus hijos. Asegúrate de que esté escrito en tus manos y en los postes de tus puertas.” En otras palabras, este mandamiento debe impregnar todos los aspectos de nuestras vidas.
Todo en la vida debe caracterizarse por nuestro amor por Dios. Este amor debe ser la raíz de todas nuestras decisiones y elecciones: nuestras carreras, relaciones, familias y posesiones deben estar motivadas de alguna manera por nuestro amor por Dios. El amor de Dios impregna todo lo que tenemos en la vida. Si este gran mandamiento es el más grande según Jesús, entonces debería ser la preocupación principal de nuestras vidas, de todo lo que nos deleitamos y a lo que preferimos dedicarnos.
Esto nos lleva a preguntarnos, ¿qué hizo el rey Josías que motivó a su biógrafo en 2 Reyes, capítulo 23, a escribir que amaba al Señor su Dios con todo su corazón, alma y mente? Para entender bien su vida e historia y cómo cumplió este gran mandato, echemos un vistazo a 2 Crónicas, comenzando en el capítulo 34, versículo 1.
"Josías tenía 8 años cuando llegó a ser rey y reinó 31 años en Jerusalén. Hizo lo recto ante los ojos del Señor y caminó en los caminos de su padre David, y no se desvió ni a la derecha ni a la izquierda. En el año décimo de su reinado, siendo aún joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David."
Josías tenía 8 años cuando se convirtió en rey, debido al asesinato de su padre Amón, quien solo reinó durante 2 años. Este asesinato debió provocar una gran inestabilidad política en Jerusalén, lo que llevó a que un niño de 8 años asumiera el trono en el año 640 a.C., aproximadamente 40 años después de las profecías de Isaías que escuchamos en las últimas semanas. Sin embargo, el reinado de Josías comenzó en un período único en la historia de Israel.
Durante este tiempo, hubo un cambio sísmico político en el antiguo Cercano Oriente, ya que el poder pasó de Asiria a Babilonia. Los asirios, que habían dominado la región e incluso conquistado Israel, el reino del norte, ya no tenían el control que alguna vez tuvieron. Destruyeron el reino del norte, exiliaron al pueblo y trajeron extranjeros para sofocar posibles rebeliones.
Asiria, unos 60 años antes del reinado de Josías, rodeó Jerusalén durante el reinado de Ezequías, y Dios envió un ángel que mató a 185.000 asirios en una noche. Ahora, a mediados del siglo VII a.C., los asirios estaban perdiendo el control, y cuando Josías murió, Asiria sería solo un recuerdo, ya que Babilonia había tomado el control.
Durante su reinado de 31 años, hubo paz y estabilidad en Judá, mientras Babilonia y Asiria estaban en guerra. El reinado de Josías comenzó con él haciendo lo recto ante los ojos del Señor, caminando en los caminos de David y no desviándose ni a la derecha ni a la izquierda. Solo otros dos reyes en el Antiguo Testamento, Asau y Ezequías, son comparados con David, lo que coloca a Josías en una lista muy corta de reyes fieles.
En el décimo año de su reinado, cuando tenía 16 años, Josías comenzó a buscar al Señor.
Y así, mientras miramos esta historia y tratamos de entender cómo cumplió Josías este gran mandamiento, que solo él recibe este elogio en las páginas de las Escrituras, me gustaría observar las cinco prioridades de un individuo que ama al Señor su Dios con todo su corazón, su alma y su fuerza.
Las cinco prioridades de un creyente que ama a Dios con todo su corazón y su alma. La primera es que busques a Dios.
Dice en el versículo 3 que Josías, cuando tenía 16 años, comenzó a buscar al Dios de su padre David. Una segunda referencia a David: David era un hombre conforme al corazón de Dios. Para ser comparado con David fue un honor.
Lo que indica Josías es que no tienes que tener 40, 50 o 60 años, o incluso más, para poner tu vida en la trayectoria de buscar a Dios. Puedes ser un adolescente, un estudiante de secundaria, y buscar al Señor tu Dios con todo tu ser.
Cuatro años después de la muerte de Josías, otros cuatro adolescentes serían tomados como rehenes y luego desterrados a Babilonia: Daniel, Hanías, Misael y Azarías. De ellos dice en Daniel capítulo 1 que también fueron fieles al Señor su Dios.
Como comenta el biógrafo sobre la búsqueda de Dios de Josías, la terminología que usa es de cuidado y precisión. Enfoque. En realidad, se usa para describir a Esdras en Esdras 7:10, donde dice que Esdras puso su corazón a estudiar la ley del Señor. Pueden imaginarse a alguien que está estudiando la ley del Señor; ese individuo sería cuidadoso y muy concentrado, prestando atención a los detalles de esa ley para poder practicarla y enseñarla, como Esdras había puesto su corazón. La mente de Josías estaba fijada en Dios.
Esto viene en marcado contraste con su propio padre Amón, porque si miras el capítulo 33 y el versículo 22, Amón es descrito como un hombre que hizo lo malo ante los ojos del Señor, como lo había hecho Manasés, su padre. Y sabemos acerca de Manasés, el rey más malvado en la historia del antiguo Israel. Amón sacrificó para todas las imágenes talladas que su padre Manasés había hecho y les sirvió. Además, no se humilló ante el Señor como lo había hecho su padre Manasés, sino que Amón multiplicó el mal.
¿Te imaginas que tu lápida diga como epitafio "multiplicó la culpa"? Más allá del hombre Manasés. Manasés fue el rey más malvado. Es una descripción radicalmente diferente del compromiso de Josías con Dios frente a su propio padre. Es decir, no vio un buen ejemplo en su padre sobre cómo seguir a Dios, pero lo hizo bien.
A los 16 años, mayor de edad, ahora es el rey. Tiene todo el poder, tiene todo el dinero, tiene todos los recursos, tiene el ejército bajo su control, tiene acceso a todo tipo de entretenimiento, como lo habría tenido Salomón o cualquier otro rey. Pero nada de eso se menciona. Para el biógrafo, lo que le llama la atención sobre el rey Josías es que amaba al Señor su Dios con todo su ser.
¿Dónde comienza eso? Comienza con la segunda prioridad que notaremos en esta historia, y es que te separes del pecado. El rey Josías buscó al Señor y se separó del pecado, y eso hace un individuo fiel que quiere amar al Señor su Dios con todo su ser.
El profeta Habacuc estuvo en la corte de Josías, y esto es lo que escribió en el capítulo 1, versículo 13: "Tus ojos son demasiado puros para aprobar el mal y no puedes mirar la maldad". Josías debió haber entendido ese principio, tal vez lo aprendió directamente de Habacuc, y comprendió que Dios no puede coexistir con la maldad, por lo que se separa del pecado. Su devoción al Señor no se limitó a su vida privada, sino que impactó también su política pública.
Comenzamos a leer en el versículo 3 que, mientras buscaba al Señor, en el año 12 (ahora con 20 años de edad), comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, los asherim, las imágenes talladas y las imágenes fundidas. El versículo 4 dice que derribaron los altares de los Bales en su presencia, y los altares de incienso que estaban en lo alto sobre ellos los cortó. También destruyó los asherim, las imágenes talladas y las imágenes fundidas, quebrándolas en pedazos y desmenuzándolas hasta convertirlas en polvo, esparciéndolo sobre las tumbas de los que habían sacrificado. Luego, quemó los huesos de los sacerdotes sobre sus altares y purgó a Judá y Jerusalén.
En las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón, y hasta Naftalí, en las ruinas circundantes, también derribó los altares, convirtiendo en polvo los asherim y las imágenes talladas, y cortó todos los altares de incienso en toda la tierra de Israel. Luego, regresó a Jerusalén y comenzó a instituir políticas que revertían la idolatría establecida por su padre Amón y su abuelo Manasés. Fue tan exitoso y minucioso en su purga que fue más allá de su propio territorio, llegando a los territorios del norte, como Samaria, la antigua región del Reino del Norte, ahora conocida como Israel.
Recuerde que Israel había sido exiliado muchos años antes, aproximadamente 80 años antes, y ahora los asirios habitaban el área junto con algunos israelitas. Josías estaba tan concentrado en Dios, en la purificación y en la adoración exclusiva de Yahweh, que extendió su purga hasta los territorios del norte.
Un comentarista lo dice de esta manera: ambas partes del reino dividido se reúnen espiritualmente, ambas secciones de la tierra regresan a la fidelidad al Señor y a un énfasis en la adoración en un santuario central. Leemos que él va tras los lugares altos. Los lugares altos fueron construidos por Salomón 300 años antes para sus esposas, porque querían continuar adorando a sus propios dioses ancestrales, y Salomón les permitió hacerlo. Pero ningún rey se atrevió a destruir los lugares altos construidos por Salomón hasta Josías. Nada es sagrado si es en contra de la adoración de Yahweh, no importa quién lo construya. Entonces, él va y destruye estos lugares altos que estuvieron en su lugar durante 300 años.
En el versículo 5, vemos que quemó los huesos de los falsos profetas en los altares y destruyó esos altares. Desafortunadamente, hubo personas en Judá que se convirtieron a la adoración de Baal, Asham y otros dioses, y se convirtieron en sacerdotes en esas religiones. Murieron. Él exhumó esos huesos y los recogió, los puso en los altares y los quemó.
En cierto sentido, este es el cumplimiento de lo que leemos en 1 Reyes 13:2. El reino se dividió después de Salomón, y tenemos dos reyes: Roboam en el sur de Judá y Jeroboam en el norte de Israel. Jeroboam tenía miedo de perder su territorio a menos que construyera algo para que la gente adorara, y por eso construye dos altares, uno en Betel, para evitar que la gente regrese a Jerusalén para adorar. En 1 Reyes, capítulo 13:2, hay una escena en la que un hombre de Dios aparece, mira este altar construido por Jeroboam y lo maldice. Está hablando con este altar como si fuera humano y dice que viene un descendiente de la familia de David que realmente quemará los huesos de los sacerdotes en este altar.
Este es el cumplimiento de esa profecía. La profecía de 300 años antes Josías se centra en adorar a Dios, eliminando y erradicando a Israel y Judá de la idolatría. Viaja por la nación y envía personas a las distintas partes de las ciudades para destruir cualquier rastro de idolatría.
Si estuvieras en el pasaje paralelo a 2 Crónicas 34 y 2 Reyes 23, verías este énfasis en la agresión y la inmediatez con la que Josías destruye la idolatría: quema, muele a polvo, derriba, destruye, aplasta, corta, elimina, mata, y contamina. Su objetivo es revertir las políticas de los reyes anteriores que instituyeron la idolatría en Jerusalén.
Una vez que termina de viajar por la tierra y hacerlo, el versículo 7 dice que regresa a Jerusalén. En el versículo 8 nos encontramos con un Josías de 26 años en el 18º año de su reinado. Cuando hubo purificado la tierra y su casa, envió a Shafán, hijo de Azalías, a Maasías, oficial de la ciudad, y a Joah, hijo de Joacaz, el registrador, para reparar la casa de Jehová su Dios. Ahora centra su atención en el templo, porque el templo estaba en desorden.
Su tatarabuelo Acaz cerró las puertas del templo y prohibió al pueblo judío adorar a Yahweh, en lugar de ordenarles que adoraran ídolos. Ídolos paganos. Manasés continuó esa política; Amón continuó esa política. Estos hombres convirtieron el templo de Dios en un templo pagano. Dios dijo, cuando se construyó el templo, "Este es el lugar donde pondré mi nombre para siempre." Esta es la casa de Dios; Dios la demandó para sí mismo, la identificó como su casa, y sin embargo se convirtió en un lugar idólatra.
Josías decide recaudar fondos, y en los siguientes versos habla sobre el dinero que recauda para el esfuerzo de limpiar el templo. El proceso de reforma no es solo de la tierra, sino también del templo. Encuentra estatuas rotas de Aserá, ídolos de Baal, y vasijas que se usaban para sacrificios paganos. Todos estos objetos de adoración pagana los saca y comienza a destruirlos. Los quema en el valle de Cedrón, que está entre Jerusalén, el área del Monte del Templo y el Monte de los Olivos. Puedes visitar ese lugar hoy. Él toma toda esta basura del templo y la lleva a este valle y la quema. Se convierte en un montón de basura.
Luego dice que va y destruye los apartamentos de los prostitutos masculinos que fueron construidos por sus predecesores en los terrenos del templo. Tienes que imaginar la escena en la que se suponía que el templo estaba dedicado a Yahweh; ahora tiene apartamentos para prostitutos, y Josías viene y los destruye por su paganismo. Josías quitó a los adivinos y a los espiritistas que llenaban la tierra. El pueblo de Dios prefería consultar con los muertos que con el Dios Vivo, y entonces Josías los destruye, cierra esas tiendas, y también destruye los altares que fueron construidos en el valle de Hinom.
El nombre del Nuevo Testamento para el valle de Hinom es Gehenna. Solo piensa en los lugares donde Jesús habló de Gehenna. Ese valle ahora está en el lado oeste de Jerusalén.
Manasés construyó altares para sacrificar a sus hijos en esos altares, y así lo hizo. Josías entra a esa área y destruye todos esos altares. Pero mi momento favorito en la purga de Josías es en 2 Reyes 23:11. No tenemos ese detalle aquí, pero lo tenemos en el pasaje paralelo, donde dice que Josías quitó los caballos que los reyes de Judá le habían dado al hijo a la entrada de la casa de Jehová, y quemó los carros del hijo con fuego.
Es como si dijéramos que había caballos dedicados al hijo dios. Va a los establos, abre las puertas y dice: "Vete", suelta los caballos. No los mata, suelta los caballos y quema los carros. Está quitando toda tentación, toda evidencia de idolatría. Un comentarista dice que Josías retrocedió el reloj, por así decirlo, hasta la pre-idolatría de Jerusalén, hasta los días de gloria de David, cuando las imágenes no eran bienvenidas en la ciudad capital del pueblo del Señor.
El monoteísmo es, una vez más, al menos la teología oficial, y el símbolo del monoteísmo es el templo. Entonces, comienza el esfuerzo de limpieza del templo, y en medio de este proceso que acabo de describir, sacando todas las estatuas y todos los altares, en el versículo 14 dice que Hilcías, el sacerdote que es el padre del profeta Jeremías, encontró el libro de la ley del Señor, dada por Moisés.
En medio de este esfuerzo de limpieza, encuentran la palabra de Dios. Estaba debajo de los escombros, debajo de las piedras, en el polvo. Encuentran el rollo y se lo llevan al rey. Algunos han dicho que este podría ser el libro de Deuteronomio, porque el libro de Deuteronomio se centra en el pacto de Dios con su pueblo justo antes de que entraran en la tierra, y vemos muchas implicaciones del pacto aquí en la historia de Josías.
Un rabino del siglo II a.C. dijo que probablemente encontraron el Pentateuco completo. No sabemos exactamente qué se encontró, ni qué porción de las Escrituras se halló en ese momento, pero lo que es digno de mención es la respuesta a ese hallazgo. Vemos que en el versículo 19, cuando el rey escuchó las palabras de la ley, se rasgó la ropa. Cuando Josías escuchó la palabra de Dios, que le leían por primera vez, tenía 26 años.
Por primera vez en su vida, está escuchando la palabra de Dios. El primer acto es rasgarse la ropa porque este es un acto de arrepentimiento. Reconoce que ha pecado, y el pueblo de Dios ha pecado.
Ves, cuando la palabra de Dios entra en nuestras vidas, exige una respuesta. Puedes rechazarla o puedes arrepentirte, pero no puedes ser indiferente ante ella. No puedes ser pasivo, no puedes ser neutral. Para creyentes y no creyentes, cada vez que escuchamos la palabra de Dios leída o enseñada, o la estudiamos nosotros mismos, hay una respuesta que se espera de la palabra de Dios.
En este caso, Josías llora, se quita la ropa y se arrepiente, lo que nos lleva a la tercera prioridad de un individuo que ama al Señor su Dios: la sumisión a la obra de Dios, la sumisión a la palabra de Dios. Ese individuo busca a Dios, se separa del pecado y se somete a la palabra de Dios.
Piensa en tu primera Biblia. Quizás te la dieron tus padres cuando eras joven, quizás te la dio un amigo que te llevó al Señor, o quizás la robaste de un hotel y era una Biblia de Gedeón. Si es así, debes preguntarle al pastor John cuando regrese si es pecado robar una Biblia de Gedeón y ser salvo. Podría haberte sido entregada aquí en Grace Church por el ministerio de niños cuando memorizas todos los libros de la Biblia en orden y te dan una Biblia con tu nombre, o quizás te la dio un líder de grupo pequeño.
Recuerdo que tenía 12 años y recibí mi primera Biblia en inglés. Habíamos estado aquí durante aproximadamente dos años en Estados Unidos. Recuerdo que el líder de mi grupo pequeño de un ministerio juvenil me llevó a la librería y me compró mi primera Biblia de estudio Zodii. Todavía la tengo. La estuve mirando esta semana pensando en este mensaje. Está desmoronada, está sucia, pero todavía la tengo, es preciosa.
Y luego, la Providencia única de Dios: mientras caminaba hacia la iglesia esta mañana a la vuelta de la esquina de la librería, ese discipulador estaba aquí, vive en un lugar cercano. No lo he visto en años y años, y él llegó esta mañana. Fue un momento divertido para reflexionar pensando en la palabra de Dios, el poder de la palabra de Dios y mi primera Biblia en inglés.
Ahí está, tienes una Biblia que atesoras. Tal vez Abner te obligó a comprar una LSB, una elegante piel de cabra LSB, y la atesoras. El pueblo de Dios atesora la palabra de Dios.
Josías tiene 26 años. Por primera vez en su vida está escuchando la palabra de Dios. Nunca ha visto una copia de la palabra de Dios hasta ahora. En el versículo 27 del capítulo 34 vemos su respuesta completa:
“Porque tu corazón fue tierno y te humillaste delante de Dios, entonces escuchaste sus palabras contra este lugar y contra sus habitantes, y porque te humillaste delante de mí, rasgaste tus vestiduras y lloraste delante de mí, realmente te he escuchado, declara el Señor.”
Josías es un hombre quebrantado, un hombre contrito. Su corazón es tierno, lo que es la imagen de un soldado que está en el frente y ve al enemigo en el otro extremo del campo, y lo vence el miedo, haciendo que su corazón se derrita. Ese es el vocabulario aquí para él siendo tierno de corazón ante Dios: es humilde y se ha sometido a sí mismo para eliminar cualquier orgullo y resistencia a Dios. Se rasga la ropa como una señal de dolor por el pecado y llora, lo que es otra señal de arrepentimiento sincero. Está respondiendo emocionalmente a la voluntad de Dios y a su palabra.
A veces tenemos los mismos momentos en que la palabra de Dios entra en nuestras vidas, la estudiamos y pensamos en ella, y un pasaje simplemente nos supera. Lloramos por el pecado del pueblo, como Jeremías. En el capítulo 19 de Jeremías, el más grande sobre la palabra de Dios, Jeremías llora porque el pueblo no cumple con la palabra de Dios.
Contrasta la respuesta de Josías con la de su propio hijo, el rey Jeconías, descrito en Jeremías capítulo 36. El rey Jeconías sigue a Josías, pero no inmediatamente. Otro hijo lo sigue por tres meses y luego es depuesto por el rey egipcio. Después, Jeconías es puesto como rey y reina sobre Judá. Jeremías 36 nos dice que, cuando tenía 30 años, Jeremías dictó un rollo a Baruc, y Baruc luego llevó el rollo al rey Jeconías. Era una advertencia para el arrepentimiento.
En los versículos 23 y 24 de Jeremías 36, se cuenta: “Cuando Jehudí había leído tres o cuatro columnas de este rollo de Jeremías, el rey Jeconías lo cortó con un cuchillo de escriba y lo arrojó al fuego. El rey y todos sus siervos que escucharon todas estas palabras no tuvieron miedo ni rasgaron sus vestiduras, a pesar de que Elatán, Delías y Gemarías le rogaron al rey que no quemara el rollo. Él no quiso escuchar.
El rey Jeconías, el hijo del rey Josías, tiene 30 años. El viejo Josías tenía 26 años en el momento en que acabamos de leer, por lo que tienen aproximadamente la misma edad. Ambos escuchan la palabra de Dios, pero Jeconías detiene al lector después de tres o cuatro columnas, toma el cuchillo que se usó para crear el pergamino, corta el rollo y lo tira al fuego porque era invierno.
Esta es otra respuesta a la palabra de Dios: puedes rechazarla o puedes arrepentirte como el rey Josías. Para entender a Jeconías y su respuesta, vemos que el pueblo, él mismo y sus siervos no tuvieron miedo ni rasgaron sus vestiduras. En cambio, rasgaron la palabra de Dios.
Hebreos 4:12 dice: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta dividir el alma y el espíritu, las coyunturas y la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Esto es verdad de la palabra de Dios que Josías escuchó, y es verdad de la palabra de Dios que escuchas, que lees, que sostienes. Nos traspasa, nos confronta, nos convence con el objetivo de conformarnos a la semejanza de Cristo. ¿Permites que lo haga?
En Juan capítulo 8, Jesús habla a los líderes judíos que buscan matarlo y les dice: “Ustedes buscan matarme porque no has permitido que la palabra de Dios eche raíces en tu vida.” La idea es que la palabra de Dios cumpla su fin último, que es la sumisión a Dios.
Dios promete a quienes respondan favorablemente a la palabra de Dios su propio favor para ser canalizado hacia ellos.
En Isaías 66:2 leemos: “A este miraré, dice Dios, al que es humilde y contrito de espíritu y que tiembla ante mi palabra.” El individuo que es humilde y contrito de espíritu, y tiembla ante la palabra de Dios, recibe una bendición única de Dios. Dios fija su atención en esa persona que tiembla ante su palabra.
Y cuando pensamos en Josías, ese encomio que amó al Señor su Dios con su corazón, alma y fuerzas, como se menciona en la Escritura, se refiere a que nuestro amor por Dios debe ser extendido y practicado según la ley de Moisés, es decir, según el libro de Dios. En el caso de Josías, y en nuestro caso, según toda la Biblia.
No definimos cómo amamos a Dios según la cultura. La cultura quiere redefinir el amor de Dios y cómo amamos a Dios. Normalmente, la cultura diría que si amas a tu prójimo, estás bien. Eso no es lo que Dios espera en su palabra. Amamos a Dios según la revelación explícita en su Palabra. Incluso Jesús mismo dijo que la forma en que sabes que amas al Padre es que guardas sus mandamientos, como se menciona en Juan 14:31. Así es como se te identifica y demuestras que amas al Padre, porque guardas su palabra.
En Juan capítulo 5, hay un intercambio entre Jesús y líderes judíos hostiles. Jesús les dice: “Ustedes buscan las escrituras, estudian las escrituras, escudriñan las escrituras cuidadosamente, pensando que en ellas tienen vida eterna, y ellas hablan de mí, pero se niegan a venir a mí para que tengan vida.” Jesús hace una conexión: buscan en las escrituras y creen que obtendrán vida eterna a través de esa búsqueda, pero se niegan a venir a Él para tener vida. Al rechazar a Jesús, también están rechazando a Moisés y no tienen el amor de Dios dentro de ellos.
Hay una manera de tener una relación con la palabra de Dios que es superficial. Puedes estudiar, pasar tiempo en ella e intentar entenderla, pero si te niegas a venir a Cristo, nunca tendrás el amor de Dios dentro de ti.
Es imposible para nosotros conocer y entender este libro sin la gracia soberana de Dios y el empoderamiento del Espíritu Santo. Todo comienza con Dios dándonos un corazón de carne, quitando el corazón de piedra y dándonos un corazón que puede amar al Señor nuestro Dios con nuestro corazón, alma y poder.
Y comienza con nosotros reconociendo que no hemos amado a nuestro Dios. Nos hemos rebelado contra Él, lo hemos rechazado, y por eso confesamos nuestros pecados y pedimos perdón por ellos. Nos arrepentimos, lo que significa que nos alejamos de esos pecados y reconocemos a Jesús como el único Salvador que tenemos.
Entendemos que Jesús murió en la cruz por nuestros pecados; Dios puso nuestro pecado sobre Él, y Él pone su justicia sobre nosotros. Hay un intercambio que se lleva a cabo: Dios juzgó cada pecado de cada persona que cree en Jesús en la cruz. Por eso Jesús clamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Al final, Jesús clama: “Se acabó,” el pago por el pecado está hecho. Nunca seremos juzgados por nuestros pecados; ese es el hermoso mensaje del evangelio para cada persona que cree en Cristo.
Él te concede vida. Pero hay momentos, como creyentes, en que nuestro amor por Cristo y por Dios es voluble, frágil y disminuye, y no es lo que leemos de Josías. En esos momentos, te animo a orar como oró Salomón en 1 Reyes 8:58: “Inclina nuestro corazón hacia ti mismo para andar en todos tus caminos, para guardar tus mandamientos, tus estatutos y tus ordenanzas que has mandado.” O como oró David en 1 Crónicas 29:18-19: “Oh Señor, dirige el corazón de tu pueblo hacia ti mismo.” O como Pablo oró en 2 Tesalonicenses 3:5: “Que el Señor dirija sus corazones al amor de Dios.
Hay momentos, como creyentes, en que no amamos a nuestro Dios con nuestro corazón, alma y mente. En esos momentos necesitamos pedirle a Dios que intervenga y redirija nuestro amor, nuestra atención y nuestro enfoque hacia Él. Lo que ayuda en esos momentos es estar rodeados de consejo piadoso; esa es nuestra cuarta prioridad.
La cuarta prioridad de un individuo que ama al Señor es buscar a Dios, separarse del pecado, someterse a la palabra de Dios, y rodearse de consejo piadoso.
Hebreos 10:24-25 dice: "Estimúlenos unos a otros al amor y a las buenas obras." Amarnos unos a otros, amar a Cristo y las buenas obras es el paralelo en el Nuevo Testamento a lo que vemos en 2 Crónicas 34:19-21.
Regresando a 2 Crónicas, vemos a Josías rodeándose de consejos piadosos. Recuerde que esta es la primera vez que escucha la palabra de Dios. Necesita ayuda para entenderla y practicarla. Al oírla, rasga sus ropas. En el verso 20, el rey ordena que Halaya, el padre de Jeremías, Ahikam, hijo de Shapan, Abdan, hijo de Micaías, Shapan el escriba, y Asías el siervo del rey, vayan a consultar al Señor por él y por los que quedan en Israel y en Judá acerca de las palabras del libro que se ha hallado. La ira de Jehová se está derramando sobre la casa de nuestros padres porque no han observado la palabra de Jehová conforme a todas las cosas escritas en este libro.
Así, Halaya y los que el rey les había dicho fueron a Huldá, la profetisa. Huldá era la esposa de Salom, hijo de Toca, hijo de Hazra, el guardián del guardarropa. Vivía en Jerusalén en el segundo cuarto y les hablaron sobre esto. Ella responde en los versos 23-28 que viene juicio por la desobediencia, pero misericordia para Josías porque se humilló ante el Señor.
Josías entiende que necesita ayuda y otras personas para comprender lo que Dios espera. En el plan de Dios, en su providencia única, levanta individuos que usa a los héroes improbables de la historia para redirigir a la gente de regreso a Él mismo. Por lo tanto, la profetisa Huldá explica lo que Dios espera, y esto también puede verse con otros.
Los individuos en el Antiguo Testamento también cumplieron esa función. Débora en Jueces 4 y 5, Gedeón y Sansón no eran los héroes probables ni especialmente piadosos, solo mire sus vidas, pero Dios los usó para proteger a su pueblo y luego traerlo de regreso a la adoración adecuada. Ellos desempeñaron esa función en esta historia, donde Dios los usó para comunicar Su palabra a Josías.
Entienda que en la corte de Josías, Jeremías y su familia jugaron un papel importante. El padre de Jeremías, el sumo sacerdote Hilcías, y Shapan, el escriba de quien acabamos de leer, son figuras clave en la vida de Jeremías. Su primo Salomón es el tío de Jeremías, y Huldá es su tía. Jeremías, el profeta, tuvo una influencia significativa en el ministerio de Josías en su corte real. Al final de la vida de Josías, en el capítulo 35:25, se dice que Jeremías cantó un lamento por Josías. Este no es el libro de Lamentaciones, sino un lamento especial de Jeremías por Jerusalén que no está registrado en la Biblia.
Hay una amistad única allí, una asociación con el ministerio y la influencia espiritual que Jeremías y sus parientes ejercieron en Josías. Podemos ver por qué Josías fue tan fiel: necesitamos el consejo de Dios en nuestras vidas para ayudarnos a permanecer fieles. Este es un principio del Antiguo Testamento y también del Nuevo Testamento, que lo hace aún más grave.
Lo que Joaquín, el hijo de Josías, hizo es notable. Jeremías dictó el rollo a Baruc, quien lo llevó al rey Joaquín. Joaquín escuchó solo un par de columnas, tres o cuatro, y lo rompió y lo quemó. Al final de esto, sacó una orden de arresto para Jeremías. Joaquín tenía 12 años cuando su padre escuchó la palabra de Dios por primera vez y rasgó sus ropas. Fue un evento tan significativo que no hay manera de que Joaquín lo haya olvidado. Sin embargo, 18 años después, cuando tiene 30 años y es rey, toma las palabras de Jeremías, las tritura y las quema.
Esto se menciona en Jeremías 36:24, donde se señala que el rey y todos sus siervos no temieron rasgarse las vestiduras, lo cual es una muestra de mal consejo. Esto se puede ver a lo largo del Antiguo Testamento, donde los consejeros juegan un papel importante para los reyes.
Bueno, Josías, ¿cómo continuamos leyendo? Hacia el final del capítulo 34, en el verso 29, reúne a todos los ancianos de Judá en Jerusalén. El rey sube a la casa del Señor, todos los hombres de Judá, todos los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los levitas, todo el pueblo, desde el mayor hasta el menor. Y el mismo Teías leyó en sus oídos todas las palabras del libro del Pacto que se encontró en la casa del Señor. En el versículo 31, hace un pacto. Se pone de pie y hace un pacto delante del Señor de caminar en pos del Señor para guardar Sus mandamientos, Sus testimonios y Sus estatutos con todo su corazón y con toda su alma, para cumplir las palabras del Pacto escrito en este libro. En el verso 32, dice que hizo que todos los que estaban presentes en Jerusalén y Benjamín estuvieran con él. Y los habitantes de Jerusalén hicieron según el Pacto de Dios, el Dios de Josías. Sus padres quitaron todas las abominaciones de todas las tierras de los hijos de Israel e hicieron que todos los que estaban presentes en Jerusalén sirvieran al Señor su Dios durante toda su vida; no se apartaron de seguir al Señor Dios de sus padres mientras estuvo vivo.
Él pudo influir en las personas, pero no pudo cambiar sus corazones, porque nadie puede cambiar el corazón de un hombre pecador, excepto Cristo solo. Y hasta el más piadoso rey Josías, el que amó plenamente al Señor con todo su ser, no pudo cambiar el corazón del pueblo de Dios, que resistiéndolo, una vez que pasa, vuelve a la idolatría. Pero lo que hace es establecer la Pascua más grande que Israel había tenido en 500 años, y eso es todo el capítulo 35.
Eso nos lleva a nuestra prioridad final. Y es decir, servimos al Señor, buscamos a Dios, nos separamos del pecado, nos sometemos a la palabra de Dios, nos rodeamos de consejo piadoso y servimos al Señor. Cuatro veces en el capítulo 35 dice servir al Señor: él realizó el servicio al Señor en el versículo 2, verso 3, verso 10, verso 16. Y dice que lo hizo todo ese servicio para el Señor conforme a la palabra de Dios. Y es decir, verso 4, 6, 12, 13, 15. Cinco veces dice que todo lo que hizo en el capítulo 35 como dirigió al pueblo, servir al Señor se hizo conforme a la palabra de Dios. El capítulo 35 se trata de la Pascua. Se escogió la Pascua porque es la fiesta más grande reflejando la redención provista por Dios. Y dice en el verso 18 que no ha habido tal Pascua desde el día de Samuel. Esa es una declaración que fue 500 años antes. Puedes ver en los versículos 7-9 todos estos animales que fueron sacrificados: 30.000 cabras y corderos y toros, 3.000 de ellos. Y luego la gente trae sus propios animales, 2.600 ovejas más, y luego más toros. El rey Josías establece la Pascua para celebrar la protección de Dios, la redención de Dios, el perdón de Dios. Y aunque hizo todo esto, todavía no era perfecto, porque Dios no busca perfecto, busca fieles.
La historia termina en los versículos 20-27 con el rey Josías entrando en guerra con el rey Neco de Egipto. Ahora leemos en el versículo 22 que el rey Neco le dice a Josías: "Te lo digo de la boca de Dios, esta no es tu guerra, quédate afuera". Realmente no sabemos lo que eso significa, si él es solo refiriéndose a sus propios dioses porque este no es Yahweh. Esa no es la palabra, es solo una palabra normal para Dios. Podría estar refiriéndose a sus propios dioses egipcios como si le hubieran dicho que Josías debería mantenerse fuera, o que Dios tal vez podría haber usado a Neco como usó a otras personas incrédulas en el Antiguo Testamento para comunicar un mensaje a un rey y cuál era su voluntad. No lo sabemos con certeza. Lo que sí sabemos es que Josías se involucra en esta guerra, y la forma en que se involucra en esta guerra es imitando al rey Acab que estaba casado con Jezabel. Ha sido fiel en imitar al rey David, y de repente, hacia el final de su vida, imita al rey Acab. Se disfraza, se sube a un carro, va a la guerra en Megido, y una flecha lo mata y muere. Y así es exactamente como el rey Acab pudo haber muerto, disfrazado con una flecha en un carro. Ese pequeño detalle y ese paralelo podría ser una revelación de que Dios lo juzgó por desobediencia. Tal vez Dios no quería que él estuviera en esta guerra, y no lo hizo. No escuchó y él muere.
Pero veamos el elogio final sobre Josías. Dice esto en el versículo 26 del capítulo 35: "Ahora el resto de los actos de Josías y sus obras de devoción, como están escritas en la ley del Señor, están escritas en el libro de Reyes de Israel y Judá." Sus obras de devoción en hebreo es la palabra "hasset" en plural, que es la palabra para bondad amorosa de Dios.
Solo hay dos personas en la Biblia que realizan obras de devoción o obras de hasset a Dios: Ezequías y Josías, ambos reformadores para la adoración pura de Yahweh. Y esa es la última palabra sobre Josías: que su vida se comprometió a expresar bondad amorosa hacia Dios debido a lo que Dios le concedió. Mientras piensa en la expectativa de cumplir el gran mandamiento que no haremos, lo hace perfectamente. Pero cuando la Palabra de Dios entre en nuestra vida, seamos fieles, arrepentirnos, no rechazarla y amar a nuestro Dios con nuestro corazón, alma y fuerza. Si no te has arrepentido de tus pecados hoy, es el día para hacerlo.
La Biblia te manda a arrepentirte de tus pecados. Tenemos un salón de oración justo a mi derecha donde estarán allí hombres y mujeres listos para orar contigo y ayudarte a entender lo que significa pedir perdón por tus pecados, creer en Jesucristo como el único sacrificio hecho por tu pecado, humillarte delante de él y luego amar a tu Dios con todo tu corazón, alma y fuerzas.
Si no te has arrepentido de tus pecados hoy, es el día para hacerlo. La Biblia te manda a arrepentirte de tus pecados. Tenemos un salón de oración justo a mi derecha, donde estarán allí hombres y mujeres listos para orar contigo y ayudarte a entender lo que significa pedir perdón por tus pecados, creer en Jesucristo como el único sacrificio hecho por tu pecado, humillarte delante de Él y luego amar a tu Dios con todo tu corazón, alma y fuerzas.
Termino con palabras de otro pastor que dijo: Cristiano un día amarás a Dios con todo tu corazón, sin deseos de negar, sin demoras, limitaciones que superar, sin tentaciones recurrentes que rechazar, sin peso de debilidad que cargar. Más hasta entonces, pídele a Dios que te ayude a amarlo más. Oremos para ese fin.
Señor Dios, te pedimos que nos ayudes a amarte más y a vivir una vida que sea agradable a Ti, porque respondemos a Tu palabra con total sumisión y total obediencia. Capacítanos para separarnos del pecado, para establecer relaciones que sean piadosas, ayudándonos a ser fieles a Ti. Oro por todos los que somos Tus hijos para que nos capacites a amar a Cristo, para ser conformados a Su imagen mientras pretendemos cumplir el gran mandamiento. Y para los que no son tuyos, te pido que les des vida, que los perdones de sus pecados, que los traigas al reino como ellos buscan perdón y arrepentimiento de sus pecados. Oramos esto en el nombre de Jesús y para Su gloria. Amén.
Mientras vas, déjame terminar con una bendición de Efesios capítulo 6:24: "La gracia sea con todos aquellos que aman a nuestro Señor Jesucristo con un amor incorruptible." Que esa sea tu oración y tu práctica hoy. Amén.
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