#Estado de Hongos
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Sombras y hongos
Valle de Bravo, diciembre 2023
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#274 Taco de guiso de hongos setas con frijoles bayos cocidos.
ISIMA plantel Atlacomulco, Calle Lic Isidro Fabela Alfaro 52, colonia Centro, Atlacomulco de Fabela, Estado de México.
El Estado de México es uno de los principales productores y recolectores de hongos de invernadero y silvestres. El autoconsumo es muy importante durante la temporada, ya que alimentan a una gran parte de la población rural de la región. La manera principal de prepararlo son los guisos de cocción lenta en los que se aprovecha el sabor de cada hongo mezclado libremente con jitomate, cebolla, ajo, hierbas aromáticas como el epazote u orégano, y chiles verdes.
Esta versión es un ejemplo del consumo de hongos setas producidos en invernaderos en forma de guisos muy suculentos servidos en forma de tacos o como entrada de cualquier comida. Se acompañan de frijoles bayos cocidos lentamente, lo que refuerza el bocado, lo complementa y aumenta su impacto nutricional. La tortilla está hecha con maíz de la zona nixtamalizado y torteado artesanalmente.
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Psilocibina. ¿Es recomendable?
La psilocibina es un compuesto químico producido por alrededor de 200 especies de hongos del género psilocybe. Los hongos alucinógenos son muy utilizados para acceder a supuestas experiencias espirituales y místicas, en especial en México y en varios países de África, algunas zonas indígenas en Australia y Estados Unidos.
Lo que se experimenta a nivel psicológico está en función de las condiciones mentales y de las condiciones del entorno del individuo usuario, así como de sus condiciones de salud física y de si se le combina con otras sustancias. En general lo que produce la psilocina (psilocibina ya metabolizada por el cuerpo) es una alteración en la sensopercepción de todos los sentidos, tanto extereoceptivos (gusto, tacto, etc.) como propioceptivos (equilibrio, sensación de hambre, sed, sueño, etc.).
Afirmar que sea o no recomendable para el consumo humano con objetivos recreativos es subjetivo, ya que eso está en función de muy variados factores. Sin embargo también se le utiliza en un entorno médico y psicológico para el tratamiento de determinadas enfermedades como el cáncer, arterioesclerosis en todas sus variantes, y variadas enfermedades terminales, aunque sus efectos y utilidad real aún no están comprobados científicamente, aun así, la psilocibina es ampliamente utilizada con fines recreativos al igual que el peyote.
En un sentido estrictamente médico y psicológico, y en condiciones consideradas como normales o estándares, no es recomendable en absoluto ingerir psilocibina ni ninguna otra sustancia, ya que los efectos a largo plazo aún no son claros, si aún así se decide ingerirla, lo recomendable es hacerlo bajo supervisión médica y psicológica, y de ser posible, también con supervisión de chamanes versados en el tema.
Como sea que decidas, debes tomar en cuenta que no todas las drogas psicodélicas son para todos, deberás buscar la más adecuada para tu tipo de organismo, y también estar muy bien informado previamente acerca de lo que vas a hacer.
-Juan Manuel 💜
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EL ÚLTIMO PAN DE MI PADRE
Mi padre me dejó un pan para que me lo comiera cuando estuviera triste. El problema es que con la tristeza se pierde el apetito. Inclusive si lo comiera sin hambre, ¿qué me quedaría hacer cuando de nuevo me entristeciera? No tendría el mismo efecto si yo mismo llenara la panera. Mi padre ya no vive, ya no tengo quien me brinde un pan para mi pena. Es por ello que, ante todos los métodos que investigue para preservar este pan, rápidamente será devorado por el hongo. Pero tampoco puedo comerlo. Si tan solo mi padre viviera.
Mi pesar es más grande que al inicio, cuando papá me vio llorar estando quieto en la cocina. Su seriedad intrigante como siempre, sus silencios, sus movimientos precisos que me inmovilizaban para no interrumpir su fluir perfecto sin ruido. Me había sometido ante su cándida mirada; siempre fue un placer quedarme quieto ante su misteriosa existencia, pese al haber vivido toda mi vida con él. Ese día, por alguna extraña razón, en las mangas arremangadas de su camisa blanca de rayas delgadas rojas vi dos lágrimas. Mis ojos siempre me dijeron que eran los de mamá. Entendí hasta ese día que casi no lo conocía; se desfiguró mi rostro al comprender que en realidad no me conocía. La inundación en mis ojos azotaba lágrimas pesadas al querer preguntarle por mi madre, pero el poder de su sonrisa me contuvo. Ahora debo superar su muerte con este mismo pan que puede volverse piedra. El final para este delicioso pan es inevitable como la misma muerte; solo debo decidir si será a costa de mi boca o por la desintegración de la naturaleza. No debo sacarlo más de la panera porque la exposición a la temperatura ambiente lo volverá piedra, y de qué sirve un pan si pierde el propósito de ser saboreado mientras se come blando, en caso de arrepentirme y comerlo por tanta tristeza diaria que a duras penas me permite pensar y levantarme de su cama. Entumecido, respirando su aroma, duermo soñando que me llama; entre lágrimas despierto y busco el pan que me ofreció con su mano ligera. Intento recordar si en mi sueño mi padre me invita a comerlo, pero no lo recuerdo.
Hoy, finalmente tomaré la decisión; lleva días sin enmohecerse ni volverse piedra, así que, pese a todo, cualquier opción que tome, jamás conservaré el pan que me ofreció mi padre para aliviarme. Su repentina muerte al despertar le impidió despedirse de mí, ni decirme que fuera un buen hombre, que me quería y que fuera feliz. Creo que definitivamente no permitiré que el pan se vuelva piedra; eso representaría dejar morir la intención de mi padre por ayudarme. Mejor lo comeré. Pero imaginaría comerme su misma carne. Sin embargo, generaría un bello hábito de remembrar a mi padre cada vez que coma pan, y mis pesares deberán disiparse, pero me aterra el hecho de que lo parta por la mitad y una de esas mitades comerla mañana para poder prolongar su último recuerdo, y al hacerlo, se encuentre echado a perder. La verdad, no sé qué me pesará más, si el sueño amable y reconfortante que tenga al haberme comido la primera mitad, o el pavor de la segunda echada a perder. Ahora definitivamente no podría comerme todo el pan, así que sería un hecho que, al encontrarse en buen estado, una mitad me haría sonarlo tal y como era, y este sueño sería una epifanía; lo vería yo siendo un niño con un rehilete donde se refractaran colores enralecidos en ese día gris como todos los sueños. Estaría contento por ir tomado de su mano en algún recuerdo. Por otra parte, la mitad putrefacta que me coma mañana me llenará de miedo, porque seguro soñare a mi padre diciéndome que él sabía que muy pronto moriría.
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Les comparto esta Reflexión... La vida es simple, nosotros la complicamos. Bebe agua del manantial donde beben los caballos. El caballo nunca beberá agua en mal estado. Coloca tu cama donde duerme el gato. Come la fruta que haya sido tocada por un gusano. Siéntete libre de elegir el hongo sobre el que se posan los insectos. Planta el árbol donde cava el topo. Construye tu casa donde se sienta la serpiente para calentarse. Cava tu fuente donde los pájaros se esconden del calor. Duérmete y despierta al mismo tiempo que los pájaros: cosecharás todos los granos de oro del día. Come más verde: tendrás piernas fuertes y un corazón resistente, como los seres del bosque. Nada con frecuencia y te sentirás en la tierra como pez en el agua. Mire al cielo con la mayor frecuencia posible y sus pensamientos se volverán ligeros y claros. Cállate mucho, habla poco y el silencio vendrá a tu corazón y tu espíritu estará tranquilo y lleno de paz”. ~San Serafín de Sarov
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“bien, si vas a estar aquí, al menos dime —¿son venenosos?” entona cuando se percata de presencia de une tercere en cercanías del río, allí donde ella se encontraba sentada. a la vez, extiende diestra, en la cual descanzan un par de hongos que ha estado contemplando los últimos minutos. “se ven hermosos.”
#bueno dejo esta mediocridad porque borraron todos los starters#how dare u#como siempre cuento todoo
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Para D..., el viaje que no termina.
Este viaje que iniciamos, es un sendero sin mapas, un capítulo a medio escribir. Cada paso lleva el vértigo de las curvas que no vemos venir, y aun así, siento que algo nos protege, una fuerza sutil y sabia que nos guía. Tal vez sea el destino, o tal vez sea nuestra propia fe en este lazo, tan real, tan extraño. Entre tus manos, entre mis silencios, hay un eco de algo antiguo que pide ser escuchado.
Hay puertos que se cierran y ciudades que dejamos atrás. Caminamos entre lo que se desvanece y lo que apenas comienza, como si la vida misma se reescribiera con cada amanecer. Juntos sumamos, separados no somos más que mitades perdidas. Somos el caos de los antiguos dioses, el amor que arde y arrasa, y, aunque parezca que el mundo se desploma, siempre volvemos al punto en que comenzamos, como almas que se encuentran una y otra vez.
Quiero ser la mejor versión de mí para ti. Mi ofrenda será sincera: un altar de incienso, flores y copal, un pedestal hecho de lo más profundo de mi espíritu. Hagamos planes, ¿te imaginas? Una boda en Tepoztlán, entre montañas que nos guarden el secreto, rodeados de mariachis, hongos y mezcal, una fiesta desbordante de amor y de fuego.
Somos mitad y mitad, y juntos somos un todo que desafía al tiempo. Enfrentamos plagas y tormentas, peleamos contra lo invisible y lo desconocido, y aun así, el amanecer nos encuentra lado a lado. ¿Qué pruebas más debemos enfrentar antes de siquiera tomar el primer sorbo de café? Lo que venga, lo enfrentaremos.
Busqué bajo cada sombra, y allí estabas tú. No sabía qué buscaba, pero en todo te encontré. Eres como un alma de otro tiempo, una herencia de algo sagrado, un recuerdo ancestral que me recuerda que, aunque todo cambie, tú eres mi constante. Incluso los muertos se alzan y saludan al verte, como si en ti reconocieran la luz que siempre ha estado en mí.
Este viaje, D..., lo hago contigo.
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CARTA DE UN HOMBRE A LAS MUJERES.
Yo lo llamaría "La carta de un machirulo a las mujeres", no tiene desperdicio, disfrazado de frases para èl románticas y seductoras nos quiere colar una clase magistral de machista de manual, en la cual tiene que tener un cuerpo dentro de la normativa social, entre otras perlas, si el mozo no se la moja ni en la ducha, habla de las mujeres de 40 o 50 años, que en caso de sequía le viene bien...lo más jodido es que de esta 3scoria humana hay como hongos.
Queridas amigas:
Nos importa un carajo cuanto pesan.
Es fascinante tocar, abrazar y acariciar el cuerpo de una mujer.
Pesarla, no nos proporciona ningún efecto!!
No tenemos la menor idea de lo que es un talle..
No nos importa cuánto mide en centímetros.
Es una cuestión de proporción, no de medida.
No hay belleza más irresistible en la mujer que la feminidad y la dulzura. La elegancia y el buen trato, son equivalentes a mil Viagras.
El maquillaje se inventó para que las mujeres lo usen. Úsenlo!! para andar a cara lavada, estamos nosotros.
Las faldas se inventaron para que luzcan sus magníficas piernas. ¿Para qué carajo se las tapan con pantalones anchos? ¿Para que las confundan con nosotros?
Entendámoslo de una vez, traten de gustarnos a nosotros, no a ustedes, porque nunca van a tener una referencia objetiva de cuán lindas son de mujer a mujer. Ninguna mujer va a reconocer jamás delante de un tipo que otra mujer está linda.
Otra cosa para que tengan en cuenta...
Las jovencitas son lindas…
Pero las de 40 para arriba... también son irresistibles!!
El cuerpo cambia. Crece.
"Una mujer de 40 o de 50 años, a la que le entra la ropa de cuando tenía 20 o 25 años, o tiene problemas de desarrollo, o se está autodestruyendo".
Nos gustan las mujeres que saben manejar su vida con equilibrio y saben manejar su natural tendencia a la culpa.
Es decir:
- La que cuando hay que comer, come con ganas (la dieta vendrá en setiembre, no antes).
- La que cuando hay que hacer dieta, hace dieta con ganas (no se sabotea ni sufre).
- La que cuando hay que tener intimidad de pareja, la tiene con ganas; cuando hay que comprar algo que le gusta, lo compra; cuando hay que ahorrar, ahorra.
Algunas líneas en la cara, algunos puntos de sutura en el vientre, algunas marcas de estrías, no les quitan su belleza. Son heridas de guerra, testimonio de que han hecho algo con sus vidas, no han estado años en formol ni en un spa. ¡Han vivido!
RECUERDEN BIEN LO SIGUIENTE....
"El cuerpo de la mujer es la prueba de que Dios existe. Es el sagrado recinto donde nos gestaron a todos, donde nos alimentaron, nos acunaron, que nosotros sin querer las llenamos de estrías, y demás cosas que tuvieron que ocurrir para que estemos vivos".
Cuídenlo!! Cuídense!! Quiéranse!!
"La belleza es todo eso, Todo junto".
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Nadie puede dudar de que las cosas recaen. Un señor se enferma, y de golpe un miércoles recae. Un lápiz en la mesa recae seguido. Las mujeres, cómo recaen. Teóricamente a nada o a nadie se le ocurría recaer pero lo mismo está sujeto, sobre todo porque recae sin conciencia, recae como si nunca antes. Un jazmín, para dar un ejemplo perfumado. A esa blancura, ¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo?
El mero permanecer ya es recaída: el jazmín, entonces. Y no hablamos de las palabras, esas recayentes deplorables, ni de los buñuelos fríos, que son la recaída clavada. Contra lo que pasa se impone pacientemente la rehabilitación. En lo mas recaído hay siempre algo que pugna por rehabilitarse, en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda, en los poemas de Pérez, en Pérez.
Todo recayente tiene ya en si un rehabilitante pero el problema, para nosotros los que pensamos nuestra vida, es confuso y casi infinito. Un caracol segrega y una nube aspira; seguramente recaerán, pero una compensación ajena a ellos los rehabilita, los hace treparse poco a poco a lo mejor de sí mismos antes de la recaída inevitable. Pero nosotros, tía, ¿cómo haremos, cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído si por la mañana estamos tan bien, tan café con leche, y no podemos medir hasta dónde hemos recaído en el sueño o en la ducha? Y si sospechamos lo recayente de nuestro estado, ¿cómo nos rehabilitaremos?
Hay quienes recaen al llegar a la cima de una montaña, al terminar su obra maestra, al afeitarse sin un solo tajito; no toda recaída va de arriba a abajo, porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa cuando ya no se sabe dónde se está. Probablemente Ícaro creía tocar el cielo cuando se hundió en el mar epónico, y Dios te libre de una zambullida tan mal preparada.
Tía, ¿cómo nos rehabilitaremos? Hay quien ha sostenido que la rehabilitación sólo es posible alterándose, pero olvidó que toda recaída es una desalteración, una vuelta al barro de la culpa. En efecto somos lo más que somos porque nos alteramos, salimos del barro en busca de la felicidad y la conciencia y los pies limpios. Un recayente es entonces un desalterante, de donde se sigue que nadie se rehabilita sin alterarse. Pretender la rehabilitación alterándose es una triste redundancia: nuestra condición es la recaída y la desalteración, y a mi me parece que un recayente debería rehabilitarse de otra manera, que por lo demás ignoro. No solamente ignoro eso sino que jamás he sabido en qué momento mi tía o yo recaemos. ¿Cómo rehabilitarnos, entonces, si a lo mejor no hemos recaído todavía y la rehabilitación nos encuentra ya rehabilitados?
Tía, ¿no será ésa la respuesta, ahora que lo pienso?
Hagamos una cosa: usted se rehabilita y yo la observo.Varios días seguidos, digamos una rehabilitación continua, usted está todo el tiempo rehabilitándose y yo la observo. O al revés, si prefiere, pero a mi me gustaría que empezara usted, porque soy modesto y buen observador. De esa manera, si yo recaigo en los intervalos de mi rehabilitación, mientras que usted no le da tiempo a la recaída y se rehabilita como en un cine continuado, al cabo de poco nuestra diferencia será enorme, usted estará tan por encima que dará gusto.
Entonces, yo sabré que el sistema ha funcionado y empezaré a rehabilitarme furiosamente, pondré el despertador a las tres de la mañana, suspenderé mi vida conyugal y las demás recaídas que conozco para que sólo queden las que no conozco, y a lo mejor poco a poco un día estaremos otra vez juntos, tía, y será tan hermoso decir: "Ahora nos vamos al centro y nos compramos un helado, el mío todo de frutilla y el de usted con chocolate y un bizcochito".
Julio Cortázar
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¿Sabes de lo que eres capaz?
Tras de ti queda una estela de tierra, tus hermosas plumas negras se te caen con cada vuelta que das. Piensas que no tienes mucho tiempo, la junta en el árbol de la vida ya debió de haber comenzado.
—Maldito hocofaisán, siempre ha tenido la costumbre de llegar tarde en los momentos más importantes.— Declaró el jaguar con su profundo rugir.
— Retoma el camino de la serenidad, jaguar, probablemente tenga una justificación razonable.— Respondió el tapir.
Un gran rugido resuena por todo el bosque; sabes qué significa. No es el imponente ruido del jaguar, menos el de cualquier otro animal; son las máquinas hambrientas, que devoran sin parar, todo lo que dejaste atrás. Aunque anteriormente estuvieras arrepentido por llegar tarde, ya no hay espacio para esos sentimientos, sabes que el peligro al que están expuestos podría ser mayor que la voluntad de tus compañeros; a fin de cuentas, lo acabas de presenciar...
— No podemos posponer más esta reunión. Daremos inicio y esperemos que posteriormente se nos una el hocofaisán— Proclamó el mono araña, y continuó:
— Habiendo dejado eso en claro, compartan los reportes de sus áreas designadas.
Justo cuando terminó de hablar, el ambiente se tornó completamente pesado, ninguno quería tomar la palabra; pero finalmente, el murciélago habló:
— En las últimas semanas los genocidas se han estado acercando cada vez más, mis reporteros y yo creemos que no tardarán más de 2 meses en llegar al corazón del bosque y acabar con el árbol de la vida.
Las lágrimas del cielo que acarician tu plumaje, siguen la misma danza que las de esta mañana. Mientras una única gota de lluvia sale por tus ojos; se estrella, en tu mente, el tren de las memorias...
Esta misma mañana, tras despedirte con amor de tu pareja, fuiste a buscar unas ricas frutas para poder alimentar a tus polluelos recién nacidos; pero cuando volviste a tu casa, no encontraste nada más que el maltratado y completamente desplumado cuerpo de tu amada. Al acercarte oíste que, entre suaves sollozos, te suplicó con sus últimas palabras.
— Se los llevaron. Ve y pídeles ayuda a los demás. Los cazadores nos quitaron a nuestros hijos.
Mientras veías cómo la vitalidad de sus ojos desaparecía; pusiste tu cabeza junto a la suya y te despediste, entendiendo que una vez que partieras...
Una delgada luz te reincorpora a la realidad, y como si de una inyección de energía se tratase, el sonido del rayo te imbuye de su fuerza y hace que aumentes tu velocidad.
— No tienen límites. Mis muchachos y yo fuimos a buscar comida para nuestra familia y para los tigrillos que rescatamos la semana pasada. Cuando estábamos vigilando a un venado, oímos un fuerte estruendo que nos puso alerta, a todos; decidimos ir a ver qué fue eso; sin embargo, la escena que nos encontramos fue peor de lo que imaginamos. Sobre el cuerpo del líder, de otra manada de jaguares se encontraba un humano, que estaba cubierto de la sangre de nuestro similar. El humano no buscaba alimento... buscaba diversión. En menos de una hora de vigilancia, fuimos testigos de las atrocidades de ese ser sin compasión. Vimos cómo desmembró al líder fallecido; vimos cómo se embarraba sus vísceras, mientras se reía siniestramente; por último, agarró una clase de piedras brillantes y con ellas le sacó los dientes, y los usó para hacerse un collar.
El silencio consumió todo el ruido del lugar, lo único que se escuchaba eran los verdes sollozos del bosque.
Has llegado al corazón del bosque y aunque falte poco para encontrarte con los líderes de familia, no debes bajar el ritmo.
Ves a la salamandra lengua de hongo saliendo del árbol de la vida; gritas a todo pulmón y enseguida salen todos, alertados por tu voz. Te acercas rápidamente y entre cortas y rápidas respiraciones, les informas lo ocurrido...
Sin demora, el mono araña les da instrucciones para poder proteger a los posibles sobrevivientes de los ataques de los camuflajeados; pero, aunque todavía no se habían percatado, ya era muy tarde...
De un momento a otro, el cielo se tiñó de color carmesí, por el baño de sangre perteneciente a tus compañeros, y ocultó en el horizonte su único ojo, para así no tener que presenciar más de las atrocidades de los furtivos.
Los abatidos cuerpos de tus pobres amigos, te rodean; las balas están arrebatándoles la vida tanto a los murciélagos como a los monos. Contemplas, pasmado por el terror, cómo les destruyen el cráneo a los inocentes tapires; cómo las colosales máquinas metálicas pasan por encima de los jaguares. Todo lo que conoces se está desvaneciendo frente a tus ojos. En ese momento creíste que la única opción que te quedaba era huir.
¿No te parece absurdo, ahora que tienes frente a ti a un gigante que sostiene firmemente su escopeta que apunta a tu entrecejo?
Tus pupilas se mueven por toda la órbita de tus ojos, buscando una última esperanza para poder escapar y salvar a tus hijos; mientras que el cazador mete dos balas a su escopeta y la prepara para dar el tiro de gracia.
Ante la inminente colisión de la bala y tu cerebro, cierras tus ojos con todas tus fuerzas y... ¡BANG! Abres tus ojos y sacas tu cuerpo de la bolsa de dormir; buscas a tu alrededor, agarras tu collar de dientes de jaguar y te lo pones, junto con tu chaleco y tu gorro camuflajeados. Mientras sales de la tienda de campaña agarras tu escopeta, la observas detenidamente.
— Muchachos ¿Ya están listos para nuestro último gran trabajo?
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Para escribir una carta no basta la espontaneidad, el propósito es lo que la antecede y permanece, para qué y para quién es lo que completa el algoritmo, si hay duda en el propósito mejor no escribir nada, mejor no decir nada.
Si no hay un para quién incluso siendo unx mismx, es mejor guardar el papel, la carta se escribe así no se envíe.
Las cartas llegan en todos los tiempos verbales y no verbales, en el pretérito perfecto, en modo subjuntivo, en condicional, tanto en presente, pasado y futuro, y para el colmo a veces llegan tarde, muy tarde, o llegan antes, pocas llegan en el momento adecuado, que es cuando procede la posible respuesta.
Siempre habrá más porcentaje de incertidumbre que de certeza, por lo tanto escribir cartas es de gente ansiosa pero segura.
El soporte físico las hace vulnerables de perder información, tinta que se moja y hace el mensaje ilegible, el papel se pega entre sí y se rompe, también le puede dar hongo si es almacenada como recuerdo, se puede quemar en un incendio accidental o se queman cartas como ritual para aliviar y olvidar, se rompen o se reciclan porque el mensaje quizás fue demasiado cursi o ya no nos identifica, entonces es más valioso el material que la información: Entropía en su máxima expresión, Dios jugando a las cartas 📮.
Las cartas son buenos experimentos y evidencia de la relación observador/realidad de la cuántica:
Las cartas se empiezan a escribir, se abandonan, se arrugan y se desechan.
Las cartas se escriben pero no se envían.
Las cartas se escriben, se envían y se pierden.
Las cartas se escriben, se envían, llegan a destino, nadie las recibe, se devuelven, se pierden.
Las cartas se escriben, se envían, llegan a destino, nadie las recibe, se meten por debajo de la puerta, se las come el perro, se la roba un vecino porque queda mal metida, se pierden.
Las cartas se escriben, se envían, llegan a destino, la dirección o el apto no existe, las devuelven, y te quedas con la carta.
Las cartas se escriben, se envían, llegan a destino, se confunden con correo basura, se desechan.
Las cartas se escriben, se envían, llegan a destino, pero no se abren, se desechan.
Las cartas se escriben, se envían, llegan a destino, se leen, no se responden.
Las cartas no se envían y se apilan.
Las cartas son respondidas y se apilan, se clasifican, por sobre, por estampilla, por quien contestó.
Hay correspondencia y se escriben cartas.
Todos los estados anteriores más todos los que no caben en el sobre, o en el buzón, o en el camión, o en el avión, o en el barco, o en el tren, o en la bicicleta, incluso en el trineo, en la paloma mensajera, en el caballo o mula son posibles y están superpuestos en simultaneidad.
Escribir cartas es un oficio riesgoso para la salud y debería estar cubierto por la EPS o el seguro, debería ser una actividad presente en la lista roja de oficios en peligro de extinción, no hay inteligencia artificial o email que pueda sustituir a la carta, porque el mail rebota y así sabes que no llegó y lo puedes reenviar, o la inteligencia artificial reciclará todas las palabras y ya no habrá errores de redacción o tildes faltantes y tachones, etc.
Las cartas son incluyentes porque se pueden dictar y leer en voz alta, también se han vuelto una especie rara para las personas como para los biólogos los animales exóticos que de vez en cuando reportan avistamientos, lo cual es esperanzador para la gente que escribe.
Las cartas son solemnes y por eso es mejor recibir notificaciones por escrito que por mails o por sms al celular y al mismo tiempo pueden estar escritas en papel de algodón con pluma, dobladas en 3 y selladas con cera, o pueden ser dobladas en acordeón, con bolsillito, en papel de muñequitos tipo escolar y tener letra Timoteo, sellada con sticker y perfumada, todo puede ser una carta porque el papel lo aguanta todo, así sea mentira.
Escriban y envíen más cartas, por la empresa de mensajería que quieran, o entreguenlas en persona, dobladitas, dignas de un taller de origami.
Escribanlas o dictenlas, recibo, escribo, y leo por ustedes.
Info al DM 💌
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Este hongo atrae a las moscas para que se apareen con los cadáveres de sus pares zombificadas. 😰
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5.- El organismo más grande del mundo se extiende unas 880 hectáreas y se trata de un hongo que se encuentra en el Bosque Nacional de Malheur, en Oregon, Estados Unidos.
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VERDE OLIVO
Junio de 1998, Michoacán México.
Poco se habla acerca de la doble identidad que existe en las fuerzas energéticas de los bosques.
Yo, anciano de setenta y dos años, pero con la agilidad de un ciervo y los sentidos tan despiertos como un águila arpía, considero que, Los Azufres, es uno de los bosques más emblemáticos de Michoacán y un gran proveedor de energía geotérmica, es bello porque al amanecer y en la cúspide del día, el verde de sus cipreses se introduce por tus pupilas, cautivándote a tal grado que quieres congelar ese momento y quedarte a vivir para siempre.
Pero nadie se atreve a hablar de la contraparte del asunto; la criatura de la Laguna Larga.
Era una semana lluviosa, a eso de media tarde yo salí de mi cabaña en mi Chevrolet negra junto con mi compañera de vida, ella era mi única familia. Íbamos en camino a la laguna a hacer “investigaciones de campo���, ella y yo nunca fuimos supersticiosos y nos considerábamos más bien algo parecido a Los Curie (o al menos eso intentábamos). Nos dimos a la tarea de tomar muestras de los hongos más exóticos para ver sus propiedades, efectos curativos y psicológicos, para colocarlos en nuestro manuscrito, pero esa tarde hubo un giro de ciento ochenta grados en nuestras vidas. Sobre todo, en la de mi difunta mujer Marina, que ese mismo día fue su último aliento en este plano terrenal.
Recuerdo vagamente el sonido de su voz, pero lo que cada día mantendré en mi corazón es que ella me contradecía con una astucia que siempre me mantuvo cautivado, y ese día no fue la excepción.
Una vez que llegamos a la Laguna charlábamos animadamente sobre el poco conocimiento que se tiene sobre la humanidad, su origen y la razón de la existencia; mis comentarios inteligentes lograban persuadirla, pero algo nos sacó de nuestras casillas cuando escuchamos un tintineo proveniente del lago, al principio creímos que era algún turista en una lancha de esas coloridas que rentan por hora para pasar el rato y disfrutar de la vista. Una vez que enfocamos la visión, nos dimos cuenta que en efecto, el sonido provenía de una lancha en el lago, sin embargo, la especie sobre la lancha era más un híbrido de cara de lechuza, con cuerpo de humano gigante y muy poco plumaje.
-Es un nahual- dijo Marina con un tono de voz más bajo de lo habitual, casi susurrando.
Yo, consciente de lo que estaba presenciando me jalé el dedo índice de la mano derecha para comprobar si toda esa escena era real o un simple sueño, ya que mi madre solía decir que ese era un método infalible para distinguir la realidad de la fantasía, el cual consistía en que si tu dedo se estiraba tal como sucede con las ligas era todo producto de tu imaginación.
Y me sentí iluso porque mi dedo no sufrió deformación alguna, lo que significaba que claramente aquella criatura era real.
El ambiente se empezó a volver bochornoso (raro, ya que siempre el clima aquí es templado o semifrío, incluso en verano) y en ese momento mi campo de visión sólo lograba enfocar los enigmáticos ojos verde olivo de la especie sobre la lancha. El color verde que para mí representaba la vitalidad del bosque y que durante toda mi vida me dio paz y me llenaba de calma, en ese momento me provocó un temor que no puedo explicar. De un momento a otro logré salir del estado de trance en el que aquella criatura me había metido, pero mi bella Marina ya no se encontraba a mi lado, no había rastro de ella ni de la criatura sobre la lancha.
Enloquecí y fui en busca de auxilio, no sentía las piernas y las manos me sudaban de desesperación. Los encargados turísticos de Laguna Larga me explicaron lo siguiente:
-Caballero, lo único que podemos hacer es llamar a la policía. Ese tema no está en nuestras manos- dijeron despreocupadamente.
Mi corazón se rompió en mil pedazos y supe que no tendría apoyo, porque nadie iba a creer lo acontecido antes de la desaparición de mi mujer, e incluso, con el sistema policial corrupto con el que contamos, existía la posibilidad de que me incriminaran. Entonces me eché a llorar de coraje y los gordinflones encargados turísticos me dieron la espalda.
Nunca antes había experimentado una sensación de decepción tan amarga, yo estaba consciente del poco sentido de solidaridad que tenemos los humanos, pero hasta que uno vive en carne propia las desgracias es cuando comprende realmente el actuar de las personas.
A eso de las nueve de la noche, una vez que el sol se había metido por completo y la temperatura empezaba a descender, llegué a mi cabaña, mi yegua Petra; negra de pies a cabeza y con un pelaje azabache me miró con sus ojos aceitunados y relinchó cuando estaba a punto de entrar. No había caído en cuenta de que esa yegua vieja que Marina y yo compramos al año de mudarnos a Los Azufres era la única compañía que me quedaba, me acerqué lentamente para no inmutarla y abracé su cuerpo que seguía fornido a pesar de la edad, cuando coloqué mi oído sobre su lomo escuché su ritmo cardiaco y nuevamente empecé a sollozar, perdí la noción del tiempo, sentía los ojos hinchados como globos y la boca seca, mi yegua seguía a mi lado y parecía que podía sentir el dolor que me estaba destrozando por dentro y que me hacía sentir tan miserable como para renunciar a la vida. Ya no podía con el peso y la angustia de no haber podido cuidar a la persona que más amaba en este mundo, por lo que decidí que lo mejor sería entrar a la cabaña y al día siguiente con la mente más clara salir en busca de una explicación lógica sobre todo lo acontecido.
Desperté al sentir la presencia de algo junto a mi cama. La tenue luz de la luna no contribuía para poder mirar con claridad, escuché el sonido de las ramas de los pinos rasgando mi ventana y a lo lejos el aullido de los coyotes, supe entonces que era de madrugada. Una vez que me despabilé del sueño profundo en el que había caído, miré esos ojos verdes que un día anterior me habían arrancado a mi Marina. Yo no podía moverme, la sensación era parecida a cuando la gente dice burlonamente “se me subió el muerto”, mis músculos estaban tensos y sentía un sudor frío en mi frente. Aquella criatura me observaba y yo podía notar su poder energético tan inmenso que desprendía de todo su cuerpo. La criatura se hincó junto a mi cama y emanaba un calor inexplicable a pesar del poco plumaje que tenía, no emitía sonido alguno, pero sigo sin poder entender cómo fue posible que tuvo la capacidad de meterse en mi cabeza y mostrarme aquello que quería transmitirme. Tenía un mensaje claro para mí. Momentáneamente mi mente se quedó en blanco; la voz de aquella criatura era femenina y ligera, incluso más bella y fina que el canto de los cenzontles.
-Debes comprender el ciclo vital de los seres humanos- explicó, y sin decir más el sonido de todo a mi alrededor se privó.
Cuando volví a despertar la luz solar mantenía mi cuerpo cálido entre mis cobijas de lana. A pesar de todo lo acontecido el día anterior, sabía que debía tener fuerza de voluntad y no dejarme vencer; me puse mis botas y me alisté con mi pantalón de oscura mezclilla que usaba para arar la tierra, y una vez listo bajé al comedor, todo estaba exactamente igual que cuando tenía a mi Marina, la única diferencia fue que aquel olor a café de olla con el que había despertado los últimos cuarenta años de mi vida ya no estaba, se había esfumado junto con ella. Le di un golpe a la pared para evitar llorar otra vez y los nudillos de mis manos empezaron a sangrar. Desayuné sin ganas con el estómago revuelto y salí a trabajar en mis tierras, cada acción la hacía mecánicamente y no había dicho palabra alguna durante todo el día. Así transcurrieron mis días, luego los meses, incluso un año… yo seguía con el alma rota y con el único mensaje que me habían dejado “Debes comprender el ciclo vital de los seres humanos”.
Estaba cansado y siento que envejecí más durante ese año que en toda mi vida. Pero ese día, un año después de la muerte de mi esposa noté algo que había pasado por alto durante todo ese tiempo. Era de noche y yo estaba sentado en la mecedora del patio donde por las tardes acostumbraba a leer a Freud, Castaneda e incluso cuando tenía ánimos a García Márquez, entre mis manos sostenía un libro que había comprado en una librería de segunda mano de "Las enseñanzas de Don Juan". Pausé mi lectura para presenciar a la hermosa lechuza blanca con rostro en forma de corazón que me observaba con su cautivadora mirada desde la copa del pino más próximo a mi cabaña. Yo siempre fui muy perceptivo desde niño, porque casi toda mi vida viví rodeado de bosques, y por alguna razón ese día por primera vez desde que perdí a mi difunta mujer no me sentí solo. Eran demasiadas coincidencias con el rostro de esa ave depredadora y la muerte de mi mujer, por lo que mi sentido curioso me hizo aventar el libro que tenía en las manos.
Entré a mi cabaña y tomé el IV tomo de enciclopedias que tenía en mi pequeño librero, el título de aquel libro olvidado era "Especies de aves de México" y busqué Lechuza de campanario, científicamente conocida como "Tyto alba". Me empapé de información y leí desde sus métodos de caza hasta la gran inteligencia que poseen, e incluso lo sigiloso que puede llegar a ser el sonido de su vuelo. Una vez que satisfice mi intelecto volví a la mecedora. La lechuza seguía en las sombras sobre el árbol.
-Eres tú- lo podía sentir.
Mi hermosa Marina siempre me estuvo cuidando y yo nunca alcé la vista para darme cuenta que su alma seguía conmigo, estuve viviendo tan monótonamente durante un año que desperdicié mi tiempo y me arrepentí de no haber podido ser más audaz y disfrutar el momento del ahora, porque es lo único que me pertenece. Por lo que a los pocos días retomé mis investigaciones de campo que había dejado pausadas por la muerte de mi esposa.
Cuando iba en camino a Laguna larga, traté de volver a vivir y dejar el pasado en donde pertenece. Disfruté del olor de los pinos y la esencia de tierra mojada de las mañanas entrando por mis vías respiratorias y curando mi corazón, me dejé llevar por la calma que transmitía el paisaje, las luces que se reflejaban en el agua y por los pequeños detalles del camino; como esa ardilla color cajeta y de cola esponjosa que trepaba con rapidez el tronco de un pino Oyamel. Entonces agradecí el regalo que la existencia nos brindó a todos los seres a pesar de los altibajos; la vida misma.
Hay cosas que sólo tienes que dejarlas ser y disfrutar del camino de la vida.
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PEOPLE I'D LIKE TO KNOW BETTER!
Tagged by @translucent-serendipity Gracias!
Last song: En realidad son más de una, en concreto postearé las últimas cinco de la playlist que más escucho.
La escuché anoche en la tele y me entró nostalgia.
Esta tiene su historia, no voy a entrar en detalles.
Estos me he estado resistiendo a escucharlos mucho tiempo. Suenan como si fueran los hermanos adolescentes de los Melvins.
Siempre le he tenido cariño a Bikini kill.
Pues eso: Putochinomaricón, hay que escucharlo y reírte con mala leche.
Favorite color: negro, gris, marrón, beige, colores así como muertos.
Currently watching: más bien escuchando: a Camarón con Tomatito a la guitarra.
Last movie/tv show: vi la semana pasada Un verano con Fifí, una francesa, en Filmin.
Spicy/savory/sweet: soy más de salado que de dulce, de sabores intensos, de sofrito que está haciendo chup chup dos horas. También soy valiente con el picante.
Relationship status: emparejado hasta las cejas. Estoy muy agusto pero tenemos nuestras mierdas, claro: quién no las tiene en quince años de relación.
Current obsession: La cerveza. Hay más cosas, pero si tengo que decir una es la cerveza. El otro día me doctoré Cum Laude visitando Wierwinkel (La casa de la cerveza), una nave enorme que se dedica exclusivamente a vender cerveza, importada en su gran mayoría, de Bélgica, Alemania, México, Japón. Fui acompañado de una pareja amiga en la que él es un furibundo cervecero también. La nave está en un polígono industrial a las afueras de Valencia. Mereció la pena. Me llevé una docena de marcas, tercios en botellines. Alemanas y belgas sobre todo. Cato una al día y tomo nota de cada una de ellas en plan somelier pedante. Tengo una de 12% que me da miedito.
Last thing you googled: Chris Cornell y Chester Bennington. Eran los vocalistas de Soundgarden y Linkin Park. No soy especialmente fan de esas bandas (sobre todo de Linkin Park) pero me llamó la atención conocer que se suicidaron en el 2017 con dos meses de diferencia, siendo grandes amigos. Busqué teorías de conspiración pero parece que ambos tenían depresión. La vida.
No me gusta etiquetar, pero mataría por ver la de @doomwhathouwilt
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Me caigo y me levanto...
Nadie puede dudar de que las cosas recaen. Un señor se enferma, y de golpe un miércoles recae. Un lápiz en la mesa recae seguido. Las mujeres, cómo recaen. Teóricamente a nada o a nadie se le ocurría recaer pero lo mismo está sujeto, sobre todo porque recae sin conciencia, recae como si nunca antes. Un jazmín, para dar un ejemplo perfumado. A esa blancura, ¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo? El mero permanecer ya es recaída: el jazmín, entonces. Y no hablamos de las palabras, esas recayentes deplorables, ni de los buñuelos fríos, que son la recaída clavada.
Contra lo que pasa se impone pacientemente la rehabilitación. En lo mas recaído hay siempre algo que pugna por rehabilitarse, en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda, en los poemas de Pérez, en Pérez. Todo recayente tiene ya en si un rehabilitante pero el problema, para nosotros los que pensamos nuestra vida, es confuso y casi infinito. Un caracol segrega y una nube aspira; seguramente recaerán, pero una compensación ajena a ellos los rehabilita, los hace treparse poco a poco a lo mejor de sí mismos antes de la recaída inevitable. Pero nosotros, tía, ¿cómo haremos, cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído si por la mañana estamos tan bien, tan café con leche, y no podemos medir hasta dónde hemos recaído en el sueño o en la ducha? Y si sospechamos lo recayente de nuestro estado, ¿cómo nos rehabilitaremos? Hay quienes recaen al llegar a la cima de una montaña, al terminar su obra maestra, al afeitarse sin un solo tajito; no toda recaída va de arriba a abajo, porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa cuando ya no se sabe dónde se está. Probablemente Ícaro creía tocar el cielo cuando se hundió en el mar epónico, y Dios te libre de una zambullida tan mal preparada. Tía, como nos rehabilitaremos?
Hay quien ha sostenido que la rehabilitación sólo es posible alterándose, pero olvidó que toda recaída es una desalteración, una vuelta al barro de la culpa. En efecto somos lo más que somos porque nos alteramos, salimos del barro en busca de la felicidad y la conciencia y los pies limpios. Un recayente es entonces un desalterante, de donde se sigue que nadie se rehabilita sin alterarse. Pretender la rehabilitación alterándose es una triste redundancia: nuestra condición es la recaída y la desalteración, y a mi me parece que un recayente debería rehabilitarse de otra manera, que por lo demás ignoro. No solamente ignoro eso sino que jamás he sabido en qué momento mi tía o yo recaemos. ¿Cómo rehabilitarnos, entonces, si a lo mejor no hemos recaído todavía y la rehabilitación nos encuentra ya rehabilitados? Tía, ¿no será ésa la respuesta, ahora que lo pienso? Hagamos una cosa: usted se rehabilita y yo la observo.Varios días seguidos, digamos una rehabilitación continua, usted está todo el tiempo rehabilitándose y yo la observo. O al revés, si prefiere, pero a mi me gustaría que empezara usted, porque soy modesto y buen observador. De esa manera, si yo recaigo en los intervalos de mi rehabilitación, mientras que usted no le da tiempo a la recaída y se rehabilita como en un cine continuado, al cabo de poco nuestra diferencia será enorme, usted estará tan por encima que dará gusto. Entonces, yo sabré que el sistema ha funcionado y empezaré a rehabilitarme furiosamente, pondré el despertador a las tres de la mañana, suspenderé mi vida conyugal y las demás recaídas que conozco para que sólo queden las que no conozco, y a lo mejor poco a poco un día estaremos otra vez juntos, tía, y será tan hermoso decir: «Ahora nos vamos al centro y nos compramos un helado, el mío todo de frutilla y el de usted con chocolate y un bizcochito.
#CapCut “Me caigo y me levanto”, Julio Cortázar Recitado por el autor Este texto pertenece a su libro: “La vuelta al día en ochenta mundos” (1967). Segmento de entrada Casting Couch 1924 Condition Sample D. D. Teoli Jr. A. C., corto del film Enoch Arden by D.W. Griffith. Publication date 1911. ecitado por el autor Este texto pertenece a su libro: “La vuelta al día en ochenta mundos” (1967). Segmento de entrada Casting Couch 1924 Condition Sample D. D. Teoli Jr. A. C., corto del film Enoch Arden by D.W. Griffith. Publication date 1911.
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