#Modernismo en Hispanoamérica
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«Canción de la primavera» de Ricardo Jaimes Freyre
«Canción de la primavera» de Ricardo Jaimes Freyre http://wp.me/p2FM39-1EC
El escritor, historiador y diplomático boliviano Ricardo Jaimes Freyre es uno de los representantes más destacados del Modernismo en Hispanoamérica y ha sido calificado como el «príncipe de los poetas bolivianos». Curiosamente, su nacimiento tuvo lugar en Tacna, Perú (donde su padre, Julio Lucas Jaimes, desempeñaba el cargo de cónsul de Bolivia), el 12 de mayo de 1868. Fallecería en Buenos Aires…
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Literatura del modernismo de Perú
1880
INICIA: Perú buscá separarse de la burguesía y su materialismo,por medio de un arte refinado y estetizante.
AUTORES IMPORTANTES
Leónidas Yerovi (1881-1917),poeta y dramaturgo festivo,nacido en Lima.
Enrique Bustamante (1883-1937),poeta limeño,uno de los más finos e intelectuales del Perú.
Alberto Uretra(1885-1965),poeta y catedrático, autor de poemas y melancólico.
LIBROS IMPORTANTES
En 1888,Rubén Dario pública su libro AZUL.Dario hace una tarea excepcional que consolida el modernismo como movimiento continental.
En 1896 se edita prosas profanas,el libro de Dario que oficializa el modernismo en hispanoamérica.
José Santos Chocano en 1906 público Alma América.Fue el máximo exponente.
TERMINO
En 1914 en Europa vivían la euforia de el progreso conocida con el nombre de "BELLE EPOQUE".A inicios de la primera guerra mundial en los primeros años de el siglo.
Angel Gaona de el curso 701
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MODERNISMO EN ARGENTINA
*Hola les explicare o les diré cuando y cuales fueros sus hechos durante el modernismo. Demos un viaje al conocimiento VAMOS.
El modernismo en argentina como tal inicio de 1890 a 1920 en estas fechas pasaron desacuerdos frente a la burguesía y además de ello se considero la estética como belleza ejemplo.
VEAMOS ALGUNOS AUTORES:)
Primero tenemos en la lista de importante a
Rubén Darío: el cual participo como poeta, periodística y diplomático el cual fue represéntate del modernismo como máximo de la lengua española en literatura.
en segundo lugar a
Horacio Quiroga:
Horacio Silvestre Quiroga Forteza fue un cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo. Fue el maestro del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista. Sus relatos a menudo retratan a la naturaleza bajo rasgos temibles y horrorosos, como enemiga del ser humano, seguidor de la escuela modernista fundada por Rubén Darío y obsesivo lector de Edgar Allan Poe Y Guy de Maupassant .
HACI COMO ELLOS UBIERON MAS AUTORES LOS CUALES MARCARON COMO MODERNISTAS EN ARGENTINA EN SU MOMENTO.
PRINCIPALES HECHOS HICTORICOS
Frente a la burguesía se provoco desacuerdo por lo que se volvió cultura y provoco el cambio de heredero al romanticismo, lo cual paso lo mismo con las muestras artísticas en Australia y Alemania. Algunos teóricos dicen que el modernismo en argentina era un poco complejo en su historia.
POETAS
Ricardo Rojas
Enrique Banchs
Arturo Marasso
Pedro Miguel
LOS LIBROS MAS INPORTATES EN ESTA EPOCA U TIEMPO
MISAS HEREJES
CANCIONES DE MI BARRIO
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Modernismo Ecuatoriano
El Modernismo surge en Hispanoamérica entre los años 1890 a 1918 de la mano de Rubén Darío. Sin embargo, llega al Ecuador de manera tardía en 1920. De esta corriente se puede destacar a un grupo de poetas que se encargaron de explotar el modernismo en nuestro humilde territorio.
Generación decapitada "El arte por el el arte"
Denominados generación decapitada debido a que todos los escritores que pertenecían a este grupo poético acabaron con su vida a temprana edad, dejando su legado lleno de melancolía y tristeza
Se encontraba conformado por:
Medardo Ángel Silva
Humberto Fierro
Ernesto Noboa Caamaño
Arturo Borja
Estos poetas se encontraban llenos de angustia y mostrando un desencanto amargo hacia la realidad, se les clasificó como perlas de melancolía, pero bien estructuradas, ya que mostraban temas como: La búsqueda de la muerte, el amor suicida y las desgracias de las noches desveladas
Cada letra de sus poesías innovaba la métrica y expresaba la libertad del verso, por lo que la rima era solo un viejo recuerdo del pasado. Esta poesía tenía como finalidad expresar lo más profundo del poeta, el cual estaba dispuesto a romper cualquier barrear gramática o fonética para conseguirlo
En poesías como la de Medardo Ángel Silva podemos ver como el Amor toma un giro de locura.
Como es el caso del "Alma en los labios"
El poeta vive de las palabras que ella le dijo, quizás le dio la ilusión de un compromiso, pero no está seguro. La espera, la quiere a morir y llora sus cartas lleno de ingenuidad. Quizás ella le dijo que regresaría, pero aún no lo ha hecho.
La historia termina con el yo lírico sintiéndose víctima y culpable. Le pide perdón por la pasión que le devora a tal extremo que está dispuesto a rasgarse el pecho y entregarle su corazón palpitante. Su corazón vivo en las manos de seda de su amada. Está dispuesto a morir por amor a su novia Rosa Amada Villegas.
Poesías, como esta, refleja la verdadera realidad de un amor platónico.
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MODERNISMO CHILENO
1888
La mas amplia considera que el modernismo no es solo un movimiento literario , si no toda una época y la actitud que le sirvió de base . RUBEN DARIO publico el articulo "LA LITERATURA CENTROAMERICANA" y fue la primera vez que empleo el termino modernista
1860-1874
Según cedomil Golc y su anterior histórico generacional , la llamada generación modernista correspondió a escritores .
Arturo Torres Rioseco , en tanto , propone la existencia de dos fases modernistas. Una primera fase correspondería a un movimiento de evasión , caracterizada por la recurrencia de temas exoticos e imaginarios.
Luego comenzó la fase mundonovista. En ella se aposto por una vuelta a la tierra , a la historia, las gentes propias de Hispanoamérica.
Lo que impulso a esta fase era a la de encontrar un expresión artística cuyo sentido fuera indiscutiblemente Americano.
1890-1910
El modernismo, propuesta estético ideológica ligada a la masificación de los ideales capitalistas surgió a fines del siglo XlX ,entre los años 1890 y 1910.
1905-1919
El modernismo chileno, si bien es cierto que ha sido considerado como de menor envergadura en relación a los alcances que tuvo la generación mundonovista . Su vigencia se inicio en 1905 y se prolongo hasta 1919 .
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Linea del tiempo sobre el Modernismo de Argentina
En esta Linea del tiempo se puede evidenciar Autores , Libros y Hechos Históricos
1880/ empieza el movimiento literario
1884/ Calixto Oyuela escrito, poeta y ensayista abandona esta profesion.
1885/ el escritor Fray Mocho, escribe cuentos mundanos.
1893/ Ruben Dario llega a Argentina Buenos Aires por primera vez
1897/ Fray Mocho escribe Memorias de un Vigilante.
1898/ nace la revista Caras y Caretas.
1904/ Gregorio De Laferrere puso en escena sus obras de teatro.
1908/ Evaristo Carriego publica Misas Herejes, uno de los libros mas famosos.
1911/ Enrique Banchs publica la Urna.
1917/ Horacio Quiroga publica amor de locura y muerte.
1918/ Ricardo Rojas publica los coloniales
1921/ Nosotros publico el Manifiesto del Ultarismo de Borgues.
1930/ Roberto Payro publica Chamijo.
1857/ se construye el primer ferrocarril.
1880/ se consolido el modelo Agroexportador.
1912/ La primera implantación del Sufragio Universal para Varones.
1930/ el proceso de ampliación de la participación política, fue el golpe de Estado Cívico Militar.
1951/ Sufragio a las mujeres.
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LINEA TIEMPO CHILE
1888
en 1888 Rubén Darío publicó un artículo la literatura centroamericana en la revista de artes y letras y fue está la primera vez que empleo el término modernista haciendo alusión a un supuesto espiritu
Un grupo de escritores y poetas hispanoamericanos ese mismo año público hito que la crítica instituiera como fecha de inicio del modernismo en chile para que después de un tiempo está crítica causará un impacto en la literatura modernista
1899
Once años después en 1899 publicó la crónica el modernismo refiriéndose esta vez al movimiento literario nacido en Hispanoamérica caracterizado por la expresión individual la libertad y el anarquismo en el arte
1910
A fines del siglo XX entre los años 1890 y 1910 protesto una ideología ligada a la masificacion de los ideales capitalistas que tuvo como ejes la consciencia del desajuste y desencanto ante una realidad degradaba de este modo la belleza paso a ser el fin último del arte dicho de otro modo el modernismo paso a convertirse en rechazo y denuncia de la realidad social en consideración de lo anterior el canto de los poetas modernistas paso a constituirse en la primera expresión de autonomía literaria de los países hispanoamericanos y fue Darío con su obra excepcional quien lo consolidó como movimiento continental
1919
Arturo torres rioseco es tanto propone la existencia de dos fases modernistas una primera fase correspondería a un movimiento de evasión caracterizada por la resurrección de temas exóticos e imaginarios sobre esta Max henrique ureña señala que se trató de un culto preciosista que propició un estilo refinado en alguna medida artifisioso
causas por la literatura modernista
El modernismo chileno a afectado a su país de diferentes formas en la historia tales como el contexto histórico de los grandes cambios económicos como el fin del pacto colonial,industrialización,surgimiento de nuevas estructuras económicas y sociales fenómeno de la inmigración democratización ocurridos al final del siglo xlx
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2 BAC. Tema 18. Literatura hispanoamericana contemporánea
Resumir toda la literatura producida en 19 países, con 400 millones de hablantes, a lo largo de todo un siglo y en los tres géneros principales, resulta una tarea complicada. Por ellos, nos centraremos en dos géneros, los de mayor producción (poesía y narrativa) y expondremos las etapas o movimientos principales de cada uno, aludiendo también a los autores y obras imprescindibles.
POESÍA
En el paso del siglo XIX al XX el Modernismo, de origen hispanoamericano, de va agotando al tiempo que aparecen nuevas formas poéticas.
A) Las autoras postmodernistas. En la línea del modernismo tardío hay cuatro mujeres poetas (Delmira Agustini, Juana de Ibarbourou, Gabriela Mistral y Alfonsina Storni) que continúan en la línea de una poesía que persigue la belleza formal pero sin olvidar el contenido (en la línea del modernismo intimista). Nos centramos en:
Delmira Agustini: poesía formalmente modernista simbolista y en cuanto a los temas se caracteriza por una visión femenina del amor, la sensualidad y el erotismo.
Juana de Ibarbourou: uruguaya de raíces gallegas. La suya es una poesía vitalista, colorista y optimista. Canta el amor, la naturaleza, la vida.
Gabriela Mistral: chilena. Premio Nobel y maestra en la infancia de Pablo Neruda. Autora de corte clásico y pensamiento conservador. Sus temas son la familia, la maternidad, Dios.
Alfonsina Storni: Autora argentina con una visión oscura, pesimista y trágica de la vida, con una actitud cínica y desengañada sobre todo hacia el amor y los hombres.
B) Poesía vanguardista: en la línea de las vanguardias occidentales (surrealismo, futurismo...) se desarrolló en Hispanoamérica una poesía nueva, experimental, inconformista, en busca d eun lenguaje diferente. Dos de los poetas más importantes del continente, César Vallejo y Pablo Neruda, practicaron la poesía vangaurdista en sus inicio. Además
Vicente Huidobro. Poeta chileno, padre del Creacionismo, basado en la metáfora, la experimentación y en la no imitación de la realidad. El siguiente poema, por ejemplo, debe mucho al futurismo y al creacionismo (caligrama)
Jorge Luis Borges. Argentino, narrador, poeta y ensayista. En su juventud practicó el Ultraísmo.
C) Poesía pura: en la línea iniciada por Juan Ramón Jiménez, Salinas... y con la influencia de la poesía clásica española. Poesía depurada, intelectual, abstracta. Representativa del mexicano Xavier Villaurrutia.
D) Poesía afronegrista. En países con una fuerte presencia de población descendiente de esclavos africanos (Cuba, Venezuela...) se desarrolla esta poesía enteramente original de Hispanoamérica. Por un lado, reivindica el papel de los negros, tradicionalmente marginados; por el otro, formalmente es poesía rítmica, sonora, basada en los fondos musicales y rítmicos africanos o afroamericanos (música del son, guaracha...). El principal representante es el cubano Nicolás Guillén.
E) Poesía trascendentalista: poesía barroca, con un lenguaje oscuro y simbólico, lleno de adornos, imágenes, metáforas, palabras complejas y con un sentido escondido, no fácil de comprender. Persigue lo misterioso y lo escondido de la realidad y del propio ser humano. Está representada por el cubano José Lezama Lima
F) Poesía comprometida: de denuncia social, no evasiva, dedicada a la crítica de las injusticias y desigualdades, con un lenguaje claro y directo. Está presente en la obra de Pablo Neruda, César Vallejo y Octavio Paz, que veremos por separado. Característica del nicaragüense Ernesto Cardenal, recién fallecido, que mezcla lo social y lo sentimental.
G) Los grandes poetas. Algunos de estos autores alcanzaron fama y reconocimiento mundial. Participaron, a lo largo de su vida, en varias de las tendencias ya señaladas.
César Vallejo. Poeta peruano exiliado en Francia. Lo caracterizan su compromiso no solo con los problemas sociales, sino sobre todo con el dolor humano existencial, con el dolor de vivir, la angustia y el sentimiento trágico de la vida. Empieza como poeta modernista (Los heraldos negros), para pasar luego a la vanguardia (Trilce), la poesía social en relación con la Guerra Civil española (España, aparta de mí este cáliz) y la mejor poesía de Vallejo, la más personal, de tono existencial y pesimista, resumida en Poemas humanos y escrita en el exilio parisino.
Nicolás Guillén. Principal representante de la poesía negrista. En su obra se suman dos rasgos esenciales: los elementos rítmicos/musicales y temáticos de la negritud por un lado, y el compromiso social (sobre todo a raíz del triunfo de la revolución cubana): fraternidad, antiimperialismo... Característico del negrismo cultural es Sóngoro Cosongo; típico de la poesía social es West Indies Limited.
Pablo Neruda (Neftalí RIcardo Reyes), poeta chileno, uno de los más relevantes de todo el siglo XX, Premio Nobel y Premio Lenin (el equivalente en la era soviética, puesto que militaba en el Partido Comunista), gustó tanto en el mundo capitalista como en el comunista. Lo que más caracteriza a Neruda es su carácter excesivo: escribió mucho, libros muy largos, es muy dado a la “palabrería”, a crear grandes imágenes y metáforas, a extremar también el sentimiento y las ideas: todo lo contrario de la poesía pura. En su obra pasó por la poesía neorromántica en su juventud (Veinte poemas de amor y una canción desesperada), por la vanguardia surrealista durante su época europea como diplomático (Residencia en la tierra) y también desde este momento, en relación con la Guerra Civil española, por la poesía social (Canto general) y, finalmente, por una especie de comunismo elemental, una forma de sentirse unido y solidario ya no con los hombres sino con las cosas, con lo más básico y primitivo, que también es lo más importante (Odas elementales). Seguramente su obras más populares son Veinte poemas..., poemario amoroso con un úñltimo poema de desamor, de inspiración autobiográfica, en el que el poeta se dirige a dos figuras femeninas, Marisol y Marisombra. Y el Canto general, que fue algo así como una reivindicación de la identidad americana, un intento de realizar una enciclopedia poética del continente americano, libro muy extenso en el que Neruda canta todos los aspectos: el pasado y el presente, los indios y los europeos, la naturaleza y el hombre, la cultura... El siguiente poema es un homenaje solidario a Cuba.
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Octavio Paz. Gran poeta y ensayista mexicano. Aunque en sus inicios escribió poemas sociales y comprometidos, más tarde se acercó a la vanguardia surrealista; no obstante, el Octavio Paz más definitivo y personal es el posterior, que hace una poesía que bien podríamos definir como “mística”, lo cual no significa que sea religiosa (persigue el misterio, la verdad más allá de las verdades); muy influido por las filosofías orientales (sobre todo el budismo zen y el hinduismo), la suya es una poesía pura, filosófica y metafísica, una poesía del conocimiento que intenta encontrar un sentido al misterio de la vida y del ser humano: temas típicos son el tiempo, la memoria, la palabra y el lenguaje, la soledad o el amor. En definitiva, es un poeta bastante conceptual y complejo. Es importante recordar el libro recopilatorio Libertad bajo palabra, así como, de la etapa más orientalista, Ladera este. También hizo poesía experimental, como los Topoemas, conjunto de poemas visuales:
NARRATIVA
Como ocurre con la poesía, en la novela y el cuento hispanoamericano del siglo XX han existido muchas tendencias y luego algunos grandes autores. Si lo dividimos en tres partes, tenemos:
En el primer tercio del siglo, novela de la tierra: es una novela americana y realista. Realista porque pretende reflejar de modo objetivo la realidad circundante y americana porque se escapa de los tópicos del realismo europeo para reivindicar la identidad cultural, natural e histórica de América. Así, podemos hablar de:
Novela de la pampa: lógicamente refleja el modo de vida y la idiosincrasia de los habitantes ee la pampa. Destaca la historia de la vida de un gaucho de Ricardo Güiraldes, Don Segundo Sombra.
Novela de la Revolución mexicana. El siglo XX es un siglo de revoluciones. Una de las primeras y más conocidas fue la de los campesinos mexicanos contra los grandes terratenientes. La revolución mexicana es para los mexicanos algo así como la Guerra Civil para los españoles, de modo que continuamente intentan explicarla y entenderla a través de la literatura, el cine, la pintura, la música, etc, hasta el día de hoy. Una de las primeras es Los de abajo, de Mariano Azuela.
Novela de la selva. Se refiere, como es obvio, al mundo de la selva, no solo en un sentido natural (grandes selvas amazónicas) sino también en lo que a la relación del ser humano con ella se refiere (algo así como la lucha entre la naturaleza y la civilización). Destaca el venezolano Rómulo Gallegos con Doña Bárbara.
Segundo tercio: alejamiento del realismo y del tipismo. La novela se vuelve más elaborada, más experimental y se buscan nuevos temas (menos locales, menos americanos, y más universales): más interés por lo existencial, más ambientación urbana... Es el caso de Borges (lo veremos luego con más detalle), o del mexicano Juan Rulfo, autor de la novela Pedro Páramo y del libro de cuentos El llano en llamas.
Desde los años 60. Nacimiento del “Boom” de la narrativa. Como ya vimos respecto de la novela española de los años 60, en esta década los jóvenes escritores americanos inician una renovación técnica (en la forma de contar la historia) siguiendo el modelo que a principios del siglo XX habían definido escritores europeos y norteamericanos como John dos Passos, Hemingway, Faulkner, Joyce Proust, etc. Usan nuevas técnicas (perspectivismo, ruptura del relato lineal, pérdida de importancia del argumento, monólogo interior...). Son muchos los autores que se podrían destacar. Por ejemplo, Julio Cortázar (desarrollado luego), Gabriel García Márquez (lo mismo), Mario Vargas Llosa o Carlos Fuentes.
Entre los últimos autores, los más jóvenes, epígonos del boom, destacaríamos a Isabel Allende, Laura Esquivel, Fernando del Paso o Roberto Bolaño.
Grandes narradores
Jorge Luis Borges. Poeta, ensayista y narrador argentino. Uno de los más grandes cuentistas de la historia de la literatura. Sus relatos suelen pertenecer a géneros tradicionales (de aventuras, de misterio, de ciencia ficción, policíacos) pero siempre supera la anécdota con una reflexión filosófica. Están llenos de imaginación, de ironía y de referencias culturales (en muchas ocasiones falsas), simbólicas y míticas con las que Borges consigue el “vértigo intelectual” del lector: ir llevándolo hasta una situación que lo obligue a replantearse la seguridad de las cosas en las que creía y confiaba. Sus temas son, pues, filosóficos (el tiempo, el infinito, los laberintos, los libros, el perdón, la culpabilidad...) pero presentados siempre desde una perspectiva escéptica; Borges era un escéptico: no creía firmemente en nada, ni siquiera en sí mismo. Como escéptico negaba la realidad (nada es), negaba el conocimiento (si algo fuera no podría conocerse) y negaba el lenguaje (si algo pudiera conocerse no podría decirse). La realidad, el conocimiento y el lenguaje son insuficientes, se quedan cortos, por eso todo resulta siempre relativo y en sus cuentos casi nunca nada es lo que parece. Su estilo puede resumirse en una falsa sencillez o en una sencillez aparente (Borges siempre está poniendo trampas intelectuales para que caigamos en ellas). Destacaremos las colecciones de cuentos Ficciones y El Aleph.
Julio Cortázar. Escritor argentino (luego exiliado, como el mismo Borges) de cuentos y novelas. Aunque empieza con un estilo realista, su obra más importante es experimental. Es un maestro de lo insólito: hace que lo real y lo fantástico convivan o presenta el lado insólito de la realidad. Lo combina también con el compromiso y es un maestro en el relato de horror. Rayuela es su novela más conocida, en la que usa las técnicas experimentales ya explicadas. Entre sus cuentos destacan Historias de cronopios y de famas, ingeniosa y divertida al tiempo que irónica, o Bestiario (una colección al estilo medieval de animales imposibles).
Gabriel García Márquez, autor colombiano premio Nobel, es el padre oficial del “realismo mágico” (aunque él reconoce debérselo al gallego Álvaro Cunqueiro).El realismo mágico consiste en hacer que lo mágico y lo real convivan en el mismo orden, es decir, presentar lo mágico o fantástico como una parte más de lo “real” o material. Su estilo destaca por la imaginación y la riqueza expresiva. Es autor de colecciones de cuentos pero, sobre todo, es conocido por sus novelas. Algunas, muy famosas, como Cien años de soledad o Crónica de una muerte anunciada.
Mario Vargas Llosa. Peruano. Premio Nobel. Su estilo es realista pero pasa por diversas etapas, desde el realismo más crudo de su primera novela, La ciudad y los perros, pasando por la experimentación, por ejemplo en Conversación en la catedral, hasta la novelas de corte histórico o político, como La fiesta del Chivo.
ACTIVIDADES
1. Lee un poco sobre la vida de Alfonsina Storni y ponla en relación con la conocida canción que verás más abajo.
2. Escucha la versión musical de “Sóngoro Cosongo” de Nicolás Guillén. ¿Qué elementos negristas encuentras en él? Tienes un enlace más abajo
3. Escucha la lectura de uno de los poemas más conocidos de César Vallejo, realizada por otro personaje también muy relevante de la Hispanoamérica del siglo XX, Ernesto “Che” Guevara. La hizo como despedida de su madre, después de triunfar en la revolución cubana y antes de marcharse al Congo. ¿Cuál es el tema? ¿Y el tono?
4. Lee este minirrelato de Borges, incluido en El hacedor, y responde:
A- Distraídos en razonar la inmortalidad, habíamos dejado que anocheciera sin encender la lámpara. No nos veíamos las caras. Con una indiferencia y una dulzura más convincentes que el fervor, la voz de Macedonio Fernández repetía que el alma es inmortal. Me aseguraba que la muerte del cuerpo es del todo insignificante y que morirse tiene que ser el hecho más nulo que puede sucederle a un hombre. Yo jugaba con la navaja de Macedonio; la abría y la cerraba. Un acordeón vecino despachaba infinitamente la Cumparsita, esa pamplina consternada que les gusta a muchas personas, porque les mintieron que es vieja… Yo le propuse a Macedonio que nos suicidáramos, para discutir sin estorbo.
Z (burlón)- Pero sospecho que al final no se resolvieron
A (ya en plena mística)- Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos.
¿Cuál es el argumento?
¿Cuál es el tema o los temas?
En el texto hay muchas expresiones con gran valor literario. Distingue el significado de estas que te proponemos:
"despachaba infinitamente".
"pamplina consternada".
¿Qué rasgos propios de Borges presenta?
5. Lee el cuento “Continuidad de los parques” de Cortázar y responde:
Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestion de aparcerías volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirian color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restallaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer. Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano. la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.
Resume el argumento
¿Qué tema se plantea?
El relato tiene una estructura circular o un “efecto de cajas chinas” ¿En qué consiste
¿Cómo se relacionan la ficción y la realidad?
¿A qué subgénero dirías que pertenece?
6. Cortázar es el creador de un idioma literario, el “glíglico”, basado en palabras inventadas pero que mantienen una relación morfológica y sintáctica con la norma castellana; de manera que no se entiende pero se entiende. Comprueba esta paradoja en uno de los capítulos de Rayuela leídos por el propio Cortázar. Lo tienes en un enlace más abajo. ¿De qué habla? ¿Qué describe?
7. Juan Rulfo es uno de los mayores estilistas de la narrativa hispanoamericana. Capaz de unir la sorpresa o la imaginación y lo terrible del destino de las gentes, es uno de los mejores retratistas del ser profundo mexicano. Compruébalo en el texto “Diles que no me maten”, de El llano en llamas, que encontrarás más abajo leído por el propio Rulfo. ¿Cuál es su argumento? ¿Qué forma narrativa tiene?
8. Borges es un autor que ha interesado mucho a los directores de cine. Algunos, como Chris Nolan, se han basado claramente en textos de Borges para sus guiones (Memento, sobre "Funes el memorioso"; Inception), al igual que Carlos Saura o incluso Bernardo Bertolucci. Este último dirigió Strategia del ragno (La estrategia de la araña), apoyándose en "Tema del traidor y del héroe". Las cosas no suelen ser como parecen, las primeras impresiones engañan. Puedes visionar la película completa (en italiano) en el enlace. Es hora y media. No es obligatorio. Para cinéfilos.
https://www.youtube.com/watch?v=UgZ9KZ_cpvU
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ARTE MODERNO: IMPRESIONISMO, POSIMPRESIONISMO, MODERNISMO, SIMBOLISMO, FAUVISMO, EXPRESIONISMO, CUBISMO, SURREALISMO.
Impresionismo z
impresionismo es un movimiento aartístico inicialmente definido para la pintura impresionista, a partir del comentario despectivo de un crítico de arte (Louis Leroy) ante el cuadro Impresión, sol naciente de Claude Monet, generalizable a otros expuestos en el salón de artistas independientes de París entre el 15 de abril y el 15 de mayo de 1874 (un grupo en el que estaban Camille Pissarro, Edgar Degas, Pierre-Auguste Renoir, Paul Cézanne, Alfred Sisley y Berthe Morisot).
Aunque el adjetivo «impresionista» se ha aplicado para etiquetar productos de otras artes, como la música (impresionismo musical —Claude Debussy—) y la literatura(literatura del Impresionismo —hermanos Goncourt—),sus particulares rasgos definitorios (luz, color, pincelada, plenairismo) lo hacen de muy difícil extensión, incluso para otras artes plásticas como la escultura(Auguste Rodin) y la arquitectura; de tal modo que suele decirse que el impresionismo en sentido estricto solo puede darse en pintura y quizá en fotografía (pictorialismo) y cine (cine impresionista francés o première avant-garde: Abel Gance, Jean Renoir —hijo del pintor impresionista Auguste Renoir—)
Posimpresionismo
Posimpresionismo o postimpresionismo[1] es un término histórico-artístico que se aplica a los estilos pictóricos a finales del siglo XIX y principios del XX posteriores al impresionismo. Lo acuñó el crítico británico Roger Fry con motivo de una exposición de pinturas de Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh que se celebró en Londresen 1910. Este término engloba diversos estilos personales planteándolos como una extensión del impresionismo y a la vez como un rechazo a las limitaciones de este.
Modernismo
Modernismo es el término con el que se designa a una corriente de renovación artística desarrollada a finales del siglo xix y principios del xx, durante el periodo denominado fin de siècle y belle époque. En distintos países recibió diversas denominaciones: Art Nouveau –en Bélgica y Francia, España e Hispanoamérica–, Jugendstil –en Alemania y países nórdicos–, Sezession –en Austria–, Modern Style –en los países anglosajones–, Nieuwe Kunst –en Países Bajos– y Liberty o Floreale –en Italia–. Todas estas denominaciones hacen referencia a la intención de crear un artenuevo, joven, libre y moderno, que representara una ruptura con los estilos dominantes en la época, tanto los de tradición academicista (el historicismo o el eclecticismo) como los rupturistas (realismoo impresionismo).
Simbolismo
simbolismo fue uno de los movimientos literarios más importantes de finales del siglo XIX. Tiene su origen en Francia y en Bélgica. En un manifiesto literario publicado en 1886, Jean Moréas definió este nuevo estilo como «enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad y la descripción objetiva». Para los simbolistas, el mundo es un misterio por descifrar, y el poeta debe para ello trazar las correspondencias ocultas que unen los objetos sensibles (por ejemplo, Rimbaudestablece una correspondencia entre las vocales y los colores en su soneto Vocales). Para ello es esencial el uso de la sinestesia.
Fauvismo
El Fauvismo es uno de los movimientos del siglo XX, se caracteriza por ser estético y sentimental, por ser un estado de espíritu ligado a las circunstancias del momento. Se apega a la libertad total de la naturaleza. Es más expresiva que realista, plasmando primordialmente los colores. El artista fauve implanta una comunión con la naturaleza, uniendo el arte con la vida, y a su vez, rechazando cualquier tipo de convencionalismos. El artista es un Demiurgo, moldea, crea su obra a partir de un principio generador parecida a la naturaleza. El fauvismo no debe ser entendido como una liberación desordenada que rechaza todo tipo de disciplinas o como ignorante.
Expresionismo
El expresionismo fue un movimiento culturalsurgido en Alemania a principios del siglo XX, que se plasmó en un gran número de campos: artes plásticas, arquitectura, literatura, música, cine, teatro, danza, fotografía, etc. Su primera manifestación fue en el terreno de la pintura, coincidiendo en el tiempo con la aparición del fauvismo francés, hecho que convirtió a ambos movimientos artísticos en los primeros exponentes de las llamadas «vanguardias históricas». Más que un estilo con características propias comunes fue un movimiento heterogéneo, una actitud y una forma de entender el arte que aglutinó a diversos artistas de tendencias muy diversas y diferente formación y nivel intelectual.
Cubismo
El cubismo fue un movimiento artístico desarrollado entre 1907 y 1914, creado por Pablo Picasso y Georges Braque, continuado en sus albores por Jean Metzinger, Albert Gleizes, Robert Delaunay, Juan Gris, María Blanchard y Guillaume Apollinaire.[1]Es una tendencia esencial, pues da pie al resto de las vanguardias europeas del siglo XX. No se trata de un ismo más, sino de la ruptura definitiva con la pintura tradicional.
El término cubismo fue acuñado por el crítico francés Louis Vauxcelles, el mismo que había bautizado a los fauvistas motejándolos de fauves (fieras); en el caso de Braque y sus pinturas de L'Estaque, Vauxcelles dijo, despectivamente, que era una pintura compuesta por «pequeños cubos» y figuras geométricas . Se originó así el concepto de «cubismo». El cubismo literario es otra rama que se expresa con poesías cuya estructura forma figuras o imágenes que ejemplifican el tema, la rima es opcional y no tienen una métrica específica ni se organizan en versos.
Surrealismo
surrealismo o superrealismo (del francés “surréalisme”) fue un «movimiento literario y artístico que busca trascender lo real a partir del impulso psíquico de lo imaginario y lo irracional»,[cita requerida] cuyo primer manifiesto fue firmado por André Breton en 1924. Se considera su antecedente inmediato, el dadaísmo, como oposición a la razón positivista y rebelión contra las convenciones literarias burguesas.[cita requerida] Los escritos surrealistas pretendían expresar la verdad mediante la llamada escritura automática, que omite las correcciones racionales. Los escritos surrealistas se basan en la utilización de imágenes para la expresión de emociones. En la pintura, tuvo su elemento más popular a Salvador Dalí.
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Salomé Ureña de Henríquez (Santo Domingo, 1850 - 1897) Poetisa dominicana. Figura central del romanticismo dominicano y una de las mayores escritoras que ha dado el país, Salomé Ureña fue además la precursora de una nutrida serie de voces femeninas que, ya en el modernismo, hizo de Hispanoamérica una fértil «tierra de poetisas». (at Res. El dorado III) https://www.instagram.com/p/CGnTYJHLzRl/?igshid=1u2oi4893o0q2
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«Mcondo (Prólogo)», Alberto Fuguet.
Esta anécdota es real:
Un joven escritor latinoamericano obtiene una beca para participar en el International Writer´s Workshop de la Universidad de Iowa, suerte de hermano mayor cosmopolita del afamado Writer´s Workshop de la misma universidad, algo así como la más importante fábrica/taller de nuevos escritores norteamericanos.
El escritor rápidamente se da cuenta que lo latino está hot (como dicen allá) y que tanto el departamento de español, como los suplementos literarios yanquis, están embalados con el tema. En el cine del pueblo Como agua para chocolate arrasa con la taquilla. Para qué hablar de las estanterías de las librerías, atestadas de "sabrosas" novelas escritas por gente cuyos apellidos son indudablemente hispanos, aunque algunos incluso escriban en inglés.
Tal es la locura latina que el editor de una prestigiosa revista literaria se da cuenta de que, a cuadras de su oficina, en pleno campus, deambulan tres jóvenes escritores latinoamericanos. El señor se presenta y, sin más ni más, establece un literary-lunch semanal en la cafetería que mira el río. La idea, dice, es armar un número especial de su prestigiosa revista literaria centrado en el fenómeno latino. Los tres jóvenes (bueno, no tan jóvenes) quedan relativamente extasiados. Se dan cuenta que, sin esfuerzo ni contacto alguno, van a ser publicados en "América" y en inglés. Y sólo por ser latinos, por escribir en español, por haber nacido en Latinoamérica, ese "pueblo al sur de los Estados Unidos", como sentenció el grupo rock Los Prisioneros.
Las cosas agarran prisa y el programa de escritores contacta a gente del departamento de lenguas y arman un taller de traducción. Antes que termine el semestre, los cuentos y trozos de novelas de los tres latinos son entregados al ávido editor. Los otros participantes extranjeros, algunos bastante más establecidos y añosos que los codiciados latin-boys, observan atónitos y asumen que quizás el lugar es el adecuado pero el momento definitivamente no. Adiós a los asiáticos y los centroeuropeos. Welcome all Hispanics.
Pues bien, el editor lee los textos hispanos y rechaza dos. Los que desecha poseen el estigma de "carecer de realismo mágico". Los dos marginados creen escuchar mal y juran entender que sus escritos son poco verosímiles, que no se estructuran. Pero no, el rechazo va por faltar al sagrado código del realismo mágico. El editor despacha la polémica arguyendo que esos textos "bien pudieron ser escritos en cualquier país del Primer Mundo".
Esta anécdota es, como dijimos, real aunque los nombres y las nacionalidades fueron omitidas para proteger a los inocentes. Creemos, además, que ilustra el conmovedor grado de ingenuidad de ambas partes interesadas.
Para dejar un registro histórico: ese día, en medio de la planicie del medioeste, surgió McOndo. Su inspiración más cercana es otro libro: Cuentos con Walkman (Editorial Planeta, Santiago de Chile, 1993), una antología de nuevos escritores chilenos (todos menores de 25 años), que irrumpió ante los lectores con la fuerza de un recital punk. Ese libro, que ya lleva más de diez mil ejemplares vendidos sólo en el territorio chileno, fue compilado por nosotros dos a partir de los trabajos de los jóvenes que asistían a los talleres literarios que ofrecía la Zona de Contacto, un suplemento literario-juvenil que aparece todos los viernes en el diario El Mercurio de Santiago. Como dice la franja que anuncia la cuarta edición, la moral walkman es "una nueva generación literaria que es post-todo: post-modernismo, post-yuppie, post-comunismo, post-babyboom, post-capa de ozono. Aquí no hay realismo mágico, hay realismo virtual".
David Toscana, representante de México en Iowa, leyó el libro y tuvo la idea de armar un Cuentos con Walkman internacional. Aceptamos el desafío y decidimos, a diferencia del primero, incluirnos en el libro. Quizás no hay excusas pero aquí estamos. Ya que íbamos a estar detrás, por qué no adentro también.
Aunque por momentos sentimos que no íbamos a ninguna parte, al final llegamos a la meta. Como todo libro que vale, McOndo es incompleto, parcial y arbitrario. No representa sino a sus participantes y ni siquiera. Es nuestra idea, nuestro volón. Sabemos que muchos leerán este libro como una tratado generacional o como un manifiesto. No alcanza para tanto. Seremos pretenciosos, pero no tenemos esas pretensiones. No somos “realismo mágico”. No nos impulsan los gobiernos.
Como en todo acto creativo, lo más entretenido (y agotador) fue coordinar y encontrar a los autores que cabían dentro del canon preestablecido. El primer desafío de muchos fue conseguir una editorial que confiara en nosotros, nos convidara infraestructura y redes de comunicación y, por sobre todo, nos asegurara una distribución por toda Hispanoamérica para así tratar de borrar las fronteras, que hicieron de esta antología no sólo una recopilación sino un viaje de descubrimiento y conquista. No fue fácil puesto que tuvimos que atravesar una maraña de burocracia y mala fe, además de erradas ideologías de distribución, increíbles aranceles y simple desidia. En todas las capitales latinoamericanas uno puede encontrar los best-sellers del momento o autores traducidos en España, pero ni hablar de autores iberoamericanos. Simplemente no llegan. No hay interés. Recién ahora algunas editoriales se están dando cuenta que eso de escribir en un mismo idioma aumenta el mercado y no lo reduce. Si uno es un escritor latinoamericano y desea estar tanto en las librerías de Quito, La Paz y San Juan hay que publicar (y ojalá vivir) en Madrid. Cruzar la frontera implica atravesar el Atlántico.
Como en toda antología que se precie de tal, la elección de quienes participan en este libro es dudosa, antojadiza y teñida del favoritismo que se le tiene a los amigos. En McOndo hay mucho de esto; no podía ser de otra manera. A pesar de las maravillas de la comunicación, el país desde donde surge esta antología sigue estando entre el cerro y el mar. La comunicación con el exterior, por lo tanto, fue difícil, atrasada, escasa, y surgió a un ritmo más lento del que esperábamos. Los contactos existían, pero más a nivel de amistad en países como Argentina, España y México. El resto del continente era territorio desconocido, virgen. No conocíamos a nadie. Llegamos a pensar que América Latina era un invento de los departamentos de español de las universidades norteamericanas. Que Latinoamérica era apenas una imaginación del franquismo. Salimos a conquistar McOndo y sólo descubrimos Macondo. Estábamos en serios problemas. Los árboles de la selva no nos dejaban ver la punta de los rascacielos.
No conocíamos siquiera un nombre en muchos de los países convocados. Nos topamos con panoramas como que los libros de ciertas estrellas literarias no estaban disponibles en el país fronterizo. Los suplementos literarios de cada una de las capitales no tenían ni idea de quienes eran sus autores locales. Podíamos escribir en el mismo idioma, tener la misma edad y las antenas conectadas, pero aún así no teníamos idea quiénes éramos.
Cuando decidimos lanzar nuestras señales de humo recurrimos a todo lo imaginable: amigos, enemigos, corresponsales extranjeros, editores, periodistas, críticos, rockeros en gira, auxiliares de vuelo, mochileros que salían de vacaciones. Recurrimos al fax, a DHL, a la incipiente Internet. Apostamos por el correo tradicional (estampillas con la cara de próceres muertos) y el correo electrónico (bits, no átomos) y abusamos del teléfono (usamos discado directo, cambiamos varias veces de carrier dependiendo de las ofertas del mes y nos aprendimos todos los códigos de los países).
Poco a poco, comenzó a aparecer eso que sabíamos que existía, aunque estaba oculto en auto-publicaciones de segunda o ediciones de pocos ejemplares. De alguna manera comprobamos que el fenómeno editorial joven en Latinoamérica es irregular, a veces mezquino y en la mayoría de los casos, sufrido. La mayoría de los textos que recibimos eran ediciones feas, publicadas con esfuerzo y con poca resonancia entre sus pares. El criterio de selección entonces se centró en autores con al menos una publicación existente y algo de reconocimiento local. Esta opción algo severa descalificó a ciertos autores y países de un brochazo. Exigimos, además, cuentos inéditos. Podían versar sobre cualquier cosa. Tal como se puede inferir, todo rastro de realismo mágico fue castigado con el rechazo, algo así como una venganza de lo ocurrido en Iowa.
El gran tema de la identidad latinoamericana (¿quienes somos?) pareció dejar paso al tema de la identidad personal (¿quién soy?). Los cuentos de McOndo se centran en realidades individuales y privadas. Suponemos que ésta es una de las herencias de la fiebre privatizadora mundial. Nos arriesgamos a señalar esto último como un signo de la literatura joven hispanoamericana, y una entrada para la lectura de este libro. Pareciera, al releer estos cuentos, que estos escritores se preocuparan menos de su contingencia pública y estuvieran retirados desde hace tiempo a sus cuarteles personales. No son frescos sociales ni sagas colectivas. Si hace unos años la disyuntiva del escritor joven estaba entre tomar el lápiz o la carabina, ahora parece que lo más angustiante para escribir es elegir entre Windows 95 o Macintosh.
La decisión final tuvo que ver con los gustos de los editores y la editorial, además de las presiones de ciertos agentes literarios, la cambiante geopolítica (nos tocó guerras y relaciones diplomáticas tensas), el azar de los contactos y eso que se llama suerte. Hay autores vagando por el continente y la península que tuvimos que rechazar porque ya teníamos muchos representantes de ese país (Argentina, México, España) o porque la demanda excedió la oferta. Otros autores representativos están ausentes porque no pudieron llegar a tiempo, estaban bloqueados o no tenían nada que ofrecer. Existen, por cierto, muchos países que faltan y deberían estar presentes. Hicimos lo posible. Reconocemos nuestra incapacidad. A lo mejor sí debimos viajar por cada uno de los países pero no tuvimos ni el presupuesto ni el tiempo. Quizás confiamos demasiado en las embajadas y en los agregados culturales que, dicho sea de paso, fueron incapaces de ayudarnos. Una embajada dijo que sólo había poetas en su país (lo que resultó ser falso) y en otra nos aseguraron que el autor más joven de su territorio era un chico de 48 años que, para más remate, era inédito.
No nos cabe duda que cuando este libro se edite, vamos a encontrarnos con la ingrata sorpresa de que un autor McOndiano está dando mucho que hablar y ni siquiera sabíamos que existía. Son los riesgos que uno corre. Casi todos los autores aquí incluidos son absolutos desconocidos fuera de su país. Y muchos son apenas conocidos en su propia casa. Así y todo, pensamos que la muestra es grande, variada y comulga absolutamente con nuestro criterio de selección.
Sabemos que hay carencias y errores, pero también hay aciertos y sorpresas. estamos consientes de la presencia femenina en el libro. ¿Por qué? Quizás esto se debe al desconocimiento de los editores y a los pocos libros de escritoras hispanoamericanas que recibimos. De todas maneras, dejamos constancia que en ningún momento pensamos en la ley de las compensaciones sólo para no quedar mal con nadie.
Optamos por establecer una fecha de nacimiento para nuestros autores que nos sirviera de colador y acotara una experiencia en común. Nos decidimos por una fecha que fuera desde 1959 (que coincide con la siempre recurrida revolución cubana) a 1962 (que en Chile y en otros países, es el año en que llega la televisión). La mayoría, sin embargo, nacieron algún tiempo después.
Otra cosa en que nos fijamos: todos los escritores recolectados han publicado antes de los treinta con un relativo éxito. Han creado polémicas, revueltas y exageraciones críticas con lo que escriben.
Sobre el título de este volumen de cuentos no valen dobles interpretaciones. Puede ser considerado una ironía irreverente al arcángel San Gabriel, como también un merecido tributo. Más bien, la idea del título tiene algo de llamado de atención a la mirada que se tiene de lo latinoamericano. No desconocemos lo exótico y variopinta de la cultura y costumbres de nuestros países, pero no es posible aceptar los esencialismos reduccionistas, y creer que aquí todo el mundo anda con sombrero y vive en árboles. Lo anterior vale para lo que se escribe hoy en el gran país McOndo, con temas y estilos variados, y muchos más cercano al concepto de aldea global o mega red.
El nombre (¿marca-registrada?) McOndo es, claro, un chiste, una sátira, una talla. Nuestro McOndo es tan latinoamericano y mágico (exótico) como el Macondo real (que, a todo ésto, no es real sino virtual, fársico). Nuestro país McOndo es más grande, sobrepoblado y lleno de contaminación, con autopistas, metro, tv-cable y barriadas. En McOndo hay McDonald´s, computadores Mac y condominios, amén de hoteles cinco estrellas construidos con dinero lavado y malls gigantescos.
En nuestro McOndo, tal como en Macondo, todo puede pasar, claro que en el nuestro cuando la gente vuela es porque anda en avión o están muy drogados. Latinoamérica, y de alguna manera Hispanoamérica (España y todo el USA latino) nos parece tan realista mágico (surrealista, loco, contradictorio, alucinante) como el país imaginario donde la gente se eleva o predice el futuro y los hombres viven eternamente. Pero acá los dictadores sí mueren y los desaparecidos no retornan. Aquí no hay apologías. El clima cambia, los ríos se salen, la tierra tiembla y Don Francisco coloniza nuestros inconscientes.
Existe un sector de la academia y de la intelligentsia ambulante que quieren venderle al mundo no sólo un paraíso ecológico (¿el smog de Santiago?) sino una tierra de paz (¿Bogotá?, ¿Lima?). Los más ortodoxos creen que lo latinoamericano es lo indígena, lo folklórico, lo izquierdista. Nuestros creadores culturales sería gente que usa poncho y ojotas. Mereces Sosa sería latinoamericana, pero Pimpinela, no. ¿Y lo bastardo, lo híbrido? Para nosotros, Ricky Martin, Selena, Julio Iglesias y las telenovelas (o culebrones) son tan latinoamericanas como el candombe o el vallenato. Hispanoamérica está lleno de material exótico para seguir bailando al son de El cóndor pasa o Ellas bailan solas de Sting. Temerle a la cultura bastarda es negar nuestro propio mestizaje. Latinoamérica es el teatro Colón de Buenos Aires y MacchuPichu, Siempre en Domingo y Magneto, Soda Stereo y Verónica Castro, Lucho Gatica, Gardel y el Festival de Viña y el Festival de Cine de La Habana, es Puig y Onetti y Corín Tellado, la revista Vuelta y los tabloides sensacionalistas.
Latinoamérica es, irremediablemente, MTV latina, aquel alucinante consenso, ese flujo que coloniza nuestra conciencia a través del cable, y que se está convirtiendo en el mejor ejemplo del sueño bolivariano cumplido, más concreto y eficaz a la hora de hablar de unión que cientos de tratados o foros internacionales. De paso, digamos que McOndo es MTV latina, pero en papel y letras de molde.
Y seguimos: Latinoamérica es Televisa, es Miami, son las repúblicas bananeras y Borges y el Comandante Marcos y CNN en español y el Nafta y Mercosur y la deuda externa. Dejen de esconder los errores.
Vender un continente rural cuando, la verdad de las cosas, es urbano (más allá que sus sobrepobladas ciudades son un caos y no funcionen) nos parece aberrante, cómodo e inmoral.
El trasfondo tras la ilusión del realismo mágico para la exportación (que tiene mucho de cálculo) lo aclara el poeta chileno Oscar Hahn en una introducción a una antología de cuentos ad-hoc:
"Cuando en 1492 Cristóbal Colón desembarcó en tierras de América fue recibido con gran alborozo y veneración por los isleños, que creyeron ver en él a un enviado celestial. Realizados los ritos de posesión en nombre de Dios y de la corona española, procedió a congraciarse con los indígenas, repartiéndoles vidrios de colores para su solaz y deslumbramiento. Casi quinientos años después, los descendientes de esos remotos americanos decidieron retribuir la gentileza del Almirante y entregaron al público internacional otros vidrios de colores para su solaz y deslumbramiento: el realismo mágico. Es decir, ese tipo de relato que transforma los prodigios y maravillas en fenómenos cotidianos y que pone a la misma altura la levitación y el cepillado de dientes, los viajes de ultratumba y las excursiones al campo".
Lo que nosotros queremos ofrecerle al público internacional son cuentos distintos, más aterrizados si se quiere, de un grupo de nuevos escritores hispanoamericanos que escriben en español, pero que no se sienten representantes de alguna ideología y ni siquiera de sus propios países. Aun así, son intrínsecamente hispanoamericanos. Tiene ese prisma, esa forma de situarse en el mundo.
En estos cuentos hay mas cepillado de dientes y excursiones al campo (bueno, al departamento o al centro comercial) que levitaciones, pero pensamos que se viaja igual.
Los autores incluidos en McOndo son, como ya lo hemos reiterado (y lamentado) levemente conocidos en sus respectivos países. Esto tiene su lado positivo puesto que no tienen una reputación internacional que proteger. No sienten, como escribió el crítico David Gallagher en el suplemento literario TLS de Londres, "la necesidad de sumergirse en las aguas de lo políticamente-correcto. Puesto que no tienen la ventaja de vivir afuera, difícilmente sabrían qué elementos usar para escribir una novela políticamente correcta".
Es cierto que no todos los autores antologados viven dentro de sus países (aunque muchos tienen la intención de regresar y pronto); aún así, estos escritores han producido textos que fueron escritos desde el interior para lectores internos. Como bien acota Gallagher, refiriéndose específicamente al caso de Chile, "no le están escribiendo a una galería internacional, por lo tanto, no tienen que mantener el status-quo del estereotipo de cómo debe o no debe ser el retrato (de Hispanoamérica) para la exportación".
España, en tanto, está presente porque nos sentimos muy cercanos a ciertos escritores, películas y a una estética que sale de la península que ahora es europea, pero que ya no es la madre patria. Los textos españoles no poseen ni toros ni sevillanas ni guerra civil, lo que es una bendición. Los nuevos autores españoles no sólo son parte de la hermandad cósmica sino son primos muy cercanos, que a lo mejor pueden hablar raro (de hecho, todos hablan raro y usan palabras y jergas particulares) pero están en la mismo sintonía.
La pregunta que inició la búsqueda de este libro fue si estábamos en presencia de algo nuevo, de una nueva literatura o de una nueva perspectiva para ver la literatura. Pregunta que parece ser el afán de toda nueva horneada de escritores. Las respuestas después de tener el libro terminado fueron sólo dudas. Como es típico, lo más interesante, novedoso y original no está en la primera línea del mercado y aún menos entre el oficialismo literario. El verdadero afán de McOndo fue armar un red, ver si teníamos pares y comprobar que no estábamos tan solos en ésto. Lo otro era tratar de ayudar a promocionar y dar a conocer a voces perdidas no por antiguas o pasadas de moda, sino justamente por no responder a los cánones establecidos y legitimados.
Comprobamos que cada escritor ha elegido el camino que más le acomodaba, con los temas que consideraba más adecuados. ¿Trabajo inútil entonces? Creemos que no: debajo de la heterogeneidad algo parece unir a todos estos escritores, y a toda a una generación de adultos recientes. El mundo se empequeñeció y compartimos una cultura bastarda similar, que nos ha hermanado irremediablemente sin buscarlo. Una cultura real, no mágica. Hemos crecido pegados a los mismos programas de la televisión, admirado las mismas películas y leído todo lo que se merece leer, en una sincronía digna de considerarse real, no mágica. Todo esto trae, evidentemente, una similar postura ante la literatura y el compartir campos de referencias unificadores. Esta realidad no es gratuita. Capaz que sea hasta mágica. Santiago de Chile, 1996. Autor: Alberto Fuguet
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VANGUARDIAS LITERARIAS
EL VANGUARDISMO.
El vanguardismo o vanguardias literarias es un conjunto de movimientos y corrientes artísticas y literarias reactivas que surgieron en los inicios del siglo XX, especialmente aquellas que se desarrollaron a partir de la Primera Guerra Mundial (1914-1919). Abarca una gran variedad de movimientos y corrientes artísticas, cuyo único elemento en común es la libertad de expresión y la innovación estética
El término Vanguardismo viene de la palabra vanguardia, y esta deriva a su vez de la expresión francesa avant-garde. Avant viene del latín ab ante, que significa ‘sin nadie adelante’ y garde significa 'guardia’.
Las vanguardias artísticas y literarias aparecieron como una doble rebelión: contra la rigidez de los cánones estéticos de la academia en el siglo XIX, y como protesta contra las atrocidades de la guerra y la crisis de valores de la sociedad occidental.
El vanguardismo y sus corrientes son considerados parte del arte contemporáneo, al coincidir los movimientos con el inicio del siglo XX que da comienzo a la edad contemporánea.
Los grandes centros del vanguardismo en Europa surgieron en Francia y España y en Hispanoamérica surgen en Argentina y en México.
Algunos de los movimientos artísticos que se pueden mencionar son:
Futurismo
Realismo
Dadaísmo
Cubismo
Este movimiento tiene como fin principal la libertad de expresión rompiendo así todos los canones establecidos del arte, expresándose libremente con forme la inspiración del autor.
Características vanguardistas.
En el siglo XX tuvieron lugar una inmensa variedad de movimientos artísticos. Sin embargo, no todos pueden ser clasificados como vanguardias. Ello depende, en gran medida, de que se vean cumplidas algunas de las siguientes características:
Ruptura con las tradiciones del arte académico, lo que incluye no solo los temas, sino especialmente los principios de composición plástica;
Renuncia a la imitación de la naturaleza
Proclamación de la autonomía del arte, esto es, liberación de arte respecto del contenido y reivindicación de lo estético como valor artístico en sí mismo;
Cuestionamiento del concepto y la función del arte, el artista y las instituciones promotoras.
SINTESIS DE LO APRENDIDO.
LAS VANGUARDIAS LITERARIAS.
Vanguardismo. Emerge en contraposición al modernismo ya que su intención primordial era obliterar el desarrollo perfeccionista de Rubén Darío. Vanguardia significa innovar o liberar la cantidad de reglas y estamentos que ya estaban establecidos por los movimientos anteriores; por eso se dice que la única regla del vanguardismo es no respetar ninguna regla.
Es la tendencia, en una obra de arte cualquiera, o de un artista, a introducir elementos innovadores respecto de las formas tradicionales o convencionales. También se entiende como excesiva preocupación por desplegar recursos que quiebren o distorsionen los sistemas más aceptados de representación o expresión, en teatro, pintura, literatura, cine, etc. Las vanguardias tuvieron auge principalmente en Europa, extendiéndose luego al resto del mundo, principalmente América del Norte, Centroamérica y América del Sur.
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En la última década del siglo XIX, Rubén Darío dio a Hispanoamérica la independencia literaria al inaugurar la primera corriente poética autóctona, el Modernismo. Mediado el siglo XX, correspondió al colombiano Gabriel García Márquez situar la narrativa hispanoamericana en la primera línea de la literatura mundial con la publicación de Cien años de soledad (1967). Obra cumbre del llamado realismo mágico, la mítica fundación de Macondo por los Buendía y el devenir de la aldea y de la estirpe de los fundadores hasta su extinción constituye el núcleo de un relato maravillosamente mágico y poético, tanto por su desbordada fantasía como por el subyugante estilo de su autor, dotado como pocos de un prodigioso "don de contar".
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«Mcondo (Prólogo)», Alberto Fuguet. Esta anécdota es real: Un joven escritor latinoamericano obtiene una beca para participar en el International Writer´s Workshop de la Universidad de Iowa, suerte de hermano mayor cosmopolita del afamado Writer´s Workshop de la misma universidad, algo así como la más importante fábrica/taller de nuevos escritores norteamericanos. El escritor rápidamente se da cuenta que lo latino está hot (como dicen allá) y que tanto el departamento de español, como los suplementos literarios yanquis, están embalados con el tema. En el cine del pueblo Como agua para chocolate arrasa con la taquilla. Para qué hablar de las estanterías de las librerías, atestadas de “sabrosas” novelas escritas por gente cuyos apellidos son indudablemente hispanos, aunque algunos incluso escriban en inglés. Tal es la locura latina que el editor de una prestigiosa revista literaria se da cuenta de que, a cuadras de su oficina, en pleno campus, deambulan tres jóvenes escritores latinoamericanos. El señor se presenta y, sin más ni más, establece un literary-lunch semanal en la cafetería que mira el río. La idea, dice, es armar un número especial de su prestigiosa revista literaria centrado en el fenómeno latino. Los tres jóvenes (bueno, no tan jóvenes) quedan relativamente extasiados. Se dan cuenta que, sin esfuerzo ni contacto alguno, van a ser publicados en “América” y en inglés. Y sólo por ser latinos, por escribir en español, por haber nacido en Latinoamérica, ese “pueblo al sur de los Estados Unidos”, como sentenció el grupo rock Los Prisioneros. Las cosas agarran prisa y el programa de escritores contacta a gente del departamento de lenguas y arman un taller de traducción. Antes que termine el semestre, los cuentos y trozos de novelas de los tres latinos son entregados al ávido editor. Los otros participantes extranjeros, algunos bastante más establecidos y añosos que los codiciados latin-boys, observan atónitos y asumen que quizás el lugar es el adecuado pero el momento definitivamente no. Adiós a los asiáticos y los centroeuropeos. Welcome all Hispanics. Pues bien, el editor lee los textos hispanos y rechaza dos. Los que desecha poseen el estigma de “carecer de realismo mágico”. Los dos marginados creen escuchar mal y juran entender que sus escritos son poco verosímiles, que no se estructuran. Pero no, el rechazo va por faltar al sagrado código del realismo mágico. El editor despacha la polémica arguyendo que esos textos “bien pudieron ser escritos en cualquier país del Primer Mundo”. Esta anécdota es, como dijimos, real aunque los nombres y las nacionalidades fueron omitidas para proteger a los inocentes. Creemos, además, que ilustra el conmovedor grado de ingenuidad de ambas partes interesadas. Para dejar un registro histórico: ese día, en medio de la planicie del medioeste, surgió McOndo. Su inspiración más cercana es otro libro: Cuentos con Walkman (Editorial Planeta, Santiago de Chile, 1993), una antología de nuevos escritores chilenos (todos menores de 25 años), que irrumpió ante los lectores con la fuerza de un recital punk. Ese libro, que ya lleva más de diez mil ejemplares vendidos sólo en el territorio chileno, fue compilado por nosotros dos a partir de los trabajos de los jóvenes que asistían a los talleres literarios que ofrecía la Zona de Contacto, un suplemento literario-juvenil que aparece todos los viernes en el diario El Mercurio de Santiago. Como dice la franja que anuncia la cuarta edición, la moral walkman es “una nueva generación literaria que es post-todo: post-modernismo, post-yuppie, post-comunismo, post-babyboom, post-capa de ozono. Aquí no hay realismo mágico, hay realismo virtual”. David Toscana, representante de México en Iowa, leyó el libro y tuvo la idea de armar un Cuentos con Walkman internacional. Aceptamos el desafío y decidimos, a diferencia del primero, incluirnos en el libro. Quizás no hay excusas pero aquí estamos. Ya que íbamos a estar detrás, por qué no adentro también. Aunque por momentos sentimos que no íbamos a ninguna parte, al final llegamos a la meta. Como todo libro que vale, McOndo es incompleto, parcial y arbitrario. No representa sino a sus participantes y ni siquiera. Es nuestra idea, nuestro volón. Sabemos que muchos leerán este libro como una tratado generacional o como un manifiesto. No alcanza para tanto. Seremos pretenciosos, pero no tenemos esas pretensiones. No somos “realismo mágico”. No nos impulsan los gobiernos. Como en todo acto creativo, lo más entretenido (y agotador) fue coordinar y encontrar a los autores que cabían dentro del canon preestablecido. El primer desafío de muchos fue conseguir una editorial que confiara en nosotros, nos convidara infraestructura y redes de comunicación y, por sobre todo, nos asegurara una distribución por toda Hispanoamérica para así tratar de borrar las fronteras, que hicieron de esta antología no sólo una recopilación sino un viaje de descubrimiento y conquista. No fue fácil puesto que tuvimos que atravesar una maraña de burocracia y mala fe, además de erradas ideologías de distribución, increíbles aranceles y simple desidia. En todas las capitales latinoamericanas uno puede encontrar los best-sellers del momento o autores traducidos en España, pero ni hablar de autores iberoamericanos. Simplemente no llegan. No hay interés. Recién ahora algunas editoriales se están dando cuenta que eso de escribir en un mismo idioma aumenta el mercado y no lo reduce. Si uno es un escritor latinoamericano y desea estar tanto en las librerías de Quito, La Paz y San Juan hay que publicar (y ojalá vivir) en Madrid. Cruzar la frontera implica atravesar el Atlántico. Como en toda antología que se precie de tal, la elección de quienes participan en este libro es dudosa, antojadiza y teñida del favoritismo que se le tiene a los amigos. En McOndo hay mucho de esto; no podía ser de otra manera. A pesar de las maravillas de la comunicación, el país desde donde surge esta antología sigue estando entre el cerro y el mar. La comunicación con el exterior, por lo tanto, fue difícil, atrasada, escasa, y surgió a un ritmo más lento del que esperábamos. Los contactos existían, pero más a nivel de amistad en países como Argentina, España y México. El resto del continente era territorio desconocido, virgen. No conocíamos a nadie. Llegamos a pensar que América Latina era un invento de los departamentos de español de las universidades norteamericanas. Que Latinoamérica era apenas una imaginación del franquismo. Salimos a conquistar McOndo y sólo descubrimos Macondo. Estábamos en serios problemas. Los árboles de la selva no nos dejaban ver la punta de los rascacielos. No conocíamos siquiera un nombre en muchos de los países convocados. Nos topamos con panoramas como que los libros de ciertas estrellas literarias no estaban disponibles en el país fronterizo. Los suplementos literarios de cada una de las capitales no tenían ni idea de quienes eran sus autores locales. Podíamos escribir en el mismo idioma, tener la misma edad y las antenas conectadas, pero aún así no teníamos idea quiénes éramos. Cuando decidimos lanzar nuestras señales de humo recurrimos a todo lo imaginable: amigos, enemigos, corresponsales extranjeros, editores, periodistas, críticos, rockeros en gira, auxiliares de vuelo, mochileros que salían de vacaciones. Recurrimos al fax, a DHL, a la incipiente Internet. Apostamos por el correo tradicional (estampillas con la cara de próceres muertos) y el correo electrónico (bits, no átomos) y abusamos del teléfono (usamos discado directo, cambiamos varias veces de carrier dependiendo de las ofertas del mes y nos aprendimos todos los códigos de los países). Poco a poco, comenzó a aparecer eso que sabíamos que existía, aunque estaba oculto en auto-publicaciones de segunda o ediciones de pocos ejemplares. De alguna manera comprobamos que el fenómeno editorial joven en Latinoamérica es irregular, a veces mezquino y en la mayoría de los casos, sufrido. La mayoría de los textos que recibimos eran ediciones feas, publicadas con esfuerzo y con poca resonancia entre sus pares. El criterio de selección entonces se centró en autores con al menos una publicación existente y algo de reconocimiento local. Esta opción algo severa descalificó a ciertos autores y países de un brochazo. Exigimos, además, cuentos inéditos. Podían versar sobre cualquier cosa. Tal como se puede inferir, todo rastro de realismo mágico fue castigado con el rechazo, algo así como una venganza de lo ocurrido en Iowa. El gran tema de la identidad latinoamericana (¿quienes somos?) pareció dejar paso al tema de la identidad personal (¿quién soy?). Los cuentos de McOndo se centran en realidades individuales y privadas. Suponemos que ésta es una de las herencias de la fiebre privatizadora mundial. Nos arriesgamos a señalar esto último como un signo de la literatura joven hispanoamericana, y una entrada para la lectura de este libro. Pareciera, al releer estos cuentos, que estos escritores se preocuparan menos de su contingencia pública y estuvieran retirados desde hace tiempo a sus cuarteles personales. No son frescos sociales ni sagas colectivas. Si hace unos años la disyuntiva del escritor joven estaba entre tomar el lápiz o la carabina, ahora parece que lo más angustiante para escribir es elegir entre Windows 95 o Macintosh. La decisión final tuvo que ver con los gustos de los editores y la editorial, además de las presiones de ciertos agentes literarios, la cambiante geopolítica (nos tocó guerras y relaciones diplomáticas tensas), el azar de los contactos y eso que se llama suerte. Hay autores vagando por el continente y la península que tuvimos que rechazar porque ya teníamos muchos representantes de ese país (Argentina, México, España) o porque la demanda excedió la oferta. Otros autores representativos están ausentes porque no pudieron llegar a tiempo, estaban bloqueados o no tenían nada que ofrecer. Existen, por cierto, muchos países que faltan y deberían estar presentes. Hicimos lo posible. Reconocemos nuestra incapacidad. A lo mejor sí debimos viajar por cada uno de los países pero no tuvimos ni el presupuesto ni el tiempo. Quizás confiamos demasiado en las embajadas y en los agregados culturales que, dicho sea de paso, fueron incapaces de ayudarnos. Una embajada dijo que sólo había poetas en su país (lo que resultó ser falso) y en otra nos aseguraron que el autor más joven de su territorio era un chico de 48 años que, para más remate, era inédito. No nos cabe duda que cuando este libro se edite, vamos a encontrarnos con la ingrata sorpresa de que un autor McOndiano está dando mucho que hablar y ni siquiera sabíamos que existía. Son los riesgos que uno corre. Casi todos los autores aquí incluidos son absolutos desconocidos fuera de su país. Y muchos son apenas conocidos en su propia casa. Así y todo, pensamos que la muestra es grande, variada y comulga absolutamente con nuestro criterio de selección. Sabemos que hay carencias y errores, pero también hay aciertos y sorpresas. estamos consientes de la presencia femenina en el libro. ¿Por qué? Quizás esto se debe al desconocimiento de los editores y a los pocos libros de escritoras hispanoamericanas que recibimos. De todas maneras, dejamos constancia que en ningún momento pensamos en la ley de las compensaciones sólo para no quedar mal con nadie. Optamos por establecer una fecha de nacimiento para nuestros autores que nos sirviera de colador y acotara una experiencia en común. Nos decidimos por una fecha que fuera desde 1959 (que coincide con la siempre recurrida revolución cubana) a 1962 (que en Chile y en otros países, es el año en que llega la televisión). La mayoría, sin embargo, nacieron algún tiempo después. Otra cosa en que nos fijamos: todos los escritores recolectados han publicado antes de los treinta con un relativo éxito. Han creado polémicas, revueltas y exageraciones críticas con lo que escriben. Sobre el título de este volumen de cuentos no valen dobles interpretaciones. Puede ser considerado una ironía irreverente al arcángel San Gabriel, como también un merecido tributo. Más bien, la idea del título tiene algo de llamado de atención a la mirada que se tiene de lo latinoamericano. No desconocemos lo exótico y variopinta de la cultura y costumbres de nuestros países, pero no es posible aceptar los esencialismos reduccionistas, y creer que aquí todo el mundo anda con sombrero y vive en árboles. Lo anterior vale para lo que se escribe hoy en el gran país McOndo, con temas y estilos variados, y muchos más cercano al concepto de aldea global o mega red. El nombre (¿marca-registrada?) McOndo es, claro, un chiste, una sátira, una talla. Nuestro McOndo es tan latinoamericano y mágico (exótico) como el Macondo real (que, a todo ésto, no es real sino virtual, fársico). Nuestro país McOndo es más grande, sobrepoblado y lleno de contaminación, con autopistas, metro, tv-cable y barriadas. En McOndo hay McDonald´s, computadores Mac y condominios, amén de hoteles cinco estrellas construidos con dinero lavado y malls gigantescos. En nuestro McOndo, tal como en Macondo, todo puede pasar, claro que en el nuestro cuando la gente vuela es porque anda en avión o están muy drogados. Latinoamérica, y de alguna manera Hispanoamérica (España y todo el USA latino) nos parece tan realista mágico (surrealista, loco, contradictorio, alucinante) como el país imaginario donde la gente se eleva o predice el futuro y los hombres viven eternamente. Pero acá los dictadores sí mueren y los desaparecidos no retornan. Aquí no hay apologías. El clima cambia, los ríos se salen, la tierra tiembla y Don Francisco coloniza nuestros inconscientes. Existe un sector de la academia y de la intelligentsia ambulante que quieren venderle al mundo no sólo un paraíso ecológico (¿el smog de Santiago?) sino una tierra de paz (¿Bogotá?, ¿Lima?). Los más ortodoxos creen que lo latinoamericano es lo indígena, lo folklórico, lo izquierdista. Nuestros creadores culturales sería gente que usa poncho y ojotas. Mereces Sosa sería latinoamericana, pero Pimpinela, no. ¿Y lo bastardo, lo híbrido? Para nosotros, Ricky Martin, Selena, Julio Iglesias y las telenovelas (o culebrones) son tan latinoamericanas como el candombe o el vallenato. Hispanoamérica está lleno de material exótico para seguir bailando al son de El cóndor pasa o Ellas bailan solas de Sting. Temerle a la cultura bastarda es negar nuestro propio mestizaje. Latinoamérica es el teatro Colón de Buenos Aires y MacchuPichu, Siempre en Domingo y Magneto, Soda Stereo y Verónica Castro, Lucho Gatica, Gardel y el Festival de Viña y el Festival de Cine de La Habana, es Puig y Onetti y Corín Tellado, la revista Vuelta y los tabloides sensacionalistas. Latinoamérica es, irremediablemente, MTV latina, aquel alucinante consenso, ese flujo que coloniza nuestra conciencia a través del cable, y que se está convirtiendo en el mejor ejemplo del sueño bolivariano cumplido, más concreto y eficaz a la hora de hablar de unión que cientos de tratados o foros internacionales. De paso, digamos que McOndo es MTV latina, pero en papel y letras de molde. Y seguimos: Latinoamérica es Televisa, es Miami, son las repúblicas bananeras y Borges y el Comandante Marcos y CNN en español y el Nafta y Mercosur y la deuda externa. Dejen de esconder los errores. Vender un continente rural cuando, la verdad de las cosas, es urbano (más allá que sus sobrepobladas ciudades son un caos y no funcionen) nos parece aberrante, cómodo e inmoral. El trasfondo tras la ilusión del realismo mágico para la exportación (que tiene mucho de cálculo) lo aclara el poeta chileno Oscar Hahn en una introducción a una antología de cuentos ad-hoc: “Cuando en 1492 Cristóbal Colón desembarcó en tierras de América fue recibido con gran alborozo y veneración por los isleños, que creyeron ver en él a un enviado celestial. Realizados los ritos de posesión en nombre de Dios y de la corona española, procedió a congraciarse con los indígenas, repartiéndoles vidrios de colores para su solaz y deslumbramiento. Casi quinientos años después, los descendientes de esos remotos americanos decidieron retribuir la gentileza del Almirante y entregaron al público internacional otros vidrios de colores para su solaz y deslumbramiento: el realismo mágico. Es decir, ese tipo de relato que transforma los prodigios y maravillas en fenómenos cotidianos y que pone a la misma altura la levitación y el cepillado de dientes, los viajes de ultratumba y las excursiones al campo”. Lo que nosotros queremos ofrecerle al público internacional son cuentos distintos, más aterrizados si se quiere, de un grupo de nuevos escritores hispanoamericanos que escriben en español, pero que no se sienten representantes de alguna ideología y ni siquiera de sus propios países. Aun así, son intrínsecamente hispanoamericanos. Tiene ese prisma, esa forma de situarse en el mundo. En estos cuentos hay mas cepillado de dientes y excursiones al campo (bueno, al departamento o al centro comercial) que levitaciones, pero pensamos que se viaja igual. Los autores incluidos en McOndo son, como ya lo hemos reiterado (y lamentado) levemente conocidos en sus respectivos países. Esto tiene su lado positivo puesto que no tienen una reputación internacional que proteger. No sienten, como escribió el crítico David Gallagher en el suplemento literario TLS de Londres, “la necesidad de sumergirse en las aguas de lo políticamente-correcto. Puesto que no tienen la ventaja de vivir afuera, difícilmente sabrían qué elementos usar para escribir una novela políticamente correcta”. Es cierto que no todos los autores antologados viven dentro de sus países (aunque muchos tienen la intención de regresar y pronto); aún así, estos escritores han producido textos que fueron escritos desde el interior para lectores internos. Como bien acota Gallagher, refiriéndose específicamente al caso de Chile, “no le están escribiendo a una galería internacional, por lo tanto, no tienen que mantener el status-quo del estereotipo de cómo debe o no debe ser el retrato (de Hispanoamérica) para la exportación”. España, en tanto, está presente porque nos sentimos muy cercanos a ciertos escritores, películas y a una estética que sale de la península que ahora es europea, pero que ya no es la madre patria. Los textos españoles no poseen ni toros ni sevillanas ni guerra civil, lo que es una bendición. Los nuevos autores españoles no sólo son parte de la hermandad cósmica sino son primos muy cercanos, que a lo mejor pueden hablar raro (de hecho, todos hablan raro y usan palabras y jergas particulares) pero están en la mismo sintonía. La pregunta que inició la búsqueda de este libro fue si estábamos en presencia de algo nuevo, de una nueva literatura o de una nueva perspectiva para ver la literatura. Pregunta que parece ser el afán de toda nueva horneada de escritores. Las respuestas después de tener el libro terminado fueron sólo dudas. Como es típico, lo más interesante, novedoso y original no está en la primera línea del mercado y aún menos entre el oficialismo literario. El verdadero afán de McOndo fue armar un red, ver si teníamos pares y comprobar que no estábamos tan solos en ésto. Lo otro era tratar de ayudar a promocionar y dar a conocer a voces perdidas no por antiguas o pasadas de moda, sino justamente por no responder a los cánones establecidos y legitimados. Comprobamos que cada escritor ha elegido el camino que más le acomodaba, con los temas que consideraba más adecuados. ¿Trabajo inútil entonces? Creemos que no: debajo de la heterogeneidad algo parece unir a todos estos escritores, y a toda a una generación de adultos recientes. El mundo se empequeñeció y compartimos una cultura bastarda similar, que nos ha hermanado irremediablemente sin buscarlo. Una cultura real, no mágica. Hemos crecido pegados a los mismos programas de la televisión, admirado las mismas películas y leído todo lo que se merece leer, en una sincronía digna de considerarse real, no mágica. Todo esto trae, evidentemente, una similar postura ante la literatura y el compartir campos de referencias unificadores. Esta realidad no es gratuita. Capaz que sea hasta mágica. Santiago de Chile, 1996. Autor: Alberto Fuguet
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Los viajes de José Martí y Fidel Castro a Venezuela
José Martí. Foto Archivo
LA HABANA, Cuba.- En menos de cinco horas se puede vencer hoy la distancia que separa a Nueva York de Caracas. Tan breve resulta el tiempo de vuelo que quizá se torne improbable concluir la escritura de un poema y hacerle alguna corrección, pero con muchas diferencias se desandaba esa ruta en el siglo XIX; para entonces se precisaban doce jornadas completas si se quería vencer el mar que separa a “la ciudad que nunca duerme” del puerto de “La Guaira” en Venezuela.
Doce fueron los días que navegó José Martí tras subir al vapor “Felicia” en el puerto neoyorquino un ocho de enero de 1881. Fue durante esa travesía cuando el poeta escribió cada verso del “Ismaelillo”; ese libro que dedicó a su hijo y con el que, según algunos estudiosos de su obra, se convertiría en uno de los precursores del modernismo en Hispanoamérica.
Martí, -quien debió recordar a La Habana mientras divisaba desde el mar las fortificaciones de “San Carlos” y “El vigía”- hizo el viaje para reverenciar, sin siquiera quitarse el polvo del camino, al libertador Simón Bolívar, para mostrar sus fervores a la “Jerusalén sudamericana”. Martí viajó para advertir a Venezuela de que él podría, y estaba dispuesto, a servirla, y que bastaría que le dijeran cómo hacerlo.
Hace ciento treinta y ocho años viajaba Martí por esos mares, escribiendo versos a su hijo, para inclinarse luego ante la estatua del más grande de sus héroes. Así, “blindado de amor”, llegó el apóstol a Venezuela, la tierra en la que “estudió Andrés Bello”, “donde Bolívar, un Júpiter, nació”. Y en Caracas aseguró que solo pretendía “un puesto en las milicias de la paz”. Y allí fundó la “Revista venezolana”. Martí hizo el viaje para dar y darse, sin que pidiera nada a cambio.
Revista Venezolana. Director José Martí. Foto Radio Rebelde
El apóstol no fue buscando para sí esas vetas de oro, hierro y plata que abundan por allí. Martí quedó arrobado al comprobar la fertilidad de los suelos, y sus muchísimos cultivos; pero también lo mortificó la manera en que se “desdeña el estudio de las cuestiones esenciales de la patria”, y cómo se desestimaban las soluciones nacionales.
El autor de “Versos sencillos” pareció no comulgar con todo en Venezuela. Tomó como bueno las pasiones que desataban en esa tierra las lecturas de las memorias del Marqués de Chateaubriand, los libros de Víctor Hugo, o los chistes de Proudhon, pero quedó contrariado tras reconocer el olvido de la lengua india que antes se escuchara.
A pesar de esos reparos, y a pocos días después de que se cumplieran seis meses de su arribo, Martí agradeció por esos meses en Venezuela, e hizo el viaje de regreso a Nueva York, muy ligero de equipaje, en el vapor “Claudius”. Así fue su viaje, tan diferente a los muchos que hiciera Fidel Castro, quien no escribió versos a ninguno de sus hijos mientras volaba en un avión “presidencial”, quizá porque eran muchos los hijos y no todos legítimos, o quizá porque no le fue dado el don de la poesía, que por suerte no exploró.
El primero de todos los viajes de Fidel a la tierra de Bolívar ocurrió en 1948. Y siempre se dijo que el interés de esa breve travesía no fue otro que la organización en la isla de un congreso de estudiantes universitarios del continente, para que la hazaña le otorgara notoriedad dentro del gremio. En esa ocasión se hizo acompañar por Rafael del Pino, quien muchos años después hizo el viaje al norte, abandonando para siempre a un Fidel que olvidó su compañía y le respondió iracundo.
Esa primera estancia no rebasó los cuatro días, pero vendrían otras. Tras el “triunfo” de 1959, y a solo unos días de su entrada a La Habana, Fidel Castro hizo su primer viaje a Venezuela al frente de una delegación gubernamental, pero sin dudas las razones no serían las mismas de la anterior. Ahora ya andaba en busca de petróleo, de precios preferenciales, y así se lo hizo saber a Rómulo Betancourt, mientras que el venezolano, sin sutilezas, le contestó que la única manera en la que podría conseguir el “oro negro” sería pagando como todos los demás.
Y regresó sin ningún acuerdo, y con un miembro menos en su escolta, a quien una hélice de su avión le quitó la vida; pero no se dio por vencido Fidel Castro, insistió mucho, hasta que en Hugo Chávez tuvo su gran oportunidad y a su mejor aliado, su casi subordinado. Fue así que Castro consiguió el ansiado petróleo que jamás tuvo esta pequeña isla, después de despertar tantas pretensiones.
Y se sucedieron sus viajes a la tierra de Bolívar, siempre marcando diferencias con el único que hizo Martí, ese que comenzó en Nueva York y que demoró doce días antes de tocar costas venezolanas. Aquel viaje del apóstol no fue promovido por el lucro, su mayor deseo era hacer servicios a esa tierra y reverencias al héroe sudamericano. Los desplazamientos de Fidel Castro, con más regularidad y de breves travesías, tuvieron que ver todas las veces con los negocios, con la búsqueda de algunas ganancias para conseguir el poder más largo y recio.
Así fueron arrugados los amores de Martí a la patria de Bolívar. Muchos de los que en los primeros años se decidieron por el exilio en Venezuela tuvieron que hacer otra vez los bártulos cambiando el sur por el mismo norte que acogió a Martí, y finalmente se abrieron las compuertas del petróleo, ese que Betancourt le negó a Castro. Y a cambio les mandamos hijos, les enviamos padres, haciéndonos cada vez más pobres, muchos años después de que Martí completara el viaje. Y no crean, cubanos y venezolanos, que el gran sueño de Fidel y los comunistas cubanos de juntar nuestra breve y delgada “constitución” a la de Venezuela está ya en un punto muerto, Cubazuela permanece en la cabeza de muchos, y van a por más.
Los viajes de José Martí y Fidel Castro a Venezuela
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El vampiro en la narrativa española y latinoamericana. Parte I
El vampiro en la narrativa española y latinoamericana. Parte I
De acuerdo con A. Owen Aldrige el vampirismo literario surge en Hispanoamérica con los románticos, y si atendemos a su indicación, el monstruo habría entrado a este continente con una traducción de La novia de Corintio hecha por José María Heredia.[1] No obstante, el tema parece penetrar más establemente durante el modernismo, dadas sus inclinaciones al pensamiento esotérico,[2]así como a la…
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