#HASTA QUE SE ESFUMA
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It hasn't even been a week but I think I've listened to the new Cuarteto songs like 5+ times a day each they're SO FUCKING GOOD
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El tiempo pasa cada vez más rápido y tu recuerdo por más que pese y duela, se esfuma, sin querer, como el viento.
Quisiera decirte que recuerdo todo de ti, tu olor, tus ladridos, tus ojitos bonitos, las pecas de tu hocico, el sonido del movimiento de tu cola, y demás… pero miento, miento porque tengo que recurrir a tus fotos, y videos, esos que tanto me gustaba tomarte, para seguir teniendo cada uno de esos aspectos aún conmigo.
Y qué felicidad tenerlos, porque en días como hoy, cuando tu ausencia pesa más que todos los días, me reconforta tener un pedacito de lo que viviste en este plano terrenal conmigo.
No pienses que te olvidé, eso jamás pasará, y aunque no recuerde cómo hueles, el recuerdo permanente de lo que fuiste en mi vida, permanecerá.
Gracias por salvarme tantas veces sin que lo supieras, aquí te extraño todos los días, y escribirte solo es una caricia al alma para sobre llevar el peso de tu ausencia.
Hasta siempre mi viejito.
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Las primaveras no todas son iguales siempre, cada faceta del cielo, incluso la de las flores son diferentes en cada ciclo que caduca y en aquellos que comienzan a filmarse. La naturaleza es un bonito semejante a enseñarnos que no hay un irrepetible, nisiquiera uno igual; esa persona, esa etapa, esa sonrisa, ese momento, esos ojos, incluso hasta esa mascota, esa vibra que vives todos los días, esos lunares, ese lugar, hasta ese te amo, ese viaje, ese trabajo, esos amigos, todo lo que esté enganchado en el hoy de tu vida es tan único en tu existencia que no se repite, se esfuma cuando termina su misión, inclusive los procesos tienen su comienzo y terminan, es como si escucharás a las olas ir y venir llevadas por el viento, un amanecer o un anochecer. Es injusto que comiences a valorar este presente, esta parte de tu vida, cuando ya se vuelvan parte de tus recuerdos, cuando ya no hay reversa para ir a disfrutar ese irrepetible y haber podido hacer y decir más. Recuerda que todo lo que vives hoy es un maravilloso momento con personas, lugares y cosas que jamás se volverán a repetir, nisiquiera te quejes, sólo vive y aprende apreciar las cosas buenas que de seguro son muchas si dejamos de ver solamente lo malo.
Mabel-llin
#desorden en letras#escritos#frases#letras#pensamientos#amor#textos#sentimientos#citas en español#textos en español#mayo2023#pub1#vida#sueños#irrepetible#poemas#naturaleza#peimavera#motivación#triste#sad#salir adelante#seguir#no quiero seguir#repetibles e irrepetibles#remplazo#girasol#crespos#vibra#mabel llin
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espero sentado en la banca que esta debajo de los almendros, en esta lugar que presencia hora a hora nuestras miradas y como un minuto de sus ojos son una eternidad al descubrirsen en los míos. las hojas del almendro se hacen brisa. La humedad del aire se cuela entre cada flor. me tiembla las piernas mientras siento que mi voz se esfuma al decir su nombre. la espero. miro desde la copa del árbol a mi zapatos; y el brillo de mis zapatos me hacen pensar en el silencio y las palabras que lo interrumpen.. <<hola, ¿podría comenzar así?, te ves muy bonita, creo que se le escapo una flor almendro>> .. de nuevo una sonrisa se desliza en mis ojos, ¿por que tiemblo..? si será como como de costumbre, lo sabrá todo; vera este nerviosismo y como he pasado tres horas pensado en cada palabra y en el como tomar su mano mientras caminamos por las calles hasta llegar al museo. vera que desde la noche anterior en la que con su risa delgada y aguada me invito a ir a ver una de sus obras favoritas no he podido dormir; será nuestras primer cita, vera en mis ojeras cada tramo de felicidad que me invade. vuelvo suspirar mientras las palabras se vuelven humo al ver sus ojos,
-de camino me detuve a esperar la lluvia, pensé en lo silencioso y ruidoso que seria compartir el paraguas mientras caminamos por las mismas calles que han pisado tus silencios -
Con estas palabras dejo caer su voz salda, su semblante apagado y la chispa viva del sol en su mirada. y como un eclipse hundió sus ojos en los míos; con la mismas fuerza, suavidad y arrojo. tome su mano derecha llevándola a mi boca, envolví sus palmas en mi aliento y la humedad de mis labios que temblaban entre sus huellas. sentí el golpetear de sus latidos en cada poro, el aire que exhalaba sus pulmones y el aroma de su sangre moverse como si fuera mi voz. comenzamos a caminar bajo el paraguas que tome de su otra mano. No habían indicios de lluvia al contrario el sol se derretía, y con el tono de mi loco latir le dije lentamente a lo que doblábamos la esquina,
-has dormido poco; se te nota en los ojos, parecen que debajo de ellos estuviera la noche con cada palabra y suspiro que me has dedicado. quiero que sea tu mirada la que me relate los silencios que he pisado mis pies por estas calles de siempre. ¿Dime qué ves? -
Camine entre seda hasta llegar al museo. Paseamos entre cada pasillo hablando tanto del clima como de los pensamientos repetitivos que construyen al hombre y lo que deja de él luego de creer como algo intangible la esencia un pensamiento, ya que de esos destellos que nadie parece apreciar se sabe más de una persona que lo que ella te puede decir de si misma, al igual que sucede con los silencios que nadie escucha por creer poca cosa, pero que en ellos se puede ver la esencia de un pensamiento.
De repente se detuvo en un cuadro de uno de uno de los pasillos. Absorta soltó mi mano. Sus mirada de brillo de pronto se torno oscura y sin vida. Mientras su piel irradia un intenso color plata,
-¿Qué sucede?
"He visto esa mirada" ..
Señalo el cuadro. era un cuadro de muchos colores y una hombre que pescaba sentado en el borde de un estanque,
-Es colorido-
repuse mientras tomaba su mano y buscaba sus ojos
-No. No lo es del todo. ¿Ves los ojos del hombre?, es como si se dijera asi mismo; no soy una ilusión, no todo es colorido para mí, también soy caos y me cuestino..
Y al acercarme puede ver debajo de pecho del hombre de la pintura lágrimas largas y espesas. No alcance a preguntar cuando sus ojos me dijieron que ella muchas veces se encontraba de esta manera, que solía ser sentenciada por vivir de sueños, que había oído una y otra vez a las personas que más quería decirle que no debía de estar a su lado, que no era real, que no encajaba y que hizo cuando puedo hasta que ella misma también lo vio.
Abrace su mano. Y musité despacio en su oído..
- ¿pero ves a los peces?, en cada mordisquito le dicen al hombre; eres real y sentimos tu llanto como la lluvia. Y aquí debajo de tu piel late tu corazón -
Sus ojos brillaron como suele hacerlo, me sonrió y calvo esa mirada delicada y aplastante que me deja sin aire cada que la clava en mí.
- si, lo pedo ver. allí hay un suspiro que se hace un trozo de azúcar en las escamas -
su risa se escabullo por el aire y se impregno en cada palabra que me decía.
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...Sin piedad me clavo en su yugular...es el camino más corto para que él me la clave hasta el fondo.
Mis labios prenden la mecha de su potente torrente sanguíneo, fluye vigoroso fortaleciendo y calentando esa parte de su exquisita anatomía que como una roca se aprieta contra mi abdomen.
Uno, dos y tres segundos de succión y una lamidita de lengua para humedecer el ambiente y un jadeo anticipa como sus manos atrapan mis senos y los pone a cien...solo para empezar.
La contención se esfuma más rápido que la ropa, nuestras pieles, febriles se contonean en busca de un pleno contacto, los sex♡s se hacen el amor a placer, el sonido de la carne es maravilloso, los orgasmos extenuantes...y nos vemos en el próximo beso...🖤🖤🖤
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Un nuevo habitante llega al pueblo con el nombre de TAVENA IMEH. Sus datos confirman que su profesión es ENFERMERA, tiene 29 AÑOS y es originario de SAFE HAVEN, MAINE. Algunas personas lo confunden con AYO EDEBIRI.
¡Bienvenido a Safe Haven, PETUNIA! Tienes 48 horas para enviar la cuenta de tu personaje. Esperamos que tu estadía en el pueblo sea de tu agrado.
Información del usuario:
Apodo: petunia
Pronombres: femeninos
País/Zona horaria: cst
Trigger warnings: ninguno
Rostro reservado: ayo edebiri
Cupo reservado: empleos, 4.4
Información del personaje:
Nombre: tavena imeh
Pronombres: femeninos
Fecha de nacimiento: 17/06/1995 + ( 29 ).
Lugar de nacimiento: safe haven, maine.
Grupo al que pertenece: locales
Profesión: enfermera
Perfil
Habilidades: conocimientos en medicina humana , cirugía cardiotorácica . intuición y memoria fotográfica .
Enfermedades: una simple alergia al gengibre
Puntos de habilidad:
Velocidad: 1 Agilidad: 4 Resistencia: 1 Ingenio: 3 Sigilo: 3 Ataque: 2 Defensa: 1 Fuerza: 0
Residencia:
los horizontes verdosos & oscuros de safe haven cobijaron a tavena desde su nacimiento . allí vive su familia materna , provenientes del caribe , encontrando ese pedacito de tranquilidad para formar su familia luego de un golpe de suerte . sin embargo , luego de la tragedia en el pueblo , y sus perdidas con una pequeña tavena , debe apartarse desde sus cuatro años . eso sí , desde que pudo iba a visitar cada vacaciones a su abuela . ahora con la oportunidad y motivos personales , se inscribe al proyecto phoenix sin dudarlo .
Curiosidades:
001. hija unica de la familia imeh st. rose , padre de origen nigeriano conoce a su madre en la universidad de washington , mujer de familia oriunda del caribe y criada en un pueblo que parecía inventado . safe haven . él estudiaba veterinaria , & su madre abogada , aceptaron mudarse a maine para criar a su primera hija . & única , por el terrible suceso de 1999 en el pueblo , que se llevó la vida de su padre . una madre destrozada , se lleva a su hija de allí , maldiciendo a todos & todo .
002. su historia iba mas atrás . abuelos maternos habian llegado a cumplir el sueño americano , idilio se esfuma al par de años & a punto de volver a su país , un golpe de suerte sucede . ganan la lotería , & mucha . su situación floreció pero aun con cabeza fría , eligen el lugar mas tranquilo & alejado , aun en américa , fundando su familia sin preocupaciones en el futuro . aun en el pueblo & al pasar de los años , mantienen un perfil bajo & modesto , siendo las donaciones & ayuda que dan , anónimas . ambos trabajaron como otro ciudadano más . en la actualidad , solo la sra. st. rose sigue con vida en safe haven , perdiendo la audición poco a poco a causa de la explosión .
003. el camino de tavena por estados unidos , el único que país que conoce por ahora , fue todo lo contrario a lo que sus abuelos planearon . la tragedia en sus primeros años , luego los problemas económicos con ambas al huir a portland al su madre negarse a la ayuda de su abuela , la llevo a esforzarse el doble para cumplir su sueño : ser cirujana . se adhirio a becas que su desempeño , intuición & talento heredado de su padre , la ayudaron a conseguir . sin embargo , fue otra decepción . por cortes del gobierno , casi al fin de su camino a ser cirujana cardiotorácica , su beca se esfuma frente a sus ojos . esto cambia a tavena , su desidia al gobierno , a la burocracia , figuras de poder , crepitaría en su pecho hasta que , de su ultimo respiro probablemente . terminó por convalidar sus cursos en la carrera de enfermería , más cómoda & cercana . era incapaz de preocupar a su madre o abuelos , sintiendose adulta desde hace mucho ya . pero ahora , quiere volver a ser esa pequeña con su abuela , por lo que el proyecto phoenix le parece un respiro de la ciudad & todo lo que se le esfumó de las manos & pudo ser , para empezar de nuevo . su madre , aun se rehusa a volver .
Personas de interés
ernesta st. rose , 59 años, su madre . reside en portland , pero es natal de safe haven también . la quiere mucho , pero no puede ayudarla a superar la perdida de su padre & su consiguiente odio al pueblo & la explosión .
naara st. rose, 83 años, abuela materna . mujer con quien gustaba pasar tiempo en el restaurante del pueblo haciendo tareas o demás , en el lugar donde mujer cocinaba y trabajaba . era querida por los demás por sus ricos platillos y encantador trato . luego de la mujer retirarse , tavena la visita cada que podía, encariñada con ella y el pueblo .
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Hay días que me duelen hasta las cosas que creía superadas y me hacen darme cuenta que a lo mejor el dolor nunca se esfuma, solamente lo empujas a un rincón de tu mente y tratas de hacer espacio para otras cosas pero si lo buscas, en el fondo, siempre está.
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Derivas conscientes
(SEIS PÁRRAFOS A VUELATECLA Y UN POEMA DE ÁNGEL GONZÁLEZ)
Agua de mayo: Bravo Murillo · Madrid, 27 de mayo de 2023
Estos días estoy menos angustiado, porque por fin está lloviendo en condiciones. La sequía me tenía preocupadísimo. Soy además fisiológicamente muy sensible al clima, y a las irregularidades climatológicas (puedo soportar perfectamente treinta y cinco grados el 15 de junio en Madrid; veinticinco grados en Madriles el 15 de diciembre me causan desasosiego y me descompensan, sin embargo. Es un poco como aquello de comer solo fruta en sazón. Yo no puedo comer naranjas en verano —ni beberme un zumo de naranja siquiera—; las naranjas se comen en noviembre y en diciembre. Las uvas en febrero se me indigestarían. Y etcétera etcétera. Soy —¡me hace mucha gracia!— un hombre «cien por cien natural»).
Afirma un dicho que «cuando marzo mayea, mayo marcea»; y eso, precisamente, está sucediendo este año. Cuando era más joven no me gustaban los refranes. Era (y hasta cierto punto sigue siendo, porque forofo nunca seré) cuestión de estética. Pero el que se sigan cumpliendo los refranes podría ser, caprichos estéticos aparte, una inmejorable definición de la esperanza.
• • •
La vida es algo tremebundo. Nos vive a nosotros ella. Y además es puro anhelo; anhelo de más vida, como decía Ortega. Por otra parte, hace tiempo que descubrí que quizá nos hayamos equivocado (y hayan errado los gurús): puede que el presente no sea lo único que existe, sino que solo existan el pasado y el futuro. Cada palabra que pronunciamos nace muerta; estas palabras que tecleo ahora yo, en la pantalla de mi máquina, quedan atrás en cuanto termino de escribirlas; en este momento existen solamente en el futuro, que será el presente de los lectores cuando las lean (presente que a su vez irá muriendo a medida que los ojos de ellos barran la página o la pantalla. Estas palabras que nacen y perecen bajo las yemas de mis dedos, batiendo alas de mariposa cuyo día de vida se resume en la décima de un segundo, irán sumergiéndose de nuevo, instantáneamente, en el pasado, y habrán fenecido).
Vivir enteramente en el ahora es tarea vana e imposible, porque el ahora es un perpetuo acto de prestidigitación evanescente. Los seres humanos somos pasado y somos porvenir. Y la ironía consiste en que empeñarse en vivir un ahora que se esfuma a cada instante hace sufrir más. Krishnamurti lo desaconsejaba; desaconsejaba toda cruel disciplina mental impracticable. Lo que él aconsejaba era dejarse fluir, como el agua del océano; y en todo caso, anular el pensamiento. Pero no anular el pensamiento mediante un acto volitivo, pues todo acto volitivo se revuelve inmediatamente contra sí mismo, sino a modo de «deriva consciente», dejando que el pensar se funda con la corriente que nos lleva y se disuelva en ella.
El pasado y el futuro son lugares que habitamos. Si no existieran, tampoco existiríamos nosotros. Lou Reed dice, en una fabulosa y estremecedora canción titulada "Who Am I", que si estuviera mal vivir en el pasado no se nos hubiera concedido el don de la memoria. En cuanto al porvenir, sin anhelo cesa la vida, y se convierte en estasis inanimada.
Dicho todo esto, podría girar en semicírculo sobre mi eje y añadir: «Y sin embargo, en el presente residimos. Del presente no podemos escapar». Y es sin duda extraño. Porque tendría razón. Expresado de otro modo: tan cierta es una cosa como cierta puede ser su contraria. (Ernesto Sábato, a quien nunca me canso de regresar, lo llamaría probablemente «dilema paradojal».) En eso están, en gran medida, la gracia inacabable, el insondable misterio y el agridulce gozo de vivir.
Mariposas · Madrid, 27 de mayo de 2023
AYER
Ayer fue miércoles toda la mañana. Por la tarde cambió: se puso casi lunes, la tristeza invadió los corazones y hubo un claro movimiento de pánico hacia los tranvías que llevan los bañistas hasta el río.
A eso de las siete cruzó el cielo una lenta avioneta, y ni los niños la miraron. Se desató el frío, alguien salió a la calle con sombrero, ayer, y todo el día fue igual, ya veis, qué divertido, ayer y siempre ayer y así hasta ahora, continuamente andando por las calles gente desconocida, o bien dentro de casa merendando pan y café con leche, ¡qué alegría!
La noche vino pronto y se encendieron amarillos y cálidos faroles, y nadie pudo impedir que al final amaneciese el día de hoy, tan parecido pero ¡tan diferente en luces y en aroma!
Por eso mismo, porque es como os digo, dejadme que os hable de ayer, una vez más de ayer: el día incomparable que ya nadie nunca volverá a ver jamás sobre la tierra.
ÁNGEL GONZÁLEZ
Agua de mayo: Bravo Murillo · Madrid, 27 de mayo de 2023
ROGER WOLFE · 27-28 de mayo de 2023
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Tu... amor mio, eres aquel hogar que me provoca paz y sana a mi niña interior.
Eres con quien puedo cerrar los ojos sin temor de ser lastimada, y a quien puedo recurrir después de una gran velada.
Eres mejor que cualquier atardecer que haya visto, incluso puedo jurar que eres más bello que cualquier paisaje que haya existido.
Eres tu con quien puedo liberarme, eres aquella persona que con solo su presencia provoca que quiera contarles historias hasta que mi voz exija descanso.
Eres tu quien más me hace sonreír, porque eso sí cariño, estoy segura que mi alma se ilumina cada vez que se encuentra contigo.
Solo contigo.
Eres tu con quien la percepción del tiempo desaparece, esta se disuelve en mis dedos y se esfuma con el viento.
Eres tu, por quien me enojo con el tiempo. Ya que este siempre hace caso omiso a mis peticiones y acelera el paso cuando yo solo quiero que vaya más lento.
Eres mi confidente, a quien puedo recurrir en noches de tormenta o calma.
Eres tu, quien solo puede apaciguar mi corazón cuando este no tiene la más mínima intención de sentarse.
Eres tu, a quien recurro cuando sueño.
A quien más anhelo.
Aquel en el que solo pienso.
Eres mejor que el calor de las mañanas, tus abrazos no se como le hacen pero siempre me ponen en calma.
Eres el culpable de mis desvelos.
Eres tu, quien solo puede derretirme el corazón.
Quien solo puede ponerme a soñar con un roce de su toque.
Eres tu, solo tu.
A quien más anhelo y amo.
Para: Marcelo Sánchez
De: Angie, la chica que está locamente enamorada de ti ♥️
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Más tarde esa misma noche; fanfic oneshot (Clark Kent x Lex Luthor)
Habían discutido, es normal que las parejas discutan, sin embargo, esta vez se sintió diferente, como si algo que jamás debió haberse dicho, no solo se ha dicho, sino que se ha demostrado.
Clark buscó consuelo salvando a alguien en Metrópolis, pero nada conseguía distraerlo; no le gustaba discutir con nadie, menos con Lex, ¿pero qué otra cosa podía hacer? ¡No iba a revelarle su secreto así como si nada!
No lo malinterpreten, Clark quiere revelarle a Lex quien es realmente, y más ahora que están a meses de contraer matrimonio; ya le mintió gran parte de su relación, no quería seguir mintiendo ahora que pronto serán esposos.
Sin embargo, todavía no estaba listo, no quería exponer a Lex a esa parte de su vida, eso significa exponerlo también al peligro. Y Clark no quería arrastrar a nadie, había decidido que recorrerá este camino solo.
¿Acaso estará subestimando a su futuro marido?
Tras haber recorrido cada callejón de Metrópolis, cuando la noche cubrió cada rincón del cielo, decidió volver a la mansión con Lex, quien ya estaba en cama, tratando de dormir; por supuesto que se percató que Clark había vuelto, pero no se sintió con ánimos de continuar con la discusión de esta mañana; Lex no lo demostraba, pero también está afligido.
—Hola…—Dice Clark en voz baja, quería meterse en las sabanas con Lex, sentir su calor y su respiración en su cuello, pero en lugar de eso se sienta en la cama, mientras Lex le da la espalda, observando una pared.
—Hola—Responde Lex de manera corta—¿Dónde estuviste?
—Trabajando horas extras en el Daily Planet—Clark toma una almohada, intuyendo que esta noche dormirá en la alcoba de los invitados—¿Y tú?
—Trabajando horas extras en LexCorp.
Parece que la discusión ha finalizado, Clark estaba a punto de levantarse cuando siente la mano de Lex tomando la suya.
—No tienes que irte.
“Ni ahora ni nunca” quería agregar Lex.
—Lex…—Clark se inclina, para acariciar el rostro de su comprometido—Lo siento.
—No—Lex observa directamente los ojos azules de Clark—Yo lo siento, dudé de tí, y ni siquiera tengo razones para dudar, pero entiendo si ahora tú dudas de mí.
—Dude todo Lex—Clark se acerca y le entrega un tierno beso en los labios—Pero jamás he dudado lo que siento por tí, me ha quedado claro desde el principio, y más ahora que estamos planeando una boda.
Lex se queda callado, angustiado al kryptoniano, necesita que diga algo.
—A no ser que tú no quieras…—Continua Clark, pero es interrumpido cuando Lex cubre sus labios con la palma de su mano.
—¿En serio crees que te dejaré ir Clark?—Responde Lex con una sonrisa encantadora, verlo así, tendido en la cama, debajo de Clark es un escenario que al reportero le agrada de sobremanera.
—Claro que no, siempre consigues lo que quieres.
Entonces vuelven a besarse mientras los dedos se entrelazan, y la amarga tensión se esfuma entre las caricias.
—Te amo Clark…—Susurra Lex mientras besa una de las mejillas de su pareja.
—También te amo Lex, ¿cómo podría no hacerlo?
Continúan besándose, sintiendo el calor del otro; Clark percibe el jabón en la piel de Lex, tentando a acariciar más allá.
Continuaron toda la noche hasta el amanecer, suspirando y en éxtasis.
Clark decidió que le diría a Lex sobre su verdadera identidad antes de la boda, no lo diría esta noche, ni la siguiente, pero si en un futuro no muy lejano.
#smallville#clark kent#lex x clark#clark x lex#clex fanfic#clex#fanfic#lex luthor#tom welling#michael rosenbaum
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Caen sobre mí, las torres de lluvia, desde lo más alto se precipitan mis ilusiones; las decepciones las encuentro en medio de la oscuridad. Trato de encontrar lo que no existe, lo que creí tener en mis manos y que ahora lloro bajo esta tormenta. Lloro bajo la lluvia intentando limpiar mis penas, intentando ahogar mi dolor, sé que estoy tan triste como un bosque rodeado por la oscuridad; estoy tan solo como aquel farol, que brilla en la oscuridad de la noche, brilla como una estrella perdida, rodeada por la nada. Mi llanto se pierde por el lugar y los largos sonidos de los violines de otoño resuenan en mi mente, resuenan los desengaños y los desamores que han caminado por el sendero de mí vida. La soledad me abraza entre sus brazos y el consuelo pareciera no llegar hasta mi corazón. Se retuerce en mí alma el dolor y la impotencia. La ira manifestada en la tormenta, se desparrama por los rincones de mí alma y en las profundidades del corazón salen los nubarrones sin rumbo. Mas soy conciente que poco a poco me estoy apagando y nadie se está dando cuenta, aquel brillo se retira rodeado de las decepciones, la verdad se esfuma de mis ojos y la mentira se ríe ante mí. Intenté buscar la verdad, el consuelo a mis heridas que carcomen una parte de mi; una parte de mí se desvanece y mis ancias de volar se pierden junto con mis alas que ya heridas y mojadas han de quedarse bajo la lluvia, han de marchitarse, mientras todo cae a mi alrededor y mi mundo es escombro de la naturaleza. Se esparcen por el suelo, mi llanto interminable que han de perderse en los rincones de mí corazón. #from_the_sky☁☁☁✈ #from_the_sky_legacy https://www.instagram.com/p/CpRRCS1sC4Q/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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☁️🌈Relato de Nube Arcoíris #1: Will ayuda a un niño perdido en un centro comercial🌈☁️
La curiosidad me puede y cojo de la butaca que está a mi lado una revista del corazón desfasada (Brad Pitt y Angelina Jolie están en su mejor momento según leo en portada) para echarle un vistazo mientras en la peluquería suena una música que tiene más años que yo.
—Te vas a quedar calva de tanto que te tiñes el pelo, enana —bromeo.
—Quién sabe, a lo mejor me da por raparme.
Bajo la revista a mi regazo.
—¿Tú? ¿Raparte? Eso tengo que verlo yo.
Ella me golpea en el hombro con un puño y me río por no llorar porque ha pegado fuerte.
—¿Estás segura que no quieres apuntarte a boxeo? —comento, sobándome la zona.
Ella pone los ojos en blanco.
—Si ibas a estar en plan bromista conmigo mejor te hubieras quedado en el piso.
Me encojo de hombros.
—Sabes que me aburro cuando me quedo solo. Además, te recuerdo que voy a ser yo quien te compre las velitas para concentrarte con los trabajos.
Sophie pone morritos y sonrío porque con ese simple gesto me está diciendo «no sé qué haría yo sin ti» aunque ella prefiera chupar un limón antes que reconocerlo.
Apenas hablamos un poco más porque la peluquera se acerca a nosotros para decirle a Sophie que es su turno y le digo que me avise por mensaje cuando haya terminado antes de marcharme de la peluquería para hacer nuestros recados. Hay bastante gente y eso que no hay días de fiesta cerca, pero al menos se puede caminar sin chocar con nadie.
Salgo de la tienda de artículos para el hogar cargado con tres velas de las grandes y un globo terráqueo en miniatura para mi escritorio, todo en la bolsa de tela que me llevo a todas partes. Saco el móvil de mi bolsillo para ver si la enana me ha avisado, y justo en ese momento me entra una llamada que cojo de inmediato.
—¡Hola princesa! —contesto, con una sonrisa imborrable en la cara.
—Madre mía, ni que estuvieras esperando la llamada.
La risa de Liss hace que se me suba el calor a las mejillas. No mentiré, la echo de menos. Y eso que hacemos videollamada todas las semanas y nos llamamos en cuanto podemos, pero todavía no me acostumbro a las relaciones a distancia. Aunque esa nostalgia se esfuma en cuanto escucho su voz.
—¿Cómo estás?
—Aburrida, para qué mentir. Ayer di positivo en COVID y tengo que estar un par de días encerrada en mi cuarto.
—¿Estás bien?
—Sí, sí, es como un catarro fuerte, —escucho cómo se suena la nariz al otro lado de la línea—, pero estoy mucho mejor que cuando me dieron los primeros síntomas. Era peor que una gripe.
—Te entiendo perfectamente, que Sophie y yo pillamos el bicho en la primera ola. Al menos a ti te cogió con todas las vacunas puestas, pero igualmente descansa y bebe mucha agua, ¿vale?
—Que sí, que sí, que ahora el Paracetamol es mi mejor amigo. Oigo gente de fondo, ¿dónde estás?
—En un centro comercial. Fui a acompañar a la enana a teñirse el pelo en la peluquería y en lo que la atienden yo estoy haciendo unos recados.
—A ver con qué nos sorprende esta vez.
De pronto algo me llama la atención más allá de la voz de mi novia y del ruido de la gente: es un sonido que apenas se oye pero igualmente destaca dentro del ambiente así que lo sigo.
—¿Will?
Casi brinco del susto cuando Liss me habla.
—Perdona, es que creo que he oído algo y no sé el qué…
Cuanto más cerca estoy del sonido más claro lo escucho. Busco con la mirada de dónde viene hasta que, acurrucado entre una maceta y un banco, veo a un niño de por lo menos seis años que por la forma en la que se agitan sus hombros y su cabeza escondida entre las rodillas parece estar llorando.
—Princesa, ¿te parece bien si hablamos luego?
—¿Qué ocurre?
—Acabo de ver a un crío y creo que está perdido. Después te cuento.
Espero que mi novia se despida para cortar la llamada y me acerco al escondite. No me extraña que nadie se diera cuenta, es un niño bastante pequeño y es un buen sitio para ocultarse.
—Hey —le llamo con la voz más suave posible mientras me arrodillo delante de él.
Levanta un poco la cabeza y me mira con las mejillas mojadas y los ojos un poco enrojecidos. Inclino la cabeza a un lado.
—¿Dónde están tus padres, campeón?
El crío niega con la cabeza.
—¿No sabes dónde están? ¿Quieres que te ayude a buscarlos?
Sorbe los mocos y vuelve mover la cabeza en un gesto negativo.
—Mamá dice… —se pasa la manga de su camiseta por la nariz—... que no puedo hablar con desconocidos.
—Tu madre es muy lista diciéndote eso y tú también eres listo al hacerle caso. Oye, ¿quieres un pañuelo? No es plan que te llenes de mocos la ropa. —Saco un paquete de pañuelos de papel del bolsillo y le tiendo uno—. Toma.
El crío duda por unos segundos pero acaba cogiendo el pañuelo y se suena.
—¿Cómo te llamas?
Me mira con sus ojos oscuros y luego agacha la mirada, arrugando el pañuelo de papel con sus manitas. Parece más relajado.
—Carlos.
—Vale, Carlos, si no quieres que te ayude yo puedo avisar a uno de seguridad para que busque a tus padres, ¿te parece bien?
La duda vuelve a asomarse por los ojos de Carlos, que abre la boca una o dos veces, como si lo que fuera a decir no estuviera bien.
—Tranquilo, puedes hablar conmigo de lo que quieras sin miedo. —Me siento con las piernas cruzadas—. Si necesitas otro pañuelo me lo dices.
—Es que… —Encoge más las piernas—. Los guardias me dan miedo.
—¿Y eso?
Carlos aprieta los labios antes de hablar.
—Una vez uno le gritó a mi papá. Y… —vuelve a sorber por la nariz—... levantó el palo negro ese diciéndole cosas muy feas... cosas como «saltamuros». ¿Me das otro pañuelo?
—Claro.
Mientras se lo doy tengo que disimular la rabia que me da lo que me cuenta. Algo me dice que a la familia de Carlos les tocó el segurita racista de turno.
—¿Qué quieres hacer entonces? —le pregunto cuando él se suena—. No puedes esperar a tus padres para siempre. A lo mejor ellos te están buscando pero como estás tan bien escondido no pueden encontrarte. Y tampoco es bueno que estés solo.
Carlos agacha la cabeza una vez más y yo espero pacientemente a su respuesta.
—¿Me prometes que me ayudarás a encontrar a papá y mamá?
—Si me dejas sí. Yo siempre cumplo lo que prometo. —Le extiendo la mano, sonriendo—. ¿Trato hecho?
Me hace gracia la forma en la que abre mucho los ojos. No es la primera vez que un crío flipa con lo grandes que son mis manos. Acaba estirando la suya y me la estrecha.
—Trato hecho.
—Estupendo. —Lo ayudo a salir de su escondite y me pongo en pie—. Por cierto, me llamo Will.
—¡Hala, qué alto eres!
Ahí ya no puedo aguantar la risa.
—¡Eso es porque mi padre también era altísimo y a mí me dieron de comer muy bien! Venga, ¿vamos? No te separes de mí.
Recorremos el centro comercial en busca de los padres de Carlos hasta que llega un punto en el que se cansa de tanto caminar y lo subo a mis hombros. De esa forma ganamos los dos: él no tiene por qué andar y yo lo tengo más fácil para encontrar a sus padres.
Por fin, tras un buen rato buscando Carlos actúa de vigía de un barco pirata, señalando a una pareja que reconoce como sus padres. Nos acercamos a ellos y dejo que se reencuentre con ellos entre abrazos, besos y lágrimas de parte de los dos adultos desesperados porque no encontraban a su hijo, mientras me lo agradecen como locos. Carlos me abraza y me da las gracias antes de despedirse con una enorme sonrisa en la cara y llevándose mi paquete de pañuelos.
Cuando pierdo de vista a la familia me da por mirar el móvil y veo en la pantalla como seis mensajes de Sophie desde «Ya he terminado» a «¿dónde estás? estoy fuera de la pelu desde hace un rato», pasando por mil y un emoticonos de gatitos enfadados.
De camino a la peluquería le mando un audio disculpándome por no mirar el móvil y diciéndole que la invitaba a una pizza y de paso le contaría mi breve aventura con Carlos.
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Amantes - JiYoo
El celular suena cerca de las 2:30 a.m. en lo que preparo mi cena y, como es usual cuando me llama Minji, atiendo al instante. La saludo con lo poco ánimos que puedo juntar después de un largo día de trabajo solo porque es ella, pero no la oigo feliz del otro lado, su respiración agitada delata que está alterada y igual que la ausencia de un alegre saludo.
—¿Estarás libre mañana a las diez? —lo pienso un poco dando con que la respuesta es no, sin embargo no es lo que le respondo.
—Lo dudo, pero lo estaré un poco más tarde.
—Bien ¿a las once entonces?—un suspiro cargado se escucha y luego ella vuelve a un tono más suave, acorde a su voz aguda—. Lo lamento... Ni siquiera te dije 'buenas noches', Hyeonnie.
—No debes disculparte por ser directa conmigo, unnie ¿Te gustaría que me ponga algo en especial?
—¿Que tal ese top negro de- Espera, te enviaré un mensaje con los detalles —por esa pausa abrupta sé que su esposa está cerca—. Del lugar y la sala me encargo yo. Sé puntual, quiero acabar con eso rápido. Hasta mañana.
—Hasta mañana.
La llamada se corta y me quedo esperando su mensaje, entre apenada y caliente por lo que pasaría en las próximas 22 horas.
Minji es una mujer casada, "felizmente" casada. Su esposa se llama Dong, es china y es una exitosa diseñadora de interiores. Hace un año ambas adoptaron a un pequeñín llamado Alex, tiene tres años y es algo llorón. Es mucho más de lo que querría saber una simple amante, pero lo sé ¿y qué más puedo hacer? ¿callarla cuando ella entra a la habitación, exhausta de su aburrida vida? En ocasiones ya me esta sacando el vestido a mitad del pasillo mientras gruñe palabrotas contra su mujer, pero cuando no, es por que me está comentando de su semana o su mes en la barra. Ella habla bastante cuando está molesta... O al menos conmigo lo hace.
Esta vez nos encontramos en un hotel diferente al anterior, como siempre. Ella siempre llega antes de la hora acordada y yo llego puntual, porque para algo se acuerda llegar a las 11 y no a las 10:55 —como hace Minji—. Suena quisquilloso pero si ella quisiera que nos viéramos a esa hora en la barra, yo estaría puntual a las 10:55, mas seguro ella llegaría 10:50. En fin, no habría diferencia y mientras no me haga esperar yo no voy a cambiar nada. Ella tendrá sus razones para llegar antes.
Entonces nos saludamos y pedimos una copa cada una. Ella suele pedir algún cóctel con ron o whisky, yo siempre opto por una sangría. No voy en plan emborracharme, voy a coger, así que solo espero a que termine de hablar de su vida y presto atención cuando habla del sexo con su esposa. Me sorprende que una mujer como ella se canse de un carácter fuerte, ese que te lleva la contraria hasta el fin del asunto. Desde que la conozco le encanta castigarme; digamos que se desquita conmigo y yo recibo la emoción que me falta en mi aburrida vida de subjefa en una oficina.
Entonces, cuando la miro con las cejas levantadas ella suspira y se toma el cóctel de un trago, y me explica:
—Si es una rato es divertido y me encanta, tú lo sabes, bebé—dice tocándome el muslo bajo la falda, porque llevo puesto un top negro y una falda lisa, zapatos altos y el pelo recogido, tal como especificaba en su mensaje. Ella, como siempre, lleva un vestido muy fino, elegante, pegado a su cuerpo de modelo, lo que la hace ver muy sensual. En ésta ocasión era blanco, así que supuse que su lencería debía de ser negra. Eso me hace pensar que Minji es el tipo de mujer a la que le gusta llamar la atención de una forma muy sutil, le encanta que la miren y la deseen, que la envidien... Tiene mucho para envidiar, pero yo aplico al otro grupo. Me derrito mientras miro cada detalle de su cuerpo; centrándome en sus finos labios, en sus ojos ennegrecidos por la lujuria que le provoca tenerme tan dispuesta. Aun así el enojo no se esfuma, y sigue hablando.
—Pero se empeña en meter discusiones del día en la sesión, o a no ceder aún cuando sabe que no estoy al cien por cien. Es decir, ¿un poco de consideración por tu esposa? No. Y después, cuando la castigo como se merece, después de colmarme la paciencia ¡La palabra! Y yo lo respeto, no soy una maniática, pero a veces siento que la usa solo para salirse con la suya... Ya me lo hizo el miércoles que venia con pocos ánimos del trabajo, y anoche otra vez, por eso te llamé.
—Lo supuse... te escuchabas cabreada —le dije mientras descruzaba las piernas, le gustaba que lo hiciera cuando empezaba a rasguñarme el muslo con esas uñas de perfecta manicura. Era cuando empezaba a calentarme de verdad, cuando la veía con intenciones de jugar desde antes de meternos en la habitación. Aunque tenía que admitirlo, desde que me llamaba yo tenía ganas de algo con ella... La ansiedad siempre me gana.
Para mi sorpresa, Minji pide otra ronda de lo mismo para ambas y cuando el barman se da vuelta se me acerca a la oreja.
—Pero tú vas a ser una buena perra y harás lo que te diga ¿cierto? —ese es el momento en el que cabeceo un sí, sabiendo que necesita que me porte bien, y yo estoy más que dispuesta a hacerlo, únicamente la quiero complacer— Abre la piernas para mí.
Tira de mi silla suavemente cuando hago lo pedido, entonces acabo más cerca de ella, que saca un vibrador y lo empieza a meter bajo mi falda hasta entrar en mi intimidad después de hacer a un lado la fina tira de la tanga. No se molesta en ver si hace falta lubricante, a esta altura saber que estoy mojada con ganas de ella.
—Cruza las piernas —murmura mientras pasa un brazo alrededor de mi cintura, pegándome a su cuerpo. Yo lo hago, apoyando la cabeza en su hombro para dejar pequeños besos en su afilada mandíbula. Porque también sé que le gusta sentirse querida, apreciada, y yo la aprecio, yo la quiero.
El barman deja nuestros vasos llenos, Minji saca su celular y basta que espíe una sola vez para saber que se trata del control del vibrador, éste se activa de un segundo a otro, provocándome un fuerte espasmo. Todo mi cuerpo reacciona enseguida, me pongo tensa, mis ojos se cierran a la vez que me obligo a callar. Ella no quiere que se den cuenta de lo que me hace, al contrario, quiere que lo oculte y eso hace más difícil resistir la agitación en mi húmedo centro. Me toca justo el punto que hace que mi lubricación aumente hasta salir del pequeño orificio. Ella me acaricia el vientre, toma su whisky con naranja o me obliga a tomar largos tragos a mi dulce vino rebajado. Juega distraída, pero cruelmente con el control, de esa forma consigue que este inquieta sobre mi asiento. Pequeños movimientos de cadera que resultan por contener las fuertes sacudidas que mi cuerpo necesita exponer. Me fuerzo a quedarme quieta, poniéndome más tensa que cuando el jefe de mi sección me habla sobre todo el ajetreo de la semana. Ahí la jefa es Minji, yo solo cumplo con lo que me pide, esperando el momento de la ansiada paga.
Ella sabe que cada vez estoy peor, conoce la escala de mi excitación, no necesito salir del hueco de su cuello para saber que cada tanto mira mis manos. Estas empiezan tranquilas en mi regazo, después se contraen en puños, luego suben por mi torso, hasta que dan con mi cuello o hasta que el vaso llega a mis labios. Pero luego bajan, porque no aguanto seguir con eso dentro, haciéndome chorrear y querer gritar por un orgasmo. Sola me aprieto las rodillas, luego los muslos y freno en el borde de la falda. Me duele el estómago de tanta fuerza que hago, sé que ya no aguanto y le suplico en susurros.
—Vamos... por favor... vamos —ella hace caso inverso, aumenta la potencia al máximo de una sola vez y sonríe cuando me clavo las uñas en mi propia carne, sabe que contengo un doloroso gemido y que me estoy esforzando por no ofrecerme, lo que cuesta horrores. La vibración baja, me relajo y noto como la humedad se siente hasta en la raja del culo, casi me esta embarrando toda la vulva... pero no le importa y pide otro vaso de lo mismo.
En cierto punto mi clítoris empieza a latir de una forma dolorosamente evidente, lloro sin emitir ruido alguno, ya no puedo ni pedirle ir a la habitación pues tengo los labios presionados entre sí. Entre maldiciones mentales agradezco ponerme rímel a prueba de agua, lo que menos quiero es ensuciar su vestido, se ve caro y seguro debería compensar el daño con dinero. Pero no hago nada más además de lo dicho.
En algún momento de esa agonía ella me levanta la cara al sostener mi quijada entre sus imbatibles dedos, me obliga a mirarla entre borrosas lágrimas y me dice:
—Levántate, nos vamos.
Me suelta, paga y se baja del asiento con la gracia de una dama de clase alta, yo no estoy segura de poder caminar o siquiera de poder mantenerme en pie. ¿Pero acaso quería hacerla molestar? Claro que no, así que me bajo con torpeza, disimulando las ganas de hacerme bolita al hacerme pasar por mareada.
Antes de dar un paso respiro hondo, siento el abundante fluido salir para deslizarse entre mis magullados muslos, mas tomo valor y doy un paso tras otro, aferrándome al definido brazo de Minji. Atravesamos el luminoso vestíbulo hasta el ascensor, allí nos encontramos solas, por lo que me empuja contra la pared de vidrio y me empieza a dar un sinfín de bofetadas, entonces gimo con la desorbitante combinación de placer y dolor. Sé que no soy concierte de más de la mitad de las cosas, pero en ese momento solo soy un juguete, así que poco debo percibir de nuestro alrededor, mi trabajo está en sentirla a ella, lo que me hace, lo que me provoca; que son fuertes espasmos.
Ella me insulta, me denigra, aborrece todo el esfuerzo de hace minutos y me obliga a aceptar cada despectiva etiqueta que me pone, me obliga a decir que le pertenezco. Y me doblo de excitación, mareada por el viaje, pero totalmente consciente de como me jala la coleta sin miramientos. Como me inclino la punta del vibrador se clava en esa sensible zona, así que grito, mis rodillas no resisten el golpe eléctrico que me azota el cuerpo y caigo a sus pies. Y si no me desplomo en el suelo por completo es porque ella aún me tira del pelo. Me abofetea una vez más y me dice que ahora si luzco como la asquerosa perra necesitaba que soy. Luego me insulta hasta que se abren las puertas, entonces me ordena salir bajó su mirada punzante. Se que está furiosa, así que salgo gateando, ignorando si hay más personas mirándome.
La sigo hasta la habitación, ella abre, deja que entre y me patea el culo justo después de cerrar. Me jala de los tobillos hasta quedar con el abdomen en el frío suelo, me levanta la falta y penetra mi ano como si fuera mi vagina, pues estoy realmente muy mojada. Yo gimo, suplicando por más, le doy la razón diciendo que soy su asquerosa perra y sintiendo como otro dedo me entra sin esfuerzo. El enema que me hice antes de venir me había dejado algo "floja" y el vibrador había terminado de relajarme. Sin contar lo habida que Minji.
Ella sale de mí, llevándose consigo el vibrador y un penoso chillido mío, en el que me quejaba por lo vacía que de pronto me encontraba, pero como la perra que era acudí al llamado de Minji. La encontré sentada sobre la cama, sin los zapatos, sin la braga, con el vestido puesto pero subido hasta la cadera. Me apuntó el espacio entre sus piernas para que me ubicara ahí, así lo hice y sentí el jalón que le dio a mi cabeza, estrellándola contra su feminidad.
Lamí, chupe y penetré todo a mi alcance, siguiendo las órdenes que me daba o los conocidos jadeos de placer que llenaban la habitación. El sabor de su sexo era lo único que me importaba en momentos así, sabía lo mucho que disfrutaba que le comiera el coño y lo mucho que necesitaba correrse de una forma larga, muy rica. Así que llegado el momento le abrazaba las piernas con los brazos para mover mi cabeza junto a su cadera, ella apartaba las manos de mi y las llevaba a sí misma. Los gemidos se escuchaban cada vez más agudos, cada vez más bajos y aunque no llevaban mi nombre sabía que lo provocaba yo. Después de que su cuerpo sufriera el último espasmo fuerte empiezo a lamer el clítoris con suavidad, paseando un dedo hasta que su esencia salía lentamente, mojándome a mi y a la cama que estaba debajo.
Entonces yo la dejo descansar, esperando a que se recompusiera del orgasmo, también esperando a que se quitara el vestido para admirar la obra maestra que cubría, aquella que me dio la orden de desnudarme y de subirme a la cama. Yo lo hice, lento, como a ella le gustaba, lento, para luego ponerme en posición de perrito. Minji me bajaba la cabeza al colchón, luego me acomodaba los brazos tras la espalda y los ataba con un cordón de zapatilla. Entonces me follaba como me gustaba, rudo y rápido, con ágiles dedos dentro de la vagina que en magistrales movimientos me hacían venirme a los gritos con una cantidad furiosa.
Solo después de dejarme caer despegaba el rostro del colchón, ella lo acariciaba y me besaba dulcemente por un largo rato, después me soltaba los brazos para que fuera a preparar la ducha. No me lo pedía, después de tanto tiempo ya era como un ritual. Abrir la canilla, esperar a que se temple y poner el tapón para que la tina se llenara, solo hasta la mitad. Mientras eso pasaba prendía varias velas aromáticas y apagaba la luz.
Para cuando Minji entraba al baño ya traía el carrito con lo que había pedido por room servise, me avisaba que estaban cambiando las sábanas y nos metíamos a la bañera para refrescarnos y limpiarnos un poco mientras ella comía algún postre que regularmente era un gran flan con caramelo. Yo por lo general no tenía hambre pero como me la pasaba besándola sabía cuando el postre estaba rico y cuando no. Podía decir que parecíamos una parejita feliz, de esas que recién empezaba a salir. Pero nada era así. Al terminar la ducha ella se vestía, me dejaba su parte del pago del hotel y se iba diciendo que me llamaría.
Yo me quedaba el resto de la noche para dormir ahí y me despertaba temprano para ir a por el desayuno que servían, siempre me preguntaba qué le decía Minji a su esposa para hacer nuestras escapadas tan seguido o a dónde iba el dinero que dejaba conmigo. Me preguntaba, también, si al llegar a su casa lo hacía con Dong o cómo era con su hijo; me imaginaba muchas veces qué tipo de madre era ¿se la pasaba trabajando? ¿era protectora? ¿era dulce y consentidora? Al final del desayuno trataba de olvidarme de todas esas cuestiones, sabía que mientras menos conociera de su vida era mejor, no quería involucrarme mucho. Después de todo lo nuestro iba a acabar pronto, lo presentía. Eso presentía siempre... pero ella volvía a llamar y yo volvía a atender.
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Me pasa y me está pasando ..
Me pasa que siento haberte conocido mucho antes de existir. Me está pasando de todo contigo y quiero gritar que te amo. Me pasa que la realidad se muestra tan encantadora pero tan terrible como la más cruel tormenta. Me está pasando que mis propios pensamientos me llevan a buscar a esa niña que se cobija entre el amor inocente y la soledad más abrupta.
Me pasa que quisiera poder mostrarme tal cual soy para que llegues a amarme; y de algún modo, habitar en tu vida. Me está pasando algo increíble contigo desde el principio y me asusta el mañana contigo a la vez, pero confío en que juntos encontraremos la manera de solucionar hasta lo más sencillo y complicado que se muestre.
Me pasa que cuando te enamoras de ese ser especial, sientes que todo tiene una razón y un por qué o un cuándo. Me está pasando que me estoy quedando sin palabras y deseo que me conozcas en lo más profundo de mi ser porque escribir es lo que siempre he amado desde que tengo tanto para quién y por qué vivir a cada segundo.
Me pasa que, por más que intenté algunas veces, olvidarte y volver a cero.. no puedo porque ese sentimiento que hiciste en mi está allí. Me está pasando constantemente esto de tenerlo todo y, por mis inseguridades, mis dudas y mi mente .. dejarlo ir como otras oportunidades que deje atrás y se llevaron mi felicidad.
Me pasa que te amo y, a veces, el qué dirán me vuelve loca por creer que lo que hago es lo correcto y el resto queda cuestionandome; sin embargo, aquello se esfuma cuando te escucho, cuando te veo y te siento en mi.. Me está pasando que, me estoy enamorando y tengo miedo, mucho miedo.
Me pasa que siento que tomó decisiones que dañan al corazón y perjudican mi existencia al compás del tiempo. Me está pasando que ya no quiero cometer errores ni herir a nadie más o tan siquiera a mi misma.
Me pasa que ese miedo se apodera de mi voz interior y me impulsa a separarme de quién amo y, otras veces, de las cosas que deseo hacer. Me está pasando una montaña rusa de emociones y sensaciones que me están dejando sin aliento y sin final.
Me pasa que no sé cómo terminará mi vida a futuro. Me está pasando que lo único que anhelo tener en mi vida es amor, un amor que me conozca bien y sea incondicional. Un amor que nunca deje de respirar por vivir..
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Sola.
Las estrellas caen como pedacitos de escarcha sobre el agua, el mar que hasta ahora se sentía inmenso de repente se une al cielo, mis ojos se llenan de agua nublándose como el cielo encapotado de septiembre y el ruido en mi cabeza se esfuma dejándome a la deriva. No hay reloj que marque la hora, no hay un alma que me haga compañía, inclusive la misma soledad se ha marchado.
¿A donde van a parar los sueños? ¿En donde encuentro los restos de mi destrozado corazón?
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¿He llegado a un punto sin retorno?
Qué fácil es ordenar mis pensamientos cuando voy a dormir; todo fluye dentro de mi mente, y expreso mi dolor con facilidad. Encuentro el motivo de mis sobrepensamientos y el porqué de mi malestar. Pero al momento de pasarlos a notas, la mayor parte desaparece y se vuelve un enigma.
Tal vez sea miedo a dejar algún rastro para alguien... no lo sé.
¿Realmente estoy mejorando? Todos en mi círculo personal o familiar me dirían claramente que soy una persona irreconocible en comparación a quien era hace uno, dos o cuatro años. Pero ¿eso acaso es verdad? ¿O simplemente es una muestra de lástima ante mi situación? Todo esto que he vivido, aprendido y experimentado en estos cuatro años, ¿me ha ayudado?
No tengo una respuesta, pero lo que sí tengo claro es que nunca pienso que sea un "sí".
Veo mi pasado de forma triste; cómo de un día para otro todo se vino abajo, y durante mucho tiempo no pude recuperarme de nada de lo que pasó.
¿Estoy mal de la cabeza? ¿Acaso esto me afectó tanto que simplemente ya no puedo ver un futuro mejor? ¿Por qué me sigo sintiendo mal conmigo mismo, aun cuando soy objetivamente mejor que hace cuatro años? Pero sigo roto por dentro. Mi vida dejó de tener sentido después de ese día.
No siento motivación en nada de lo que hago últimamente. Hace mucho tiempo, algunos hobbies que una vez me ayudaron a pasar los días ahora no me generan ninguna pizca de sentimiento. Comer es una tortura para mí; leer no me genera ninguna emoción. Dejé de jugar hace semanas por decisión propia, y solo mis amigos me obligan a participar. El piano está cubriéndose de polvo en el segundo piso, junto a algunas guitarras que me acompañaron tantos años en la escuela de música. Ir de fiesta empezó a aburrirme poco tiempo después, y ahora solo me queda escuchar música. Pero siento que llegará el momento en que ya no me genere nada.
Estoy tan consciente de haber desperdiciado estos cuatro años de mi vida por esta maldita enfermedad, fobia, problema mental, o como se le quiera llamar. Fue un "punto sin retorno" que condicionó que toda mi vida futura sea, sin duda, peor en comparación a cómo debería haber sido proyectada hace cuatro años. Eso nunca me lo voy a sacar de la cabeza.
Nunca he podido formar un vínculo fácilmente con alguien. Me cuesta realmente considerar una amistad con alguien; tras una semana ya me da completamente igual. Las relaciones sentimentales no son diferentes.
A veces pienso si realmente he sentido amor verdadero hacia alguna chica después de todos estos años, o si solo ha sido un deseo fugaz que se esfuma a los dos meses de haberlas conocido, como casi siempre pasa. ¿Por qué ese "amor" desaparece tan rápido, un amor que tal vez confundí con el deseo de estar con ellas, cuyo acto final termina aburriéndome, sin interés en proteger, cuidar o prolongar eso que alguna vez juré amar?
Viéndolo ahora, solo me siento mal por todas esas chicas que alguna vez me quisieron de verdad, y yo, de alguna u otra forma, terminé jugando con sus sentimientos, tal vez sin ser consciente de ello.
Ahora todo es diferente. Ahora todo es peor.
No siento interés alguno en cualquier chica que conozco; el mínimo interés que me provoca alguna mujer dura solo tres o cuatro días, luego solo es un chat archivado y ghosteado tanto en redes como en persona. Nada me llama la atención, todo es lo mismo para mí; siento que hablo con la misma persona, solo con una voz y cara diferente. No me dan ganas de seguir.
En estos cuatro años, solo he tenido dos verdaderos intereses amorosos. Uno terminó en nada, y el otro... terminó todo mal.
Desde hace tiempo era consciente de este problema, pero no le había tomado importancia porque sentía que mis gustos y sentimientos eran demasiado específicos para la mujer promedio que podría encontrar en cualquier lugar... Hasta que volví a hablar con ella después de mucho tiempo.
Ahí toqué fondo y supe que yo era el problema, un problema que terminó llevando a alguien al psicólogo. ¿Cómo es eso posible?
No me puedo considerar una buena persona. Simplemente he estado actuando en mi propio beneficio, llenando mis vacíos sentimentales durante mucho tiempo, sin ver el daño que pude causar a los demás. Hasta que llegó ese día... alguien terminó lastimado, alguien a quien un tiempo atrás consideré amar.
Después de esto, pienso que realmente no he mejorado nada como persona; tal vez solo he empeorado, y mi mente está ahora tan dañada que tal vez solo finjo una empatía falsa con los demás. Si yo no me importo, ¿por qué deberían importarme ellos?
Para terminar, solo pienso en lo que pasó hace unas semanas. Esa experiencia con la parálisis del sueño me ha estado invadiendo los pensamientos, haciéndome preguntas que no han cesado al dia de hoy.
¿Por qué, después de tantos años sin que una parálisis del sueño me provocara incomodidad, malestar o temor, ahora vuelve, tan cruda y voraz? Esta vez no fue solo un vacío, sino una voz... irreconocible, y al mismo tiempo, tan personal, como si hubiese estado dentro de mí desde siempre, esperando el momento justo para salir y hablarme. En esos pocos segundos, me gritó cien cosas al mismo tiempo, cada una más afilada que la anterior, llevándome en un remolino de ideas a un solo lugar.
A ese lugar oscuro, donde se murmura una y otra vez el mismo deseo:
El de estar muerto.
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