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Taxonomía de Bloom.

6 de noviembre de 2017.

Durante esta fase de curso de Paisajes de Aprendizaje tratamos la conocida Taxonomía de Bloom.

La idea central de esta taxonomía es qué han de desear los educadores que los alumnos sepan, es decir, cuáles son los objetivos educacionales. Tienen una estructura jerárquica que va del más simple al más complejo o elaborado, hasta llegar al de la evaluación. Cuando los educadores elaboran programas han de tener en cuenta estos niveles y, mediante las diferentes actividades, ir avanzando progresivamente de nivel hasta llegar a los más altos. 

La Taxonomía de objetivos de la educación, conocida también como taxonomía de Bloom, es una clasificación de los diferentes objetivos y habilidades que los educadores pueden proponer a sus estudiantes. La idea surgió en una reunión de la Asociación norteamericana de psicología en 1948, con el fin de facilitar la comunicación e intercambio de materiales entre examinadores. La comisión encargada fue liderada por Benjamin Bloom, psicólogo de la educación de la Universidad de Chicago. El esquema resultante fue propuesto por este investigador en 1956 e incluía tres "dominios": cognitivo, afectivo y psicomotor, aunque sólo los dos primeros fueron desarrollados inicialmente. La taxonomía de Bloom es jerárquica, es decir, asume que el aprendizaje a niveles superiores depende de la adquisición del conocimiento y habilidades de ciertos niveles inferiores. Al mismo tiempo, muestra una visión global del proceso educativo, promoviendo una forma de educación con un horizonte holístico. Hay tres dimensiones en la taxonomía de objetivos de la educación propuesta por Benjamin Bloom: 

Dimensión afectiva.

Dimensión psicomotora.

Dimensión cognitiva.

Dimensión cognitiva

Es la habilidad para pensar sobre los objetos de estudio. Los objetivos del nivel cognitivo giran en torno al conocimiento y la comprensión de cualquier tema dado.

Hay seis niveles en la taxonomía propuesta por Benjamín Bloom y colaboradores. En orden ascendente son los siguientes:

Conocer: Muestra el recuerdo de materiales previamente aprendidos por medio de hechos evocables, términos, conceptos básicos y respuestas

Conocimiento de terminología o hechos específicos

Conocimiento de los modos y medios para tratar con convenciones, tendencias y secuencias específicas, clasificaciones y categorías, criterios, metodología.

Conocimiento de los universales y abstracciones en un campo: principios y generalizaciones, teorías y estructuras

Comprender: Entendimiento demostrativo de hechos e ideas por medio de la organización, la comparación, la traducción, la interpretación, las descripciones.

Traducción

Interpretación

Extrapolación

Aplicar: Uso de conocimiento nuevo. Resolver problemas en nuevas situaciones aplicando el conocimiento adquirido, hechos, técnicas y reglas en un modo diferente y discriminación de la información identificando motivos o causas. Hacer inferencias y encontrar evidencia para fundamentar generalizaciones

Análisis de los elementos

Análisis de las relaciones

Análisis de los principios de organización

Crear: Compilación de información de diferentes modos combinando elementos en un patrón nuevo o proponiendo soluciones alternativas

Elaboración de comunicación unívoca

Elaboración de un plan o conjunto de operaciones propuestas

Derivación de un conjunto de relaciones abstractas

Evaluar: Presentación y defensa de opiniones juzgando la información, la validez de ideas o la calidad de una obra en relación con un conjunto de criterios

Juicios en términos de evidencia interna

Juicios en términos de criterios externos

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El corazón del dragón

¡Hola vikingos! Vuelvo por estos lares para contaros cómo está yendo este viaje en el que me he embarcado.

En una de las aventuras a superar, debimos hacer una reflexión de cómo había cambiado nuestra opinión sobre esta aventura de los Paisajes de Aprendizaje, desde que comenzamos el viaje hasta ahora, en el que llegamos al corazón del dragón.

Mi primera reflexión fue sobre la personalización que tienen los paisajes de aprendizaje, en cómo se pueden adaptar al frío, al calor, a cuando hay mucha cosecha y a cuando hay épocas de hambruna y los dragones necesitan más ayuda aún...

La segunda ha sido sobre la complejidad de esta aventura. Ya conocí en la anterior parada que este viaje no era tan sencillo como pensaba. Hay que tener en cuenta las inteligencias múltiples de los diferentes dragones para poder hacer esa personalización, pero ahora se ha añadido una dificultad a mayores: la taxonomía de Bloom. ¿Qué en qué consiste? Observad esta infografía que realicé para comprender mejor sus niveles.

Y aunque parezca muy complicado unir estos aspectos, el maestro vikingo nos enseñó a combinarlos para poder atender a la diversidad con la matriz de paisajes ¡qué maravilla! Ahora podemos tener en cuenta las fortalezas de nuestros dragones pero también las debilidades, trabajando todo en su conjunto con el añadido de la taxonomía de Bloom.

De esta manera, podremos observar en qué nivel de pensamiento está cada dragón sin que ninguno se quede atrás, adaptando nuestras actividades a los conocimientos, aptitudes y características de los dragones, potenciando sus capacidades y aprendizajes.

Todo ello requiere de una maestra vikinga que:

Tenga conocimientos de las inteligencias múltiples y de la taxonomía de Bloom.

Conozca cómo combinar ambos aspectos.

Conozca a sus dragones y crea en sus capacidades.

Se esfuerce por lograr una metodología activa, motivadora e inclusiva.

Tenga ilusión y motivación por continuar con este viaje.

¡LO TENEMOS! Continuamos con el viaje….