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El muelle de las brumas
El muelle de las brumas
Había olvidado por completo haber publicado un epílogo a esa edición de El muelle de las brumas. En realidad es un largo ensayo sobre Pierre Mac Orlan y su mundo, a partir de esa novela que me gusta mucho (y la película de Marcel Carné también). Me dejan perplejo esos olvidos y esos reencuentros ocasionales porque se producen cada vez más a menudo. Cuando me veo en esas, siempre me pregunto si…
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Antonio Hernández Palacios El Cid (1971) Published by Ikusager
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Dois meses após o primeiro volume, José Pires fanedita no seu zine Fandaventuras o segundo volume da série de banda desenhada inédita em Portugal Eloy, da autoria do espanhol Antonio Hernández Palacios (1921-2000). Trata-se de Rio Manzanares, originalmente publicada em álbum no país vizinho em 1979.
Com a transição espanhola do regime ditatorial de Franco para uma constituição que restaurava a democracia, Palacios, paralelamente à sua série western de banda desenhada Mac Coy��para a francesa Dargaud, escrita por Jean-Pierre Gourmelen, idealizou uma série de 20 álbuns sobre a guerra civil espanhola. No entanto, somente quatro viriam a ser publicados na editora espanhola Ikusager, sendo Rio Manzanares, o segundo, editado no mesmo ano que o primeiro, Eloy, um entre muitos.
Os leitores portugueses têm, deste modo, a oportunidade de ler esta obra inédita no nosso país.
Clique nas imagens para as visualizar em toda a sua extensão:
Os interessados devem entrar em contacto com o faneditor, através do e-mail [email protected], prevenindo-se de que a tiragem desta publicação é muito limitada.
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Eloy vol. 2: Rio Manzanares #bandasdesenhadas Dois meses após o primeiro volume, José Pires fanedita no seu zine Fandaventuras o segundo volume da série de banda desenhada inédita em Portugal…
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Breve álbum (son 58 páginas) de la larga serie Imágenes de la Historia que publicara la editorial Ikusager en 1989, en todos sus aspectos Cuando canta la serpiente es un producto netamente vasco que destaca por reunir en su realización a tres personajes ciertamente singulares. La parte gráfica corre a cuenta de José Ibarrola (Bilbao, 1955), hijo del pintor y escultor Agustín Ibarrola (Basauri, 1930), y el guión reúne al literato Jon Juaristi (Bilbao, 1951) y el político Mario Onaindia (Lequeitio, 1948 – Vitoria, 2003).
El prólogo, apenas de cuatro páginas pero con mucha enjundia, firmado por Juaristi pone en antecedentes al lector de la narración que va a presenciar en cómic: La leyenda de Melusina. Para ello describe una miniatura del Livre de Très Riches Houres del Duque de Berry (Juan de Francia, 1340 – 1410) que aunque en el album no aparece, aquí podemos mostrar:
Se trata de la lámina dedicada al mes de marzo perteneciente a un calendario completo, y presenta el castillo de Lusignan de Poitou propiedad en ese momento del Duque. Juaristi llama nuestra atención sobre la torre de la derecha, el dragón dorado que la sobrevuela y la leyenda que representa.
Efectivamente, la crónica francesa Livre de Mélusine ou Noble Historie de Lusignan (circa 1387-1392) detalla cómo un noble galo contrae matrimonio con una princesa escocesa a condición de que nunca la vea bañarse. Tras años de matrimonio y haber engendrado un hijo, el conde viola el acuerdo y descubre que Melusina es un dragón de cintura para abajo, provocando su inmediata huida. Nunca más volverán encontrarse, aunque la dama-serpiente velará por siempre por la seguridad de su vástago, el caballero Lusignan de Poitou.
Explica Juaristi que a lo largo del siglo XIV se estila que los nobles incorporen a sus crónicas familiares elementos legendarios y mitos procedentes de la tradición oral y popular y este del hada dragón es uno de ellos, con referencias por toda Europa que se pierden en el tiempo. Hay quien se remonta hasta la Historia de Herodoto (484 a.C. – 420 a.C.) al libro cuarto donde narra el encuentro de Heracles (Hércules para los romanos) con un ser mitad mujer, mitad reptil.
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Culebro de Vizcaya
La referencia a la leyenda de la mujer-dragón que justifica el vínculo con el País Vasco y la realización de Cuando canta la serpiente aparece en el Libro das linhages (1340) del portugués Pedro Alfonso conde de Barcelos (1287-1354). La obra recopila la genealogía de los principales linajes de España y Portugal y al tratar la de don Diego López de Haro, cuarto señor de Vizcaya (1124 – 1170), narra un suceso con características comunes al mito.
Don Diego da en casar con una mujer misteriosa que pone la condición de que nunca más haga la señal de la cruz, cuando ya tienen un hijo y una hija el noble transgrede la norma y la mujer huye con su hija. Más adelante el de Haro es hecho prisionero por los moros en Toledo y su hijo Íñiguez Guerra corre a buscar a su madre a las montañas para pedirle ayuda. La dama le proporciona un caballo mágico llamado Pardal con el que podrá rescatar al padre. Consumada la hazaña, la crónica portuguesa asegura que “en Vizcaya dijeron y dicen hoy en día que esta su madre de Íñiguez Guerra es el hechicero o encantador Culebro de Vizcaya“.
La tesis de Juaristi es que la leyenda de la esposa sobrenatural responde a una tradición oral pagana que sobrevive a la cristianización de Europa particularmente en lugares aislados, de los que el señorío de Vizcaya y el condado de Poitou formarían parte. Con esta base histórica y literaria, Cuando canta la serpiente se propone imaginar:
Una historia que nunca tuvo lugar, pero que pudo suceder así en la fantasía de los vascos de la Baja Edad Media (…) una visión del mundo que desapareció hace seis siglos con sus portadores (…) hemos querido soñar los sueños de gentes con las que no nos une sino el hecho de habitar una tierra que también fue la suya, y a la que acaso legaron una maldición cainita que todavía no se ha disipado.
El protagonista de la narración es el joven Nehor, hijo de Ganish del clan Itchaussou. Aunque no se detalla en el cómic, de sus palabras se deduce que huye de la guerra en Occitania, en el sur de Francia, de la Cruzada albigense (1209 – 1229) convocada por la Iglesia de Roma para destruir las ciudades de los herejes cátaros. Por cierto que durante el sangriento asalto de uno de estos burgos (Béziers) surge la frase “matadlos a todos y que Dios reconozca a los suyos” atribuida al legado papal Arnaldo Amalric (1160 – 1225):
Caedite eos. Novit enim Dominus qui sunt eius.
Nehor engrosa una banda de goliardos, término medieval para designar a gentes itinerantes, de vida irregular y mala fama incluyendo algunos estudiantes, por lo que se puede pensar que era estudiante cuando el conflicto bélico trastoca sus planes. Se encuentra olvidando sus problemas en una taberna cuando tiene la visión de una mujer-reptil que interpreta como “el primer cantar de la serpiente”. Según una leyenda de su clan, tres cantos de este ser mágico previenen de grandes desgracias sobre su hogar, Urkia.
Alarmado, roba un caballo y galopa de regreso a su hogar natal donde se reencuentra con su padre, quien le pone al corriente de la inminente boda de Katalin de Urkia con Lancelot de Ateyza que pondrá fin a medio siglo de guerras entre casas nobles. Dos veces más se escucha el canto de la serpiente antes del día de la boda. A partir de aquí mejor. o contar más por no destripar la historia.
A mi modo de ver, la narración el cómic resulta un tanto confusa y se entretiene en escenas contemplativas en vez de aclarar e ilustrar todos los extremos. No obstante entre sus virtudes cabe reseñar un trabajo solvente de Ibarrola en la caracterización de los personajes, las escenas de acción y el empleo del color, y el guión ofrece hallazgos como la rebelión plebeya contra los nobles y la idea ventral de un espíritu ancestral que contempla impotente el eterno cainismo de los hombres.
En conjunto se trata de una fábula interesante, que rememora y refresca raíces del imaginario europeo sin llegar a ser una gran obra. En el subtexto yace un sentimiento trágico de la vida concretado en la imposibilidad de evitar la violencia, lo que en el contexto vasco y atendiendo a la última frase del prólogo de Juaristi sobre “una maldición cainita” sobre esa tierra resulta significativo.
Recordemos que el mismo año en que lo escribe y se publica Cuando canta la serpiente el terrorismo de ETA no deja de cobrarse vidas:
La Melusina vasca Breve álbum (son 58 páginas) de la larga serie Imágenes de la Historia que publicara la editorial Ikusager en 1989, en todos sus aspectos Cuando canta la serpiente es un producto netamente vasco que destaca por reunir en su realización a tres personajes ciertamente singulares.
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Sema Barlas’ın; “YÜZ YÜZE-FACE to FACE” isimli sergisi, Özer Ulukaya küratörlüğünde, İstanbul Kültür Üniversitesi Sanat Galerisi’nde 13 Ekim- 10 Kadım tarihleri arasında gerçekleşmektedir. Sanatçı, portrelerden oluşan figüratif eserlerini kendine özgü bir üslupla kurgulayarak tuval yansıtmıştır. Eserlerin izleyici üzerinde bıraktığı umut, bekleyiş, hayaller, hayal kırıklıkları ve bazen özlem gibi yoğun duygu birikimlerini çağrıştırarak etkisi altına almaktadır. @semabarlas54 👏👏👏👏 @p_r_o_x_i_m_a_r_t @iku.arts @ikusag #art #artwork #artgallery #artoftheday #artofinstagram #pic #picoftheday #picture #picoftheday #photo #photooftheday #photooftheday #likesforlike #followme #instagram #instagram #instadaily #instalike #instagood #instaart (İstanbul Kültür Üniversitesi) https://www.instagram.com/p/CVAvhgWMvK9/?utm_medium=tumblr
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İstanbul Kültür Üniversitesi Sanat Galerisi @ikusag (İKÜSAG) yeni sanat sezonunun ikinci sergisinde, Akıngüç Koleksiyonu’nda yer alan eserleri sanatseverlerle buluşturuyor. "Modernlik Eşiği - Lignum" ismini taşıyan sergi, 16. İstanbul Bienali ile de paralel ilerleyecek. Detaylar için: http://butdergisi.com/akinguc-koleksiyonu-ikusagda/ #iküsag #bütdergisi #akıngüçkoleksiyonu https://www.instagram.com/p/B36v7VgnRHr/?igshid=hcc46h75cdov
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‘In-line’ by Nohlab
Inspired by the natural phenomenon of horizon, Nohlab’s new audiovisual installation in-line is now open at IKUSAG. Unique format of the canvas emphasizes that the experience takes form not only by the content, but also by the space it is exhibited. A total of 21 LED panels, by the help of reflective surfaces on two ends, turn the limited area into a limitless space and present an everchanging time-space experience. This way, the audience experiencing the installation step into a different reality than the one they are already in.
One of the components of the installation, LED panels, are used as light sources. This makes light the main element of the installation, turning it into a form of light suspended into air. Pointy light sources in linear flow come together in variable timings and complex forms. These forms derive various possibilities in synergy, letting various patterns come to life. The final structure manifested as a result of this process harbors both the order and the disorder, letting these two concepts call each other into being.
in-line’s audio and video elements are especially designed for a holistic perception of sound and visuals, letting the audience live a synesthetic experience.
Concept and Creation: Nohlab Sound Design: Gökalp Kanatsız
http://www.nohlab.com/
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Em novembro, José Pires fanedita no seu zine Fandaventuras uma banda desenhada inédita em Portugal, da autoria do espanhol Antonio Hernández Palacios (1921-2000). Trata-se de Eloy, Um Entre Muitos, originalmente publicada em álbum no país vizinho em 1979.
Com a transição espanhola do regime ditatorial de Franco para uma constituição que restaurava a democracia, Palacios, paralelamente à sua série western de banda desenhada Mac Coy para a francesa Dargaud, escrita por Jean-Pierre Gourmelen, idealizou uma série de 20 álbuns sobre a guerra civil espanhola. No entanto, somente quatro viriam a ser publicados na editora espanhola Ikusager, sendo Eloy, uno entre muchos o primeiro deles.
Os leitores portugueses têm, deste modo, a oportunidade de ler esta obra inédita no nosso país.
Clique nas imagens para as visualizar em toda a sua extensão:
Os interessados devem entrar em contacto com o faneditor, através do e-mail [email protected], prevenindo-se de que a tiragem desta publicação é muito limitada.
nota: imagens cedidas pelo faneditor.
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Eloy – Um Entre Muitos, de Antonio Hernández Palacios Em novembro, José Pires fanedita no seu zine Fandaventuras uma banda desenhada inédita em Portugal, da autoria do espanhol Antonio Hernández Palacios (1921-2000).
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İstanbul Kültür Üniversitesi Sanat Galerisi (İKÜSAG), 2019-2020 sanat sezonunu “Spiral Jetty” sergisi ile açıyor. Dört sanatçının eserlerini İKÜSAG çatısı altında bir araya getirecek karma sergi, 16. İstanbul Bienali ile de paralel ilerleyecek. Haberin devamı: http://butdergisi.com/ikusag-spiral-jetty-sergisi-ile-sezonu-aciyor/ #spiraljetty #sergi #butdergisi https://www.instagram.com/p/B2WOS4hHlhR/?igshid=yype7rnyxi0p
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Já tínhamos abordado aqui o lançamento de “A vida de Che” pela Levoir. Entretanto a editora divulgou os previews, os quais apresentamos aos leitores.
Clique nas imagens para as visualizar em toda a sua extensão:
Eis a sinopse da editora:
Três dos maiores nomes da banda desenhada da Argentina assinam esta obra, considerada uma obra-prima tanto pelo seu argumento como pelo desenho. A história foi elaborada por um dos primeiros escritores a explorar a força narrativa da banda desenhada: Héctor Germán Oesterheld, torturado e assassinado pela ditadura militar argentina. A ilustração é da autoria de Alberto Breccia, um dos mestres do desenho a preto e branco, em colaboração com o seu filho Enrique, então um jovem de 22 anos.
O revolucionário Ernesto Che Guevara, foi fonte de inspiração de muitas biografias, mas esta é sem dúvida a que causou o maior impacto, ao originar uma perseguição política no período da ditadura militar. A obra foi publicada na Argentina no ano de 1968, três meses após a morte de Che, sendo uma das que mais ajudou para a consolidação da imagem de Guevara como um herói latino-americano. A editora responsável pela publicação foi invadida e tanto os materiais originais como os exemplares existentes foram confiscados e destruídos. Em 1973, a circulação do livro foi proibida e a biografia do Che deixou de estar disponível, até ser reeditada em meados dos anos 80, em Espanha pela editora Ikusager.
Um grande clássico da banda desenhada dos criadores de Mort Cinder, livro editado pela Levoir em 2015, no preciso momento em que se assinalam os cinquenta anos da morte de Che Guevara na Bolívia.
“Aprendi muito com Héctor [Oesterheld]. Do ponto de vista da técnica narrativa, aprendi com ele mais do que com qualquer outro.” — Hugo Pratt
“A história da banda desenhada é dividida em dois períodos: o que vem antes e o que vem depois de Alberto Breccia.” — Frank Miller
nota: imagens cedidas pela editora.
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A vida de Che, os previews #previews #cheguevara #levoir #bandasdesenhadas Já tínhamos abordado aqui o lançamento de "A vida de Che" pela Levoir. Entretanto a editora divulgou os…
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Escribiendo de Nuevo Mundo me llamó la atención este otro cómic de Enrique Breccia (Buenos Aires, 1945) y una vez devorado procedo a reseñarlo. La Aventura (Ed. Ikusager) es la primera parte de una trilogía incluida en la serie Imágenes de la Historia en 1989 (mismo año y serie que El canto de la serpiente) sobre el conquistador Lope de Aguirre (1511? ��� 1561) y su compañía de marañones, guionizada por Felipe H. Cava (Madrid, 1953) y que en las dos partes siguientes cambiaría de ilustradores. Como admirador de Breccia este tercio inicial es el que más me interesó.
De la figura histórica sabemos que Aguirre era vasco (posiblemente nacido en Oñate entre 1511 y 1515) y que atraído por las noticias de Francisco Pizarro (1478 – 1541) sobre grandes riquezas en el Perú se enrola en una expedición que alcanza tierras de ultramar entre 1536 y 37. El entonces veinteañero inicia una carrera militar repleta de altibajos en guerras civiles entre españoles[1] y recorriendo las Américas a lo largo de más de dos décadas. Asciende a sargento mayor, es herido en diversas ocasiones (da fe una cojera permanente en la pierna derecha) y es azotado públicamente por sentencia de un juez al que según la leyenda mata por venganza, lo que le hace merecedor de la pena de muerte que le es conmutada por su valía militar.
En 1554 las guerras fraticidas terminan y el virrey Andrés Hurtado de Mendoza y Cabrera (1510 – 1560), a fin de mantener ocupado un ejército que ocioso causa cierto desorden, en 1558 encarga al noble navarro Pedro de Ursúa (1526 – 1561) preparar y ponerse al frente de una expedición militar en busca del legendario El Dorado, un reino rebosante de oro con el que los españoles soñaban desde que el descubridor del Pacífico Vasco Núñez de Balboa (1475-1519) oyera mentarlo en labios de indios panameños.
Para entonces Aguirre es un soldado muy curtido, con fama de indisciplinado y media vida a sus espaldas cruzando espadas y disparando arcabuces en las playas y selvas americanas. Criador de caballos en tiempos de paz y padre de la mestiza doña Elvira que siempre le acompaña, se enrola en la aventura que le reservaría un lugar en la Historia, quién sabe si retomando los sueños de riquezas que 23 años antes le habían impulsado a viajar al nuevo mundo.
La Aventura de Breccia
Este es el periodo que el álbum representa, el prólogo de la expedición, acabando justo cuando echa a andar. Con un dibujo y colorido cuidadísimos y realistas, Breccia plasma un contingente de hombres de armas rudos y experimentados, encallecidos si no envilecidos y de escasos ideales, que languidece en el pueblo tropical de Santa Cruz a la espera de recibir la orden de partir. De sus palabras se desprende que hace un año que acudieron a la llamada de nuevas aventuras y que hace mucho que los carpinteros terminaron las embarcaciones. Sin muchos entretenimientos ni mujeres, matan las horas en disputas entre ellos y repitiéndose la leyenda de El Dorado, un lago de puro oro que los nativos adoran como encarnación del Sol.
El añoso y fiero Lope de Aguirre se nos presenta espada en mano en una calle polvorienta amenazando a un joven por rondar a su hija, a la que guarda con sumo celo. Ni siquiera el propio líder de la expedición, el gobernador don Pedro, se explica que el virrey y los ricos señores de Lima liberen los fondos que necesita para ponerse en marcha, al punto de preguntarse si acaso no tienen fe en la empresa y El Dorado no es más que una quimera.
Preocupado por la falta de víveres don Pedro envía una partida a una aldea de indios tabalocos para conseguirlos y no le faltan voluntarios ansiosos de acción que den un paso al frente, Aguirre entre ellos. Temiendo, no sin motivo, que los hombres aprovechen la ocasión para saquear el poblado y violar a sus mujeres el corregidor de Santa Cruz don Pedro de Ramiro interviene en última instancia y asume el mando. A la vuelta con el cargamento de alimentos, cuatro expedicionarios que esperaban dar rienda suelta a sus apetitos se vengan dando muerte al corregidor e inventan que se había rebelado y dado a la fuga.
El engaño tiene las patas muy cortas y de vuelta en Santa Cruz el gobernador don Pedro destapa la verdad y manda ahorcar a los conspiradores. El episodio sirve para mostrar el ambiente de desconfianza reinante en el grupo de aventureros, las acusaciones cruzadas de rebelión y deslealtad y la severidad con que se castiga. Contemplando a los ajusticiados Aguirre reflexiona en voz alta sobre lo que lleva a amotinarse y concluye que el orgullo, “pobre razón” para “jugarse el pellejo”.
Como un mal presagio, al botar las embarcaciones la expedición descubre que varias se han podrido tras largo tiempo a la intemperie y naufragan. Don Pedro temiendo que si sigue esperando sus hombres acaben de desmoralizarse decide dar orden de partir aún sin los fondos necesarios para un correcto avituallamiento, lo que suple enviando por tierra algunos hombres que en aldeas conocidas cercanas al río se provean de alimentos.
Según La Aventura, la expedición consta de “2.000 indios, 300 españoles, 50 negros, 12 mujeres y 25 caballos”, con un arsenal compuesto de “100 arcabuces, 40 ballestas, pólvora, plomo, salitres, brea y azufre”. Concluye el álbum con una serie de páginas siguiendo a un corcel que ha quedado libre lo que da pie a Breccia a hermosas láminas a modo de broche.
… Pero la Historia continúa
Finalizado el álbum y volviendo a las crónicas históricas los aventureros embarcan en dos bergantines, dos barcazas y una serie de balsas y canoas en el río Marañón (de ahí el sobrenombre de marañones), enlazan con el Amazonas que había descubierto Francisco de Orellana (1511 – 1546) y se adentran tierra adentro por territorio inexplorado.
Ahora sabemos que el trayecto cruza todo el continente hasta desembocar en el Atlántico, un viaje de diez meses por el río más caudaloso del planeta atravesando miles de kilómetros del más gigantesco bosque tropical, soportando un calor y humedad extremos propicios para las enfermedades, picaduras de mosquitos, ataques de jaguares, pumas, caimanes, pirañas y el hostigamiento de arcos y flechas, lanzas y cerbatanas de las tribus amazónicas. Partieron el 26 de septiembre de 1560 y no verían de nuevo el océano hasta julio de 1561 pero para entonces ya no serían nunca más los mismos.
Como todos los álbumes de la serie Imágenes de la Historia, un prólogo en forma de ensayo abre la obra, en este caso seis páginas del escritor vasco Elías Amezaga (1921 – 2008) quien firma una encendida defensa y reivindicación de la figura de Aguirre, como señala denostada ya por sus coétaneos:
Se le comparó con los peores tiranos del orbe. Odiado por sus cronistas que piden una y otra vez que su fama se la coman los perros.
En imagen tan nefasta profundizaron en época más reciente cineastas como Werner Herzog (Múnich, 1942) en Aguirre, la cólera de Dios (1972) de expresivo título y aún más expresivo protagonista encarnando al conquistador, un Klaus Kinski (1926 – 1991) más enloquecido y gesticulante que de costumbre. En esta versión el conquistador ya de por sí cruel y sanguinario según se sumerge en selvas desconocidas también se hunde en el delirio. Muchos han señalado los paralelismos entre este viaje casi onírico con el que filma años después Francis Ford Coppola (Detroit, 1939) en Apocalypsis Now (1979), adaptación de la novela corta El corazón de las tinieblas (1899) de Joseph Conrad (1857 – 1924).
Menos surrealista y más preocupada por la fidelidad histórica El Dorado (1988) de Carlos Saura (Huesca, 1932) dibuja un Lope de Aguirre maduro, desengañado, ávido de liderazgo y sin reparos a la hora de derramar sangre para lograr sus objetivos, pero en absoluto ajeno al entendimiento, antes al contrario inteligente y maquiavélico. Más calculador frío que demente apasionado, elimina a los líderes de la expedición hasta ocupar su lugar como consta en las crónicas: Primero a Pedro de Ursúa y luego al sevillano Fernando de Guzmán. La película detalla como merece la proclamación sin precedentes de Aguirre el 23 de marzo de 1561 como soberano del Perú, Tierra Firme y Chile y declaración de guerra contra Felipe II (1527 – 1598), firmada por 186 capitanes y soldados.
El documento que Simón Bolívar (1783 – 1830) calificará de “primera Declaración de Independencia” en las Américas muestra el malestar y hartazgo de militares que tras haber dedicado su vida a la Corona sienten que esta les ha traicionado y abandonado. La lista de agravios es interminable y pone de manifiesto los enormes sacrificios que han realizado como fieles vasallos, lo mal que se les ha recompensado y denuncia la corrupción e incompetencia de los administradores reales (también del clero) que se llenan los bolsillos en palacios a costa de sus padecimientos.
Elías Amezaga llama a aquel hito en plena selva ignota “el primer grito de independencia de América”, anticipo de la emancipación de aquellas tierras que vendría mucho después también de mano de traidores a su pasado y leales a su presente como el propio Bolívar. En este sentido Aguirre es un adelantado a su tiempo, uno al que no le tiembla el pulso a la hora de amenazar al monarca más poderoso del momento, ponerle al corriente de sus planes de libertad y autogobierno y firmar como El Traidor. Según Amezaga:
Primer personaje que yo descubra en la época moderna que niegue el derecho divino de los reyes, Estos nacen, viven, mueren, engañan, no son justos, no han recibido el don de Dios (…) Invita a los suyos a seguirle con las armas en ristre. Y les ata por el lazo de la sangre, por el crimen para que no puedan desligarse fácilmente.
Lo cierto es que sus propios hombres le apodaron El Loco y El Tirano por algo. En aquellos días el autoproclamado Caudillo mata a la viuda de Ursúa doña Inés de Mendoza, cuya presencia no había dejado de provocar disputas. Al fin alcanzan el Atlántico y los expedicionarios leales a la Corona que se adentraron en las selvas amazónicas resurgen como rebeldes en pie de guerra.
Felipe II entre 1550 y 1551 (Tiziano)
Yo, por no poder sufrir más las crueldades de tu obediencia y, desnaturalizándome con ellos de nuestra tierra, que es España, voy a hacerte la más cruel guerra que nuestras fuerzas pueden sustentar y sufrir, y esto cree, rey y señor, nos obliga a hacerlo el no poder sufrir los grandes apremios y castigos injustos que nos dan tus ministros.
Ya no combaten a tribus indias como a lo largo de su odisea en tierras vírgenes sino que tras asaltar varias islas caribeñas toman plazas españolas como La Asunción e Isla Margarita donde ejecutan al gobernador, saquean Borburata y ocupan Nueva Valencia del Rey (donde Aguirre redacta una segunda misiva a Felipe II) con la vista puesta en Panamá. El plan es hacerse con una flota, formar un ejército de negros, indios y desheredados y lanzarse a la conquista del Perú. En sus palabras:
Tenemos todos los amigos que en sabiendo de la suerte que vamos a ir, nos saldrán a recibir con los brazos abiertos, y nos ayudarán y pondrán sus vidas por nuestra defensa.
Nada de eso ocurrirá. Para entonces las tropas leales ya están movilizadas y tras numerosos enfrentamientos y una larguísima persecución en Barquisimeto (actual Venezuela) acorralan a los insurrectos, diezmados por combates, enfrentamiento internos, enfermedades, naufragios y deserciones cada vez más habituales. En situación desesperada Aguirre mata su hija doña Elvira (“mejor morir ahora como hija de rey que de traidor después”) y a varios de sus hombres que sabiendo que la resistencia es inútil tratan de detenerlo. Según la crónica que el marañón Gonzalo de Zúñiga envía a su padre en 1562 [Google Books]:
Le tiraron a un tiempo tres arcabuzazos, de los cuales le acertó el uno en un muslo, de que cayó de rodillas diciendo con un ánimo terrible: “No me habéis hecho nada”. Luego acudieron otros dos de los suyos propios y segundaron con otros arcabuzazos, con los cuales le dieron en el cuerpo, diciendo el tirano: “Esta vez sí”.
Presentando su rendición incondicional los marañones ofrecen literalmente la cabeza de Aguirre a las tropas que les asedian. Como escarmiento su cuerpo es descuartizado y echado de comer a los perros, salvo la cabeza y las manos que se exponen públicamente a modo de aviso. Al fin son arriadas las banderas con dos espadas cruzadas y la leyenda “Sigo” que sirvieron de enseña al autoproclamado Príncipe de la Paz. La aventura de Aguirre queda perfectamente documentada de primera mano y de principio a fin porque como Zúñiga otros participantes dejaron constancia escrita en cuanto esta terminó, caso de Juan de Valladares, Pedro de Monguía y Francisco Vázquez.
Hijos del agravio
Craig Mullins.
Tras haber participado en primera línea de fuego en las guerras civiles del virreinato del Perú que se habían dado por concluidas en 1554, Aguirre protagonizó en 1561 la última de ellas. No es de extrañar que las crónicas escupan en su estampa. No era un noble de gran casa e ilustre apellido ni un héroe condecorado que ascendiera a lo más alto, antes el contrario era un humilde mílite en constante tensión con la autoridad que por poco se había librado del patíbulo y que en última instancia usurpa el mando mediante el asesinato de su superior y declara la guerra abierta a la Corona. A todas luces, representa a los ojos del establishment de la época la clase más baja de traidor y como tal se le trata y recuerda.
En nuestra óptica y con la ventaja de la perspectiva que conceden los siglos de distancia nos permitimos disfrutar de un relato de aventuras que (como tantas veces cuando se trata de la conquista de América) si no fuera porque sabemos que ocurrió creeríamos ficticio. Y hasta reconocer un coraje indistinguible de la locura en un personaje cuyas circunstancias logramos comprender.
El verso “!Dios, qué buen vasallo, si tuviese buen señor!” del Cantar del Mio Cid tenía ya siglos de antigüedad cuando los marañones desafiaron a su rey desde la profundidad de la Amazonía por la escasa recompensa recibida en pago de sus sacrificios por la Corona. Y no muchos años antes, en 1527, soldados de los Tercios habían saqueado Roma por no recibir el salario prometido. Quiere decirse que la rebelión de Aguirre lejos de ser ocurrencia particular de un demente respondía a un agravio extendido, un sentimiento de abandono y maltrato que los hombres de armas españoles han padecido (y a decir de algunos siguen padeciendo) con recurrencia.
Sabedor del desenlace fatal uno siente compasión por las figuras trágicas que protagonizan esta aventura. Desarraigados en tierras extrañas, forjados en el ardor de la batalla, matando y muriendo por un rey que no ven y que no les escucha (hay quien ha querido ver en esto una metáfora del hombre alzándose contra Dios) y un país cada día más lejano, tras dejarse la juventud en el fango y comprobar que no les reportó más beneficio que los que se embolsaron otros sin arriesgar el pellejo, con expectativas y sueños tan elevados como El Dorado viéndose eternamente frustrados, el caldo de cultivo para la rebelión no podía ser más fértil. Por otro lado, la experiencia militar de los marañones les había enseñado a levantar armas contra otros españoles, con la diferencia de que aquella última vez lo harían por decisión propia.
Próxima película
Para octubre de este 2017 está previsto que se estrene Oro dirigida por Agustín Díaz Yanes (Madrid, 1950) y basada en un relato inédito de Arturo Pérez Reverte (Cartagena, 1951), basada o ampliamente inspirada según sus autores en la crónica de Lope de Aguirre y más concretamente en la novela de Ramón Sénder (1901 – 1982) La aventura equinoccial de Lope de Aguirre (1964). Ni que decir tiene que no pienso perdérmela.
[1]Entre Francisco Pizarro y Diego de Almagro combatieron de 1537 a 54 y el enfrentamiento entre el virrey Blasco Núñez de Vela (1495 – 1546) y los colonos encabezados por Gonzalo Pizarro que se oponían a las Leyes Nuevas duró entre 1544 y 46. Por el mismo motivo en 1553 Hernández Girón (1510 – 1554) encabezó una rebelión que duró un año y le enfrentó a Alonso de Alvarado (1500 – 1556). En todas estas contiendas tomó parte de uno u otro bando Lope de Aguirre.
En busca de El Dorado Escribiendo de Nuevo Mundo me llamó la atención este otro cómic de Enrique Breccia (Buenos Aires, 1945) y una vez devorado procedo a reseñarlo.
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1492, el aventurero Cristóbal Colón ultima con la reina Isabel de Castilla los preparativos de la expedición que cambiará para siempre la faz de la Tierra. Lo que los libros de Historia ignorarán siempre es que delante de La Pinta, La Niña y La Santa María abría camino una cuarta nave, La Intrépida, deliberadamente omitida en las crónicas y cuya epopeya Nuevo Mundo (Ed. 001, 2011) desvela con guión de Ricardo Barreiro (Buenos Aires, 1949-1999) y dibujo de Enrique Breccia (Buenos Aires, 1945).
El secreto que pesa sobre La Intrépida responde a que hay poco motivo de orgullo en ella. Su misión es servir de canario en la mina a la flotilla, abriendo paso para ser la primera en afrontar los peligros que hubiere, y a tal fin tripulada por presos liberados y vigilados por un contingente de mercenarios daneses para evitar que se amotinen. Todos perfectamente prescindibles. Así, tras cruzar el Atlántico y a poco tiempo de arribar a tierra, la nave maldita naufraga y los supervivientes son escupidos a la playa a los pies de una tribu de amazonas que no tarda en hacerlos prisioneros y conducirlos a su chamán.
A partir de ese momento comienza la odisea singular del “capitán” Diego de Valencia y Juan Ruiz, una suerte de Don Quijote y Sancho Panza patibularios tratando de sobrevivir a lo largo de diez capítulos y 128 páginas de aventuras y acción trepidante en un Nuevo Mundo repleto de seres fantásticos y amenazas sobrenaturales donde todo es posible.
El dibujo contundente y expresionista a base de claroscuros, en puro blanco y negro y sin matices, está al servicio un guión donde supervivientes natos, recios e inmorales se enfrentan a situaciones que desbordan la imaginación. Desde las consabidas tribus de salvajes y sus altares de sacrificio hasta viajeros del tiempo futuristas buscando nuevos trofeos de caza, pasando por aves carnívoras gigantes, plantas que se alimentan de sangre, tiburones de arena, hechiceras, ogros, vampiras… la lista es tan extensa que no falta ni el Cthulhu de Lovecraft. En definita, colgado del gancho histórico se expone un relato rebosante de imaginación.
Si observamos un poco su bibliografía a nadie puede extrañar la maestría del veterano Enrique Breccia retratando las Américas del Descubrimiento, habida cuenta de las obras al respecto que ya había firmado y que merece la pena repasar sucintamente.
Alvar Mayor (1977-1986)
Su primer gran trabajo por lo duradero y por el éxito cosechado fue Alvar Mayor, serie aparecida en la revista argentina Skorpio entre 1977 y 1986, donde sumaría hasta 57 capítulos. En España Norma publicó en 2007 una recopilación completa en cuatro tomos de esta saga clásica de aventuras en la que el valiente protagonista desface entuertos por exóticas tierras americanas. Su guionista, con el que Breccia trabajó a menudo, Carlos Trillo (Buenos Aires, 1943-Londres, 2011), describía así al personaje:
Es uno de los primeros blancos nacidos en América, hijo de uno de los hombres que acompañó a Pizarro al Perú. Es una mezcla de Núñez Cabeza de Vaca, el tipo que atravesó gran parte de América caminando, y de cowboy que avanza por un camino polvoriento buscando hacer justicia. La serie estuvo influida por lecturas del realismo mágico y las historias brutales de los tiempos de la conquista. Esas leyendas de la América profunda son fascinantes, e incluirlas en una historia como si realmente hubieran ocurrido me pareció muy interesante.
La Aventura (1989)
Pocos años después de despedirse de Alvar Mayor y de mano de la editorial vasca Ikusager, Breccia volvió a retratar conquistadores perdidos en las selvas de la América colonial como autor de la primera entrega de la trilogía dedicada al explorador Lope de Aguirre. Titulada La aventura y guionizada por Felipe Hernández Cava (Madrid, 1953) la obra aborda el comienzo de la famosa y enloquecida expedición en busca de El Dorado, que ya para entonces también habían tratado en celuloide Werner Herzog en Aguirre, la cólera de Dios (1972) y Carlos Saura en El Dorado (1988). Cabe reseñar que poco después de hacerlo Enrique, su padre el también genial dibujante Alberto Breccia se encargó del mismo episodio histórico en El Dorado, el delirio de Lope de Aguirre (Ed. Planeta, 1992).
De mar a mar (1992)
De nuevo y como si siempre tuviera que regresar a sus raíces, no pasó mucho tiempo para que Breccia volviera a retomar esta época. Con motivo de las celebraciones del Quinto Centenario, la editorial Planeta aborda una larga serie de cómics acompañados de ensayos sobre el Descubrimietno y encomienda a un valor seguro como Breccia el número 10 titulado De mar a mar, sobre la exploración del Océano Pacífico y con guión de Cristóbal Aguilar Jiménez. Esta obra en particular hace gala de una calidad artística notable, con un colorido que convierte en pinturas cada viñeta.
Aquí podéis echar un vistazo a la página oficial de Enrique Breccia y su Facebook.
Breccia en el Nuevo Mundo 1492, el aventurero Cristóbal Colón ultima con la reina Isabel de Castilla los preparativos de la expedición que cambiará para siempre la faz de la Tierra.
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