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#Francis Parker Yockey
geopolicraticus · 1 month
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TODAY IN PHILOSOPHY OF HISTORY
Napoleon and Revolutionary Imperialism     
Thursday 15 August 2024 is the 255th anniversary of the birth of Napoleon Bonaparte (born Napoleone di Buonaparte; 15 August 1769 – 05 May 1821), who was born in the city of Ajaccio on the island of Corsica on this date in 1769.
Napoleon was one of the most consequential men of Western history. As such, he has served as a symbol and as an historical ideal, in Huizinga’s sense. But Napoleon meant many things to many men, so his use as a symbol is always ambiguous, and the many meanings that have been associated with the French Revolution and the Napoleonic Empire have never converged on a single vision of history.  
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jgmail · 2 months
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Descifrando el las ideas de Yockey
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Por James J. O'Meara
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Como se verá, este simple horadador laborioso y gusano de biblioteca, este pobre diablo de Sub-Sub-Bibliotecario, parece haber atravesado todas las largas galerías vaticanas y los puestos de libros de la tierra, recogiendo cualquier alusión azarosa a las ballenas que pudiera encontrar de cualquier modo en cualquier libro, sagrado o profano
Herman Melville, “Extractos (SUMINISTRADOS POR UN SUB-LIBRARIO)”, Moby Dick
Las revelaciones íntimas de los hombres jóvenes, o al menos los términos en que las expresan, suelen ser plagios y estar empañados por evidentes supresiones.
F. Scott Fitzgerald, El gran Gatsby
Recientemente he tenido el privilegio y el placer de preparar un índice para la próxima edición del centenario de la obra magna de Francis Parker Yockey, Imperium, y he pensado que podría ser interesante detallar algunas de las rarezas lingüísticas que he encontrado.
Por supuesto, en sí mismas pueden ser meras trivialidades, bons mots de cóctel. Pero la palabra trivial deriva del trivium medieval, la base de las actividades intelectuales superiores [1]. Esta información podría, o debería, ser la base de investigaciones adicionales sobre el proceso de pensamiento de Yockey.
La historia de las singulares circunstancias de su génesis se detalla en el Prefacio del Editor General, Greg Johnson, así como en la legendaria Introducción de Willis Carto a la edición de Noonday Press, que se ha mantenido en ésta, la primera edición verdaderamente erudita.
Brevemente, Yockey buscó refugio en Brittas Bay, Irlanda, donde, con sólo un puñado de sus libros más importantes – incluidas las obras de Spengler, por supuesto – y completamente sin notas, escribió las más de 600 páginas de Imperium en unos seis meses. A pesar de estas desventajas, Yockey parece haber sido capaz de citar de memoria lo que necesitaba, con notable exactitud, en algunos casos palabra por palabra [2].
En resumen, Yockey era todo un maestro de la palabra. Su estatus como el Emmanuel Goldstein de la derecha estadounidense de posguerra, como su cerebro, a falta de una palabra mejor o de un candidato mejor, reside menos en su filosofía de la historia – derivada con demasiada exactitud de Spengler, al que se refiere en voz baja como “el Filósofo” [3] –que en sus juiciosas aplicaciones – con tacto, como diría el Filósofo – a la escena de posguerra, pero quizá sobre todo en su retórica. Al leer Imperium, a veces me acordaba de la descripción que alguien hizo del Prefacio de Hegel a La fenomenología del espíritu: “Ruge como una sinfonía romántica” [4]. Quizá, entonces, Imperium sea tan digno de un estudio de sus palabras como cualquier clásico antiguo, incluso, quizá, convertido en otra Biblia.
* * *
Como todo buen estadounidense [5] Yockey dedica mucho tiempo y espacio a su patria, dedicándole la totalidad de una de las seis divisiones del libro, más de cien páginas y 13 capítulos, además de numerosas referencias a lo largo del resto del libro. También, como todo buen estadounidense, llama a su patria América, más de 500 veces.
Siempre ha molestado un poco al resto de los habitantes de Norteamérica, así como al resto del Nuevo Mundo, que los estadounidenses se hayan apropiado de la palabra América y americanos y la usen solo para referirse a ellos.
Los latinoamericanos son un poco mejores y se refieren a nosotros como norteamericanos, como si Canadá hubiera perdido la Guerra de 1812. Sin embargo, tienen el práctico término Estadounidense, del español Estados Unidos. Sin embargo, “Unitedstaters” simplemente no funciona. El modelo a seguir de Ayn Rand, Frank Lloyd Wright, propuso una palabra similar Usonian y aunque se utilizó para un estilo de vivienda, nunca se puso de moda [6].
En cualquier caso, lo sorprendente es que Yockey se niega obstinadamente a utilizar el término “Estados Unidos”; sólo aparece cuatro veces, menos del 1% de los usos de “América”: “A partir de 1880, los judíos se embarcaron en lo que Hilaire Belloc llamó acertadamente una invasión de los Estados Unidos. Así, América decidió, a mediados del siglo XIX, que un chino nacido en Estados Unidos adquiría con ello exactamente la misma ciudadanía estadounidense que la población nativa blanca de origen europeo. Al no despertar entusiasmo, a pesar del bombardeo propagandístico, surgió la tesis de que Europa planeaba invadir Estados Unidos con flotas y ejércitos. Como se señaló en el esbozo de la tesis general de la Cultura-distorsión como forma de Cultura-patología, los brotes antisemitas rusos tras la Guerra Ruso-Japonesa, 1904-1905, provocaron la ruptura de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos”.
¿Ha cometido Yockey un desliz, desviándose de su abrumadora preferencia por “América” o hay aquí algún patrón? Las tres primeras están en contextos que se refieren a invasiones ya sea de inmigrantes o de ejércitos; la primera y la cuarta se refieren a los judíos y, como veremos, los judíos parecen tener un efecto perturbador en el vocabulario de Yockey. La primera es una paráfrasis de Los judíos de Belloc y, de hecho, quizá el resto procedan de recuerdos borrosos de algo que leyó en alguna parte, algo bastante habitual en Imperium.
También es interesante y tiene cierto valor la única referencia que hace a “Los Estados Unidos de Norteamérica”. Este es un uso que sólo he visto una vez antes, en el ensayo de Schopenhauer, publicado en inglés como “Government” [7] donde Yockey habría encontrado que el desprecio de Schopenhauer por las raíces racionalistas/utilitaristas/protestantes de América congeniaba con sus propios puntos de vista y uno debe especular de nuevo si este hapax legomenon vino de recuerdos agradables de una tarde leyendo al gran pesimista.
* * *
Digan lo que digan, Yockey dedica el mismo tiempo a la otra potencia que amenaza Europa, nombrándola sistemáticamente como “Rusia”. Podría imaginarse a Yockey golpeando la mesa, despotricando de esos sucios bastardos soviéticos, pero de hecho nunca utiliza la frase Unión Soviética o soviéticos ni una sola vez [8]. Si es necesario para distinguir su objetivo del régimen anterior, prefiere Rusia bolchevique o régimen bolchevique. Comunistas es una palabra polivalente que se refiere a la ideología política, por lo que puede tratarse de comunistas franceses o alemanes, partidos comunistas o propaganda comunista, pero nunca de rusos en particular.
Irónicamente, esto da al texto un sabor más bien moderno. En la anglosfera se intentó a veces distinguir a la malvada Unión Soviética de los oprimidos rusos, quizá honestamente, quizá sólo con fines propagandísticos. Tras la implosión de la Unión Soviética y el surgimiento de la Federación Rusa esta última pasó a ser conocida, al menos informalmente, también como Rusia y, por lo tanto, sus ciudadanos – incluso los chechenos musulmanes – como rusos (al igual que los estadounidenses) y sólo los Boomers que alcanzaron la mayoría de edad durante la Guerra Fría dirían reflexivamente cosas como “cuando los soviéticos invadieron Ucrania...”.
Yockey opera con una distinción algo diferente en mente. Para él, los rusos no son un pueblo oprimido que anhela respirar libertad, sino una horda de mongoles bárbaros dispuestos a arrasar el mundo occidental en una orgía de destrucción sin sentido. Sobre esta horda cabalga un estrato petrino, es decir, la élite post-Pedro el Grande que considera a Occidente como su modelo. La Revolución de Octubre simplemente sustituyó a esta élite fracasada por los bolcheviques que esperaban utilizar la tecnología occidental para destruir a Occidente bajo la dirección de los judíos [9]. Hoy el estrato petrino parece haber regresado, en forma de occidentalizadores o “liberales”, mientras que los antiguos comunistas a menudo se encuentran haciendo causa común con patriotas o nacionalistas como representantes de “Rusia” [10].
* * *
“¿Qué pasa entonces con los judíos?”, oigo gritar por todas partes. Bueno, ciertamente reciben su parte justa de atención en todo Imperium. Curiosamente, y de forma apropiada, el sionismo es otro hapax legomenon que sólo aparece una vez en todo el texto, donde Yockey lo menciona simplemente como uno de los medios utilizados por los judíos para resistirse a la asimilación [11]. La idea también está implícita cuando Yockey habla de la política rusa de posguerra de negar la política estadounidense en todos los puntos excepto en el apoyo a “la cuestión de la partición de Palestina”, a la que llama “una parte del mundo del Islam” [12]. Supongo que simplemente no estaba tan interesado en el tema en 1948, que obviamente se hizo más pertinente después de su muerte en 1960.
Los judíos también parecen provocar otra excentricidad, pero primero tengo que retroceder a un tema más general. Yockey escribe en un estilo más bien germánico, influido sin duda por Spengler, y es aficionado a formar sustantivos compuestos como “distorsionador de la cultura”. Sin embargo, en alemán (o en sánscrito) tales palabras pueden tener más unidades de lo que es habitual en inglés. En cualquier caso, dan alguna pista sobre sus redes conceptuales.
Quizá la agrupación favorita de Yockey sea “Raza, Pueblo, Nación, Estado”, que tienen su propio capítulo. Pero cuando se trata de combinarlos a lo largo del texto, entonces se acaban las apuestas. Yockey utiliza 12 variaciones de esta frase, cambiando el orden y a veces añadiendo Cultura, Iglesia, Imperio o Religión, sin ninguna diferencia obvia en el significado, y normalmente una sola vez:
Cultura-Nación-Estado-Pueblo-Raza
Cultura-Estado-Nación-Pueblo-Raza
Cultura-Estado-Nación-Raza-Imperio
Cultura-Estado-Nación-Pueblo-Religión-Raza
Cultura-Estado-Nación-Raza-Imperio
Cultura-Estado-Nación-Religión-Pueblo-Raza
Nación, Iglesia, Estado, Pueblo, Raza y Cultura
Nación, pueblo, raza y cultura
Pueblo, Raza, Nación, Estado, Sociedad, Voluntad y economía [sic]
Raza, Nación y Cultura [sic]
Raza, Pueblo, Nación, Estado, Cultura
Además, y volviendo al tema de los judíos, tiene siete variantes más, cada una utilizada sólo una o dos veces, y sólo cuando se habla de los judíos:
Iglesia-Estado-Nación-Pueblo-Raza (dos veces)
Iglesia-Estado-Pueblo-Nación
Cultura-Nación-Estado-Iglesia-Pueblo-Raza
Cultura-Nación-Estado-Raza (dos veces)
Cultura-Estado-Nación-Iglesia-Raza
Cultura-Estado-Nación-Pueblo-Religión-Raza
Cultura-Estado-Nación-Raza
Notarán la perversidad adicional de utilizar “Iglesia” sólo para referirse a los judíos.
¿Qué debemos hacer con todo esto?
* * *
Se podría atribuir, o descartar, esta incertidumbre terminológica a las condiciones ya mencionadas de su composición – incluso se podría aludir al Dr. (Samuel) Johnson y decir que el milagro es que el libro exista y mucho menos que tenga alguna consistencia [13] –, pero este nivel casi cuántico de indeterminación se encuentra incluso en obras más consideradas.
Por ejemplo, en La Proclamación de Londres, una condensación deliberada de Imperium, que podría considerarse como el Manifiesto Comunista frente al Das Kapital de este último, encontramos que en una página se hace referencia a los judíos como una Cultura-Estado-Nación-Raza-Pueblo-Sociedad, mientras que en la página siguiente se les reduce a un mero Estado-Nación-Raza [14].
Pero existe una forma de comprender el método del que hace uso Yockey ¡y de apreciarlo! Sugiero considerar lo que dice Bernardo Kastrup sobre su intento de “descodificar” la metafísica de Schopenhauer y liberarla de los “eruditos” modernos que censuran sus supuestas “contradicciones”: “Quienes esperan comprender verdaderamente a Schopenhauer no esperan de él un tipo de uso riguroso, consecuente y coherente de los términos que hoy es característico de los filósofos analíticos. Las denotaciones que hace de los términos clave dependen del contexto. Para entender la metafísica de Schopenhauer, hay que leerle con caridad, buscando siempre, entre las diversas denotaciones posibles de un término, la que encaje de forma más coherente en su esquema general [15]. La flexibilidad interpretativa que esto requiere resulta familiar a todo no filósofo en la conversación cotidiana: a pesar del uso a menudo impreciso de las palabras por parte del interlocutor, uno sabe lo que quiere decir debido al contexto. De hecho, lo que hace tan disfrutable la lectura de Schopenhauer es precisamente que escribe de manera coloquial, como si intentara explicar verbalmente algo al lector en persona. Esto es perfectamente factible porque Schopenhauer es extremadamente verborreico: repetidamente recapitula y resume – utilizando diferentes palabras y construcciones – lo que ya ha dicho. Así que debemos corresponderle e interpretarle con una flexibilidad igualmente coloquial” [16].
Por supuesto, Yockey difícilmente podría calificarse de “conversacional”, pero creo que el principio hermenéutico es el mismo.
Aunque escrito en condiciones de aislamiento, Imperium no fue redactado como un tratado académico o un artículo de revista, ni tampoco algo parecido a las Meditaciones de Marco Aurelio (tituladas en griego ¡A sí mismo!). Pero también era algo más que una conversación en un bar. Era un intento de comunicar una llamada a la acción en condiciones de emergencia cultural, una emergencia que casi todo el mundo ignoraba, negaba o celebraba. Combina y recombina sus principales conceptos, probando uno u otro, hasta que algo hace clic en la mente del lector y lo consigue.
El Editor General Greg Johnson nos da una pista: “¿Por qué, entonces, publicó Yockey Imperium? Yockey no era ante todo un filósofo. Era un hombre de acción. Escribió Imperium (o lo escribió) porque quería tener un impacto en su tiempo. Este libro no fue escrito como una obra de erudición. Fue forjado como una herramienta o un arma” [17]. Tal vez sea en este punto donde quien compone el índice necesita volver a reunirse con el público, dando un paso atrás para asimilar la obra como un todo, un todo orgánico, como insistiría el mismo Yockey [18].
¿Es este todo nuestra Ballena, publicada cien años más tarde, por otro Isolato de largo recorrido [19]? En ese caso, ¿qué aconseja Melville, y tal vez Yockey, a su humilde servidor en este asunto?
Que te vaya bien, pobre diablo de Sub-Sub. . . Perteneces a esa tribu desesperanzada y cetrina a la que ningún vino de este mundo calentará jamás; y para la que incluso el jerez pálido sería demasiado fuerte y sonrosado; pero con la que a veces a uno le gusta sentarse, y sentirse también pobre diablo; y convivir con las lágrimas; y decirles sin rodeos, con los ojos llenos y las copas vacías, y con una tristeza no del todo desagradable: ¡Dejadlo, Sub-Sub!
Unas palabras para el sabio.
Notas:
[1] “En la época medieval, la palabra Trivium se refería al triple currículo educativo que abarcaba la Gramática, la Lógica y la Retórica, en contraposición al Quadrivium, que incluía la Aritmética, la Música, la Geometría y la Astronomía. El Trivium se consideraba una especie de prerrequisito para el Quadrivium y la base de una educación en artes liberales. En los primeros usos de la palabra, trivial describía lo que pertenecía al Trivium”. Merriam-Webster Dictionary.
[2] Los editores de la Edición del Centenario han tratado de identificar y verificar todas las citas y alusiones verbales de Yockey.
[3] Greg Johnson resume ¡las ideas centrales de Yockey! como ¡abiertamente derivadas de Spengler, a quien Yockey llama simplemente ‘el Filósofo’. Imperium toma su propio título y tema del concepto de imperialismo de Spengler. El debate de Yockey sobre las nueve Altas Culturas y sus ciclos vitales orgánicos procede enteramente de Spengler. Lo mismo ocurre con el contraste entre el pensamiento de la Causalidad y el pensamiento del Destino. También son spenglerianas las ideas de Yockey sobre el pesimismo, la naturaleza de la raza, la relación entre raza y cultura, los límites del darwinismo, la alienación cultural de los judíos, la guerra y la paz, la democracia y la oligarquía, el socialismo prusiano frente al marxismo, el problema del ‘Miguel alemán” y la “revuelta exterior” de las razas de color contra Occidente”. Imperium: The Philosophy of History & Politics (Centennial Edition Publishing, 2024), página xvii.
[4] Aunque la frase se me ha quedado grabada, no recuerdo quién la dijo. Era de una propaganda impresa en la contraportada de la traducción de Walter Kaufmann y su comentario al respecto, contenidos en su Hegel: Reinterpretation, Texts and Commentary cuando fue reeditado como libro de bolsillo por Anchor Press en los años sesenta. Hace tiempo que perdí el libro y ya no aparece en las ediciones posteriores (si es que alguna vez lo hizo).
[5] “Siempre he pensado que no era propio de David beber algo tan corrupto como el whisky. También que lo asesinaran. Sí, ¿verdad? Pero los buenos americanos suelen morir jóvenes en el campo de batalla, ¿no? Bueno, los Davids de este mundo sólo ocupan espacio, por lo que era la víctima perfecta para el asesinato perfecto”, Rope (Alfred Hitchcock, 1948)
[6] De Wikipedia: "Usonia (/juːˈsoʊniə/) es una palabra que utilizó el arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright para referirse a Estados Unidos en general (con preferencia sobre América), y más concretamente a su visión del paisaje del país, incluyendo la planificación de las ciudades y la arquitectura de los edificios. Wright propuso el uso del adjetivo usoniano para describir el particular carácter neomundano del paisaje estadounidense como distinto y libre de convenciones arquitectónicas anteriores...
“La palabra usoniano parece haber sido acuñada por James Duff Law, un escritor escocés nacido en 1865. En una colección miscelánea, Here and There in Two Hemispheres (1903), Law citaba una carta suya (fechada el 18 de junio de 1903) que empezaba así: “Nosotros, los de Estados Unidos, en justicia a los canadienses y mexicanos, no tenemos derecho a usar el título de “americanos” cuando nos referimos a asuntos que nos conciernen exclusivamente a nosotros”. A continuación, reconocía que algún autor había propuesto "Usona" (Estados Unidos de Norteamérica), pero que él prefería la forma “Usonia”. Quizá el primer uso publicado por Wright fue en 1927:
“Pero por qué este término ‘América’ se ha convertido en representativo como nombre de estos Estados Unidos en el país y en el extranjero es algo que ya no recuerdo. Samuel Butler nos dio un buen nombre. Nos llamó Usonianos, y a nuestra Nación de Estados combinados, Usonia’.
“Sin embargo, puede que se trate de una atribución errónea, ya que todavía no hay ninguna otra prueba publicada de que Butler utilizara la palabra”.
[7] Publicado por primera vez en inglés entre The Essays of Arthur Schopenhauer; On Human Nature en 1897. No es muy complementario: “Los Estados Unidos de Norteamérica exhiben el intento de proceder sin tal base arbitraria [como en una monarquía]; es decir, de permitir que el derecho abstracto prevalezca puro y sin paliativos. Pero el resultado no es atractivo. Porque con toda la prosperidad material del país, ¿qué encontramos? El sentimiento predominante es un vil utilitarismo con su inevitable compañera, la ignorancia; y es esto lo que ha allanado el camino para la unión de un estúpido fanatismo anglicano, un prejuicio insensato, una brutalidad grosera y una veneración infantil de la mujer. Cosas aún peores están a la orden del día: la opresión más inicua de los negros libres, la ley del linchamiento, los asesinatos frecuentes cometidos a menudo con total impunidad, los duelos de un salvajismo desconocido en otros lugares, de vez en cuando el desprecio abierto de toda ley y justicia, el repudio de las deudas públicas, la abominable bribonería política hacia un Estado vecino, seguida de una incursión mercenaria en su rico territorio, después tratan de excusarse, por parte de la principal autoridad del Estado, con mentiras que todos en el país sabían que lo eran y de las que se reían, una oclocracia cada vez mayor, y finalmente toda la desastrosa influencia que esta abnegación de la justicia en las altas esferas debió ejercer sobre la moral privada. Este espécimen de constitución pura en el anverso del planeta dice muy poco en favor de las repúblicas en general, pero menos aún de las imitaciones que de ella se hacen en México, Guatemala, Colombia y Perú”.
[8] En cuanto a “Rojo” o “Rojos”, se refiere una vez a la España Roja, otra al Terror Rojo en Kiev (probablemente a causa del libro Terror Rojo en Kiev), e incluso se equivoca, por una vez, en una cita (del general MacArthur), sustituyendo “Ejército Rojo” por “Ejército Ruso”.
[9] Por ejemplo: “Así pues, hay dos Rusias: el régimen bolchevique y la verdadera Rusia subyacente. El bolchevismo, con su culto a la tecnología occidental y a una tonta teoría extranjera de la guerra de clases, no expresa el alma de la verdadera Rusia. Esta estalló en la insurrección de los Streltsy contra Pedro el Grande y de Pugachev contra Catalina la Grande”. Imperium, pp. 541-42. Y de nuevo: “Es la voluntad puramente negativa de destruir la Cultura lo que ha impedido la asimilación de Rusia por Occidente, a pesar de que Pedro el Grande y su dinastía después de él intentaron por todos los medios occidentalizar Rusia durante tres siglos. El estallido de 1918 fue ante todo una expresión del gran hecho del fracaso del esfuerzo petrino: sólo había tenido un éxito superficial y no había penetrado en las profundidades de esta poderosa alma negativa. La cultura occidental es la gran barrera que impide también la asimilación racial de las grandes cantidades de rusos”, Imperium, p. 301.
[10] A los lectores les sorprenderá saber que estos últimos consideran a Putin un archi-occidentalizador, más que un caballero de la ortodoxia rusa que se opone a Occidente. Hablando de Pedro, mi nueva teoría conspirativa favorita, popular entre dichos patriotas rusos, es que el supuesto Pedro Romanov que regresó de Occidente para convertirse en “Pedro el Grande” era un impostor. “Para empezar, el doppelgänger olvidó el ruso, maltrató a su mujer, ejecutó a su hijo, creció un metro más de altura, odiaba a Rusia y le hizo la guerra a la Rusia histórica. Los apologistas de Pedro afirman que era como un Stalin de su época, que imponía brutalmente su gran amor por el pueblo ruso para ‘civilizarlo’, a pesar de su egoísta ingratitud”. Para más información, hay un vídeo en línea.
[11] En la página 287, donde Yockey pone en cursiva su caracterización: “Para detenerlo, los líderes de los judíos desarrollaron el programa del sionismo, que era únicamente un expediente para mantener la unidad de la raza judía y mantener su existencia continua como tal”.
[12] En la página 543. Esto forma parte de las pruebas de Yockey de ¡la presencia del distorsionador [es decir, el judío] en Rusia”. Más tarde, Yockey concluiría, a partir del juicio por traición de Praga de 1952, que Stalin se había vuelto contra los judíos. Véase “What Is Behind the Hanging of the Eleven Jews in Prague” en The World in Flames: The Shorter Writings of Francis Parker Yockey, ed. por Kerry Bolton & John Morgan (Centennial Edition Publishing, 2020), pp. 252-263. No estoy seguro de cómo encaja el posterior apoyo de Yockey a la Rusia estalinista en sus opiniones sobre Rusia expresadas anteriormente.
[13] “Señor, la predicación de una mujer es como el caminar de un perro sobre sus patas traseras. No se hace bien, pero uno se sorprende de que se haga”. Boswell's Life of Samuel Johnson (1791), Vol. I, 31 de julio de 1763.
[14] Véanse las páginas 99 y 100 de The World in Flames: The Shorter Writings of Francis Parker Yockey.
[15] Aunque Schopenhauer ciertamente no escribe en su estilo más bien estreñido, también sería caritativo señalar que son los filósofos analíticos quienes formularon el principio, por mucho que se desvíen de él en la práctica.
[16] Decoding Schopenhauer’s Metaphysics: The Key to Understanding How It Solves the Hard Problem of Consciousness and the Paradoxes of Quantum Mechanics (Iff Books, 2020), pp. 5-6. Hace años, el gran neoplatónico canadiense John Deck hizo una recomendación similar para los estudiantes de Plotino: “La filosofía de Plotino no contiene, en general, demostraciones en el sentido que Aristóteles da a la palabra. Tampoco sus escritos, en la mayoría de los casos, parecen reproducir ninguna vía genuina de descubrimiento... Su exposición... es más en forma de “espiral” que lineal. En muchos lugares, más que demostrar sus proposiciones y nociones, acostumbra a sus oyentes y lectores a su verdad. El resultado es que a menudo parece que está demostrando conclusiones por premisas y premisas por conclusiones, cuando en realidad está elaborando una intuición, construyendo su aparato conceptual específico, conectándolo con las otras partes de su pensamiento y haciéndolo plausible y aceptable”. John N. Deck, Nature, Contemplation, and the One: A Study in the Philosophy of Plotinus (University of Toronto Press, 1969; Toronto Heritage series, 2017).
[17] Imperium, p. xix. El boletín de emergencia de Yockey podría recordar la mentalidad de asedio de un escritor muy diferente – aunque también entusiasta de Spengler y que usaba palabras alarmistas – William Burroughs: “No te ofrezco nada. No soy un político. Estas son condiciones de emergencia total. Y estas son mis instrucciones para la emergencia total si se llevan a cabo ahora podrían evitar el desastre total ahora en todas partes... ESCUCHEN MIS ÚLTIMAS PALABRAS en cualquier lugar. Escuchen mis últimas palabras en cualquier mundo. Escuchen todos ustedes sindicatos de juntas y gobiernos de la tierra. Y ustedes poderes detrás de qué inmundicia consumada en algún lavatorio para tomar lo que no es suyo. Para vender la tierra de pies no nacidos para siempre – “Que no nos vean. No les digas lo que estamos haciendo – No los hornos – ¿Son estas las palabras de las juntas todopoderosas y sindicatos de la tierra? ... Son palabras de mentirosos cobardes colaboradores traidores. Mentirosos que quieren tiempo para más mentiras... El propósito de mis escritos es desenmascarar y arrestar a los criminales de Nova. En Naked Lunch, Soft Machine y Nova Express muestro quiénes son y lo que están haciendo y lo que harán si no se les detiene...” La apertura de Nova Express es algo “cortada”.
[18] “Sí, aunque tiene su propio sistema. Todo tiene sentido cuando lo miras bien. Sólo tienes que dar un paso atrás, ¿sabes?”. The Usual Suspects (Bryan Singer, Christopher McQuarrie, 1995)
[19] Ambas fueron publicadas como obras en varios volúmenes, en pequeñas tiradas de entre 500 y 1.000 ejemplares, en el ecuador de cada uno de sus siglos: “En el capítulo 27 de Moby Dick, Melville acuña la palabra 'isolatoes' para describir a la tripulación del Pequod, y con ello a la quintaesencia de los solitarios (el subrayado es suyo): 'Eran casi todos Islas en el Pequod, Isolatos también, llamo a tales, no reconociendo el continente común de los hombres, sino cada Isolato viviendo en un continente propio separado'”. El Ermitaño.
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vigilantkatholixx · 4 months
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aurevoirmonty · 8 months
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« […] le bourgeois est l’homme qui ne souhaite pas quitter la sphère de la sécurité politique interne, qui s’établit lui-même, avec sa propriété privée sanctifiée, comme un individu contre l’ensemble, qui trouve un substitut à sa nullité politique dans les fruits de la paix et de ses biens et une parfaite sécurité pour en jouir, et qui souhaite donc être dispensé du courage et rester à l’abri de la possibilité d’une mort violente. »
Francis Parker Yockey, Imperium (1948)
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of all the names i expected to read today on this website, francis parker yockey was not one of them
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pesoglav · 10 months
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“Liberalism is an escape from hardness into softness, from masculinity into femininity, from History to herd-grazing, from reality into herbivorous dreams, from Destiny into Happiness.”
— Francis Parker Yockey, ‘Imperium’ (1948)
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jloisse · 2 months
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"Le Libéralisme est une évasion, depuis la dureté jusqu'à la douceur, de la masculinité à la féminité, de l'Histoire au troupeau en train de brouter, du Destin au Bonheur."
— Francis Parker Yockey, Imperium (1948)
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Left-fascism: A generic term for fascisms that actively try to incorporate socialist egalitarianism and economic radicalism, and often to recruit from and even build bridges with the wider ‘Left’. Some might be best described as ‘fascists of the left’ (Ba‘athists, Ethnocacerists), others as the ‘left of fascism’ (Strasserists, Italy’s national syndicalists). There’s an argument to be made that only those deliberately and explicitly borrowing from the left count as left-fascist, which would generally exclude Strasserists.
Strasserism: A form of National Socialism — that is, fascism based on biological racism and antisemitic conspiracy theory — espousing a preferential role for the working class and something like guild socialism, inspired more by a medievalist völkisch ethos than by modern revolutionary doctrines (they were friendly to the USSR but so was Moeller van den Bruck). As always, read Postone.
It should be noted that while Otto was a fringe ultra who was expelled from the NSDAP in 1930 and went on to found his own paramilitary Black Front, Gregor was a high-ranking Nazi elite who ultimately distanced himself from his brother, actually tried to strike a deal with the conservatives behind Hitler’s back, and was assassinated mostly for threatening Hitler’s authority; i.e. the notion of a coherent left-wing ‘Strasserite’ faction in the NSDAP as late as 1934 is largely erroneous. That said, the idea of Strasserism has definitely exerted a strong influence on neo-Nazism, such as in the 1980s British National Front.
National Bolshevism: A term for a number of related phenomena: 1) a clique of White Russian émigrés who reconciled themselves to the Bolshevik state as a worthy continuation of Imperial Russia under new management, and later played a role in the development of Soviet patriotism under Stalin; 2) a tendency in Conservative Revolutionary circles gathered around Ernst Niekisch, a former socialist who moved right and saw the Russian Revolution as the recipe for an organic national rebirth; 3) a late Soviet tendency, both in and out of official Party channels, toward overt antisemitism, ethnic nationalism, and the rehabilitation of Russian national heroes within the framework of the Communist regime — today reflected in the ultra-nationalism and social conservatism of Zyuganov’s CPRF; 4) a neo-fascist political tendency founded by Aleksandr Dugin and Eduard Limonov in 1993, inspired more or less by all of the above and fusing expansionist Russian ultra-nationalism, nostalgia for the USSR as a bulwark against the West, and a provocative and eclectic style drawing from communism, anarchism, Nazism, and punk.
Russian National Bolshevism has been the inspiration for, among other things, ex-Strasserist Matthew Heimbach’s reformation of the Traditionalist Workers’ Party along radically anti-capitalist lines and attempts to infiltrate the progressive left, and the small Brotherhood group in Ukraine which is interesting for its intense Christian religiosity.
I do not know remotely enough about Francis Parker Yockey to discuss him adequately here.
Third-Positionism: What fascists would simply call the Third Position. It is often conflated with ‘nazbols’, but in fact third-positionists make no claims to having anything to do with the left, certainly not with communism. Developing in postwar Western Europe (originally Italy, later France, the UK etc before spreading elsewhere) under the influence of Julius Evola, the Strasser brothers, the European New Right as well as Perónism and other Third World national liberation movements, it advocated a European and global rebirth by carving out a holistic national alternative to the twin evils of capitalism and communism.
The goal is to reveal the bankruptcy of the political spectrum itself: apparently progressive issues were actually nationalist all along and apparently reactionary ones are actually revolutionary, right and left must both be dissolved and transcended in the organic unity of the nation (a very old fascist argument). Presumably the third-positionist adoption of causes like ecologism, anti-capitalism, anti-globalization, Third Worldism, and in at least one case (Mexico) even indigenous liberation is what makes people automatically conflate it with red-brown stuff, but — with the exception of Dugin’s revealingly-named Fourth Political Theory — there is almost never any actual ‘red’ involved (unlike for a National Bolshevik like Limonov or Heimbach): there doesn’t need to be because fascism is already a ‘third position’ in their eyes.
The National Front in its ‘Strasserist’ phase, mentioned above, is a good example and it’s telling that they were so infatuated with Qadhdhafi as to basically regard the Green Book as their political program; ‘International Third Position’ was a later breakaway from the NF led by Roberto Fiore of the original Italian Terza Posizione. IME the Third Position is often explicitly Christian, but there’s a very small Albanian group that’s neo-pagan (and probably better examples I just haven’t seen).
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dionysiancell · 7 years
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For us there is but one crime, to be untrue to ourselves.
Francis Parker Yockey
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bookmarkquotes · 7 years
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'The important part of Marxism was its demand for active, constant, practical, class-war' -Francis Parker Yockey | See more image quotes at Bookmark Quotes
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csuitemind · 5 years
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Francis Parker Yockey : Man as a pure animal does not exist
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jgmail · 1 year
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Orígenes del concepto la “Gran Sustitución”
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Por Nicolas Lebourg
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
La “Gran Sustitución” es el nombre de un pequeño libro publicado por Renaud Camus en el 2011, aunque el concepto solo resonó en el gran público a partir del año 2000 debido a una polémica donde se atacaba el gran número de judíos al interior de France Culture. Pero no fue sino hasta que Brenton Tarrant, el terrorista de Christchurch (51 muertos), publicó un manifiesto con ese nombre que el concepto adquirió fama internacional. Hoy en día seis de cada diez franceses creen que la “Gran Sustitución es real” y el 67% dice sentirse preocupado por ello. Sin embargo, el temor de las poblaciones europeas frente a una transformación demográfica y cultural producida por la inmigración de africanos y asiáticos no es algo nuevo. De hecho, el término francés “racisme” (racismo) fue acuñado por Gaston Méry, un discípulo Drumont, en 1892 para reclamar la protección de los franceses, de estirpe gala, frente a la marea invasiva de latinos. El nacional-populismo siempre ha usado este imaginario demográfico como, por ejemplo, durante el 2007 en la última candidatura de Jean-Marie Le Pen , donde se afirmaba que el objetivo de la política “antifamiliar” francesa era “sustituir a las poblaciones de origen francés por medio de una política proinmigrante”.
De hecho, el éxito del término la “Gran Sustitución” proviene de dos dinámicas que hasta ahora habían permanecido separadas: el “neopopulismo” y el “nacionalismo blanco” (que no se preocupa sino por la segregación racial). La intensificación de las políticas coloniales suscitó el temor de una colonización inversa que fue la base del famoso “peligro amarillo” denunciado en 1895 por Guillermo II. Este movimiento coincido con la globalización demográfica que llevó a 180 millones de inmigrantes chinos en 1840 y 1940 a abandonar sus hogares, lo que causó que Australia y Estados Unidos implementaran medidas con tal de frenar la llegada de estos a sus territorios. Sin embargo, la unidad de la raza blanca no era el objetivo de tales debates, como queda claro en el arianismo nazi que veía a los eslavos como infrahumanos. Además, Hitler, a pesar de que sí abordó el tema en su libro de Mein Kampf, donde atacaba el uso de soldados negros por el ejército francés para ocupar la Alemania de Weimar como parte de un complot judío cuyo objetivo final era promocionar el mestizaje en la “raza blanca” y establecer su dominación, no le dio tanta importancia. No obstante, esta línea fue la que siguieron los colaboracionistas franceses (como René Binet, un extrotskista que se alistó en las Waffen SS, Maurice Bardèche, cuñado de Robert Brasillach, y el suizo pronazi Gaston-Armand Amaudruz, pionero en la negación del Holocausto) y el escritor estadounidense Francis-Parker Yockey que reformularon la ideología nazi entre la segunda mitad de los años cuarenta y los cincuenta, dando lugar a un esquema en el que la mezcla étnica era sinónimo de un complot antiblanco: los judíos usaban a los Estados Unidos y la Unión Soviética para destruir la Europa blanca, organizando la llegada en masa de negros y asiáticos con tal de llevar a cabo su destrucción y poner en práctica su proyecto “globalista”; la inmigración era un “verdadero genocidio”, mientras que el exterminio de los judíos europeos era un mito promocionado entre los blancos con tal de evitar su despertar. Aunque estos mitos surgieron dentro de movimientos marginales terminaron por extenderse a todo el resto de la extrema derecha, ya que la cuestión migratoria terminó por convertirse en el caldo de cultivo de los grupos nacionalistas. El nacional-revolucionario François Duprat, viendo los efectos producidos por el “discursos de los ríos de sangre”, pronunciado por el diputado conservador británico Enoch Powell en 1968, profetizaba una guerra civil racial como consecuencia de la inmigración no blanca y a partir de allí concibió e impuso una retórica antinmigrante dentro del Frente Nacional.
En la década de 1970 los grupos radicales estadounidenses comenzaron a usar términos como ZOG (Zionist Occupation Government, Gobierno Sionista de Ocupación) y “Genocidio Blanco” (llevado a cabo por intermediación del aborto, la homosexualidad y el mestizaje) que terminarían por extenderse por todo el mundo anglosajón. Cuando Breton Tarrant definió la “Gran Sustitución” como “el Genocidio Blanco”, estaba influido por estas ideas. El hecho de que un atentado terrorista contra la sinagoga de Pittsburgh en 2018, que dejó 11 muertos, confirma la vertiente de odio al judaísmo en estas acciones. Sin embargo, la popularización de este tema se ha producido sin tomar en cuenta su dimensión antisemita, ya que de momento la extrema derecha considera que el Islam es su principal enemigo. Después de los atentados del 11 de septiembre las teorías conspiracioncitas en contra de la globalización han retomado temas como el “Eurabia”, donde las élites europeas facilitan la “colonización” árabe-musulmana de todo el continente. Actualmente, los partidos de extrema derecha están experimentando una transformación “neopopulista”, abriéndose paso en Europa como paladines de la libertad y la defensa de las minorías religiosas o sexuales frente a un fascismo islámico que esta arrasando al mundo. El éxito de esta estrategia reside en articular las representaciones clandestinas de los más radicales con las preocupaciones dominantes neopopulistas de las mayorías.
No obstante, tal formula no ha conseguido grandes éxitos electorales. En las elecciones europeas de 2019 se presentaron dos listas a favor de la “reconquista” de Europa y en contra de la “Gran Sustitución” que solo obtuvieron 6147 votos, muy por debajo de las votaciones a favor de la Agrupación nacional. Por otro lado, este tema es usado como un medio para radicalizar a la gente: dos de los grupos franceses desmantelados por preparar acciones terroristas en contra de la “Gran Sustitución”, el grupo neofascista Organisation de l'armée secrète (OAS) en el 2017 y el movimiento populista radical Action des forces opérationnelles (AFO) en el 2018, que apoyaron la idea popularizada por Éric Zemmour de que los atentados del 2015 eran una continuación de la Guerra de Argelia, seguían esta línea. Zemmour ha sido el primero en intentar articular el nacionalismo blanco con el neopopilismo usando como tema central la “Gran Sustitución”, siendo este un intento de llenar tal espacio político de cara a las elecciones presidenciales del 2022.
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vigilantkatholixx · 5 months
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A Brief Introduction
A Handbook of Traditional Living
II. First Steps
Julius Evola – Men Among the Ruins Rene Guenon – The Reign of Quantity and The Sign of the Times Hans Herman Hoppe – Democracy: The God That Failed Erik von Kuehnelt-Leddihn – The Menace of the Herd Anthony Ludovici – A Defence of Aristocracy Plinio Correa de Oliveira – Revolution and Counter-Revolution Thomas Carlyle – Heroes and Hero Worship
III. Beyond the Pale
Oswald Spengler – The Decline of the West Francis Parker Yockey – Imperium: The Philosophy of History and Politics Julius Evola – Revolt Against the Modern World Rene Guenon – The Crisis of the Modern World Carl Schmitt – Political Theology Ricardo Duchesne – The Uniqueness of Western Civilization Eric Voegelin – From Enlightenment to Revolution Eric Voegelin – Modernity Without Restraint José Ortega y Gasset – The Revolt of the Masses
IV. Further Explorations
Julius Evola – Ride the Tiger Erik von Kuehnelt-Leddihn – Liberty or Equality Satoshi Kanazawa – The Intelligence Paradox H.L. Mencken – Notes on Democracy Arthur Moeller van den Bruck – Germany’s Third Empire David Stove – On Enlightenment Christopher Lasch – The Culture of Narcissism Paul Johnson – Intellectuals Theodore Dalrymple – Our Culture, What’s Left of It Theodore Dalrymple – Life at the Bottom Thomas Sowell – Affirmative Action Around the World Wyndham Lewis – Time and Western Man Kevin Macdonald – The Culture of Critique
V. High Culture
Roger Scruton – Beauty Roger Scruton – The Aesthetics of Architecture Roger Scruton – Understanding Music Matthew Arnold – Culture and Anarchy Harold Bloom – The Western Canon
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aurevoirmonty · 4 months
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"L’Amérique était plus profondément désagrégée par le rationalisme, le matérialisme, le libéralisme et la démocratie que n’importe quel pays européen, parce qu’une colonie n’a pas, et ne peut pas avoir, la profondeur et la continuité spirituelles de la terre-mère de la Culture. En résultat, c’est en Amérique que le succès du Juif fut le plus grand, et pendant l’année 1933, tout le continent américain passa sous le contrôle du Culture-État-Nation-Race-Peuple juif."
Francis Parker Yockey, « Proclamation de Londres du Front Européen de Libération » (1949)
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feminism-quotes · 7 years
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Francis Parker Yockey
Francis Parker Yockey was an American political thinker and polemicist best known for his neo-Spenglerian book Imperium, published under the pen name Ulick Varange in 1948. This 600-page book argues for a race-based, totalitarian path for the preservation of Western culture. Although best remembered today as a writer, Yockey was active with many far-Right causes around the world throughout his adult life.
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jloisse · 7 months
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« Le féminisme libéra les femmes de la dignité naturelle de leur sexe et les transforma en homme inférieurs. »
— Francis Parker Yockey, Imperium (1948)
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