#Lo peor es que cuando empezó esto yo pensé que la estaba flasheando por ansiedad e inseguridad
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una amiga mía de la nada hace un par de meses decidió como que no me quería más y no me habló más y yo le tire de hacer algo algunas veces pero como que se hizo la boluda y nada. recién veo que sacó nuestras fotos e historias juntas de su instagram y nada... nuestra amistad se murió de la peor forma: en silencio.
#Lo peor es que cuando empezó esto yo pensé que la estaba flasheando por ansiedad e inseguridad#y resulta que no que la mina decidió un día a otro de querer juntarnos todo el tiempo con nuestros otros amigos y yo me puedo cagar muriendo#duele lol#duele porque tuvimos una última función de nuestra obra juntas hace unas semanas y me dijo algo que en ese momento me arruino la obra#y pensé que había sido un momento de volver a la amistad pero no. ahora lo entiendo como algo mal intencionado como lo sentí#y no sé cuando la vaya a ver porque me dan ganas de decirle che que mierda te pasa no te hagas la boluda. no soy descartable era tu amiga#yo te adoraba y me tratas así culiada#duele lpm. duele#it's me#me talks
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IX
Faltaba un mes para que cumpla dieciocho.
Me llega una solicitud de amistad de un tal Roberto en Facebook, siendo para mí un total desconocido. En mi ignorancia, acepté su solicitud y me empezó a hablar. No respondí a sus primeros intentos, pero después decidí darle una chance - sin tener en mente la idea de que llegara a mucho más -. Yo venía de un año súper difícil en el cual me sucedieron muchísimas cosas que me llevaron a tener el autoestima increíblemente baja, lo cual influyó al momento de seguirle el hilo a éste individuo y aceptar - aunque con cierto temor - una salida con él - habiendo ya conversado nuestras edades, teniendo él 23 años y siendo yo aún menor de edad -.
En ésta primer salida no hubo muchas cosas fuera de lo usual, tan solo noté en sus actitudes y expresiones que yo le estaba pareciendo una persona “tonta” - lo cual obviamente disminuyó aún más mi autoestima - y luego de acompañarme a casa quiso pasar al pasillo - vivo un en edificio de mucha antigüedad cuyo formato es similar a un PH - y trató de tener relaciones conmigo ahí mismo. Por mucho que me negara, seguía insistiendo – léase: besándome exageradamente y tratando de meterme la mano por debajo de la pollera-. Después de un buen rato desistió y se reía al decirme que jamás le había pasado y le resultaba peculiar que hubiera podido “resistirme a sus encantos”.
Y, por más estúpido que esto suene, después de esa noche… empezamos a salir - y más adelante hasta incluso nos pusimos de novios -.
A lo largo de la relación se sucedieron muchas cosas, básicamente era un vínculo que me hacía mal constantemente. Pero eso era normal ¿No? Yo era la tonta, él siempre tenía razón, tenía su derecho a enojarse conmigo constantemente ¿No es así? En fin, reprimí casi todo, pero hay cosas o sucesos particulares que aún no puedo borrar.
En primera instancia, él mandaba. Yo era como una nena estúpida para él, siempre tenía que seguirlo y hacerle caso. Me ha hecho tener salidas y fiestas con sus amistades que yo sufría muchísimo - padezco de ansiedad social, lo cual en su momento no tenía reconocido pero aún así me daba cuenta cuando ciertas situaciones me hacían mal - y que si me quejaba o decía que no quería ir me hacía sentir como la mismísima mierda porque “él solo quería que me relacione con sus amigos” y yo “tenía que poner un poco de mi parte” - todo esto, como siempre, lleno de ira y a los gritos - y obvio siempre terminábamos yendo. Me ha hecho ir al cine con su mejor amiga - la cual me detestaba sin motivo y me ignoraba por completo aunque me tuviera en frente suyo -, me ha llevado a fiestas llenas de gente muy mayor – treintañeros, cuarentones y más - y ebria en las cuales él también se ponía ebrio y me hacía pasar situaciones muy de mierda.
En una de éstas fiestas se cruzó a una chica con la cual salía, ni bien la vio me agarró bruscamente y comenzó a besarme exageradamente - obviamente yo la estaba pasando horrible y fue peor cuando abrí los ojos y ví a ésta chica mirándonos, dándome cuenta de por qué estaba él haciendo eso -, en otra me puse a hablar con un amigo suyo y le conté que a veces él era violento y tenía actitudes de la mierda para que éste me diga “No, no puede ser, estás flasheando, ese no es Rober, no estamos hablando del mismo Rober, él jamás haría eso” – ahí me di cuenta de que su entorno no es consciente y desconoce su faceta de abusador y violento -, en otra un amigo suyo nos ofreció marihuana y él mezcló - porque ya había tomado bastante alcohol - lo cual le pegó aún peor… vomitó y todo, y cuando quiso seguir fumando y le sugerí que no lo hiciera se volvió loco. Me gritó y se violentó al punto en que salí corriendo y me encerré en el baño porque estaba empezando a tener un ataque de pánico.
En otra de estas fiestas yo estaba muy cansada y quería irme, pero no quería volverme sola a mi casa - estábamos en Barracas, yo vivo en Almagro y era de madrugada - sino que sugería que él se volviera conmigo y fuéramos a la suya - vivía a pocas cuadras de donde estábamos -, como no me hacía caso comencé a hacerme la dormida. La dueña de la casa en la que era la fiesta me acompañó a su habitación y me acostó en su cama - le seguí el hilo porque pensé que mínimo Roberto me iba a hacer compañía en el cuarto y ahí sin carpa podía exigirle irnos -, pero cuando cerraron la puerta y abrí los ojos me di cuenta de que estaba completamente sola y él se había desentendido por completo de mí. Me enfurecí muchísimo, tuve un ataque de pánico y para cuando finalmente pude recomponerme salí del cuarto y fui directo a él diciéndole que me quería ir - lo más firme posible -. Todos me miraban mal, él se levantó y se decidió por acompañarme a la parada del colectivo con todo el desgano que podía demostrar. Caminando a la parada, de la nada misma me agarra de una teta, me empieza a besar bruscamente y tratar de ponerme contra una pared. Yo estaba tan enojada que pude cortarle el chorro y resistirme firmemente, por lo cual seguimos caminando pero ésta vez estando él enfurecido. Cuando llegamos a la parada tuvimos una conversación la cual no recuerdo, pero lo que sí recuerdo - porque me es imposible no recordarlo - es que nuevamente comenzó a besarme bruscamente, me apoyó contra la pared de plástico de la parada, me metió la mano por debajo de la pollera - dejándome súper vulnerable en público - y de golpe se detuvo, me agarró y me empujó hacia la calle ¿Por qué? Porque había llegado el colectivo - que yo no había visto venir ni tampoco termino de entender cómo se dio cuenta él de que había venido -. No me saludó, no dijo ni hizo nada, tan solo me empujó hacia el colectivo. Quedé en shock, al borde de las lágrimas. Me subí al colectivo y de golpe algo me tira fuertemente hacia atrás, casi haciéndome caer del transporte. Era él arrancándome bruscamente una campera que me había prestado porque hacía frío, nuevamente sin decir o hacer nada más. La puerta se cierra y el colectivo arranca, pago mi boleto y me largo a llorar.
En segunda instancia, me hacía vivir con un miedo constante. Él no paraba de hacer y decir cosas que a mí me hacían sentir mal, y tenía dos opciones: plantearle que lo que hacía no me parecía bien, que él se enojara y tener que lidiar con sus problemas de ira; o no plantearle nada, pero que se diera cuenta de que algo me pasaba y se enojara porque no le decía las cosas y tener que lidiar con sus problemas de ira. En síntesis: no importaba lo que hiciera, iba a tener que padecer sus enojos y violencia.
En tercera instancia, me mentía en la cara. Me mentía respecto a lugares a los que iba y gente con la cual se veía - porque implicaban a su mejor amiga del horror o mujeres con las cuales él había salido y/o tenido relaciones sexuales -. A pesar de que en ese momento sí me molestaba si tenía planes con esos individuos, jamás manifesté ser el tipo de novia que hace un berrinche o “prohíbe” ese tipo de cosas… por ello que me mintiera me parecía el doble de doloroso - lo más triste es que me daba cuenta porque 1.era malo mintiendo 2.charlando con otros en frente mío terminaba incriminándose -.
En cuarta instancia, no paraba de refregarme por la cara sus relaciones anteriores incluso después de que le dijera que por favor dejara de hacerlo porque me hacía mal. Era muy insistente con traer a la conversación situaciones sexuales específicas que había tenido - lo peor es que muchas de esas mujeres yo tenía que verlas seguido en las fiestas y juntadas a las que me hacía ir - o chicas con las que había salido y quedó resentido - en su propio cumpleaños invitó a un par sin decirme nada, y después hasta me ha llevado al cumpleaños de una, también sin haberme comentado su relación previamente -.
En quinta instancia, contaba cosas que sucedían en la relación a sus amistades pero tergiversando todo y haciéndome quedar mal a mí. Venía re enojado a decirme que sus amigos quedaron mal conmigo y ya no sabían si invitarme a sus juntadas por lo que yo había dicho/hecho en X ocasión. Así como también al parecer en su hogar se burlaban de mí - su padre me “imitaba” por mi forma de hablar y de saludar para sacarme el cuero - y él venía a contármelo cagándose de risa y estallándose.
En sexta instancia, tenía actitudes de controlador y violento para conmigo aún en mi propia casa y frente a mi familia y amigos - razón por la cual me habían tratado ya de advertir que me alejara porque era peligroso, pero yo ya estaba tan acostumbrada a su trato de mierda que creía que era lo normal y que estaban exagerando -, así como también si algo le molestaba de parte de mis padres o mi hermana después se la agarraba conmigo en la privacidad. Siempre su reacción a todo era el enojo, aún cuando yo solo estaba sufriendo: hemos tenido salidas en las cuales yo me sentía mal porque estaba enferma y en lugar de ser un apoyo se convertía en una molestia más enojándose y bardeándome por sentirme mal; me ha visto auto-lesiones en el brazo y en lugar de tratar de comprender o acompañarme emocionalmente reaccionó de forma violenta; me he encerrado en el baño estando con él muchísimas veces porque me agarraban ataques de pánico causados por sus actitudes y lo único que hacía era criticarme y juzgarme por hacerlo.
En séptima instancia, nuestra vida sexual era un asco. Parece gracioso y patético que lo mencione ¿No? Ya lo sé, el punto es el por qué. Si queríamos coger - que como mucho era una vez a la semana - “teníamos que” ir a un telo - tranquilamente podíamos ir a su casa, pero él evitaba llevarme sin explicarme el por qué - y encima pagar ambos - yo a esa edad aún no tenía trabajo ni tampoco un ingreso por parte de mis padres, solo contaba con ahorros de mi adolescencia, él no solo sí tenía trabajo sino que lo tenía gracias a mi papá - y para qué ¿No? Pagaba todas las semanas para pasarla mal. Entrábamos al cuarto, se sacaba la ropa y posaba frente al espejo admirándose en distintas poses - era un wanna be de fisicoculturista -, haciendo comentarios respecto a en qué aspectos estaba mejorando y en cuáles tenía que trabajar más y hasta pidiéndome opinión a mí. Cuando finalmente se cansaba de auto-admirarse, se tiraba a la cama a mirar la tele en calzoncillos, olvidándose por completo de mi existencia. Las únicas veces que sí me cogía con “ganas” era cuando antes habíamos ido a alguna fiesta/juntada y él había estado tomando alcohol, y encima era en esas ocasiones que trataba de penetrarme sin preservativo o trataba de hacerme cosas a la fuerza que le había dicho explícitamente que no quería que me hiciera, fue en uno de estos casos que incluso empecé a gritar y llorar del dolor que me estaba produciendo y no solo no se detuvo sino que eso lo excitó más y siguió haciéndomelo incluso aún más fuerte hasta acabar. Obviamente después de éstas secuencias lo más usual era que cuando él se quedaba dormido yo no pudiera conciliar el sueño y terminara teniendo ataques de pánico encerrada en el baño. En esto se basaba nuestra vida sexual.
En octava instancia, no solo terminó lavándome la cabeza para que me obsesione con mi cuerpo y entrenar y hacer dieta, sino que no paraba de tratar de convencerme de que los anabólicos eran algo bueno y de que consumiera distintas cosas que me ayudaran a perder más peso - por esto durante un tiempo tomé unas pastillas que él compró, y después yo le pagué, que me causaban mareos y migraña fuertes y muchísimos malestares más -.
A lo largo de la relación se sucedieron muchísimas cosas, viví con un miedo constante mientras estuviera a su lado. Demostró ser tanto un violento, abusivo y controlador como un macho y un facho. Me alejó de amistades y me ha puesto en contra de mi familia. Fueron 8 meses que reprimí todo lo que pude, por eso al momento de hablar no puedo recordar absolutamente todo lo horrible que aportó a mi vida.
Otra cosa que considero relevante mencionar, aunque sucedió tiempo después de que terminara la relación, es lo que sucedió con el trabajo que tenía gracias a mi papá. Él estaba como socio de un amigo de mi progenitor, trabajando en un gimnasio. Al parecer venían teniendo discusiones por algunas diferencias y Roberto fue así de violento e impulsivo como siempre: se quedó con toda la plata, se llevó los cuadernos de contaduría y nunca más apareció.
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