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#María Dergarabedian
dergarabedian · 6 years
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Un día como hoy, 21 de febrero, pero en 1991 nació María, mi primera hija, quien falleció en 2008. Uno de sus lugares preferidos era una playa en la península Manzano, cerca de la ciudad neuquina de Villa La Angostura, en la Patagonia andina argentina.
En 1998 compré por 90 años el uso de una semana al año de un departamento en Bahía Manzano Resort, un centro turístico a orillas del lago Nahuel Huapi.
Desde ese año voy con mi familia para gozar de la creación de Dios. Nos hospedamos habitualmente entre octubre y noviembre, para descansar bien antes del último envión laboral del año.
Esta playa, ubicada sobre la bahía Mansa, que separa la península Manzano de la península de Quetrihué, famosa por el parque nacional Arrayanes, es especial por algunas características: tiene cierto reparo de los vientos de la cordillera de los Andes, una fina arena volcánica y gran parte del día es iluminada por el sol, hasta que se oculta detrás de las montañas que separan la Argentina y Chile.
Desde este lugar se aprecian hermosos atardeceres y el paso de las aves, y se escucha sólo el ruido de las olas tranquilas del Nahuel Huapi y del viento en los altos árboles.
Visité esta playa el 15 de octubre de 2018 (las fotografías al final de la nota fueron tomadas ese día).
Como hago después de la partida de María, cuando camino por la arena resuena en mi cabeza una agridulce y nostálgica canción de Tom Jobim, interpretada por Ryuichi Sakamoto, Jaques Morelenbaum y Paula Morelenbaum.
La canción forma parte del disco “Casa” que me acompañó en el primer año de trabajo de duelo posterior a la partida de María, y musicaliza el siguiente video casero que hice con fotos de ella en su último año de vida en playas atlánticas y fluvilas en la provincia de Río Negro y el norte del Gran Buenos Aires, con primos y amigos:
youtube
Como siempre hago cuando voy a esta playa escondida, entono, con nostalgia y esperanza de un reencuentro con María cuando Dios lo disponga, los versos de Jobim:
As praias desertas continuam Esperando por nós dois A este encontro eu não posso faltar
Recuerdos de María en una playa escondida en Villa La Angostura Un día como hoy, 21 de febrero, pero en 1991 nació María, mi primera hija, quien falleció en 2008.
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claudioiglesias · 3 years
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Es difícil entender de quién estamos hablando
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En 2017 escribí un texto sobre Marcelo Alzetta que después quedó dando vueltas. En 2018 me regaló un cuadro, debe ser el mejor regalo que me hicieron. Lo vi pocas veces, en esa ocasión comimos pizza. Hablábamos por chat, pero el último tiempo no tanto. Cuando me enteré de su muerte me sentí culpable y abandonado. Sabía que en 2020 la había pasado un poco mal. Me hubiera gustado contarle un chiste sobre Justin Bieber y la pandemia:
El chiste es que un noticiero anuncia con una placa enorme que Justin Bieber vuelve a las giras después del fin de la cuarentena. Otro texto en una letra más chica desarrolla la noticia: “pasó lo peor”.
Alzetta va a ser cada vez más importante. El diría que lo mejor todavía no pasó.
No importa la época. Primeros apuntes sobre Marcelo Alzetta.
Texto de catálogo para la muestra de Marcelo Alzetta en galería Walden, Buenos Aires septiembre de 2017.
Una estrella lejana titila raro, irregular en sus pulsos, y así confunde los instrumentos de medición. Claro que lo hace a conciencia, ¿quién va a pretender medir el arte? Marcelo Alzetta es el artista para encontrar provindencialmente, como él mismo encontró todo: amigos, ideas, sensaciones. Si se aguza la vista, se lo ve brillar con nitidez en el cielo del arte argentino de los últimos quince años, moviéndose dentro del complejo de soluciones y sabias torpezas que va del Rojas de Londaibere a la progenie hirsuta de Belleza y felicidad: sus piezas de comienzos de los 2000 todavía están marcadas por la rugosidad expletiva y los personajes queribles de la historieta argentina de fines del siglo XX; su muestra en Tu Rito del año 2010, con su psicodelia apenas visible (el espacio carecía de una fuente confiable de luz eléctrica) lo devolvió a los mayores escenarios de una corriente artística minoritaria y amiguera, ya madura; su más reciente exposición individual en Agatha Costure, en 2016, nos lo presentaba como un sereno pintor de bodegones que también fuera en sus ratos libres especialista en sintetizadores de la Guerra Fría. Cuadros suyos hay en la librería de Francisco Garamona, La Internacional Argentina, en la colección de Gustavo Bruzzone y en casas de artistas como Javier Barilaro, Fernanda Laguna, Miguel Harte, I Acevedo y tantos otros. Todo esto para el despistado o la despistada.
Alzetta nació en Tandil en 1977. En 1996 se instaló en Buenos Aires (“terminé la secundaria y rajé”, comenta). Fue cartero, cocinero en una casa de empanadas y también ejerció el oficio diurno de pintores como Ana Sokol, Anabella Papa y Juan Grela G.: peluquero. Incluso antes de instalarse en Buenos Aires, el jovencísimo Alzetta era un asiduo de la ciudad: solía venirse los fines de semana a hacer taller de historieta con Alberto Breccia de muy chico. Su primer alojamiento porteño, ya como residente, fue el caserón de Carlos Calvo y Boedo donde tenía sede El Tripero, el grupo-revista de historietas que Alzetta fundó junto a Frank Vega, Delius, Sandra Lavandeira, Esteban García, entre otrxs muchxs futurxs protagonistas de la ficción gráfica. Al grupo se sumaron luego artistas como Mariano Grassi y el -entonces todavía no- aclamado documentalista Julián D'Angiolillo, con quien Alzetta colaboró en varias ocasiones: una de las interacciones más particulares del arte local de este siglo.
En el año 2000, sobre la vara que puso Alfredo Londaibere, Alzetta participó en una exhibición en el Centro Cultural Rojas con el Búlgaro Freisztav, Marta Cali y María Fernanda Aldana (integrante del conjunto musical El Otro Yo). Fue una muestra legendaria y equívoca. El incipiente siglo artístico se perfilaba con entusiasmo. La consigna osada: el futuro es de los artistas que se dedican a otra disciplina. Alzetta por aquella época trabajaba de telemarketer, tarea de la que lo rescataron sus amigos.
Porque hablar de Alzetta es hablar de ellxs, los amigos: él brilla cuando lo iluminan sus colegas; y cuando algún obstáculo les hace sombra, vuelve a su mutismo productivo. Es el objeto de deseo, el artista que los artistas aman y que se deja amar. Los amigos para Alzetta son el oxígeno, el pan y el centro neuronal del equilibrio. Aunque sus cuadros parezcan solitarios a veces, es un artista de la colaboración. Y es así no por afán de socializar sino por su sinceridad, su búsqueda de la cascada emocional primitiva. ¿Las ideas y los sentimientos humanos más intensos y límbicos no son formas de colaboración en sí mismos? Al confesar la pena o la pobreza, al conjeturar la gracia rara de un perro de ojos maquillados Alzetta se mantiene atento a las personas, a su belleza, a sus tristezas. Algunas órdenes contemplativas enclaustradas bregan con la tarea de expiar pecados ajenos, cometidos lejos de los monasterios; sus miembros son como antenas del extravío y el dolor. El artista, retirado en los confines de un variopinto espacio mental, está a la distancia de un beso de quienes sufren y ríen.
*
Un día estaban mirando la tele con Marcelo Pombo y vieron algo distinto en la pantalla: Reynolds. La banda que formaban Roberto Conlazo, Alan Courtis y Christian Dergarabedian. Poco después, un amigo de Alzetta se entera, recorriendo un festival en el Parque Centenario, de que Conlazo daba un taller de música experimental en la sede de Puan de la FFyL. Y así empezó una amistad. Alzetta y Conlazo comenzaron a trabajar juntos. “Rob tira una idea, Frank (Vega) dibuja y yo después la pinto”. Con él también hizo cuadros en colaboración para la muestra en Tu Rito, organizada por Victoria Colmegna y el mismo Conlazo. Pero volvamos al Parque Centenario. O su pariente, el Rivadavia, ambos enlazados en el cuerpo astral de la ciudad por el Boulevard Campichuelo (D'Angiolillo es mi informante en el tema): son esos parques y sus ferias, reuniones y esparcimientos típicos los focos de una cultura avanzada y popular, escuelas de novedades musicales y vicios literarios ultramarinos (en la forma del samizdat y la reproducción ilícita) a los que Alzetta dedica un homenaje. Los que no se pueden comprar el CD se compran el cassette. Barbas, anteojos de sol, dinosaurios de la Gestapo y conejos de chocolate: a eso se dedicaban Alzetta y compañía.
“Olor a peinado o a cortes de pelo…” ¿Quién puede ver una mano transparente que se enfrenta con el atardecer? O un mocasín orlado de rayos y utilizado como vaso para cepillo de dientes, sobre un arcoiris. O el tigre con cuerpo y patas de mesa de jardín, bajo la luna roja. Leonor Vassena puede. Sokol también. O Gumier Maier (habitué de la peluquería de doña Sokol). Alzetta se mete en el póker de un surrealismo ingenuo y localista que avanza a contramano de la educación y el cálculo.
En Buenos Aires, en los noventa, Alzetta frecuentaba los boliches más coquetos del centro (“lugares muy anti pueblo”, admite) y al mismo tiempo se iniciaba en los arcanos de la vanguardia popular con uno de los cascabeles sueltos del momento: Pablo Suárez. Suárez conversa con el adolescente Alzetta, reprueba algunos de sus intentos y así lo induce a cristalizar en la adolescencia, a puro empujón y refunfuño. Alzetta muestra en Belleza y felicidad en 2000, antes del Rojas, y Suárez le compra una obra. Es la pintura de un ser bicéfalo y alegre en bicicleta: medio payaso de película de terror, medio tapa de LP bizarro de banda efímera. La muestra se titulaba Sentimientos y la integraban, además de Alzetta, Gumier Maier, Fabiana Imola, Fernanda Laguna, Sergio De Loof y Pombo. A este muchacho tímido, retraído de tan extrañas que eran sus ideas, le tocó empezar entre nombres que proyectaban sombras amenazantes a su alrededor.
Con Suárez lo había enchufado Dipi, su gran amigo de la temprana edad. En las charlas en el café Golden, en el centro de Tandil, Dipi entretenía multitudes de ocasión y cuando estaban solos le relataba a Alzetta obras como el Niño Bazooka de Suárez, ese memorial al triunfo gay sobre las huestes indecisas de toda cultura artística heterosexual. Era bueno el relato de Dipi, y muy buenas las obras de Suárez, porque Alzetta se encendía al escucharlo. Y algo tiene él también de ese chicle rosa (que según la anécdota Suárez hacía masticar a sus amigos antes de dárselo al personaje de la escultura): es un chicle inagotable que otros artistas mastican sin cansarse. El chicle de la inspiración: la goma de mascar de Dios, diría un rapero.
*
Quien se acerque a husmearlas, olerlas y tomarles el pulso verá que en las obras de Alzetta todo es maquillaje, rubor y disfraz; las criaturas más triviales y próximas se transfiguran; los duendes se visten para salir. Quienes beben ginebra en un parador rutero de repente caen bajo el influjo de la magia, a través de un acorde de cumbia o del chiste depravado que cuenta en voz alta un parroquiano ultimado. No hay justicia tal vez, pero hay milagro. Las cosas se deforman desde adentro, movidas por un sentimiento rítmico. Aunque sumergirse en la obra de Alzetta requiere un talento indefinible y escaso, no se sabe con certeza cuáles son las capacidades que despiertan sus elucubraciones. Por ejemplo: ¿se puede enseñar a oler un peinado? ¿qué hace el que no puede alegrarse con la sonrisa del chicle gigante en la gruta? A ese lo está esperando un gatito con corbata y un fondo rosa. Para que nadie se sienta excluido.
Esta psicodelia folclórica tiene fuentes dispares, inextricables unas y otras inmediatas. Están los ingenuos 1960 que recopilaban Mujica Láinez, Vassena y compañía en la galería El Taller de la calle 25 de Mayo. Está Gandolfo también, y Malincónico. Está el surrealismo bonaerense (la última coalición avanzada de nuestra vida cultural) y el arte del Rojas, que Alzetta conoció de muy chico. Pero hay mucho más. El personaje es galáctico, fáustico en sus caprichos; no cuesta nada ir hasta Friedrich ni Odilon Redon, hasta los visionarios californianos o los simbolistas rusos. Sin embargo, Alzetta hace de la nacionalidad un asunto de importancia. “Me reconozco en la tradición pictórica nacional. En general, no importa la época.” Ya señalé la última frase: no importa la época. La clave de un anacronismo vivo y abarcativo.
Witz tandilense Cuando no importa la época el arte se abandona plácidamente al cosmos, a lo entero. Psicodélico y surrealista por afuera, Alzetta es un universalista de corazón. “Un estilo naïf pero no tanto”, dice. Aunque naïf, surrealista, psicodélico, son etiquetas quietas si no las toca una varita imponderable. En Alzetta esa varita es la romántica exaltación de la obra de arte como universalidad en movimiento, océano de sensaciones y sentimientos. Es la idea de que un cuadro es también baile, música o novela; una idea alemana de fines del siglo XVIII que rejuveneció en las sierras bonaerenses.
Según esta idea, las distintas esferas del arte se conocen e integran en el plano invisible del sentimiento, el humor, el Witz. Cristo en la TV dentro de un ojo es una canción. La sombra de los pinos en la cabeza transparente de un alienígena es un acabado número de circo. La tierra de Alzetta no es Tandil ni mucho menos Argentina: es un secreto que se cierra a los ojos y se abre al corazón inquieto. El pintor nacional es un cosmopolita tapado. Su obra viaja de la miseria a la epifanía y de la sonrisa al sonido, una y otra vez. Y así se difunde y se mezcla con la vida, hasta ser invisible otra vez. Empieza un cuento de Daniil Kharms (Cuaderno azul, nr. 2):
Había una vez un pelirrojo que no tenía ojos ni oídos. No tenía pelo tampoco, por eso lo de pelirrojo es un decir. No podía hablar, porque no tenía boca. No tenía nariz. Ni siquiera brazos o piernas, ni estómago, espalda, espina dorsal, o cualquier clase de vísceras. No tenía nada, así que es difícil entender de quién estamos hablando.
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dergarabedian · 6 years
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Te recuerdo María, 10 años después
Te recuerdo María, 10 años después
Desde hace una década el mes de octubre, sinónimo de primavera en Buenos Aires, mi ciudad, equivale a un valle de sombras y luces en mi vida.
El 2 de octubre cumple años Agustina, mi segunda hija. El 8 de octubre también cumple años Cristina, mi esposa. El tercer domingo de este mes se celebra el día de la madre en la Argentina.
Pero en medio de esas fechas está el aniversario de la muerte de…
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dergarabedian · 4 years
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Pedido de oración por Ludmila, Isabella, Luis y Marcela
Pedido de oración por Ludmila, Isabella, Luis y Marcela
Te comparto un pedido de oración urgente, que se prolongará por un tiempo: este 7 de enero de 2021 falleció Juan Di Filippo (en la foto superior), esposo de Ludmila Heinzmann, padre de Isabella (en la foto), y uno de los siete hijos de mis amigos Luis María Di Filippo y Marcela Granado. Mi pedido de oración es por ellos. Continue reading
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dergarabedian · 4 years
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11 años después, Radiohead vuelve a sonar en Buenos Aires
11 años después, Radiohead vuelve a sonar en Buenos Aires
Este 23 de abril de 2020 a las 18.00, hora argentina, volverá a sonar Radiohead, una de mis bandas preferidas, en Buenos Aires. En realidad el grupo que encabeza Thom Yorke emitirá desde esa hora en su canal en YouTube su primer recital en la Argentina, en el Club Ciudad de Buenos Aires, el 24 de marzo de 2009.
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dergarabedian · 5 years
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Usted preguntará por qué votamos
Usted preguntará por qué votamos
Voto en forma ininterrumpida en mi país natal, la Argentina, desde 1983, cuando la democracia desplazó a la última dictadura cívico-militar, la más siniestra de toda la historia y durante la cual transcurrió mi adolescencia.
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dergarabedian · 6 years
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Las plazas y parques en el partido de Vicente López, en el norte del Gran Buenos Aires, son raras avis: escasean a tal punto que es el distrito con menor cantidad de espacios verdes públicos de Buenos Aires.
Uno de las escasísimas plazas es la que honra con su nombre al autor de la letra del himno nacional argentino, y que denomina al partido.
La plaza cumple sólo uno de los paradigmas de toda plaza principal de una ciudad argentina: tiene un templo de la Iglesia Católica Apostólica Romana, pero no tiene la sede del Gobierno, apenas una oficina cultural del municipio.
Una media manzana de esta plaza fue donado por Hernán Wineberg (una de las calles que la bordea lleva su nombre), la otra media manzana fue comprada a la familia Pelliza (sí, adivinaste, una calle cercana a la plaza lleva ese apellido) por el municipio.
Este espacio verde, inaugurado en 1923, tiene un monumento dehomenaje a los soldados caídos en la guerra por las islas Malvinas, otro monumento a la Policía bonaerense, un ancla donada por la Prefectura Naval Argentina y el monumento central a Vicente López.
Colocada en 1922, esta obra es del escultor Claudio Sampere, realizada en bronce y construida en la ciudad bonaerense de Zárate.
En la plaza hay una calesita solidaria con el colegio de personas discapacitadas, cuyo primer dueño fue un médico que tenía un hijo de capacidades especiales y la hacía funcionar a mano.
Mis hijas María y Agustina disfrutaron de las vueltas en esa calesita y de sacar la sortija.
El principal atractivo de la plaza está enfrente de ella: es la parroquia Jesús en el huerto de los olivos y acerca de la cual puedes leer en esta nota que publiqué en este blog.
Recorrí la plaza el 30 de julio de 2018, el día de mi cumpleaños 54, con una cámara fotográfica Sony A6500.
Era un típico día invernal, ventoso y a puro sol, que marcaba con fuerza las ramas sin hojas de los árboles, como se puede observar en la siguiente galería de fotografías.
Invierno en la plaza Vicente López y Planes, Olivos, Buenos Aires Las plazas y parques en el partido de Vicente López, en el norte del Gran Buenos Aires, son raras avis: escasean a tal punto que es el distrito con menor cantidad de espacios verdes públicos de Buenos Aires.
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dergarabedian · 7 years
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Las hojas de María María, mi primera hija, fallecida el 11 de octubre de 2008 en un accidente de tránsito, patea hojas cerca de la casa donde vivíamos en Olivos, en el norte del Gran Buenos Aires, en la fotografía superior, tomada el 17 de junio de 2008, por su amiga Lucila Haristeguy.
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dergarabedian · 3 years
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Avenida Salvador María del Carril en #VillaDevoto el 19 de diciembre de 2017 #bahíacésarpics (en Villa Devoto, Buenos Aires, Argentina) https://www.instagram.com/dergarabedian/p/CXrYhpivOm7/?utm_medium=tumblr
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dergarabedian · 4 years
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El casco histórico de Carmen de Patagones en 40 fotografías
El casco histórico de Carmen de Patagones en 40 fotografías
La ciudad de Carmen de Patagones es la más austral de la provincia de Buenos Aires. Localizada en una zona de transición entre la pampa y la Patagonia, es muy singular entre las ciudades argentinas por sus atractivos naturales, urbanos y por su casco histórico.
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dergarabedian · 11 years
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Te comparto fotografías que tomé el 16 de febrero en el cementerio Jardín de Paz con un teléfono móvil Nokia Lumia 1020 y editadas en Instagram.
En el cementerio yacen mi hija María y mi mamá, Martha. El ambiente es muy bueno para recordar, tranquilo y con mucha vegetación que varía de acuerdo a la época del año.
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Flores de verano en Jardín de Paz Te comparto fotografías que tomé el 16 de febrero en el cementerio Jardín de Paz con un teléfono móvil…
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