#Fuera de tono
Explore tagged Tumblr posts
Text
she bangs in my ikenai until i borderline
#macross#macross delta#walkure#macross Δ#ikenai borderline#walküre#ricky martin#(?)#surprised no one has made this before?? the songs literally sound the same XD maybe i just could not find it 🤔#mejores 4 horas gastadas askjdnakd perdón que suena medio mal y fuera de tono en algunas partes aksdnda no me dio pa tanto 😥
5 notes
·
View notes
Text
in the world of boys, he's a gentleman. | enzo v.
summary: después de verte perder el tiempo con otros tipos, tu mejor amigo tiene algunas cosas que confesarte. puro fluff.
nunca pensaste que ir con vestido en una bici fuera una experiencia tan emocionante, pero ahí estabas, agarrada al cuerpo de enzo e intentando mantener el equilibrio en la parte trasera de su bicicleta mientras reías como una loca.
para ponerlo en contexto, enzo era tu mejor amigo hacía algún tiempo, desde que habías alquilado una habitación en su piso a dos años, por lo que la convivencia se convirtió inevitablemente en una genuina amistad. de vez en cuando, su mejor amigo y compañero de piso era también su superhéroe. ya fuera leyéndole el pensamiento cuando se moría de hambre y no quería cocinar, o llegando siempre a casa con sus dulces favoritos, o salvándole de emboscadas.
cuando antes llegaron sus mensajes al móvil de enzo, quejándose de una cita que iba de mal en peor con un tipo un poco arrogante, no dudó en levantarse y subirse a su bici para recogerla. la sola idea de imaginarte en una cita con un tipo horrible, y peor aún, un tipo que no era él, le ponía nervioso, así que ahora te encontrabas en esa situación tan improbable pero completamente cómica. no te había dado opción.
"no puedo creer que haya hecho eso", dijiste, estallando en risas, que enzo correspondió negando con la cabeza. "¡imagínate su cara cuando vuelva a la mesa!".
"lo siento mucho por él", responde enzo con ironía y una sonrisa que indica que no, que no se arrepiente de habérsela robado.
"apuesto a que sí", apoyando la cabeza en la espalda de el moreno, respondiste en el mismo tono. su cuerpo está caliente y un poco sudado, pero su aroma es bueno y familiar.
enzo conducía la bici calle abajo, mientras tú te sujetabas rodeando su cintura con los brazos, la brisa nocturna los envolvía. el silencio se hizo un momento antes de que decidieras romperlo.
"enzo, en serio, no tenías que hacer eso. ya iba a estar bien. iba a durar unos minutos más".
se rió, lanzándote una mirada esquinada. "bueno, a juzgar por tu desesperación en los mensajes, diría que 'bien' es una palabra bastante generosa".
bufaste, fingiendo indignación. "lo estaba dramatizando un poco, ve".
"lo sé, lo sé. pero, sinceramente, no podía dejar que mi amiga pasara una noche horrible con un tipo idiota. después de todo, ¿quién más va a aguantar mis estúpidas bromas?"
"oh, ¿para eso estoy yo? ¿una compañera que tolere tus bromas?".
enzo sonrió, divertido. "entre otras cosas, claro. pero en serio, no iba a dejar que te salieras con la tuya una vez más".
puso los ojos en blanco como ofendida, pero no pudo contener una sonrisa.
"¿a dónde quieres ir?" preguntó de repente, dejándote un poco confundida.
"creía que íbamos a casa", te encogiste de hombros.
"¡no puedo dejar que te vayas a casa tan arreglada sin haber tenido una cita decente!". exclama enzo, girando ligeramente la cabeza, lo que te permite ver su expresión indignada.
procesas lo que acaba de decir y sientes que el corazón te da un vuelco. estaba suponiendo cosas o...
"¿así que vamos a tener una cita?", es tu réplica automática, y entonces, tratando de disfrazar, te aclaras la garganta, preocupada por estar leyendo las líneas equivocadas.
quizá, además de compañero de piso, mejor amigo y superhéroe ocasional, enzo era también un pequeño flechazo tuyo. uno que habías intentado olvidar a base de citas terribles que siempre te devolvían a la casilla de salida: enzo. enzo, que te compró tu helado favorito cuando te dieron una patada en el culo cuando os conocisteis, aunque nunca le hablaste directamente de tu sabor favorito. enzo, que siempre te esperaba en casa con una sesión de cine y una manta calentita. enzo, que siempre escuchaba todo lo que decías. enzo, que era tu punto débil.
"si quieres llamarlo así, tendremos una cita, sí", dice, e involuntariamente tus manos se aprietan alrededor de su cintura.
tras unos minutos pedaleando por las tranquilas calles, te das cuenta de la ruta conocida, la de todos los días. puede que enzo haya cambiado de opinión. realmente estabais de camino a casa y todas tus expectativas se habían venido abajo. hasta que, lentamente, se detiene, y lo siguiente que sabe es que están frente a una pizzería de la esquina. la misma pizzería nueva que había abierto hacía unos días cerca de su casa y de la que no paraba de hablarle a enzo.
"¿pizza?", pregunta como si esperara tu aprobación.”
enzo te tiende la mano para que te bajes de la bicicleta y él te acompaña en seguida. es curioso cómo contrastas, mientras el mayor lleva ropa casual y sencilla, tú vas arreglada con ese estúpido vestido. dentro de tu cabeza, maldices el momento en que aceptaste salir con ese idiota de antes. realmente no se merecía todas tus joyas, pero enzo, uau. realmente parecía estudiar cada parte de ti y admirar cada aspecto. desde la forma más inocente en que algunos hilos sueltos de tu moño desordenado enmarcaban tu cara hasta la forma más indecente en que se fijaba en lo bonitas que te quedaban las piernas con aquel vestido ajustado.
los dos tuvisteis que sentaros fuera, ya que dentro estaba lleno, y cuando te sentaste en la pequeña mesa de la acera frente a enzo, tu mejor amigo dejó escapar un largo suspiro mientras te miraba fijamente. un suspiro que decía: por fin.
"pero para serte sincera ahora, no sabes el alivio que supuso verte fuera de aquel restaurante", confesaste, con una risa ligera y sincera.
"¿tan mal estaba el clima?", preguntó el chico con expresión incrédula.
"¡simplemente no había humor! el tipo no paraba de hablar de las lecciones de vida que aprendió cuando su papá dejó de darle dinero durante un mes, o de cómo no debía sentirme especial si me llevaba a su piso después de cenar. y acabábamos de llegar!", exclamaste asombrada a enzo, que de repente parecía serio. demasiado serio. "¡no me ha hecho ni una sola pregunta en 45 minutos!".
"¡qué imbécil!", murmuró el moreno, poniendo los ojos en blanco. la mirada de enzo se apartó de ti por un momento, siguiendo su propia mano mientras jugueteaba con las salsas y arrancaba trozos de servilleta de la mesa. "¿por qué sigues saliendo con tipos así?".
preguntó, sin mirarte aún, y de repente la sangre te hirvió, subiéndote a la cabeza. respiraste hondo, sintiendo que una punzada de decepción te golpeaba el pecho, sin creerte lo que enzo acababa de decir.
"¿estás insinuando que es culpa mía? soy responsable de que los hombres sean totalmente egoístas y..." cierras los ojos, colocando involuntariamente la mano contra tu propio pecho. indignada.
"¡no! no es eso a lo que me refería, mi vida". enzo levantó la cabeza rápidamente, encontrándose con tu mirada, dolida y traicionada.
se sintió como un completo idiota, desesperado por la forma en que le mirabas, sin saber muy bien cómo dar marcha atrás. se irguió en su silla, inclinándose sobre la mesa para alcanzar tu mano, listo para defenderse cuando un camarero se detuvo justo a su lado.
"¡buenas noches, parejita! ¿qué les sirvo?", preguntó el hombre, con un tono amable y alegre, en contraste con los ánimos encendidos en la mesa.
te reíste irónicamente de la confusión del camarero, algo habitual cada vez que salías juntos, y te cruzaste de brazos, alejándote de enzo.
"ahm, hola", se rascó la nuca desconcertado, y entonces se dio cuenta de que ni siquiera había mirado el menú. tanteó las hojas, no sabía qué pedir y de repente parecía perdido.
"dos pedazos de marguerita, de la opción vegana, por favor", tu dije, enderezándose. "y una coca-cola, con limón, para él".
enzo te mira ansioso mientras el hombre toma su pedido, su pierna colgando bajo la mesa, rozando la tuya sin darse cuenta. el contacto hace que todo tu cuerpo se estremezca, pero sigues sin mirarle. el camarero se retira de la mesa y anuncia que te servirá en breve.
"mira, no digo que sea culpa tuya. en absoluto, chiquita", dice, con voz grave y tono preocupado. te miras las uñas, haciéndote la indiferente. un poco dramática.
enzo suspira y junta su rodilla a la tuya. entrecierras los ojos, indiferente, mientras él se humedece los labios como si tratara de encontrar las palabras en la punta de la lengua.
"estoy intentando decirte que te mereces algo mejor que estos tíos. tú lo sabes, yo lo sé." la forma en que conduce lo que dice es lenta y cuidadosa, continúa. "te mereces a alguien que realmente te aprecie, que vea todas las cosas increíbles que yo veo en ti. estos tipos que ves claramente no ven a la increíble persona que tienen delante y pierden por completo la oportunidad de conocer a la mejor persona que podrían tener en la vida."
sus ojos se elevan automáticamente al oír lo que dice, y sus pulmones parecen no realizar su acción rutinaria. su labio tiembla nervioso. se le acumulan las lágrimas en la comisura de los ojos, porque tiene que decirse a sí misma que sólo lo dice porque quiere su bien, porque es lo que diría un mejor amigo. y tienes que luchar con todas esas palabras antes de irte a dormir, tragándote todos tus sentimientos.
"sabes, eres amable, increíblemente inteligente, aunque sigas pensando que puedes ganarme jugando al mortal kombat apretando todos los botones a la vez". enzo continúa, suavizando su sermón, haciéndola reír por lo bajo. "eres divertida, talentosa, real. linda."
sin poder resistirte más, vuelves a encontrarte con la mirada del moreno, que te dedica una pequeña sonrisa al notar que te rindes poco a poco.
"por no hablar de tu paciencia, sobre todo cuando decido cocinar y dejar la cocina como un campo de batalla"
esta vez no puedes contener la sonrisa que se extiende por tu cara, recordando la última vez que enzo había intentado preparar la comida. realmente, una negación para la cocina.
"como cocinero, eres un gran actor", murmuras, lo que hace que enzo se ría y aproveche el espacio que le estás dejando.
"y cuando tienes esos estallidos creativos, escribiendo o creando tus propias recetas. es fascinante ver tu mente en acción, y siempre me pregunto cómo alguien puede ser tan... única. cómo iluminas allá donde vas, cómo haces que las cosas parezcan mucho más fáciles cuando estás cerca y...".
enzo parece estar en medio de un gran descubrimiento. se ríe para sí mismo, sacudiendo la cabeza, como si se arrepintiera de haber dicho todo eso y sus cejas se levantan, casi en un gesto de desesperación.
"ya lo tengo", dices, un poco tímida. tus mejillas se calientan y de repente te sientes como una adolescente.
"de todos modos, supongo que lo que intento decir es que eres una persona apasionante". enzo parece ceder, y su cuerpo se ablanda en la silla. "y cualquiera que no vea eso no merece estar contigo".
su respiración sale como si alguien acabara de darle un puñetazo en el estómago. tus manos corren por la mesa, buscando las suyas, que te agarran los dedos con suavidad. no decís nada durante un largo rato, durante el cual vuelve el camarero y os sirve en completo silencio.
su confesión da a la atmósfera otro tipo de tensión. antes de que pudiera responder, enzo desvió la mirada, como si intentara escapar de la intensidad de la situación.
"¿sabes qué? olvida lo que he dicho. disfrutemos de la cena y olvidemos que he dicho todo eso. ¿qué soy yo? ¿shakespeare? ¿don juan?", bromeó, tratando de aligerar la situación gesticulando exageradamente. él da un sorbo a su coca-cola, disimulando su desesperación.
"enzo", su nombre en los labios sale como una súplica. todo le golpea a la vez. la conciencia de sus sentimientos, la conciencia de los tuyos. menea la cabeza negativamente y te suelta la mano.
"está bien, no tienes que intentar consolarme y decirme que somos amigos, lo sé. lo he aceptado". enzo se precipita, pasándose las manos por el pelo, nervioso.
"enzo", le dices, más firme ahora. "¿por qué no me lo dijiste antes? ¿por qué no me llevaste a una cita antes?".
parece ahogarse en su propia respiración, con las narinas inflamadas y el pecho subiendo y bajando rápidamente. enzo te mira con una mezcla de sorpresa e incredulidad. sus ojos buscan los tuyos, como si tratara de leer tu expresión y comprender si aquellas palabras eran reales. ¿cómo puede alguien conocerte tan bien y no tener ni puta idea?
"porque yo... no sabía cómo. siempre fue más fácil ser tu amigo. quedarme en la comodidad de no arriesgar demasiado. no sentir el rechazo. llevarte a una cita parecía cruzar alguna línea invisible, y tenía miedo de estropearlo todo".
escondió la cara entre las manos, riéndose para sus adentros. enzo parecía al punto del colapso, asustado. nunca le habías visto así. te levantaste rápidamente, sentándose en la silla junto a él, tocando tranquilamente sus muñecas.
"qué estúpido eres", afirmas, riendo. él te mira con expresión ofendida y confusa. "¿de verdad no te has dado cuenta en todo este tiempo?".
la cara de tu mejor amigo se llena de algo parecido a expectación y espanto. esperando el golpe fatal en cualquier momento.
"espera, quieres decir que... que tú...", empieza a balbucear, pero tú le interrumpes con una sonrisa.
"sí, enzo. yo también" tu confesión hace que su rostro se ilumine y luego se sonroje. ¿de verdad tenía 30 años? porque le estabas haciendo sentir como un niño.
"nunca pensé...", murmura, y tú completas la frase.
"¿que yo pudiera sentir lo mismo? pues ahora ya lo sabes. era obvio". te ríes, acercándote un poco más a él. "¿cómo podría no enamorarme de ti?".
enzo siente tu susurro en los labios, provocándole escalofríos. su cálido aliento se mezcla con el de él, la incertidumbre se cierne entre ellos, un territorio desconocido por atravesar. la mirada de enzo examina su rostro, buscando cualquier rastro de indecisión, pero no lo encuentra, y entonces sus ojos bajan hasta la boca su boca.
"si me dejases mostrarte todo esto antes", susurra él también, mientras una de sus manos, grande y cálida, se posa en su muslo, bajo la fina tela de su vestido, y la otra descansa detrás del respaldo de su silla.
"todavía estás a tiempo"
y con su confesión, es como si perdiera el control. sus pupilas, más oscuras y dilatadas ahora, son lo último que ve antes de sentir unos labios suaves contra los suyos. se te corta la respiración de golpe y una descarga recorre tu cuerpo, desconectando todo tu sistema nervioso durante milisegundos. te besa con ansia, como si recompensara todas las demás oportunidades que había perdido. la mano detrás de tu hombro se mueve rápidamente hacia tu nuca y se te escapa un jadeo. su boca tiene un gusto dulce, a cola y limón mezclados con su propio sabor.
enzo apenas puede contenerse, el resto del mundo deja de existir cuando tu lengua pasa por sus labios, como pidiendo permiso, y casi pone los ojos en blanco ante la sensación. dios, cómo había soñado con eso. lo había repetido en su mente un millón de veces y luego se había culpado por aquello. se sacudió los pensamientos cuando sintió los dedos de ella recorriendo su cuero cabelludo, mientras su otra mano le acariciaba suavemente la mejilla. como si un tornado de emociones no estuviera sucediendo en su interior en ese momento. todo lo que había pasado hasta entonces hacía que este momento valiera la pena.
después de casi cinco minutos, el mundo real parece volver, al igual que la necesidad de oxígeno, inútil, en la percepción de enzo. los sonidos de la calle vuelven a resonar en sus oídos, todo vuelve a tener sentido poco a poco. el mundo deja de girar mientras os miráis con amplias y tontas sonrisas en los rostros. se lleva el dedo a la comisura de los labios de enzo, limpiando con cuidado los restos de carmín. le dan ganas de arruinar el resto que queda en sus labios bien delineados.
"entonces, ¿qué hacemos ahora?", preguntas, todavía un poco sin fuerzas, intentando no reírte. la sensación de besar a tu mejor amigo, algo que se te había pasado por la cabeza un millón de veces antes, parecía lejana. de hecho, era algo mucho mejor de lo que podría haber soñado.
"supongo que podríamos empezar con una primera cita", sugiere enzo, fingiendo cierta despreocupación, sacudiendo los hombros. sus dedos se pasean por su cara, apartando algunos hilos de cabello sobre sus ojos. es tan dulce y tranquilo que quieres atesorar sólo ese momento entre todos los demás.
durante el resto de la noche, comes esa pizza fría como si fuera la mejor que has comido en la vida. el resto de la cena se desarrolla con naturalidad, con ligereza, con besos y suspiros, conversaciones y confesiones, como todo lo que necesitabas. como si todo estuviera por fin en su lugar. una alineación milenaria. era tan fácil estar allí, junto a él, sin necesidad de máscaras ni disfraces, estar frente a él era poder verse de adentro hacia afuera. sin ocultar nada, sin ningún deseo de huir. completamente inmersos el uno en el otro. era como soñar medio despierta.
era lo perfecto, simplemente. había incertezas, guardadas para un futuro lejano, era aterrorizante perder esa conexión que tenían. mas tal vez no fue la manera mas correcta, tal vez fue imprevisto y completamente caótico, pero fue la mejor y última primera cita de su vida.
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─
hola! :)
español no es mi primer idioma (que es el portugués), así que ¡perdónenme los errores!
si quieres, hazme asks para fics con el cast de lsdln <3
903 notes
·
View notes
Text
Sleeping with them (Fontaine men ver.)
In which I tell you what it's like to spend a sleepover with them (I love sleepovers, they're so great, I want to go to one)
Includes Lyney, Freminet, Neuvillette and Wriothesley.
Warning: Nope now💖, Modern!Au(? idk, GN!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
Spanish:
Cuando no está ocupado y quiere darse un descanso de su vida, una pijamada es un sí para él.
Hacen algo de comer o piden algo para llevar y empiezan a hablar entre ustedes acerca de su día. Hay veces en las que te habla de sus preocupaciones y se da el lujo de dejar su máscara lejos, ya no necesita ser un Fatui o un hermano mayor ideal, solo es Lyney y lo estás alimentando con comida deliciosa y lo escuchas.
Te pide que le peines el cabello, puede ayudarlo a dormir más rápido, le gusta cuando lo acaricias.
Te pide muchos besos aleatoriamente o los roba.
Le gusta compartir una rutina de skincare contigo, verlos a los dos en el reflejo del baño mientras esperan a que la mascarilla se seque o verte aplicarle una crema humectante es muy íntimo para él.
Definitivamente se hacen manicura y pedicura (si te comes las uñas o las muerdes definitivamente te regaña).
Se cuentan chismes que han escuchado.
Cuando duermen juntos puedes escuchar sus ronroneos desde su pecho, también es alguien que le gusta ocultar su rostro en tu cuello y en algunas ocasiones rasguña tu cabello entre abrazos.
Si tiene sueño y tú te levantas para cualquier cosa, él te abraza más fuerte y puede morder tu hombro para que dejes de quejarte, luego besa dónde mordió (sabes, como ese vídeo tan lindo de los gatos siendo bonitos).
Le va a costar levantarse a la mañana siguiente, definitivamente te obliga a dormir hasta tarde con él. Es un gatito cansado, déjalo descansar contra el sol que se asoma por la ventana.
Le gusta mucho tener pijamadas contigo, sobre todo cuando están en silencio y está oscuro.
Tal vez hayan algunas velas para que puedan jugar algún juego de mesa o leer estando al lado del otro, pero cuando está oscuro se le hace más tranquilo.
Le gustan las velas aromáticas de olores suaves.
También deja que le hagas alguna rutina de skincare si quieres, le gustan cuando los productos son frescos contra su piel y huelen bien. También deja que le arregles las uñas.
Te ayuda si le pides que te ponga alguna mascarilla o rulos en el cabello.
Le gustan los susurros, cuando hablan en el mismo tono bajo lo hace sentir tranquilo, y el sonido de las hojas de los libros o las piezas de los juegos de mesa junto al crepitar de las velas lo relajan.
Te ayuda a peinarte el pelo antes de dormir.
Definitivamente se acuestan y se cubren con las mantas para abrazarse y descansar, en sí le gusta cuando están en silencio y están juntos.
Le gustan mucho los besos de buenas noches tanto como los besos de buenos días, entonces te los pide.
Pers duerme con ustedes como si fuera su bebé.
No tiene ni idea de qué es una pijamada pero le gusta dormir contigo, entonces acepta.
Definitivamente algún Melusine se entera de la pijamada y asiste, entonces están en una habitación gigante (espero que sí porque son un montón) y muchos Melusines están ahí riendo y hablando.
Se peinan entre todos, quienes están peinados ayudan a los demás y se llenan el cabello con adornos.
Neuvillette lleva el pelo suelto para estar más cómodo, para que las Melusines lo peinen y porque está cansado, entonces si se duerme de repente estará bien.
Se suele sentar entre todo el alboroto y bebe té a tu lado mientras tu y algunas Melusines le ponen mascarillas, crema y sérum con total tranquilidad.
Te mantiene a su lado y se deja guiar por lo que le pides, ya sea arreglarse las uñas o el cabello entre ustedes o para las Melusine.
Tal vez alguna Melusine se duerma en la cama y todas hacen lo mismo, Neuvillette las acomoda para que duerman cómodas, luego recogen todo y terminan el té ya tibio.
Te recuerda lavarte los dientes y él prepara una zona de la cama para que ambos duerman.
Duermen rodeados de sus hijitas, todos acurrucados y abrazados como si fueran una familia numerosa (que lo son), entre murmullos entre sueños y ronquidos.
Neuvillette te acaricia la espalda y el cabello para que duermas sobre su pecho.
Hace cualquier cosa que quieras porque se le dificulta decirte que no, por lo que cuando van a dormir ya tiene preparada una tetera y un buen té que les gusta.
Le gusta leer junto a ti, con tus piernas en su regazo para poder acariciarte. Es mucho más divertido cuando tiene una diadema de conejito en su cabeza y una mascarilla con forma de gatito.
Definitivamente usan el sofá y se quedan dormidos ahí. Puedes moverte por todos lados, traer cosas para pintar sus uñas y hacer que coincidan con las tuyas, bailar a su lado o incluso hacerte alguna mascarilla capilar, él estará en el sofá dándote algunas miradas y sonriendo, levantándose a ayudarte cuando se lo pides.
Deja besos en tu cuello cuando has terminado de enjuagar tu cabello y te besa la cabeza cuando terminas de secarte el cabello.
Le gusta poner música tranquila y dejarte jugar con su cabello despeinado, también puede acceder a que le peines el cabello en algún nuevo estilo.
Te da galletas para que comas mientras hablan, también puede burlarse y pedirte que comas de la galleta que está entre sus labios.
Te arrulla para que duermas, te abraza muy fuerte para que no caigan del sofá (a él le gusta su sofá, es muy suave y tiene cojines cómodos).
Si te duermes primero, se acaba el té y va al baño antes de acostarse junto a ti, si se duerme primero él se bebe el té frío en la mañana.
Por favor usa su brazo como almohada, a él le encanta cuando lo haces.
Sus ronquidos son altos, pero intenta no molestarte, te deja ponerle alguna camiseta en la boca para que duermas tranquila.
English:
When he's not busy and wants to take a break from his life, a sleepover is a yes for him.
You make something to eat or order something to go and start talking to each other about your day.
There are times when he talks to you about his worries and has the luxury of leaving his mask far away, he no longer needs to be a Fatui or an ideal older brother, he is just Lyney and you are feeding him delicious food and you listen to him.
He asks you to comb his hair, it can help him fall asleep faster, he likes it when you pet him.
He randomly asks you for a lot of kisses or steals them.
He likes to share a skincare routine with you, seeing the two of you in the reflection of the bathroom while you wait for the mask to dry or watching you apply a moisturizing cream is very intimate for him.
You definitely get manicures and pedicures (if you bite your nails you will definitely get scolded).
You tell each other gossip you have heard.
When you sleep together you can hear his purrs from his chest, he is also someone who likes to hide his face in your neck and sometimes scratches your hair between hugs.
If he is sleepy and you get up for anything, he hugs you tighter and he can bite your shoulder to stop you from complaining, then kiss where he bit (you know, like that cute video of cats being cute).
He's going to have a hard time getting up the next morning, he definitely forces you to sleep in with him. He's a tired kitten, let him rest against the sun peeking through the window.
He really likes having sleepovers with you, especially when it's quiet and dark.
Maybe there are some candles so you can play a board game or read next to each other, but when it's dark it makes him calmer.
He likes the aromatic candles with soft scents.
He also lets you do a skincare routine for him if you want, he likes it when products are cool against his skin and smell good.
He also lets you do his nails. He helps if you ask him to put a mask or curlers in your hair.
He likes whispers, when you talk in the same low tone it makes him feel calm, and the sound of the pages of the books or the pieces of the board games together with the crackling of the candles relax him.
He helps you comb your hair before going to sleep.
You definitely go to bed and cover yourselves with the blankets to hug each other and rest, he actually likes it when you are silent and together.
He really likes good night kisses as much as good morning kisses, then he asks you for them.
Pers sleeps with you two like it's your baby.
He has no idea what a sleepover is but he likes sleeping with you, so he accepts.
Definitely some Melusine finds out about the sleepover and attends, then you are in a giant room (I hope so because there are a lot of them) and many Melusines are there laughing and talking.
All of you comb each other's hair, those who have their hair done help others and fill their hair with decorations.
Neuvillette wears his hair down to be more comfortable, so that the Melusines can comb it, and because he's tired, so if he falls asleep suddenly he'll be fine.
He usually sits among all the commotion and drinks tea next to you while you and some Melusines put him masks, cream and serum with complete peace of mind.
He keeps you by his side and lets himself be guided by what you ask him, whether it's doing your nails or hair for each other or for the Melusines.
Maybe some Melusine fall asleep in bed and they all do the same, Neuvillette arranges them so that they sleep comfortably, then you put everything away and finish the warm tea.
He reminds you to brush your teeth and he prepares an area of the bed for both of you to sleep.
You sleep surrounded by your little children, all curled up and hugged as if you were a large family (which you are), murmuring between dreams and snoring.
Neuvillette caresses your back and hair so you sleep on his chest.
He does whatever you want because he has a hard time saying no to you, so when you go to sleep he already has a pot of tea ready and a good tea that they like.
He likes to read next to you, with your legs in his lap so he can caress you. It's so much more fun when he has a bunny headband on his head and a kitty mask.
You definitely use the couch and fall asleep there. You can move around, bring things to paint his nails and make them match yours, dance next to him or even do a hair mask, he will be on the couch giving you some glances and smiling, getting up to help you when you ask him to.
He leaves kisses on your neck when you're done rinsing your hair and kisses your head when you're done drying your hair.
He likes to play calm music and let you play with his messy hair, he can also agree to let you comb his hair in some new style.
He gives you cookies to eat while they talk, he can also tease you and ask you to eat the cookie that is between his lips.
He lulls you to sleep, hugs you very tightly so you don't fall off the couch (he likes his couch, it's very soft and has comfortable cushions).
If you fall asleep first, he finishes the tea and goes to the bathroom before lying down next to you, if he falls asleep first he drinks the cold tea in the morning.
Please use his arm as a pillow, he loves it when you do.
His snoring is loud, but he tries not to bother you, he lets you put a shirt in his mouth so you can sleep peacefully.
#genshin impact lyney#genshin lyney#lyney#lyney x reader#genshin impact freminet#genshin freminet#freminet x reader#freminet#genshin neuvillette#neuvillette genshin#neuvilette x reader#neuvillette x reader#neuvillette#neuvilette genshin#wriothesley x reader#genshin wriothesley#wriothesley genshin#wriothesley#writing#genshin imagines#genshin impact#genshin x reader#x reader#genshin x y/n#genshin x you#x you#genshin writing#genshin impact writing#hc#headcanon
850 notes
·
View notes
Text
La Familia De | Enzo Vogrincic
Cuando descubres la infidelidad de tu novio, aceptas la invitación de tu amiga para pasar unas semanas en su país con su familia. Allí conoces al atractivo hermano de tu amiga, desencadenando una serie de emociones inesperadas.
Desde hace un año, la cafetería que posees en Ciudad de México ha sido tu refugio, un santuario de aromas de café y conversaciones animadas. Tu vida ha tomado un giro maravilloso desde que abriste las puertas de este lugar acogedor. No solo tienes un negocio próspero, sino que también tienes a tu lado a un novio increíble, cuyos talentos como tatuador le dan un toque de arte y rebeldía a tu vida cotidiana.
Entre el vapor de los expressos y los murmullos de los clientes habituales, siempre hay un momento especial cuando tu amiga uruguaya aparece por la puerta. Ella, con su encanto sudamericano y su energía contagiosa, es como un rayo de sol que ilumina tu día cada vez que la ves. Aunque vive en CDMX por trabajo, nunca pierde la oportunidad de visitarte en la cafetería, trayendo consigo los últimos chismes y anécdotas que hacen que la vida en la ciudad parezca aún más vibrante.
En medio de este bullicio reconfortante, te das cuenta de que no estás sola. Tu negocio florece, tu relación amorosa está en su mejor momento y tus amistades te brindan compañía y alegría. La paz y la belleza se entrelazan en tu día a día, recordándote que la vida puede ser realmente hermosa cuando tienes a las personas adecuadas a tu lado.
Sin embargo, un día decides cerrar temprano la cafetería porque no te sientes bien y tienes un fuerte dolor de cabeza. De camino a tu departamento, te sientes aún peor, como si algo estuviera terriblemente fuera de lugar. Al llegar a casa y subir las escaleras, el sonido de ruidos extraños te hace detener en seco. Escuchas un respiro profundo, quizás gemidos. Sin entender completamente lo que está sucediendo, decides apresurarte hacia tu habitación.
Al abrir la puerta, te encuentras con algo que nunca podrás borrar de tu mente: tu novio, en medio de un encuentro íntimo con otro hombre. Es una escena que nunca esperaste presenciar, y sin poder soportarlo, das media vuelta y sales corriendo, sintiendo cómo tu mundo se desmorona a tu alrededor.
Con lágrimas nublando tu vista y el corazón hecho pedazos, marcas frenéticamente el número de tu amiga en tu teléfono. "¿Dónde estás? ¡Necesito verte! Me siento horrible, mi novio… mi nov–", apenas logras articular entre sollozos.
La voz tranquila de tu amiga al otro lado de la línea te ofrece un atisbo de consuelo en medio de la devastación que te embarga. "Estoy en casa. Vení y me contás tranquila", te dice, y sus palabras se convierten en un faro de esperanza en medio de la oscuridad que te rodea. Con el corazón roto y el alma hecha trizas, te diriges hacia la casa de tu amiga, en busca de consuelo y apoyo en medio de la tormenta emocional que te consume.
Le cuentas a tu amiga todo lo que había sucedido y no puedes evitar llorar. Estás en el sofá junto a tu amiga, y te dice mientras te peina el cabello: "(Y/N), tenés que ser fuerte, yo sé que no es fácil. ¿Te acordás de Mateo? Que se fue con otra mina, pues te entiendo completamente".
Pero entre sollozos, respondes: "¡Pero en mi caso es distinto!", y lloras más fuerte, como un bebé. "Y... ahora... tú te vas para Montevideo, y... ¡yo voy a estar SOLA!", sigues elevando el tono de tu llanto. "Y no quiero verloooo, nooo, no sé cómo enfrentarloooo".
Tu amiga intenta calmar tus nervios: "Pero yo me voy solamente por tres semanas, si querés, venite conmigo, yo te pago los pasajes".
"No quiero ser un peso más", respondes entre lágrimas.
"¡Boluda! ¡Te vienes conmigo, que se joda!", te dice ella, tratando de sacarte de ese estado emocional.
"Okkkkaaaayyyy", aceptás entre sollozos, llorando como un bebé.
—
Llevas ya tres días encerrada en la habitación de tu mejor amiga en Montevideo, con un gatito real al que tratas como un peluche. La familia Vogrincic te han adoptado como una hija más, y su madre se ha convertido en tu proveedora oficial de café y consejos sobre el amor, lo cual agradece tu corazón roto.
En una tarde soleada, tu amiga irrumpe en la habitación como un torbellino, encontrándote en la cama con tu celular, absorta en las fotos de tu ahora ex. "¡Che, bo! Dame ese celular. No quiero verte así", ordena con un tono melodramático. "Tienes que salir de esta cueva. Mami me ha dicho que solo sales para tomar café y luego regresas aquí. ¡Ya basta! Esta noche viene mi hermano desde Nueva York, y vamos a recogerlo al aeropuerto. Tienes que venir conmigo, punto final", declara con autoridad.
Tú respondes: "Ay, déjame aquí con la gatita", y ella te corrige: "¡Esa gatita tiene nombre y es Uma!". Insistes: "Pues déjame con Uma, no quiero ir para allá".
Con un suspiro exasperado, tu amiga agarra tu brazo con determinación. "¡Sos una pelotuda! ¡Vas a venir ahora!", exclama, decidida a sacarte de tu caparazón de autocompasión y llevarte a vivir un poco la vida real, aunque sea a la fuerza.
—
En el auto, el padre de tu amiga está al volante, con la madre como copiloto, mientras tú y tu amiga ocupan los asientos traseros. La atmósfera está cargada de emoción, ya que toda la familia está ansiosa por recoger al tal Enzo. Por lo que has escuchado, es un actor sumamente famoso. Aunque no estás muy familiarizada con su trabajo, tu amiga siempre ha hablado con orgullo sobre él, y su entusiasmo es contagioso.
Antes de dirigirse al aeropuerto, hacen una parada en un mercado para comprar globos, flores y un cartel que dice "¡Llegó el actor de la casa!". A ti no te hacen mucha gracia las flores ni los globos, ya que te recuerdan a tu exnovio.
Al llegar al aeropuerto, tu amiga asigna tareas: "Bo, aguanta los globos; yo llevaré el cartel y mami, tú llevas las flores", dice con entusiasmo. La madre asiente y el padre, con su típico sentido del humor, pregunta: "Y yo, ¿qué llevo?". La madre, con una sonrisa, responde: "La presencia". Todos ríen un poco, preparándose para la llegada del famoso Enzo.
—
Justo cuando estás a punto de bostezar por el cansancio acumulado, de repente tu amiga y toda su familia irrumpen en gritos de emoción, corriendo hacia un hombre sorprendentemente guapo. Su piel canela y su cabello medio largo y desordenado lo hacen destacar en la multitud. Él también parece adormilado, llevando una maleta, hasta que se percata de su familia y se apresura hacia ellos.
La escena es conmovedora mientras se abraza profundamente con tu amiga, luego se dirige hacia su madre y ambos comienzan a llorar juntos. Por lo que tu amiga te había contado, no se habían visto durante años debido a la ocupada agenda del hermano.
Mientras esta emotiva reunión tiene lugar en el aeropuerto, tú te encuentras parada como un pingüino, sosteniendo los globos en tus manos, sin saber muy bien qué hacer en medio de tanta emoción familiar.
—
Ya cuendo van para el auto, tu amiga te introduce al hermano diciendo, “Enzo, esta es (Y/N) mi mejor amiga del alma, y va estar con nosotros por estas semanas” dice mientras ya se van sentando al auto, y Enzo, que al parecer se va a sentar al lado tuyo te dice, “Un placer (Y/N)”
Y así van todos contentos para la casa, para cenar, ya que la madre iba a prepara una pasta.
—
Al llegar a la casa, estás a punto de dirigirte directamente a la habitación para descansar un poco del viaje agotador, pero tu amiga te agarra del brazo con determinación y te dice: "¡Uh uh no! Te quedas con nosotros en la sala. Nada de cueva". Tú asientes, aceptando su decisión, y decides seguir su sugerencia.
Cuando te dispones a sentarte en el sofá de la sala, observas con curiosidad cómo las gatitas, Uma y Ada, salen de una habitación cercana. Enzo, al verlas, no puede contener su emoción y se tira al piso, hablándoles con ternura como si fueran bebés. La verdad es que Enzo se veía increíblemente adorable en ese momento, y no puedes evitar sonreír ante la escena.
Tu amiga te hace una mueca cómica, como si estuviera acostumbrada a este comportamiento de su hermano, y te dice en voz baja: "Es amante de los gatos, así que no te asustes si actúa así". Tú te ríes suavemente, encontrando la situación bastante divertida y encantadora.
Observas cómo Enzo interactúa con las gatitas, y te das cuenta de que tiene un lado dulce y tierno que no esperabas.
—
Después de un rato, Enzo se levanta del suelo con una sonrisa, dirigiéndose especialmente a su madre: "Ma, me voy a dar una ducha. Avísame cuando esté la cena", dice con tono amable. La madre asiente con un simple "ok", ocupada con los preparativos en la cocina.
Una vez que Enzo se retira para darse una ducha, te inclinas hacia tu amiga y le susurras en voz baja para que no te escuchen: "Oye, no me habías dicho lo guapo que es tu hermano". Ella te responde con una mueca divertida y te dice: "Te lo regalo si quieres". En un gesto juguetón, la empujas suavemente y respondes con un "ajá", aceptando el comentario con humor.
Ambas se miran y se ríen, compartiendo un momento cómplice antes de que Enzo regrese de su ducha y continúe con la cena en familia.
—
Después de un rato, mientras estás disfrutando de un vino con tu amiga y ayudando a preparar la mesa, Enzo hace su entrada. Viene con una cámara vintage en la mano, su cabello aún húmedo y desordenado, vistiendo una sudadera cómoda y descalzo. En general, se veía muy relajado y como en su casa; no parecía en absoluto un actor de Hollywood.
Mientras tú te sientas con tu vino en la mesa, Enzo comienza a moverse alrededor de la cocina, capturando momentos con su cámara: la madre preparando la comida, el padre cortando la carne asada, y la hermana charlando contigo. Luego, se dirige hacia las gatitas y llama a tu amiga, "Loca, ven acá, tírame una foto con Uma y Ada". Pero antes de que pueda tomar la foto, la madre interviene: "Enzo, después. Ya vamos a comer". Él asiente en respuesta.
Tú observas todo con asombro, pero al mismo tiempo, te sientes como si estuvieras presenciando algo muy familiar. Enzo se sienta nuevamente junto a ti, y de repente te toma una foto inesperadamente. Tu amiga lo regaña de inmediato, diciendo: "¡Enzo! A (Y/N) no le gusta que le tomen fotos". Con un tono suave, Enzo se disculpa: "Disculpa". Y tú respondes con amabilidad: "No te preocupes".
La atmósfera en la casa es cálida y acogedora, y te sientes cada vez más integrada en esta familia tan especial.
—
Después de unos 45 minutos en la mesa, todos parecían estar inmersos en sus propias conversaciones, dejándote a ti en un silencio momentáneo. Mientras tomas sorbos de tu vino, escuchas atentamente pero te sorprendes al darte cuenta de que nadie te ha dirigido la palabra en todo ese tiempo. Una sensación de soledad momentánea te envuelve, hasta que de repente, es Enzo quien rompe el silencio.
"Y tú, ¿qué haces?", pregunta Enzo, volviendo su atención hacia ti. Levantas la mirada, encontrando sus ojos, y respondes con sinceridad: "Soy dueña de una cafetería en Ciudad de México". Su expresión se ilumina con genuina admiración: "¡Guau, eso es impresionante!", responde con entusiasmo.
En ese momento, sientes una conexión especial con Enzo, como si sus palabras hubieran creado un puente entre ustedes. A pesar del bullicio de la mesa, te encuentras atrapada en su mirada, sintiendo una chispa de complicidad entre ustedes.
#enzo vogrincic#enzo vogrincic fic#enzo vogrincic x reader#society of the snow#la sociedad de la nieve#my writing#uruguay#fanfic#latina#spanish#argentina#necesito que enzo actúe en más pelis#me enamoré de un uruguayo#Spotify
315 notes
·
View notes
Text
A lo mejor por tener que llenarse de sangre falsa y maquillaje de efectos especiales en los estudios de Universal, Nora no se siente ridícula con su disfraz. Sí un poco pesimista, porque intentó que su hijo estuviera a juego con ella (como Nora debe ser un caballero en armadura, creyó que él podría ser su escudero) pero no hubo caso. Por lo mismo, lo deja ser en la lejanía, monitoreándolo desde un banco fuera de la floristería. Saca su botella plástica del interior del bolso, el contenido transparente llegando a su boca entreabierta al instante. Luego, la guarda otra vez y estira el cuello. Está un poco incómoda, normalmente acostumbrada a sus cárdigan en tonos pasteles y a sus largas faldas floreadas, pero pretende disfrutar del juego del Lobo. Cuando alguien pareciera estar por sentarse a su lado, ella esboza una sonrisa que, como siempre, parece sumamente melancólica. A pesar de ser una famosa scream queen, Nora es incapaz de controlar la tristeza, se escapa por los poros y respira fuerte. Dice: —El otoño en Maine es un espectáculo, ¿no crees? —No pregunta más, no en un principio, queriendo tantear terreno y saber si su conversación será bienvenida.
74 notes
·
View notes
Text
⤷ ❝sex hotline❞ — myg (s.m) pt. 2
➤ Pareja: yoongi x lectora!fem
➤ Recuento de palabras: 17.4k
➤ Género: sexo telefónico! smut y obscenidad!
➤ Resumen: La idea de tener tu primer orgasmo hablando con un extraño atractivo a través del teléfono te asusta muchísimo, pero tal vez no sea tan malo como crees, después de todo, Min Yoongi era el mejor en su trabajo.
➤ Advertencias: 18+ | lenguaje maduro y explícito | sexo telefónico | diferencia de edad (edad legal) | charla sucia | masturbación (ambos) | dom!yoongi sub!lectora | la lectora deja de ser vírgen | elogios y ligera degradación | Yoongi es coqueto y sabe lo que hace y dice | sobreestimulación | semi-exhibicionismo | mucha tensión sexual | muchos besos | sexo oral (r.lectora) | sexo con protección | sexo romántico (solo poquito) | Yoongi tiene un gran pene! | Jungkook hace una pequeña aparición sorpresa. ➤ Si no eres mayor de 18 años, POR FAVOR, no leas. Si lo haces es bajo tu propia responsabilidad, ten en cuenta las advertencias.
♥︎ softpxachy's
⤷ masterlist ♡ taglist ♡ instagram
Delight no siempre había sido una empresa reconocida y tolerada por mucha gente. La primera vez que lanzaron su sitio web, la gente se sintió intrigada por esa llamada "línea directa de sexo telefonico", y era esperarse que muchos se mostraran escépticos y disgustados por la idea general de su concepto.
Pero no hasta que una persona, alguien que no había sido bendecido con el premio gordo de la vida, decidió intentarlo y solicitar el trabajo. Y eso cambió todo.
A Yoongi simplemente le importaba un carajo que la gente lo señalara por postularse para ser un operador de sexo telefónico. Estaba ganando dinero desde la distancia sin esforzarse tanto como una persona promedio lo haría en un trabajo mediocre, ¿Quién no querría el tipo de trabajo que él tenía?
Y fue entonces cuando apareció el nombre 'Suga' en la plataforma, convirtiéndose en una demanda popular de los clientes por encima de otros empleados.
Y Yoongi lo había disfrutado, demasiado, sabía de antemano que él había sacado a flote una empresa condenada al fracaso y que ahora era quién la mantenía viva, él y su afilada lengua, muchas veces fue glorificado por su trabajo y su jefe nunca dudaba en decir eso frente a los otros empleados, ganádose solo los celos y la envidia de los demás empleados por ser considerado el favorito del jefe.
— Que se jodan.— Yoongi respondía de forma arrogante cada que escuchaba las quejas de sus compañeros de trabajo sobre la supuesta injusticia laboral que sufrían.— Deberían ser mejores en su trabajo.
Había estado viviendo los mejores momentos de su vida sin duda alguna, disfrutando con el hecho de hacer que las personas se retorcieran de placer a kilómetros de distancia de él con unas simples palabras que lograban desatar todas sus fantasias mas oscuras, había disfrutado de esa sensación de poder, atención y halagos que recibía por su buen trabajo, pero bien dicen que lo que fácil llega, fácil se va.
Ahora sentía como si todo lo que había logrado en Delight hubiera sido un solo momento de euforia que ahora se había acabado, porque ya no se sentía igual que cuando comenzó con este trabajo.
Ya no sentía esa sensación de adrenalina correr por sus venas cada que escuchaba el tono de llamaba de su número de trabajo, era como si esa sensación de satisfacción y poder se hubiera reducido a nada, como si la rutina de cada día lo hubiera consumido por completo, ya sin siquiera hacerlo sentir placer con lo que hacía, y odiaba admitirlo, pero se sentía como si solo fuera combustible de fantasía para los clientes que pagaban por escucharlo.
Era su trabajo, sí, pero mentiría si dijera que ahora se sentía como una tarea que debía cumplir.
Había una distancia entre él y los demás que de alguna manera detestaba ahora.
Antes, Yoongi encontraba esa desconexión como un consuelo, creía que podía ir y venir cuando quisiera. Se divertiría con los demás en una proximidad lo suficientemente segura como para perder el tiempo sin temor a contraer sentimientos serios y poder mantener su trabajo. Era un plan sólido, hasta que dejó de serlo.
Todo lo que Yoongi anhelaba ahora era esa chispa entre él y otra persona, tener alguien con quién hablar de cosas banales sobre su día y no solo tener que escucharlos gemir a través del teléfono. Y cuanto más tiempo pensaba en eso, más se daba cuenta de lo solo que estaba.
Los ruidosos gemidos al otro lado de la línea lo hicieron formar una mueca y alejar considerablemente el teléfono de su oído, eran tan ensordecedores, mucho más exagerados que si estuviera viendo una película porno, y esa simple situación estaba agotando su paciencia poco a poco. Podía haber sido lo que él quería antes, la distancia, la capacidad de mantenerse inalcanzable, pero ahora se está convirtiendo en algo molesto.
— Relájate bebé, no querrás que tus vecinos te escuchen ¿verdad? — Habló por lo bajo en una sutil amenaza cubierta en una voz ronca, agradeciendo internamente que los lamentos de su clienta al otro lado del teléfono se detuvieran casi por completo.
Y lo siguiente que vinieron fueron los mismos halagos de siempre, agradeciendo haberle hecho pasar un buen momento y rogando su atención de nuevo para la próxima llamada, pero todo lo que pudo hacer fue forzar una amplia sonrisa y encogerse de hombros ante sus palabras justo antes de que toda su máscara se desmoronara cuando terminó la primera llamada de la noche.
Su teléfono se deslizó por la mesa en el centro de la sala cuando lo lanzó sin cuidado, elevando ambas de sus manos para frotar su rostro y suspirar con frustración como lo había hecho en los últimos días, su mirada se desvió hacia su entrepierna y bufó aún más molesto. ¡Ni siquiera habia tenido una jodida erección!
Era realmente divertido como las cosas habían cambiado en un mes, hacer la misma rutina agotadora cada vez le costaba más, después de dos años de estar trabajando para Delight estaba considerando seriamente renunciar al trabajo en el que ya no podía volver a encontrar el mismo placer que sentía antes. Y sabía muy bien que el que estuviera considerando esa idea tenía mucho que ver con una persona, específicamente con T/n.
Supo que estaba completamente jodido desde el primer momento en que se dio cuenta que no podía dejar de pensar en ella, en la forma tan inusual en que llamó a su línea de trabajo,y en cómo se escuchaba tan avergonzada después de que lo supo, había sido lindo, demasiado para hacerlo sonreír después de mucho tiempo de no hacerlo.
Pero lo que simplemente no podía olvidar era su suave y dócil voz con la que lo llamaba y el título que había utilizado para él, era como si aún pudiera escuchar su respiración agitada a través del teléfono, sus gemidos, el simple hecho de recordar que él había sido el primer hombre en hacerla sentir bien, y en lo dulce que se escuchó cuando la hizo tener su primer orgasmo.
Sabia que eso simplemente había alimentado por demás su ego, pero habia algo más y él no podia comprenderlo del todo, T/n tenía algo mas que lo hacía quererla sólo para él, lejos de la forma tan adorable en que ella le había preguntado si podian conocerse en persona, lo entusiasmada que se escuchaba con la simple idea lo seguía atormentando por las noches, sintiéndose como un idiota por la forma tan cobarde que huyó de ella y de algo que él tambien quería.
Y ahora aquí estaba, mirando con desdén el sobre grueso y blanco con su paga mensual por su trabajo y con la mente llena con el recuerdo de T/n, sabía que estaba en las mismas circunstancias, porque sí, joder, la quería, la deseaba y necesitaba, pero sabía que había arruinado todo y que tendría que vivir con eso desde la última vez que habló con ella hace un mes.
Volvió a gruñir frustrado mientras se ponía de pie del sofá donde estaba para servirse un poco de Whisky y ponerse de buen humor para sus próximos clientes, sabiendo que incluso el mínimo requería un cierto grado de esfuerzo y él ya se sentía más agotado que otros días.
Pero su línea se reabriría de nuevo en diez minutos y debía cumpir con su trabajo mientras se preguntaba cuáles podrían ser los interés de su próximo cliente, qué podría hacer para complacerlo y qué podría decirle, estando seguro que al final tendría que conformarse con una paja mal hecha que intentara llenar el vacío dentro de él.
T/n se arrepentía de muchas cosas en su vida.
Cómo no haber organizado una grandiosa fiesta de cumpleaños número dieciocho para celebrar su legalidad, cómo no socializar lo suficiente como para tener un gran círculo de amigos que la sacaran de vez en cuando de su encierro en su departamento. y de cómo había tirado el trozo de papel con el número de teléfono de Yoongi hace unas semanas.
Mentiría si dijera que no había estado tan avergonzada después de todo lo que había pasado con él, podía sentir un nivel de humillación que no creía que un ser humano pudiera sentir. Pero ella lo sentía.
Qué estúpido de su parte habia sido pedirle que se concieran en persona. ¿Para qué? ¿Para que la pudiera follar? ¿Estaba tan caliente que permitió que sus sucios deseos tomaran control sobre ella?
Sí, bueno, había sido una completa tonta con sus palabras, pero lo que aún le seguía dando vueltas a su cabeza fue lo que Yoongi dijo justo antes de terminar la llamada.
"Lo pensaré."
¿No era esa una buena forma de decir "no"?
Pero aún así, no había forma de que volviera a hablar con él y pedirle una explicación o aunque sea disculparse por dejarse ver como una urgida. Su teléfono no habia guardado su contacto y queriendo olvidar todo lo que habia pasado, simplemente tiró la tarjeta a la basura.
No sabía si culparse a sí misma por querer escuchar su voz una vez más, por querer revivir los sentimientos que tenía cada vez que Yoongi le hablaba con esa voz tan sensual, incluso si era simplemente para poder disculparse, T/n anhelaba ser cautivada una vez más con su voz.
Se encogió de hombros mientras desconectaba su computadora de su escritorio para pasarse a su cama sin darle muchas vueltas al asunto.
— Soy una perra desesperada, pero está bien.— Habló sarcásticamente mientras abría el navegador, respirando profundo para tomar algo de valor.— Todo lo que tengo que hacer ahora es disculparme. Eso es todo.
Se sentía incluso más nerviosa que esta tarde cuando decidió que debia ponerle fin a todo esto que tuvo con Yoongi y tratar de buscar la empresa en la que trabajaba para disculparse y poder dormir en paz por las noches, sus manos sudaban mientras escribía en el buscador "línea directa de sexo", inmediatamente apareció un sitio llamado Delight como el enlace superior y cuando le dio clic al texto resaltado en azul se sorprendió aún más.
— Dios…— Resopló de forma temblorosa preguntándose cómo era que a las 7 p.m de un domingo se encontraba desplazándose por este sitio web.
En la página principal podía ver una línea directa etiquetada como "perfiles de operador" y cuando dio clic alrededor de 10 perfiles de operadores se desplegaron ante sus ojos, cada uno en orden de acuerdo al puntaje de estrellas que recibían de los clientes, y el primer perfil era el de Suga con una calificación de 5 estrellas y con cientos de opiniones de diferentes clientes; hombres y mujeres por igual.
Le fue imposible no sonrojarse viendo una que otra de las opiniones donde halagaban sus servicios, sorprendiéndose con lo abiertos que eran los usuarios de la página, pero de igual no podía negarlo, Yoongi era realmente bueno en su trabajo, lo había comprobado por sí misma aunque no hubiera sido una clienta como tal, y sintió su corazón latir con fuerza en su pecho mientras marcaba en su teléfono cada número que estaba en la plataforma, sin saber si estaba mental y físicamente preparada para lo que estaba a punto de hacer.
Yoongi ya iba por su segunda copa de Whisky de la noche, y agradecía internamente que fuera demasiado tolerante con el alcohol para decidir seguir trabajando con los clientes que tenía en espera en lugar de mandar todo a la mierda e irse a dormir.
Suspiró pesadamente mientras le daba un último vistazo a la gran vista de la ventana hacia la ciudad nocturna debajo de él, viendo el bullicio de los vehiculos y de la gente vivir sus vidas en paz antes de volverse hacia su sofa y tomar asiento, ya estaba sin camisa y solo vestia un par de pantalones negros, las luces de la sala era tenues y la musica sonaba de fondo, lo que ayudó a construir una buena atmosfera como lo hacia cada noche.
El tono de llamada volvió a resonar en toda la habitación y dejó el vaso de cristal en la mesita frente a él mientras respiraba hondo, como si su cerebro encendiera un interruptor su actitud arrogante y sensual regresó a su cuerpo en un abrir y cerrar de ojos mientras levantaba el teléfono para contestar.
— Buenas noches cariño.— Respondió por lo bajo, haciendo todo lo posible por entrar en personaje, y no pudo evitar fruncir el ceño cuando el otro lado de la línea se quedó en silencio.— ¿Hola? ¿Puedes oírme claramente, querida?
Y aún así, el silencio seguía predominando.
Yoongi no estaba sorprendido por eso, e involuntariamente sonrió al recordar que así fue como conoció a T/n, se rió por lo bajo de eso y cuando estaba a punto de hablar, lo siguiente que escuchó lo tomó por sorpresa antes de que pudiera pronunciar alguna palabra.
— ¿Yoongi?
Y con eso se quedó boquiabierto cuando se dio cuenta de que el cliente sabía su verdadero nombre, entró en pánico, sin saber si alguien se había entrometido en su privacidad o si era un acosador espeluznante.
Ahora, fue su turno de quedarse sin palabras.
— Yoongi... soy T/n.
Y Yoongi sintió una puñalada clavarsele en el pecho. Había estado intentando olvidar lo que pasó entre ustedes dos durante las últimas semanas, sin poder dejar de pensar en ella, y ahora de repente todos esos recuerdos le volvieron a inundar la mente.
Ya había cometido el error de huir de ella cuando le preguntó si podían verse, pero con lo siguiente que dijo fue como si estuviera actuando solo por impulso y con la sorpresa del momento.
— ¿T/n? — Balbuceó de a poco, aun sin poder creer que estaba hablando de nuevo con ella.— T/n, ya te dije...
— ¡Escucha! — T/n respondió de inmediato, sin darle oportunidad de que volviera a alejarse.— Sé que probablemente este no sea el momento adecuado, pero quiero pedirte perdón por...
— Sí, T/n, ahora no es el momento.— Yoongi la cortó de repente, inclinando la cabeza hacia atrás y desplomándose sobre el sofá.— Estoy tratando de trabajar.
Y tan pronto como dijo eso ni siquiera pudo luchar contra el impulso de querer golpearse el rostro, ¿de verdad había dicho eso? Después de estarse quejando de su trabajo durante semanas, ¿lo había vuelto a poner primero antes que ella?
Con eso solo volvió a corroborar que era un idiota, y se sintió así aún más cuando escuchó a T/n murmurar un pequeño y debil “lo siento” a traves del telefono, era como si pudiera imaginarla encogida en su cama y con un puchero en los labios por sus palabras disculpandose por haberlo molestado, cuando él era el que debia disculparse con ella por todo lo que habia pasado.
— Esta bien bebé, lo entiendo…— Comenzó a hablar despacio mientras se pasaba una mano por su cabello negro.— Y yo también lo siento, lo último que dije la otra vez fue un movimiento idiota, solo estaba pensando en mi trabajo.
Y con eso T/n se permitiò escucharlo atentamente, asintiendo a sus palabras como si él pudiera verla, sonriendo al escuchar ese bonito apodo brotar de sus labios y sintiendo como su voz tan calmada y serena viajaba por su cuerpo como si fuera una manta cubriendola y haciéndola entrar en calor, sin poder evitar admitir que había extrañado demasiado esa sensación.
— Pero, dijiste que pensarías sobre eso…— T/n murmuró poco después sintiendo como el entusiasmo volvía a ella y atreviéndose a mencionar eso de nuevo con la pequeña esperanza de que él también lo quisiera tanto como ella.
Y aparentemente estaba en lo correcto, porque una sonrisa felina se dibujó en los labios de Yoongi al escucharla, y decidió llevar la llamada por una ruta diferente, viendo si podía usar esto a su favor para hacerlos pasar un buen rato ahora que se daba cuenta de cuánto había extrañado hablar con ella y queriendo aprovechar esta llamada al máximo.
— ¿Cuánto tiempo has estado pensando en mí, bebé? — Preguntó con su voz volviéndose grave y ronca, ensanchando su sonrisa al escuchar un leve suspiro al otro lado de la línea.— ¿No me digas que ya has dejado de pensar en lo que puedo hacerte?
Y ante eso T/n tuvo que morder su labio para intentar reprimir los pequeños gemidos que amenazaban con salir de su boca, siempre iba a estar sorprendida del increíble poder que tenía su voz en ella, de cómo se derretía ante sus palabras y de cómo su respiración se aceleraba con solo escucharlo.
Yoongi era como ese néctar de placer al que siempre quieres regresar para poder disfrutar un poco más, y por supuesto que no negaría sus preguntas, todas las noches después de sus calientes encuentros por medio del teléfono se encontraba sobre su cama y con la mano entre sus piernas intentando volver a sentir lo que sintió con él hablándole al oído, pero como era de esperarse, ninguna de esas veces lo logro, y eso solo la hacía desearlo aún más.
Yoongi solo sonrió aún más al no recibir una respuesta de ella, solo disfrutando con el sonido de su acelerada respiración, casi pudiendo imaginar que era lo que T/n debía estar sintiendo en este preciso momento
— A decir verdad, T/n, yo no podía dejar de pensar en ti. Si tan solo supieras lo horrible que me sentí cortándote así.— Yoongi volvió a hablar, usando esa voz tan sensual y sabiendo perfectamente el efecto que tenía sobre ella solo para ver hasta dónde podía llegar.
— Supongo que ambos somos culpables de algo, ¿eh? — T/n respondió de igual forma, todavía tratando de acostumbrarse a escucharlo después de tanto tiempo.— Pero eso es todo lo que tengo que decir. Yo... puedo dejarte con tu trabajo ahora, supongo que tienes toda una fila esperando por ti.— Agregó con calma y su voz se desvaneció al final de su oración.
Y esa fue la señal que Yoongi esperaba, una bombilla apareció en la parte superior de su cabeza, con una idea nadando en su mente sobre lo que podía hacer con ella, no podía dejar que esta llamada se desperdiciara, sin saber si esta podría ser la ultima vez que hablaría con ella y que escucharía su dulce voz.
— ¿Crees que voy a dejarte ir así? — Yoongi murmuró roncamente después de escuchar sus palabras y solo para agregar en medio de un gemido ahogado.— ¿Sin hacerte pasar un buen rato? ¿Qué dices, bebé?
Era como si con con cada palabra Yoongi le estuviera hablando como si fuera la primera vez, y T/n pudo sentir como los latidos de su corazón se volvieron más rápidos y acelerados, estaba volviendo a usar esa voz que tanto adoraba en secreto y simplemente dejó que su mente se sometiera a sus deseos y que sus fantasías hicieran lo que quisieran con su cuerpo.
— Aw, sé que quieres, T/n. No seas tímida, sé que ha pasado un tiempo desde que escuchaste mi voz. ¿No quieres que te hable sucio? — Yoongi volvió a provocarla, pero era como si los efectos estuvieran actuando de forma contraproducente en él porque todo su cuerpo se calentó en un santiamén cuando la escucho soltar un rápido y silencioso gemido por lo bajo, haciéndolo sonreír de forma arrogante y sentir como toda la adrenalina volvía a apoderarse de él.— ¿Mhm? ¿Ese pequeño gemido es un sí? ¿Quieres que te hable sucio y te ayude a correrte, bebé?
T/n suspiró temblorosamente mientras se acomodaba mejor sobre la cama, apoyando su cabeza en las almohadas solo para cerrar sus ojos por un breve momento, estaba aquí, ésto estaba ocurriendo de nuevo, y no había un solo nervio en su cuerpo que quisiera detenerse, así que se obligó a cerrar sus piernas juntas por la necesidad de sentir un poco de fricción ahí abajo con lo siguiente que dijo.
— Sí, por favor.
Yoongi chasqueó su lengua al otro lado de la línea al mismo tiempo que inclinaba su cabeza hacia un lado en señal de molestia.— Niña mala. ¿Ya has olvidado cómo llamarme?
— No, lo siento señor.— T/n se corrigió de inmediato, sin poder evitar arrastrar su pijama hasta sus rodillas para poder acariciar la parte interna de sus muslos de a poco, sintiendo su piel caliente y ansiosa.
— Joder, me encanta que me llames asi.— Yoongi soltó un gemido de satisfacción después de escucharla, dejando caer su cabeza hacia atrás sobre el respaldo del sofá y sintiendo como toda la sangre de su cuerpo se concentraba en su entrepierna.— Siempre tan obediente y educada conmigo, creo que necesitas saber cómo tu dulce voz hace que mi polla se ponga dura por ti.— Y con eso volvió a escuchar otro gemido manso brotar de sus labios, instandolo a continuar hablando con una sonrisa arrogante.— Me imagino lo desesperada que debes de estar por sentir mi polla follando tu pequeño y apretado coño, porque eso es lo que quieres ¿verdad?
— Sí, señor…— T/n suspiró esas dos palabras mientras su mano subía por sus piernas, llegando al lugar deseado solo dejar que sus dedos se deslizaran lentamente por encima de su núcleo vestido, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo cuando escuchó un gemido gutural brotar de él seguido de un profundo suspiro.
¿Él tambien se estaba tocando? Joder, si estaba en lo correcto T/n pudo jurar que sintió como si una oleada de calor la hubiera golpeado de repente, todo su cuerpo se sentia extremadamente caliente y necesitado y le fue imposible no enredar sus dedos en el borde de su blusa para quitarsela, arrepintiendose casi de inmediato cuando escucho a Yoongi chistar molesto.
— ¿Ya te estás desvistiendo sin que yo te lo haya dicho? — Yoongi se burló con un tinte de advertencia en su voz que rápidamente fue remplazado por una neblina de deseo al imaginar todo su cuerpo desnudo, con sus senos al aire libre y sus bragas empapadas mientras lo esperabas tendida en su cama, y fue esa misma imagen mental la que lo hizo comenzar a palmearse su pene medio duro por encima de sus pantalones.— ¿Puedes hacerme un favor y jugar con tus tetas, bebé?
Yoongi pidio en medio de un suspiro tembloroso que hizo que T/n obedeciera de inmediato a su orden, poniendo su teléfono en altavoz para elevar sus manos hacia su pecho, jadeando con fuerza cuando deslizó la punta de sus dedos alrededor de sus duros pezones, amasando cada uno de sus senos con la presión perfecta haciéndola arquear su espalda; prácticamente retorciéndose sobre su cama y apretando sus muslos juntos, sintiendo como el calor en su entrepierna aumentara incontrolablemente, obligándose a morderse el labio inferior para tratar de ocultar sus vergonzosos gemidos y fallando olimpicamnete en el intento.
— ¿Alguna vez te tocaste pensando en mi, bebé? — Yoongi pregunto después de unos segundos queriendo saber si ella había pasado por lo mismo que él; disfrutando en silencio de su respiración laboriosa y sus suaves gemidos, jugando consigo mismo debajo de sus pantalones, con sus largos dedos frotando fácilmente toda la circunferencia de su pene erecto aún atrapado en su boxer.
— Lo intenté…— T/n susurro a medias, con su mente volviendo a esos momentos en los que Yoongi la hacía sentir increíblemente húmeda con solo su voz cuando hablaba con él, aun cuestionandose como era posible que un hombre detrás de un teléfono tuviera tanto efecto en ella.— Lo intenté, pero no era tan bueno…
— ¿En realidad? ¿Prefieres que yo te ayude?— Yoongi sonrió ante tus palabras y ante el bonito gemido que se escuchó al otro lado, haciéndolo sacar su pene de su confinamiento y viendo su erección salir disparada hacia arriba y golpear su abdomen ligeramente, sin poder evitar morderse el labio ante la vista, hacia tanto tiempo que no tenía una buena erección y ahora T/n lo había logrado tan fácilmente.
— Joder, sí…— T/n respondió con su voz temblorosa y mientras arrastraba su mano por toda su entrada, jugando con sus pliegues humedos por encima de la tela; ejerciendo un poco de presión sobre su clítoris solo para que sus caderas se sacudieran con placer y haciendola respirar con dificultad.— Mhm ¿puedo tocarme, señor?
Y Yoongi gruño a través de su labio inferior mordido, con sus cejas fruncidas y con sus dedos moviéndose con más fuerza sobre su dura longitud, eras una chica tan buena para él, y lo ponía duro como una piedra concebir que una chica tan linda como tú pudiera someterse fácilmente a una de sus charlas sucias, solo haciéndolo esparcir el líquido preseminal que brotaba de la punta de su pene por todo lo largo, imaginando que era tu humedad la que lo cubría.
— Ow bebé…— Yoongi bromeó con arrogancia y solo escuchandola quejarse por lo bajo de sus burlas.— ¿Quieres tocarte ahí abajo con mi ayuda?
— Sí, sí…— T/n respondió rápidamente, casi jadeando mientras las puntas de sus dedos se movían entre sus pliegues, chillando por lo bajo sin tener una fricción real donde más lo necesitaba.— Por favor, señor. Por favor…
— ¿Y qué te hace pensar que te mereces mi ayuda, hm? — Yoongi preguntó con su voz áspera, deteniendo los movimientos en su pene y escuchando el susurro confundido brotar de sus labios.
— P-pero…— T/n balbuceó sin entender sus palabras, sintiendo una serie de fuertes escalofríos recorrer su cuerpo una vez más.
— Puedo dejarte aquí, ahora mismo, terminar esta maldita llamada como si hablar contigo nunca hubiera pasado.— Yoongi habló con desdén riendo por lo bajo de la forma en que la escuchó removerse sobre la cama y dejar escapar otro gemido lastimero ante sus palabras.— Eres como una pequeña gatita, siempre lloriqueando en lugar de decir lo que diablos quiere.
¿Cómo se habia vuelto tan degradante de repente?
La mente de T/n estaba haciendo todo lo posible para pensar en una respuesta a su pregunta anterior, y, afortunadamente, Yoongi espero paciente.
— He sido buena, señor…— Respondió poco después, no queriendo hacerlo esperar demasiado y que se molestara por eso antes de sobresaltarse sobre la cama al escucharlo reír burlonamente.
— ¿Buena? Claro, has sido una buena niña.— Yoongi reaccionó arrogante ante su respuesta soltando el agarre en su miembro y viéndolo rebotar levemente sobre su vientre.— Me he encontrado con muchas de ellas en el pasado, cariño. Todas estaban llenas de palabras, pero no podían soportar ser jodidamente obedientes. ¿Cómo puedes ser diferente, eh? ¿Cómo puedo saber que no me estás mintiendo?
T/n quería golpear una pared por la forma en que se estaba burlando de ella, y su espalda se arqueó sin darse cuenta, reprimiendo un grito de frustración al escucharlo reír sutilmente ante su reacción.
— Sabes, escucharte toda ansiosa y necesitada, escuchar las sábanas debajo de ti moverse mientras tu cuerpo se retuerce es música para mis oídos, será mejor que no te toques, T/n. ¿Quieres ser una buena niña? Entonces espera mis instrucciones, ¿entendido?
— Sí, señor.— T/n respondió en un santiamén a sus palabras, alejando sus manos por completo de entre sus piernas.
Oh, Yoongi nunca se cansaria de escuchar la forma en que decias esas dos palabras.
— Más fuerte.— Demandó endureciendo el tono de su voz.
Otro jadeo tembloroso dejó los labios de T/n al escucharlo, sabía muy bien que Yoongi estaba en su estado más dominante y eso solo la hacía querer darle todo lo que pidiera, y le encantaba, jodidamente que le encantaba.
— Sí, señor.— Expresó una vez más, más fuerte que la anterior.
Yoongi no solo estaba cautivado con ella y con su afán de querer complacerlo, sino que se sentía diferente cuando hablaba con ella a comparación de otros clientes y no podía negar que sentía un cariño especial, era como si estuviera hablando con alguien personal para él, y no solo con un extraño, todo era mas intimo con ella.
— Muy bien…— Murmuró poco después, mientras que con uno de sus dedos trazaba la longitud palpitante de su miembro; provocándose desde la base hasta la punta, impaciente por escuchar sus encantadores gemidos, pero aún así se las arregló para seguir hablando.— Sabes, T/n, quiero saber más sobre ti.
— ¿Oh? ¿A qué te refieres? — T/n preguntó un tanto confundida, casi sintiendo como su excitación inicial se iba esfumando de su cuerpo.
— Tienes que decirme lo que te gusta, cariño. Lo que te excita, las fantasías que tienes almacenadas en esa sucia cabecita tuya.— Yoongi habló con una voz tan baja, tan profunda y tan sensual que T/n ni siquiera pudo evitar sentir como una descarga de adrenalina corría por sus venas y como el familiar cosquilleo se acentuaba entre sus piernas una vez más.
Inmediatamente su rostro se sonrojo y su respiración se agitó al darse cuenta de lo que estaba pidiendo, esta era la primera vez que un hombre le preguntaba cuales eran sus deseos y, si era completamente sincera, T/n tenia las fantasías más oscuras y sucias para alguien que nunca antes habia tenido sexo.
— No puedo ayudarte si no me lo dices, bebé. Vamos, dime lo que te gusta y tal vez…— Yoongi volvió a hablar justo antes de hacer una pausa y morderse el labio inferior ante lo que siguiente que dijo.— Tal vez podemos hacer que cobren vida.
Y T/n pudo jurar que casi jadeó al escucharlo, sus cejas se arrugaron dándose cuenta de lo excitada que estaba de nuevo y sus caderas se agitaron sobre la cama necesitando un poco de fricción en su clítoris, la forma en que Yoongi hablaba solo alimentaba aún más su deseo de él, y sabía que si no podía tenerlo pronto se volvería loca.
— ¿Cobren vida? — T/n preguntó retóricamente mientras pasaba la punta de su lengua por sus labios, sonriendo con complicidad queriendo escucharlo decir lo que tanto necesitaba.— ¿Qué está insinuando, señor?
Yoongi podía sentirla sonriendo al otro lado de la línea mientras decía esas palabras, haciéndolo sonreír de la misma forma; contento con la repentina confianza en su tono de voz generalmente manso que tanto adoraba.
— Niña, estoy insinuando que vengas para que finalmente pueda hacer que mi lengua pruebe tu dulce coño.
Y con eso T/n ni siquiera pudo evitar jadear con fuerza, sintiendo como si con esas palabras hubiera activado un botón de deseo duplicado dentro de ella, y haciendo que Yoongi sonriera aún más al escucharla.
Completamente seguro de que él quiso decir cada palabra que dijo.
Él la necesitaba, y ya le importa un carajo todo lo demás.
T/n no podía hacer que sus pies se quedaran quietos mientras rebotaban constantemente bajo el escritorio, sus ojos miraban el reloj sobre la pizarra cada minuto como si pudiera hacer que el tiempo avanzara mas rapido. Quedaban diez minutos antes de que terminara su última clase, irónicamente con la profesora Kim, y con eso ya habría terminado con sus clases del día de hoy, y eso significaba que finalmente conocería a Yoongi.
Nunca pensó que terminaría así, una chica universitaria virgen que anhelaba a un hombre que nunca antes había visto, pero Yoongi lo había logrado, había logrado que se enamorara completamente de él con solo su voz.
T/n no dejaba de pensar en qué aspecto tendría Yoongi, si su voz era tan profunda y erótica en la vida real o solo lo era a través del teléfono, pero en lo que más podía pensar era en cómo se sentirían sus manos en sobre ella, apretándola contra su cuerpo mientras se encargaba de murmurar todas esas palabras lascivas contra su oído, haciéndola temblar con cada sílaba que pronunciara como tantas veces había soñado. Esa simple idea hacía que su cabeza diera mil vueltas, solo haciéndola sentir cada vez más ansiosa y desesperada.
— Oye, no hagas eso.— Una voz al otro lado de ella la hizo salir de su torrente de pensamientos sucios sobre Yoongi, y cuando se giró hacia la izquierda para mirar al dueño de esa voz se encontró con un chico de cabello largo y negro, mirandola con ojos de gacela con sumo cuidado antes de volver a hablar.— ¿Estas bien?
— Si, lo siento.— T/n musitó por lo bajo deteniendo el movimiento de su pierna y encogiéndose en su asiento con vergüenza como si el hombre al lado de ella supiera cada uno de sus pensamientos.— No quise molestarte.
— No, no, no es nada. He leído en alguna parte que mover la pierna continuamente es un signo de ansiedad... o algo así.— El chico sonrió mostrando sus dientes antes de resoplar nerviosamente.— Soy Jungkook.
Esto era tan aleatorio. T/n había estado sentada al lado de este chico durante toda la clase sin haber cruzado ni una sola palabra y ahora se estaba presentando a ella.
— Soy T/n, un gusto conocerte.— Respondió cortésmente al mismo tiempo que la campana de final de clases se escuchaba por toda la escuela, regresando los nervios a su cuerpo y haciéndola ponerse de pie para recoger todas su cosas y salir lo más pronto posible, evitando más interacciones con Jungkook.
— Oye…
Su voz la detuvo de nuevo justo cuando estaba a punto de bajar las escaleras hacía la salida de la escuela, y cuando T/n se dio la vuelta hacía él casi estuvo a punto de suspirar por lo increíblemente guapo que era viéndolo pasar una mano por su cabello espeso; peinandolo hacia atrás antes de hablar.
— ¿Tal vez podríamos conocernos algún día?
Yoongi.
Tenía que ver a Yoongi.
—Uhm bueno…— T/n murmuró evitando el contacto visual con él, recordando que Yoongi la estaba esperando fuera de la escuela.— Lo pensaré, Jungkook.
Y antes de que pudiera decir algo mas T/n prácticamente salió corriendo hacia la puerta, frunciendo lo labios al darse cuenta de que acababa de rechazar a un hombre como Jungkook, pero ahora en todo lo que podía pensar era en Yoongi.
Yoongi le había enviado un mensaje de texto para que se encontraran en la biblioteca justo afuera de su universidad, y ahí estaba, sentando en uno de los bancos fuera del lugar con las piernas cruzadas mientras jugueteaba con su teléfono.
Al igual que T/n, él también se preguntaba cómo se vería ella, y sin embargo, él estaba seguro que sería tan hermosa como lo era su voz, y tenía ese pensamiento mientras escaneaba la multitud de estudiantes que salía de la universidad, tratando de adivinar quién eras en esa masa de personas.
Le envío otro mensaje con un simple "Te llamare”, y en cuestión de segundos, su corazón comenzó a acelerarse mientras caminaba hacia la biblioteca marcando su numero para llamarla, sabría instantáneamente dónde estaría T/n tan pronto como se llevara el teléfono a la oreja, y efectivamente así fue.
— Estoy justo aquí, bebé.— Yoongi habló a través del teléfono centrando su atención y su mirada en T/n quien juró que sintió una ola de mariposas revoloteando en su estómago al escuchar su voz resonando a través de su cuerpo.
Se dirigió de a poco hacia donde estaba sentado, viéndolo todavía con su teléfono contra su oreja y con sus ojos enfocados en ella sin dejar de mirarla con una sonrisa arrogante en todo su rostro, y T/n estaba rezando porque no se diera cuenta de la forma tan vergonzosa que su cuerpo estaba temblando de los nervios.
¿Realmente era él?
Dio unos cuantos pasos más hacia adelante hasta que estuvo prácticamente a medio metro de él, su mirada estaba clavada en ella y parecía que todo lo que la rodeaba la hacía aminorar la marcha.
— Yoongi…— T/n susurró por lo bajo, y él escuchó el suave sonido a través del teléfono.
— Mhm sí, ese soy yo.— Yoongi afirmó formando una sonrisa sin apartar los ojos de ella antes de levantarse bruscamente del asiento.— Acércate.— Demandó con el teléfono todavía presionado a su oreja, y T/n hizo lo que dijo, cerrando la brecha entre ustedes dos lentamente.— Más cerca.
Y mientras la veia acercarse mas a él Yoongi ni siquiera pudo evitar escanear su cuerpo de arriba hacía abajo con sus ojos, observando atentamente la forma en que sus curvas resaltaban bajo su ropa, era solo un poco más pequeña que él, sus ojos de muñeca dejaban de mirarlo con asombro y los de Yoongi se perdieron por completo en sus labios que se veían tan suaves, de repente sintió el deseo abrasador de poder besarlos para poder comprobar su teoría y las palmas de sus manos comenzaron a picar con la necesidad imperiosa de poder tocarla.
— Hermosa.— Yoongi susurró poco después, con su voz ahogada y lo suficientemente alto como para que T/n lo escuchara, haciéndolo ensanchar su sonrisa cuando noto como apartaba su mirada avergonzada de él.
La llamada terminó cuando estuvo finalmente frente a Yoongi y cuando él le extendió su mano para que la tomara, todo era diferente esta vez, esto estaba sucediendo en la vida real y T/n ya no estaba en la comodidad de su habitación hablando con él, Yoongi estaba con ella, físicamente presente, a punto de recibir su toque, como tantas veces había imaginado.
— No me dejes con la mano estirada, bebé.— Yoongi habló divertido y con su voz ronca, ensanchando su sonrisa hacia ella.
Oh, Dios. Su voz sonaba mucho mejor que por teléfono, tenía esa misma profundidad, ese tono que siempre hacía que su cuerpo temblara y se agitara de lujuria, y T/n se obligó a sacudir todo tu nerviosismo antes de tomar su mano y estrecharla con la suya.
Podría haber mentido, pero T/n estaba completamente segura que sintió una descarga eléctrica recorrer todo su cuerpo tan pronto como su mano tocó la de él, y se quedó procesando esa sensación mientras Yoongi la acercaba más hacia él, casi demasiado para poder notar la forma en que su mirada estaba pegada a sus labios, lamiendo lo suyos a cambio, y de alguna manera, era como si los dos se estuvieran tomando su tiempo para sumergirse en la presencia del otro entre las personas que seguían caminando a su alrededor.
— ¿Está bien si envuelvo mis brazos alrededor de ti? — Yoongi ronroneó examinando su rostro en busca de una respuesta, desechando su creciente ego al notar que sus mejillas se ponían más rojas a cada segundo.— ¿Hm? — Instó mientras con su pulgar acariciaba sus nudillos con calidez y, con cada roce, T/n sentía su corazón latir más rápido a cada segundo.
T/n no respondió, más bien tomó su mano y la guío hacia su cintura, como si estuviera pidiendo en silencio que la tocara, y él gustoso lo hizo, envolviendo su mano alrededor de su cintura.— Puedes abrazarme, Yoongi.
Y sin dudarlo Yoongi usó ambas manos para acercarla por completo a él, presionando su cuerpo contra su pecho y eliminando por completo cualquier distancia entre los dos casi con urgencia.
— No sabes cuánto te he imaginado diciendo mi nombre, joder.— Murmuró con su voz baja, mirándola con avidez al mismo tiempo que frotaba sus pulgares en su cintura enviandole pequeñas descargas de placer por su cuerpo.— Eres tan jodidamente impresionante, bebé.
T/n prácticamente tuvo que reprimir un gemido que amenazaba salir de sus labios al escucharlo, sabia que no podia hacerlo en publico, pero era casi imposible no querer derretirse a sus pequeñas atenciones.
— Eres más de lo que esperaba…— Yoongi volvió a hablar mientras apoyaba su frente en la tuya, ajeno al hecho de que ambos están en público, mostrando afecto como si fueran un pareja, la estaba mirando profundamente a los ojos como si se conocieran desde hace mucho tiempo sin detener sus caricias en su piel.
¿Por qué lo haría después de todo cuando se moría por ponerle un dedo encima desde que la conoció?
— Eres un chica jodidamente hermosa.— Arrulló con su voz ronca al mismo tiempo que una de sus manos viajaba hacia arriba para sujetarla por su nuca con dureza, casi a punto de besarla de una buena vez.
— Aquí no, por favor…— T/n sollozó por lo bajo, abrumada con su imponente presencia y apartando su mirada de la de él; completamente sonrojada con sus palabras.
— Esa es la voz que me gusta escuchar.— Yoongi habló en medio de una sonrisa arrogante.— No puedo esperar a escuchar más de eso pronto.— Agregó separándose de a poco de ella para tomar una de sus manos y besarla suavemente bajo la mirada sorprendida de T/n.
Aún no podía comprender que esto realmente estaba sucediendo. Nada de esto hubiera ocurrido si T/n no hubiera recogido la nota de su profesora ese día con el número de teléfono de Yoongi. En cierto modo, sentía que le debía mucho a la profesora Kim, una parte de ti estaba contenta de que fueras tú quien experimentara el toque de Yoongi y muchas más cosas y no ella.
— Hay un bar a un par de cuadras de aquí. ¿Qué dices? — Yoongi habló mientras abría la puerta del pasajero de su auto para que pudiera entrar, pero antes de que pudiera tomar asiento frunció los labios hacia él.
— No estoy vestida para eso…— T/n murmuró por lo bajo, queriendo esconderse de su intensa mirada.
— T/n…— Yoongi chasqueó la lengua, sonando un poco decepcionado.— Eso no es un problema, lo sabes.— Agregó al mismo tiempo que con sus dedos aplicaba la cantidad correcta de presión en su barbilla para elevar su cabeza hacia el.
T/n lo miro con ojos grandes sin saberlo, y eso solo hizo que la mente de Yoongi funcionara con varios pensamientos. Pensamientos que no correspondían en este momento y se mordió el labio inferior por un momento antes de regresar a la realidad.
— No tienes que disfrazarte. Solo tienes que verte bien para mí, y en este momento…— Murmuró bajando el tono de su voz, inclinándose sobre su cuerpo para estar más cerca de ella, tanto que sus rostros casi se tocaban.— Te ves jodidamente deliciosa, especialmente con esta falda corta tuya. ¿Está permitido usar un material tan corto en la escuela?
— Está bien, está bien.— T/n exclamó suspirando mientras sentía como todo su rostro se calentaba una vez más antes de subirse de inmediato a su auto sin pensarlo dos veces y haciendo reír a Yoongi.
Era la primera vez que lo escuchaba reír así, casi aireado y con hipo, lo que le pareció realmente adorable; ese era un contraste total de la personalidad habitual que había visto en él, y creo una nota mental para poder hacerlo reír más a menudo.
Era como si Yoongi encajara perfectamente en el bar como si fuera allí cada vez que podía. Su atuendo era completamente negro y se ajustaba perfectamente a su cuerpo bien formado, y complementaba el aura tenue y sensual del bar.
T/n era todo lo contrario, y era ridículo: la imagen de ustedes dos caminando dentro del edificio y lo diferente que se veía a su lado, pero tan pronto como pensó en eso también lo olvidó cuando sintió la mano de Yoongi en su espalda baja, guiandola con firmeza por el bar cuando entraron y cuando fueron recibidos con música r&b retumbando por todo el lugar, T/n prácticamente tuvo que morder el interior de sus mejillas al sentir como sus dedos rozaban su piel expuesta de su cintura, imaginándose como se sentirian si subieran un poco más, y rápidamente salió de su burbuja de fantasías cuando volvió a hablar.
— ¿Tomas? — Yoongi preguntó tirando hacia atrás el taburete para que pudiera sentarse sin apartar su mirada de ella.
— Algunas veces.— T/n respondió tomando asiento y tirando de su falda hacia abajo cuando subió un poco más por sus piernas, y formó una mueca arrepintiéndose por habérsela puesto hoy, pero cuando elevó su mirada volvió a atrapar a Yoongi observando cada uno de sus movimientos con atención.— Deja de mirarme de esa forma.
— ¿O si no qué, hm? — Yoongi farfulló con arrogancia en su voz y sonriendo al verla suspirar, joder, acababan de entrar al bar y él ya le estaban dando ganas de correr a su casa.
Antes de que T/n pudiera decir algo más el bartender se acercó a ustedes dos con un brillo particular en sus ojos, e instantáneamente fijó su atención en ella, la comisura de su boca se levantó en una sonrisa sugerente mientras se apoyaba sobre el mostrador donde estaban, y casi por inercia los ojos de T/n se desviaron a sus brazos, viendo la forma en que las curvas de sus bíceps se marcaban aún más gracias a su camisa de vestir blanca y apretada.
Y por supuesto que Yoongi lo notó, pero opto por no decir nada.
— ¿Qué puedo conseguir para ti…
— Dos latas de cerveza.— Yoongi respondió antes de que pudiera decir algo más y haciendo que el bartender lo mirara solo para poner su mano derecha sobre tu rodilla expuesta.— Para mi niña y para mí.
Dios.
T/n apretó sus labios mientras agachaba su mirada hacia abajo, completamente sonrojada por la forma en que se refirió hacia ella, y solo pudo ver de reojo como el bartender enderezaba su postura mientras tosía incómodamente.
— Entendido, en un momento traeré su pedido.
Y tan pronto como se fue volviendo a dejarlos solos Yoongi acerco su taburete al de T/n, sus rodillas quedaron rozando las de ella mientras T/n seguia mirando hacia abajo.
— Mírame.— Yoongi ordenó poco después tomándola por su mentón para obligarla a mirarlo cuando se encontró con su rostro su mirada se poso de inmediato en sus labio entreabiertos,, casi a punto de mandar todo a la mierda y besarla ahí mismo.— ¿Nerviosa, bebé? — Preguntó con voz ronca mientras frotaba con su pulgar la suave piel de su mejilla sintiendo de inmediato como el calor se acumulaba en su palma.— No tienes porque estarlo, estamos aquí para divertirnos ¿no es así?
Y cuando finalmente T/n lo miró a los ojos a pesar de su nerviosismo entendió rápidamente que a Yoongi le gustaba tener un contacto visual con ella, seguramente disfrutando mientras la veía esforzarse para mantener su intensa mirada, porque realmente era así, a Yoongi le gustaba ver cómo su respiración se agitaba cada que estaba cerca y se excitaba terriblemente al verla tan perdida en sus iris oscuros.
— Eso es, buena chica.— Yoongi murmuró por lo bajo al mismo tiempo que deslizaba su pulgar hacia sus labios, acariciando sensualmente su labio inferior, haciéndolo sonreír al verla suspirar de forma temblorosa ante sus caricias.— Eres mi buena chica. De nadie más.
— Yoongi…- T/n hablo a medias, sin saber exactamente si fue un susurro o un gemido ahogado.— N-no…
— ¿No qué? — Yoongi demandó saber con aire de suficiencia.— ¿No quieres que te toque en público?
Y T/n simplemente pudo responder con un pequeño asentimiento, ¿pero le importó a Yoongi? Por supuesto que no, porque colocó su mano disponible sobre su pierna; arrastrandola por su piel desnuda de una forma tan lenta, pulgada a pulgada, las puntas de sus dedos rozaban su piel suavemente haciendo que todo su cuerpo se estremeciera y se removiera sobre el asiento al sentir el frío metálico de sus anillos, y Yoongi volvió a maravillarse con lo receptivo que era su cuerpo a él, solo invitándolo a avanzar.
— Odio decírtelo, bebé, pero me gusta verte temblar cuando te toco.— Yoongi farfulló antes de que la mano que estaba sosteniendo su mejilla se moviera hacia atrás para sostenerla por la parte posterior de su cuello.
Los ojos de T/n se abrieron de repente cuando lo sintió tomar un puñado de su cabello y tirar de su cabeza hacía atras lo suficiente para que su cuello quedara expuesto a él, sin poder lograr ocultar el pequeño gemido que amenzaba con salir de sus labios, y en cambio soltó un sonido lascivo reprimido, solo haciendo que los oídos de Yoongi se animaran en cuando lo escuchó.
Él empujó de su taburete para que estuviera más cerca, y lo logró, su rostro quedó peligrosamente a centímetros de la curva del cuello de T/n quién tembló al sentir su caliente respiración abanicando su piel tan sensible, la repentina proximidad y el ambiente sensual del bar estaban nublando la mente de Yoongi, quería tocarla por completo, quería tener sus manos por todo su cuerpo después de tanto tiempo de bromas, arrepintiéndose internamente de haberla llevado a un bar en lugar de conducir directamente a su casa y poder tenerla para él solo.
Su mano comenzó a jugar con el dobladillo de su falda, casi de forma burlona al principio, y solo haciendo que T/n dejara escapar una respiración temblorosa al sentirlo y rápidamente se apresuró a sostener su muñeca, sin aplicar ninguna presión, pero sí lo suficiente para recordarle su presencia, y al sentirlo los labios de Yoongi se curvaron en una sonrisa, acercándose más a ella para burlarse un poco más de su estado con lo siguiente que dijo.
— ¿Qué pasaría si te meto un dedo en el coño, aquí mismo, ahora mismo? — Ronroreó con esa voz rasposa que T/n tanto amaba contra su oído, los bordes de sus labios eran como fantasmas alrededor de su oreja e inconscientemente su interior se apretó alrededor de la nada, teniendo que morderse la lengua para ocultar un gemido vergonzoso ante sus palabras.
T/n tuvo la tentación de cerrar los ojos para poder perderse en sus sucias fantasías, pero su cerebro le recordó que la gente en el bar podría estar mirando, e inmediatamente su mirada escaneó el lugar en busca de posibles ojos al acecho, pero casi todos estaban borrachos o se ocupaban de sus propios asuntos como si hubieran visto cosas peores.
— Mira mi mano, T/n.— Yoongi ordenó refiriéndose a la mano que descansaba sobre su muslo, y su mirada rápidamente se posó en ella, suspirando de forma agitada al ver lo jodidamente sexy y grande que era, las venas se resaltaban sobre su piel y los anillos solo la hacían temblar y desear poder sentirlos un poco más arriba.
Mierda. T/n podía sentir el cosquilleo aumentando cada vez más entre sus piernas, podía sentir a la perfección la incómoda humedad manchando su ropa interior, solo haciéndola removerse en el asiento cuando sintió a Yoongi meter su mano debajo de su falda, la tela cubrió sus dedos casi por completo y con eso ni siquiera pudo evitar no sacudir sus caderas más hacia su mano levemente; rogando silenciosamente que subiera más, y por supuesto que Yoongi se dio cuenta, permitiéndose sonreír arrogante cuando sus ojos se volvieron a encontrar.
— Sé que quieres sentir mis dedos dentro de ti…— Yoongi susurró con su voz ronca sin dejar de frotar sus dedos en el interior de sus muslos, burlándose de ella cuando la escucho gemir suavemente mientras lo miraba con ojos necesitados.— Sé que quieres que te toque mientras estamos rodeados de toda esta gente.
T/n podía jurar que se estaba poniendo más y más húmeda mientras él seguia hablandole de esa forma en publico, donde existía la posibilidad de que la gente escuchara todo, y ahogó una maldición cuando su dedo índice apenas y rozó su clítoris por encima de la tela de sus bragas, mierda, esto era mucho mejor que estar hablando con él por teléfono.
— ¿Te gustaría eso, bebé? — Yoongi volvió a preguntar, sabiendo ya la respuesta.
Volvió a sonreír de forma arrogante cuando la vio asentir frenéticamente incapaz de articular alguna palabra justo antes de hundir su mano por completo entre sus piernas para presionar sus dedos directamente en su clítoris, haciendo que T/n diera un pequeño brinquito en su lugar y soltara un gemido ahogado ante el impacto del placer que viajó por sus nervios, haciéndolo reír mientras se alejaba por completo de ella; dejándola completamente sonrojada, caliente y sin aliento.
— Oh, mira…— Habló agarrando las dos latas de cerveza frente a ustedes dos antes de agregar con falsa inocencia en su voz.— Ese pobre mesero debió haber visto todo mientras no estábamos prestando atención, ¿no lo crees?
Él abrió una lata para ella, mientras T/n solo podía mirarlo boquiabierta, apenas procesando lo que acababa de pasar, ¿Realmente la estaba dejando así como si nada hubiera pasado?
Pero al contrario de sus pensamientos, Yoongi también estaba teniendo dificultades para controlar su creciente erección debajo de sus jeans, sintiendo como se presionaba más y más contra la tela casi de forma dolorosa, pero disimulando bien mientras se aclaraba la garganta.
— Salud, bebé.— Habló divertido chocando su lata con la de ella; haciendo un 'tintineo' silencioso antes de que su mirada volviera a oscurecerse cuando volvió a mirarla.— Cierra esa boca tuya, T/n. Antes de que le ponga algo que la llene.
Y con eso último T/n no pudo evitar volver a sonrojarse, e hizo todo lo posible por tratar de olvidarse de los que acababa de ocurrir mientras Yoongi comenzaba a tener una conversación normal con ella, pero era difícil tan difícil hacerlo cuando aun podía sentir sus manos sobre ella, y por supuesto que Yoong estaba disfrutando de esto, estaba disfrutando de su tiempo con ella, finalmente solo estaba inmerso en todo lo que tuviera que ver con T/n, sus ojos nunca se apartaban de los de ella y no podía evitar sonreír cada que la veía agachar su mirada avergonzada cuando decía algo lascivo.
A cada segundo que pasaba mas le gustaba estar con ella, le gustaba ver como sus ojos se iluminaban con ese brillo de inocencia cada vez que lo miraba y era como si quisiera que este momento no acabara, pero habia algo que lo regresaba de golpe a la realidad, la unica regla que Delight tenia para cada empleado seguia grabada en su mente, podia sentir como su cuerpo se tensaba cada vez que su consciencia pensaba en esa regla que justo ahora estaba rompiendo, y no sabia como decirle que lo que estaban haciendo en este momento estaba prohibido en su trabajo.
Pero de cierta forma, deseaba que alguien de su trabajo lo viera en este preciso momento, de ser posible su mismo jefe, joder, deseaba que lo despidieran ahora mismo para volver a tener una vida normal, no era un secreto que Yoongi no había tenido una relación seria en mucho tiempo, había tenido una que otra aventura de una sola noche, pero no románticas, eso no era lo suyo, pero ahora que estaba con ella era como si quisiera estar con ella de todas las formas posibles, la deseaba, la quería y la necesitaba y aún no podía entender porque, lo unico que sabía era que nunca había anhelado algo tanto como ahora, como a T/n
— ¿Alguna vez, eh, has hecho esto con alguien más? — T/n preguntó por lo bajo mirándolo de reojo y rompiendo un poco su burbuja de pensamientos.
— ¿A qué te refieres? — Yoongi cuestionó de igual forma, inclinando su cabeza hacia un lado con una sonrisa astuta en su rostro.
— No importa…
— ¿Estás preguntando si alguna vez he salido con alguien? Cariño, si querías saber mi número de citas podrías haberme preguntado…
— ¡No! ¡No es así! Bueno, quiero decir, sí, pero no quería preguntar directamente…— T/n respondió rápidamente sin saber donde esconderse de la vergüenza que sentía por sus palabras.
Y Yoongi simplemente sonrió mientras dejaba escapar una risa ronca antes de elevar su mano para pellizcar su mejilla enrojecida por el alcohol de forma divertida.
— Está bien. ¿Quieres saber si puedo hacer las cosas que te prometí por teléfono, eh? — Habló regresando a su sonrisa arrogante que había tenido todo este tiempo.— No te preocupes, T/n. No soy una estafa.
Y con eso T/n solo pudo morder su labio inferior inconscientemente, sabía que la estaba molestando con sus palabras, pero su mente solo podía actuar por sí sola, imaginando como se sentiria estar debajo de él con su calor cubriendola por completo y su cuerpo presionandose contra ella, sujetándola contra la cama y haciéndola gemir su nombre.
— Pero sinceramente…— Yoongi volvió a hablar, con seriedad ahora, y T/n se preguntó cómo era posible que pudiera pasar de su tono burlón a uno tan serio en un abrir y cerrar de ojos.— No tengo muchas relaciones en estos días, solo me enfoco en el trabajo.
— Oh, ¿entonces no tienes sexo? — T/n preguntó como si nada levantando sus cejas hacia él.
Y Yoongi se contuvo increíblemente de soltar un comentario sarcástico. No quería ir allí todavía.
— ¿Es asunto tuyo, querida? — Respondió con un tono bajo, como si fuera una pequeña advertencia hacia ella.
Y T/n se encogió en su asiento no del todo satisfecha con su respuesta, sabía que no estaba en lugar para saber eso, después de todo, ese era su trabajo, excitar a la gente y llevarlos al orgasmo, y tal vez ella solo había sido afortunada.
— Oye, creo que ese tipo te conoce.— Yoongi habló de repente casi con fastidio mientras miraba un área detrás de ella.
— ¿Qué? ¿Qué chico? — T/n preguntó frunciendo su entrecejo antes de darse la vuelta en su asiento, mirando hacia todos lados, mirando más allá de toda la gente bebiendo y charlando tratando de encontrar una cara familiar hasta que con un movimiento su atención se centró en el mismo chico de hace horas, mirándola con sus ojos abiertos cuando se dio cuenta que lo había notado.
— ¿Quién es ese? — Yoongi preguntó con el mismo tono de voz mientras se removía en su asiento.
— Un chico que conocí en clase antes. Dios, espero que no me esté acosando... oh, aquí viene, ¡Oye, Jungkook! — T/n respondió rápidamente y sorprendiendose cuando lo vio caminar hacia los dos.
— ¡T/n! Me sorprendió verte aquí.— Jungkook habló con una sonrisa en su rostro antes de inclinar su lata de cerveza en dirección a Yoongi.— Con un buen compañero, por lo que veo.
— Así es, ella tiene buen gusto, ¿no lo crees? — Yoongi respondió descaradamente formando una mueca de disgusto antes de tomar otro sorbo de su cerveza, y T/n se apresuró a golpear suavemente su rodilla mientras fingía una risa.
— Espero que no me estés siguiendo, Jungkook.— T/n habló lo más alegre y amigable posible.
— ¡Oh, no, no! Todo es solo una coincidencia. Lo siento si te hice sentir incómoda…
— Bueno, a mi sí me hiciste sentir incómodo mirándola durante demasiado tiempo, Jungkook.— Yoongi volvió a hablar con dureza mientras se ponía de pie antes de tomar la mano T/n y hacerla levantarse también mientras Jungkook observaba todo con una mirada atónita en su rostro.— Nos vamos.
Todo pasó demasiado rápido cuando Yoongi comenzó a caminar por el bar directo hacia la salida que T/n apenas y tuvo tiempo de mirar sobre su hombro y murmurar un pequeño “Lo siento” a Jungkook.
— ¡Yoongi! — T/n habló en medio de un chillido mientras salían del bar, el aire frío de la noche golpeó su cuerpo y la hizo temblar detrás de él.— Eso fue muy grosero…
— Oh, no dirías lo mismo si hubieras visto la forma en que te miraba.— Yoongi se burló sin gracia de sus palabras mientras llegaban a su auto
— ¿De qué hablas? No conozco mucho a Jungkook pero no creo que él…— T/n habló confundida antes de sobresaltarse cuando Yoongi se giró hacia ella de repente; acorralandola contra su auto y cubriendo su cuerpo por completo con el suyo.
— No quiero que ningún otro hombre te mire de la misma forma que yo.
Y con eso T/n ni siquiera tuvo tiempo de procesar sus palabras, porque tan pronto como Yoongi las dijo su cuerpo se presionó con el de ella, juntando sus torsos y estrellando sus labios en un beso teñido de desesperación pura.
Pasionales, fluidos, húmedos, ansiosos.
Esos eran los labios de Min Yoongi mientras se movían sobre los de ella.
T/n no supo descifrar si fue ella, o Yoongi, o ambos los que suspiraron aliviados contra los labios ajenos, pero lo hicieron, y era entendible, después de tantas bromas y de tanto tiempo era de esperarse que reaccionaran así, sus manos se apoyaron en sus anchos hombros y las de él se ajustaron en su cintura, pasándolas por su espalda baja para lograr apretar su cuerpo mas con el suyo haciéndola jadear contra su boca y sentir que sus piernas temblaban, casi amenazando con hacerla caer de rodillas ahí mismo de no ser porque Yoongi la apoyó contra su auto mientras su lengua ávida acariciaba su labio inferior en pequeños toques, y cuando T/n entreabrió sus labios Yoongi se apresuró a insertar su lengua en la de ella, haciéndolo gemir roncamente y a ella jadear completamente abrumada, sus grandes manos estaban por todo su cuerpo, acariciando cada porción de piel a su disposición y queriendo abarcar todo de ella en menor tiempo posible; apretó su cintura, acarició sus mejillas, sus brazos, clavó sus dedos en sus muslos y enganchó una mano en el interior de su rodilla, elevando su pierna y haciendo que rodeara su cintura con ella.
El chasquido casi obseno de sus lenguas la hicieron temblar entre sus manos y no supo descrifrar si fue por una rafaga de viento o porque estaba increíblemente excitada a este punto, ahí en medio del estacionamiento los dos eran un lío de manos, saliva, lenguas y respiraciones densas.
Una de las manos de Yoongi se había ajustado a su cuello para no dejarle escapatoria, cuando él sabia muy bien que no iba a huir, las de T/n se trasladaron a la parte trasera de su cabeza donde enredó sus dedos en su cabello negro y rebelde; apretándose más contra él y escuchando un quejido gutural salir de sus labios antes de sentirlo envolver un brazo en su cintura para apretar su pelvis contra la de ella sin desantender sus húmedos besos, y en esta oportunidad, ambos soltaron un quejido al unisono sobre la boca del otro antes de tomarla por sus mejillas y separarse de ella, tirando un poco de su labio inferior en el proceso.
— Dios…— T/n jadeó entrecortado apenas separándose levemente de él, sintiéndose un tanto aturdida por la falta de aire y ahí Yoongi abrió sus ojos mientras suspiraba pesadamente cuando tuvo una vista exclusiva de sus pupilas dilatadas, sus mejillas rojas y de sus labios hinchados y resbaladizos con su saliva.
La mano de Yoongi se elevó para tomarla por el mentón con firmeza y sonreír de lado, inclinándose sobre ella para rozar sus labios de los cuales salían exhalación tras exhalación caliente.
— No, soy Min Yoongi.— Decretó de forma engreída apoyándose sobre la puerta de su auto con la otra mano, buscando presionarse mas contra ella como si eso fuera posible.
T/n negó con su cabeza sin evitar sonreír ante sus palabras dándose cuenta de lo bien que encajaban sus cuerpos juntos y del abrumador calor que la inundaba por completo.— Eres un presumido.
— Tengo cosas para presumir, así que puedo hacerlo bebé…— Yoongi explicó con altanería acompañando sus palabras con un certero empuje de caderas contra ella, presionando su erección en su vientre bajo y haciendo que su espalda chocara contra la puerta; arrancándole un quejido ahogado que emergió de sus labios.
Sin pensarlo mucho los labios de Yoongi volvieron a unirse a los de ella, sabiendo muy bien que tarde o temprano siempre volvería a caer en ellos, eran como una de las peores drogas, de esas que solo te bastaba probarlas una sola vez para querer más y más, y se encargó de devorar su boca con la suya, sus labios se abrieron para darle paso una vez más a que deslizara su lengua y que pudiera explorarla como tanto ansiaba, las manos de T/n se sostuvieron de sus hombros y el rodeó su cintura con su brazo, pegándose a ella por inercia.
La necesitaba tanto, necesitaba descargar todo lo que había contenido por días, necesitaba perderse en ella como había imaginado una y otra vez, en sus sueños, e incluso despierto.
El corazón de T/n latía con desenfreno en su pecho y la temperatura en su cuerpo se elevó con facilidad, pero simplemente no podía luchar contra la forma en que su cuerpo respondía a cada uno de los toques de Yoongi, en cómo sus lenguas se entrelazaban con afán la una con la otra, e internamente agradecía el hecho de que no hubiera gente donde estaban, y se lo hizo saber cuando movió sus caderas hacia él; restregandose suavemente contra su pelvis y contra la dura erección que podía sentir a través de sus ropas, solo ganándose que Yoongi gruñera sobre sus labios mientras apretaba el agarre en su cintura, arrepintiéndose casi al instante de su acto cuando lo sintió deslizar sus labios hambrientos por su mejilla y su mentón, hasta llegar a la curvatura de su cuello donde comenzó a besar y lamer su piel cuanto quiso.
— Yoongi…— T/n musitó con un hilo de voz, sus manos se engancharon en su cabello, disfrutando por completo de la calidez de su aliento y la humedad de su boca, mordiéndose el labio cuando lo sintió encontrar ese punto dulce detr��s de su oreja que ni siquiera sabía que tenía, dejando rastros húmedos de besos hacia abajo, para luego volver a subir y dispersarlos por toda su piel, y era plenamente consciente de la forma de la humedad en sus bragas aumentando cada vez más.— ¿Vamos a tu casa o a la mía?
Y por supuesto, Yoongi ignoró su pregunta por completo, cada nervio de su cuerpo estaba monopolizado con un apetito sexual que nunca antes había sentido y que solo era potenciado por la forma en que T/n se escuchaba a sus oídos, tan sensual y dulce al mismo tiempo, y toda su mente se quedó en blanco con lo siguiente que escuchó.
— Señor, por favor… te necesito tanto.— T/n lloriqueo por lo bajo mientras empujaba sus caderas hacia él un poco más fuerte esta vez, haciéndolo consciente de la necesidad latente entre sus piernas, buscando de nueva cuenta sus labios para depositar cortos y repetitivos besos sobre ellos, sintiendo sus mejillas arder aún más al ser consciente de la forma en que lo había llamado.
No sabía si era buena o mala señal que Yoongi se hubiera quedado estático ante sus palabras, pero tampoco podía pensar mucho en eso, no cuando su todo su cuerpo estaba ardiendo en calor, y cuando hizo un nuevo intento por mover sus caderas hacia él una de sus manos se apretó en su cintura, manteniendo su cuerpo quieto cuando sus ojos se encontraron con los de él y ni siquiera pudo evitar no temblar en su lugar cuando notó su mirada oscura antes de sentir como la tomaba por el mentón con fuerza.
— Sube al maldito auto. Ahora.— Ordenó con su voz ronca y con su mandíbula tensa, su pecho subía y bajaba en respiraciones tranquilas, como si estuviera haciendo un inútil intento de controlarse sin dejar de mirarla y solo aumentando la excitación en ella, quería estar tranquilo, pero el bulto en su entrepierna revelaba que no lo estaba y menos pudo ocultarlo cuando la vio relamer sus labios y sonreírle con descaro antes de asentir levemente; como si fuera una niña que acababa de conseguir lo que quería.
Bueno, tal vez debería quitarle esa actitud.
El viaje a la casa de Yoongi estuvo lleno de tensión y T/n simplemente no podía entender cómo era que se había contenido de lanzarsele encima para besar su cuello, pero decidió no hacerlo porque era un peligro para la seguridad, además de que él había tomado alcohol, pero Yoongi le había dicho que tenía una alta tolerancia y que la cerveza no le afectaba en absoluto, aún desconfiaba un poco.
Y además, todo era mejor cuando había un poco de tensión.
Cuando llegaron a su departamento T/n quedó sorprendida con lo monocromático que era todo, pero lo estuvo aún más cuando se dio cuenta que cada rincón del lugar estaba lleno con el aroma de Yoongi, esa colonia que la había hecho suspirar más de una vez en lo que iba de la noche y que ahora se colaba por su nariz como si se tratara de un afrodisiaco, solo alimentando más su deseo por él, y ahora que estaba en su casa esa sensación se había duplicado diez veces más.
— No t-tienes…— T/n balbuceó de a poco, queriendo abofetearse por tartamudear cuando lo miró recargado sobre el marco de la puerta; inspeccionando su cuerpo de arriba abajo, y fue suficiente para que su mente se quedara en blanco.
Yoongi dio unos pasos más cerca de ella, llegando hasta donde estaba para quitar su bolso de su hombro y dejarlo car al suelo con un ruido sordo.— ¿Mhm? ¿Estabas diciendo?
Su voz se había vuelto mucho más profunda, más relajada, y era un tono que la hacía querer derretirse frente a él, obligándola a tomar una respiración profunda antes de hablar.
— ¿No tienes trabajo o algo así? — T/n preguntó por lo bajo, pensando que tal vez su línea estaba abierta y tenía clientes esperándolo.
Las manos de Yoongi serpentearon por sus brazos con calma hasta llegar a sus caderas, colando una de sus manos debajo de su blusa, lo suficiente para tener contacto directo con su cintura donde frotó su piel en lentas caricias; enviándole pequeñas ondas de calor por todo su cuerpo y haciéndolo sonreír cuando la vio suspirar suavemente y relajarse de a poco, su otra mano jugó con un mechón suelto de su cabello antes de curvarlo detrás de su oreja y responder con su voz una octava más abajo de lo usual.
— No. Estoy trabajando contigo esta noche.
Y tan pronto como dijo eso, guiado por el frenesí del momento, sus labios volvieron a chocar contra los de ella una y otra vez, su mano mantenía el agarre en su mentón y Yoongi se encargó de devorar su boca como si se tratara de un hombre hambriento de ella y anhelante de su sabor, y T/n apenas y podía seguir su ritmo tan demandante sobre sus labios, dejándose caer sobre una pared detrás de ella que, para empezar, ni siquiera sabía que estaba ahí, pero a la que que Yoongi pareció guiarla desde el principio sin que se diera cuenta.
Una especie de ronroneo se derritió a través de su boca al sentir su luengua jugando con la de ella y todo el deseo aumentó de sobremanera cuando sus lenguas chocaron entre sí, casi dejandola sin aliento y derritiéndose por completo al escuchar los gruñidos de Yoongi contra su boca, había soñado tanto con esto, había reprimido todo lo que sentía, y ahora todo finalmente estaba cobrando vida y sólo queria hacer todo lo que alguna vez le había prometido por telefono.
En un arrebato Yoongi guió su agarre a su nuca para mantenerla quieta, y T/n olvidándose de cualquier rastro de pudor enredó una de sus piernas en su cintura sosteniéndose con la otra una vez más, un nuevo gemido ahogado escapó de sus labios cuando Yoongi movió su pelvis contra ella, frotándose en un toque apenas perceptible pero a la vez notorio que le hizo saber de la dureza que estaba encerrada en sus pantalones, sus lenguas se enredaban con afán y todo el cuerpo de T/n tembló cuando sintió a Yoongi tomar su lengua entre sus labios, succionandola con suavidad una y otra vez, haciéndola gemir suavemente y aferrarse a él con más fuerza, moviendo sus caderas de igual forma, frotándose el uno con el otro y sólo aumentando el calor en sus cuerpos casi de forma alarmante.
Y cuando Yoongi soltó su lengua con lentitud ignoró el hilo de saliva que colgaba entre sus bocas, solo enfocándose en la belleza y el placer en todo su rostro en su máxima expresión.
— Estás segura, ¿verdad? — Yoongi preguntó poco después, con su voz ronca y su respiración agitada sin dejar de mirar sus labios hinchados y rojizos mientras se encargaba de acariciar su pierna suavemente en movimientos ascendentes y descendentes.
T/n lo miró con sus ojos muy abiertos mientras respirando por la boca y con la esperanza de que le hiciera saber de su necesidad de manera no verbal cuando movió sus caderas sutilmente hacia él, en una clara invitación.
Pero Yoongi no quería eso, él quería escuchar sus palabras, quería escucharla pedir por él, y se dio cuenta de eso un poco más tarde.
— Sí, señor…— Respondió en un murmullo entrecortado mientras deslizaba sus manos por su pecho que bajaba y subía en densas respiraciones hasta llegar a su desordenado cabello, acercándose a él para darle un delicado beso, apenas perceptible antes de continuar.— Lo quiero tanto…
Y con eso Yoongi se permitió sonreír ladinamente, hundiendo su rostro en la curva de su cuello y haciéndose espacio para sumergir sus labios en su piel y comenzar a salpicar besos húmedos por toda la zona, ensanchando su sonrisa cuando la escuchó jadear y estirar su cuello para darle más espacio.
— No te preocupes, seré amable…— Yoongi masculló contra su piel, frotando su la punta de su nariz contra su oreja, vertiendo su aliento agitado y caliente sobre ella antes de subir y encontrarse con sus ojos y pupilas dilatadas una vez más, y sonreír con lo siguiente que dijo.— Por ahora…
Lo único que T/n pudo atinar a hacer fue soltar un quejido cuando sintió a Yoongi agacharse lo suficiente para tomarla por su trasero con seguridad y alzar su cuerpo en el aire de un salto, haciéndola soltar una risita vergonzosa a la vez que envolvía sus piernas en su cintura y sujetarse de sus hombros antes de que despegara su cuerpo de la pared para comenzar a caminar hacia su habitación, y a pesar de saber el destino, se dejó envolver por sus labios suaves y dulces una vez más.
Las manos de Yoongi subieron por su espalda baja, y despegando momentáneamente sus bocas que seguían devorándose como si no hubiera un mañana, depositó su cuerpo con suavidad sobre el colchón de su cama, todo lo estaba haciendo con suma delicadeza, y T/n no sabia si era para disfrutar más el momento o para alargarlo. Las dos opciones le parecían perfectas.
El cuerpo de T/n se hundió en las sabanas y junto sus piernas frotandolas pausadamente la una con la otra, formando una pequeña sonrisa cuando vio a Yoongi deshacerse de la chamarra de cuero y cuando pensó que también se quitara su camisa, su mano grande y caliente separó sus piernas para hacerse su debido espacio entre ellas, hincando sus rodillas en la cama y acarició sus piernas desnudas con calma antes de subir al borde de su blusa, el cual tomó para tirar hacia arriba y T/n le ayudó estirando sus brazos para quitarse la prenda por completo.
La mirada de Yoongi oscureció aún mas cuando le dio un repaso a todo su cuerpo y ni siquiera pudo luchar contra el destello de timidez que la atravesó, e intentó cerrar sus piernas para cubrirse aunque sea un poco, pero antes de que pudiera hacerlo Yoongi la sujeto por su cuello, elevando su cabeza hacia él para volver a besarla.
Dieron inicio a una nueva sesión de besos desesperados por parte de ambos, dejando que sus lenguas volvieran a unirse una vez más, todo su cuerpo ancho y fornido se presionó contra el de ella y T/n dejó que un gemido saliera de su boca mientras sus manos se pasaban por su cabello para demostrarle cuan a gusto estaba, y Yoongi soltó una especie de ronroneo mientras chupaba su labio inferior, dejándolo ir con un chasquido húmedo antes de que una de sus manos se deslizara por su torso, acariciando con calma la piel que tenía a su disposición, sintiendo el cuerpo de T/n temblar y agitarse debajo de él cuando frotó su pulgar contra uno de sus pezones endurecido, aún por encima de su sostén y solo logrando que soltara un débil gimoteo.
— Quiero besarte entera.— Yoongi murmuró con su voz ronca sobre su boca y T/n supo que hablaba realmente en serio cuando sus labios bajaron por su mentón hasta llegar a su cuello para besarlo todas las veces que quiso; marcando un camino de saliva desde la curva hasta sus clavículas repitiendo esa operación una y otra vez mientras el agarre en sus senos se apretaba suavemente, tarareando de gusto mientras masajeaba uno por uno; dándoles la misma atención a ambos y un pequeño gemido salió de los labios de T/n cuando lo sintió atrapar el lóbulo de su oreja para succionarlo con ansia haciéndolo sonreír ladinamente cuando se separó un poco de ella; notando su cuello marcado y mojado por él, y la simple vista lo hizo trasladar sus manos hacia su espalda y soltar el broche de su sostén en un rápido movimiento encontrándose con sus ojos.— Quiero saber cuan dulce sabes.
Y con eso último T/n ni siquiera tuvo tiempo para reprochar porque en un santiamén los bonitos labios de Yoongi se envolvieron alrededor de uno de sus senos, tomando un gran bocado de su piel y comenzando a repartir besos húmedos en toda la zona, su lengua se movía con maestría y jugaba con su pezón tan lenta y dolorosamente que solo hizo que T/n soltara un fuerte gemido al sentirlo, su caliente respiración erizaba su piel y sus manos viajaron a su espeso cabello para tirar de las hebras sin mucha fuerza antes de arquear su espalda hacía su boca, y él gustoso aceptó el ofrecimiento, gruñendo guturalmente sobre su piel antes de elevar sus manos hacia sus senos; acunando ambos con sus palmas y apretandolos suavemente justo antes de su lengua saliera para lamer sus pezones uno por uno, intercalando entre ellos mientras la miraba con su vista nublada por sus dulces expresiones de placer.
— Yoongi…— T/n maullo sin aliento sintiendo sus besos seguir bajando por su vientre, cubriendo cada porción de piel a su alcance y todo su cuerpo se tensó cuando sin darse cuenta sus manos se encontraron con el inicio de su falda tirando de ella hacia abajo por sus piernas, dejándola demasiado embelesada con sus dedos tocando sus muslos para darse cuenta que se había llevado consigo sus bragas, sino que fue hasta que sintió un repentino escalofrío recorrer su cuerpo y su centro húmedo que se dio cuenta que estaba desnuda frente a él.
Cuando quiso hacer amague por cubrirse solo atino a lloriquear por lo bajo cuando Yoongi se alejó de su cuerpo rápidamente, enderezando su espalda y clavando sus rodillas en la cama para quitarse la camisa por su cabeza y los ojos de T/n se perdieron en su piel blanquecina, en las líneas de sus músculos; desde sus bíceps hasta sus pectorales que subían y bajaban en respiraciones acompasadas, todo su cabello caía sobre su rostro y cuando se lo echó hacia atrás, casi tuvo que obligarse a sí misma a no jadear ante la simple imagen, y por supuesto que su mirada no pasó desapercibida por Yoongi, quien formó una sonrisita arrogante mientras sus manos viajaban hacia el botón de su pantalón, desabrochándolo con calma mientras sus ojos seguían cada uno de sus movimientos.
— ¿Estás esperando una invitación? — Yoongi farfulló bajandose de un solo tiron sus pantalones hasta la mitad de sus muslos, quedando sólo en unos boxer color negro que enmarcaban a la perfección el contorno de su dura y tensa erección atrapada en ellos, su mirada subió a su rostro y sonrió con malicia cuando notó su mirada confundida.
Su cuerpo volvió a inclinarse sobre el de ella, la boca de T/n fue sellada una vez más con sus labios, chocandolos de manera repentina en un demandante y posesivo beso, tomando el mando y ladeando su cabeza con vehemencia, succionando su labio inferior y solo ganándose un adorable quejido cuando se alejó de ella dándole un sutil tironcito.
— Tócate, cariño.— Yoongi murmuró sin dejar de mirarla con ojos oscuros, como si se tratara de una fiera; a punto de devorarla por completo.— Tócate como lo hacías cada que vez que escuchabas mi voz. Quiero verte.
Y ante eso T/n ni siquiera pudo luchar contra la bruma de vergüenza que sintió con sus palabras, y cuando elevó su mirada hacia él todo su cuerpo tembló cuando se encontró con sus ojos nublados en lujuria mirándola con atención y que solo la hicieron obedecer sus palabras, su mano se movió precaria por sus muslos hasta llegar a su entrepierna y un suspiro agitado salió de sus labios cuando sus dedos entraron en contacto con su clítoris, tocándose con cuidado y comenzando a estimularse con suavidad recordando todo lo que alguna vez llegaron a hablar por teléfono y solo haciéndola gemir y mover sus dedos más rápido sobre su botón de placer, cerrando los ojos con fuerza un tanto por el placer que sentía recorrer cada rincón de su cuerpo y otro poco para intentar esconderse de su intensa mirada.
— No sabes cuantas veces te imagine así…— Yoongi susurró con voz ronca contra su oído viendo su cuerpo temblar y mover su mano más fuerte sobre su entrepierna haciéndolo sonreír antes de acariciar su mejilla con su mano, viéndola jadear ante otro movimiento y aprovechó eso para meter dos de sus dedos dentro de su boca, sus pestañas se desplegaron hacia él y una sonrisa se formó en su rostro cuando sintió su lengua comenzar a chuparlos una y otra vez.— Te ves tan jodidamente bonita tocándote, bebé.
Y tan pronto como dijo aquello sus dedos dejaron su boca en un chasquido húmedo y obsceno, deslizandolos por su cuerpo y marcando un camino de humedad hasta que llegó al centro de sus piernas, quitando su mano en un rápido movimiento para reemplazarla con la suya propia, y en un abrir y cerrar de ojos, sus dedos se presionaron con fuerza contra su clítoris y el destello de placer la hizo soltar un fuerte gemido; frunciendo sus manos en las sábanas y tirando de ellas mientras sus caderas se movían hacia sus dedos.
— Shh, shh, déjame cuidarte…— Yoongi arrulló apretando su mandíbula al mismo tiempo que movía sus dedos en círculos suaves sobre su pequeño clítoris, escuchándola gemir en cada movimiento, y aún más cuando presionó suavemente la punta de su dedo contra su entrada un par de veces antes de volver a subir lentamente y frotar su punto de placer, sonriendo al verla dejar caer su cabeza sobre la almohada en puro placer junto a un adorable gemido que coreó toda su habitación, haciéndolo sonreír antes de deslizarse por su cuerpo hasta que su respiración abanicó su entrada y que su boca se envolvió alrededor de su clítoris reemplazando sus dedos y haciéndola gemir con fuerza.
Todos los sentidos de T/n estaban al mil, apenas recuperandose de sentir sus dedos en ella cuando de un momento ya tenía su boca entre sus piernas, su cabello negro le cubria ligeramente sus ojos y su lengua se deslizaba entre sus pliegues húmedos de arriba a abajo una y otra vez antes de chupar y succionar su clítoris como un hombre hambriento, sujetando sus piernas con fuerza y gruñendo una maldición contra su piel mientras su sabor llenaba todos sus sentidos sólo haciéndolo tomar todo lo que pudiera de ella, llenando el espacio con sonidos húmedos y lascivos, ahí descubrió que Yoongi no solo sabía usar su boca para hablar sucio, sino que tambien era muy bueno oralmente e imaginó que él estaba orgulloso de lo que su lengua podía hacer, en todas las formas posibles.
Podía sentir el nudo en su vientre apretándose cada vez más; anunciando su pronto orgasmo, los gruñidos de Yoongi contra su entrada sensible solo enviaban ondas de placer por cada nervio empujándola más y más al borde del éxtasis, su nombre comenzó a brotar de sus labios en jadeos entrecortados como si se tratara de un mantra, pero Yoongi no la escuchó, él ignoró por completo la forma en que sus manos tiraban de su cabello y el sonido de su respiración laboriosa, solo se concentró en sus caderas moviéndose contra su boca, haciendo que su lengua jugara con clítoris haciéndola sentir un placer tan abrumador, que cuando sus piernas temblaron a cada lado de su cabeza y cuando orgasmo la inundó de repente solo pudo cerrar los ojos con fuerza y lloriquear por el placer al rojo vivo en cada parte de su cuerpo mientras se removía contra el firme agarre de Yoongi, sintiéndolo lamerla sin querer desperdiciar ni una sola gota de su orgasmo.
— Maldición, hubiera hecho esto mucho antes de saber que sabias tan delicioso.— Yoongi murmuró en una sonrisita y relamiéndose los labios, todavía degustando su sabor en su lengua mientras volvía a subir por su cuerpo, encontrándose con sus ojos entrecerrados y su respiración acelerada.— Oh bebé, ¿Estás cansada? ¿Quieres parar…?
— No, no…— T/n se apresuró a responder apenas saliendo de su bruma de placer, sintiendo todo su cuerpo arder aún más que al principio.— Te necesito…
— ¿Me necesitas? — preguntó con voz ronca, acunando su mejilla con una de sus manos y acariciando suavemente su piel.
— Si, por favor Yoongi, fóllame…— T/n pidió por lo bajo, apoyándose en su toque y mirándolo con ojos necesitados, notando como su rostro se deformaba en una mueca que no supo descifrar del todo.
— Podría lastimarte…— Yoongi murmuró más bajo esta vez, temiendo que realmente pudiera hacer eso.
— Entonces hazme daño, no me importa, solo…— T/n volvió a pedir por él antes de hacer una pausa y elevar su mano para frotarla suavemente contra el bulto en su boxer, sintiendo la longitud y dureza de su miembro palpitar en su mano, elevando su vista hacia el y verlo morderse el labio ante sus movimientos; dándole la última pizca de seguridad.— Por favor…
Y Yoongi simplemente no pudo evitar sonreír al escucharla, suspirando pesadamente al sentirla trasladar sus caricias hacia la punta de su pene e hizo todo lo posible por no mandar todo a la mierda y castigarla ahí mismo por su pequeño y astuto movimiento sobre él, estaba demasiado excitado para que fuera real, eso era cierto, así que verla pedir por él, con ese tono de voz tan dócil que siempre le había encantado solo hacia que su deseo por ella aumentara, casi al punto de ser doloroso y cuando volvió a mirarla algo oscuro comenzó a nadar en sus ojos.
— Hazlo mejor.— Yoongi habló poco después, trasladando su mano hacia abajo para envolver sus dedos alrededor de su cuello con la cantidad perfecta de presión, viéndola parpadear hacia él y respirar agitadamente.— Muéstrame lo buena chica que eres y súplica apropiadamente.
— Señor, por favor fóllame…— T/n respondió en un pequeño jadeo sumiso y necesitado cuando la mano de Yoongi aplicó más presión en su cuello, haciéndola agitarse y mover sus caderas hacia él en una muda invitación, completamente desesperada por sentirlo.— Por favor, lo necesito tanto…
Y antes de que pudiera decir algo más, lo labios de Yoongi volvieron a estamparse con los de ella, esta vez con una voracidad duplicada, T/n reprimió un gemido cuando la lengua contraria no espero ni un segundo en salir en busca de la suya, acariciando con la punta todo lo que estaba a su paso y arrancándole cada uno de sus suspiros en busca de aire, sus grandes manos recorrieron todo su cuerpo con dureza; como si quisiera memorizar cada curva de él, sintiendo su piel estremecerse con anticipación y haciéndola soltar un gemido ahogado cuando sintió la punta de su pene deslizarse entre los pliegues de su entrada y rozar suavemente su clítoris sin saber muy bien en qué momento se había desnudado, pero tampoco pudo pensar demasiado en eso cuando su pelvis comenzó a moverse contra ella, creando una deliciosa fricción entre sus intimidades, sintiéndolo tan grande y pesado presionando contra ella haciéndola acompañar sus movimientos con sus caderas, solo para escucharlo gruñir contra su boca mientras volvía a besarla un par de veces más antes de separarse escuchandola jadear de disgusto.
Yoongi podía sentir sus ojos seguirlo cuando alcanzó el cajón de la mesa de noche, del cual tomó un condón con rapidez, obligándose a respirar para intentar controlarse cuando regresó su vista de nuevo hacia ella, pero era prácticamente imposible hacerlo con la imagen de su cuerpo desnudo y su cabello alborotado que le gritaban que la tomara a como diera lugar, sus constantes jadeos no eran de mucha ayuda tampoco, pero tenía que mantener la cabeza en calma, por ella.
Sus manos se engancharon en el interior de sus rodillas, tirando de su cuerpo hacia él sobre las sábanas, sonriendo al escucharla reír levemente, y se apresuró a rasgar un costado de la envoltura y sacar el condón para deslizarlo por lo largo de su erección, y T/n ni siquiera pudo evitar no relamerse los labios ante la imagen; haciéndola estirar su mano para rodear la base de su miembro duro a lo alto, haciéndolo gruñir guturalmente cuando movió su mano de arriba a abajo, los músculos de Yoongi se endurecieron ante la estimulación y a T/n no pudo gustarle más la imagen de él, le gustaba ver su cabello enloquecido, le gustaba ver sus abdominales marcados por la excitación, le gustaba ver el sudor correr por sus sienes, sus labios hinchados y rojos, le gustaba escuchar su voz ronca y ver su miembro duro por ella.
Su revelación se vio interrumpida cuando de un movimiento, Yoongi se acomodó mejor entre sus piernas, haciendo que soltara el agarre en su erección palpitante, sus manos tomaron sus muñecas y con firmeza a cada lado de su cabeza y sus ojos se conectaron, transmitiendole todo el júbilo y el deseo que parecía sentir y un jadeo tembloroso la abandonó cuando sintió la punta de su pene rozar su abertura; solicitando su debida entrada con cuidado.
La expectativa se acumuló en su estómago cuando Yoongi se acercó a su rostro, tocando su nariz con la de ella suavemente antes de besar el puente de la misma, y T/n no podía entender cómo podía sentirse tanta dulzura y deseo al mismo tiempo, pero Yoongi parecía hacerlo posible con su beso esquimal y su longitud apretándose contra ella al mismo tiempo.
No supo en qué momento soltó sus muñecas pero se dio cuenta cuando comenzó a hundirse dentro de ella con lentitud, las manos de T/n salieron disparadas a su espalda y reprimió un gemido de dolor al sentirlo, todo su cuerpo estaba temblando y trató de concentrarse en los ojos de Yoongi quién estaba estático y que la miraban con atención, como si estuviera estudiando su rostro, se veía preocupado y parecía estar sufriendo en el fondo por controlarse, y otro quejido salió de sus labios al sentirlo volver a presionarse mientras ella luchaba por tomar su circunferencia.
— Ah, Yoongi, d-duele…— T/n lloriqueo por lo bajo, tensando su cuerpo y tirando de las sabanas con fuerza, Yoongi era más grande de lo que esperaba, y la punta de su pene ni siquiera estaba del todo adentro.
— Shh, lo sé, cariño. Pero tienes que ser una buena chica y relajarte para mí o de lo contrario nos detendremos aqui.—Yoongi susurró apretando su mandíbula de la misma forma antes de morder su labio inferior y empujarse un poco más, deslizándose paulatinamente, centímetro a centímetro hasta llenarla por completo y T/n volvió a cerrar sus ojos gimiendo con fuerza; sintiendo como Yoongi volvía a quedarse inmovil, dejando que se amoldara a su longitud ahora más caliente que nunca.
Sus labios fueron rápidos en amortiguar otro nuevo gemido quejumbroso de T/n, tomando su boca con la suya en una nueva oportunidad, una de sus manos se movió hacia su mentón donde acarició suavemente su labio inferior con su pulgar que cuando la vio jadear ante un sutil movimiento dentro de ella; metió su dedo en su boca, haciéndolo suspirar cuando sintió su lengua envolverse alrededor de su dedo y cubrirlo con su saliva.
— Eres muy hermosa, T/n. Muy hermosa..— Yoongi arrulló suavemente y ella abrió sus ojos ante sus palabras, encontrándose con su mandíbula marcada y sus labios entreabiertos; mirándolo sin dejar de chupar su dedo y dejando escapar un gemido amortiguado cuando movió sus caderas hacia él, en un muda invitación a que continuara, el dolor estaba siendo reemplazado por un peculiar ardor y cuando sintió que Yoongi estaba a punto de retirarse por completo de repente volvió a hundirse dentro de ella hasta tocar fondo.
Repitió esa acción una y otra vez, moviéndose dentro de ella con toda la calma del mundo, no entrecortado, sino que se deslizaba con una exquisita facilidad y T/n se dejó relajar debajo de él; intentando acompañar sus movimientos con sus caderas sintiendo como todo el placer comenzaba a consumir todos sus sentidos.
— ¿Se siente bien así? — Yoongi preguntó con su voz ahogada aún conteniendose y comenzando a marcar un ritmo lento y superficial, apretando su mandíbula y luchando por mantener el control.
— Mhm-hu… sigue Yoongi, sigue…— T/n gimió dulcemente esas palabras, rodeando su cintura con sus piernas aferrándose con fuerza a él, todo su cuerpo se agitó cuando sintió a Yoongi deslizarse hacia afuera y antes de salirse por completo la penetró en una firme estocada que la hizo retorcerse debajo de su cuerpo.— Oh, Dios…
— No, soy Min Yoongi.— Repitió socarron esas mismas palabras que había dicho antes ajustando sus manos en su cintura para darle estabilidad a sus nuevas penetraciones que se volvían mas firmes y acompasadas; empujando su cuerpo una y otra vez sobre la cama.
— Deja de decir eso, creo que se te esta subiendo a la cabeza.— T/n quiso amonestarlo pero lo terminó diciendo en medio de una sonrisa delicada que rápidamente se deformó en una mueca de placer al recibir otra rotunda embestida haciéndola arquear su espalda hacia él.
— Eres la única con la que me siento especial, T/n.— Yoongi murmuró acercándose nuevamente hacia su rostro, sosteniendo su mirada y T/n se sintió más que capaz de devolvérsela, los dos estaban igual de sumergidos en lo que sea que fuera esto, sabiendo muy bien que él también se había vuelto la única persona con la cual podía sentirse especial.
Un nuevo gemido brotó de los labios de ambos ante otra profunda penetración, los movimientos de Yoongi eran exactos y precisos, iban tomando cada segundo un ápice más de velocidad y T/n no podía hacer más que gimotear con cada nueva embestida que tocaba aquel punto especial dentro de ella, y es que todo era tan nuevo, tanto placer que no podía sostenerlo ella sola por mucho tiempo mas, todo el juego previo la había consumido, sus manos ansiosas subieron por su pecho hasta llegar a su cabello y jaló de él intentando llegar a sus labios y el mayor se dejó hacer, tomando una vez más el control del beso, mordiendo chupando su labio inferior, sus jadeos combinados con los de él junto a sus repetitivas penetraciones dentro y fuera parecían ser un impedimento para mantener sus labios unidos, pero no les importó.
T/n se sentía drogada, flotando en una nube de placer donde ni siquiera el sudor acumulandose su frente ni el calor abrumador que los envolvía se comparaban al placer latente que sentía en cada parte de su cuerpo, Yoongi se sentía tan bien dentro de ella, su pene la llenaba tan bien y tocaba todos los puntos correctos que solo la hacían gemir entre cada embestida, sus pieles ardían con cada bombeo constante mientras él seguía con sus duras embestidas que sacudían su cuerpo y que hacían que la cabecera de la cama chocara contra la pared una y otra vez, sintió a Yoongi apartar los mechones húmedos de su cabello fuera de su rostro antes de que su boca caliente volviera a devorarla con besos húmedos, comiéndose sus gemidos sin dejar de deslizarse dentro de ella cada vez más fuerte y salvaje, y es que él no estaba mejor que ella.
Estaba cerca, el inminente orgasmo estaba tocando la puerta, pidiendo salir cuando el cosquilleo y las vibraciones de su cuerpo hacían que sus estocadas se volvieran inestables y torpes, no podían culparlo, Yoongi simplemente no podía apartar la mirada de ella, de su cuerpo desnudo y cubierto de sudor debajo de él, de su rostro sonrojado, sus cejas fruncidas y sus labios entreabiertos dando bocanadas de aire entre cada beso hambriento y desesperado que le daba, podía sentir su interior apretándose imponente a su alrededor, podía sentir su cuerpo temblar con cada golpe de su pelvis dentro de ella. Habían estado sedientos durante semanas el uno por el otro, y sabía que se merecía esto y mucho más.
— Yoongi, estoy a punto de…— T/n lloriqueo cerrando sus ojos y apoyando su frente contra su hombro, abrazando su espalda y buscando un punto de apoyo sintiendo como el placer se volvió demasiado para su cuerpo.
— Si, bebé. Yo también. Córrete para mí, vamos…— Yoongi murmuró contra su oreja, dejando un rápido beso mientras aumentaba la velocidad de sus movimientos para alcanzar su placer también.
Y esa luz verde de su voz ronca y ansiosa fue suficiente para empujarla por completo a su orgasmo en medio de un fuerte y agudo gemido; sus piernas temblaron y su interior se apretó con fuerza contra su pene, jadeando ante la sensación tan deliciosa y placentera que llenó sus ojos de lágrimas mientras se aferraba a él con fuerza. A Yoongi solo le basbastaron otras tres penetraciones duras y profundas para derramarse dentro de ella; soltando una maldición entre dientes contra su cuello y un gemido aireado antes de dejarse caer sobre ella llenando el espacio solo con sus respiraciones densas y aceleradas mezclándose entre sí.
Con sus palpitaciones al mil y completamente jadeantes Yoongi trazó un camino de pequeños besos desde el hombro de T/n hacía arriba; pasando por su cuello, mejillas, hasta llegar a su boca, la punta de su lengua delineo sus labios para después soltar una sonrisa que se confundía con dulzura y travesura.
— Buena niña.— Farfulló divertido ensanchando su sonrisa al verla apartar su mirada de él completamente avergonzada, sin perder detalle de lo hermosa que lucía, incluso luego de su orgasmo, toda desalineada, jadeante y sonrojada, se veía preciosa a su ojos, y fue ese mismo descubrimiento el que lo hizo volver a buscar sus labios, más lento y suave esta vez solo para permitirse degustar su sabor una vez más.
El pequeño instante de paz fue abruptamente interrumpido con el sonido repentino y alarmante de un teléfono que se escuchó en la habitación; asustandola y haciéndola separarse de sus labios solo para ver a Yoongi apretar su mandíbula y murmurar una maldición mientras se separaba de ella haciéndola apretar sus labios ante su ausencia, y seguir sus movimientos mientras se recostaba a su lado para quitarse el condón.
— ¿No vas a contestar? — Preguntó por lo bajo removiendose sobre la cama
— No, no voy a contestar.— Yoongi respondió
— Pero, ¿y si es importante, o de tu trabajo…?— T/n volvió a insistir antes de que fuera interrumpida por su voz.
— Me importa una mierda si es del trabajo, no voy a contestar.— Yoongi espeto molesto girandose hacia ella; viendola sobresaltarse y mirarlo sorprendida ahogó un gruñido y se apresuró a subir de nuevo a la cama a su lado.— Escucha, T/n, yo… actúe como un idiota la vez que preguntaste si podíamos conocernos porque no quería perder mi trabajo, tengo esta regla donde no puedo tener ninguna relación con algun cliente y…
— Esa es una regla estupida.— T/n lo interrumpió con esas palabras, haciéndolo reír levemente.
— Sé que lo es, y yo pensé que quería eso, pero cuando no podía dejar de pensar en ti supe que lo que realmente quería era estar contigo, quiero estar contigo, no me importa que me despidan…
— Pero… es tu trabajo, no dejaré que te despidan por mi…
— No me importa, me di cuenta de que tú vales mas que ese trabajo y ese jodido dinero.— Yoongi volvió a asegurar con voz firme y sin dudar mientras acunaba su rostro con sus manos, casi perdiendose en sus ojos.— Quiero que empecemos de nuevo, que nos conozcamos, que vayamos a citas y hagamos todas esas cosas cursis y que no se quede solo como una llamada accidental de sexo telefónico entre nosotros.— agregó sin dejar de mirarla notando su sonrisa avergonzada ante el recuerdo haciéndolo sonreír también.— Estoy hablando enserio, quiero estar contigo T/n.
Y eso una vez mas demostro cuando podían afectarle sus palabras, solo que esta vez no eran vulgares ni lascivas, eran suaves y sinceras, y solo le revelaron algo que ella también sentía, quería estar con él, con nadie más.
— Me habías dicho que no eras romántico…— T/n habló con calma; mirándolo con ilusión y solo ganándose una sonrisa ladina de Yoongi sintiéndolo ajustar sus manos en su cintura para mimar su piel con calma.
— Cariño, te di un beso esquimal mientras estaba duro, por supuesto que puedo ser romantico.— Yoongi farfulló divertido sonriendo genuinamente cuando escuchó a T/n reír ante sus palabras, haciéndolo arrastrar sus manos por su cuerpo hasta llegar a su rostro para poder besarla una vez más.
Se volvió a adueñar de sus labios con puro fervor, ronroneando de gusto al sentirla enredar sus dedos en su cabello mientras se aferraba a él; invitándolo a besarla con más entusiasmo cuando el molesto sonido del teléfono volvió a escucharse, pero tampoco les importó mucho que digamos.
*Unas semanas después*
— Bebé…— La voz de Yoongi se escuchó desde el otro lado de la cocina, haciéndola dejar de hacer lo que sea que estuviera haciendo con lo siguiente que dijo.— ¡Tenemos nuestro primer suscriptor!
T/n rápidamente corrió hacia donde Yoongi estaba sentado en el taburete para mirar por encima de su hombro, con su cabello aún goteando y la toalla apenas envuelta alrededor de su cuerpo.
Después de que Yoongi dejó su trabajo y que decidieron mudarse juntos, ustedes dos habían encontrado una manera de ganar dinero juntos y divertirse mientras lo hacían, así que lo vio abrir la aplicación de OnlyFans en su teléfono y leer el nombre de la primera persona que amablemente se suscribió a su cuenta compartida.
— Jeon... Jungkook.
Ese nombre sonaba familiar.
— Wow, me pregunto cómo se topó con nuestra cuenta.— Yoongi reflexionó mientras la tomaba por sus brazos para acercarla a él y darle un pequeño beso.
T/n apenas y respondió, quedándose inmóvil en puro desconcierto, probablemente luciendo tan ridícula con la boca abierta y con el cuerpo cubierto de gotas de agua. ¿Podría ser él?
— ¿Qué estás pensando, bebé? — Yoongi preguntó mirándola con cuidado
— Nada, nada…— T/n respondió negando con su cabeza y arrojando ese pensamiento al fondo de su mente.— Supongo que será mejor que hagamos más contenido ahora, ¿no lo crees?
Y Yoongi simplemente sonrió ante eso, dejando su teléfono en el mostrador para poder envolver sus brazos en su cintura y abrazarla, sin importarle mucho que su camisa se estuviera humedeciendo con su cabello.— ¿Estás emocionada?
— ¿Por trabajar contigo? — T/n preguntó girándose hacia él y sonriendo de la misma forma antes de inclinarse y volver a besarlo.— Por supuesto, bebé.
————————————————————————
N/A: ¿Alguien más aparte de mi necesitaba que estos dos se comieran de una buena vez? Lo siento pero yo ya no podía con la tensión que se tenían
Espero que hayan disfrutado mucho de esta pequeña historia y que les haya gustado igual o más que la primera vez que la leyeron
Gracias por todo su apoyo titis ♡
taglist: @guvgguk @lessuwu @cometaart @AnnieKCV @darysnowflwr @nunubly @choco-linny @wtffktt7 @minmin-cat @18fernanda @ariggukie @Katherine Murillo @lizxz @onixbae02 @piligt @youtis @tessacereza @aavacaf @holiwui032
#softpxachy#bts#bts fanfic#bts masterlist#bts imagines#bts smut#jeon jungkook#bts jungkook#yoongi x reader#yoongi smut#yoongi fanfic#min yoongi#suga#bts suga#suga fanfic#suga smut#agust d#daechwita#haegeum#suga bts#suga bangtan#suga bias#yoongi bts#min yoongi bts#bts fanfction#bts fic#bangtan#bangtan sonyeondan#bangtan smut#bts army
58 notes
·
View notes
Text
Esa canción de mierda se hizo popular (como la original) por los tuiteros argentinos herederos de Taringa y Promiedos que se deleitan en ser edgy (o picante que sería lo nuestro) y así vamos siendo picantes no? Es un chiste es como el chiste de los aristócratas o un sketch de Yayo vamos a ser más y más picantes a ver dónde llegamos, y vas a llegar a un punto donde eso no da gracia y te vas a estrellar con que es un vulgar reflejo del racismo la homofobia y la transfobia que existe en Argentina.
Pero si vos le preguntas a esa gente es muy seguro que te van a decir no no yo no soy racista yo no soy homofóbico. Y es muy posible que no lo sean! Porque los argentinos en general no lo son. Lo que sí tienen los argentinos es la cultura del bardo y el insulto "amistoso" es el país donde nos saludamos con boludo/a. Donde aceptamos las cargadas y los chistes fuertes y fuera de tono como parte de las relaciones sociales. Y después tenemos los pelotudos que no se dan cuenta que no, no todo es una "cargada" entre amigos, no todos lo consideran humor o compinchada o bardo o euforia, y esos insultos tienen, por el hecho mismo de ser insultos, una capacidad de herir y discriminar y dejarte mal a vos y a quien representas, en este caso tu país.
Así que si, que se coman la sanción por boludos.
No voy a hablar de este tema ni contestar asks al respecto porque ya veo que va a ser tremendamente rompe pelotas.
112 notes
·
View notes
Text
𝑪𝒐-𝒔𝒕𝒂𝒓𝒔★
━━━━━━━━━━━━ ⋆⋅☆⋅⋆ ━━━━━━━━━━━━
𝐩𝐚𝐢𝐫𝐢𝐧𝐠: actor! enzo x actriz! reader
𝐬𝐢𝐩𝐧𝐨𝐬𝐢𝐬: Enzo y tú tienen un tiempo saliendo y por fin consiguieron ser CO-estrellas en una película, Pero no esperabas el nivel de complejidad que tendría el trabajar con el.
𝐜𝐨𝐧𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨: smut,creampie,diferencia de edad (Enzo 34, reader 24), uso de Español rioplatense,mencion de sangre falsa y asesinatos, begging,oral sex sexo sin proteccion, dirty talk.
- : ✧ : -˚̣⋅ .. ⋅ ˚̣ ⊹ ⭒ – : ✧ : -˚̣⋅ .. ⋅ ˚̣- : ✧ : – ⭒ ⊹ ⭒ –
Enzo y tu tenían alrededor de 2 año saliendo formalmente, se habían conocido en una grabación de un pequeño filme indie, habían intentado por meses el lograr quedar juntos o como co-estrellas en un proyecto y recientemente lo habían logrado, era una pareja de esposos en una película ubicada en los años setenta.
La filmación era una maravilla, el ambiente del set era perfecto y, como era de esperarse, tenían una química increíble, los vestuarios de Enzo hacían que tu cerebro se derritiera lentamente, siempre eran unos lindos y elegantes trajes negros, su cabello perfectamente peinado como la época ameritaba, adorabas cada escena y momento a donde podían ser esposo aunque solo lo fuera en cámara.
En más de una ocasión era necesario grabar escenas subidas de tono, como en casi cualquier otra película romántica ubicada en los sesenta, amabas cada maldito segundo en que Enzo tenía que besarte profundamente, o ponerte sobre ti mientras te murmuraba lo buena esposa que eras para él, pero la película no era una simple película de romance, había asesinatos cruzados de por medio, cuando ese momento llego fue la gota que derramo ese minúsculo vaso que tenías de autocontrol.
La escena comenzaba, habías descubierto a tu esposo en una clara escena del crimen, con un traje negro sin el saco puesto, la camisa blanca de vestir arremangada manchada de sangre en esta, tu reacción debía ser de obvio miedo y así fue, estabas aterrorizada mientras tu esposo se acercaba tratando de calmarte usando su mejor voz.
—shh shh — dijo Enzo, colocando un dedo sobre su boca en señal de silencio, una escena brutal para tu personaje, tu esposo con un traje sin saco, su camisa blanca de vestir manchada de sangre aparentemente fresca, y un rastro que conducía a un contendor a donde para la mala suerte de tu esposo él no había tenido tiempo de esconder el cuerpo dueño de la sangre, Un grito se atoró en la garganta de tu personaje, dando un paso hacia atrás, haciendo sonar tus tacones.
— tranquila mi amor, quédate quieta — dijo Enzo caminando hacia ti, pero su expresión cambio cuando tratarse de abrir desesperadamente la puerta del sótano, entonces Enzo camino hacia ti en paso acelerado, estampándote contra la puerta del sótano, tomando tu quijada con su mano apretando tus mejillas forzándote a mirarlo a los ojos manchándote se sangre —te dije que te quedaras quieta— susurro sobre tus labios—
Por un momento sentiste genuinamente la adrenalina correr por tus venas, se sentía de alguna manera excitante el sentirse tan acorralada por él, la escena continuó con un pequeño forcejeo, pero un "Corte!", proveniente del director, te sacó de tus pensamientos, quedándote quieta por un segundo mirando las manos de Enzo manchadas de sangre falsa.
Él estaba a punto de dirigirte unas cuantas palabras cuando lo miraste a los ojos. Él conocía perfectamente tu mirada, y esa manera tan peculiar en la que mordías tu mejilla por dentro mientras le dabas unos ojitos pidiéndole a gritos silenciosos que te cogiera. Una sonrisa burlona y coqueta se notó en sus labios, acercándose a tu oreja susurrando —Nos vemos en tu camerino, chiquita —.
Enzo se retiró primero dejándote con ese sentimiento caliente creciendo en tu vientre, caminaste tras del hasta tu camerino compartiéndose miradas, sus ojos eran como pequeñas burlas hacia ti, cuando entraron al camerino Enzo cerro la puerta rápidamente, para luego rápidamente ponerte en contra del tocador brillante de este.
—¿Qué pasó, preciosa? ¿Necesitas algo?—dijo mirándote con sus ojos negros, su cara aún con manchas de sangre falsa.
—Vos sabés qué pasa — susurraste un poco tímida, poniéndote de puntillas para poder alcanzar apropiadamente su rostro. Podías sentir tu ropa interior mojada, algo en verlo, de esa manera te comía por dentro.
—Mm, no sé, si no me lo decís a lo mejor no estamos en la misma página — dijo en tu oído mientras deshacía el nudo de tu vestido cementero, rozando tu espalda suavemente con sus dedos.
—Sabías que el hijo de puta estaba fingiendo demencia, jugando con el listón de tu vestido, dando suaves besos cerca de tu oreja y tu cuello, y soltarte un suspiro caliente poniendo tu mano sobre la camisa blanca de Enzo, susurrando —
—Por favor — rogaste sin mucha esperanza de una respuesta.
—¿Por favor qué chiquita? Usa tus palabras — dijo dejando el listón en paz y frenando los besos en tu cuello —
—Un suspiro tembloroso salió de tus labios mientras sentías su respiración caliente en tu cuello—cógeme —.
—¿Vos te piensas que esa es la manera de pedir las cosas, linda? —dijo en tu oído con una clara sonrisa en su labio. Estaba torturándote, negaste suavemente y él alzó las cejas esperando tu respuesta—
—Enzo cógeme, por favor — dijiste ya desesperada. Fue cuestión de segundos para que te comenzara a comer la boca, acariciando tu mejilla con sus nudillos, comenzando a desabrochar tu vestido, aprovechando que el listón ya no era estorbo—
—¿Por qué tan desesperada porque te coja mm? ¿Te gusto verme asi, mmh? Que rarita que me saliste he— dijo burlándose, volviendo a tomar tu quijada como en la escena, dándote un pequeño beso — ¿tan desesperada porque te haga gritar y todo el mundo escuche de quién sos? —
Estabas por llevarle la contraria como lo harías en cualquier otro momento, pero sentir su mano debajo de tu vestido,sus dedos tocando suavemente tus pliegues por encima de tu ropa interior,te sacó un gemido ahogado—
Tomaste su brazo mientras mordías suavemente tu labio, sintiendo cómo sus helados dedos masajeaban juguetonamente tu clítoris, poniéndote la piel de gallina. —Ya déjate de joder Enzo— dijiste apretando su brazo levemente, sentiste cómo te alzó para sentarte sobre el tocador, jugueteando con sus dedos en tu entrada para luego darte una palmada en el muslo que te saco un pequeño grito—
—esa boquita, si seguís de maleducada te vas a ganar todo menos una cogida— gruño subiendo su mano libre para acomodar un cabello detrás de tu oreja — pídemelo bien hermosa si no te sirve de nada eso, lo sabes — dijo tomando tu cuello en su mano mientras acariciaba tus muslos internos con sus dedos jugando con las orillas tu ropa interior —
—Mordiste tu labio ante ese sentimiento de dominio, sintiéndote más mojada que antes, estabas al borde de explotar, moviendo tus manos a la villa del cinturón de su traje, jugueteando con este desabrochándolo—
—Enzo, por favor... por favor cógeme —rogaste, tomando entre sus dedos el botón de su pantalón—
—Una sonrisa ganadora se posó en los labios del uruguayo, comenzando un beso largo mientras desabrochaba la falda larga de tu vestuario, retirándola junto con la parte de arriba para solo dejarte en ropa interior, pasando sus manos por tu cuerpo apareciendo tus curvas —no tienes una idea de como me calientas —
—Te coloco en la orilla del tocador, para ponerse entre tus piernas, Sentías el bulto de su erección para hacer contacto con tu húmeda entrada Enzo peinó tu cabello con sus dedos y pasó su pulgar por tus labios —¿No me querés mostrar qué más sabes hacer con esa boquita aparte de quejarte, linda? —
Esta vez bastante obediente cediste a sus palabras, bajándote del tocador, para ponerte de rodillas frente a él desabrochando su pantalón torpemente, sentías su mirada sobre ti, siguiendo tus movimientos pacientemente hasta que liberaste su miembro de la dolorosa cárcel que era su bóxer, sentiste sus manos pasear por tu cabello para tomarlo con suavidad.
—Abre la boca, princesa — susurró tomando tu quijada para mirarte bien. Su satisfacción fue notoria cuando seguiste su orden, esta vez sin quejarte — Qué linda que te ves así.
Suelto tu quijada para tomar su miembro dándote dos suaves palmadas en la mejilla con este antes introducirlo en tu boca posándolo sobre tu lengua, mantenían el contacto visual mientras usaba tu cabello para guiarte, sentías la cabeza de tu miembro llegar a tu garganta sacándote unas cuantas arcadas y lagrimitas mientras Enzo soltaba pequeños quejidos.
—Mm, mira esos ojitos, ¿te gusta que te tenga así chiquita? si? —
Sentiste como pudiste, sintiendo cómo su miembro latía en tu garganta, un gruñido suave delato, su cercanía al orgasmo, por lo cual querías moverte aún más. Para tu mala suerte, él alejó tu cabeza soltando tu cabello, dejando la punta rozando tus labios.
—mmmh dale porfavor—te comenzaste a quejar, lo cual no duró mucho tiempo antes de que Enzo te tomara en brazos para ponerte sobre el sofá cama de tu camerino.
—Perdóname, preciosa,pero te quiero llenar toda —dijo para despojarte de tu última prenda, abriendo tus piernas apretando tus muslos para el ponerse en medio de estas, pasando sus dedos entre tus plieges— mira lo mojadita que estas—
—murmuro sonriendo relamiendose los labios, tomó su miembro para pasarlo por tu mojafo clítoris, sentiste tus piernas temblar de necesitada que estas, comenzó a introducirse lentamente tratando de no lastimarte de ninguna manera, un gemido lloroso salió de tus labios sintiendo como te estiraba por dentro—
—mira lo apretadita que estas—dijo con su mano en tu cintura apretandote y la otra manteniendo tus piernas bien abiertas, moviéndose suaves en un va y viene cada vez mas fuerte y profundo sacandote espasmos—
—enzo, dios—lloriqueaste cerrando tus ojos por el placer, sintiendo tu respiración poniéndose cada ves más errática—
—en cuestión de minutos Enzo había comenzado a perder el ritmo de sus embestidas, entrando fuerte y rápido, con su pulgar estimulando tu clítoris en pequeños círculos,tus gritos, lloriqueo y los gruñidos de placer de enzo se adueñaron de el camerino—
—muy rápido! Enzo —gemiste entre lágrimas que ahogaban tu mirada, bajaste tus manos al vientre de Enzo tratando de hacer que bajara su velocidad— más lento!—
—muy rápido preciosa? Mmh?—dijo en un falso tono de comprensión, el verte llorando como una bola de nervios mientras el golpeaba todos los lugares buenos dentro de ti lo ponía tan caliente, tomó tus manos para detener tu fallido intento de frenarlo, deteniéndose sobre tu cabeza— hace un rato estabas desesperada por que te la pusiera, ahora tomas lo que te doy, es lo más justo no crees?—
—dijo juntando su frente con la tuya, pasando de embestidas erráticas a un ritmo nuevamente, golpeando una y otra vez ese lugar que te hacia morderte los labios y sentir que te desvanecías—
—muy profundo! Enzo, Enzo!—forcejeaste aún sabiendo que no podrías soltarte de su agarre, sentiste el calor crecer más o más grande en tu núcleo, los espasmos cada vez más fuertes— Enzo! —
—todo estaba pasando tan rápido que no encontrabas las palabras para hacerle saber a Enzo que estabas por terminar, pero nisiquiera necesitabas palabras, Enzo podía sentir como te apretadas alrededor suyo, las embestidas se volvía descuidadas, los gruñidos de Enzo carecían de aire—
—te vas a correr preciosa? Si? Abrí los ojos Mírame, te queres correr?—dijo dejando solo una de sus manos tomando ambas tuyas, para bajar la otra y tomar tus mejillas obligándote a abrir los ojo, con tu vista nublada por tus lagrimas asentiste rápidamente— yo también, quieres que te acabe dentro? Quieres que te llene toda?
—si! Si, llename toda—dijiste cerrando tus ojos fuerte, sintiendo tu orgasmo liberarse, aprendandote alrededor de su miembro—
—Enzo bajo una mano para acariciar tu clítoris sacandote un llanto fuerte por la sobreestimulacion, mientras golpeaba una y otra vez tu cervix, su respiración desesperada acompañada con sus gruñidos, solo dejó en paz tu bulto de nervios una vez que acabó dentro de ti, sentiste las hileras de corrida llenarte completamente, ambos estaban temblorosos agitados y sobre todo pegajosos, Enzo se quedó dentro de ti y te dio un beso en la frente, limpiando el cabello que tenias pegado a la frente, después de unos cuantos minutos de descanso para recuperar el aire—
—que preciosa que sos—dijo Enzo acariciando tus mejillas, mirándote como si fueras lo más precioso de este mundo—
—una risita salió de tus labios, dejando un beso sobre la nariz de Enzo— y vos sos un lindo.
━━━━━━━━━━━━ ⋆⋅☆⋅⋆ ━━━━━━━━━━━━
AAAAAAAAA
Boe, primara vez que escribo algo así para Tumblr y primera vez escribiendo algo asi despues de MUUUUUCHO TIEMPO, aun no entiendo muy bn como tunear bonito mi perfil pero al toque le agarro el vuelo vvs🧍♀️🙏
#enzo vogrinci#one shot#fanfic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic x reader#enzo vogrincic x you#lsdln cast#lsdln smut#lsdln#lsdln fanfic
124 notes
·
View notes
Text
Te extraño, pero
Realmente, ¿qué extraño de ti?
¿Aquella forma en la que discutimos?,
¿Aquella manera en que cambias tu tono de voz para seducirme?
¿Aquella forma en la que un día era tu todo y al siguiente día no?
¿Aquella manera que me decías que me amabas pero tus acciones demostraban lo contrario?
¿Aquellos inolvidables detalles que tenías conmigo?
¿Aquella libertad de ser yo al estar contigo?
¿Aquella facilidad de sentirte cerca aunque estuvieras 7 países de diferencia y la zona horaria fuera diferente?
Te extraño,
Deseo correr a tus brazos y gritar cuánto te extraño,
Pero sé las consecuencias que traería esto y el daño que nos haríamos si volvemos;
Mi conciencia ya dictaminó distancia contigo por mi propio bien.
Tal vez este amor no sea olvido,
Sino un amor para después.
-Ay, Carolina
108 notes
·
View notes
Text
FOE TO FLAME
Logan Howlett/Wolverine x mutant f! reader
Summary Logan y tú, dos rivales en la casa de los X-Men, deciden fingir una relación para hacer sentir celosos a Scott y Jean, quienes ocultan su romance. Sin embargo, la farsa se vuelve más complicada cuando sus propios sentimientos comienzan a entrelazarse.
Category: Enemies to Lovers, Fake Relationship!Reader x Grumpy!Logan trope {TW: Tension, Tension sexual, Jealousy, Mild Aggression, Flirting}
— ᳁ —
Mientras tanto Xavier's school for gifted youngsters
La casa de los X-Men era un lugar lleno de energía y complicidad. Después de un largo día de entrenamiento, el ambiente se llenaba de risas y conversaciones animadas. Mientras la mayoría se relajaba en la sala de estar, tú te sentabas en un rincón, observando a tus compañeros. Era tu primera semana en la mansión, y aunque te sentías un poco fuera de lugar, había una energía especial que te atraía.
Mientras tanto, Logan, con su actitud ruda y su mirada intensa, también se encontraba en un rincón, a un lado de Scott y Jean. Cada vez que mirabas hacia ellos, podías ver cómo Logan dirigía furtivas miradas hacia Jean, su interés evidente. Pero a ti te preocupaba más tu propia situación: estabas secretamente enamorada de Scott, y la tensión entre los tres creaba un ambiente incómodo.
Un día, tras una intensa sesión de entrenamiento, te acercaste a Logan, buscando desahogar tus frustraciones. “No puedo creer que Scott ni siquiera me mire”, dijiste, cruzando los brazos en señal de descontento.
Logan te lanzó una mirada burlona. “¿Tú? ¿Con el chico más perfecto de la mansión? No sé si te has dado cuenta, pero él no se fija en ti. Siempre está mirando a Jean”, respondió con un tono sarcástico.
“Oh, ¿y tú qué sabes de eso? Solo eres un tipo con un mal humor y un peinado raro”, retaste, tratando de mantener la compostura.
Logan sonrió de manera desafiante. “Quizás deberíamos hacer algo al respecto”, sugirió. “¿Qué tal si fingimos que estamos saliendo? Así los hacemos sentir celosos”.
La idea te pareció absurda, pero al mismo tiempo, una chispa de emoción recorrió tu cuerpo. “¿En serio crees que eso funcionará?” preguntaste, intrigada.
“¿Por qué no? Un poco de drama siempre es divertido”, dijo él, encogiéndose de hombros.
Así comenzó el acuerdo entre tú y Logan. Cada vez que estaban juntos, se lanzaban miradas coquetas y bromas, mientras la tensión en el aire crecía. Se volvía cada vez más difícil distinguir si los sentimientos que comenzaban a surgir eran parte del juego o si había algo más.
Con el acuerdo en marcha, cada vez que te encontrabas con Logan, era como si una chispa invisible iluminara el ambiente. Cada encuentro estaba lleno de bromas mordaces y miradas que parecían durar demasiado tiempo. La farsa se había convertido en un juego, y aunque ambos intentaban no involucrarse emocionalmente, había algo inevitablemente electrizante en la interacción.
Una tarde, mientras todos estaban reunidos en la sala de estar, decidiste sentarte junto a Logan. Te inclinas hacia él, sonriendo, y lanzas un comentario despreocupado. “¿Sabes? Creo que deberíamos empezar a hacer más ruido con esta ‘relación’”, dices, haciendo referencia a la atención que Scott y Jean parecen prestarte cada vez que estás cerca de Logan.
Logan te mira de reojo, su expresión seria desafiada por una ligera sonrisa. “¿Qué sugieres? ¿Un beso en público? Porque eso haría que Scott se sintiera como un perdedor. Aunque ya lo es, así que no es gran cosa”, responde, dejando escapar una risa burlona.
Eres un idiota, logan. "una sonrisa se asomó en mi rostro y golpee suavemente su hombre juguetonamente ante su comentario infantil"
A medida que los días pasaban, la tensión entre ambos crecía, especialmente durante las sesiones de entrenamiento. Mientras los demás se dispersaban, tú y Logan permanecían en el gimnasio, ambos respirando con dificultad tras el esfuerzo.
“¿Te crees tan genial por empujarme al suelo?” preguntaste, intentando mantener el tono sarcástico, pero no pudiste evitar que una sonrisa se asomara en tus labios.
Logan se encogió de hombros, su expresión desinteresada. “Es solo un recordatorio de que siempre hay alguien mejor. No me malinterpretes, me gusta que lo intentes, pero a veces deberías saber cuándo es el momento de rendirse”.
“¿Rendirme? Nunca. Tal vez solo necesites que alguien te muestre que no siempre puedes ganar”, le respondías, pero la chispa en sus ojos te hizo dudar. Había algo en esa rivalidad que estaba comenzando a sentirse más como una conexión.
En un instante de desafío, decidiste lanzarte de nuevo hacia él, pero esta vez no con furia, sino con un giro inesperado. Lo esquivaste, usando su propia fuerza en su contra para hacer que tropezara ligeramente. La sorpresa en su rostro era suficiente para hacerte reír. “¿Ves? No soy tan fácil de desestimar”.
Logan se recompuso rápidamente, su mirada fija en ti. “Impresionante, realmente. Quizás no seas tan inútil como pensé”, dijo, aunque el tono burlón aún estaba presente.
Te acercaste, disfrutando de la pequeña victoria, pero en el fondo, esa satisfacción era solo una fachada para ocultar lo que realmente sentías. “No soy inútil, Logan. Solo estoy aprendiendo a jugar con las reglas. Quizás tú deberías hacer lo mismo”.
“A veces las reglas son lo que nos mantienen en línea, cariño" comentó desde el suelo mirándome con aquellos orbes claros.
"Tal vez deberías despejarte de tu zona de confort”, dijiste, sabiendo que esas palabras podrían ser más que una simple provocación.
En ese instante, Logan se acercó un poco más cerca, y sentí su presencia dominante envolviéndome. “No te preocupes por mi zona de confort. Me gusta donde estoy”, respondió con una voz baja, y aunque había una desafiante certeza en sus palabras, algo en su mirada te hizo cuestionar si realmente lo creía.
“¿De verdad?” desafiaste, manteniendo la mirada. “Porque parece que te aterra la idea de salir de esa burbuja. ¿Qué pasaría si un día decides arriesgarte?”
La sonrisa que apareció en su rostro fue inesperada y genuina, un momento raro en su comportamiento normalmente cínico. “¿Arriesgarme? No sé. Pero quizás, solo quizás, podría considerarlo. Aunque te advierto, no soy fácil de manejar”, dijo, su tono de burla regresando, pero esta vez había un matiz diferente.
Ambos sabían que la línea entre la rivalidad y algo más se estaba desdibujando. A medida que continuaban intercambiando miradas y palabras cargadas, la tensión se volvió casi insoportable.
De repente la atmósfera se vio interrumpida por dos figuras entrando al gimnasio, ambos desviamos nuestras miradas encontrándonos a nuestros objetivos.
“¿Viste cómo le di un golpe a ese tipo? No pueden imaginar su cara”, exclamó Scott, su risa resonando en la habitación.
Jean se unió a la risa, y su mirada brillaba al ver a Scott en acción. Era un momento perfecto, y mientras los veías interactuar, sentí cómo una punzada de tristeza se alojaba en mi pecho. Habías estado intentando ignorar tus propios sentimientos hacia Scott, pero verlo tan cercano a Jean te hacía cuestionar tu propio papel en todo esto.
Logan, que había estado concentrado en el combate, notó el cambio en tu expresión. La forma en que te encogiste un poco, como si te doliera ver a Scott y Jean tan felices juntos, no pasó desapercibida para él. Su mirada se volvió intensa, estudiándote con una curiosidad que parecía ir más allá de la rivalidad habitual.
Sin pensarlo, y en un impulso repentino, Logan se acercó a ti, aún en posición de combate. “¿Te molesta verlos juntos?” preguntó, su tono entre sarcástico y serio.
“No es eso”, intentaste responder, pero la tensión en tu voz era evidente. Te estabas perdiendo en tus propios pensamientos, y cuando Logan giró su cuerpo para enfrentarte, sus ojos estaban tan cerca de los tuyos que sentías que la respiración se te cortaba.
En un movimiento inesperado, Logan te giró hacia él, atrayéndote hacia su cuerpo. Antes de que pudieras reaccionar, lo sentiste acercarse y, en un instante, sus labios se encontraron con los tuyos en un beso apasionado y sorpresivo. Era un gesto que hacía visible todo lo que había estado oculto bajo la superficie de su rivalidad.
El mundo a tu alrededor se desvaneció. Era como si el aire se hubiera encendido, y por un breve momento, todo lo que importaba era la conexión entre ustedes. La sorpresa en tu rostro se transformó en aceptación, y te dejaste llevar por la intensidad del momento.
“¿Qué…?” Scott comenzó, su voz una mezcla de incredulidad y confusión.
Logan y tú os separasteis lentamente, ambos respirando pesadamente mientras realizabais lo que acababa de suceder. Era como si el tiempo se hubiera detenido, y la realidad comenzara a establecerse. La relación que habían fingido había pasado a ser algo real y visible para todos.
“Esto... esto no es lo que parece”, intentaste balbucear, sintiendo una mezcla de vergüenza y emoción.
“¿Entonces, qué es?” preguntó Jean, su tono sereno pero cargado de sorpresa. “Porque parecía que te estaba besando”.
Logan miró a Scott, su expresión era desafiante, pero había un destello de vulnerabilidad en sus ojos. “Es exactamente lo que parece. Y sí, hay algo más que solo rivalidad entre nosotros”.
La confusión y la sorpresa inundaron la habitación, y mientras Scott procesaba la información. Había pasado de ser un juego a una nueva realidad, y las emociones que habían estado reprimidas ahora estallaban como un volcán.
...
Días después de aquel inesperado beso en el entrenamiento, la situación en la casa de los X-Men se había vuelto aún más tensa. Scott y Jean estaban más cercanos que nunca, y la verdad sobre su relación había quedado al descubierto. No podías dejar de pensar en la forma en que habían estado ocultándolo, cómo habían jugado con tus sentimientos sin que lo supiera.
Esa noche, a la medianoche, decidiste que necesitabas un respiro. Te levantaste de la cama y te dirigiste a la cocina, con la esperanza de encontrar algo de tranquilidad en la oscuridad. Sin embargo, al entrar, la vista que te recibió te sorprendió: Logan estaba allí, recargado contra la encimera con una cerveza en la mano, la luz de la nevera iluminando su figura robusta.
Te detuviste en la puerta, sintiendo una mezcla de emociones. No habías tenido la oportunidad de hablar con él desde aquel día en el entrenamiento, y ahora el simple hecho de verlo te hizo sentir un cosquilleo en el estómago. Pero a la vez, la confusión y la frustración volvían a ti.
“¿Buscando algo?”, preguntó Logan, levantando la vista hacia ti. Su tono era despreocupado, pero había algo en su mirada que delataba que sabía que no estabas bien.
“No, solo… necesitaba aire”, admitiste, sintiéndote un poco vulnerable. Te acercaste, apoyándote contra la encimera opuesta a la de él.
“¿Por Scott y Jean?” preguntó, su voz grave pero suave. No necesitabas responder, la expresión en tu rostro lo decía todo. Logan dejó escapar un suspiro. “Eran un par de tontos por no decírtelo. Pero eso no cambia lo que pasó entre nosotros”.
Aquel recordatorio de su beso resonó en tu mente, pero la realidad de la situación te golpeó con fuerza. “No puedo creer que me hayan engañado así. Pensé que éramos amigos. ¿Por qué no me lo dijeron?”.
Logan se encogió de hombros, su mirada intensa fija en ti. “Porque a veces las cosas son más complicadas de lo que parecen. No siempre se puede jugar limpio.
“Lo sé”, murmuraste, sintiendo que las lágrimas comenzaban a asomarse. “Me duele pensar que he estado tan ciega, confiando en ellos”
"shh" dejó la cerveza en la encimera con un golpe seco y dio un paso hacia mí, sus ojos prendidos bajando hacia mis labios.
Antes de que pudiera reaccionar, Logan cruzó la distan cia entre nosotros en un solo paso, y sus manos grandes me atraparon por la cintura, apretándome contra su cuerpo. Mi respiración se cortó de golpe cuando nuestras miradas chocaron. La intensidad en sus ojos me quemaba, pero no retrocedí. Algo en su mirada me desafiaba, y yo estaba dispuesta a enfrentarlo.
"No eres ciega", dijo, su voz más baja ahora, sus labios rozando apenas los míos. "Sabes perfectamente lo que es esto".
El aire se volvió denso. Su agarre en mi cintura se intensificó, y sentí el calor de su cuerpo irradiando contra el mío, nuestros pechos rozándose en cada respiración contenida. Era una batalla, y ambos lo sabíamos. Pero esta vez, no había armas ni palabras afiladas. Solo deseo reprimido.
Sin más advertencia, Logan inclinó su cabeza y me besó. No fue un beso suave, ni dulce. Fue desesperado, como si ambos estuviéramos buscando algo en el otro que habíamos negado por demasiado tiempo. Mi cuerpo respondió antes de que mi mente pudiera alcanzarlo, mis manos se aferraron a sus hombros mientras su boca reclamaba la mía con una intensidad que me dejó sin aliento.
Sus manos recorrieron mi espalda, bajando por mi cintura hasta apretarme más contra él. Un gemido bajo escapó de mis labios, y me odié por lo mucho que lo deseaba en ese momento. Pero no podía detenerlo. El beso se profundizó, cada movimiento más urgente, más hambriento, hasta que me faltó el aire y tuve que separarme.
Logan me miró con sus ojos entrecerrados, su respiración pesada, y una sonrisa ladeada asomó en sus labios. "Te lo dije, no era un juego".
No pude responder. Mis pensamientos estaban nublados por el deseo, por la necesidad que todavía vibraba entre nosotros. Logan no me dio tiempo a procesarlo. Tomó mi mano con firmeza, entrelazando sus dedos con los míos, y tiró suavemente de mí, llevándome hacia la puerta de la cocina.
"¿A dónde vamos?" pregunté, mi voz apenas un susurro mientras lo seguía sin resistencia.
"A despejarte de todo eso. Te lo dije, fuera de tu zona de confort", respondió sin mirar atrás, su tono decidido, pero con ese matiz juguetón que lograba desarmarme.
Y así, me dejé llevar por él, sabiendo que lo que había comenzado como una mentira para darle celos a Scott, ahora se había convertido en algo real. Algo que ya no podía ignorar, aunque quisiera.
#wolverine x reader#logan howlett x reader#wolverine fanfiction#logan howlett smut#logan howlett x you#wolverine smut#logan howlett x f!reader#logan howlett x fem!reader#the wolverine#wolverine#logan howlett#hugh#hugh jackman#deadpool and wolverine#james howlett#marvel x reader#marvel#lobezno#xmen movies#jean grey#scott summers#relacion#xmen
48 notes
·
View notes
Text
Calmar tu sed pt.2
Mis queridaaaas, les vengo con una segunda parte del fic que tantó le gustó (gracias por hacérmelo saber)
Mucho más desvergonzada que la primera, quedan advertidas.
probablemente el banner más feo que he hecho jamás, perdón
💕Sub!Blas Polidori x f!reader
❤️🔥+18 sexo explícito, blas es aún más insaciable, masturbación, sexo oral, mommy kink
Después de una mañana intensa de trabajo por fin podías relajarte en casa. Bendito horario de verano; la jornada empezaba antes y tenías que madrugar bastante más, pero el paseo hasta la estación al comienzo del amanecer con la brisa de la mañana te daba una tregua respecto al calor sofocante de la ciudad.
Hoy habías picado algo con tus compañeras, así que al llegar a casa ni siquiera tenías que pensar en qué comer. Después de una más que necesaria ducha fría te vestiste únicamente con una fina camiseta de tirantes y unas bragas de encaje, asegurándote de que todo fuera lo más fresco posible.
Recordaste al pasar por delante de la mesa del comedor que tenías que leer un manuscrito antes de que llegase el fin de semana. Habías prometido corregir la gramática del texto para una amiga que estaba iniciando sus andanzas en la escritura, y ya que tú habías hecho una carrera de letras, disfrutabas con ello.
Sin más, te recogiste el pelo aún húmedo por la ducha con una pinza de plástico y amontonaste unos cojines en el cabecero de la cama para leer recostada pero no totalmente tumbada.
La camiseta, además de ser de tirantes era bastante suelta e incluso un poco grande para ti, así que tus pechos amenazaban con fugarse de la tela y las tiras se caían de tus hombros constantemente, pero no le diste demasiada importancia, total, era tu casa.
El sonido de la puerta de la calla abriéndose y cerrándose.
¿Blas había llegado tan pronto?
-¿Amor? – preguntaste alzando la voz
-Sí, mi vida, llegué.
En realidad, habías reconocido el sonido de la forma particular que Blas tenía para entrar, y después, el sonido de sus llaves cayendo sobre el platito de cerámica que teníais junto a la puerta.
A continuación, sus pasos pesados por el pasillo. A Blas le afectaba el calor todavía más que a ti, le agotaba.
Cuando asomó por la puerta quitándose la mochila de la espalda ya te hizo reír con su expresión de sorpresa y su sonrisa.
-Pensaba que los bombones se guardaban en la heladera en verano, che.
Tú reíste ante su comentario-intento-de-chiste.
-¿Qué tal el día, bebé?
-Tch, tch, tch – te quiso silenciar de forma humorística, y, con exageración se pellizcó el puente de la nariz y cerró los ojos a la vez que levantó el índice de forma dramática – no vas a fingir que no te estoy viendo hasta el carnet de conducir desde aquí.
Riendo te tapaste un poco los pechos subiendo tu camiseta, pero uno de los tirantes se deslizó por tu hombro otra vez, dejándote claro que esa prenda ya no servía demasiado para cubrirte, quizás deberías reutilizarla para trapos.
-Y, hace un calor de mil demonios, nene, ¿qué querés?
-Bueno, si me preguntás… - dijo él con media sonrisa sentándose en el borde de la cama y acariciando tu pierna suave.
La verdad es que estaba tan guapo con la camiseta blanca que llevaba…
-Nah, nah, nah – le quitaste la mano de tu pierna como si fuera una mosca de las que molestan en esa época – quietito ahí que nos conocemos y tengo que leer esto, amor.
Blas hizo caso omiso a lo que le dijiste y empezó a juguetear con el elástico de tu ropa interior, pasando el dedo por debajo tentado de bajarlo.
-Blaaaas, sólo dame un par de horas que acabe de leer esto y soy tuya ¿sí? – pediste en tono de súplica.
-¿¡Dos horas!? ¡Pero…!
-Blas – dijiste intentando ponerte seria. En realidad, te estaba costando mucho no reírte ante las pataletas de tu novio. Este se cruzó de brazos y te miró enfurruñado resoplando.
Fingiste no mirar por encima de la pila de folios que sostenías, haciendo como si ya hubieses vuelto sin problema a tu momento de concentración en la lectura. Viste cómo tu novio se acomodaba un poco el pantalón, probablemente ya tenía una incómoda erección; eso te aceleró el pulso. No es que no quisieras, pero estabas muy ocupada y no ibas a adelantar trabajo si te la pasabas en la cama con ese pendejo toda la tarde. Este chico…
Cuando se levantó asumiendo su derrota e iba rumbo a la ducha le paraste.
-Blas, amor.
-¿Sí? – dijo con un tono menos lastimero que antes; a veces tenía que asumir que los adultos con responsabilidades hacían otras cosas a parte de coger, se dijo.
-Podés comer, pero… dejáme leer, ¿ta?
Blas te miró con los ojos muy abiertos como si le hubieses dicho que le esperaba su comida favorita después de estar toda la mañana pasando hambre. Bueno, en realidad, así era.
No perdió tiempo y se quitó la camiseta, dejándote ver ese torso delgado que a ti tanto te encantaba.
Si fuera un dibujo animado ahora mismo se estaría anudando una servilleta al cuello, pensaste divertida.
Se tumbó entre tus piernas poniéndose cómodo. La gran estatura de Blas os había obligado a comprar una cama de gran tamaño para que ambos pudieseis caber en ella.
Como si se tratase de un bombón exquisito, así como te había dicho nada más entrar en la habitación, comenzó a deshacerse de tus braguitas de encaje como si fuera el papel plateado que envolvía su dulce preferido. Las tiró a un costado ganándose una mirada reprobatoria de tu parte, la cual mitigó rápidamente con esa media sonrisa de nene que no ha roto un plato en su vida y por la cual se libraba de todas las veces que querías reprenderle.
Al retirarlas se había dado cuenta de cierta húmeda mancha, pero decidió no decir nada tal y como le habías pedido. Esta vez iba a ser obediente.
Tuviste que hacer uso de toda tu concentración para no gemir cuando sus dedos apenas comenzaron a rozar el interior de tus muslos. Y un carajo ibas a leer tú.
Escondiste tu rostro detrás de los papeles y cerraste los ojos con fuerza. Era un gemido profundo lo que querías dejar salir cuando su lengua caliente dio una primera pasada de cortesía por encima de tu sexo. Sin embargo, sólo te permitiste soltar un suspiro, que esperabas quedase ahogado por el sonido del ventilador del techo sobre vosotros.
Él hizo un ruido de placer al besar y lamer ya sin titubeos tus otros labios.
-Mmmmhhh…
Con una mano, sujetabas la pila de folios, pero con la otra decidiste ordenar los rizos de la cabeza de tu novio, no para marcar el ritmo ni nada de eso, qué va.
La sensación de su lengua era deliciosa, tan húmeda que cualquiera diría que había bebido agua justo antes, aunque que tú supieras, no lo había hecho.
Se introducía en ti con el músculo de su boca, con una fuerza y destreza que te hacía ver las estrellas. No creías engañar a nadie fingiendo leer a estas alturas, pero creíste que era necesario no romper la magia del juego y seguir sin mirar a tu novio.
-¿Está rico, nene?
Blas, que parecía temer que se agotase la fuente de su placer, lamía con auténtica sed entre tus piernas. Pero salió para tomar aire y responder, con los labios y la barbilla húmedos de su propia saliva y tu excitación.
-Sí, mami…
Dios, cómo querías tirar los documentos al mismo sitio donde Blas había tirado tu ropa interior. Doblaste tus rodillas y abriste más las piernas para darle aún mejor acceso.
Notaste - aunque intentabas mirar lo mínimo por si subía la vista hacia ti – como sus caderas se movían, probablemente de forma involuntaria, contra el colchón. Pobrecito.
-¿Y ya estabas muy cachondo? – preguntaste intentando fingir desinterés y casualidad.
Blas asintió con la cabeza, provocando con ese movimiento un pequeño gemido de tu parte.
- Y sí, mami, ya me iba a hacer una paja en la ducha, sabés – dijo rápidamente antes de continuar con su festín, así como uno sale del agua para tomar aire y vuelve a sumergirse.
-Pobrecito… - dijiste en tono de compasión, pasando una página que obviamente no habías leído del manuscrito, habrá que disimular, ¿no?- Pero ya hemos dicho que eso no, mi nene… mami te da lo que vos necesitás, ¿verdad?
Asintió de manera más enérgica y comenzó a dar estocadas en el colchón ya de forma voluntaria, de forma salvaje. Se estaba follando vuestra cama. Gemiste al imaginar como su ropa interior y sus jeans, que no le había dado tiempo a quitarse, se estarían humedeciendo bajo él, eso siempre te había parecido de alguna manera adorable. Soltaba pequeños gemidos mientras se agarraba a tus dos muslos como si su vida dependiese de ello.
-Blasito… la tenés muy dura? – preguntaste como si no lo supieras.
-Sí… - lloriqueó.
-Podés tocarte si querés…
Él te dedicó una mirada rápida como teniendo cuidado de no hacer que te replanteases tu decisión. Después se levantó de un salto y comenzó a bajarse el cierre del pantalón.
Cuando se bajó el bóxer intentaste concentrarte en las palabras escritas que tenías delante, pero fallaste miserablemente. Era un pecado no ver semejante obra de arte de la naturaleza.
Con la mano derecha agarró su miembro y, usando el líquido preseminal que llevaba un rato manchando su ropa, lubricó su punta con alivio, comenzando a masturbarse mientras te observaba aún a los pies de la cama.
Cuando volvió en sí, retornó a su posición, tumbado entre tus piernas, sin embargo, esta vez no lo hizo boca abajo, si no que se recostó de lado, para dar espacio a lo que tenía entre manos.
Aún así no había olvidado su cometido, y apoyó la mejilla en tu muslo, lo suficientemente cerca para poder seguir lamiendo cómodamente mientras conseguía aliviarse con su mano.
-¿Cómo decías vos? Estos adolescentes siempre con la pija dura, ¿no? – dijo con la respiración entrecortada entre lamida y lamida – ¿y que querés mamita? No podés poner a dieta a alguien y después prepararle tremendo dulce…
-Vos ya no sos ningún adolescente, Blasito …tenés- Ahhh!! … un… problema – gemiste sin poder evitarlo.
Él no hizo caso a tu comentario y siguió bebiendo de ti mientras se masturbaba desesperadamente.
Te agarrabas con fuerza a los papeles con una mano y a la almohada debajo de tu cabeza con la otra, no podías más del placer. Si seguía así un par de minutos, ya fue, pensaste.
-¿Puedo, mami? – dijo con voz ronca. No te dijó qué, pero la forma rápida y errática en la que movía su mano y su lengua te dio una idea de qué era lo que quería hacer.
-Sí…. ¡Sí! – gemiste casi gritando.
En un movimiento que ni viste, Blas se incorporó y se colocó entre tus piernas para penetrarte. La exagerada humedad que te había provocado hizo que no tuviese que prepararte primero con sus largos dedos. Antes de que pudieras darte cuenta ya se estaba moviendo dentro de ti, llegando muy profundo y haciendo sonidos que sonaban casi a una queja. Pareciese que no podía ir tan rápido como su miembro necesitaba.
-Mami….!!!
-Venite, mi niño…venite dentro de mami,…todo dentro….
-¡Mami, no puedo más! – gimió y encontró un patrón de embestidas más rápido todavía. Parecía un conejito desesperado entre tus piernas.
Notaste tu orgasmo arrasar dentro de ti, haciendo que te aferrases a su espalda clavándole las uñas.
Un buen grito salió de tu garganta, barriendo consigo todas las tensiones acumuladas de ese día con cada pulsación de tu sexo.
Blas te miró y abrió la boca, como si no pudiese creer lo mucho que le estabas apretando mientras te sostenía entre sus brazos.
-Me vengo, nena… me vengo… - cerró los ojos con fuerza y dejó salir un sonido casi gutural de su pecho.
Después de eso, solo pudiste notar como la corrida que llevaba guardando para ti desde… ¿anoche? ¿no hacía ni doce horas que habían cogido? Llenaba tu interior con fuerza.
Gimió mientras se venía, hundiendo su cara en tu pelo, desparramado por la almohada.
Os tomó un buen rato recuperar el aliento. Ahora ambos estabais empapados en sudor y hechos un completo desastre.
No hacían falta palabras, cuando intercambiasteis la mirada supisteis lo que queríais decir: a la ducha.
Te levantaste con esfuerzo de la cama, como quien se levanta de un viaje muy loco en los toros mecánicos; despeinada, con la ropa movida y sin aliento. Tuviste cuidado de no derramar lo que tu novio había derramado en ti antes de llegar al baño, aunque un poco escapó inevitablemente por tus piernas.
Ya desde la ducha gritaste para que te escuchase en la habitación.
-Si aún querés más vení a la ducha por que luego me tengo que poner a leer sí o sí, ¿ta?
Blas sonrió mientras recogía tus bragas del suelo
-¡Voy!
Agradezco mucho sus comentarios 💕
tags: @madame-fear @deepinsideyourbeing @loveinsprings @lunitt
@lastflowrr @iamjustadoll (como siempre, diganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
#chiquitita-fics#la sociedad de la nieve#society of the snow#lsdln cast#lsdln x reader#lsdln fics#lsdln smut#blas polidori smut#blas polidori x reader
67 notes
·
View notes
Text
〝 CONSUME DE MI 〞
Aemond x lucerys
⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯
Aemond siempre estuvo obsesionado con Lucerys. ¿Quién diría que un joven tan desquiciado podría estar enamorado de un bastardo? Pero para Aemond, Lucerys era irreal, inalcanzable para cualquiera excepto para él. Era su Lucerys, y de nadie más.
Sin embargo, lo arruinó. Él fue el origen de su propia tortura, una tortura que aceptó con gusto, porque quería ser el único en la vida de aquel bastardo. Sería su destino, su sombra, su verdugo... y su salvador.
(Metáfora del amor como canibalismo: esto no es una historia romántica, pero si deseas verlo así, adelante; yo no soy quien te obliga.)
(Advertencia: contiene contenido sensible.)
Después de la caída del dragón Arrax, Lucerys esperó la muerte con resignación. Pero la muerte no llegó. Fue salvado, pero por las manos que menos deseaba. Por Aemond Targaryen, quien se atrevió a llevarlo a King's Landing, sin importarle lo que pensara su hermano mayor o su madre.
Lucerys abrió lentamente los ojos, sintiendo un dolor punzante recorrer todo su cuerpo. La vista le era borrosa y le costaba enfocar, pero notó que no estaba en sus aposentos. Con los labios apretados, sintió un escalofrío al ver una sombra acercándose hacia él.
Frunció el ceño al reconocer la figura. Aemond. Su corazón latía frenéticamente mientras apretaba con fuerza la sábana bajo su mano, tratando de moverse, de escapar. ¿Pero a dónde iría? Ya estaba atrapado. Ya estaba acabado.
Aemond se acercó con pasos calculados y se sentó a su lado, su ojo violeta fijo en el rostro tembloroso de Lucerys.
“Pensé que ya estabas muerto” dijo Aemond con una calma inquietante “pero veo que aún tienes el valor de seguir vivo.”
Lucerys abrió la boca, pero sus labios temblaron sin emitir sonido. Su voz parecía haberse evaporado, como si alguien le hubiese arrancado la lengua.
“¿Dónde estoy?” logró murmurar al fin, su tono agudo y quebrado.
Aemond desvió la mirada hacia una mesa cercana, tomó un pañuelo y lo mostró con una sonrisa sutil en sus labios delgados.
“Estás en mis aposentos” respondió, observando la reacción de Lucerys.
“No...” susurró Lucerys, con voz temblorosa, negando con la cabeza. “No quiero estar aquí.”
“Qué lástima” respondió Aemond con frialdad. “Porque este es el único lugar donde te quedarás ahora.”
Se acercó más y con un gesto lento y calculado, pasó el pañuelo sobre la piel de Lucerys, limpiando las manchas de sangre que aún adornaban su rostro. Lucerys apartó la mirada, su cuerpo rígido, evitando el contacto.
“Deberías estar agradecido” dijo Aemond, su voz como hielo. “Después de todo, te salvé. Mi hermano quería que te ejecutaran, propuso incluso que fueras dado como alimento a nuestros dragones. Pero yo me negué. No soportaría verte arrancado de mi lado otra vez, no ahora que te tengo atrapado. Solo para mí.”
Lucerys frunció el ceño; las palabras de Aemond eran como veneno para sus oídos.
“¿Qué quieres de mí?” preguntó con voz baja, llena de angustia. “Mi dragón está muerto, yo ya estoy enterrado en tu tortura. Ya tienes tu satisfacción al haberme hecho daño.”
Los labios de Aemond se curvaron en una sonrisa ligera, casi imperceptible.
“Aún falta” dijo mientras movía sus manos con delicadeza, cerrándolas en forma de puño. Sin darle tiempo a reaccionar, presionó su puño cerrado contra el pecho herido de Lucerys.
Lucerys soltó un gruñido de dolor, sus ojos fijos en el ojo único y felino de Aemond. Sentía que el dolor le quemaba la piel, pero Aemond no parecía afectado en lo más mínimo por su sufrimiento.
“Tu corazón” susurró Aemond con frialdad.“ Quiero tu corazón.”
Lucerys parpadeó, confundido por lo que Aemond decía, hasta que sintió cómo la mano de Aemond apretaba aún más fuerte contra su pecho, justo donde su corazón latía aceleradamente.
“Te di la oportunidad de venir conmigo, Lucerys” prosiguió Aemond con un tono de reproche. “Pero te negaste y preferiste apoyar a tu maldita madre.”
Lucerys desvió la mirada, tratando de escapar de su única mirada, pero Aemond lo agarró del mentón con brusquedad, obligándolo a mirarlo a la cara.
“No intentes ignorarme” gruñó Aemond, su voz cargada de furia contenida. “Mírame, mira lo que me hiciste cuando éramos niños, cuando yo también era un niño.”
“Lo siento...” murmuró Lucerys con voz apenas audible, su cuerpo temblando.
Aemond negó con la cabeza, lentamente.
“Ya es tarde para pedir perdón” dijo, llevando una mano a la mejilla de Lucerys. “Lo único que quería era tu amor.”
“Pero yo no te amo, nunca lo haré” respondió Lucerys con frialdad, sintiendo cómo su corazón latía con rabia y miedo.
Aemond gruñó suavemente y presionó su mano aún más en el pecho de Lucerys.
“Sabía que dirías eso” murmuró, su voz un susurro venenoso.
Lucerys sintió que su cuerpo dolía intensamente. Hubiera preferido morir junto a su dragón Arrax que estar atrapado allí, con el tuerto de Aemond.
“Pero eso no significa que te dejaré libre” dijo Aemond acercando su rostro al de Lucerys. “Mírate... tan destrozado, y aun así sigues siendo perfecto a mis ojos.”
Los ojos de Aemond se fijaron en los labios de Lucerys, que temblaban. Notó cómo estaban más rojos de lo normal, con pequeñas manchas de sangre en el borde.
“Quiero sentir tus labios, quiero sentir tu sangre, Lucerys. Verte a mi merced.”
Los ojos de Lucerys se abrieron con sorpresa y su rostro se tensó, lleno de preocupación.
Aemond acercó su rostro al del joven, deteniéndose a escasos centímetros de sus labios, y sonrió levemente.
“Me gusta verte así.”
“¿Así cómo?” preguntó Lucerys, con un nudo en la garganta.
“Débil.”
Sin previo aviso, Aemond se lanzó hacia los labios de Lucerys. Este intentó empujarlo, pero sintió la mano de Aemond detrás de su cabeza, atrayéndolo aún más al beso. No lo iba a soltar.
El beso fue duro, invasivo, como si Aemond quisiera devorarlo. De repente, Lucerys soltó un grito ahogado cuando sintió los dientes de Aemond morder su labio inferior, causando que la sangre brotara. Pero Aemond no se detuvo; siguió besándolo y chupando la sangre de sus labios.
Un gusto extraño, una mezcla de deseo y rabia.
Aemond finalmente soltó el beso y se alejó lentamente, mirando a Lucerys fijamente durante unos segundos.
“Te quiero a mi lado, Lucerys. Solo para mí.”
Lucerys no entendía nada. Su rostro permaneció confuso hasta que vio cómo Aemond sacaba una daga de su traje y, sin previo aviso, la clavó en dirección a su corazón.
Soltó un grito ahogado, su rostro se contrajo de dolor, tratando de hablar, pero la presión en su pecho lo detenía. Aemond susurró mientras se acercaba a su oído.
“Sh, sh, sh” murmuró con calma, tocando la mejilla pálida de Lucerys. “Tu dolor se irá.”
Lucerys desvió la mirada y finalmente cerró los ojos. Aemond lo observó fijamente, su ojo en los labios del joven, y se acercó lentamente para darle un beso frío y suave.
Se separó y susurró en su oído.
“Tú fuiste quien provocó esto.”
#house of the dragon#aemond targaryen#hotd aemond#lucerys velaryon#lucemond#aemond x lucerys#lucerys x aemond#la casa del dragón#fanfic#obsessive love#yandere#muerte#canibalism#entre canibales#house targaryen#prince lucerys#obsessive yandere#obsession#sangria
41 notes
·
View notes
Text
(Des)Horas - Matías Recalt
+18! MeanDom!Mati. Un poco de Brat!Reader, biting, CM/NF, (posible) dacrifilia, marking, sexo sin protección (kind of/mención de anticonceptivos orales), spanking, spitting, spit kink, breve aftercare, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Y cuento las horas Que no pasé a tu lado Son como hojas de un papel En blanco
El tren avanzaba con un suave balanceo sobre los rieles mientras observabas la forma en que el mundo exterior comenzaba a despertar.
El cielo todavía era de unos pálidos tonos grises y azules cuando en el horizonte vislumbraste los primeros rayos de sol, los cuales comenzaron a cegarte una vez que el vidrio empañado por el frío de la madrugada se despejó.
Los árboles bordeando las vías y las siluetas lejanas de algún pueblo eran una constante promesa de serenidad que hacía que tus músculos se relajaran, por no mencionar el ruido mental ahora nulo.
Contabas en voz baja cada camino de tierra serpenteante, los destellos de agua aquí y allá, las suaves colinas cada vez más pronunciadas.
-Veo, veo.
Parpadeaste rápidamente.
-¿Qué ves? - preguntaste sin dejar de admirar el paisaje.
-Alguien con cara de culo.
Volteaste para centrar tu atención en Matías, sentado frente a vos, sosteniendo su teléfono en una mano y el termo en la otra. Estaba concentrado en la pantalla, en lo que fuera que estuviera viendo allí, pero de todas formas se tomó el tan arduo trabajo de apreciar tu semblante para molestarte.
-Tengo sueño- explicaste, pasándole el mate que sostenías hacía siglos-. Y me colgué.
-Me di cuenta- dijo y arrojó el teléfono sobre su regazo-. Falta poco.
-Mentiroso.
Una advertencia cruzó su mirada, pero su postura permaneció igual de desenfadada y mientras jugaba con la bombilla del mate (curioso, pensaste, porque siempre te decía que no hicieras eso) examinó el resto del vagón vacío.
Llevaban horas sentados en la misma posición y el cielo, estrellado e iluminándose cada vez más con el correr del tiempo, era la única compañía.
-¿Querés dormir? Te despierto antes de llegar- ofreció mientras hacía lugar en el asiento disponible con lo que él creyó era el mayor disimulo.
Te divirtió recordar su audible protesta cuando ocupaste el asiento frente a él y la sutil sugerencia que te hizo sobre tomar su lugar: esto le habría permitido estar a tu lado sin delatar sus deseos, pero sabés que también le gusta estar junto a la ventana y por eso la rechazaste. Te pareció tentador dormir sobre su regazo o en su hombro, pero también molestarlo.
-Bueno.
Mientras recogía sus cosas para hacerlas a un lado, con una sonrisa de satisfacción que intentaba ocultar, buscaste una posición más cómoda en tu lugar y cerraste los ojos. Luego de unos instantes de tenso silencio volviste a abrirlos para encontrarte con su cara de molestia y sus ojos fijos en la pantalla del dispositivo nuevamente.
Una risa escapó de tu boca.
-Sos una boluda.
-No te enojes, tonto- estiraste una pierna y tocaste con tu pie descalzo su rodilla-. Vos siempre me hacés lo mismo y yo no me enojo.
-Es diferente.
Capturó tu pie y comenzó a masajearlo distraídamente.
-¿Qué vamos a hacer cuando lleguemos?
-Vos, dormir.
-¿Y vos?
-No sé.
Ignoraste su intento de despertar tu curiosidad y obligarte a preguntar. Él continuó con el masaje en silencio, procurando ayudarte a relajarte porque sabía que necesitabas dormir –consciente de los días que llevabas sin pegar ojo–, fingiendo abstraerse en el paisaje del otro lado de la ventana y en los asientos sin dueño.
El silencio del ambiente y sus manos sobre tu piel eran como un somnífero y tus ojos se cerraban en contra de tu voluntad una y otra vez, tu cabeza caía repentinamente en más de una ocasión y él reía en silencio cuando te veía despertar sobresaltada. No recordaba cuándo fue la última vez que te vio batallar tanto para mantenerte despierta.
-Vení acá, dale.
El tono de su voz era firme y notaste un deje de preocupación que rara vez te permitía oír. Dejaste en tu asiento tu mochila y tu teléfono, como si existiera la mínima posibilidad de que alguien fuera a ocuparlo por accidente en caso de estar vacío, y cuando te sentaste a su lado tu cuerpo se mantuvo tan cerca del suyo como era posible.
-Despertame antes de llegar- le recordaste-, no quiero olvidarme nada.
Besaste su mejilla y cuando te recostaste sobre su hombro él besó tu cabello. Los minutos pasaron y Matías podía sentir la manera en que te relajabas, oír tu respiración ralentizándose y sentir la tensión abandonando tus dedos, cerrados débilmente sobre su brazo, pero sabía que aún estabas muy despierta y que probablemente no fueras a dormir en lo absoluto.
-¿Escuchamos música?- propusiste cuando ya llevabas varios kilómetros recostada en su hombro. El cielo vestía ahora con tonos rosados y los girasoles cobraban vida nuevamente-. ¿Mati...?
Estaba dormido.
Cuando te reincorporaste, lentamente y cuidando no despertarlo, permaneciste en tu lugar para contemplar su perfil. Mientras dormía juraste que podía ser un ángel, alguien diferente, sereno y desprovisto de sarcasmo, pero no estabas segura de querer que fuera así... Porque también era un ángel cuando te ordenó ponerte de pie cada dos horas -molestándose porque intentaste negarte y amenazando con castigarte- para recorrer el vagón.
La primera vez que preguntaste, cuando te hizo dejar tu asiento durante un vuelo, la única explicación que recibiste fue algo entre las líneas de “las pastillas”. No comprendiste qué intentaba decir y cuando te inclinaste hacia él para preguntar, argumentando que te sentías perfectamente bien, su respuesta fue:
-Porque yo lo digo. Punto.
Más tarde ese mismo día, en uno de esos escasos momentos en los que expresa verbalmente los motivos que lo preocupan, explicó que intentaba asegurarse de que no sufrieras una trombosis. Intentaste no reír por su expresión de horror y besaste su mejilla, conmovida por un detalle tan pequeño pero valioso, mientras él –avergonzado– intentaba apartarte.
Volviste a recostarte sobre su hombro, todavía recordando ese momento. No dormiste.
Horas más tarde llegaron a destino y se registraron en el hotel que Matías escogió sin comentarte los detalles. Mientras él se encargaba del papeleo vos te perdiste observando los cuadros expuestos en el salón principal, leyendo las inscripciones que los acompañaban, memorizando a través de las ventanas los detalles en el interminable y vacío jardín.
Durante el desayuno, con sus teléfonos apagados y olvidados intencionalmente en la habitación, te prohibió tomar café. Intentaste confiar en él y no protestar porque, después de todo y sin importar sus métodos, Matías sabe qué es lo mejor para vos... pero tu rostro te traicionó.
-¿Qué te pasa?- preguntó mientras sorbía de su taza.
-¿Por qué no puedo?
-Quiero que duermas bien esta noche.
-Son las diez de la mañana, Matías.
-¿Y…? Te conozco.
Escogiste morderte la lengua en lugar de argumentar en su contra y en tu mente se sucedieron las imágenes de los últimos días: café o una bebida energizante por la mañana, cerca de media tarde y también cuando el reloj marcaba las siete. Matías se aseguró de vigilarte, pero cualquier mínima oportunidad que tenías, la tomabas. Literalmente.
Tu novio dejó pasar tus contestaciones malhumoradas y tus expresiones de molestia, consciente del efecto de la falta de descanso, esforzándose por distraerte con las actividades del lugar y arrastrándote con él para una larga caminata. Si conseguía agotarte lo suficiente para que tomaras una siesta, su plan podría considerarse un éxito.
Estaba convencido de que lo había logrado hasta que salió de la ducha cerca de las cinco. Encontró la habitación vacía, la cama fría como evidencia de que te habías marchado hacía tiempo –y en absoluto silencio, tenía que reconocer tu habilidad-; depositó sobre la pequeña mesa de noche el vaso donde colocaron las flores que recogiste mientras caminaban, ahora colmado con agua, y abandonó la habitación.
Te sorprendió en el jardín, ocupando una de las mesas más lejanas y tecleando rápidamente sobre la pantalla de tu celular, en trance. Sobre el cristal descansaba una taza y Matías supo de inmediato que contenía restos de café. Tomó aire antes de recorrer la distancia que los separaba y carraspear para llamar tu atención.
-¿Qué?- preguntaste con fingida inocencia.
-¿Qué hacés?
-Nada.
Fue su turno de morderse la lengua.
-¿Estaba rico el café?
-Re.
Volteó para corroborar que nadie estuviera cerca.
-Escuchame una cosa- dijo mientras tiraba de tu cabello para obligarte a mirarlo-. ¿Yo no te dije que…?
-Tenía sueño.
Tiró más fuerte y evitaste quejarte. No querías darle la satisfacción.
-¿Y por qué no te quedaste durmiendo?
-No podía.
Te soltó bruscamente y tomó tu teléfono. Permaneciste en silencio sólo por la amenaza que dejaron entrever sus ojos, en el brillo de sus pupilas la promesa de una noche interminable, pero aún así resultaba tentadora la idea de seguir provocándolo, exigirle que te entregara tu teléfono, enloquecerlo en frente de otras personas, hacer que centrara toda su atención en vos.
Qué bueno que no lo hiciste, pensás ahora, porque no creés soportar más que esto.
En algún momento dejaste de contar las nalgadas, perdida en un mar de lágrimas y súplicas, pero Matías encontró una solución rápida y eficiente para no tener que escuchar tus lamentos: te despojó de tu ropa interior, que ya relucía con las gotas de tu excitación, para luego introducirla en tu boca.
De vez en cuando finge sentir compasión y sus manos se deslizan, con cariño y cuidado, sobre tu piel ya sensible; luego de unos segundos recuerda el café, la manera en que le faltaste el respeto desafiando su autoridad, ignorando y arruinando sus intentos de cuidarte, y reemplaza las suaves yemas de sus dedos con sus uñas no tan cortas para hacerte llorar.
Ignora tu cuerpo tiritando sobre su regazo y continúa sosteniendo tus muñecas contra tu espalda, empleando más fuerza de la necesaria. No le preocupa que te resulte doloroso, obvio, porque no le importa provocarte dolor y la prueba de ello son también los golpes en la parte posterior de tus muslos. Es una zona que procura evitar, consciente de cuánto cuidado necesitará posteriormente, pero…
-Cómo te gusta romperme las pelotas- reclama-. Siempre lo mismo con vos.
Por fin suelta tus muñecas, regocijándose con un último golpe que impacta entre tus muslos, para luego manipular tu cuerpo de manera brusca y arrojarte sobre el colchón. El impacto te hace quejarte y retirás la prenda de tu boca, sin ser consciente de lo excitante que es para tu novio ver que esta está empapada con tu saliva.
Las lágrimas se deslizan por tus mejillas como un río y caen directamente sobre las sábanas cuando las mordés, esforzándote inútilmente por soportar el ardor que recorre todas las zonas que Matías marcó sin consideración. Escuchás el lejano sonido de su ropa y suspirás, pero el alivio es fugaz porque pronto lo sentís sentándose sobre tus muslos.
Aún lleva puesto el pantalón y el material reaviva el fuego en tu piel.
-Calladita- ordena.
Tomás aire y reprimís un gemido cuando desliza su punta entre tus pliegues húmedos, presionando sobre tu entrada por unos pocos segundos, como una advertencia, para luego enterrarse en tu cuerpo con una estocada que te corta la respiración. Golpeás el colchón con tu puño y sentís su respiración golpear tu oreja cuando ríe, encantando con tu reacción.
La piel sensible de tus muslos arde tanto o más que tu entrada y tu interior estrecho –no importa, tu cuerpo siempre hace lugar para él- o tus ojos.
Matías te concede un momento, probablemente para cerciorarse de que podés con esto, pero pronto se deja caer sobre tu espalda y te sorprende con movimientos profundos y un ritmo que pretende torturarte más que otorgarle placer.
Es un castigo, lo sabés en cuerpo y alma, pero junto con tus lágrimas se escapan también un sinfín de gemidos. Su miembro llenándote por completo hace desaparecer el recuerdo de todas las noches que pasaste intentando satisfacer tu necesidad con tus dedos o con los diferentes e inútiles juguetes que sólo lograron frustrarte más.
Gemís su nombre una y otra vez y él muerde tu cuello. Tus paredes se contraen en torno a su miembro y su ritmo se vuelve irregular, jadea contra tu piel antes de liberarte y besar tu cabello entre suspiros; es algo que normalmente evitaría, siempre reacio a demostrarte cuánto poder tenés sobre él, pero todo el tiempo que pasaron lejos del otro también pesa sobre sus hombros.
Jurás que podés sentir las venas que recorren su extensión y la casi inexistente curva que provoca que roce tu punto dulce de manera constante. Intentás contenerte, fingir que todavía no delataste cuánto lo estás disfrutando, porque sabés que en cualquier momento podría retomar la sesión de spanking sin importarle cuánto necesita utilizar tu cuerpo. O peor.
Sus movimientos son lentos pero profundos, su punta besando tu cérvix y estimulándote sin más esfuerzo. Y aún así no es suficiente. Matías percibe la histeria, el hartazgo y tu impaciencia, todo con sólo observar la forma en que mantenés los ojos fijos sobre la pared frente a ambos.
Sabe que intentás sacar ventaja de la situación en lugar de empeorarla. También sabe que no podés. Sos más débil que él.
-Mati…
-No, callate.
-Pero…
-¿Qué?- pregunta casi en un grito-. ¿Qué querés?
Escondés tu rostro entre las sábanas y gemís.
-Más- suplicás moviendo tus caderas. Cuando rodea tu cuello con su brazo agregás:- Ya sé que estás enojado, pero…
Su mano impacta contra tu mejilla y te obliga a mirarlo. Ejerce presión hasta que tus labios se separan en contra de tu voluntad y sin pensarlo dos veces escupe en tu boca, sin permitirte tragar y disfrutando ver cómo parte de su saliva cae por la comisura de tus labios hasta tu mentón. Cerrás los ojos y sacude tu rostro con fuerza. Su miembro palpita en tu calidez.
-Sólo por esta vez.
Abrís los ojos, desconcertada, pero comprendés el porqué de su generosidad en cuanto abandona tu interior y se arroja de espaldas contra las almohadas.
Señala su regazo, invitándote, tentándote con su erección que brilla y gotea con la excitación de los dos –manchando su ropa de una forma que te hace morderte el labio-, pero no podés evitar mirarlo con recelo porque sabés cuánto va a doler.
-Elegí- dice sin dejar de mirarte a los ojos-. Esto o…
Dirige la mirada hacia las cuerdas que dejó junto a tus flores. No, negás rápidamente.
Toma tu cintura cuando te posicionás sobre él y sonríe (arrogante, hermoso, insoportable) mientras sigue tus manos temblorosas guiándolo hacia tu entrada. Te dejás caer hasta que su miembro desaparece casi por completo en tu interior y buscás apoyo en su pecho desnudo, el ritmo de tus caderas creciendo gradualmente.
Arroja la cabeza hacia atrás y sus uñas se clavan en tu piel.
El orgullo que llena tu pecho no es suficiente para olvidar el maltrato sufrido bajo sus manos y tus sollozos resuenan en la habitación junto con los obscenos sonidos de humedad provocados por sus cuerpos allí donde se unen. En otro momento un castigo sensorial sería la peor de las condenadas pero, después de semanas sin verse, te parece la mejor recompensa.
El placer nublando tu juicio no te permite saber que estás llorando y tampoco te deja ser consciente de la fuerza con la que te movés sobre Matías. Sólo sabés que se siente muy bien y lo repetís un centenar de veces, rogando porque él comprenda lo que intentás comunicar cuando tus palabras se cortan por tu respiración desesperada y errática.
El vaivén de tus pechos llama su atención y se felicita mentalmente por haberte despojado de toda tu ropa, -tu cuerpo desnudo resaltando todavía más tu vulnerabilidad y entrega- complacido por la facilidad con la que le permitís tomar el control. Ojalá eso bastara para perdonarte por desobedecerlo, ¿no?
-¡No!- te quejás cuando su palma golpea uno de tus pechos, dirigiéndose hacia el otro rápidamente-. Me duele, Mati, no…
-¿Y?- tira de tus pezones con fuerza y tus lágrimas caen sobre su abdomen. Puede sentir tus uñas rozando su piel-. Jodete por no hacer caso.
Interrumpís tus movimientos en un intento de detenerlo, esforzándote inútilmente en concentrar todas tus fuerzas para impedir que continúe con sus acciones, pero es más rápido, más ágil, más fuerte, así que capturar tus muñecas para él no es más que un juego. Tira hasta que terminás recostada sobre su pecho y planta firmemente sus pies sobre el colchón.
Gritás contra su clavícula cuando comienza a abusar de tu interior, aún sujetando tus muñecas entre su pecho y el tuyo mientras recorre con su otra mano la zona de tus costillas, tu cintura, tu cadera, finalmente encontrando su lugar en la parte posterior de tu pierna para dejar allí su huella.
Mordés su hombro para contenerte cuando el roce constante de su pelvis contra tu clítoris amenaza con llevarte hacia el orgasmo. Tus paredes se contraen aún más, succionando su miembro con desesperación, prácticamente imposibilitando sus movimientos, pero Matías continúa con su ataque sin importarle nada más.
Intentás preguntar, un hilo de palabras indescifrables dejando tus labios junto con su nombre y unos suspiros delirantes, pero no estás segura de su respuesta hasta que sentís sus labios besando delicadamente tu mejilla. Un acto de misericordia que termina por desdibujar la línea que separa el dolor del placer. Te desborda.
Los nervios de tu cuerpo son fuego puro y su miembro todavía deslizándose entre tus paredes –imposiblemente apretadas, calientes, más húmedas que nunca- es combustible. El ruido de piel contra piel es nulo cuando tus gritos eufóricos llenan la habitación, seguidos de unos patéticos sollozos acompañando su nombre y ese par de palabras que tanto disfruta oír.
Te amo jura contra tu cuello. No está seguro de que en tu estado lo comprendas.
El violento palpitar de su miembro es la única advertencia que recibís antes de sentir los hilos de semen que brotan, caen y te marcan como suya una y otra vez. Gemís y buscás sus labios, desesperada por un poco más de contacto, besándolo con voracidad.
Te obliga a romper la distancia para ayudarte a regular tu respiración. Tus ojos aún están repletos de esa bruma, tu razonamiento luchando por retomar el lugar que le corresponde.
-Perdón- decís contra sus labios-. Perdón, perdón, perdón.
-Ya está, ya pasó.
Sus nudillos acarician tu pómulo con suavidad, un roce casi inexistente, antes de que su palma acune tu rostro y sus dedos desaparezcan en tu cabello.
-Te extrañaba mucho.
-Yo también- seca una lágrima de tu mejilla y suelta una risa-. Sabés que podías decirme, ¿no? En vez de portarte como el…
-Sí- lo interrumpís-, pero llegaste del viaje re cansado y no quería hacer que te canses más.
Finge indignación.
-Dejame que te cuide, ¿sí?- besa tus labios ante tu protesta cuando se desliza fuera de tu interior-. Vos no tenés que preocuparte por nada.
Ignora su liberación goteando por tus muslos mientras te conduce lentamente hacia la ducha, también tu saliva secándose en su hombro y tus lágrimas aún frescas corriendo por su torso, porque no cree ser capaz de controlarse en caso de prestar atención a esos detalles.
Odia recordar que pasaron tanto tiempo separados, sí, pero el consuelo es poder recuperarlo de esta manera.
Masajea tus hombros, tu espalda y tus piernas mientras el agua caliente corre por tu cuerpo, llevándose los vestigios de la noche y actuando como somnífero; besa tu piel con una dulzura exagerada, deteniéndose en las marcas que dejó, capturando juguetonamente entre sus dientes la carne de tu cadera, tus brazos, tu mejilla y tus labios.
Matías percibe el agotamiento en tu rostro y en tus respuestas letárgicas mientras sus dedos recorren tu piel para deshacer el bálsamo. La impronta de rojos y violetas que su mano dejó en tu cuerpo tardará en desaparecer, un no-tan-sutil y firme recordatorio de porqué siempre tenés que confiar en sus órdenes y ser paciente. Finge que no considera otro castigo para los días venideros.
-Tengo sueño- susurrás cuando se desliza bajo las mantas.
-Me di cuenta.
-¿Mañana podemos dormir hasta tarde?
-No.
-¿Por qué?
-Tenemos un taller de cerámica a las nueve.
-¿Tenemos?- soltás una risa de escepticismo-. ¿Vos haciendo cerámica?
-¿De qué te reís? Vos nunca hiciste.
-No, pero…
-Callate porque te hago cosquillas- amenaza.
Besás su mejilla.
El alivio lo recorre cuando minutos más tarde nota que estás, por primera vez en muchos días, profundamente dormida.
Dejo por acá esta historia que quedaba pendiente porque es de mi agrado informarles que... ✨por fin se me cayó una idea✨, así que ya voy a dejar de robar con publicaciones atrasadas. Espero que les guste y sí, ya sé, tengo que dejar de relacionar a Matías con Babasónicos 😔
taglist: @recaltiente @chiquititamia @delusionalgirlplace @llorented @madame-fear @creative-heart ♡
#deep inside - love letters#matias recalt#matias recalt smut#matias recalt x reader#lsdln cast#lsdln smut#lsdln x reader
43 notes
·
View notes
Text
Uma & Ada | Enzo Vogrincic
Para: los amantes de gatitos!
~
Pasaste toda la noche estudiando para tu examen de medicina y olvidaste por completo que dejaste la puerta del balcón abierta. Te quedaste dormido en el escritorio de tu apartamento y, honestamente, nada te importaba, ya que estabas sumamente cansado.
Al día siguiente, te despiertas y encuentras tu apartamento hecho un desastre. Los sillones están rayados y rasgados, tus cojines están rotos, las plantas están destruidas y el piso está lleno de tierra. Además, parece que hay excrementos.
Estás al borde de un ataque de nervios, gritando por la ansiedad y el horror de tu apartamento. Despeinada, con pijama y tus pantuflas de tortuga, te das cuenta de algo increíble: ¡descubres huellas de gatos que parecen haber organizado una fiesta de destrucción en tu hogar! Parece que tus cojines han sido sus juguetes y tus plantas, sus campos de batalla.
Decides seguir las huellas caóticas que te llevan directo al baño. A medida que te acercas, escuchas un estruendoso "miau", o más bien, varios "miaus" en un coro afinado de caos felino. Al abrir la puerta del baño, te encuentras con la escena surrealista de dos gatos relajándose en la bañera como si fuera su propio spa exclusivo. Parece que la fiesta de destrucción ha alcanzado su clímax acuático. ¡Estos felinos saben cómo disfrutar de la vida en tu ausencia!
Después de recoger a los dos gatos de la bañera, escuchas un insistente golpeteo en la puerta de tu apartamento. Ahí estás, en pijama, con pantuflas de tortugas, sosteniendo a los gatos como si fueran tu nueva adquisición. Te acercas a la puerta y, sin abrirla, gritas: "¡¿Qué quieres?! ¡Estoy sumamente ocupada, lo siento, nada de sermones hoy!"
Pero la situación se complica cuando escuchas la voz de un hombre diciendo: "No encuentro a mis bebés, Uma y Ada." Sin entender del todo, le respondes de manera un tanto brusca: "Pues, amor, ve a la policía, no a mí." Sin embargo, él insiste: "Ellas son peluditas y chiquitas." Con un suspiro, abres la puerta para escuchar mejor y, en un instante, el hombre exclama emocionado: "¡Uma! ¡Ada!"
Pero cuando lo ves, te quedas en blanco. Ese hombre es sorprendentemente atractivo, con su tez de canela, ojos que podrían derretir chocolate, cabello despeinado con encanto, y una nariz extravagante.
Después del impactante encuentro, te quedas paralizada por un momento, sin saber cómo reaccionar frente a la repentina aparición de este hombre increíblemente atractivo. Él te mira con sorpresa y una sonrisa amigable, sin dejar de buscar a sus gatos peluditos.
Tú, aún en pijama y con tus pantuflas de tortugas, intentas recuperar la compostura y le dices con un tono desconcertado: "Ehm, ¿estás buscando a estos dos traviesos?" Levantas a Uma y Ada para mostrárselos, tratando de no perder de vista al hombre tan guapo que de alguna manera ha entrado en tu vida.
Él, con una mezcla de alivio y agradecimiento, te mira directamente a los ojos y dice: "¡Oh, gracias a Dios los encontré! No sabes cuánto significan para mí." Mientras tanto, su expresión cambia de preocupación a una especie de aprecio, como si estuviera notando algo más allá de la situación de los gatos.
Entre risas nerviosas, le devuelves la sonrisa y comentas: "Bueno, me alegra que los hayas encontrado. Aunque debo decir que tu búsqueda ha sido más emocionante de lo que esperaba para un martes por la mañana". Ambos se ríen, y él te mira con una chispa de interés, como si la situación hubiera llevado a un encuentro que ninguno de los dos esperaba.
#enzo vogrincic#enzo vogrincic x reader#society of the snow#la sociedad de la nieve#uruguay#latina#fanfic#my writing#spanish#gatoslindos#gatos#enzo vogrincic fic
241 notes
·
View notes
Text
Sex on the Beach - Fran/Francisco Romero x Reader
Pairing: Fran Romero
Advertencias: smut, cunnilingus, fingering, ¿Public sex?
El sol de verano calentaba el agua del mar, la piel y la arena de la playa. Tu te abanicabas con tu mano incluso dentro del agua. Metiste la cabeza dentro del mar. Cuando volviste a la superficie, miraste a Fran, que se bronceaba junto con las toallas y el bolso. Llevaba unas gafas de sol de colores que le quedaban preciosas con su tono de piel mas bronceada. Además, sus bañadores azules se veían desde la distancia.
Decidiste ir hasta allá. Fran vio como Venus surgió del mar. Tu caminabas a paso seguro mientras el agua te lamia el cuerpo y resbalaba sobre tu piel, dejando atrás gotas. ¡Que mujer!, pensó Fran. ¡Vaya vistas! Se tuvo que levantar un poco, apoyandose en sus codos y quitarse las gafas porque eras todo un espejismo. Tu pelo mojado, tu sonrisa, las gotas bajando por tu cuello a tus pechos a tu cintura y caderas hasta la arena. Se sintió afortunado, como lo había hecho muchas veces más.
Te sentaste sobre tu toalla y lo miraste con esos ojos que le expresaban ternura.
- ¡Que buena esta el agua! - dijiste - Metete si quieres, yo guardo el bolso.
Pero Fran tenia otras intenciones. Lo volvías loco y lo hacías actuar fuera de si. Queria recorrerte la piel con la punta de sus dedos.
- No, gracias. Estoy bien así. - te respondió.
Quizás si debía meterse en el agua, porque estaba empezando a sentir un cosquilleo dentro del estomago que solo podía significar una cosa: te quería allí mismo.
Él también estaba irresistible, con su piel morena, la arena pegada al cuerpo en pequeños granos y el cuerpo reluciente por el aceite corporal. De sus labios colgaba una sonrisa misteriosa y picara. Como si ya estuviera maquinando su siguiente movimiento. Su pelo al sol relucía tanto que parecía Apolo. Y olía a after-shave y a aceite de playa.
Te acercaste a él y juntaste tus labios con los suyos. Sabía a la macedonia que habías comprado de camino. Su lengua era suave, dulce y cariñosa. Por como profundizaba el beso, sabías que estaba necesitado. De ti. Sin separar los labios, te tumbaste a su lado. Un brazo voló a agarrarte de la cintura. Por suerte, habíais colocado en un lugar un poco remoto de la gente, en una pequeña cala a solas.
Su boca bajó de tus labios a tu cuello, donde dio un lametón caliente y sentiste un escalofrío. Suspiraste. Fran se puso sobre ti y poco a poco fue besando tu cuerpo, lamiendo y mordiendo. Cuando llegó a tu braga, beso sobre el forro de esta y sin previo aviso, metió la mano suavemente. Se tumbó a tu altura y siguió besándote con lengua. De momento solo sujetaba tus partes intimas como si lo reclamara, pero tu te sentía tensa, impaciente.
Un dedo hizo camino a tu agujero y se mojó ligeramente para poder acariciar tu punto más sensible, tu clitoris. Con la primera caricia, soltaste un gemido sutil. Fran se comió este al posar su boca sobre la tuya para hacerte callar. Te tapaste la boca después de que te besara y le concediste paso a tu cuello, donde dejaba marcas y besaba con pasión. La combinación de los besos húmedos y calientes con la euforia que sentías por como te tocaba te hacía mojarte más.
La rena de su cuerpo y el agua del tuyo se mezclaban creando una fricción que aunque te irritaba la piel también causaba sensaciones placenteras. El olor a Fran, a playa y el sol que calentaba, todo te traía a un trance del que no eras consciente. Tan profundamente estabas en ese trance que no notaste cuando Fran despego sus labios de tu cuello y fue dejando un camino de os labios de tu cuello y fue dejando un camino de besos hacia tu entrepierna. Hizo a un lado la tela y empezó a lamer. Tu tensabas tus músculos al gemir y no podías ya negar que te gustaba estar así en un lugar medio publico.
Fran te lamia con dulzura, con largos lametones de arriba abajo. Tú levantabas las caderas presa de las sensaciones. Tu cuerpo pedía más y formaba un nudo en la base de tu estomago. Se sentía tan bien que agarraste a tu novio del pelo, por lo que empezó a hacer vibrar su lengua y a lamer en círculos tu nudo más sensible. Justo cuando pensabas que no podías más, te introdujo un dedo, después de que lo aceptaras con facilidad, fueron dos, hasta que fueron tres. Sin parar de dar atención a ese punto donde los nervios de tus genitales se juntaban.
En unos minutos más te derretiste sobre sus dedos. Ambos jadeabais, tu casi perdiendo el conocimiento de tal climax y él asombrado por como habías estado.
- Che, no sabia que podías hacer eso. - se rió.
#fran romero#francisco romero#lsdln cast#lsdln#fran romero x you#Fran romero x reader#sociedad de la nieve#society of the snow
102 notes
·
View notes
Text
He only dates pretty girls. hwang hyunjin
ー♡̵ pairing. hwang hyunjin x female!reader
ー♡̵ género y warnings. smut - sin muchos detalles, fluff, uni!au
ー♡̵ autora original. @leeknow-thoughts
ー♡̵ wc. 0.7 K
MASTERLIST
Fue una comprensión vergonzosa cuando descubriste que te habías enamorado de él. Estaba fuera de tu alcance y lo sabías. Oh, cómo lo sabías.
"Sólo sale con chicas bonitas", parecían decir todos sus amigos.
Como si ellos mismos te recordaran cuál era tu lugar.
Era inteligente, solo necesitaba clases particulares de matemáticas. Todos los martes y viernes ibas a su casa de fraternidad para ayudarlo con trigonometría. Cada vez que ibas, aprendías algo nuevo sobre él. Cada vez que ibas, él también aprendía algo nuevo sobre ti.
La semana pasada ambos hicieron menos matemáticas y hablaron más. Hablaron de todo, desde música hasta exámenes y zapatos.
Era guapo. Hasta un ciego podía ver su belleza, porque su belleza no se limitaba a su apariencia. Era hermoso en su voz, en su pasión, en su bondad.
Su presencia también era hermosa, aunque fugaz. Cada momento con él parecía fugaz, suave como una pluma, pero tan pesado como un ladrillo.
Te encuentras en una de sus fiestas. Sentada en el sofá de su fraternidad, rodeada de cuerpos sudorosos. "Ahí estás! No puedo creer que hayas venido!", escuchaste su voz frente a ti.
Cuando miraste hacia arriba, lo viste. Estaba hermoso, como siempre, con unos sencillos jeans azules y una camiseta negra sin mangas. Sin embargo, lucía elegante.
"Uhm, por supuesto! Gracias por invitarme!", intentas hablar lo suficientemente alto como para poder escuchar las palabras que salen de tu boca por encima de la música.
"¿Quieres volver a mi habitación? Hay un poco de ruido aquí", pregunta.
Por supuesto que accediste. Te tomó del brazo mientras te guiaba por los pasillos de la casa. Subiste por la escalera y llegaste a la primera puerta a la izquierda. Su habitación era así, él.
Estaba limpio y ordenado. "Apuesto a que tienes muchas chicas aquí", el pensamiento se te escapa de la mente antes de que puedas evitar que salga de tu boca.
Él se burla con fingida ofensa "¿Eso es lo que piensas de mí?"
Te encoges de hombros, él se sienta en la cama y da unas palmaditas en el espacio que hay a su lado. Quiere que te sientes a su lado. "Quiero decir que solo sales con chicas bonitas", te ríes entre dientes.
Su rostro se rompe por la sorpresa, "¿Jisung te dijo eso?"
Asientes, recordando cómo el chico te lo dijo después de que le informaste que Hyunjin fue quien te invitó. "Bueno, ¿es cierto?", le preguntas mientras balanceas ligeramente tus pies de un lado a otro sobre la cama.
"Sólo salgo con chicas que me parecen bonitas", responde con sinceridad, "me gustan las chicas que son inteligentes y divertidas y que no suelen salir de fiesta. Me gustan las chicas que son amables y que son buenas en matemáticas, esas son las que me parecen realmente bonitas", tararea.
"Mhm", haces una pausa, "¿te gusta alguna de las chicas de nuestra clase de matemáticas?"
"Oh", su tono baja, "no, estaba hablando de ti, pero sí, también estás en nuestra clase de matemáticas, así que sí"
Todos los pensamientos abandonan tu cabeza en ese instante "¿Crees que soy bonita?"
"¿Por qué crees que es imposible que piense que eres bonita?", cuestiona.
"Tú eres tú", le señalas, "y yo soy yo", te señalas a ti misma.
"Y eres perfecta!" exclama.
Una ola de silencio invade la habitación, no se oye nada más que el latido de tu corazón. Se siente como si te estuvieras viendo golpearte el dedo del pie, pero esperas unos segundos para que el dolor aparezca. Pero el dolor nunca llegó. Tal vez no tenía por qué doler de la forma en que esperabas que dolería. Tal vez nunca hubiera dolido de la forma en que creías que dolería.
Y antes de que puedas pensar, antes de que puedas hablar, sus labios están sobre los tuyos y sus rostros están a centímetros de distancia y él te está besando. Sabe a cerezas y tequila que debió haber bebido antes. Te está besando. Hyunjin te está besando. Te está besan-
"¿Por qué?" suspiras contra sus labios, sin atreverte a separarte de él por completo.
"Porque te necesito, te deseo, por favor", murmura contra tus labios agrietados.
No puedes evitar sonreír contra sus labios cuando dice eso "¿Me deseas?"
"Joder, sí", murmura contra tus labios antes de atraerte hacia otro beso húmedo, "te necesito, joder. Te he necesitado durante tanto tiempo"
No sabes de dónde sacas la confianza para decir, "Entonces tómame"
Y no duele cuando toca fondo dentro de ti. Sus cuerpos se aferran el uno al otro, temerosos del vacío sin el otro. Tus manos recorren suavemente su estómago. Cada una de sus embestidas te acerca cada vez más al borde, te aferras a él cuando te caes sobre él. Y oh es, tan perfecto.
TAGLIST - @monbxby-blog - Comenta si quieres ser agregado al taglist 💗
#hyunjin x reader#stray kids x reader#hyunjin x you#hyunjin scenarios#hyunjin imagines#stray kids imagines#stray kids scenarios#hwang hyunjin x reader#hyunjin#stray kids#hwang hyunjin#stray kids x you#hyunjin x yn#stray kids x y/n#hwang hyujin x yn#skz scenarios#hyunjin smut#hyunjin fluff#skz fluff#stray kids smut#skz smut
40 notes
·
View notes