#La Niña Jacarandá
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La Niña Jacarandá
Una propuesta de baile con una de las DJs con más proyección de la actualidad. La Niña Jacarandá abarca en sus sesiones un amplio registro de ritmos electrónicos mezclados con sonidos caribeños, recorriedo en sus actuaciones toda la variedad de vibes que se mueven entre el ambient, el reguetón y el club deconstruido (que rompe y reconfigura las convenciones típicas de la música de club) dando a esta mezcla explosiva una dimensión política.
Es fundadora de la escuela feminista de DJ no binaria Sin Sync School, con base en Barcelona. Su último proyecto, Sexpiritual, fue presentado el año pasado en el Festival Loop y en el Sónar Latinx Club, y sus sesiones se han escuchado en salas como Razzmatazz, Apolo, Dabadaba y Macao. También en radios y medios como Dublab, Betevé, Primavera Sound, Boiler Room y Musicbox (Lisboa).
Isamit Morales, alias La Niña Jacarandá, es artista visual, productora y DJ chilenovenezolana. Como docente ha creado en Sin Sync un espacio seguro donde se ofrecen cursos introductorios para nuevos talentos. La escuela materializa el lugar que ella echó en falta durante su adolescencia, tanto a nivel físico como emocional, en el que el objetivo principal es que les alumnes aprendan a generar un lenguaje propio a través de la electrónica.
Dirigido a: Familias Horario: 20 de octubre 2024 a las 12h Ubicación: Patio de La Casa Encendida Duración: 1 hora Precio: 5€ Entradas: https://www.lacasaencendida.es/conciertos/la-nina-jacaranda?eventId=4616
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#she makes noise#smnfestival#artistas#SMN2024#conciertos#EnFamilia#La Niña Jacarandá#La Casa Encendida#Playtime Audiovisuales
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Abecedario
A de Alma y A de Amor. A de Amanecer, de Aurora. A de Agua, de Aire y de Aroma. A de Arte, de Alas, de unas alas bien Abiertas para volar bien Alto. A de Aprendiz. A de Adrenalina, A de Años, por todos aquellos que me traen hoy acá. A de Ahora.
B. B de Brisa y B de Barco. B de Boca y B de Brazos, de unos brazos con los que puedo abrazar fuerte.
C. C de Corazón y C de Cuerpo. C de Cometa, de Creativa y de Creación. C de Compañera, de Calidez y de Conexión. C de Compartir. C de Cielo, de Cascada y de Camino, un camino que me enseña que a veces es necesario un poco de Caos para Cambiar de enfoque y Crecer. C de Capacidad, porque aunque a veces me resulte difícil Creerlo, sé que soy muy Capaz y que puedo Construir la realidad que yo misma elija. C de Calma y C de Cicatriz, que están ahí para recordarme que un tropezón no es Caída porque donde antes había dolor tan sólo quedan Cicatrices.
D. D de Dulzura y de Disfrute. D de Desafíos, de Desiciones y de Derrotas. D de Detalles, de Devoción.
E. E de Energía, de Emoción y de Euforia. E de Expontanea, de Efímera. E de Enamorada, enamorada de la vida y del amor. E de Equilibrio, de Empuje y E de experiencias, porque soy la suma de todas ellas y más.
F. F de Frágil pero también F de Fuerte, porque los Fantasmas del pasado ya no duelen, son la Fuerza y el Fuego que me impulsa a entender de lo mucho que soy capaz.
G. G de Gratitud. G de Gasolina. G de Ganas, de esas Ganas de más y de siempre querer más.
H. H de Humana. H de Hogar. H de Historia, por toda esa Historia que me atraviesa y por aquella que todavía me queda por crear. H de Herramientas, que me permiten ser una mejor versión de mi misma.
I. I de Imperfecta, porque sé que no soy perfecta pero tampoco quiero serlo. I de Intensa, porque si llegamos a este punto es porque está claro que también lo soy. No tengo por qué negarlo, amo dejarme llevar por mis Ideas y hechar a volar mi Imaginación. Disfruto de todos estos pequeños Instantes y de hacer las cosas con Intensión mientras dejo que mi Intuición me guíe.
J. J de Jugar, de Jardín y J de Jacarandá, por aquella canción que me cantaba siempre mi papá.
K. K de Kilómetros que me recuerdan que no hay Kilómetros que correr sino caminos que caminar.
L. L de Luz, de Lealtad y de Libertad. L de Lluvia, de Latidos y de Letras que son parte también de mi.
M. M de Mujer y M de Mariposa. M de Melodía, de Música, y de Movimiento. M de Mundo. M de Miedo pero también M de Motor, aquel que me impulsa a habitar lo incómodo y lo desconocido. M de Momentos y M de Magia. M de manos, de unas manos cálidas y llenas de vida.
N. N de Nutrición. N de Nostalgia y N de Niña, porque mi espíritu sigue intacto y todavía sigo siendo aquella que alguna vez, hace mucho tiempo fui.
O. O de Ojos para Observar y Oídos para Oír.
P. P de Pies y P de Piernas. P de Presente, de Paciencia y de Perseverancia. P de Primavera, de Proceso y de Paz. P de Personas. P de Posibilidades, de Puentes y de Puertas. P de Promesas. P de Primeras veces. P de Preguntas y P de Pausas, pausas para escuchar respuestas, para sentir y volver a conectar. P de Pasión y P de Potencial. P de Perspectiva, de Propósito y de Plenitud.
Q. Q de Quiero, de Querer.
R. R de Ruido, R de Ruinas, R de Rota pero también R de Recilencia. R de Raíces, de Ritmo y de Risa. R de Respiración y R de Real.
S. S de Sostén y S de Silencio. S de Sentidos, de Sabores y de Sueños. S de Sensaciones. S de Soledad. S de Sonrisa y S de Sol.
T. T de Transparencia, de Torpeza y Transformación. T de Tierra. T de Tranquilidad, T de Triunfos y T de Tiempo.
U. U de Unión, Unión con Uno mismo, con el otro y con el mundo. Unión con los animales y las plantas.
V. V de Voz, de Vida y de ganas de Vivir. V de Vorágine. V de Valores, de Valentía y de Versatilidad. V de Viento, de Visión y V de Viaje. V de Viajera.
W. W de We are the champions of the world.
X. X en el mapa. X como Dirección y Guía, X de Comienzos y de Destinos. X como punto de partida. X para recordarme que siempre se puede volver a comenzar.
Y. Y de Yo misma, sino quien más.
Z. Z de Zapatos, de unos zapatos que ya llevan tanto recorrido y todavía les quedan tanto más por recorrer. Pero sé que cuando ya no me alcance el tiempo y mis piernas estén cansadas de caminar quiero sonreír y acordarme de todos esos días en los que aún era joven y solía correr mientras creía tener el mundo a mis pies porque nunca me faltaron las ganas de soñar y de ser feliz.
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La vida urbana, el arbolado y la producción de alimentos son algunos de los ejes para pensar el futuro, en un contexto de crisis climática y extractivismo urbano. Preguntas y respuestas para planificar las ciudades, atenuar los eventos climáticos extremos y mejorar la calidad de vida. Por César Massi Quienes gobiernan las ciudades se niegan a discutir la crisis climática. Me refiero a discutir de verdad, a largo plazo, no al maquillaje para mostrar gestión urbana en Instagram. Mirando diez años hacia adelante, planteo algunas preguntas. ¿Cómo vamos a pensar la infraestructura verde de nuestras ciudades? ¿Cómo vamos a sostener la producción de alimentos frescos en los periurbanos? ¿Pueden las ciudades seguir gastando recursos sin mejorar las redes de drenaje (que tienen cien años o más)? ¿Cuánto tiempo más podemos retrasar la urbanización de barrios populares y la construcción de viviendas dignas? ¿Cómo aguantar las temperaturas extremas bajo techos de chapa, sin sombra ni acceso a los servicios ni al transporte? Podría seguir con muchas otras cosas y seguro me responderán que “hay urgencias”. La crisis climática es una urgencia: la “triple Niña” nos debería haber dejado muchísimas preguntas (además de la falta de dólares) y disparar mucho trabajo. Pero no. Sólo vemos maquillaje Foto: Nicolas Pousthomis Plazas secas para la seca El arbolado de las ciudades está compuesto en un 90 por ciento por especies exóticas de climas templados. Son especies norteamericanas o europeas, aclimatadas a zonas más frías. Por ejemplo: el plátano, que es un híbrido europeo; el tilo, que es un híbrido estadounidense; los acer, que también son un género de Estados Unidos. Hay otras novedades más recientes, como el liquidámbar o el tulipero de Virginia, que también provienen de climas menos calurosos. Hoy se eligen las mismas especies de arbolado que hace cien años. Incluso especies que se consideran nativas (de Buenos Aires o Rosario) aunque no lo son, como el lapacho, la tipa o el jacarandá. Estas últimas, si bien son de climas más tropicales, pertenecen a una selección que se hizo con otros objetivos y con otro clima. La infraestructura verde se ve más como algo estético que funcional. Pero con temperaturas ya chaqueñas durante nuestros veranos sería mejor elegir árboles que toleren la sequía, situación que se da cada vez más y con períodos más extensos. Sería mejor probar con vegetación que provenga de la región chaqueña, en lugar de la que es propia de climas templados o de selvas. Hay que tratar de usar la “caja de herramientas” del arbolado nativo, que tiene muchas especies adaptadas a altas temperaturas y a la falta de disponibilidad de agua. Y ver de esas especies cuáles son las que pueden comportarse correctamente en una vereda. Para el cambio del arbolado hay que trabajar mucho en ensayos y pruebas, porque lo que uno considera potable en los libros o en el monte, no necesariamente tiene que funcionar en una calle. Lo positivo: la infraestructura verde no requiere de un gran presupuesto para poder implementarse. Hay que recordar que poner más arbolado en los parques reduce el gasto de mantenimiento del parquizado. Hacer jardines en los parques con vegetación nativa implica una reducción del gasto en bordeadoras o en agua para riego. Un vivero con diez o quince personas, reorganizando los recursos humanos de las áreas de parques y paseos, alcanza para la cantidad de árboles a plantar en una ciudad por año. Por otro lado, ¿podremos seguir teniendo calles céntricas sin verde y con alto tráfico de autos? ¿Podremos seguir teniendo “plazas secas” en sectores densamente urbanizados? El concepto de plaza seca en sí es preocupante. Es una alternativa propia de las ciudades europeas, donde hay otras temperaturas. Pero, ¿quién puede aguantar la temperatura del cemento y del hormigón cuando se calienta? Los planes de acción climática muchas veces quedan en documentos lindos, pero ninguna ciudad argentina está trabajan...
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La Niña Jacarandá rompe con las normas y funda Sin Sync, una escuela para chicas y personas no binarias. Parece arriesgado, pero hoy explica que no es así. https://ift.tt/QDYCxm1 https://ift.tt/d6LcmvX
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¿Recuerdas?
¿Recuerdas la primera vez que nos vimos?
Yo si la recuerdo, llevabas aquel conjunto de pants y sudadera blanco con vivos en negro, y el cabello muy corto, y que tal aquella manera de conocernos con un golpe en la cabeza con un balón de fútbol, uno de mis mejores tiros de mi vida... casi te desmaya por error, y ¿recuerdas la primera vez que me hablaste? Te juro que yo pensé en mis adentros vaya niña más loca, tenías 11 años y yo 12... ¿Cuándo iba yo a imaginarme que te convertirías en todo?
Recuerdas la primera carta que me diste, o los regalos de aquel cumpleaños, créeme que desde entonces he buscado de nuevo aquel perfume que me regalaste.
Yo recuerdo aquellos novios que tenías y como no sentía nada al verte con ellos, y a pesar de que los tenías; me querías y yo no lo veía, siempre me gustaste, pero había algo en ti que no me convencía y sin embargo fuiste mi primera cita, la primera a la que tome de la mano y la primera a quien abrazara como nunca había abrazado a nadie y ¿sabes un secreto?, sigues siendo la única.
Y así pasaron los años, estuvimos, nos separamos y conforme más pasaba el tiempo eso que no veía antes, ahora lo veía con fuerza, te quería, y no solo te quería, te añoraba y a veces hasta te deseaba.
¿Recuerdas nuestro primer beso?, los tuyos son los únicos labios que realmente he besado. Y sin darme cuenta un día te dije que te amaba, y te dije que eras el amor de mi vida, y soñé mi vida contigo, pero el barco no se pudo mantener a flote y se hundió.
Creí perderte para siempre y sin embargo estabas, a veces lo que dura un parpadeo, pero estabas, y sin embargo deje de saber si me querías o si me olvidabas; a tu vida llegaron nuevos amores y en la mía seguía viendo tu rostro, buscando tu mano en la de las demás y comencé a inmortalizar tu recuerdo en letras.
¿Recuerdas cuántas veces te fuiste y cuántas regresaste? Ahora sé que probablemente jamás regreses de nuevo.
Yo...recuerdo todo y quisiera olvidar y a ti con ello, si embargo te espero, con mi necesidad, mi furia, mis celos y mi amor, te espero en nuestro lugar, bajo la sombra de aquella jacarandá que nos viera besarnos bajo la lluvia.
Dime amor...
¿Recuerdas?
O. Vega
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El presente. Cecilia Sorrentino.
El presente.
Cecilia Sorrentino.
Ediciones Cienvolando, 2020.
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Por Fernando Garriga.
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Todo un palo.
(Una lectura de El presente, de Cecilia Sorrentino.)
Es la historia de una vieja de 70 años que escucha mejor la radio en la cocina del departamento que en el resto de la casa porque no hay interferencia. Entonces se sienta, incómoda, contra el mueble de cocina porque no hay donde meter las piernas. Es una señora que se maneja con cierta torpeza con el whatsapp y un poco más cómodamente con el mail. Una vieja que redescubre lo que la mayoría de los viejos ha olvidado porque se la pasan sentados frente al televisor viendo las noticias: que la niña interior no envejece. Que aún disfruta de mirar el mundo y sigue contemplando arrobada los pájaros, la infancia de su nieta y el aroma de las flores. Una vieja que desea, que todavía sueña porque los sueños no envejecen. Estas palabras parecen la propaganda motivacional de un banco o de una tarjeta de crédito pero a quién le importa lo que parezcan. Es que el presente es un tiempo pero, además, un regalo.
Empecemos por decir de esta señora que su nombre es Sofía. Sería fácil decir que es sabia porque se mantiene joven. Pero sería atribuir rasgos positivos a la juventud en contraposición a la vejez y justamente la sabiduría de Sofía es el disfrute de lo que le toca vivir. Su presente, su regalo. Se trata del disfrute de una mirada. Imagino que, si le tocara empezar a vivir de nuevo, Sofía sería una muchacha ricotera. El flequillo cortado al ras, las All Stars verdes o violetas. La idea viene porque Sofía conserva intacta cierta rebeldía en la ilación de su rumia, en el modo de mirar el mundo de los otros. Se siente ajena a la época, a los modos de la época. Igualmente se la banca, no renuncia al placer de su discurrir. No es que no esté sola. Porque por más que tiene amigas, está bien sola. Y es bien invisible a los demás, salvo que se convierta en un estorbo para los otros como amenazamos convertirnos en cualquier momento la mayoría de los viejos.
Sofía tiene una hija y una nieta. Se desvive por su nieta que se acerca hasta su casa para hacer monografías. La hija olfatea en un gesto paranoico que le está metiendo ideas. La nena escucha Spinetta. Descubre a Spinetta, Sofía. Probablemente escuchara otras músicas. Claro que lo descubre. Con ojos de la nieta que al fin y al cabo tiene la edad impermanente de la niña que lleva dentro. Eso, de algún modo, las hermana. La hija de Sofía, la mamá de Azul, está celosa porque siente que se queda un poco afuera. Pero para eso están las abuelas, para rockearla.
Sofía se sienta en un café a comer dos empanadas con una lata de cerveza y espía las conversaciones de los otros. Y qué es la literatura sino el acto espiar la vida de los otros como acecha el gato en el jardín a los distraídos pajaritos. La vieja ricotera se manifiesta perpleja ante las conversaciones ajenas, a lo estúpida que parece seguir siendo la lógica del mundo. Entonces nosotros, lectores, espiamos a la vieja. Y así vamos ejecutando gozosamente nuestra parte del contrato que existe entre los procesos de lectura y escritura. Es que de eso se trata, al fin y al cabo, lo literario. De una mirada sobre algo, sobre alguien. De la creación de un mundo, con sus leyes y su lógica. Mientras tanto, Sofía anota todo en una libreta de tapas verdes. Incluso los temas que quisiera conversar con la hija, con la nieta o las interesantes cosas que escucha en los programas de las radio. A cada lunes comienza una lista nueva hasta las cosas que tiene que decir porque si no, se olvida.
Sofía va al analista. El analista es un imberbe que lo único que parece conocer son las palabras depresión y angustia. Y pastillas por supuesto. En qué otra cosa que bocas de expendio de fármacos se ha convertido la mayoría de los profesionales. Es que nuestra ricotera ha decidido dejar las pastillas. Pero el analista le recomienda buscarse un novio. Vaya machirulo: como si esa fuera la solución a todos los problemas de las féminas. Lo que plantea Sofía en la novela es que la vejez no es un problema. Igual le hace caso al analista y va y se busca un novio: pero en sueños. Sueña con un tipo que no conoce. La resultante es una escena de erotismo adolescente completamente hermosa.
El tiempo no pasa. Siempre es presente. La señora vive el futuro que no había soñado vivir. Es que “el futuro llegó, hace rato, todo un palo, ya lo ves”.
Pero sabe que todas las hojas son del viento y no de los árboles y mira alrededor el mundo hasta que le duelen los ojos. No se cansa. El acto repetido de esperar la luz en el semáforo y buscar las llaves en la cartera –tremenda cuestión para las mujeres porque nunca aparecen esas llaves que se buscan y rebuscan doblando una rodilla para sostener la base de la cartera metiendo las manos a ver si se siente el esquivo tintineo– se transforma en el acto de entrar a todas las casas en las que se ha vivido, en tiempo presente, a la misma vez. La casa familiar que ya no está, la de los agapantos y las dalias. O la casa en la que vivía con el marido, cuando creían que si construían una parrilla en el patio les iba a cambiar la vida. Y a esta altura, ya se sabe, las parrillas básicamente, a quien le cambian la vida es a las vacas que terminan asadas.
La señora rumia desde su sabiduría de fémina. La rumia es femenina, dice. Mientras tanto la lluvia cae, hace globitos sobre los charcos que forma en las baldosas rojo gastado de un patio entrevisto en la casa de la madre. La lluvia lava todas las heridas del alma, canta Spinetta. Claro que sí.
La señora sabe que el tiempo es siempre presente, sabe que no intervenir es un modo de interactuar con el mundo esquivo como un manojo de llaves. Sabe que es invisible. Pero sabe llevar la cuenta de cómo, según el año, florecen primero los jacarandás y otras los ceibos. Le gustan los árboles, le gustan las dalias, los agapantos de la casa familiar cuando la madre: ¿y yo?, se pregunta como los chicos: ¿dónde estaba yo? Sofía habita todos los jardines a la vez, los de su historia y los de la ciudad que diagrama su itinerario.
El presente es una de las novelas más lindas que leí últimamente. La historia de una vieja sabia por eso de que “el futuro llegó”. De los redondos hay un comienzo, en Ji Ji Ji que dice “no lo soñé” y Sofía va corriendo a la deriva de su rumia, surfeando la ola del tiempo. Un placer que se agiganta a cada frase, y más sabiendo que detrás de los repulgues y repliegues, como un gato también que nos acecha a los lectores, se esconde la amorosa sonrisa de Cheshire del maestro de Cecilia: Hugo Correa Luna. Salud por este Presente que dan ganas de hacer pogo, che.
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© Fernando Garriga.
Escritor.
Ha publicado diversas obras: Escuela para ciegos, Continuidad de la Obra, Cumpleaños en la isla, Las invasiones ranqueles según mamá.
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Texto Ilustrado
La mancha de humedad - Juana de Ibarbourou
Hace algunos años, en los pueblos del interior del país no se conocía el empapelado de las paredes. Era éste un lujo reservado apenas para alguna casa importante, como el despacho del Jefe de Policía o la sala de alguna vieja y rica dama de campanillas. No existía el empapelado, pero si la humedad sobre los muros pintados a la cal. Para descubrir cosas y soñar con ellas, da lo mismo. Frente a mi vieja camita de jacarandá, con un deforme manojo de rosas talladas a cuchillo en el remate del respaldo, las lluvias fueron filtrando, para mi regalo, una gran mancha de diversos tonos amarillentos, rodeada de salpicaduras irregulares capaces de suplir las flores y los paisajes del papel más abigarrado. En esa mancha yo tuve todo cuanto quise: descubrí las Islas de Coral, encontré el perfil de Barba Azul y el rostro anguloso de Abraham Lincoln, libertador de esclavos, que reverenciaba mi abuelo; tuve el collar de lágrimas de Arminda, el caballo de Blanca Flor y la gallina que pone los huevos de oro; vi el tricornio de Napoleón, la cabra que amamantó a Desdichado de Brabante y montañas echando humo, de las pipas de cristal que fuman sus gigantes o sus enanos. Todo lo que oía o adivinaba, cobraba vida en mi mancha de humedad y me daba su tumulto o sus líneas. Cuando mi madre venía a despertarme todas las mañanas generalmente ya me encontraba con los ojos abiertos, haciendo mis descubrimientos maravillosos. Yo le decía con las pupilas brillantes, tomándole las manos:
–Mamita, mira aquel gran río que baja por la pared. ¡Cuantos árboles en sus orillas! Tal vez sea el Amazonas. Escucha, mamita, cómo chillan los monos y cómo gritan los guacamayos. Ella me miraba espantada: –¿Pero es que estás dormida con los ojos abiertos, mi tesoro? Oh, Dios mío, esta criatura no tiene bien su cabeza, Juan Luis. Pero mi padre movía la suya entre dubitativo y sonriente, y contestaba posando sobre mi corona de trenzas su ancha mano protectora: –No te preocupes, Isabel. Tiene mucha imaginación, eso es todo.
Y yo seguía viendo en la pared manchada por la humedad del invierno, cuanto apetecía mi imaginación: duendes y rosas, ríos y negros, mundos y cielos. Una tarde, sin embargo, me encontré dentro de mi cuarto a Yango, el pintor. Tenía un gran balde lleno de cal y un pincel grueso como un puño de hombre, que introducía en el balde y pasaba luego concienzudamente por la pared dejándola inmaculada. Fue esto en los primeros días de mi iniciación escolar. Regresaba del colegio, con mi cartera de charol llena de migajas de biscochos y lápices despuntados. De pie en el umbral del cuarto, contemplé un instante, atónita, casi sin respirar, la obra de Yango que para mí tenía toda la magnitud de un desastre. Mi mancha de humedad había desaparecido, y con ella mi universo. Ya no tendría más ríos ni selvas. Inflexible como la fatalidad, Yango me había desposeído de mi mundo. Algo, una sorda rebelión, empezó a fermentar en mi pecho y como burbuja que, creciendo, iba a ahogarme. Fue de incubación rápida cual las tormentas del trópico. Tirando al suelo mi cartera de escolar, me abalanc�� frenética hasta donde me alcanzaban los brazos, con los puños cerrados. Yango abrió una bocaza redonda como una O de gigantes, se quedó unos minutos enarbolando en el vacío su pincel que chorreaba líquida cal y pudo preguntar por fin lleno de asombro:
–¿Qué le pasa a la niña? ¿Le duele un diente, tal vez? Y yo, ciega y desesperada, gritaba como un rey que ha perdido sus estados: –¡Ladrón! Eres un ladrón, Yango. No te lo perdonaré nunca. Ni a papá, ni a mamá que te lo mandaron. ¿Qué voy a hacer ahora cuando me despierte temprano o cuando tía Fernanda me obligue a dormir la siesta? Bruto, odioso, me has robado mis países llenos de gente y de animales. ¡Te odio, te odio; los odios a todos! El buen hombre no podía comprender aquel chaparrón de llanto y palabras irritadas. Yo me tiré de bruces sobre la cama a sollozar tan desconsoladamente, como sólo he llorado después cuando la vida, como Yango el pintor, me ha ido robando todos mis sueños. Tan desconsolada e inútilmente. Porque ninguna lágrima rescata el mundo que se pierde ni el sueño que se desvanece... ¡Ay, yo lo sé bien!
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TALLER - APRENDE A PINCHAR CON LA NIÑA JACARANDÁ
Isamit Morales, conocida como La Niña Jacarandá, dirige Sin Sync School, una escuela de DJ en Barcelona que fomenta un espacio y comunidad inclusiva de artistas feministas y no binarios desde hace tres años.
Durante un día, el proyecto se traslada a La Casa Encendida, donde se llevará a cabo un taller de iniciación a la música electrónica. En este taller, se compartirán ritmos afrocaribeños y electrónicos, y les participantes aprenderán a realizar una selección musical y a experimentar con un DJ set.
Este taller da continuidad al trabajo que La Casa Encendida ha realizado junto al colectivo Bam Bam de CHICA for chicas para la visibilización de mujeres y colectivo LGTBIQ en la música.
Impartido por: Isamit Morales es La Niña Jacarandá, artista visual, productora de música electrónica y DJ. Su propuesta sonora abarca un amplio registro que recorre los espectros que se desdibujan entre el ambient, reguetón y el club. Es la fundadora de la escuela de DJ (no binaria) Sin Sync School. Para La Niña 'pinchar es como citar, traer voces y nombres de artistes; una manera de tejer genealogías en capítulos de DJ set'.
Sus sesiones se han escuchado en Razzmatazz, Apolo, Dabadaba, Macao también en festival SONAR, radios como Dublab, espacios como Betevé y recientemente en Primavera Sound, Boiler Room y Musicbox (Lisboa).
Día: 19 de octubre de 2024 Edad: De 13 a 17 años Ubicación: Torreón I - La Casa Encendida Duración: 3 horas. De 12 a 15h Precio: 15€ Inscripciones: aquí
#SMN2024#La Casa Encendida#La Niña Jacarandá#She Makes Noise#SMNFestival#Actividades Paralelas#Playtime Audiovisuales#Isamit Morales#Sin Sync School
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Chica Acosta y La Niña Jacarandá en los conciertos de En Familia, en She Makes Noise - 2024, fotografiados por Lukasz Michalal de Estudio Perplejo, imágenes cortesía de La Casa Encendida.
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HORARIOS SHE MAKES NOISE 2024
FECHAS - Del 15 al 20 de octubre - La Casa Encendida (Madrid)
15/10
19h - Sala audiovisual
SESIÓN DE CINE - VIDEO HOME SYSTEM
> Like a Sick Yellow, de Norika Sefa. 2024. 23' (Estreno en España) > Corazón embalsamado, de Julieta Seco. 2024. 68' (Estreno en Madrid)
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16/10
19h - Sala audiovisual
SESIÓN DE CINE - HACER MEMORIA
> Els Buits, de Sofía Esteve, Isa Luengo y Marina Freixa Roca. 2024. 19' (Estreno en Madrid) > Tão Pequeninas, Tinham o Ar de Serem Já Crescidas, de Tânia Dinis. 2024. 20' (Estreno en España) > Grandmamauntsistercat, de Zuza Banasińska. 2024. 23' (Estreno en Madrid) > Life Story, de Jessica Dunn Rovinelli. 2024. 10' (Estreno en España)
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17/10
16 a 20h - Salas de trabajo
TALLER - Para mí la experimentación es un juego y para vosotras también, impartido por Mursego
19h - Sala audiovisual
SESIÓN DE CINE - E���a questo punto che nasce il bisogno di fare storia, Constanze Ruhm. 2024. 96' (Estreno en España) con la presencia de la directora.
21h - Patio
CONCIERTO > Gazelle Twin
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18/10
16 a 20h - Salas de trabajo
TALLER - Para mí la experimentación es un juego y para vosotras también, impartido por Mursego
20h - Patio
CONCIERTO > Xexa > Deena Abdelwahed
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19/10
12h - Patio
CONCIERTO EN FAMILIA > Chica Acosta presenta La candela viva
12h - Torreón I
TALLER - Aprende a pinchar con La niña Jacarandá
19h - Auditorio
CONCIERTO > Ale Hop & Laura Robles
20h - Patio
CONCIERTO > bela > 33EMYBW & Joey Holder
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20/10
12h - Patio
CONCIERTO EN FAMILIA > La niña Jacarandá
Entradas disponibles aquí https://www.lacasaencendida.es/festival/she-makes-noise-2024
#smnfestival#she makes noise#smn2024#playtime audiovisuales#la casa encendida#horarios#entradas#cartel
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