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#Juan J. Paz y Miño Cepeda
prensabolivariana · 26 days
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Juan J. Paz y Miño Cepeda Historia y Presente – Jueves 29 de Agosto 2024 Las revoluciones socialistas en Rusia (1917), China (1949) y, sobre todo, en Cuba (1959) han marcado profundamente las identidades de las izquierdas marxistas en América Latina. La Guerra Fría, introducida en la región desde la década de 1960, frenó la toma revolucionaria del poder por las guerrillas surgidas en distintos países, exceptuando la Revolución Sandinista (1979). Continue reading Ecuador: unidad de las izquierdas
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cuba-redh · 2 months
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Venezuela: la encrucijada política. Por Juan J. Paz y Miño Cepeda
El gobierno de Hugo Chávez en Venezuela (1999-2013) inauguró el primer ciclo históricamente inédito de gobiernos progresistas en América Latina, en el que distintos estudios han incluido a: Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016) en Brasil; Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015) en Argentina; Leonel Fernández (2004-2012) en República Dominicana; Tabaré…
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jgmail · 1 year
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Indígenas en América y Europa
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Por Juan J. Paz-y-Miño Cepeda
Fuentes: Rebelión
En 1992, con motivo de la conmemoración de los 500 años del “descubrimiento” de América por las grandes monarquías de Europa, se produjo un amplio y generalizado debate sobre los procesos de conquista y colonización en el continente. En aquellos momentos también se intentó “suavizar” conceptos y realidades, y se habló de “encuentro de dos mundos”. Pero existe una amplísima bibliografía que permite conocer y comprender el significado histórico de los acontecimientos del pasado. Hace dos décadas se publicó en España una fabulosa colección de 53 obras de las “Crónicas de América”, en la cual autores como Cristóbal Colón, Hernán Cortés o Pedro de Cieza de León y tantos otros cronistas y relatores del siglo XVI, dan cuenta del proceso de conquista y describen la vida de los “indios” en todo el continente. Un libro extraordinario, El primer nueva corónica y buen gobierno de Guamán Poma de Ayala (del que más se conocen sus famosos dibujos), posiblemente fue escrito a inicios del siglo XVII, pero el manuscrito fue descubierto en 1909 y recién publicado en 1936. Esta obra transformó los conocimientos sobre el imperio de los Incas. Imposible dejar de nombrar a fray Bartolomé de las Casas y sus dos obras fundamentales: Brevísima relación de la destrucción de las indias y la Historia de las Indias, de mediados del siglo XVI, que describen las atrocidades de la conquista y la colonización sobre los indios. Saltando distancias, hay una pléyade de investigadores sobre el mundo indígena de la época de la conquista. Nathan Wachtel, en Los vencidos. Los indios del Perú frente a la conquista española (1530-1570) destacó cómo la cultura de los Incas, tan diferente a la de los “blancos” conquistadores, fue determinante en su propia derrota. El mexicano Miguel León Portilla, en Visión de los Vencidos. Relaciones Indígenas de la Conquista, puso en claro lo que ocurrió en el pueblo Azteca. En la gran lista de estudiosos, al menos citaré a John V. Murra o a Waldemar Espinoza Soriano en sus trabajos sobre los Incas, o a Alberto Ruz Lhuillier sobre los Mayas y a Josefina Oliva de Coll en La resistencia indígena ante la conquista. Jorge Juan y Antonio de Ulloa dejaron, en sus Noticias secretas de América (1735), una detallada relación sobre las realidades del coloniaje en lo que hoy constituyen las repúblicas de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú. Pero también cabría nombrar a Jacques Lafaye, quien en Los conquistadores, trazó la visión que, en el otro extremo, tuvo el conjunto de aquellos aventureros al llegar a tierras indígenas, en las que creían no solo cumplir una misión divina sino reeditar el proceso de la Reconquista contra los “moros” en España. Existe, por tanto, contundente bibliografía histórica para entender, sin lugar a duda ni titubeos, que la conquista fue un proceso sangriento de sometimiento y destrucción sobre las poblaciones indígenas de América. Y para comprender, además, que para América Latina el coloniaje marcó las bases del “proceso de acumulación primitiva de capitales”, estudiado por K. Marx en El Capital, y que fuera tan beneficioso para Europa, así como también marcó el subdesarrollo de la región, del cual aún no se logra desprender. En una nueva era de redefinición de las relaciones internacionales como la que vivimos en el presente y en la cual ha comenzado el quiebre histórico de la hegemonía de Estados Unidos/Europa, nuevamente se acude a revisar la historia para ofrecer otros enfoques que salven la situación tradicional. De la mano de académicos y políticos identificados con las derechas, tanto en España (y Portugal) como entre los autodenominados “hispanistas” de América Latina, han aparecido posiciones y estudios que identifican a los conquistadores como “libertadores” de pueblos, porque a ellos se unieron sectores de las noblezas Aztecas o Incas y miles de indígenas que tenían múltiples razones para levantarse contra las capas dominantes internas. Pero también reivindican una “comunidad hispánica”, bajo la idea de que nunca existió coloniaje, pues estas tierras americanas eran provincias de la Madre Patria, que ejerció una acción benéfica (https://rb.gy/vm6sh). Tratan de negar procesos que no fueron “leyenda negra” sino realidades demostradas desde los escritos del siglo XVI. En otro reciente estudio, destacado por agencias internacionales de prensa, acogido como novedad atrayente para la renovación histórica y titulado El descubrimiento de Europa. Indígenas y mestizos en el Viejo Mundo (https://rb.gy/p6nfk), Esteban Mira Caballos pormenoriza, con lujo de fuentes, cómo fue la llegada de los primeros indígenas a España (llevados inicialmente como esclavos); sigue, además, las huellas de antiguos nobles indígenas que lograron trasladarse a España, y estudia las migraciones indígenas (también de mestizos), que crearon espacios propios de vida y acción. Sin duda, apunta a resaltar los aportes socioculturales que los indígenas lograron introducir en tierras tan lejanas y que los propios europeos no suelen creer y menos admitir. Entre sus varias obras, Mira Caballos tiene un libro anterior: Conquista y destrucción de las Indias, 1492-1573, en el cual reconoce la naturaleza brutal y destructora de la conquista. Pero, a propósito de su reciente libro, este historiador no ha dejado de añadir cierta inclinación “europeizante” y llega a afirmar que la conquista, en definitiva, no fue tal, sino un proceso en el que el 95% de los “conquistadores” eran indígenas (https://rb.gy/gh3al); señala las alianzas de muchos nobles con los españoles, así como observa antiguos curacas/caciques convertidos en dominadores de sus propios pueblos. A propósito de estas afirmaciones, claro que es conocida la alianza que trabaron poblaciones indígenas enteras para apoyar a los blancos conquistadores y para tratar de obtener ventajas de ello. Pero eso no les convierte en “conquistadores” que tuvieran en mente la conquista de esencia colonialista que portaban los blancos españoles/europeos al servir de instrumentos de la avanzada mercantilista, en plena era capitalista. De modo que las nuevas formas europeizantes de concebir la conquista y el coloniaje tratan de minimizar el carácter brutal y destructor que tuvo el proceso de conquista en América Latina y buscan encontrar una comunidad internacional entre iguales, cuando lo cierto es que desde la época colonial hasta el presente, es una realidad incontrastable la diferenciación marcada entre el norte dominante y el sur global dependiente y dominado por potencias capitalistas centrales, que aprovecharon del antiguo colonialismo para forjar su propia vía de desarrollo, del que fueron apartados los países latinoamericanos.
Historia y Presente – blog www.historiaypresente.com
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korrektheiten · 7 months
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Wie wurde Ecuador von einer „Insel des Friedens” zum „failed state”?
NachDenkSeiten: »Trotz seines bewegten republikanischen politischen Lebens hat es in der Geschichte Ecuadors noch nie eine Situation gegeben wie die, die das Land aktuell erlebt. Banden des organisierten Verbrechens haben einen „Narco-Putsch” versucht. Wie konnte das Land in diese Situation geraten? Und welche Rolle spielen die USA dabei? Von Juan J. Paz y Miño Cepeda. Weiterlesen http://dlvr.it/T3tCj8 «
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ivangzama · 1 year
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Juan J. Paz Y Miño Cepeda /// Neo-derechas en América Latina https://diariohoja.com/juan-j-paz-y-mino-cepeda-neo-derechas-en-america-latina/ En el lenguaje cotidiano, pero también en los estudios académicos se utilizan los términos “derecha” e “izquierda” (con sus matices de centro, ultra, radical, nueva, post, o cualquier otro), para caracterizar la inclinación política a favor o en contra de ciertas personas, partidos o clases sociales. Son términos operativos, para una identificación rápida, entendible, aunque sin la rigurosidad suficiente para definir el sentido de las estructuras históricas a las que pretenden representar. En la configuración de los Estados latinoamericanos del siglo XIX las categorías fueron otras. Predominó la confrontación bipartidista entre liberales y conservadores, denominados igualmente como pipiolos y pelucones (Chile), blancos y colorados (Uruguay), y normalmente expresados a través de caudillos, antes que por partidos plenamente estructurados. Les diferenciaron la inclinación por los hacendados, la tradición, el catolicismo, la familia y la Iglesia (conservadores) o a favor de las burguesías emergentes, los derechos civiles, el laicismo, la apertura económica al mundo (liberales). En cambio las luchas de los campesinos, los indios o los esclavos, eran identificadas como rebeliones y sublevaciones, liquidadas con inexorable represión y mortandad. ▶️ #SomosPuebloDigno 🇻🇪😷¡En recuperación permanente de la Patria! ▶️ #LosGringosNuncaCumplen 🇻🇪😷 ▶️ #LeerDescoloniza 🇻🇪🕊️😷💙📖📚
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achingster · 7 years
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Retomar el latinoamericanismo
  Escribe: Juan J. Paz y Miño Cepeda   
28/06/2017
Destino Manifiesto, Americanismo, Panamericanismo y “Oeísmo” tienen una misma línea de continuidad histórica. Tras su independencia, al inicio de su vida como Estado federal y república presidencial, admirados en todo el continente, los Estados Unidos asumieron el papel de líderes, conductores y promotores de los valores de su democracia, de su…
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yo-sostenible · 5 years
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Desigualdades: el problema son los millonarios
Desigualdades: el problema son los millonarios
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Corresponde librar la batalla por las ideas, a fin de fortalecer la conciencia social por el cambio, la construcción de una nueva sociedad, y el retorno del valor socialmente creado a sus legítimos dueños: los trabajadores de todas las esferas económicas en su conjunto, de cuyo esfuerzo siguen apropiándose los millonarios.
Por Juan J. Paz y Miño Cepeda
Contrainformación, .- En los últimos…
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gerojasp · 7 years
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GeRojasP
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Gobiernos progresistas: qué no hacer
Gobiernos progresistas: qué no hacer
  Juan J. Paz-y-Miño Cepeda Rebelión
    Escribo desde México, donde participo en varias actividades, con motivo de la presentación de la revista Nexos (www.nexos.com.mx), que hizo un planteamiento sugestivo: “Qué (no) hacer. Lecciones de los gobiernos latinoamericanos de izquierda”, en referencia a las experiencias de los diversos gobiernos del ciclo progresista latinoamericano, que mucho…
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virtualnighttiger · 6 years
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Ecuador: ¿Y la corrupción contra el fisco?
Ecuador: ¿Y la corrupción contra el fisco?
el famoso libro de Thomas Piketty El Capital en el Siglo XXI (2013) demostró que desde la década de 1980, el aperturismo neoliberal agravó la concentración de la riqueza y aumentó la desigualdad social, a tal punto que los multimillonarios apenas representan al 1% de la población mundial.
Juan J. Paz y Miño Cepeda
ALAI AMLATINA, 29/03/2018.- El capitalismo es una especie de telón de fondo sobre…
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prensabolivariana · 10 months
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“Libertad económica” para el subdesarrollo
Juan J. Paz y Miño Cepeda Historia y Presente – Lunes 30 de Ocubre 2023 La Sociedad Mont Pelerin (MPS: www.montpelerin.org) creada en Suiza en abril de 1947 a iniciativa de Friedrich von Hayek (1899‐1992), reunió a 36 economistas, historiadores y filósofos, para discutir “la crisis de nuestros tiempos” y concluyó con una Declaración de Principios (https://tinyurl.com/3frnxsa9). Hayek era un…
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prensabolivariana · 10 months
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Enrique Dussel, Pensamiento liberador en América Latina
Por Juan J. Paz y Miño Cepeda | 15/11/2023 | América Latina y Caribe En la opinión general suele creerse que en historia -tanto como en economía, que son ciencias “hermanas” en esto-, si no hay datos para comprobar los hechos, simplemente la realidad se ha sustituido por la imaginación y la palabrería. En buena parte hay razón, pues no se puede hacer historia ni economía sin datos concretos,…
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prensabolivariana · 13 hours
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Por Juan J. Paz-y-Miño Cepeda | 24/09/2024 | Ecuador Ecuador inauguró el largo ciclo actual de la democracia constitucional, representativa y electiva el 10 de agosto de 1979, al entrar en vigencia la nueva Constitución y posesionarse Jaime Roldós como presidente de la República, al mismo tiempo que iniciaron las actividades normales de la “Cámara Nacional de Representantes” como se denominaba por entonces al Congreso. El país lleva 45 años de “democracia” y cabe destacar los siguientes procesos. Continue reading Ecuador: huellas de la democracia
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prensabolivariana · 10 months
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Noboa y Milei, ¿tan lejos y tan cerca?
Por Juan J. Paz-y-Miño Cepeda | 29/11/2023 | Argentina, Ecuador En el contexto general de la historia contemporánea de América Latina destaco al menos los siguientes puntos para comparar la situación coyuntural entre Argentina y Ecuador.UNO. Con el avance del siglo XXI, existe un proceso mundial de reordenamiento de los poderes centrales: mientras declina la hegemonía de los Estados Unidos,…
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jgmail · 1 year
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¿Galápagos entre jaque o mate?
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Por Juan J. Paz-y-Miño Cepeda
Las islas Galápagos son famosas en todo el mundo. Aún quienes no las han visitado conocen sobre su fauna y las asocian a Charles Darwin, quien las visitó en 1835 y realizó allí las investigaciones que le permitieron formular su teoría sobre el origen de las especies. No todos saben que pertenecen a la República del Ecuador, que fueron descubiertas por Tomás de Berlanga en 1535 y que fue Juan José Flores, el primer presidente en la historia republicana del país, quien tomó posesión soberana de las islas el 12 de febrero de 1832. Las Galápagos comprenden 13 grandes islas, 9 medianas y más de 100 islotes. Desde la época colonial fueron usadas por piratas, cuya historia la rescata Sebastián Donoso Bustamante en su libro Piratas en Galápagos: 1680-1720. Algunos colonos que se establecieron en el siglo XVII se interesaron en la explotación de grasas y aceites. Entre mitos y exotismos, las islas siguieron aisladas. Pero desde Darwin, la presencia inglesa marcó sus nombres, pues cada isla tuvo alguno que se conservó largamente (Albemarle, Narborough, Indefatigable, James, etc.), hasta que se impusieron las denominaciones nacionales (Isabela, Fernandina, Santa Cruz, San Salvador, etc.). A comienzos del siglo XX el colono Manuel Julián Cobos, considerado el “emperador” en Galápagos, estableció un ingenio azucarero. También existió una colonia penal. Hoy el Archipiélago constituye una provincia, con administración especial, crecida población y cuya base económica es el turismo, que el Estado ha procurado controlar. La Unesco declaró a las islas como Patrimonio Natural de la Humanidad (1979), aunque tiene altos riesgos medioambientales. Las alejadas islas Galápagos y su casi nula significación económica para los gobiernos del Ecuador en el siglo XIX, hicieron pensar en la posibilidad de arrendarlas e incluso venderlas. También fue acusado de esa posición el caudillo liberal-radical Eloy Alfaro. Pero él mismo relata, en Historia del Ferrocarril del Sur, que en 1895, todavía como Jefe Supremo, recibió la propuesta de cinco millones de Libras Esterlinas por el Archipiélago, que rechazó; que en 1898 le ofrecieron 300 millones de francos por las mismas islas y que también lo rechazó; que, además, dio un informe reservado sobre ello al Congreso, que sirvió para acallar a los conspiradores que, sin embargo, continuaron oponiéndose al ferrocarril; y que nuevamente volvió a recibir ofertas sobre las Galápagos a fines de su segunda administración. En Consejo de Ministros se resolvió consultar en cada provincia la opinión de los “vecinos principales” y Alfaro pasó una circular a los gobernadores, en la que pidió: “Mi deseo sería, si fuera posible, oír la opinión de todos los ecuatorianos, á fin de proceder con el dictamen y acuerdo de las mayorías”, sin exceptuar á ningún partido político, para consultarles sobre el arrendamiento de las islas. Esa circular, dice Alfaro, incendió a los confabuladores, azuzados por la prensa de oposición. Sin embargo, Alfaro cortó todas las reacciones, aclarando que la supuesta negociación no se realizaría. “Con esta contestación de mi parte, se desatendió el Gobierno en el asunto arrendamiento; pero no así los opositores que siguieron propalando rumores falsos que favorecieran sus planes proditorios”. El Archipiélago, que siempre despertó el interés de Gran Bretaña y Francia, también estuvo en la mira de los Estados Unidos. En 1883 el Senado las consideró “tierra de nadie”; tras la construcción del Canal de Panamá fueron vistas como islas estratégicas para defenderlo; durante la I Guerra Mundial también fueron consideradas; en 1935 se pretendió la “internacionalización” de las islas bajo orientación monroísta; pero fue durante la II Guerra Mundial cuando manu militari los EE.UU. establecieron una enorme base en la isla Baltra, quedándose allí hasta 1948, aunque hubo, de por medio, un acuerdo reservado con el gobierno de Carlos Arroyo del Río; y durante la larga época de la Guerra Fría, bajo la ideología del americanismo, las Galápagos fueron, sin duda, una región geoestratégica para la posible defensa de la costa sudamericana del Pacífico. En tiempos contemporáneos ya no solo pesan los intereses geoestratégicos, sino el espíritu de los buenos negocios. La pesca ilegal, que pone en riesgo a Galápagos como patrimonio universal, resulta incontenible. El turismo, cada vez masivo, también tiene riesgos. Y, sin duda, el interés por explotar recursos o extender infraestructuras y construcciones. Es un tema complejo, que requiere de la decisiva imposición de políticas de Estado. Pero el asunto no funciona como el ideal busca. Durante el gobierno de Lenín Moreno (2017-2021) se denunció la posibilidad de convertir nuevamente al Archipiélago en una base de acceso militar para los EE.UU., algo que no se aclaró totalmente (https://bit.ly/2KrfCMJ). Su sucesor, Guillermo Lasso, expidió el 9 de mayo (2023) el Decreto 735 con cuatro páginas de “Considerandos”, en los cuales se argumenta y justifica, que “se contempla el establecimiento de la corporación sin fines de lucro ¨GALAPAGOS LIFE FUND¨ (GLF), cuyo objeto es promover el mantenimiento, crecimiento y seguridad del capital natural de las Islas Galápagos y sus ecosistemas marinos mediante la concesión de subvenciones o la financiación de proyectos de organizaciones, agencias gubernamentales y otras entidades para proyectos medioambientales y de desarrollo sostenible pertinentes, teniendo en cuenta cuestiones de biodiversidad, sociales, económicas, de sostenibilidad y de cambio climático y pignorando activos para garantizar préstamos y otras obligaciones en apoyo de dicho propósito, en cumplimiento del marco normativo nacional”. Se crea un Directorio, en el que participan 4 ministerios y el Consejo de Gobierno de Galápagos, que decidirá sobre el uso de los “Fondos de Cooperación” destinados al GLF.   Pero ha sido el blog JACOBIN, el que ha puesto una alerta al Ecuador y al mundo (https://shorturl.at/pquA7). De acuerdo con el artículo de Justin Villamil, Ecuador reduce la deuda en mas de mil millones de dólares y proporciona alrededor de $12 millones al año para los esfuerzos de conservación en Galápagos, así como $5,4 millones adicionales para generar una dotación permanente, todo durante los próximos dieciocho años. Un asunto que luce “histórico” y loable. Pero agrega el autor que los detalles son menos halagüeños: los fondos de conservación serán gastados por un fideicomiso especial llamado Galapagos Life Fund, una compañía de responsabilidad limitada registrada en Delaware, dirigida por once directores: cinco del gobierno de Ecuador y seis externos. Y Villamil anticipa su conclusión: “Ecuador ha cedido el control soberano de las Islas Galápagos a un fideicomiso independiente con sede en los Estados Unidos”. En forma apresurada, el gobierno, a través de la Secretaría de Comunicación, ha tenido que salir a defender el fideicomiso y atacar las críticas, centrando su argumento en que Ecuador no ha cedido ningún tipo de control sobre la soberanía nacional de las Galápagos; que GLF es una “entidad privada”, cuyas inversiones provienen de fundaciones y no de fondos públicos; que en el Directorio hay 8 nacionales y 3 extranjeros; y que el fondo queda “fuera de influencias políticas” (https://shorturl.at/cMSU9 // https://shorturl.at/arCJN). Admitiendo la aclaración, la transparencia no está garantizada y mucho menos en una entidad privada que se superpone a las capacidades del Estado y su obligada institucionalidad. ¿Qué pensar sobre un fideicomiso constituido en Delaware, Estado considerado como “paraíso fiscal” (https://shorturl.at/epx24)? La posibilidad de que esta tendencia y la orientación económica “libertaria” y empresarial cambien en agosto de 2023, gracias a las elecciones forzadas por la “muerte cruzada”, es un asunto incierto.
Blog del autor: Historia y Presente www.historiaypresente.com
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jgmail · 2 years
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La otra cara: economías populares
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Por Juan J. Paz-y-Miño Cepeda
La conquista y la colonización de América alteraron las economías de las poblaciones aborígenes.
Durante la época colonial se impusieron tanto la jerarquización social asentada sobre la explotación brutal de la fuerza de trabajo indígena, como la marginación de las economías populares que surgieron. Interesaban las distintas actividades de valor mercantilista para la Corona y los blancos hegemónicos. Y nacieron las bases estructurales heredadas por los nuevos Estados latinoamericanos, una vez alcanzadas sus independencias. Mientras en el siglo XIX se consolidaron las economías de las clases dominantes en torno a la producción agrícola, ganadera y minera, el comercio externo, los bancos y cajas de ahorro, y todo ello en manos de poderosos y reducidos clanes familiares, las economías populares adquirieron una serie de características propias en cada país latinoamericano Entre tantas formas de producción, comercio y supervivencia, me referiré a la producción comunitaria, la de los hogares pobres y medianos, las artesanías y los productores e intermediarios autónomos. A pesar del sometimiento, la vida comunitaria indígena en México, Guatemala o los países andinos (especialmente Bolivia, Ecuador y Perú), no logró ser destruida totalmente. Se conservaron allí las relaciones de reciprocidad. Las comunidades poseían tierras y recursos, pero durante la vida republicana continuó el despojo en beneficio de las haciendas, estancias y plantaciones. Miembros de las comunidades acudían a ferias locales y regionales para vender productos, aunque a menudo esa circulación de bienes quedó en manos de intermediarios, que podían constituir largas cadenas. El trabajo en las haciendas no solo fue personal, sino que incluyó a las familias indígenas que realizaban distintas tareas. El empleo del trabajo colectivo (como la minga -o minka– en los Andes) fue aprovechado incluso por el Estado. La alimentación, el vestuario y aún la vivienda básica fueron proporcionados por las comunas y comunidades, que complementaban lo poco que los “patrones” entregaban a sus peones, sometidos a variados sistemas de servidumbre que perduraron hasta mediados del siglo XX. Artesanías comunitarias, como los textiles, se basaron en métodos y tecnologías tradicionales. La economía comunal era básicamente agraria y mínimamente ganadera, exceptuando Argentina, donde los gauchos sostuvieron la ganadería. La economía comunitaria vivió en forma paralela a la economía terrateniente. La supervivencia marcó la vida interna, que incluyó fuertes lazos culturales, identidades, costumbres, rituales y gobierno. Cuando fue inevitable, la vida comunitaria se inscribió en las haciendas. Pero la economía indígena siempre lució como rémora del pasado para las elites del poder, literalmente “propietarias” de la vida política nacional y del destino de sus habitantes. Los hogares pobres y medianos de los pueblos y ciudades lograron sobrevivir con la producción de bienes destinados a mercados usualmente restringidos. La producción central fue la de alimentos naturales o preparados para la venta directa o la entrega a los tenderos y distribuidores. Consistían en dulces y melazas, panes, pastas y tortas, elaborados de cereales, bebidas y refrescos, carnes variadas, maíz y sus elaborados, papas o cualquier otro producto. También se hacían bordados, tejidos y ropas. La economía hogareña, practicada en todos los países, ayudaba al sostenimiento familiar, incluso cuando algún miembro (normalmente el padre) obtenía cierto empleo que regularizaba los ingresos. Las artesanías tienen larga tradición en la historia de América Latina, que puede remontarse hasta la época aborigen, cuyas cerámicas, por ejemplo, se conservan en museos de todos los países. Los oficios republicanos eran múltiples: carpinteros, herreros zapateros, peluqueros, curtidores, tejedores, sombrereros, ceramistas, joyeros, alebrijes, herreros, ladrilleros, pedreros, etc. y también otros que resultaban verdaderos artistas de la escultura, pintura o la construcción. Las artesanías respondieron a dinámicas familiares o a la del maestro y sus ayudantes o aprendices. Se mantuvieron hasta cuando el desarrollo industrial del siglo XX y las importaciones de bienes industriales, arrasaron con una serie de productores. Existieron gremios artesanales desde la época colonial. Entre las mutualidades y los gremios nacieron las primeras luchas y demandas de las incipientes clases obreras, a inicios del siglo XX. Productores e intermediarios hubo tanto en el sector rural como en el urbano Los arrieros, por ejemplo, transportaban bienes entre regiones. En las ciudades se hallaban personas que ofrecían sus servicios para cualquier “trabajo” en las casas, para el transporte de bienes (cargadores), cuidado de solares, labores en los puertos (estibadores) o actividades coyunturales. A menudo las leyes policiales contra los “vagos” perseguían a quienes no se ofrecían a realizar cualquier tarea. La servidumbre doméstica (esclavas afrodescendientes hasta mediados del siglo XIX) aumentaba en número según el “abolengo” de la familia empleadora y las mujeres dedicadas a este oficio predominaron sobre los hombres. Así, los pobladores obtenían mínimos ingresos para la vida diaria. Todos esos sectores se readecuaron con el desarrollo capitalista, integrando los grupos de “marginales” e “informales”. Hacinamiento, barriadas pobres, suburbios, han resultado espacios que crecieron ante la incapacidad estructural de los Estados y de la empresa privada para generar más empleo para la población. Y resulta atrevido que el romanticismo económico neoliberal bautice como “emprendedores” a personas que apenas sobreviven del sinnúmero de actividades informales que generan. Las variadas formas de las economías populares fueron subvaloradas -y hasta despreciadas- por los grupos dominantes, que las consideraron dignas de esferas “bajas” y de vida ajenas a sus valores, posición social y costumbres. La política, en manos de los clanes despóticos, tenía que observar y privilegiar las demandas de los poderosos. El Estado, orientado por los supuestos de la “libertad privada”, poco hizo, exceptuando aquellos gobiernos que adelantaron algunas obras o crearon ciertos servicios públicos. Hasta bien entrado el siglo XX la mayoría de países latinoamericanos eran pobres y atrasados, las poblaciones indígenas seguían miserables y las economías populares continuaban rutinarias y tradicionales. Ecuador fue uno de los países más atrasados en Sudamérica hasta inicios de la década de 1970. Esas realidades daban cuenta de sociedades latinoamericanas con amplias relaciones precapitalistas que convivieron y se articularon con las formas capitalistas en otros sectores. Sobre la base de las antiguas economías populares nacieron las nuevas formas de economía popular, social y solidaria del presente, que conviven con las grandes economías empresariales. Los estudios y estadísticas sobre el tema son escasos y su pasado poco esclarecido. Pero es importante seguirlas para comprender su evolución y su dinámica, a fin de poder guiar políticas de desarrollo económico social y no exclusivamente empresarial. Además, esa historia del pasado al presente niega las teorías económicas nacidas en los países de capitalismo central, que creen en las “decisiones racionales” para el “éxito”, confían en las “capacidades” individuales, alaban el “emprendimiento privado”, suponen mercados “perfectos” o consideran que el “goteo” de la riqueza es posible aún cuando existen dos terceras partes de las poblaciones latinoamericanas que hoy poseen empleos precarios, están en el desempleo o forman parte del extendido sector de “subempleados”. El neoliberalismo latinoamericano no tiene una sola respuesta viable para el desarrollo y bienestar de quienes se localizan en el sector de las economías populares.
Blog del autor: http://www.historiaypresente.com
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