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duchessesam · 3 years ago

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.ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 　　。　　　　　「𝗸𝗶𝗹𝗹𝟰𝗺𝗲」

. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 　。　 #K4MLI31 #K4KillerQueen

.ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 　。　　　　 ─ 𝒩𝑜𝓃-𝒮𝑒𝓍 ─

.ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 　。　　「”Everything She Wants”」

Para Francine que se encontraba completamente fastidiada, su pensar sobre los humanos simplemente le parecían seres descarados, repugnantes e ingratos, solo se acercaban a los demonios en busca de grandes riquezas, fama, salud y demás banalidades que ellos aspiraban para su patética existencia, cosas que su “Dios” no les daba con tanta facilidad, sin embargo, siempre temían cuando los favores eran cobrados con creces, abogaban a su “Dios” por piedad ante sus pecados, para redimir su alma y su conciencia ante los ojos del llamado “Todo poderoso”.

La castaña llevaba sus delicados dígitos hasta sus sienes adoloridas por la frustración que sentía crecer en su interior; para ese punto, estaba llena de ira por aquella situación que se le estaba escapando de sus manos, por ello de forma casi obsesiva leía una y otra vez aquellos papeles que ahora reposaban sobre el gran escritorio de roble, en busca de algún indicio que hiciera pagar con creces las ofensas de la familia Seo hacía el pacto que habían firmado unos años atrás.

Aunque, la castaña trataba de recordar cómo se había adquirió está deuda, recordaba por partes como había empezado con un simple peón de nombre DongMa Seo eternamente enamorado de una ambiciosa mujer, su plan era tener fortuna para complacer los lujos de su “amada”. A esa joven Francine le causaba demasiada intriga la forma en que excusaban los humanos su avaricia, como ellos la nombraban “amor” para calmar así su conciencia y expiar sus culpas ante los ojos del “Dios omnipotente”.

“─ Le amo con todo lo que soy, sin embargo, su familia no me acepta por el origen que tengo… Es por eso que te invoque, quiero tener una gran fortuna para darle todo lo que ella quiera, ponerle el mundo a sus pies. ─”

La mujer demonio recordaba con precisión esas palabras, aun así recargo su espalda en el respaldo de su silla ejecutiva, removió sus dedos entre las cosas del escritorio en busca de una cajetilla de cigarros con el fin de calmar su ira. Por lo que una sonrisa de victoria adornó sus labios una vez que dio con esa caja, sin dudarlo saco un cigarrillo el cual prendió sin mucho esfuerzo, dio una calada a este delicioso vicio que se llevaba por unos instantes sus pensamientos.

Por supuesto que su momento de calma se fue al carajo, en cuanto su asistente comenzó a llamarle para sacarle de su trance, la joven demonio alzó su vista hacía aquella menuda mujer en espera de que dijese algo digno de sacarla de su momento de relajación, la pelirroja deposito una foto de una joven que extrañamente le había parecido con un rostro angelical.

─ Señorita Hannigram, según informes de nuestros agentes el señor Seo tiene una adorada hija, sabemos que se llama Charlotte, tiene 22 años, adora los lujos, las fiestas y los excesos…─Comentó con seriedad la pelirroja, Francine soltó una carcajada sonora que desconcertó a la asistente.

─ Pasen a la soltera número uno─ Al decir aquello en tono de burla, su rostro se tornó serio y oscuro, dio otra calada profunda a su cigarrillo mientras su mente maquilaba el siguiente paso a dar. ─Bombón, lo que harás es ponerle algunos hombre que la sigan a todos lados, quiero saber todos sus movimientos, desde que se levanta hasta que se duerme… Y por último, la quiero frente a mí para este jueves. ─ Condeno la demonio.

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sweetcharlotte29 · 2 years ago

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K4MLI04

“Bueno…grita, llora, di algo”

#K4MLI04

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January, 2014

Poco más de dos semanas habían pasado desde que el padre de Charlotte había recorrido los pasillos del hospital con su hija en brazos, clamando ayuda; el camino había sido marcado por la sangre de la adolescente, camino que entonces ella recorría en una silla de ruedas al haber sido dada de alta al fin.

In Hye no estaba presente y es que todo parecía muy confuso, pues a pesar de que los médicos habían podido salvar la vida de la castaña, que pendía de un hilo, ella parecía haberse aferrado a la idea de dejarse ir, su boca no se había abierto más que para dar un par de bocados a la comida que le era dada; sin embargo, además de ello, ni una sola palabra había salido de su boca.

—Señorita, sus padres la están esperando en casa. Así que si me lo permite, la voy a cargar para subirla al coche —dijo el chofer mientras dejaba en el maletero el pequeño bolso con las casi nulas pertenencias de la más pequeña.

La muchacha solo atinó a asentir, con la mirada ida. Aquellos brazos la movilizaron con total facilidad, que casi se asemejaba al mover una pluma ¿Cuántos kilos había perdido en todo ese tiempo? ¿Cinco o tal vez ocho? No estaba segura, pero si podía sentir ella misma como sus fuerzas eran totalmente torpes. Y tampoco era que ella se hubiese esforzado mucho en su tiempo metida en aquel lugar, solía perderse en sus pensamientos más de lo que cualquiera podría soportar, pues desde que había despertado... Su mente se había convertido en su peor enemigo.

Tal vez 15 minutos de viaje habían pasado y el coche ya se estacionaba en la entrada de aquel lujoso "hogar", en la puerta las sirvientas aguardaban por ella y justo en el medio su padre con evidentes ojeras, y tan demacrado como ella, le veía ser movilizada por el empleado, que una vez más la movilizaba fácilmente dejándola de nueva cuenta sobre la silla de ruedas. El viaje parecía tan largo, que sintió como años lo que fueron segundos que pasaron hasta quedar frente a su padre. Le vio arrodillarse ante ella y aunque se asemejaba a ecos oyó los sollozos de su padre pidiendo perdón, perdón por haberla cuidado y buscando una respuesta a su decisión.

La menor solo pudo acariciar el rostro arrugado de su progenitor, antes de que este besara su palma y diera la orden de que la chiquilla fuese llevada a su habitación; no tenía caso preguntarle más, pues él se había resignado ya a que silencio era lo único que entonces ella sabía dar.

Los pasillos y el camino que antes recorría, de vez en cuando, entre risas; para aquel momento era acompañado únicamente por el chillido de su silla de ruedas. Tan pronto como la puerta de su habitación fue abierta, la imagen imponente de In Hye dio de lleno con ella. Ni una sola vez había ido a visitarla al hospital y podía recordar a su padre, excusándola, al decir que estaba tan afectada que no podía ni siquiera ver de lejos el nosocomio. Con una sola mirada la mayor hizo que el empleado dejara a ambas solas en la habitación.

—Querida "hija" —dijo haciendo comillas con las manos— Ni una sola vez pudiste hacer algo bien... Te salvaron y yo tuve que ingeniármelas para que tu padre no viera tu estúpida carta ¿Querías dejarme en evidencia? —le tomó con fuerza por el rostro mientras la mirada neutra de la chica se posaba en los ojos de su "madre"— ¿Querías que tu padre me culpara de tu cobardía? —una sonrisa, tan escalofriante, se formó en sus labios— No lo lograste... Me uniste más a él, tonta. Ahora no eres más que un remedo de persona.

Y en gran parte tenía razón, pues su mirada vacía ya no podía reflejar nada, era como si aquellos iris fueran solo un par de hoyos negros que se alimentaban de las emociones de Charlotte.

—𝖡𝗎𝖾𝗇𝗈…𝗀𝗋𝗂𝗍𝖺, 𝗅𝗅𝗈𝗋𝖺 ¡𝖣𝗂 𝖺𝗅𝗀𝗈!!! —se atrevió a pedir In Hye— ¿O te vas a quedar así para toda la vida? Sin servir de nada, tal y como no servía para nada tu madre.

Fue suficiente aquello para que en un pestañeo los ojos que parecían carecer de vida se inundaran de rencor, de ira y sobre todo, de sed de venganza. Entreabrió los labios y lo primero que salió fue una risa lastimera, misma que hizo a la mayor de ambas dar dos pasos hacia atrás ¿Realmente se había vuelto loca? Al parecer sí. Una sinfonía de carcajadas comenzaron a hacer eco en aquella alcoba, Charlotte reía tan alto que el sonido podía hacer pasar por alto el como sus ojos comenzaban a acribillar a su madrastra.

Sus puños se aferraron a los laterales de la silla mientras ladeaba la cabeza y la más macabra de sus sonrisas salía a relucir una vez más.

—Estoy en casa, In Hye —su voz era ronca— Prepárate para que quien grite, llore y pida ayuda; seas tú... "Mamá".

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sweetcharlotte29 · 3 years ago

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“𝙉𝙤 𝙨𝙤𝙡𝙤 𝙨𝙤𝙢𝙤𝙨 𝙖𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨, 𝙮 𝙩𝙪́ 𝙡𝙤 𝙨𝙖𝙗𝙚𝙨.”

#K4MLI02

#K4_Freeangel

La pelea con su madre había sido suficiente para que una ofuscada Charlotte saliese del país en un vuelo comercial, para entonces no le importaba siquiera el haber compartido lugares con gente común y corriente, ni mucho menos los chillidos de los niños en las faldas de sus madres. Lo único que quería era salir de ese país tan lo más rápido posible.

Tan pronto como dio un paso fuera del aeropuerto se dio la libertad de cerrar los ojos y respirar el aire, que a percepción suya, le quitaba toda carga sobre la espalda. Estuvo a nada de echar a andar cuando una camioneta se detuvo delante de ella, bufó rodando los ojos antes de retroceder un par de pasos. Muy probablemente In Hye había mandado a sus guardias a por ella.

— Estúpida muj... —sus palabras quedaron a medias cuando un rostro conocido apareció ante ella, sacando la cabeza solo un poco del coche. Sin poder evitarlo se lanzó dentro del automóvil y aquel muchacho la recibió con total goce— ¿Cómo sabías?

— Charlotte, mi amor. Desde que compraste el boleto de avión sabía que estabas en camino.

Ryusei, era su amigo con derechos, o así había decidido ella catalogar la relación que mantenía con el japonés y pasaba a más que inocentes besos y abrazos. Cada vez que visitaba el país, era Ryu quien la recibía y protegía durante su estancia.

Sin sobre pensarlo Charlotte tomó asiento sobre el regazo del mayor y una sesión de besos subidos de tono y caricias poco tímidas dio inicio mientras el automóvil echaba a andar. Poco después, ella yacía con el vestido subido hasta la cadera y los roces de ambas pelvis hacía a aquel par ahogar gemidos entre besos.

— Mierda —exclamó él con el ceño fruncido— Olvidamos subir tus maletas ¡Han!! Regresa al...

La menor no le dejó terminar de hablar, o mejor dicho gritarle al chófer, pues le tomó por el mentón e hizo que los labios de ambos se rozaran mezclando sus respiraciones— No traje equipaje, peleé con In Hye y salí a las prisas de Corea.

— Entonces... —el mayor acarició los glúteos de la más baja antes de brindarle un suave azote— Será oportuno que te pongas el conjunto que dejé sobre tu cama.

— En definitiva tener un amigo como tú, es fabuloso en muchos sentidos — casi ronroneó muy cerca al oído del mayor volviendo a atacarlo con suaves vaivenes sobre su pelvis.

— No solo somos amigos, y tú lo sabes. —respondió con voz ronca Ryusei mientras la tomaba por la cadera guiando sus movimientos para hacerlos más pronunciados.

— Ryu... —gimió el nombre de su acompañante echando la cabeza hacia atrás, en busca de la mirada ajena.

Sonriéndose con total complicidad ambos volvieron a su pasional reencuentro, él por querer tomar tanto de ella como pudiese; y Charlotte intentando distraerlo para que no se diera cuenta del coche blanco que los seguía desde que habían salido del aeropuerto.

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sweetcharlotte29 · 3 years ago

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K4MLI07

“Te odio, y lamento haber tomado tanto tiempo para darme cuenta de ello.”

#K4MLI07

#K4_Freeangel

— ¿Quién te crees para despedir a los empleados sin mi consentimiento?

— Tu heredera y la de mi padre ¿Te parece poco? —Charlotte se levantó calmada y solo bastaron dos pasos para estar frente a frente con su "madre"— De todos modos era solo un chofer ��O qué? ¿Tal vez dañé a alguno de tus amante? ¿Qué número es… El 20?

La ofensas a su figura "maternal" hubiesen seguido de no ser por la bofetada que raudamente giró su rostro con un sonido seco. Apretó las manos casi plantándose las uñas en las palmas y altanera recobró la compostura. Una sonrisa más que divertida asomó en sus labios y nuevamente enfrentó a su mayor.

— Vaya entonces le atiné, era alguno de tus amantes ¿Papá sabe de esto? —pudo ver el terror inundar las expresiones de la mayor— No, claro que no lo sabe, verdad ¿“Mamá”?

— Respétame. Por una única vez respétame, Charlotte. Que si bien no te parí, cuidé de ti cuando la desalmada de tu madre te abandonó —acercó el rostro hacia su hija y con una sonrisa malévola soltó el veneno— Además; si hablamos de amantes, tu madre fue una de ellas y tú, habrías terminado igual o peor que los criados que te cumplen los caprichos.

— No te atrevas a mencionarla, porque ella pudo abandonarme, pero lo hizo pensando que era lo mejor para mi. En cambio tú, In Hye ¿Qué de bueno has hecho? No has podido ni cuidar a mi padre —casi gruñó— Le has engañado incontables veces, mientras él se vuelve un hombre ambicioso que no ve más allá de sus fajos de billetes —casi apuñaló el pecho de la mayor con el dedo índice— ¿Y gracias a quien? ¡Ah sí!!! A ti, una perfecta mentirosa que lo alejó de todo para volverse rico e hizo que desechara incluso a la única mujer que lo amó de verdad. Sabes su nombre ¿Verdad? —su contrataque llegó junto a una burlona sonrisa al ver a su “madre” llenarse de ira— Song Hye Sun, mi verdadera madre —sabía que lo que estaba por revelar podía echar a perder sus mese de investigación, pero el enojo podía más que su raciocinio— A quien mataste cuando papá la comenzó a buscar, In Hye… Lo sé todo y es mejor que no te metas conmigo si no quieres terminar en la cárcel o con una patada en el rabo por parte de papá al saber que le quitaste su madre, a su adorada hija…

— No tienes pruebas —intentó defenderse en vano— No puedes acusarme sin pruebas.

La risa, casi como si estuviese desquiciada, salió de sus labios antes de dar un par de pasos hacia atrás — ¡Las tengo!!! Por supuesto que las tengo, no preguntes como, pero lo hice. Después de todo fui criada por una perfecta manipuladora. Alguna maña debí aprender —se encogió de hombros con completa mofa— Te quise y agradecí alguna vez por cuidarme, In Hye —volvió a acercarse a ella como si de un depredador se tratara— Pero desde que descubrí la verdad, me di cuenta de que Te odio, y lamento haber tomado tanto tiempo para darme cuenta de ello. Pero tarde o temprano has de pagar cada una de mis lágrimas, te lo juro.

Y sí, probablemente se ganaría algún problema, pero su capacidad de razonar había desaparecido; por lo que empuñando la mano derecha dio directo al abdomen de la mujer del 40 años haciendo que se retorciera de dolor en el suelo.

— Entonces ¡Me voy!! —giró para tomar con total chulería su bolso, que yacía sobre el sofá, y finalmente emprendió camino hacia fuera de su “hogar”— Dile a papá que te caíste y que me voy de viaje de estudios, después de todo, tu especialidad es mentir.

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