#Paseo de los Ángeles
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No existe el tarde o el temprano. todo sucede cuando se supone que debe suceder. Cada evento y persona que entra en nuestras vidas está ahí para ayudarnos en algo: cambiar, aprender y crecer. Hay gente que se quedará, otra se irá. El problema no estará en nosotros, ni en ellos, no nos ha faltado nada, los hemos necesitado, así esta vez.
Tu gente lo siente. No puedes perderlos o no reconocerlos. No hay duda de su presencia. Estas son esas personas que están ahí a pesar de ti. Para quienes no es gran cosa compartir las vacaciones, pero seguro que estarán ahí cuando las cosas se pongan difíciles. Cuando eres estrecho contigo mismo. Cuando tu mundo se está desmoronando. Cuando has olvidado quién eres y hacia dónde vas. Puede que no estén allí todos los días, pero siempre están a una llamada de distancia. Están más allá de las palabras: en silencio. Estas son aquellas personas que conocen tanto a tus ángeles como a tus demonios y no tienen ningún problema con la presencia de ninguno de los dos.
Para vivir no se necesita una gran filosofía de vida y el desarrollo de mil volúmenes de literatura. La única condición necesaria es que lo sientas. Confiar en tu voz interior. Saber que cuando te caes, hay una razón. Cuando pierdes, hay una razón. Cuando te vas o te quedas, hay una razón.
Todos estos "por qués" te llevan a un lugar concreto, con personas concretas, con una persona concreta.
Donde "comprometer" es una palabra fácil. Una palabra que no vulnera tu personalidad.
Amigos, todo el paseo vale la pena. ¡Siempre!
Como escribió el poeta: “Hay personas que te amarán por lo que eres y otras que te odiarán por lo mismo”. ¡Prioridades!"
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𝕃𝕒 𝕤𝕦𝕤𝕥𝕒𝕟𝕔𝕚𝕒
Había una vez en Hollywood una estrella cuya placa en el Paseo de la Fama era toda una atracción turística. Ahora, sin embargo, Elisabeth Sparkle (Demi Moore) conduce un programa de tele de fitness tipo años noventa. Hasta que su odioso y sexista jefe, Harvey (Dennis Quaid) —seguro que el nombre no tiene ningún significado real o simbólico, en absoluto, decide reemplazarla por una modelo más joven y más sexy. En la ciudad de los Ángeles, una mujer hermosa en sus veinte tiene el mundo a sus pies. En sus cincuenta, es invisible.
"La sustancia", de Coralie Fargeat, da por sentada esta dolorosa estación en el ciclo vital de las celebridades, pero el blanco de su brillante sátira de horror no es solo el sistema que premia a la juventud y la belleza por sobre todo, sino también los jugadores dispuestos a cualquier cosa para permanecer en él. Sparkle se desliza hacia el duro fondo de su carrera cuando alguien de pronto le pasa un número de teléfono, un pendrive y una nota que dice “Esto me cambió la vida”. “Esto” es un programa de rejuvenecimiento conocido solo como La sustancia, que promete renovarte completamente. Desesperada, Sparkle se anota, pero lo que no sabe es que La sustancia literalmente producirá una nueva versión de ella, una versión veinteañera (Margaret Qualley), que emergerá completamente formada, de la espalda de la Elisabeth 1.0.
No es de extrañar que la impresionante Elisabeth 2.0, que se ha autoapodado Sue, convierta a cada hombre que se le cruza en ese lobo de la lengua afuera de los dibujitos animados de Tex Avery (la película adopta la mirada masculina embobada hasta el punto de que cada plano de las curvas de Qualley te hace sentir cómplice de su comportamiento depredador). Tampoco es precisamente un shock cuando Sue aprovecha a pleno cada oportunidad que puede sacarle a la Sparkle original. Nunca subestimes cómo se altera el equilibrio de poder cuando entran en juego los bajos instintos de un montón de tipos tontos y calentones.
Se establece desde bien temprano que, mientras que las dos Sparkles no comparten una conciencia, siguen siendo la misma persona. Además de la estricta adhesión a un plan que involucra bolsas de alimento intravenosa e inyecciones diarias de “estabilizador”, ambas Sparkles deben cambiar de lugar cada siete días. De no hacerlo, bueno… las cosas se pondrán feas. Y cuando Sue estira su turno más de la cuenta después de conducir su primer especial de Año Nuevo… vaya si se ponen feas.
La sustancia es una película muy interesante, muy bien narrada, visualmente atractiva, con unas interpretaciones más que solventes y con un mensaje que a día de hoy sigue siendo más que necesario. Y dudo mucho que Demi Moore, al contrario que su personaje, caiga jamás en el olvido, pues sigue siendo una gran y bella actriz. Una gran estrella.
Me encantan las pelis de miedo y cuando voy al cine lo que espero es que la peli consiga que me agarre al apoyabrazos o si estoy en casa que el culete quede pegado al sillón y VAYA!!! si lo ha echo
La peli es espectacular, por fin ORIGINAL, no se parece a nada y aunque su calificación sea "de terror" yo creo que mas bien es cruda y aprensiva por ciertas escenas, no recomendada para estómagos delicados y le pongo cinco estrellitas bien merecidas ⭐⭐⭐⭐⭐
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#La sustancia#trailer#cine#2024#reseña#terror#Demi Moore#Margaret Qualley#Dennis Quaid#Gore Abrams ...#Youtube
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La luz es como el agua, cuento de Gabriel García Márquez
En Navidad los niños volvieron a pedir un bote de remos.
-De acuerdo -dijo el papá, lo compraremos cuando volvamos a Cartagena.
Totó, de nueve años, y Joel, de siete, estaban más decididos de lo que sus padres creían.
-No -dijeron a coro-. Nos hace falta ahora y aquí.
-Para empezar -dijo la madre-, aquí no hay más aguas navegables que la que sale de la ducha.
Tanto ella como el esposo tenían razón. En la casa de Cartagena de Indias había un patio con un muelle sobre la bahía, y un refugio para dos yates grandes. En cambio aquí en Madrid vivían apretados en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. Pero al final ni él ni ella pudieron negarse, porque les habían prometido un bote de remos con su sextante y su brújula si se ganaban el laurel del tercer año de primaria, y se lo habían ganado. Así que el papá compró todo sin decirle nada a su esposa, que era la más reacia a pagar deudas de juego. Era un precioso bote de aluminio con un hilo dorado en la línea de flotación.
-El bote está en el garaje -reveló el papá en el almuerzo-. El problema es que no hay cómo subirlo ni por el ascensor ni por la escalera, y en el garaje no hay más espacio disponible.
Sin embargo, la tarde del sábado siguiente los niños invitaron a sus condiscípulos para subir el bote por las escaleras, y lograron llevarlo hasta el cuarto de servicio.
-Felicitaciones -les dijo el papá ¿ahora qué?
-Ahora nada -dijeron los niños-. Lo único que queríamos era tener el bote en el cuarto, y ya está.
La noche del miércoles, como todos los miércoles, los padres se fueron al cine. Los niños, dueños y señores de la casa, cerraron puertas y ventanas, y rompieron la bombilla encendida de una lámpara de la sala. Un chorro de luz dorada y fresca como el agua empezó a salir de la bombilla rota, y lo dejaron correr hasta que el nivel llego a cuatro palmos. Entonces cortaron la corriente, sacaron el bote, y navegaron a placer por entre las islas de la casa.
Esta aventura fabulosa fue el resultado de una ligereza mía cuando participaba en un seminario sobre la poesía de los utensilios domésticos. Totó me preguntó cómo era que la luz se encendía con sólo apretar un botón, y yo no tuve el valor de pensarlo dos veces.
-La luz es como el agua -le contesté: uno abre el grifo, y sale.
De modo que siguieron navegando los miércoles en la noche, aprendiendo el manejo del sextante y la brújula, hasta que los padres regresaban del cine y los encontraban dormidos como ángeles de tierra firme. Meses después, ansiosos de ir más lejos, pidieron un equipo de pesca submarina. Con todo: máscaras, aletas, tanques y escopetas de aire comprimido.
-Está mal que tengan en el cuarto de servicio un bote de remos que no les sirve para nada -dijo el padre-. Pero está peor que quieran tener además equipos de buceo.
-¿Y si nos ganamos la gardenia de oro del primer semestre? -dijo Joel.
-No -dijo la madre, asustada-. Ya no más.
El padre le reprochó su intransigencia.
-Es que estos niños no se ganan ni un clavo por cumplir con su deber -dijo ella-, pero por un capricho son capaces de ganarse hasta la silla del maestro.
Los padres no dijeron al fin ni que sí ni que no. Pero Totó y Joel, que habían sido los últimos en los dos años anteriores, se ganaron en julio las dos gardenias de oro y el reconocimiento público del rector. Esa misma tarde, sin que hubieran vuelto a pedirlos, encontraron en el dormitorio los equipos de buzos en su empaque original. De modo que el miércoles siguiente, mientras los padres veían El último tango en París, llenaron el apartamento hasta la altura de dos brazas, bucearon como tiburones mansos por debajo de los muebles y las camas, y rescataron del fondo de la luz las cosas que durante años se habían perdido en la oscuridad.
En la premiación final los hermanos fueron aclamados como ejemplo para la escuela, y les dieron diplomas de excelencia. Esta vez no tuvieron que pedir nada, porque los padres les preguntaron qué querían. Ellos fueron tan razonables, que sólo quisieron una fiesta en casa para agasajar a los compañeros de curso.
El papá, a solas con su mujer, estaba radiante.
-Es una prueba de madurez -dijo.
-Dios te oiga -dijo la madre.
El miércoles siguiente, mientras los padres veían La Batalla de Argel , la gente que pasó por la Castellana vio una cascada de luz que caía de un viejo edificio escondido entre los árboles. Salía por los balcones, se derramaba a raudales por la fachada, y se encauzó por la gran avenida en un torrente dorado que iluminó la ciudad hasta el Guadarrama.
Llamados de urgencia, los bomberos forzaron la puerta del quinto piso, y encontraron la casa rebosada de luz hasta el techo. El sofá y los sillones forrados en piel de leopardo flotaban en la sala a distintos niveles, entre las botellas del bar y el piano de cola y su mantón de Manila que aleteaba a media agua como una mantarraya de oro. Los utensilios domésticos, en la plenitud de su poesía, volaban con sus propias alas por el cielo de la cocina. Los instrumentos de la banda de guerra, que los niños usaban para bailar, flotaban al garete entre los peces de colores liberados de la pecera de mamá, que eran los únicos que flotaban vivos y felices en la vasta ciénaga iluminada. En el cuarto de baño flotaban los cepillos de dientes de todos, los preservativos de papá, los pomos de cremas y la dentadura de repuesto de mamá, y el televisor de la alcoba principal flotaba de costado, todavía encendido en el último episodio de la película de media noche prohibida para niños.
Al final del corredor, flotando entre dos aguas, Totó estaba sentado en la popa del bote, aferrado a los remos y con la máscara puesta, buscando el faro del puerto hasta donde le alcanzó el aire de los tanques, y Joel flotaba en la proa buscando todavía la altura de la estrella polar con el sextante, y flotaban por toda la casa sus treinta y siete compañeros de clase, eternizados en el instante de hacer pipí en la maceta de geranios, de cantar el himno de la escuela con la letra cambiada por versos de burla contra el rector, de beberse a escondidas un vaso de brandy de la botella de papá. Pues habían abierto tantas luces al mismo tiempo que la casa se había rebosado, y todo el cuarto año elemental de la escuela de San Julián el Hospitalario se había ahogado en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. En Madrid de España, una ciudad remota de veranos ardientes y vientos helados, sin mar ni río, y cuyos aborígenes de tierra firme nunca fueron maestros en la ciencia de navegar en la luz.
Literatura 451Gabriel García Márquez
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“¿Tan poco interesante es mi mundo que todos al final terminan marchándose?”, ella le preguntó a sus únicas amigas, las estrellitas danzantes de la noche. “¿Por qué pareciera que soy interesante al principio y al final huyen como si mi universo los fuera a devorar?”. Ella era feliz así, solitaria… En silencio y bajo el chispeante cielo estelar. Nada la hacía sentir más plena que el viento y la natural melodía resonante de esa dama nocturna. Cerraba sus ojitos mientras sus piecitos jugaban con la tierra y se dejaba abrazar por el viento donde evocaba el abrazo del amigo que siempre ha anhelado tener. El columpio se balanceaba, el viento se hacía más fuerte y así mismo el abrazo que evitaba que sus lagrimitas emergieran y que aumentaba el rubor de sus mejillas aún plagadas de inocencia y de fe por ser besadas por el tacto del verdadero amor.
“Díganme estrellas, ¿por qué todos se van? ¿Por qué nadie se queda? Me gusta mi mundo, a mí me gusta mucho, creo que él y yo tenemos mucho que aportar a otro ser humano, creo yo que tengo mucha ternura qué obsequiar, muchos abracitos con mis manitas pequeñas y muchos besitos con la humedad de mis labios. Anhelo tener un amigo. Sí… Amo mi soledad, y es gracias a ella que he aprendido a amarme pero, todo este amor que ahora soy quiero compartirlo con alguien más. No soy de darme a todo mundo… Me gusta caminar a solas, pensar, imaginar, soñar y escribir sobre la tierra. Me gusta platicar con los ángeles y con esos seres en mi cabeza que siempre han estado ahí para aconsejarme a bien. Mi locura ahuyenta. ¿No habrá por ahí otro loquito que quiera conjugarse conmigo? ¿Que se interese por adentrarse a mi esencia y que quiera caminar de mi mano bajo la sombra de los árboles durante horas, conversando sobre lo mágico que resulta ser niños? Ojalá, ojalá estrellitas titilantes, se enciendan aún más y guíen a esa almita hacia mí… A esa a la que yo pueda rodear con mis brazos y no se asuste porque derramo todo mi amor encima de él. Ojalá y ese alguien me abrace tan fuerte, tan fuerte, sumamente fuerte, que se asegure de conocer mi noche, se enamore de ella, se involucre con ella, se vuelva cometa y me lleve a dar un paseo que dure un infinito. Porque, repito, aunque me siento plena así, creo que merezco columpiarme con alguien y ya no jugar solita jamás.”
—Paloma.
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“Aullido” Allen Ginsberg
I
Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas, arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de un colérico pinchazo, hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna, que pobres y harapientos y ojerosos y drogados pasaron la noche fumando en la oscuridad sobrenatural de apartamentos de agua fría, flotando sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz, que desnudaron sus cerebros ante el cielo bajo el El y vieron ángeles mahometanos tambaleándose sobre techos iluminados, que pasaron por las universidades con radiantes ojos imperturbables alucinando Arkansas y tragedia en la luz de Blake entre los maestros de la guerra, que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas obscenas en las ventanas de la calavera, que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar, quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro, que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando por Laredo con un cinturón de marihuana hacia Nueva York, que comieron fuego en hoteles de pintura o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras noche, con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y verga y bailes sin fin, incomparables callejones de temblorosa nube y relámpago en la mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todo el inmóvil mundo del intertiempo, realidades de salones de Peyote, amaneceres de cementerio de árbol verde en el patio trasero, borrachera de vino sobre los tejados, barrios de escaparate de paseos drogados luz de tráfico de neón parpadeante, vibraciones de sol, luna y árbol en los rugientes atardeceres invernales de Brooklyn, desvaríos de cenicero y bondadosa luz reina de la mente, que se encadenaron a los subterráneos para el interminable viaje desde Battery al santo Bronx en benzedrina hasta que el ruido de ruedas y niños los hizo caer temblando con la boca desvencijada y golpeados yermos de cerebro completamente drenados de brillo bajo la lúgubre luz del Zoológico, que se hundieron toda la noche en la submarina luz de Bickford salían flotando y se sentaban a lo largo de tardes de cerveza desvanecida en el desolado Fugazzi’s, escuchando el crujir del Apocalipsis en el jukebox de hidrógeno, que hablaron sin parar por setenta horas del parque al departamento al bar a Bellevue al museo al puente de Brooklyn, un batallón perdido de conversadores platónicos saltando desde las barandas de salidas de incendio desde ventanas desde el Empire State desde la luna, parloteando gritando vomitando susurrando hechos y memorias y anécdotas y excitaciones del globo ocular y shocks de hospitales y cárceles y guerras, intelectos enteros expulsados en recuerdo de todo por siete días y noches con ojos brillantes, carne para la sinagoga arrojada en el pavimento, que se desvanecieron en la nada Zen Nueva Jersey dejando un rastro de ambiguas postales del Atlantic City Hall, sufriendo sudores orientales y crujidos de huesos tangerinos y migrañas de la china con síndrome de abstinencia en un pobremente amoblado cuarto de Newark, que vagaron por ahí y por ahí a medianoche en los patios de ferrocarriles preguntándose dónde ir, y se iban, sin dejar corazones rotos, que encendieron cigarrillos en furgones furgones furgones haciendo ruido a través de la nieve hacia granjas solitarias en la abuela noche, que estudiaron a Plotino Poe San Juan de la Cruz telepatía bop kabbalah porque el cosmos instintivamente vibraba a sus pies en Kansas, que vagaron solos por las calles de Idaho buscando ángeles indios visionarios que fueran ángeles indios visionarios, que pensaron que tan sólo estaban locos cuando Baltimore refulgió en un éxtasis sobrenatural, que subieron en limosinas con el chino de Oklahoma impulsados por la lluvia de pueblo luz de calle en la medianoche invernal, que vagaron hambrientos y solitarios en Houston en busca de jazz o sexo o sopa, y siguieron al brillante Español para conversar sobre América y la Eternidad, una tarea inútil y así se embarcaron hacia África, que desaparecieron en los volcanes de México dejando atrás nada sino la sombra de jeans y la lava y la ceniza de la poesía esparcida en la chimenea Chicago, que reaparecieron en la costa oeste investigando al F.B.I. con barba y pantalones cortos con grandes ojos pacifistas sensuales en su oscura piel repartiendo incomprensibles panfletos, que se quemaron los brazos con cigarrillos protestando por la neblina narcótica del tabaco del Capitalismo, que distribuyeron panfletos supercomunistas en Union Square sollozando y desnudándose mientras las sirenas de Los Álamos aullaban por ellos y aullaban por la calle Wall, y el ferry de Staten Island también aullaba, que se derrumbaron llorando en gimnasios blancos desnudos y temblando ante la maquinaria de otros esqueletos, que mordieron detectives en el cuello y chillaron con deleite en autos de policías por no cometer más crimen que su propia salvaje pederastia e intoxicación, que aullaron de rodillas en el subterráneo y eran arrastrados por los tejados blandiendo genitales y manuscritos, que se dejaron follar por el culo por santos motociclistas, y gritaban de gozo, que mamaron y fueron mamados por esos serafines humanos, los marinos, caricias de amor Atlántico y Caribeño, que follaron en la mañana en las tardes en rosales y en el pasto de parques públicos y cementerios repartiendo su semen libremente a quien quisiera venir, que hiparon interminablemente tratando de reír pero terminaron con un llanto tras la partición de un baño turco cuando el blanco y desnudo ángel vino para atravesarlos con una espada, que perdieron sus efebos por las tres viejas arpías del destino la arpía tuerta del dólar heterosexual la arpía tuerta que guiña el ojo fuera del vientre y la arpía tuerta que no hace más que sentarse en su culo y cortar las hebras intelectuales doradas del telar del artesano, que copularon extáticos e insaciables con una botella de cerveza un amorcito un paquete de cigarrillos una vela y se cayeron de la cama, y continuaron por el suelo y por el pasillo y terminaron desmayándose en el muro con una visión del coño supremo y eyacularon eludiendo el último hálito de conciencia, que endulzaron los coños de un millón de muchachas estremeciéndose en el crepúsculo, y tenían los ojos rojos en las mañanas pero estaban preparados para endulzar el coño del amanecer, resplandecientes nalgas bajo graneros y desnudos en el lago, que salieron de putas por Colorado en miríadas de autos robados por una noche, N.C. héroe secreto de estos poemas, follador y Adonis de Denver -regocijémonos con el recuerdo de sus innumerables jodiendas de muchachas en solares vacíos y patios traseros de restaurantes, en desvencijados asientos de cines, en cimas de montañas, en cuevas o con demacradas camareras en familiares solitarios levantamientos de enaguas y especialmente secretos solipsismos en baños de gasolineras y también en callejones de la ciudad natal, que se desvanecieron en vastas y sórdidas películas, eran cambiados en sueños, despertaban en un súbito Manhattan y se levantaron en sótanos con resacas de despiadado Tokai y horrores de sueños de hierro de la tercera avenida y se tambalearon hacia las oficinas de desempleo, que caminaron toda la noche con los zapatos llenos de sangre sobre los bancos de nieve en los muelles esperando que una puerta se abriera en el East River hacia una habitación llena de vapor caliente y opio, que crearon grandes dramas suicidas en los farellones de los departamentos del Hudson bajo el foco azul de la luna durante la guerra y sus cabezas serán coronadas de laurel y olvido, que comieron estofado de cordero de la imaginación o digirieron el cangrejo en el lodoso fondo de los ríos de Bowery, que lloraron ante el romance de las calles con sus carritos llenos de cebollas y mala música,
que se sentaron sobre cajas respirando en la oscuridad bajo el puente y se levantaron para construir clavicordios en sus áticos, que tosieron en el sexto piso de Harlem coronados de fuego bajo el cielo tubercular rodeados por cajas naranjas de Teología, que escribieron frenéticos toda la noche balanceándose y rodando sobre sublimes encantamientos que en el amarillo amanecer eran estrofas incoherentes, que cocinaron animales podridos pulmón corazón pié cola borsht & tortillas soñando con el puro reino vegetal, que se arrojaron bajo camiones de carne en busca de un huevo, que tiraron sus relojes desde el techo para emitir su voto por una eternidad fuera del tiempo, & cayeron despertadores en sus cabezas cada día por toda la década siguiente, que cortaron sus muñecas tres veces sucesivamente sin éxito, desistieron y fueron forzados a abrir tiendas de antigüedades donde pensaron que estaban envejeciendo y lloraron, que fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en Madison Avenue entre explosiones de versos plúmbeos & el enlatado martilleo de los férreos regimientos de la moda & los gritos de nitroglicerina de maricas de la publicidad & el gas mostaza de inteligentes editores siniestros, o fueron atropellados por los taxis ebrios de la realidad absoluta, que saltaron del puente de Brooklyn esto realmente ocurrió y se alejaron desconocidos y olvidados dentro de la fantasmal niebla de los callejones de sopa y carros de bomba del barrio Chino, ni siquiera una cerveza gratis, que cantaron desesperados desde sus ventanas, se cayeron por la ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, se abalanzaron sobre negros, lloraron por toda la calle, bailaron descalzos sobre vasos de vino rotos y discos de fonógrafo destrozados de nostálgico Europeo jazz Alemán de los años 30 se acabaron el whisky y vomitaron gimiendo en el baño sangriento, con lamentos en sus oídos y la explosión de colosales silbatos de vapor, que se lanzaron por las autopistas del pasado viajando hacia la cárcel del gólgota -solitario mirar- autos preparados de cada uno de ellos o Encarnación de Jazz de Birmingham, que condujeron campo traviesa por 72 horas para averiguar si yo había tenido una visión o tú habías tenido una visión o él había tenido una visión para conocer la eternidad, que viajaron a Denver, murieron en Denver, que volvían a Denver; que velaron por Denver y meditaron y andaban solos en Denver y finalmente se fueron lejos para averiguar el tiempo, y ahora Denver extraña a sus héroes, que cayeron de rodillas en desesperanzadas catedrales rezando por la salvación de cada uno y la luz y los pechos, hasta que al alma se le iluminó el cabello por un segundo, que chocaron a través de su mente en la cárcel esperando por imposibles criminales de cabeza dorada y el encanto de la realidad en sus corazones que cantaba dulces blues a Alcatraz, que se retiraron a México a cultivar un hábito o a Rocky Mount hacia el tierno Buda o a Tánger en busca de muchachos o a la Southern Pacific hacia la negra locomotora o de Harvard a Narciso a Woodland hacia la guirnalda de margaritas o a la tumba, que exigieron juicios de cordura acusando a la radio de hipnotismo y fueron abandonados con su locura y sus manos y un jurado indeciso, que tiraron ensalada de papas a los lectores de la CCNY sobre dadaísmo y subsiguientemente se presentan en los escalones de granito del manicomio con las cabezas afeitadas y un arlequinesco discurso de suicidio, exigiendo una lobotomía al instante, y recibieron a cambio el concreto vacío de la insulina Metrazol electricidad hidroterapia psicoterapia terapia ocupacional ping pong y amnesia, que en una protesta sin humor volcaron sólo una simbólica mesa de ping pong, descansando brevemente en catatonia, volviendo años después realmente calvos excepto por una peluca de sangre, y de lágrimas y dedos, a la visible condenación del loco de los barrios de las locas ciudades del Este, los fétidos salones del Pilgrim State Rockland y Greystones, discutiendo con los ecos del alma, balanceándose y rodando en la banca de la soledad de medianoche reinos dolmen del amor, sueño de la vida una pesadilla, cuerpos convertidos en piedra tan pesada como la luna, con la madre finalmente y el último fantástico libro arrojado por la ventana de la habitación, y a la última puerta cerrada a las 4 AM y el último teléfono golpeado contra el muro en protesta y el último cuarto amoblado vaciado hasta la última pieza de mueblería mental, un papel amarillo se irguió torcido en un colgador de alambre en el closet, e incluso eso imaginario, nada sino un esperanzado poco de alucinación-
ah, Carl, mientras no estés a salvo yo no voy a estar a salvo, y ahora estás realmente en la total sopa animal del tiempo y que por lo tanto corrió a través de las heladas calles obsesionado con una súbita inspiración sobre la alquimia del uso de la elipse el catálogo del medidor y el plano vibratorio, que soñaron e hicieron aberturas encarnadas en el tiempo y el espacio a través de imágenes yuxtapuestas y atraparon al Arcángel del alma entre 2 imágenes visuales y unieron los verbos elementales y pusieron el nombre y una pieza de conciencia saltando juntos con una sensación de Pater Omnipotens Aeterna Deus para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa humana y pararse frente a ti mudos e inteligentes y temblorosos de vergüenza, rechazados y no obstante confesando el alma para conformarse al ritmo del pensamiento en su desnuda cabeza sin fin, el vagabundo demente y el ángel beat en el tiempo, desconocido, y no obstante escribiendo aquí lo que podría quedar por decir en el tiempo después de la muerte, y se alzaron reencarnando en las fantasmales ropas del jazz en la sombra de cuerno dorado de la banda y soplaron el sufrimiento de la mente desnuda de América por el amor en un llanto de saxofón eli eli lamma lamma sabacthani que estremeció las ciudades hasta la última radio con el absoluto corazón del poema sanguinariamente arrancado de sus cuerpos bueno para alimentarse mil años.
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Disección de un pájaro.
[instalación por descuido en panorámico de av. paseo de los ángeles]
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Del cuaderno... (XIV)
RECORDANDO A HUBERT SELBY
La imagen de Hubert Selby se me viene a menudo a la cabeza. Al legendario escritor neoyorquino tuve la ocasión de visitarlo, en su modestísimo retiro de Hollywood, hace algo más de veintiséis años: en el mes de octubre de 1997. Recuerdo que tras mi primer contacto escrito con él hablamos personalmente por teléfono algún tiempo antes de mi viaje a Los Ángeles. Lo llamé desde un locutorio de Telefónica situado en el paseo del Muro, en Gijón, a la altura de la Escalerona.
Era una de esas situaciones en las que no te acabas de creer que un particular deseo, largamente acariciado, pueda estar realmente verificándose; la sensación experimentada comparte aspectos —salvando las sutiles distancias— con ese frisson de alegría que sin poderlo evitar se apodera de uno el día de su cumpleaños, o en fiestas como Navidad. Me imagino que quien gana un modesto premio de lotería (los premios gigantescos serán sin duda otra cosa) siente algo parecido.
Al cabo de unas semanas, el nada desdeñable premio de lotería (lo que Pla hubiera llamado una «propina») se había hecho realidad, y allí estaba yo, en Hollywood, charlando de la vida y la muerte y de lo divino y lo humano nada menos que con el autor de la mítica Última salida para Brooklyn. Era una cosa mágica, todavía un tanto irreal, por más que yo en ese momento ya hubiera tenido tiempo para hacerme a la idea de que no se trataba de un sueño.
He contado en al menos dos ocasiones mi encuentro y larga conversación con Hubert Selby. La charla, que transcribí entera a mi vuelta de los EUA, se convirtió en un pequeño libro de entre sesenta y ochenta páginas a simple espacio en mecanuscrito (calculo que unas treinta mil palabras). Ese original, por desgracia, terminó traspapelándose; impreso y encuadernado, acabó en manos de José Ángel Mañas, que pretendía enseñárselo a una especialista francesa en literatura norteamericana contemporánea, muy interesada en mi intercambio con el novelista de Brooklyn; y luego, entre cajas de mudanza y avatares vitales —tanto de Jose como míos— se extravió definitivamente. Lo cual resultó ser una pequeña tragedia, aunque la pérdida no fuera completa, porque las cintas en las que registré íntegramente mis horas de plática con Selby obran aún en mi poder (llevo lustros diciéndome que debería volver a la carga y transcribirlas de nuevo, y el asunto se va tornando verdaderamente urgente, pues el único reproductor de casetes que todavía poseo ni siquiera sé si funcionará como es debido; y ese aparato debe ofrecerme la última oportunidad para rescatar el impagable material. Otra tarea que se añade a mi casi inabordable cúmulo de labores actualmente pendientes).
De Selby, que estaba ya bastante enfermo y físicamente depauperado, recuerdo muchas cosas; pero hubo un momento de nuestro encuentro que se me quedó especialmente grabado en la memoria: «Tengo días y tengo días —me decía hacia al final de nuestro dilatado coloquio el autor de Réquiem por un sueño—. Hay mañanas en que me levanto y estoy más o menos bien, y puedo sentarme ante la máquina de escribir y sacarme de la manga unas horas de trabajo; y luego hay mañanas en que apenas me levanto me encuentro tan mal que he de volverme a la cama y olvidarme de cualquier posible intento de actividad, creativa o de otra clase, porque estoy que no puedo ni con mi alma».
No he llegado a los extremos de Selby; afortunadamente, gozo de buena salud, y por ahora no se presentan obstáculos verdaderamente insalvables para seguir adelante con mi trabajo. Mi «mente poderosa», sin embargo, no me da tregua; en ciertas jornadas, como la de ayer (vértigo, mareos, caídas hacia los lados, ataque de ansiedad en toda regla), siento que ya sin demora me voy para el otro barrio, psíquicamente al menos. Después se dan jornadas, como la de hoy, en que por suerte estoy infinitamente mejor (ayer tuve que tomarme una cápsula de sulpirida; tal vez eso me ayudara); y aquí me hallo, útil de escritura en mano, laborando de nuevo en la faena que me salva.
A Dios rogando y con el mazo dando, prosigamos otro día con nuestra empresa y misión.
[27/02/24]
ROGER WOLFE
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Segundo Episodio de la Trama Global
¡Ha llegado el día!Acabamos de abrir el segundo episodio de nuestra Trama Global. Demonios, haced fila por un lado y pasad por aquí: UN PASEO POR LAS NUBES. Ángeles, a este otro lado y podéis iniciar aquí: HIGHWAY TO HELL.
Los cazadores y humanos tendréis que esperar por el momento. Recordad leer bien las instrucciones y las normas. No se aceptan ítems de vuestros inventarios en esta parte de la trama. Deseamos que lo paséis bien, tanto como nosotros redactando esta trama.
Por otro lado, ¡cumplimos 5 meses online! Y los que nos quedan.
#arcanum legio#foro rpg#demonios#cazadores#ángeles#foro sobrenatural#somos unos gamberros#foroactivo#trama general#Segundo episodio
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La maternidad
“El porvenir de un hijo es siempre obra de su madre.” Napoleón Bonaparte Johann Zoffany. Lord Willoughby de Broke y su familia. 1766. Centro Getty. Los Ángeles. “El corazón de una madre es un abismo en cuyo fondo siempre se encuentra un perdón.” Honoré de Balzac Honoré de Balzac Pierre Auguste Renoir. Una madre con sus dos hijas, el paseo. 1874-1876. Frick Collection. Nueva York. “Los niños son…
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La historia que voy a contar ahora pasó hace mucho tiempo, cuando los pájaros todavía tenían dientes y los peces, alas. Esta leyenda del pueblo de Sant Joan me la contó un amigo mío al que llamaban Dani. En un pequeño pueblo llamado San Juan, concretamente en la iglesia de Santa Eugenia de Vila-romà, encontraron una pequeña tetera. Era preciosa, parecía hecha con las manos de los propios ángeles. Al cura le fascinó, así que preguntó por todo el pueblo si era de alguien. Todo el mundo respondió lo mismo, que no, así que el cura se la llevó a su casa. -María, ¡mira que te he traído!- dijo. -Hola, papá- le respondió y corrió a abrazarle. -¡Gracias papá, me encanta, es preciosa, la utilizaré para tomar el té!-, dijo la niña. Fue a su habitación, cogió tres o cuatro peluches y también la tetera y se puso a jugar. Cuando la cogió notó que tenía algo de polvo en cuanto fue a la cocina, cogió un trapo y la empezó a limpiar y frota que frotarás, casi sin darse cuenta salió de la tetera un capibara. Éste dijo -hola María soy un capibara mágico, vengo de los bunkers del Molí de Vent para concederte tres deseos-. Ella estaba tan sorprendida que se quedó en blanco y sin palabras, pero le parecía divertida idea de los tres deseos. Hacía tiempo que quería restaurar el parque de la plaza de Sant Joan o tener dinero para ir al Kumbaià. Le dijo que escogería tres deseos, pero que debería pensárseles y que ya le diría algo más adelante. Pasaron los días y se hicieron inseparables. La niña aún no tenía clara la respuesta a la pregunta, pero a nadie le importaba porque se lo pasaban tan y tan bien... El capibara ya no era sólo una mascota, se había convertido en un amigo, era parte de la familia, hacían viajes, iban de paseo, cualquier cosa que hacían se llevaban al capibara. Pasó tanto tiempo que María tenía ya cincuenta y cinco años y aún no había escogido los deseos. La chica murió con setenta y ocho años sin haber pedido ningún deseo, porque ya se habían cumplido todos. ¡Lo que realmente quería María era un amigo y ya lo tenía! Dicen que si te acercas al antiguo cementerio de San Juan un día de luna llena, puedes llegar a oír las risas de esa niña de cinco años. Capibara_macarena
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Gobernadora Evelyn Salgado inauguró en Zihuatanejo el paseo 'Capricho del rey'
ZIHUATANEJO, Gro. * 6 de noviembre, 2024 ) Gobierno de Guerrero “Cuando hay crecimiento, hay bienestar; si tenemos bienestar, tenemos paz; si tenemos paz, tenemos justicia social y por supuesto, tenemos
desarrollo y oportunidades”, expresó la gobernadora Evelyn Salgado Pineda durante la inauguración del paseo turístico Capricho del Rey en Zihuatanejo, la cual es parte de una serie de acciones de alto impacto en el Año de las Obras, que permitirán promover el turismo e impulsar el desarrollo ordenado de este destino, potencializando su belleza. En compañía de la presidenta municipal, Lizette Tapia Castro, así como del ex alcalde, Jorge Sánchez Allec, la gobernadora refrendó todo su apoyo para Zihuatanejo, a través de la realización de diversas obras de gran relevancia, que permitirán que continúen su camino hacia el desarrollo. “Zihuatanejo se ha transformado en los últimos años, ha crecido de manera exponencial. Se ha consolidado como un destino de excelencia. Esto se ha hecho con una visión muy clara, de que se puede y de que se debe trabajar en equipo”, señaló la mandataria.
Ante prestadores de servicios turísticos, empresarios del sector y población en general, la gobernadora dijo que seguirá trabajando de la mano con Zihuatanejo, para seguir manteniendo ese brillo y esplendor que lo caracterizan, lo que ha permitido que se continúe posicionando como uno de los destinos referentes. Al respecto, destacó que como parte de los esfuerzos conjuntos, se ha logrado una gran conectividad a través de vuelos directos con ciudades como Vancouver, Calgary, Montreal y Toronto, en Canadá y en Estados Unidos con Los Ángeles, San Francisco, Dallas, San Diego, Houston y Chicago. En su mensaje, la jefa del Ejecutivo estatal expresó su aprecio hacia este municipio y hacia sus habitantes, ofreciendo todo su trabajo, para continuar enfocando los esfuerzos a favor de Zihuatanejo. Y agregó: “Si caminamos siempre de la mano del pueblo, las cosas se hacen y por supuesto que se transforman, se transforman las comunidades, se transforman las regiones, nuestros municipios y el estado. Y voy a seguir siendo gobernadora de territorio y voy a seguir visitando Zihuatanejo muchas veces más, aquí me van a tener, porque aquí siempre tienen mi corazón, pero también va a estar la gobernadora presente apoyando a nuestra querida presidenta Liz Tapia. Cuente con eso, querida presidenta, con nuestra presencia, con nuestro apoyo, no nada más en el discurso, también en el recurso”.
Señaló que como parte de este esfuerzo conjunto, se han llevado a cabo obras como el Museo Arqueológico, obras de pavimentación y de infraestructura hidráulica en diversas zonas y colonias, así como una gran estrategia que permite generar un impacto positivo en Zihuatanejo y la Costa Grande, para beneficio de las familias que habitan en esta región. “Vamos a continuar trabajando con este gran pueblo, que se merece absolutamente todo lo bueno”, concluyó la mandataria estatal. En su intervención, la presidenta municipal agradeció todo el apoyo de la gobernadora, quien a través de una gran visión, ha contribuido al mejoramiento de Zihuatanejo. “Los puestos públicos políticos son transitorios, hoy somos y en unos años no más, pero las obras que usted haga a lo largo y ancho del estado, harán que sea recordada por siempre por este pueblo”, dijo. En tanto que el presidente de la Asociación de Hoteles de Ixtapa-Zihuatanejo, Luis Castañeda Muñoz, expresó su beneplácito ante la visita de la mandataria, quien en todo momento ha demostrado su apoyo hacia Zihuatanejo, trabajando de la mano, de manera conjunta, para seguir impulsando este destino y a la principal actividad económica. Acompañaron a la gobernadora, la presidenta del DIF Guerrero, Liz Adriana Salgado Pineda; la diputada local, Leticia Rodríguez Armenta; el diputado local, Rafael Martínez Ramírez; el diputado local Alejandro Bravo Abarca; el delegado de Gobierno en Costa Grande, Francisco Chavarría Valdeolivar; el director ejecutivo de la Oficina de Convenciones y Visitantes, Pedro Castelán; la presidenta de la colonia La Ropa, Pamela Dorantes Quintana; prestadores de servicios turísticos, entre otros asistentes.
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Selena Quintanilla será honrada con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, además el 3 de noviembre será su día oficial en Los Ángeles Selena Quintanilla será inmortalizada con su estrella en el Paseo de La Fama de Hollywood, el próximo 3 de noviembre, en un evento organizado entre otros por Universal
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Oliverio Girondo No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible - no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme! Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa. ¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado? ¡María Luisa era una verdadera pluma! Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres... ¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte. Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo. ¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo! Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo? Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.
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Frank Sinatra
cantante y actor estadounidense
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«Sinatra» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Sinatra (desambiguación).
Francis Albert Sinatra (Hoboken, Nueva Jersey, 12 de diciembre de 1915-Los Ángeles, California, 14 de mayo de 1998), conocido popularmente como Frank Sinatra, fue un cantante y actor estadounidense. Dejó, a través de sus discos y actuaciones en directo, un legado canónico en lo que respecta a la interpretación vocal masculina de la música.[1] Sus grabaciones alcanzaron las listas musicales 209 veces.[2] Es uno de los 33 artistas que ostenta tres estrellas en el Paseo de la Fama de Hollywood.[3]
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#6 El Camino Hacia el Santuario
Quizás escribo todos los días para sellar mis intentos de otorgarle sentido a mis intentos.
Muchas veces siento el deseo de alejarme y perderme porque llegando a experimentar esos niveles de incertidumbre logro mirar de frente mis miedos, que se me presentan en sus mayores encarnaciones. Con aquél deseo como guía, probé 2g de hongos en un campo de la ciudad de General Belgrano y salí a caminar junto a Fede para llegar a un arroyo que tenía un puente. El efecto hizo que fuera un camino un poco difícil para mí. Me sentía perdida y resignada a seguir el camino que se me ofrecía, sin terminar de entender hacia dónde íbamos y por qué. Decidí caminar y confiar en que estábamos dando un paseo pero el camino me asustaba por lo desconocido y confuso. Sin embargo, hubo momentos muy luminosos como ver el sol en un círculo perfecto, rodeado por remolinos de nubes perfectas, con la luz perfecta para no enceguecerme pero sí, deslumbrarme. Estoy en un momento de mi vida en el cual si no registro momentos de conexión con una fuerza mayor, con mi fe, entonces me siento perdida. Cuando llegamos al puente hubo un momento en el que Fede se fue a explorar mientras yo me senté a mirar el agua. Sentía que seguía habiendo brillitos de sol incluso cuando el día estaba completamente nublado y podía percibir pequeños arcoíris rodeándome que cuando los miraba de forma directa desaparecían. Entonces supuse que ese brillo se trataba de Dios y los ángeles merodeando. Se volvió realmente confuso. Porque la vida es continuamente mundana (por suerte también ¿no?) e igualmente convivimos con cosas extraordinarias suprasensibles como el amor infinito de nuestros afectos, la partida de nuestros seres queridos, la bondad, los detalles, la curiosidad, el misterio, la fusión, el desapego, la expansión, la apertura del corazón, la inmensidad de todos nuestros cuerpos, el dolor, son algunas que puedo nombrar. Y me sentí un poco perdida sobre cómo disponerme ante estos factores coexistiendo. Me sucede que en este tipo de estados que generan los hongos me desidentifico demasiado, pierdo la memoria del pasado y entonces me queda poco de qué aferrarme. Trato de reafirmar mi nombre Santina como para sentir que hay algo propio y particular en Todo Esto. Algunos límites definidos que me ayuden a moverme tranquila pretendiendo que sé hacia dónde voy. Como las tranqueras y los cables eléctricos que marcan el camino en los campos, donde unx sabe por dónde avanzar entre tanta inmensidad. Sin embargo me costaba interpretar esas delimitaciones como un camino. Si bien todo indicaba que ese era un camino a seguir, yo me sentía muy perdida. Como siempre, la salida ante el miedo fue confiar. Yo registraba mi miedo pero no me nacía hablarlo/expresarlo pues no me sentía capaz de intelectualizarlo. Traté de respirar, habitar las sensaciones y continuar el camino porque por más desafiante o confuso, sabía que con Fede dictamos el objetivo de ir y volver, eventualmente llegaríamos a destino. Esa es la confianza. Esa es la fe. Eso es Dios. Es no tener ni un poquito de idea de por qué caminar o hacia dónde y aún así, caminar. Porque detenerse es una opción (la pausa y el silencio son sagrados), pero estancarse en la pérdida, en el vacío dentro del pozo oscuro y absorbente de un aljibe de antaño, en los misterios demasiado gigantes de abarcar como por qué vivimos y hacia dónde vamos, tal vez me hace sentir que solo quiero darle la mano a alguien a quien amo y decirle que así y todo como está sucediendo y lo que somos y todo lo que nos sale y lo que podemos es la bendición más grande de estar acá.
Junté mis manos y quise escuchar. Las melodías llegaban desde lejos y me cantaban mensajes. Le agradezco a la música por ser mi conexión con Dios. Por ser el elemento que nos conecta, une y magnetiza para acercarnos y estar juntxs. Para no olvidarnos, ni desaparecer, ni perdernos. Para mantenernos con vida y santificarnos. Por los siglos de los siglos. En el lenguaje musical se guardan códigos de vida, de pasos, de procesos, de perfumes, de arquetipos. Es el camino que elijo, el de construir músicas atesorando agua, piedras y reliquias en canciones. Es el Camino hacia el Santuario.
Próxima Invocación de Kenopsia: El Santuario en Pura Vida 08/07/24. Junto a Solarpunk y Ooodisea. Anticipadas por DM (Dios Mediante) en IG. No excluyente, queremos que vengas.
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Visite el centro de la amistad en Madison y aprenda inglés gratis
El Madison Internacional Centro de la Amistad (International Friendship Center, IFC por sus siglas en inglés) es una organización que convoca a estudiantes y otras personas que llegan de otros países con ganas de mejorar su inglés, relacionarse y profundizar sobre la cultura estadounidense. Los encuentros también pueden realizarse de forma virtual. Si usted acaba de llegar a Madison o a Estados Unidos; ya se fue pero algo de la tierra del tío Sam lo llama; es latino, hispano y/o inmigrante; quiere conocer gente, tener detalles de la historia norteamericana, mejorar y perfeccionar el inglés, compartir momentos que guardará por siempre en su memoria y no pagar un solo centavo ¡quédese, esta información le interesa!. Cuando una persona llega a un país como Estados Unidos se encuentra con una realidad completamente ajena a la tradicional; especialmente, aquellos que vienen desde países del sur y el centro de América chocan con barreras como el idioma, la cultura, la comida, las personas, el clima y el estilo de vida. Sin embargo, siempre hay ángeles en el camino que hacen que la vida sea más llevadera mientras uno logra aterrizar por completo. Madison Internacional Centro de la Amistad (IFC por sus siglas en inglés) es una organización sin ánimo de lucro que durante muchos años fue liderada por una iglesia que congregaba jóvenes, niños y adultos de distintas partes del mundo para que a través de voluntarios recibieran orientaciones y conversaciones sobre distintos temas en inglés. Cuando llegó la pandemia, aquellos que dirigían IFC decidieron que no seguirían con el programa. Judy Tang hacía parte del equipo y al ver que muchas personas se afectarían al cerrar las puertas de la organización, decidió coger las riendas, acompañar las clases que empezaron a realizarse virtualmente por el confinamiento que vivía el mundo y terminó siendo la directora de la organización. Ya han pasado un poco más de cuatro años desde entonces y sin pensarlo este espacio que cobijaba a personas que residían en Madison, terminó brindando apoyos virtuales que traspasan fronteras y unen países de América, Europa, Asia, África y Medio Oriente para hablar en inglés completamente gratis. Los espacios que tiene el IFC están disponibles para todo aquel que quiera participar. La recomendación es tener un nivel mínimo de inglés para poder sostener conversaciones básicas y paulatinamente se irán adaptando al modelo práctico que cuenta con voluntarios de distintas edades con diferentes enfoques en los que se habla sobre literatura, música, historia, religión y cultura general universal. Aquellas personas que quieran disfrutar de estos espacios virtuales y presenciales deberán ingresar al portal web https://madisonifc.org/ y registrar sus datos. De inmediato entrará a una base de datos para que reciba todas las notificaciones de la organización y el cronograma semanal. Igualmente, mensualmente se programan actividades al aire libre de acuerdo con la estación o época del año. Disfrutar de una barbacoa, conocer de cerca la experiencia de celebrar alguna fecha especial con estadounidenses o dar un paseo en alguno de los parques de la ciudad pueden ser planes programados desde el IFC, todo sin ningún costo. Conocer espacios como estos, en los que el voluntariado se hace con el corazón y sin ningún interés, hacen parte del aprendizaje que se contagia en la organización. Entender que muchas personas entregan su conocimiento y su tiempo sin esperar nada a cambio es tan solo una pizca de toda la generosidad que puede encontrarse al hacer parte del IFC. Anímese y aprenda. FUENTE: Redacción Read the full article
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