#Memorias fúnebres
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"Pesadilla de una noche de verano" by Santiago, Chile-based post-punk, deathrock, and batcave act UltraStigma off of their 2013 album Memorias fúnebres
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Osso
OssoMorte, onde se esconde? Baforada do destino, Cadeado que nos prende à razão, Fúnebre é a vida.Atropelados pelo consumismo, Sem limites, Forjados pela angústia, Das últimas impactadas pela miséria.Luxúria com o dinheiro alheio, Alheios a toda essa ambição, Ambição que promove a miséria, Miséria escancarada para que todos vejam.E observando, não façam nada. Nas ruas, vejo ossos se movendo, Sem…
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Un día desperté, caminé hacia afuera de mi hogar y luego pensé... Tal vez jamás conocí el amor verdadero. Aquellas ideas erróneas de los ideales, una espera eterna a la vuelta de la esquina era completamente vana. Ya no era una lucha interna por querer tener lo que uno deseaba con fervor, sino un encuentro abismal de tener que enfrentarse a la verdad. Me había sentido perdida durante mucho tiempo, confiando a ciegas lo que ya se había muerto. En cuanto tardé de ser consciente de ello, me detuve a pensar y a retener ciertos temas que estaban dispersos en el aire pero vivían con raíces en mi memoria. Y supe desde entonces, que aquello no me dejaba crecer. Más adelante, asimilé, lo acepté y el dolor ya no es una experiencia fúnebre, sino algo de qué aprender para hacerte más fuerte de lo que eras. Las heridas del pasado se convierten en historia. Estamos hechos de esta manera. Pero, hemos de crecer día a día porque la constancia de renacer se encuentra en nuestro espíritu.
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Lluvia de frases incoherentes.
Un luto anticipado, un reloj de arena puesto de costado, dentro de él, el tiempo perdido, futuro y pasado, una brújula extraviada que no sabe hacia dónde apuntar, un calendario en la pared con los días desordenados. La vida es un sepulcro abierto, hay un muerto que se mira en un espejo, y a cada amanecer le sigue un cortejo fúnebre, procesión de mis sonrisas lúgubres, los recuerdos como alfombra para limpiarse los pies, el sacrilegio cometido, divinidad a la que renuncié, en un basurero los sueños excedidos en su fecha de caducidad; guarde un poquito de sus restos en algún cajón para mi recurrente imbecilidad. Piedras que ruedan por las mejillas, la sangre no se coagula en la herida, no quiere ser cicatriz lo que deseaba ser vida, un náufrago flotando en el desierto, pirañas que nadan bajo la arena, así es extrañarte, ponerme de carnada, morderme la lengua, absurdos escritos para aclarar lo que más se oscurece, no hay donde escapar, chacales en medio del mar, son tus ojos dándome mordiscos cada vez que veo tu foto inclinada en mi buró, una flor de papel que no podía germinar, pero que igual se marchitó. Hay una luz al final del túnel que me atrae y enceguece, mientras que sigiloso, un suspiro de Troya por dentro me estremece. Todo tiende a teñirse de ese color negro azabache de tu cabello, la inicial de tu nombre grabada en la mitad de un corazón colgando de mi cuello. La ausencia pesa; me tiene mirando hacia el piso, o será que ando caminando invertido; será quizá por eso que se me satura la memoria y no me acuerdo del olvido. Memoria Selectiva.
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Hoy no camino, no existo, no respiro, no ando. Cómo definir lo que hoy no reconozco, aquella familiar melancolía que se asoma en el espejo y petrifica el espacio. Morirán las ilusiones que alguna vez tuve en campos de sueños y añoranzas. Nacerán nuevas semillas de esta tierra árida y desquebrajada. Se bañarán nuevamente con las lágrimas que la poesía guardó una vez.
Rocío de mis otoños e inviernos, de esta ausencia de luz que da vida a las letras que otra vez me salvan de este hogar lleno de monstruos que conversan conmigo. Sigo tejiendo los trajes fúnebres que lucirán tus recuerdos en estos entrañables versos. Estoy inaugurando el sótano de memorias que visitaré los domingos cuando nuestros cuerpos ya no ardan juntos en aquel frenes�� de sentimientos que nos hacía llegar al nirvana.
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Flores para difuntos: Expresando respeto y amor con combinaciones únicas
El proceso de elegir arreglos de flores para fallecidos puede ser una labor emotiva y significativa. Es esencial localizar la combinación perfecta que exprese respeto, amor y condolencias hacia la persona fallecida y sus seres queridos. En este artículo, exploraremos diferentes opciones de arreglos florales para entierros y de qué manera pueden transmitir sentimientos profundos en instantes difíciles.
La importancia de los arreglos de flores para difuntos
Los arreglos de flores tienen una larga historia de simbolizar amor, respeto, paz y belleza. En los funerales, las flores desempeñan un papel crucial en honrar al difunto y consolar a los familiares en duelo. La elección conveniente de arreglos florales puede transmitir un mensaje de apoyo y solidaridad en un instante de pérdida.
Flores para funeral: honrando la memoria del difunto
Los arreglos florales para entierros son una forma preciosa y respetuosa de honrar la memoria del finado. Las flores frescas y coloridas pueden iluminar el entorno sombrío de un entierro y recordar la belleza de la vida.
Flores para pésame: expresando condolencias sinceras
Las flores para pésame son una forma tradicional de expresar condolencias sinceras a la familia del fallecido. Estos arreglos florales suelen ser más sobrios y discretos, con colores suaves y elegantes que transmiten respeto y compasión.
Tipos de arreglos florales para difuntos
Existen diferentes tipos de arreglos florales que se pueden seleccionar para un funeral o servicio conmemorativo. Cada tipo tiene su propio significado y simbolismo, por lo que es esencial seleccionar el más conveniente según la relación con el fallecido y el mensaje que se desea transmitir.
Coronas fúnebres: un tributo majestuoso
Las coronas fúnebres son uno de los arreglos florales más tradicionales y majestuosos. Se colocan en la parte superior del ataúd como un tributo final al fallecido. Estas coronas suelen estar hechas con flores blancas o colores suaves que simbolizan pureza, paz y serenidad.
Ramos funerarios: elegancia y sencillez
Los ramos funerarios son arreglos florales elegantes y sencillos que se colocan junto al ataúd o en la sala del velorio. Suelen estar compuestos por una pluralidad de flores frescas en tonos suaves o blancos, transmitiendo calma y tranquilidad a los presentes.
FioriNet flores Cruces de flores: fe y esperanza
Las cruces de flores son símbolos religiosos comunes en los arreglos florales para finados. Estas cruces están elaboradas con flores frescas o artificiales en tonos sobrios, representando fe, esperanza y consuelo en instantes difíciles.
Colores simbólicos en arreglos florales para difuntos
Los colores de las flores asimismo juegan un papel esencial en los arreglos funerarios, ya que cada tonalidad tiene un significado simbólico único que puede trasmitir diferentes emociones y mensajes.
Blanco: pureza y paz eterna
El color blanco es uno de los más usados en los arreglos florales para fallecidos debido a su significado de pureza, paz eterna y luz divina. Las flores blancas como los lis, rosas blancas o claveles transmiten tranquilidad y consuelo a los presentes.
Azul: serenidad y calma interior
El azul es un color as
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Ánimas de Inquietud P.1
-Silencio en la Penumbra-
Las amonestaciones de mi padre nunca fueron precisas, imposible fue advertirme de aquello que en estas tierras se esconde. Al describir mis sueños él contestaría con pesadillas. Al hablar sobre los ángeles que en estos me hacían compañía, el me diría que de los demonios me alejara. Y así cada noche las pinturas se distorsionaron, de sus rojos labios surgieron colmillos, de sus alas las plumas cayeron, pronto tras el velo las llamas nacieron, transmutando hermosos seres en las brujas a las que aprendí a temer.
Sin mírame me consolaba, al abrazarme me dio la bienvenida a la realidad, antes de alejarme tuve que prometer que no volvería a soñar. Sin embargo; fue él quien me obligó a cruzar el umbral una vez más. Me adentré pensando que nadie me seguiría, pero incluso la soledad tiene compañía.
Bermellón es su capa arrastrándose por la habitación, dorada la armadura que bajo la luz del candelabro resplandece, confusas las palabras que de él emanan. Prominentes plumas adornan su yelmo, porta ostentosas hombreras que acuñan la forma del ponderoso cóndor con sus alas extendidas a sus espaldas, denotando el bronce en sus garras y cresta mientras se aleja.
Soledad en la punta de la torre, angustia en el interior de las vasijas que aglomeras esperan el retorno. Una vez cerrada la puerta sé que se ha ido, desconozco las noches que he esperado su regreso pues apenas me dispongo a descansar alguien más irrumpe. Pronto con una carta y una insignia a mí se acerca, posa en mis manos la ensangrentada medalla, en mi palma yace el símbolo y por mi hombro vagan sus descarnados dedos. Le ignoro acariciando el irregular relieve manchando con su roja tinta mis manos, reprimiendo con sus recuerdos mi anhelo. No presto atención a su presencia hasta que percibo su toque en mi cuello, el sueño concibo cuando él mis ojos cierra.
Aún recuerdo su voz, pero no un adiós. Todavía extraño su risa, aunque mi mente solo vague en los lamentos. Abrumado por sus memorias desisto de la despedida, aunque sé que una vez llegue la noche su cara habrá desaparecido y en mis sueños a ciegas le seguiré.
—Es momento de partir—desconozco el tiempo que ha pasado, no discierno el día de la noche, solo miro mis temblorosas manos mientras escucho sus plegarias.
Frente a mí se pasea la sombra de un desconocido, quien desea brindar lastima a un corazón incapaz de conmoverse. Finge humanidad y tras su coraza no hay más que penumbra, pretende comprensión y en sus ojos solo encuentro miseria.
—¿Me llevarás a casa? —su mirada se pierde entre la oscuridad, la ornamentaría que viste es de plata, recubierta de finas esquirlas, pero al igual que el humo su figura se vierte a través de las hendiduras del metal, siendo esa coraza lo único que lo mantiene unido.
—Estas en casa— Observo los muros, con mis pies hago crujir la madera, mi palma se desliza por las sábanas. Ajeno a la realidad siento las punzadas, entonces aquel ente se cierne e intenta levantarme. Este no es mi hogar, las pinturas en las paredes no son las mismas, la ventana solo me muestra oscuridad, rezo por el alba, Incluso el reflejo en el espejo se ha distorsionado.
—Entonces dime guardián de ánimas ¿Por qué no se siente más así? —no responde y no necesito que lo haga.
Tomo la mano de un extraño, quien ofreciéndome su frio toque me arrastra por las escaleras. Torcidos son los peldaños en los que mis pies tropiezan, endeble el fuego de las velas que a nuestro paso se apagan, lívida mi mente que no deja de girar mientras a las afueras su soneto resuena. Traen violines y guitarras, arpas, cítolas; ya escucho su fúnebre sinfonía.
Austeros acordes acompañan mi demencia, cada nota es un escalón, cada cuerda una voz. Ante mi aparecen cien sombras y cien inquietudes, con pálidas máscaras y finos guantes despojan a los muros de su rostro, retiran las pinturas y los retratos, ocultan los murales. Vacías yacen las paredes y atestadas mis memorias.
Al descender por la retorcida escalinata los veo husmear, sin culpa vierten la tinta sobre el delicado papiro, hurgan en los cofres, destrozan su habitación, ardiendo se halla la seda de las cortinas. Suplico mientras los lirios son consumidos por las llamas hasta que solo quedan cenizas cayendo cual lluvia.
Cuento siete escalones, de mi arrebatan los libros mancillando con su puño su letra. Cuento once más, los escucho murmurar arrancando las páginas sin remordimiento, relatan falacias en mi mente. Veintisiete escalones, de un lado a otro su esencia de mí alejan, de un modo u otro se va. A mi izquierda afilan sus espadas, infame la manera en la que sonríen cuando por mi lado caminan. Descarados empuñan las dagas, a mi diestra falsos cuadros colocan, al frente distorsionados rostros trazan.
Aquella canción no ha terminado, su tono se alza y las escaleras siguen girando ¿O es acaso mi atrofiada vista la que me engaña? En el centro del todo un oscuro pozo ha surgido, emanando de estos incesantes gritos usurpando su coro. Hábiles los dedos que palpan las cuerdas del arpa, aunque su agudeza enloquece a mi corazón, continúo descendiendo por la escalera con este mi flagelo.
No sé si esta letanía proviene de las pinturas en los muros, sus labios parecen moverse mas engañarme quieren, ese hombre que han plasmado en los lienzos es un completo extraño sobre su cuerpo. Su semblante ha cambiado, sus ojos no son los mismos, en los retratos no hay rastro de sangre, han confundido los cuadros con espejos. He divisado a un desconocido e incauto su mano tomo, al cruzar las puertas un equívoco acorde final nos recibe. Y con el viento soplando y la tormenta asechando a su marcha he de unirme, recibiendo lastima de maltrechos rostros, aprensivo escapa el consuelo de temblorosos labios.
Al frente mi padre nos guía a la decadencia, su corcel es de cobre y acero, nacido del mismo fuego de su forja. El escudo que este día porta es de lirios y rosas, su arma es la senda por la que aquel incorpóreo ente nos lidera, su discurso se convierte en el silencio, su bravía en mis sollozos. Su féretro sigo esperando alcanzarle, trato de retenerlo, pero con cada paso que doy se aleja más.
Al adentrarme en el cementerio recibo sus condolecías, pero nada cambia. Recibo su lastima, pero el dolor no desiste, imploro misericordia no obstante sus pensamientos no abandonan mi mente, las evocaciones aún están allí ¿Por qué no pueden irse como él ha hecho?
Su sangre ha pintado los cielos, acompaña la ira a la brisa, su eco resuena mientras los vientos mecen la hierba. De las escarlatas copas caen las hojas que sobre las tumbas reposan, de pálidos tallos se desprenden los pétalos que sus nombres ocultan, marchitan ante la frialdad de la piedra, desisten al presenciar la muerte. El cantico de los mártires es insufrible, vierten en mi llanto sus falacias, auguran compasión en su miseria, relatan sus voces mi demencia concibiendo su cordura como mi verdad.
Cabalga mi padre sobre tumbas y destrozados ramos, dejando su huella en la humedecida tierra y su trotar el cielo se oscurece. Tras rezar y llorar aun me niego, no volveré a ver su rostro, y no anhelo verle en mis sueños. No deseo despertar sintiendo la soledad, pues condenado estoy a afrontar la realidad.
Sobre la marchita hierba caminamos, no sabemos a dónde nos dirigimos, pero es el único camino así que no podemos perdernos. Al frente el ánima, detrás el rastro de incienso, al fin han callado sus canticos pues el sendero es largo y no me place seguir escuchándolos. Avanzamos más lento al encontrarnos con majestuosas columnas y sombríos mausoleos, hermosas criaturas esculpidas en lo alto, afligidos seños tallados, acomplejados semblantes observándonos cabizbajos. Tratan de representar la vida sobre los restos, la opulencia que emana de las ruinas es innegable al igual que el final que a sus pies yace, junto a los disgustados carroñeros que husmean entre las tumbas.
Cubren la piedra negras mariposas creando en nuestras mentes la ilusión de que los pilares están formados de infernal ónice. Nos detenemos al divisar su figura a lo lejos reposando en la punta de un mausoleo como la enrome silueta de un ave retorciéndose. La vista no aparto, pero a la distancia esa sombra también me vigila descarada. Sin embargo; las indefensas criaturas que se apegan a las columnas se marchan apenas llegamos, se alzan en el cielo, su aleteo provoca la brisa revelando los grabados en la piedra, y como si la última luz del día las estuviera consumiendo se pierden en el tenue firmamento. Oscureciendo por un momento la tierra y sacudiendo nuestras ropas el viento de sus alas, se alejan las carroñeros al igual que las mariposas.
Nos rodean las columnas, al centro se halla un pedestal que en absoluto es funcional, no hay palabras o consuelo suficiente, no existe un discurso al cual atender mientras él cruza aquel arco ingresando al santuario y cerrando las puertas tras su llegada. Parece derrumbarse a causa del estruendo, pero perdura su esencia bajo destrozados ventanales y rosas marchitas.
En silencio transcurre el atardecer, silente admiro el sol ocultarse, sentados alrededor del corcel aguardamos el alaba, mas nadie esperaría tanto, uno a uno se marchan sin decir una palabra me abandonan. Nada queda cuando las velas se apagan, nadie excepto la sombra que a la distancia se halla. Sin importar el frio ni la penumbra allí permanezco, no me atrevo a marcharme ¿Cuál sería la diferencia después de todo? La soledad esta aquí y en casa me espera.
El cosquilleo en mi mejilla, una mariposa camina con libertad en mi rostro mientras los pilares se vuelven a cubrir de las hermosas criaturas que en calma desean dormir, todas excepto aquella que en mi mejilla yace, entonces en mi dedo se posa. Puedo asegurar que no la he tocado, juraría que lo hago con cuidado, pero cuando mi corazón comienza a latir con prisa, la criatura se disuelve como ceniza manchando mi mejilla y al tentar las columnas todas las demás en polvo se transformaron cayendo sobre mí una gran nube que me ciega. Ni la luz de la luna atraviesa tal sombra, cubierto por completo y repleto el suelo de su esencia la veo, más allá de la bella silla de cobre, más allá de los lirios allí esa sombra me asecha.
Se alza y observo la forma de sus piernas, sus alas extendiéndose al igual que sus largos brazos. Desde aquí miro sus afiladas uñas, en esta penumbra no logro ver más, pero siento su mirada y a quien más observaría si solo permanezco. Entonces sus garras en su boca se adentran exhalando de entre sus labios un extraño humo que desata tinieblas. Espesa la bruma que envuelve al cementerio, las tumbas se desvanecen a cada respiración, las columnas ya no son visibles, solo su sombra y nada más.
Su mano sigue uniéndose en su boca y sus garras y ásperos dedos siento a través de mi garganta. Levantan mi piel sin dejar lugar a mi respiración, desgarrando mi carne, mi tembloroso cuerpo trata de resistir la sensación, entonces, en mi piel percibo su doloroso toque pasando por mi interior cual cuchillas arrebatándome el aliento. Jadeo mientras corta mi garganta, empujando sus dedos hasta que su rugosa palma toca mi lengua.
El horrible sonido de su mano hiriendo mi interior, la vista de aquel brazo levantando mi piel. Sus asquerosos dedos pruebo cuando toman mis dientes abriendo así mis labios, dejando que su largo brazo se abra paso desde mi garganta hasta el exterior como si de mi último aliento se tratara. Paralizado observo su mano salir de mi boca, su putrefacta piel colgando, su corrompida palma tienta ansiosa mi piel, sus dedos rasgan mi nariz. La agrietada carne de su brazo no parece terminar, cubiertos de hendiduras y profesas cicatrices su sangre en mi interior derrama, escurriendo su sucio elixir en mis venas hasta salir por medio de mis labios.
En mis entrañas resiento las punzadas cuando algo se agita por mi estómago y que más seria si no su ruin sangre irrumpiendo en mi ser. La piel de mi cuello se tensa con cada palpitar hasta que sus largos dedos se arrastran hasta mis parpados y lo último que soy capaz de divisar son sus garras cerrando mis ojos, llenándome de impotencia hasta que la oscuridad me envuelve.
Sueño con el pasado y no deseo escapar, aferrándome a vacíos palacios soy prisionero en falsas evocaciones. Creo percibir el rocío, incluso ver el amanecer, todo es una mentira que me hace feliz. Entonces los muros caen y con fuerza mis ojos cierro. Tratando de sonreír de cualquier manera, pero las dichosas lagrimas se deslizan por mis mejillas, y alguien más las limpia.
Al principio solo escucho el viento, pero este atrae incomprensibles ecos, creo escuchar su voz, pero es su cantico lo que me impide mirar, solo escucho sus pies arrastrándose. Lloro cuando comprendo que no soy capaz de hablar, y un extraño retiene mis lágrimas. Tiemblo debido al temor de su toque, al regreso de su soledad, aterrado ante el retorno de una tristeza que era la mía.
—No puedes dejarme atrás—su áspera voz, su frio toque, no me dejaría engañar, sin importar el afecto en sus palabras soy capaz de recordar el desdeño de sus garras—Añoras una despedida ¿No es así? —pero como podría escapar, a veces creo que es parte de mí, incluso puedo imaginar sus horribles dientes, su falaz y mordaz sonrisa, sé que muerde su jodida lengua al hablar.
—Tal parece que tú no eres buena en ello—hablo por un momento pensando que era la voz en mis pensamientos. Callado oigo el crujir de sus huesos y la saliva siendo vertida de sus labios uniéndose a mis lágrimas.
—Al igual que tus vástagos—mi cabeza palpita, no quiero sentirme de esta manera, pero no desiste, sus murmures no cesan y en mi voz transmutan, su insolencia me agobia, no hay nadie más a quien prestar atención, todos han elegido irse.
—Algún día quiero decirte adiós—mis susurros le alientan, estoy cansado y su corazón late vigoroso estremeciendo el mío.
—Solo el cielo queda, pero inalcanzable es para un alma mortal como la tuya— no es la primera vez que el pensamiento atraviesa mi mente, pero podría ser la última ocasión—Conozco un camino que te guiará hasta allá.
Tentado por sus promesas acepto, seducido por la fragancia cuyo aroma me hace olvidar el dolor avanzo. Nunca descubro quien esta tras esa voz ¿Es acaso mi conciencia o mi inquietud?
Despierto con la sangre derramándose en mis labios, con la marca de sus garras en mi cuello. Sin embargo, su figura y su voz se han ido, dejando en esta tierra su bruma. Pálido mar que todo lo ha consumido se derrama por las columnas, cae de los árboles, siento su frialdad mientras sus aguas corren. Al igual que el océano rugen mientras inmensas olas se alzan arrastrándome impasibles corrientes hasta la ciudad, cubriendo el sendero, crean estas un gran rio de neblina, llevándome lejos de su sombra.
Agresivas corren las pálidas aguas, acarreando los pétalos caídos y hojas secas. No importa si me hundo, nada es visible más allá de la espesura. No trato de nadar en su contra, en cambio, en silencio me dejo llevar. Quizá mis labios la verdad desean desvelar, pero decido callar como lo hice antes y aguardo el eco de ese residente grito en mi interior como siempre lo he hecho.
Envuelto en la bruma viajo hasta un sosegado y helado reino, un lugar donde todos corren con los ojos vendados, siendo este sitio poseedor de un cielo gris y retraídos pobladores. Espesa niebla se derrama por las viejos edificaciones y los retorcidos árboles, el viento brama sin pena, trayendo a mí el dulce olor del pan, cálido humo proveniente de una canasta la cual pertenece a un hombre dándome la espalda.
Las personas caminan limitándose a observar, sin emoción en sus petrificados rostros, pues sobre sus luceros vendas se han colocado. Asegurándome de ser sutil me acerco al panadero e intento hablar con él, mas no se gira, grito y nada cambia, pero una vez su hombro toco la ira surge. Mi respiración viene y se va, el agotamiento es evidente, mas sus gritos aun me persiguen. Corriendo por sucios callejones, una puerta se abre, en medio de la penumbra su chirrido escucho, al ver la fachada de la torre mi hogar rememoro.
Al adentrarme encuentro oscuridad, al tratar de escapar la puerta se desvanece entre las sombras. Viéndome condenado a su reposo por la casona vago, tropezando con un enorme candelabro que yace en medio del salón. Trozos de cristal esparcidos por el suelo, cruje la madera bajo mis pisadas, y frente a mí una vieja y deteriorada chimenea de halla, sin embargo; podridos leños le alimentan. Imposible avivar las brasas cuando el viento se adentra por medio de las grietas de estos corroídos muros.
Todo está cubierto de polvo, incluso aquello que se halla bajo las telas, mugrientos paños protegiendo deteriorados muebles. Sin más dilación me dirijo a la cocina, que intestada de alimañas y de repulsivo hedor me recibe. Se anidan las asquerosas criaturas entre la sucia vajilla, caen a montones de los muros, putrefactos los frutos dentro de las cestas, repletas de eses las aberturas del piso. No avisto a las ratas que chillan imprudentes, pero siento sus patas mientras roen los tablones bajo mi planta.
Camino hacia el comedor, basta con cruzar un arco para ver la sala intestada de telarañas que comienzan a apegarse a mi ropa, las arañas se retuercen por los techos, se adentran en las hendiduras. No pasa mucho hasta sentir a esas alimañas trepando entre mis piernas, recorren mi brazo dejando un frio rastro, se esparce en mis ojos el polvo y esos filamentos que cuelgan por todas partes se adentran hasta mi pupila. De inmediato me alejo regresando a la sala pues más allá solo penumbra diviso, ni la luna o el viento se atreverían a marchar hasta aquellos rincones.
Retrocedo y aun quitándome aquellas infelices arañas me reconforto con un inexistente fuego. Entonces el viento sopla y me hace sentir pavor, como un escalofrío en mi espalda y mientras la luna irrumpe por un instante en la habitación mi aliento me abandona, pues juraría haber visto manos bajo los velos. Apenas trato de razonar el resplandor se abre paso una vez más y conforme la luna se mueve, lo mismo hacen los moradores de este su hogar.
Sus dedos se revelan bajo los paños, y con el rugir de un tifón, las sombras en los muros se elevan. La corriente me empuja austera y las telas levanta formando así sus largos vestidos en las paredes, la brisa le da voz a sus murmures. Las sombras caminan por el comedor, en el vestidor bailan un sombrío son. Los veo deambular en la cocina, sus siluetas en el tapiz preparando magno festín, mas a su sombra se halla la miseria servida en la mesa. Alzan las copas derramando el vino, así sus voces llegan a mis oídos enalteciendo mi demencia, provocándome dudas acerca de mi tambaleante cordura.
—Por supuesto es un simple viento, es el resplandor de la noche y mi soledad atrayendo al delirio—susurro tratando de convencerme, pero sus risas se resbalan entre el revestimiento, vacío me siento, despreciado equiparable al arcón sobre el cual dos figuras reposan—No es confusión, la escena frente a mí no ha sido provocada por mi frágil razón—admito permitiendo a mi corazón liberar el miedo, un pánico incontrolable que por un instante me paraliza.
Es mi anhelo de compañía su presencia, surge en el vendaval mi locura, sus festejos son delirios y gritando los llamo, pero su vitorear es alegre y a quién le interesa la tristeza de este sucio pagano. No callarían hasta que lo aceptara, no vendrían si yo no avanzaba, pero aún queda en mí temor, miedo a demostrar mi sentir. Mientras recibo sus burlas, no anhelo lastima, quizás al quebrantarme me harán tomarla.
–Sometido a su riguroso juicio grito sin parar al desgastado tapiz. Lloro y me lamento, su voz no hace más que acrecer. Ya que esta es mi tristeza y este mi patético lamento, entonces importancia no le darían, si en ellos no desataban este vil tormento.
Basta un estruendo para esclarecer la sombría estancia, difusas otras tres figuras concibo surgiendo debajo de las telas vistiéndolas cual velos. Retrocedo imaginando que pronto despertaría, sin embargo; mientras la luz iba y venía su infecta piel queda al descubierto. Con cada resplandor se aproximan, con amarillentos dientes sonríen, traslucida humanidad que denota la muerte resaltando así sus huesos y ampollas. En mi mente solo queda la idea de escapar, miro las puertas cerradas, desesperado por encontrar un lugar para la soledad y así tras un destello más una escalera logro divisar. Las siluetas aun rondan, su presencia me transforma en la sombra, aquella que tambaleante y presurosa asciende por los apenas visibles peldaños. Nos soy precavido, quizá me han visto, tal vez me han llamado, pero siendo controlado por un desmesurado pavor solo anhelo regresar al silencio.
Recorro la prominente escalinata sin siquiera sostenerme de la barandilla, uno a uno la oscuridad sube los escalones, me pisan los talones. Siento escalofríos, su toque helado palpa mis pies, consumiendo todo a su paso en oscuridad yace el salón, callando susurros la penumbra solo silencio deja, deleitándose de mi desesperación me permite avanzar.
He llegado arriba y nada queda bajo mi planta, silente pasillo que recorro, simple madera decorando los arcos. Finas molduras talladas, elegantes lobos labrados sobre mi cabeza, estrecho es el pasadizo y lo único que al final espera es una roída puerta.
Camino sin prisa esperando el amanecer, escuchando la lluvia caer, me sobresalta una gota que en el piso se estampa, entonces pisadas tras las mías escucho. Paseo con lentitud y al prestar atención desiguales pasos resuenan, avanzo con más prisa y un aparente eco me sigue, así que decido detenerme para escapar de mis dudas, nada, solo silencio. Salto al oír un trueno, y mis ojos abro al observar mi silueta, encadena mi muñeca a ostentosa cadena, temeroso sigo su origen, nada además de oscuridad.
Deben ser mis delirios, tal vez es el cansancio, pero nervioso estoy y no anhelo más que llegar a tocar el pomo de la puerta. Apresurado y con largas zancadas a este me aproximo, los pasos detrás mío regresan.
—No es nada, debo estar desvariando— pronuncio y calmo recorro el largo corredor, pronto las escucho otra vez, estrepitosas pisadas y sus ecos ensordeciendo mis oídos—Ha de ser el viento o la tormenta, no es nadie más que mi demencia—me detengo para recuperar el aliento, atento a cualquier sonido , mero sosiego llena mis oídos, quieto y sigiloso permanezco, entonces sus pasos se vuelven rápidos, la madera cruje, chirrían los tablones, destellan los luceros de la lluvia revelando una sombra a la cual estoy atado.
Encadenado a singular doncella, quien oculta su rostro en un harapiento capuchón y de su interior cientos de hilos se desprenden formando sus cabellos. Los eslabones me guían hasta ella, en la pared miro nuestras sombras unidas, entre la oscuridad le escucho jadear, finas hebras salen de su barbilla y en sus labios sobresalen las puntas de las agujas que los sellan. Debajo de su piel se mueven los alfileres pinchando y levantando su grisácea corteza, sus resuellos se intensifican provocando que su mandíbula no pueda quedarse en su lugar.
Chasquean sus dientes, resopla vertiendo en mí su pútrido aliento, quizá son mis piernas las que tiemblan y mi entorpecida respiración la que me condena. Débil se balancea, a pesar de ello, sus pisadas quebrantan los cielos ocasionando relámpagos cuyos destellos encienden poco a poco sus ojos y delatan sus asquerosas manos. Con lentitud avanza, pero apenas retrocedo con vigor embiste, acercándose con largas zancadas, se desvanece en la oscuridad y retorna al unísono del vendaval. Al fin alanzo el pomo, abro la puerta y tan pronto la cruzo pongo el cerrojo, cayendo al suelo cuando aquel malicioso ser choca con la madera.
—De cualquier forma, entraré—la escucho decir afuera del dormitorio, con un tono risueño, pero áspero.
Frágil luce la cama en medio del cuarto, pero asustado sobre esta me tiendo. Polvorientas son las sábanas en las que me hundo, mirando por debajo de la puerta su sombra, acoplándose a la tormenta su voz. Todavía empuja y la ventana tras de mí no es suficiente para dispersar la penumbra.
—He rezado por sosiego, cierto es que tú no auguras tal paz. Entonces dígame, señora mía ¿Cuál es el motivo de su visita? —por un instante me alegro pues no hay nadie llamando a la puerta, pero un golpe pone fin a mi dicha.
—Soy yo lo único que vendrá, sin importar cuanto clames o llores nadie más acudirá. Me has convocado y, de cualquier forma, entraré—es terca y desafiante, nada que necesite en estos momentos, es locura para mis delirios, frio intensificado el desamparo.
—Nunca invitaría a nadie a esta mi agonía, jamás alguien se adentraría en este mi pesar. Así que puede marcharse, pues no anhelo confundir el consuelo con falacias otra vez—ruego para que parta y me deje en paz mientras mi corazón resuena sin cesar.
—Entonces permíteme entrar ya que hasta aquí he llegado. Escúchame, sé que esta vez podemos terminarlo—no respondo y eso la enfurece, caen las astillas ante su ímpetu, me escondo bajo las telas creyendo que eso me protegerá de su furor—¡Atiende mis amonestaciones ya que has decido callar! Oculta la llave o juega con las cerraduras, sé que esperas a que alguien llegue, pero aquí afuera no hay nadie más, así que sigue sujetando el cerrojo e intenta gritar con fuerza pues, de cualquier forma, entraré— dice de nueva cuenta, y me hace querer llorar, no habría mayor alivio para mí que el de sus pisadas alejándose de la puerta.
—Añoro la soledad a la que me he acostumbrado, ese silencio que me calma, esta helada habitación que me abriga— mis ojos han comenzado a cerrarse, pero esta insistente entidad no me daría tal sosiego, tan inquietante como las dudas en mi cabeza me mantiene en vela.
—Eres tú quien me ha invitado a su morada, pues tu inquietud me llama y tu desesperación me incita—no calla ni se marcha. Nadie fue tan insistente, solo ella, esa sensación que siempre viene cuando nadie a mi habitación entra, sin importar cuan fuertes sean mis gritos— Podría repetirlo toda la noche, pero he de advertirte una vez más, de cualquier forma, entraré.
—Y ahora soy yo quien cierra la puerta—cansado me encuentro, deseo dormir, añoro el lejano sueño y la apenas palpable realidad ante mis luceros—Si así lo deseas irrumpe de una vez, este no es mi hogar, así que tal vez encuentres una mejor forma de entrar— he lidiado con las voces en mi cabeza por tanto tiempo que ya no reconozco la mía.
Estoy harto de su terquedad, estoy asustado por su preocupación, nadie había venido a mi puerta con tal insistencia o interés, pero no abriré aquí no hay cabida para su compasión, no creeré en la piedad. El caos tras el cristal, la ventana solo me muestra un diluvio eterno, me rindo al sueño demasiado agotado para seguir, ignorando el dolor en mi brazo mientras la mujer tira de la cadena que ha quedado tendida bajo el marco de la puerta.
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Del cuaderno... (VI)
CONTENIDO Y TITULAR
Al natural, la gente siempre parece tener menos años que los que tiene; en foto, es frecuente que ocurra lo contrario, y la veamos más vieja de lo que es. Extraño enigma de las miradas: no de la exterior e interior, sino más bien de la que coexiste y participa y de la que contempla, por decirlo de alguna manera, por la ventana del espacio y del tiempo congelados. Al natural somos nuestro contenido; en foto somos nuestro titular.
[27/01/24]
FLUJO Y PASO
Quédate aquí sentado y deja que todo fluya a través de ti. Con la vida puedes hacer muchas cosas, y tal vez sentirla fluir, y mirarla pasar, sea la más gratificante de todas.
[27/01/24]
THE SOUND OF SILENCE
El silencio en el barrio es tan profundo esta tarde que casi hay que ascender desde sus simas para encontrar la respiración. Es un silencio que ejerce el mismo hechizo que ciertas obras de arte: deja sin aliento. Tras alcanzar de nuevo la boca del pozo de su ser, uno vuelve a beber el aire con ávida fruición, exhalándolo a continuación en ensimismado éxtasis sereno. Esta es la experiencia de lo sublime, de la que hablaban los románticos, solo que un tanto modificada, pues se ha hecho mucho más íntima y personal, verificándose como una ola interior que nace muy adentro y va extendiéndose hacia fuera, anegando la piel misma de la psique. Todo se ha parado; en los tímpanos y en las sienes siente uno que le late y que le bate, con suave pulso acompasado, el corazón.
[27/01/24]
Sounds of Silence · Madrid, 28 de enero de 2024
LECTURAS COMPARADAS
El pasado día 17 de enero reproduje en este cuaderno una versión de un poema de Sylvia Plath: “Sheep in the Fog”. La pieza de Plath me recordaba y me recuerda, extrañamente o no tanto, el primer poema «serio» de mi carrera, que es el que abre mi ópera prima en verso, el delgado volumen Diecisiete poemas, aparecido en los talleres malagueños de Ángel Caffarena en el lejano año de 1986. Lo que la pieza de Plath y la mía tienen en común, además del hecho de ser muy «pictóricas» las dos, es la ambientación, y concretamente la interiorización emocional del paisaje invernal de Inglaterra. En mi poema —que se titula “Edenbridge”, el nombre de una población rural inglesa cercana al lugar en que nací— hay un par de versos que rezan: «El cielo es palidez, entre cornisas, / hacia el tenue infinito de los campos». En su texto, Sylvia Plath insinúa primero la imagen, profundamente patética, de una oveja solitaria en la agreste y gris inmensidad, náufraga en la bruma de los páramos que atraviesa el tren («lento caballo del color de la herrumbre»), para hablar después de la «lejanía de los campos», con la que su alma o corazón se funde, sugiriéndonos al final del poema, con una muda sensación de ontológica desolación, la propia orfandad de quien escribe. Los versos de Plath quedan temblando en la retina de la sensibilidad como el eco mudo de una campana fúnebre que ha redoblado en la página y luego persiste, desasosegante, en la memoria inmediata. Yo creo que mi poema es más dulce, y en ese sentido menos perturbador. Mi añoranza es más literaria, y por decirlo de algún modo más «melódica» —si lo expresamos en términos musicales—; el desamparo de Sylvia Plath es metafísico y desgarrador: exiliada en un limbo «sin estrellas y sin padre», no contempla la posibilidad de aferrarse a nada; no halla remedio, ni parece tenerlo; no encuentra consuelo ni perdón.
EDENBRIDGE
Es este un pueblecillo shakespeareano que te recuerda a Welles, y esas campanas de medianoche. Llovizna. La lluvia deslíe lentamente de la bruma
olor de hierba descompuesta, y leve barro que va tiñendo el empedrado. El cielo es palidez, entre cornisas, hacia el tenue infinito de los campos.
Quizá pensando en Falstaff te sorprendas (en los labios alguna tonadilla) vencido por lo triste de las cosas,
y busques el calor de los bolsillos, mientras arrecia en los tejados yertos el repicar monótono del agua.
• • •
Ese mismo día 17 bosquejé yo una tentativa de poema que no fue más allá del borrador. Lo reproduzco aquí, aunque solo sea mero apunte, pues no me resigno a desechar el boceto. Quién sabe si más adelante lograré darle satisfactoria forma.
Hoy, al rayar el alba, llovía en el barrio. Despierto en la penumbra, yo esperaba —como espero cada día— que cantara el mirlo; pero solo la lluvia se oía en el silencio, puntuado su rumor —de cuando en cuando— por el crujir de la persiana acomodándose en su marco. A eso de las ocho y media ha comenzado el sordo estrépito intermitente de la obra de enfrente de mi casa. En la cama todavía, me he arropado contra el frío y seguido con Balzac: Las ilusiones perdidas.
[28-29/01/24]
ANGST
Los ataques de angustia llegan de noche —durante la noche, estando uno en la cama, no antes de acostarse— y a primera hora de la mañana, poco después de haberse uno levantado. Eso es al menos lo que a mí me ocurre. Es como si el alma estuviera desprotegida y desnuda, postrada en un lastimoso y lastimero estado de inerme vulnerabilidad completa; abierta de par a par a todos los peligros, a todos los temores, a todas las aprensiones.
De noche y a primera hora de la mañana soy heideggeriano: vivo en el Angst de la supuesta autenticidad existencial de la que hablaba el pensador teutón. A veces pienso que una vida interior algo menos intensa, pero más dulcemente despreocupada, sería preferible a la dudosa «autenticidad» con que forjan el espíritu estos crónicos episodios de turbulencia y tenebrosidad. ¡Sino místico, el mío! ¡Ah! Ça va; lo acepto. Abracemos nietzscheanamente las caras y las cruces de todas las cosas.
[31/01/24]
Primera página de una antigua traducción inglesa de Physiologie du mariage, de Balzac
CONOCERSE Y SER CONOCIDO
I
Se nos dice en una biografía de Balzac (el modesto volumen de Albert Keim y Louis Lumet) que cuando el gran escritor francés oía decir algo que le resultaba ofensivo su expresión se tornaba indiferente, neutra o altiva. Y que sufría cuando era felicitado por sus cuentos y relatos, pues con orgullo justificado deseaba ser apreciado como poeta, filósofo y pensador. No se ha reconocido lo suficiente —continúan los autores— hasta qué punto comprendía Balzac la esencia de su propio genio, cuyos primeros frutos narrativos son creaciones de corte filosófico, que van desde las más elevadas especulaciones acerca de la inteligencia humana hasta los pormenores de la organización social, material y moral de un municipio.
Balzac era sin duda un filósofo, y más que filósofo, psicólogo, de agudísima perspicacia y percepción y de brillante intelecto, al estilo de un Nietzsche en Humano, demasiado humano; y sus poderes de penetración y visión moral son verdaderamente pasmosos, al igual que su capacidad de análisis, su conocimiento de los recovecos y las simas del alma de las mujeres y los hombres y su asombrosa —y genuina— empatía. Ahora bien: donde todo ello resplandece es precisamente en sus novelas, que son en realidad ensayos históricos y psicosociales novelados, no tan remotos —salvando todas las distancias, y a pesar de la extrañeza que semejante afirmación puede en un primer momento provocar— del «ensayo narrativo» en que consiste toda la obra de Proust (del que conviene recordar, en este sentido, la admiración que sentía por Balzac).
Balzac era un poeta, un filósofo y un pensador del más alto calibre, es indiscutible; pero lo era siendo a la vez novelista nato (o lo que llaman «novelista de raza», el rótulo que tantas veces se le aplica a su homólogo español, Pío Baroja). Honoré de Balzac se conocía a sí mismo, desde luego; pero su público —sus más selectos lectores, como el propio Proust, o como el siempre entusiasta Óscar Wilde— lo conocían, de algún modo, todavía mejor.
II
Entre la idea que tiene uno mismo de sí y la idea que de uno tienen los demás existe un punto de equilibrio tan sutil como el que sirve de sujeción a un cabello que flota en el fulcro del aire, o el que hace posible enhebrar un hilo en el cuasi imposible ojo de la aguja más fina que quepa imaginar. El genio es aquel que sabe hallar ese punto, darse por enterado, y asumirlo para provecho propio y deleite de su audiencia.
[03/02/24]
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Capitulo 205
Hoje foi um dia muito estranho.
Sendo direta: a linha temporal estava se desfazendo, e as coisas pareciam estar mudando a cada minuto, igual aconteceu na minha linha temporal.
Eu tentei me manter calma, mas foi e é difícil quando tudo parece estar desmoronando ao meu redor.
Já fazia parte de nosso plano sair bem cedo dessa linha, ir pra linha distorcida do Lysandre e de lá entrar no tal portal que dava na fronteira do bunker.
Mas tudo foi mais rápido que o esperado.
O clima estava fúnebre devido aos últimos acontecimentos.
O número de mortes que vivemos nos últimos tempos extrapola qualquer outro.
O dia seria muito importante para nós, estávamos nos preparando para explorar a fronteira das linhas temporais, mas tava muito difícil simplesmente ignorar todos esses sentimentos.
Ken, Nathaniel, Nina e até mesmo o Lysandre, querendo ou não ele fez parte da nossa vida, principalmente da vida do Castiel…
Armin e eu estávamos arrumando as coisas juntos com todos, tudo que fosse necessário, não sabíamos o que iria acontecer nem quanto tempo demoraríamos pra conseguir alcançar nossos objetivos.
"Você acha que estamos prontos para isso, Boreal?" Armin pergunta enquanto olha para mim.
"Claro que sim, Armin. Você se esqueceu que estamos trabalhando nisso há meses? Além do mais, não é como se tivéssemos outra opção." Eu respondo com um sorriso.
"Eu sei, eu sei. É só que... É muita coisa para lidar, sabe? Eu não quero que nada dê errado, não de novo… Tô cansado de tentar e nos frustrar.", Armin diz, parecendo preocupado.
"Eu entendo, mas precisamos confiar em nós mesmos. Além disso, estamos fazendo isso juntos", eu digo tentando tranquilizá-lo, mesmo que eu não acredite completamente nas minhas próprias palavras.
Armin assente e sorri de volta para mim. Ele sabe que eu tenho razão.
Nós terminamos de preparar nossas mochilas e eu decidi checar a comida que íamos levar na cozinha com a Melody e a Violette. Armin foi ver o Daniel e a Peggy no outro comodo.
Eu abri a geladeira e comecei a retirar os alimentos.
"Isso é tudo que vamos levar?" Eu pergunto para Melody.
"Sim, é o suficiente. Nós não vamos ficar lá por muito tempo, então não precisamos de muita comida", Melody responde.
“Espero que esteja certa quanto a ficarmos pouco tempo…” eu disse.
“Armin não vai nos deixar passar necessidade por lá.” Violette falou sorrindo gentilmente pra mim.
Eu concordo e começo a embalar os alimentos em sacolas plásticas.
Enquanto fazia isso, percebi que a minha mente começou a divagar.
Eu me lembro claramente do tempo em que eu era apenas uma estudante, sem me preocupar com as linhas do tempo ou viagens no tempo.
Eu sinto saudades da minha vida anterior, mas sei que não posso voltar atrás…
Mesmo que a gente arrume tudo, essa memorias estarão aqui pra sempre.
"Você está bem, Boreal?" Melody pergunta, trazendo-me de volta ao presente.
"Sim, estou bem. Só estava pensando em algumas coisas. Como ser uma estudante comum era legal e eu não dava o devido valor…", eu respondo.
"Eu entendo. Eu também sinto saudades da nossa vida anterior às vezes, mas precisamos focar no presente", Violette disse.
Eu assinto e termino de embalar a comida. Nós estávamos prontos para partir.
Eu chequei o relógio e percebi que ainda temos tempo antes de Armin do passado vir nos buscar, ele foi verificar a outra linha antes de nos levar, pra assegurar que estava tudo bem.
Decidi me sentar do lado de fora e respirar um pouco do ar puro antes de ir.
Vi a Priya brincando com o Ariel, que agora sabemos ser o Lysandre pequeno de outra linha temporal e não parei de pensar a respeito disso.
Enquanto eu observava a cena, minha mente viajou para as possibilidades e implicações de existir outras linhas temporais. Será que em alguma delas eu poderia ter feito escolhas diferentes? Será que em alguma delas eu seria uma pessoa completamente diferente?
Minha mente estava vagando novamente.
Eu pensei em Ken e em como ele era gentil e corajoso.
Eu me sinto triste por ele ter morrido tão jovem.
Eu me pergunto o que teria acontecido se ele ainda estivesse vivo.
De repente, senti alguém se aproximar de mim e me virei para ver quem era. Era a Priya, que havia notado minha expressão pensativa e curiosa.
"O que está pensando?" ela perguntou, sentando-se ao meu lado.
"Estou pensando em todas as possibilidades que existem em outras linhas temporais. Imagina se em alguma delas eu fosse uma pessoa completamente diferente? E se nada disso tivesse acontecido devido às escolhas dessa outra versão minha.", respondi.
"Acho que em todas as linhas temporais você seria sempre você mesma, com sua personalidade e suas escolhas únicas. Só olhar pro Armin e Daniel. Eles são diferentes, mas no fim são a mesma pessoa em todas suas escolhas e afins. Mas é interessante pensar nas possibilidades, não é?", disse Priya sorrindo.
Ela tinha um ponto…
Concordei com ela e voltamos a observar Ariel/Lysandre brincando alegremente.
Será que poderíamos mudar a vida do Lysandre mudando a criação do Ariel?
Enquanto continuávamos a conversar, senti uma sensação estranha, como se algo estivesse mudando ao meu redor.
Olhei ao redor e percebi que tudo parecia diferente, mas sendo sincera, mesmo com memória fotográfica, eu não sabia dizer o que mudou exatamente.
Então, olhei para Priya e percebi que ela estava usando roupas diferentes e seu cabelo estava mais curto. "O que está acontecendo?", perguntei, confusa esfregando o olho.
“Que foi Boreal?” ela perguntava confusa.
“Seu cabelo e suas roupas estavam diferentes agora mesmo…” aquilo não era bom, eu vivi isso já, mais de uma vez.
“Eu não sei do que você tá falando Boreal.” Priya sorria sem jeito.
Me levantei imediatamente e corri até o Armin, eu precisava avisar pra ele o que estava acontecendo.
Da última vez que isso aconteceu, nossa linha se desfez.
Armin estava conversando com Daniel quando cheguei até eles.
"Armin, algo estranho está acontecendo novamente. Eu acabei de perceber que as coisas estão mudando, como na última vez", eu disse, tentando controlar a minha respiração acelerada.
Armin franziu a testa, parecendo preocupado. "O que você quer dizer com 'as coisas estão mudando'? Você tem certeza de que não está apenas confusa?", ele perguntou cautelosamente.
"Não, eu tenho certeza. Eu vi a Priya com roupas diferentes e o cabelo mais curto, mas ela disse que não havia mudado nada", expliquei.
Daniel olhou para mim com uma expressão preocupada. "Você está dizendo que estamos em perigo?", ele perguntou, verdade, ele nunca viveu isso.
Eu balancei a cabeça. "Não tenho certeza. Mas sei que precisamos ficar atentos. A última vez que isso aconteceu, nossa linha temporal se desfez e tudo mudou", respondi.
Armin concordou. "Ok, vamos ficar atentos e verificar se há algo de errado. Se algo mudou, precisamos descobrir o que é. Por hora, temos que sobreviver até o Armin do passado vir nos buscar.", ele disse, assumindo uma postura firme e decidida.
Eu me senti um pouco melhor sabendo que estávamos todos juntos nisso, mas preocupada, pois estamos cada vez mais sem dimensões e tempos para ir.
Mas ainda assim, eu sabia que tínhamos uma longa jornada pela frente.
Me sentei do lado dos dois e fiquei assistindo eles arrumando as coisas enquanto pensava a respeito de tudo.
Foi quando Thomas entrou correndo, com uma cara apreensiva.
Ele estava nos fundos da casa com o Nathaniel e a Ambre arrumando algo.
Thomas nos avisou que notou que o fundo da casa desapareceu. Isso me deixou preocupada.
"Então, o que precisamos fazer antes de partirmos?", perguntou Thomas apreensivo.
"Antes de qualquer coisa, precisamos encontrar um lugar com sinal para enviar uma mensagem para o Armin do passado", disse Alexy do passado que entrava na sala.
"Eu já tentei várias vezes, mas a comunicação está falhando", acrescentou.
"Será que é algo com a máquina dimensional dele? Ela tinha quebrado…", perguntei.
"Não acredito que seja", respondeu Armin.
"Acho que o problema é só o sinal mesmo. Precisamos encontrar um lugar com boa cobertura para conseguir enviar a mensagem."
"Ok, então vamos procurar um lugar", disse Nathaniel.
Começamos a procurar um lugar com sinal.
Andamos pela floresta inteira, mas não encontramos nada.
Estávamos começando a ficar preocupados. Não teríamos como partir sem o Armin do passado iria nos resgatar, e se a linha estivesse se desfazendo mesmo, ferrou, nossa existencia apagaria.
"Eu não acredito que não estamos conseguindo encontrar um lugar com sinal", disse Armin, frustrado.
"Não desista agora, Armin", disse Alexy claramente preocupado. "Vamos continuar procurando."
Finalmente, encontramos um local com sinal. Ficamos tão felizes que quase começamos a gritar.
"Eu não estou conseguindo enviar nada", disse Alexy, parecendo preocupado.
"O que será que está acontecendo?"
"Eu não sei", respondi.
"Mas temos que continuar tentando. Não podemos deixar que essa quebras de linha nos pegue." Armin parecia nervoso, e estava andando de um lado para o outro enquanto observava as árvores ao redor.
"Vocês têm alguma ideia do que pode estar acontecendo? Por que não estamos conseguindo contato com o Armin do passado?" Thomas falava apreensivo.
"Eu não faço ideia", disse eu, suspirando.
"Talvez haja interferência em algum lugar." Armin cogitou.
"Mas onde? E como vamos encontrar isso?" Alexy perguntou ao Armin, parecendo frustrado.
"Eu não sei", Armin disse, mais uma vez.
"Mas temos que continuar tentando. Não podemos desistir agora." Assim, continuamos tentando enviar mensagens para o Armin do passado, mas o sinal estava completamente instável. Comecei a ficar cada vez mais preocupada.
E se estivéssemos presos nesse tempo para sempre? E se nunca pudéssemos voltar para o nosso próprio tempo?
Então a mensagem foi finalmente enviada.
Todos respiravam apreensivos, poderia parecer que foi enviado, mas não ter ido.
Enviar a mensagem não foi fácil, e esperar uma resposta estava deixando todos nós nervosos.
De repente, ouvimos um barulho estranho vindo da floresta. Era um som como de galhos quebrando e de algo se movendo rapidamente. Olhei para Armin, Thomas e Alexy, e eles pareciam tão assustados quanto eu. "O que foi isso?" perguntou Alexy, olhando ao redor.
"Eu não sei", respondi.
"Mas acho que é melhor nos prepararmos para o pior." Assim, nos juntamos e começamos a nos preparar para o que quer que fosse que estivesse vindo em nossa direção. De repente, ouvimos um grito, e vimos um homem correndo em nossa direção. Era Kentin. SIM O KENTIN!
"Kentin!" gritou Armin, eu fui correndo para abraçá-lo.
"O que você está fazendo aqui? Como está vivo?!?" Alexy gritava.
"Eu estou procurando por vocês", disse Kentin, parecendo preocupado.
"Eu tenho más notícias."
"Más notícias?" perguntou Alexy.
"O que quer dizer?"
"Eu acabei de descobrir que o Lysandre sabe onde vocês estão", disse Kentin.
"Ele está a caminho para capturá-los." Todos nós olhamos uns para os outros, com medo do que isso significava e muito confusos. Castiel matou o Lysandre exatamente porque ele descobriu onde estávamos, o que estava acontecendo?
Estávamos encurralados, sem sinal, sem Armin do passado, e agora com o Lysandre a caminho? Nada fazia sentido.
"O que vamos fazer agora?" perguntou Armin, parecendo desesperado.
"Eu não sei", disse eu, sentindo-me impotente.
Nós corremos todos desesperados pra casa pra avisar a todos o que estava acontecendo.
Logo de cara vimos Priya com Ariel.
“Priya! Ken avisou pra gente que o Lysandre está vindo!” eu gritava.
Priya nos olhava confusa.
”Ken? Lysandre? Do que esta falando? Eles estão mortos.” Priya dizia.
“Não, o Ken está com a gente e” no que fui apontar pro Ken notei que ele desapareceu.
“As inconsistências estão maiores… Acho que temos pouco tempo nessa linha Boreal. O Armin precisa nos resgatar logo!” Nathaniel dizia se aproximando vindo de dentro da casa.
O tempo estava se esgotando e o medo tomava conta de todos nós.
Eu não conseguia entender o que estava acontecendo, mas algo estava definitivamente errado.
De repente, ouvimos um estrondo alto e uma luz cegante encheu o céu. Olhei para cima e vi um pequeno portal se abrindo bem acima de nós.
Era Armin! Ele tinha conseguido! "Vamos!" gritou ele, estendendo a mão para nos ajudar a subir no portal.
Atrás de nós vimos que tudo parecia estar confuso, creio que estava se desfazendo a realidade, eu via todos os nossos amigos correndo em nossa direção.
Sem hesitar, nós todos subimos e o portal se fechou atrás de nós.
Quando abrimos os olhos, estávamos de volta ao tempo distorcido que Lysandre criou.
Olhei para Armin com gratidão, incapaz de expressar em palavras o que estava sentindo. "Obrigada", consegui finalmente dizer.
"Sempre vou estar aqui para vocês", disse Armin, sorrindo.
Embora ainda houvesse muitas perguntas sem resposta, senti alívio em saber que estávamos seguros novamente, pelo menos momentaneamente.
“Agora vamos logo para a antiga casa da Boreal, não temos tempo a perder.
Ele dizia sem nos dar tempo de respirar.
“Armin, por curiosidade, onde estão nossos pais e todas aquelas pessoas que ficaram pra trás?” perguntei curiosa já que eu estava vendo as realidades se desfazerem.
Ficaram pra todas em outras realidades, eu não tenho tempo pra pensar se a realidade deles está inteira Boreal, desculpe.” ele respondia andando na frente.
Eu não queria pensar nisso, mas… era inevitável.
Sacudi meu rosto tentando tirar meus pensamentos deles e segui em frente.
Armin parecia tentar me animar, então ele chegou perto de mim com o Alexy e ambos começar a agir com empolgação enquanto caminhávamos até o portal.
"Eu não acredito que vamos conseguir explorar novas dimensões", disse Armin, animado.
"Eu estou um pouco apreensiva, para ser sincera", admiti.
"Não sabemos o que podemos encontrar do outro lado. Não acho que será fácil alcançar a original." eu falei isso encarando o Armin do futuro que estava bem lá na nossa frente.
"Não se preocupe, Boreal", disse Alexy.
"Vai dar tudo certo. Temos a máquina do tempo, maquina dimensional e estamos juntos."
"Ele tem razão", disse Nathaniel se aproximando de nós.
"Não estamos sozinhos e juntos vamos concluir isso tudo." Nathaniel sorria de forma serena.
"Você acha que vamos encontrar alguma coisa por lá?" perguntei, tentando acompanhar a sua empolgação.
"Não sei, mas espero que sim! Imagina se encontramos alguma tecnologia antiga? Seria incrível!" eu acabei rindo.
Sei quais eram suas intensões e sou grata.
Eu confesso que estou ansiosa para descobrir o que há do outro lado, mas estou ainda mais ansiosa pra que tudo isso acabe.
Armin mesmo mostrando empolgação, sei que não é 100% verdade, ele não gosta muito de sair da sua zona de conforto.
Nós finalmente chegamos ao nosso destino.
Aquele portal parecia mais assustador que o normal.
“Aqui é o começo do final.” Ambre falava se aproximando.
“Eu… to com muito medo…” eu dizia.
Era horrível pensar que em 2 anos eu vivi tanta coisa bizarra, mas é, aquilo seria o começo do fim.
Fosse de nossas vidas ou de uma solução, mas não teria mais volta.
“Antes de buscar vocês pra essa linha notei inconsistências por aqui também, então acho que devemos ir rápido. Esse portal só se abre com você próximo boreal, então espere todos passarem antes de seguir em frente.” Armin do passado dizia.
Eu respirei fundo, todos nossos amigos se olharam entre si e finalmente todos entraram no portal, por último, Armin e eu demos o passo ao portal.
Não tem mais volta.
Agora só temos que seguir em frente.
Nós estamos correndo para chegar ao bunker antes que tudo seja destruído, mas está difícil. Eu não sei se vamos conseguir.
Nesse exato momento estou escrevendo de uma pequena casinha no meio do nada, no literal.
Estamos, sim, na fronteira das linhas e dimensões.
Nossa última esperança nos aguarda.
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Lucia Núñez: una líder invaluable que se fue
La cubanoamericana se desempeñó en diferentes cargos en Madison donde pudo abordar problemáticas de los hispanos, de las mujeres rurales y las comunidades nativas americanas. En silencio, así trabajaba Lucía Núñez por las causas sociales especialmente por las de la comunidad latina y es que su herencia siempre permaneció en su ser, se enorgullecía y decía con propiedad y altivez que era cubana, además lo reforzaba con una sonrisa espontánea y contagiosa. Núñez fue educadora, activista comunitaria, lesbiana y responsable de muchos avances en Wisconsin. Aunque supo responder de distintas formas y luchó contra una enfermedad durante más de una década, hoy perdió la batalla. Su familia, amigos y la comunidad en general lamentan profundamente su muerte y agradecen con imágenes y posts en redes sociales su contribución y aporte para que las condiciones de los latinos, hispanos, mujeres rurales y las comunidades nativas americanas mejoraran. Por ejemplo, Gloria Reyes, una líder en Madison y miembro del Departamento de Servicios Humanos del Condado de Dane lamentó la noticia e indicó que, “tomamos esta foto en el nuevo edificio del Centro. Estoy muy feliz de que Lucía haya podido verla. Fue la última vez que estuve con ella, me alegro de que fuera un momento especial y siempre la recordaré de esta manera. Descanse en paz, una gran pérdida para nuestra comunidad. Oraciones para su familia”. Shiva Bidar, líder de relaciones comunitarias y diversidad también publicó en su cuenta, “gracias Lucía Núñez por enseñarnos lo que es liderar con el corazón. Un líder con una humildad y una humanidad indescriptibles cuyo legado vivirá por siempre. Lucía Núñez, llegó a Wisconsin hace más de 20 años y uno de sus primeros cargos fue el de directora ejecutiva del Centro Hispano del Condado Dane, una época donde la migración empezaba a incrementarse y en respuesta impulsó la creación de aulas más equitativas. Fue subsecretaria del Departamento de Desarrollo de la Fuerza Laboral de Wisconsin, administradora de la División de Igualdad de Derechos para el Estado de Wisconsin y fue la primera directora del Departamento de Derechos Civiles de Madison. Su lucha fue en silencio, sin alardes, con el alma y convicción. Creía y luchaba como gladiadora para abrir caminos donde pudieran transitar todos sin distingo de raza o pensamiento, defendía la igualdad y propendía para que cada miembro de las comunidades tuviera la mismas oportunidades y acceso. Como comunidad latina e hispana le debemos mucho de lo que hoy tenemos. A ella y a su contribución debemos rendirle honores y agradecerle porque directa o indirectamente nos abrió la puerta a todos. Hoy ella está en un mejor lugar y en su memoria nos queda recordarla y rendir honores replicando su legado. Gracias: Lucía Núñez. NOTA EDITORIAL: Nuestra condolencias de equipo de MIWISCONSIN para la familía de Lucia Núñez. A la hora de la publicación no tenemos más detalles sobre su entierro o cremación. Por respeto a su familia no publicaremos los detalles sobre los actos fúnebres hasta que ellos lo prefieran. Read the full article
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"Baile Fatal" by Santiago, Chile-based post-punk, deathrock, and batcave act UltraStigma off of their 2013 album Memorias fúnebres
#post punk#deathrock#batcave#alt#UltraStigma#Baile Fatal#Memorias fúnebres#music#Chilean#South American#2013#female singer#and a male singer#one of each#two singers#Santiago Chile#2010s goth#Chilean goth#Chilean deathrock#Bandcamp
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EL ÁNGEL DE LA HISTORIA
Carlos Ampuero
Inspirándose en un conjunto de textos escritos entre 1939 y 1940 por el filosofo alemán Walter Benjamin, el artista nacional Carlos Ampuero (Santiago, 1965), nos presenta en esta ocasión una serie de dibujos y pinturas en las que despliega toda su destreza para transitar de una época a otra y escabullirse sigilosamente por entre las rendijas del espacio-tiempo, articulando relatos enigmáticos anacrónicos y entrecruzados respecto de los asuntos de la memoria (personal y colectiva), el viaje, y la identidad -histórica, social, cultural política, étnica- experimentados por el artista a lo largo de su vida.
Ruinas y monumentos fúnebres parecen primar en esta nueva fase investigativa del artista: se trata de una inmersiva "estética de cementerios" a través de la cual nos comparte su necesidad de que la historia detenga por un instante su curso, que no siga avanzando, de manera de poder retenerla, retratarla y recorrerla en profundidad.
En estas nuevas pinturas se percibe una materialidad seductoramente ominosa, conformada por pequeñas manchas de colores aleatorios que se depositan como polvo sobre la superficie y que paradójicamente sugieren, por un lado, un ánimo de lenta "reconstrucción de la ruina", de lo que se perdió o quedó atrás, y por el otro, un guiño a la manera en que las tecnologías contemporáneas resuelven la configuración de una imagen.
Es así como a través de una paleta cromática sombría y una composición meticulosa, y poniendo en tensión la noción de escala (las relaciones confusas entre lo diminuto y lo gigantesco, por ejemplo), el artista nos invita a deambular por un espacio tan devastado, agrietado y abatido como reminiscente de un pasado glorioso, haciéndonos partícipes de un periplo introspectivo, sutilmente impregnado de melancolía y extrañamiento.
CRISTIAN SILVA, ABRIL DE 2024
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¿Cuánto cuesta un entierro?
En el transcurso de la vida, inevitablemente enfrentamos la pérdida de seres queridos. En esos momentos difíciles, surge la necesidad de brindar un adiós digno y respetuoso a quienes nos dejaron. Uno de los aspectos más significativos en este proceso es el costo económico asociado con el entierro, un tema que a menudo se aborda con reticencia pero que merece ser comprendido en profundidad.
Tarifas y servicios funerarios de un entierro
En España, el costo de un entierro sin seguro de decesos puede variar significativamente según diversos factores. Las tarifas y servicios funerarios son una parte esencial de este proceso. Las empresas funerarias ofrecen una amplia gama de servicios, desde la preparación y el traslado del cuerpo hasta la elección del ataúd y la ceremonia fúnebre. Además, se deben considerar los costos del sepelio, incluyendo la adquisición de una parcela en el cementerio y la lápida conmemorativa.
En términos generales, el costo de un funeral en España puede oscilar entre los 3.000 y 10.000 euros, dependiendo de las elecciones realizadas por la familia. Las ceremonias más elaboradas y los servicios adicionales pueden aumentar significativamente los gastos, mientras que opciones más sencillas pueden reducirlos.
Gastos adicionales al entierro
Un aspecto a menudo pasado por alto son los gastos asociados con el cementerio. La adquisición de una parcela en un cementerio implica un costo adicional, y este varía según la ubicación y la demanda en la región. Algunas familias optan por entierros en nichos o columbarios, opciones que también tienen sus propios costos.
Además, la documentación relacionada con el fallecimiento, como el certificado de defunción y la gestión de trámites legales, también puede añadirse a la factura. Los familiares deben tener en cuenta estos detalles administrativos, ya que forman parte integral del proceso.
¿Cómo afecta el entierro al duelo?
Más allá de las cifras económicas, el costo de un entierro en España involucra aspectos emocionales significativos. El proceso de despedida es crucial para el duelo y la aceptación de la pérdida. La elección de servicios funerarios y la participación en la planificación de la ceremonia permiten a los familiares expresar su afecto y honrar la memoria del ser querido.
La cultura española valora la importancia de las ceremonias fúnebres como un acto de respeto hacia el difunto y como una oportunidad para que la comunidad ofrezca consuelo a los dolientes. La elección de rituales y tradiciones también influye en el costo total, ya que algunos servicios pueden tener un significado cultural profundo. El entierro, con sus rituales y simbolismos, influye profundamente en el proceso de duelo. Aunque representa la despedida física, el duelo es un viaje continuo que requiere tiempo, paciencia y apoyo. La importancia de reconocer y abordar las emociones asociadas con la pérdida no solo durante el entierro, sino también en las etapas posteriores, es esencial para permitir la adaptación y la curación gradual. En última instancia, el entierro es una parte integral del duelo, pero el camino hacia la paz interior y la aceptación sigue siendo único para cada individuo.
El costo de un entierro en España es una preocupación válida que abarca tanto aspectos económicos como emocionales. En un momento tan difícil, es crucial encontrar un equilibrio entre honrar la memoria del ser querido y gestionar de manera responsable los recursos disponibles. Por ello, contar con una compañía seguro de decesos será una excelente opción para poder afrontar estos costes y olvidarte de ese problema en ese momento complicado que estás viviendo.
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EPITAFIO Según los versos de Enrique III.
Oh viandante, Jacinto aquí reposa, que fue señor de Maugiron en vida, muerto —¡Dios lo perdone y tenga en guarda!— quedó en el campo, en tierra santa yace.
Nadie llevó mejor —ni Quelus— gorra de plumas con su aljófar, o gorguera; mira también, de nuevo Mirón obra, en este mármol fúnebre un jacinto.
Tras besarlo, atusarlo, y con sus manos ensabanarlo, quiso Enrique el bello cuerpo llevar a San Germán, inerte;
y celoso que el duelo fuera eterno le hizo erigir en la iglesia este emblema, dulce memoria del pesar de Apolo.
*
ÉPITAPHE Suivant les vers de Henry III .
Ô passant , c'est ici que repose Hyacinthe Qui fut de son vivant seigneur de Maugiron ; Il est mort — Dieu l’absolve et l’ait en son giron ! — Tombé sur le terrain, il gît en terre sainte.
Nul, ni même Quélus, n'a mieux , de perles ceinte, Porté la toque à plume ou la fraise à godron ; Aussi vois-tu, sculpt�� par un nouveau Myron , Dans ce marbre funèbre un rameau de jacinthe.
Après l'avoir baisé , fait tondre , et de sa main Mis au linceul , Henry voulut qu'à Saint-Germain Fût porté ce beau corps , hélas ! inerte et blême ;
Et jaloux qu'un tel deuil dure éternellement , Il lui fit en l'église ériger cet emblème , Des regrets d'Apollo triste et doux monument.
José-Maria de Heredia
di-versión©ochoislas
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🔴ASI REVELA Prima de Alejandra Villafañe la Verdad sobre la causa de mue..
.El mundo de la televisión colombiana está sumido en la tristeza tras la repentina partida de la deslumbrante actriz Alejandra Villafañe. La noticia impactante comenzó a circular el pasado sábado, pasadas las 3 p.m., dejando a la mayoría en un estado de incredulidad insondable. A sus 34 años, Alejandra Villafañe enfrentó con valentía un diagnóstico de cáncer hace algunos meses. A pesar de la noticia inesperada, la actriz nunca permitió que la enfermedad apagara su característica sonrisa, siendo un faro de esperanza incluso en los momentos más desafiantes. Pero, ¿cuál era el legado que Alejandra Villafañe aspiraba a dejar para ser inolvidable?En un conmovedor video dedicado a sus seres queridos, a quienes agradeció por su apoyo durante su lucha contra la enfermedad, Villafañe expresó: "Este video es un homenaje a la familia que siempre está, a los amigos que llegaron y a los que se convirtieron en familia gracias a un amor que es para toda la vida. Gracias por compartir este momento tan íntimo con tanto respeto".Este miércoles, a partir de las 9 a.m., se llevará a cabo un sentido homenaje en memoria de Villafañe en la funeraria de Capillas de la Fe, en el sur de Cali, la ciudad que vio crecer a esta actriz y psicóloga que conquistó miles de corazones en el país. En las horas previas a las honras fúnebres, amigos y familiares comparten la visión de cómo Alejandra Villafañe deseaba ser recordada, una visión que, en sus propias palabras, es la siguiente.En conversaciones con varios de sus seres queridos, Alejandra Villafañe dejaba claro que siempre deseaba ser recordada con una sonrisa. Amigas que compartieron momentos difíciles con ella destacan su increíble energía y consideran que el mejor homenaje que podrían rendirle es continuar celebrando la vida. En las redes sociales de sus seres queridos, han circulado mensajes que ella misma compartía al respecto. "Así quiero que me recuerdes, sonriendo sinceramente, sonriendo de felicidad...", escribía en medio del dolor por la pérdida de uno de sus familiares.
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Arte y literatura : "Versos de la noche profunda: Rapsodia poética por Melissa Méndez, DF México"
Alguien me dijo
que los ángeles estaban cantando;
sentí todo más pesado de lo usual,
como si la muerte
pasara a darme su mano...
Siempre tratando de sujetarme
en un estado de tibieza,
en una atmósfera de estrellas,
tan solo para no romperme de nuevo...
II
Los momentos de la noche
me suscriben a tu alma
con la frecuencia
del silencio.
Exhalo el aliento de tu sueño,
de la sombra,
de tus alas.
Sigues perseverando en nuestro refugio,
en los planos ocultos de mi alma.
III
En este cielo de agonía,
te alejas con dulces esperanzas
hacia un porvenir de oscuridad,
al que le abro los brazos;
me abriga una tumba,
una memoria,
y un suspiro quebrado me convierte
en un ente sin manos.
Hoy quemo mi velo blanco de serafín,
me enredo en los lazos de la condena
donde un cáliz de hiel brota por mis labios
obligándome a arrancar mi corazón en pedazos.
Me ofrezco a este jardín fúnebre
y a los pedazos les doy sepultura.
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