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José María Heredia y Heredia
José María Heredia y Heredia #aperturaintelectual #palabrasbajollave @tmoralesgarcia1 Thelma Morales García
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Hoy, 17 de agosto, se cumplen 169 años del pase a Oriente Eterno del General José Francisco de San Martín y Matorras, por lejos la personalidad mas importante que ha dado la Argentina al mundo. San Martín fue una figura clave para la concreción y la consolidación de la independencia del Perú, además, contribuyó de manera decisiva al proceso independentista de Chile, por lo tanto fue un hombre indispensable para la emancipación de los pueblos sudamericanos. La gloria de sus hazañas en el campo de batalla tuvo como correlato una vida ejemplar fuera de él. La austeridad, renuncia a los ascensos, a los honores y a los premios marcaron la pauta de una conducta sin manchas, ilustrada de manera elocuente cuando San Martín, consciente de que el destino superior de la causa americana no admitía mezquindades de ninguna naturaleza, se retira voluntariamente del primer plano dejando libre el camino para que otro gigante de la historia, Simón Bolívar, lidere y consolide los movimientos independentistas en curso. Un soñador, un idealista pero también un militar aguerrido y disciplinado para quien la batalla era un paso necesario pero no suficiente, ya que para San Martín la verdadera batalla por la libertad se libra a través de la educación y la instrucción de cada ciudadano. Pero este padre de la Patria no estuvo solo; miles de hombres y mujeres trabajaron (la mayoría de ellos anónimos) y lucharon junto a él imbuídos de estos sueños e ideas libertarias. Porque un hombre solo, por mas iluminado que sea, no puede. Fueron ellos los héroes anónimos que liderados por el Libertador escribieron las páginas mas gloriosas de nuestra historia. Es nuestro deber cívico recordar a nuestros próceres y también nuestra responsabilidad moral reafirmar los valores y principios que proclamaron y defendieron para que nos sigan sirviendo de guía en nuestras acciones presentes y futuras. Ese debe ser nuestro verdadero homenaje. (en Departamento Luján de Cuyo) https://www.instagram.com/p/B1RRlXxHYfFUucuZ7RG2dgjIXMmPZTRdtoP1Mc0/?igshid=84o9pkaq7d9t
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El 2 de enero de 1816, Alexander Petión recibió por primera vez al Libertador Simón Bolivar, sin dinero, sin ejercito, pero con la la firme convicción de que era posible el renacimiento y la concreción de su idea independentista, libertaria y revolucionaria en una Venezuela sumida en la restauración colonial luego de la caída de la Segunda República. Petión prometió su más amplia colaboración en la expedición que iba a preparar en Los Cayos, colocando a su disposición más de 6.000 fusiles con sus bayonetas, municiones, plomo, víveres, una imprenta completa y una importante suma de dinero. Como también permitió que ciudadanos haítianos se alistasen para la expedición. Petión Como precio de sus servicios pidió sólo al Libertador que proclamara la abolición de la esclavitud en todas las tierras que sus armas libertarían. Y así fue. Apenas desembarcó Bolívar en Margarita, Carúpano y Ocumare de la Costa, cumplió con su promesa a Petión, al proclamar la abolición de la esclavitud en Venezuela. Alexandre Pétion (Puerto Príncipe, 2 de abril de 1770 - desencarna el 29 de marzo de 1818), fue un militar y político haitiano. Fue presidente de Haití entre 1806 y 1818. La revolución haitiana (1791-1804) fue el primer movimiento revolucionario de América Latina y culminó en la abolición de la esclavitud en la colonia francesa de Saint-Domingue. Se considera, asimismo, la primera república "negra" del mundo y una de las pocas rebeliones de esclavos culminada con éxito. Hasta nuestros días el mundo oligárquico e imperialista no perdonan la osadía de Haití, y le han sumergido en la miseria, el hambre y la desolación, solo hasta la llegada de Chávez Haití logra ser visibilizada, y con la unidad e integración de los países del #Alba obtener ayuda humanitaria real y sincera, pero el odio de países como EEUU y sus "colonias" de satrapas han venido desarticulando la fuerza del ALBA, Haití se mantiene en férrea resistencia y los bolivarianos en la férrea determinación de ayudarles como pueblo hermano y revolucionario que es. #teamohaiti⚛ #petion #bolivar #madurodetumbar👊😉 #INDESTRUCTIBLE! #PazParaAvanzar #cвт👊 #VzlaSHope #YoCreoEnVenezuela #El10EsLaCosa @nicolasmaduro https://www.instagram.com/p/BsIv2pzB1Dh/?utm_source=ig_tumblr_share&igshid=pumwa7fw82gn
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Comentario sobre el nacionalismo canario
Escrito originalmente en verano de 2017.
En los últimos días ocupa un lugar destacado en todos los periódicos y programas de radio o televisión del Estado español el asunto relacionado con la celebración del referéndum para la independencia de Cataluña, que aparentemente tendrá lugar el 1 de Octubre. Como es lógico, todo esto ha puesto sobre el tapete en el resto de regiones del país la necesidad de hablar sobre el derecho de autodeterminación de las nacionalidades históricas que componen el Estado, y esta claro que Canarias no iba a ser una excepción al respecto, efecto sin duda magnificado por su distancia geográfica al resto del territorio nacional, característica que ya muchos consideran como suficiente para solicitar la independencia. Desde una perspectiva liberal o libertaria nada cabria objetar ante las pretensiones del pueblo isleño de realizar un referéndum para solicitar la independencia, siempre y cuando se realice con unas ciertas condiciones que respeten los derechos civiles y libertades del individuo, que a fin de cuentas viene a ser la minoría mas pequeña que existe. Por esta razón, servidor cree que para que un referéndum pueda ser considerado como legitimo el mismo ha de ser localista hasta sus ultimas consecuencias. Es decir, han de ser los municipios del archipiélago los que decidan si siguen formando parte del Estado español, si se escinden para formar parte de una futura mancomunidad que de vida al Estado canario, si se independizan para formar su propio Estado aparte de ambos, o si incluso solicitan la anexión a otro Estado que no sea el español. Los municipios que quieran seguir siendo parte del Estado español o que quieran solicitar la anexión a otro Estado lo harán en forma de enclaves o microenclaves, y los que quieran formar su propio Estado (canario o no) adquirirán su independencia. Así pues, el resultado seria que quien quiera seguir siendo español o quien quiera convertirse en ciudadano de la República Canaria lo tiene tan fácil como mudarse desde Los Realejos hasta La Orotava o viceversa. Esta claro que esta forma de municipalismo presenta algunos problemas que sin duda darán lugar a debate, como puede ser la discusión de que ocurrirá si hay una determinada parte de la población dentro de un municipio que no desee seguir el camino de la mayoría de habitantes del mismo, y que ocurre con estos individuos. Lógicamente podríamos responder que siempre un determinado barrio o calle puede pedir la anexión a otro municipio, o que incluso una determinada propiedad privada podría hacerlo para convertirse en territorio de otra entidad política (no es nada descabellado, ahí están los consulados o embajadas que muchas veces son considerados territorios de otros países). Estamos todos de acuerdo en que el gobierno pequeño es el mejor Gobierno, así en mayúsculas, lo único que debemos discutir es si debe de haber algún limite con respecto a lo diminuto que puede o debe ser el mismo.
Dejando aparte esta breve introducción, me gustaría que este articulo y otros que escribiré en el futuro constituyeran una critica constructiva hacia el nacionalismo canario en su vertiente independentista. En primer lugar escribiré algunas consideraciones sobre el nacionalismo isleño en general, y en segundo lugar realizare un breve comentario acerca del anteproyecto de Constitución elaborado por Cubillo y publicado un par de años antes de su muerte. No voy a hablar aquí de los autonomistas de Coalición Canaria u otros nacionalismos que se contentan con pedir mas representatividad política al Gobierno central. Eso no me interesa, que ya se ha escrito mucho sobre ellos. Voy a escribir en su lugar acerca del independentismo canario en general y del cubillismo en particular. Porque la figura del independentismo canario no se entiende sin examinar la escuela creada por Antonio Cubillo desde Argel en los setenta, encabezando el MPAIAC (Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario) que con su brazo armado las Fuerzas Armadas Guanches llevo a cabo una campaña de actos contra lo que ellos consideraban una injusta ocupación colonial por parte del Estado español. Algunos los consideran indirectamente responsables del desastre en Los Rodeos de 1977 que llevo a la muerte de seiscientas personas, aunque de nuevo este es un tema sujeto a discusión. La figura de Cubillo es bastante controvertida incluso dentro del propio nacionalismo canario. Algunos lo ven como un terrorista, otros como un luchador por la libertad, y una pequeña minoría lo ve como ambas cosas. Porque a fin de cuentas, el terrorismo de uno es el libertador de otro. Cubillo realmente es lo que cada uno cree que es, no puede ser otra cosa. Y fue una figura bastante influyente en lo que fue el panorama político isleño, incluso después de haber abandonado la lucha armada. El nacionalismo canario es una realidad con la que muchos isleños tenemos que vivir, ya que una parte importante de la población del archipiélago simpatiza de una manera u otra con la idea de la independencia. Servidor es unionista y hasta cierto punto panhispanista, aunque abomino de ese nacionalismo chovinista y patriotero del que hacen gala algunos de mis correligionarios. Y si bien es común encontrar en el mismo grupo de amigos o incluso en la misma familia a personas unionistas e independentistas, también es cierto que una buena manera de llevarse bien todos es no hablar de nacionalismo y llevar la conversación por otros derroteros. Obviamente la cuestión del nacionalismo en Canarias no es tan delicada como lo pudo ser en su momento en Euskal Herria, ni siquiera llega al nivel de Cataluña en ese aspecto. No existe violencia callejera ni agresiones frecuentes hacia las FCSE, aunque algunas personas opinan que debería haberlas. No se producen amenazas contra la gente debido a su militancia política o su ideología. Los roces que yo pueda haber tenido como unionista con los independentistas canarios no pasan de algunas conversaciones acaloradas en redes sociales que no van a ninguna parte, ya que algunos ven en el nacionalismo una cuestión casi religiosa, y sobre asuntos de fe a veces no merece la pena debatir. Nunca me han amenazado, aunque algunas personas han pretendido erigirse como enemigos míos cuando en realidad tengo problemas más importantes de los que preocuparme como para prestarles atención. También existe mucho machismo y homofobia dentro del nacionalismo canario, aunque esta bien oculto y solo se deja ver cuando el interlocutor es de otra tendencia política. Algunos me han dicho de manera un tanto velada que cuando Canarias sea libre me pondrán a picar piedra o me invitaran a irme como el indeseable que soy. No sabría explicar la razón por la cual me considero unionista: quizás por tener familiares peninsulares (o godos, como los llaman despectivamente los nacionalistas canarios, aunque cabe decir que a la mayoría de peninsulares dentro y fuera de las islas les da bastante igual que les llamen de esta manera). Quizás porque veo la cultura europea mas cercana a mi que la fantasía fetichista que cultivan algunos independentistas, que huele a apropiación cultural que echa para atrás. Quizás porque algunos independentistas tienen razón, y a fin de cuentas soy un traidor, y al final ellos que son los buenos que me darán mi merecido por lo malo que soy. Por hijo de godo, marido de goda, tío y sobrino de godos, primo de godos, cuñado de godos, amigo de godos y si nada lo impide eventualmente padre de godos. Aunque pienso educar a mis hijos en el amor a Canarias, los tenga donde los tenga.
Existe dentro de la izquierda nacionalista en Canarias cierta obsesión con el acervo genético de la población isleña, similar a la que se ha encontrado en la derecha nacionalista de Euskal Herria a lo largo de su historia (desde Sabino Arana y los comienzos antiliberales del PNV hasta los comentarios de Arzallus sobre el Rh negativo), pero que sin embargo esta ausente dentro de la izquierda abertzale y es prácticamente invisible en el nacionalismo catalán a ambos lados del espectro político. Muchos nacionalistas canarios están empeñados en demostrar que descienden de aborígenes, hasta el punto de en muchos debates la cuestión de la genealogía o las pruebas de ADN ocupan un punto central, y esto vendría a demostrar de nuevo que el espejo donde Canarias se ve reflejada no es Africa, sino Latinoamérica. Ningún africano tiene que hacerse un test de ADN para saber que es africano ni de donde eran sus ancestros, pero existe dentro de las clases medias latinoamericanas una peculiar pasión por la genealogía como hobby, y compañías que se dedican a la realización de pruebas genéticas como 23andMe o Family Tree DNA han encontrado en esta regíón uno de sus más estables nichos de mercado. Muchas familias blancas de clase media o media alta en América Latina ven con un cierto aire de fetiche a ese posible ancestro indígena que se oculta en alguna parte de su árbol genealógico. Les hace sentirse más cercano al Otro, aunque su experiencia vital sea totalmente distinta. Obviamente el intentar establecer una diferenciación entre canarios y foráneos en base al perfil genético es una cuestión un tanto controvertida, en la medida en la que se corre el riesgo de elaborar una clasificación racista que separe a canarios de primera (los descendientes parciales o totales de aborígenes) de canarios de segunda (todos los demás). Canarias, al igual que el resto del Estado español, se ha convertido en el hogar de muchas personas que desde el resto del ancho mundo han venido a asentarse en el archipiélago, y muchos de los activistas que son partidarios del derecho a la autodeterminación del archipiélago son extranjeros o descendientes directos de extranjeros. Al igual que probablemente muchos de los partidarios del unionismo tengan algo de ascendencia aborigen. Pero no se puede pretender que la lealtad se base solo en los genes. Sin ir más lejos, la gran mayoría de libertadores que encabezaron las oleadas de independencia en América Latina eran descendientes de europeos, pero imagino que debe de haber razones para que Canarias busque en otras latitudes sus referentes para la independencia y descolonización del archipiélago. El propio Antonio Cubillo era de ascendencia gallega, bastante cercana en el tiempo. Quizás se deba a que inspirarnos en Latinoamérica nos obligaría a hacer frente a una etapa de la Historia en la que los isleños colaboramos con la metrópoli en la conquista y posterior expolio del continente americano. Porque al pueblo canario nos gusta mucho recordar cuando hemos sido víctimas, pero muy poco cuando hemos colaborado con los verdugos. Esto no es exclusivo obviamente de Canarias, el nacionalismo irlandés es también muy proclive a recordar la represión de la Administración británica desde la conquista de Cromwell, pero muy poco dado a señalar que en la etapa de máxima expansión del Imperio un tercio del funcionariado o la soldadesca en las colonias eran de origen irlandés.
Es comprensible que el independentismo canario en general y el cubillismo en particular intente definir la identidad canaria como propia del continente africano, debido a la cercanía geográfica del mismo con respecto al archipiélago y que a buena parte del apoyo recibido por Cubillo venia desde gobiernos africanos. Pero esto no deja de ser hilarante teniendo en cuenta que el independentista isleño, por mucha retórica panafricanista que emplee en sus delirios nacionalistas, no deja muchas veces de ser blanco y occidental, y por lo tanto heredero de privilegios históricos que poco reflejan la realidad mayoritaria del continente africano. A pesar de que la población canaria que se haya en el umbral de la pobreza o bajo el mismo es una fuente de preocupación constante para todo el espectro político, su existencia se haya en un plano materialmente distinto al que afrontan muchas personas del África subsahariana día tras día. A pesar de la consideración de la dominación colonial desde una óptica nacionalista, Canarias hace décadas que no vive una guerra civil con miles de desplazados, una limpieza étnica, atentados terroristas o disturbios de gran importancia. No somos Nigeria, no somos Somalia, no somos Mali, no somos Sudan ni la República Centroafricana. Obviamente no niego la realidad de que haya canarios negros, asiáticos, amerindios o de origen mixto; y probablemente ellos tengan un conocimiento algo más directo de lo que significa ser descendiente de colectivos históricamente oprimidos a lo largo de muchos siglos. Tampoco digo que ser blanco o pertenecer a la cultura occidental constituya óbice o cortapisa para poder considerarse a uno mismo africano. Después de todo, las poblaciones africanas de piel clara, y la dominación de las mismas sobre sus vecinos de piel oscura, no son algo que se importase de manera novedosa durante el periodo colonial. Arabes y turcos constituyeron las dos primeras oleadas de colonización sobre el continente negro, siglos antes de que los europeos vieran en África una mina de oro, y el tráfico de esclavos de origen subsahariano que llevó al establecimiento de poblaciones afrodescendientes (tanto en el Magreb como fuera del continente en general) fue un sistema iniciado por estos primeros conquistadores, aunque mejorado e industrializado bajo los primeros siglos de colonización europea en las Américas, y siempre con la connivencia de muchos líderes nativos que veían en el tráfico de esclavos por parte de árabes/turcos primero y europeos después una manera de enriquecerse con dinero o armas, o deshacerse de prisioneros de guerra u oponentes políticos. También los pueblos amazigh, a pesar de haber sido subyugados a manos de las conquistas de árabes y turcos, y en muchos casos víctimas de este tráfico de esclavos en los primeros siglos de esta colonización, participaron en el mismo eventualmente gracias a su conocimiento de las rutas de comercio transaharianas que se convirtieron en enlaces importantes para llevar cautivos desde su punto de captura original hasta los mercados en puertos del Norte de África. Pero el canario blanco, por cultura y por herencia de privilegios, solo puede ser africano en la misma medida en la que lo es un bóer de Sudáfrica (o, ¡Achaman no lo quiera!, un pied-noir de Argelia). O incluso, asumiendo que somos herederos de un mestizaje durante el periodo colonial, un miembro de la comunidad mulata de Sudáfrica. Y si el canario blanco no está seguro de ello, ya se encargarán a pie de calle muchos africanos de recordárselo. La dominación europea sobre África no llego a durar ni cien años, desde el Reparto que realizaron las potencias a finales del siglo XIX hasta las grandes oleadas de descolonización en los años sesenta y setenta. Durante la mayor parte de la historia africana, los europeos se limitaban a establecer puestos en la costa subsahariana, todo lo que hubiese mas adentro del continente les acojonaba. Incluso a la hora de traficar con esclavos preferían que fueran las propias tribus africanas quienes fueran a lo mas profundo de la selva a hacerles el trabajo sucio y capturar la materia prima. La colonización del territorio era bastante dificultosa, en muchos casos la Administración colonial estaba mas que feliz de dejar que la justicia la administrasen jefes o reyes locales mientras ellos se dedicaban a ganar pasta gansa mientras cantaban las maravillas de la civilización. Muchos africanos bajo el colonialismo podían pasar su vida entera sin ver a un blanco, mas allá del misionero que venia a intentar evangelizarlos o mas raramente del antropólogo que venia a escribir sobre sus costumbres desde una óptica occidental. Esta es la única razón por la cual el mestizaje que se dio en America no se produjo en África, de haber sido así este último continente seria mulato al igual que el primero es mestizo. Por eso mismo Canarias se corresponde con una oleada de colonialismo anterior, mas concurrente con la que se dio en el Nuevo Mundo, y el mestizaje entre aborígenes canarios y europeos se asemeja mas al ocurrido en América que al que no llego a ocurrir en África.
También hay que tener en cuenta que Canarias constituye un caso aparte entre las naciones presentes en el continente africano, mas que nada por la homogeneidad del archipiélago en todos los aspectos. La gran mayoría de Estados en África son multiétnicos, multirreligiosos y multilingues debido a que siguen ostentando las fronteras trazadas por los poderes europeos durante la Conferencia de Berlin en 1885. El reparto colonial ignoró las fronteras establecidas previamente en base a los grupos étnicos o culturales presentes en cada zona, y esto ha constituido indudablemente la fuente de numerosos conflictos durante el periodo colonial y posteriormente a la independencia de las naciones africanas. Obviamente antes de la llegada de los europeos el archipiélago contenía distintos grupos étnicos asociados frecuentemente a cada isla, aunque a diferencia de los enfrentamientos comunes en el contexto del tribalismo africano la gran mayoría de etnias precoloniales en Canarias vivían una existencia con independencia las unas de las otras. Pero hoy por hoy no existe diferenciación alguna entre los habitantes de una isla y otra, no existe ninguna reivindicación étnica que sitúe a unos isleños en un plano cultural distinto a otros en base a su emplazamiento. Todos los grupos étnicos presentes en la población aborigen fueron absorbidos a través de la conversión religiosa y el mestizaje (voluntario o forzoso) dentro de la sociedad criolla creada a manos de los colonizadores, tal y como ocurrió en Latinoamérica o en las naciones del Caribe. La única nación africana en la que Canarias podría hallar ciertas características comunes es en Cabo Verde, y esto es debido a que el archipiélago lusófono tiene una historia bien distinta al resto de sociedades del África subsahariana: descubiertos por los portugueses como una serie de islas deshabitadas, se convirtieron en un importante punto de escala para el tráfico de esclavos y su población es actualmente resultado de la mezcla de cautivos negros con colonos lusos. Todos los grupos étnicos importados al archipiélago de Cabo Verde durante la época del tráfico de esclavos perdieron sus características propias y acabaron constituyendo una población única dentro de la sociedad criolla del periodo colonial. En este sentido la nación de Cabo Verde se asemeja más a cualquier país caribeño poblado por los descendientes de esclavos traídos a la fuerza para trabajar en las plantaciones, antes que a un Estado del África subsahariana que puede contener cientos de grupos étnicos con una historia y costumbres totalmente distintas y muchas veces enfrentados entre si.
Un aspecto curioso lo constituye la cristianofobia y mas concreto el anticatolicismo que desprende parte de la izquierda nacionalista, que al mismo tiempo exalta la religión tradicional animista de los aborígenes canarios, considerando la practica del cristianismo como una imposición colonial. Esta actitud recuerda bastante al revival neopagano que ocurre en muchos países de Europa, con muchos jóvenes ensalzando el pasado precristiano de este continente previo al primer milenio e intentando acercarse a los ritos y mitología que se practicaban antes de la expansión de la religión abrahamica gracias al Imperio Romano en decadencia. La izquierda nacionalista en el archipiélago trata a la religión cristiana como algo ajeno al pueblo amazigh, si bien esta fe constituyó la denominación mayoritaria en el Magreb durante varios siglos previamente a la invasión árabe del siglo VII. Tengamos en cuenta que la conquista del archipiélago canario se llevo a cabo en el siglo XVI, lo cual quiere decir que los aborígenes de las islas mantuvieron el animismo como sistema de creencias durante cientos de años mas que el resto de pueblos norteafricanos, sin contacto alguno con ninguna religión abrahamica (cristianismo o Islam). Este punto de divergencia ha de ser tenido en cuenta para explicar posibles diferencias entre los aborígenes canarios y el resto de pueblos imazighen incluso antes de la anexión del archipiélago a la Corona de Castilla. Se podría decir que los amazigh del Norte de Africa aceptaron el cristianismo antes incluso que el Norte de Europa, debido al asentamiento de romanos y visigodos en esta región. Con todo, la expansión de los árabes y la rápida conversión de los cristianos del Norte de África al Islam dada la similitud del arrianismo de la época con el concepto musulmán de tawhid (unidad divina) acabo eliminando buena parte del rastro que hubiese podido dejar el cristianismo en la población magrebí, hoy solo presente en los coptos de Egipto. Obviamente el animismo siguió jugando un papel fundamental en esta región durante toda su historia, pero tratar al cristianismo en Canarias como una mera imposición colonial producto de la conquista castellana es un error y una simplificación.
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Manuel Pérez Fernández (1887-1964) nació el 10 de agosto de 1887, unos dien que en España pero se crió y escolarizó en Brasil[1] y otros en ciudad costera y marinera del Estado de Sao Paulo (Brasil) y falleció en el 16 de junio de 1964, en Río de Janeiro, (Brasil).
Fue un destacado militante anarquista y organizador sindicalista, tan sobresaliente como desconocido. Organizó y potenció la Confederación Nacional del Trabajo (CNT)en Andalucía, Canarias, San Sebastián y Baleares (España).
En el exilio portugués y francés entró en contacto con primeras figuras del movimiento anarquista internacional: Makno, Ranko, ArchinofI, Grave, Faure, Malato, Besnard, Schapiro.
Tuvo una destacada intervención en las reuniones celebradas en Francia, en 1925 y 1926, que prepararon la fundación de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) y fue uno de los principales artífices de la “I” de la FAI, esto es, de la unificación de portugueses, españoles y exiliados de habla española en Francia en una misma organización anarquista. “I” que, al principio, no significaba “Ibérica”, sino “Iberoamericana”; aunque finalmente se quedó en peninsular por insuperables cuestiones organizativas.
Protagonista, junto a Durruti y García Oliver, del primer mitin autorizado de la CNT (tras el período de ilegalización posterior a los hechos de octubre de 1934) convocado en Barcelona en enero de 1936.
Intervino en numerosos mítines, y largas campañas de propaganda y organización, a veces de meses de duración, por toda la península, fue director de varias cabeceras de diarios anarquistas, y visitante asiduo de distintas cárceles. Destacó por su capacidad organizativa en la creación de nuevos sindicatos cenetistas y como fundador de varias confederaciones regionales.
Fue encarcelado 53 veces, en prisiones de Brasil, España, Francia y Portugal, y desterrado en cuatro ocasiones: dos de Sevilla, Andalucia, (España) (1921 y 1924), una de Santa Cruz de Tenerife, Canarias, (España) (1934) y la más deseada, de territorio franquista, en 1940.
Estaba casado y tuvo tres hijas.
Escribió sus memorias, en Brasil, en los años cincuenta, frecuentemente citadas sin haber sido publicadas, han conocido cierta difusión militante en pequeños círculos.
Biografía
Creció en Brasil, en una familia de origen español. Su familia materna, profundamente católica y de ideas reaccionarias, contaba con varios generales del ejército. Tres hermanos de su madre fueron generales españoles y uno de ellos murió en Cuba, en lucha contra los independentistas cubanos.
En 1905 trabajó de aprendiz de ebanista en Río de Janeiro, donde entró en contactó con un militante anarquista español que le introdujo en las ideas libertarias, al tiempo que ingresaba en el Liceo de Artes y Oficios de Río.
En 1906, a raíz del atentado de Mateo Morral contra Alfonso XIII, se enfrentó a su padre, que condenaba el intento de magnicidio.
En 1909, tras tres años de tensa relación familiar, conocidos los hechos de la Semana Trágica y del fusilamiento de Francisco Ferrrer Guardia, discutió violentamente con su padre, decidiendo abandonar el hogar paterno.
Prosiguió sus estudios y su relación con Valentín y otros amigos anarquistas, como simple afiliado sindical.
En 1918, terminada la Primera guerra mundial, empezó a escribir artículos en el “Jornal do Brasil”, implicándose además en las luchas sindicales. A finales de ese año fue nombrado secretario del Centro de ebanistas de Río de Janeiro y más tarde presidente del Sindicato de Ebanistas.
Tras enconadas luchas, los trabajadores brasileños consiguieron fundar el Sindicato del Ramo de la Madera, del que Pérez fue nombrado secretario, pasando más tarde a representar a la Federación Obrera de Río de Janeiro. Simultáneamente fue nombrado redactor del semanario “Espartacus”, órgano del movimiento anarquista, y miembro de la comisión de propaganda, responsable de organizar charlas y conferencias en los sindicatos.
En octubre de 1919 la represión policial le expulsó de Brasil, con la excusa de haber nacido en el extranjero. Desembarcó en Vigo, Pontebedra, Galicia, (España) el 19 de noviembre de 1919, siendo encarcelado por indocumentado. Estuvo en las prisiones de Madrid, Madrid y Sevilla, Andalucia, (España).
En enero de 1920 fue nombrado secretario general del Sindicato de la Madera de Sevilla, Andalucia, (España) cargo que ejerció hasta su detención en septiembre de 1920, siendo desterrado a Cabezas Rubias, pueblecito de la provincia de Huelva, Andalucia, (España) en una de las habituales conducciones de presos, a pie por la carretera, en largas cordadas de a dos. En ese pueblo, donde pasó todo el año 1921, conoció a Teresa, que se convirtió en su compañera.
Tras la amnistía de Sánchez Guerra de 1922, ejerció los cargos de secretario de la Federación Local de Sevilla, Andalucia, (España) y luego de miembro del Comité Regional de Andalucía, (España).
Colaboró con Alaiz y Vallina y realizó una campaña de mítines junto a Salvador Seguí.
A principios de 1923 fue nombrado nuevamente secretario del ramo de la Madera de Sevilla Andalucia, (España), hasta que aceptó el de contador del Comité Nacional de la CNT, entonces establecido en esa ciudad.
A finales de 1923, implantada la Dictadura de Primo de Rivera, fue primero preso, y más tarde, en abril de 1924, desterrado a Portugal. Se integró en el movimiento sindical portugués y fue redactor de “A Batalha” y miembro del Comité Nacional de la Unión Anarquista Portuguesa. Junto a Restituto Mogroviejo y el gallego Sánchez fundó el Comité Internacional por la libertad del pueblo español.
En 1925 fue expulsado de Portugal y marchó a París, Isla de Francia, (Francia) donde fue redactor de “Tiempos Nuevos” y secretario de correspondencia de la Federación de Grupos Anarquistas de Lengua Española en Francia.
En mayo de 1926 participó, como delegado, en la sesiones del Congreso Anarquista de Marsella, (Francia) convocado por la Federación de Grupos Anarquistas en Lengua española, de acuerdo con el interior, con amplia presencia internacional y de la Asociación Internacional del Trabajo (AIT). En ese Congreso se fundó la FAI, a propuesta de Souza y del propio Pérez, que derrotaron la táctica propugnada por Juan García Oliver y Vicente Pérez “Combina”, favorables a la colaboración política y armada con Maciá, para derrocar la Dictadura de Primo de Rivera. Al rechazarse tal propuesta militarista, García Oliver y Combina abandonaron el Congreso, que en unos de sus puntos más importantes afirmaba:
“El Congreso acuerda por unanimidad que ningún pacto, colaboración ni inteligencia sea mantenida de ahora en lo sucesivo con elementos políticos y que sólo con la CNT estaremos en inteligencia, mientras este organismo mantenga sus principios Comunista libertarios”.
Manuel Pérez, por los cargos que había desempeñado anteriormente, fue uno de los artífices fundamentales de la inclusión de portugueses y exiliados de lengua española en la organización anarquista de España.
Fue nombrado administrador de “Tiempos Nuevos”, del que era director Liberto Callejas. El único cargo remunerado era el de director, sueldo del que vivieron cinco personas: la familia de Pérez y Liberto, que vivía también en el domicilio de Manuel Pérez, donde se instaló además la redacción del diario.
Como delegado de la Federación de Grupos de Lengua española en Francia, contribuyó, junto a Besnard, Faure, Borghi, Schapiro, Huart, Hugo y otros a la fundación de la Confederación General del Trabajo (Sindicalista Revolucionaria), esto es, de la CGT-SR francesa, que tenía el propósito de combatir la influencia estalinista en los sindicatos obreros.
En esa época, como elemento de enlace entre el movimiento anarquista español y la AIT, se entrevistaba semanalmente con Schapiro, secretario de la AIT.
En julio de 1927, en Valencia, Valencia, (España) se produjo el acto formal de la fundación de la FAI en España, acordada el año anterior en el Congreso de Marsella, (Francia).
En febrero de 1928 regresó a España por la frontera catalana, para atender a su mujer, gravemente enferma, que trasladó a Huelva, Andalcia, (España) con su familia, aunque finalmente falleció el 20 de noviembre de 1928.
Intervino en las luchas clandestinas y en el Comité de Relaciones de la FAI, en cuyo nombre participó en un pleno regional andaluz. En diciembre formó parte del Comité Pro-presos de Sevilla, Andalucia, (España) enfrentado a la dura represión de los cenetistas por parte del gobernador Cruz Conde.
Estuvo en Sevilla, Andalucia, (España) durante todo el año 1929.
En junio de ese año, viudo y con tres hijas, se unió sentimentalmente a Mercedes, su nueva compañera. Trabajó de ebanista en la construcción del Pabellón brasileño en la Exposición Internacional de Sevilla, Andalucia, (España) y dado su dominio del portugués, francés y castellano, le ofrecieron dirigir el Servicio de Prensa y Propaganda de Brasil, que aceptó.
En marzo de 1930 marchó a Bélgica con su familia, provistos todos de pasaporte brasileño, para desempeñar ese mismo cargo con la delegación brasileña en la Exposición de Amberes, (Belgica) donde permaneció desde abril hasta diciembre. Rechazó la oferta de regresar, con el viaje pagado, a Brasil, su país natal. Estuvo apenas dos meses en París, Isla de Francia, (Francia).
En enero de 1931 regresó a España, atravesando la frontera por Hendaya e Irún, (España) estableciéndose en San Sebastián, Pais Vasco, (España) donde, a partir de sólo 17 militantes, organizó el sindicato de Oficios varios de la CNT y pocos meses después una Federación Local de siete sindicatos, de la que fue nombrado Secretario General.
En junio, proclamada ya la República, fue a Madrid, Madrid, (España) para tomar parte como delegado de la Región Norte en las sesiones del Congreso Nacional de la CNT, reunido en el Teatro María Guerrero, figurando en las ponencias sobre organización social del porvenir. Al finalizar el congreso intervino, junto a Rudolf Rocker, Pierre Besnard, Lucien Huart y Valeriano Orobón Fernández, en el mitin de clausura.
Después acudió, como delegado español, al congreso internacional de la AIT, reunido en el Teatro Barbieri de Madrid, Madrid, (España) en compañía de Carbó, Pestaña y Robusté.
En el desempeño de su cargo de secretario de la Federación Local de San Sebastián, Pais Vasco, (España) participó en distintos plenos nacionales: Barcelona Cataluña, (España) a finales de julio de 1931, Madrid, Madrid, (España) en diciembre del mismo año.
En mayo de 1932, aceptó la petición del Comité Nacional de ir a Canarias, (España) para reorganizar e impulsar los sindicatos de la CNT. A su llegada dirigió “El Marcha”, órgano de los sindicatos cenetistas canarios y sólo ocho meses después, en abril de 1933, se celebró el mitin fundacional del Comité Regional de Canarias, (España) que acababa de crear, partiendo de unos pocos sindicatos aislados.
Fue nombrado secretario del CR canario, representando a treinta y dos mil afiliados. Amigos y conocidos empezaron a llamarle, cariñosamente, con el apelativo de “el canario”. A partir de esa época fue colaborador habitual de “Solidaridad Obrera” de Barcelona, Cataluña, (España).
A raíz del movimiento revolucionario de diciembre de 1933 fue detenido y trasladado a la prisión de Zaragoza, Aragon, (España) donde permaneció durante 45 días, hasta que el proceso fue sobreseído por “desaparición” de las pruebas (robadas por militantes anarquistas). En la segunda quincena de marzo de 1934 ya estaba de nuevo en Santa Cruz de Tenerife, Canarias, (España).
En noviembre de 1934 fue desterrado de Canarias, (España) por las autoridades gubernativas. Actuó en la clandestinidad en Sevilla y Cádiz, Andalucia, (España) donde ayudó a Vicente Ballester en la organización de la Federación Local gaditana, de cuyo comité pasó a ser componente.
En enero de 1936, ingresó en la redacción de la “Soli” en Barcelona, Cataluña, (España) junto a Manuel Villar (director), Liberto Callejas, José Peirats, Alejandro Gilabert y Francisco Ascaso.
Intervino, junto a Buenaventura Durruti, Francisco Carreño y García Oliver, en el mitin de la CNT del 5 de enero de 1936, en el Teatro Olympia, el primero que se realizaba desde la ilegalización de la Organización tras los hechos de octubre de 1934. Ante las airadas protestas de García Oliver a que el nombre de Pérez figurase en último lugar, en el puesto de honor de quien cerraba el acto, no tuvo inconveniente en cedérselo inmediatamente, en conformidad con su innata modestia.
En febrero de 1936 intervino en Mataró, en el mitin de unificación con los trentistas, siendo efusivamente felicitado por Peiró.
En compañía de Ramón Álvarez y Francisco Isgleas, efectuó una campaña de propaganda y organización por la provincia de Gerona, Cataluña, (España).
En Benicarló “los tres Pérez” dieron un mitin conjunto: Vicente Pérez Viche (“Combina”), Manuel Pérez Feliu de la regional levantina, y Manuel Pérez Fernández (“el canario”).
Ese mismo mes, el Sindicato de la Madera de Barcelona, Cayaluña, (España) le nombró delegado al Congreso de la CNT, reunido en Zaragoza, participando junto a Federica Montseny y Francisco Carreño en el mitin de apertura, celebrado en la plaza de toros. Defendió la inmediata creación de la Confederación Ibérica de Trabajadores. Fue nombrado para discutir la ponencia sobre comunismo libertario.
Continuó como redactor de la “Soli” de Barcelona, Cataluña, (España) dirigida por Liberto Callejas, hasta el 18 de julio de 1936, día en que embarcó para Palma de Mallorca, Islas Baleares, (España) como representante del diario en el primer congreso regional de Baleares, (España) y en el mitin de clausura. Dado el éxito del golpe militar en Mallorca, Islas Baleares, (España) tuvo que esconderse de la persecución fascista en casa de la cenetista Julia Palazón.
El 21 de noviembre de 1936 consiguió huir de la fascista Mallorca, Islas Baleares, (España) a la republicana Ciudadela, permaneciendo un mes en Menorca, Islas Baleares, (España) donde dirigió el órgano cenetista de Mahón “La Voz de Menorca”. En los últimos días de diciembre de 1936, a bordo del destructor “Ciscar”, que había conseguido burlar el bloqueo naval a Menorca, Islas Baleares, (España) llegó a Valencia, Valencia, (España) donde escribió el folleto “Cuatro meses de barbarie. Mallorca bajo el terror fascista”, que fue publicado ese mismo año en castellano, inglés y francés. La traducción francesa era obra del tipógrafo y cineasta valenciano José Estivales, que utilizaba el seudónimo de “Armand Guerra”.
Pasó algunos días de enero en Barcelona, Cataluña, (España) donde fue a recoger a su familia, que tenía su casa en La Torrassa.
El 5 de enero de 1937 intervino en un mitin de la CNT, celebrado en el Gran Price, en el que recordó que hacía justo un año que había participado en un mitin similar junto a Durruti, ahora fallecido. Se mostró muy crítico con el colaboracionismo cenetista en las tareas de gobierno.
En febrero de 1937 marchó a Francia, donde realizó una campaña de propaganda y recaudación de fondos de dos meses de duración, acompañado de “Armand Guerra”, David Antona, Alexandre Mirande y Fontaine, regresando a Valencia, Valencia, (España) y luego a Barcelona, Cataluña, (España) a mediados de abril.
Cruzó la frontera por Puigcerdá, donde paseó y habló con Antonio Martín, que una semana más tarde fue asesinado, según palabras del propio Pérez, “por un grupo de sicarios”, para destruir la obra revolucionaria realizada por los anarquistas en la Cerdaña, (Francia) y que él consideraba como el prólogo de la maniobra contrarrevolucionaria que culminó con el asalto de la Telefónica de Barcelona, Cataluña, (España) del 3 de mayo de 1937.
Durante las Jornadas de Mayo combatió en La Torrassa, Hospitalet de Llobregat, Barcelona, Cataluña, (España), donde vivía, y se mostró contrario a la proclamación de ¡alto el fuego!, propugnado por Federica Montseny y Juan García Oliver, entre otros.
Fue nombrado delegado al Pleno nacional, reunido en Valencia, Valencia, (España) el 11 de mayo de 1937.
A su regreso, fue elegido miembro del Comité Peninsular de la FAI, con Germinal de Souza, Roberto Cotelo, Jacobo Prince y Lunazzi, pero por problemas de salud tuvo que retirarse a Igualada, Barcelona, (España) para reposar y reponerse, aunque no supo negarse a realizar breves giras de propaganda por los pueblos cercanos, para reconstruir la Organización, destruida y desaparecida en la comarca por la represión estatal y estalinista posterior a mayo, cuando las reconstituidas fuerzas de Orden Público, formadas por los guardias de asalto y la antigua guardia civil, regresaron a las distintas comarcas como conquistadores a la caza de los “incontrolados” cenetistas.
También participó, pese a su teórico retiro, en numerosas reuniones de comités superiores, convocadas por el Comité Regional de Cataluña en la Casa CNT–FAI de la vía Durruti, en Barcelona. Cataluña, (España).
Afirma en sus memorias, que el mes de mayo había publicado un artículo[2] en la portada de “Solidaridad Obrera”, en el que, tras analizar los recientes sucesos, denunciaba los crímenes cometidos contra la Organización, como los cadáveres de doce jóvenes libertarios, torturados y mutilados, abandonados en la carretera de Cerdanyola, Barcelona, Cataluña, (España); terminando su escrito con estas palabras: “Estamos solos, sí, pero con dignidad”, que constataban el terrible aislamiento confederal frente a la represión estatal y estalinista.
En octubre de 1937 dejó Igualada, Barcelona, (España) para instalarse en Gelida, Barcelona, Cataluña, (España) participando en numerosas campañas de propaganda por los pueblos cercanos.
A fines de diciembre de 1937 se estableció en Barcelona, Cataluña, (España) integrándose en el Comité Nacional de la CNT, que le designó director de “Ruta”, órgano de las Juventudes Libertarias; cargo que desempeñó hasta julio de 1938, cuando lo destinaron a Orán en misión de propaganda y organización.
En septiembre de 1938 fue reclamado por el Comité Regional de Andalucía para asumir, en Baza, Granada, Andalucia, (España) el cargo de secretario regional, para el que había sido escogido en el último pleno regional.
Fue testigo directo, el 31 de marzo de 1939, de la toma por los italianos del puerto de Alicante, Valencia, (España) en el que miles de republicanos esperaban un barco para huir de la España franquista.
En abril de 1939 fue internado en campos de concentración (unos días en el campo de Los Almendros y luego en el campo de concentración de Albatera). Más tarde, sufriendo penuria y unas peripecias terribles, que narró brillantemente en sus memorias, fue encarcelado el 24 de mayo en la Prisión Provincial de Sevilla, Andalucia, (España) donde constaban sus antecedentes penales de varios encarcelamientos y dos destierros. En una de las declaraciones, tomadas en 1924, había desmentido poseer la nacionalidad brasileña, jurando que había nacido en Osuna, Sevilla, Andalucia, (España) con el objetivo de evitar ser expulsado a Brasil, lejos de su mujer e hijas. La policía se aferraba a esa falsa declaración para confirmar su nacionalidad española. Pero ahora afirmaba que había nacido en la ciudad brasileña de Santos, y gracias al decidido empeño del consulado brasileño, que esgrimía su cargo como director de Prensa y Propaganda de la delegación brasileña en las Exposiciones de Sevilla y Amberes, no fue ejecutado, consiguiendo una orden de expulsión de España en 1940.
Sin embargo permaneció encarcelado aún varios meses, con el peligro permanente de ser enviado al campo de Miranda de Ebro, donde los extranjeros eran exterminados sistemáticamente.
Gracias a la ayuda de la Solidaridad Internacional Antifascista (SIA) pudo sobrevivir. La constante vigilancia e intervención del consulado brasileño en Cádiz, Andalucia, (España) consiguió hacer efectiva la orden de expulsión. El recorrido por distintas prisiones franquistas, el atroz retrato de algunos sádicos carceleros, las torturas, humillaciones y asesinatos de los viejos amigos vencidos, constituyen un relato terrible y dantesco que nada desmerece del Inferno de la Divina Comedia.
Llegó a Brasil en julio de 1941, donde fundó “Açao Directa”, de la que fue administrador durante muchos años. Fue secretario de los anarquistas de lengua española, exiliados en Brasil.
En 1951 terminó sus memorias, que tituló: “30 años de lucha. Mi actuación como militante de la CNT y anarquista español”.
Manuel Pérez. fundador de la FAI y organizador confederal falleció en Río de Janeiro el 16 de junio de 1964.
En el obituario publicado el 14 de enero de 1965 en “Le Combat Syndicaliste” se le describía de este modo: “Hablador con facilidad, optimista hasta sus postreros días, persuasivo por convicción, rebelde por temperamento, también supo ser responsable con los deberes de la organización confederal y los compañeros”.
Conclusiones
El breve esbozo biográfico de Manuel Pérez Fernández nos hace vislumbrar una actividad de propaganda frenética, que causa vértigo. Él mismo narra los viajes en taxi, de un pueblo a otro, para enlazar sus intervenciones de mitin en mitin, en un mismo día.
Manuel Pérez, conocido por sus amigos por el apodo de “el canario”, fue un destacado propagandista y organizador de sindicatos, capaz de crear desde la nada, en pocos meses, un sindicato cenetista y desde éste, en pocos meses más, una federación local o regional, dotada de un órgano de prensa, normalmente dirigido por el propio Manuel. Así lo hizo en Canarias, Andalucía, San Sebastián y Orán.
Manuel Pérez, en sus memorias, rechazó el relato autobiográfico, porque pensaba que su vida personal carecía de interés, y nos ofreció únicamente el extraordinario relato de sus experiencias como militante cenetista y anarquista.
Un militante destacado, con una trayectoria que abarca diecisiete años de militancia en primera fila, pero prácticamente anónimo a causa de esos apellidos tan frecuentes: Pérez y Fernández. Quizás, por esa misma razón, su actividad subraya la importancia de tantos militantes anónimos, que son quienes explican, más allá de la leyenda, grandezas y miserias de algunos líderes, el esplendor de la historia colectiva de esos obreros anónimos de la CNT, que fueron su fuerza, su savia y su raíz. Que la mitomanía y el culto a la personalidad los endiosen, a veces, como héroes, los desnaturaliza y convierte en extraterrestres, cuando ellos mismos valoraban extraordinariamente tal anonimato, en bien exclusivo de la Organización.
Las memorias de Manuel Pérez están repletas de bocetos biográficos de numerosos militantes cenetistas, algunos absolutamente desconocidos y otros de cierto renombre, así como de múltiples anécdotas, trágicas o cómicas, sobre destacadas figuras, que las convierten en una especie de miscelánea de variadas y encontradas biografías cenetistas.
Aunque Manuel Pérez, en el relato de sus treinta años de militancia, rehuyó, en lo posible, la narración autobiográfica, escribió lo suficiente como para vislumbrar una intensa y gozosa vida familiar, así como una extraordinaria valoración de la amistad con otros militantes, por encima de roces y mezquindades, y/o, en muchas ocasiones, de cualquier discrepancia política. Por suerte, nos han llegado algunas cartas en las que esa personalidad se nos presenta diáfana y rotunda, permitiéndonos vislumbrar su profunda calidad humana.
En esa correspondencia se nos muestra, sin recato, como un apasionado amante de su familia y un desprendido amigo de sus amigos. Pero, sobre todo, como un hombre cabal y completo, capaz de asumir los desafíos, golpes y contrariedades de la vida, desde la altura de miras del compromiso revolucionario y anarquista. Ante el dolor provocado por la larga enfermedad y posterior muerte de su mujer, escribió en carta a un amigo: “los anarquistas debemos ser más fuertes que el propio dolor”.
Llamarse Pérez, tener la nacionalidad brasileña y ser anarquista fueron razones de peso para ser prácticamente ignorado por la historiografía oficial española, salvo escasas excepciones, que tampoco han profundizado excesivamente en el personaje, ni en la difusión de su impresionante militancia.
La escritura de Manuel Pérez es fluida y precisa. La sintaxis empleada se caracteriza por la brevedad de las frases. Carece de metáforas, de grandilocuencias y de florituras. En alguna ocasión aparecen vocablos que delatan la influencia del portugués o del francés. Su estilo es siempre claro y nítido, aunque no siempre gramaticalmente correcto. Está plagado de breves y afiladas anécdotas, nunca gratuitas, capaces de descifrar una situación o definir a una celebridad, como ocurre por ejemplo con García Oliver, cuando explica, con sólo una frase, su orgulloso enfado ante el orden de intervención en el mitin de enero de 1936. Sin embargo, jamás utiliza el insulto, ni mucho menos la difamación contra nadie, lo que no significa que no exponga siempre su propio criterio, por muy heterodoxo que sea.
Otros rasgos a destacar son la ausencia, en todo el relato, de referencia o mención alguna a ningún acto violento personal, ni al uso de armas para la autodefensa, y por supuesto, su absoluta y abnegada dedicación a su labor de propaganda y organización sindical, con una disposición plena a cambiar de residencia, acompañado, o no, de su familia, y a la aceptación de todas las misiones que le encomendase la Organización. Porque era un militante anarcosindicalista, porque fue un revolucionario.
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Facciolo Alba no cabe en la Cuba de hoy
Eduardo Facciolo Alba (Latinamericanstudies.org)
LA HABANA, Cuba.- Es tanta la manipulación del imperio castrista con sus medios de prensa, que aquel héroe, Eduardo Facciolo Alba, apenas se menciona de casualidad: prueba de la aversión, el odio y la fobia que se inculca al pueblo cubano contra Estados Unidos.
Eduardo Facciolo Alba nació en humilde cuna, en el poblado habanero de Regla, el 7 de febrero de 1829. Abandonó la escuela primaria y para ayudar a sus padres se hizo tipógrafo.
En 1852, cuando un grupo de patriotas decidió fundar el primer periódico clandestino de la isla, La voz del pueblo cubano, contaron con el joven Facciolo como linotipista. El 23 de agosto de 1852, mientras terminaba el cuarto número en una imprenta de la calle Obispo, Facciolo fue sorprendido por las autoridades españoles y condenado a muerte “como escarmiento”.
Contra Facciolo se cometió el crimen más espantoso de la historia de Cuba, al ser condenado a garrote vil, un método de tortura que años después se tuvo que prohibir en España y que consistía en utilizar una máquina para introducir un tornillo de gran tamaño en la nuca de la víctima y romperle lentamente las vértebras hasta ocasionarle la muerte. Facciolo murió sin pedir clemencia, como todo un héroe.
Aquel acto espantoso, expuesto públicamente en la explanada del Castillo de la Punta de La Habana el 28 de septiembre de 1852, apenas se menciona en la prensa castrista. Incluso ese día se celebran fiestas cederistas en los barrios, por mandato oficial. Facciolo no cabe en el voluminoso calendario de homenajes, mal dedicados a terroristas de los años cincuenta del siglo pasado.
Gracias a su valentía salvó la vida de los que escribían en dicho periódico contra el colonialismo español y prefirió morir antes de delatarlos.
El periodista Juan Bellido de Luna Guzmán, el más comprometido de todos, logró huir al exilio y radicarse en Boston. Autor del libro La anexión de Cuba a Estados Unidos, publicado en 1881, colaboró con el periódico Patria de José Martí en 1885 y en 1899 regresó a Cuba, donde murió al poco tiempo. Nunca olvidó a su gran amigo Facciolo, “de ojos verdes, semblante risueño, vestido con limpieza y modestia, su gran valentía”, como escribió en la carta que antes de morir escribió a su madre ―quien perdió la razón―, a la que dice su “amor por la patria, por la anexión y la libertad”.
Cuatro meses después de la ejecución de Facciolo nació José Martí, y en 1871 fueron fusilados los ocho estudiantes de Medicina.
Para Facciolo no hay homenajes, ni escuelas en su honor, ni monumento alguno en la Cuba de hoy. Sólo una vieja tarja en su casa paterna de Regla, colocada durante la República, cuando fue nombrado el primer mártir del periodismo cubano, y una Fundación que radica en New Jersey donde se divulga su historia y el desafío que representó aquel periódico para el dominio colonial.
Nos recuerda a Franqueza, otro periódico clandestino a favor de los derechos humanos, que se hacía a mano en la humilde casa de la familia González, en 1989, en las calles habaneras de Reina y Escobar. En su tercer número, la casa fue allanada por la policía política, madre, padre e hijo fueron a prisión y desaparecido el periódico por órdenes de Fidel y Raúl Castro.
Facciolo representa mucho para la prensa independiente, una prensa que continúa desafiando al imperio castrista con la misma verdad, honestidad y coraje de ese gran héroe cubano.
En Ecured, para confundir a las generaciones de hoy, se dice que fue un combatiente de las guerras independentistas. Falso. Faltaban más de diez años para que Carlos Manuel de Céspedes libertara a sus esclavos.
Facciolo fue un joven con ideas libertarias, que vio la anexión con el gran país del Norte como una solución ante los grandes males de Cuba: una corriente ideológica que, según investigadores históricos de gran renombre, nunca ha desaparecido totalmente del alma del cubano. “Una convergencia con Estados Unidos que venía de lo antiguo”, según Manuel Moreno Fraginals.
El pecado de Facciolo es muy grave para el castrismo. Representa un peligroso ejemplo para los jóvenes de hoy, que ven como futuro la salida del país hacia Estados Unidos. Ni siquiera han tenido en cuenta que nuestro Apóstol pensó lo mismo con México.
Es por eso que nuestro héroe reglano tiene que esperar por tiempos de libertad, porque “la tiranía es la misma en varias formas, aunque se vista alguna de ellas de nombres hermosos y de hechos grandes”, como dijo nuestro Martí.
Facciolo Alba no cabe en la Cuba de hoy
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