#Globalismus
Explore tagged Tumblr posts
Text
Maos Geistiges Erbe
HintergrundImperien haben im Durchschnitt eine Verfallsdauer von ca. 250 Jahren; ihr Untergang geschieht stets durch Überdehnung, sowie der Sucht nach universaler Kontrolle.Während das Leben des (gerade noch) mächtigsten Imperiums, derzeit mit Infusionen und Defibrillator verlängert wird, erklärt der Strichjunge der Globalisten, Mario Draghi, dass er aus der EU einen einzigen Staat erschaffen…
View On WordPress
#Atomkrieg#Baerbock#Faeser#Globalismus#Habeck#Kulturrevolution#Mao Tse-tung#Marxismus#Stalin#Untergang der Imperien
0 notes
Photo
Stanislav Novotný se ptá Karla Šplíchala, odkud se mezi Čechy a Slováky rekrutují podprůměrní lokajové, kteří dělají protinárodní politiku, která rozkládá tradiční hodnoty a likviduje rodiny coby základ státu https://ocemsemlci.cz/o-cem-se-mlci-karel-splichal/?feed_id=1281
#Českárepublika#globalismus#KarelŠplíchal#kolaboranti#neziskovéorganizace#politickéstrany#politika#rodina#Slovensko#Sokol#StanislavNovotný#vlastenectví#ziskovky
1 note
·
View note
Text
Live von der #CPAC in #Budapest, #Ungarn!
Es geht um konservative Themen wie den Schutz der Grenzen, Werte und Demokratien Europas vor dem Globalismus.
Die #Altparteien sind nicht dort, weil sie dies alles verraten.
https://www.cpachungary.com/en/
#UnitedWeStand #CPACHungary
2 notes
·
View notes
Text
Globalización neoliberal, una nueva fe religiosa
Diego Fusaro
Utlizando la sintaxis de Gramsci, existe ideología cuando “una determinada clase tiene éxito en presentar y hacer aceptar las condiciones de su existencia y de su desarrollo de clase como principio universal, como concepción del mundo, como religión”.
El clímax esbozado por Gramsci resulta del todo pertinente si se hace referencia a la ideología de la globalización como una naturaleza desde siempre dada, irreversible y fisiológica (globalismus sive natura). Ella misma, en el marco del Nuevo Orden Mundial posterior a 1989 y de aquello que se ha definido como «el gran tablero de ajedrez», se presenta a todos los efectos como un «principio universal«, porque es indistintamente aceptada en todas las latitudes del planeta (es lo que podríamos denominar la globalización del concepto de globalización) y, al mismo tiempo, es también asumida desde el polo de los dominados, que debieran oponerse a ella con la máxima firmeza. Se plantea como una verdad indudable y universalmente válida, que sólo pide ser ratificada y aceptada conforme a la modalidad de una adaequatio a la vez cognoscitiva y política.
La globalización se muestra entonces, como una «concepción del mundo«, es decir, como un sistema articulado y omnicomprensivo, porque se ha venido estructurando bajo la forma de una perspectiva unitaria y sistemática, centrada en el cosmopolitismo desnacionalizante y en la eliminación de toda limitación material e inmaterial a la libre circulación de mercancías y personas mercadizadas, a los flujos de capital financiero líquido y a la extensión infinita de los intereses competitivos de las clases dominantes.
Por último, toma la forma de una «religión«, porque se la vive cada vez más como una fe incuestionable y en gran medida situada más allá de los principios de una socrática discusión racional: quienquiera que no acepte de forma irreflexiva y con credencial fideísta el nuevo orden globalizado será inmediatamente condenado al ostracismo, silenciado y estigmatizado por la policía lingüística y los gendarmes del pensamiento como un hereje o como un infiel, que amenaza peligrosamente la estabilidad de la catequesis mundialista y sus principales artículos de fe (libre circulación, apertura integral de toda realidad material e inmaterial, competitividad sin fronteras, etc.). La globalización coincide, pues, con el nuevo monoteísmo idólatra del mercado global, propio de una época que ha dejado de creer en Dios, pero no en el capital.
En términos generales, la globalización no es otra cosa que la teoría que describe, refleja y, a su vez, prescribe y glorifica el Nuevo Orden Mundial clasista post-westfaliano, que surgió y se estabilizó después de 1989 y -para retomar la fórmula de Lasch- se elevó ideológicamente al rango de verdadero y único cielo (true and only heaven). Tal es el mundo enteramente subsumido bajo el capital y bajo el imperialismo americano-céntrico de los mercados de capitales privados liberalizados, con colateral exportación de la democracia del free market y el free desire, y de la antropología del homo cosmopoliticus.
El poder simbólico del concepto de globalización es a tal punto invasivo que, literalmente, hace imposible que cualquiera que se atreva a cuestionar el concepto acceda al discurso público. Es, en este sentido, más similar a una religión de credo obligatorio que a una teoría sujeta a libre discusión y a una hermenéutica incardinada en la razón dialógica.
A través de unas categorías convertidas en piedras angulares de la neolengua capitalista, cualquier tentativa de frenar la invasividad del mercado y de impugnar el dominio absoluto de la economía globalizada y americano-céntrica es demonizada como «totalitarismo», «fascismo”, «estalinismo» o hasta “rojipardismo”, la síntesis diabólica de las anteriores. El fundamentalismo liberal y el totalitarismo globalista de libre mercado evidencian también su incapacidad para admitir, incluso ex hypothesi, la posibilidad teórica de modos alternativos de existencia y producción.
Cualquier idea de un posible control de la economía y de una eventual regulación del mercado y de la open society (con despotismo financiero incorporado) conduciría indefectiblemente, según el título de un conocido estudio de Hayek, hacia el “Camino de servidumbre» (to serfdom). Hayek lo afirma sin eufemismos: “el socialismo significa esclavitud”.
Obviamente, el teorema de von Hayek y sus acólitos no tiene en cuenta el hecho de que el totalitarismo no es sólo el resultado de la planificación política, sino que también puede ser consecuencia de una acción concurrencial privada de normas políticas. En la Europa presente, dicho sea de paso, el peligro no debe identificarse con el nacionalismo y el retorno de los totalitarismos tradicionales, sino más bien con el liberalismo de mercado hayekiano y con la violencia invisible del sutil garrote de la economía despolitizada.
Por lo tanto, resulta imperativo descolonizar el imaginario de las concepciones hegemónicas actuales sobre la globalización y tratar de redefinir sus contenidos de una forma alternativa. Para ello, es necesario volver a entender marxianamente las relaciones sociales como móviles y conflictivas, allí donde la mirada anegada de ideología únicamente registra cosas inertes y asépticas, rígidas e inmutables. En otras palabras, es necesario deconstruir la imagen hegemónica de la globalización, mostrando su carácter no neutral, sino clasista.
Cuando se analiza desde la perspectiva de las clases dominantes globalistas, la mundialización puede, en efecto, parecer entusiasmante y muy digna de ser elogiada y potenciada.
Por ejemplo, Amartya Sen la celebra con la mayor insistencia por su mayor eficacia en la división internacional del trabajo, por la caída de los costes de producción, por el aumento exponencial de la productividad y -en una medida decididamente más cuestionable- por la reducción de la pobreza y la mejora general de las condiciones de vida y de trabajo.
Baste aquí recordar, en un primer vistazo al nuevo milenio, que Europa registra 20 millones de desempleados, 50 millones de pobres y 5 millones de personas sin techo; y todo esto mientras, en los últimos veinte años en esa misma Europa, los ingresos totales han aumentado en una proporción comprendida entre un 50 y un 70 por ciento.
Esto confirma, de un modo difícil de refutar, el carácter de clase de la mundialización y del progreso que esta genera. Desde la perspectiva de los dominados (y, por tanto, vista «desde abajo»), se identifica con el infierno muy concreto de la nueva relación de poder tecnocapitalista, que se consolidó a escala planetaria después de 1989 con la intensificación de la explotación y la cosificación, del clasismo y el imperialismo.
A esta duplicidad hermeneútica, que preside la duplicidad de clases en el fracturadísimo contexto post-1989, remite el interminable debate que ha interesado y continúa interesando a los dos focos de esta contraposición frontal: de una parte, a los apologistas de la globalización; y de otra, a cuantos están ocupados en la elaboración del cahier de doléances del mundialismo.
Los primeros (a los que en su conjunto se les puede llamar «globalistas», a pesar de la pluralidad caleidoscópica de sus posiciones), exaltan las virtudes de hacer del mundo un mercado. Por el contrario, los segundos (que coinciden sólo parcialmente con aquellos que el debate público ha bautizado con el nombre de «soberanistas»), enfatizan las contradicciones y el carácter eminentemente regresivo respecto del marco anterior centrado en las soberanías nacionales.
En pocas palabras, y sin ahondar en los vericuetos de un debate prácticamente inmanejable por la cantidad de contenidos y diversidad de enfoques, los panegiristas del globalismo insisten en cómo la globalización extiende la revolución industrial, el progreso y las conquistas de Occidente al mundo entero; o lo que sería lo mismo, el modo en que “universaliza” los logros de una humanidad de alguna manera entendida como «superior» y, por tanto, con derecho a organizar la «fila única» del desarrollo lineal de todos los pueblos del planeta.
Aún los autores más sobriamente escépticos sobre el valor axiológico de la mundialización, como Stiglitz, parecen sufrir una tan magnética como, en última instancia, injustificada atracción hacia la obra de convertir el mundo en un mercado. En opinión de Stiglitz y su optimismo reformista, éste proceso, que al mismo tiempo también “planetariza” la desigualdad y la miseria capitalistas, merece no ser abandonado debido a los desarrollos y cambios a que pudiera dar lugar.
Fuente: https://geoestrategia.es
2 notes
·
View notes
Text
This is our modern world ... / Das ist unsere moderne Welt …
Eine westliche Zivilisation, die buchstäblich tausende von Jahren brauchte um sich zu entwickeln mit Hilfe der Römer, die den Grundstein legten, wurde in weniger als zwei Jahrhunderten zerstört. Alle gesunden gesellschaftlichen Normen sind aufgebrochen worden.
Gesunder Nationalismus ist durch die kulturelle Schuld ersetzt worden. Etho-Masoschismus, Selbsthass, Apathie, Entartung und pathologischer Altruismus.
Traditionalismus wird als krank und veraltet bezeichnet.
Die Ansichten über die Elternschaft haben sich erheblich geändert.
Noch vor 50 Jahren galt ein Mensch in Europa erstmals als Erwachsener nachdem sie eine starke Familie gegründet hatten. Dank der Gehirnwäsche des kulturellen Marxismus, glauben die Europäer nicht mehr daran, daß sich ihre Stellung in der Gesellschaft durch Nachkommen verbessern wird. Folglich konzentrieren sie sich stattdessen auf materialistische Angelegenheiten um ihre Leere und Unerfüllung auszufüllen.
Als Europäer werden wir nicht mehr durch unsere Tugenden, unseren Intellekt definiert.
Wir existieren nicht mehr als Menschen mit einer gemeinsamen Geschichte, einem gemeinsamen Erbe oder gemeinsamen Werten. Wir sind zu rücksichtslosen, kulturlosen, geschlechtslosen, entfremdeten, unfruchtbaren, übermedizierten und untergebildeten Steuer- und Schuldensklaven geworden.
Wir sind nicht länger Menschen, die sich durch ihre Eigenschaften oder ihren Intellekt definieren.
Wir sind zu seelenlosen Maschinen, Steuerzahlern und Humanressourcen geworden. Wir definieren uns ausschließlich über unser Vermögen und unsere Fähigkeit Mist zu konsumieren den wir nicht einmal brauchen. Auf der Straße reden die Menschen nicht mehr miteinander.
Wir haben alles vergessen, was unseren Vorfahren etwas bedeutet hat.
Wir haben den Kontakt sowohl zu unserer Vergangenheit als auch zu unserer Gegenwart verloren und wir leben in einer imaginären Fantasiewelt wo das Glück gleich um die Ecke ist aber nie wirklich gefunden.
Das ist die Welt der blinden Gleichheit, in der alle Geschlechter, Rassen, Kulturen, Ethnien gleich sind in einer homogenen, wurzellosen, rücksichtslosen grauen Masse.
Jedes Individuum ist gleich.
Ohne Wurzeln, Identitäten oder Kulturen werden wir von der tyrannischen globalen Elite ausgebeutet.
Unsere Identitäten werden vom Staat anstelle unserer Eltern in uns installiert.
Der europäische Geist, der in lebenswichtigen Institutionen wie Familie, Bauernhof, Volk und Gemeinschaft verwurzelt war, ist völlig ausgelöscht worden.
Wir sind nicht länger durch gemeinsame Kulturen, Traditionen, Blutlinien und eine Reihe von immerwährenden Werten definiert. Wir sind uns nicht einig in unserem Wunsch, unsere Kultur und unsere Lebensweise zu schützen.
Das ist unsere moderne Welt.
Dies ist die Welt des Konsumismus, des Nihilismus, des Hedonismus und des leeren Materialismus.
Die Welt der uninspirierten, allgemeinen, modernen abstrakten Kunst und Architektur.
Die Zerstörung der westlichen Zivilisation wird als etwas Fortschrittliches und Tolerantes beklatscht. Wir leben jetzt in der Welt der billigen Scheinimporte für die Reichen und der ewigen Lohnsklaverei für die Armen.
Dies ist eine Welt des Globalismus, die von den Siegern des Zweiten Weltkriegs durch die Ideologie des internationalen Kommunismus installiert wurde.
- Ausschnitt aus EUROPA
youtube
5 notes
·
View notes
Text
US-Historikerin Tara Zahra: US-Historikerin Tara Zahra Anti-Globalismus: Primär das Eigene im Blick
Die JF schreibt: »Die US-Historikerin Tara Zahra skizziert die Widerstände gegen globale Phänomene nach dem Ersten Weltkrieg. Obwohl sie die „Globalisierung“ selbst befürwortet, zeigt sie Verständnis für Gegner dieses Prozesses und erklärt, warum er nicht „natürlich“ ist. Dieser Beitrag US-Historikerin Tara Zahra Anti-Globalismus: Primär das Eigene im Blick wurde veröffentlich auf JUNGE FREIHEIT. http://dlvr.it/TDmSyX «
0 notes
Text
Rückkehr nach Babel: Die Versuchung des Globalismus bleibt trotz historischer Misserfolge bestehen
Rückkehr nach Babel: Die Versuchung des Globalismus bleibt trotz historischer Misserfolge bestehen
0 notes
Video
youtube
Trumps Plan für Amerika: Schluss mit Globalismus
0 notes
Text
IN SPACE NO-ONE CAN HEAR YOU SCREAM
Die westlichen Gesellschaften treiben in eine geistige und seelische Leere, die sich füllt mit Sorgen, Angst, Zweifel, Misstrauen und Hass. Die meisten sind wohl stumpf und ergeben und haben sich in ihren Goldenen Käfigen eingerichtet… andere rebellieren, schreiben, klagen und demonstrieren.In den Industrienationen, mehr agieren als regieren, Staatsmänner*innen, die ihr Volk nicht mehr…
View On WordPress
#Elon Musk#Globalismus#Julian Assange#Künstliche Intelligenz#Mars-Expedition#Medien-Lügen#Navalny#Neue Welt#Staatliche Moral#Tiefer Staat
0 notes
Text
Tož, farmáři v Holandsku vyhráli regionální volby a vedou průzkumy předčasných parlamentních voleb, německá AfD vyhrává komunální volby a její preference stoupají, italští Bratři Itálie, vedou vládu... To, co vypadá mnohdy nereálně se může splnit Národně - konzervativní strany v Evropě, jsou na vzestupu. Ano, ty "zlé, populistické, nacionalistické, fašistické, neonacistické" atd...jak o nich píše mainstream. Jenže volič už na tyhle pomluvy neslyší. Volič slyší na to, že jeho peněženka je prázdná, jeho bezpečí vzhledem ke kriminalitě ilegálních migrantů je ohrožená, tlak LGBTQ lobby na tradice a děti je zvrácený a mnoho dalších věcí, které přináší agenda globalismu. Rolnická strana BBB (farmářsko-občanské hnutí) může vyhrát nové volby v Nizozemsku Na podzim se tak budou konat předčasné volby a to po regionálních volbách na jaře, které strana sedláků vyhrála. BBB vznikla na základě protestů proti vládě, která se rozhodla zničit farmářský průmysl v zemi, která je na něm postavená. V rámci "záchrany klimatu",měli farmáři utratit svoje stáda dobytka. To vyvolalo akce, které by se daly přirovnat k revoluci. Sedláci sedli na své traktory a rozjeli se zasypat úřady hnojem a vytvořili blokády po celé zemi. Caroline van der Plas, je bývalá novinářka a dnes politička, která stranu BBB založila. Je bývalá členka Křesťanskodemokratické výzvy (CDA). V roce 2021 strana získala jedno křeslo ve Sněmovně reprezentantů a tím se Caroline van der Plas, stala poslankyní dolní komory parlamentu - sněmovny reprezentantů. BBB vede průzkumy předčasných parlamentních voleb se skoro 18 %. Německá AfD trhá rekordy a vítězí v komunále V Německu byla protržena hráz, když AfD získala svého prvního okresního správce a následně i prvního starostu. v průzkumech do Bundestagu má 22 %, v průzkumech do europarlamentu má 23 % (dvojka na kandidátce je poslanec Bundestagu za AfD Petr Bystroň). Zděšený establishment se potácí ve svém marasmu a Němci už mají všeho dost. AfD chystá svého kandidáta na kancléře. Volby budou v červnu 2024 do europarlamentu a na podzim 2025 do Bundestagu (pokud nepadne vláda semaforu SPD-FDP-Zelení). Bratři Itálie vládnou Itálii V Itálii vládne vláda, kterou mainstream označuje za "postfašistickou". Koalice Bratři Itálie Georgi Meloni, Liga Mattea Salviniho, Forza Italia zesnulého Silvia Berlusconiho. Vláda premiérky Meloni, pracuje na omezení ilegální migrace, omezuje sociální dávky migrantům a lidem co po generace nepracují, omezuje vliv LGBTQ ideologie. Ministr dopravy Salvini, brání automobilovou dopravu proti ekoteroristům. Je toho hodně co je potřeba k nápravě a Meloni vládne teprve 9 měsíců. Nicméně postupné věci se daří. Například i dohoda s odbory o mzdách z hlediska inflace. Národně-konzervativní strany v Evropě získávají hlasy I v dalších státech Evropy, jsou takové strany na vzestupu. Vládnou v Polsku (Právo & spravedlnost), Maďarsku (Viktor Orbán - Fidesz), ve Švédsku (Švédští demokraté), Finsku (Praví Finové). V průzkumech vedou ve Francii (Marine Le Pen - Národní sdružení), v Rakousku (Svobodní). Ve španělsku strana VOX je potřeba k podpoře vlády Lidovců. Národně-konzervativní kontrarevoluce je na vzestupu... Autor: Redakce, 5.8.2023 Zdroj: https://boerburgerbeweging.nl/ https://www.afd.de/ https://www.fratelli-italia.it/ https://www.mestankurier.info/ Podpořte originální nezávislou žurnalistiku! Unterstützen Sie originellen unabh��ngigen Journalismus! Číslo účtu / Kontonummer: 1511201888/5500 IBAN: CZ7755000000001511201888 BIC/SWIFT: RZBCCZPP Majitel účtu / Kontoinhaber: BulvarART s.r.o. / GmbH © Copyright 2023
0 notes
Text
Auszug aus #VivekRamaswamy|s Grußwort am 2. Tag der #CPAC in #Budapest, #Ungarn.
„Wir dürfen nicht nur gegen den Globalismus sein, sondern wir müssen für unsere Werte einstehen:
Individuum, Familie, Vaterland, Gott“
#CPACHungary2024 #Wokebusters #nowokezone #BACK2NORMAL
1 note
·
View note
Text
0 notes
Text
Panegyrikos
Oh wunderbar einfältige A……, du bist eine Perle der Unweisheit inmitten der politischen Arena, Deine erbarmungswürdige Schlichtheit und dein infantiler Witz, sind eine Wohltat für alle Spaßvögel in den Kabinetten der Welt.
Du laberst den langen Tag viel von Klimaschutz und Gerechtigkeit, und lässt dich von den großen finanziellen Interessen steuern in Marionettenhaftigkeit.
Deine rhetorische Minderbegabung und unklugen Worte, sind wie ein Taifun der Stupidität inmitten diplomatischer Orte.
Deine Ideen und Pläne sind mutig und wenig klug, du lässt dich von Zweiflern und der Logik nicht beugen.
Du kämpfst angeblich für eine bessere Welt, dienst aber nur den Interessen weniger Milliardäre, das ist dein Bestreben und auch dein Ziel.
A…., du bist eine wahre Heldin des Globalismus, dein Einsatz und dein Engagement sind einfach hinreißend für alle profitgierigen Aasgeier.
Deine Vision und deine Ideen sind von profitabler Naivität, du bist der Motor für die neofeudale Weltordnung, unbesiegbar durch die Macht deiner Gönner.
Alle Ausbeuter danken dir für deine Arbeit und dein unermüdliches Streben die Schwachen zu verarmen.
A…., du bist der Schatz, den die globalistische Elite braucht, um voranzukommen auf dem Weg der Tyrannis.
Dreimal dürft ihr raten, wer A… denn ist. Vielleicht Marie Antoinette oder ihre Reinkarnation?
© 2023 Q.A.Juyub
0 notes
Text
Klima-Globalismus reicht der Ampel nicht – jetzt will SPD-Schulze auch noch eine weltweite “Milliardärssteuer”
Ansage: »Staatswirtschaft, Kommunismus und supranationale, ergo weltweite Bevormundung und Durchregulierung: Das sind die feuchten Träume westlicher Klimasozialisten. Und wenn dann noch der für deutsche Sozialdemokraten identitätsstiftende Sozialneid dazu kommt, dann ergibt das die wohl verführerische Rezeptur für das nächste totalitäre Regime , das die verhasste Freiheit in Wohlstand endlich ablösen soll. Nicht nur der moralische Größenwahn, […] The post Klima-Globalismus reicht der Ampel nicht – jetzt will SPD-Schulze auch noch eine weltweite “Milliardärssteuer” first appeared on Ansage. http://dlvr.it/T69dGd «
0 notes
Text
Globalización neoliberal, una nueva fe religiosa
Diego Fusaro
Utlizando la sintaxis de Gramsci, existe ideología cuando “una determinada clase tiene éxito en presentar y hacer aceptar las condiciones de su existencia y de su desarrollo de clase como principio universal, como concepción del mundo, como religión”.
El clímax esbozado por Gramsci resulta del todo pertinente si se hace referencia a la ideología de la globalización como una naturaleza desde siempre dada, irreversible y fisiológica (globalismus sive natura). Ella misma, en el marco del Nuevo Orden Mundial posterior a 1989 y de aquello que se ha definido como «el gran tablero de ajedrez», se presenta a todos los efectos como un «principio universal«, porque es indistintamente aceptada en todas las latitudes del planeta (es lo que podríamos denominar la globalización del concepto de globalización) y, al mismo tiempo, es también asumida desde el polo de los dominados, que debieran oponerse a ella con la máxima firmeza. Se plantea como una verdad indudable y universalmente válida, que sólo pide ser ratificada y aceptada conforme a la modalidad de una adaequatio a la vez cognoscitiva y política.
La globalización se muestra entonces, como una «concepción del mundo«, es decir, como un sistema articulado y omnicomprensivo, porque se ha venido estructurando bajo la forma de una perspectiva unitaria y sistemática, centrada en el cosmopolitismo desnacionalizante y en la eliminación de toda limitación material e inmaterial a la libre circulación de mercancías y personas mercadizadas, a los flujos de capital financiero líquido y a la extensión infinita de los intereses competitivos de las clases dominantes.
Por último, toma la forma de una «religión«, porque se la vive cada vez más como una fe incuestionable y en gran medida situada más allá de los principios de una socrática discusión racional: quienquiera que no acepte de forma irreflexiva y con credencial fideísta el nuevo orden globalizado será inmediatamente condenado al ostracismo, silenciado y estigmatizado por la policía lingüística y los gendarmes del pensamiento como un hereje o como un infiel, que amenaza peligrosamente la estabilidad de la catequesis mundialista y sus principales artículos de fe (libre circulación, apertura integral de toda realidad material e inmaterial, competitividad sin fronteras, etc.). La globalización coincide, pues, con el nuevo monoteísmo idólatra del mercado global, propio de una época que ha dejado de creer en Dios, pero no en el capital.
En términos generales, la globalización no es otra cosa que la teoría que describe, refleja y, a su vez, prescribe y glorifica el Nuevo Orden Mundial clasista post-westfaliano, que surgió y se estabilizó después de 1989 y -para retomar la fórmula de Lasch- se elevó ideológicamente al rango de verdadero y único cielo (true and only heaven). Tal es el mundo enteramente subsumido bajo el capital y bajo el imperialismo americano-céntrico de los mercados de capitales privados liberalizados, con colateral exportación de la democracia del free market y el free desire, y de la antropología del homo cosmopoliticus.
El poder simbólico del concepto de globalización es a tal punto invasivo que, literalmente, hace imposible que cualquiera que se atreva a cuestionar el concepto acceda al discurso público. Es, en este sentido, más similar a una religión de credo obligatorio que a una teoría sujeta a libre discusión y a una hermenéutica incardinada en la razón dialógica.
A través de unas categorías convertidas en piedras angulares de la neolengua capitalista, cualquier tentativa de frenar la invasividad del mercado y de impugnar el dominio absoluto de la economía globalizada y americano-céntrica es demonizada como «totalitarismo», «fascismo”, «estalinismo» o hasta “rojipardismo”, la síntesis diabólica de las anteriores. El fundamentalismo liberal y el totalitarismo globalista de libre mercado evidencian también su incapacidad para admitir, incluso ex hypothesi, la posibilidad teórica de modos alternativos de existencia y producción.
Cualquier idea de un posible control de la economía y de una eventual regulación del mercado y de la open society (con despotismo financiero incorporado) conduciría indefectiblemente, según el título de un conocido estudio de Hayek, hacia el “Camino de servidumbre» (to serfdom). Hayek lo afirma sin eufemismos: “el socialismo significa esclavitud”.
Obviamente, el teorema de von Hayek y sus acólitos no tiene en cuenta el hecho de que el totalitarismo no es sólo el resultado de la planificación política, sino que también puede ser consecuencia de una acción concurrencial privada de normas políticas. En la Europa presente, dicho sea de paso, el peligro no debe identificarse con el nacionalismo y el retorno de los totalitarismos tradicionales, sino más bien con el liberalismo de mercado hayekiano y con la violencia invisible del sutil garrote de la economía despolitizada.
Por lo tanto, resulta imperativo descolonizar el imaginario de las concepciones hegemónicas actuales sobre la globalización y tratar de redefinir sus contenidos de una forma alternativa. Para ello, es necesario volver a entender marxianamente las relaciones sociales como móviles y conflictivas, allí donde la mirada anegada de ideología únicamente registra cosas inertes y asépticas, rígidas e inmutables. En otras palabras, es necesario deconstruir la imagen hegemónica de la globalización, mostrando su carácter no neutral, sino clasista.
Cuando se analiza desde la perspectiva de las clases dominantes globalistas, la mundialización puede, en efecto, parecer entusiasmante y muy digna de ser elogiada y potenciada.
Por ejemplo, Amartya Sen la celebra con la mayor insistencia por su mayor eficacia en la división internacional del trabajo, por la caída de los costes de producción, por el aumento exponencial de la productividad y -en una medida decididamente más cuestionable- por la reducción de la pobreza y la mejora general de las condiciones de vida y de trabajo.
Baste aquí recordar, en un primer vistazo al nuevo milenio, que Europa registra 20 millones de desempleados, 50 millones de pobres y 5 millones de personas sin techo; y todo esto mientras, en los últimos veinte años en esa misma Europa, los ingresos totales han aumentado en una proporción comprendida entre un 50 y un 70 por ciento.
Esto confirma, de un modo difícil de refutar, el carácter de clase de la mundialización y del progreso que esta genera. Desde la perspectiva de los dominados (y, por tanto, vista «desde abajo»), se identifica con el infierno muy concreto de la nueva relación de poder tecnocapitalista, que se consolidó a escala planetaria después de 1989 con la intensificación de la explotación y la cosificación, del clasismo y el imperialismo.
A esta duplicidad hermeneútica, que preside la duplicidad de clases en el fracturadísimo contexto post-1989, remite el interminable debate que ha interesado y continúa interesando a los dos focos de esta contraposición frontal: de una parte, a los apologistas de la globalización; y de otra, a cuantos están ocupados en la elaboración del cahier de doléances del mundialismo.
Los primeros (a los que en su conjunto se les puede llamar «globalistas», a pesar de la pluralidad caleidoscópica de sus posiciones), exaltan las virtudes de hacer del mundo un mercado. Por el contrario, los segundos (que coinciden sólo parcialmente con aquellos que el debate público ha bautizado con el nombre de «soberanistas»), enfatizan las contradicciones y el carácter eminentemente regresivo respecto del marco anterior centrado en las soberanías nacionales.
En pocas palabras, y sin ahondar en los vericuetos de un debate prácticamente inmanejable por la cantidad de contenidos y diversidad de enfoques, los panegiristas del globalismo insisten en cómo la globalización extiende la revolución industrial, el progreso y las conquistas de Occidente al mundo entero; o lo que sería lo mismo, el modo en que “universaliza” los logros de una humanidad de alguna manera entendida como «superior» y, por tanto, con derecho a organizar la «fila única» del desarrollo lineal de todos los pueblos del planeta.
Aún los autores más sobriamente escépticos sobre el valor axiológico de la mundialización, como Stiglitz, parecen sufrir una tan magnética como, en última instancia, injustificada atracción hacia la obra de convertir el mundo en un mercado. En opinión de Stiglitz y su optimismo reformista, éste proceso, que al mismo tiempo también “planetariza” la desigualdad y la miseria capitalistas, merece no ser abandonado debido a los desarrollos y cambios a que pudiera dar lugar.
0 notes