Tumgik
#LETRAS DEL ALMA
natalygrhol · 1 month
Text
Indescifrable.
Me desorienta saberte distante e indescifrable.
Mi intensidad te abruma y es ella quien ahora te atrae.
Genuinamente contradictoria, y segura de que mi escencia sigue siendo la misma, no me moví de donde estaba, pero segui avanzando sin esperarte.
En una de esas, entre tantos desencuentros lleguemos a encontrarnos y así al menos tomarnos un café y a leernos eternos por un rato.
Natalia grhol
Tumblr media
65 notes · View notes
hashimablog · 4 months
Text
La importancia.
Tumblr media
55 notes · View notes
teenage-dreams18 · 1 month
Text
Tumblr media
Pensamientos de una persona solitaria.
45 notes · View notes
slowy-love · 1 month
Text
Fue un verdadero placer conocerte; créeme que estoy profundamente agradecida con la vida por haberte encontrado.
Sé que, aunque hubo momentos complicados, hoy prefiero quedarme con los más bello. Es tiempo de seguir caminos distintos, es momento de distanciarnos, es hora de soltarnos y dar las gracias por el amor tan intenso que compartimos juntos.
Y créeme que mi corazón siempre te recordará como lo más hermoso que he tenido, y quiero que sepas que en él te llevas mi cariño. Serás ese amor que sera difícil de aceptar que ya no estas, me dolerá pero mi alma se que se va a recuperar.
Te digo adiós, deseo que disfrutes plenamente de tu vida y que vuelvas a amar.
30 notes · View notes
torbellino1 · 8 days
Text
𝕻𝖑𝖆𝖙𝖎𝖈𝖆 𝖈𝖔𝖓 𝖑𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊
Paseando de noche, granizo que golpea contra el cristal del coche, no puedo evitar pensar en que yo choque, extrañando de nuevo nuestro roce, disculpa el deseo, pasa que dan más de las doce y no se, culpa del reproche de que algún tonto fantoche te seduzca esta misma noche y desabroche el mismo broche que yo te quitaba con deseo en cada medianoche, el hormigueo de mis manos y la dilatación de mis pupilas me dicen que volví a caer en el derroche, paseando de noche, granizo que golpea contra el cristal del coche, no puedo evitar pensar en que yo choque
-Disculpe, ¿Dónde es la salida del lugar este? Lo que pasa es que debo terminar una carta disfrutando de mi derroche- -Para este lugar no hay salida, por más que llores, cantes o reces, tu alma me entregaste, mala vida, buena noche, me presentó, soy la muerte y vengo por tu espíritu que no aprovechaste- -Eso explica el color de tu rostro blanco como la leche y el vacío de tus ojos negros oscuros como el color del torbellino que me arrasó anoche pero, no estás de suerte, mi alma en vida regalé y mi corazón en bebida y drogas maté, por y para una niña de ojos verdes que nunca valoré- -Vivir tantos años en el purgatorio me olvida la estupidez de los seres que en este mundo viven, y tu humano eres el más incoherente creyente por haber confiado en que el demonio de esa mujer pudo amarte, ven, siéntate, te contaré mil relatos que pueden interesarte y tal vez después con suerte puedas irte pues, en tus ojos veo pasiones, desgracias y tantos desastres, perfecto para ser por siempre mi sirviente, muerto viviente-
Caminas en círculos, detrás de los estímulos que te da saber de mi vida sin escrúpulos, alimentado tu ego como crecientes cúpulos, confundiendo cada uno de mis lóbulos, de interrogatorios, desorden de cúmulos, dejando mi cráneo sin sus rulos, venenosos tus principios, ahora vuelves a mi vida llena de conflictos pero, vacía de tus sentimientos, usando los recursos de recordarme el dolor que cargo sobre los hombros, encuentras la felicidad dándome estos efectos, sobre mi cuerpo aún imperfecto sabiendo que por tus ojos aún tengo afectos
Mujer de ojos verdes
Ya no me lo cuentes, ya no seré más ese creyente que sin saber lo que pasaba por tu mente, me llevabas en contra corriente con todas esas palabras sin sentimiento y tus caderas de muerte, nunca me quisiste, para ti fui el chiste que te dio la razón de vivir para controlarme como un títere, vida y muerte, sol y luna, luz y mis ojos que oscurecen, me lo dijeron aquellos huesos, que mis sentimientos sepulte y en ti nunca piense con filosofía y razón de que mi alma perdiste, me iré como me encontraste, en un camino perdido esperando para volver a encontrarme con la muerte
23 notes · View notes
thehate-machine · 5 days
Text
Tumblr media
Hatemac - Medusa❤️‍🩹
22 notes · View notes
jenn0ksblog · 21 days
Text
¿Que hago amándote pero que hago si te pierdo? Yo se bien que tal vez no sé querer pero moriría si no lo intento.
21 notes · View notes
alasdepaloma · 1 year
Text
¿Sabes? El amor que sientes por alguien nada tiene que ver con ese alguien, el amor que ofreces tiene que ver contigo mismo, con la calidad de gratitud que llevas dentro de ti, con la calidad de transparencia, honestidad, lealtad, fidelidad, fe, espera y compromiso propio. Tiene que ver con el material del que tú estás hecho, con el nivel de entrega con el que otorgas las cosas. El amor que sientes por alguien es proporcional al amor que sientes por ti mismo, a ese que te indica lo que en conciencia debes hacer para no herir al otro como tú no deseas ser herido, para estar presente, dar atención y escuchar como tú desearías la presencia, la atención y la escucha del otro. El amor es la construcción de la ternura dentro del ser, la oportunidad de irradiarla al amado y así mismo darse entero, darse sin miedos, darse pues tú ya te has dado a ti mismo todo eso que mereces, es así que ya eres capaz de compartirlo. Por eso es que el amor es una fuente infinita de energía que crece conforme se ofrece sin afán de sacar ninguna ventaja, que se ofrece por la humilde razón de compartir con el otro lo que tú ya has logrado obtener de tu propia fuente. El amor enseña. El amor aguarda. El amor construye. El amor no ve los errores del otro, el amor es el maestro que ayuda al otro a crecer con el ejemplo. El amor no reclama. El amor guarda silencio si es que lo que se piensa decir no aportará más allá de lo que es bueno, de lo que está conectado al cosmos, a la vida, a Dios.
Amo…
Honestamente, amo amarlo así.
Gracias por enseñarme a amarte así.
Tumblr media
—PalomaZerimar.
138 notes · View notes
Text
Una cita junto al mar.
Me preguntaba si iba a venir. ¡Qué ilusa era! De seguro ni se acuerda de mí y mucho menos de esta cita en el mar que habíamos concertado hacía ya cinco años. Y, sin embargo, había una parte de mí que quería creer que todavía me recordaba, que no había olvidado todo lo que habíamos vivido y sido el uno para el otro.
Era aquí, precisamente, donde nos habíamos conocido hace siete años. Yo era una arquitecta recién divorciada, después de un largo pero muy infeliz matrimonio, y él era un joven estudiante de pos-grado. Ambos fuimos llevados al mar por diferentes cuestiones. Yo al buscar paz y consuelo, y el que sólo encontraba al mirar las olas mientras sentía la brisa acariciarme el rostro y peinar mis cabellos, y él al encontrar un espacio para reflexionar y pensar sobre su futuro. Recuerdo la primera vez que lo vi. Estaba descalzo sobre la arena, las olas llenando sus pies de espuma para luego retroceder y dejar un espacio entre la arena mojada y ellos. Yo miraba hacia el horizonte, a ese ocaso precioso que se dibujaba. Los ocasos en el mar me eran de un sabor diferente, le daban a mi alma un sentido más precioso por ser tan apacible y maravillosos a la mirada. Llevaba puesto un vestido amarillo de algodón con tirantes que dejaban al descubierto a mis brazos, un sombrero de playa ancho y blanco. Tenía los brazos cruzados y me abrazaba a mí misma, mientras lloraba en cuclillas viendo el horizonte. Hoy se había finalizado mi divorcio después de dos años de litigio arreglando la división de bienes y la custodia de nuestras hijas. Había luchado tanto por ese matrimonio que se había despedazado. A los treinta y cinco años me sentía hueca, como si hubieran arrancado de tajo todas mis ilusiones. Cinco años es todo lo que había tomado, sólo eso. Los últimos tres ya habían sido necedad de mi parte por tratar de salvar lo insalvable. Luis ya no disimulaba su flagrante infidelidad y su excesivo derroche de dinero que yo misma ganaba. No sabía cómo había podido escoger tan mal, sólo podía achacarlo a la locura del primer amor y a todas esas fantasías románticas que, leer tantos libros de romance, me habían metido en la cabeza. Diez años después yo era una mujer cambiada, más realista y menos idealista, con heridas en el alma que todavía sangraban. Me sentía aliviada, pero a la vez destrozada. Había venido aquí porque no quería llorar frente a mis hijas, pero necesitaba desahogarme. El mar siempre me traía consuelo y sosiego. Podía pasarme horas perdida, contemplándolo, aunque sólo alcanzaba a verlo borroso, siendo difuminado por mis lágrimas. La brisa soplaba fuerte. No podía evitar pensar que, ojalá así como se llevaba mis lágrimas, se llevará también todo lo que guardaba en el corazón: mis sueños hechos pedazos, el dolor del desamor de Luis y la desilusión por mi hogar roto.
En una ráfaga de viento, mi sombrero de paja salió volando. No me moví, no me importaba en lo más mínimo. Seguí sollozando cuando, de repente, sentí que una sombra me tapaba el sol. Volteé y lo primero que divisé fueron unos pies descalzos. Eran pies delgados, largos, algo huesudos, unos pies masculinos, pero bien cuidados, los cuales yacían parcialmente enterrados en la arena. Entonces, una profunda e igualmente masculina voz, llena de una gentileza inconfundible, me preguntó...
“Disculpe, ¿esto es suyo?”
Fue entonces que mis ojos recorrieron el camino desde los pies hasta la fuente de esa voz tan llena de ternura que había penetrado mi desdicha. Tenía los ojos más azules que jamás había visto. Eso fue lo primero que pensé. Era un hombre joven, bronceado, de cabello castaño y ondulado que no podría tener más de veinticinco años. Me despejé la garganta y, apresuradamente, me limpié las lágrimas del rostro para incorporarme. Era un hombre muy alto, yo no le llegaba ni al hombro.
“Si, es mío. Gracias”.
Acepté el sombrero de la mano del hombre y agaché el rostro. Había algo en este hombre me hacía sentir vulnerable.
“Disculpe mi atrevimiento, pero la he observado desde hace rato, mas no quise inmiscuirme. Creo que su sombrero fue la señal que necesitaba para acercarme. No la conozco ni sé por qué llora tan desconsoladamente, pero si algo he aprendido en esta vida es que, a veces, tener con quien hablar, hace un poco más llevaderas las penas. Quiero ofrecerle eso. Un par de oídos que la escuchen atentamente y que no la juzgarán. Permítame invitarle un café. Me llamó Rodrigo”.
Había algo en su semblante, una gran gentileza, una suavidad en su mirada, un sincero deseo de ayudar que terminó por convencerme. Esa tarde me llevó a un café a la orilla de la playa. Allí conversamos por horas. Yo le conté mi historia. De cómo había conocido a Luis mientras estudiaba en la universidad y todo lo que había sucedido desde entonces. Él me escuchó con cuidado sin interrumpir. Cuando ya había purgado todo lo que me volvía pesado el corazón, él empezó a contarme de su vida.
Creo que quería tranquilizarme y ponerme más cómoda al ponernos en igual condición de vulnerabilidad. Me contó que él recién había llegado a la ciudad a estudiar una maestría en Finanzas, también que extrañaba a su madre y a su hermana, pero que, por el deseo de superarse para poder sacarlas adelante, había decidido seguir con su educación, aunque lejos de casa. Me confesó que por eso había venido al mar. Estaba reconsiderando su decisión de seguir estudiando tan lejos de casa. Su madre era viuda y él, su único hijo varón, se sentía sumamente responsable por ella y por su hermana menor, pero entendía también que el programa de maestría le abriría puertas y podría proveer para ellas un mejor futuro. Había trabajado mucho para ganarse la beca que le permitiría seguir con sus estudios, pero a veces desfallecía en su determinación. Estaba solo y no tenía amigos, además de extrañar mucho su hogar. Así pasamos toda esa tarde, la cual se volvió noche, platicando. Ambos nos sentíamos muy bien. Al despedirnos, intercambiamos números de teléfono y prometimos seguir en contacto.
Tumblr media
Al día siguiente recibí un mensaje de texto de Rodrigo.
"¿Cómo sigues? ¿Te sientes mejor?"
Así empezamos a platicar, regularmente, vía texto. Nos fuimos conociendo cada día más. A veces hablábamos por teléfono, cuando necesitábamos escuchar una voz amiga. Pasaron varias semanas así, hasta que Rodrigo me invitó a tomarme un café. Ese día caminamos por la playa, platicamos y nos tomamos un café en la cafetería a la orilla de la playa, aquella en donde nos habíamos conocido. Había pasado por Rodrigo a su universidad y, ya entrada la noche, lo fui a dejar a su modesto apartamento cerca del campus. Al estacionarme enfrente de su edificio, procedí a despedirme de él con un beso en la mejilla, así como se despiden los buenos amigos; lo consideraba precisamente eso. Pero, al momento de acercarme a su mejilla, él volteó su rostro y capturó mis labios con los suyos. La sorpresa me hizo abrir la boca, a lo cual aprovechó para poner su mano sobre mi cuello y profundizar el beso. Dios, había pasado tanto tiempo desde que un hombre me había besado así. El deseo floreció en mi vientre, recordándome que, a pesar de todo lo que me decía, constantemente, era una mujer de carne y hueso. Me besaba con un hambre que me hizo gemir en su boca. Me hacía sentirme deseada, sexy y tan mujer. Sí, no la madre ni la galardonada profesional, sino simplemente mujer, tan mujer. Me bebió el aliento e hizo de mi boca una extensión de la suya. Cuando tuvimos que respirar, soltó mis labios y, sosteniéndome el rostro con ambas manos, me miró directamente a los ojos.
“Laura, quédate, por favor”.
Ese fin de semana, mis hijas estaban en la casa de su padre, así que nadie me esperaba en casa y Rodrigo lo sabía. Lo vi a los ojos. Podía ver la sinceridad en ellos, la misma que relucía en los míos. Esa noche me dejé llevar y la pasamos juntos. Por un instante se nos olvidó todo: el mundo, nuestras familias, nuestras responsabilidades y planes, las diferencias de edad y posición. Éramos sólo Rodrigo y Laura, un hombre y una mujer.
Así comenzó nuestro idilio. Aún ahora, después de tantos años, me hacía suspirar. Fueron tantas memorias y vivencias las que pasamos juntos. Él me devolvió la fe, el gozo de vivir, la confianza en mí misma y la seguridad de que aún había hombres buenos. Nos ayudábamos mutuamente, nos escuchábamos y ofrecíamos apoyo en lo que podíamos. Éramos amigos, confidentes y amantes. Yo me volví su hogar lejos de casa y él mi refugio anhelado. Nos amábamos mucho y a pesar de todo. Aunque Rodrigo era menor que yo, él era muy maduro y respetuoso, además de ser el más apasionado de los amantes, también era el más tierno y cariñoso de los hombres. Vivimos dos años maravillosos, llenos de felicidad, pero llegó el día que habíamos previsto desde el comienzo de nuestra relación. Rodrigo terminó su maestría y era hora de regresar a casa. Quizás por eso nunca quisimos hacernos promesas. Vivíamos día a día. Ese último día lo pasamos juntos y amanecimos en la playa, viendo el amanecer y prometimos volvernos a encontrar, pasara lo que pasara.
Era así que aquí estaba, parada en esa playa, esperando por él, cumpliendo mi promesa, aunque ya había esperado más de una hora. Seguramente, Rodrigo ya me había olvidado; eso pensaba. Miré el mar, una última vez, y me presté a regresar a mi auto. Fue entonces que lo vi. No había cambiado nada y, al mismo tiempo, había cambiado mucho. Mi corazón se volvió loco en mi pecho. Las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas, pero no podía despegarle la vista. Se aproximó hasta estar frente a mí. Veía las lágrimas también en sus ojos. Tomó mis manos en las suyas y, por un momento, fuimos otra vez sólo Laura y Rodrigo, nada más. Me abrazó y estuvimos así por largos minutos, después me llevó a ese café en la playa que era tan nuestro.
Me contó que había regresado a su ciudad y que su hermana y madre habían estado tan contentas de volverlo a ver. Había conseguido un buen trabajo en una compañía transnacional, lo cual le permitió comprarse una casa. Su madre vivía con él, aunque su hermana no, ya que se había casado con un muy buen hombre que la hacía feliz. El también se había casado con una compañera del trabajo y estaban esperando su primer hijo en unos meses. Lo oí platicar sobre su vida. Se le notaba la felicidad y eso me llenó de alegría. Yo le conté de cómo mis hijas habían crecido y estaban en la secundaria ya. Le conté de mi éxito en el trabajo y del proyecto que actualmente ocupaba mi tiempo. Le conté de Armando, un doctor divorciado con quien estaba saliendo desde hace un tiempo, cómo era tan especial conmigo al cuidarme y al hacerme reír. Le conté, también, cómo Armando me había propuesto matrimonio, pero yo insistía en esperar hasta que mis hijas se graduaran de la secundaria. Así estuvimos varias horas platicando. Alegrándonos de las alegrías y simpatizando con las penas y dificultades que el otro había experimentado durante estos cinco años.
Llegó la noche y la hora de despedirnos.
“Te ves más hermosa que nunca. Cuídate mucho, Laura. Recuerda tu valor y sigue persiguiendo tus sueños. Eres una mujer asombrosa. Siempre daré gracias por el tiempo que te tuve en mi vida. Fuiste la forma que el Universo utilizó para hacerme crecer, para cobrar aliento. Aprendí tantas cosas valiosas a tu lado, todo ese amor que me brindaste, tan desinteresadamente, me dio la fuerza que necesitaba para seguir y el valor para afrontar lo que vendría después. Te llevo siempre en el corazón con gratitud y mucho cariño. Te deseo lo mejor”.
“ Yo también te agradezco, Rodrigo, por todo lo que me brindaste; un hombro donde llorar, unos brazos siempre listos para abrazarme, un compañero y un amigo que me dio su compañía y escucha en el que fue el tramo más difícil de mi vida. Me alegra sobremanera que hayas logrado lo que te propusiste y que, tú y tu familia, sean tan felices. Siempre te recuerdo, doy gracias por ti y pido por tu bienestar. Mi cariño y respeto los tienes siempre. Yo también te deseo lo mejor”.
Así nos despedimos y volvimos a renovar nuestra cita en el mar. Nos volveríamos a encontrar, después de cinco años más, y veríamos dónde la vida nos tendría, pero mi corazón agradecía que, lo que ya habíamos vivido, nada ni nadie podría arrancárnoslo del alma.
E.V.E
24 notes · View notes
billiejeanwords · 9 months
Text
Al final, es con quien no le de igual, si te quedas o te vas.
32 notes · View notes
hashimablog · 2 months
Text
𝗦𝗘𝗡𝗧𝗜𝗠𝗜𝗘𝗡𝗧𝗢𝗦.
Tumblr media
33 notes · View notes
teenage-dreams18 · 1 month
Text
Que mal hice en otra vida, para que en esta, mi cabeza me haga tanto daño?
21 notes · View notes
slowy-love · 1 year
Text
Te escribo aquí por que tengo miedo de que no respondas o, tal vez sea por que tengo miedo de escribirte, no lo sé.
Quiero que sepas que todo ha sido una montaña rusa, hemos subió y bajado, a veces lento, a veces rápido. Hemos sentido una adrenalina y créeme, me gusta tanto.
Me gusta tanto por que he reído y he llorado. Me gusta tanto por que he podido molestarme y he podido encontentarme.
Todo ha sido hermoso, créeme, que aunque a veces sientas que he querido bajar de esta montaña, estoy aquí, subiendo y bajando, por que te amo.
57 notes · View notes
torbellino1 · 4 months
Text
♱ 𝑀𝒶𝓇𝒸𝒽𝒾𝓉𝑜 ♱
El tiempo todo lo cura pienso, buscando la cura de mis locuras en delgadas líneas de cordura oscura, terapias de escritura sobre las nubes en las alturas, estrellas que rayo con estructuras en poemas de nuestra ruptura
Borrando de mi mente tus memorias guardando en mi corazón nuestra diferente historia
Ya son varias semanas que me destruyo, con fotos y recuerdos de lo que éramos tu y yo, encerrado con mis demonios entre 4 muros, de luto por nuestro amor que murió, las lluvias arrancan se acerca junio, en mi mente un diluvio, se derrumbo nuestro refugio, muero sin el calor tuyo.
Pero de tus brazos huyo, corriendo sin rumbo, me tropiezo en vicios para ver si así te olvido, en mi mundo poco lucido, muero por los días y revivió cuando el cielo es oscuro, por más que te veo en algún sueño lucido, no te busco, somos par de desconocidos
Borrando de mi mente tus memorias guardando en mi corazón nuestra diferente historia
El reloj avanza mientras el tiempo cuenta que sin darnos cuenta nos perdimos de vista, escribiendo como novelista sobre mi dolor y nuestras almas egoístas, jugando a ser artista te escribo palabras entre rimas, dedicándote mil líneas
Mi vida
Nunca más nos amaremos, ya no seremos, el sentimiento quemamos, el orgullo impide quedarnos, las palabras y sobrenombres cursis olvidaremos, quédate con el anillo, es el recuerdo del futuro que nunca cumpliremos
17 notes · View notes
thehate-machine · 10 days
Text
Tumblr media
Hatemac - Medusa❤️‍🩹
19 notes · View notes
alasdepaloma · 9 months
Text
Tumblr media
Amarlo y extrañarlo me ha guiado a contemplarlo en el titilar de cada estrella. Amarlo y no tenerlo me ha encaminado a soñarlo más que a vivirlo o a vivirlo ahí donde la posibilidad de ser uno, existe. Pero entonces despierto y no puedo ni salir de las sábanas porque allí afuera el alma desnuda se congela sin el sueño de ser amada. Es complicado para alguien que sueña amar con los ojos abiertos, y a usted, señor, he aprendido a quererlo con una vigilia invidente… Con la mirada extraviada en la fantasía.
—Paloma.
78 notes · View notes