#Gótico del Suroeste
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"Snow fields and a haze fills my sight, it fills my sight That piercing cold, that piercing cold unveils a warmth A very strange warmth inside" - Fire into the Cosmic Sun, Black Bird Rising
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Castillo de Karlstejn, República checa:
Este castillo medieval se encuentra al suroeste de Praga, a 32 kilómetros (...y ...) fue construido en 1348 por encargo del emperador Carlos IV.
En ��pocas posteriores el castillo tuvo diversas reconstrucciones. Asi, en 1485 se remodeló en estilo gótico, y más tarde, a finales del siglo XVI, en estilo renacentista.
Fue utilizado durante un tiempo para guardar las joyas de la corona de Bohemia.
Karlstejn Castle, Czech Republic (by bialobrody)
#Bohemia#Reino de Bohemia#Chequia#República Checa#Karlstein Castle#Castillo de Karlstein#Carlos IV del Sacro Imperio Romano Germánico#Sacro Imperio Romano Germánico#Europa#Edad Media#Siglo XIV
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La Catedral de Wells, localidad de Somerset, en el suroeste de Inglaterra, es la primera catedral construida en estilo gótico primitivo inglés, del que también se considera la máxima expresión.
La catedral tiene una fachada gótica decorada con más de trescientas estatuas. El interior se caracteriza por enormes arcos de tijera que datan de 1338-1348. En el interior se encuentra, entre otras cosas, un reloj astronómico copernicano.
El edificio sirvió de escenario en las últimas escenas de la miniserie de televisión "Los Pilares de la Tierra", en la representación de la Catedral de Kingsbridge, una ciudad ficticia, inventada por Ken Follett en la novela histórica del mismo nombre, de la que se basó la serie.
El inicio de la construcción se remonta a 1180 y la finalización en 1490.
#Porsimelees❤️
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¿Cuál equipo tiene más posibilidades de ganar, Friburgo o West Ham, en su próximo enfrentamiento?
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¿Cuál equipo tiene más posibilidades de ganar, Friburgo o West Ham, en su próximo enfrentamiento?
Probabilidades de victoria
Las probabilidades de victoria son un factor crucial en cualquier competencia, ya sea deportiva, electoral o de cualquier otro tipo. Se refieren a la posibilidad numérica de que un determinado resultado finalice a favor de un participante en especial. En el ámbito deportivo, por ejemplo, las casas de apuestas suelen calcular las probabilidades de victoria de cada equipo o jugador en base a diversos factores como estadísticas pasadas, rendimiento actual, lesiones, condiciones climáticas, entre otros.
Es importante tener en cuenta que las probabilidades de victoria no son una certeza, sino un cálculo matemático que pretende predecir los resultados futuros. Incluso un participante con altas probabilidades de victoria puede no salir victorioso en una competencia debido a la incertidumbre inherente en cualquier evento.
En el mundo del juego y las apuestas, comprender las probabilidades de victoria es fundamental para tomar decisiones informadas y calcular posibles ganancias. Saber interpretar las cuotas y probabilidades ofrecidas por las casas de apuestas puede marcar la diferencia entre una apuesta exitosa y una pérdida.
En resumen, las probabilidades de victoria son un elemento esencial en la toma de decisiones en diversos ámbitos, ya que permiten evaluar la probabilidad de un resultado favorable y planificar estrategias en consecuencia. Es importante recordar que, aunque las probabilidades pueden indicar una tendencia, en última instancia, cualquier competencia está sujeta a la imprevisibilidad y emoción que la hacen única.
Friburgo
Friburgo es una ciudad encantadora ubicada en el suroeste de Alemania, en la región de la Selva Negra. Conocida por su belleza natural y su arquitectura tradicional, Friburgo es un destino turístico popular para aquellos que buscan explorar la cultura y la historia de la región.
Una de las atracciones más destacadas de Friburgo es su casco antiguo bien conservado, que data de la Edad Media. Los visitantes pueden pasear por las pintorescas calles empedradas y admirar los edificios de estilo gótico y renacentista, como la impresionante catedral de Friburgo, que se alza majestuosamente en el centro de la ciudad.
Además de su patrimonio arquitectónico, Friburgo también es conocida por ser una ciudad verde y sostenible. En 2012, fue galardonada con el premio de Ciudad del Año por su compromiso con la protección del medio ambiente y la promoción de la energía renovable. Los visitantes pueden disfrutar de los numerosos parques y áreas verdes de la ciudad, así como de sus mercados de agricultores y tiendas de productos orgánicos.
Otro aspecto destacado de Friburgo es su vibrante escena cultural, con una amplia variedad de museos, teatros y festivales que se celebran a lo largo del año. Los amantes de la música clásica pueden asistir a conciertos en la prestigiosa Sala de Conciertos de Friburgo, mientras que los aficionados al arte pueden explorar las galerías y exposiciones de la ciudad.
En resumen, Friburgo es una joya escondida en el corazón de la Selva Negra, que combina a la perfección historia, naturaleza y cultura en un destino único que merece ser descubierto.
West Ham
El West Ham United Football Club es un club de fútbol con sede en Londres, Inglaterra. Fundado en 1895, el club ha acumulado una rica historia y una base de seguidores apasionados a lo largo de los años. El West Ham ha tenido altibajos en su trayectoria, alternando entre las divisiones superiores e inferiores del fútbol inglés, pero ha logrado mantenerse como un competidor respetado en la Premier League.
El equipo juega sus partidos de local en el Estadio Olímpico de Londres, que tiene una capacidad para más de 60.000 espectadores. Los colores tradicionales del West Ham son el claret y el azul celeste, y son conocidos como "The Hammers" por sus seguidores.
Históricamente, el West Ham ha producido talentos locales destacados y ha albergado a jugadores legendarios en sus filas. El famoso capitán del equipo, Bobby Moore, es considerado uno de los mejores defensas en la historia del fútbol inglés y lideró al equipo a la victoria en la Copa del Mundo de 1966.
Los seguidores del West Ham, conocidos como "Hammers", son conocidos por su pasión y lealtad al club. El ambiente en el Estadio Olímpico durante los partidos en casa es vibrante y lleno de energía, creando una experiencia única para los aficionados y jugadores por igual.
En resumen, el West Ham United es un club con una historia rica, una base de seguidores devotos y un lugar especial en el corazón del fútbol inglés. Su legado perdura a lo largo de los años, y continúan siendo un equipo respetado y competitivo en la Premier League.
Próximo enfrentamiento
El próximo enfrentamiento es un momento lleno de emoción y anticipación, ya sea en el mundo del deporte, los negocios o cualquier otra área competitiva. Este evento marca un punto crucial en el camino hacia la victoria o la derrota, donde los contendientes se preparan para demostrar sus habilidades y determinación.
En el deporte, el próximo enfrentamiento puede ser un partido decisivo que determine el destino de un equipo en un torneo o liga. Los atletas se entrenan arduamente, enfocados en superar a sus oponentes y alcanzar la gloria deportiva. La tensión en el aire es palpable, con los fanáticos ansiosos por presenciar el desenlace de la contienda.
En el ámbito empresarial, el próximo enfrentamiento puede representar una oportunidad para conquistar nuevos mercados, superar a la competencia o lanzar un producto innovador. Las empresas se preparan estratégicamente, analizando cada movimiento de sus rivales y buscando ganar la preferencia del consumidor.
Sin importar el contexto, el próximo enfrentamiento implica preparación, determinación y un deseo ferviente de triunfar. Es un momento en el que se ponen a prueba las habilidades, la resistencia y la capacidad de adaptación de los contendientes. Ya sea en el campo de juego o en el mercado, la competencia es feroz y solo los más fuertes y mejor preparados lograrán alcanzar la victoria.
En resumen, el próximo enfrentamiento es más que un simple evento; es un punto culminante en el camino hacia el éxito. Es el momento en el que se ponen a prueba el esfuerzo, la dedicación y la determinación de aquellos que se atreven a desafiar a sus rivales y buscar la gloria.
Favorito
El término "favorito" se refiere a algo o alguien que es preferido sobre otras opciones. Puede ser utilizado en una amplia variedad de contextos, desde hablar sobre tu color favorito hasta referirte a tu comida favorita o incluso a tu equipo deportivo favorito.
Tener un favorito puede ser una forma de expresar tus gustos y preferencias personales. Por ejemplo, si tienes una película favorita, es porque te ha gustado particularmente por su trama, sus personajes o tal vez por la forma en que te hace sentir al verla.
En el ámbito de las relaciones personales, también es común hablar de tener un amigo favorito, aquel con el que compartes momentos especiales y con quien te sientes más cómodo.
En el mundo de la moda, cada persona tiene sus marcas y diseñadores favoritos, aquellos que se adaptan mejor a su estilo y personalidad.
En resumen, tener un favorito es una manera de destacar aquello que te gusta por encima de otras opciones. No hay reglas estrictas respecto a tener un favorito, ya que cada persona es libre de elegir lo que más le gusta y lo que le hace feliz. ¡Así que no dudes en tener tu favorito en cada aspecto de tu vida y disfrutarlo al máximo!
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OCT 24 - UN DIA COMO HOY – (1260) – EN CHARTRES – FRANCIA, EL REY LUIS IX INAUGURA LA CATEDRAL. -
La catedral de la Asunción de Nuestra Señora, es una iglesia catedralicia de culto católico bajo la advocación de Nuestra Señora en la ciudad de Chartres, en el departamento de Eure y Loir, en Francia, a unos 80 kilómetros al suroeste de la capital, París. Asimismo es la sede de la diócesis de Chartres, en la Archidiócesis de Tours.
Esta catedral marcó un hito en el desarrollo del gótico e inició una fase de plenitud en el dominio de la técnica y el estilo gótico, estableciendo un equilibrio entre ambos. Es sumamente influyente en muchas construcciones posteriores que se basaron en su estilo y sus numerosas innovaciones, como las catedrales de Reims y Amiens a las que sirvió de modelo directo.
La figura más importante en la historia de esta diócesis fue el obispo Fulberto de Chartres, teólogo escolástico reconocido en toda Europa.
En 1979 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Existe una leyenda que narra la elección del emplazamiento de Nuestra Señora de Chartres como de origen divino y mariano, muy probablemente forjada en el siglo XIV por los cánones de la catedral1.
Hacia 1420, el predicador Jean de Gerson se basa probablemente sobre esta leyenda para evocar una antigua gruta ocupada por druidas carnutes cien años antes de la era cristiana.
Según él, esta gruta estaría dedicada a "la Virgen que debe dar a luz", una estatua de la diosa madre druídica, y la gruta habría servido de santuario a los primeros cristianos en época romana.
Este mito sobre los druidas comienza a constituirse en una corriente más amplia que hace abandonar la anterior leyenda del origen troyano de los pueblos Francos, para volver a una tradición gala.
El mito es popularizado en el siglo XVII por el abogado al Parlamento de París Sébastien Rouillard, quien fue peregrino al santuario de Chartres en 1608, y se desarrolló durante siglos a partir de compilaciones.
A pesar de todo, el mito del origen druídico del santuario ha ido integrándose progresivamente en la historiografía religiosa local, hasta llegar a parecer una verdad histórica.
La estatua identificada en la leyenda como "la Virgen que debe dar a luz" es sin embargo una estatua de la Virgen María de origen románico (datada del siglo XII) (es a partir de éste siglo cuando resurgió esta devoción en la iglesia cristiana occidental).
Según otras tradiciones tardías y legendarias que querían probar la anterioridad de la cristianización de Chartres sobre la de Sens y la anterioridad de una sede episcopal en relación con la otra6, la construcción de la primera iglesia habría tenido lugar hacia el año 350. Llamada «catedral de Aventin», por el nombre del primer obispo de la ciudad, Aventin de Chartres que viviría hacia 350, habría sido probablemente construida a principios del siglo VI.
La catedral original aún no estaría vinculada a un culto mariano, sino al de unos mártires locales (santos Piat, Cheron, Modesta y Potentianus) conocidos popularmente como los "Saints Forts". Estos mártires habrían sido arrojados a un pozo. El pozo, probablemente de época galo-romana, estaba excavado en el interior de la muralla del oppidum carnute de Autricum, y pasaría más tarde a estar integrado en el edificio de la catedral (en la cripta).
De cualquier manera la ciudad de Chartres ya era un centro de culto mariano y peregrinaje desde tiempo atrás debido a la presencia en su catedral de la llamada Sancta Camisia, una reliquia traída desde tierra santa y cedida a la catedral por Carlos el Calvo en 876 y que supuestamente es una prenda de la Virgen María, madre de Jesús,(antiguamente se creía era la túnica, pero en realidad correspondería al velo). Por este motivo gozaba de un próspero comercio centrado en las ferias que se celebraban en las cuatro grandes festividades marianas del año: la Purificación (2 de febrero), la Anunciación (25 de marzo), la Asunción (15 de agosto) y la Navidad (25 de diciembre).
La primera iglesia de que se tiene constancia se construyó alrededor del año 360. Esta desapareció en un incendio hacia 740 o 750 durante el saqueo de los visigodos de Hunaldo, duque de Aquitania. Una segunda catedral es destruida por los piratas normandos al mando de Hastings el 12 de junio de 858, el obispo Gisleberto reconstruyó y amplió esta iglesia. De esta queda una capilla que forma parte de la actual cripta. En esta época es cuando la catedral recibe la reliquia de la virgen, que aumentó la importancia del lugar.
El 5 de agosto de 962 la iglesia de Gisleberto vuelve a ser destruida durante la guerra que enfrentó a Ricardo I, duque de Normandía con Teobaldo I de Blois, conde de Chartres. Se reconstruye parcialmente. En 1020 otro incendio destruye la catedral, tras lo cual el obispo Fulberto de Chartres inicia la construcción de la cripta de una nueva catedral románica.
Esta catedral fue construida rápidamente debido a una explosión de fervor religioso que motivó a cientos de penitentes a la construcción acarreando espontáneamente provisiones y materiales de construcción hasta las obras. Fulberto muere en abril de 1029, le sucede Geoffroy de Lèves quien consagra la catedral dos años más tarde y en 1037 se concluyen las obras.
En 1194 un gran incendio devastó gran parte de la ciudad de Chartres, incluida casi la totalidad de la antigua catedral románica. El edificio que construyó el obispo Fulberto era una gran catedral en estilo románico que contaba con una enorme cripta que albergaba la famosa reliquia. Pese a haber sobrevivido a un incendio en 1134 el fuego de la noche del 10 de junio de 1194, causado por un rayo, sólo dejó en pie las torres occidentales y la fachada entre estas y la cripta.
Al principio se tuvo el incendio como un castigo divino, pero al aparecer intacta en la cripta la prenda de la Virgen se pensó que era un signo para que se reconstruyera la catedral dándole un nuevo esplendor. A esto ayudó la presencia casual en la ciudad de un cardenal enviado por la Santa Sede que certificó el hecho de la salvación de la reliquia como milagroso.
La reconstrucción fue generosamente financiada tanto por los Capetos, dinastía tradicionalmente vinculada a Chartres, como por el cabildo y los gremios locales. Historia del Mundo en Movimiento – [email protected]
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Historia de la Iglesia Rusa
Cirilo y Metodio: iluminadores de los eslavos
El principio de la vida de la Iglesia en el mundo eslavo está ligado a la obra de dos monjes iluminadores del siglo IX: los santos Cirilo y Metodio. Los hermanos Constantino (el nombre de Cirilo lo adoptó Constantino sólo después de la iniciación en la vida monastica, no mucho antes de su muerte) y Metodio (en el mundo le llamaron originariamente Miguel) eran descendientes de una conocida familia griega de Tesalónica. En el siglo IX, en aquella ciudad vivían muchos eslavos y los dos hermanos parece que conocían la lengua eslava desde su infancia. De una especial preparación escolar pudo jactarse Costantino, que recibió luego el sobrenombre de Filósofo. Estudió junto al hijo del emperador Miguel III y uno de sus maestros y protectores fue un célebre teólogo, patriarca de Constantinopla: Focio. A los dos hermanos les atraía la vida monástica y quisieron dedicarse al estudio en el silencio de la celda de un monasterio. Pero la Iglesia y el Imperio exigieron de ellos otro tipo de servicio. Así, Cirilo fue enviado en misión religioso-diplomática a los árabes y los jázaros. En uno de sus viajes al Principado Azaro, Cirilo coincidió con su hermano Metodio. Como resultado, el príncipe Azaro les permitió que sus ciudadanos recibieran el bautismo. Los hermanos bautizaron personalmente a 200 personas. Según el parecer de algunos historiadores, los bautizados fueron sobre todo eslavos. Tras volver a Constantinopla, Cirilo empezó el trabajo de creación del alfabeto eslavo (que recibe el nombre de glagoliza o glagolítico) y también la traducción de la Sagrada Escritura en un dialecto eslavo usado en el sur de Tesalónica. Tomando como base de las traducciones de Cirilo y Metodio, se creó por primera vez la lengua eslava escrita y literaria, el llamado paleoslavo. En aquel tiempo, las traducciones de textos litúrgicos del latín y del griego a otras lenguas ya no eran una novedad: las liturgias se celebraban en paleogieorgiano, armenio, siríaco, copto y gótico. Los griegos Cirilo y Metodio, en sus proyectos de iluminar al mundo eslavo, que conocía ya parcialmente el cristianismo, no se basaron en las ideas nacionalistas, sino en las de la Iglesia Universal, en la que “no hay ni griego, ni Judío” y que está llamada a llevar la buena noticia “hasta los confines del mundo“. Con la ayuda del gobierno imperial, tanto clerical como laica, Cirilo y Metodio, a petición del príncipe de Moravia, Rostislav, partieron el año 863 hacia la misión en Moravia. Allí edificaron la vida eclesial, llevaron a la fe a los moravos, enseñaron el alfabeto eslavo, tradujeron los textos litúrgicos en paleoslavo e hicieron celebraciones en esta lengua. Después de tres años, en compañía de estudiantes moravos, que se preparaban para la ordenación sacerdotal, Cirilo y Metodio partieron hacia la patria, pero se detuvieron en Panonia (parte suroeste de Hungría), dónde continuaron su actividad misionera. En 867, tras recibir de Constantinopla la noticia del golpe de estado en la corte imperial y la destitución de su protector, el patriarca Focio, los dos hermanos decidieron ir a Roma. El papa romano Adriano II apoyó plenamente su iniciativa. Cirilo, débil de salud, no soportó las dificultades del largo viaje y murió en Roma en 869. Metodio, en cambio, fue ordenado arzobispo de Panonia y se estableció en la propia diócesis, bajo el principado de Kocel. Todavía en Moravia la actividad de los hermanos estuvo llena de dificultades por la adversidad del clero latino-alemán, no contento por la “eslavonización” de la liturgia. En el siglo VIII, uno de los grandes concilios de la Iglesia Occidental prohibió el desarrollo de las celebraciones en todas las lenguas, salvo en latín, griego y hebreo antiguo. Metodio fue acusado de violar los cánones eclesiásticos y estuvo en prisión durante cerca de tres años. El nuevo papa Juan VIII insistió en liberar a Metodio y le nombró arzobispo de Moravia, pero le prohibió desarrollar las liturgias en paleoslavo. Esta prohibición (a propósito, nunca aceptada por Metodio), fue levantada formalmente en el año 880. Tras la muerte de Metodio, en 885, sus discípulos en Moravia fueron perseguidos, y los que sobrevivieron encontraron refugio con el príncipe búlgaro Boris. Y es precisamente en Bulgaria donde encontró su continuación la obra de Cirillo y Metodio en el mundo eslavo.
El bautismo de Rusia
Las tierras y los pueblos unidos por el nombre de “Rus” habían conocido el cristianismo mucho antes del año 988, cuando el cristianismo fue aceptado por el príncipe de Kiev, Vladimir Sviatoslavic (980-1015). Hay un testimonio (una medio leyenda encontrada en los anales) de que uno de los príncipes rusos ya se bautizó con su pueblo en el siglo IX. También existe una hipótesis: que los habitantes de la Rus que se encontraban bajo el poder de los jázaros fueron bautizados indirectamente por los iluminadores de los eslavos, Cirilo y Metodio, durante su viaje al Principado Azaro en 858. El camino del cristianismo hasta el corazón mismo del principado de Kiev fue abierto por la princesa Olga, viuda del príncipe Igor. Alrededor del año 955, ella fue bautizada en Constantinopla; de allí trajo sacerdotes griegos y comenzó a construir en sus tierras templos cristianos. Pero su hijo Sviatoslav no vio necesario el cristianismo y honró a los viejos dioses. Así que el mérito de fortificar la ortodoxia en la Rus queda destinado al príncipe Vladimir, uno de los hijos de Sviatoslav. El hecho de que Vladimir aceptara el cristianismo no estaba totalmente libre de ventajas políticas. El emperador bizantino Basilio II (976-1025), que buscaba aliados contra el pretendiente al trono, general Barda Foca, solicitó ayuda a Vladimir de Kiev, consintiendo darle como mujer a su hermana Ana. Pero Vladimir no podía casarse con la princesa sin haber aceptado el cristianismo, y tal alianza pudo elevar mucho la condición política de los príncipes de Kiev. Para ellos, Bizancio era símbolo del poder, la riqueza y el esplendor imperial, como lo era también para otras naciones cercanas que apenas empezaban a construir su organización estatal. La versión más difundida del bautismo de la Rus es la siguiente: Vladimir derrotó a los jázaros, aliados de Foca, pero los griegos no tuvieron prisa en cumplir las promesas. El príncipe los “estimuló” tomando la ciudad de Korsun (Jersones), la cual, no sin una pizca de ironía, le fue ofrecida como “regalo de bodas” (el rescate por la novia). El imperio podía mitigar su propia vanidad sólo con el hecho de que formalmente adquiría un nuevo súbdito. Vladimir recibía un título imperial de tercer grado, que le introducía automáticamente en el sistema jerárquico del imperio. La boda “diplomática” del príncipe ruso con la princesa bizantina podía asegurar durante mucho tiempo el orden y la paz en las fronteras septentrionales de Bizancio y el predominio inicial de los sacerdotes y religiosos griegos en la Rus daba a Constantinopla la posibilidad de influir en los imprevisibles “rusos” gracias a la autoridad de la Iglesia. Al final del verano del año 988, Vladimir reunió a todos los habitantes de Kiev en la ribera del río Dnieper, en cuyas aguas los sacerdotes bizantinos bautizaron a todos. Este acontecimiento ha pasado a la historia como el “bautismo de la Rus”, y ha señalado el principio de un largo proceso de fundación del cristianismo en las tierras rusas. Los anales rusos cuentan testimonios populares sobre cómo eligió la fe el príncipe Vladimir. Estas leyendas han transmitido a su manera el cuadro real de la actividad diplomática de la corte principesca de Kiev. Los príncipes de Kiev no sólo mantuvieron contactos con Bizancio, sino también con el Principado Azaro, con Roma, con los países de Europa Occidental, con las naciones musulmanas y con los eslavos del sur. Estas relaciones estaban vinculadas a la búsqueda del camino del desarrollo estatal, con la delimitación de la orientación política, cultural y espiritual de Kiev. Entre las causas que han influido en que la Rus eligiera Bizancio como modelo para la construcción del estado, también ha desempeñado un papel importante la grandiosidad del ritual oriental. En los anales se cuentan las impresiones de la delegación rusa en Constantinopla con respecto a la liturgia ortodoxa: los rusos no sabían si estaban en la tierra o en el cielo. La Iglesia bizantina les impresionó con la belleza celestial de las iglesias, con la grandiosa magnificencia de la liturgia. No mucho tiempo antes de todo esto, en el año 986, el príncipe Vladimir había hablado con los embajadores de Bulgaria (la que está alrededor del Volga) sobre el Islam, había hablado con los misioneros de Roma, con los predicadores jázaros del judaismo y, en fin, con un “filósofo griego” misionero ortodoxo. Nos basta la narración folclórica de los anales para constatar que el viraje de conciencia del príncipe de Kiev ya estaba madurando mucho tiempo antes del bautismo de la Rus. Tras el bautismo de Vladimir en Korsun, este jefe y guerrero severo, que había elegido el poder e iba hacia él en un camino lleno de cruel lucha, que tenía seis mujeres e incontables concubinas, que no prohibía sacrificar hombres a los ídolos, aceptó sinceramente la enseñanza de la Iglesia sobre el pecado y las palabras de Cristo sobre el amor y la misericordia. El bautismo había transformado a Vladimir por completo. Hasta llegó a pensar seriamente en anular la pena de muerte para los bandoleros, “teniendo miedo de pecar”. Los mismos jerarcas eclesiásticos apenas pudieron convencer al príncipe de que no diera este paso, del que no se había oído hablar nunca hasta aquel momento en la historia de la humanidad. El gobierno de Vladimir es conocido por la aparición en la Rus de la “caritas” cristiana, que empezaba ya en el poder estatal: el príncipe ayudaba a construir hospitales y refugios y cuidaba del sustento de los pobres. También las construcciones de las iglesias fueron hechas con apoyo del principado, se fundó la primera escuela y comenzó la preparación del clero ruso. La Iglesia rusa venera al príncipe Vladimir como santo y compara sus acciones a las de los apóstoles. Con esto no sólo se determinan sus méritos en la implantación del cristianismo, sino también su transformación interior espiritual y moral, comparable con la que experimentaron los apóstoles. El príncipe de Kiev supo superar los límites de la fe “natural” popular: supo romper con la divinización de las fuerzas de la naturaleza y con el miedo de su poder, y supo creer en Aquél que fue voluntariamente a los sufrimientos y a la muerte por el amor y la salvación del hombre y el mundo. Supo creer con sinceridad y fortaleza, y arrastró consigo a todo el pueblo.
Los ortodoxos y la unión
El asalto de mongoles y tártaros tuvo una fuerte influencia sobre la vida eclesiástica de la Rus. Muchas ciudades quedaron convertidas en ruinas; las iglesias y los monasterios fueron saqueados y profanados. La otrora resplandeciente Kiev se quedó tan vacía que los arzobispos de Kiev y de toda la Rus de finales del siglo XIII desplazaron su residencia a Vladímir (en el río Kliazma) y, más tarde, a Moscú, convertida en un nuevo centro de unificación de las tierras rusas en el único estado. Aunque es necesario reconocer que, tras el asalto de los enemigos de la Rus, los ocupantes mostraron mucha paciencia hacia la Iglesia ortodoxa rusa, lo cierto es que la invasión trajo consigo la decadencia de la vida eclesiástica: se extinguieron los monasterios, se detuvo la construcción de nuevas iglesias, decayó la propagación de la cultura espiritual… El traslado del arzobispo metropolitano al Norte causó descontento en Lituania. En el siglo XIV cayeron bajo su control las tierras rusas occidentales y meridionales, y entre ellas también Kiev. Una vez unificada, la metrópolis rusa se separó: los grandes príncipes lituanos, que pretendían que fuera como Moscú en el proceso de unificación de las tierras rusas, inauguraron la metrópolis de Kiev en el siglo XIV, y también durante algún tiempo la de Galic. La unión de Lituania con el reino católico de Polonia, proclamada en 1385, condujo a un proceso de presión jurídica, económica y política sobre la ortodoxia de parte de la Rus occidental. La mayor parte de los obispos ortodoxos no supño oponerse a esta presión. El emperador bizantino Miguel VIII Paleologo, ya en el siglo XIII, intentó hacer alianza con Roma, sometiéndole la Iglesia bizantina a cambio del respaldo político y militar frente a los turcos. En 1274, en Lyon, los representantes del emperador suscribieron el documento de alianza con Roma (la Unión de Lyon). Pero los ciudadanos y la Iglesia Oriental se revolvieron contra el emperador: Miguel fue excomulgado por la Iglesia y privado de sepultura eclesiástica. Al catolicismo se convirtió un reducido número de “latífonos” (seguidores de la cultura occidental). En 1439, en Florencia, bajo la presión del emperador, por una parte, y de Roma, por la otra, los jerarcas griegos de nuevo suscribieron el documento de sumisión a la Santa Sede de Roma. La Unión de Florencia era la brizna de paja a la que quiso agarrarse el imperio frente a la amenaza del asalto turco. Históricamente, este acto no le aportó más ventaja al imperio que la que ofrece una brizna de paja a quien se ahoga. El imperio cayó. Muy pronto, Constantinopla deshizo la Unión. Èsta, sin embargo, dio a Roma argumentos jurídicos en la controversia con las iglesias ortodoxas, le ayudó a crear una red de escuelas para preparar a los “católicos del ritual oriental” y a predicadores y misioneros, para crear literatura al respeto predestinada a su difusión en el entorno ortodoxo. Estos medios, junto con la presión de los príncipes locales, se utilizaron en los territorios de los anteriores principados rusos, recién incorporados al territorio de Lituania y Polonia. En 1596, la mayor parte de los jerarcas locales aceptaron la Unión de Brest con Roma. Los jerarcas más altos aceptaban la confesión católica de la fe con la condición de que se ampliarían sus derechos políticos y patrimoniales y de que se preservaría el antiguo ritual oriental. Las hermandades ortodoxas, constituidas generalmente por laicos y cosacos, se convirtieron en el baluarte de la ortodoxia en estas tierras. Tales hermandades (las mas fuertes fueron las de Lvov y Vilensk y, más tarde, también la de Kiev) crearon sus escuelas y tipografías. En Lvov trabajaron los primeros editores rusos venidos de Moscú, con Iván Fiodorov como jefe. Ellos aportaron una gran contribución al desarrollo de la iluminación ortodoxa en Bielorrusia y Ucrania. En la historia de la Iglesia han dejado una fuerte impronta el príncipe Constantino Ostrozski, que creó en Ostrog un centro de propagación de la cultura ortodoxa, y su más estrecho colaborador, Andrei Kurbski, huido a Lituania durante el gobierno de Iván el Terrible. Kurbski convenció a los nobles rusos locales para que siguieran siendo ortodoxos a toda costa. En el siglo XVII, la Academia de Kiev-Mogila se convirtió en el principal centro de la educación ortodoxa, no sólo de las antiguas tierras rusas de los principados del sur y del suroeste, sino también de toda la Rus. En su nombre ha entrado el seudónimo usado como apellido por el fundador de la academia: Pedro Mogila, arzobispo metropolitano de Kiev. En las ediciones ortodoxas hechas en Kiev, Lvov y Vilnius se nota una fuerte influencia del lenguaje teológico católico. El hecho reside, por una parte, en que con la destrucción del imperio bizantino también se arruinó el sistema de educación del oriente ortodoxo, y, por otra, en que esta educación se desarrolló sin obstáculos en el occidente católico y muchos de sus resultados fueron asimilados por la escuela teológica de Kiev. Su lengua “de trabajo” era el latín (la escuela de Kiev se apoyó, sobre todo, en las fuentes latinas). La experiencia de la escuela de Kiev y sus teólogos tuvieron un papel importante en la reconstitución de la propagación de la cultura ortodoxa en la Rus de Moscú, en el siglo XVII, cuando se cerraron las heridas de los Tiempos turbios.
“Moscú: la tercera Roma” (siglo XV)
A principios del siglo XV, el gran príncipe moscovita Basilio Dmitrievic se dirigió al patriarca de Constantinopla con una pregunta: ��hace falta recordar el nombre del emperador de Bizancio durante las celebraciones de las iglesias rusas ahora que Moscú tiene su propio gobernador? La respuesta del patriarca Antoni guarda las tradiciones de la época de grandiosidad del imperio: sólo puede haber un césar, “césar y monarca absoluto del Imperio Romano (occidental y oriental juntos), es decir, de todos los cristianos”. La respuesta de Constantinopla, hablando literalmente, no le hizo ninguna gracia a Moscú. Pero en aquel tiempo no cabía esperar otra respuesta de Bizancio. La Unión de Florencia, aceptada por Bizancio en 1439, supuso un fuerte golpe a la conciencia canónica de los rusos. Los cánones eclesiásticos prescribieron la obediencia al Patriarca Universal de Constantinopla. La conciencia religiosa no permitía reconocer a otro patriarca apóstata. La Unión presentó ante la iglesia rusa serios cimientos para la adquisición de la independencia. El arzobispo de todas Rusia, el griego Isidoro, ferviente partidario de la Unión, fue detenido y luego huyó de Moscú. Los rusos decidieron hacer una elección muy dolorosa para ellos: en 1448, dejó de obedecerse al patriarca de Constantinopla, como antes, pues el concilio de los obispos rusos nombró un arzobispo metropolitano de Moscú y todas las Rusias: Iona, arzobispo de Riazan, ya elegido para la sede de la metrópolis en 1441 pero no confirmado entonces por Constantinopla. Se iniciaba la época de autocefalia: la plena independencia de la Iglesia rusa. En el ámbito de la ideología política, esta época está marcada por la afirmación de la versión bizantina original de la idea teocrática, es decir, de la idea de monarquía absoluta universal. En Bizancio, esta idea se apoyó en la enseñanza de los “cuatro reinos”, de los que se habla en el Biblia, en la visión descrita por el profeta Daniel. Los ideólogos de Constantinopla entendían que los “cuatro reinos” fueron los imperios mundiales que sucesivamente fueron reemplazándose: Asiria, Babilonia, Persia y Roma. Constantinopla –la “nueva Roma”– continúa la historia del imperio romano ya como un reino ortodoxo. En la Rus, esta idea se transformó en una doctrina sobre la sucesión de Moscú como reino cristiano. Bajo formas diferentes, la idea de “Moscú, la tercera Roma” se reflejó en las obras maestras del arte ruso de los siglos XIV y XV. Además, se reforzó gracias a la boda del gran príncipe Iván III (1462-1505) con Sofía Paleologa, nieto del último emperador bizantino Constantino XI, muerto por los turcos. Iván III fue el primero en asumir en la Rus el título de zar y adoptó como escudo de armas ruso el águila bizantina de dos cabezas: la Rus declaró oficialmente que se apropiaba de la herencia del ortodoxo “Imperio de los romanos”. En los años de gobierno de Iván III, a veces se añadía a su título la fórmula “zar por la gracia de Dios y príncipe grande”. Con el gobierno de su hijo Basilio III, la idea de la “tercera Roma” encontró su forma final en la profecía de Filiteo, staretz del monasterio de Pskov: “… dos Romas han caído, la tercera permanece firme y la cuarta no existirá.” El hijo de Basilio III, Iván IV (que ha entrado en la historia como Iván el Terrible), se coronó zar en 1547 a ejemplo de los emperadores bizantinos. Es probable que esta ceremonia se hiciera por consejo del arzobispo metropolitano Macario, que ciñó la cabeza del joven Iván IV con la corona imperial. Para la plenitud del ideal teocrático bizantino un cuerpo eclesiástico-estatal con “dos cabezas”: el zar y el patriarca – faltó solamente el título de patriarca para el jefe de la Iglesia rusa. En enero de 1589, bajo el gobierno del zar Fiódor Ioannovic, el patriarca de Constantinopla Jeremías vino a Moscú y nombró primer patriarca de Moscú y de todas las Rusias al arzobispo metropolitano Iova.
Las reformas del patriarca Nikon
La vuelta, en el siglo XVII, al estado ruso de la ruina de los Tiempos turbios trajo de nuevo a primer plano la ideología teocrática bizantina sobre el estado. El zarismo de Moscú se convertió en el principal protector de los otrora grandes, pero ahora seriamente decadentes, patriarcados ortodoxos orientales de Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén. La profecía del staretz Filoteo sobre el esplendor de la “tercera Roma” parecía muy arraigada. El poder laico y eclesial de la Rus trató de confirmar a Moscú como sucesora de la herencia política, cultural y espiritual de Bizancio. Con este objetivo, en el siglo XVI se inició otra vez la corrección de los libros eclesiásticos según modelos griegos y sureslavos. En el siglo XVII continuó este trabajo y llegó a ser especialmente activo bajo el zar Aleksei, hijo de Miguel (1645-1676). Según estos modelos, se introdujeron cambios en los ritos y rituales de las celebraciones. Uno de los promotores principales de las reformas fue el patriarca Nikón, pupilo del zar. Seguidor de la teocracia, quiso llegar a su expresión más plena en el esplendor externo. Bajo Nikón, las celebraciones en las catedrales centrales se volvieron especialmente pomposas e interminables. Pero Nikón interpretó la teocracia a su modo. En su interpretación, se sobreentendía no tanto la “sinfonía”, la unión de la Iglesia y el Estado, cuanto la nítida supremacía de la Iglesia. Si, en la versión clásica bizantina, el poder estatal debía expresar su sumisión a la fe y a los ideales e intereses de la Iglesia, en la versión de Nikón este poder estatal debía reconocer también, externamente, el predominio de las instituciones y jerarcas eclesiásticos. Parece que los sueños del patriarca estuvieron cerca realizarse. Aleksei, hijo de Miguel, le dio incluso el título de “gran gobernador”, propio de los mismos zares rusos. Pero, al final, las constantes pretensiones de Nikón hicieron desbordar la copa de la paciencia del zar, que veía de forma muy diferente las relaciones de la Iglesia con el Estado. En particular, creó una institución especial para la administración de los bienes de los monasterios (el orden con respecto a los Monasterios) y, luego, el nuevo código jurídico de 1649 contenía las leyes que ampliaron los derechos del Estado frente a la Iglesia, que limitaban sus incrementos en tierras, etcétera. En el concilio de Moscú de 1666, Nikón fue acusado de denigrar al zar y a la Iglesia rusa, de abusar de los poderes y de crueldad en sus relaciones con los súbditos, y fue privado del orden sagrado y enviado al destierro. Pero las reformas eclesiásticas iniciadas durante el patriarcado de Nikón siguieron el mismo espíritu. Los historiadores señalan que Nikón introdujo todo lo griego, del mismo modo que Pedro el Grande introdujo todo lo occidental. Nikón realizó sus innovaciones con bastante dureza, sin prestar mucha atención a las protestas de los enemigos de las reformas. Y había cosas que reformar. En el curso de las reformas de Nikón, se tenían en consideración, ante todo, las exigencias de los poderes estatales y eclesiales en el proceso del máximo acercamiento del derecho, el ritual y el rito eclesiástico a los antiguos modelos bizantinos. Pero durante muchos siglos la Iglesia rusa se desarrolló independientemente: en su estructura externa, en las formas de vida, en los rituales, se notaban diferencias con otras iglesias ortodoxas. Además, la iglesia rusa conservó muchos rituales antiguos, perdidos por los griegos. Existían muchas traducciones de los libros eclesiales en muchas versión, durante el proceso de transcripción de los mismos, y no siempre salía fuera de las variantes de lectura una correcta interpretación de los momentos difíciles. En los siglos XV y XVI comenzaron las tentativas de ajustar los libros litúrgicos y otros libros. Pero los correctores usaron muchas fuentes eslavas y griegas y muchos criterios distintos durante el proceso de corrección de los textos. Por ello, varias ediciones de uno u otro libro tuvieron muchas diferencias esenciales, hecho que sólo aumentó la confusión. Para tal trabajo se necesitaba una seria base investigadora, de búsquedas históricas y textológicas. Desgraciadamente, a causa de los asaltos de los mongoles y tártaros y de los turcos, el nivel de educación del mundo ortodoxo bajó notablemente. Como consecuencia, no era raro que las tentativas, por parte de individuos instruidos, de dirigir la atención del gobierno hacia los métodos de trabajo de los “correctores” encontraran tal reacción, que condujo a muchos al deseo de quitarles el título de doctor. Tampoco los monjes estudiosos, esencialmente griegos, mandados a Moscú por los patriarcas orientales, estuvieron a la altura de su cometido. Prefirieron tomar como modelos los textos contemporáneos en vez de los griegos, sin preocuparse de su fidelidad. Los enemigos de las refundiciones generales al modo griego formularon toda una serie de objeciones. Por ejemplo, plantearon dudas sobre el hecho de que los nuevos libros griegos correspondieran plenamente a la tradición ortodoxa. Aún encontró más protestas la refundición del ritual y la celebración. En la Rus, donde la educación, y también la instrucción, no llegaban a muchos, la primera fuente de enseñanza de la fe era la liturgia. El ritual eclesiástico, durante mucho tiempo, y bastante firmemente, entró en la vida, organizándola y sometiéndola, al menos idealmente, a la acción salvífica del Salvador del mundo, a la percepción del continuo encontrarse ante los amantes, pero también exigentes, ojos de Dios. Ciertos gestos y palabras acompañaban al hombre desde los primeros días de su vida hasta los últimos, fundiéndose en su conciencia con sus emociones y percepciones. El cambio de ciertos símbolos (que expresaban la unión del hombre con lo Alto y lo Sagrado) a otros nunca ocurre sin dolor. Y, en este caso, tal cambio se realizó, además, muy violentamente. En la Iglesia rusa, solía hacerse la señal de la cruz con dos dedos de la mano derecha, gesto que recordaba al creyente la doble naturaleza divina y humana de Cristo. Para un ortodoxo, la señal de la cruz es algo más que el simple memorial de la acción salvífica de Cristo, realizada en la cruz. También es señal de la coparticipación en la salvación, signo de la victoria sobre el mal, expresión de la presencia de Dios en la vida humana, del deseo del hombre de someter su propia voluntad a la del Creador y, de este modo, al proyecto divino de la salvación del mundo. Por ello, hasta el más simple cambio en la forma de hacer la señal de la cruz afectaba profundamente los sentimientos de los creyentes. Por lo que respecta a la gente, el habitual ritual ya había llegado a ser una expresión muy natural de serias emociones religiosas. Durante el patriarcado de Nikón comenzó a introducirse la señal de la cruz hecha “con tres dedos”: en las iglesias ortodoxas orientales del siglo XVII ya se aceptaba en todas partes esta señal hecha con tres dedos, casi tan antigua como la que se hacía con dos dedos. Poner juntos los tres primeros dedos simboliza la unidad de Dios en las tres personas (la Santa Trinidad), y pegar los otros dos dedos a la palma de la mano, las dos naturalezas de Cristo. El nuevo simbolismo se habría aceptado causando menos dolor, pero la presunción de las autoridades (que no quisieron tomar en cuenta los sentimientos de la gente) se había convertido en mero instrumento de la realización de tal ideal. Los organizadores de las reformas acusaron de herejía a los seguidores de hacer la señal de la cruz con dos dedos. Los serviciales “teólogos” fundamentaron la unión simbólica del signo de juntar dos dedos en los dogmas de famosas enseñanzas heréticas. Se hizo lo mismo con respecto a otras disensiones con respecto al rito y el ritual celebrativo: a las desavenencias rituales se les dio carácter de principios, igual que a las diferencias en la fe. Así, el mismo Concilio de 1666 que privó a Nikón del orden sagrado confirmó los nuevos ritos y rituales celebrativos. Los viejos libros y rituales fueron declarados no ortodoxos
Los viejos creyentes
Las decisiones del Concilio de 1666 encontraron una fuerte contestación por parte del clero y de los laicos. Los creyentes no lograban entender la lógica de la acusación que se hacía al viejo ritual y a los viejos libros. Parecía que durante siete siglos después del bautismo de la Rus en la Iglesia rusa florecían las herejías, seguidas por los santos reconocidos en todas partes. No fue fácil reconciliarse con este hecho. Los seguidores de la “vieja fe” declararon “heréticos”, a su vez, a los reformadores. Hasta el modo de escribir el nombre de “Jesús” (Iisus: con dos “ies” y no con una, como antes), la corrección de la ortografía y la gramática de los textos eslavos, su acercamiento a las normas de la lengua rusa de aquel tiempo, fueron tratados como “herejía”. Al principio, las autoridades actuaban, ante todo, persuadiendo. Por parte de los enemigos de las reformas se exigía no tanto el rechazo de los mismos libros y rituales antiguos cuanto las acusaciones dirigidas contra los oponentes reformadores de la apostasía de la justa fe. Pero la protesta de los “viejos creyentes” llegó a ser cada vez más tenaz. Tras las persuasiones y deportaciones, las autoridades pasaron a las encarcelaciones y a crueles castigos. En el pueblo tuvo un fuerte eco la protesta de los monjes del Monasterio de Solovki. Habían rechazado firmemente aceptar los nuevos libros y rituales. Para obligar a los monjes a rendirse, en 1668 el ejército del zar trató de cortar todas las vías de abastecimiento de alimentos al monasterio. Como no pudieron resistir la presión del largo asedio, los monjes fueron los primeros en abrir fuego en 1670, época en la que los ejércitos cumplían la orden de “no disparar contra el monasterio.” Sólo en 1676 el ejército penetró en el monasterio y castigó duramente a sus defensores. No mucho tiempo antes de esto, dos mujeres famosas, vecinas de la corte del zar, hermanas de descendencia boyarda de la familia Sokovniny, aceptaron la muerte por sus convicciones: la boyarda Feodosia Morózova y la princesa Evdokia Urusova. Fueron desterradas a otro monasterio, en el que murieron de hambre en 1675. Muchos confesores de la “vieja fe”, menos conocidos que los dos citadas, fueron martirizados. La “escisión” llevaba detrás gente excepcional. Los jefes de los “viejos creyentes” los protopopes Avvacum y Lázaro, el presbítero de Suzdal Nikita Pustosviat, el diácono Fiodor, el fraile Epifanio y otros fueron predicadores de gran valor y personas de excepcional ánimo. Comenzaron las protestas contra la violencia del poder terrenal sobre el espíritu del hombre y sobre su conciencia, pero en esta oposición ambas partes se mostraron igualmente parciales y predispuestas. Los “viejos creyentes” siguieron la idea de la “tercera Roma” no menos que los reformadores. Pero, según ellos, la aceptación de los “deteriorados” modelos griegos era testimonio de la traición de tal idea. La “tercera Roma” es una realidad última: “la cuarta no existirá”, pues destruir esta realidad corresponde solamente a la obra del Anticristo poco antes del Juicio Final. Si el “deterioro” de la fe llega desde la cima del poder de la “tercera Roma”, se trata de una señal evidente de que ha empezado el reino del Anticristo. El terror ante ello obligó a todos a ver diferencias en la fe también allí donde esencialmente no existían. La escisión con la Iglesia-madre, declarada por los “viejos creyentes” o “seguidores de los viejos rituales” refugio del Anticristo, repercutió sobre los jefes de la escisión tanto como el servilismo ante el poder sobre los defensores de la línea oficial. El recíproco endurecimiento influyó destructivamente en la conciencia cristiana. Al principio de su lucha, el arcipreste Avvacum acusó a las autoridades, con toda razón, de infringir los mandamientos de Cristo: “ЎCon el fuego, con el látigo, con la horca quieren fundar la fe! No sé qué apóstoles han enseñado eso. Mi Cristo no ordenó a los apóstoles enseñar así.” Del modo casi pasmoso en que cambió su concepción del mundo en los últimos años de su vida habla la carta al joven zar Fiodor, hijo de Aleksei. Abbacum escribió a propósito de sus enemigos: “Si tú me lo permitieras, yo sacrificaría en un día, como a perros, igual que el profeta Elías, a estos asquerosos sementales.” La referencia a la imagen veterotestamentaria del profeta Elías no es casual. En el Antiguo Testamento, las narraciones de los hechos crueles eran una veraz representación de las crueldades de nuestro mundo, crueldades que penetran la conciencia y la percepción del mundo de todos los hombres, incluso de aquéllos que escribieron los textos de la Sagrada Escritura y tuvieron parte en los acontecimientos descritos por la Historia Sagrada. La plenitud de la elevación divina en Cristo mostró lo ajena que es esta crueldad al cristianismo. La perdida de la misericordia cristiana de los jefes de la escisión testimoniaba su error, aunque, por otro lado, no justificaba a los opresores de los cismáticos. En abril 1682, por orden del zar, a Avvacum y a sus seguidores se les dio una terrible muerte: fueron quemados vivos. En aquel año se realizaba la vuelta final de las autoridades a la política de sofocar por la fuerza a los cismáticos. Tras la muerte del zar Fiodor, hijo de Aleksei, fueron proclamados zares sus dos hermanos, Iván I y Pedro. En Moscú estalló la rebelión de la guardia imperial, cuyos jefes eran “protectores de las costumbres antiguas”. No sufrieron ningún castigo, ya que prácticamente no existía aún un poder supremo en el estado. Esta situación permitió que los jefes del cisma lograran conseguir el permiso del patriarca Joaquín para la pública competición de los “viejos creyentes” con los seguidores del “nuevo ritual”. Tuvo lugar inmediatamente después de la coronación de los jóvenes zares. La preparación del debate estuvo acompañada por los tumultos del pueblo. Durante la competición, un presbítero de los “viejos creyentes”, Nikita Pustosviat, en presencia de la familia imperial, atacó y golpeó a Atanasio, obispo de Colmogorks. La delegación de los viejos creyentes fue perseguida por los edificios imperiales. Pronto se iniciaron las detenciones y las secuencias de muerte de los jefes de la rebelión de la guardia imperial. El Concilio de 1682, convocado por el patriarca Joaquín, estableció un sistema de represalias contra los “viejos creyentes.” Y en 1685 se proclamaron 12 órdenes que prescribían confiscar los bienes de los “viejos creyentes” y flagelarlos y deportarlos; y la pena de muerte esperaba a quienes, después del inicio de las reformas, “volvían a bautizar en la vieja fe” a las personas bautizadas.
El Período Sinodal
La época de Pedro I también fue crucial para la Iglesia Ortodoxa Rusa. El giro dramático de la vida de la Iglesia, estrechamente ligado a la vida del estado, estaba condicionado por un marcado cambio de la ideología estatal. Como los historiadores de la Iglesia recuerdan, en Bizanzio y en Moscú la Iglesia y el estado “hablaban” la misma lengua. Èsta era la lengua de la teocrática sinfonía bizantina. A partir de Pedro I, el estado adquirió el lenguaje del absolutismo occidental y la correspondiente percepción del mundo. La jerarquía eclesiástica y el pueblo de la Iglesia veían, como antes, en el zar ruso la cabeza del imperio ortodoxo, cuyo sentido principal de la existencia comprendía la conservación de la ortodoxia. Pero el estado veía de otra manera sus relaciones con la Iglesia. El estado proclamó como objetivo principal el “bien” de los súbditos; pero, al mismo tiempo, el propio estado delimitaba tal “bien”, y el sentido de la existencia de la Iglesia veía en este hecho que, a través de él, se podía influir en las costumbres generales. Ya que las costumbres y el comportamiento de los súbditos son una de las preocupaciones del estado, la Iglesia según el parecer de las autoridades laicas cumple las correspondientes obligaciones con respecto al estado. Bajo los sucesores de Pedro I, la Iglesia pasó a ser el “Ministerio para la confesión ortodoxa.” Este nombre fue colocado en los documentos del nuevo y más elevado órgano de gobierno eclesial: el Sínodo sagrado, fundado en 1721. Más de 20 años después de la muerte del patriarca Adriano (1690-1700), la Iglesia rusa no tenía presidente. Sus funciones las cumplía de forma temporal Stefan Iavorski, arzobispo metropolitano de Riazan. Deliberadamente, el zar Pedro no tenía prisa en elegir al nuevo patriarca, esperando que la gente se acostumbrara a su ausencia. No sólo el sínodo santo reemplazó al gobierno patriarcal. Este órgano se sometía indirectamente al gobierno. El estado ruso se volvió un imperio, pero no según el modelo bizantino con dos cabezas, sino según el modelo occidental: con una sola cabeza laica. En las actividades del Sínodo, cuyos miembros eran personas del orden clerical, también participaba un laico: el procurador general, “ojos y orejas” del poder laico. En el siglo XVIII, con su moda del libre pensamiento, entre los procuradores generales se encontraban hasta ateos convencidos. En el siglo XIX, el procurador general pasó a ser presidente real del Ministerio para la confesión ortodoxa. En el siglo XVIII, la Iglesia fue privada de casi todas sus propiedades de tierras, y sus bienes fueron controlados por el gobierno. El bienestar de los jerarcas, especialmente los que fueron miembros del Sínodo, dependía del sueldo estatal. Los presbíteros fueron obligados a denunciar a las autoridades todo aquello que podía ser peligroso para el sistema estatal. Si estas noticias se recibían durante la confesión (cuando el presbítero se pone delante de Dios como testigo del arrepentimiento del hombre por los pecados cometidos), entonces el sacerdote debía romper el secreto de confesión, algo que, según las leyes eclesiásticas, es delito. El reforzado control burocrático, junto con la prepotencia de las autoridades, convirtió al clero en una “clase social asustada”. Y su autoridad en la sociedad comenzó a decaer. En esta época, un misterio acompaña la vida de la Iglesia en el período sinodal: ser obediente a los nuevos órdenes es algo que, en profundidad, la Iglesia no aceptó nunca. Esta ausencia de aceptación no se manifestaba en protestas activas o pasivas (aunque también tuvieron lugar tales procesos y, como consecuencia de ellos, bastantes jerarcas y laicos pagaron con su propia cabeza). Como contrapeso a la presión policíaca y burocrática, en la Iglesia nacieron procesos en los que se entreveía la plenitud de la libertad espiritual interior. Así, la Iglesia rusa del siglo XVIII fue iluminada por la sabia mansedumbre de san Tikón de Zadonsk (1724-1783). Como obispo, se distinguió por un desinterés absoluto, una modestia incomparable, un especial talento en la educación del clero, en el que no admitía los castigos carnales habituales en aquella época. San Tikón se hizo célebre como escritor eclesiástico, iluminador y hombre de caridad. Los últimos dieciseis años de su vida los pasó “jubilado” en el monasterio de Zadonsk, pero, de hecho, trabajando sin parar, uniendo la vida de oración al escribir, acogiendo a los peregrinos y curando a los enfermos. Precisamente en esta época se inicia el renacimiento de una especial empresa heroica de los monjes: la oración silenciosa o “acción mental”. Esta tradición, nacida en Bizancio y casi totalmente desaparecida en la Rus en el siglo XVIII, se conservó en el monasterio del monte Athos. De allí la llevó a las tierras de Moldavia un monje ruso: Paisy Velichkovski, más tarde archimandrita del monasterio de Niamez en los Cárpatos. Es conocido por sus trabajos espirituales y bíblicas. El principio del siglo XIX está marcado por la silenciosa fama del venerado Serafín de Sarov, hacedor de milagros (1759-1833). Sus ingenuas conversaciones con los peregrinos son ejemplo de la iluminación sin libros, que permitió la comprensión de la fe ortodoxa tanto a la gente simple como a los estudiosos. El siglo XIX es la época de floración de los staretz. En la jerarquía eclesial no hay un grado denominado staretz (maestro y director). No se puede ordenar a nadie como staretz, ni simular serlo; el staretz sólo puede ser reconocido por el pueblo de la Iglesia. Tal nombre lo recibieron personas individuales. De una gloria particular se han cubierto los staretz del Desierto de Optina, que se convirtió en lugar de auténtica peregrinación de la gente simple y la inteligencia. Los staretz fueron, ante todo, monjes, representantes del clero negro. Pero también son conocidos los staretz del clero blanco, que estaban casados, como, por ejemplo, el sacerdote moscovita Aleksei Meciov, muerto en 1923. El período sinodal en la historia de la Iglesia rusa es una época de aparición de toda una red de instituciones escolásticas y, entre ellas, también academias. En el siglo XIX, los profesores de estas academias podían honrar a cualquier universidad, e incluían a muchos estudiosos famosos. En este período, en la sociedad, que a veces estaba casi unida ideológicamente, aparecieron tendencias ideológicas de varios tipos, muchas de las cuales eran abiertamente contrarias a la Iglesia. El desarrollo del capitalismo en Rusia y los cambios de las condiciones de vida destruyeron la habitual ritualidad cotidiana, ligada a las formas históricas de la ortodoxia. La estrecha unión entre el estado y la Iglesia en Rusia tuvo como resultado que las complicadas estructuras sociales, administrativas e, incluso, económicas se confunderan, en su mayoría, con la ortodoxia en la conciencia de la gente. Por ello, la defensa de estas estructuras y relaciones fue entendida por muchos como una defensa de la fe y su falta de aceptación se entendía como renegar de la Iglesia. La defensa de la Iglesia por parte del estado se realizaba a veces con medios violentos y torpes, que sólo producían daño a la ortodoxia a los ojos de las personas de otras confesiones o a quienes no la conocían bien. Por ejemplo, durante mucho tiempo los funcionarios estatales estuvieron obligados a presentar a las propias autoridades información sobre si el presbítero había observado el ayuno en el tiempo prescrito y si recibía los sacramentos ortodoxos; existían leyes que amenazaban con un castigo por pasar de la ortodoxia a otra fe, como, por ejemplo, los “viejos creyentes”. De los contrastes de la Iglesia rusa, de lo destructivo de su formalismo en la observación de las órdenes eclesiásticas, de la corruptora influencia sobre su vida de los intereses y humores laicos escribieron los santos rusos del siglo XIX san Ignacio Brajcianinov, san Teófano el Recluso y otros. En la Iglesia maduraron muchos problemas que exigían una decisión conciliar. Sin embargo, las autoridades consideraban inoportunas la convocatoria del concilio local y el restablecimiento del patriarcado en la Iglesia rusa. El concilio sólo tuvo lugar tras la revolución de febrero de 1917.
La iglesia rusa en el siglo XX
Entre las muchas opiniones sobre la suerte de Rusia al principio del siglo XX, también se menciona que esta suerte pudo tomar otros rumbos si el poder estatal hubiera permitido convocar, en el tiempo oportuno, el concilio local de la Iglesia ortodoxa rusa. Pero tal concilio se inauguró precisamente en agosto de 1917 y tuvo lugar hasta septiembre de 1918. El concilio tomó decisiones sobre las cuestiones más candentes de la vida eclesiástica. Se restableció el patriarcado en la Iglesia rusa y san Tikón (Bielabin) (1865-1925) fue elegido patriarca de Moscú y de todas las Rusias. Se concedió la elección de los obispos por el clero y los laicos de las diócesis; de igual modo, el empleo, en las liturgias, no sólo del paleoslavo, sino también del ruso y otras lenguas. Se ampliaron los derechos de las parroquias; se establecieron medidas con respecto a la consolidación de la actividad misionera de la Iglesia y de la más amplia participación de los laicos en ella. Pero las reformas se iniciaron demasiado tarde. El estado ateo abrió una lucha planificada contra la Iglesia. El decreto de 1918 sobre la separación de la Iglesia del estado privó a la Iglesia del derecho a tener una personalidad jurídica y a administrar la propiedad privada. En los años de la guerra civil, entre 1920 y 1930, las matanzas de los sacerdotes tuvieron un carácter masivo. Al principio de la década de 1920, se dió a la Iglesia un golpe destructivo: fue acusada de que rechazaba entregar los objetos eclesiales de valor para salvar a la gente que padecía hambre en la región del Volga. En realidad, la Iglesia no se negó a tal ayuda; sólo protestó contra los saqueos de los templos y contra la profanación de las iglesias. Por todas partes se empezó a llevar a juicio a los presbíteros. Durante esta campaña se condenó a la mayor parte de los jerarcas, el patriarca Tikón entre ellos. San Veniamin, arzobispo metropolitano de Petrogrado, y muchos otros fueron martirizados. En la declaración de 1927, la Iglesia expresó lealtad al poder soviético en el nivel social, sin ninguna concesión en el ámbito de la fe. Este hecho, sin embargo, no detuvo las represalias. Antes de 1940, en el territorio de la Unión Soviética sólo quedaban algunas decenas de iglesias abiertas, cuando en vísperas de octubre de 1917 había más de ochenta mil iglesias ortodoxas en Rusia. Muchas fueron destruidas, entre ellas la iglesia de Cristo Salvador de Moscú, memorial de gratitud a Dios por la redención del enemigo y la victoria en el guerra nacional con los franceses de 1812. Si en 1917 el clero ortodoxo lo componían unas trescientas mil personas, en 1940 la mayoría de los presbíteros ya no estaba entre los vivos. Célebres personalidades de la cultura y los mejores teólogos de Rusia murieron en las cámaras de tortura o en los campos de concentración, como el padre Pavel Florensky, filósofo y teólogo; o bien huyeron del país, como Semyon Frank, Nicolai Berdiaev, Nicolai Lossky, Vladimir Lossky, el protomonje Sergei Bulgakov y muchos otros. En la década de 1920, la Iglesia también recibió un golpe desde dentro. Una parte del clero renegó de la Iglesia patriarcal. Los activistas de un movimiento de renovación declararon la fundación de la “Iglesia viva”, simpatizante de los ideales de las autoridades soviéticas y llamada a renovar la vida religiosa. En verdad, algunos renovadores querían creer sinceramente que los ideales evangélicos podían alcanzarse por el camino de la revolución social. El jefe del movimiento, Aleksandr Vviedensky, con sus atenciones a las nuevas autoridades buscaba adormecer su vigilancia para poder combatir el ateísmo. Pero las autoridades seculares no eran propensas a reconciliarse con la “propaganda religiosa”. El tiempo de las disputas pasó velozmente, y los reformadores empezaron a entender, a fin de cuentas, que se les instrumentalizó en la lucha contra la Iglesia. Tratando de bailar el agua a las autoridades, los reformadores subrayaban su rapidez en “servir el pueblo”. Para “acercarse al pueblo” introdujeron cambios arbitrarios en el orden de las celebraciones y quebrantaron bruscamente el canon eclesiástico. También los cambios en la vida de la Iglesia que bendijo el Concilio local de 1917-18 adoptaron formas de modo bastante caricaturesco. En verdad, durante los dos mil años de la existencia de la Iglesia el ritual cambió fuertemente, pero nunca las innovaciones fueron un objetivo en sí mismo. Su tarea consistía en mostrar más plenamente la invariable fe de la Iglesia y en transmitir su enseñanza. Las innovaciones tuvieron más o menos fortuna. Pero las realizadas en los años 1920-30 se convirtieron en tal prueba y tentación de la Iglesia que muchos creyentes empezaron a asociar en su conciencia aquellas innovaciones con todas las demás, hasta las que se basaban en la tradición. Las autoridades de la Unión Soviética cambiaron su relación con la Iglesia sólo cuando la existencia del país estuvo bajo amenaza. Durante la II Guerra Mundial de los años 1941-45, la persecución indirecta se calmó. En poco tiempo se abrieron cerca de diez mil nuevas iglesias. En 1943, la Iglesia rusa tuvo de nuevo su patriarca. Llegó a serlo el arzobispo metropolitano Sergei (Stragorodsky) (1867-1944). Con su patriotismo durante los años de la guerra, la Iglesia demostró con los hechos que compartía la suerte del pueblo. Es difícil definir con una sola palabra la actividad del patriarca Sergei. Por una parte, su lealtad con las autoridades soviéticas llegó a tal punto que el poder no contó prácticamente más con la Iglesia; por otra, precisamente esa política no sólo permitió conservar la Iglesia, sino que incluso ofreció la posibilidad de un subsiguiente renacimiento. A principios de la década de 1960, las autoridades endurecieron de nuevo la política contra la Iglesia. Aunque la oleada de persecuciones se calmó, el número de iglesias siguió disminuyendo (de 7523 en 1966 a 6794 en 1986). La recuperación de la actividad de la Iglesia ortodoxa rusa comenzó nuevamente en 1987. Ahora la ortodoxia une a personas de diferente educación y formación, a representantes de varias culturas y nacionalidades, a seguidores de distintas ideologías y doctrinas políticas. Entre los teólogos y grupos de fieles disgregados pueden surgir divergencias en cuestiones que afectan a la dogmática, la vida interior de la Iglesia, las relaciones con otras religiones, etcétera. A veces, el mundo irrumpe en la vida espiritual de la Iglesia y le impone sus prioridades y valores. En otras ocasiones, es el comportamiento de algunos fieles ortodoxos el que se convierte en un obstáculo patente en el camino de las personas hacia la ortodoxia. La historia da fe de que la Iglesia Ortodoxa ha sobrevivido en las situaciones históricas más complicadas. Las condiciones jurídicas y económicas, las doctrinas ideológicas pudieron favorecer su vida espiritual y su servicio general, o bien obstaculizarlos. Pero estas condiciones no fueron nunca plenamente favorables, y no influyeron nunca decisivamente en la ortodoxia. El contenido de la vida interior de la Iglesia quedó delimitado, ante todo, por su fe y enseñanza. El patriarca de Moscú y de todas las Rusias Aleksei II ha dicho: “La iglesia no ve su misión en la organización social… sino en el único servicio, mandado por Dios, a favor de la salvación de las almas. Este es su objetivo principal que ha cumplido en todas las épocas, bajo todas las formaciones estatales”.
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¿No te gusta Dickens? Nadie puede discutir lo entretenido que es | Libros
yoPuede parecer una observación trillada aplaudir a nuestro amigo mutuo por ser tan divertido. Quizás en el curso normal de las cosas, pero en estos tiempos, parece un milagro. La lectura de Dickens durante la semana pasada ha sido positivamente medicinal. Tome esta descripción de un hombre querubín llamado Wilfer: "Era tan infantil en sus curvas y proporciones, que su antiguo maestro de escuela que se reunió con él en Cheapside, no pudo resistirse a la tentación de golpearlo en el acto ".
O este intercambio maravillosamente incómodo:
"¿Cómo conseguiste tu pierna de madera?"
El Sr. Wegg respondió (tártamente a esta consulta personal): "En un accidente".
"¿Te gusta?"
"¡Bien! No necesito mantenerlo caliente", respondió el Sr. Wegg, en una especie de desesperación causada por la singularidad de la pregunta.
O la descripción de Dickens de los nuevos suburbios en desarrollo en el suroeste de Londres:
Estaban en un vecindario que parecía un vecindario de juguetes tomados de bloques de una caja por un niño de espíritu particularmente incoherente, y colocados de todos modos; aquí, a un lado de una calle nueva; allí, una gran casa pública solitaria que no se enfrenta a nada; aquí, otra calle inacabada ya en ruinas; allí, una iglesia; aquí, un enorme almacén nuevo; allí, una vieja villa en ruinas; luego, una mezcla de zanja negra, marco de pepino brillante, campo de hileras, huerta ricamente cultivada, viaducto de ladrillo, canal arqueado y un lío de ceño fruncido y niebla. Como si el niño hubiera pateado la mesa y se hubiera quedado dormido.
Dickens pidió ser citado en detalle. Aun así, eliminar estas líneas de su contexto reduce parte de su impacto. La mejor manera de apreciarlos es durante una inmersión completa, junto con todas estas otras frases gloriosas y con el beneficio completo del exquisito sentido del momento cómico de Dickens.
Además de los momentos hilarantes, hay tanto horror gótico, indignación moral, absurdo humano, tensión dramática. Hay una escena al final de la segunda parte (que no voy a estropear) que es extremadamente urgente, en la que Dickens logra generar una tensión increíble a partir de la pregunta de si alguien cerrará o no libro que leyó. La única razón por la que me da vergüenza decirte que golpeé el aire con placer cuando recibí la respuesta es que es un que cliché
Nuestro amigo mutuo es maravillosamente entretenido, lo cual es lo suficientemente bueno para mí y, famoso, no lo suficientemente bueno para muchos. John Mullan proporcionó una cita muy reveladora en su excelente reseña del nuevo libro de AN Wilson, El misterio de Charles Dickens, en el que comparte el veredicto de Philip Larkin sobre Grandes expectativas: "Di lo que amas sobre Dickens como artista, no puede ser considerado un verdadero escritor; No es un verdadero novelista. "
Mullan señala que Larkin continúa: "Sin embargo, disfruté mucho de GE y puedo probar otro pronto".
Otros también han tomado una opinión aparentemente contradictoria. Uno de mis ejemplos favoritos es Ford Madox Ford, quien escribió en su último libro tristemente pasado por alto, The March of Literature, que Our Mutual Friend fue "una actuación muy lánguida". (Como si fuera una crítica cuando tanto tiempo en la novela es parte de la alegría). "En cuanto a la forma", escribió Ford, Dickens es "terriblemente malo", pero luego comienza a alabar Dickens como artista:
Al igual que Homero, nos dio un mundo, y sus escritos fueron épicos porque sus ilustraciones de la vida provenían de los objetos populares más comunes. Y es imposible no ver que el anglosajón era un mundo doble mejor porque lo había cruzado. No podría estar en compañía de Dickens … sin volverse más benevolente, sin desarrollar una especie de imaginación comprensiva con respecto a sus semejantes en este mundo trágico.
Ford termina su apreciación brillantemente, blandiendo los famosos párrafos iniciales de Grandes Expectativas como el trabajo de un "maestro estilista". Ford simplemente copia estos párrafos para que sus lectores puedan admirarlos, dejando la página en sí como sin palabras de admiración.
Este es un consejo que usaré aquí para terminar nuestra primera semana con nuestro amigo mutuo. Solo considere esta apertura magistral de la tercera parte de la novela:
Era un día de niebla en Londres, y la niebla era densa y oscura. Animate London, ojos brillantes y pulmones irritados, parpadeó, siseó y se ahogó; El Londres inanimado era un fantasma hollín, dividido en su objetivo entre ser visible e invisible y, por lo tanto, no ser ni uno ni el otro. Las lámparas de gas se encendían en las tiendas con un aire demacrado y desvergonzado, sabiendo que eran criaturas nocturnas que no tenían actividad en el extranjero bajo el sol; mientras que el sol mismo, cuando estuvo levemente indicado por unos momentos a través de remolinos de niebla, se mostró como si hubiera salido y colapsado plano y frío. Incluso en el país circundante, era un día de niebla, pero allí la niebla era gris, mientras que en Londres estaba, casi al límite, amarillo oscuro y un poco nublado. interior marrón, luego más marrón, luego más marrón, hasta el corazón de la ciudad, que se llama Sainte Marie Axe, era de color negro oxidado. Desde cualquier punto en la alta cresta de tierra hacia el norte, se podía discernir que los edificios más altos a veces se esforzaban por poner sus cabezas sobre el mar brumoso, y especialmente que los altos La cúpula de San Pablo parecía morir mucho; pero eso no se notaba en las calles a sus pies, donde toda la metrópoli era un montón de vapor cargado de un ruido amortiguado de ruedas y envolviendo un catarro gigantesco.
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Qué ver en Biarritz
Nuevo artículo publicado en https://www.absolutviajes.com/que-ver-en-biarritz/
Qué ver en Biarritz
En el denominado País Vasco Francés nos encontramos con Biarritz. Se ubica al suroeste de Francia en la región de Aquitania. Es uno de los destinos más queridos por los turistas y hoy sabemos el porqué. Si quieres saber qué ver en Biarritz o qué hacer, nosotros te proponemos una serie de planes perfectos para ti y tu familia.
Tanto su arquitectura, sus palacios o villas son algunos de los puntos que podemos disfrutar en un lugar como este. Sin olvidarnos de sus espectaculares playas, que también bien se merecen un paseo por todas ellas. Ya que es otra de las cunas del surf y hasta sus aguas se recomendaban en el siglo XIX por sus propiedades terapéuticas.
Qué ver en Biarritz, sus playas
Tanto si la visita es en verano como en otra época, un paseo por sus playas bien merece la pena. Será todo un espectáculo natural que recordarás. Son más de seis kilómetros de playa que tiene Biarritz, con fina arena y algas que son las que le añaden más yodo a dichas aguas. De ahí que antes comentáramos que tenían propiedades terapéuticas. Entre todas ellas destacamos la Playa de Miramar que se ubica entre el Faro y el Hotel du Palais.
La denominada como Playa Grande es la más conocida o principal del lugar. Siempre fue la que más aglomerada estaba gracias a sus propiedades para la salud. Está muy próxima a la zona de comercios y bares. En el puerto viejo nos encontramos con la Playa Port Vieux, que es una zona más protegida de los días de viento. Claro que para los surfistas, nada como la Playa Cote des Basques. Mientras que en la parte sur de Biarritz, encontrarás la Playa Milady, donde suelen acudir las familias.
Hotel du Palais
Lo hemos mencionado al hablar de las playas y desde luego, tenemos que volver a hablar de él. Si estás pensando qué ver en Biarritz, este es una de esas paradas obligadas. Fue construido para ser la residencia de verano de la mujer de Napoleón III, Eugenia de Montijo. Se levantó en el 1854 y si hablamos de su estilo, se le conoce como el estilo Napoleón III o Segundo Imperio. En el año 1893 se convirtió en un hotel con cinco estrellas. Como curiosidad hay que decir que tiene forma de E, en honor al nombre de Eugenia. Además de las 154 habitaciones, también tiene tres restaurantes, un spa con gimnasio y campo de golf.
El Casino de Biarritz
Otro de los puntos más emblemáticos es este. Cuenta con una arquitectura Arte Decó, fue construido en el año 1929, aunque en los años 90 fue renovado. Se encuentra situado junto a la playa y es en él, donde también podemos disfrutar de un teatro así como de una piscina. Al estar ubicado justo en el centro de la ciudad y al lado de la playa, también es otro de los puntos turísticos más comunes.
La Roca de la Virgen
La roca es una especie de islote que estaba unido a la zona de costa por un puente de madera. Pero tiempo después lo hicieron más seguro al conectar una pasarela de hierro. Es en la roca donde hay una figura de la Virgen. Se dice que fue colocada por unos pescadores después de una noche en el mar bajo una gran tormenta. Además de la leyenda, este lugar cuenta con unas vistas increíbles a la zona de playas y de la propia ciudad. Por lo que cuando te preguntes qué ver en Biarritz, este es otra de las zonas a tener en cuenta.
La iglesia de San Martín
Fue la primera iglesia construida en este lugar. La Iglesia de San Martín es uno de los puntos más antiguos de la ciudad. Cuenta con un estilo gótico y se dice que fue levantada en el siglo XII, aunque tanto en el siglo XV como XVI, fue restaurada. Tiene una nave abovedada y junto a esta iglesia se encuentra el cementerio, con las lápidas que nos ofrecen una visión de corte medieval de esta ciudad.
Faro de Biarritz
No podemos olvidarnos del Faro que está situado a más de 73 metros de altura y que fue construido en el 1834. Desde este lugar, podrás tener una nueva visión de tipo panorámico de la ciudad. Por lo que se hace otra de las paradas imprescindibles de Biarritz.
Qué ver en Biarritz, el Puerto de Pescadores
Aunque hubo un tiempo en el que sí era el puerto de los pescadores, hoy en día ha cambiado de fin. Ya que se trata de otro de los puntos turísticos más aplaudidos de lugar. Ya que las pequeñas casas de los pescadores se han convertido en lugares típicos, en bares y restaurantes. Aquí podrás degustar unos buenos platos de pescado así como de marisco.
Iglesia de Santa Eugenia
En la zona del paseo marítimo y próxima a Port Vieux se encuentra otro de los puntos qué ver en Biarritz. Ya que hablamos de la iglesia de Santa Eugenia. En este caso, su estilo se sitúa en el neo-gótico, ya que fue construida allá por el año 1898 y dedicada a la emperatriz Eugenia. También por esta zona llegarás a la calle comercial y cerca de ella, a los bares y restaurantes mencionados.
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La provincia de Valencia alberga numerosos tesoros: vestigios arqueológicos del medievo que hoy se alían con su entorno natural para crear una atmósfera atrayente al turista. Un ambiente de paz y sosiego que sirven de anzuelo para captar cada año a muchos turistas ávidos de momentos de relax, alejados del bullicio de la urbe. La ruta de los monasterios es el mejor de estos ejemplos: un itinerario -a pie o en coche- por la riqueza histórica y cultural de las tres comarcas interiores de Valencia (Ribera, Safor y Vall d"Albaida). Un paisaje salpicado por el monasterio de la Murta (Alcira), Aigües Vives (Carcaixent), Santa María de la Valldigna (Simat de Valldigna) y Sant Jeroni de Cotalba (Alfauir). La "Ruta dels Monestirs" va más allá de lo que indica su nombre y no sólo permite admirar la belleza ancestral de estos monasterios sino también el resto de patrimonio cultural y natural de 17 municipios de la zona: partiendo desde Gandía y finalizando en Alcira. Si partimos de Gandía, antes de adentrarnos en la ruta monacal, no hay que pasar por alto visitar el Palacio Ducal (s. XIV) donde nació San Francisco de Borja. Digno de admirar son su patio de Armas y la Galería Dorada. Parada en Sant Jeroni de Cotalba Tras este breve apunte a la historia gandiense, la primera parada propiamente dicha será en el monasterio Sant Jeroni de Cotalba (20 minutos en coche desde Gandía, dirección suroeste). Sirvió para acoger a los monjes Jerónimos que huyeron del monasterio de Xàbia por los ataques de los piratas. La vetusta torre de las campanas, el doble claustro renacentista, la iglesia, el jardín romántico y hasta una escalera de caracol gótica son algunos de sus principales encantos. Antes de fijar en el mapa nuestro próximo destino: el monasterio-convento del Corpus Christi (unos 25 minutos en coche), se puede hacer un alto para divisar a las afueras de Alfauir (dirección sureste), las ruinas del castillo de Palma, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Antes de alcanzar Corpus Christi, se puede asimismo hacer una nueva parada en Llutxent, con su castillo palacio medieval (atención a sus almenas y artesonados originales). A 5 minutos en coche del casco urbano (dirección norte) nos encontramos ya el legado dominico del Corpus Christi (año 1422). Este monasterio, sede de la primera universidad valenciana, destaca por su austera fachada (propia de la Orden). Es indispensable observar con calma el claustro cuadrado, el refectorio gótico y la sala capitular. Reminiscencias del gótico valenciano A mayor distancia, 50 minutos en coche dirección noreste, está el monasterio de Santa María de la Valldigna (Simta de la Valldigna), fundado por Jaume II en 1298, gracias a la cesión de tierras que hizo al abad de las Santas Cruces para instaurar una nueva fundación cisterciense. Tiene huellas del gótico valenciano y el barroco -por las varias reconstrucciones a las que se sometió- y dentro del conjunto, aún bien conservado, sobresale un templo y capilla dedicada a la Virgen de Gracia. De su historia, llama la atención que fue abandonado por los monjes tras la desamortización de Mendizábal (1835). Pasó a propiedad privada y posteriormente fue adquirido por la Generalitat para recuperarlo con fondos públicos y conseguir la denominación de Bien de Interés Cultural (BIC) y de Patrimonio Histórico de España. A 20 minutos en coche al noroeste, nos topamos con el monasterio D"Aigües Vives, del siglo XV. Su claustro y la decoración interior de estilo barroco así como la capilla de una sola nave son lo más destacado de esta construcción que fue donada a los frailes ermitaños agustinos. Curioso es su cambio de dueños: pasó de los agustinos a los barones de Casanova (tras la desamortización de 1835); se reformó para hotel residencia en la década de los 70 del pasado siglo y aún hoy sigue vinculado al uso hostelero. Está en el término municipal de Carcaixent por lo que una visita a este municipio es casi obligada antes de proseguir nuestro periplo por los monasterios valencianos. La cuna de la naranja valenciana Ojo a un apunte histórico relevante de Carcaixent: es la cuna de la naranja valenciana. En terrenos de su término municipal se plantaron los primeros naranjos a instancias de un párroco local del siglo XIX. Plantó la semilla de lo que hoy es una de las actividades económicas más relevantes de la región. Pero, anécdotas aparte, se trata de un municipio muy turístico. Posee uno de los pocos ejemplos de las iglesias de la Reconquista (San Bartolomé de Cogullada y La Asunción) o la ermita de Sant Roc de Ternils (s. XIII). Digno de admirar es también el Palacio de La Marqueseta, con su bella decoración interior de azulejos y retablos cerámicos, o las casas modernistas distribuidas por la trama urbana, pertenecientes a la aristocracia de finales del XIX. La ruta de los monasterios la acabaremos en Santa María de la Murta pero para ello pasaremos antes por Alcira, municipio con cerca de 45.000 habitantes, donde es de obligado cumplimiento un paseo por su casco histórico, declarado BIC. Allí, encontramos la iglesia barroca arciprestal de Santa Catalina (s. XIII) o el Consistorio (palacio gótico-renacentista). A 25 minutos en automóvil, dirección este, llegaremos al monasterio de Santa María de la Murta, fundado por los monjes jerónimos entre el siglo XIV y el XV. En su construcción se da prioridad a la iglesia mientras que el resto de las dependencias se sitúan alrededor del claustro central. La torre de los palomos y el portal renacentista son algunos de los detalles a los que hay que prestar atención. Recorrer esta ruta a pie es igualmente recomendable o quizá más, porque a la riqueza patrimonial uniremos el disfrute de la riqueza paisajística por parajes y senderos naturales que resaltan la belleza de estas comarcas. La ruta de los monasterios se inauguró en 2008. Han pasado ya nueve años que han servido para redescubrir el patrimonio del interior de la provincia valenciana.
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Depende arquitectura gótica clásica, tiene que ir a Colonia, Alemania. La catedral de Colonia, con sus altas torres y torres exquisita estructura fina conocida en todo el mundo! Es un ejemplo de la arquitectura gótica, construida en 1248, después de varias idas y vueltas, hasta 1800 se construyó, dos eran altos aguja de la iglesia 157.31 metros y 157.38 metros, debido a que el alto y majestuoso, por lo que uno también puede ver Colonia a las aguja de la iglesia en el sol que brilla como un magnífico palacio suelo.
atracciones de Colonia no es mucho, pero es famoso, es la catedral de Colonia. Este edificio fue construido miles de años, se convirtió en el hazmerreír de Europa. Debido a que no ha podido completar la aguja. Pero los 157 metros de altura, la catedral de Colonia es un milagro de hecho, toda la estructura de mampostería, todo espacio intermedio relleno de plomo, ha experimentado la Segunda Guerra Mundial y ha sobrevivido, además de la superficie es el humo negro de la guerra. Pero más cuidado, dijo su majestuosidad y el impulso. 507 escalones de piedra en círculo, de pie en la parte superior de la vista de la iglesia, a vista de pájaro de Colonia, el Rin, tales como el raso, cuatro volea pone el puente, carreteras, vías férreas densa tela de araña, que se eleva la torre de televisión en Colonia como decirle centro de medios alemán logros.
Era un domingo, el culto de la iglesia de Colonia celebrado, rezar una gran cantidad de personas, para poder ver el Obispo leer la palabra santa, voz profunda y baja, gran impedimento – persiste en iglesias llenas se hizo eco profundas personas, impactantes al lado del alma elevada …… un enorme órgano, colgando en el aire, una hermosa voz de acompañamiento, como si en el coro de oración silenciosa por la gente a orar.
Fuera de la iglesia y animado ambiente en el interior muy diferente, como en el carnaval celebrado en la plaza. Chupete niño de pecho, obediente cochecito que se sienta que recorre con su madre y su padre; inquietos adolescentes en la multitud pasear por la relajación de carrera de patinaje eléctricamente a acariciar vagabundeo; concierto de la plaza hermosa melodioso sonido del piano; una amplia variedad de músicos callejeros que realizan una cubierta para los visitantes pinturas, dibujaron estallidos de aplausos …… toda cuadrados inmerso en un mar de alegría incomparable. Me gusta mucho esta fiesta una atmósfera de humor agradable, fácil, gratuito.
He oído que hay muy pocos ríos europeos conocidos, como la música flotando Capriccio Danubio Azul, a mantener la huella poeta Thames, perfume emana Sena con encanto de lujo, existe la Colonia y Frankfurt habitación – apasiona Rin. Las hermosas orillas del Rin, villas y pueblos acertaron agua fría, hierba verde y azul cielo contraste, colinas verdes y el poderoso barco fluir juntos …… poética, hermosa intoxicante.
Colonia es una ciudad cosmopolita que las naciones tienen, en la que rara vez se siente la vergüenza de un extranjero. Tolerante a la ciudad de Colonia particularmente fuerte, incluso homosexuales, que todos entendemos. Por lo tanto, creó la capital gay de Alemania. Colonia ○○ alrededor de un millón de personas, una décima parte de ellos son homosexuales, vio a dos hombres tierno es normal en la calle. No se complique. Especialmente la ciudad de Colonia es mucho turcos, e incluso algunos enclave turco, incluso la máquina de billetes de autobús, detallar que tiene bien turca. Hace poco más divertido está sincronizado cine turco comenzó la reproducción, y esto también provocó una gran discusión en los medios de Colonia.
Universidades de Colonia es un lugar de reunión, no se ven en ninguna otra cosa, para calcular la Universidad de Colonia y el colegio profesional de Colonia, el número es de decenas de miles. Junto con la Academia de Música de Colonia, Alemania, Instituto de Educación Física, Instituto de Medios y varias universidades privadas juntos en la construcción de la prosperidad de las Universidades de Colonia.
Colonia clima es extraño e impredecible. Obviamente, en el momento o con sol, instante en que comenzó a llover. Mirando hacia atrás en la previsión del tiempo, en realidad hay cuatro iconos, desde soleado, lluvioso, día nublado, la nieve, todo para cubrir, sonreír a la gente. Pero también es un reflejo de las características del tiempo en Colonia. En general, el multi Colonia nublado especial, en ocasiones hasta el punto de lluvia ligera, es muy típico. Creo que si más tarde los estudiantes en Colonia, probablemente se extenderán las palabras, Colonia de tiempo – no es una cuasi! Gran diferencia de temperatura entre el día y la noche, con las “capas comienzo de la tarde de roscado de desgaste, Weizhehuolu comiendo sandía,”, las palabras para describir no excesiva. A menudo se ve en la calle con una camiseta y el desgaste chaquetas gruesas reúnen para charlar, es imposible de imaginar en China. Colonia sigue siendo lugares relativamente húmedos. Bayern recordar cuando, si usted compra el pan se olvidó de recoger buena, al día siguiente en un pan-cuasi duro y seco! Aunque húmeda, pero nunca como Sichuan como húmedo en la habitación, poner una olla de agua sigue siendo muy necesaria, o de lo contrario se sentirá fosas nasales secos. En Europa Occidental, el suroeste de Alemania, la temperatura es mucho mayor que en Francia y los Países Bajos – todavía se siente el verano, el tiempo es soleado, clima agradable, la gente disfrutar plenamente de la caricia del sol, sentado en la hierba bajo el sol, como un ángel niño en la Tierra nalgas desnudas jugando en el juego con agua, inocente, preciosa.
Colonia, Alemania, la ciudad de sueño gótico Danubio Azul was originally published on ViajeTV
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Video
youtube
(vía https://www.youtube.com/watch?v=7j3p9frKiIA)
Viaje realizado entre los días 13 y 24 de agosto 2016.
Queremos describir desde nuestro punto de vista los monumentos que hemos visitado y los lugares donde nos hemos tomado algo. A estos vídeos los llamaremos como "Clotxa CoolTour". Clotxa no acepta dinero ni recompensas para favorecer sus críticas. Todos nuestros comentarios los realizamos desde nuestra experiencia, sin ningún conflicto de intereses y sin intención de herir sensibilidades. El objetivo de la filmación es compartir cultura artística, histórica, gastronómica y social.
Monumentos y atracciones visitados:
1.Cité de l'Espace (*****)
http://es.cite-espace.com
2.Fundation Bemberg (*****)
http://www.fondation-bemberg.fr/fr/home.html
3.Crucero por el Garona (****)
http://resavacances.toulouse-tourisme.com/fr/voir-faire/a1161773/croisiere-avec-les-bateaux-toulousains/afficher-les-details?filter=c%3D30078
http://www.bateaux-toulousains.com/es/12-cruceros-paseo
Restaurantes, cafeterías y bares:
1.Cafetería bar de la Cité de l'Espace (***)
2.Mc Donal's Place Capitol (****)
Toulouse
Breve historia
Las evidencias arqueológicas remontan la presencia humana en Toulouse en el siglo VIII a.C. Desde la antigüedad la ciudad era llamada Tholosa, y la mayoría de las investigaciones coinciden en que posiblemente se trate de un término derivado del antiguo idioma aquitano, emparentado con el vasco antiguo, pero su significado exacto se desconoce. De los aquitanos no queda casi nada, luego llegaron los íberos y hacia el s. III aC se asentó una tribu gala de origen celta llamados los Volcas tectósages, procedentes del actual Benelux o Alemania. Éste sería el primer pueblo indoeuropeo en echar raíces.
Luego fue absorbida por el Imperio romano pero mantuvo un papel importante con la explotación de sus minas de oro y plata, la construcción de la Via Aquitania y el comercio. A continuación el reino visigodo de Tolosa, luego fue un ducado, después el reino de Aquitania con los francos carolingios.
Bueno, esto se alarga demasiado. Para acabar diremos que es la ciudad más importante del suroeste de Francia, la cuarta más poblada de Francia, tiene una importante universidad, mucha actividad industrial, pero sobretodo es famosa por la industria aeroespacial.
Qué visitar
1. Basilique Saint-Sernin. Basilique 8h30-19h30, 0€. Cryptes : 10-18h, 2,5€ por visitar deambulatorio y cripta.
Iglesia románica más grande de Europa, construida en los s. XI y XII y la segunda más antigua de Francia. Está construida con ladrillo y acabada como gótica. Destaca la Torre octogonal del s. XII con arcos de ladrillo rematado, y todo rematado con una aguja.
2. Place du Capitole. Théâtre du Capitole (Opéra). Le Capitole (Ayuntamiento) lun-sam 8h30-19h, dim 10-19h. 0€.
Es la plaza principal de la ciudad.
3. Le Jacobins. Mar-dim 10-18h 0€. Cloître,… 2-4€. Église et couvent.
Se inició en 1229 y se fue terminando durante los siglos siguientes. Fue el primer convento dominico, fundado por el propio santo Domingo. Luego se convirtió en la institución fundadora de la Universidad de Toulouse.
Es una maestra del gótico en ladrillo. Su rasgo principal es la palmera de 22 ramas que forma la bóveda del ábside. La delicada capilla gótica de St-Antonin (1337) contiene frescos del Apocalipsis (1341).
4. Cathédral St-Etienne. Dim 9-19h, lun-sam 8-19h.
Se pueden ver distintas épocas de construcción, sin muchas ostentaciones. Una parte es ladrillo rosa, de la que se dice que es rosa al amanecer, roja al mediodía y malva la anochecer
5. Musée des Augustins. Jov-lun 10:00 - 21:00, jue - mar 10:00 - 18:00. Mer 10-21h.
Escultura (románico, gótico, hasta hoy) y pintura (francesa, flamenca, italiana, hasta hoy).
6. Fondation Bemberg. Mar-dom 10-12 :30, mar-mie 13h30-18h, jue 13h30-21h, vie-dom 13h30-18h. 8€.
En un bonito edificio (Hotel d'Assezat) situado prácticamente en la Rue de Metz se encuentra la colección cedida por el mecenas Georges Bemberg.
Canaletto, Lucas Cranach, Veronese, Tintoretto, Clouet, son solo algunos de los nombres cuya obra se puede admirar en la fundación. No sólo hay pintura sino también escultura, mobiliario, bronces, cerámicas, que se exponen en la primera planta formando un conjunto abigarrado difícil de apreciar en toda su dimensión. Los carteles de título de cada obra no son de lo mejor.
La segunda planta supone un cambio de tercio dónde se da cabida a impresionistas y otros representantes der la pintura moderna: Pisarro, Gaugin, Mattisse, Dufy, Degas, Sisley, Monet, Toulouse Lautrec... y una sala entera de Bonard. Tambien hay dibujos de Modigliani, Picasso,...
Visitar el patio, el edificio está muy bien cuidado
7. Jardin Japonais.
8. Garonne.
Dar un paseo por las cercanías del río Garona es una experiencia imprescindible en tu estancia en Toulouse, la ciudad romántica de puentes y edificios rosados.
http://resavacances.toulouse-tourisme.com/fr/voir-faire/a1161773/croisiere-avec-les-bateaux-toulousains/afficher-les-details?filter=c%3D30078
http://www.bateaux-toulousains.com/es/12-cruceros-paseo
Ruta diurna (90 min) desde 10€.
Ruta nocturna (70 min) desde 7€.
9. Jardin des Plantes.
10. Pont Neuf.
11. Château d’Eau.
12. Cité de l’Espace. Avenue Jean Gonord. L-M V-D 10-19h, J 10-23h. 24€.
Se puede comprar la entrada en la web.
http://resa.cite-espace.com/Vente/SouhaitsBillets.aspx?prest_id=32&duree=1
13. Notre-Dame de la Daurade o Sainte-Marie de la Daurade.
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OCTUBRE 24 - UN DIA COMO HOY – (1260) – EN CHARTRES – FRANCIA, EL REY LUIS IX INAUGURA LA CATEDRAL.
La catedral de la Asunción de Nuestra Señora, es una iglesia catedralicia de culto católico bajo la advocación de Nuestra Señora en la ciudad de Chartres, en el departamento de Eure y Loir, en Francia, a unos 80 kilómetros al suroeste de la capital, París. Asimismo es la sede de la diócesis de Chartres, en la Archidiócesis de Tours.
Esta catedral marcó un hito en el desarrollo del gótico e inició una fase de plenitud en el dominio de la técnica y el estilo gótico, estableciendo un equilibrio entre ambos. Es sumamente influyente en muchas construcciones posteriores que se basaron en su estilo y sus numerosas innovaciones, como las catedrales de Reims y Amiens a las que sirvió de modelo directo.
La figura más importante en la historia de esta diócesis fue el obispo Fulberto de Chartres, teólogo escolástico reconocido en toda Europa.
En 1979 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Existe una leyenda que narra la elección del emplazamiento de Nuestra Señora de Chartres como de origen divino y mariano, muy probablemente forjada en el siglo XIV por los cánones de la catedral1.
Hacia 1420, el predicador Jean de Gerson se basa probablemente sobre esta leyenda para evocar una antigua gruta ocupada por druidas carnutes cien años antes de la era cristiana.
Según él, esta gruta estaría dedicada a "la Virgen que debe dar a luz", una estatua de la diosa madre druídica, y la gruta habría servido de santuario a los primeros cristianos en época romana.
Este mito sobre los druidas comienza a constituirse en una corriente más amplia que hace abandonar la anterior leyenda del origen troyano de los pueblos Francos, para volver a una tradición gala.
El mito es popularizado en el siglo XVII por el abogado al Parlamento de París Sébastien Rouillard, quien fue peregrino al santuario de Chartres en 1608, y se desarrolló durante siglos a partir de compilaciones.
A pesar de todo, el mito del origen druídico del santuario ha ido integrándose progresivamente en la historiografía religiosa local, hasta llegar a parecer una verdad histórica.
La estatua identificada en la leyenda como "la Virgen que debe dar a luz" es sin embargo una estatua de la Virgen María de origen románico (datada del siglo XII) (es a partir de éste siglo cuando resurgió esta devoción en la iglesia cristiana occidental).
Según otras tradiciones tardías y legendarias que querían probar la anterioridad de la cristianización de Chartres sobre la de Sens y la anterioridad de una sede episcopal en relación con la otra6, la construcción de la primera iglesia habría tenido lugar hacia el año 350. Llamada «catedral de Aventin», por el nombre del primer obispo de la ciudad, Aventin de Chartres que viviría hacia 350, habría sido probablemente construida a principios del siglo VI.
La catedral original aún no estaría vinculada a un culto mariano, sino al de unos mártires locales (santos Piat, Cheron, Modesta y Potentianus) conocidos popularmente como los "Saints Forts". Estos mártires habrían sido arrojados a un pozo. El pozo, probablemente de época galo-romana, estaba excavado en el interior de la muralla del oppidum carnute de Autricum, y pasaría más tarde a estar integrado en el edificio de la catedral (en la cripta).
De cualquier manera la ciudad de Chartres ya era un centro de culto mariano y peregrinaje desde tiempo atrás debido a la presencia en su catedral de la llamada Sancta Camisia, una reliquia traída desde tierra santa y cedida a la catedral por Carlos el Calvo en 876 y que supuestamente es una prenda de la Virgen María, madre de Jesús,(antiguamente se creía era la túnica, pero en realidad correspondería al velo). Por este motivo gozaba de un próspero comercio centrado en las ferias que se celebraban en las cuatro grandes festividades marianas del año: la Purificación (2 de febrero), la Anunciación (25 de marzo), la Asunción (15 de agosto) y la Navidad (25 de diciembre).
La primera iglesia de que se tiene constancia se construyó alrededor del año 360. Esta desapareció en un incendio hacia 740 o 750 durante el saqueo de los visigodos de Hunaldo, duque de Aquitania. Una segunda catedral es destruida por los piratas normandos al mando de Hastings el 12 de junio de 858, el obispo Gisleberto reconstruyó y amplió esta iglesia. De esta queda una capilla que forma parte de la actual cripta. En esta época es cuando la catedral recibe la reliquia de la virgen, que aumentó la importancia del lugar.
El 5 de agosto de 962 la iglesia de Gisleberto vuelve a ser destruida durante la guerra que enfrentó a Ricardo I, duque de Normandía con Teobaldo I de Blois, conde de Chartres. Se reconstruye parcialmente. En 1020 otro incendio destruye la catedral, tras lo cual el obispo Fulberto de Chartres inicia la construcción de la cripta de una nueva catedral románica.
Esta catedral fue construida rápidamente debido a una explosión de fervor religioso que motivó a cientos de penitentes a la construcción acarreando espontáneamente provisiones y materiales de construcción hasta las obras. Fulberto muere en abril de 1029, le sucede Geoffroy de Lèves quien consagra la catedral dos años más tarde y en 1037 se concluyen las obras.
En 1194 un gran incendio devastó gran parte de la ciudad de Chartres, incluida casi la totalidad de la antigua catedral románica. El edificio que construyó el obispo Fulberto era una gran catedral en estilo románico que contaba con una enorme cripta que albergaba la famosa reliquia. Pese a haber sobrevivido a un incendio en 1134 el fuego de la noche del 10 de junio de 1194, causado por un rayo, sólo dejó en pie las torres occidentales y la fachada entre estas y la cripta.
Al principio se tuvo el incendio como un castigo divino, pero al aparecer intacta en la cripta la prenda de la Virgen se pensó que era un signo para que se reconstruyera la catedral dándole un nuevo esplendor. A esto ayudó la presencia casual en la ciudad de un cardenal enviado por la Santa Sede que certificó el hecho de la salvación de la reliquia como milagroso.
La reconstrucción fue generosamente financiada tanto por los Capetos, dinastía tradicionalmente vinculada a Chartres, como por el cabildo y los gremios locales. Historia del Mundo en Movimiento – [email protected]
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WISMAR (MECKLEMBURGO-POMERANIA OCCIDENTAL)
Esta pequeña ciudad hanseática, a orillas del Báltico, guarda innegable parentesco con otras ciudades de la Liga Hanseática, merced a sus edificios góticos de ladrillo y los frondosos hastiales de sus fachadas. Pero tiene una singularidad: rezuma toda ella cierto aire sueco, en vestidos, insignias, tradiciones...
Y es que fue conquistada por los suecos en la Guerra de los Treinta Años, y siguió bajo tutela sueca hasta 1903 (nota para melómanos: de aquí era uno de los conjurados en el asesinato de Gustavo III de Suecia en un baile de máscaras (1792), asunto que tomó Verdi para su ópera 'Un ballo in maschera', aunque luego la censura obligó a situar la acción...en Boston!).
La espaciosa plaza mayor, con una fuente-templete renacentista, se halla flanqueada entre otros edificios por el Alte Schwede (viejo sueco), una de las casas burguesas más historiadas. Cuenta con tres iglesias de ladrillo que parecen catedrales, y que han tenido que ser profundamente restauradas tras la reciente reunificación alemana.
Mecklemburgo-Pomerania Occidental, Mecklemburgo-Pomerania del Oeste o Mecklemburgo-Antepomerania (en alemán: «Mecklenburg-Vorpommern» y en bajo alemán: «Mekelborg-Vörpommern») es uno de los 16 estados federados de Alemania. Limita al norte con el mar Báltico, al oeste con el estado federado de Schleswig-Holstein, al suroeste con el de Baja Sajonia, al sur con el de Brandeburgo y al este con Polonia, más precisamente con el Voivodato de Pomerania Occidental (Województwo zachodniopomorskie). Tiene una baja densidad de población, cerca de 72,7 habitantes por km². Algunas ciudades importantes son Rostock, Schwerin, Stralsund, Greifswald, Neubrandenburg y Wismar.
A comienzos del siglo XIX, la casi totalidad de su territorio actual pasó a formar parte de la Confederación del Rin, como consecuencia de las Guerras Napoleónicas. Tras el Congreso de Viena se integró en la Confederación Germánica. Al disolverse los grandes ducados de Mecklemburgo-Schwerin y Mecklemburgo-Strelitz durante la revolución alemana de 1918, todo el territorio pasó a integrarse en la República de Weimar.
Hasta 1990 formó parte de la República Democrática Alemana (RDA), momento tras el cual se unieron los antiguos estados de Mecklemburgo y Pomerania Occidental en el nuevo estado federado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental como parte integrante de la República Federal de Alemania.
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WERNIGERODE (SAXÒNIA-ANHALT)
Perdida en las montañas del Harz, Wernigerode extiende sus calles adoquinadas y sus casas de picudos tejados rojizos a los pies de un castillo fantasioso, como de cuento; de origen medieval, ese bastión fue recreado a finales del siglo XIX con no poca imaginación. Pero la estampa más genuina (y repetida) es la de su Ayuntamiento gótico (en la foto), en la Marktplatz, con dos torretas afiladas que le dan aspecto de catedral laica. Delante de él se monta cada Adviento uno de los mercadillos navideños más coloristas.
Wernigerode es una ciudad situada en el distrito del Harz, a Saxònia-Anhalt, Alemania. Hasta el año 2007 fue la capital del Distrito de Wernigerode. Su población era de 35.041 habitantes en 2012.
Wernigerode está localizada al suroeste de Halberstadt, y tiene una situación pintoresca a orillas del río Holtemme, en la vertiente norte de las montañas del Harz. Wernigerode se encuentra en la Ruta alemana de arquitectura de entramados.
La ciudad se encuentra en unos 250 metros sobre el nivel del mar, en el flanco nordeste de las montañas del Harz, en la Alemania central, a los pies de su pico más elevado, el Brocken, en el cruce de las carreteras federales B6 y B244 y en la línea de ferrocarril de Halberstadt a Vienenburg, que une las ciudades de Halle (Sajonia-Anhalt) y Hannover.
El río Holtemme fluye a través de la ciudad, y no lejos de su puerta occidental se le une su afluente Zillierbach, que también se conoce como Flutrenne, cerca de su desembocadura. Al norte de la ciudad el Barrembach fluye a través de varios estanques y desemboca en el Holtemme en el pueblo de Minsleben. El centro de la ciudad está formado por el casco antiguo y el núcleo moderno (Altstadt y Neustadt). La ciudad también incluye Hasserode, Nöschenrode, los conjuntos residenciales de Stadtfeld, Burgbreite y Harzblick así como los pueblos de Benzingerode, Minsleben, Silstedt, Schierke y Reddeber.
Su término municipal tiene una longitud de 9,5 km. de este a oeste y de 6 km. de norte a sur. Su punto más alto es el Brocken, a 1.141 metros sobre el nivel del mar, y su nivel más bajo se encuentra en 215 metros.
La ciudad está situada en la carretera festiva que une Alemania y Holanda denominada Orange Route (Amsterdam con el norte y centro de alemana).
El límite de la Falla del Harz cruza la ciudad y es la divisoria de aguas entre los ríos Weser y Elba. Al norte las precipitaciones fluyen hacia el Wesser, al sudeste, nordeste y más allá las aguas fluyen hacia el río Elba. Esta línea de falla atraviesa el barrio de Hasserode en el oeste-suroeste del centro de la ciudad y forma el cerro del castillo, que se encuentra al suroeste de la ciudad.
Wernigerode fue la capital medieval del Condado de Wernigerode y de Stolberg-Wernigerode. En 1815, después de las Guerras Napoleónicas, se convirtió en parte de Prusia, Provincia de Sajonia. La cervecería Hasseröder va ser fundada a Wernigerode el 1872.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Wernigerode fue incluída en el nuevo estado Sajonia-Anhalt dentro de la Zona de ocupación soviética (relanzada en octubre de 1949 como República Democrática Alemana). Durando los años de comunismo la ciudad estuvo muy cerca de la frontera interior de Alemania. Wernigerode se convirtió en parte del Estado restaurado de Sajonia-Anhalt en 1990, después de la Reunificación alemana.
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