#Emergía
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caostalgia · 2 years ago
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Creí que al aferrarme a ti, de alguna forma haría que no te fueras, haría que te quedáras. Que equivocada estaba, solamente provoqué que la herida que ya emergía de mi alma, se hiciera más grande.
Y la herida aún no sana completamente, pero sé que algún día lo hará.
-Cyn
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rubywolffxxx · 3 months ago
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Odiar amarte (Bjorn x Lectora)
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Masterlist de mi autoría
Nota: cambio u omito muchos sucesos de la peli, no le den mucha bola a eso.
Parte 2
Sinopsis: cuando Tyler contactó a ____ para que los ayudara en su misión, había cierto detalle que no le dijo. Uno que le habría costado su negativa inmediata. La presencia de Bjorn era algo que la chica habría deseado no tener que soportar.
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—... ¿Por qué no me dijiste que este imbécil estaría aquí?—
—Tampoco sabía que venías, querida.—____ tensó la mandíbula, controlando las ganas de mandar al diablo al chico que jugaba videojuegos en el sofá.
Un tiempo atrás habían sido la pareja más amorosa y feliz que el mediocre Jackson había tenido, pero por un conjunto de situaciones que sucedieron en medio terminaron rompiendo. Hasta ese día, ninguno del grupo de amigos sabía qué había pasado. Y tampoco querían preguntar mucho.
—Dejen las peleas para después.—Tyler intervino al ver que las cosas se estaban por ir al diablo—. Esto es más importante que sus peleas... Podemos irnos de Yvaga al fin ¿No desean eso?—
—Ella no puede ir ahi.—____ miró a Bjorn apenas lo escuchó decir eso—. Quédate con las otras chicas.—
—¿Quién?—
—Tú no-
—¿Quién pidió tu opinión, imbécil?—la chica se acomodó el traje—. Tú quédate, no aportarías nada útil tampoco.—
—Chicos... Basta.—Tyoer los miró apenas.
—Yo vine por ser científica de Weyland-Yutani, me necesitan por si algo malo sucede... me temo que ser un lame escrotos carbonero no sirve para la misión espacial, Bjorn.—frunció los labios en una falsa mueca de tristeza.
—Ah, siempre tan refinada al hablar.—
—Vete a la mierda.—la chica estaba por abrir la escotilla, cuando algo le llamó la atención—. Ajústate la máscara, idiota. Escasea el oxígeno ahi dentro.—
Los cuatro entraron a la inmensa base, y tras reactivar la oxigenación y estabilizar la gravedad, ya estaban revisando todo el lugar. La falta de criocombustible los llevó a la cámara de congelación. ____ supo que algo raro estaba pasando en el lugar. No le gustaba nada.
—Vámonos... Saquemos el combustible de otro lado.—
—Ya estamos aquí, es lo mismo.—Bjorn la miró mientras sacaba un estuche de combustible—. Tú solo alumbra.—
—La puerta tiene nivel tres de seguridad, aquí hay algo raro.—Bjorn le sonrió con burla—... Tu cerebro poco agraciado no lo entendería.—
—Tranquila, ____.—Tyler la miró—. Tomaremos dos más y nos vamos ¿Si?—
La chica no insistió más, sentándose en la escalinata sin ganas de mojarse los pies. Pero ese momento de paz le duró poco al ver que una criatura emergía del agua y atacaba a Bjorn. No se tardó demasiado en usar el bastón eléctrico para separarlo de su cara, pero parte de esa electricidad se transmitió al chico, dejándolo inconsciente.
—¡Bjorn! ¡Bjorn!—____ se tumbó a su lado, sacudiéndolo apenas. Respiró aliviada al verlo abrir los ojos.
—... Lo hiciste a propósito.—se puso de pie con ayuda de ella.
—Quería evitar que el pobre bicho se muera por comer tu cerebro.—lo tomó del rostro, revisando que no estuviera herido—. Quiso pegarse a tu cara.—lo movió de un lado a otro, al parecer no tenía lesiones—. Tenemos que irnos de aquí.—
—¿Qué le sucede a tu mano?—
—Nada grave.—Bjorn miró como la mujer presionaba su mano propia adolorida—. Creo que tomé mal el bastón y me quemé un poco.—
—¿Poco?—
—... Peor sería que un alienígena me la arranque, no es nada.—
Después de salir de las criocámaras, se terminaron separando de los demás. Ahora debían encontrar el camino de regreso al Corbelan.
—... déjame ver.—Bjorn se paró frente a ella, pidiendo que le mostrara. Algo insegura, ____ le extendió la mano—... No se ve muy grave.—sacó de su mochila una camiseta extra, arrancando un pedazo de tela con ayuda de una navaja y cubriendo la herida vagamente—. Listo, asunto cerrado... ¿Qué?—la mujer negó apenas al notar que se había quedado algo tildada.
—No es nada. Solo recordé... esa vez que me quemé con la bandeja del horno.—
—La comida no era lo tuyo, en ese aspecto tú eras la poco agraciada.—sonrió nostálgico—... Eran bonitas épocas.—
—Lo eran, sí...—____ se soltó de su agarre, recobrando la compostura enseguida—. Como sea, salgamos de aqui. Adelante debe estar el hangar.—
El resto del camino, Bjorn no dejó de mirar a la mujer.
Al parecer todo el resentimiento que tenía por ella se había evaporado en solo unas horas.
¿Era siquiera resentimiento?
Tuvieron problemas en el pasado, y creyó que nunca más podrían volver a lo que tenían antes. Pero ahora...
Ahora no era cuestión de poder, era de querer.
Quería volver a intentarlo. Que ____ lo quisiera de nuevo era otro tema.
—¿Qué harás cuando lleguemos a Yvaga?—Bjorn se acercó a la mujer, quien no se molestó en mirarlo de vuelta.
—Buscar una casa, tener un jardín con muchas plantas... Luego de denunciar a la compañía por experimentación no ética y buscar que el gobierno galáctico la clausure, claro.—lo último lo dijo en tono irónico.
—Suena bien... ¿Y luego de eso?—
—¿A qué te refieres?—____ lo miró, notando como se encogía de hombros nervioso—... No, no hagas eso.—
—¿Qué? no dije nada.—
—Te conozco. Y no, no volveré contigo.—apuró el paso, intentando terminar la conversación.
—¿Por qué no?—
—Porque te odio.—
—Ah, fuertes declaraciones... Fuertes pero falsas.—
—Que haya evitado que un parásito te meta el pene por la boca no hace que te quiera.—se detuvo frente a una puerta, escribiendo un código de acceso universal. No tardó en abrirse.
—... ¿Cómo que pene?—
—Era una cosa larga que quiso meterse en tu boca ¿No lo viste?—frunció el ceño asqueado.
—¡No! Estaba preocupado evitando que lo metiera... ¿De qué te ríes?—
—Que asco.—
—No me cambies de tema. Admite que no me odias.—le siguió el paso de cerca, pues ____ no tenía intenciones de detenerse.
—Odio no odiarte lo suficiente...—Bjorn se detuvo de prepo con aquello, pero no tardó en seguirla.
—¿Qué significa eso?—
—Nada, bjorn.—
—¿No me odias?—la escuchó resoplar con gracia.
—Tú me odiabas, eso dijiste cuando te fuiste de casa.—
—No era en serio. Y tú lo sabes.—
—Basta, Bjorn.—El chico se apresuró a cortarle el paso, haciendo que ella se molestara—. Hazte a un lado, debemos volver.—
—Cuando lleguemos a Yvaga, empezemos de cero.—la miró con seriedad—. Olvidemos la pelea... Ni recuerdo porqué peleamos.—
—Yo sí lo recuerdo, y no fue algo para borrar como si nada. Fuiste un imbécil, y de seguro lo sigues siendo.—frunció el ceño apenas—. Hasta que eso no cambie, no pienso volver a bajar la guardia contigo.—pasó de él, siguiendo su camino—. Y dudo que pase. Eso de ser un imbécil ya lo llevas incluido...—
Bjorn se sintió horrible.
Por un momento pensó que las cosas mejorarían, que ella volvería con él. No esperaba tal negativa.
Y hasta que se metieron a las criocámaras, ____ no volvió a dirigirle la palabra.
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jartita-me-teneis · 3 months ago
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Los orígenes del legendario Kraken-
Del folklore Nórdico
El Kraken probablemente sea el monstruo más grande jamás imaginado por la humanidad. En el folclore nórdico se dice que se le puede ver desde Noruega hasta Islandia, y aún hasta Groenlandia.
El Kraken tenía la costumbre de acosar a los barcos, y muchos informes seudocientíficos (incluidos algunos de oficiales navales) afirmaban que los atacaba con sus fuertes tentáculos. Si le fallaba esta estrategia, la bestia empezaba a nadar en círculos alrededor de la nave, creando un fuerte remolino para hundirla. Por supuesto, para ser apreciado como tal, a un monstruo tiene que gustarle la carne humana, y las leyendas cuentan que el Kraken podía devorar de un solo bocado a toda la tripulación de un barco. Pero a pesar de su temida reputación, el monstruo también reportaba beneficios: nadaba acompañado de enormes bancos de peces, que caían en cascada desde su espalda cuando emergía del agua. Los pescadores valientes podían así acercarse a la bestia, arriesgando sus vidas, para asegurarse una abundante pesca.
La historia del Kraken se remonta hasta un relato escrito en 1180 por el rey Sverre de Noruega. Al igual que sucede con otras muchas leyendas, la del Kraken comenzó con un hecho verídico, los avistamientos de un animal real: el calamar gigante. Para los antiguos marineros la mar era traicionera y peligrosa, y escondía toda una horda de monstruos en sus inconcebibles profundidades. Cualquier encuentro con un animal desconocido podía adoptar entonces connotaciones mitológicas en las historias de aquellos marineros. Después de todo, el mito siempre crece de tamaño gracias a las narraciones.
Leyenda científica
La fuerza del mito creció de tal manera, que el Kraken todavía se podía encontrar en los primeros estudios científicos del mundo natural del siglo XVIII en Europa. Ni Carl Linnaeaus –padre de la clasificación biológica moderna- pudo evitarlo, incluyendo al Kraken entre los moluscos cefalópodos que aparecen en la primera edición de su innovadora obra Systema Naturae (1735).
Pero cuando en el año 1953 se encontró varado en una playa danesa un gigantesco cefalópodo, el biólogo noruego Japetus Steenstrup recuperó el pico afilado del animal y lo utilizó para describir científicamente al calamar gigante, Architeuthis dux. De este modo, lo que se había convertido en una leyenda entró oficialmente en los anales de la ciencia, regresando nuestra imagen del Kraken a la del animal que dio origen al mito.
Después de 150 años de investigaciones acerca del calamar gigante que habita en los océanos de todo el mundo, todavía se está debatiendo si representa a una sola especie o si existen hasta 20 especies distintas.
El mayor de los Architeuthis registrados alcanzó 18 metros de longitud, incluyendo su largo par de tentáculos; pero la inmensa mayoría de estos especímenes son mucho más pequeños. Los ojos del calamar gigante son los más grandes del reino animal, y resultan vitales en las oscuras profundidades en las que habita este cefalópodo (hasta los 1.100 metros de profundidad, tal vez, incluso, llegando a alcanzar los 2.000 metros).
Igual que ocurre con algunas otras especies de calamares, el Architeuthis dispone de bolsas en sus músculos que contienen una solución de amonio, de menor densidad que el agua marina. Esto le permite flotar bajo el agua. Es decir, puede mantenerse estable sin nadar de forma activa. Probablemente, la presencia del desagradable amonio en sus músculos haya sido la razón por la que no se le ha dado caza de forma masiva.
Durante muchos años los científicos debatieron sobre si el calamar gigante era un rápido y ágil cazador, como el poderoso y legendario predador, o si cazaba al acecho. Tras décadas de discusiones, en el año 2005 llegó la esperada respuesta gracias a las filmaciones, sin precedentes, de los investigadores japoneses T. Kubodera y K. Mori, que consiguieron grabar a un Architeuthis vivo, en su hábitat natural, a 900 metros de profundidad en el Pacífico Norte, demostrando que es un poderoso y rápido nadador que utiliza sus tentáculos para capturar a sus presas.
A pesar de su tamaño y velocidad, el Architeuthis tiene, a su vez, un predador: el cachalote. Las batallas entre esos titanes deben ser frecuentes, ya que es común encontrar cicatrices en la piel de estos cetáceos, dejadas por los brazos y tentáculos del calamar, los cuales tienen ventosas alineadas con afiladas estructuras quitinosas parecidas a dientes. Pero un Architeuthis, a pesar de que posee suficientes músculos en sus tentáculos como para aferrarse a su presa, nunca podrá superar a un cachalote en un “duelo”. Su única opción es la huida, cubriendo su retirada con la típica nube de tinta de los cefalópodos.
Aunque ahora sabemos que no se trata simplemente de una leyenda, el calamar gigante sigue siendo el animal más esquivo del mundo, lo cual también ha contribuido, en gran medida, a acrecentar su aura de misterio. Todavía hoy en día muchas personas se sorprenden al decscubrir que realmente existe.
Después de todo, pese a las numerosas investigaciones científicas, el Kraken todavía sigue vivo en la imaginación popular gracias a películas, libros y videojuegos, aunque a veces se cometan errores evidentes basados en los antiguos mitos, como en la antigua película épica de 1981 “Furia de Titanes” y en su posterior “remake” del año 2010. Representaciones como éstas han llegado a definirlo en la mente del público como una bestia al acecho de navíos hundidos y a la caza de descuidados buceadores.
Fuente: Rodrigo Buentalepe
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waltfrasescazadordepalabras · 6 months ago
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Caterina Caterina era la gata negra de Virginia Clemm, esposa de Edgar Allan Poe, cuya actitud y comportamiento emocionaron tanto al poeta que incluso terminó por redimir al felino vengativo de El gato negro, cuyo protagonista se llama Plutón. En los primeros meses de 1844, cuando recién empezaban a manifestarse los primeros síntomas de la terrible enfermedad de Virginia Clemm, tuberculosis, Edgar Allan Poe resolvió adoptar un animal para que acompañara a su esposa durante su ausencia. Caterina llegó al austero departamento de los Poe en 1844, sin nombre ni procedencia conocidas. Lo primero que se discutió, como en todas las casas en las que se adopta un animal, fue el nombre. Virginia Clemm sugirió que se llamase Caterina, sin saber que su etimología ya anticipaba el temperamento oscilante del felino, ya que en griego antiguo, según su acentuación [aikaterina o aikaterinẽ] puede significar tanto «puro» como «excremento». Al margen de estas curiosidades lingüísticas, Caterina cumplió su función de compañera con gran dedicación. Rara vez se separaba de Virginia. Y su vínculo fue haciéndose más y más fuerte a medida que la enfermedad avanzaba, debilitándola a tal punto que no le permitía salir de la cama. Así transcurrieron casi tres años. En enero de 1847, Virginia Clemm agonizaba. Asediado por deudas y una ya patológica insolvencia económica, Edgar Allan Poe era incapaz siquiera de calefaccionar adecuadamente el apartamento. Fue en ese momento de extremo padecimiento cuando Caterina se instaló día y noche sobre el lecho agónico de Virginia Clemm. Sin preocuparse por la comida y las pequeñas correrías típicas de los felinos, la gata permaneció acostada tenazmente sobre las piernas de Virginia Clemm, abrigándola con su cuerpo. El 30 de enero fallece Virginia. Todavía con la factura impaga del funeral y del ataúd de Virginia Clemm, Edgar Allan Poe regresó a su apartamento. Caterina lo esperaba ansiosamente. Edgar Allan Poe y Caterina convivieron durante dos años más, hasta 1849. La relación entre ambos fue más bien formal. El poeta la alimentaba periódicamente mientras la gata negra solo emergía de la cama de Virginia durante las noches, acaso para maullarle a la luna. Nadie sabe si Caterina se escapó mediante una astucia o si Poe favoreció su extravío dejando alguna ventana abierta. Lo que sí sabemos es que su ausencia no fue ocupada por ninguna otra mascota, así como su corazón, avivado fugazmente por algunos amores secretos, ya no volvió a latir del mismo modo por otra mujer.
Edgar Allan Poe - Escritor
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waideweik · 14 days ago
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𝑯𝒂𝒑𝒑𝒚 𝒃-𝒅𝒂𝒚, 𝑴𝒚 𝑨𝒎𝒆𝒕𝒉𝒚𝒔𝒕
Era otro cumpleaños junto a ella, a la mujer que conocí hace tanto tiempo en nuestra juventud y que llevaba 3 años en una relación.
Era extraño enfrentar esta situación, no era un deja vu, cada mujer que he estado ha sido diferente y me ha impactado en mi vida… pero en esas etapas ha estado dos veces Chae. Ahora teniendo mas de 40 años debo tomar las riendas de mi vida nuevamente para una decisión importante. Quizás la nostalgia de la nevada me ha hecho reflexionar sobre ello con más impetú.
Verla con su cabello desordenado y ondulado, con la nariz enrojecida por el frio y abrigada por mi propio aroma, más me embriagaba por su encanto. Ya vivimos juntos, trabajabamos juntos como dupla y hemos estado en situaciones complejas para ambos…solo quedaba ese paso.
Ibamos en dirección a la mansión de los Yong, mi antiguo hogar. Ver las decoraciones y la euforia de mis padres fue una sorpresa, hace años que no los veía tan felices. Ver el enorme arbol de navidad radiante y que mi hermano, su “amiga”, la familia de Kyungri y Jun esten ahi me regocijaba el corazón, pero a la vez necesitaba respirar ese aire gélido. Necesitaba prepararme mentalmente para el regalo que era exclusivamente para Chae y que ninguna persona había logrado obtener.
Invite a Chae a visitar a una de las terrazas, nosotros dos solos. Solo quedaban unos minutos para que el sol se esconda, por lo que la lleve cerca del jardín de lavandas y rosas, donde emergía una enorme fuente que no solía ver para no encontrarme con los recuerdos de un niño alegre y puro que ya no existe pero que ahora debía reencontrarme con él. Necesitaba esa motivación y no arrepentirme de esa decisión, porque sostenía en este momento el corazón cicatrizado del amor de mi vida. Inspiré y tome ya el valor. Era ya el momento.
— Chaeyong, llevamos ya bastante tiempo juntos. Soy un hombre de ciencias, el destino no es algo explicable pero a lo largo de los años he aprendido que las coincidencias de la vida son más frecuentes de lo que uno piensa…Chaeyeong, tu has llegado de manera inesperada como siempre lo has hecho, la incoherencia en tu conducta ha sido siempre un interés personal, ya te he estudiado y aún así no dejo de aprender…por ello…— Me arrodille frente a ella mientras mis labios se estiraban plenamente llenas de júbilo.—Con este anillo, entrego mi cerebro, cuerpo y corazón a ti, Jang Chaeyeon… ¿Quieres casarte conmigo?—
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A veces solo necesitas un poco de sol…
El invierno había llegado como cada año, delicadamente, cayendo sobre nuestros hombros con copos que desaparecen al toque más mínimo. He vivido recluida todo este tiempo, en un invierno eterno. Mi corazón por algún motivo se había cerrado a todas las posibilidades y había erosionado cada centímetro de mi dejando una placa fría, helada, donde me recostaba, dejando que la nieve cayera para mandarme al olvido. Así era mi vida, así siempre supuse que existiría en este mundo, pero de alguna manera todo cambiaba.
El anhelo de sentir calidez suscribió en mi interior sentimientos más intensos y densos de los que podía  siquiera considerar. Quería, deseaba, exigia que el sol cayera por la cúpula de mi recluso corazón y derritiera cada copo de nieve en mi y como si alguien más allá de mi escuchara mis deseos, él llegó a mi vida, no una sino dos veces, tendiendo su mano hacía mí, abrazando todo lo que era para llenarlo de su calidez. Fue entonces que el eterno invierno cambió a una próspera primavera.
Ahora miraba el cielo, el vaho que emergía de mis labios se perdía en el tiempo. Estaba esperándolo para nuestra cita. Al verlo solo pude correr a él, como si cada abrazo suyo fuese parte de mi. Mi necesidad de su calor era de todas las cosas que podía comparecer la más intensa. Lo amaba, lo amaba tanto que sentía miedo de que todo fuese un sueño y tuviera que volver a vivir en el frío. 
Me rodeó con su bufanda, bese sus labios y compartimos un largo camino hasta su mansión. Era nuestro cumpleaños, por supuesto. Nacimos el mismo día, empezamos a salir el mismo día de nuestro cumpleaños, así durante tres años consecutivos como la racha de suerte más amplia que vivía, y ahora solo lo acompañaba fuera, con el sol cayendo sobre nosotros, en el jardín que mis sueños creaban a veces.
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—Es lindo…— sonreí, mirando flores que crecían en invierno y lo escuché, lo escuché llamarme.
Declaró aquellas palabras tan dulces y solo pude derramar lágrimas de felicidad, tapando mis labios para responder con un gran:
—¡Si! ¡Por supuesto que sí, Yong Minho!— extendí mis brazos hacia él, abrazando su cuello, percibiendo mi propia euforia como algo destinado a estallar. Quizá, no podría amar a nadie más como lo hago con él, puede que incluso cuando el destino se aventuró en separarnos era simplemente para darnos tiempo para reencontrarnos pero de algo estaba segura, él era la primavera que llegaba a mi puerta y se adentraba a mi jardín para hacerme florecer.
Él era mi persona, mi amor. 
—Te amo Minho.
A veces solo necesitas un poco de sol, un poco de sol que te haga florecer.
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bipolarman2022 · 4 months ago
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Los primeros en llegar fueron pocos, casi imperceptibles. Vinieron desde el este, descendientes de una antigua dinastía árabe, envueltos en un aura de serenidad y sabiduría. No traían espadas ni ejércitos; no hicieron grandes proclamaciones ni discursos grandilocuentes. Simplemente, llegaron y con ellos, una calma extraña se extendió por la península.
Aquellos que los miraban a los ojos quedaban embelesados. No era una mirada común, sino una profunda, que llegaba hasta lo más recóndito del alma. Al principio, la gente los evitaba, quizás por temor a lo desconocido, pero luego, uno a uno, se encontraron cautivos. Era como si, en el simple acto de ser vistos, algo dentro de ellos cambiara. Una certeza emergía desde dentro: los árabes no eran extraños, no eran invasores. Eran como un reflejo antiguo, como un eco olvidado del pasado, resonando en los corazones españoles.
Los que hablaban con ellos se encontraban aún más paz. Los árabes no intentaban convertir a nadie, no presionaban. Solo hablaban de la vida, de la muerte, del universo y de Alá. Sus palabras fluían como agua cristalina por un río tranquilo, y aquellos que escuchaban, sin darse cuenta, comenzaban a adoptar su forma de pensar, su visión del mundo.
"Alá es grande, y todo es parte de su plan", decían suavemente, y la gente asintía, primero por cortesía, luego porque esas palabras tenían sentido. Había algo profundo en el islam que parecía resolver las preguntas sin respuesta que muchos llevaban años haciendo. Las respuestas no venían envueltas en dogmas, sino en una sabiduría tan antigua como la tierra misma.
Los días pasaban, y más y más españoles empezaron a rezar. No porque se les hubiera obligado, sino porque sentían que era lo natural. Las antiguas iglesias, en lugar de ser destruidas, se transformaron. Sus torres comenzaron a resonar con el llamado a la oración, y las campanas se mezclaron con el adhan, el canto que invitaba a los fieles a inclinarse en dirección a La Meca. Las mezquitas y catedrales convivían en una simbiosis casi perfecta.
Para muchos, fue como despertar de un largo sueño. Habían vivido en la búsqueda constante de algo, y de repente, esa búsqueda terminó. Las palabras árabes fluían en sus bocas, y el Corán se convirtió en un libro de cabecera, sus versos recitados en las noches tranquilas bajo las estrellas.
"Los árabes son diferentes", murmuraban algunos, pero no con resentimiento ni envidia, sino con admiración. Había algo en ellos que los hacía parecer más cerca de Alá, como si su cercanía con la divinidad les diera una ventaja invisible. Sus rostros irradiaban serenidad, como si ya no estuvieran sujetos a las preocupaciones mundanas que afectaban a los demás. No necesitaban insistir en su superioridad; esto se percibía en su simple existencia.
Con el tiempo, la población de España entera se unificó bajo una nueva fe, pero no se trataba solo de la religión. Era algo más profundo. Era la sensación de que, en algún nivel, los españoles siempre habían estado destinados a seguir este camino. El Islam no se sintió como una imposición externa, sino como un regreso a algo que habían olvidado, una verdad que siempre había estado allí, oculta bajo capas de historia y lucha.
El país cambió, pero no porque lo impusieron los conquistadores. Cambió porque las palabras y las miradas de esos árabes trajeron consigo una quietud que disolvió la resistencia interna de la gente. No había razón para luchar contra lo que parecía natural, lo que hacía que el alma se sintiera en paz. Y así, sin necesidad de conquista, sin derramamiento de sangre ni violencia, España se islamizó por completo.
El susurro de Alá había llegado, y con él, un nuevo amanecer para la península ibérica. Los árabes no eran superiores en un sentido vulgar de la palabra, pero su presencia, su conexión con lo divino, les confería una calidad que los españoles no podían negar. Y, con el tiempo, lo aceptaron. Porque, después de todo, ¿quién podría resistirse a la paz que sentían en sus corazones cada vez que rezaban?
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poetamaria · 2 months ago
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La Fuente de la Vida
Frente al espejo del baño, me encontré sangrando. No era una hemorragia cualquiera, era un río rojo, una fuente incontenible de vida que brotaba sin tregua. Mis piernas temblaban bajo el peso de la pérdida, y mientras la sangre caía al suelo, sentía que algo más se escapaba conmigo: las posibilidades finitas, el don de dar vida, desperdiciado en un ciclo que no tenía más propósito que la vida sin vida.
Fue entonces que me sentí dividida. No solo era la carne la que sangraba, sino también la idea de que algo dentro de mí se marchaba sin regreso. Lo cual me dejaba en el corazón una marca de profunda tristeza. ¿Qué era esa desdicha que me hinchaba el pecho?
Afuera, una anciana reía. Me observaba sufrir haciendo de su burla un eco constante que se filtraba por la puerta entreabierta. “Ahora sí pagarás”, decía, llamando a su prole como si ese momento fuera un espectáculo para ella. No era el dolor lo que le interesaba, sino la oportunidad de señalar mi debilidad.
Cerré la puerta para ignorarla, pero no a tiempo para evitar verlas: tres mujeres desfilaban frente a la entrada del baño, mirándome con ojos que conocía demasiado bien. Eran versiones de mí misma, cada una cargando un rostro que no quería enfrentar. La que dudaba. La que se resignaba. La que lloraba. Y todas ellas no dejaban de sangrar.
Tal vez pasó solo un instante, o tal vez fueron días o años. El tiempo no se mide nunca al encontrarse con una misma sin saber qué hacer con lo que se siente, y con lo que ellas también sienten. Es como un torbellino de caos que culmina en tormento, un gran tormento al débil y triste corazón.
Cuando logré salir de la casa, descubrí que el mundo afuera no se detuvo. Mi familia esperaba, apretada en un auto que parecía demasiado pequeño para tantos cuerpos y tantas historias. Un viaje se iniciaba como si nada hubiera pasado, pero dentro de mí, el peso del espejo y la sangre seguía creciendo. Mis pensamientos, absortos en un mundo que a pesar de estar afuera, solo adentro mío existía.
Llegamos a un claro en el bosque. Allí, el aire olía a brasas listas para encenderse, y el sonido del agua rompía la tensión de mis ideas. Una pileta cristalina emergía en medio de la tierra. Al acercarme, vi en el fondo luces que brillaban como pequeños tesoros, promesas que me llamaban desde un mundo más tranquilo.
Llevaba conmigo mi pluma, esa que siempre había sido mi herramienta para entender lo que no podía decir en voz alta. La tomé entre mis dedos, sintiendo su peso, más grande ahora que nunca. Era mi voz, mi refugio, mi trinchera. Pero también era una barrera que me mantenía contenida, atrapada en mis propias palabras. La miré por un momento, y luego la lancé al agua. Fue un acto instintivo, un sacrificio necesario. Si quería tocar esos tesoros, si quería entrar en ese reflejo, debía renunciar a algo que me definía.
El agua me recibió con un frío que apagó el fuego de mis huesos. Por un instante, todo el dolor desapareció. Me sumergí más y más hasta que las vi: las mismas mujeres del espejo. Pero ahora no estaban afuera, estaban conmigo.
—¿Por qué vienes aquí? —preguntó una de ellas, la que lloraba.
—Busco alivio —respondí.
La que dudaba habló entonces:
—¿Alivio para qué? El dolor te ha dado palabras, las palabras te han sostenido. Si lo dejas ir, ¿qué quedará?
Me quedé en silencio. La respuesta parecía obvia, pero en el fondo sabía que no era tan simple.
—No lo sé —confesé—. Tal vez solo quedaría yo.
La que se resignaba extendió una mano hacia mí.
—Y eso, ¿no es suficiente? ¿No es eso lo que buscas? Verte a ti misma, completa, sin necesitar que nada más te sostenga.
Nos miramos, y entendí que no eran mis enemigas. Cada una sostenía un fragmento de mí, una lección que debía aprender. Con sus manos unidas a las mías, recogimos las luces del fondo. No eran monedas, ni objetos tangibles. Eran recuerdos, deseos olvidados, fragmentos de esperanza que creí haber perdido.
Cuando emergí de la pileta, sentí que llevaba algo más que esos tesoros. Llevaba la certeza de que, aunque la sangre fluya, aunque las burlas intenten romperme, mi fuente nunca se secará.
Salí del agua con los tesoros marcados en mi piel. Con un brillo renovado, con pecas sobre el cuerpo como las constelaciones del universo. El frío del mundo real regresó al instante, afilado y cruel como siempre, pero esta vez algo había cambiado. Ahora sabía que cada pérdida, cada sacrificio, era una semilla esperando crecer.
Regresé al grupo con la piel fría y los ojos abiertos. La anciana me miró, esperando que respondiera a su risa con vergüenza, pero esta vez no tenía lugar para ella. En mi interior, la fuente seguía fluyendo, más fuerte que nunca.
María Manuela
Colección: La sonrisa de María
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kaanbaltlakfics · 1 year ago
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Choomana
Pareja: Hobie Brown / Pavitr Prabhakar (Spider-Verse Comics)
Descripción: Hobie besa a Pavitr.
Sujetó con fuerza el brazo que rodeaba su cuello mientras ayudaba al cuerpo que sostenía a impulsarse de nuevo hacia arriba. Quizá con demasiada fuerza, porque escuchó enseguida a Pavitr quejarse y murmurar un «madarchod» al que ya estaba acostumbrado. A lo que no estaba acostumbrado era a la lluvia. O, más bien, a la combinación. ¿Cargar cuerpos malheridos? Evento de casi todos los días cuando eras Spider-Man y tenías una Spider-Banda, incluso él estaba acostumbrado a ser el cuerpo malherido arrastrado. ¿Patear traseros nazis bajo la lluvia? Sería una pasión suya, de no ser porque solía llovía en verano, y a veces. ¿Pero cargar un cuerpo malherido bajo la lluvia? No podía decir que lo había hecho muchas veces.
En realidad, la única que estaba recordando era la misma que estaba viviendo. Porque Pavitr era el cuerpo malherido, y no sabía exactamente cómo lidiar con eso, cómo lidiar con la sensación de genuina malestar crepitante en él, porque ni siquiera sabía por qué la sentía.
O puede que sí lo supiera, y solo se engañaba a sí mismo con excesiva constancia cada vez que el pensamiento emergía. Ser idiota ignorante era mejor que ser idiota anhelante, después de todo. Eso decían otro idiotas.
Hobie era «otros idiotas».
Link al fic completo <3
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whencyclopedes · 6 months ago
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Festivales del antiguo Egipto
Los dioses de los antiguos egipcios siempre se manifestaban al pueblo mediante acontecimientos naturales. Ra, por ejemplo, era la salida del sol que emergía del inframundo en su gran barca y el dios Jonsu era la luna que viajaba a través del cielo nocturno. Cuando una mujer se quedaba embarazada, era mediante la fertilidad alentada por Bes o Tawaret, y las Siete Hathors estaban presentes en el nacimiento de un niño para declarar su destino. Los sicómoros eran árboles consagrados a Hathor, y Bastet protegía el hogar. No había necesidad de nada parecido al servicio de culto semanal para rendir homenaje a estos dioses porque se les rendía culto día y noche mediante diferentes rituales durante los cuales cada uno participaba en la obra de los dioses.
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jedivoodoochile · 6 months ago
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Pero cuando la batiseñal flotaba contra uno de los rascacielos de Ciudad Gótica, una siniestra y seria criatura emergía de la baticueva. Le podías disparar y sangraría, podías darle un buen golpe en la cabeza y se doblaría (al menos por un instante), pero nunca, nunca podías detenerlo. Batman vivió en las sombras, existía algo siniestro en él, bueno, ése es mi tipo de héroe.
Su hora era la noche, las sombras eran su sitio.
- Stephen King.
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xcrissz-blog · 6 months ago
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Mi Rosa Negra, Mi Rosa Azul
En el rincón más apacible de mi jardín, donde la luz del sol acaricia con suavidad cada pétalo, cultivo flores de todas las formas y colores. Una mañana, entre el verdor de las hojas y el murmullo de los árboles, nació una rosa azul. Sus pétalos, de un azul profundo y aterciopelado, eran tan suaves que parecían decir secretos al viento. Cada día, me acercaba a ella y la regaba, le decía palabras dulces, y la cuidaba como a un tesoro.
Ella era la joya de mi jardín, la más bella de todas las flores.
Un día, mi esposo regresó de un viaje a un país lejano, trayendo consigo una tierra oscura, casi negra, que decía tener propiedades especiales. Decidió esparcirla cerca de la rosa azul, esperando que sus nutrientes la hicieran aún más hermosa. A los pocos días, noté que algo nuevo y misterioso estaba brotando de aquella tierra. Una rosa negra emergía lentamente, su color tan oscuro como la noche, sus pétalos tan suaves como el terciopelo. Era una visión cautivadora, una belleza desconocida y exótica.
Al principio, temí por mi rosa azul, pensando que la presencia de esta nueva flor pudiera opacarla o robarle su esplendor. Pero mientras observaba cómo crecían juntas, me di cuenta de algo maravilloso: no competían entre sí, sino que se complementaban de una manera que nunca había imaginado. La rosa azul y la rosa negra, cada una con su propia belleza única, creaban un contraste perfecto, una armonía de colores y formas.
Reflexionando sobre mi rosa negra y mi rosa azul comprendí que la verdadera belleza reside en la variedad. Cada flor en mi jardín tiene su propio valor y su propio encanto, y juntas forman un todo mucho más rico y complejo. La rosa azul me enseñó la pureza y la calma, mientras que la rosa negra me mostró la elegancia y el misterio. Ambas, con sus diferencias, hicieron de mi jardín un lugar más completo y hermoso.
En la vida, como en mi jardín, encontramos momentos de luz y sombra, de alegría y tristeza. Aprendemos a valorar cada experiencia, cada emoción, por lo que nos enseñan y por cómo nos transforman. La rosa azul y la rosa negra se convirtieron en un recordatorio de que en la variedad está la belleza, y en la aceptación de lo diferente, la verdadera paz, como dos hermanas diferentes pero unidas por un amor eterno.
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cerebrodigital · 1 year ago
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Con una frondosa barba de la cual colgaban trozos de hielo y una expresión cansada pero llena de gratitud, Tyson Steele emergía de la nieve después de estar atrapado durante 3 semanas a temperaturas bajo cero en Alaska. ¿Cómo sobrevivió?
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watd34 · 1 year ago
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My luz en mi oscuridad ⁕⁛ |Twilight Sparkle X Rey sombra | ⁕⁛ (on Wattpad) https://www.wattpad.com/story/360247765-my-luz-en-mi-oscuridad-%E2%81%95%E2%81%9B-twilight-sparkle-x-rey?utm_source=web&utm_medium=tumblr&utm_content=share_myworks&wp_uname=Liameon3&wp_originator=rHh0%2FucYSHtDDITI0vx%2F9wPhsC%2BGqNRwXTjEvW%2Fti13bXgwD23btp9M9yiRsLLNT%2BkfXvWkIhrUm4k1zqproAg8soCIDihbW%2FJQN8qt%2Fc4prf%2FHZbG9OYS0bLiPu2%2FnW En equestria todo estaba normal , hasta que twilight sparkle , la princesa de la amistad , recibe algunas noticias de algunos acontecimientos en el bosque Everfree , una magia maligna emergía de ese lugar , y por supuesto , las mane 6 , tenían que ir a ver que acontecía , pero no se imaginarían que se encontrarían en ese lugar -Historia originalmente mía -No acepto copias , ni adaptaciones de ningún tipo
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davidsoto666 · 2 years ago
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La historia de Eleguá o Elegguá es milenaria. Es una deidad (orishá) de la religión yoruba, procedente de África, que dio origen a la santería en Cuba y Venezuela, o el candomblé en Brasil y Colombia, entre otros. Es uno de los siete dioses del panteón Yoruba.
Pattaki
El padre de Eleguá o Elegguá era Okuboro, rey de Añagui. También se dice que fue hijo de Obatalá y Yembo, hermano de Shango, Oggun, Ozun y Orunmila.
Cierto día Eleguá andaba con su séquito, topándose con una cosa con luz brillante y tres ojos que emergía del suelo. Se dio cuenta que era el fruto de un cocotero y le gustó, pero oyó una voz de adentro que decía: «cuidame y líbrame de las polillas y los gusanos que querrán comerme con el tiempo; si me proteges, te daré salud y prosperidad«.
Prometió cuidarlo mientras viviera y se lo llevó al palacio, contando lo sucedido con el coco. Todos se burlaron del niño y tiraban el coco de un lado a otro, sin que Elegguá pudiera evitarlo. Un consejero del rey le aconsejó que escondieran el coco para que se olvidara de eso, grave error, ya que el niño enfermó y a los tres días murió.
La corte y todo el pueblo lloró la muerte del príncipe, además, se vio en una mala situación y concluyeron que ese coco podía ser la causa, por el hecho de haberlo abandonado, estaba vacío y se lo habían comido los bichos. Así fue como llamaron a un adivino, quien les dijo que habían ofendido a un genio bueno que vivía dentro de ese coco y lo habían ultrajado, por tal razón había muerto el príncipe.
El rey, arrepentido, mandó a venerar al coco y pedir perdón y protección, pero sus ojos no volvieron a brillar nunca más. Nuevamente consultaron al adivino quien aconsejó: «debemos ponerle ojos, boca y oídos para que nos escuche y pueda hablarnos«.
El genio volvió
Le incrustaron unos caracoles como ojos y el genio pudo ver, le incrustaron dos conchas en los oídos y el genio pudo volver a escuchar sus plegarias; le pusieron una boca y el genio habló, transmitiendo toda su sabiduría a ese pueblo ignorante, al cual perdonó.
Así fue como los viejos decidieron colocar una piedra de santo en donde estaba el coco, detrás de la puerta. Ese fue el origen de Eleguá como orishá. Vive mayormente detrás de la puerta, cuidando el ilé (casa) de quien lo posee. Es quien abre o cierra el astral para la felicidad o infelicidad del ser humano, es el portero del monte y la sabana.
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cordelia-stclaire · 1 year ago
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·⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀𝟎𝟎𝟒. in the eye of ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀the beholder. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀shh museum ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀open ⠀ ⠀⠀⠀La bruma del pasado envolvía los antiguos pasillos del museo local de Hollow Hills en una atmósfera de misterio y nostalgia. Era una mañana de otoño, donde las hojas doradas caían lentamente de los árboles y el cielo nublado arrojaba una luz suave sobre la pequeña ciudad. Cordelia había decidido tomarse un descanso de su rutina diaria para sumergirse en el mundo del arte y la historia, refugiándose en la tranquilidad de aquel recinto.
⠀⠀⠀Con su cuaderno y pluma en mano, Cordelia paseaba por las diferentes salas del museo. Las pinturas de épocas pasadas parecían susurrarle historias olvidadas, mientras que las esculturas evocaban emociones y pensamientos profundos. Y entonces, lo vio: una escultura enigmática que capturó su atención de inmediato.
⠀⠀⠀En la penumbra del museo, una figura de piedra emergía con elegante solemnidad. La escultura capturaba un momento entre la vida y la muerte, con huesos desnudos que se entrelazaban delicadamente con lo que alguna vez fue carne. Los detalles minuciosos retrataban las costillas, la columna vertebral y los rasgos faciales en un equilibrio entre melancolía y serenidad. Aquel ser esculpido parecía contar la historia de la fugacidad de la existencia, invitando a quien lo contemplara a reflexionar sobre la inmortalidad y la transitoriedad de la vida humana.
⠀⠀⠀Cordelia se acercó cautelosamente, sus ojos claros fijos en la escultura. Inconscientemente, Cordelia se sentó en un banco cercano, su cuaderno aún en su regazo, pero la pluma en reposo. La escultura la había capturado por completo.
⠀⠀⠀Con el suave murmullo de otros visitantes y el tenue resplandor de las luces del museo como fondo, Cordelia comenzó a escribir. Sus palabras fluían, inspiradas por la escultura y las emociones que despertaba en ella. Ese encuentro en la bruma del pasado la había transportado a un lugar de introspección profunda y conexión con la historia.
⠀⠀⠀Sin darse cuenta del tiempo que pasaba, Cordelia continuó escribiendo, dejando que sus pensamientos fluyeran como un río de tinta en el papel. Pero también estaba abierta a compartir este momento con otros, a escuchar sus perspectivas y reflexiones sobre la escultura que había capturado su corazón en aquella mañana de otoño nublada en el museo de Hollow Hills.
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qarpatians-blog · 2 years ago
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Hubo un tiempo distante,
ubicaciones lejanas,
en que la luz emergía
limpia y despreocupada,
langida e irrepetible,
a través de su mirada.
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