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MEDITERRANEAN TOURISM FORUM CELEBRATED in MALTA THE 8TH EDITION: "MEDITERRANEAN LIFE" Low - Impact Investments Favour Everyone. Malta – Hilton Nov 21-23 2023
FORO DE TURISMO MEDITERRÁNEO CELEBRA LA 8ª EDICIÓN en MALTA: “VIDA MEDITERRÁNEA” Las inversiones de bajo impacto benefician a todos Malta-Hilton 21 al 23 de noviembre de 2023 MARÍA E. PAREDES Filántropa, Docente, Comunicadora Social. Pdta. Fijet América, Gte. Divisional SudAmérica.Prensa Especializada With the presence of important personalities such as HE Dr. George Vella, President of Malta,…
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Cómo ahorrar dinero en Murcia
En esta zona se hallan las antiguas construcciones de La Encañizada, el arte de pesca tradicional de esta parte de Murcia, y pueden verse las cañas que se empleaban para apresar el mújol y otras especies típicas del Mar Menor. Muchos son los visitantes que, durante todo el año, visitan La Manga del Mar Menor, en Murcia. La urbe de Almansa ha sido en su historia una zona fronteriza entre el Reino de Castilla, Reino de Valencia y Reino de Murcia y es por este motivo que su castillo cobraba más relevancia que jamás. Otro de las edificaciones a resaltar aquí y que no os podéis perder es la Catedral de Santa María y San Julián. Sus casitas encaladas, la iglesia que se eleva sobre los tejados y las barquitas de pescadores suman la esencia del Mediterráneo y hacen de este pueblo de los mejores lugares de España para poder ver.
¿De qué manera llegar a Murcia?
¿Deseando un poco de naturaleza? En Murcia, jamás está muy lejos. De hecho, el parque regional de El Val y Carrascoy está a solo unos quince minutos en turismo del centro de la urbe. A más o menos una hora y diez minutos en auto del centro de la ciudad, esta es seguramente la playa más alejada de Murcia, y todavía es fácilmente alcanzable como una excursión de un día. La cala de Cala de los Cocederos, en forma de concha, está muy apartada y prístina, mientra,s que Amarilla de Águilas es famosa por su arena amarilla y aguas transparentes.
L,a Catedral de Santa María de Murcia es considerada una obra maestra del barroco español y data de 1385. Otro de los lugares de Murcia que más nos agradaron fue el Museo de Santa Clara. Guíate por las experiencias compartidas por los usuarios de minube y descubre todo cuanto hay en Murcia esperándote como la ruta de iglesias barrocas encabezadas por el convento de la Merced, la iglesia de San Miguel y el monasterio de Santa Clara. Por norma general, prácticamente todo el planeta que viaja por primera vez a Murcia tiende a buscar el alojamiento en La Manga del Mar Menor, mas realmente es una de las zonas más caras y masificadas de la región de Murcia. Es muy famosa la Semana Santa tanto en murcia como en la Región, no existe en España otro sitio, salvo contadas excepciones, donde se repartan caramelos, recordando de esta forma los comienzos de las procesiones, donde se repartían alimentos a los más necesitados. El Bando Huerta de la Huerta y el Entierro de la Sardina, son los un par de días grandes en la capital.
11. Darnos un buen chapuzón
Si tienes el PADI y te gusta bucear la reserva de Cabo de Palos es una de los lugares con los mejores fondos de España. Obviamente además de estas 7 propuestas que os proponemos en Cabo de Palos puedes hacer las habituales cosas que hacemos los turistas, desde sencillamente caminar por el puerto, alquilar un navío, ir a algún parque acuático o bien las tradicionales compras en los numerosos centros comerciales de la zona.
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Si preguntas a un murciano qué te recomienda para ver por el centro de Murcia capital, prácticamente 100 por ciento que te dice que te des un paseo por el casco antiguo y goces de la preciosa Catedral de Santa María, el Casino de Murcia, Calle Trapería y Platería, la Plaza Santo Domingo y Alfonso X (el Tontódromo).
En la segunda mitad del siglo XIX la iglesia sufriría un incendio que obligó a remodelaciones que incorporaron elementos del neorrománico en el templo, como la construcción de un nuevo campanario en el año 1873, obra de José Marín Baldo que aprovecharía la base barroca anterior.
Cornamusa, botavara, foque, puño de amura, punto de flameo… Aprender a navegar a vela en el Mar Menor es una potente experiencia que puedes efectuar en el Centro de Actividades Náuticas de San Pedro del Pinatar con SeaWord Pinatar.
Después de visitar la catedral y su museo mis pasos me llevan a esta sorprendente iglesia del siglo XVIII, un obra barroca a cargo de Martín Solera. Uno de los elementos que más me sorprendió de la urbe por sus esculturas, pinturas, y diseños azulados en la cúpula y paredes.
3. Gozar de su buena gastronomía
Una de las mejores cosas de Murcia es lo bien que se encuentra la ciudad para explorar el resto de la región. Las playas del Mar Menor están a unos treinta minutos en vehículo, y en quince minutos puede estar en el parque nacional El Val. Murcia es ideal si quiere combinar todos y cada uno de los bares, el alimento y la cultura de una escapada urbana con un tanto de naturaleza o acción . Ubicado en el Mar Menor (Murcia), cerca de Cartagena, de La Murcia Manga y del aeropuerto de San Javier, es genial para los que procuran tranquilidad en zona costera. Acá os dejamos la lista de visitas imprescindibles en la ciudad de Cartagena (Murcia) como: el museo del teatro Romano, los cobijos de la Calle Gisbert, el centro de Interpretación Muralla Púnica, el museo Arqueológico Municipal de Cartagena, el castillo de la Concepción, el Fuerte de Navidad, la casa de la Fortuna, la Columnata Romana, el barrio del Foro Romano, etcétera
Coge la toalla y vámonos a disfrutar de las playas de la costa de Murcia, ¿estás listo?
Este entorno estratégico, entre la costa del Mar Cantábrico y La Meseta, presume de medievo con el castillo de los Velasco y la Iglesia de San Vicente. Su castillo presume de torre con planta pentagonal, y el estilo románico de la Iglesia parroquial de Santa María son dos joyas de este tesoro que es Aínsa. Los orígenes del castillo datan del siglo IX cuando los moros controlaban esta zona de España. Adéntrate en sus calles repletas de bares y edificios emblemáticos como la Basílica de Santa María del Coro y vas a ver palpitar la ciudad de San Sebastián. Visitar esta ciudad implicará necesariamente varias iglesias como la Catedral de San Pedro, la Iglesia de Beato Domingo y el Monasterio de San Juan del Duero.
5 Conocer la historia de las minas de Portman
Otro de los lugares al que te puedes escapar para para visitar su hermoso castillo es Belmonte, en la provincia de Cuenca. De esta localidad no te puedes perder sus angostas callejuelas empinadas, el ya nombrado castillo y las cuevas habitables en las que a lo largo de mucho tiempo vivieron los habitantes de la zona. El nombre procede del árabe Al-Kassar (Alcázar-Castillo), el que domina la ciudad y desde donde hay unas vistas estupendas del pueblo como de la zona.
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España fue el mejor país para el turismo en 2019, según el FEM
] Blanca Castro LAS VEGAS, Nevada. * 10 de enero de 2020. | Euronews. España encabeza la lista del Foro Económico Mundial (FEM) de los países mejores preparados para acoger a los turistas en 2019. El país mediterráneo repite por tercera vez consecutiva la primera posición en el ranking de esta entidad internacional. En las publicaciones de 2015, 2017 y 2019. En el índice le sigue Francia y de tercer lugar Alemania. Japón y Estados Unidos completaron los cinco primeros puestos. Los Emiratos Árabes Unidos fue el país más atractivo de Oriente Medio, mientras que Mauricio, en el puesto 54, fue el país más destacado de África. Un total de 140 países fueron incluidos en el ranking, que el FEM publica cada dos años. El índice fue compilado midiendo 90 indicadores individuales en cada país, los cuales se clasificaron en categorías tales como la sostenibilidad ambiental, la salud e higiene, los recursos naturales y culturales, y la apertura internacional. la popularidad de España "se ve reforzada por una clasificación de clase mundial en recursos naturales y culturales, desde sus vibrantes ciudades hasta playas soleadas, y un programa cultural diverso que incluye festivales y arte contemporáneo", detalla la página del FEM La industria de los viajes y el turismo contribuye con un 5% al PIB general de España, una cifra que parece aumentar en la próxima década a medida que la clase media mundial continúa creciendo. El Foro Económico aboga por un turismo verde y organizado El informe también advirtió que muchos países se encontraban en un "punto de inflexión" del turismo, lo que significa que el aumento de los visitantes amenazaba con superar o dañar los recursos que atraían a los turistas en primer lugar. Esto compete sobretodo a las naciones en desarrollo, escribe el informe, aconsejando a la industria turística que implemente un plan de acción que ayude a preservar las reservas naturales. Un ejemplo de esto es Tailandia, señala el organisno, donde las autoridades se vieron obligadas a cerrar la famosa cala de Maya Bay después de que un aumento del turismo causara un gran daño ecológico a la zona. Lista de los países más competitivos en el turismo 2019: España Francia Alemania Japón Estados Unidos Reino Unido Australia Italia Canadá Suiza Read the full article
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Barcelona o el arte de hacer turismo
Considerada por muchos argentinos como “La Buenos Aires con mar” es fácil andar por sus calles y respirar a Gaudí y a Calatrava o sentirse en el medioevo y esperar que aparezca algún bufón camuflado en ropas flamencas… En una mixtura casi perfecta entre el pasado y el presente, Barcelona se abre al turista para ofrecerle sus secretos no tan bien guardados. De esta ciudad uno no se va sin sentir que algo también se deja. La primera recomendación que puedo hacerles es no desesperarse por Gaudí. Él es omnipresente aquí y si se pretende conocerlo todo en una sola bocanada de aire, tal vez quedará mareado –o como me pasó a mí- desilusionado por la repetición. Y este gran artista no se merece eso, así que, a tomarlo con calma. Es por ello que voy a llevarlos en un viaje de tres días por Barca… Al fin y al cabo, somos pocos los que podemos estar más tiempo en una ciudad europea. Antes de zambullirnos en este espacio del Mediterráneo, algunos tips de viaje. Ya sea de noche o de día, siempre verán a alguien disfrazado. No me refiero solamente a las maravillosas estatuas vivientes –verdaderas producciones que tienen un lugar asegurado en la memoria de nuestra cámara fotográfica- de la Rambla. Barcelona, parece, es Las Vegas de Europa. Allí se llevan a cabo sin fin de despedidas de solteros de todos los confines del viejo continente y son bien llamativas. Me crucé con un grupo de británicas disfrazadas de hadas madrinas y en Parc Güell vi como un Superman buscaba a su Mujer Maravilla con los ojos vendados. Están por todos lados y siempre logran arrancar una sonrisa. La Rambla. Esto puede jugarnos una triquiñuela. Llegamos ansiosos por ir a caminar al mar pero… La Rambla de Barcelona es una especie de calle Florida, pero más interesante. Es cierto que desemboca en el mar pero no es un paseo a su lado. En ella pueden comprarse entradas a sitios turísticos en los puntos oficiales, cada día hay un descuento distinto para alguna atracción. Si buscan un souvenir, solamente alejarse una cuadra de esta peatonal asegura un descuento, mínimo del 15%, más la opción de discutir los precios. Ahora sí, a caminar… Día uno: El legado gótico de la ciudad es un impresionante tramado de callejuelas y plazas. Recorriendo este laberinto, encontraremos restos del templo romano de Augusto, los palacios del Ayuntamiento y de la Generalitat, la Catedral y otras iglesias góticas. En la plaza del Rey están las dependencias reales de la corona catalana-aragonesa y bajotierra se puede hacer un recorrido por los restos arqueológicos de la época romana. Como si la combinación de períodos no fuera suficiente, también está la iglesia barroca de la plaza Sant Felip Neri. Para hacer una pequeña parada, se puede visitar “El bar de las hadas” un reducto que transporta al medio de un bosque de cuento –tiene árboles en su interior y la iluminación es tenue. Salimos de aquí camino a las primeras obras de Gaudí. A través del Paseo de Gracia se llega a la Casa Batlló y, dos cuadras más adelante, a La Pedrera. Si bien les conté que a este artista hay que conocerlo de a poco, él se deja espiar. Desde cualquiera de sus obras se divisa perfectamente La Sagrada Familia, eternamente en construcción. Casa Batlló es, acaso, la obra más atrevida del arquitecto. Es un viaje al mundo submarino en medio del concreto que data de principios del Siglo XX. Cerámica vidriada, fragmentos en quebradizo de vidrios de colores generan flores y nenúfares que juegan constantemente con la luz del sol. Alquilen aquí el recorrido guiado y presten atención a él. Hay detalles que asombran por lo que significaron en su época. La Pedrera es el punto cúlmine de la carrera de Antonio Gaudí. Es un edificio modernista, funcional inspirado por la naturaleza y las formas orgánicas. Aquí también se hace presente el mar y sus oleajes y ello se aprecia en la fachada donde los hierros forjados que sirven de reja asemejan a algas marinas. Es imposible pasar por este patrimonio de la Humanidad de la Unesco, sin ascender hasta su imponente terraza. Son escalones que valen verdaderamente la pena subir porque sus chimeneas recuerdan las siluetas de guerreros entre las dunas del desierto. (Consejo: miren entre las arcadas que se forman, por allí aparece La Sagrada Familia) Luego de este viaje submarino, nos montamos al Tranvía Blau –línea que data de 1901- para llegar a Tibidabo, el punto más alto de la ciudad. La iglesia del Sagrado Corazón y la Torre de Collserola se llevan perfecto con el parque de diversiones que se creó en la cima de esta montaña. Si no se padece de vértigo les recomiendo subir al mirador de la torre de telecomunicaciones, a 560 metros de altura. Barcelona se rendirá a sus pies. Antes de descender, pueden dar el día por finalizado con una cena vistas a la ciudad iluminada. Día dos: Alguien decidió llamar a esta montaña, Montjuïc, es decir, monte mágico. Y lo bien que hizo! Centro de múltiples disciplinas deportivas –legado de las olimpíadas de 1982, este espacio es mucho más que un corredor para maratonistas. Lleguemos en funicular, metro o en bus, lo primero que muestra de sí es el Museo Nacional de Arte de Catalunya, que invita a descubrir miles de años de arte regional. Subiendo su camino serpentino asoma el Museo Miró, ese niño grande eterno, el de arqueología y el etnológico. La fuente mágica o Poble Espanyol es el epicentro de la ciudad de los artesanos, otro de los sitios de interés para no perderse en la visita a la ciudad. La magia la trasladamos a Barceloneta, el barrio más novel de Barcelona ya que las primeras casas se construyeron en 1754. Una vista de 360 se puede observar desde el Mirador de Colom. La figura de Cristóbal Colón se erigió de cuerpo entero en el puerto que usó al regresar de Las Américas y data de 1888. Un ascensor nos lleva hasta la cima y a vista de pájaro aparecen el barrio gótico, la catedral, la rambla, el puerto olímpico, el foro, Montjuïc y Collserola. Caminamos por la vera del mar y en cualquiera, o todos!!!, de los bares podemos hacer una parada gastronómica de pescados. En esta zona hay mucho por ver. Está el aquarium, un antiguo faro que data de 1777 frente al cine 3D más moderno de toda la ciudad. El paseo es atractivo y estar al lado del mar, siempre renueva. Al final de la explanada se encuentra la villa olímpica y la torre Agbar, que en 2004 fue considerada el mejor rascacielos del mundo. La dosis de Gaudí del día será la Sagrada Familia… El artista continuo el proyecto iniciado por Francesc de Puala Villar, que comenzó con un estilo neogótico, en 1882. Es el máximo exponente de la arquitectura modernista catalana. Los últimos 15 años de la vida del arquitecto fueron dedicados a esta obra, más aún hoy, continua sin concluirse su construcción. Cuando esté finalizado, dispondrá de 18 torres, hoy tiene cuatro y actualmente se están terminando los portales del Nacimiento y de la Pasión. España incluyó al templo entre los 12 tesoros del país. DÍA 3 La rambla es una pasarela de 1.200 metros que nació con la modernidad. Hoy en día se conservan los edificios del Teatro Liceo, justo al lado del mosaico de azulejos de Miró, el Palacio de la Virreina y el Mercado de la Boquería. Seguramente su hotel le ofrezca un desayuno, pero no puede irse de Barcelona sin pasar por este Mercado que data del Siglo XIII. Es el mayor de España y sus vendedores son de tercera y cuarta generación. La oferta comercial es muy variada: pescados y mariscos frescos, secos y en conservas, verdulerías, panaderías. Todos productos frescos y sabrosos. Lo más llamativo de esta peatonal es la oferta generalizada de cosas para la venta. Y por qué logró retener mi atención? Porque he visto desde suricatas hasta loros, tortugas y gatos, junto a flores y periódicos. Los artistas callejeros dominan la escena y el turista puede irse con una caricatura de sí mismo o una foto junto a un hombre de hojalata. Si su estadía en Barcelona le ha demandado mucha actividad física, por las caminatas, digo, le recomiendo dejar para el final a Parc Güell. Esta fue la residencia privada del mecenas de Gaudí, el Conde Güell. Este encargo le llegó al arquitecto antes que fuese conocido y une una suntuosidad de tintes medievales con la extravagancia única que lo caracterizó. Explosiones de color, formas retorcidas, grandes arcadas asoman luego de ascender por las escaleras mecánicas que fueron instaladas en plena calle desde la salida del Metro. Si estando ahí, se encuentra extrañando algo de Buenos Aires, con suerte le pase lo que a mí y halle a una madre argentina visitando a su hija, con mate en mano, dispuestas a compartir la ronda. 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Dentro de nuestro periplo por la Comunidad de Murcia, descubriendo parte de esta región tan cálida y tan desconocida para nosotros, una de las visitas “pensadas” era la que hicimos a Cartagena: ciudad milenaria, cuna de culturas y mezcla de historia y leyendas con sabor a mar. A Mediterráneo. Porque si hay algo que destaca en esta ciudad, es su ligazón con la mar y el discurrir de la vida a través de su puerto. Bienvenidos a Cartago Nova!
LLEGADA A LA CIUDAD
⇒ APARCAR. Lo primero, comentar que si vas en coche, lo mejor es que aparques en la inmediaciones de la entrada al casco histórico, ya que al final, será dónde estés más tiempo porque guarda todo el encanto y las visitas importantes de la ciudad. Nosotros aparcamos en la Calle Serreta y desde ahí, caminamos por toda la zona histórica. Es zona azul pero es realmente económico, o al menos a mí me lo pareció teniendo en cuenta los precios del norte, así que vale la pena.
⇒ CAMINANTE NO HAY CAMINO… Para mí, Cartagena es una ciudad perfecta para recorrerla a pie porque así no te pierdes ni un solo detalle te vas encontrando por las diferentes calles del casco histórico, con constantes referencias a los capitanes y generales romanos, como Asdrúbal.
Plaza de San Francisco, una de las más queridas por los cartaginenses
QUE VER EN UN DIA EN CARTAGENA (ciudad)
Aparcados, comenzamos a adentrarnos por el casco histórico y en dirección al mar, no perdiendo “ripio” de lo que se cuece en cada calle.
• PARQUE ARQUEOLÓGICO DEL MOLINETE. Desde Serreta y bajando por la Calle Paraíso, llegas al barrio del foro romano y allí, puedes ver entre otras cosas, los restos de las termas romanas y del edificio que servía en la época romana, para la celebración de banquetes religiosos. También y justo enfrente, tienes el Augusteum, un edificio romano de carácter religioso que servía para la reunión de los sacerdotes encargados del culto al Emperador. Para finalizar, en la Calle Puerta de Murcia, saliendo del Molinete, tienes la Columnata Romana, que era uno de los ejes viarios en la época romana.
Barrio del foro Romano y restos arqueológicos dentro del parque arqueológico del Molinete
• CALLE MAYOR. Desde la Puerta de Murcia, vas a dar a la Calle Mayor, eso sí pasando antes por la plaza que acoge el Gran Hotel, un edificio modernista que culmina en una vistosa cúpula.
En los aledaños del Gran hotel, tienes también la Casa Molina, una representación del S. XVIII, combinación perfecta de ladrillo, rejería y piedra. Lo cierto es que por toda la ciudad, encuentras casonas más o menos vistosas, como pueden ser la Casa Maestre, Casa Pedrero o la Casa Clares.
Gran Hotel, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad con una gran representación de edificios modernistas
Descendiendo hacia el mar por la calle Mayor, encontramos varios edificios interesantes, además de la Iglesia de Santo Domingo, sede de la Cofradía Marraja, constituía en el S. XVII y toda una institución en la ciudad. Entre los edifico podemos destacar:
√ Casa Llagostera que data de principios del S. XX y con decoración cerámica.
√ El Casino con portada espectacular que data del S. XVIII. El mobiliario es de estilo modernista y no te pierdas el patio interior.
√ Casa Cervantes de estilo modernistas. Su caractererístico color blanco y su tamaño, le confiere un carácter propio pero sobre todo, el toque cartegenero son sus miradores blancos, típicos de la ciudad.
Casino de Cartagena
El comercio es una de las grandes actividades económicas de la ciudad de Cartagena y pasearás entre edificios modernistas; un auténtico lujo.
• Y de esta manera, llegamos a la PLAZA DEL AYUNTAMIENTO, antesala del Puerto Marítimo, otro de los grandes atractivos de la ciudad cartegenera y un sitio magnífico para descansar, mirar al mar y tomarte algo en cualquiera de sus terrazas. La mayor parte de las veces, te llevarás de regalo las vistas de alguna fragata, yate espectacular o simplemente la luz del mediterráneo.
El ayuntamiento de Cartagena, frente al Mediterráneo
A mano derecha el Palacio Consistorial, edificio de construcción ecléctica y en uno de sus extremos, la oficina de turismo. Desde aquí, ves una de las plazas con más historia de la ciudad: la Plaza y Monumento a los Héroes de Santiago de Cuba y Cavite; fue inaugurado por el Rey Alfonso XIII y se erigió en memoria de los marinos fallecidos en Cavite y Cuba frente a los buques norteamericanos.
Las plazas en Cartagena son grandes espacio no solo para albergar diferentes monumentos, sino como punto de reunión y de bancos a la sombra
A mano izquierda, la entrada al Museo del Teatro Romano. Desde aquí puedes comprar la entrada y visitar todo lo que engloba (el precio son 6,00 euros); eso sí, no pueden entrar mascotas. Así que nosotros que íbamos con nuestro perro, optamos por subir por la Muralla del Mar, con vistas a la Muralla de Carlos III y desde ahí por la calle Gisbert. De esta manera llegas al ascensor- pasarela que te sube hasta la entrada del castillo, salvando los 45 metros de desnivel; si no, puedes seguir subiendo por las escaleras para llegar a la entrada del Castillo de la Concepción y a todo el recinto histórico, si el calor no aprieta demasiado.
El anfiteatro, una de las joyas de la ciudad y en un estado de conservación que permite identificar todas las estructuras
• CASTILLO DE LA CONCEPCIÓN. Desde el Castillo de la Concepción, tienes una vistas increíbles de la ciudad, con otra perspectiva de el Cerro Despeñaperros, el Monte San José y el Monte Sacro. Evidentemente, también tienes unas buenas vistas del Anfiteatro, si bien está siendo ahora objeto de excavaciones; actualmente, solo quedan visibles los contrafuertes radiales y las habitaciones bajo el graderío. Puedes verlo desde la zona del propio Castillo o bien desde el ascensor – pasarela.
Torre del Castillo. desde este punto se tienen unas vistas increíbles de la ciudad y del propio anfiteatro
Desde ahí y por la Calle Concepción, vas bajando hacia el Teatro Romano, dónde además puedes ver también parte de la Muralla Bizantina. El Teatro, un gran edificio para los espectáculos romanos, se construyó a finales del S. I. Junto a él, quedan los restos también de la antigua Catedral de Santa María de Gracia.
Justo en esta salida, tienes también el Restaurante La Catedral, una institución del buen comer y que guarda en su interior, elementos que datan de la época romana y que encontraron en tiempo de obras y lo han convertido, en parte de la decoración del local, poniéndola en valor.
• PLAZA SAN FRANCISCO. Caminando por la Calle Jara, llegas a la Plaza San Francisco que ha sido fruto de una rehabilitación profunda dentro del plan del casco peatonal del centro histórico. Rodeado de edificios modernistas, es punto de encuentro para los cartageneros, con terrazas y bares que la llenan de visa a diario.
Bajo la plaza San Francisco existía un refugio de la Guerra Civil que apareció en las obras de remodelación de la plaza. Se conserva pero no es visitable.
Plaza de San Francisco, uno de los centros neurálgicos de la ciudad
Y Cómo no, en una ciudad abierta al Mediterráneo, pasear por el Puerto y sentarse en alguna de sus terrazas o sus bancos a ver pasar la vida sin más, también es una gran placer. Además, en el puerto además de ver auténticos veleros y embarcaciones de recreo, es común poder ver fragatas espectaculares, a aveces, visitables. No deja de ser una experiencia más.
El puerto deportivo de Cartagena es uno de los más activos de esta parte de la península
Pues hasta aquí, nuestra visita a Cartagena, una ciudad que nos ha encantado y a la que esperamos volver porque Murcia tiene mucho para disfrutar; además, nos han quedado pendientes las playas de Mazarrón y el sur de la comunidad, que promete tanto como la zona norte y el interior. Así que como os digo siempre, queda abierta la veda para sugerencias.
Marinera por excelencia, Cartagena está ligada irremediablemente al mar, al igual que nosotros
Happy Blogging! Happy Travels!
Para más info: Murcia turística – Cartagena
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Estos gráficos representan el Parque Residencial de VALENCIA.
Son los Bienes Inmuebles, de uso VIVIENDA, matriculados a 1.1.2015, clasificados por tamaño y fecha de inscripción.
Cada barra horizontal representa una década, la inferior es la más reciente (2010-2014), y la superior la más antigua (<1900).
Cada color es un tamaño, del más cálido (180 m2).
La barra inferior (DELVI) representa el cálculo hecho desde Otropunto de la Demanda Latente de Vivienda (la demanda latente se configura por las personas que no tienen vivienda y que por su perfil sociológico (edad) y socioeconómico (no están en desempleo) son potenciales compradores). Es una estimación del número máximo de vivienda que constituye la demanda encubierta de una zona y se basa en las personas con el perfil de los actuales compradores de vivienda pero que todavía no han constituido un hogar.
Son datos fríos, sin cocinar.
Información para la toma de decisiones.
Información para el conocimiento.
Valencia es un municipio de 134,65 km2 y una ciudad de España, capital de la provincia homónima y de la Comunidad Valenciana, la 3ª ciudad y área metropolitana más poblada de España, por detrás de Madrid y Barcelona, capital de la extinta comarca de la Huerta de Valencia, que en 1989 se disgregó para formar las comarcas de la Huerta Norte, Huerta Sur, Huerta Oeste y ciudad de Valencia, quedando así constituida como la única ciudad-comarca de la Comunidad Valenciana.
Valencia fue fundada por los romanos como colonia en el año 138 aC, siendo cónsul Décimo Junio Bruto Galaico, y se denominó Valentia Edetanorum. Varios siglos después, en el año 711, los musulmanes ocuparon la ciudad aportando su lengua, religión y costumbres, como la implantación de sistemas de riego y la introducción de nuevos cultivos. En 1238 el rey cristiano Jaime I de Aragón reconquistó la ciudad, y repartió las tierras entre los nobles que le ayudaron a conquistarla, tal y como queda testimoniado en el Llibre del Repartiment, así como también creó una nueva ley para la ciudad, los Fueros de Valencia, los cuales se hicieron extensivos al resto del reino de Valencia. En el siglo XVIII, Felipe V derogó los fueros como castigo al reino de Valencia por alinearse con los austracistas en la Guerra de Sucesión española. En 1982 se instituyó a Valencia como la capital de la actual Comunidad Valenciana, tal y como recoge el Estatuto de Autonomía.
La ciudad está situada a orillas del río Turia, en la costa levantina de la península ibérica, justo en el centro del golfo de Valencia, aunque en el momento que los romanos la fundaron, se encontraba en una isla fluvial del Turia, a unos 4 km de distancia del mar. A unos 10 km al S de la ciudad se encuentra la Albufera de Valencia, la cual es propiedad del Ayuntamiento de Valencia desde 1911 cuando la compró a la Corona de España por 1.072.980,41 pesetas. La albufera es uno de los lagos más grandes de España, ya que tiene cerca de 2.100 ha de superficie, a las cuales hay que añadir una extensión de 14.100 ha de marjal dedicadas al cultivo del arroz. Debido a su valor cultural, histórico y ecológico, este paraje natural fue el primer parque natural que declaró la Generalidad Valenciana, en 1986.
En la actualidad la economía de la ciudad se centra en los servicios, ya que cerca del 84 % de la población activa ocupada pertenece al sector servicios. No obstante, la ciudad mantiene una base industrial, con un porcentaje de población ocupada del 5,5 %. Por otro lado, las actividades agrícolas, aun teniendo una importancia relativamente menor con sólo el 1,9 % de la población activa ocupada, perviven en el término municipal con un total de 3.973 ha, las cuales están ocupada en su mayor parte por cultivos de huerta y cítricos.
Su casco histórico es uno de los más extensos de España, con aproximadamente 169 ha, y gracias a su patrimonio histórico y monumental y sus diversos espacios escénicos y culturales la convierten en unas de las ciudades con mayor afluencia de turismo nacional e internacional de todo el país. Entre sus monumentos más representativos se encuentran el Miguelete, la Catedral, las Torres de Serranos y de Quart, la Lonja de la Seda, declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996, y la Ciudad de las Artes y las Ciencias. También hay que destacar que el Museo de Bellas Artes de Valencia es el museo pictórico más importante de la Comunidad Valenciana siendo por su relevancia uno de los primeros de España, al igual que el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), el cual tiene por objetivo el investigar y difundir el arte del siglo XX.
La ciudad de Valencia se encuentra en la costa mediterránea sobre la gran llanura aluvial de los ríos Júcar y Turia, justo en el centro del golfo de Valencia. Los montes más cercanos a la ciudad son algunas de las últimas estribaciones del sistema Ibérico en la Comunidad Valenciana, como el Cabeçol de El Puig y la sierra Calderona, a unos 12 km y 25 km al N de la ciudad respectivamente.
La “Ciudad de Valencia” limita al N con las comarcas de Huerta Norte y Campo de Turia, al E con el mar Mediterráneo, al S con las comarcas de Huerta Sur y Ribera Baja, y al O con la comarca de Huerta Oeste.
En cuanto a su término municipal, la ciudad y sus pedanías (incluyendo las 3 que están más alejadas del núcleo urbano, que son: Casas de Bárcena, Mahuella-Tauladella y Rafalell y Vistabella) limita al N con las poblaciones de Bétera, Rocafort, Godella, Burjasot, Moncada, Alfara del Patriarca, Vinalesa, Bonrepós y Mirambell, Tabernes Blanques, Alboraya, Masamagrell, Masalfasar, Museros, Albuixech, Albalat dels Sorells, Foyos, Meliana y Almácera; al E con el mar Mediterráneo; al S con las localidades de Picaña, Paiporta, Sedaví, Alfafar, Masanasa, Catarroja, Albal, Silla, Sollana y Sueca; y al O con los municipios de Paterna, Cuart de Poblet, Mislata y Chirivella.
La ciudad de Valencia se divide en distritos, y estos en barrios. Los barrios de la ciudad, a su vez, se agrupan en siete órganos de gestión desconcentrada llamados juntas municipales de distrito. Las 7 juntas son Ciutat Vella, Russafa, Abastos, Patraix, Trànsits, Exposició y Marítim. Algunos de los barrios y pedanías eran municipios independientes que se adhirieron a la ciudad a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Es el caso de Beniferri, Benimaclet, Patraix y Ruzafa que aparecen en el censo del año 1877 como parte de Valencia; Benimámet y Orriols en 1887; Borbotó, Campanar, Mahuella, Pueblo Nuevo del Mar y Villanueva del Grao en el censo de 1897; y Benifaraig, Carpesa y Masarrochos, en el censo de 1900.
Ciutat Vella: La Seu – La Xerea – El Carme – El Pilar – El Mercat y Sant Francesc. Ensanche: Ruzafa, El Pla del Remei y Gran Vía Extramurs: El Botànic, La Roqueta, La Petxina y Arrancapins Campanar: Campanar, Les Tendetes, El Calvari y Sant Pau La Zaidía: Marxalenes, Morvedre, Trinitat, Tormos y Sant Antoni El Pla del Real: Exposició, Mestalla, Jaume Roig y Ciutat Universitària L’Olivereta: Nou Moles, Soternes, Tres Forques, La Fuensanta y La Llum Patraix: Patraix, Sant Isidre, Vara de Quart, Safranar y Favara Jesús: La Raiosa, L’Hort de Senabre, La Creu Coberta, San Marcelino y Camí Real Quatre Carreres: Monteolivete, En Corts, Malilla, Fuente de San Luis, Na Rovella, La Punta y Ciudad de las Artes y las Ciencias Poblados Marítimos: El Grao, Cabañal-Cañamelar, Malvarrosa, Beteró y Nazaret Camins al Grau: Ayora, Albors, La Creu del Grau, Camí Fondo y Penya-Roja Algirós: L’Illa Perduda, Ciutat Jardí, L’Amistat, La Bega Baixa y La Carrasca Benimaclet: Benimaclet y Camí de Vera Rascaña: Els Orriols, Torrefiel y Sant Llorenç Benicalap: Benicalap y Ciutat Fallera Poblados del Norte: Benifaraig, Pueblo Nuevo, Carpesa, Casas de Barcena, Mahuella, Masarrochos y Borbotó Poblados del Oeste: Benimámet y Beniferri Poblados del Sur: Horno de Alcedo, Castellar-Oliveral, Pinedo, El Saler, El Palmar, El Perellonet, La Torre y Faitanar.
Valencia fue fundada en el año 138 aC, siendo cónsul romano Décimo Junio Bruto, para instalar soldados licenciados, a los que repartió tierras junto a la nueva ciudad. La arqueología ha sacado a la luz evidencias del primer asentamiento, agujeros para postes de cabañas y tiendas de campaña, seguramente un refugio provisional que en pocos años dio paso a edificaciones más sólidas. Valentia prosperó con rapidez y en poco tiempo comenzó a acuñar moneda propia. La ciudad fue destruida en el año 75 aC en el curso de la guerra entre Pompeyo y Sertorio. En la excavación de la Almoina se han descubierto los restos descuartizados de varios soldados junto con sus armas, evidencia de lo que debió de ser una escaramuza de la batalla. De resultas de ello, parece ser que quedó prácticamente abandonada durante al menos 50 años.
Desde mediados del siglo I Valentia había recuperado ya el ritmo perdido e iniciaba una larga etapa de desarrollo, caracterizada por el crecimiento urbano, la afluencia de nuevos colonos, y el engrandecimiento de la urbe mediante la construcción de grandes edificios públicos –como el foro o el circo– y la ejecución de importantes obras de infraestructura, como un puerto fluvial junto a las actuales Torres dels Serrans o la traída de aguas, un equipamiento del que los valencianos no volverían a gozar hasta mediados del siglo XIX.
En la segunda mitad del siglo III, de manera paralela al resto del Imperio, Valentia atravesó una etapa de crisis que marcó el inicio de un largo periodo de decadencia, a lo largo del cual la ciudad fue retrayendo su perímetro, despoblándose barrios enteros, y se abandonaron las redes de infraestructuras. Desde mediados del siglo IV pudo existir una comunidad cristiana en la ciudad conformada en torno a la memoria de san Vicente, martirizado aquí en el año 304.
Un siglo después, coincidiendo con las primeras oleadas de pueblos germánicos y con el vacío de poder dejado por la administración imperial, la iglesia asumió las riendas de la ciudad y los edificios de culto cristiano fueron reemplazando los antiguos templos romanos. En tiempos del obispo Justiniano, en el siglo VI, Valentia experimentó una cierta recuperación, frenándose por algún tiempo la degradación urbana y se celebró en ella un importante concilio regional. Con la invasión bizantina del sudeste de la península en 554 la ciudad cobró una importancia estratégica, instalándose en ella contingentes militares visigodos y emprendiendo tareas de fortificación del antiguo circo romano. Tras la expulsión de los bizantinos en el 625 se inicia una etapa oscura de la que apenas existe documentación y que parece testimoniar un tono de vida urbana muy bajo.
Tras la conquista musulmana del 711, y siguiendo con la tónica anterior, la primera etapa de dominio musulmán constituye un periodo sobre el que tenemos escasas referencias de Valencia (Balansiya en las fuentes árabes). Una de ellas nos habla de la destrucción de la ciudad por Abd al-Rahman I —1º emir de Córdoba—, pero probablemente el hecho más relevante de la etapa emiral sea la presencia de Abd allah al-Balansi, hijo de aquel, quien ejerció una especie de gobierno autónomo sobre el área valenciana, y ordenó construir en las afueras de la ciudad un lujoso palacio, la Russafa, origen del actual barrio del mismo nombre. Más allá de los hechos políticos, lo verdaderamente trascendente es la entrada de la ciudad dentro de la órbita del Islam que, en poco tiempo, cambió la lengua, la religión y las costumbres de sus habitantes.
En época califal, Balansiya inició el camino de la recuperación urbana mediante la construcción de un primer perímetro de huerta en el actual barrio del Carmen y la remodelación de la antigua área episcopal visigoda –en el entorno de la catedral– para convertirlo en un zoco vinculado a la residencia del gobernador.
El verdadero auge de la ciudad comenzó tras la caída del califato de Córdoba, en el 1010, que dio inicio a la aparición de toda una serie de reinos autónomos o de taifas, uno de ellos el de Valencia. La ciudad creció, y en tiempos del Rey Abd al-Aziz se edificó una nueva muralla, de la cual todavía se conservan restos en el barrio del Carmen. Numerosos hallazgos arqueológicos testimonian la importancia alcanzada por la ciudad en este momento.
A finales del siglo XI, aprovechando el clima de inestabilidad política, el Cid se hizo con el control de Valencia, la cual permaneció en manos de las tropas cristianas hasta el 1102. A su marcha, los almorávides ocuparon la ciudad y reinstauraron el culto musulmán, dejando un gobernador a su cargo. La decadencia del poder almorávide coincidió con el ascenso de una nueva dinastía norteafricana, los almohades, que gobernaron la península a partir del 1145. Su entrada en Valencia, sin embargo, se vio frenada por Ibn Mardanis, el Rey Lobo, monarca de Valencia y Murcia, pero finalmente la ciudad cayó en manos de los norteafricanos en 1171.
En las primeras décadas del siglo XIII la ciudad se refortificó ante la inminencia del avance aragonés. Las fuentes cristianas la describen como una urbe populosa y rodeada por una fértil huerta. Con la conquista de Valencia por Jaime I en 1238 se puso fin a 5 siglos de cultura musulmana, pero ésta dejó una sólida impronta en la ciudad y en el territorio valenciano. Tras la victoria cristiana, la población musulmana fue expulsada y el Rey Jaime I hizo el reparto de las nuevas tierras entre aquellos que habían participado en la conquista, de lo que queda testimonio en el Llibre del Repartiment. El Rey otorgó a la ciudad unas nuevas leyes, els Furs, que años después hizo extensivas a todo el Reino de Valencia. Comenzaba aquí una etapa nueva, de la mano de una nueva sociedad, que sentó las bases del pueblo valenciano tal y como lo conocemos hoy.
La ciudad pasó por graves aprietos a mediados del siglo XIV. Por un lado, la peste negra de 1348 y las sucesivas epidemias de los años siguientes, que diezmaron a la población. Por otro, la guerra de la Unión, una revuelta ciudadana, encabezada por Valencia como capital del Reino, contra los excesos de la monarquía. Por último, la guerra con Castilla, que obligó a levantar rapidamente una nueva muralla para contener, por 2 veces –en 1363 y 1364–, el ataque castellano. En premio, el Rey Pedro el Ceremonioso concedió a la ciudad de Valencia el título de “dos veces leal”, representado por las dos “L” que ostenta su escudo.
La convivencia entre las 3 comunidades, cristiana, judía y musulmana, que ocupan la ciudad, fue conflictiva a lo largo de toda la edad media. Los judíos, instalados en torno a la calle de la Mar, habían progresado económica y socialmente, y su barrio fue ampliando progresivamente los límites a costa de las parroquias contiguas. Por su parte, los musulmanes que permanecieron en la ciudad tras la conquista fueron instalados en una morería junto al actual mercado de Mosen Sorell, contigua al entonces barrio artesanal del Carmen. En 1391 una turba descontrolada asaltó el barrio judío, lo que supuso la práctica desaparición de la comunidad y la conversión forzosa de sus miembros al cristianismo, aunque muchos siguieron practicando su religión en secreto. En 1456, de nuevo un tumulto popular condujo al asalto de la morería, aunque sus consecuencias fueron de menor trascendencia.
A finales del siglo XIV adquirieron especial virulencia los conflictos entre las diferentes familias de los Centelles y los Vilaragut. Alineadas en dos bandos antagónicos, tuvieron una destacada influencia en el conflicto dinástico que se produjo a la muerte sin descendientes de Martín el Humano, y que desembocó en el Compromiso de Caspe y en la entronización de la casa de Trastamara en la Corona de Aragón. En la sentencia desempeñaron un destacado papel los hermanos Ferrer, Bonifaci y Vicent, este último canonizado por Calixto III en 1455.
En el siglo XV Valencia vivió una etapa de gran desarrollo económico y esplendor cultural y artístico. Se creó la Taula de canvis, una banca municipal de apoyo de las operaciones comerciales; la economía local —con los tejidos de seda en un destacado lugar— alcanzó un gran desarrollo, y la ciudad se convirtió en un emporio comercial al que acuden mercaderes de toda Europa. A finales de siglo se erigió La Lonja de la Seda y de los Mercaderes, uno de los más importantes centros de transacciones mercantiles del Mediterráneo.
Este auge económico tiene su reflejo en el plano artístico y cultural. Se levantan ahora algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, como las Torres dels Serrans (1392), La Lonja (1482), el Micalet o la capilla de los Reyes del Convento de Santo Domingo. En pintura y escultura se dejan sentir las tendencias flamencas e italianas en artistas como Lluís Dalmau, Gonçal Peris o Damian Forment. En literatura, al amparo de la corte de Alfonso el Magnánimo florece la producción escrita, de la mano de autores como Ausias March, Roiç de Corella o Sor Isabel de Villena. Hacia 1460 Joanot Martorell escribe el Tirant lo Blanch, una innovadora novela de caballería que influyó en numerosos autores posteriores, desde Cervantes a Shakespeare.
1563 Valencia por Anton van Der Wyngaerde
En el siglo XVI Valencia perdió la posición hegemónica que había tenido en la centuria anterior. El descubrimiento de América cambió los ejes de la política internacional. Valencia quedó como capital regional de un comercio que, en su mayoría, ya no se negocia en su Lonja.
La entrada de Valencia en la época moderna estuvo marcada por un hecho traumático: la revuelta de las Germanías, una verdadera guerra civil que enfrentó a la sociedad valenciana: de una parte, los artesanos y labradores y algunos miembros de la pequeña burguesía, y de otra la nobleza, los vasallos moriscos y la burguesía bienestante. Tras una primera etapa (1519-1520) en la que la Germanía se hizo con el control de la ciudad, el proceso se radicalizó. Las tropas agermanadas alcanzaron en un principio algunas victorias militares, pero finalmente fueron derrotadas y el movimiento desarticulado.
Desde finales del siglo XV operaba en Valencia el tribunal de la Inquisición, que actuó en numerosas ocasiones sobre la comunidad judía. Una de las familias que sufrió el hostigamiento de la Inquisición fue la de Lluís Vives, gran humanista y filósofo valenciano del Renacimiento europeo. Las ideas humanistas y las corrientes estéticas renacentistas que bullen en Europa llegaron a Valencia por estos años, pero fueron cultivadas tan sólo dentro del restringido circulo cortesano vinculado a la corte virreinal y no llegaron a calar en la sociedad. Por otro lado, a las ideas religiosas protestantes se les contrapuso la ideología contrareformista, postulada por personajes de la talla del Santo patriarca Juan de Ribera, promotor del Colegio del Corpus Christi. En el plano cultural, la ciudad vivió un proceso de castellanización, especialmente alentado por la corte virreinal de Germana de Foix. Importantes obras literarias se tradujeron al castellano, como El Cortesano, de Lluís Milà, o la Historia de Valencia, de Antoni Beuter.
1608 Valencia
En 1609 se promulgó el decreto de expulsión de los moriscos, siendo el Grao uno de los puertos en los que se embarcaron para ser trasladados al norte de Africa. En realidad, el impacto directo de la expulsión fue escaso en la ciudad de Valencia, ya que apenas quedaban en ella unas pocas casas de moriscos, pero afectó sensiblemente a las rentas de muchos nobles, la mayoría de los residentes en la capital, lo que a la larga repercutió en la economía de la ciudad. La Corona se preocupó por establecer medidas compensatorias para estos nobles, que habían perdido buena parte de su mano de obra agraria.
El siglo XVII, y en particular el largo reinado de Felipe IV (1621-1665), se caracterizaron por el reforzamiento de las tendencias absolutistas de la monarquía, lo que se reflejó en Valencia en el progresivo control de los cargos municipales por el Rey y su injerencia —a través del Virrey— en competencias que los fueros atribuían a la ciudad. Ello produjo continuas tensiones y el envío de embajadas de protesta a la corte. En esta coyuntura se produjo en 1663 el levantamiento de los labradores de la huerta que protestaban por lo que consideraban impuestos abusivos introducidos por la ciudad sobre la producción y el consumo dentro de su término. Los sublevados llegaron a poner cerco a Valencia, lo que obligó a tomar las armas a sus habitantes. El Virrey, el marqués de Camarasa, aprobó inicialmente las reivindicaciones de los labradores, lo que apaciguó la rebelión, pero ante el malestar que provocó esta medida en la capital, al año siguiente se llegó a un nuevo acuerdo que satisfacía a ambas partes y no alteraba gravemente las competencias de aquella.
A esta coyuntura adversa se vinieron a sumar sucesivas epidemias de peste (las más graves en 1647 y 1652) que redujeron la población en un tercio, y una calamitosa riada del Turia en 1651. La economía se mantuvo estancada casi toda la centuria, y sólo manifestó síntomas de recuperación en las décadas finales.
El XVII, con todo, fue el gran siglo del ceremonial barroco, de las entradas reales, de las procesiones multitudinarias henchidas de fervor religioso, de los protocolarios actos públicos… Con ocasión de estas celebraciones la ciudad se transformaba: los palacios exhibían en sus fachadas tapices, lienzos, espejos y cornucopias; se iluminaban las calles con faroles, antorchas y cirios, consiguiendo con todo ello una atmósfera mágica que maravillaba al pueblo. Algunos de esos aspectos perviven hoy en manifestaciones como los Miracles de Sant Vicent o el Corpus.
1704 – Valencia
A la muerte sin descendencia de Carlos II se produjo un conflicto dinástico que desembocó en la guerra de Sucesión, una contienda de dimensiones europeas que tuvo en el territorio valenciano uno de sus escenarios. Tras la coronación en Madrid de Felipe V de Borbón en 1701, Valencia se mantuvo leal al nuevo monarca hasta la llegada a la ciudad de tropas del archiduque Carlos de Austria en 1705. El archiduque hizo su entrada triunfal en septiembre de 1706, siendo reconocido como Rey – garantizando los Fueros del Reino-, pero su reinado apenas duró unos meses. El 25.4.1707 las tropas borbónicas derrotaban al ejército de los austracistas en la batalla de Almansa.
Tras su victoria, Felipe V decretaba la Nueva Planta, esto es, la abolición de los fueros valencianos y el acomodo del Reino y su capital a las leyes y costumbres de Castilla. El gobierno municipal sufrió una profunda transformación, y los cargos dejaron de ser electivos para pasar a ser de designación directa del monarca, venales y hereditarios. Desde el principio de la etapa borbónica, Valencia se hubo de acostumbrar a la presencia de tropas. Para acuartelarlas, y también para asegurar el orden en la ciudad, se construyó la Ciudadela junto al convento de Santo Domingo, una fortificación con dos baluartes al exterior y un recio torreón. Además, se utilizaron diferentes edificios para alojamiento de tropas, como La Lonja, que sirvió de cuartel hasta 1762.
1738 Valencia
En el plano económico, durante el siglo XVIII Valencia vivió una etapa de recuperación apoyada en la manufactura de tejidos de seda y otras actividades industriales, como la azulejería. Según fuentes de la época, la seda daba trabajo de forma directa o indirecta, a más de 25000 personas y conformó la fisonomía de todo un barrio, el de Velluters, además de influir en buena medida en el paisaje de la huerta, con sus caminos bordeados de moreras y sus alquerías de altas andanas para la cría del gusano. El Colegio del Arte Mayor de la Seda era el encargado de regular una profesión, la de velluter, cada vez más apartada del marco gremial. Dadas las deficiencias de las instalaciones portuarias, la producción se remitía por tierra a Cádiz, desde cuyo puerto era redistribuida, gozando de especial acogida en el mercado americano.
1738 – Valencia
El XVIII fue el siglo de las ideas, el siglo de las luces. El pensamiento ilustrado nacido en Francia encontró en Valencia un eco ferviente, y contó con nombres de reconocido prestigio europeo, como Gregorio Mayans o Pérez Bayer, quienes mantenían correspondencia con los más destacados pensadores franceses o alemanes del momento. En el campo de la producción musical, sobresalieron los compositores Cabanilles y Martí y Soler. En este ambiente de exaltación de las ideas toma cuerpo en 1776 la Sociedad Económica de Amigos del País, introductora de numerosas mejoras en la producción agrícola e industrial y promotora de diversas instituciones económicas, cívicas y culturales.
La historia de Valencia, como en buena medida la del resto de Europa, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX estuvo marcada por las repercusiones de la Revolución Francesa.
1790 Valencia
Ante la noticia de las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII y del levantamiento de Madrid el 2 de mayo frente a las tropas napoleónicas, el pueblo valenciano se alzó en armas el 23.5.1808 enardecido por las arengas de personajes como El Palleter, de Emilio Calandín. Los amotinados tomaron la Ciudadela y constituyeron una Junta Suprema de gobierno que se hizo cargo de la ciudad y se aprestó a la defensa. En el tenso ambiente revolucionario, el sector más radical de la revuelta asaltó la ciudadela y pasó por las armas a cuatrocientos civiles franceses allí guarecidos.
1808 Valencia
El 28 de junio se produjo un primer ataque del ejercito napoleónico al mando del general Moncey, que fue heroicamente rechazado. Posteriormente, el general Suchet repitió el cerco por dos veces, consiguiendo su objetivo el 9.1.1812, después de varios días de incesantes bombardeos. El gobierno del general Suchet – Duque de La Albufera- fue, en términos generales, beneficioso para la ciudad. Entre otras actuaciones, cabe mencionar que implantó prudentes medidas de higiene y seguridad pública y se ajardinaron importantes enclaves de Valencia. Su control sobre la ciudad fue breve, pues en julio de 1813 debió abandonarla ante la retirada del ejército francés.
Durante los años de invasión francesa los valencianos celebraron elecciones a diputados y enviaron sus representantes a las Cortes de Cádiz, donde se redactó en 1812 la primera Constitución Española, conocida popularmente como “La Pepa”, puesto que se aprobó el 19 de marzo, día de la festividad de San José.
1811 Valencia
Un año después de la salida de las tropas de Suchet, -cuyo ejército se retiró en formación, pacíficamente, sin ser apenas inquietado durante su salida- en mayo de 1814, Fernando VII regresó a la península a través de Valencia, dónde se instaló en el palacio de Cervelló, derogando de inmediato la constitución aprobada en Cádiz e instaurando un régimen de carácter absolutista. La ciudad vivió esos años bajo las órdenes del general Elío, que se hizo cargo de la Capitanía General de Valencia días después de que Suchet abandonara la ciudad. Su forma de gobernar le granjeó – a partes iguales- incondicionales adhesiones y férreos enemigos.
1812 Valencia
La historia de Valencia durante el reinado de Fernando VII e incluso después, es sustancialmente la del resto de España: una etapa de conflictos entre los partidarios de un régimen absolutista que se desmorona por momentos y los adeptos del liberalismo, que no acaban de hacerse con el poder. Pero en Valencia se vivieron algunos de los episodios más notables. En marzo de 1820, durante el Trienio Liberal (1820-23), el general Elío fue encarcelado y tres meses después ejecutado. Durante la etapa absolutista que siguió a continuación (la llamada Década Ominosa, de 1823 a 1833), se llevó a cabo una represión contra liberales y masones a cargo de la fuerzas del Estado y de la Inquisición, que actuó en Valencia por última vez con la ejecución en 1826 de Cayetano Ripoll, un maestro de escuela acusado de “deista” y “masón”.
Tras la muerte de Fernando VII en 1833, durante la regencia de María Cristina y el posterior gobierno progresista del general Espartero, se liquidó definitivamente el Antiguo Régimen, consolidándose el estado liberal. Fueron años difíciles, en los que la ciudad vivió un clima revolucionario, con enfrentamientos entre las distintas facciones liberales, y en permanente amenaza por las tropas carlistas del general Cabrera. Fue de Valencia desde donde María Cristina partió al exilio en octubre de 1840, tras fracasar un acuerdo con Espartero, y fue a esta misma ciudad donde regresó tres años después, ante el alzamiento del general Narváez, que depuso a Espartero y proclamó a Isabel II como Reina.
1812 Valencia
Durante este convulso periodo se produjeron cambios importantes. En 1833 se crearon las provincias. Ese mismo año se reestructuró el Ayuntamiento, desapareciendo los cargos vitalicios para acceder a ellos personas cuya extracción social provenía de la burguesía local elegidos mediante sufragio. En 1837 se puso en marcha la desamortización de bienes de la Iglesia que fueron adquiridos en su mayoría por la aristocracia y la burguesía local.
1828 Valencia
El reinado de Isabel II constituyó una etapa de relativa estabilidad y de crecimiento para Valencia. El Ayuntamiento, como el país en su conjunto, pasó a manos de una burguesía moderada, que había consolidado su poder de influencia al amparo de la desamortización, con la prestación de servicios a la comunidad (abastecimiento de agua, pavimentado, gas, transportes), o con operaciones financieras. Este periodo se caracterizó por un recuperado dinamismo de la economía valenciana provocado por las numerosas innovaciones que se introdujeron en la agricultura, la industria y en el sector financiero. De la mano de próceres como José Campo, Valencia dio un salto cualitativo hacia la modernidad, mejorando sustancialmente las infraestructuras y los servicios y llevándose a cabo proyectos, como el del puerto, largo tiempo demandados.
1831 Valencia
En medio de un ambiente radicalizado, se desató la insurrección cantonalista. El Cantón de Valencia, proclamado el 19.7.1873, no tuvo el carácter revolucionario que alcanzó en otras zonas de España, pero el gobierno de Madrid decidió ahogar la rebelión con las armas, enviando tropas al mando del general Martínez Campos, nombrado capitán general de la plaza, quien el 7 de agosto entró en la ciudad tras someterla a un intenso bombardeo. Apaciguado el conflicto, el militar buscó apoyos en ella para promover la Restauración de la dinastía borbónica, y tras el pronunciamiento de Sagunto y la ocupación de Valencia, dio un golpe de estado que derrocó al gobierno republicano. Alfonso XII, hijo de Isabel II, llegó a Valencia, camino de Madrid, el 11.1.1875, y poco después fue proclamado Rey.
1853 Valencia
Valencia fue la cuna de la Restauración borbónica, pues destacados miembros de la sociedad local contribuyeron a su advenimiento y ayudaron a construir la base política del sistema, y el bipartidismo entre conservadores y liberales, mediante el clientelismo y el caciquismo. La estabilidad entre ambas formaciones comenzó a venirse abajo, no obstante, con la concesión del sufragio universal masculino en 1890, a partir de lo cual el republicanismo, con Vicente Blasco Ibáñez al frente, ascendió considerablemente hasta convertirse en la fuerza más votada en la ciudad.
1858 Valencia
En los años 70′ cobró fuerza un movimiento cultural comprometido con la recuperación de la lengua y las tradiciones valencianas, la Renaixença. A las posturas iniciales, más cercanas al romanticismo y a la evocación nostálgica, con Teodoro Llorente a la cabeza, vinieron a contraponerse los planteamientos más reivindicativos que encarnaban personas como Constantí Llombart, creador de Lo Rat Penat
1860 Valencia
Desde el último cuarto del siglo XIX Valencia comenzó a crecer. El derribo de las murallas en 1865, – aspiración por la que pasaban todas las ansias de modernidad -, fue el punto de partida para el desarrollo de las áreas periféricas. La apertura de las grandes vías, previstas en los planes de Ensanche, potenciaron la rápida urbanización del sector oriental, con una trama viaria ordenada, que se pobló de edificios de estilo modernista y ecléctico, muchos de los cuales todavía existen. En el resto, en especial en la otra orilla del Turia, la urbanización se retrasó hasta bien avanzado el siglo XX. La otra manifestación del carácter expansivo de Valencia fue la incorporación de los municipios periféricos, desde el Grau o el Cabanyal a Patraix, Campanar o Benimaclet.
En 1850 Valencia vivía rodeada por una muralla medieval sin que apenas se hubieran desarrollado algunos arrabales siguiendo los caminos de Aragón y Cataluña, el camino de Requena-Madrid, en lo que hoy en día son calles muy céntricas de la ciudad.
A partir del derribo de las murallas se inicia la expansión acelerada del espacio urbanizado de la ciudad. La compra al propietario de la muralla, el ejército, y su derribo definitivo en 1869 con el amplio beneplácito de la población, significó que en pocos años la ronda exterior abierta hacia la huerta se convirtiese en una circunvalación y en una calle principal de la ciudad. En 1877 se proyecta el 1º Plan de Ensanche, inspirado en el Plan Cerdà de Barcelona y 10 años después, se redacta un nuevo Plan en el que se recoge el elemento urbanístico que serviría de referencia para la expansión urbana hasta mediados del siglo XX: las Grandes Vías. Esta es la 2ª circunvalación de la ciudad contemporánea que, junto al Paseo de Valencia al Mar y el Campus Universitario de Blasco Ibáñez diseñados hacia finales del siglo pasado, son los ejes vertebrados y más importantes de la ciudad. Además, se produce una fuerte política de anexión de poblados circundantes entre 1870 y 1900, convirtiéndose en barrios de la ciudad
Este plan urbanístico planteó la ampliación de la ciudad hacia el Camino de Tránsitos, camino que fue concebido como un nuevo cinturón de circunvalación exterior.
1869 Valencia
La modernidad cambió los hábitos sociales de la ciudad. La feria de julio pasó a ser el eje del calendario festivo, sin renunciar por ello a las celebraciones más tradicionales como las fallas. El teatro, el trinquet o los toros, eran los espectáculos preferidos de los valencianos, aunque pronto aparecieron otras novedades, como el cinematógrafo, que en aquel momento era una mera curiosidad.
1882 Valencia
A principios de siglo Valencia era una ciudad industrializada. La importancia y el predominio de la industria sedera había disminuido, y subsistía la producción de curtidos y empujaba con fuerza el sector de la madera, la metalurgia y la alimentación, este último con una vertiente exportadora, – en particular de vinos y cítricos -, muy activa. Predominaba la pequeña empresa, pero día a día se introducía la mecanización y la producción se regía por criterios industriales. La mejor expresión de esta dinámica eran las exposiciones regionales, en particular la de 1909, emplazada junto a la Alameda, donde se mostraban los avances de la agricultura y la industria. Nacía la Feria Internacional de Muestras.
1884 Valencia
A pesar de este progreso económico, se vivían momentos de crisis: el sistema bipartidista que había sustentado la Restauración cada vez concitaba menor apoyo en las urnas; la pérdida de Cuba provocó una ola de indignación generalizada; los obreros, en número creciente por la industrialización, comenzaron a organizarse en demanda de mejores condiciones de vida. Era el terreno abonado para el arraigo de ideologías radicales. En Valencia el partido republicano de Blasco Ibañez recogió durante varias décadas los frutos de ese descontento, obteniendo un enorme respaldo popular, y gobernó el consistorio de manera casi ininterrumpida entre 1901 y 1923.
1899 Valencia
La primera guerra mundial afectó seriamente a la economía valenciana, colapsando las exportaciones de cítricos y produciendo el alza descontrolada de los precios y el desabastecimiento de los mercados. En 1917 el malestar en la capital se canalizó en forma de huelga general, que se prolongó durante varias semanas, enrareciendo el ya de por sí tenso panorama social. En 1919 y 1920 se repitieron las movilizaciones y se entró en una espiral de violencia en la que se sucedieron las bombas y los asesinatos de civiles y de agentes del orden.
1911 Valencia
La instauración de la dictadura de Primo de Rivera en 1923 frenó durante algunos años la conflictividad social, pero no apagó la creciente radicalización política. El movimiento obrero fue consolidando su organización sindical, mientras los sectores conservadores se aglutinaban en torno a la Derecha Regional Valenciana.
El 12.4.1931 se celebraron elecciones locales, en las que obtuvo una victoria absoluta la coalición de partidos republicanos, ante lo cual Alfonso XIII renunció al trono y abandono el país, proclamándose la Segunda república el 14 de abril. Durante la República se vivió un clima casi permanente de agitación social, que estalló en Valencia ya desde el mes de mayo con el asalto de iglesias y conventos y prosiguió en los meses siguientes con huelgas y tumultos. Estas movilizaciones obedecían en ocasiones a motivos menos conflictivos, como el sepelio de los restos mortales de Vicente Blasco Ibáñez en 1932, fallecido en Francia, que constituyó una espectacular manifestación de duelo.
1925 Valencia
El ascenso del frente conservador al poder en 1933 propició la llegada de los blasquistas hasta las más altas instancias del poder pero, al mismo tiempo, marcó el inicio de su declive por el progresivo conservadurismo del partido.
El clima de enfrentamiento entre las posturas cada vez más radicalizadas de los partidos políticos, marcó las elecciones de 1936, que fueron ganadas por el Frente Popular. El Ayuntamiento fue disuelto, pasando sus competencias a una comisión gestora, y se excarceló a los presos políticos. Pero las protestas continuaron, de nuevo se asaltaron iglesias y conventos, y la polarización entre izquierdas y derechas se hizo cada vez más palpable.
1929 Valencia
El levantamiento militar del 18.7.1936 no tuvo éxito en Valencia.; como reacción, los milicianos se hicieron con el control administrativo y militar de la ciudad. Durante unos meses se vivió en un ambiente revolucionario, paulatinamente neutralizado desde el gobierno. La marcha de la contienda bélica aconsejó trasladar la capital de la República a Valencia en noviembre de 1936: el gobierno se instaló en el palacio de Benicarló, y los ministerios ocuparon señalados palacios. La ciudad fue intensamente bombardeada por aire y por mar, lo que llevó a la construcción de más de doscientos refugios para proteger a la población. El 30.3.1939 Valencia se rindió y las tropas del General Franco hicieron su entrada en ella.
1943 Valencia
Después de la Guerra Civil Valencia tenía una población que superaba los 400.000 habitantes y un casco urbano en el que se habían consolidado amplias barriadas industriales, sobre todo en la zona sur y en las proximidades del Puerto. Con este crecimiento en 1946 se planteó la necesidad de una Ley de Ordenación Urbana de Valencia con él se integraban en el mismo proceso de planificación a otros 28 municipios de L’Horta con una superficie total de 432 km2, zonificándose el espacio urbano de la ciudad entre áreas históricas, comerciales, industriales, residenciales etc. y se recuperaron viejas propuestas de reforma interior.
El mayor proyecto en este sentido era la Avenida del Oeste (actual Barón de Cárcer) que debía unir la antigua puerta de San José y la plaza de San Agustín, pero el elevado precio de las expropiaciones dejó inacabada la obra.
1944 Plan de Ordenación de Valencia, por Juan Ramón Selva Rojo “(29+1) La ordenación urbanística metropolitana de Gran Valencia (1947-1986)”
1940 Anteproyecto de Reformas Ferroviarias
El Plan Comarcal redactado recoge los aspectos señalados por el Anteproyecto de Reformas Ferroviarias, incorporando un modelo de crecimiento radioconcéntrico que se remonta a los proyectos urbanísticos redactados desde 1912. La existencia de importantes barreras al crecimiento anular (líneas de FFCC, cauce del Turia y posteriormente Solución Sur) reforzarán el carácter radial, produciendo un crecimiento de tipo tentacular que se apoyará en las vías de penetración existentes. El Plan aborda el desarrollo urbano de Valencia desde una perspectiva rígida, estática y mediante la instrumentación casi exclusiva, de una zonificación de carácter descriptivo y casuística. El Plan aprobado limitaba las determinaciones a la zonificación y las ordenanzas, precisando para su desarrollo la redacción de “Planes Parciales” para cada uno de los 15 “sectores” en que inicialmente se dividía el núcleo urbano, así como para cada uno de los municipios comprendidos.
Gajá, Fernando. La promoción pública de la vivienda en Valencia (1939-1976)
En el caso de Valencia concurrían los factores diferenciales propios de la reconocida, y entonces más trascendental, riqueza agrícola del territorio que circundaba la ciudad, lo cual producía un retraimiento a la expansión periférica que, en cierto modo, imponía espontáneamente un cinturón verde. El modelo radioconcéntrico limitador y descentralizador, en este caso, estaba hasta cierto punto prefigurado por la disposición de los pueblos de la comarca. Así fue como concibió la Oficina Técnica de la Comisión Superior de Ordenación Urbana de la Provincia de Valencia, que había sido constituida por Decreto de 2.3.1944, el Plan General que había recibido el mandato de redactar. En él se señalaron 6 núcleos satélites, 3 industriales, 2 residenciales y otro mixto. Se extendía sobre 29 municipios (1. Alacuás, 2. Albalat dels Sorells, 3. Alboraya, 4. Aldaya, 5. Alfafar, 6. Alfara del Patriarca, 7. Almácera, 8. Benetúser, 9. Bonrepós, y Mirambell, 10. Burjasot, 11. Catarroja, 12. Cuart de Poblet, 13. Chirivella, 14. Foyos, 15. Godella, 16. Lugar Nuevo de la Corona, 17. Manises, 18. Masanasa, 19. Meliana, 20. Mislata, 21. Moncada, 22. Paiporta, 23. Paterna, 24. Picaña, 25. Rocafort, 26. Sedaví, 27. Tabernes Blanque,s 28. Torrente y 29. Vinalesa, junto a Valencia). Este plan fue aprobado por la Ley de Bases para la Ordenación Urbana de Valencia y su Comarca, de 18.12.1946, que al mismo tiempo creó la “Corporación Administrativa del Gran Valencia” como órgano gestor. En dicho texto jurídico se encuentra una justificación de la necesidad de un plan tan ambicioso, necesidad que reside en la existencia de un rápido crecimiento de los núcleos rurales y de la densa red de comunicaciones que los entrelazaba y que requerían una ordenación de conjunto.
El Plan General de Valencia distinguía un núcleo central limitado, rodeado de una corona periférica formado de unidades independientes separadas entre sí, un núcleo central en anillos y cuñas verdes, estructurándose todo el conjunto por la red viaria en forma de radios y círculos concéntricos.
La definición jurídica y territorial de la Gran Valencia supuso el acontecimiento más decisivo del siglo XX para la ordenación urbana de Valencia. Un ambicioso proyecto supramunicipal, incoado ya en el Plan de Ordenación de Valencia y su Cintura de 1946, que significó un definitivo cambio de escala en la incipiente metrópolis levantina.
En marzo de 1944 se crea, a propuesta del Ministerio de la Gobernación, la “Comisión Superior del Plan de Ordenación de la Provincia de Valencia” (Presidida por el Gobernador Civil de la provincia, Ramón Laporta Girón), cuyo objetivo, auspiciado por la personalidad de Pedro Bidagor, era la redacción de un Plan Provincial, y la intención primera es clara: ordenar y encauzar las actividades constructivas de una comarca agrícolamente rica y densamente poblada. Tras su constitución, en abril de ese mismo año, el equipo dirigido por Valentín Gamazo, y que incluía a los arquitectos Bidagor, Muguruza, García-Lomas, Gutiérrez-Soto, Muñoz Monasterio, Moya y Suazo (el “Equipo de Madrid” que posteriormente incorporará a los arquitectos valencianos Mauro Lleó, Víctor Bueno y Antonio Gómez Llopis), redactará, por el contrario, un Plan Comarcal que incluye 20 municipios de la comarca de L’Horta, además de la ciudad de Valencia, y que será definitivamente aprobado mediante Ley de 18.12.1946. El Plan de Ordenación de Valencia y su Cintura, finalmente, fue aprobado por el Gobierno el 27.7.1946, y declarado preceptivo el 18.12.1946 mediante la ley específica de Bases para la Ordenación Urbana de Valencia y su Comarca. Se creaba además con esta ley la Corporación Administrativa del Gran Valencia, asignándole la misión de órgano gestor del Plan, en espera de la futura aprobación del texto articulado que fijara sus características definitivas.
Gran Valencia y sus 29+1 términos municipales.
La principal novedad fue, sin duda, la de incorporar en el planeamiento a los municipios circundantes, con huerta de por medio, de tal modo que no se planteaba la unificación de los diversos ensanches. En el momento de su redacción, y según su Memoria, el Plan abarcaba una población de 610.000 habitantes, cifra con la que se hizo entonces la previsión para 1980 de 1.500.000 habitantes (el estudio demográfico incluido es verdaderamente exhaustivo).
Para conseguir este crecimiento demográfico más equilibrado, se creaban dos grandes núcleos residenciales en las penetraciones montañosas de secano en el Noroeste (Paterna y Burjasot) y suroeste (Torrente), estimulando el desarrollo de áreas industriales próximas. Se puede decir que fue un plan continuador de la trama urbana existente, según el tradicional modelo radiocéntrico de la ciudad. Sin embargo, aportará la innovación de considerar las infraestructuras –especialmente las ferroviarias– por 1ª vez en el planeamiento, y, sobre todo, zonificará de acuerdo con las teorías que asume de la Carta de Atenas. En efecto, el Plan incorporaba el Proyecto de la Compañía de Ferrocarriles Económicos de Valencia (red de vía estrecha), que proponía la penetración y enlace subterráneo de las líneas de Villanueva de Castellón, Liria y Rafelbuñol. Esta actuación conllevaba la supresión de los pasos a nivel y de algunas estaciones (las de Aragón y Liria), y desplazaba al Sur la Estación del Norte para permitir enlazar a las Grandes Vías. También creaba –más allá del Camino de Tránsitos– 2 grandes circunvalaciones o anillos de ronda para la ciudad y los pueblos cercanos, y urbanizaba el cauce del Turia en su tramo urbano: además de encauzarlo, lo convertía en zona verde junto a vías de tráfico rápido en sus márgenes (la 1ª vez que se contempla esta posibilidad). También dividía el territorio en distritos y proponía una tipología de ciudad-jardín frente al ensanche vigente. En cuanto a los accesos, se proponía el desvío de la carretera de Barcelona al Norte de Benimaclet. La proveniente de Madrid se desviaba a la altura de Manises para entrar por una calle confluente con la Gran Vía Fernando el Católico, la Avenida de Castilla (hoy Avenida del Cid). Por último, la carretera de Alicante se desviaba en Silla por el Este para evitar atravesar los pueblos del Sur de la capital. La zonificación quedará patente con la definición de hasta 15 diferentes áreas en las futuras Ordenanzas de noviembre de 1950: Recinto Antiguo (o de Conservación Histórico- Artístico), Zona Interior (hasta la primera ronda), Ensanches Actuales, Ensanches Futuros, Núcleos Periféricos, Huerta, Ciudad-Jardín, Tolerancia Industrial, etc. Quizás lo más llamativo sea la alusión a diferentes Zonas Comerciales Intensivas, o la inclusión de una Zona de Edificación Abierta, pues supuso la introducción de una tipología muy poco utilizada hasta el momento en Valencia. En contra de otras valoraciones negativas que lo tachan de continuista y foráneo, pienso que hay que valorar muy positivamente estos trabajos de ordenación, máxime teniendo en cuenta las escasez de medios de la posguerra. Es importante darse cuenta de la enorme cantidad de trabajo realizada en un plazo de 2 años escasos (más de 70 planos), y el alto grado de dedicación de los técnicos que intervinieron.
Para completar los límites de la base catastral, y abarcar así toda la Cintura, se recurrió al encargo de un vuelo fotográfico –complementario al ya comentado de la CETFA, y quizá motivado por el éxito del primero–, sobre las superficies precisas para construir un fotoplano de ella. Esta avanzada técnica facilitó mucho los trabajos de ordenación: con asombro, sus redactores se refirieron a ella como de enorme utilidad, no sólo por la extraordinaria exactitud con que se ha realizado, sino además por el gran valor gráfico de esta clase de planos, ya que resultan representados en ellos hasta la más pequeña edificación, los árboles, las acequias, los caminos, y se puede juzgar de la clase de cultivos y hasta de la parcelación, lo que representa un enorme ahorro de trabajo.
“…Lo que hemos llamado “cintura de Valencia” tiene unos 500 km2 de extensión y no comprende toda la huerta, sino que llega desde Masamagrell por el N, hasta Catarroja por el S, y desde Cuart de Poblet y Manises por el O, hasta el mar. Está definida por la zona de influencia de la Capital. Esta influencia puede concretarse en 2 tipos: por un lado la influencia industrial, cuyo órgano principal es el puerto (lugar de salida y entrada de productos), y las comunicaciones ferroviarias, líneas de Tarragona y Barcelona por el N, la línea de Liria y Utiel por el E, y la línea de Madrid por el SO; los ferrocarriles de vía estrecha a Burjasot y Paterna y la línea del Norte a Foyos y Masamagrell, y la línea de Torrente; pero principalmente la industria está influida por los ferrocarriles de vía ancha. Es de observar cómo se sitúan las industrias en estos pueblos servidos por los ferrocarriles de vía ancha.
Hay otra influencia importante, que es la que hemos llamado residencial, es decir, aquellos pueblos que son lugar de residencia de muchas gentes que van a trabajar diariamente a la Capital o a la zona industrial del puerto y que también sirven en el verano como lugares de residencia veraniega. Esta influencia define 2 zonas muy concretas, que son las de los pueblos de Burjasot, Godella, Paterna y Benimamet, que se extiende hacia Rocafort por el Noroeste, y Torrente al SO, con la circunstancia de que ambas están en el borde de la huerta sobre las colinas de secano que la limitan; a ello deben su cualidad de buena residencia pues al estar elevadas sobre la huerta, disfrutan de mejor clima, tienen menos humedad, gozan de aire más fresco, y no tienen mosquitos en verano.
Se definen ya unos grupos o rosarios de pueblos, a los que hemos llamado ejes, que son: el eje N, de tipo industrial; el eje O, también de tipo industrial, con Cuart de Poblet y Manises; y el eje S, que comprende Alfafar, Benetúser, Masanasa, y Catarroja, y que se extiende por Paiporta a Torrente. Después, los 2 ejes residenciales de NO y SE, con Burjasot y Torrente, y otro eje hacia el E, que podemos llamar industrial-residencial, que es el de la parte de la Avenida del Grao a Valencia, la zona industrial adyacente y la zona residencial de los poblados del Grao y la Malvarrosa, zonas de veraneo y de playa. Puede observarse, pues, una estructura muy definida dentro de este conjunto con marcada especialización de funciones de cada uno de los pueblos o grupos de ellos, constituyendo una unidad orgánica con vida muy compleja. Ha sido criterio muy importante a tener en cuenta en el estudio de todos los aspectos del Plan, el acentuar esta especialización y la división de funciones de cada pueblo, descentralizando las actividades, cosa que es relativamente fácil hacer, complementando la magnífica red actual de transportes ferroviarios, haciendo la electrificación de aquellos de vía estrecha que no lo están, y creando una red de transporte de vías por carretera con fáciles accesos al puerto de Valencia…”
VALENTÍN-GAMAZO GARCÍA-NOBLEJAS, Germán. Plan General de Ordenación de Valencia y su Cintura. Memoria. 1946.
Había nacido la “Gran Valencia”.
El caso de Valencia, difería del resto de las grandes capitales en un punto fundamental: las atribuciones de la Oficina Técnica metropolitana habrían de coordinarse –tanto en lo político como en lo financiero– con las del Ayuntamiento de la Capital. Se señalaba el Plan de Ordenación de Valencia y su Cintura como obligatorio para todos los municipios afectados. También se les recordaba la obligatoriedad de someterse a la ordenación urbana que la Corporación estableciese como desarrollo del mismo, recogiendo el escalonamiento (plan general de ordenación – plan parcial – proyecto de urbanización) que se había utilizado ya en el Plan de Madrid.
El Plan sólo podía alterarse –en los proyectos parciales que lo desarrollasen– por acuerdo del Consejo de Ministros, a petición de los ayuntamientos interesados tramitada mediante el Consejo General de la Gran Valencia, o a propuesta de éste. Para todas estas funciones, se le otorgaba a la Corporación la capacidad jurídica para el cumplimiento de sus fines. Su estructura quedaba distribuida, pues, en 3 órganos: – el Consejo General, – la Comisión Ejecutiva, y – la Oficina Técnica.
Una vez aprobada la Ley de Bases a finales 1946, y constituida la Oficina Técnica de Gran Valencia, se procedió, pues, desde la Comisión Ejecutiva, a determinar qué planes redactaría cada oficina como parte del desarrollo del Plan de Ordenación, comenzando, como es de suponer, por el suelo de la capital. Era preciso repartir el ingente trabajo pendiente, y el Ayuntamiento –recuérdese que el Presidente de la Comisión era el Alcalde de Valencia– no quiso desaprovechar la oportunidad de contar con el recién formado equipo de Mauro Lleó, más joven y descargado de trabajo que los funcionarios locales. El término municipal se dividió en distintos sectores, uno por cada plan parcial que habría que elaborar: una serie de “Hojas” con numeración arábiga (correspondientes a suelo urbano), junto a 4 Proyectos Parciales diferenciados con numeración romana (referidos a zonas de expansión fuera del Camino de Tránsitos). Precisamente estos últimos son los que fueron encomendados a la Oficina Técnica de Gran Valencia. Además, a los planes parciales referidos, localizados en el término municipal de Valencia –pero adjudicados a la oficina metropolitana–, hubo que añadir un 5º relativo al Barrio Residencial Burjasot-Benimamet, inicialmente tramitado con el nombre de Proyecto Parcial de Desarrollo nº 1 del núcleo Burjasot-Godella-Benimamet (Valencia), cuyo ámbito correspondía conjuntamente a esos 3 ayuntamientos. En total, se señalaron 5 planes parciales encomendados inicialmente a Gran Valencia sobre terrenos de la capital, aunque, este apartado los primeros 4:
1946 Plan General de Ordenación de Valencia
A principios de los 60′ se inició la recuperación económica, que Valencia vivió con un espectacular crecimiento demográfico debido a la inmigración y con la ejecución de importantes obras urbanísticas y de infraestructuras. Se puso en marcha el Plan Sur para construir un cauce alternativo al río Turia que evitara futuros desbordamientos, se mejoraron los accesos y se iniciaron reformas interiores, cambiando la fisonomía de algunas plazas destacadas (como la del Ayuntamiento o la de la Reina) y abriendo calles (Poeta Querol). La ciudad creció, se diseñaron nuevos barrios en la periferia y se trazaron nuevas avenidas.
1957 LA RIADA
La riada de 1957, la Ruià o la Gran Riada marcó para siempre la historia de la ciudad. Fue un suceso determinante para el posterior desarrollo urbanístico de Valencia. Hay riadas documentadas del Turia desde hace muchos siglos, pero la casualidad y una serie de circunstancias que se dieron de manera conjunta, provocaron el mayor desastre natural de la ciudad que se recuerda.
La crónica de la tragedia comienza 48 horas antes en la cabecera y en el curso del río. En algunos pueblos del interior llovió de manera copiosa durante 2 días. Se recogieron hasta 500 litros en localidades como Chelva o Bunyol. Aunque el sábado 12 de octubre habían saltado las primeras alarmas, fue sobre las 9:30 del domingo 13 cuando el Gobierno Civil informó a la Guardia Civil, y a la Policía que debían estar en situación de alerta. Pasada la medianoche las ramas, los grandes objetos e incluso los animales muertos que transportaba el río, bloquearon los ojos de los puentes de la ciudad. El agua empezó a desbordarse y comenzó a correr el agua por las calles de la ciudad. Además, la lluvia arreciaba con fuerza en Valencia. Sobre la 1:30 el río llevaba más de 1.000 m3/segundo y el agua supera en 2 m y medio su nivel habitual. Desde la estación potabilizadora de La Presa en Manises avisaban de que el nivel superaba en 7 m la altura habitual. A las 4:00 de la madrugada llegaba esa agua a Valencia y llegaba a los 2.700 m3/ segundo. Desde el centro de la ciudad hasta el mar, se extendía la inundación. A partir de ese momento el nivel de las aguas descendió poco a poco. Valencia amaneció, anegada, sin agua potable, sin luz y prácticamente incomunicada. Pero esto solo había sido la primera parte del desastre.
Al mediodía del día 14 avisan desde Vilamarxant que el río iba mucho más crecido que durante la noche anterior. En poco más de 2 horas esa crecida brutal volvía a inundar Valencia. Además comienza una tromba de agua que deja más de 100 litros en media hora. El río supera en 4 m de altura su nivel habitual. Empiezan a ceder algunos cimientos y caen casas y puentes. Solo resisten los más antiguos. Entre las 14:00 y las 19:00 se vive el mayor desastre natural de la historia de Valencia. A esa hora, el nivel del agua comienza a bajar y a partir de ese momento, la ciudad, nunca volvería a ser la misma.
Aunque se cuenta que desaparecieron más de 300 personas, las cifras oficiales dicen que murieron 81 personas en toda la provincia. Además, se destruyeron 800 viviendas otra cantidad incontable tuvieron que ser reparadas.
La tragedia causada por la fuerza del agua en noviembre de 1957 cambiará para siempre la fisonomía de la ciudad. Las obras del conocido como “Plan Sur” desviarán el río Turia a su paso por Valencia y supondrá ingentes obras para canalizar tanto el agua potable como el alcantarillado.
La catástrofe social y económica fue de tal magnitud que el Gobierno de Franco no tuvo más remedio que adoptar importantes decisiones. 9��meses después de la riada, se aprobó la llamada Solución Sur, para desviar el río de la ciudad: un nuevo cauce de unos 12 km de longitud y 175 m de ancho, capaz de desaguar 5.000 m3/segundo en una nueva desembocadura, 3 km al S de la existente.
Las obras comenzaron en 1964 y finalizaron –sin completar el programa inicial, que incluía otras infraestructuras de saneamiento hidráulico– en 1973. Poco a poco, la Solución Sur se transformó en un ambicioso plan urbanístico para adaptar la incipiente comarca metropolitana a los nuevos tiempos del desarrollismo de los años 60′. El Plan Sur de Valencia, que así se denominó, fue aprobado por ley en diciembre de 1961; comprendía 4 capítulos de actuaciones –hidráulicas, de carreteras, ferroviarias y de urbanización–, y su financiación corría a cargo del Estado y de las entidades locales.
Sin embrago, las obras no empezaron hasta 1965 después de sufrir varias modificaciones que incluían nuevos puentes sobre el nuevo cauce y la renovación de la red de alcantarillado.
El nuevo cauce terminó de construirse en 1969 y en el se usaron 1.400.000 m3 de hormigón y 3 millones de toneladas de piedras para el fondo del cauce. Sin embargo, toda la Solución Sur, con sus puentes, viales marginales y accesos ferroviarios, no se acabó hasta 1972.
Base Cartográfica para la Adaptación del Plan General de Valencia a la Solución Sur
Un nuevo rumbo surge de los trabajos técnicos de Gran Valencia, habida cuenta de las drásticas medidas urbanísticas que se impulsaron en la comarca. La ciudad, destruida parcialmente, se convirtió en una tarea por hacer, empresa que también en el campo urbanístico se acometió con un renovado empeño. Además, puede considerarse este episodio como el final de un ciclo para la ciudad de Valencia. Superados los años de la autarquía, desde el punto de vista económico la ciudad había experimentado un progresivo aumento del nivel de vida.
En 1957, en el campo urbanístico todavía quedaban pendientes varios pasos por dar, que impedían el pleno desarrollo de la ciudad en su relación con el ámbito metropolitano. Como se ha visto en la primera sección, Gran Valencia asumió ese cometido con escasos medios humanos y económicos –prácticamente inexistentes más allá de las retribuciones a sus trabajadores–, por lo que muchas de sus propuestas contaron con serias dificultades para su ejecución y casi nunca llegaron a materializarse. Las actuaciones en materia de vivienda, además, no habían sido las suficientes, pues existía un considerable retraso en la entrega de los grupos de viviendas del Instituto Nacional de la Vivienda, cuyo ‘Plan 5.000 viviendas para Valencia’ (originado a raíz de la riada de 1949, y aprobado por Orden Ministerial de 21.4.1950), estaba pendiente todavía de concluirse. No hace falta decir que los grupos de viviendas que se pusieron en marcha (Salas Pombo, Malvarrosa, José Antonio Girón, Unión Naval de Levante, Elcano, Cardenal Benlloch, etc….) no alcanzaron la cifra de viviendas que daba nombre al Plan. Por otra parte, el Plan General de Ordenación de Valencia y su Cintura aun habiendo sido elaborado de acuerdo con principios de zonificación funcionalista, no tuvo capacidad suficiente para ordenar más que el suelo de la capital, siendo incapaz de afrontar los cambiantes retos que vivía la Cintura. Aunque, a mi modo de ver, había estructurado el territorio de manera satisfactoria, no consiguió solucionar los evidentes problemas de la falta de suelo –absorción progresiva de la huerta– y del incipiente colapso circulatorio (en 1957 el parque móvil de Valencia contaba ya con unos 50.000 vehículos). Ni siquiera el proyecto de encauzamiento del Turia, con las reformas urbanas asociadas, se había llevado a cabo a pesar de haberse aprobado tantos años atrás, tal era la falta de recursos económicos y el abandono de Valencia por parte del Estado. Los acontecimientos de ese otoño servirán de incentivo a las autoridades para buscar, ahora sí, una respuesta urbanística definitiva a los problemas de la ciudad.
Como principal instrumento urbanístico para la reordenación de la ciudad, hay que prestar especial atención a la Solución Sur y a las consideraciones de fondo que la originaron, así como a su gestación –nada más ocurrida la riada de 1957– y grado de implantación. Las conclusiones de dicho trabajo obligaron, por su relevancia, a una modificación del Plan vigente, en forma de Adaptación del Plan a la Solución Sur (redactado en su mayor parte en diciembre de 1963, pero aprobado en 1966). Inmediatamente después de la tragedia, los mecanismos políticos se apresuraron en volcarse con la ‘olvidada’ ciudad del Turia. Pedro Bidagor, como Director General de Urbanismo109, encargó personalmente los primeros esquemas urbanísticos a Fernando M. García-Ordóñez, y, con fecha de 25 de octubre, se nombró una Comisión Delegada Permanente presidida por el ministro sin cartera Pedro Gual Villalbí, que hacía las funciones de Delegado del Gobierno para Valencia.
El Ministerio de la Vivienda elaboró, con carácter de urgencia (el 18.10.1957), un Plan Riada que preveía unos 2.500 nuevos alojamientos, y que supuso una programación de vivienda independiente del planeamiento existente. Estas viviendas se habrían de repartir entre el Ayuntamiento de Valencia y la Obra Sindical del Hogar y la Arquitectura (OSHA). El primero edificaría 1.000 viviendas del Tipo Social y 500 de Renta Limitada, y la segunda 1.000 viviendas del Tipo Social.
El entonces alcalde de Valencia, Tomás Trénor Azcárraga, Marqués del Turia, se dedicó desde finales de 1957 a buscar soluciones que permitieran hacer operativo el Decreto de Adopción de Valencia por parte del Caudillo concedido tras la riada (emitido por el Ministerio de la Vivienda el 23.12.1957), todavía sin dotación económica. Fue el comienzo de una serie de enfrentamientos con las autoridades del Gobierno, que desembocaron en su destitución el 8 de octubre del año siguiente, y que tuvieron su punto culminante en su famoso discurso de 19.6.1958 ante el pleno del Ayuntamiento.
Plano Parcial nº I.- Avenida de Castilla. Excepto la zona limitada por paramento Sur de la futura Plaza de Castilla, calle nº 29, cruce de la calle 29 con el Ferrocarril de Utiel. Camino viejo de Torrente, cruce del Cº viejo de Torrente con la calle nº 16, cruce de la calle nº 16 con el nuevo acceso de Torrente y calle no 31 hasta la Plaza de Castilla. El nuevo acceso de Torrente conservará su anchura de 40 m hasta su cruce con el Ferrocarril de Utiel. (15.3.1950) (I-A)
Plano Parcial nº II.- Cuarte Extramuros. Únicamente el Cº de las Tres Cruces en su tramo comprendido entre la Avda. de Castilla y el Río será prolongación recta del tramo anterior. Quedan por tanto afectados solamente los terrenos que ocupan la Cárcel Modelo y Zona Verde entre C. de Cuarte y Río. Las líneas existentes en el Proyecto Parcial nº II correspondientes al paramento Oeste del mencionado tramo del Cº de Tres Cruces subsisten. (15.3.1950)
Plano Parcial nº III.- Cº Real de Madrid. Queda sin aprobar la zona comprendida entre la calle nº 53 (Salvador Perles), calle nº 62, Ferrocarril Madrid-Valencia, Prolongación de Concepción Arenal, Plaza en proyecto, Concepción Arenal, Carretera Real de Madrid, calle nº 68 y límite del Plano hasta la calle nº 53 (Salvador Perles). La línea de circunvalación prevista en el Plan Sur, se adaptará a la faja anteriormente destinada al acceso al Puerto y Zonas Verdes marginales que figura en este Plano Parcial. Dentro de lo exceptuado queda aprobado el Polígono comprendido entre el futuro Río y la carretera aneja, que limita la Ciudad del Aprendiz por el Sur, calle nº 37, calle nº 54, Camino Real de Madrid, calle nº 63 y calle nº 52 hasta el futuro Río, punto de partida. Quedan sin aprobar las alineaciones de la calle de Venezuela, que comienza en la calle de Gaspar Aguilar y se prolongará sin quiebro hasta su encuentro con la calle del Ferrocarril, aconsejándose para su anchura 30 metros. (23.2.1954)
Plano Parcial nº IV.- Monteolivete. Queda aprobada la zona limitada por Camino de Tránsitos hasta la calle prolongación de Císcar, esta calle hasta su encuentro con la calle paralela a la de Tránsitos que limita el polígono de ejecución “Fuente de San Luis”, dicha calle hasta su encuentro con Carrera de Encorts y calle diagonal hasta encuentro con Tránsitos en la plaza hoy circular que tendrá un diámetro de 160 m. (24.1.1953)
En la sesión ordinaria del pleno del Ayuntamiento de Valencia de 8.7.1959, se procedió a la aprobación por unanimidad –con carácter de Plan General de Ordenación del término municipal de Valencia– del nuevo Plan de Ordenación de Valencia y su Comarca adaptado a la Solución Sur de desviación del Río Turia, redactado por la Oficina Técnica de la Gran Valencia, (dos son los objetivos concretos de esta Moción: el someter a conocimiento y aprobación de la Corporación los planos que integran el nuevo Plan de Ordenación y el proponer las zonas en que debe prohibirse temporalmente la construcción, para no hipotecar prematuramente el desarrollo de detalle del nuevo Plan).
Plano de zonificación (Adaptación al Plan Sur mayo 1959)
El 2.12.1960, el pleno del Ayuntamiento ratificó la legalidad de las actuaciones encaminadas a la Adaptación. En enero se remitió el expediente y la documentación técnica a la Corporación Administrativa Gran Valencia, a los efectos del preceptivo informe y posterior tramitación, para su aprobación por la Superioridad. Con un año y medio de retraso se retomaba, pues, el camino emprendido en julio de 1959, todavía sin estar aprobada por parte del Gobierno la ejecución y financiación de las obras del Plan Sur (lo que añadía un punto de incertidumbre creciente conforme pasaba el tiempo). Gran Valencia, por su parte, movió ficha para activar definitivamente el nuevo marco urbanístico que necesitaba la comarca. Primero mostró por carta ante el Director General de Arquitectura el agradecimiento de la Corporación por la eficiencia y rapidez con que se llevan a cabo las obras correspondientes al Plan de Adopción de Valencia decretado con motivo de la riada del año 1957. No estaba de más ganarse el apoyo del Ministerio. A continuación se dispuso que, por las Oficinas Técnicas propia y del Ayuntamiento de Valencia, se formulara un estudio de los Planes Parciales que quedaran subsistentes y aquellos que habrían de ser modificados a la vista de la Solución Sur. El 20.7.1961 la Comisión Ejecutiva informó favorablemente ese estudio, que había sido anteriormente encomendado a los arquitectos Mauro Lleó, Víctor Bueso, Julio Bellot y Fernando Martínez García-Ordóñez.
La resolución del Consejo General de agosto de 1961, y la aprobación del Plan Sur, por Ley de 23.12.1961, sirvieron de excusa para alterar el curso de la tramitación de la Adaptación del Plan General diseñada por Gran Valencia y que había promovido el propio Ayuntamiento. Aunque inicialmente se restringió al ámbito de la capital, hubo desde un principio voluntad de extenderlo a toda la Comarca, según las orientaciones de 1958 de la Comisión Técnica Especial. Sin embargo, la salida de García-Ordóñez y la referencia del contemporáneo nuevo planeamiento metropolitano de Madrid, hicieron que la nueva Adaptación tomara un nuevo sesgo, potenciando el crecimiento urbano hasta límites difícilmente imaginables pocos años atrás. En 1962, tras 3 años de crecimiento económico que certificaban el éxito del Plan de Estabilización, y con un Plan General de Desarrollo de la Economía Española en ciernes (anunciada ya en la exposición de motivos de la Ley de Bases de Ordenación del Crédito y la Banca, de 14 de abril), la contención planificadora dio paso a un moderado optimismo: el Ayuntamiento de Valencia –y no la Oficina Técnica metropolitana– decidió dar un giro a su política urbanística, desprotegiendo la Zona de huerta, de uso y edificación controlada (así consignada en 1959) para permitir una expansión urbana sin precedentes. Esos terrenos, según la Corporación municipal, no necesitaban protección, pues su alto rendimiento agrícola impediría por sí mismo la promoción de viviendas dado el elevado precio del suelo.
Adaptación del Plan General de Valencia y su cintura a la Solución Sur
El Plan General de Ordenación Urbana de Valencia y su cintura de 1946 adaptado a la Solución Sur, que fue aprobado en 1966 es la base fundamental para comprender todo lo que ha ocurrido en nuestro territorio metropolitano, dado que los criterios y objetivos descritos con anterioridad hablan por si solos, pues las previsiones de dos millones y medio de habitantes para el conjunto del área metropolitana, suponía ampliar los índices de ocupación del suelo y aumentar la intensidad del mismo. El 21.1.1966 se remitió la información (Planos, Memoria, Normas Urbanísticas, Estudio Económico y reclamaciones aceptadas) a Madrid. La Dirección General de Urbanismo dio su visto bueno, recibiendo plena sanción administrativa en el único artículo del Decreto 1988/1966, de 30 de junio, por el que se aprobaba la revisión y adaptación al Plan Sur del Plan General de Ordenación de Valencia y su Comarca (BOE 27.7.1966).
PGOU 1966 Valencia
Menos de 10 años bastaron para que el Plan General aprobado en junio de 1966 a consecuencia de la Adaptación a la Solución Sur agotara su modelo. A finales de 1974, el propio Presidente de la Comisión Ejecutiva, el Alcalde de Valencia Miguel Ramón Izquierdo firmó una contundente propuesta que se elevó por escrito al Ministerio de la Vivienda:
“El Plan General de la Comarca de Valencia, aprobado en 30.6.1966, tuvo por objeto la adaptación al “Plan Sur” del Plan General que venía rigiendo desde 1946. Su estructura básica y previsiones para el desarrollo de la zona, si ya entonces eran anacrónicas, actualmente son francamente inaceptables. Teniendo en cuenta la profunda transformación socio-económica experimentada por Valencia y su entorno en estos diez últimos años y la que se prevé a un plazo mucho menor. Hallándose en estudio para su futura implantación un sistema de transporte integral en Valencia y su comarca, con la trascendente influencia que en su desarrollo urbanístico tiene que representar tan esencial medio del vivir colectivo. Y previo el cumplimiento de cuanto establece la Ley del Suelo y Ordenación Urbana, en su artículo 37. El que suscribe, Presidente de la Comisión Ejecutiva de la Corporación Administrativa “Gran Valencia”, propone a V.E. la adopción del siguiente acuerdo: Que por los Servicios Técnicos, Jurídicos y Administrativos de la Corporación Administrativa “Gran Valencia”, con la colaboración de los Municipios que la integran, en especial el de su capital, y la Dirección General de Urbanismo, se proceda al estudio de la revisión del Plan General de la Comarca de Valencia. “
El nuevo enfoque “desarrollista” propició un planeamiento comarcal que pasó de ordenar 6.800 a 13.240 ha (un aumento de casi un 95% con respecto al Plan de 1946), con una previsión de 40 años vista y un fortísimo incremento de suelo industrial y residencial, cifrado en unas 3.700 y 2.800 ha, respectivamente (un 75% y un 170% más que el suelo así calificado en el anterior Plan).
El viejo cauce, de autopista a jardín
La desviación del cauce del Turia supuso la liberación de las 110 ha por las que el lecho del río atravesaba Valencia. Desde le gestación del Plan Sur han sido varios los usos que se le ha querido dar: desde plataforma de comunicación que acogiera vías férreas y autopistas hasta el de jardín, que acabó imponiéndose por la presión ciudadana de principios de los 70′ apoyada desde LAS PROVINCIAS.
Adolfo Rincón de Arellano, alcalde de Valencia entre 1958 y 1969, manifestó en reiteradas ocasiones la conveniencia de ubicar en el viejo cauce las comunicaciones ferroviarias y por autopista entre Valencia-Madrid. Ello permitiría eliminar los 263 pasos a nivel que constreñían Valencia con un auténtico cinturón de hierro.
Esta opción se impuso en 1971, cuando al reformarse el PGOU de Valencia para adaptarse al Plan Sur y a instancias del Ministerio de Obras Públicas (el viejo cauce era propiedad estatal en esos momentos), se proyectó que el cauce fuera ocupado por una autopista de 28 m de ancho y todas las conexiones para distribuir el tráfico por la ciudad. Dicha autopista sería el final del la autopista de Madrid a Valencia, que llegaría así hasta el mar.
A lo largo de los 2 siguientes años se produjo una gran campaña de protesta contra esta solución, “El llit del riu es nostre i lo volem verd”, exigiendo que el cauce se convirtiera en una zona verde de la ciudad. El Rey Juan Carlos supo captar la sensibilidad de la ciudadanía y en 1976, en su primer viaje oficial a Valencia como Rey, cedió el lecho del Turia a su paso por Valencia a la ciudad.
Es en 1979 cuando el ayuntamiento aprueba definitivamente que los terrenos del cauce del Turia se conviertan en zona verde y parque público. En 1981 el Ayuntamiento firma el contrato con Ricardo Bofill por valor de 12 millones de pesetas por el cual se desarrollaría el plan urbanístico del viejo cauce. El proyecto fue presentado en 1982 y su realización se ha alargado hasta la actualidad, quedando pendiente la conexión del ahora llamado Jardín del Turia con el puerto y el mar.
A la muerte del general Franco en 1975 se inició el proceso de transición democrática. La aprobación de la Constitución Española de 1978, el Estado de las Autonomías en ella contemplada y la transferencia de competencias a la Comunidad Valenciana, constituyen hitos importantes de nuestra historia reciente. No obstante, este proceso se vio amenazado con la intentona golpista del capitán general Milans del Bosch, polarizada en Valencia, que tuvo lugar el 23.2.1981. La democracia propició la recuperación de la lengua y la cultura valenciana, aunque no se pudo evitar cierta crispación social en torno a los símbolos. En las dos últimas décadas Valencia ha experimentado una brillante transformación. Proyectos emblemáticos, como el Jardín del Turia, el IVAM, el Palau de la Música o el de Congresos, el metro, la Ciudad de las Artes y de las Ciencias y el Parque de Cabecera han identificado a los valencianos con su ciudad y están atrayendo cada día más turismo. Pero, junto a ellos, son las infraestructuras y los servicios –Feria Valencia, Puerto, Aeropuerto- y los equipamientos públicos de calidad los que convierten.
1966 Red Arterial de Valencia
La construcción del nuevo cauce estaba adquiriendo unas dimensiones hasta el momento no igualadas en la obra civil, con la diferencia fundamental con respecto a la red arterial de que éste sí recibió una financiación adecuada, y año tras año se iba convirtiendo en una realidad. Así, en julio de 1968 se estableció incluso un Plan de Aceleración sobre las condiciones fijadas en la Ley del Plan Sur, lo que permitió que –tras una inversión total de 5.000 millones de pesetas– el cauce pudiera entrar en servicio el 22.12.1969, y el resto de trabajos previstos (puentes, carreteras, etc.) en junio de 1972.
Con el nuevo Plan General de Ordenación Urbana aprobado desde junio de 1966, la Oficina Técnica metropolitana –según encargo del Consejo General de Gran Valencia– formuló una propuesta de clasificación de los planes parciales (aprobados y en tramitación) con el fin de abordar su adaptación al Plan o su nueva redacción. La Comisión Ejecutiva ratificó la distribución de los trabajos pendientes, según la cual los arquitectos de Gran Valencia redactarían los planes parciales del sector suroeste de la capital, precisamente la zona que ellos mismos habían ordenado veinte años antes. Se impuso la condición de recibir el visto bueno por parte del Arquitecto Mayor de Valencia, Julio Bellot Senent, pues dichos planes habrían de ser asumidos por el Ayuntamiento. Es decir, se despojó a la Oficina Técnica metropolitana de la autonomía de que gozaba hasta el momento para elaborar el planeamiento parcial, convirtiéndola por primera vez en un simple apéndice de la oficina municipal. Los proyectos ya no llevarían el sello de la Corporación Administrativa, ni serían enviados formalmente desde Gran Valencia al Ayuntamiento de Valencia, con lo que, en la práctica, los arquitectos metropolitanos pasaron a ser técnicos municipales.
De 1968 a 1974, Gran Valencia tramitó la aprobación definitiva a 33 planes parciales de desarrollo correspondientes al término de la capital (algunos de carácter especial, que reformaban el centro histórico), y 11 relativos a los poblados periféricos. Incluso se abordó una modificación al Plan General con objeto de legalizar el polígono industrial que Chirivella había permitido sobre suelo agrícola. En ese período se completó, además, el anillo viario de Tránsitos, con sus túneles y viaductos, se construyeron las vías junto al nuevo cauce, la prolongación de Fernando el Católico (con doble carril por sentido hasta Burjasot), el enlace Sur y la autopista a El Saler, así como el desdoblamiento de los accesos de Madrid y Barcelona.
1974 Informe PREVASA
Promociones Económicas Valencianas (PREVASA) ya había elaborado una serie de estudios durante los años previos: el Estudio General sobre Inversiones en la Economía Valenciana, redactado en 1967 con el fin de analizar al trienio del II Plan de Desarrollo (1968-1971), o el Estudio sobre Comunicaciones del Área Económica Provincial Valenciana, dan muestra de ello, a la vez que indican cuáles eran las preocupaciones de la mente promotora. La economía local y los factores que la potenciaban (transporte, inversiones, etc.) se convirtieron en los valores primarios ante los cuales todo lo demás –territorio, urbanismo, paisaje– debía ceder el paso. Recibió el encargo privado de parte de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia, uno de los indudables protagonistas financieros de este período de desarrollo desaforado, de realizar el Informe Comunicaciones del Área Metropolitana, tomo IV (denominado Información urbanística).
El análisis sobre el desarrollo urbanístico del Área Metropolitana de Valencia se dividió en 3 anillos concéntricos: uno primero constituido por la ciudad central, con un radio medio de 5 km; otro extensible hasta los 10 ó 12 km (en 1946 se había previsto un radio de 10 km como criterio delimitador de la Gran Valencia) que recogía las zonas de fuerte crecimiento; y un tercero de límite impreciso entre los 15 y 20 km con los núcleos urbanos con cierta autonomía con respecto a la metrópoli. Se justificaba el amplio dimensionamiento que el planeamiento daba a las necesidades de suelo por el necesario coeficiente mayorativo que la prognosis exigía, para que el propio plan no sea el determinante de la especulación del suelo. Así lo había establecido la estrategia urbanística ministerial, para quien era preciso disponer de un libre y amplio mercado de solares y que éstos pudieran estar antes urbanizados que edificados.
El informe PREVASA constató también los puntos negros a los que se había llegado tras aprobarse un tercio de los planes parciales previstos (los otros 2/3 se encontraban en fase de revisión o en tramitación). En primer lugar, la elevada compacidad de la ciudad central, que con un 67 % de la población del Área, arrojaba en 1974 una densidad media de 90 hab/Ha, que se elevaba a una cifra entre 300 y 400 hab/Ha en el caso de los planes parciales aprobados. El equipo resaltó la ausencia casi total de zonas verdes en Valencia, que sólo habían experimentado puntuales arreglos y limpiezas en los últimos 50 años. Para el 2º anillo (correspondiente con la Corporación Administrativa) se echaba de menos que no existiera ni una sola Mancomunidad de Servicios, a la vez que se señalaba que la labor coordinadora de planeamiento de Gran Valencia era, en algunos casos, soslayada impunemente por los municipios. La población alcanzaba los 300.000 habitantes (el 50 % de la ciudad de Valencia), y la densidad los 1.000 hab/km2, que venía a ser la décima parte de la del 1º anillo, debido a las amplias zonas rústicas intercaladas y la fuerte residencia de temporada. El estado de urbanización era, en general, muy deficiente (con muchas obras de alcantarillado y pavimentación pendientes), estando varios planeamientos parciales pendientes todavía de redactar.
La Ley 52/1961, de 21 de julio, por la que se autorizaba a la Gerencia de Urbanización a actuar al margen de la Ley del Suelo y de otras normas urbanísticas, el Decreto de 26.1.1963 del Ministerio de Industria, que autorizaba la libre instalación de industrias en todo el territorio nacional, o la Ley del 28 de diciembre del mismo año, por la que el Ministerio de Información y Turismo se veía facultado para aprobar las urbanizaciones turísticas al margen del planeamiento urbanístico, fueron sólo algunas de las nuevas disposiciones legales que –sobre todo en el ámbito industrial– incidieron de manera muy negativa en el equilibrio del territorio. A pesar de las declaraciones de intenciones iniciales, no se llegó a dar ningún entendimiento efectivo entre el Plan de Desarrollo y la planificación urbanística. El propio Emilio Larrodera, que en aquellos años ocupó el cargo de Director General de Urbanismo (1971-1976), había dejado constancia del desbordamiento a que se habían visto sometidos los planes metropolitanos españoles, al afirmar que si el Planeamiento, y de una forma acusada en su nivel municipal, ha tenido una evidente actuación en los últimos veinte años, la gestión urbanística no ha tenido un impulso paralelo, y de manera manifiesta la gestión coherente con el Planeamiento. Las causas múltiples, y no siempre achacables a defectos de los Planes, sino fundamentalmente a la inobservancia de los mismos tanto por la gestión privada como por la pública, consecuencia de una falta de fe tanto en el Planeamiento como en la disciplina urbanística. En cualquier caso, era necesario repensar el modelo de una adecuada oficina de planificación regional para afrontar unos planeamientos flexibles, abiertos y evolutivos, de todo punto imposible con los medios y organización de entonces. Los urbanistas de PREVASA no podían, pues, ser más claros con respecto a la Corporación Administrativa Gran Valencia: las opciones pasaban por refundarse o desaparecer.
1987 PGOU Valencia
La adaptación-revisión incoada a finales de 1974 todavía se encontraba en una fase embrionaria. El Estudio Integral de Transporte, en marcha desde 1973 por iniciativa del Ministerio de Obras Públicas, abarcaba en su análisis más allá del ámbito de Gran Valencia, pero no se tenía claro que la revisión del Plan General pasase por la ampliación de la Corporación Administrativa a nuevos municipios. Ni siquiera la denominación oficial de Área Metropolitana, o la transformación de la Gran Valencia en el ente metropolitano que la reciente Ley de Bases de Régimen Local dejaba entrever, se contemplaban como una realidad cercana.
La Ley 19/1975, de 2 de mayo, de reforma de la Ley sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana, contempló la posibilidad de contar con nuevos instrumentos de planificación supramunicipal, los Planes Directores Territoriales de Coordinación (PDTC). Se pretendía que fueran los encargados de coordinar a las distintas administraciones con incidencia territorial, para lo cual se reservaba al Consejo de Ministros la competencia de su aprobación definitiva. Sin embargo, los Ayuntamientos, Diputaciones o Corporaciones como Gran Valencia podían instar también a su redacción.
El 22.2.1977, el Gobierno de la nación hizo público su programa de actuación económica, que, entre otros aspectos, impulsaba la elaboración de un Plan Nacional de Urbanismo, y la formación de planes directores territoriales. El propio Ministerio de la Vivienda promovió el inicio de los primeros planes desde un enfoque regional, incoando la ordenación de Andalucía, Aragón, Asturias y Galicia. El Plan Director Territorial de Coordinación, que era la figura inicialmente prevista desde comienzos de 1975, había sido encargado finalmente en 1977, de manera conjunta por la Corporación Administrativa Gran Valencia, la Diputación de Valencia y el Ayuntamiento de la capital, a un equipo independiente (la consultora EYSER). Esta concurrencia de entidades vino exigida, sobre todo, por el nuevo ámbito comarcal requerido, que superaba con creces el de la entidad metropolitana (mucho mayor incluso que el de las posteriores Normas de Coordinación), alcanzando municipios como el de Cullera al Sur o Sagunto al Norte: el PDTC de Valencia estaba llamado a ser el estudio de carácter integral de mayor relevancia de todos los que se habían acometido en aquellos años.
La Adaptación-Revisión, pues, cuyos trabajos se habían pospuesto a la espera de los diferentes análisis regionales en curso, recibió el definitivo impulso el 29.9.1979. El encargo completo –Adaptación del Plan General, posterior Revisión completa tras la remodelación de Gran Valencia, etc.– tenía una dimensión enorme, que superaba ampliamente los medios de la Oficina Técnica. Tras recibir del Consell el 8.11.1979 la autorización para acometer los trabajos, y ante la falta de recursos propios, se decidió contar con una asistencia técnica externa. Acto seguido se inició el expediente de contratación de los trabajos complementarios a la Información urbanística previa a la Adaptación-Revisión del Plan General de Valencia y su Comarca, al que se presentaron 4 proyectos candidatos, correspondientes a los licitadores EYSER, Luis Rodríguez-Avial Llardent, PRODEIN y Manuel Gallego Frontera.
En una decisión sin precedentes en la larga historia metropolitana de Valencia, se decidió que fuera cada ayuntamiento el que abordara la revisión de su propio planeamiento, limitado lógicamente a su término municipal. Los criterios políticos y sobre todo, los prácticos pesaron más que las razones técnicas: ante la situación de bloqueo administrativo a la que se llegó, se optó por buscar una vía alternativa para la viabilidad urbana de la comarca. La falta de recursos que asfixiaba a la Corporación Administrativa (una situación que las mismas autoridades del Gobierno central no quisieron nunca corregir) sirvió de coartada para certificar la defunción de facto de la Gran Valencia. Las actas del Consejo General de Gran Valencia recogen que, en sesión de 4.10.1982, se tomó el acuerdo de detener la totalidad de los trabajos que estaba realizando la Oficina Técnica, incluidos los que se cubrían mediante asistencia técnica. El criterio político latente durante los años precedentes se concretó al fin en la decisión de que fueran las propias corporaciones locales quienes abordaran la eventual revisión del planeamiento de su territorio. Los ayuntamientos –de signos muy variados– venían reclamando desde las elecciones de abril de 1979 ejercer de manera autónoma sus atribuciones urbanísticas. Aunque algunos abogaran por el refuerzo democrático de la entidad metropolitana, lo cierto es que la mayoría miraba a Gran Valencia como una estructura impuesta a la que no estaban dispuestas a someterse (ahora ya de una manera definitiva).
El Ayuntamiento de la capital pudo al fin afrontar el 1º Plan de Ordenación Urbana en solitario de su historia. Una tarea que se abordó desde la Corporación Municipal con renovada ilusión, a pesar de que la ciudad había colmatado gran parte de su término, y precisaba de una urgente coordinación con los municipios vecinos. La dificultad mayor, no obstante, estribaba en la falta de personal y de información urbanística previa (esta última en poder de la Oficina Técnica de Gran Valencia), circunstancia que se resolvió poco después, como se verá, por la vía de la adscripción de recursos.
En cambio, como contrapartida, o quizá para dotar de contenido a una corporación todavía no extinta, en la misma sesión referida del Consejo General de la Gran Valencia (4.10.1982) se acordó también –a propuesta del Arquitecto Jefe– que la Oficina Técnica realizase trabajos preparatorios para la elaboración de dos documentos de verdadero alcance metropolitano e independientes de la Adaptación-Revisión del Plan: el Plan Especial de protección de la huerta y de parque público suburbano compatible con usos agrarios privados y el Plan Especial de Parque Lineal Metropolitano del Turia.
En 1987, las Cortes Valencianas aprobaron la Ley que derogaba la entidad de Gran Valencia, suspendiendo el Plan de Valencia y su comarca de 1966 y los municipios recuperaban las competencias urbanísticas sobre su territorio municipal. Al mismo tiempo se creaba el Consell Metropolità de L’Horta (C.M.H.) incorporando a este los 44 municipios de la comarca de L’Horta, encargándose la Dirección General de Urbanismo de la Conselleria de Obras Públicas de la redacción de las “Normas de Coordinación Metropolitana”, normas que finalmente se entregaron en 1988.
Estas normas dividían al área en 5 grandes áreas de estudio con una previsiones de población situados entorno a las 750.000 personas para Valencia hasta el año 2006 y en torno a 1.340.000 para el conjunto de los 44 municipios.
Las mismas Normas de Coordinación, como su propio nombre indica, se limitan voluntariamente a coordinar políticas sectoriales con los planes municipales, con lo que se renuncia a proponer una estructura metropolitana propia, reconociendose sin más, el modelo territorio espontáneo (?) que se caracteriza por la existencia de 5 zonas.
Estas 5 zonas eran claramente identificables por su especialización funcional, por la desvinculación de la zona norte de la comarca del proceso general de urbanización, por una alta concentración de la oferta de suelo para primera residencia en la ciudad de Valencia, de 2ª residencia en la zona NO y O, usos idustriales al O y zona S y finalmente la constatación de los desequilibrios territoriales motivados por la segregación de actividades.
En dichas Normas de Coordinación el sistema viario propuesto no introduce muchas novedades respecto a planes anteriores aunque finaliza muchas de las propuestas ya diseñadas o establece conexiones de accesos entre sí. Por ejemplo los accesos a Valencia se mantienen en 5, ya diseñados en el Plan de 1966, programándose sólo uno nuevo desde el O que es la conexión del by-pass por el S hasta el nudo de conexión entre las vías laterales del Nuevo Cauce y el 3º cinturón.
Se propone igualmente la realización definitiva del 4º cinturón para conectar la corona externa de la comarca, por fuera de los núcleos urbanos y para facilitar la accesibilidad hacia y desde los polígonos industriales.
Se propone la terminación de la circunvalación de Valencia de la autopista del Mediterráneo, conectando así Puçol con Silla y que era una deuda que tenía la empresa concesionaria de dicha Autopista con la administración. Esta circunvalación que ya estaba proyectada en la década de los sesenta tenía que haberse terminado en los años setenta para conectar los tres recorridos nacionales hacia Barcelona, Madrid y Alicante, pero dado que ese tramo no era de peaje y no reportaba beneficios a la empresa concesionaria, la obra fue aplazándose de facto e incluso hubo intentos para evitar la obligación. Lógicamente cuando se construyó era insuficiente para abosorber el tráfico existente.
El sistema ferroviario adquiere una nueva dimensión al realizarse mejoras sustanciales, con fuertes inversiones sobre todo dirigidas a los ferrocarriles de vía estrecha, el viejo “trenet”, actual Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) con lo que se pretende convertirlos en el soporte fundamental del transporte comarcal/metropolitano de viajeros. Estas actuaciones van dirigidas a enterramiento por el interior de la ciudad de Valencia, su tranviarización en determinados tramos y la unión de las líneas de norte con la de sur, para convertirlos en el “metro”, del cual ya existen varias de las líneas propuestas y se sigue invirtiendo en esta obra con el diseño de nuevas líneas, como por ejemplo la previsión recogida en el Plan de 1988 que proyecta completar la red de metro con la prolongación de la línea de Rafelbunyol y del Grao, hasta enlazarla con la nueva línea de la Plaza de España mediante un subterráneo por la avenida que rodea al centro histórico de la ciudad.
El Plan General de Ordenación Urbana de Valencia se empieza a considerar nada más se constituye el Ayuntamiento democrático salido de las elecciones de 1979 que da la mayoría a socialistas y comunistas, los cuales forman el equipo de gobierno municipal. En la primera etapa, hasta 1982, con un gobierno de UCD las relaciones son tensas y los avances en la gestión municipal escasos, bloqueándose casi todos los Planes de Actuación Urbanística elaborados por el Ayuntamiento. Esta situación se suma al hecho de que el Plan General de 1966 seguía en vigor y la Corporación del Gran Valencia seguía siendo el encargado de la titularidad del Plan, pero el Ayuntamiento decide adoptar la política de hechos consumados aún siendo consciente de las posibles ilegalidades que pudiera cometer y mediante diferentes Planes Especiales de Reforma Interior, lo que se manifiesta en una ausencia de visión global en la actuación municipal de estos años, en los que se buscó reducir la densidad en aquellos barrios donde era más urgente y en la mejora de dotación de escuelas y sanatorios en los huecos existentes. Un problema serio en esta época es la imposibilidad de tocar los planes de infraestructuras básicas contempladas en el Plan de 1966, lo que introducía una fuerte restricción a la gestión municipal.
Los principales PERI que el Ayuntamiento democrático pone en marcha (a pesar de los problemas surgidos con los cambios en la Alcaldía) fueron sobre los Planes Parciales 12, 23, 25, la configuración del Centro Histórico mediante cinco PERIs así como los grandes Planes Especiales del viejo cauce del río Turia y del Parque Natural del Saler.
La 2ª etapa en la gestión municipal se inicia con la aprobación del Estatuto de Autonomía y las primeras elecciones autonómicas y segundas municipales que le dan mayoría absoluta al PSOE en ambas instituciones. Resumidamente los hechos más significativos que explican la elaboración del PGOU y su aprobación en 1987 fueron la disolución de la Corporación Gran Valencia (Ley 5/86), la elaboración en 1984 de un plan con 16 objetivos que recoge la filosofía básica del futuro Plan, la creación del Consell Metropolità de L’Horta (Ley 12/1986 y su desarrollo en el Decreto 65/88), la elaboración en 1985 del Avance del PGOU y la creación de la Oficina Municipal del Plan al que por cierto, pasan muchos de los técnicos que trabajaron hasta su disolución en el Gran Valencia y finalmente la aprobación inicial en febrero de 1987 del Plan General de Ordenación Urbana.
Puncel Chornet, Alfonso. Valencia: opciones, desorden y modernidad, o la ciudad que se devora a sí misma. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] Nº 47, 1.9.1999.
2014 PGOU Valencia
El vigente Plan General de Ordenación Urbana de Valencia (PGOU) fue aprobado definitivamente por Resolución del Conseller de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes el 28.12.1988 (BOE y BOP 14.1.1989; DOGV 16.1.1989); Resolución de 28.9.1990 sobre subsanación de deficiencias (DOGV 29.10.1990) y Resolución de 22.12.1.992 (DOGV 3.5.1993) sobre expediente de corrección de errores y texto refundido de documentos del PGOU.
La entrada en vigor de Ley 16/2005 de 30 de diciembre, de la Generalitat, Urbanística Valenciana (LUV), tras haber superado la fase de Concierto Previo, y la aprobación de su Reglamento, seis meses después, así como la entrada en vigor de la Ley 8/2007, de 28 de mayo, de Suelo, ha supuesto una inflexión en el proceso seguido hasta ese momento como consecuencia de las nuevas exigencias legales, tanto reglamentarias como procedimentales que se derivan del nuevo marco legislativo, de suerte que el documento inicialmente concebido como una “Homologación”, ha pasado a denominarse Revisión Simplificada del Plan General.
El 24.9.2010, el Ayuntamiento Pleno acordó someter a información pública el proyecto de Revisión Simplificada del Plan General de Ordenación Urbana de Valencia, junto con la Memoria Ambiental, el Estudio del Paisaje, el Catálogo Estructural de Bienes y Espacios Protegidos y demás documentación complementaria, por el plazo de 2 meses contados a partir de su publicación. El acuerdo fue objeto de publicación en el Diario Oficial de la Comunidad Valenciana y en el diario Las Provincias el 1.10.2010, y la nueva propuesta de Revisión Simplificada del Plan General elaborada por la Dirección General de Ordenación Urbanística en diciembre de 2014.
El término municipal de Valencia se caracteriza por su composición como un mosaico en el territorio, con la presencia de un importante núcleo que ocupa gran parte de éste, las zonas residenciales de la periferia, los núcleos rurales de la marjal y la huerta y el Parque natural de la Albufera, que llega hasta al Mediterráneo.
La estructura del municipio de Valencia, queda fuertemente marcada por la presencia de la estación y la línea de ferrocarril, que divide parte de la ciudad de norte a sur, y principalmente por el río Turia, tanto porsu antiguo cauce, actualmente ocupado por un extenso parque lineal con importantes equipamientos, que divide a la ciudad de O a E, como por su nuevo trazado, coincidente con el de la carretera de ronda V‐30. Esta ronda, que no llega a cerrarse, tiene un trazado paralelo al Bulevar Sur (y su continuación en avenida de las Tres Cruces y del Pianista Martínez), que ejerce a su vez de primera ronda, porque aun sintener un cierre claro parece tener cierta continuidad con la avenida del Doctor Peset Aleixandre y la avenida del Primado Roig. En paralelo a estas avenidas cerrando la ciudad al norte, se encuentran elBulevar Periférico y la avenida de los Hermanos Machado que llegan a conectar con la mencionada V‐30 por la avenida de Juan XXIII. Ambas rondas recogen las distintas vías que de forma radial se extienden por la Huerta Valenciana comunicando la ciudad con la periferia, que a su vez fragmentan este territorio natural en el que aun tiene una fuerte presencia la agricultura. Además de esta situación, la Huerta Valenciana se ha visto a lo largo de estos años sometida a una fuerte presión urbanística consecuencia del importante desarrollo de la ciudad en estos años y de su situación estratégica entre el centro urbano y la periferia.
La ciudad se estructura en torno a un núcleo medieval asentado originariamente junto al río Turia a varioskilómetros de la costa. Antiguamente, entre ésta y el núcleo se localizaban los campos de cultivo que abastecían a la ciudad, que más adelante fueron objeto de desarrollo. A continuación del núcleo histórico,se distingue hacia el S la primera zona de ensanche. Durante el siglo XIX la ciudad creció de forma notable, orientando principalmente su crecimiento hacia el S, por la barrera que representaba el río y sus numerosos puentes y por la atracción de la estación de tren principal que unía industrias y barrios obreros. Así, el ensanche de dicho siglo, se desarrolló en 3 partes que tienen como eje de simetría lasvías del ferrocarril. La zona SE, situada entre la línea de ferrocarril y el Turia, se corresponde con un típico ensanche burgués; mientras que la situada al SO responde a un desarrollo de viviendas orientado a rentas más bajas formado posteriormente. Más allá de este primer ensanche se extiende un continuo urbano de trama reticular en el que se encuentran hasta 7 antiguos asentamientos, con su trazado característico en la mayoría de los casos, que a partir de los años 50′, se desarrollaron como ciudades dormitorio, al margen de la economía agraria. La zona N y E, desarrolladas posteriormente, partieron de un intento por completar el círculo con centro en la trama medieval. El desarrollo de la ciudad hacia el E se apoya en la Avenida del Puerto, tradicional camino de unión entre el Grao, la zona del puerto, y el Cabañal, tradicional pueblo de pescadores y uno de los primeros asentamientos absorbidos por la ciudad, mencionados anteriormente. Al sur de éste, se sitúa el gran puerto deportivo de la ciudad, que tiene su continuación en una importantezona logística, Z.A.L. (Zona de Actividades Logísticas).
1982 LA PANTANADA El 20.10.1982 tuvo lugar una gran riada del Júcar que inundó la Ribera Alta y la Ribera Baja. Se conoce como la Pantanada, porque la gran cantidad de agua que llevaba el río provocó la rotura de la presa de Tous.
Las riadas del Júcar están documentadas desde tiempos inmemoriales, aunque las circunstancias que se dieron en esta ocasión, fueron excepcionales. Se produjo un fenómeno meteorológico extraordinario que provocó que, en algunos puntos de la cuenca del Júcar, se llegaran a recoger más de 1.000 litros de agua de lluvia en 15 horas. De hecho, desde que se disponía de imágenes de satélite, era la primera vez que en Europa se detectaba un complejo de este tipo.
El día 19 empezó a caer muchísima agua. Las gentes de la zona, conocedoras de las crecidas habituales del Júcar, comenzaron a percibir el peligro. A primera hora de la mañana las aguas del Sellent se desbordan. El alcalde de Gavarda ordena la evacuación del pueblo, poco después. En Alzira se desalojan los colegios. Las noticias son confusas y el caos se apodera de la zona. Carcaixent no aparece en las noticias, entre las poblaciones afectadas. Finalmente se advierte a la población que evacúe la zona y que se refugie en las zonas altas.
Durante la mañana del día 20 la presa de Tous ya estaba al máximo de su capacidad. La instalación no estaba preparada para tanta cantidad de agua. Las autoridades determinan que se abran las compuertas de la presa, para tratar de evitar que colapse. Se hace lo imposible para conseguir abrirlas durante todo el día, pero finalmente, a las 19:15, ya de noche se desploma la presa de Tous y provoca una avenida de agua que arrasa la comarca. 120 millones de m3 de agua invadieron toda la cuenca del Júcar, desde Tous hasta Cullera. En las poblaciones más próximas a la presa, el agua llegó a los ocho metros de altura y la mayor parte de las casas acabaron con graves deficiencias estructurales provocadas por la violencia y la fuerza del agua. La noche fue muy larga. Al día siguiente, el agua permanecía estancada en toda la zona y se pudo observar la magnitud de la tragedia.
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En el Informe “Análisis Urbanístico de Barrios Vulnerables 1996. Catálogo de Áreas Vulnerables Españolas”. Ministerio de Fomento‐Instituto Juan de Herrera. ETSAM-UPM, ‐ HERNÁNDEZ AJA, Agustín (director) (1996), se identifican en 1991 los barrios vulnerables de 1.- Cabanyal (tradicionalmente Valencia ha crecido alejada de la línea de costa, siendo el Cabañal un núcleo semiautónomo, crecido al amparo de las actividades ligadas al mar: pesca, astillero, comercio, etc. y que crece como continuación natural del Grao. En las primeras líneas de playa, junto a la antigua vía de ferrocarril que salía del puerto (actual tranvía), se han localizado asentamientos marcadamente marginales, tanto de infravivienda autoconstruida (El Clot del Cabañal) como de vivienda pública (Grupo Ruiz Jarabo, dedicado a trabajadores portuarios); el área está formada por viviendas de alturas diversas, (de 2 a 5 plantas), situadas sobre una estructura viaria, sensiblemente ortogonal y paralela en su desarrollo al borde marítimo. El grupo Ruiz Jarabo está formado por 230 viviendas; edificado en 7 plantas presentando una disposición en peine donde la célula básica modular, de proporciones casi cuadradas, se sitúa alternativamente a lo largo del eje marcado por los núcleos de acceso vertical. Este grupo aparece como una unidad claramente diferenciada dentro de un paisaje desordenado, donde no falta la presencia de infravivienda chabolista); y 2.- Rovella (El área está situada al Sur en la extensión de la ciudad al Sureste de Ruzafa, entre la autopista del Saler y y la Avenida de Ausias March; el polígono se organiza en grandes manzanas que a su vez se subdividen por un viario de acceso a los bloques de vivienda, que se disponen retranqueándose entre sí para formar recintos. Los equipamientos se disponen en bandas perimetrales en cada una de las manzanas. Algunos de estos bloques tienen su zócalo ocupado por locales comerciales. En el polígono también existen edificios con uso terciario exclusivo) y otras zonas vulnerables además de las dos áreas desarrolladas dónde se han detectado índices desfavorecidos, en el Grupo Virgen de los Desamparados que fue planificado y construido por la Obra Sindical del Hogar y la Arquitectura en el periodo comprendido entre 1945 y 1962. (las obras comenzaron en 1957). Fue el primer intento después de la guerra, de desarrollo de la ciudad hacia el E, a lo largo de la carretera de Madrid, siendo el inicio de una operación cuya pretensión era acomodar a clases medias a lo alrgo de una avenida-escaparate de entrada en la ciudad. Esta pretensión convivía con la necesidad de alojamiento de las clases más modestas de la población por lo que ya en las primeras propuestas hay un cierto intento de convivencia entre distintos grupos sociales. Sin embargo, debido a que el alojamiento de las clases medias recaía sobre la promoción privada, poco dada invertir en espacios con escasa depuración social, para los cuales es difícil captar clientela, del primitivo proyecto sólo quedó el Grupo Virgen de los Desamparados, realizado desde la promoción pública).
En 2001, son los barrios vulnerables de 1.‐ Cabanyal/Canyamelar/Beteró; 2.‐ Tres Forques/Fontsanta; 3.‐ Rovella; 4.‐ Malilla; 5.‐ Carme/Mercat/Velluters; 6.‐ Orriols; 7.‐ Sant Antoni/Tormos/Morvedre y 8.‐ Patraix; además de las zonas de 1.‐ CAMÍ DE VERA (Zona situada en el distrito de Benimaclet compuesta por 3 secciones censales con valores de vulnerabilidad, por paro, carencias en la vivienda y población sin estudios, que no alcanza los 3.500 habitantes requeridos para ser considerada Barrio Vulnerable. El área tiene de gran identidad propia gracias a su que inicialmente formaba parte de la Huerta de Valencia. La zona se caracteriza por contar con mucha gente joven en parte por su cercana situación al campus de la UPV) y 2.‐ QUATRE CARRERES (Se trata de una zona de construcciones dispersas, propias de la huerta, situada entre la avenida de Actor Antonio Ferrandis y la V‐30. Esta zona, situada entre infraestrcuturas y caracterizada por la presencia de Merca-valencia, la estación de tren La Fuente de San Luis, y el ZAL (Zona de Actividad Logística), secaracteriza por su alto porcentaje de población sin estudios, aunque no se ha incluido como Barrio Vulnerable, por carecer de la continuidad, estructura y homogeneidad requeridas. Cabe mencionar dentro de ella el núcleo de población de Nazaret, situado entre al antiguo cauce del Turia, la Autopista Sur y el puerto, que en la entrevista con el técnico se destacó como muy vulnerable).
En 2006 son los barrios vulnerables de 1.- Torrefiel; 2.- Tres Forques/Fontsanta; 3.- Benicalap; 4.- Nou Moles; 5.- Trinitat-Benimaclet; 6.- Els Orriols; 7.- Sant Antoni/Tormos/Morvedre; 8.- Patraix; 9.- Creu del Grau; 10.- Roqueta; 11.- Russafa; 12.- Olivets/En Corts y 13.- Albors/Ayora/L’Amist; además de las zonas de 1- EL GRAU (Se detectan en la zona de El Grau, tres secciones con altos porcentajes de población inmigrante en torno a la avenida del Puerto. Esta zona caracterizada por sus calles estrechas y la combinación de edificios de edificios de hasta 5 plantas con taller vinculados a la zona del puerto) y 2- LA RAOISA (En el barrio de la Raiosa, al SO de la avenida Giorgeta César, se detectan 2 secciones censales con altos porcentajes de población inmigrante, aunque no se incluye en el catálogo por no llegar a 3.500 habitantes, población mínima para considerarse Barrio Vulnerable).
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Además Valencia tiene Grandes desarrollos residenciales pendientes de edificar que acumulan 2.295.837 m2 de edificabilidad residencial, prevista para 19.019 viviendas, quedando pendientes 7.778 viviendas, en sectores como BENIMACLET (250.582 m2 de suelo para 139.928 m2 de techo para 1.345 viviendas), o MALILLA NORTE (399.938 m2 de suelo para 353.146 m2 de techo para 2.313 viviendas), o en sectores urbanizados en proceso de edificación como LA TORRE (354.846 m2 de suelo para 287.200 m2 de techo para 2.615 viviendas, pendientes aun 2.212) o PATRAIX (553.549 m2 de suelo para 412.835 m2 de techo para 2.814 viviendas, pendientes 1.988 viviendas).
Grandes desarrollos residenciales en ejecución en Valencia y su entorno
La revitalización del Cabanyal (El Barrio deCabanyal-Canyamelar, pegado al frente marítimo, a la playa de la Malvarrosa, fue el mayor ejemplo de resistencia ciudadana al modelo de urbanismo especulativo programado por el PP durante 25 años, y está ahora a punto de convertirse en el ejemplo del cambio de paradigma, también urbanístico (en base a un nuevo PEPRI), del nuevo gobierno de izquierdas de la capital y en la Generalitat Valenciana, “…se acabó la destrucción, comienza la rehabilitación…”), la aprobación del plan de usos la dársena del puerto (a falta de terminar de desarrollar el plan de usos, el Consorcio creado junto a la Generalitat y el Gobierno central debe ingeniárselas para devolver el préstamo del Instituto de Crédito Oficial (ICO) de 430 millones de euros solicitado para financiar unas obras que el actual alcalde, Joan Ribó, ya ha insistido en que debe asumir el Ejecutivo central…), el desbloqueo de las soluciones ferroviarias del Parque Central (el soterramiento de toda la playa de vías que dan acceso a Valencia para construir una estación subterránea que debe sustituir a la provisional de Joaquín Sorolla y un gran jardín en superficie…), o las nuevas relaciones del Puerto de Valencia con Nazaret (el documento de Delimitación de Espacios y Usos Portuarios (DEUP) está en tramitación y definirá los usos tanto dentro del perímetro del puerto como en la frontera urbana de la ciudad, en especial con Natzaret, llevan meses negociando e intentando acercar posturas el puerto, que se ha comprometido a ceder suelo para el parque de desembocadura y el Govern de la Nau ha rebajado sus aspiraciones sobre la reversión de la ZAL y la ciudad. En la negociación entrará ahora también el acceso norte… y olvidarse del circuito de F1), son los temas abiertos en lo inmediato, porque más allá, está el cambio del modelo de ciudad, … y todo lo que trae consigo.
El nuevo gobierno local de Valencia ha iniciado el proceso de revisión pormenorizada del Plan General de Ordenación Urbana, que el anterior Ejecutivo local dejó sin aprobar antes de las pasadas elecciones locales de mayo. No habrá ocupaciones de huerta y se tendrá en cuenta no solo la capital sino también su área metropolitana.
El concejal ha calificado de “urgente” la necesidad de reformar los barrios, renovar el tejido urbano, diseñar nuevos espacios interiores e impulsar la rehabilitación de edificios y viviendas, todo ello después de un amplio proceso de participación pública.
En el anterior mandato, el Gobierno local, del PP, sometió a información pública la revisión del PGOU y el resultado fueron miles de alegaciones, concretamente más de 24.000. La oposición al documento fue mayoritaria.”Desde el primer momento pensamos que la revisión estaba mal planteada, tanto en la forma como en los objetivos; y era especialmente perjudicial en lo referente a la ocupación de nuevos sectores de la huerta”, ha recordado Sarrià.
Solo en nuevos sectores había más de 400 ha de huerta afectadas; a las que había que añadir otras 300 ha que iban a ser ocupadas por nuevas infraestructuras o contaban con autorización para usos terciarios encubiertos.
La Consejería de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio ha anunciado un Plan Territorial del Área Metropolitana, con el concurso del Ayuntamiento, “que incluye aspectos de importancia capital”, así como un plan Plan Territorial de la Huerta proteccionista.
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De lo heterogéneo de la ciudad de Valencia, un simple análisis de su parque edificado por distritos.
Pero también la necesidad de aprobar definitivamente el Plan de l’Horta, realizado y aparcado en la Comunidad Valenciana “sine die”, y mientras tanto la ciudad de Valencia y sus periferias, pierden día a día hectáreas lo más escaso y valioso de su territorio. El Plan de Acción Territorio de Protección de la Huerta de Valencia ya, por favor.
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Hoy Valencia tiene una población en su Area Urbana que supera el 1.619.000 personas en un área de 1.042 km2, una población que envejece ligeramente, con más del 13% de extranjeros, 630.000 hogares y un 14,3% de viviendas vacías.
La ciudad de Valencia, tiene hoy poco más de 785.000 habitantes y un parque residencial edificado próximo a las 405.000 viviendas, de las cuales más de 70.000 viviendas son anteriores a los 50′, datando de los 60′ más de 90.000 viviendas (el 22,4%), de los 70′ son más de 106.000 viviendas (el 26,5% del total), y Durante los 80′, 90′ y 00′ ha mantenido un ritmo continuó y vertiginosos de entre 42.000 y 46.000 viviendas por década. Entre 2010 y 2017 se han matriculado poco más de 16.000 viviendas, y es que la producción inmobiliaria en la ciudad de Valencia no digiere tanta vivienda nueva…
Cada mercado es local.
Cada municipio tiene su singularidad.
Cada municipio se retrata en su parque residencial.
…seguiremos analizando en próximas entregas los 250 municipios mayores de España
VALENCIA, según Catastro, a 1.1.2015 por tamaño y fecha. Estos gráficos representan el Parque Residencial de VALENCIA. Son los Bienes Inmuebles, de uso VIVIENDA, matriculados a 1.1.2015, clasificados por tamaño y fecha de inscripción.
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