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[franciscoarayapizarro]

CRISPR - La Nueva Genética

En un futuro cercano, la humanidad ha alcanzado una etapa de avance tecnológico que permite la edición genética mediante el CRISPR. Este desarrollo ha revolucionado la sociedad, permitiendo la modificación del ADN antes del nacimiento para eliminar enfermedades hereditarias y mejorar las características genéticas. Sin embargo, este poder de manipulación genética ha creado una brecha social profunda entre aquellos que pueden permitirse la modificación y aquellos que no. Lucas nació en un mundo donde la mayoría de las personas han sido mejoradas genéticamente. Desde su infancia, enfrentó discriminación y rechazo debido a su "imperfección" genética. Su ADN no modificado le cerró puertas en muchas oportunidades laborales, a pesar de sus talentos y habilidades. Esto lo hacía sentir una profunda frustración y resentimiento hacia el sistema. Las burlas y la exclusión social lo marcaron, pero también lo fortalecieron. Al llegar a la adultez, decidió unirse a un grupo de activistas que luchaban por la igualdad de derechos para las personas no modificadas genéticamente. Este grupo, conocido como "La Resistencia", buscaba exponer los peligros y las injusticias de una sociedad donde solo los ricos y privilegiados podían acceder a la edición genética.

El líder de la Resistencia, Elaine, una científica brillante que una vez fue miembro de la elite de los mejorados genéticamente, había sido expulsada de la comunidad científica y segregada de la sociedad por cuestionar la ética de CRISPR. Junto con otros miembros, Elaine y Lucas están al tanto de la verdad sobre los efectos secundarios y los riesgos de la edición genética, por ende buscan la manera de dar a conocer este secreto guardado por la sociedad. Mientras tanto, en los círculos científicos, se descubría de manera independiente este secreto, al notar en un trabajo de laboratorio rutinario, que el uso desenfrenado de CRISPR tenía efectos secundarios inesperados. Estos eran cuando algunas personas modificadas genéticamente comenzaron a desarrollar enfermedades graves o padecían consecuencias imprevistas en su salud, algo con lo cual se prevenía con la edición genética, pero era así; por primera vez en su historia, el CRISPR había fallado. Pero como en todo laboratorio, siempre había filtraciones, este no era la excepción: la opinión pública empezó a enterarse de este secreto a voces, a través de chismes de boca a boca, y a cuestionar la ética, las implicaciones de la edición genética sin restricciones. Mientras, El CEO de la empresa Genetech, que tiene la concesión del Ministerio de Salud en la edición genética, David Wallace, un ambicioso hombre de negocios, se da cuenta de cuenta de lo sucedido tras una reunión de pauta entre sus ejecutivos, su rostro no denota asombro, ya que estaba al tanto de los riesgos asociados con CRISPR, pero había ocultado esa información vital para mantener sus ganancias. Al mismo tiempo, en la guarida de la Resistencia, Lucas y el resto de los miembros logran obtener con mucha dificultad las pruebas contundentes que vinculaban a Wallace con la manipulación de datos y el encubrimiento de los efectos secundarios de la edición genética.

El plan de la Resistencia: exponer a Wallace y Genetech al mundo. A través de filtraciones a los medios de comunicación y manifestaciones masivas en la calle. De a poco, los miembros de la Resistencia se reúnen en plazas y monumentos donde exponen a la vista pública fotografías y gráficos de los peligros de la edición genética indiscriminada. En los lugares comienza a darse una tensión creciente; las pruebas hablaban por si solas, los manifestantes aumentan al doble y se producen protestas. En un momento, Lucas y Elaine reciben un mensaje anónimo con información adicional que podría cambiarlo todo. Un ex empleado de Genetech, que había trabajado en el equipo de Wallace, les proporcionó documentos que detallaban experimentos fallidos y las verdaderas estadísticas de los efectos secundarios. Con esta nueva información, la Resistencia estaba lista para un golpe decisivo. Cuando las protestas terminan a altas horas de la noche, la Resistencia organiza una conferencia de prensa para revelar oficialmente la verdad. Lucas, Elena y otros miembros clave de la Resistencia presentaron las pruebas ante miles de espectadores y millones de personas que seguían el evento en línea.

"Hoy revelamos la verdad sobre CRISPR y sus peligros ocultos", comenzó Lucas, sosteniendo un disco duro lleno de documentos incriminatorios. "David Wallace y Genetech han estado ocultando información crucial sobre los efectos secundarios de la edición genética. Estas prácticas no solo son inmorales, sino que han puesto en riesgo la vida de miles de personas.”

Los documentos presentados mostraban pruebas irrefutables de manipulación de datos y encubrimiento de enfermedades graves causadas por la edición genética. La revelación fue un golpe devastador para el status quo que comienza a derrumbarse instantáneamente.

Con las pruebas en mano, la sociedad hizo una reflexión profunda sobre si la edición genética define el corazón humano o la calidad de una persona. Finalmente, se establecieron regulaciones más estrictas para el uso de CRISPR, y se implementaron políticas para proteger los derechos de las personas no modificadas genéticamente. Ahora la modificación ya no iba a definir quién sería mejor para un trabajo o para ir a una escuela. Wallace esperaba en su oficina encerrado y cuando la policía fue a arrestarlo, sacó su arma y se disparó. Prefirió morir antes de vivir en un mundo que cambió para él, sin la ventaja y el estatus que le daba el CRISPR.

Pasados unos tres años, en un parque, después de la revolución que desató la Resistencia, Lucas reflexiona sobre el viaje que había emprendido, y viendo una grabación de la entrevista que había dado en esos días que decía: “La tecnología debe servir a la humanidad, no dividirla. Hemos aprendido que, no importa cuán avanzada sea nuestra ciencia, debemos recordar siempre los valores de igualdad y justicia.”

El futuro de la genética está lleno de posibilidades, pero también de peligros. Recordemos que, al final, es nuestra humanidad la que debe guiar nuestros avances científicos.