#José Luis Diezma
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José Luis Diezma • Real Betis Balompié (1992-1996)
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La luz de la caza (2018) es el tercer libro de Vicente Amat Lanzarote, es la obra que cierra la trilogía que se inició con Apuntes de caza (2016) y prosiguió con Días de campo, caza y fogones (2017).
Como tal trilogía, los libros son como tres ‘hermanos’ que se parecen más en el físico y difieren más en el carácter, valga este símil para comentar que, en general, las tres obras coinciden sobre todo en el continente y se diferencian más por el contenido.
Son similares por el formato, la estructura, las citas oportunas y acertadas, los capítulos ilustrados, por tener varios prologuistas y, por supuesto, por el estilo sencillo y profundo –de los que llegan al lector– de Vicente a la hora de escribir.
Apuntes de caza fue aire fresco, la reivindicación del Vicente escritor, la sorpresa que supuso que el autor pudiera igualar con la pluma su amplísimo y brillante bagaje en grabaciones cinegéticas y de naturaleza. Apuntes trata de aquello que llevó a Vicente a iniciarse como cazador y, en general, de las cacerías con la pointer Tiza. El autor de las ilustraciones es Luis Lorenzo Sánchez Diezma, 35 magníficos carboncillos, con un espectacular retrato de Tiza en portada.
Más sorprendente aún fue la segunda parte de la trilogía, ya que bien pudiera pensarse que iba a ser un Apuntes de caza (II), ¡y qué va! Mantiene el nivel literario y cinegético del primero, sin embargo, el contenido gira, y tras una explicación de cómo se generó la obra y un prefacio, va de lo universal (Las estaciones) a lo particular (Los días, dos relatos por mes), pasando por Los meses (con una descripción genérica y otra particular), para despedirse con un intenso epílogo. Esta vez, Luis Lorenzo, emplea brillantemente el lápiz en 38 láminas, con un espléndido jabalí en la nieve de portada.
Quizá, La luz de la caza no sorprende tanto porque esta vez el giro en el contenido ya es esperado. Mantiene el nivel de lo escrito y de lo cazado de sus ‘hermanos mayores’, que es altísimo, y Vicente, tras explicar cómo se generó el libro, como en sus predecesores, algo que se agradece, toma la ruta de la luz de la caza, de todo aquello que la envuelve, la luz en sí, los colores, los olores, el paisaje… y, por supuesto, de la propia caza: de la escopeta y también del rifle, de las especies que con ellos se cazan, y va un paso más allá en cómo utilizó esa luz para sus documentales. Toma después el difícil camino de los vientos, de cuáles son éstos y cómo influyen en cada cacería, y lo hace con solvencia y brillantez, es un capítulo, además de bonito, en la cual se aprende y en el que el autor regala al lector no poco de su saber campero. Otro intenso y profundo epílogo despide La luz, despide la trilogía.
Agachadiza
Esta vez Rosa María Suárez y la hermana del autor, Carmen Amat, toman el relevo en la ilustración. Rosa se hace cargo de la portada (una preciosa becada), la reiteración de ésta, la impresión para los autores, Laus Deo y la contraportada, y Carmen del resto del libro. El estilo de Rosa es realista, utiliza lápiz y goma de borrar para los blancos, mientras que Carmen, con un trazo más rápido, utiliza lápiz y goma de borrar para las aperturas de los apartados y acuarela en blanco y negro para las de los capítulos.
La Luz rescata el poema corto y delicioso de Apuntes, pero no se olvida de la narración descriptiva, del relato y de la reivindicación, que desgraciadamente es más realidad que pesimismo. Las citas y los guiños a sus predecesores son continuos, pero La luz no es ni Apuntes (y III) ni Días (II), es La luz de la caza, esas citas y guiños sólo acrecientan el sentido de la trilogía, que tiene esa virtud, tener el empaque de tal y que a vez los tres libros por separado sean independientes además magníficos.
Seguramente, amigo lector, el mayor defecto de esta trilogía es que se lee rápido.
DATOS
Autor: Vicente Amat Lanzarote.
Ilustraciones: Rosa María Suárez Sánchez y Carmen Amat Lanzarote.
Sobre La luz de la caza: Javier López de Ceballos, José Cruz Ordóñez Sánchez, Luis Jiménez Amat, Federico Luis García Alcázar y Adolfo Sanz Rueda.
Edita: Vicente Amat – Kalima Ediciones.
Primera edición de 300 ejemplares.
Características: Tamaño 15 X 21 cm. 246 páginas. 24 ilustraciones (17 a lápiz y siete a acuarela). Impresión en blanco y negro. Cubiertas en color. Encuadernación rústica con solapas completas, cosido con hilo vegetal.
P.V.P.: 42 euros.
Información y pedidos: [email protected] / Teléfono: 629 98 40 25.
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‘La luz de la caza’ de Vicente Amat, la luz que cierra el ciclo La luz de la caza (2018) es el tercer libro de Vicente Amat Lanzarote, es la obra que cierra la trilogía que se inició con
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Se cree que el nombre de mayo proviene de Maya, madre de Mercurio. En el calendario católico este mes era conocido como “el de María”.
Mayo es uno de los meses de lluvia por antonomasia en nuestro hemisferio. Aunque el clima no siempre obedece a un patrón establecido: “cuando marzo mayea, mayo marcea”, refrán que indica con qué facilidad se invierten los ciclos en la naturaleza.
Generalmente, suele ser este un mes en el que a días soleados, con tardes lluviosas y temperaturas agradables, se superponen otros más fríos y desapacibles.
“Quien deja el abrigo un día de invierno
contento irá en mayo a cogerlo”.
“Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo”.
En mayo incuban la curruca, el pinzón, la perdiz, la tórtola, la torcaz, la codorniz…
Florecen los rosales silvestres o escaramujos, las margaritas, los perales, la gamonita, la jara, el acebo, el romero y el serbal de cazadores, entre otros.
Es un mes magnífico para los recolectores de espárragos.
“El campo es una gran sinfonía en amarillo donde apenas dan una leve nota, blancos de nievecillas, morados de lenguazas y nazarenos, rojos de amapolas y aquellas florecillas que el jaramal, que llega ya a la cruz de los olivos y a los ijares de los caballos, permite florecer”, decía José Antonio Muñoz Rojas.
Los jabalíes se cazan en aguardo, por daños a los cultivos. Esperándolos en sus incursiones vespertinas y nocturnas a los sembrados o junto a los aguaderos. O al vaqueo, cuando de madrugada regresan a sus encames.
Sigue siendo época de safaris africanos, aprovechando el otoño austral.
La caza del corzo continúa en su apogeo, antes de que los avistamientos comiencen a disminuir, como probablemente sucederá en el mes siguiente. También se cazan los rebecos, en nuestras montañas del norte, y las cabras monteses en los cazaderos tradicionales de Gredos y Tortosa-Beceite, y en los también ya muy consolidados de Teruel, Ronda, Granada o Cádiz.
Mayo es el mes de los cielos cambiantes, de las mañanas diáfanas, de las tardes de tormenta y de los anocheceres húmedos, frescos y despejados. La época de los grillos, de los saltamontes y de los lagartos y lagartijas (aunque cada vez sean más testimoniales).
El tiempo en el que las siembras, aún verdes, son mecidas por el viento. Y el momento en el que se llenan de vida las huras con el gazapeo de sus nuevos inquilinos, o comienzan a parir las liebres, mientras en su seno guardan una nueva fecundación que les permitirá traer al mundo otra generación de lebratos con tan sólo un breve intervalo de días, fenómeno que se conoce como ‘superfetación’.
Mayo es un mes repleto de vida y de renovación. Y entre sus dones más ocultos, pero no menos preciados, el de hacer florecer con las mejores galas los árboles y los arbustos más humildes, como las aulagas o los espinos.
“De entre los muchos brotes que nos anuncian mayo
adornando los campos con sus galas y sayos,
rivalizando entre sí por ser más floridos,
contemplad el hermoso esplendor del espino,
que tan bien vestido con su túnica blanca
colma del encanto de mayo la gozosa mirada”, decía Chaucer.
Texto y fotografías: Vicente Amat Lanzarote
Ilustración: Luis Lorenzo Sánchez Diezma
Artículo perteneciente al libro del autor Días de campo caza y fogones
Información y venta del libro: [email protected] / Teléfono: 629 98 40 25
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Mayo, por Vicente Amat Lanzarote Se cree que el nombre de mayo proviene de Maya, madre de Mercurio. En el calendario católico este mes era conocido como "el de María".
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