#RebeliónEnLasAulas

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Cine: Personajes gays en "Pump Up the Volume" (1990)

La idea del conductor del programa radial que, con su lenguaje disruptivo, incentiva pensamientos o comportamientos revolucionarios y transformadores, no es nueva. Quizás esté más fresca en la memoria el telefilme de Disney "Radio Rebel" (2012), pero ya antes estuvo "Buenos días, Vietnam" (1987) o "La radio ataca" (1988), entre otros exponentes.

En "Suban el volumen" (título latinoamericano) o "Rebelión en las aulas" (según su versión española), Mark Hunter (Christian Slater) compone a un adolescente retraído que se destapa cada noche, cuando su alter-ego, Hard Harry, lidera "Happy Harry-Hard-On", un programa de radio pirata que emite mensajes airados sobre la "Hubert H. Humphrey High School", su cuerpo educativo y su política de expulsar "alumnos problemáticos" a la menor oportunidad (como el caso de una chica embarazada). La fama del programa es tal que es comercializada en el instituto mediante casetes de audio (centennials, googleen), lo cual despierta la reacción restrictiva de las autoridades.

Mark, cuya labor es secreta, aún para sus padres, conmina a su audiencia a escribirle (evidentemente, las cartas llegan a una dirección secreta) sobre sus pensamientos y vidas. Así, se comunica con Malcolm Kaiser (Anthony Lucero), un joven depresivo que le comunica su deseo de suicidarse. La conversación demuestra que Mark no se toma muy en serio la gravedad de la situación, lo cual lamentará mucho más tarde: el muchacho acabará matándose y desatando, con su partida, un caos creciente en la escuela, a tal punto que involucrará a los medios locales y a la policía.

Según el sitio "The Ringer", que puedes leer aquí (si sabes inglés), Malcolm Kaiser fue pensado como un adolescente gay, pero Island Pictures, una de las posibles compañías productoras, se negó a aceptarlo.

Allí, cuando se debate sobre los alcances de su responsabilidad, Hunter recibe la carta de un adolescente, a quien llama. No hay cómo identificarlo más que como el joven rubio que, en las imágenes, prosigue al angustiado Malcolm. Su historia es igualmente brutal: gay asumido y orgulloso, algunos meses antes había sido citado por un atleta estrella del instituto, a quien le confiesa que estaba enamorado de él. Sin embargo, lo que parecía una declaración con esperanza romántica devino en algo más siniestro cuando se le aparecieron algunos de sus amigos.

Allan Moyle se despacha con un relato descarnado sobre la adolescencia y la educación estadounidense, esencial y furioso, en el que pone especial foco en la desatención de los adultos frente a problemáticas juveniles. Aquí, un informe en el sitio web "The Ringer" sobre la vigencia del filme: