#Puertas giratorias
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comercializadorasale · 2 years ago
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Puertas giratorias, para el acceso fácil y controlado
Como una solución para poder controlar el acceso a sanitarios públicos, escuelas o espacios públicos, se puede recurrir a la instalación de puertas giratorias, la opción ideal para modular la seguridad al mismo tiempo que se obtiene comodidad en el monitoreo. Atendiendo a distintas necesidades, las puertas giratorias que ofrecemos en Comercializadora Sale de Grupo Issea son un apoyo integral.
¿Qué son las puertas giratorias o torniquetes de acceso?
Las puertas giratorias son estructuras que se encuentran compuestas por distintas hojas o tubos que están unidas a un eje central, su funcionamiento facilita el proceso de acceso y salida que van desempeñando las personas. 
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Debido a su versatilidad, son consideradas como el mecanismo ideal para controlar grandes flujos de personas, ya que se pueden incorporar a los espacios sin consumir espacio, reduciendo su funcionalidad. 
Función que cumplen las puertas giratorias de Comercializadora Sale
Las puertas giratorias o torniquetes de acceso que se ofrecen en Comercializadora Sale de Grupo Issea sirven para regular el acceso peatonal o el control del paso en espacios públicos y privados, dependiendo de la modalidad con la que se configuren se podrá acceder por medio de biométricos, huella digital, tarjetas programadas, efectivo o cualquier otro sistema que se encuentre disponible; esta característica también va a depender directamente del sitio en el que se instalen y las necesidades inmediatas de cada espacio o cliente. 
Estas puertas giratorias están hechas de acero inoxidable, lo que las convierte en una opción resistente y duradera. De igual manera, el mecanismo que utilizan no se daña con el uso constante, lo que sugiere una gran ventaja para espacios públicos como sanitarios o edificios gubernamentales. 
Tipos de puertas giratorias o torniquetes de acceso que se pueden adquirir en Comercializadora Sale 
Entre las variedades de puertas giratorias que se encuentran disponibles en el mercado, las que se ofrecen en Comercializadora Sale de Grupo Issea son de dos tipos: torniquetes de un cuarto y puertas giratorias de cuerpo completo. 
Puertas giratorias o torniquetes de un cuarto o de cintura alta
Estos son un tipo de torniquetes que llegan a la altura de la cintura y se conforman por tres brazos de acero inoxidable, se encuentran diseñados para solo permitir el acceso de una persona a la vez, con la posibilidad de encontrarse restringidos o con movimiento a libre demanda por parte de los usuarios. 
Es posible encontrar una variedad de este tipo de puertas giratorias o torniquetes para el control de acceso que cuenta con un mecanismo de amortiguación hidráulica en la puerta para que el metal que funciona como barrera pueda volver a su posición. 
Estos se consideran ideales para cuando las necesidades de control no ameritan una restricción de la silueta completa o tienen un mecanismo donde resulta más fácil comprobar que los usuarios respetan las medidas de seguridad. 
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Puertas giratorias o torniquetes de acceso de cuerpo completo
Este tipo de puertas giratorias son barreras metálicas que van desde el piso hasta el techo, su funcionamiento se realiza de forma mecánica. Estos torniquetes de control son recomendables cuando se requiere un máximo control en los usuarios para su ingreso o salida, ya que no hay posibilidad de que una persona pueda burlar la seguridad. 
Según los requisitos de cada sitio donde se encuentren instaladas estas puertas giratorias se define si el paso es unidireccional o bidireccional. De igual manera, se pueden definir los anchos de las hojas para poder permitir el acceso a personas con objetos de diferentes dimensiones. 
Este tipo de puertas giratorias es altamente recomendado para los lugares donde la seguridad representa un factor de suma importancia, permiten el control total de los ingresos y egresos que se van generando a lo largo de una jornada. 
Beneficios de contar con puertas giratorias o torniquetes para el control de accesos
Como se ha dejado claro, las puertas giratorias de Comercializadora Sale cuentan con múltiples beneficios, siendo el principal el factor de seguridad y control sobre los usuarios que pretenden ingresar o salir de un sitio. 
Con las puertas giratorias es posible agregar una barra de seguridad como parte de las medidas de acceso, este puede ser regulado por diferentes métodos, el principal con la colocación de paneles que permitan introducir monedas como mecanismo de cobro en sitios como sanitarios públicos. 
Estos sistemas de control funcionan con alimentación de 110V 60 Hz, pero tienen la posibilidad de ser desactivados en el momento que existan fallas eléctricas, esto para no perder la oportunidad de seguir con el flujo de personas en caso de una emergencia. Aunado a esto se puede garantizar que el montaje, uso y mantenimiento de estos equipos es muy sencillo.
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Puedes adquirir puertas giratorias o torniquetes de acceso que cumplan con los mejores estándares de calidad con nosotros en Comercializadora Sale, el funcionamiento y las especificaciones de uso y mantenimiento son sencillas y garantizadas. Comunícate y obtén una asesoría personalizada sobre estos equipos de seguridad.
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vqtblog · 2 years ago
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Juan José Millás: Adioses austeros
“Todos, de un modo u otro, acabamos por irnos porque a todos se nos cierra el telón tarde o temprano. A lo más que podemos aspirar es a hacer un bis, un par de bises como mucho, porque el público también se cansa de aplaudir o está deseando largarse a cenar. De ahí que agradezcamos tanto los adioses austeros.”
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yoestuveaquiunavezfrases21 · 6 months ago
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2134- Un buen corazón abre muchas puertas, pero convengamos que un buen escote las hace giratorias.
(Anónimo)
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jartita-me-teneis · 15 days ago
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De:@FonsiLoaiza
Gotzone Sagardui fue la consejera del PNV que desmanteló la sanidad pública. Acaba de fichar como puerta giratoria por la clínica privada Vithas. Esto decía del servicio sanitario: "Estamos ante un cambio cultural. Habrá que desplazarse más".
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una-escritora-amateur · 1 year ago
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Y como casi siempre y casi todo, las historias se repiten.
Todo relato es unidireccional, nunca sigue ambos sentidos.
No se regresa al mismo lugar ni a la misma gente del mismo modo dos veces.
Y ahí recae lo hermoso.
O regresas con más heridas de guerra, o regresas más sabio, o más consciente, cual sea, se regresa distinto.
Siempre es útil usar puertas giratorias.
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coolpizzazonkplaid · 5 months ago
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La heredera del Infierno
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Aviso: En la estadía de Arctika, Adelina estará por varias semanas hasta incluso un par de meses.
Entrenamiento
Adelina despertó con el sonido de campanadas. Sus ojos tuvieron que hacer un esfuerzo titánico para abrirse y se levantó lentamente del futón. Se cambió el pijama y se puso el uniforme. Abrió la puerta corrediza y no esperaba ver el rostro Tomas.
–Buenos días –dijo y mostró una pequeña sonrisa. Un grupo de estudiantes se acercaron a mirar lo que ocurría y el gesto amable Tomas desapareció inmediatamente–. El Gran Maestro solicita tu presencia y ponte máscara.
–No la tengo –dijo la chica. Buscó en sus bolsillos, miró velozmente su habitación y no la encontró. Ante eso, Tomas acercó sus manos a la nuca de Adelina y tiró de la tela hasta mostrar una especia de capucha. Luego, sus manos fueron hacia su cuello y sacaron una especia de tela como máscara–. Ah, ahí estaba.
Soltó una pequeña risa e intentó acomodar la nueva parte de su uniforme, pero le fue imposible ya que hacía que su cabello se saliera de su cola de caballo.
–Déjame ayudarte con esto –el chico volvió a poner las manos en Adelina ayudándola a acomodar la máscara. Mientras la ayudaba, no se percató de que uno de sus dedos cálidos se clavó en uno de los ojos de Adelina.
–¡Ay!
–Perdón –dijo Tomas alarmado y la observó por un momento para corroborar el daño y si le puso bien la nueva parte del uniforme. Adelina sintió que sus mejillas se calentaban y agradeció que la tela cubría su rostro–. Siempre fue difícil ponérmela cuando era estudiante.
–Está bien, no hay problema –la tela la estaba asfixiando y no habían pasado más de pocos segundos de cuando se la puso. Tomas hizo un gesto con la mano, mientras caminaba y Adelina lo siguió–. No puedo respirar con esto.
Tomas soltó una risa pequeña.
–También me pasó eso siendo estudiante, pero te acostumbrarás.
Caminaron por los establecimientos del clan hasta un gran campo de entrenamiento. Estaba afuera, libre de nieve y estudiantes miraban a Adelina y Bi Han. Kuai Liang lo acompañaba, mientras observaba a la muchedumbre y caminó hacia ellos.
–Vuelvan a sus actividades –dijo mordazmente y los estudiantes se pusieron rectos. Kuai Liang los llevó a otro lugar y llamó a Tomas para que lo ayude. Miró a la joven una última vez y fue con su hermano.
Adelina enfrentó a Bi Han percatándose de sus ojos marrones gélidos y se le acercó, mejorando su postura. El hermano de Tomas parecía analizar cada detalle, incluso su respiración, pero Adelina se mantuvo impasible a sus ojos de hielo.
–Veamos qué te enseñaron en la Academia Wu Shi –habló Bi Han de forma mordaz.
Repentinamente, de sus manos emergieron escarcha hasta convertirse en antebrazos y expulsaron hielo haciendo que Adelina saliera disparada. Se levantó inmediatamente, se posicionó para el combate y arremetió contra su enemigo. Bi Han la esquivó, volvió atacar con una aguja de hielo, Adelina la rompió con un puñetazo, y le asestó una patada giratoria. Bi Han retrocedió, mientras la observaba Adelina lo analizó y supo a dónde tenía que atacar.
Bi Han creó una daga de hielo con sus manos repletas de escarcha y la embistió. Adelina se hechó para atrás de forma veloz y se agachó para evitar la nueva emboscada. Inmediatamente, le hizo una llave al brazo de Bi Han y trató de salir de su agarre. Poco a poco, comenzaba a dejar de forcejear, pero Bi Han logró escapar dejando una figura de hielo de él y pateó Adelina.
Se quitó la máscara para tomar aire, escupió sangre y se puso de pie tambaleante manteniéndose a la defensiva. Definitivamente, Bi Han era más difícil de estudiar sus ataques que su hermano, Tomas. El ninja azul le dio un gancho, luego otro, hizo una patada lateral y arremetió con un deslice de hielo en el suelo haciendo que Adelina cayera al suelo nuevamente. Intentó levantarse, pero Bi Han creó una lanza de hielo apuntándola al cuello de la chica terminando su pequeña pelea.
–Me decepciona lo que la academia te enseñó, Acosta –espetó Bi Han y se puso en postura firme. La muchacha se mordió la lengua para contestarle de la peor forma–. Es una pena que ni siquiera hayas desatado tu criomancia.
–No esperaba un combate, Gran Maestro –dijo Adelina e intentó ponerse de pie. Se limpió la sangre de la boca y se acomodó la ropa–. Tenía otras suposiciones sobre mi primera clase.
–La Academia Wu Shi te hizo débil –Bi Han siguió mirándola y los ojos heterocromáticos de la chica hicieron lo mismo–. Ellos mismos no pudieron detectar a una criomante ni siquiera sabrán cómo entrenarte. Recibirás el entrenamiento suficiente para desatar y controlar tu poder. No esperes amabilidad en tu entrenamiento.
Adelina se enderezó, mientras Bi Han le daba la espalda. Se fue caminando, pero al ver que la muchacha no lo acompañaba se dio la vuelta y le gritó:
–¡Camina!
Sintió las piernas como plomo por el combate, aun así, apresuró el paso. La llevó entre los tantos templos, donde los estudiantes miraban con burla cómo el Gran Maestro le dio una paliza. Llegaron a otra arena de entrenamiento donde Kuai Liang vigilaba los movimientos de ataque rítmicos de los alumnos y le dio permiso para poder seguir el entrenamiento, acompañando al resto.
Tomó una vara de madera y les siguió el ritmo hasta coordinar sus movimientos con el resto de la clase. Algunas veces, vio como los dos hermanos la estudiaban y se susurraban entre ellos, pero Adelina fingió que estaba concentrada en mover la vara.
Continuaron con esa actividad por varias horas más hasta que Kuai Liang dio la orden de hacer pequeños combates entre estudiantes. Adelina vio como la mayoría pasaba intentando dar lo mejor de sí e impresionar al maestro. Se sintió aliviada de que sonaran las campanadas anunciando el almuerzo, así evitaba pasar a combatir por el dolor muscular.
Durante el almuerzo, vio a los tres hermanos charlando animadamente, mientras ella disfrutaba su comida y las incesantes risas poco discretas de sus compañeros por su pelea con Bi Han. La mirada de Adelina reflejaba lo poco interesada que estaba de sus comentarios y trataba de dar su mejor mirada de asesina para evitar problemas.
Algunos susurros seguían siendo esparcidos para hacer que Adelina pisara el palito, pero mantuvo su buena postura e ignoró todos los comentarios sobre su persona. Si tenían algún problema con ella que se lo dijeran en la cara y no a escondidas.
Al terminar el almuerzo, un superior le dio un balde y una pala de madera para que continuara con la labor de la noche anterior, terminar de quitar la nieve de las entradas. Adelina tomó los objetos y continuó con la tarea. Lentamente, la primera entrada iba quedando despejada y más cómoda para caminar y Adelina dejaba la nieve a las afuera del recinto. Siguió con la segunda entrada, después tercera, hasta que las campanadas anunciaron el cambio de clase y donde la muchacha tenía que dirigirse.
Una clase de manejo de armas dirigida por Tomas. Todos eligieron un arma con las que pelear y, como en la clase de Kuai Liang, hicieron pequeños combates en los que Tomas corregía cada movimiento. La chica rezó para evitar participar en las prácticas por los dolores musculares y siguió observando como Tomas peleaba con uno de los estudiantes. Tras derrotarlo, el ninja gris los observó y sus ojos se toparon con la figura de Adelina.
–¿Quieres demostrar tus habilidades con armas, Acosta?
La muchacha maldijo por lo bajo y se puso de pie, llegando a unos pocos metros frente a Tomas.
–Con gusto, maestro –respondió Adelina resignada.
Había una repisa repleta de armas de largo y corto alcance. Dagas, cuchillos, espadas, hachas, lanzas, etc. Adelina eligió lo que parecía un cuchillo de cocina, era lo único que mejor manejaba gracias a las clases que tuvo hace tiempo con el Viejo Mario.
Se posicionó a la defensiva y Tomas hizo lo mismo con su karambit en mano. Se miraron uno al otro y Tomas fue el primero en atacar usando el arma como un proyectil con su magia de humo y Adelina lo bloqueó con el cuchillo. El humo llevó el arma a su dueño y atacó con una patada haciendo que la muchacha se alejara. Tomas volvió arremeter, pero Adelina lo impidió con su antebrazo, le asestó un puñetazo en el pecho e intentó embestir con el cuchillo de cocina. El traje gris del ninja quedó rasgado, miró el daño sorprendido y volvió a ubicar su karambit cerca suyo.
–Tienes habilidad, Acosta –dijo Tomas sonriente–. Pero eres muy lenta en algunos aspectos.
–De los errores se aprenden, maestro.
–Sí, espero que la Academia Wu Shi te haya enseñado corregirlos rápidamente –habló Tomas y se preparó para atacar–. Tu destreza en el combate es vital.
Adelina bloqueó un combo de golpes con toda su fuerza, pero el dolor muscular por sus actividades anteriores le cobraban factura. Volvió a enfocarse en su contrincante y atacó con un puñetazo seguido de una embestida con el cuchillo de cocina, pero Tomas la esquivó. Luego, usó su karambit como proyectil y Adelina lo desvió, aunque no pudo evitar que el muchacho se acercara velozmente. Intentó retroceder lo más que pudo, sin embargo, Tomas le quitó de las manos el cuchillo de cocina y con una maniobra hizo que la chica callera al suelo. Rápidamente, apuntó su karambit al cuello de Adelina dando por finalizado el combate de práctica.
–Peleaste bien, Acosta –el cuchillo seguía a centímetros de Adelina, pero Tomas lo retiró–. Te desempeñas bien, pero te falta aprender más el manejo de armas. Tus habilidades con las de corto alcance es bastante habilidoso.
–Gracias por el consejo, maestro –contestó la muchacha. En ese instante, Tomas le ofreció la mano y Adelina la aceptó con gusto.
Las manos de ambos se juntaron, y cuando se alejaban, Adelina sintió que sus dedos se tocaron y una electricidad desconocida la recorrió. Sus mejillas se calentaron, agradeció tener puesta la máscara de tela y caminó velozmente hacia su sitio, sintiendo las miradas de todos como un puñal constante.
Tomas siguió peleando con otros estudiantes hasta que las campanas sonaron y Adelina siguió a su grupo. En su caminata entre los pasillos, vio a las dos ninjas de la noche anterior hablando con Bi Han. Cuando pasaba con el grupo, la observaron momentáneamente y retomaron su conversación. Al mismo tiempo, los estudiantes hicieron una inclinación y siguieron su camino.
Las clases continuaron con normalidad hasta que las campanadas sonaron nuevamente para anunciar la hora de la cena y Adelina se sintió aliviada ante el sonido milagroso. Los músculos le dolían como nunca y extrañó las clases de la Academia Wu Shi. Con dificultad, se sentó en la mesa y soltó un pequeño suspiro aliviada de poder descansar.
Al recibir la comida, la chica la aceptó dichosamente y devoró todo su plato hasta dejarlo limpio y reluciente. Algunos compañeros, la observaron con risas y Adelina les devolvió la mirada hostilmente haciendo que volvieran sus rostros a sus platos, pero aun así siguieron soltando pequeñas risas.
Tras terminar de cenar, Adelina se aseó y sus músculos gritaron aliviados por cada gota de agua caliente. Se enjuagó bien el cabello negro y su cabeza se relajó con cada masaje en su cuero cabelludo. Salió de los baños con la mente más calmada y con el cansancio pesándole en el cuerpo.
Llegó a sus aposentos con pasos pesados y cerró rápidamente la puerta corrediza para evitar a sus compañeros. Ya bastantes la evitaban como la peste por ser una antigua estudiante de la Academia Wu Shi y no quería tener que confrontarlos o causar disturbios por los que el Gran Maestro se enojara.
Se acostó en la cama y se cubrió con las colchas hasta parecer un burrito. Sacó una mano para agarrar un libro que tenía pendiente y comenzó a leer, sumergiéndose en las palabras que se transformaban en imágenes en su cabeza. Con cada página, sus párpados empezaron a pesarle, las letras se volvían borrosas haciendo que Adelina volviera a leer la misma oración varias veces y dejó el libro al lado de su futón. Cerró los ojos gustosamente y, a la vez, temerosa esperando no tener pesadillas.
A los pocos días, buscó un lugar para poder enviarles cartas a sus amigos. En sus escapadas del almuerzo, encontró un palomar y los pocos soldados que quisieron hablar con ella le dijeron que las aves llegaban a la Academia Wu Shi. La muchacha intentó disimular su emoción y salió rápidamente a sus aposentos. Tomó una pluma de entre sus bolsos y papel, las puso en la mesa y comenzó a escribir.
Queridos Daniela y Mariano:
Espero que se encuentren bien en la Academia Wu Shi. En Arctika, las cosas son rutinarias y rigurosas… no sé si esto es la colimba como la que vivió el Viejo Mario, creo que estoy exagerando con lo que escribo. En estos días, no pude desarrollar mi criomancia, pero espero hacerlo pronto e irme. Bi Han sigue siendo el mismo amargo y creo que si viera a Mariano le daría un ataque de ira y dolor a su ego.
A veces, me escapaba de las horas del almuerzo para poder buscar el palomar. Por esta vez, Mariano tenías razón, ganaste. Además, estoy pensando dentro de poco ir a las ruinas de las fronteras de Arctika para ver si me faltó algo de mi investigación. Creo que encontraré respuestas, aunque sean pocas y quizás sobre el hijo de Hela, Kolbein.
Las comidas son ricas, pero extraño comer medialunas, vigilantes, milanesas, asado… No me atrevo a cocinar a escondidas porque hay guardia y no quiero causar problemas por las que Bi Han quiera matarme. A pesar, de esas nostalgias, intento adaptarme y volver rápido con ustedes y los demás.
Espero sus respuestas,
Adelina.
La chica corrió devuelta hacia el palomar, colocó el sobre en una de las palomas y la liberó, viéndola volar y alejarse más y más, hasta perderse en las montañas. Adelina se quedó unos minutos hasta que escuchó las campanadas anunciando que el almuerzo había finalizado. La muchacha corrió a seguir con sus labores con expectativas de que sus amigos recibieran su carta.
Las semanas siguientes transcurrieron lentamente en Arctika, los entrenamientos con Bi Han se volvieron más rigurosos y extremos con nulos resultados positivos en hacer que Adelina desatara su criomancia. Incluso, el Gran Maestro usó el combate y el silencio para hacerlo. Luego de que los entrenamientos con él finalizaran, Adelina barría los suelos y alrededores de los templos, también otras labores de limpieza con algunos principiantes. Al finalizar, retomaba sus clases con los otros hermanos de Bi Han y superiores. Clases de manejo de armas, estilos de lucha, meditación, sigilo, etc. Algunas, Adelina podía destacarse como en las armas de corto alcance y meditación.
Agradecía que no le tocó hacer guardia o preparar la cena por la ardua rutina que tenía constantemente. El resto de estudiantes podían manejarla de una manera tan tranquila que hicieron que Adelina envidiara su forma tan fácil de lidiarla. Todo el cuerpo de la chica parecía gelatina con cada día que pasaba y necesitaba un respiro.
En varias ocasiones, se topaba con Tomas, se saludaban gentilmente y volvían a sus labores. Otras veces, tenían pequeñas conversaciones que se esfumaban ante la presencia de otros estudiantes y superiores. Por otro lado, Adelina intentaba encontrar una forma de salir a las fronteras de Arctika para investigar las ruinas. Le costaba demasiado por la dura rutina y los guardias que custodiaban día y la noche, pero a pesar de esas incomodidades Adelina siguió sus tareas.
También, iba al palomar averiguar si llegaba una carta de sus amigos. Esperaba hasta que las campanas sonaban anunciando el fin del almuerzo y volvía a sus labores. Hasta que, un día, la paloma vino con una carta. Adelina, emocionada, la abrió y leyó su contenido:
Querida Adelina:
¡Te extrañamos mucho! Estamos bien en la Academia Wu Shi. Entrenamos bastante, pero conseguimos algo de tiempo para descansar y hacer otras cosas. Eso despertó las creatividades y manualidades de Mariano. Está empedernido en hacer una torre de radio con la electricidad que tiene el medallón de Raiden. Imagínate su estado de ánimo, harto y resignado. Tuvo que hacer todo un discurso para convencer a Liu Kang que lo dejara hacer sus inventos.
Kung Lao es casi su secretario, pero no soporta escuchar la música de Mariano, ni Raiden. Si estuvieras aquí, seguramente te parecería como canciones de cuna. Despiertas con heavy metal, comes con heavy metal y duermes con heavy metal. Además, hay cada explosión en la habitación de Mariano y cada ruido raro que me da risa.
Kenshi y Johnny siguen peleando por quien es el poseedor de Sento, siento que es la pelea por la custodia de un niño. Hace poco, casi luchan de enserio por la espada, lo único que los frenó fuimos nosotros… aparte de los maestros.
Por mi parte, no hay mucho que contar. Solamente veo cómo Mariano se mata así mismo, pero a veces lo ayudo, no tanto como lo hace Kung Lao. Estuve entrevistando a algunos maestros para una nota personal y para ver si les caigo bien. No creo que sea así, pero vale la pena el intento.
Te extrañamos mucho,
Daniela y Mariano.
P.S: El maldito me pidió que pusiera su nombre. Además, me dijo que te diera este aparato para cargar tu celular durante tu estadía en Arctika. Sí funciona y no te hace explotar.
Adelina vio el invento y le pareció maravilloso. Era redondo y metálico, emitía electricidad y cuando acercó su celular mostró que cargaba como lo hacía con su cargador. Guardó la carta y la máquina como reliquias y los llevó a su habitación en un escondite. Buscó una nueva hoja y escribió la respuesta, expresando todas sus emociones. Luego, fue al palomar, liberó a un ave con su carta y corrió a continuar sus actividades antes de que los superiores se enteraran.
Alrededor de esas semanas, se rumoreaban que harían noches más frías y algunos llevaban más colchas a sus habitaciones y leña cerca del establecimiento. Adelina le resultaba difícil de creer que podría hacer más frío del que hacía porque parecía que vivía en la Cordillera de los Andes que en montañas chinas.
Una de las noches, Adelina se quedó despierta mirando su celular, pérdida en las fotos que tenía con Daniela y Mariano. Pasaron pocas semanas, pero aun así los extrañaba al igual que a Kenshi, Kung Lao, Raiden y Johnny. Esperaba reunirse pronto con ellos y seguir con su vida, pero por ahora debía entrenar en Arctika. Adelina se quedó mirando una vieja foto en la que los tres estaban comiendo en una de las pizzerías de Avenida Corrientes, Mariano tenía un vaso alzando y las chicas sostenían una porción de pizza en forma orgullosa. Recordó ese momento, habían logrado conseguir una buena cantidad de dinero en sus trabajos y celebraron yendo al centro.
Pasó a la siguiente foto en la que estaban nuevamente, pero se encontraba el Viejo Mario. Adelina y Daniela eran más jóvenes de unos diecisiete o dieciocho años, estaban con su mejor ropa mostrando sonrientemente sus diplomas de graduación. El Viejo Mario vestía con uniforme militar para los dos actos de egreso del trío y se sentían orgullosos de poder compartir ese momento con él. Le invadió la nostalgia al recordarlo y cómo los cuidó antes de fallecer.
Los pensamientos fueron interrumpidos por los golpes a las afueras de la habitación de Adelina. Se levantó del futón, maldijo ante el abrupto aire congelado que la invadía, fue hacia la entrada para ver quién molestaba altas horas de la noche, frotando sus manos para conseguir algo de calor y abrió la puerta con dificultad. Se sorprendió ver a Tomas con su uniforme habitual de manga corta y una mirada preocupante. Sus ojos grises mostraban incertidumbre e hicieron que Adelina los comparara con la bruma de las madrugadas. Misteriosas y no sabía qué esperar de ellas.
–Tomas –dijo Adelina y tapó mejor su cuerpo del frío y de los ojos del muchacho. Se maldijo por lo bajo al decir su nombre cerca de los oídos de sus compañeros–. Maestro, ¿qué ocurre? ¿Qué hace a estas horas de la noche?
–El Gran Maestro quiere verte –contestó Tomas seriamente–. Pide que lleves puesta ropa de clima cálidos.
–¿Qué? Hace un frío horrible afuera ¿No se dio cuenta?
–Me ordenó que te llevara con él y con esas instrucciones. Él te dirá la otra parte de lo que quiere hacer esta noche –los ojos de Tomas se volvieron tranquilos y compasivos–. Si quieres lleva un abrigo, medias y un calzado.
Adelina lo miró por un momento y entró a su habitación cerrando la puerta. Eligió una remera de manga corta blanca con el logo del álbum “The Number of the Beast” de Iron Maiden, pantalones del mismo color con rayas azules, medias polares y unas pantuflas. Tomó una campera de invierno y se chocó con Tomas al salir apresuradamente. La atrapó antes de que callera y la miró por uno segundos para después recomponerse. Le hizo un gesto para que la acompañara y la chica lo acompañó, pasando entre pasillos oscuros hasta llegar a un área decorada con vasijas y retratos familiares.
Había alfombras y varias chimeneas dando calor, muebles decorados con armas antiguas, cajones, roperos y pinturas de guerras pasadas. En ese instante, Adelina se dio cuenta de donde se ubicaba, el área donde residía el Gran Maestro y sus allegados. Una zona prohibida para ella a pesar de que la curiosidad la carcomía cada vez que veía a los hermanos entrar y salir.
Tomas entró hacia una gran sala, por lo poco que pudo ver Adelina antes de que cerrara la puerta, y se quedó afuera caminando en círculos para obtener algo de calor. Sintió que sus piernas eran cubos de hielo y el resto de su cuerpo temblaba como una hoja. Se frotó los brazos en vano y siguió caminando por varios minutos.
Harta de esperar a que Tomas volviera aparecer o Bi Han la llamara, se acercó a la puerta para escuchar si la llamar��an. La oreja derecha de Adelina tocó suavemente la madera y agudizó su audición lo mejor que pudo. Escuchó susurros entre los hermanos y gritos silenciosos seguido de pasos que se aproximaban de manera veloz y alarmó a Adelina. Se alejó de la puerta y comenzó a caminar en círculos nuevamente hasta que oyó el sonido de la madera abriéndose.
Tomas apareció, indicándole que podía pasar, fue recibida con la mirada gélida de Bi Han y se inclinó rápidamente. Volvió a poner sus manos cubriendo su pecho del horrible frío que hacía por más que las chimeneas dieran calor. Bi Han estaba sentado en lo pareció un trono con pieles de animales y sus ojos chocolate le lanzaron dagas a la muchacha.
–¿Para qué me llamó, Gran Maestro? –preguntó Adelina y bajó la cabeza–. Si no le molesta que la haga esa pregunta.
–Vamos a ver si esta noche puedes despertar tu poder de una vez, Acosta –dijo Bi Han poniéndose de pie y se acercó a Adelina–. Quítate el abrigo.
–¿Perdón? –un mal presentimiento la inundó y sentía que algo iba a salir mal de la situación.
–Quítate el abrigo –repitió Bi Han y su mirada se tornó amenazadora–. Vas a estar en el frío y no me hagas repetirlo.
–¿Por qué?
–Porque hará que tu criomancia despierte completamente –espetó Bi Han y alzó el dedo índice de forma represiva–. Y si sigues interviniendo me encargaré de hacer entrenamientos más duros y castigos extremadamente crueles.
La chica, resignada, se sacó la campera, medias y pantuflas y tembló locamente. El aire parecía ser miles de cubos de hielo que acechaban su piel descubierta y maldijo mentalmente de todas las formas posibles a Bi Han.
–Hermano, esto no es una buena idea –dijo Tomas y Adelina escuchó pasos acercándose, debía ser Kuai Liang–. Podrías ocasionarle un daño a su cuerpo o incluso matarla. Eso no le agradaría a Lord Liu Kang.
–¿Qué ocurre aquí? –preguntó Kuai Liang y salió de sus aposentos con una bata de seda–. ¿Qué hace Acosta en este lugar, Bi Han?
–Acosta despertará su criomancia –contestó su hermano tajante y volvió a enfocarse en Tomas–. Liu Kang no está aquí y si llegara a haber un problema con Acosta lo solucionaremos. Nos la trajo para que le enseñáramos la criomancia a nuestra manera.
–Bi Han, llevas entrenándola hace semanas, no creo que sea la mejor forma de hacer que su poder despierte –espetó Kuai Liang y se acomodó mejor la bata–. Deberías seguir con combate y meditación. Deja esto como último recurso. Padre no querría que te apresuraras en esto.
–No hubo ningún resultado –el tono de Bi Han se volvió oscuro–. Este es el último recurso. Sal al exterior, Acosta. Te vigilaré por si ocurre un inconveniente.
Adelina se quedó en silencio ante la discusión de hermanos y prefirió quedarse así que meter más leña al fuego. Aceptó con disgusto su destino y fue hacia la puerta que daba al exterior nevado.
El frío recorrió todo su cuerpo y quiso retroceder a toda costa. Miró una última vez la sala y comenzó a extrañar el calor que emergía de las chimeneas. Los rostros de los tres hermanos tenían diferentes expresiones, Bi Han reflejaba determinación y un aura amenazadora. El rostro de Tomas mostraba confusión y enojo y Kuai Liang miraba de una forma decepcionante a Bi Han.
Adelina puso un pie en frío suelo y sus dientes castañearon. Avanzó hasta quedar cerca de la puerta y seguía maldiciendo a Bi Han mentalmente.
–Debes alejarte del calor completamente, Acosta –gruño Bi Han–. Sino tu poder nunca despertará.
El rostro de Adelina reflejó enojo y caminó más lejos con los pies hundidos en la nieve alejándose del calor. El viento soplaba fuertemente haciendo que el cabello de Adelina se revolviera de un lado al otro. Su remera no le brindaba calor, sus pies ya no los sentía y temblaba como nunca antes lo había hecho en su vida. Sus dientes castañearon y Adelina se frotó los brazos para obtener algo de calor sin buenos resultados. Percibió la mirada penetrante de Bi Han a sus espaldas.
–Boludo de mierda y la concha de la lora –dijo entre susurros y castañeando–. La puta madre que te re mil parió, hijo de puta y la concha de tu hermana.
Para dejar de insultar, recordó canciones que le gustaban y comenzó a entonarlas para dejarla de pensar en el frío que estaba pasando. Se le dificultó memorizar cada letra por sus escalofríos y cantó desentonado por su castañeo constante. El cabello negro se le pegó constantemente a la boca seca, azotando cada parte de su rostro, haciéndole imposible ver su alrededor e intentó acomodárselo en vano.
Los minutos le parecieron horas o siglos, metida hasta la cadera en la nieve. No sentía sus piernas ni su cara, pero se mantuvo en su lugar, incapaz de poder hacer un movimiento. Extrañó con desesperación el calor y quería volver a la cama, el sueño la estaba consumiendo.
–Debo retirarme momentáneamente, Acosta –alzó la voz Bi Han–. Mi hermano, Tomas, te seguirá vigilando.
La chica no le contestó y siguió enfocada en cómo evitar morir congelada o por una hipotermia. A pesar del fuerte viento, pudo escuchar los pasos del ninja alejarse y quedó todo en silencio, como cuando estaba hace unos instantes, hasta que Tomas le habló:
–¿Estás bien?
–Me estoy cagando de frío –contestó Adelina dificultosamente–. No sé qué significa eso para vos, pero para mí es un no rotundo.
–Estoy intentando hacer que mi hermano recapacite de su idea loca –habló Tomas y Adelina volteó un poco para mirarlo–. Hasta Kuai Liang lo hace.
–Si quiere ver que haga que el clima pare, se está equivocando –dijo la chica frotándose fuertemente los brazos para tener movimiento–. Ni siquiera siento una sensación extraña o un llamado.
Una risa pequeña se escapó de Tomas, Adelina sonrió y sus mejillas se calentaron a pesar de estar en medio del frío.
–Lamento cambiar de tema, pero ¿qué demonio estabas llevando puesto? –preguntó Tomas fuertemente con curiosidad.
–¿Qué demonio? –Adelina volteó la cabeza, otra vez, haciendo que su cabello tapara su visión.
–El que llevas en la camisa –siguió explicando el muchacho–. Tiene una llama en la mano e hilos en la otra.
–Ah, no es un demonio –contestó Adelina con una risa pequeña–. Es Eddie The Head.
–¿Quién es?
–Es la mascota de la banda Iron Maiden –explicó Adelina con una sonrisa y se acomodó la maraña negra–. Es solo un personaje y la ilustración pertenece a la portada de uno de sus álbumes.
–¿Cómo se llama? –cuestionó el muchacho nuevamente.
–Me preocupa tu adolescencia. Te lo digo sinceramente, Tomas.
El muchacho río, Adelina sintió retorcijones en el estómago y el pecho comenzó a dolerle al igual que sus oídos. Volvió a mirar al frente rápidamente, pero no esperaba ver lo que tenía enfrente suyo. Una figura familiar, de cabello rubio y largo, rostro cuadrado y ojos azules.
–¿Mariano? –susurró.
Su amigo ni se inmutó ante su llamado, parecía que miraba hacia otro lado y Adelina vio que aparecían Kung Lao, Johnny y Kenshi. Pero el hombre tenía una roja en los ojos y una de sus manos estaba en el hombro del actor. Además, había tres desconocidos acompañándolos. Un hombre vestido de negro y verde, con una capucha ocultándole parte de la cabeza, una máscara cubriendo su rostro y Adelina creyó verle un tatuaje de espiral en uno de sus ojos. Un hombre calvo con heridas alrededor del cuerpo y lo que más le impactaba a Adelina eran sus dientes filosos. Por último, la que más le llamó la atención a Adelina, una mujer de cabello negro y ojos del mismo color vestida de blanco.
“Un demonio” pensó Adelina “Algo no está bien.”
–Tomas –llamó la muchacha. Sentía que el estómago le dolía más y la cabeza le daba vueltas–. No me siento bien. Quiero irme… ¿Tomas?
Volteó la cabeza y no lo vio, sino árboles con rostros de ojos verdes resplandecientes. Ese color abundaba por todo el mágico sitio, Adelina dejó de sentir frío y miró la escena que tenía delante suyo. Intentó tocar uno de los árboles con rostro, pero su mano lo traspasó. Comenzó a escuchar susurros por todo el lugar, no se había percatado de las voces que hablaban y recordó lo que le dijo Sindel.
“Es el Bosque Viviente.”
–¿Qué mierda es eso? –preguntó Mariano observando a la nada.
Pero Adelina vio a quienes sus compañeros espiaban. Eran cuatro extraños, dos hombres y dos mujeres que estaban caminando hacia una maquinaria extraña que irradiaba oleajes verdes. Esa… cosa, le dio escalofríos a la muchacha, le provocó asco, repulsión y le dio un mal augurio. Aunque uno de los cuatro desconocidos le originó desconfianza y mala espina. Un hombre calvo con dibujos en la cabeza, los ojos pintados y piel aceitunada.
Parecía discutir con uno de sus compañeros, tenía una joya roja y extraña como un rubí nunca visto por Adelina. Mientras Mariano y los demás observaban la escena, parecía que la chica de blanco sabía quién era el hombre. Comenzó a hablar:
–Un solo ladrón de almas basta para matar a cientos de miles. Si desplegara muchos…
“Ladrón de almas”. Le dio escalofríos hasta la médula, intentó recordar esas palabras en la Academia Wu Shi, tampoco los sueños que tuvo hace tiempo. Su memoria estaba en blanco. El miedo a esas tres palabras la tenía completamente paralizada y siguió escuchando la charla entre sus amigos.
Todos se pusieron de acuerdo y avanzaron hacia el ataque, Mariano alzó una ametralladora y en su espalda llevaba un rifle antiguo de guerra, el arma obsequiada por el Viejo Mario. Nunca pensó que la podría usar. Se lanzaron al ataque contra el hombre calvo y este se enfocó en la escalofriante maquinaria.
Entre los golpes de batalla, las manos del brujo se tornaron verdes como el aura del ladrón de almas terminando su conjuro. Las voces gritaron angustiadas, lloraban sin cesar y un grito femenino fue el más fuerte de todos. El bosque agonizaba, igual que ella y alguien más… Los oídos de Adelina fueron invadidos por quejidos de lobos, sus espeluznantes aullidos sin fin y lloriqueos… la estaban enloqueciendo… los gritos de femeninos se combinaron con los chillidos de las bestias haciéndose insoportables.
Las náuseas se volvieron más fuertes hasta volverse ganas de vomitar, la cena combinada con la bilis comenzó a subirse por la garganta de Adelina y salió de su boca manchando la nieve. Tosió fuertemente y su respiración se volvió pesada e irregular. No supo si en ese momento estaba gritando o Hela era quien lo hacía junto a los lobos.
–¿Adelina? –llamó Tomas Vrbada. Le pareció extraño que no haya contestado la pregunta, echándole la culpa a los fuertes vientos. Pero al ver que Adelina cayó a la nieve tras hacer arcadas y toser fuertemente, Tomas corrió hacia ella–. ¡Adelina! ¡Bi Han!, ¡Kuai Liang!
La chica tembló incontrolablemente y sus ojos estaban abiertos como platos. Soltó respiraciones agitadas y se le escapaba vaho por la boca dispersándose en el aire. Una parte de su cabello negro cubrió su rostro y se mezcló con el vómito. La recogió al estilo princesa y corrió hacia la puerta, uno de los brazos de Adelina colgaba inertemente, pero recobró la conciencia y se soltó del muchacho. Fue hacia la nieve nuevamente chillando y llorando como un bebé.
–¡No te me acerques! –gritó Adelina–. ¡Alejate de mí! ¡Todos aléjense!
–Adelina, soy Tomas –hizo un gesto con sus manos en señal de calma–. No hay nadie más que yo. Mis hermanos vienen para ayudarte.
–¡ALÉJENSE! –los ojos heterocromáticos de la chica reflejaban miedo, cayó en la nieve y con sus palmas se arrastraba por la nieve, apartándose del chico–. ¡BASTA! ¡NO ME TOQUEN!
–¡Bi Han!, ¡Kuai Liang! –gritó Tomas nuevamente. Intentó acercarse una vez más a Adelina, pero estaba completamente asustada–. ¡Vengan rápido!
Adelina se agarró su vientre y su rostro pasó a asco. Volvió a vomitar y cayó inconsciente. Al levantarla por segunda vez, Tomas se dio cuenta que estaba en el mismo estado que al principio, convulsionando y temblando sin cesar. La idea de Bi Han, sí que salió extremadamente mal. Cuando Tomas llegó a la puerta, Adelina volvió a gritar y patalear. Sus hermanos aparecieron y vieron el estado deplorable de los dos. Alarmados, los dejaron pasar y Adelina seguía gritando sin cesar.
–¿Qué le pasó, Tomas? –cuestionó Kuai Liang.
–No… no… no lo sé –dijo el muchacho. Los gritos de Adelina le impedían pensar con claridad–. Estaba bien y tosió… y… convulsionó…
–¡BASTA! ¡QUIERO QUE LOS CALLEN! –la chica comenzó a llorar y lágrimas emergían como cascadas de sus mejillas–. ¡NO LOS SOPORTO ESCUCHARLOS LLORAR!
Los gritos de Adelina se volvieron extremadamente fuertes y del suelo comenzó a surgir escarcha. Formaron púas haciendo que se dirigieran hacia la puerta y a otros lugares de la sala. Bi Han apareció y llamó a Cyrax y Sektor.
Tomas se le estrujó el pecho ver el estado desastroso de Adelina. Quiso hablarle, hasta incluso tratar de tocarla amablemente, pero no tuvo resultados. Él y Kuai Liang intentaron cargarla, pero se retorcía y seguía llorando sin parar.
–¡CALLENLOS, POR FAVOR! –volvió a gritar y dejaba a Tomas más confuso a lo que se refería–. ¡NO SOPORTO SUS GRITOS! ¡DÉJENME EN PAZ, POR FAVOR!
Adelina volvió a convulsionar, arquear su espalda y gritar, Tomas notó algo en la alfombra. Un líquido carmesí con el que vivió la mayor parte de su vida en Arctika… Sangre…
–Bi Han… Kuai Liang –el hermano menor señaló con el índice–. Miren.
El brazo tatuado de Adelina comenzó a sangrar y su remera blanca se manchó en la parte del abdomen. Tomas subió la prenda velozmente, su abdomen sangraba en donde estaban los tatuajes anatómicos. Buscó tela para quitar el líquido carmesí, pero Adelina se soltó nuevamente.
–¡NO ME TOQUEN! –las lágrimas inundaban su rostro. Sus mejillas estaban rojas y moqueaba sin cesar–. ¡QUIERO QUE ME DEJEN EN PAZ! ¡DEJEN DE GRITAR! ¡BASTA! ¡SE LOS SUPLICO!
Cayó nuevamente en convulsiones y vomitó una última vez. Tomas y Kuai Liang la recogieron y llevaron a la enfermería a toda prisa. Bi Han llegó con Cyrax y Sektor y se prepararon para tratarla inmediatamente. Adelina dejó de gritar, pero temblaba y susurraba incoherencias y Tomas trató, una vez más, de consolarla.
–Los escucho… están sufriendo –dijo Adelina y su mirada parecía perdida–. Ella está sufriendo… llora por su preciosa creación… está siendo corrompido… ¡AHHHH!
Escarcha salió por toda la camilla y los cinco lograron someterla. Cyrax le dio un calmante haciendo que los gritos incontrolables de Adelina se convirtieran en lloriqueos, luego respiraciones agitadas hasta lograr que descansara completamente.
Hubo un silencio sepulcral en la enfermería, solamente se escuchaban las respiraciones agitadas de los cinco y con cuidado soltaron a Adelina. Bi Han tomó su brazo derecho y limpió la sangre que emanaba de la extremidad. El trapo se teñía de rojo y Tomas limpió la parte baja del abdomen, mientras que Cyrax y Sektor preparaban vendajes.
–Te dije que no iba a salir bien, Bi Han –soltó Tomas, mientras pasaba desinfectante en el abdomen–. Ella no estaba lista para soportar el frío. Lleva pocas semanas en Arctika.
–Acepto que fui extremo, pero su criomancia no despertaba –suspiró Bi Han y su mirada se relajó, dejando su frialdad que le había ofrecido a Adelina. Siendo simplemente, el hermano mayor que era enfrente de Tomas y Kuai Liang–. En pocas semanas, pude despertar mi don y padre me enseñó a controlarlo. Ella necesitaba este cambio.
–Padre fue más cauteloso cuando estábamos desarrollando nuestras habilidades –dijo Kuai Liang, mientras observaba a sus hermanos.
–Podrías haber seguido por unas semanas más –espetó Tomas y observó momentáneamente a Adelina–. Antes de sacarla a una de las noches más frías.
–Este método era necesario y no volveré a repetirlo.
Kuai Liang siguió observando, mientras Tomas y Bi Han limpiaban la sangre. Tomas miró por un momento a Adelina. La remera blanca estaba roja, las puntas de su cabello negro tenían restos de bilis y comida, saliva en la comisura de sus labios y sus mejillas seguían rojas de tanto llorar con lágrimas que no se habían secado. Los ojos de la chica estaban cerrados como si estuviera en un coma, su rostro mostraba una paz que le resultaba difícil de creer y algunas extremidades se comenzaban a retomar color.
Los tatuajes le provocaban terror con solo mirarlos, más cuando sangraron sin ninguna herida. Tomas recordó que eran las mismas actitudes que Adelina tuvo hace meses. Cuando vino a Arctika y encontró esas ruinas antiguas. Le preguntaría cuando despertara. Por ahora, la muchacha necesitaba descansar.
Una vez desinfectada sus heridas, Cyrax y Sektor empezaron a vendar el brazo y el abdomen. Les pidieron a los hermanos que se retiraran para poder cambiar a Adelina y cubrieron la camilla con cortinas. Se miraron entre ellos, el primero en retirarse fue Kuai Liang, seguido de Bi Han y Tomas se quedó unos minutos más. Ante de que Cyrax y Sektor se fueran, le pidieron que si ocurría un inconveniente le avisaran en cuanto antes para así poder ayudar a Adelina.
Tomas la vigiló, parecía que estuviera en un sueño tranquilo, pero en algunos momentos, hacia muecas y susurraba incoherencias.
–Ella sufre… está corrompido… debe ordenarse… los oigo llorar…
El muchacho no supo cómo hacer para que se calmara y se preocupó que volviera a tener un ataque de pánico tan pronto. Pero verla dormida, hizo que sus nervios se desvanecieron lentamente y siguió cuidándola. Tomas se dio cuenta de que una parte de su cabello cubría su rostro, inconscientemente le quitó unos mechones recién lavados permitiendo ver su belleza. No se había dado cuenta de que en sus mejillas había un grupo pequeño de pecas, creando formas distintivas y hasta incluso constelaciones como las que recordaba en sus tiempos de cazador con su madre y hermana. Le resultó extraño no ver sus ojos ni escuchar su voz.
Rememoró los acontecimientos de hace unos momentos, al escucharla gritar, su pecho comenzó a sentir dolor, como un millón de agujas clavándose. Le dio pena verla llorar descontroladamente y más lo asustada que estaba de él. Esperaría a que a la mañana siguiente mejorase y pudiera decirle a él e incluso a Bi Han sobre lo que le ocurrió.
Se dio la vuelta, una última vez, Adelina seguía dormida y ya no lloraba ni hablaba. Salió de la enfermería y se dirigió a sus aposentos para un merecido descanso.
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mvacts · 7 months ago
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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐔𝐍𝐎 . . . 𝙇𝘼 𝙉𝙊𝘾𝙃𝙀 𝘿𝙀 𝙇𝙊𝙎 𝘾𝙊𝙈𝙀𝙏𝘼𝙎
El movimiento en las calles de Arcadia Bay comienza a ser cada vez más agitado por estas fechas. No se trata sólo del cuatro de julio, festejo patriótico que toda la población del pueblo y del estado en sí festejan con gran algarabía. No. Un nuevo julio significa un nuevo aniversario de la fundación de Arcadia Bay, y con ello llega una nueva forma de celebrar otro año en el que nuestro pueblo sigue de pie, y con más inclusión que nunca. 
La alcaldesa Laroy se presenta con un porte intachable y una gran sonrisa sobre un escenario emplazado hacia el final de la avenida Broussard, avenida principal de Arcadia Bay. Allí arriba se la nota tan familiar como lejana; como toda política, impone un cierto grado de distancia, pero es tan amable y atenta por los pobladores de su hogar que su cariño no pasa desapercibido para nadie.
—¡Queridos arcadianos! —comienza su discurso con un saludo apelativo a la gente del pueblo—. Una vez más nos reunimos, tan cerca de nuestro orgullo, que es el cuatro de julio, para celebrar el cumpleaños de nuestra amada Arcadia Bay. Este año decidimos recrear una feria como las estatales, pero en pequeña escala para que todos podamos disfrutar de nuestro tan querido pueblo.
Los rostros de los asistentes rebosaban con entusiasmo. Una ocasión de festejo siempre era bienvenida, y todavía más en fechas patrióticas. La avenida principal está decorada con banderines que cuelgan de edificio en edificio, lucecitas decorativas y puestos de carpa en los que se encuentran artesanos locales, puestos de comida y tru blood, de vestimenta, emprendimientos y demás. Hacia el final de la avenida, al llegar ya a la bahía se encuentran montados espectáculos de feria como la casa de los espejos, tazas giratorias, barco pirata, carrusel, sillas voladoras, pista de autos chocadores, casetas con juegos como tiro al blanco, lanzamiento de aros, pesca de patos, casa del terror, casa de los espejos, entre otros. ¡La alcaldía ha gastado quién sabe cuánto en preparar una espectáculo digno de ser llamado feria!
—Como todos sabemos, desde un principio esta localidad funcionó como un puerto alternativo al de Nueva Orleans. Siempre fue más pequeño, menos conocido y frecuentado, pero no por eso menos liberal —un par de risillas se escucharon entre el público—. Arcadia Bay desde sus inicios se ha dejado ver como la diferencia en toda Louisiana. Donde surgió una minoría, aquí estuvieron dispuestos a acogerla. ¡Mírenme nada más! Una alcaldesa de color en el sur de los Estados Unidos. ¿Loco, no? Pero es que nuestro pueblo es una comunidad solidaria, abierta a lo diferente. Es por ello que nos ubicamos como una de las principales ciudades pro-vampíricas de este país. Porque creemos que cualquier ser, sea humano o vampiro, tiene el derecho irrevocable de vivir en paz y en libertad. Nadie debe ser segregado por su condición de vida, por ser quién es; tenga o no la elección. Arcadia Bay siempre le ha abierto y le abrirá sus puertas a todos — así que, sin mayor preámbulo, doy por comenzada la fiesta de cumpleaños de nuestra querida ciudad.
El tumulto se retomó, pero el chirrido del micrófono volvió a llamar la atención de los asistentes.
—¡Ah! Y no menos importante —dijo Laroy con una sonrisa ladina repleta de picardía y entretención—. ¡Los tragos corren por cuenta Mira y Rafe de Main Vein!
Mientras el sol comienza a ponerse, los pobladores de Arcadia Bay, y algunos turistas también, empiezan a desplazarse por las calles del módico centro pueblerino. Hay mesas colocadas para aquellos que prefieran sentarse a disfrutar de un buen plato de comida local o una cerveza junto a sus amigos. Algunos asistentes se dirigen a las tiendas montadas en la avenida, otros se encaminan hacia la bahía, zona de la feria con juegos recreativos.
¿Hacia dónde irás tú esta noche?
Antes de aclarar cualquier cuestión OOC, agradecemos enormemente el recibimiento que le han dado al grupal. Su apoyo y participación nos pone muy contentes.
Para aclarar un poco mejor, lo que estamos festejando es el aniversario de la fundación de Arcadia Bay, que está cercana al día de la independencia americano. En esta oportunidad, la alcaldesa Gillian Laroy ha decidido, junto al ayuntamiento, montar una feria para la celebración. Por aquí encontrarán la ambientación, pero pueden usar su imaginación también. No hay nada estipulado más de que se trata de una feria emplazada en la avenida principal donde hay puestos de comida, artesanías, etc. y hacia el final, donde se alcanza la bahía, están todos los juegos correspondientes a una feria.
El código de vestimenta es casual, pero pueden llevar los colores patrios norteamericanos si así lo gustan. ¡Lo que sea estará bien! Sólo recuerden que es verano. Les invitamos a que hagan edits de vestimenta, si quieren, y que los taggen bajo MAIN VEIN: EDITS.
Estaremos roleando con STARTERS ABIERTOS. Por ahora, los taggearemos como MAIN VEIN: STARTER, hasta que logremos enviar las invitaciones a todes para unirse al blog correspondiente.
La duración de esta actividad es de OCHO DÍAS. El próximo viernes pasaremos a un nuevo capítulo de esta historia.
¡Esperemos que se diviertan mucho! Cualquier cosita, estamos a un mensaje de distancia. Un beso ¡y a rolear!
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waltfrasescazadordepalabras · 10 months ago
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Convengamos que la inteligencia y el saber abren muchas puertas, pero hay otras cosas que las hace giratorias
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lgdeantonio · 2 months ago
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lunearta · 8 months ago
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» Temática: Felix x Lectora » Rating: FLUFF, apto para todos los públicos. Ⓕ » Warning: FLUFF, mucho FLUFF y más FLUFF. Un poco de angst. » Tipo: One-Shot corto.
Palabras: 1.377. | Masterlist
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𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎𝐒
No iba a ser una cita.
Iba a ser una salida de amigos, en un parque de atracciones. Los dos queríais distraeros de las apretadas agendas, ir a comer algo a un restaurante familiar y apartado de los paparazzi... Como amigos. Comer algodón de azúcar y jugar a los patitos en la feria... Como amigos. Montaros en las atracciones más rápidas e ir cogidos de la mano en la casa de la bruja, aterrorizados por cada grito, cada risa malvada y cada golpe metálico en los barrotes... Como amigos.
Montaros en la noria y contemplar el atardecer desde lo más alto mientras charlabais de cualquier tema sin importar la hora a la que tendríais que despediros... Como amigos.
Pero lo cierto era, que nada de lo que estabais haciendo podía considerarse “de amigos”. No cuando después de salir de la casa de la bruja y ya subidos a lo alto de la gigantesca rueda giratoria, tu mano seguía entrelazada con la de él.
Felix sonrió, mirando a través del cristal la inmensidad de Seúl, llena de luces, de colores, de actividad. Estaba enamorado de la ciudad, algo que no iba a poder cambiar jamás, ni con toda la mierda que comportaba ser un idol.
Y tú estabas enamorada de él.
Pero por supuesto, no se lo ibas a decir. A lo largo de los años tus sentimientos evolucionaron de la admiración y el respeto, a la confianza de la bonita amistad que ambos habíais construido... Y que ni por asomo querías echar por tierra. Sin embargo, comenzaba a ser doloroso. Cada vez que te miraba, una parte de ti moría. Siempre que tu brazo rozaba el de él de manera accidental, tu alma se fragmentaba un poco más. A veces era insoportable solamente el mirarlo.
Felix no había hecho nada. Era tú cabeza la que te pedía que te alejaras de su lado. Por eso el pobre chico había decidido llevarte a una cita-no-cita y aclarar el asunto que lo tenía torturado. Cuando se volvió a mirarte, después de admirar la cantidad de luces reflejadas en sus orbes castaños, su sonrisa desapareció. Oh, no. ¿Habías hecho algo para ponerlo serio?
— Sabes... hacía tiempo que no quedábamos tanto tiempo. —dijo en voz baja. Contempló los dedos entrelazados y te acarició el dorso, distraído—. Últimamente no me hablas tanto como antes. Antes de hoy creía que no ibas a querer verme nunca más.
— ¿Cómo no iba a querer verte? Felix... —balbuceaste apresuradamente.
— A eso me refiero. Nunca me llamas Felix. —te colocó la mano libre encima de la rodilla—. En serio, ¿ha habido algo que te haya molestado? ¿Algún comportamiento mío o alguna palabra fuera de lugar? Sabes que puedes contarme lo que sea.
Ahí fue cuando ya no pudiste aguantarlo más. Le retiraste la mano de tu rodilla y miraste al exterior, frunciendo los labios para no llorar.
— No puedo, Lix. —dijiste con un hilo de voz. La ansiedad creció en tu interior—. Esto es lo único que no puedo contarte, porque lo cambiaría todo entre nosotros. Cambiaría la percepción que tienes de mí, cambiaría nuestra relación… A mal. Y no quiero. Quiero que sigamos teniendo una buena dinámica, que sigamos riendo y llorando juntos, pese a nuestras agendas.
— ¡Espera! —exclamó el chico, con los ojos como platos—. ¿Es esto una especie de confesión?
Entraste en pánico. De pronto no querías ni mirarlo. De pronto querías poner la mayor distancia entre vosotros, a pesar de estar en el peor espacio posible. De pronto, querías abrir la puerta y saltar al vacío para no afrontar la vergüenza. De pronto querías desaparecer.
— ¿No? —mentiste.
— Ah, ¿no? ¿Entonces qué iba a cambiar mi relación contigo si no es porque estás enamorada de mí?
— ¡¿Q-Quién dice que estoy enamorada de ti?!
— ¡No lo sé! —gritó, avergonzado—. ¡¿Y si quiero que lo estés?! ¿Y si me gustas tanto que acabo de ilusionarme por el fantasma de lo que creo que sientes? ¿Y si el que va a cambiar la relación soy yo por mi propio egoísmo?
Las lágrimas se le agolparon en los ojos, y de pronto, el sol de Stray Kids, el chico sonriente y animado no fue más que un muchacho inseguro y lleno de complejos. El tiempo se paró para los dos. Ninguno os atrevisteis a decir nada, aunque estaba clara la resolución de la pequeña discusión.
— Lix… —dijiste con un hilo de voz, acercándote a él—. Lix, me gustas mucho. No te estás imaginando cosas. Es que tenía tanto miedo de que cambiaran las cosas… No sé si soportaría perderte.
Felix se abalanzó sobre ti con los brazos estirados y te envolvió en un cálido abrazo. Una suave risa le brotó del pecho, ilusionado e incrédulo de que el tema que parecía que iba a acabar en tragedia haya salido tan bien.
— No vas a perderme, ¿sabes? Llevamos muchos años de amistad. Te conozco, me conoces. Funcionamos juntos, incluso yo siendo idol. Podemos hacer que funciones.
Asentiste y te limpiaste una lágrima traviesa con el dorso de la mano. Ibais a estar bien, ¿verdad?
— Lo sé. —contestaste, sonriendo—. Supongo que esta “quedada de amigos” se ha convertido en… ¿Una cita?
Felix se rio, y fue el sonido más maravilloso del mundo a tus oídos. Inclinó la cabeza, viendo cómo el vagón de la noria empezaba a descender.
— Eso parece. —se quedó en silencio unos segundos—. ¿Puedo…?
— ¿Sí…?
— ¿Puedo besarte? —preguntó, tímido.
Tu rostro adquirió un color rojizo que rivalizaba con la camiseta de color vino que llevabas. Sin despegar la vista de la suya, ladeaste un tanto la cabeza a modo de afirmación. Felix casi se muere allí mismo de la emoción contenida, y poco tardó en acercarse. Te puso una mano en la mejilla, luego la otra en la nuca y se inclinó para por fin, unir sus labios con los tuyos.
Sabían a caramelo, gracias al algodón de azúcar que habíais compartido hacía escasas horas. La suavidad de estos te sorprendió, y la adoración y el cariño con la que te estaba tratando solo provocó que tu mente empezara a girar más y más, mareándote. Si esto era un sueño, por favor, que nadie te despertara.
Intentabas por todos los medios seguirle el ritmo que había marcado, pero se te dificultaba imitar la desbordante pasión de ese chico. Abriendo ligeramente la boca, dejaste paso a su cálida lengua y un gemido escapó de ti, embriagada de su esencia. No fue hasta que alguien golpeó el cristal del cubículo que os visteis en la necesidad de deteneros.
El encargado de la noria os miraba con cara de pocos amigos, señalizando el final del momento mágico. Ambos, riendo, corristeis fuera del parque hacia los coches aparcados en el exterior. Al fin delante del de Felix, te giraste, con una nueva pregunta pintada en la cara.
— ¿Qué vas a decirles a los miembros? Quiero decir… Podríamos provocarles un infarto si se enteran. Imagina la cara de los STAY también…
Felix soltó una carcajada que te llegó a los oídos como la música más hermosa.
— ¿Infarto? Lo descubrieron solitos hace meses. Chan ha insistido un centenar de veces que te dijera lo que sentía. Changbin se ofreció a decírtelo por mí, y Minho le llamó cobarde por no dar el paso. El resto, más o menos pensaba igual.
MESES. Felix había estado enamorado de ti desde hacía MESES. Esa nueva información te disparó el pulso.
— ¿Quieres decir que lo intuyeron de buenas a primeras? —exclamaste, anonadada—. ¿Cómo?
Una de sus manos te acarició la mejilla, maravillándose de tenerte al fin.
— Sabes que soy como un libro abierto. Por supuesto que lo descubrieron. Y aunque hubo un poco de… “Conmoción” al principio, los chicos lo han aceptado. Y me alentaron a decírtelo, con o sin el consentimiento de los STAY. No obstante, sí es cierto que podríamos tener problemas con ellos, así que, por el momento, mantengamos los nuestro en secreto, ¿te parece?
¿Quién eras tú para negarte? Era buena idea, hasta el día en que pudierais decirlo en público sin desatar el caos. La previsión de un futuro incierto y positivamente preocupante os emocionaba y os ponía nerviosos a partes iguales.
Pero estabais preparados para enfrentar lo que fuera que os deparara.
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© 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢. Obra sujeta a cambios.
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poetailurofilica · 1 year ago
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SUEÑO 05/01/2024
Medité antes de dormir e hice una pregunta a mis guías y maestros espirituales. ¿Quién fue esta persona para mí en nuestra vida pasada, no en cualquiera sino en la anterior específicamente?
Me lo respondieron con la siguiente historia:
Me encontraba sentada en un salón, al parecer era que habría una charla, precidida por una persona mayor a mí, una especie de mentora para mí. Y el tema sin dudas era la psicología en los negocios. En general, estaba ahí porque debía acomodar las sillas y velar por que todo estuviera en su lugar. Horas antes del evento, creo que está mujer era mí hermana, era una presentadora en este caso, tenía el cabello tan extenso, hasta las rodillas, y ése día decidió cortarselo. Enfrente mío tomó la tijera y sin decir nada, cortó hasta la altura del hombro. Imagínense mí cara de sorpresa cuando estando en una silla giratoria probando sonido y tal la veo haciéndolo, no lo podía creer! Me dió gracia incluso como tan calladita ella lo hizo disimuladamente y nos reímos al cruzar miradas. Fue un gran momento, ella quería hacerlo por su cuenta y eso me parecía bien. La acompañé desde mí perspectiva. Luego se decoloró unos mechones y se tiñó de naranja y rosa, mientras que el resto de su cabello era castaño oscuro. La verdad le terminó quedando todo fabuloso. Está parte es interesante porque, entre medio, estaba mirando lo que iban a proyectar en la pantalla desde la computadora, y por eso tampoco podía ayudarla demasiado..cada quien con su trabajo no?
Entonces llegó el momento. Se abrió la charla. Todos se sentaron. Yo soy mujer aquí también. Teníamos la fila de adelante de todo reservada para la familia*. Si, ése era el término. Es. Entonces, a la mitad de la charla hubo un hombre que interrumpió con su celular y se levantó y se fue. Me pareció extraño y lo seguí a la entrada, obviamente también hago de recepción y estoy en todo ese trámite de eventos. El hombre me mira de reojo, con su llamada en el celular en curso, y noto que busca algo en su bolsillo, saliendo de forma apresurada. Sucede que volví a sentarme pero ese rostro y esa expresión fueron tan llamativos que me levanté y salí a buscar a esta persona. Al final, no lo encontré y mí escena termina tomando un tren o un bus de vuelta a casa.
...
He aquí que en la segunda parte, yo soy ese hombre. Lo noto por mí ropa. Realmente no soy consiente ni puedo hacer movimientos, estoy simplemente reviviendo algo que a él le sucedió. Era alguien que, al parecer, su trabajo era ser una especie de investigador encubierto o policía o algo así. Alguien con mucho rango militar o al menos con muchísimo enfasis en la sociedad, pero de perfil bajo. El hombre fuma, tiene un Zippo metálico. Y tiene un arma. Se dirige hacia un sitio que parecía de descarga y traslado de materiales pesados. Habían muchos containers. Ruedas grandes negras , de hecho en un momento parecía que sólo por eso estaba ahí en nuestra charla, cómo esperando algo...o alguien. Sucede que en un momento, hay un tiroteo. Aquí me sacan el sonido porque saben que me incomodan los sonidos fuertes. Pero todo se entiende clarísimo. Tiroteos. Un hombre muere. Otro compañero suyo agarra al último hombre y lo retienen, le hacen preguntas pero el hombre vacila y no le dan chance. Le dan un tiro en la cabeza sin más. Ahí, nos acercamos para tomarle sus pertenencias, una riñonera que tenía dinero y un teléfono aún más viejo , sólo tomé el celular. El resto, lo prendimos fuego. Los demás ya habían preparados el lugar para que parezca un accidente. Yo prendí la llama con el Zippo. Y todo ardió a nuestras espaldas. Retirándonos por la puerta principal, caminando y escuchando cómo la sirena de los bomberos se acercaba.
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38. Tantos años deseando morir abrieron un portal, que finalmente decidí no cruzar. Una puerta giratoria del otro lado a mi vida, soy un faro para la muerte.
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yoestuveaquiunavezfrases21 · 9 months ago
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1717- Es verdad que una sonrisa abre todas las puertas, pero convengamos que un buen escote las hace giratorias.
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jartita-me-teneis · 10 months ago
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@Black_StrobeS
Para qué iba El Debate a indagar el desvío de fondos públicos de Ayuso a Quirón pudiendo hacer un reportaje de investigación sobre La Taberna Garibaldi🙈
Muy fan de este cliente: "Me parece fenomenal, los exvicepresidentes deberían de montar bares en vez de puertas giratorias"🙌
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armatofu · 1 year ago
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En primer lugar, Concha Velasco era una inmensa actriz y eso no hay nadie que lo pueda discutir.
En segundo lugar fue una mujer luchadora que se puso el mundo por montera cuando nadie más lo hacía.
Fue madre soltera en una época en que en España aquello era un descrédito brutal y defendió a toda su vida la privacidad de sus hijos y su derecho a no hablar de su vida privada ni de la identidad del padre de uno de ellos.. ( Incluso cuando estando en la ruina le ofrecían cheques de muchos ceros tuvo la dignidad de negarse a dar una exclusiva hablando del tema).
Aguantó carros y carretas junto a un señor que la hizo siempre de menos y que para colmo la llevó a la ruina.
Lo aguantó con una sonrisa y con estoicismo, resistió como una luchadora, por amor y otras por razones, y cuando se arruinó por culpa del susodicho no dejó de trabajar.
Tuvo la elegancia y la dignidad de hablar siempre bien de él y de no aceptar contar barbaridades de su exmarido en exclusiva a cambio de cheques de varias cifras.
Consiguió algo que para mí define muchísimo a una persona: que sus hijos la adoraran ,estuvieran siempre junto a ella ,y siempre la defendieran.
Siendo bellísima, logró que con el tiempo no nos diéramos cuenta de lo bella que era sino que nos fijamos en su capacidad actoral. Incluso se avino a afearse para interpretar a Teresa de Jesús.
No le hizo ascos a ningún papel. Interpretó dramas lacrimógenos y comedia ligera como si pasara de un registro a otro por puertas giratorias.
No se le cayeron los anillos cuando tuvo que aceptar un papel que no le gustaba o que resultaba demasiado frívolo para alguien de su capacidad actoral porque tenía que sacar adelante a sus hijos .
En lo personal todo el mundo sabía que era una mujer ingeniosa, brillante, inteligente simpática, cariñosa y elegante.
Lucía Etxebarria 
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oleworm · 1 year ago
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Palabras en castellano
Estrambote: Conjunto de versos estrafalarios que se agregan al final de una combinación métrica.
Estafermo: Figura giratoria de un hombre armado usado en los juegos caballerescos; persona que está parada como embobada.
Sayón: Verdugo; persona vestida con sábana larga para la procesión de Semana Santa.
Ufanar: Engreírse, jactarse.
Estofa: Tela o tejido de labores, por lo común de seda.
Besugo: Pez acantopterigio de color rosado y carne muy preciada; persona torpe o necia.
Orlado: Adornado.
Capcioso: Embustero o falso; trata de obtener una respuesta que comprometa a su interlocutor.
Llosa: Terreno agrícola cercado, próximo a la casa o barriada a que pertenece.
Superchería: Engaño o injuria.
Redivivo: Aparecido, resucitado.
Hórreo: Granero, lugar de almacenamiento de productos agrícolas.
Quintana: Puerta, vía o plaza en los campamentos romanos donde se vendían los víveres; en asturiano, el espacio frente a una o varias casas.
Lagar: Recipiente donde se pisa la uva para obtener el mosto; donde se prensan las uvas o manzanas; en las fábricas de salazón, depósito para el pescado en salmuera.
Pegollo: En asturiano, cada uno de los pilares de piedra o madera sobre el que se apoyan los hórreos.
Casero: Dueño de una casa; administrador de una casa; persona que cuida una casa y vive en ella, estando ausente el dueño.
Gañán: Mozo de labranza; hombre fuerte y rudo.
Zafio: Tosco o vulgar.
Veras: Realidad, verdad; efectividad, fervor o actividad con que se ejecuta algo.
Garrido: Gallardo o robusto; bien parecido, elegante.
Tegumento: Órgano que sirve de protección externa al cuerpo humano y de los animales, con varias capas y anejos como glándulas, escamas, pelo y plumas.
Ecdisis: Muda de los artrópodos.
Exuvio: Muda de los artrópodos.
Carballeda: Sitio poblado de caballos.
Arrobado: Peso por arrobas.
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